Relaciones Civico Militares Hispanoamerica

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CUADERNOS de ESTRATEGIA MINISTERIO DE DEFENSA 123 PRESENTE Y FUTURO DE LAS RELACIONES CÍVICO-MILITARES EN HISPANOAMÉRICA INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS

Transcript of Relaciones Civico Militares Hispanoamerica

  • CUADERNOSde

    ESTRATEGIA

    M I N I S T E R I O D E D E F E N S A

    123

    PRESENTE Y FUTURO DE LASRELACIONES CVICO-MILITARES

    EN HISPANOAMRICA

    INSTITUTO ESPAOL DE ESTUDIOS ESTRATGICOS

  • CUADERNOSde

    ESTRATEGIA 123

    M I N I S T E R I O D E D E F E N S A

    PRESENTE Y FUTURO DE LASRELACIONES CVICO-MILITARES

    EN HISPANOAMRICA

    Junio 2003

    INSTITUTO ESPAOL DE ESTUDIOS ESTRATGICOS

  • Edita:

    NIPO: 076-03-131-2ISBN: 84-9781-026-0

    Depsito Legal: M-32620-2003

    Imprime: Imprenta Ministerio de Defensa

    Tirada: 1.000 ejemplaresFecha de edicin: julio 2003

    FICHA CATALOGRFICA DEL CENTRO DEPUBLICACIONES

    PRESENTE y futuro de las relaciones cvico-militares enHispanoamrica / Instituto Espaol de EstudiosEstratgicos. [Madrid] : Ministerio de Defensa, SecretaraGeneral Tcnica, 2003. 336 p. ; 24 cm. (Cuadernos deestrategia ; 123).NIPO 076-03-131-2. D.L. M. 32620-2003. ISBN 84-9781-026-0I. Instituto Espaol de Estudios Estratgicos II. Espaa.Ministerio de Defensa. Secretara General Tcnica, ed. III.Serie

    Relaciones cvico-militares / Iberoamrica

    NIPO: 076-03-138-0 (Edicin electrnica)

  • SECRETARA GENERAL DE Direccin General de RelacionesPOLTICA DE DEFENSA Institucionales de la Defensa

    Instituto Espaol deEstudios Estratgicos

    Grupo de Trabajo nmero 2/02

    PRESENTE Y FUTURO DE LAS RELACIONES CVICO-MILITARESEN HISPANOAMRICA

    Las ideas contenidas en este trabajo son de responsabilidad de sus autores, sin quereflejen, necesariamente, el pensamiento del IEEE, que patrocina su publicacin.

  • SUMARIO

    INTRODUCCINPor Concepcin Navarro Azcue

    Captulo ICOLOMBIA. LAS RELACIONES ENTRE LA SOCIEDAD CIVIL Y MILITAR:HACIA UN ENTENDIMIENTO NECESARIOPor Alvaro de Arce y Temes

    Captulo IIFUERZAS ARMADAS Y SOCIEDAD EN MXICO: HACIA UN PROYECTOINTEGRADO PARA EL SIGLO XXIPor Mara Saavedra Inaraja

    Captulo IIIFUERZAS ARMADAS Y SOCIEDAD: EL CASO DE CHILEPor Jos Daz Nieva

    Captulo IVLAS FUERZAS ARMADAS BRASILEAS ANTE LA SOCIEDAD CIVIL DELSIGLO XXI: REALIDADES Y DESAFOSPor lvaro de Diego Gonzlez

    Captulo VEJRCITO Y SOCIEDAD: DE NUEVO EL PARADIGMA VENEZOLANOPor Jess I. Fernndez Domingo

    Captulo VILAS RELACIONES CVICO-MILITARES EN EL PER ACTUALPor Miguel Luque Talavn

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    Captulo VIINUEVO ESPACIO PARA LAS RELACIONES CVICO MILITARES EN LAREPBLICA ARGENTINAPor Concepcin Navarro Azcue

    COMPOSICIN DEL GRUPO DE TRABAJO

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    INTRODUCCIN

    Como coordinadora del nuevo grupo de trabajo quiero, antes de abor-dar la presentacin de la obra, expresar, en nombre de todos los compo-nentes del mismo, nuestro agradecimiento al Ministerio de Defensa en lafigura de los responsables de los Cuadernos de Estrategia, por haberrequerido nuestra colaboracin para analizar las relaciones cvico-militaresen Iberoamrica.

    El nuevo grupo, que tengo el honor de coordinar, representa un equili-brio entre experiencia y juventud, como queda patente en los curricula queaparecen al final de la obra.

    Condicionados por el espacio del que disponamos para el desarrollode la obra, nos pareci oportuno centrarnos en el anlisis de los principa-les pases del contexto iberoamericano, de ah que abordemos slo elestudio de Colombia, Venezuela, Mxico, Brasil, Chile, Per y Argentina.

    As mismo, nos centraremos en el anlisis de algunos aspectos, que anuestro juicio, pueden aportar luz a la hora de valorar las relaciones cvico-militares, como el marco legal actual por el que se rigen las FuerzasArmadas, las relaciones con otras Instituciones de Defensa, del Estado, lasrelaciones en el marco econmico a travs de la industria de Defensa, lasnuevas misiones de ayuda a la comunidad, etc. Estos aspectos nos hanpermitido detectar los distintos grados de integracin de cada sociedadcon las Fuerzas Armadas, e incluso valorar en qu direccin se proyecta-rn en un futuro cercano estas relaciones.

    Abordar este anlisis nos ha permitido detectar, as mismo, una de lastransformaciones que se estn produciendo en el seno de las sociedades

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    iberoamericanas. As es, despus de dos siglos de desencuentros que hanconducido, en la mayora de los casos, a crisis y enfrentamientos, detec-tamos en la actualidad un cambio en estas relaciones que nos permite seroptimistas. No obstante, hablar de Iberoamrica como un todo, es siem-pre una simplificacin y en esta ocasin an ms. Cada uno de los pasesha vivido, desde su fundacin, unas relaciones cvico-militares peculiares,de ah que nos haya parecido oportuno comenzar la obra por aquellos enlos que las Fuerzas Armadas han sido ms respetuosos con el orden cons-titucional, como Colombia y de mayor a menor, concluir con el anlisis deaquellos en los que las Fuerzas Armadas han actuado en numerosas oca-siones como moderadoras de la vida nacional, asumiendo, a travs dejuntas militares, el gobierno de la Nacin, como es el caso de Argentina oPer.

    El anlisis elaborado por lvaro de Arce cubre la realidad actual de lasrelaciones cvico-militares en Colombia y nos permite apreciar que lasubordinacin al poder civil de las Fuerzas Armadas y la defensa de laConstitucionalidad han sido las constantes de su devenir como nacin.Todo ello, a pesar de constituir una sociedad inmersa, a lo largo del tiem-po, en procesos caracterizados por la violencia, o, ms bien, distintas vio-lencias partidista, bandolerismo, idealista, narcoguerrilla. Por ello,Colombia sigue siendo una nacin en guerra, tras cuarenta aos, y susFuerzas Armadas las nicas que no han dejado de combatir en todo elcontinente.

    Se han hecho importantes reformas legales para asegurar recursos jur-dicos, materiales y de coordinacin con el objetivo de alcanzar una efi-ciente seguridad y defensa nacional. De ah la creacin de organismosdonde queden involucrados los poderes ejecutivo, legislativo y judicialjunto a militares y policas, como el Consejo Superior de Seguridad yDefensa.

    Observndose, as mismo, un importante esfuerzo por modernizar lasFuerzas Armadas dotndolas de ms hombres y mejores equipos, e incre-mentando su profesionalizacin.

    Durante los ltimos aos las relaciones cvico-militares han ido mejo-rando sensiblemente, prevaleciendo los mecanismos de dilogo, concre-cin de agendas y consensos. Las Fuerzas Armadas han hecho un granesfuerzo por cambiar su imagen en relacin con el respeto a los DerechosHumanos, la informacin abierta sobre sus actividades a travs de la difu-sin de noticias, la cultura de defensa, etc., lo que le ha permitido un

  • mayor acercamiento y conocimiento por parte de la sociedad civil, e inclu-so dando entrada a civiles en numerosos proyectos, y reflejndose tam-bin en la reforma del Cdigo Penal Militar.

    Todos estos cambios los est percibiendo la sociedad colombiana, loque se ha traducido en que las Fuerzas Armadas son una de lasInstituciones mejor valoradas del Estado.

    En el siguiente captulo que analiza el caso mexicano, Mara Saavedraescudria como han sido las relaciones cvico-militares desde el mismomomento del nacimiento de la Repblica, haciendo hincapi en la enormediferencia entre un siglo XIX, marcadamente caudillista, y un siglo XX quese inicia con una eclosin social y poltica representada en su Revolucinde 1910. As es, las fuerzas revolucionarias se fueron profesionalizando yadquiriendo la disciplina que en principio les faltaba, pero sin perder elcarcter popular que una ntimamente lo civil y lo militar de su sociedad.

    En 1946 con la llegada del Licenciado Miguel Alemn, finalizaba el per-odo de mandatarios militares. Adems, esta nueva etapa supuso la imple-mentacin de un nuevo concepto del papel de las Fuerzas Armadas, orien-tndose a labores de inters social, como apoyo a la sanidad y educacinpblica, combate al narcotrfico, etc.

    En los albores del siglo XXI y coincidiendo con el estreno de una nuevaadministracin poltica, despus de ochenta aos de monopolio del PRI,las Fuerzas Armadas han puesto de manifiesto su apoliticismo demostran-do su lealtad con el pueblo y su madurez institucional en el campo demo-crtico.

    Las Fuerzas Armadas mexicanas son reconocidas por la sociedadcomo un elemento de estabilidad, siendo una institucin en la que 8 decada 10 mexicanos confan plenamente, y ello se debe a que no intervie-nen en misiones en el exterior, y, por tanto, han podido concentrarse entareas de apoyo dentro del Estado, como ya hemos sealado.

    El servicio militar obligatorio se contempla dentro de la sociedad comouna oportunidad de recibir los jvenes una formacin a la que quiz notendran acceso por otra va, adems de como el mejor mtodo de inser-cin entre los sectores civil y militar de la sociedad.

    En este panorama tan positivo el conflicto de Chiapas de 1994 repre-sent un elemento desestabilizador, pero la actitud dialogante del actualpresidente, Vicente Fox, ha supuesto un intento por paliar los efectosnegativos, aunque los resultados no hayan sido totalmente satisfactorios.

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    En la actualidad las Fuerzas Armadas mexicanas estn inmersas en unproceso de modernizacin, con algunas propuestas para una posible par-ticipacin con otras Fuerzas internacionales, rompiendo su tradicional asi-lamiento.

    Al abordar el captulo que se refiere al anlisis de las relaciones cvico-militares en Chile, Jos Daz seala cmo su Ejrcito se fragua en 1603 alser sta una tierra de frontera con la belicosa Araucania. Es por tanto, elprimer Ejrcito creado en la Amrica espaola.

    El Ejrcito republicano se fue conformando, desde sus orgenes en el pro-ceso de Emancipacin, pasando por los conflictos con Per y Bolivia de 1837y 1879, amplindose y fortaleciendo sus estructuras. En 1906 volvi a prota-gonizar una fuerte reestructuracin que ya haba comenzado con la llegadade una delegacin del Ejrcito alemn en 1881, al mando del general Krner.

    Desde la Constitucin de 1833 las Fuerzas Armadas han tenido uncarcter obediente y no deliberante, por el que dependen jurdicamentedel Jefe del Estado, y garantizan el orden constitucional de la Repblica, yslo podran intervenir en defensa del mismo cuando as lo determinara elPresidente de la Repblica.

    La imagen que de las Fuerzas Armadas tiene la sociedad chilena estexperimentando un proceso de cambio a positivo. Efectivamente, despusde los diecisiete aos de gobierno del general Pinochet, y las consecuen-cias que para la sociedad chilena tuvo este perodo, en la actualidad elcambio viene dado por la presencia de las Fuerzas Armadas en su socie-dad a travs de una labor educativa, una capacitacin laboral en sectoresmarginales, que de otra forma no podran optar a las mismas, labores asis-tenciales, infraestructuras viarias. La mayora de estas labores las ejercitael Cuerpo Militar de Trabajo, creado en 1953.

    Las labores subsidiarias, as como la actuacin internacional enOperaciones de Paz de Naciones Unidas. Estn sirviendo de canales deentendimiento entre las Fuerzas Armadas chilenas y su sociedad, supe-rando problemas que en el pasado cercano lo ensombrecieron. Los resul-tados se aprecian en las encuestas de opinin donde las Fuerzas Armadasestn por delante de otras instituciones del Estado, como la Iglesia o elpropio gobierno, considerndolas una Institucin moderna, respetuosa ysometida a la legalidad, incuestionablemente.

    Si analizar las relaciones cvico-militares de los pases iberoamericanoses siempre un reto en el caso de Venezuela, en la actualidad, es an ms.

  • Efectivamente, Jess Ignacio Fernndez seala lo que han significadounas buenas relaciones cvico-militares, en una Repblica que es, histri-camente, una de las democracias ms estables de Iberoamrica. Estepanorama contrasta, tristemente con la imagen actual de la Repblica.

    El Ejrcito venezolano fue en su gnesis un Ejrcito popular, pero quefue sufriendo, paulatinamente, una ruptura con la sociedad civil de la quesurgi. Esta ruptura qued patente con el apoyo que el Ejrcito prest en1953 al dictador Marcos Prez Jimnez, como en los aos 30 lo habahecho con el rgimen dictatorial y represor de Juan Vicente Gmez.Distintas Juntas Militares en 1945, 1948 y 1952, concluyeron en 1958 conel establecimiento del sistema democrtico.

    El rgimen del Presidente Hugo Chvez ha aprobado una nuevaConstitucin en 1999, en la que queda reflejado el papel interno de lasFuerzas Armadas venezolanas al servicio de la Nacin, sin plantearse unservicio exterior a la comunidad internacional ni su participacin en tareasde pacificacin, vigilancia humanitaria, etc. En esta nueva Constitucin seaprecia el grado de capacidad que se otorga a los militares para expresarsus opiniones polticas a travs de su derecho al voto, del que carecanhasta este momento.

    Tambin destacaramos de este anlisis la situacin de conflicto en quese encuentran las Fuerzas Armadas en relacin con el sector civil de lasociedad venezolana, como se puede apreciar en los acontecimientos quehan seguido al intento de golpe de estado protagonizado por PedroCarmona en abril de 2002.

    Sin embargo, no podemos dejar de sealar que las Fuerzas Armadas,reorganizadas durante cuarenta aos de democracia ininterrumpida noparecen dispuestas a acompaar al Presidente Chvez en una aventuradictatorial, pero lo que no podemos obviar es que el malestar y la divisinde las propias Fuerzas Armadas, se ha trasladado a la calle, incluso corre-gido y aumentado.

    Las Fuerzas Armadas frente a una sociedad en crisis se hallan tambinfracturadas, reflejando la influencia que el populismo chavista ejerce sobrenumerosos sectores de las mismas.

    A pesar de este panorama incierto el papel de las Fuerzas Armadas, ajuicio del autor, est resultando, en buena medida, impecable, y en mediode la crisis, en todo momento, han mantenido la condicin de sujecinestricta a la legalidad vigente, lo que deja la puerta abierta a la esperanza

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    de recuperar unas Fuerzas Armadas sin politizacin, orientaciones revolu-cionarias ni tensiones peligrosas.

    Analizar la problemtica de las relaciones cvico-militares en el Brasil decomienzos del siglo XXI, exige, a juicio de lvaro de Diego, hacerse cargode la voltil situacin del gigante iberoamericano. As es, la llegada a lapresidencia de Luis Incio Lula Da Silva, ha trado cierta incertidumbreentre las filas castrenses, que poco a poco, con inteligencia por ambaspartes, se est superando.

    El ejrcito brasileo cumpli, y cumple en la actualidad, un papel inte-grador de la sociedad y vertebrador de la identidad nacional. Superadoslos gobiernos militares que desde 1964 acometieron profundas modifica-ciones constitucionales tendentes a la plasmacin de un Estado, virtual-mente, dictatorial, la democratizacin vino con la presidencia de JosSarney y la promulgacin de la Constitucin de 1988.

    Dicha Constitucin, en relacin con las Fuerzas Armadas, implementun modelo liberal-democrtico occidental, de subordinacin al poder civil.

    Brasil responde actualmente a las necesidades de la Defensa Nacionalcon un sistema de servicio militar obligatorio, lo que supone el aspecto demayor interaccin entre las Fuerzas Armadas y la sociedad civil, reforzn-dose sus vnculos.

    Se est produciendo, adems, este acercamiento por las relacioneseconmicas, actuando las Fuerzas Armadas como palanca del desarrollosocio-econmico al acometer obras pblicas, desarrollar la industria mili-tar, lder en el continente, a la vez que implementar un recorte importanteen los gastos de Defensa.

    Junto a las misiones que le son propias, en la actualidad, actan en elcampo de la lucha contra el narcotrfico, medio ambiente, patrimonio dela naturaleza, etc. Adems de estar implicadas en acciones de presenciainternacional en misiones de paz.

    Finalmente, cabra resaltar el esfuerzo en llegar a toda la sociedad a tra-vs de una importante cultura de Defensa, que la est cambiando poco apoco.

    En el captulo dedicado a Per, Miguel Luque, nos presenta un porme-norizado desarrollo histrico en el que queda patente la importante yextensa presencia de los militares en la vida poltica nacional. Sin embar-go, superadas estas etapas las Fuerzas Armadas han sido renovadas y

  • reestructuradas, comprometindose en el proceso de consolidacindemocrtica, al cooperar con toda la sociedad para un necesario desarro-llo socio-econmico.

    Esta cooperacin se ha plasmado en numerosas misiones, tanto en elmbito nacional como en el internacional. En el primero destacaramos lalucha contra el narcotrfico, el terrorismo, que durante dcadas asol elpas y que hoy est muy controlado, obras de infraestructura viaria, ayudaa comunidades marginales, etc.

    As mismo, destacaramos una importante labor en el campo de la edu-cacin y un gran esfuerzo por llegar a toda la sociedad a travs de una cul-tura de Defensa.

    A pesar de este panorama con el que las Fuerzas Armadas peruanasencaran el futuro, todava queda un importante camino por recorrer dadala exigua base desde la que se ha partido, es decir, corrupcin, falta depreparacin y recursos, etc.

    Para finalizar acometemos el anlisis de las Fuerzas Armadas argenti-nas con el que la autora intenta desentraar la actual situacin de las rela-ciones cvico-militares.

    A travs de este estudio se puede percibir el gran camino ya recorri-do, tras una historia plagada de gobiernos militares, hasta la actualidad,donde las Fuerzas Armadas, con un objetivo motriz de modernizacin sehan transformado, a pesar de la enorme crisis econmica que asola laNacin. Esta crisis ha sido, precisamente, un factor coadyuvante por elque las Fuerzas Armadas han podido demostrar, inequvocamente, a todala sociedad, su actual vocacin de institucin subordinada al rgimendemocrtico.

    Se han acometido nuevos roles sin dejar de cumplir el esencial, lo queha permitido un mayor y mejor entendimiento con el resto de la sociedad,superando los desencuentros de pocas pasadas. Son nuevas misionesen el mbito nacional y en el internacional. En el nacional, como el restode las Fuerzas Armadas del continente, han tenido que asumir responsa-bilidades en el marco de la lucha contra el narcotrfico, el terrorismo, ladefensa del medio ambiente, etc. En el mbito internacional la presenciade tropas argentinas en misiones de paz de la ONU ya constituye una tra-yectoria marcada por el tiempo.

    Destacaramos para finalizar la acogida que este esfuerzo est tenien-do en toda la sociedad argentina y que se traduce en una opinin, cada

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    vez ms positiva, de las Fuerzas Armadas, a pesar del camino que quedatodava por recorrer.

    No podemos concluir esta Presentacin sin hacer un esfuerzo pros-pectivo para intuir cules sern las relaciones cvico-militares en un futurocercano. Las sociedades iberoamericanas debern hacer un mayor esfuer-zo por reconocer la existencia de la Institucin militar como un rganonecesario del Estado y a la vez los militares debern involucrarse en eldesarrollo democrtico de aquellas. Habr, as mismo, que desarrollar unaprofunda Cultura de Defensa para acabar con los mitos del pasado si sequiere construir un futuro mejor entre todos.

    LA COORDINADORA DEL GRUPO DE TRABAJO

  • CAPTULO PRIMERO

    COLOMBIA. LAS RELACIONES ENTRE LASOCIEDAD CIVIL Y MILITAR: HACIA UN

    ENTENDIMIENTO NECESARIO

  • COLOMBIA. LAS RELACIONES ENTRE LA SOCIEDAD CIVIL YMILITAR: HACIA UN ENTENDIMIENTO NECESARIO

    POR LVARO DE ARCE Y TEMES

    INTRODUCCIN

    Las Fuerzas Armadas de Colombia han marcado una excepcin den-tro de la Historia de los Ejrcitos Iberoamericanos. La subordinacin alpoder civil ha sido una de las caractersticas principales en el devenir dela Repblica. Como reconocen los profesores Atehorta y Vlez:Colombia ha sido, sin duda, el pas que ha vivido menos aos bajogobiernos militares (1) en Iberoamrica. De aqu que, sus relaciones conlos polticos y la Sociedad Civil fuera distinta a la de otros pases, aunquedebido a sus singularidades, la endmica violencia, la institucin militar,sus cuadros de mando y soldados tuvieron que sufrir las luchas entre losdos principales partidos polticos el conservador y el liberal hastamediados del siglo XX, en que por unos pactos de sus lderes se pusierona gobernar Colombia con un sentido de estado, debido a los numerososproblemas a los que tenan que enfrentarse, y a la catica situacin queatravesaba el pueblo que sala de una dictadura presidida por el GeneralRojas Pinilla (2). Los nicos perodos militares fueron durante el siglo XIXlos gobiernos de los Generales Urdaneta y Melo y durante el siglo XX el

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    (1) ATEHORTUA, ADOLFO LEN y VELEZ, HUMBERTO: Estado y Fuerzas Armadas en Colombia,(1886-1953), Editorial Tercer Mundo, Santaf de Bogot, 1994, pg. 9.

    (2) El General Rojas Pinilla asumi el poder el 13 de junio de 1953 hasta el 10 de mayo de1957. Una Junta Militar se hizo cargo transitoriamente del poder desde el 11 de mayode 1957 hasta el 7 de agosto de 1958, en el que fue proclamado presidente por elCongreso el liberal Alberto Lleras Camargo.

  • del General Rojas Pinilla y la Junta Militar que le sucedi para entregar elpoder a los civiles (3): en total no llegan a siete aos. Durante su historiase llevaron a cabo algunos intentos por hacerse con el gobierno, perostos fueron abortados por la falta de apoyo de sus compaeros de armaso por la actitud del presidente que, invocando su poder comoComandante en Jefe, supo reducir a los insurrectos.

    Despus de sealar como un rasgo significativo la defensa de laconstitucionalidad por parte de los que componen la institucin mili-tar, debemos destacar, como hemos sealado antes, que Colombia seha caracterizado por la violencia, o distintas violencias, que ocupannumerosas pginas de su historia. Primero fue la violencia partidistaque llev al pas a numerosas guerras civiles que ensangrentaron sustierras; despus vino el llamado bandolerismo, y ms tarde, desdemediados del siglo XX, la lucha contra la guerrilla ideolgica, y quecontinua con el azote de la violencia de las narcoguerrillas que anhoy son capaces de mantener una violencia inaudita, no slo en susenfrentamientos con el ejrcito y la polica, sino mediante el terror, conactos de terrorismo, secuestros y distorsiones a la poblacin urbana yrural. De las antiguas repblicas independientes o zonas liberadas,de los aos sesenta y setenta, del pasado de siglo, se ha pasado a lazona de distensin de ms de 42.000 kilmetros cuadrados, acorda-da durante el perodo presidencial del conservador Pastrana, con eldeseo de llegar a unos acuerdos de paz con la narcoguerrilla, cuestinque no consigui como lo haban hecho otros presidentes con algunosgrupos guerrilleros. Esto no lo pudo lograr Pastrana debido a las intran-sigencias de unas guerrillas FARC, ELN y AUC que prefieren seguircon su estilo de vida en el campo y la ciudad, al obtener una granfinanciacin a base de proteger y convivir con el narcotrfico, en unalucha contra la sociedad civil que se encuentra desmoralizada con losresultados.

    Uno de los destacados presidentes de la Repblica, Alberto LlerasCamargo, es bien explcito cuando en su discurso de toma de posesin7 de agosto de 1958 dice que la violencia en Colombia es un flage-lo contra el que hay que combatir con toda clase de recursos legales;adems no se puede llegar a que el pueblo colombiano nos acostum-

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    (3) El General Rafael Urdaneta alcanz el poder siendo de origen venezolano, en ausenciade Bolvar, el 5 de septiembre de 1830. Por su parte el General Jos Mara Melo liderun Golpe de cuartel el 17 de abril de 1854 disolviendo el Congreso. Su gobierno defacto dur siete meses y diecisis das.

  • bremos permanentemente a su presencia (4). Sin embargo durante susegunda presidencia (1958-1962) volvi a surgir la guerrilla y el bandole-rismo, despus del llamado gobierno de los militares, ante el triunfo dela Revolucin Castrista en Cuba y la poca lgida de la ideologa marxis-ta que trataba de implantarse en el continente centro y sur americano. Lalucha de la guerra revolucionaria que pretenda alcanzar el poder con lasarmas, y el adoctrinamiento de los sectores de las poblaciones campesi-nas y las masas populares fue apoyada en Colombia por el partido comu-nista.

    En la historia de las Fuerzas Militares tenemos que distinguir, frente alas del resto de los pases de su entorno, que despus de la participacinde Brasil en la II Guerra Mundial, fueron las primeras en salir al exteriorcon el Batalln Colombia unindose a las Fuerzas Armadas deNaciones Unidas en su lucha contra Corea del Norte y efectivos militaresde la Repblica Popular China. No todos los militares se apuntaron volun-tarios a la Guerra de Corea y tampoco todos los polticos y ciudadanosaplaudieron este hecho a pesar de la gran despedida que se hizo a la fuer-za expedicionaria, siendo la nica participacin en el conflicto por partede las repblicas Iberoamericanas, y en cuya contienda destacaron por suherosmo los soldados colombianos: La guerra al lado de las FuerzasArmadas de Naciones Unidas fue poco valorada por la sociedad, a pesarde su interesante experiencia para combatir la violencia.

    Otro punto significativo de las Fuerzas Armadas de Colombia es suactuacin frente a las guerrillas que siguen combatiendo en diversos luga-res del pas. Tras los intentos del anterior presidente Pastrana por alcan-zar una paz digna con los narcoterroristas, el actual presidente, lvaroUribe, ha tendido la mano para conseguir un alto el fuego y la entregade las armas con el fin de que en el pas concluya la guerra interna msantigua no solo de Iberoamrica sino de todo el mundo. Desde principiosde la dcada de los sesenta las Fuerzas Militares vienen combatiendo auna guerrilla que ha llevado el terror a las calles de las grandes ciudades,con explosiones de coches bomba, secuestros a cambio de dinero y depresos guerrilleros y actuando en algunas zonas rurales en donde mantie-ne el control total y designa desde alcaldes a maestros en lugares a dondeno llega la autoridad del estado.

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    (4) Alberto Lleras Camargo es nombrado presidente de Colombia el 7 de agosto de 1945,tras la renuncia de Lpez Pumarejo, hasta el fin de su mandato el 7 de agosto de 1946.Ambos polticos pertenecen al partido liberal.

  • Debido a la orografa del terreno, a las regiones selvticas, y a las trescordilleras que atraviesan el pas y dificultan las acciones de las operacio-nes militares y el desarrollo de la logstica, Colombia sigue siendo unanacin en guerra despus de cuarenta aos, y sus Fuerzas Militares elnico ejrcito que no ha dejado de combatir en muchos aos. Las FuerzasArmadas tienen que enfrentarse a la vez, a dos tipos de guerra: la guerri-llera, con el problema de que sus soldados no tienen la veterana ni cono-cen el terreno como los narcoguerrilleros en la actualidad se estampliando el nmero de soldados voluntarios, y al terrorismo urbano yrural que tanto dao hace a una economa en crisis.

    Aunque despus de la Guerra de Corea la doctrina militar en la luchaguerrillera ha avanzado mucho en su conjunto de normas y procedimien-tos, adaptndolos, poco a poco, a la manera de combatir del enemigo, ya valerse de la informacin como principal norma en esta lucha sin cuar-tel, las Fuerzas Militares se encuentran en permanente estado de alertasiguiendo los dictados del presidente y gobierno de turno, aunque a vecestengan que contemplar como la narcoguerrilla, amparndose en las tre-guas de paz, ha ido aumentando en nmeros sus efectivos, su entrena-miento en el manejo de las armas y en el control de las zonas rurales y enlos suburbios de las grandes ciudades. Adems el mando militar ha adver-tido al gobierno que algunos miembros de las guerrillas se enrolan en ellaspor miedo e incertidumbre en las historias individuales del da a da, y tam-bin porque a su lado pueden subsistir mejor que trabajando en unas tie-rras que no les permiten dar de comer a sus familias ni reciben la garan-ta del estado de proteger sine die sus vidas.

    Como lo que tratamos de investigar aqu son las relaciones entre civi-les y militares dentro del marco de los acontecimientos de los ltimosaos, debemos de sealar, ante todo, que para nosotros los adjetivos quehoy tratan de calificar a Colombia tampoco son comparables con la reali-dad. Colombia no es ni el Vietnam latinoamericano, la nueva Bosnia,o el nuevo Kosovo; ni el adjetivo colombianizacin significa nada msque una palabra mayscula para unos titulares de peridicos. Como nosrecuerda el historiador y socilogo Pizarro Leongmez los costos de vio-lencia para Iberoamrica son enormes y para Colombia catastrficos.Desde el punto de vista militar el perodo de la violencia en s comienzaen 1947 y an no ha concluido. Despus de 1953, con la llegada al poderdel General Rojas Pinilla, el pas haba llegado a un perodo de descensoen los niveles de criminalidad, llegando hasta cifras del promedio de lospases iberoamericanos. Sin embargo, desde 1970 a 1983 la cifra se dupli-

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  • ca y se multiplica por seis en 1991, con ms de 25.000 homicidios al aosobre una poblacin de cuarenta y un millones de habitantes (5). Las tasasde muertes violentas descendi del 70,59 en el ao 1991, al 53,66 del ao1999 (6).

    Precisamente a los pocos meses de ser nombrado presidente deColombia lvaro Uribe (7), escribe un artculo para la IPS/Comunica enque nos aporta los ltimos datos oficiales sobre la violencia y la guerra ensu pas. As nos seala que Colombia tiene que enterrar cada ao a34.000 hijos que son vctimas de la violencia. Que durante el 2001 su pasregistr la tasa ms alta de homicidios del mundo, un 63 por ciento porcada 100.000 habitantes; durante los ltimos cinco aos sufrimos 8.000actos de destruccin colectiva cifra que es superior a la registrada en losdems pases del mundo; que en los ltimos cinco aos 16.500 personashan sido vctimas del secuestro; y que cerca de 400 alcaldes, ms deuna cuarta parte de los municipios de Colombia 107 diputados y nuevegobernadores se encuentran bajo amenaza de muerte (8).

    LAS FUERZAS ARMADAS EN LA POLTICA INTERNA Y SUSRELACIONES CON LA SOCIEDAD

    Colombia es un pas en donde a pesar de que el intervencionismo mili-tar en la poltica activa ha sido uno de los ms bajos de Iberoamrica, lasrelaciones entre la sociedad civil y la militar nunca fueron del todo buenas,pues siempre existi cierto recelo y crticas entre ambos sectores. En unanacin caracterizada por la violencia de su pueblo, y sus innumerablesluchas polticas convertidas en verdaderas guerras civiles, no es de extra-ar que en ocasiones, sobre todo en el siglo XIX, personajes o grupos demontoneros defendieran unos intereses personales donde casi todos loshistoriadores, socilogos y politlogos reconocen que tras la independen-cia de la Gran Colombia, y la aparicin de tres nuevas repblicas sobre

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    (5) PIZARRO LEONGMEZ, EDUARDO: Europa-Amrica Latina:Colombia, Programa deEstudios Europeos, Universidad Federal de Ro de Janeiro, Anlisis e Informaciones, Rode Janeiro, Brasil, 2001, pg. 10 y 11.

    (6) Informacin aparecida en el Papers anteriormente citado. Fuente: Camacho (2000: 116-117).

    (7) Elegido presidente en las elecciones del 26 de mayo de 2002 junto a Francisco Santoscomo vicepresidente. Tom posesin en agosto de 2002.

    (8) URIBE, LVARO: Seguridad y democracia contra el terror, publicado en varios pases detodo el mundo y en Espaa por el diario El Mundo, en su edicin del 16 de noviem-bre de 2002, pg. 4.

  • aquel territorio Colombia, Venezuela y Ecuador fueran los caudillosemancipadores y los guerreros que combatieron en los tres pases los quese convirtieran en lderes polticos que vestan uniformes pero que no defen-dan nada ms que sus intereses porque no tenan una clara ideologa.

    Las luchas polticas y la formacin del ejrcito profesional: laparticipacin de la Sociedad

    Precisamente Atheorta y Vlez (9) reconocen que en un segundomomento todava prepartidista aparecieron dos tendencias ideolgi-cas: civilistas y militares, aunque haba que destacar que entre la militarhaba muchas ms personas civiles que militares. Esta denominacin esuna pura estulticia ya que comparan al guerrero o caudillo de aquellapoca con los llamados militares de finales y principios del siglo XIX yXX, que no tienen nada que ver ni en sus formas, ni en su manera de pen-sar, ni en su instruccin castrense, ni siquiera en lo que defendan o a losque defendan, pues como seala Alain Roqui en nada se parecen uncaudillo a un militar surgido de las Academias Militares.

    Pero ya por entonces, a partir de mediados del siglo XIX, Murillo Toro yFlorentino Gonzlez clamaron por la desaparicin del ejrcito y sus sus-titucin por una fuerza civil. Fue el propio General Melo quien llev a cabosu casi desaparicin en 1854, lo que llev consigo la creacin de nume-rosos ejrcitos irregulares que defendan los intereses privados de la oli-garqua formada entre la poblacin civil o los propios intereses del civilvestido de uniforme. Los profesores anteriormente citados sealan que deesta atomizacin de los ejrcitos irregulares surgieron los que podra-mos llamar generales de las guerras civiles, que normalmente apoyabana las agrupaciones partidistas nacionales y regionales, reconociendo estoshistoriadores que fueron los partidos los que dividieron a estas formacio-nes de guerreros. Pero hay que subrayar que, de manera distinta a lo queocurri en la mayor parte de las repblicas iberoamericanas, los enfrenta-mientos radicales entre las distintas ideologas conservadora y liberalfue una constante histrica en Colombia agravada por la posesin dearmas por parte del pueblo, llegando a una violencia poltica partidistacomo no se conoce en el discurrir de los pases de su entorno (10).

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    (9) ATHEORTHUA y VLEZ, op. cit. pg. 26.(10) Se considera muy interesante y decisiva en la historiografa militar colombiana cono-

    cer el libro de los Profesores Atheortua y Vlez anteriormente citado.

  • Fue precisamente el doctor Rafael Nez y su cerebro Miguel Caroquien conociendo la historia y las luchas fratricidas entre colombianos elque redact el artculo 166 de la Constitucin de 1886 que deca en su pri-mer prrafo: La nacin tendr para su defensa un ejrcito permanente.Nez se dio cuenta de la necesidad de crear un ejrcito profesionalnacional nuevo, cuyas directrices fueran marcadas por las leyes promul-gadas por el Parlamento y que pudieran enfrentarse a los partidos radica-les defendiendo la Constitucin. Sin embargo, esto no se consigui hastaaos ms tarde, ya que el trnsito del siglo XIX al XX se hizo en medio deuna cruenta guerra civil, denominada la Guerra de los Mil Das y que fuecalificada por el General Valencia Tovar como la ms terrible, sangrienta,destructora e intil de todas las guerras decimonnicas (11).

    Podramos decir, a groso modo, que el partido conservador era quienms cerca se senta de los militares, sobre todo a partir de la reforma delGeneral Reyes, de 1907, por la cual los ejrcitos se profesionalizaron y semodernizaron. Sin embargo, para los liberales fue considerado como unpeso muerto y como una institucin que no tena un sentido producti-vo. Por otra parte los conservadores trataron de involucrar al ejrcito enla defensa del orden pblico, cuando se defendan situaciones partidistas.En medio de estas ideas se debatan unas Fuerzas Armadas que, comomiembros de un mismo pueblo, encontraban a su alrededor e incluso enciudades en donde tenan que prestar servicio, con radicales conservado-res y liberales que llevaban su partidismo combativo hasta el seno de suspropias familias.

    La Reforma Militar del General Reyes, mediante las cuatro etapas de laMisin Militar Chilena, llev la profesionalizacin a las Fuerzas MilitaresColombianas (12) que han sido dentro de la pobreza de efectivos, cua-dros y medios una de las mejores consideradas en el panorama inter-nacional, al participar en la Guerra de Corea formando parte de lasFuerzas de las Naciones Unidas con el Batalln Colombia (1951-1953) ydespus, durante tres pocas, de las Fuerzas de Emergencia de las

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    (11) VALENCIA TOVAR, LVARO: General Eplogo del 3 Tomo sobre la historia del EjrcitoColombiano, dentro de la obra Historia de las Fuerzas Militares de Colombia, 6 Tomos(3 Ejrcito, 2 Armada y 1 Polica), Editorial Planeta, Santa F de Bogot, 1992, pg. 367del 3 Tomo.

    (12) Para un conocimiento mayor sobre la Historia de las Fuerzas Militares Colombianas,vase Monografas publicadas por el Centro Superior de la Defensa Nacional (CES-DEN), bajo el nombre de Pensadores y pensamiento militar Iberoamericano, el captu-lo dedicado a Colombia, Servicio de Publicaciones Ministerio de Defensa. 2003.Madrid, del autor del presente trabajo.

  • Naciones Unidas en Oriente Medio (1956-1958) y de la Fuerza Multilateralde Observacin de Naciones Unidas desde 1982, prorrogada sine die suestancia en esta zona conflictiva, contando en la actualidad con unos cua-trocientos hombres sobre el terreno.

    Las Misiones Militares Chilenas tuvieron serios contratiempos a lahora de aceptar sus normas e instrucciones por los militares que manda-ban las Fuerzas Armadas, hasta el punto de abandonar Colombia losmiembros de la primera misin. Cuando volvieron por segunda vez elCoronel Charpin Rival, en una conferencia pblica, trat de sealar lospuntos ms destacados de la reforma, significando que todo estado tieneque tener un ejrcito en actividad que sirva en tiempos de paz deescuela a la poblacin y en la guerra de cuadros para la tropa ya ins-truida. Segn este oficial el ejrcito tiene como misin transformar a losciviles en verdaderos soldados bajo el sentimiento del honor y la msestricta disciplina, y que lleguen a sentirse alegremente (sic) para encaso de necesidad sacrificar la salud y hasta la vida por el honor de supatria (13). Como se define la institucin militar per se, las misiones delas Fuerzas Militares eran la defensa del territorio, la defensa del ordenconstitucional y las instituciones del Estado (14). Para la formacin de loscuadros se crearon diferentes escuelas comenzando con los nuevos estu-dios en la Escuela Militar (formacin de cadetes y oficiales), la EscuelaSuperior de Guerra (preparacin para oficiales de Estado Mayor y cursode ascenso a niveles superiores), y la Escuela de Aplicacin de las distin-tas armas, en donde se debera trabajar sobre la doctrina especfica decada arma. Tambin se fundaron la Escuela Naval y ms tarde la deAeronutica (15).

    El chileno Charpin manifest que era natural que en Colombia exis-tiera una incorrecta nocin de lo que en realidad era el ejrcito, debido alas luchas polticas armadas que haban proliferando en el pas que aso-ciaba al Ejrcito con la opresin y con los ingentes gastos que ste

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    (13) ATHEORTHUA y..., op. cit. pg. 77.(14) Los proyectos de Leyes que se llevaron al efecto para poner en marcha a los ejrcitos

    fueron: Ley Militar de la Repblica, Ley sobre el personal militar, Ley del Servicio MilitarObligatorio, Ley que fija el pie de fuerza del Ejrcito, Ley de Sueldos, Ley de Retiro,pensiones y montepios y Presupuesto de Guerra.

    (15) Las misiones extranjeras que modernizaron el ejrcito colombiano fueron: 1891 deEstados Unidos y Alemania; 1896 francesa; entre 1907 y 1915 cuatro misiones chilenas;volviendo otra vez los franceses entre 1919-1921; de 1924-1933 la Misin Suiza, y de1929 a 1934 una nueva misin alemana. Estos datos estn recogidos del libro deATHEORTUA y VLEZ que a su vez lo hacen desde distintas fuentes. Op. cit., pg. 72.

  • produca; pero resalt que uno de los factores ms ntimamente ligadoal Estado era precisamente el Ejrcito. Si nos atenemos a la historia de lasFuerzas Armadas Colombianas, lo que ellas representaban porque suscuadros haban salido del propio pueblo era a la misma sociedad, y siel nmero de sus cuadros de oficiales era muy alto y sus gastos tambin,se deba ms a la falta de la existencia de un verdadero estado, puessus ejrcitos se nutran de partidarios de alguna de las ideologas impe-rantes en una repblica que, no tena una estructura institucional fuerte ycuyas fuerzas polticas se enfrentaban entre s como distintos ejrcitosdentro de un mismo pas.

    Las preocupaciones de los militares y dos formas distintas deentenderlos

    El no cumplimiento de las normas sobre el Reclutamiento forzoso anivel nacional llev muchas veces a que sus cuadros se quejaran de lacantidad de efectivos que venidos del campo o zonas marginales de lasciudades, era imposible formarlos como soldados. Por otro lado un gransector de la poltica radical deca que los jvenes que se reclutaban per-judicaba la necesidad de mano de obra en el campo. La utilizacin delEjrcito para fines polticos llev al jefe del liberalismo en el Valle, TomsUribe Uribe acusar a sus rivales polticos de que el Ejrcito haba dejadode ser nacional para convertirse en un grupo de hombres armados paracuando llegada la ocasin lanzarse contra una porcin de sus ciudada-nos (16). Los conservadores contestaron por medio de un peridico pre-guntndose, en su contestacin a Uribe: Qu es un Ejrcito Nacional?,un ejrcito en el que estn representados todos los partidos?. Y acusa-ba a sus enemigos polticos: Durante el sistema radical, el Ejrcito fuenacional alguna vez?.

    Haba dos cuestiones que preocuparon a algunos militares colombia-nos tanto troperos como intelectuales (17). La primera era la implicacinde las Fuerzas Militares en materia de orden pblico, pues podan conver-tirse en la defensa del partido poltico en el poder constitucionalmente y, lasegunda, la mala imagen que desde el poder o los escaos parlamentarios

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    (16) Polmica recogida por ATHEORTUA y VLEZ en su op. cit. pg. 102 y 103.(17) As se les denominaba a los militares que se dedicaban ms a su carrera en el mando

    y convivencia con la tropa, a aquellos que adems de pasar por unidades combatien-tes accedan a estudios propios de su carrera y a otras materias de las que daban cla-ses en las Academias Militares y en la Escuela Superior de Guerra o de Estado Mayor.

  • se daba de los militares. El General Valencia Tovar nos describe la situacinen 1945, comparando dos estilos, dos maneras de entender la nacin,dos formas distintas del manejo de las Fuerzas Armadas que se manifes-taron en dos presidentes: Lpez Pumarejo con su Revolucin en Marchay Eduardo Santos con la Nacin en Marcha. Dos lemas parecidos, dospersonalidades distintas que dieron rumbos definidos al pas y dejaronhuella indeleble con sus gobiernos (18). Durante la segunda administra-cin de Lpez Pumarejo el presidente seal que trataba de convertir alEjrcito en un instrumento de desarrollo ya que era una institucin quevegetaba como peso muerto en los cuarteles y que haba que hablar decambiar las armas por azadones (19). Esto no agrad a la institucin mili-tar, adems porque en el intento de golpe de estado del 10 de julio de 1944en el Pasto, reteniendo al presidente, slo dos guarniciones respondieronal cuartelazo: Ibaqu y Bucaramanga.

    Mientras esto pasaba y vena a herir a los componentes del Ejrcito, elpresidente Santos haba cuidado hasta el extremo el tratamiento de las ins-tituciones armadas, realizando una poltica de mejoras en las instalacionescastrenses, sealando en su discurso de posesin que la disciplina en laobediencia al poder civil tiene que ser las bases en que se apoye nuestroEjrcito para merecer que cada da tenga ms la confianza y el afectode nuestro pueblo (20). Los militares buscaban su imagen de neutralidad yfue el 9 de abril de 1948 durante el llamado Bogotazo cuando consi-guieron que an las plumas ms reacias llegaran a escribir en la historia deColombia: El Ejrcito como salvador. Atheortua reconoce que institucio-nalmente discriminadas e impedidas en hablar en nombre de la nacindesde el gobierno de Lpez Pumarejo (21), en esta ocasin pudierondemostrar que con su intervencin salvaron al gobierno en contra del gai-tarismo y no se dejaron llevar por sentimientos caudillistas, al mostrar susubordinacin al gobierno del presidente Ospina. Quiz en aquella ocasinla frase del General Valencia Tovar vino a ratificar su pensamiento de anta-o: A las Fuerzas Armadas se les rechaza sin conocerlas (22).

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    (18) VALENCIA TOVAR, LVARO: General, Testimonio de una poca. Editorial Planeta, Santa Fde Bogot, pgs. 56 y siguientes.

    (19) Ibiden, pg. 58.(20) Recogido del libro de ATHEORTUA y VLEZ, ya citado, en su pg. 143.(21) Ibiden, pg. 172-173.(22) VALENCIA TOVAR, LVARO: General, Abajo las armas!, artculo publicado en el diario El

    Tiempo, en su edicin del 27 de enero de 1984, recogido en su libro Clepsidra,Publicaciones Militares, Santaf de Bogot, 1992, pg. 141. Se trata de una obra endonde se recogen numerosos artculos publicados en el diario El Tiempo entre 1975y 1991, despus de su retiro de la vida militar.

  • LA INSTITUCIN MILITAR EN LAS CONSTITUCIONESPROMULGADAS POR LOS REPRESENTANTES DEL PUEBLO

    Las antiguas constituciones

    En donde por vez primera aparece en una Constitucin Colombianareferencia a la institucin militar fue en la de Cundimarca que, en su TtuloIX, dedica como misin de la Fuerza Pblica defender el Estado de todoataque y toda irrupcin enemiga, as como evitar conmociones y desr-denes en el interior y que se cumplan las leyes. Entre las cuestiones msimportantes que se contemplan en esta primera norma constitucional deColombia figuran la determinacin de que la Fuerza Armada es esencial-mente obediente y por ningn caso tiene derecho a deliberar (23).Tambin se seala que la alta direccin de las armas pertenece algobierno; que debe estar siempre (la Fuerza) a las rdenes de sus Jefes;se determinan las obligaciones que tienen todos los ciudadanos paraprestar su servicio militar, as como las condiciones de cmo se lleva acabo el reclutamiento, y se reconocen vigentes las Ordenanzas de CarlosIII, as como la jurisdiccin especfica militar. En el Acta de Santaf, de laFederacin de las Provincias de Nueva Granada (1811), en la que ya no sehabla del Rey de Espaa sino de los plenos poderes otorgados por lasprovincias, se describe la creacin de las milicias provinciales, su arma-mento y disciplina. De los 68 artculos que la componen se dedican seis alas fuerzas armadas de tierra y mar, y se dictan normas para la defensacomn, presupuestos militares, la administracin de personal, disciplina,etc. Como nota caracterstica, porque subsiste desde entonces, se sea-la que desde el grado de coronel los ascensos debern ser aprobados porel Congreso (24).

    Dentro de estas Constituciones o Actas que fueron promulgadas en losantiguos territorios de Nueva Granada tambin merece por su singula-ridad destacar la Constitucin del Estado de Antioqua (25), redactadaen Ro Negro en 1812. Dentro del estatuto se recoge lo que hemos sea-lado en otros textos pero entre sus singularidades nos dice que en todaslas milicias provinciales, los soldados de cada Compaa elegirn a sus

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    (23) Constitucin de Cundimarca promulgada por el Colegio Constituyente el 4 de abril de1811. Ttulo IX. Del artculo 1 al 14.

    (24) Acta de la Federacin de las provincias de la Nueva Granada, firmada el 27 de noviem-bre de 1811. Contena 68 artculos y se referan al ejrcito del 12 al 18.

    (25) Redactada en Ro Negro en 1812.

  • oficiales; los oficiales al Coronel del Regimiento; y los Generales por elpresidente del Estado en una terna que le propondr la Cmara (26).

    La Constitucin de Nueva Granada (27) mantuvo la misma lnea quela promulgadas desde 1811 si bien ampla algunas consideraciones sea-lando por una parte lo que es potestad del ejecutivo, dirigir las fuerzas demar y tierra, pero sin poderlas mandar en persona; declarar la guerra pre-vio decreto del ejecutivo; nombrar, con la aprobacin previa del Senado,a los jefes y generales desde el empleo de Teniente Coronel; concederretiros y licencias, etc. (28). Esta misma Constitucin contempla que elpoder legislativo fije la fuerza de mar y tierra y el modo de cambiarla; laconstruccin de material para la marina; aprueban la correspondienteorganizacin, y como se declara la guerra y se aprueba la paz a instanciadel ejecutivo.

    De manera general, en cuanto a las Fuerzas Armadas, el Ttulo IX sea-la las tradicionales normas contempladas en las anteriores destacando,en esta ocasin, el mantenimiento del orden pblico y sostener la obser-vacin de la Constitucin y de las leyes. En su texto aparece, por vez pri-mera, el establecimiento de una Guardia Nacional, cuyos miembrosquedan sujetos a las ordenanzas militares; que stas sern reclutadas yservirn en cada provincia que las llame a filas; y que estarn mandadaspor el gobernador siempre que sean autorizadas por el legislativo salvoconmocin sbita, o de invasin exterior repentina. Como curiosidad, yante la proliferacin de los cuadros de mando venezolanos, en el ejrcitode la nueva Repblica, se recoge en la Constitucin que los oficiales delEjrcito y Armada sern granadinos y los generales granadinos de naci-miento (29). Tambin se dice en la norma constitucional que la Ley nocrear otros empleos militares que los que sean indispensablementenecesarios, y que no se producirn ascensos hasta que no exista unavacante para ello. A la vista de lo sealado por la Constitucin, elCongreso aprob el Estatuto Orgnico de las Fuerzas Armadas que fuepromulgado por el presidente de la Repblica, General Santander, el 10 dejunio de 1833 (30). El Estatuto tambin creo los Estados Mayores; el pri-

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    (26) Constitucin de 1812, artculo noveno.(27) La Constitucin de Nueva Granada fue aprobada en Bogot en 1832.(28) Ibid, artculo 106.(29) Ibid. Artculo 175.(30) Estaba dividido en siete captulos y 81 artculos, con seis disposiciones transitorias. El

    Ejrcito se organiz en Divisiones y Columnas. De 2 a 3 Batallones formaba unaColumna y de 2 a 3 Columnas una Divisin. Los Batallones tenan alrededor de 660plazas, integrados a su vez por compaas de 90 soldados..

  • mero el general cerca del gobierno cuyo jefe era el Secretario de Guerray Marina. Por aquel entonces contaban con tres Secciones: organizacin;instruccin, disciplina y formacin y la tercera, logstica.

    La Constitucin de 1886 nos dice, en otras cosas, que slo la Nacinpuede tener ejrcito y elementos de guerra salvo los que corresponda ala Polica. Se conservan las normas anteriores sobre la declaracin deguerra, transito de tropas extranjeras, aprobacin de empleos. Introdujo lapena de muerte para algunos delitos entre ellos la traicin a la patria;que slo el Gobierno puede fabricar armas, y se le entrega la posibilidadal Presidente de dirigir las operaciones de guerra como Jefe de losEjrcitos de la Repblica. Se menciona la obligacin de tomar las armaspor parte de los ciudadanos en caso de necesidad; que los cuadros de losejrcitos sern permanentes, y que no sern privados de sus grados salvopor sentencia firme. Se respetan las Cortes Marciales o TribunalesMilitares y la posibilidad de establecer una Milicia Nacional (31).

    La Constitucin vigente de 1991

    Hasta hace poco tiempo la Constitucin de Colombia de 1886 era unade las ms antiguas vigentes. Las elecciones constituyentes tuvieron lugarel 9 de diciembre de 1990 elaborando un nuevo texto constitucional quefue promulgada el 4 de julio de 1991.

    En los Principios Fundamentales se dice que la Repblica deColombia es un Estado social de derecho, organizado en forma deRepblica Unitaria, descentralizada, con autonoma de sus entidadesterritoriales (32). Entre los fines esenciales del Estado se encuentradefender la independencia nacional, mantener la integridad territorial, yasegurar la convivencia pacfica (33).

    Se le conceden al presidente de la Repblica dirigir la fuerza pblicay disponer de ella, como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadasde la Repblica; dirigir la guerra, declarar la guerra y ratificar los tratadosde paz con permiso del Senado o dando cuenta de ello cuando los hechosno puedan esperar (34). Tambin como jefe de la Fuerza Pblica confiere

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    (31) Constitucin de 1886, sancionada el 5 de agosto. Artculos del 165 al 171. De laFuerza Armada.

    (32) Constitucin Poltica de Colombia de 4 de julio de 1991, artculo 1, Ttulo 1.(33) Ibid, artculo 2.(34) Ibid, artculo 189 puntos 3, 5 y 6.

  • los grados militares y policiales, que para el nombramiento de OficialesGenerales requerir la aprobacin del Senado.

    En cuanto la Fuerza Pblica (35) est integrada de manera exclusivapor las Fuerzas Militares y la Polica Nacional. Entre otras cuestionesla Constitucin seala que la Fuerza Pblica no es deliberante ni podrreunirse sin orden de la autoridad legtima; tampoco podr ejercer la fun-cin del sufragio mientras permanezcan en activo, ni intervenir en acti-vidades o debates de partidos o movimientos polticos; no podrn ser pri-vados de sus grados, honores, etc., salvo en los casos que determine laLey; los delitos cometidos cuando se encuentren en actividad los cono-cer los Tribunales Militares si son en relacin con el servicio; los ascen-sos se determinarn por ley y en las enseanzas se impartirn los funda-mentos de la democracia y de los Derechos Humanos.

    Las Fuerzas Militares permanentes las conforman el Ejrcito, laArmada y la Fuerza Area. Sus misiones principales sern la defensa dela soberana, la integridad del territorio, y del orden constitucional. Encuanto al servicio militar todos los colombianos podrn ser llamados afilas de acuerdo a las necesidades de la defensa del pas. Una ley deter-minar el reclutamiento del servicio militar, y la fabricacin de armas,municiones de guerra y explosivos solo el gobierno podr fabricarlos ointroducirlos en el pas. La Polica Nacional es un cuerpo armado per-manente de naturaleza civil con la misin de que se puedan ejercer losderechos y libertades pblicas, y para asegurar que los habitantes con-vivan en paz.

    Entre lo ms destacado en relacin con otras Constituciones anterio-res es la separacin de la Polica y las Fuerzas Militares; la exclusin delEjrcito de la defensa del orden interno, limitndolo a la guarda de fron-teras, y la abolicin del fuero militar, entre otras cosas. La esencia de lamayora del cuerpo de la ley de leyes es parecido al de 1886. En el actualse entiende que las Fuerzas Militares deben custodiar y proteger todo elterritorio. La Carta Magna divide los estados de excepcin en dos: elestado de sitio y de conmocin interior aunque slo por 90 das, yprohibe el juzgar a los civiles por cortes marciales, adems de la abolicinde las Milicias Nacionales.

    Con estas anotaciones de las antiguas y actual Constituciones quere-mos remarcar el espritu civilista de unas Fuerzas Militares que bajo su

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    (35) Constitucin de 1991. Captulo 7. De la Fuerza Pblica. Desde el artculo 216 al 223.

  • Constitucin, redactada y aprobada por los representantes del pueblosoberano, defiende la bandera de Colombia como smbolo de toda unanacin.

    LAS REFORMAS DE LA SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL EN LAINTERACCIN CON EL ESTADO Y LA SOCIEDAD CIVIL: HACIA UNAMODERNIZACIN DE LAS FUERZAS MILITARES

    El Gobierno del conservador Andrs Pastrana trat, por todos losmedios, de llegar a un entendimiento con las narcoguerrillas parecido a losque se haban desplegado durante las administraciones de Csar TurbayAyala, Belisario Betancour, Virgilio Barco, y Csar Gaviria.

    Salvo en alguno de ellos, que consigui que dejaran las armas las gue-rrillas del Ejrcito Popular de Liberacin, el Partido Revolucionario de losTrabajadores y el Movimiento Indigenista Quintn Lame, as como con losguerrilleros del M-19, los dems acuerdos de paz terminaron en fracaso.Con diversos nombres estos polticos trataron de llegar a unos Acuerdosde Paz que condujeran al final de la lucha de las guerrillas, pero ni lasFuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ni el denominadoEjrcito de Liberacin Nacional (ELN) llegaron, en la actualidad, a detenerel conflicto y las negociaciones se encuentran estancadas. AndrsPastrana demostr una gran ingenuidad pero un enorme deseo poralcanzar la paz al conceder 42.000 kilmetros cuadrados a los hombresdel lder de las FARC. Marulanda, como Zona de Despeje y que, comocondicin previa, exigi la guerrilla antes de sentarse en la mesa negocia-dora. En la tambin llamada Zona de Distensin un territorio igual a laextensin de Suiza, vivan unas 100.000 personas, repartidas en cincomunicipios. Las intenciones demostradas por la narcoguerrilla fue que loque pretendan era ganar tiempo para hacerse fuerte en esta zona, estudiarlos posibles despliegues, no llegar a ningn acuerdo, y a rearmarse y estu-diar nuevos golpes contra el poder civil. Y lo consiguieron.

    Sin embargo, y al mismo tiempo, la administracin de Pastrana traba-j sobre tres planos distintos que estn dispuestos y aprobados para quepueda utilizarlos los siguientes gobiernos:

    Primero, la aprobacin por las cmaras de la Ley sobre Organizacin yFundamento de la Seguridad y Defensa Nacional (36).

    35

    (36) Aprobada por el Senado por Ley n 81/99 y por la Cmara n 133/01. Texto oficial.

  • Segundo, el Programa de Modernizacin de la Fuerza Pblica, apro-bado por el gobierno de Pastrana en 1998.

    Y en tercer lugar, el llamado Plan Colombia del ao 2001.

    Dentro de este apartado vamos a analizar las normas que contienenlas leyes en los dos primeros prrafos.

    El Sistema de Seguridad y Defensa Nacional (2001)

    Aparte de la modernizacin de la Fuerza Pblica el gobierno deColombia necesitaba un marco jurdico, dentro de las coordenadas quedefiende la Constitucin, ante el posible fracaso de las negociaciones y lapuesta al da de unos organismos eficaces y legales que puedan asegurarrazonablemente y, de conformidad con sus ciudadanos, tener losrecursos jurdicos, materiales, y de coordinacin para una eficiente segu-ridad y defensa nacional (37).

    La definicin de este sistema viene a ser el conjunto de principios, pol-ticas, objetivos, estratgicas, procedimiento, organismos, funciones yresponsabilidades de los componentes del Estado en tal materia (38). Laverdad es que la norma es ms enunciativa que de contenido. Define quse debe entender por: Poder Nacional, Orden Pblico, Fuerza Pblica,Defensa Nacional, Seguridad Ciudadana, Seguridad Nacional, etc.

    As por ejemplo la Defensa Nacional es la integracin y accin contro-lada del Poder Nacional para enfrentarse y contrarrestar todo acto deamenaza o agresin, bien interno o externo, que amenace a la soberanae independencia de la nacin, la integridad nacional y el orden constitucio-nal. En cuanto a la Seguridad Nacional y dentro del marco del respeto a losDerechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, el poder usarlas medidas necesarias incluso el uso de la fuerza para que sus asocia-dos tengan un relativo nivel de garantas para que exista unos nivelesaceptables de convivencia pacfica y seguridad ciudadana (39). Tambinseala que entre los Deberes Ciudadanos se encuentra la obligacin deapoyar a todas las autoridades democrticamente elegidas para conseguir

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    (37) Fue aprobado y sancionado por el gobierno de la Repblica y los representantes dellegislativo, el 13 de agosto de 2001 en Bogot. Ley sobre Organizacin y Fundamentode la Seguridad y Defensa Nacional, artculo 1.

    (38) Ibidem artculo 2.(39) Ibidem artculo 8.

  • la independencia y la integridad nacional, as como el mantenimiento de lapaz y las acciones humanitarias, ante situaciones que pongan en peligrola vida o la salud de las personas (40). Como se podr comprobar lo quequiere el ejecutivo y el legislativo es disponer de unos utensilios legales quegaranticen la colaboracin de los ciudadanos con las autoridades porejemplo, en las zonas rurales dominadas por las guerrillas para permitirdetener y combatir a los que practican la violencia generalizada.

    En cuanto a los servicios de informacin, vitales para este tipo de con-flictos, se define la Inteligencia Estratgica como la cpula del sistemade informacin nacional formada por los servicios de inteligencia de lostres comandos militares, los de la polica u otros de carcter pblico,teniendo como mbito de actuacin tanto el territorio nacional como inter-nacional. Estos sern la base para formular y desarrollar los planes enmateria de Seguridad y Defensa.

    Entre los rganos que forman todo el complejo de Seguridad yDefensa nos encontramos con:

    Sistema de Seguridad y Defensa Nacional

    Compuesto por el Presidente de la Repblica, el del Congreso, eldel Consejo Superior de la Judicatura, la Fiscala General de laNacin, los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa Nacional, ydel Interior, as como el Jefe de Comando de las Fuerzas Militares,y de los tres ejrcitos y la Polica, adems de DepartamentoAdministrativo de Seguridad (DAS).

    Consejo Superior de Seguridad y Defensa

    En la ley se define como el rgano de planeamiento, direccin,ejecucin y coordinacin de los elementos del Poder Nacional,con el fin de garantizar la Seguridad Nacional. Su composicin,bajo el Presidente de la Repblica, est formado por los ministroscitados anteriormente, los jefes de las Fuerzas Militares y de laPolica, as como los Presidentes de Comisiones SegundasConstitucionales del Congreso de la Repblica. Como se puedecomprobar la reforma de este tipo de rganos se debe a la nece-sidad de involucrar no solo al poder ejecutivo y a militares y poli-ca, sino a destacados miembros de los poderes legislativo y judi-

    37

    (40) Ibidem artculo 9.

  • cial. Las funciones, atribuciones y reuniones, aparecen en eldesarrollo de la ley, as como las atribuciones de cada uno de losrganos que conforma el Consejo.

    Consejos Regionales Departamentales, Distriales,Metropolitanos, y Municipales

    Presididos, a cada nivel administrativo, por su mxima autoridad.Forman parte de l los representantes de los rganos de seguri-dad militar, policial y poltico. Los Regionales estarn presididospor el Ministro del Interior.

    Movilizacin, Participacin Ciudadana, y Ejecucin Operativa

    Entre otros documentos se tendr que redactar el PlanteamientoEstratgico, el Planeamiento de Seguridad y Defensa, ascomo los siguientes niveles de planeamiento: EstratgicoNacional, Estratgico General, Operativo y Tctico. Tambin exis-te una Junta de Inteligencia Estratgica. Algunos de ellos nosern pblicos por las materias a tratar.

    Estas medidas y sus rganos y composicin van dirigidas a involucrara todos los colombianos en la lucha contra las narcoguerrillas, el terroris-mo y el crimen organizado que azotan de una manera brutal a la sociedadcivil y militar colombiana.

    La modernizacin de la Fuerza Pblica

    La antigua Administracin conservadora del presidente Andrs Pastranadespleg un Programa de Modernizacin de la Fuerza Pblica que tenacomo base tres objetivos fundamentales con el fin de ir alcanzando el prin-cipal al que se enfrenta el pas: garantizar la seguridad y la coexistenciapacfica entre todos los colombianos, algo que parece difcil de conseguirpero que hay que poner todos los medios lcitos en manos de los gobiernospara que, poco a poco, se vayan consiguiendo una pacificacin de la nacinque actualmente se encuentra en guerra. El antiguo ministro de DefensaNacional, Ramrez Acua, sealaba que el Programa de Modernizacin,adoptado por el gobierno desde 1998 al 2002, tena tres objetivos: el prime-ro consista en contar con ms y mejores hombres, incrementando la pro-fesionalizacin de la tropa en relacin con la que dispona los generadoresde la violencia. En el 2001 haba 55.000 soldados profesionales en compa-

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  • racin con los 22.000 existentes en 1998. En el ao 2000 tres de cada cua-tro compaas de los 42 batallones de contraguerrillas estuvieran formadaspor soldados profesionales y con una instruccin adecuada. Adems se pre-tenda, dentro del Plan Fortaleza, el aumento de 10.000 soldados regularesal ao desde el ao 2000 hasta el 2004. Los efectivos de tropa pasaran de65.000 a 105.000 hombres y mujeres. El ministro aseguraba que entre profe-sionales y regulares los totales de soldados se elevaran, en el 2004, a unos160.000 efectivos, cuestin sta que aunque la actual Administracin delpresidente lvaro Uribe desea ampliar, tambin est por ver a donde llega-rn los soldados profesionales de las Fuerzas Militares cuyos efectivos,desde luego, no eran los apropiados para combatir a las entrenadas, capa-citadas y veteranas guerrillas conocedoras de los campos de operacionesmejor que el ejrcito. La profesionalizacin trata de inculcar a la tropa la cul-tura de los Derechos Humanos, cuestin sta muy difcil de conseguir antelos ataques salvajes de los terroristas de la narcoguerrilla. Ms de 100.000miembros de la Fuerza Pblica han recibido una capacitacin relacionadacon esta sensible cuestin, sobre todo los que tienen que combatir frente afrente con la guerrilla. Las quejas de la poblacin civil han descendido con-siderablemente con relacin a aos atrs, en los temas relacionados con losDerechos Humanos.

    El segundo paquete de medidas fue la adquisicin de ms y mejoresequipos de toda clase de material. La guerrilla, en ocasiones, dispona dearmamento de guerra liviano mejor que el de las Fuerzas Armadas, ya quedisponen de presupuestos suficientes para su compra. Para superar estasituacin se estn utilizando recursos pblicos mayores que antes, y laAyuda Norteamericana de carcter militar que contempla el Plan Colombia.Los datos que se conocen sealan un aumento considerable de helicpte-ros de transporte y apoyo de fuego. En 2001 el aumento haba llegado a un70 por ciento con relacin a 1998 y en cuanto a los helicpteros artilladosse haba multiplicado por cuatro. La necesidad de helitransportar la tropa,as como su utilizacin para operaciones de inteligencia y de comandos sonesenciales en esta guerra, en donde las unidades operativas tienen en estemedio la nica forma de desplazarse ante la geografa y orografa en dondecombate la guerrilla. En la actualidad, se han incrementado los recursospara la mejora de las Fuerzas de Despliegue Rpido, la Brigada Fluvial, laBrigada contra el Narcotrfico y la Central de Inteligencia Conjunta.

    El tercer objetivo era dotar a las Fuerzas Militares de una nueva legis-lacin ms acorde con la modernizacin operativa. Para ello se han impul-sado una serie de normas que le otorga al presidente de la Repblica,

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  • durante seis meses, a disponer de facultades para expedir normas rela-cionadas con la organizacin militar y policial, con la participacin decinco senadores y cinco representantes de la Cmara que participarn enel desarrollo de estas facultades. De las nuevas redacciones de las leyesse dar cuenta al Procurador General de la Nacin (41).

    En resumen, todo esto afect a la facultad discrecional del presidente,Ministro de Defensa, y Comandante de las Fuerzas. As por ejemplo sepodr retirar con cualquier tiempo de servicio a oficiales y suboficiales queno cumplan los requisitos mnimos para continuar en las FuerzasArmadas. Tambin con estas nuevas leyes los universitarios que deseeningresar en las Fuerzas Armadas lo harn como oficiales y podrn optarpara prestar su servicio en unidades operativas. Se crea un Cuerpo deJusticia Militar con Oficiales y Suboficiales para que la administracin deJusticia sea independiente de la lnea de mando. Se aprob un nuevoCdigo de Justicia Penal Militar incorporando en l, como faltas gravsi-mas, las violaciones de los Derechos Humanos. Se dise una carrerapara los soldados profesionales con la posibilidad de poder alcanzar losgrados de oficial o suboficial, as como el devengo de pensiones, seguri-dad social, y su adaptacin profesional a sectores que les permita acce-der a una clase de trabajo, cuando regrese a la vida civil.

    Los cambios producidos en la organizacin militar

    Ante la necesidad de cambios en la poltica de Defensa se han apro-bado una serie de disposiciones legales que van desde la ley sobreSeguridad y Defensa, de la que hemos escrito anteriormente, al aumen-to de efectivos militares y de material, que tambin hemos mencionado,hasta reformas en los distintos departamentos como el Ministerio deDefensa; la regulacin de la carrera militar, la de los soldados profesio-nales, as como la del Rgimen Disciplinario de las Fuerzas Militares,son otras de las disposiciones aprobadas por las cmaras.

    La reforma del ministerio viene a sealar, en primer lugar, que tendra su cargo la orientacin, control y evaluacin del ejercicio de las fun-ciones administrativas (42). En cuanto a la direccin del mismo la ejer-

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    (41) Ley 578/2000 del 14 de marzo compuesta por cuatro artculos, aprobada por elCongreso.

    (42) Decreto 1512 de 11 de agosto de 2000, por el que se modifica la estructura delMinisterio de Defensa Nacional y se dictan otras disposiciones. Artculo 1.

  • ce el Ministro con la inmediata colaboracin del Comandante Generalde las Fuerzas Militares, los Comandantes de la Fuerza (Tierra, Mar yAire), as como el Director General de la Polica Nacional y elViceministro de Defensa. La denominada Fuerza Pblica la dirige el pre-sidente de la Repblica, como Comandante Supremo de las FuerzasArmadas, y dispone de ella, directamente o por conducto del Ministrode Defensa. Entre sus funciones aparecen la de disear y recomendarla estrategia de seguridad y defensa nacional as como sus polticaspara su ejecucin (43). Con esta definicin de sus funciones el Ministrotiene asignadas importantes cuestiones dentro de la institucin militar, aparte del Sector Administrativo, y que acaparan 19 puntos.Precisamente dentro de esta disposicin, en el Captulo III, se refiere alas Fuerzas Militares que estn compuestas por el Comando General delas Fuerzas Militares, el Ejrcito, la Armada, y la Fuerza Area, sealan-do la norma que el Mando lo ejerce el presidente, quien lo puede dele-gar en el Ministro de Defensa a travs del Comandante General de lasFuerzas Militares. La fuerza, su composicin, la seala el ComandanteGeneral y el Ministro de Defensa y cada uno de los comandados de lastres Fuerzas (44).

    El exministro Luis Fernando Ramrez manifest que este Gobiernocomo parte fundamental de su estrategia se encuentra el fortaleci-miento de las Fuerzas Militares y entre sus intenciones, a parte del incre-mento de material y efectivos figura,

    el mejoramiento de su interaccin con el resto del Estado y la pobla-cin civil. Es un proceso en marcha con el cual esperamos aumentarel apoyo y la credibilidad de la Nacin en sus Fuerzas Militares a tra-vs de diferentes lneas de accin (45).

    En esta alocucin tambin subray que las crticas contra las FuerzasArmadas que le llegan a veces desde el interior o exterior por la cuestinde los Derechos Humanos han disminuido considerablemente. El ministroseal que hace algunos aos se les acusaba del 54 por ciento, frente aun 5 por ciento en 1998.

    En la definicin que se hacen en la normativa aprobada en el ao 2000,se dice que las Fuerzas Militares de la Repblica son organizaciones ins-truidas y disciplinadas para la defensa de la soberana, la independencia,

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    (43) Ibidem, artculos 2, 3 y 4.(44) Ibidem, artculos 27 y 28.(45) Intervencin ante la Asociacin Nacional de Industriales el 28-9-1999.

  • la integridad de territorio, y del orden constitucional (46). La planta deoficiales y suboficiales ser fijada por el gobierno para lo que se elabora-r un plan quinquenal en el que se determinar, las necesidades de lafuerza y que el ministerio revisar cada ao. Esta disposicin seala la cla-sificacin y escalafn para todos sus miembros; se fijan las condicionespara su ingreso, ascensos y formacin de oficiales y suboficiales; requisi-tos especiales para ascensos, teniendo en cuenta que como mnimo debede ejercer un ao ocupando cargo de comando en todos los niveles, y sefija el tiempo mnimo, tambin, para el mando de tropas, en unidades deflota o grupo aeronaval, as como el de horas de vuelo. Se estipula el tiem-po de retiro, traslados, comisiones y licencias; de la suspensin, retiro,separacin y reincorporacin, sealndose en el artculo 103 del Retiropor llamamiento a calificar servicios, despus de cumplir quince aos oms de servicio, y que no es otra cosa que el de pasar a retiro forzoso pormotivos derivados de lo que crea el mando no ha hecho bien en su con-dicin de militar (47).

    Dentro de la norma sobre el Rgimen de Carrera y Estatuto delPersonal de Soldados Profesionales los define como, los varones entre-nados y capacitados (...) para actuar en las unidades de combate y apoyoal combate. Para ser soldado profesional hay que ser colombiano, solte-ro, sin hijos, mayor de 18 y menor de 24 aos, acreditar estudios hastaquinto de educacin bsica, y reunir las condiciones psicofsicas que sedetermine. Su ingreso definitivo se adoptar por el mando militar, despusde un perodo de instruccin que no podr sobrepasar seis meses. El reti-ro se puede llevar a cabo por causas fsicas, falta de capacitacin, deseopropio, etc. Tendr como mximo una edad de 45 aos. Los soldados ten-drn una pensin y asistencia sanitaria en caso de que tengan que dejarel servicio activo (48).

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    (46) Decreto n 1790 del 14 de septiembre de 2000. Artculo 1. Normas que regulan lacarrera del Personal de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Militares.

    (47) Dentro de las Fuerzas Armadas aparecen dos clases para todas las Fuerzas: Oficialesy Suboficiales. En los primeros se encuentran General (el de mayor grado) MayorGeneral (dos soles) y Brigadier General (un sol). Entre oficiales superiores los gradosde Coronel, Teniente Coronel y Mayor; y oficiales subalternos los de Capitn, Tenientey Subteniente. Dentro de los suboficiales figuran: Sargento Mayor, Sargento Primero,Sargento Viceprimero, Sargento Segundo, Cabo Primero, Cabo Segundo, y CaboTercero. La Armada mantiene el mismo nmero de grados pero con la especificacinde Suboficial y Marinero. En la Fuerza Area se utiliza el nombre de Tcnico Jefe,Tcnico Subjefe, Tcnico Primero, para los especialistas.

    (48) Decreto 1793 de 14 de septiembre de 2000 sobre el Rgimen de Carrera y Estatutodel Personal de Soldados Profesionales de las Fuerzas Militares.

  • El exministro de Defensa Ramrez manifest que en el ao 2000 tene-mos 43.000 soldados profesionales y que al finalizar el perodo presiden-cial de Pastrana (mayo del 2002) habr 55.000. Con respeto al enfrenta-miento con las narcoguerrillas manifest: Hace dos aos era comnencontrar un soldado sin suficiente entrenamiento; para el ministro sehan dado la vuelta a esta situacin (49). El actual presidente lvaro Uribemanifest, en febrero del 2002, que en un mximo de dos aos hay quellegar a 100.000 soldados profesionales (50). Sera el mayor ejrcito pro-fesional de tropasde Amrica, despus del de los Estados Unidos yCanad.

    LAS FUERZAS MILITARES EN UNA SOCIEDAD EN GUERRA:LA NECESIDAD DEL APOYO CIVIL EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA

    Si en casi todos los pases occidentales las relaciones entre lasFuerzas Armadas y la Sociedad Civil nunca fueron del todo buenas,mucho ms difcil tienen que ser para los militares colombianos si con-templamos el devenir de su historia, en donde comenzando por los parti-dos polticos nadie se interes por esta institucin que trat de ser politi-zada y utilizada por distintas ideologas a pesar de mostrarse, Colombia,como una excepcin singular dentro del intervencionismo militar en lapoltica activa en la historia independiente de las repblicas iberoamerica-nas. Como dice un aforismo castrense: Los liberales nos odiaban, y losconservadores nos utilizaban.

    Sin embargo, y hay que decirlo enseguida, la imagen de sus FuerzasMilitares ha cambiado mucho tras el inters del cumplimiento de los dere-chos bsicos dentro de los Derechos Humanos, y el cumplimiento de lasrdenes de la poltica de Defensa y Seguridad del poder ejecutivo y legis-lativo, con gran perjuicio, algunas veces, para su poltica de DefensaNacional, en cuanto a la estrategia para vencer a la guerrilla terrorista. LasFuerzas Armadas vienen desplegando toda una informacin abierta sobresus actividades, mediante la difusin de noticias o la aclaracin de notasutilizadas por los multimedia que, en muchos, casos no concuerdan conla realidad. La actividad de relaciones pblicas, sociales, culturales y deocio es en la actualidad digna de todo encomio. Las pginas web de los

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    (49) Entrevista en el Diario El Tiempo de Colombia. En la edicin del 12 de diciembre de2000.

    (50) Entrevista publicada en el Diario El Pas, Madrid, el 1 de abril de 2002.

  • diferentes comandos as como de la Escuela Superior de Guerra, juntocon sus respectivas revistas y los documentos editados por el servicio depublicaciones del Ministerio de Defensa, aportan toda una fuente con-trastada de los sucesos e informacin que genera la contienda guerrillera.Las actividades de las Fuerzas Militares, el cumplimiento de sus misionesy un profundo conocimiento de lo que son y para qu sirven unos milita-res que se sienten identificados con aquellos colombianos que desean lapaz, dentro de la convivencia de toda la sociedad, son divulgadas por susServicios de Informacin.

    No vamos aqu a enumerar las actividades realizadas por los Serviciosde Relaciones Pblicas de los Comandos porque no conducira a nada suexposicin. Desde hace unos aos las Fuerzas Militares se han abierto ala sociedad civil, y desde la exposicin de su armamento, de sus acuarte-lamientos, su participacin en ayudas a los campesinos que van desdelas sanitarias hasta las ldicas son conocidas por la sociedad civil. Losmilitares tratan de ayudar en todas las cuestiones al pueblo llano azotadopor la violencia terrorista y narcoguerrillera. Especialmente dedican actosfestivos en favor de los nios que van desde sesiones de circo hasta con-ciertos de msica moderna, muchos de ellos haciendo los soldados ymandos de actores principales de este acercamiento a la pequea y jovenpoblacin civil. Tambin prestan una gran ayuda en la construccin deobras pblicas para el pueblo y de saneamiento para el desarrollo de lascomunidades necesitadas.

    La lucha narcoguerrillera contra la sociedad

    Desde hace algn tiempo se viene discutiendo en los medios acad-micos y polticos si la lucha que enfrenta a la guerrilla con el ejrcito enColombia y que dura ya cuarenta aos, se trata de una guerra civil,de una lucha irregular, una guerra contra el terrorismo, o un enfrenta-miento armado contra el bandolerismo. La verdad es que resulta difcil sucalificacin dentro de las coordenadas de todo conflicto clsico, ya quepor un lado no existe dos facciones diferenciadas en la sociedad queluchen por dos sistemas polticos o ideolgicos distintos, dos facciones oetnias enfrentadas entre s, o parte de un pueblo que se siente subyuga-do por un rgimen dictatorial en donde no existe un sistema democrticocon pluralismo poltico. Es ms, resulta que uno de los enemigos a batirse enfrenta a los otros dos grupos armados de distinta identificacin pol-tica las AVE aunque las tres guerrillas se abastecen gracias a la droga,

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  • a los secuestros y a otras actividades ilcitas. Para nosotros nos encon-tramos ante un conflicto narcoguerrillero frente a una sociedad que nece-sita defenderse con toda clase de medios legales dentro de un estado dederecho, incluida la fuerza.

    En primer lugar digamos que las Fuerzas Militares, bajo las rdenesde un gobierno legtimamente elegido, combaten por igual a las FuerzasArmadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las ms numerosas, queal Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN) con quien se estuvo negocian-do en Cuba para que abandonara las armas, y las Autodefensas Unidasde Colombia (AUC), conocidas como paramilitares que se crearonpara combatir a las guerrillas de ideologas de izquierda radical, desdela extrema derecha. Entre los tres grupos guerrilleros no llegan a 25.000efectivos aunque resulta difcil precisar su nmero debido a las deser-ciones de los ltimos aos y la captura de campesinos sobre todonios y jvenes que son obligados a combatir con las guerrillas, sobretodo con las FARC. En cuanto al nmero de cada una de ellas mas-culino y femenino se habla de unos 15.000 a 17.000 en las FARC, de3.500 a 4.200 por parte del ELN, y entre 5.000 a 6.000 por parte de lasAUC.

    La financiacin de estos grupos algunos analistas las fijan para lasFARC en un 48% mediante la recaudacin por la industria del narcotr-fico, un 36% por extorsin, un 8% por el pago de secuestros, por robo deganado el 6% y en el captulo de otros un 2%. Con respecto a ELN losporcentajes ascienden, respectivamente, a un 6%, 60%, 28%, 4% y un2%. En el ao 2002 la cifra de personas secuestradas se elevaban a3.000, hacia finales del verano en Europa.

    Los profesores Eduardo Pizarro y Ana Mara Bejarano, con respecto altipo de guerra que se viene librando con la guerrilla, nos dicen que dentrode las mltiples definiciones que se han dado a este conflicto el concep-to de guerra civil es de lejos el ms inapropiado (51). Estos autores tra-tan de conceptualizar su denominacin al sealar que nos encontramosante un conflicto armado interno irregular que puede alcanzar ramifica-ciones regionales, con races polticas-ideolgicas de baja intensidad,cuyas principales vctimas son la poblacin civil y cuyo combustible

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    (51) Pizarro, Eduardo y Bejarano, Ana Mara: Colombia: Guerra civil, contra la sociedad,guerra ambigua o antiterrorista?, dentro de Amrica Latina. Democracia,Neoliberalismo Populismo, Dossier, Editorial La Vanguardia, Barcelona, enero-marzo2003, pg. 78 y siguientes.

  • principal son las drogas ilcitas (52). En algunas estadsticas se habla deque su presupuesto anual se eleva a los 800 millones de dlares.

    Fue precisamente Fernando Uricoechea, en un artculo publicado en eldiario El Tiempo de Bogot, quien seal que para llamar a esta con-tienda guerra civil tienen que existir dos rasgos que caracterizan a estetipo de conflictos: La existencia de al menos dos proyecto de sociedadantagnicos y una polarizacin de la sociedad nacional al menos dosde ellos (53), cuestiones que no se dan en la guerra de Colombia.

    Aunque las guerrillas afirman que tienen a gran parte de la sociedad asu favor se calcula que de hecho slo alcanzan un 0,2 por ciento. Adems,a medida que se van cometiendo ms crmenes, asesinatos, secuestros,distorsiones, etc. la sociedad va tomando conciencia de que estamosante una guerra contra la sociedad. La masacre perpetrada por la FARCen una iglesia campesina, en donde murieron ms de cien personas, entreellas muchos nios; el asesinato del arzobispo de Cali, al salir de la igle-sia; el secuestro de la candidata a la presidencia Ingrid Betancourt, dedoble nacionalidad colombiana-francesa y que provoc una carta denumerosos intelectuales de todo el mundo pidiendo a las guerrillas suliberacin y de todas las dems vctimas, estn consiguiendo que se veaa las guerrillas colombianas como lo que son: las que generan el 50 porciento de los actos de terrorismo del planeta (54). Aunque una gran mayo-ra de los 42 millones de colombianos creen que todo esto procede de losmales del narcotrfico, hay una parte de la sociedad que aora en la des-gracia los tiempos de los narcos (55).

    En un reportaje de Barbera en el diario El Pas, nos recuerda queColombia es hoy la mitad de rica que hace cinco aos; que la guerrillapractica la tierra quemada; vuela puentes, redes de alta tensin, lneasde ferrocarril, matan y secuestran todos los das en su disputa por elterritorio y que ha encontrado en la droga el man que les hace fuertes yricos (56). En respuesta a lo que dicen los alzados en armas, con res-pecto a que lo hacen por la injusticia con el pueblo y que no han hechola paz con el gobierno porque no los han dejado, Pardo Rueda les

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    (52) Ibidem, pg. 80.(53) Citado por EDUARDO PIZARRO en Anlisis e Informacin. Colombia op. cit. pg. 20.(54) BARBERA, JOS LUIS: Podrn estos hombres a Colombia?, refirindose a los vence-

    dores de las elecciones del 2002: lvaro Uribe y Francisco Santos. Diario El Pas,Madrid, edicin de El Pas Semanal, 28 de junio del 2002.

    (55) Ibidem.(56) Ibidem.

  • recuerda a la guerrilla que las mejores muestras de la generosidad de losgobiernos han sido los seis procesos de paz exitosos, y ltimamente lostres aos de magnanimidad del presidente Pastrana. Segn su punto devista, el conflicto es por el poder, por lo que las negociaciones deben deser con el poder y sobre el poder y recuerda que desde esta manera loentendieron los presidentes Barco y Gaviria que consiguieron que ms decinco mil guerrilleros dejaran las armas, pertenecientes a seis grupos dife-rentes (57).

    Con respecto a las FARC, el que fuera en otro tiempo jefe del movi-miento guerrillero M-19, Antonio Navarro Wolff, nos dice que son inven-cibles, pero en otra pregunta responde que sobre una victoria guerrilleraen Iberoamrica, no hay condiciones, ni siquiera en Colombia, y afirmaque las guerrillas estn valorando muy poco el efecto poltico de la paz(58). Porque segn l una paz en un pas en situacin de guerra recibe unpremio, digamos, de parte de la opinin pblica (59).

    Hacia un proceso de entendimiento con la sociedad civil

    Como hemos sealado anteriormente el no entendimiento entre losmilitares y la sociedad civil viene de lejos. El General Valencia Tovar nosrecuerda que el General Jos Mara Crdoba, el hroe de la independen-cia de Colombia, la gloria de Ayacucho, se haba preguntado ya, enaquellas fechas, el por qu este rencor, esta rabia de muchos seoresciviles de alto rango y de los tribunales contra los jefes del Ejrcito msobedientes y de ms disciplinas que ha visto jams (60). La misma posi-cin la tena el propio General Valencia Tovar, cuando en 1985 escriba queel distanciamiento entre las Fuerzas Armadas y la Sociedad civil quizambas partes son responsables, pero afirmaba tambin que a la institu-cin castrense en general se la desconoce, porque la poblacin no sus-cita por ellas inters, afecto y mucho menos emocin. Adems, hastahace poco, el civil usa trminos peyorativos al referirse a las cuestionesde la milicia, al considerar que el lenguaje cuartelero es procaz; si se

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    (57) PARDO RUEDA, RAFAEL: Paz: volver a los principios, de El Tiempo.com, enero del2002.

    (58) AZNAREL, JUAN JESS: Entrevista con Antonio Navarro Wolff, El Pas, edicin del 24 demarzo del 2002, Madrid.

    (59) Ibidem.(60) Reproducido por el General LVARO VALENCIA TOVAR en un artculo titulado La justicia al

    revs, publicado en el diario El Tiempo de Bogot, el 9 de noviembre de 1990, op.cit. pg. 208.

  • habla de alguien rudo y ordinario se le designa como sargentn; el tr-mino soldadesca equivale a horda vandlica y se caricaturiza a lo mili-tar con la bota, la espuela, el espadn, y el trmino chafarote se le atri-buye al militar (61). Pero tambin hay que resear que cuando un instruc-tor castrense desea resaltar el aspecto fsico de un desmirriado recluta,le suele gritar civilote. Parecidos trminos o palabras eran tambin utili-zadas en otros pases del mundo, aunque en la actualidad estos trminosvan en desuso.

    Lo que sucedi en Colombia, durante la ltima poca de la guerra con-tra las guerrillas, es que los militares fueron acusados y algunos conde-nados y expulsados del Ejrcito por atentar contra los DerechosHumanos de las personas. As en el 2002 tres importantes ONGs pidierona los Estados Unidos que no entregase casi 400 millones de dlares deayuda a Colombia, por no haber cumplido con estos compromisos que fijel Congreso de los Estados Unidos para recibir esta ayuda militar. El infor-me de Human Rights Watch denunci una serie de actos presuntamentecometidos por militares en activo y retirados, acusando la connivenciaentre algunos militares y las guerrillas denominadas Autodefensas Unidasde Colombia. En estos casos, pendientes algunos de ellos de la justiciacolombiana, fueron absueltos los principales Comandos Jefes de unida-des que participaban en la guerra contra la narcoguerrilla, y una minorafue el propio Ejrcito quien los apart del servicio y algunos expulsadosde la institucin militar. El Secretario Adjunto para Asuntos de laDemocracia, Derechos Humanos y Trabajo de los Estados Unidos, LorneGraner, resalt pblicamente, en febrero de 2002, los progresos que losmilitares han realizado en cuestiones relacionadas con los DerechosHumanos (62). El expresidente Andrs Pastrana escriba en la revista nor-teamericana Foreing Affairs que a veces los colombianos nos sentimossolos porque no se reconoce que el 98 por ciento de los casos de vio-lacin de los DD.HH. son ocasionados por el accionar violento de los gru-pos guerrilleros y de autodefensas (63), y no encuentra, en cambio, lasprotestas y las denuncias de la comunidad internacional o las ONGsfrente a la crueldad e inhumanidad que afecta a la sociedad civil oca-sionadas por los grupos guerrilleros y de autodefensa. Se queja de que en

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    (61) CHAFAROTE: Civiles y Militares, op. cit. General Valencia Tovar, pg. 223. Trmino enel que algunos llaman despectivamente a los militares.

    (62) Washington destaca avances de los militares colombianos en DD.HH., Diario ElTiempo, edicin del 5 de febrero de 2002.

    (63) PASTRANA ARANCO, ANDRS: Colombia: Un camino de democracia hacia la paz, publi-cado en la edicin en castellano de Foreing Affairs, verano 2001, Mxico, pg. 39.

  • el concierto internacional se les pida que luche contra el narcotrfico, secontrole a las autodefensas y otras manifestaciones delicuenciales,pero al mismo tiempo crit