Reincidente 85

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* Reincidente no incluye sección de Sociales H oy al cuerpo se le atiende para presentarlo. El cuerpo es investido por variados discur- sos estéticos, de salud, higiénicos y depor- tivos. El cuerpo moderno, más que nunca y según la clase social y el género, lo construyen sabe- res procedentes de todos lados; el cuerpo moderno es receptor de todos ellos. La construcción de la belleza del cuerpo es producto tanto de concepciones e inter- venciones técnicas y simbólicas. A juicio de Jean Bau- drillard, existen dos modelos de atención al cuerpo en la sociedad contemporánea: el frineísmo y el atletismo. El primero concentrado en la belleza y la seducción, y el segundo en la forma física y el éxito social. Modelos opuestos pero complementarios que hacen referencia tanto al polo femenino como al polo masculino (Bau- drillard, 2009, 159). Existen saberes para sanar el cuerpo, para formarlo físicamente y para embellecerlo. “Para la mujer, la be- lleza ha llegado a ser un imperativo absoluto religioso” (Baudrillard, 2009, 160). La consecución del cuerpo bello implica invertir en él (“No hay mujeres feas, hay mujeres pobres”, dice un conocido dicho) y cuidarlo permanentemente, lo que involucra también concep- ciones sobre cada una de sus partes. Llama la atención que el discurso de la belleza femenina se cimenta, en uno de sus argumentos, alrededor de las imperfeccio- nes del cuerpo, deterioros que hay que corregir: ve- llo indeseado, estrías, celulitis, axilas manchadas, senos flácidos, venas varicosas, arrugas, acné, ojeras, puntos negros, bolsas, patas de gallo, callos, caspa, cabello seco, piel grasosa, piel seca, hongos en las uñas, verrugas, etc. Por ello se requieren productos, técnicas, acceso- rios y concepciones que tienen un fin: la conquista de la belleza femenina, la del cuerpo. Desde cremas acla- radoras, liposucciones, tubos labiales, cirugías de nariz, inyecciones rejuvenecedoras, baños de barro, corte de pelo y su coloración, masaje corporal, píldoras contra la obesidad, alargamiento de pestañas, tatuajes de la- bios, reducción de costillas, aumento de busto, limpia- dores faciales, trucos para poseer un cabello lustroso, baños para pies maltratados hasta terapias alternativas de belleza natural como aromaterapía, chocolaterapía, etc. Complejo técnico, objetual y discursivo que con- tribuye sustantivamente a la construcción estética del cuerpo femenino. Todo puede ser embellecido por téc- nicas médicas, saberes y productos. No hay parte del cuerpo femenino olvidada y sin significaciones. Por ejemplo, una revista mexicana dice lo siguiente: “Las trenzas conquistan, los labios sedu- cen” e incluso recomiendan algunos truquillos para si- mular labios carnosos y sexis. Se lee: “Los ojos y los labios son las partes glamorosas del rostro por lo que hay que resaltarlos con belleza natural. Hay que reju- venecer los labios y ganar volumen”. Las pestañas pos- tizas, se afirma, son una “herramienta maravillosa para resaltar la belleza de toda mujer”. Concluyen: “La be- lleza femenina es armonía y autenticidad, porque lo auténtico, lo verdadero, es siempre bello”. Contrastando con estas simbolizaciones hegemó- nicas citamos significaciones de mujeres y hombres adolescentes sobre las partes del cuerpo . Dicen las mujeres mozas: “La nariz debe ser fina, delgada, muy modosita”; “los labios deben ser besables”; “la cara tie- ne que ser alargada, si la tienes redonda eso provoca que te veas más gordita”; “piernas torneadas, de arriba más anchas y abajo más delgadas, no tanto como pa- tas de pollo”; “la piel debe ser suave y tersa”; “ las cejas depiladas y curvas”; “los labios delgados”; “las orejas deben ser pegadas a la cara”; “la piel blanca”; “la nariz ni respingona ni chata”; “la piel blanca, suave y estirada como la de las señoritas”. Los hombres adolescentes afirman: “Los traseros deben estar bien formaditos, no muy caderonas”, “la cara delgada, no muy cachetona”, “las manos chiquitas, delgadas, lisitas y suaves”, “las piernas marcadas”, “los senos marcados y duritos”, “los pies de una mujer de- ben ser pequeños y delicados, sin callos”, “el pelo lacio, castaño con flequito”, “los ojos con pestañas rizadas, largas y grandes”, “la boca debe ser sonriente, aunque no tenga bonitos dientes”, “las manos no maltratadas, que no tengan cicatrices”, “la espalda no tan ancha”, “los glúteos firmes, ni tan aguados ni tan grandes”, “la- bios suaves”, “senos suaves, redondos, ni tan grandes ni tan chicos”, “piernas bien formadas, ni tan guangas que lleguen a tener celulitis ni tan flacas que lleguen a parecer anoréxicas”, “los ojos negros, grandes bien proporcionados, no bizca”, “las manos deben ser con dedos largos, delgados y todas blancas”, etc. Todas estas significaciones indican la interioriza- ción de las representaciones dominantes sobre el mo- delo de cuerpo femenino imperante y se complemen- tan con las siguientes metaforizaciones: “los pies deben ser chiquitos, que saben por donde caminar, siempre lo saben”; “los pies que no sean de tamal oaxaqueño”; “ca- minar, pero no como pollo espinado”; “las piernas muy largas, sirven para guiar, se arriesgan para ir a lugares peligrosos”; “los ojos son la ventana del alma, siempre expresan algo”; “la cintura de avispa”; “los labios con inocencia”; “el cuerpo femenino es la octava maravi- lla”; “el cuerpo femenino es un templo, hay que llevarle de vez en cuando flores”. Entonces, la construcción de la belleza del cuerpo femenino es un complejo de saberes, productos, ob- jetos y significaciones que adquieren sentido cuando se espacializan en el gimnasio, el hogar, la estéticas, el spa, los consultorios de reconstrucción facial y entre otros los salones de belleza. El salón de belleza es un lugar de prácticas, objetos y significaciones que actúan sobre el cuerpo femenino, y en donde las mujeres pa- gan grandes cantidades de dinero para gozar de los be- neficios, tanto físicos como simbólicos, de las prácticas estéticas, de esas habilidades que definen el culto al cuerpo en la modernidad tardía. El salón de belleza es un lugar femenino. Es un espacio donde se construye y se reproduce el ideal de feminidad, tanto en su dimen- sión estética como en el papel que debe desempeñar la mujer en la sociedad. En el salón de belleza se habla y se actúa sobre el arreglo personal, la postura que debe tener una mujer, la ropa, el maquillaje, el comporta- miento, los accesorios a usar adecuadamente, lo deli- cado que debe ser la mujer y su autosuficiencia. Todo ello va definiendo lo femenino, el absoluto de belleza femenina que se debe reflejar en el cuerpo de la mujer. En el salón de belleza las distintas partes del cuer- po son dotadas de importancia, ya que dentro del ima- ginario social simbolizan lo femenino, como el cabe- llo, el rostro, la cintura, las manos, la boca, las piernas y los senos; el cuerpo se convierte en objeto de culto. El salón de belleza es un lugar donde las mujeres pue- den cuidar, embellecer y construir la feminidad con su cuerpo. Entonces, la arquitectura de la feminidad, en su dimensión estética, ya lo decíamos anteriormente, es un sistema complejo de prácticas, objetos y significa- ciones que van y vienen en el cuerpo de la mujer, que simultáneamente representan y expresan las creencias colectivas dominantes de belleza femenina y se arrai- gan e interiorizan en cada mujer, por lo que permiten que su cuerpo sea tratado, modificado, esculpido y per- forado en un lugar de la modernidad donde el culto al cuerpo se pronuncia: salón de belleza. Notas Las siguientes expresiones fueron recopiladas por Gabriela Aragón Paredes y forman parte de su tesis de licenciatu- ra sobre lo femenino, Colegio de Antropología Social de la BUAP. Bibliografía. Jean Baudrillard: La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructu- ras. Madrid, Siglo XXI, 2009. Pierre Guiraud: El lenguaje del cuerpo. México, FCE, 1994. Ernesto Licona: “La peluquería como lugar masculino”, en Agui- lar, Miguel Ángel, Sevilla, Amparo y Vergara, Abilio, coordi- nadores, La ciudad desde sus lugares. Trece ventanas etnográficas para una metrópoli. México, Conaculta/UAM, 2001 * Doctor en Antropología, profesor investigador del Colegio de Antropología Social de la BUAP. ** Estudiante de la Maestría en Antropología Social, BUAP. * Reincidente no incluye sección de Sociales Ernesto Licona Valencia* y Gabriela Velázquez Ruíz** Año V, Número 84, 2da. quincena de agosto de 2014 El culto al cuerpo es una práctica social distintiva de las sociedades en la modernidad tardía. En la actualidad, el cuerpo experimenta un nuevo proceso de sacralización y corporeidad, es objeto de culto fatuo, ritos y los más variados cuidados. En la modernidad tardía se observa una nueva relación social con el cuerpo, nuevos sentidos emergieron y se constituyó una novedosa “divinización”. H oy al cuerpo se le atiende para presentarlo. El cuerpo es investido por variados discur- sos estéticos, de salud, higiénicos y depor- tivos. El cuerpo moderno, más que nunca y según la clase social y el género, lo construyen sabe- res procedentes de todos lados; el cuerpo moderno es receptor de todos ellos. La construcción de la belleza del cuerpo es producto tanto de concepciones e inter- venciones técnicas y simbólicas. A juicio de Jean Bau- drillard, existen dos modelos de atención al cuerpo en la sociedad contemporánea: el frineísmo y el atletismo. El primero concentrado en la belleza y la seducción, y el segundo en la forma física y el éxito social. Modelos opuestos pero complementarios que hacen referencia tanto al polo femenino como al polo masculino (Bau- drillard, 2009, 159). Existen saberes para sanar el cuerpo, para formarlo físicamente y para embellecerlo. “Para la mujer, la be- lleza ha llegado a ser un imperativo absoluto religioso” (Baudrillard, 2009, 160). La consecución del cuerpo bello implica invertir en él (“No hay mujeres feas, hay mujeres pobres”, dice un conocido dicho) y cuidarlo permanentemente, lo que involucra también concep- ciones sobre cada una de sus partes. Llama la atención que el discurso de la belleza femenina se cimenta, en uno de sus argumentos, alrededor de las imperfeccio- nes del cuerpo, deterioros que hay que corregir: ve- llo indeseado, estrías, celulitis, axilas manchadas, senos flácidos, venas varicosas, arrugas, acné, ojeras, puntos negros, bolsas, patas de gallo, callos, caspa, cabello seco, piel grasosa, piel seca, hongos en las uñas, verrugas, etc. Por ello se requieren productos, técnicas, acceso- rios y concepciones que tienen un fin: la conquista de la belleza femenina, la del cuerpo. Desde cremas acla- radoras, liposucciones, tubos labiales, cirugías de nariz, inyecciones rejuvenecedoras, baños de barro, corte de pelo y su coloración, masaje corporal, píldoras contra la obesidad, alargamiento de pestañas, tatuajes de la- bios, reducción de costillas, aumento de busto, limpia- dores faciales, trucos para poseer un cabello lustroso, baños para pies maltratados hasta terapias alternativas de belleza natural como aromaterapía, chocolaterapía, etc. Complejo técnico, objetual y discursivo que con- tribuye sustantivamente a la construcción estética del cuerpo femenino. Todo puede ser embellecido por téc- nicas médicas, saberes y productos. No hay parte del cuerpo femenino olvidada y sin significaciones. Por ejemplo, una revista mexicana dice lo siguiente: “Las trenzas conquistan, los labios sedu- cen” e incluso recomiendan algunos truquillos para si- mular labios carnosos y sexis. Se lee: “Los ojos y los labios son las partes glamorosas del rostro por lo que hay que resaltarlos con belleza natural. Hay que reju- venecer los labios y ganar volumen”. Las pestañas pos- tizas, se afirma, son una “herramienta maravillosa para resaltar la belleza de toda mujer”. Concluyen: “La be- lleza femenina es armonía y autenticidad, porque lo auténtico, lo verdadero, es siempre bello”. Contrastando con estas simbolizaciones hegemó- nicas citamos significaciones de mujeres y hombres adolescentes sobre las partes del cuerpo 1 . Dicen las mujeres mozas: “La nariz debe ser fina, delgada, muy modosita”; “los labios deben ser besables”; “la cara tie- ne que ser alargada, si la tienes redonda eso provoca que te veas más gordita”; “piernas torneadas, de arriba más anchas y abajo más delgadas, no tanto como pa- tas de pollo”; “la piel debe ser suave y tersa”; “ las cejas depiladas y curvas”; “los labios delgados”; “las orejas deben ser pegadas a la cara”; “la piel blanca”; “la nariz ni respingona ni chata”; “la piel blanca, suave y estirada como la de las señoritas”. Los hombres adolescentes afirman: “Los traseros deben estar bien formaditos, no muy caderonas”, “la cara delgada, no muy cachetona”, “las manos chiquitas, delgadas, lisitas y suaves”, “las piernas marcadas”, “los senos marcados y duritos”, “los pies de una mujer de- ben ser pequeños y delicados, sin callos”, “el pelo lacio, castaño con flequito”, “los ojos con pestañas rizadas, largas y grandes”, “la boca debe ser sonriente, aunque no tenga bonitos dientes”, “las manos no maltratadas, que no tengan cicatrices”, “la espalda no tan ancha”, “los glúteos firmes, ni tan aguados ni tan grandes”, “la- bios suaves”, “senos suaves, redondos, ni tan grandes ni tan chicos”, “piernas bien formadas, ni tan guangas que lleguen a tener celulitis ni tan flacas que lleguen a parecer anoréxicas”, “los ojos negros, grandes bien proporcionados, no bizca”, “las manos deben ser con dedos largos, delgados y todas blancas”, etc. Todas estas significaciones indican la interioriza- ción de las representaciones dominantes sobre el mo- delo de cuerpo femenino imperante y se complemen- tan con las siguientes metaforizaciones: “los pies deben ser chiquitos, que saben por donde caminar, siempre lo saben”; “los pies que no sean de tamal oaxaqueño”; “ca- minar, pero no como pollo espinado”; “las piernas muy largas, sirven para guiar, se arriesgan para ir a lugares peligrosos”; “los ojos son la ventana del alma, siempre expresan algo”; “la cintura de avispa”; “los labios con inocencia”; “el cuerpo femenino es la octava maravi- lla”; “el cuerpo femenino es un templo, hay que llevarle de vez en cuando flores”. Entonces, la construcción de la belleza del cuerpo femenino es un complejo de saberes, productos, ob- jetos y significaciones que adquieren sentido cuando se espacializan en el gimnasio, el hogar, la estéticas, el spa, los consultorios de reconstrucción facial y entre otros los salones de belleza. El salón de belleza es un lugar de prácticas, objetos y significaciones que actúan sobre el cuerpo femenino, y en donde las mujeres pa- gan grandes cantidades de dinero para gozar de los be- neficios, tanto físicos como simbólicos, de las prácticas estéticas, de esas habilidades que definen el culto al cuerpo en la modernidad tardía. El salón de belleza es un lugar femenino. Es un espacio donde se construye y se reproduce el ideal de feminidad, tanto en su dimen- sión estética como en el papel que debe desempeñar la mujer en la sociedad. En el salón de belleza se habla y se actúa sobre el arreglo personal, la postura que debe tener una mujer, la ropa, el maquillaje, el comporta- miento, los accesorios a usar adecuadamente, lo deli- cado que debe ser la mujer y su autosuficiencia. Todo ello va definiendo lo femenino, el absoluto de belleza femenina que se debe reflejar en el cuerpo de la mujer. En el salón de belleza las distintas partes del cuer- po son dotadas de importancia, ya que dentro del ima- ginario social simbolizan lo femenino, como el cabe- llo, el rostro, la cintura, las manos, la boca, las piernas y los senos; el cuerpo se convierte en objeto de culto. El salón de belleza es un lugar donde las mujeres pue- den cuidar, embellecer y construir la feminidad con su cuerpo. Entonces, la arquitectura de la feminidad, en su dimensión estética, ya lo decíamos anteriormente, es un sistema complejo de prácticas, objetos y significa- ciones que van y vienen en el cuerpo de la mujer, que simultáneamente representan y expresan las creencias colectivas dominantes de belleza femenina y se arrai- gan e interiorizan en cada mujer, por lo que permiten que su cuerpo sea tratado, modificado, esculpido y per- forado en un lugar de la modernidad donde el culto al cuerpo se pronuncia: salón de belleza. Notas 1 Las siguientes expresiones fueron recopiladas por Gabriela Aragón Paredes y forman parte de su tesis de licenciatu- ra sobre lo femenino, Colegio de Antropología Social de la BUAP. Bibliografía. Jean Baudrillard: La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructu- ras. Madrid, Siglo XXI, 2009. Pierre Guiraud: El lenguaje del cuerpo. México, FCE, 1994. Ernesto Licona: “La peluquería como lugar masculino”, en Agui- lar, Miguel Ángel, Sevilla, Amparo y Vergara, Abilio, coordi- nadores, La ciudad desde sus lugares. Trece ventanas etnográficas para una metrópoli. México, Conaculta/UAM, 2001 * Doctor en Antropología, profesor investigador del Colegio de Antropología Social de la BUAP. ** Estudiante de la Maestría en Antropología Social, BUAP. * Reincidente no incluye sección de Sociales Ernesto Licona Valencia* y Gabriela Velázquez Ruíz** Año V, Número 85, 1ra. quincena de septiembre de 2014 El culto al cuerpo es una práctica social distintiva de las sociedades en la modernidad tardía. En la actualidad, el cuerpo experimenta un nuevo proceso de sacralización y corporeidad, es objeto de culto fatuo, ritos y los más variados cuidados. En la modernidad tardía se observa una nueva relación social con el cuerpo, nuevos sentidos emergieron y se constituyó una novedosa “divinización”. EL CUERPO Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA BELLEZA FEMENINA Ernesto Licona Valencia Gabriela Velázquez Ruiz Y AHORA, EL ÉBOLA Octavio Spíndola Zago DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista ENGAÑO Enrique Condés Lara ZOOCIEDAD La Cigarra Ilustrada DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña UN MONERO QUE HACE PENSAR

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* Reincidente no incluye sección de Sociales

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* Reincidente no incluye sección de Sociales

Y

Conocí a Revueltas cuando cursaba la escue-

la secundaria. Teníamos un círculo de es-

tudios y habíamos descartado que nuestra

militancia pudiera inscribirse en el comu-

nismo tradicional, pues éramos testigos de la represión

a los disidentes en los países del bloque socialista, y

conocíamos a varios expulsados del Partido Comunis-

ta de México por plantear cualquier cosa distinta de su

autoritaria dirección, o de lo que les indicaba el parti-

do soviético. Y Revueltas era el referente de la crítica

a los países llamados socialistas y del autoritarismo en

todas sus manifestaciones.José era un hombre que tenía especial interés por

escuchar a los jóvenes y por comprobar la recepción

de sus ideas críticas entre los militantes de las nuevas

generaciones.Formaba yo parte de un afortunado núcleo de nó-

veles reclutas que tenían amistad y recibían la tutela

intelectual de algunos de los más brillantes escritores,

poetas y artistas de nuestro país. En parte porque los

intelectuales, en aquellos años, asumían como una de

sus responsabilidades la formación de la juventud, y en

parte porque en la escuela que tuve la suerte de cursar,

compartía pupitre con muchos de sus hijos.

Fui integrante de una generación en la que esta-

ban los hijos o hijas de Edmundo Valadés, Juan José

Arreola, Renato Leduc, Eli de Gortari, Román Piña

Chan y Enrique Semo. Pero donde también compar-

timos las aulas, los fines de semana y la vida estudiantil

con Arquéles Vela, Carlos Pellicer, Eduardo Lizalde,

Enrique González Rojo, Jaime Labastida, Florencio

Sánchez Cámara y Luz María Martínez Montiel.

No era casual pues que en mi generación se forma-

ran discípulos confesos o inconscientes de esa genera-

ción de artistas y creadores de cultura. Y en ese contexto,

Revueltas era para mí y mi generación el ejemplo más

intenso y respetable de todos. Como jóvenes queríamos

continuar su tesón y su empeño por darle a México una

organización política capaz de conducir los cambios. Y

él tomó nuestro interés como un apostolado personal,

escuchándonos y aconsejándonos, y nunca condicio-

nando su interlocución o su apoyo moral. Revueltas nos

conminaba a que todo lo que planeáremos o hiciéramos

tuviera presente la libertad del ser humano y el respeto

por la integridad de las personas. Y con ese perfil asu-

mimos nuestro proyecto de vida.

Cuando tuvimos que inscribir nuestras ideas

políticas en una estrategia y un conjunto de tareas, José

puso énfasis en la necesidad de mantenernos abiertos

a todas las ideas bien intencionadas, sin que impor-

tara su origen o filiación, de tal manera que nuestro

pensamiento político pudiera reflejar la riqueza de la

diversidad que tiene el mundo social. Y cuando nos

enfrentamos a los dogmas y las corrientes o doctrinas

que dividían al mundo de la revolución, Revueltas nos

conminó a estudiar a los que pensaban diferente sin

excluir nunca a los condenados y estigmatizados.

Se habla mucho de su obra, pero se le conoce poco.

Es evidente que su ensayo sobre El Proletariado Sin

Cabeza es un clásico que todo interesado en la historia

del marxismo y las organizaciones de izquierda tiene

que leer. Pero no son menos importantes otros escri-

tos que hemos reseñado este año de 2014 en nuestro

largo ensayo Menos Paz y más Revueltas, al que se pue-

de acceder tecleando mi nombre en google y agregan-

do academia.edu. Otros trabajos de Revueltas que resultan funda-

mentales son desde luego su novela Los Días Terrena-

les, donde pinta al militante enajenado, que increíble-

mente sigue poblando las organizaciones de izquier-

da, aunque hoy sus iconos sean locales. Pero los textos

de José cubren prácticamente todos los puntos de la

agenda nacional, desde el carácter de la sociedad mexi-

cana, como los procesos de autogestión, que hoy están

tan actuales y en proceso de generalizarse a partir de

las autodefensas y las policías comunitarias.

Los jóvenes de hoy que se caracterizan por su es-

píritu crítico y su rechazo de los partidos y la política

neoliberal encontrarán en Revueltas a un pensador ac-

tual, con ideas y propuestas que siguen pendientes de

cumplirse. México, Una Democracia Bárbara parece hoy

una anticipación de lo que vive nuestra sociedad. Y sus

textos sobre Mayakovski, o las cartas defendiendo al es-

critor Heberto Padilla en contra de la dictadura de Fidel

Castro, son anticipaciones a los predicamentos que vi-

ven todavía los críticos donde no hay democracia.

Si hubiéramos tenido que caracterizar a José, lo

hubiéramos puesto entre los discípulos de Copérnico

por plantear al hombre como centro de toda acción

social o política, o como discípulo de Galileo por atre-

verse a enfrentar al marxismo esclerotizado. Pero más

aún, José iba a las fuentes del pensamiento. No creía

en la versión de los manuales o los libros de divulga-

ción. Leía a los clásicos. Y no solamente a los clásicos

del marxismo, sino también a los griegos, y a los disi-

dentes de todas las épocas, poniendo especial atención

a los autores que habían luchado dentro de las institu-

ciones y los sistemas tratando de componer el camino.

Admiraba mucho a Jack London, a los líderes de

la insurrección de Hungría de 1956, a los trotsquistas

que se enfrentaron a Stalin, a los españoles que com-

batieron tanto al stalinismo como a Franco, a los es-

partaquistas que defendieron su vocación democrática

en la Alemania que antecedió al nazismo, o a los que

intentaron encontrar el fundamento filosófico de los

extravíos mentales e ideológicos del comunismo. En

particular, nos convenció de estudiar a Karel Kosik, el

pensador checo que reconstruyó la filosofía como un

instrumento de transformación que penetra en la rea-

lidad sin detenerse ni en las apariencias ni en los pre-

juicios, para develar el curso interno de los procesos.

Revueltas desconfió de nuestro radicalismo juve-

nil, pues le parecía insuficientemente reflexivo y algo

inmaduro, pero no condenó nunca nuestras acciones, y

defendió cada determinación que tomamos como un

ejercicio de la libertad política. Nos enseñó a no ha-

cer pronósticos sobre los escenarios inmediatos, para

que nos esforzáramos en ver los procesos históricos y

de largo plazo. No confió nunca en el gobierno aun-

que tuviera que aceptar trabajos en la administración.

Y mantuvo una vida relativamente austera sin apegos

materiales ni dispendios.Leía o cotejaba los textos en su lengua original

cuando encontraba fallas a las traducciones o no le

convenía determinada expresión, y compartía las ta-

reas más modestas al lado de quienes estuvieran pe-

leando. Fue un amigo incondicional pero también un críti-

co inmisericorde. Y sobre todo nos enseñó que la con-

secuencia, el pensar y actuar de manera congruente,

así como el defender lo que uno creía sin que se detu-

viera uno en las consecuencias, era la forma más alta

de lealtad.No aceptó nunca que la economía fuera la última

explicación de los fenómenos, pues el hombre, su pen-

samiento y su extravío cuentan también en los sucesos.

No creyó en las verdades finales o terminantes, porque

su espíritu fue abierto. No esperó que los hechos es-

tuvieran decididos y predestinados, porque la libertad

no admite dictados. Y no toleró ningún atropello sobre

un desvalido, porque su solidaridad estaba antes que

nada para proteger a la víctima del poder o de la pre-

potencia. Su obra tiene por ello dos lecturas, la que nos

permite encontrar siempre conocimientos frescos que

reinterpretan la historia nacional, y la que nos confir-

ma la continuidad de una postura inflexible de lealtad,

libertad y consecuencia.

* El autor estudió Antropología y Economía, y no se

graduó de nada. Sin embargo ha sido profesor de An-

tropología Social, Economía Campesina, Sociología,

Metodología de la Ciencia y Ecología en la Universi-

dad Autónoma de Chapingo, en la Escuela Nacional

de Antropología e Historia, en la UAM y en la Uni-

versidad Iberoamericana.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Mario Rechy Montiel*

El contexto y el perfil ideológico de un genio

mexicano en su centenario

Año V, Número 83, 1ra. quincena de agosto de 2014

JOSÉ REVUELTAS Mario Rechy Montiel Rodolfo Echeverría MartínezARDE GAZA Octavio Spíndola Zago DESDE LA FACULTAD Mariano Torres BautistaENGAÑO Enrique Condés LaraDE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez AhumadaZOOCIEDAD La Cigarra IlustradaREINCIGRAMA Fernando ContrerasAQUÍ, PUROS CUENTOS Paco RubínFRANTASÍAS José Fragoso CervónARITMOMANÍA Gabriela Breña¿QUÉ ES LA AUTOGESTIÓN ACADÉMICA?

Su ingreso al Partido Comunista Mexicano

(PCM) en 1928 fue devoto, pero su permanen-

te espíritu combativo y crítico frente a los ex-

cesos del poder contra el establishment también

lo trasladaría al seno mismo del Partido Comunista,

especialmente cuando comenzó a cuestionar las rígidas

políticas culturales provenientes del realismo socialista,

que satanizaban el ámbito creativo, artístico y literario de

los militantes comunistas. Desvirtuado y acusado hasta

de “trotskismo”, Revueltas fue expulsado del PCM en

1943. Se reincorporó a sus filas en 1955 para ser de nue-

va cuenta expulsado en 1960. Inspiró la creación de la

Liga Leninista Espartaco (LLE), de la cual también fue

expulsado en 1964.

Deudor de una constante reflexión sobre la realidad

y la historia, el escritor formuló la teoría del realismo dia-

léctico, la cual permeó obras tan importantes como Mu-

ros de agua (1941), El luto humano (1943), Dios en la tie-

rra (1944), Los días terrenales (1949), Los motivos de Caín

(1956), Dormir en la tierra (1960), Los errores (1964),

Material de sueños (1974), entre otras.

El realismo dialéctico revueltiano plantea que el

creador militante, si bien debe estar atento a la realidad

circundante y a su momento histórico, puede y debe bus-

car todos los recursos que le permitan exhibir la totali-

dad de la compleja experiencia humana. Este proyecto

posicionó a Revueltas como un “continuador del huma-

nismo parmenídico** y blasfemo, donde el ser humano

es el ser humano”1 , pues, contrario al dogma de la revo-

lución “consolidada”, sabe bien que en los países socia-

listas, y en el partido mismo, el ser humano se encuentra

aún disminuido, inadecuado, en profunda angustia re-

volucionaria por tratar de escapar de esa pseudolibertad

que le impide ir en pos del hombre.

Al develar esta tergiversación del propósito revolu-

cionario, cultivada y encubierta por los partidos comu-

nistas, Revueltas reconoce que la “palabra prefigura, lleva

a cabo y critica la Revolución. De ahí los ataques con-

tra la palabra, su continua enajenación”. Agreguemos: “el

enemigo del hombre la toma y la retoma; quiere apro-

piarse de ella, mancharla, volverla irreconocible. Dada la

importancia del lenguaje, los países socialistas que han

resuelto el analfabetismo –primer paso hacia el lenguaje

pleno‒ deben ser el comienzo responsable de la esperan-

za. Respecto a ellos, toda exigencia es poca. Terrible es-

cándalo, por consiguiente, la censura acechante y el poli-

zonte en su puesto. Terrible herida, ya que en el mundo

socialista nada ni nadie es como en el pasado y sólo ese

mundo puede proveerse de las armas dialécticas ‒o inte-

lectualización universal– que Marx recomendaba y que

Revueltas suscribía.2

Por tanto, para Revueltas, la verdadera revolución

no debe regocijarse únicamente con las soluciones so-

cioeconómicas, sino también, y sobre todo, en las solu-

ciones éticas: la “ética es la cultura misma”3 . He aquí,

la clave de la disidencia revueltiana orientada hacia una

propuesta de creación que permita “cambiar el mundo,

no en el optimismo bobo de las ‘mañanas que cantan’

y el sol rojo que derrama sonrisas en el koljós feliz”4 ,

sino en la consciente incidencia y reincidencia de unir

la denuncia social a la indagación sobre los más ocultos

resortes que hacen miserable el alma humana ‒alcohol,

sexo, blasfemia, compasión y amor, asuntos comúnmente

invisibles para el Partido.

Desde esta óptica, el autor de El Apando será capaz

de continuar la temática social de la Revolución mexi-

cana, pero ahora, más allá de la palabra “oficial”, más allá

del monólogo antidialéctico impuesto por el autoritaris-

mo postrevolucionario. Su prosa es realista pero cargada

de resonancias simbólicas, que no por ello deja de mar-

car su compromiso como escritor. Para Revueltas “escri-

bir [es] cosa muy diferente al mezquino y cobarde ‘que-

hacer literario’ […] del que se ocupa ese no-escritor, ob-

secuente, burocrático y vacío, que es el ‘hombre de letras’.

Hombre de letras, cierto, que no de palabra, pues éstas

son compromiso y combate: los literatos no pueden sino

huir de ellas con la mayor prudencia. (Y hay que decir, en

suma, que el literato es el que se inmuniza, sin detenerse

en que los medios sean los más ruines, contra la zozobra

humana del ser, y que lo mismo es tal liter

ato, entonces,

el burgués ignorante que jamás ha leído o escrito nada

en su vida) […] El escritor, por el contrario, pacta a vida o

muerte con las palabras, con sus palabras, con sus obras.

En su relación con ellas —relación que se establece in-

dependientemente de su voluntad— encuentra, así, la

medida de su propio aislamiento y de la incomunicación

sustancial a que está condenado su ‘lenguaje de nadie’,

pues las cosas jamás podrán ser de otra manera para él”5 .

Palabras contundentes para los “literatos” que cre-

yendo estar sobre terreno firme no se han dado cuenta

de que se han transformado en intelectualidad burocra-

tizada al servicio de un Estado cada vez más dictatorial

y terrorista, que se envalentonan con las metodologías

o estructuras que les autoriza en su nombre, en el de su

cofradía, o en el de una figura relevante, para dar el es-

paldarazo final al sujeto creador, olvidando por completo

que el arte y la literatura deben ser libres dentro de las

relaciones concretas de la sociedad y no “un adorno o

una condecoración al margen de nuestra obra”6 .

Una manera de mostrar congruencia ético-dialéctica

es cuando Revueltas se une al movimiento estudiantil de

1968, del cual tiene una perspectiva muy original: “Un

movimiento reúne por sí mismo característic

as y capaci-

dades propias, ante las cuales todo régimen dictatorial,

a la larga, resulta impotente. Un movimiento es tan ubi-

cuo, tan plural, tan ágil, tan variado y multiforme como

los individuos mismos que lo integran. Su presencia se

hace sentir por todas partes y mediante los recursos más

inesperados y las iniciativas individuales más llenas de

originalidad e imaginación. La causa de que ésta sea así

reside en el hecho de que se ha formado una conciencia

social, una conciencia colectiva respecto a un determinado

número de problemas, conciencia cuyos requerimientos

insertan al individuo, a los individuos, en esa corriente

de opinión activa que constituye, pone en acción y hace

posible un movimiento como tal7 .

En términos generales, se puede afirmar que Revuel-

tas es paradigma de independencia intelectual que puede

experimentar una persona. Su obra sigue siendo una re-

ferencia obligada para comprender nuestra realidad: im-

posición de mega-obras, expropiación violenta de tierras,

afectación por privatizaciones abusivas, presos políticos,

desaparecidos, detención de luchadores sociales, solida-

ridad y cooperación silenciada por los medios de comu-

nicación para adormecer a toda costa la conciencia del

país; flachazos significativos que nos recuerdan que “en

un mundo de pobres diablos, donde la represión rompe

cabezas y testículos y en el que cotidianamente se palpa la

aniquilación futura, José Revueltas significa un hombre de

palabras, un ejemplo moral”8 .

1 Carlos E. Turón, “Prólogo: José Revueltas, el hijo del hombre”.

En José Revueltas. Obras completas, vol. II: Las cenizas, Era,

México, 1981, p. 17.

2 Ibíd.: 16.

3 Ibídem.

4 Salvador Barros, “Literatura. México 1973-1974”. En Enci-

clopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Suplemento

Anual, 1973-1974, Espasa-Calpe, Madrid, 1980, p. 947.

5 José Revueltas, “Prólogo del autor a la presente edición”. En

Obra literaria, vol. I, Empresas Editoriales, S.A. de C.V., Méxi-

co, 1967, p. 8.

6 José Revueltas en Álvaro Ruíz Abreu, José Revueltas: los muros

de la utopía, Cal y Arena, México, 1992.

7 José Revueltas en Andrea Revueltas y Philippe Cheron

(comps.), José Revueltas y el 68, UNAM, México, p. 112.

8 Carlos E. Turón, op. cit., p. 11-12.

* El autor es maestro en Educación Superior por la

FFyL de la BUAP, promotor cultural y coordinador de

Óclesis, Víctimas del Artif ic

io, A.C.

** Ver Parménides García Saldaña: http://www.jornada.

unam.mx/2008/10/12/sem-quetza.html

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Francisco Hernández Echeverría*

Año V, Número 83, 1ra. quincena de agosto de 2014

JOSÉ REVUELTAS

Francisco Hernández Echeverría

Carlos Salcedo García

Noé Cano Vargas

DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

DE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez Ahumada

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

ZOOCIEDAD

La Cigarra Ilustrada

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

ENTREVISTA

AL CLÍTORIS

Evocar a José Revueltas, a cien años de su natalicio, obliga a hablar del

profundo sentido dialéctico que conservó a lo largo de su vida y que

supo materializar tajantemente en cada uno de los géneros que abordó:

cuento, novela, ensayo, teatro, periodismo y guión cinematográfico.

Hoy al cuerpo se le atiende para presentarlo.

El cuerpo es investido por variados discur-

sos estéticos, de salud, higiénicos y depor-

tivos. El cuerpo moderno, más que nunca

y según la clase social y el género, lo construyen sabe-

res procedentes de todos lados; el cuerpo moderno es

receptor de todos ellos. La construcción de la belleza

del cuerpo es producto tanto de concepciones e inter-

venciones técnicas y simbólicas. A juicio de Jean Bau-

drillard, existen dos modelos de atención al cuerpo en

la sociedad contemporánea: el frineísmo y el atletismo.

El primero concentrado en la belleza y la seducción, y

el segundo en la forma física y el éxito social. Modelos

opuestos pero complementarios que hacen referencia

tanto al polo femenino como al polo masculino (Bau-

drillard, 2009, 159).

Existen saberes para sanar el cuerpo, para formarlo

físicamente y para embellecerlo. “Para la mujer, la be-

lleza ha llegado a ser un imperativo absoluto religioso”

(Baudrillard, 2009, 160). La consecución del cuerpo

bello implica invertir en él (“No hay mujeres feas, hay

mujeres pobres”, dice un conocido dicho) y cuidarlo

permanentemente, lo que involucra también concep-

ciones sobre cada una de sus partes. Llama la atención

que el discurso de la belleza femenina se cimenta, en

uno de sus argumentos, alrededor de las imperfeccio-

nes del cuerpo, deterioros que hay que corregir: ve-

llo indeseado, estrías, celulitis, axilas manchadas, senos

flácidos, venas varicosas, arrugas, acné, ojeras, puntos

negros, bolsas, patas de gallo, callos, caspa, cabello seco,

piel grasosa, piel seca, hongos en las uñas, verrugas,

etc. Por ello se requieren productos, técnicas, acceso-

rios y concepciones que tienen un fin: la conquista de

la belleza femenina, la del cuerpo. Desde cremas acla-

radoras, liposucciones, tubos labiales, cirugías de nariz,

inyecciones rejuvenecedoras, baños de barro, corte de

pelo y su coloración, masaje corporal, píldoras contra

la obesidad, alargamiento de pestañas, tatuajes de la-

bios, reducción de costillas, aumento de busto, limpia-

dores faciales, trucos para poseer un cabello lustroso,

baños para pies maltratados hasta terapias alternativas

de belleza natural como aromaterapía, chocolaterapía,

etc. Complejo técnico, objetual y discursivo que con-

tribuye sustantivamente a la construcción estética del

cuerpo femenino. Todo puede ser embellecido por téc-

nicas médicas, saberes y productos.

No hay parte del cuerpo femenino olvidada y sin

significaciones. Por ejemplo, una revista mexicana dice

lo siguiente: “Las trenzas conquistan, los labios sedu-

cen” e incluso recomiendan algunos truquillos para si-

mular labios carnosos y sexis. Se lee: “Los ojos y los

labios son las partes glamorosas del rostro por lo que

hay que resaltarlos con belleza natural. Hay que reju-

venecer los labios y ganar volumen”. Las pestañas pos-

tizas, se afirma, son una “herramienta maravillosa para

resaltar la belleza de toda mujer”. Concluyen: “La be-

lleza femenina es armonía y autenticidad, porque lo

auténtico, lo verdadero, es siempre bello”.

Contrastando con estas simbolizaciones hegemó-

nicas citamos significaciones de mujeres y hombres

adolescentes sobre las partes del cuerpo1. Dicen las

mujeres mozas: “La nariz debe ser fina, delgada, muy

modosita”; “los labios deben ser besables”; “la cara tie-

ne que ser alargada, si la tienes redonda eso provoca

que te veas más gordita”; “piernas torneadas, de arriba

más anchas y abajo más delgadas, no tanto como pa-

tas de pollo”; “la piel debe ser suave y tersa”; “ las cejas

depiladas y curvas”; “los labios delgados”; “las orejas

deben ser pegadas a la cara”; “la piel blanca”; “la nariz

ni respingona ni chata”; “la piel blanca, suave y estirada

como la de las señoritas”.

Los hombres adolescentes afirman: “Los traseros

deben estar bien formaditos, no muy caderonas”, “la

cara delgada, no muy cachetona”, “las manos chiquitas,

delgadas, lisitas y suaves”, “las piernas marcadas”, “los

senos marcados y duritos”, “los pies de una mujer de-

ben ser pequeños y delicados, sin callos”, “el pelo lacio,

castaño con flequito”, “los ojos con pestañas rizadas,

largas y grandes”, “la boca debe ser sonriente, aunque

no tenga bonitos dientes”, “las manos no maltratadas,

que no tengan cicatrices”, “la espalda no tan ancha”,

“los glúteos firmes, ni tan aguados ni tan grandes”, “la-

bios suaves”, “senos suaves, redondos, ni tan grandes

ni tan chicos”, “piernas bien formadas, ni tan guangas

que lleguen a tener celulitis ni tan flacas que lleguen

a parecer anoréxicas”, “los ojos negros, grandes bien

proporcionados, no bizca”, “las manos deben ser con

dedos largos, delgados y todas blancas”, etc.

Todas estas significaciones indican la interioriza-

ción de las representaciones dominantes sobre el mo-

delo de cuerpo femenino imperante y se complemen-

tan con las siguientes metaforizaciones: “los pies deben

ser chiquitos, que saben por donde caminar, siempre lo

saben”; “los pies que no sean de tamal oaxaqueño”; “ca-

minar, pero no como pollo espinado”; “las piernas muy

largas, sirven para guiar, se arriesgan para ir a lugares

peligrosos”; “los ojos son la ventana del alma, siempre

expresan algo”; “la cintura de avispa”; “los labios con

inocencia”; “el cuerpo femenino es la octava maravi-

lla”; “el cuerpo femenino es un templo, hay que llevarle

de vez en cuando flores”.

Entonces, la construcción de la belleza del cuerpo

femenino es un complejo de saberes, productos, ob-

jetos y significaciones que adquieren sentido cuando

se espacializan en el gimnasio, el hogar, la estéticas, el

spa, los consultorios de reconstrucción facial y entre

otros los salones de belleza. El salón de belleza es un

lugar de prácticas, objetos y significaciones que actúan

sobre el cuerpo femenino, y en donde las mujeres pa-

gan grandes cantidades de dinero para gozar de los be-

neficios, tanto físicos como simbólicos, de las prácticas

estéticas, de esas habilidades que definen el culto al

cuerpo en la modernidad tardía. El salón de belleza es

un lugar femenino. Es un espacio donde se construye y

se reproduce el ideal de feminidad, tanto en su dimen-

sión estética como en el papel que debe desempeñar la

mujer en la sociedad. En el salón de belleza se habla y

se actúa sobre el arreglo personal, la postura que debe

tener una mujer, la ropa, el maquillaje, el comporta-

miento, los accesorios a usar adecuadamente, lo deli-

cado que debe ser la mujer y su autosuficiencia. Todo

ello va definiendo lo femenino, el absoluto de belleza

femenina que se debe reflejar en el cuerpo de la mujer.

En el salón de belleza las distintas partes del cuer-

po son dotadas de importancia, ya que dentro del ima-

ginario social simbolizan lo femenino, como el cabe-

llo, el rostro, la cintura, las manos, la boca, las piernas

y los senos; el cuerpo se convierte en objeto de culto.

El salón de belleza es un lugar donde las mujeres pue-

den cuidar, embellecer y construir la feminidad con su

cuerpo. Entonces, la arquitectura de la feminidad, en su

dimensión estética, ya lo decíamos anteriormente, es

un sistema complejo de prácticas, objetos y significa-

ciones que van y vienen en el cuerpo de la mujer, que

simultáneamente representan y expresan las creencias

colectivas dominantes de belleza femenina y se arrai-

gan e interiorizan en cada mujer, por lo que permiten

que su cuerpo sea tratado, modificado, esculpido y per-

forado en un lugar de la modernidad donde el culto al

cuerpo se pronuncia: salón de belleza.

Notas1 Las siguientes expresiones fueron recopiladas por Gabriela

Aragón Paredes y forman parte de su tesis de licenciatu-

ra sobre lo femenino, Colegio de Antropología Social de la

BUAP.

Bibliografía.

Jean Baudrillard: La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructu-

ras. Madrid, Siglo XXI, 2009.

Pierre Guiraud: El lenguaje del cuerpo. México, FCE, 1994.

Ernesto Licona: “La peluquería como lugar masculino”, en Agui-

lar, Miguel Ángel, Sevilla, Amparo y Vergara, Abilio, coordi-

nadores, La ciudad desde sus lugares. Trece ventanas etnográficas para

una metrópoli. México, Conaculta/UAM, 2001

* Doctor en Antropología, profesor investigador del

Colegio de Antropología Social de la BUAP.

** Estudiante de la Maestría en Antropología Social,

BUAP.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Ernesto Licona Valencia* y Gabriela Velázquez Ruíz**

Año V, Número 84, 2da. quincena de agosto de 2014

El culto al cuerpo es una práctica social distintiva de las sociedades en la modernidad

tardía. En la actualidad, el cuerpo experimenta un nuevo proceso de sacralización y

corporeidad, es objeto de culto fatuo, ritos y los más variados cuidados. En la modernidad

tardía se observa una nueva relación social con el cuerpo, nuevos sentidos emergieron y se

constituyó una novedosa “divinización”.

EL CUERPO Y LA CONSTRUCCIÓN

DE LA BELLEZA FEMENINA

Ernesto Licona Valencia

Gabriela Velázquez Ruiz

Y AHORA, EL ÉBOLA

Octavio Spíndola Zago

DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

ZOOCIEDAD

La Cigarra Ilustrada

DE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez Ahumada

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

UN MONERO

QUE HACE PENSAR

Hoy al cuerpo se le atiende para presentarlo. El cuerpo es investido por variados discur-sos estéticos, de salud, higiénicos y depor-tivos. El cuerpo moderno, más que nunca

y según la clase social y el género, lo construyen sabe-res procedentes de todos lados; el cuerpo moderno es receptor de todos ellos. La construcción de la belleza del cuerpo es producto tanto de concepciones e inter-venciones técnicas y simbólicas. A juicio de Jean Bau-drillard, existen dos modelos de atención al cuerpo en la sociedad contemporánea: el frineísmo y el atletismo. El primero concentrado en la belleza y la seducción, y el segundo en la forma física y el éxito social. Modelos opuestos pero complementarios que hacen referencia tanto al polo femenino como al polo masculino (Bau-drillard, 2009, 159).

Existen saberes para sanar el cuerpo, para formarlo físicamente y para embellecerlo. “Para la mujer, la be-lleza ha llegado a ser un imperativo absoluto religioso” (Baudrillard, 2009, 160). La consecución del cuerpo bello implica invertir en él (“No hay mujeres feas, hay mujeres pobres”, dice un conocido dicho) y cuidarlo permanentemente, lo que involucra también concep-ciones sobre cada una de sus partes. Llama la atención que el discurso de la belleza femenina se cimenta, en uno de sus argumentos, alrededor de las imperfeccio-nes del cuerpo, deterioros que hay que corregir: ve-llo indeseado, estrías, celulitis, axilas manchadas, senos flácidos, venas varicosas, arrugas, acné, ojeras, puntos negros, bolsas, patas de gallo, callos, caspa, cabello seco, piel grasosa, piel seca, hongos en las uñas, verrugas, etc. Por ello se requieren productos, técnicas, acceso-rios y concepciones que tienen un fin: la conquista de la belleza femenina, la del cuerpo. Desde cremas acla-radoras, liposucciones, tubos labiales, cirugías de nariz, inyecciones rejuvenecedoras, baños de barro, corte de pelo y su coloración, masaje corporal, píldoras contra la obesidad, alargamiento de pestañas, tatuajes de la-bios, reducción de costillas, aumento de busto, limpia-dores faciales, trucos para poseer un cabello lustroso, baños para pies maltratados hasta terapias alternativas de belleza natural como aromaterapía, chocolaterapía, etc. Complejo técnico, objetual y discursivo que con-tribuye sustantivamente a la construcción estética del cuerpo femenino. Todo puede ser embellecido por téc-nicas médicas, saberes y productos.

No hay parte del cuerpo femenino olvidada y sin significaciones. Por ejemplo, una revista mexicana dice lo siguiente: “Las trenzas conquistan, los labios sedu-cen” e incluso recomiendan algunos truquillos para si-mular labios carnosos y sexis. Se lee: “Los ojos y los labios son las partes glamorosas del rostro por lo que hay que resaltarlos con belleza natural. Hay que reju-venecer los labios y ganar volumen”. Las pestañas pos-tizas, se afirma, son una “herramienta maravillosa para resaltar la belleza de toda mujer”. Concluyen: “La be-lleza femenina es armonía y autenticidad, porque lo auténtico, lo verdadero, es siempre bello”.

Contrastando con estas simbolizaciones hegemó-nicas citamos significaciones de mujeres y hombres adolescentes sobre las partes del cuerpo1. Dicen las mujeres mozas: “La nariz debe ser fina, delgada, muy modosita”; “los labios deben ser besables”; “la cara tie-ne que ser alargada, si la tienes redonda eso provoca que te veas más gordita”; “piernas torneadas, de arriba más anchas y abajo más delgadas, no tanto como pa-tas de pollo”; “la piel debe ser suave y tersa”; “ las cejas depiladas y curvas”; “los labios delgados”; “las orejas deben ser pegadas a la cara”; “la piel blanca”; “la nariz ni respingona ni chata”; “la piel blanca, suave y estirada como la de las señoritas”.

Los hombres adolescentes afirman: “Los traseros deben estar bien formaditos, no muy caderonas”, “la cara delgada, no muy cachetona”, “las manos chiquitas, delgadas, lisitas y suaves”, “las piernas marcadas”, “los senos marcados y duritos”, “los pies de una mujer de-ben ser pequeños y delicados, sin callos”, “el pelo lacio, castaño con flequito”, “los ojos con pestañas rizadas, largas y grandes”, “la boca debe ser sonriente, aunque no tenga bonitos dientes”, “las manos no maltratadas, que no tengan cicatrices”, “la espalda no tan ancha”, “los glúteos firmes, ni tan aguados ni tan grandes”, “la-bios suaves”, “senos suaves, redondos, ni tan grandes ni tan chicos”, “piernas bien formadas, ni tan guangas que lleguen a tener celulitis ni tan flacas que lleguen a parecer anoréxicas”, “los ojos negros, grandes bien proporcionados, no bizca”, “las manos deben ser con dedos largos, delgados y todas blancas”, etc.

Todas estas significaciones indican la interioriza-ción de las representaciones dominantes sobre el mo-delo de cuerpo femenino imperante y se complemen-tan con las siguientes metaforizaciones: “los pies deben ser chiquitos, que saben por donde caminar, siempre lo saben”; “los pies que no sean de tamal oaxaqueño”; “ca-minar, pero no como pollo espinado”; “las piernas muy largas, sirven para guiar, se arriesgan para ir a lugares peligrosos”; “los ojos son la ventana del alma, siempre expresan algo”; “la cintura de avispa”; “los labios con inocencia”; “el cuerpo femenino es la octava maravi-lla”; “el cuerpo femenino es un templo, hay que llevarle de vez en cuando flores”.

Entonces, la construcción de la belleza del cuerpo femenino es un complejo de saberes, productos, ob-jetos y significaciones que adquieren sentido cuando se espacializan en el gimnasio, el hogar, la estéticas, el spa, los consultorios de reconstrucción facial y entre otros los salones de belleza. El salón de belleza es un lugar de prácticas, objetos y significaciones que actúan sobre el cuerpo femenino, y en donde las mujeres pa-gan grandes cantidades de dinero para gozar de los be-neficios, tanto físicos como simbólicos, de las prácticas estéticas, de esas habilidades que definen el culto al cuerpo en la modernidad tardía. El salón de belleza es un lugar femenino. Es un espacio donde se construye y se reproduce el ideal de feminidad, tanto en su dimen-sión estética como en el papel que debe desempeñar la

mujer en la sociedad. En el salón de belleza se habla y se actúa sobre el arreglo personal, la postura que debe tener una mujer, la ropa, el maquillaje, el comporta-miento, los accesorios a usar adecuadamente, lo deli-cado que debe ser la mujer y su autosuficiencia. Todo ello va definiendo lo femenino, el absoluto de belleza femenina que se debe reflejar en el cuerpo de la mujer.

En el salón de belleza las distintas partes del cuer-po son dotadas de importancia, ya que dentro del ima-ginario social simbolizan lo femenino, como el cabe-llo, el rostro, la cintura, las manos, la boca, las piernas y los senos; el cuerpo se convierte en objeto de culto. El salón de belleza es un lugar donde las mujeres pue-den cuidar, embellecer y construir la feminidad con su cuerpo.

Entonces, la arquitectura de la feminidad, en su dimensión estética, ya lo decíamos anteriormente, es un sistema complejo de prácticas, objetos y significa-ciones que van y vienen en el cuerpo de la mujer, que simultáneamente representan y expresan las creencias colectivas dominantes de belleza femenina y se arrai-gan e interiorizan en cada mujer, por lo que permiten que su cuerpo sea tratado, modificado, esculpido y per-forado en un lugar de la modernidad donde el culto al cuerpo se pronuncia: salón de belleza.

Notas1 Las siguientes expresiones fueron recopiladas por Gabriela

Aragón Paredes y forman parte de su tesis de licenciatu-ra sobre lo femenino, Colegio de Antropología Social de la BUAP.

Bibliografía.Jean Baudrillard: La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructu-

ras. Madrid, Siglo XXI, 2009.Pierre Guiraud: El lenguaje del cuerpo. México, FCE, 1994.Ernesto Licona: “La peluquería como lugar masculino”, en Agui-

lar, Miguel Ángel, Sevilla, Amparo y Vergara, Abilio, coordi-nadores, La ciudad desde sus lugares. Trece ventanas etnográficas para una metrópoli. México, Conaculta/UAM, 2001

* Doctor en Antropología, profesor investigador del Colegio de Antropología Social de la BUAP.** Estudiante de la Maestría en Antropología Social, BUAP.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Ernesto Licona Valencia* y Gabriela Velázquez Ruíz**

Año V, Número 85, 1ra. quincena de septiembre de 2014

El culto al cuerpo es una práctica social distintiva de las sociedades en la modernidad tardía. En la actualidad, el cuerpo experimenta un nuevo proceso de sacralización y

corporeidad, es objeto de culto fatuo, ritos y los más variados cuidados. En la modernidad tardía se observa una nueva relación social con el cuerpo, nuevos sentidos emergieron y se

constituyó una novedosa “divinización”.

EL CUERPO Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA BELLEZA FEMENINA

Ernesto Licona Valencia Gabriela Velázquez Ruiz

Y AHORA, EL ÉBOLA Octavio Spíndola Zago

DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista

ENGAÑO Enrique Condés Lara

ZOOCIEDAD La Cigarra Ilustrada

DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada

REINCIGRAMA Fernando Contreras

FRANTASÍAS José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaUN MONERO

QUE HACE PENSAR

Page 2: Reincidente 85

222

Thomas Frey*

Hacia otros modelos de negocios Los cursos en línea podrán desarrollarse a través de la difusión por Internet y vídeo, como productos interac-tivos escalables con distribución mundial. En resumen, se convertirán en los productos básicos del conocimiento y las universidades, así como otras empresas de distribu-ción, podrán competir en precio.

Mientras que algunas organizaciones se esfuerzan por convertirse en el Wal-Mart de los cursos univer-sitarios de bajo costo, la mayoría de las universidades tratan de redefinir su nicho, su marca en torno a su pro-pia oferta única. Sin embargo, en más de los casos, la diferencia de precio será tan extrema que la mayoría se encontrarán en una guerra de ofertas en la que no po-drán competir.

Al mismo tiempo, la mercantilización de los cur-sos se presta a muchos otros modelos de negocio. Mu-chas de las nuevas variantes vendrán con las solicitudes iniciales de la producción de mejores alumnos en me-nor tiempo, a menor costo y mejor equipados. La na-turaleza fluida del entorno de aprendizaje de reciente aparición tendrá dificultades a largo plazo para probar su eficacia. Algunos ejemplos de modelos de negocios creativos que salen de la nada son:

1) Cursos Modelo Agregado. En un cierto nivel, las universidades están ya en el negocio del modelo agre-gado. El actual modelo de negocio se ha construido en torno a la agregación de las cosas tales como el talento, los estudiantes, los cursos, créditos y experiencias.

Los sistemas para la agregación en línea han he-cho fácil que otras organizaciones puedan competir, haciendo que las universidades pierdan el control de pequeños ámbitos de su funcionamiento. A modo de ejemplo, iTunes de Apple ha lanzado recientemente un servicio llamado iTunes U agregando cursos en línea. Si se cree que esto es un experimento informal en la zona de la agregación de cursos, es un error. En octubre de 2008, Apple contrató al Dr. Joel Podolny, el Decano de la Facultad de Administración de la Universidad de Yale, para ejecutar el nuevo Apple University.

Mi predicción es que en algún momento, en los próximos dos años, vamos a leer un titular acerca de que alguien se ha graduado de la universidad tras pre-parar sus cursos en un iPhone. Sí, es probable que sea un truco publicitario por parte de Apple, pero la reali-zación allanará el camino para muchas otras innovacio-nes. Y otros seguirán el ejemplo de Apple.

Escenarios disruptivos La mayoría de nosotros tenemos grandes dificultades para apreciar lo que depara el futuro en nuevos escena-rios funcionales. Al respecto, he elegido como ejemplo de los cambios que se avecinan una breve descripción de un elemento probable, explicando cómo va a desa-rrollarse y cuáles serán las consecuencias posibles.

Escenario 1: Un negocio como el iTunes lanza el paquete de un desarrollador de cursos en línea que per-mite a los expertos de todo el mundo crear sus propios courseware y hacer dinero con cada venta. El kit del de-sarrollador de courseware permitirá producirlos de for-ma rápida en un formato estandarizado de unos 60 mi-nutos, con una variedad de entradas para los medios de comunicación. Los cursos podrán ser etiquetados con la aprobación de las instituciones, valorados por los es-tudiantes, y podrán articularse en torno a un motor de recomendación personalizado.

En este escenario, la oferta creciente de cursos pro-pagándose como hongos, primero a millones, luego a decenas de millones, y finalmente cientos de millones, todo dentro de un corto período de tiempo. Los pri-meros en adoptarlos incluirán empresas, asociaciones

comerciales, y hasta estudiantes extranjeros. Las uni-versidades públicas y privadas, cada institución seguirá desarrollando diferentes políticas para trabajar con el nuevo material didáctico.

Inicialmente, los cursos podrán ser demasiado abu-rridos, pero los diseños posteriores estarán llenos de imaginación y un contenido atractivo.

Escenario 2. Los profesores titulares prestigiados podrán romper su relación con su institución de ads-cripción y podrán comenzar a trabajar independiente-mente con sus cursos. Podrán establecerse como ins-tructores acreditados y de esta manera comenzar a pro-ducir y distribuir en todo el mundo material didáctico con su marca,

Cada uno de estos profesores independientes tra-bajará como profesor invitado, viajando de una univer-sidad a otra, haciendo promoción de su propia línea de cursos, libros, campamentos de entrenamiento y dife-rentes formas de aprendizaje. Muchos llegarán hasta el nivel de «profesores celebridades».

Escenario 3. También es previsible que se desarro-llen sistemas de calificación courseware para certificar la integridad de un sistema en rápida evolución.

Un alto porcentaje de lo que hoy se enseña en clase es teórico: desde la teoría de la gravedad a la teoría de la evolución y la teoría musical. Como todo es teoría, nin-guno de los temas termina siendo 100 por ciento com-probable. Además, prácticamente todos los aspectos de la sociedad tienen su propia versión de la verdad -las verdades religiosas, las verdades científicas, verdades ju-rídicas, etc. Por esta razón, el esquema del courseware tendrá que ser estructurado con un sistema de contro-les y equilibrio donde los grupos particulares, asocia-ciones y otros servicios de acreditación, podrán crear sus propias autoridades certificadoras y colocar etique-tas reconocibles de aprobación o desaprobación de los cursos y sistemas de calificación. Estas etiquetas serán una característica central de los criterios de búsqueda utilizados por un potencial estudiante inteligente, así como por el motor de recomendación de los courseware.

Escenario 4. Las universidades que también cuen-tan con investigación podrán aprovechar los proyec-tos desarrollados mediante la implementación de una serie de nuevos cursos alrededor de diversos aspectos de la investigación. Cada proyecto será esencialmente generador de nuevos cursos y es previsible que la pre-paración para la investigación también atraiga a mu-chos estudiantes. Tanto el Gobierno como corporacio-nes y fundaciones seguirán financiando la investigación y apoyarán a las universidades para construir nuevas fuentes de ingresos a través del desarrollo de cursos.

Los esfuerzos de transferencia de tecnología serán apoyados por el material del curso también. El cour-seware se convertirá en un medio de difusión a través del cual los demás aprenderán sobre nuevas tecnologías, así como sus oportunidades y aplicaciones relacionadas.

Escenario 5. Los campus universitarios actuales se transformarán en verdaderas colonias educativas. El tér-mino “colonia” se utiliza para describir un grupo de ac-tividades que se generan bajo un tema común. En este escenario el control general de instituciones involucradas se tendrá que articular en varias entidades de interés co-mún, cada una libre para operar de manera autónoma.

El actual plan semestral y la programación trimestral serán desechados en favor del aprendizaje basado en proyectos y otras actividades. Los proyectos en fase ini-cial incluirán experiencias de aprendizaje en equipo. Proyectos de las etapas posteriores se transformarán en prácticas sociales, en los negocios y las operaciones cor-porativas; donde los estudiantes ganarán «a medida que aprenden».

Mientras que el aprendizaje fundamental seguirá siendo un requisito previo para muchos de los proyec-tos, los estudiantes se abrirán camino a través de los cursos requeridos antes de entrar en un proyecto. Las universidades destacarán a través de sus relaciones con entidades externas y los tipos de proyectos en los que estudiantes estarán en la posibilidad de participar. Los dormitorios se convertirán en algo parecido a las opera-ciones de un hotel para estancias especiales, con los es-tudiantes permaneciendo en cualquier lugar desde una noche hasta varios años. La mayoría de los edificios de aulas serán convertidos en los espacios de los proyectos. Algunas aulas se utilizarán como espacio de encuentro, centros de pruebas de cursos, o salas de conferencias.

La Directiva Primaria Voy a cerrar abordando una vez más el concepto de una directriz principal para los colegios y universidades. Hasta ahora, los estudiantes han asistido a la univer-sidad por razones muy egoístas. Ellos están buscando prestigio, status y la expectativa de trabajos que les darán un montón de dinero. Mi argumento es que la motivación de la “buena vida” es insuficiente para el mundo que se avecina.

En lugar de un mundo con gente que lucha con-tra otros, las batallas que se avecinan van a ponernos a prueba en todos los niveles imaginables. En las esca-las mayores nos encontraremos enfrentados a fuerzas comparables con nuestro sistema solar, y en las más pe-queñas, las partículas de la nanotecnología y las subató-micas se nos pondrán como retos que nunca habíamos soñado que podrían existir. Para estas batallas se re-quiere mucho más que algunas mentes brillantes, tena-cidad personal y poder militar.

Los estudiantes del mañana tendrán que estar pre-parados para un llamado superior. Esta vocación más elevada será adelantarse a las crisis antes de que ocu-rran, anticipar los desastres antes de que ocurran y re-solver algunos de los grandes problemas de la huma-nidad, empezando por el problema de nuestra propia ignorancia. Al igual que una persona que camina a tra-vés de un bosque oscuro con una linterna que ilumina solo un poco más adelante, cada paso hacia el futuro da una nueva perspectiva mediante la iluminación de lo que antes era oscuro. Los estudiantes del mañana serán nuestras linternas más grandes.

La historia nos muestra que estamos inmersos en ciclos, sistemas y patrones que se repiten una y otra vez. Los libros de historia del mañana nos mostrarán que todos los patrones están hechos para romperse. En los ciclos de la espera de un mundo transformado, los co-legios y universidades tendrán que posicionarse en la punta de lanza de lo que viene después. Siempre nece-sitaremos la retrospectiva para entender de dónde ve-nimos, pero una nueva generación de visionarios, for-mada con herramientas inusuales para adelantarse a los desastres, serán nuestros profesionales más estimados. Los colegios y universidades futuros se convertirán en nuestros controles, en el equilibrio del status quo. Tal vez una directriz suprema más apropiada debe ser ex-presada así: “Se requiere la preparación de la huma-nidad para mundos desconocidos, capacitar nuestras mentes para los pensamientos impensables y la dispo-sición para luchas aún inimaginables”.

* Presidente Ejecutivo de The Da Vinci Institute, Inc. All Rights Reserved. The Da Vinci Institute is a 501(C)3 non-profit under the laws of the State of Colorado.

Traducción: Mariano Torres Bautista

La mayoría de las empresas saben cómo manejar a los empleados de forma remota, pero las universidades tienen problemas muy diferentes en la gestión de los estudiantes a distancia.

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Enrique Condés Lara*

La alianza que durante la II Guerra Mundial in-tegraron Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética bajo la cual se arroparon, en segundo

término, los franceses libres de Charles de Gaulle, los partisanos yugoslavos de Tito y los nacionalistas chi-nos de Chiang Kai-shek, en tercer nivel los gobiernos en el exilio de Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgi-ca, Grecia, Luxemburgo, Checoslovaquia y Polonia y, como furgón de cola, las naciones latinoamericanas que declararon la guerra a los países del eje, fue una asociación no deseada ni buscada por sus integrantes, impuesta por las exigencias militares del momento.

A lo largo de 1938 y 1939, la Unión Soviética pre-sentó diversas iniciativas a Inglaterra y Francia para enfrentar en común a la Alemania nazi. Sin embargo, los ingleses empeñados en apaciguar a Hitler cedién-dole terreno, descartaron las propuestas. No veían con malos ojos las aspiraciones alemanas sobre el este de Europa, Ucrania y la URSS a la vez que desplegaban iniciativas diplomáticas y políticas para pactar con la Italia fascista de Mussolini. En respuesta, a fines de agosto de 1939 la URSS firmó un pacto de no agre-sión con Alemania dejó manos libres a los nazis para irse contra los ingleses y franceses (y la chiquillada: polacos, daneses, noruegos belgas, holandeses). La an-tisoviética campaña de insultos y satanizaciones que veinte años abanderó Winston Churchill quien poco después sería designado primer ministro de la Gran Bretaña, gran cobró fuerza entonces, solamente para dar lugar, tras el ataque contra la Unión Soviética en junio de 1941, a una cantidad de elogios y recono-cimientos de la “bravura” y “heroicidad” del Ejército Rojo y del pueblo ruso, preparatorios para allanar un acuerdo con Stalin.

Abundantes estudios, memorias y relatos han re-gistrado las suspicacias, intrigas y sordas maniobras que mediaron las entrevistas, discusiones y convenios entre Churchill y Stalin, a los que poco después se agregó Roosevelt, y a partir de abril de 1945, Harry S. Truman. A Stalin nunca pudo quitársele de la ca-beza que sus aliados occidentales posponían delibe-radamente la creación de un segundo frente occiden-tal porque buscaban que la maquinaria militar nazi se desgastara lo más posible en el frente ruso. Y no es-taba del todo errado: en 1943, Churchill convenció al presidente norteamericano, quien tras la campaña en África del Norte pretendía llevar a cabo cuanto antes los desembarcos en Francia, que debían golpear a los nazis en sus “partes blandas”, esto es, atacar Italia a partir de Sicilia. Estaba detrás el interés británico por recuperar, tras la guerra, su predominio en el Medite-rráneo, afianzar su influencia en los Balcanes, en Hun-gría, en Checoslovaquia y en Austria y, desde ahí, de

ser posible, detener el avance del Ejército Rojo sobre Europa Occidental. Pero la Wehrmacht contuvo a los aliados en Italia y frustró sus planes.

Aún cuando había decidido plegar su política ex-terior y militar completamente a las directrices nor-teamericanas, Churchill nunca pudo desembarazarse de sus viejas nostalgias imperiales. Fue esa una de las principales razones que lo llevaron a chocar con Char-les de Gaulle y los ímpetus colonialistas guardados de-trás de sus proclamas de “restablecer la Gran Francia”. Ambos personajes soñaban con mantener sus posesio-nes de ultramar y, como había sido desde antes de la guerra, existían zonas en el Levante por las que riva-lizaban: Irak, Siria, Líbano. Churchill estaba sentido con la “arrogancia” de De Gaulle, a quien en mayo de 1940 apoyó, reconoció y armó. A tal grado era su dis-gusto que, en la primavera de 1943, decidió impedir que saliera de Inglaterra rumbo a Argelia. Entonces, De Gaulle le reclamó: “Soy su prisionero. ¡Pronto me va a mandar a la isla de Man!”. –No mi general, res-pondió el primer ministro británico, para usted, tan distinguido, siempre está la Torre de Londres. (Fran-cois Kersaudy: De Gaulle y Churchill. El Ateneo, Bue-nos Aires, 2004. p. 311).

Mucho peores fueron las relaciones entre Roose-velt y De Gaulle, quienes nunca simpatizaron entre sí, ni se entendieron. Para el líder de la Francia com-batiente era inaceptable que los Estados Unidos man-tuvieran relaciones con el gobierno pelele de Vichy a quien los americanos pretendían neutralizar a fin de que los considerables destacamentos militares fran-ceses estacionados en África del Norte no resistieran, en su momento, a los aliados. Más aún, veían a varios personeros de Pétain como posibles cabezas de un go-bierno francés de posguerra; De Gaulle, por tanto, les estorbaba. “Una vez que América se había involucrado en la guerra –escribió de Gaulle–, Roosevelt enten-día que la paz había de ser la paz americana, que le correspondía a él dictar las leyes de su organización, que los Estados aniquilados por la adversidad habían de someterse a su juicio, que en el caso particular de Francia había de ser su salvador y su árbitro… Políti-camente no sentía, pues, ninguna inclinación a poner-se en mi favor”.

En junio de 1942, cuando De Gaulle supo que in-gleses y norteamericanos preparaban una operación contra Dakar y Níger excluyendo a las fuerza fran-cesas y de que había la idea de entregar Madagascar a Vichy, decidió emigrar a Moscú y pidió al embajador de la Unión Soviética que preguntara a su gobierno si aceptaría acoger a la Francia Libre. Finalmente, se mantuvo en Londres debido a que, conciliadoramente, Churchill le ofreció garantías sobre Madagascar.

Las suspicacias llegaron al extremo de que britá-nicos y americanos ocultaron a De Gaulle hasta el úl-timo momento el lugar y el día en que se realizaría el desembarco en Francia, pasando por alto que fuerzas francesas formaban parte de los contingentes partici-pantes y del importante papel que deberían jugar las fuerzas galas del interior (resistencia). No fue antes del 23 de octubre de 1944, cuando el gobierno norteame-ricano reconoció oficialmente a Charles de Gaulle y al Gobierno Provisional de la República de Francia. El enorme prestigio público adquirido entre los france-ses y la opinión pública inglesa y estadounidense, tras cuatro años de resistencia y de lucha, fueron decisivos (Roosevelt no quería que este asunto le afectara en las elecciones de noviembre de 1944).

Más que antipatías personales o, por el contrario, afectos particulares, el comportamiento y decisiones de Stalin, Roosevelt, Churchill, De Gaulle, Tito, Be-nes, Truman, Chiang Kai-shek y otros respondían a proyectos e intereses del Estado o nación que enca-bezaban, a correlaciones de fuerza, cálculos políticos y conveniencias. Distintos entre sí, convergentes oca-sionalmente, reunidos por necesidad pero estratégica-mente diferentes, al fin del conflicto bélico continua-ron en las nuevas condiciones.

* El autor es Doctor en Sociología Política por la Uni-versidad de Granada, España, y director del Museo de la Memoria Histórica Universitaria de la BUAP.

Ha sido uno de los más insistentes engaños que los triunfadores de la II Guerra Mundial construyeron y que han mantenido a lo largo de siete décadas. No se trata de un artificio cualquiera forjado por estrictas conveniencias

política. Las historias que parten de esa premisa entorpecen la comprensión de lo que sucedió luego, específicamente de la guerra fría que partió al mundo en dos grandes bloques durante cuarenta años y estuvo a poco llevar a la humanidad

a un conflicto nuclear de proporciones cataclísmicas.

Nuestros amigos y compañeros de Óclesis cumplen este mes sus primeros

10 años de vida¡FELICIDADES!

En territorios apaches, como son los que habitamos, sin respaldos institucionales y

con la mera voluntad de salir adelante, no es fácil lograrlo. Muchos proyectos y ensayos

han muerto por esas razones a las primeras de cambio. REINCIDENTE hace votos para que

se mantengan y conquisten muchos triunfos. ¡Larga vida!

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Corría la década de los ochentas cuando investi-gadores del sistema público de salud de Fran-cia y Estados Unidos, paralelamente, descu-

brieron el Virus de Inmunodeficiencia Humana como agente etiológico del SIDA. Rastrearon el brote hasta África negra como una infección propia de los pri-mates y, desde ese punto, llegó a California. Entonces, ¿quiénes desataron la epidemia en América? Se dijo que los homosexuales, esos jóvenes rebeldes y pertur-bados entregados a su “liberación política”, a las drogas y al sexo desenfrenado. La repulsión generalizada en la puritana y conservadora sociedad protestante nor-teamericana hacia las prácticas de los homosexuales se tornó en odio cuando el gobierno los apuntó como culpables de esa peste. La epidemia permitió estigma-tizar a un grupo social por décadas.

En un segundo caso, en el período 2009-2010, el gobierno mexicano y la Organización Mundial de la Salud (OMS) declararon alerta sanitaria por la pan-demia de la influenza virus A subtipo H1N1 que se llevó la vida de 18,337 personas en el mundo. Lo que inició como un aumento insustancial de casos de gri-pe de temporada tardía –en palabras del secretario de Salud José Ángel Córdoba Villalobos-, terminó en el cierre indiscriminado de fronteras a mexica-nos en países como China, Francia, Canadá y Esta-dos Unidos. ¿Qué ocurrió después de la conmoción? Bajo la mesa, Felipe Calderón pactó para importar carne porcina y dar un duro golpe neoliberal al cam-po mexicano.

El 2012 los gobiernos de Alemania, EU, España, Turquía y China declararon nuevas alertas por brotes de influenza virus A subtipo H5N1 –la llamada gri-pe aviar- que en México estalló en granjas aviares de Guadalajara y Tlaxcala. La ecuación se repitió, tras ma-tar sistemáticamente a gallinas y pollos para evitar una morbilidad mayor, el gobierno federal pactó para abrir el mercado mexicano a productos aviares costarricenses, y continuar desmantelando el sector primario.

Otro ejemplo puede ser el de cómo los brotes de vi-ruela, gripe, sarampión y tifo resultaron aliados efectivos para los conquistadores ibéricos (Sánchez, 2007) en el despoblamiento genocida –término aún rechazado por varios académicos– que se presentó durante las prime-ras décadas del siglo XVI en el nuevo continente.

En pleno 2014, la OMS activa las sirenas: van más de 800 muertos y 1,600 infectados. La causa, el virus del ébola –conocida como la enfermedad de la pobre-za, al ser detonada en condiciones insalubres. El es-pacio de contagio: las zonas de la selva tropical del África Occidental (Sierra Leona, Guinea, Liberia, Ni-geria, Ghana). El virus identificado en 1976 durante la epidemia en la República Democrática del Congo y Sudán, típico de primates, cobró ya la vida, el 29 de julio, de Umar Jan, quien fuera el mayor experto en esta infección.

Ante la expansión incontrolable del ébola, la OMS ha puesto manos a la obra actualizando el Interim in-fection control recommendation for care of patients with suspected or confirmed Filovirus haemorhagic fever publi-cado en marzo de 2008. Las naciones se suman a los esfuerzos regionales como es el caso del Dr. Tom Frie-den, director de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por su nombre en inglés), que ya anunció el envío de 50 expertos a la zona afectada.

En África, los gobiernos involucrados han decidi-do desplegar sus tropas bajo el Plan Octopus para evitar la propagación, mientras el presidente del Banco Afri-cano de Desarrollo, Donald Kaberuka, hizo público el desembolso de 50 millones de dólares para la causa. Con todo, y a pesar de las declaraciones de Anthony Fauci del Instituto Nacional de Salud, respecto a que pronto se dispondrá de una vacuna para el ébola, los patrones se repiten.

No quisiéramos desconfiar, pero no debemos ol-vidar que los progresos de la ciencia y la tecnología se han dado siempre en contextos bélicos: las neurocien-cias son resultado de la guerra contra el terrorismo; la ingeniería aeroespacial es herencia de la Guerra Fría; la ingeniería nuclear y las armas bioquímicas lo son de la Segunda Guerra Mundial; los avances en nave-gación e ingeniería marítima se remontan a los con-flictos armados de los siglos XIX y XX. Para el his-toriador inglés Eric Hobsbawm la capacidad humana de imaginar es potenciada por su instinto por destruir.

No podemos ignorar el cambio climático como un factor crucial. La naturaleza funciona como un siste-ma autorregulador. Los resultados de esta “purga or-gánica” no son siempre negativos: los duros golpes de la peste negra ocasionados por el agente enterobacte-riano Yersinia pestis, descubierto en 1894 y que llevó a la institucionalización de la Comisión India para la In-vestigación de la Peste, entre 1347 y 1720 diezmaron a las poblaciones y echaron abajo las de por sí raquíticas sociedades de entonces.

Las actividades familiares se vieron detenidas; el silencio reinó en las ciudades; imperó la soledad en la enfermedad y el anonimato en la muerte; se abolieron los ritos colectivos de alegría y de tristeza; las colecti-vidades fueron incapaces de concebir proyectos a futu-ro, ya que a partir de entonces la ‘iniciativa’ pertenecía completamente a la peste (Delumeau, 2002).

El resultado: el Renacimiento de las artes, las téc-nicas y el pensamiento humanista racional, el amasa-miento de nuevas fortunas y el encumbramiento de nuevos grupos de poder; imperó un estado de fiesta y el ambiente se impregnó de los colores y los sabores del carnaval. La gente había olvidado el miedo, pero ¿por cuánto tiempo?

Como hoy, durante un periodo larguísimo, muchos historiadores sostenían que el foco había sido África, pero tras acaloradas discusiones y estudios se empie-

za a señalar la región del Cáucaso o incluso el Lejano Oriente como origen. Hace dos años apareció un im-portante brote de Peste Negra en Estados Unidos, ló-gicamente, el Gobierno destinó importantes recursos para que no se supiese, e inmediatamente Washington afirmó que el origen habían sido barrios del norte de México. Nunca el hombre blanco es culpable de nin-guna epidemia.

Afirmar que toda enfermedad ha sido siempre in-cubada en probetas, en laboratorios, por hombres de batas blancas, sería un error. Véase el caso de la epide-mia de Gripe Española a fines de la Primera Guerra Mundial: ha quedado demostrado que no fue conse-cuencia de la guerra, pero los desplazamientos de sol-dados, la falta de higiene y una alimentación inade-cuada durante el conflicto, facilitaron al virus crecer entre las poblaciones y cobrar la vida de entre 40 y 50 millones de personas.

Cada quien ve lo que quiere ver, pero lo cierto es que la realidad llega a superar la ficción y la capaci-dad destructiva del hombre no conoce fronteras. Hace unas semanas, científicos norteamericanos anunciaron la pronta disponibilidad de una vacuna para el SIDA, porque como arma, dicho flagelo es ya obsoleto.

¿Cuál es nuestro fin en este mundo que no nos pertenece? Frecuentemente, llega a ser enigmáti-co porque nuestra especie encuentra un sórdido pla-cer por destruir su hogar y su entorno solo para vivir un poco mejor. Las vidas humanas se han reducido a simples series numéricas con un valor monetario cuya existencia pareciera ser insignificante; parece que vivi-mos destinados a servir para los experimentos de no-sotros mismos.

Pero incluso, en este panorama desolador, aso-ma un ápice de luz. A pesar del daño y la capacidad destructiva del humano, brotan siempre luces de es-peranza. Es el caso del impresionante esfuerzo con el que trabaja el voluntariado de Médicos Sin Fronte-ras, atendiendo a nuestros hermanos africanos. Y estoy convencido de que tanto es cierto que la ciencia se ha visto sometida por los fines bélicos, como que varios científicos buscan dar un viraje a este hecho y devolver la ciencia a su fin fundacional: ayudar a una coexis-tencia armoniosa al ser humano y su entorno natural.

Bibliografía:Jean Delumeau: (2002). El Miedo en Occidente (siglos XIV-

XVIII). Taurus, Madrid, 2002.Daniel Sánchez Silva: (2007). La Viruela, Aliado Oculto en la

Conquista Española. Informe Médico, 2007, 9 (12), 6-10.Eric Hobsbawm: (1999). Historia del Siglo XX. Crítica, Buenos

Aires, 1999.Tumpey, T. et. al. (2005). Characterization of the Reconstructed

1918 Spanish Influenza Pandemic Virus. Science (310), 77-80.

*El autor es estudiante de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.

Octavio Spíndola Zago*

¿Y si le dijeran que algunas epidemias han sido estratégicamente desarrolladas por expertos en farmacoquímica y biomedicina en sus laboratorios, para posteriormente ser esparcidas sobre un sector poblacional “vulnerable”? No se trata de una teoría de conspiración, sino parte del juego de grandes intereses para perpetuarse en el poder y mantener el sistema que los enmarca. Y es que, históricamente, han sido varios los fines y consecuencias de las epidemias.

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HORIZONTALES1. Fue la civilización de la belleza,

sus cánones no aceptaban la grasa ni los senos voluminosos.

5. (Botticelli), pintor italiano, au-tor de obras que reflejan el ca-non de belleza del Renacimien-to; era similar al del mundo clásico.

10. Bebida alcohólica.12. Aire en inglés.13. Órganos que entre las egipcias

era de suma importancia para embellecerse, tenían la costum-bre de remarcarlos con negro.

15. Parte del cuerpo de la mujer que era considerada de impor-tancia en su belleza, para los mozárabes.

17. Remuevan la tierra con el arado.18. Mujeres que se unen para desa-

rrollar algo en conjunto.20. Dueña de una casa de alquiler.22. Forma de pronombre.23. Silueta característica de la belle-

za de la mujer en la Edad Me-dia.

24. Símbolo del ástato.25. Nombre de una consonante.26. Pronombre demostrativo.28. Voz usada para detener a las ca-

ballerías.29. Abreviatura de Centro Améri-

ca.31. Sistema de Administración Tri-

butaria.33. Libro sagrado de los taoístas.36. Terminación verbal.38. Color de la piel que caracteri-

zaba la belleza de la mujer en la antigua Grecia.

41. Conjunción copulativa.42. Del verbo perder.44. Te atreverás.46. En la antigüedad clásica, aquí se

consideraba bella a la mujer si se encontraba debidamente pro-porcionada en toda su figura.

47. Preposición que indica falta o carencia.

49. Este elemento era parte de la belleza de la mujer durante el período barroco.

50. Maltrata, desluce.53. En el gnosticismo inteligencia

eterna emanada de la divinidad suprema.

54. Parte del cuerpo de la mujer considerado bello si era redon-deado al igual que el estómago, durante el Renacimiento.

55. Color de la piel característi-co de belleza, durante la Edad Media.

VERTICALES1. (Voluminoso), característica de

cuerpo de la mujer en la prehis-toria, importante en la belleza y asociada a la fertilidad.

2. Color muy apreciado en uñas y labios en la belleza de la mujer a través de los siglos.

3. Padre de Matusalén.4. Prefijo privativo.6. Contracción gramatical.7. Regalaré, obsequiaré.8. (García), crítico hispano-mexi-

cano de cine, ya fallecido.9. Adorno.11. Letra griega.14. Parte de la cara que debía estar

sonrosada para otorgar mayor belleza a la mujer, durante el Renacimiento.

15. Símbolos del fósforo y del anti-monio.

16. Símbolos del electrón y del clo-ro.

17. Cueces a fuego directo.19. Del verbo asestar.21. Cometas un atentado.25. Diosa griega de la aurora.27. Repetición de un sonido.30. Cubiertas de lona que se extien-

den sobre un espacio para darle un techo (inv.).

32. Organización fundada por el político peruana Raúl Haya de la Torre (sigla).

34. Casualidad, suceso imprevisto.35. Bebida medicinal que resulta

del cocimiento ligero de una o varias hierbas.

37. Región vitivinícola de España.39. Artículo determinado.40. Río de Rusia.41. Cercan por sorpresa, cortan la

retirada (inv.).43. Del verbo dar (inv.).45. Carcomen.48. Diosa griega de la luna nueva.51. Antigua ciudad de los caldeos.52. Pronombre personal.

En esta entrega, no les hablaré ni de extin-ción ni sufrimiento ni matazones ni hu-manidades. Me referiré a ciertos animales

peculiares, recientemente descubiertos por los humanos, que existen en nuestro planeta desde tiempos inmemoriales y que pocos saben de su existencia.

Nyctimene papuanus. Fue descubierto por los humanos en el año 2009, este mamífero volador empedernido habita en zonas de Nueva Guinea, se alimenta de fruta y sí usa sus ojos para orientar-se y buscar sus presas, no como otros de su especie.

Kiwa hirsuta. Crustáceo decápodo descubierto en el año 2005 en el Pacífico sur, cerca de la isla de Pascua, a más de 2,200 metros de profundidad. Es el primer miembro de la familia Kiwaidae. Es ciego y su nombre parece que lo debe a una dio-sa polinesia de nombre Kiwa, relacionada con los crustáceos.

Uno de los más recientes en la lista humana de animales (2013) es el Liropus minusculus, el cama-rón más pequeño del que se tiene noticia. Fue en-contrado en las costas de California. Mide apenas 3.3 milímetros y es completamente translúcido.

Adolfo Cantú. Coleccion de Arte Cantú y de Teresa

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Cecilia Vázquez Ahumada*

Desde la historia bíblica de Jonás hasta Moby Dick, la ballena encarnó un monstruo ham-briento de hombres. Es posible que el avista-

miento de ballenas sea el origen de historias antiguas y medievales de monstruos y serpientes marinas. Por su enorme tamaño y repentinas apariciones, las ballenas fueron temidas.

Las ballenas se encuentran entre los animales más grandes que jamás hayan existido. Pertenecen al gru-po de mamíferos marinos, los cetáceos. Son de sangre caliente, respiran aire por medio de pulmones y su ca-pacidad de aprovechamiento del oxígeno es mayor que la de los animales terrestres. Sus cajas torácicas tienen la capacidad de colapsarse, para facilitar inmersiones. Sus crías nacen vivas y se alimentan de la leche de sus madres, con quienes permanecen ligadas alrededor de 7 u 8 meses. Sus oídos son muy eficientes y la gruesa capa de grasa que cubre sus cuerpos, las protege del frío. Su cuerpo es aerodinámico y han perdido casi todo el pelo externo, así evitan la fricción y mejoran su deslizamiento.

Existen dos tipos principales de ballenas: las den-tadas, (cachalote, orca) y las barbadas (ballena joro-bada, azul, enana…). Las barbadas tienen placas de peines de pelos rígidos por donde filtran la comida contenida en el agua de mar, el krill. Los misticetos o ballenas barbadas tienen unos orificios en la parte superior de la cabeza llamados “aventadores” o espirá-culos por los cuales introducen el aire a sus pulmones. Las ballenas pueden permanecer 20 minutos bajo el agua y a grandes profundidades.

Los paleontólogos sugieren que los ancestros de los misticetos eran animales terrestres, del tamaño de un ciervo pequeño, que regresaron al mar hace unos 53 millones de años. Hace 40 millones de años ya se habían convertido en animales completamente acuáti-cos. Como muestra se habla de la enorme Basilosaurus, que no era un dinosauro, sino una ballena carnívora, dotada de dientes de hasta 18 metros de longitud. Las primeras ballenas barbadas aparecieron hace unos 12 o 13 millones de años.

La ballena enana es una de las más pequeñas de la especie, mide alrededor de 10 metros de longitud. La ballena azul, de hasta 30 metros, la supera en mucho. El desplazamiento de estos animales se realiza usando sus aletas laterales y su gran cola; ondeando su cuerpo puede llegar a desplazarse a 38 km. por hora. Se cree que para dormir utiliza la mitad de su cerebro, ya que la otra permanece alerta para obligarla a salir por aire a la superficie.

Las ballenas se comunican a través de la emisión de sonidos. Los machos emiten cantos especiales para atraer a las hembras y procrear.

Se sabe que los humanos cazaron ballenas desde tiempos prehistóricos, pero solo las especies más pe-queñas que se aproximaban a las costas. Las ballenas eran instigadas a penetrar en aguas poco profundas, donde eran lanzadas. Este tipo de cacería continúo hasta bien entrada la Edad Moderna en zonas como el Japón, el Pacífico noroccidental y el Ártico. El in-terés de estos cazadores era la carne y la grasa del ani-mal. Las ballenas de mayor tamaño se mantuvieron a salvo porque vivían en alta mar. Sin embargo, la caza industrial de las ballenas comenzó en el siglo XVIII, cuando británicos, franceses, españoles, holandeses y daneses armaron flotas balleneras y las enviaron al ar-chipiélago de Svalbard1. Los cazadores permanecían en pequeños botes en las bahías y fiordos, para luego arrastrar los cadáveres a las islas en donde se procesa-ba la grasa y la convertían en aceite. Durante todo el siglo XVIII se dieron pequeñas guerras por el control de estos territorios. Conforme fueron haciéndose más grandes las embarcaciones, los barcos pudieron aven-turarse mar adentro y desde ellos se capturaban más y más grandes ballenas.

En tanto los habitantes del Ártico, del Japón y del Pacífico noroccidental cazaban las ballenas por su car-ne, las flotas de belleneros industriales lo hacían por la grasa que transformaban en aceite, aunque éste fue sustituido por derivados del petróleo a finales del siglo XIX. En Europa el aceite de ballena era el combusti-ble utilizado para la iluminación doméstica. Además se usaban las barbas para refuerzo de los cuellos de camisa y para los corsés de las damas.

A finales del siglo XIX, la voracidad por las balle-nas se incrementó, la grasa se transformaba en “mar-garina” y la carne era usada para alimentar mascotas. Y la especie de ballenas más grandes llegó al borde de la extinción. Desgraciadamente, en 1970 volvió a estar en el menú de los países consumidores de la carne: Ja-pón, Noruega, Islandia y Corea. Pero gracias a la mo-ratoria en 1986 se frenó la extinción de estos anima-les, aunque sabemos que estos mismos países hacen lo posible por continuar su captura.

La ballena Azul Norteña (Balaenoptera musculus) se restringe al hemisferio norte tanto en el Atlántico como en el Pacífico. Esta es la ballena que visita Mé-xico en las aguas de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit. Se estimó que en 1997 había 1463 ballenas azules en el Pacífico nororiental y el Golfo de Baja California. Ellas viajan desde el Ár-tico para buscar aguas frías ricas en nutrientes donde dan a luz y cuidan a sus crías antes de regresar al nor-te. Viajan en grupos y las primeras en arribar son las futuras madres, seguidas de las jóvenes hembras y al final los machos.

Según la Comisión Nacional para el Conocimien-to y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), en 1965 la Comisión Ballenera Internacional prohibió la caza de Ballena Azul, incluida la captura por subsistencia o por grupos indígenas. México está suscrito a esta Co-misión desde 1949. En 1973 se decretó como zona de refugio submarino de flora y fauna a Cabo San Lucas, en la costa sur de la Península de Baja California, don-de las ballenas dan a luz a sus crías. En 1993, México se adhirió a la Convención de Ginebra para la protec-ción de las ballenas y un año después, la norma oficial de especies en riesgo, incluyó a la Ballena Azul como especie Sujeta a Protección Especial. Desde entonces se han decretado varias áreas naturales protegidas: Cabo Pulmo y Bahía de Loreto. Sin embargo, la voracidad de los constructores de zonas hoteleras están ponien-do en riesgo estas áreas protegidas.

Las ballenas son la especie que mejor ejemplifica el incipiente cambio de actitud de la humanidad hacia los animales. Hasta 1986 las ballenas eran cazadas sin piedad. Hoy se hacen esfuerzos para conservarlas, es-tudiarlas y entenderlas.

Notas1 Se encuentra entre Islandia y Escandinavia, situado en el

océano Glacial Ártico y pertenece a Noruega.

* La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP, adscrita actualmente al INAH-Puebla.

Apiló sobre la blanca joroba de la ballenala suma de toda la ira y el odio generales que sentía toda su estirpe desde Adán y entonces,

como si el pecho fuese un morteroreventó ahí la cálida coraza de su corazón

Moby Dick (1851)Herman Melville

Para Mariana que acarició un ballenato

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RE~INCIDENTE. Año 5. No. 85. Primera quincena de Septiembre de 2014. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en septiembre de 2014 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Que-da estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

El toque estaba de pelicanos y, esta vez, en combinación con uno de esos rones cuba-nos de pelos, a punto de alucine cuando le pregunté al José: “¿Y si, como dices, las

leyes están influidas por la religión, entonces debo entender que el poder también está influido por la religión?”.La protesta del Rucovich no se hizo esperar: “Ya no chingues con tus interrogantes a este cabrón que sólo espera una pequeña provocación para promocionar sus fantasías; seguro tendremos otra vez una hora de descocado academicismo”.

Sin esperar mucho el José le dio una fumada a la antorcha y un buen trago a su bebida y con una pose de severo doctor (¿doitor?), empezó una pachequísi-sima alocución. –En la historia de la sociedad mexi-cana –dijo-- también nos encontramos un poder con tradición sacramental abusando de un pueblo religio-so hasta la imbecilidad (chaaale). En la sociedad pre colonial los sacerdotes tenían gran influencia y go-bernaron convertidos en Tlatoanis o personas sagra-das. En la época colonial el nuevo mundo tuvo en el rey y los virreyes la máxima representación política bendecida por el Papa con las famosas Bulas. Poste-riormente, en la República tenemos en el señor presi-dente una imagen sagrada en la cúspide del poder, que ha sojuzgado a los poderes Judicial y Legislativo y fomentado el monopolio político que padecimos que durante los 70 largos años en que el PRI estuvo en el poder y que, ¡chin!, recuperó hace dos años—.

Aún con el toque en la mano siguió: —La Cons-titución otorga al titular del Poder Ejecutivo Federal, o sea al preciso, amplísimas facultades y poderes: pue-

de nombrar, cambiar, quitar, hacer y deshacer a su an-tojo en muchos campos, a todos los cargos burocráti-cos más importantes, es jefe de Estado y de Gobierno a la vez, comandante supremo de fuerzas armadas, dirige las negociaciones diplomáticas y las relaciones exteriores, y cuenta con enormes prerrogativas para normar la marcha de la economía. Para empezar a platicar—, resaltó el José.

Y después de una pequeña pausa, suficiente para mojarse la garganta con el elixir de los pasados, y cuando nadie se lo esperaba, prosiguió: --A esas fa-cultades habría que anexar otras no menos impor-tantes que fortalecen su poder personal: ser el jefe del partido predominante, lo cual le permite designar casi libremente a su sucesor, a los principales candi-datos a diputados y senadores de su partido, a gober-nadores y presidentes municipales más importantes. Todo, todo eso, le hace aparecer ante la masa como un Dios, una divinidad religiosa que todo lo puede. Es más –encarrilado añadió—, los mismos presiden-tes con tanto poder hasta se lo llegan a creer—..

“En resumen, en la figura del preciso tenemos la imagen sacramentalizada de una persona-institución todopoderosa, arropada en la creencia popular de que puede resolver cualquier problema con solo propo-nérselo, encumbrar a cualquier desconocido o hacer trizas a algún encumbrado con tan solo señalarlo con el dedo”.

Fue en este punto cuando todos los presentes lo callamos. ¡Que pasón! ”Ni una más para el orador.”

*El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP, y cuatachín.

José Fragoso Cervón*

Paciente 0* de la actual epidemia de ébola: pequeño de 2 años que habitaba en la región Gueckedou, Guinea, y que cayó enfermo el 6 de diciembre de 2013.

Hasta mediados de agosto, habían sido reportados 2,240 casos y 1,229 muertes en 4 países africanos: Guinea, Nigeria, Liberia y Sierra Leona.

La tasa de letalidad puede llegar al 90%. Hasta ahora, en Guinea, Nigeria y Sierra Leona han podido ser

rastreados entre el 94 y 98% de los contactos con enfermos, lo que ha permitido identificarlos, atenderlos y darles seguimiento. Los esfuerzos en Liberia no han sido tan exitosos. Los sistemas de salud en estos países son débiles, con poco presupuesto, escaso personal y pobre equipamiento.

La República Democrática del Congo ha declarado dos casos de ébola sin que haya habido confirmación de otras fuentes.

El 24 de junio, miembros de Médicos sin Fronteras declararon que la epidemia estaba fuera de control y que ellos ya no podían hacer más sin ayuda.

No fue sino hasta el 31 de julio que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se puso manos a la obra y llamó a la comunidad internacional a reunir 71 millones de dólares y transportar per-sonal calificado a África Occidental.

Hasta el 8 de agosto, la OMS (WHO por sus siglas en inglés) declaró el brote de ébola como una “emergencia de salud pública de preocupación internacional”.

Lamentablemente, el presupuesto de la OMS para atender cri-sis internacionales como la presente ha descendido 50% en poco tiempo: de 469 millones de dólares en el período 2012-2013 a 228 millones para 2014-2015. Menos donadores, menos dinero.

No debemos olvidar que la OMS es la única agencia internacio-nal capaz de coordinar los trabajos necesarios para resolver una crisis de salud internacional.

Algo realmente grave debe estar sucediendo desde el momento que, durante el mes de agosto, el Comité de Ética de la OMS declaró que era correcto emplear drogas en periodo de investiga-ción en el tratamiento de los enfermos de ébola.

Se calcula que este brote de ébola durará 6 meses más. Médicos sin Fronteras tienen trabajando a 700 miembros califica-

dos en este peligroso asunto de salud pública que ha puesto en evidencia “la quiebra moral del capitalismo”, según palabras de John Ashton, presidente de la Facultad de Salud Pública del Rei-no Unido.

* El término paciente cero es utilizado para denominar a la prime-ra persona en quien se detectó cierta enfermedad, causada por un virus o bacteria.Fuentes: http://www.who.int/csr/don/en/h t t p : / / w w w. t h e l a n c e t . c o m / j o u r n a l s / l a n c e t / a r t i c l e / P I I S 0 1 4 0 -6736%2814%2961377-5/fulltext?elsca1=&elsca2=email&elsca3=http://www.who.int/csr/don/2014_08_13_ebola/en/

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Hay moneros que hacen reír. Retomando las pifias y tonteras que anuncian o cometen políticos, gobernantes y gente de poder, nos alegran la vida haciéndonos sonreír (y a ellos enojar). Hay, sin embargo, otros que nos hacen pensar. Utilizan ciertos acontecimientos o datos para poner de

relieve su verdadera dimensión o lo que implican. Tal es el caso del caricaturista español Andrés Rábago García, alias El Roto, en el diario

El País, quien con sus cartones duros, crudos y filosos hace pensar o recapacitar al lector.