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MMuchos de los problemas quenos asedian en la vidacristiana pueden ser

resueltos en forma simple.Estábamos de pie en medio delconcurrido pasillo de un aeropuertoen una gran ciudad. La gente searremolinaba alrededor con la formaabstraída que las multitudes adoptanmientras esperan las instruccionespara abordar. De vez en cuando, unhostigado y poco menos que cortésportero se abría paso con unacargada carretilla de mano, andandocon mucho cuidado entre laspequeñas islas de equipaje de mano,esquivando ocasionalmente a un niñoinquieto. Me pareció que la mayoríade los vuelos se habían demorado yyo estaba cansado después de unlargo fin de semana de ministerioextenuante. Mi esposa Judy y yo hablábamos conun joven conocido que había venidoa despedirnos. Su esposa lo habíadejado recientemente y él habíaestado contándonos los intrincadosgiros de una relación en decadencia.

—Estoy totalmente desolado —concluyó el joven, de modopesimista. Miré a este inteligente joven, deaspecto limpio, y mi corazón seconmovió por él. Rara vez había oídoalgo más complicado que esteproblema matrimonial. Justo cuandoestaba a punto de expresar algunospensamientos que esperaba fueran deayuda espiritual para él, fuimosinterrumpidos por el anuncio de lapartida de nuestro vuelo y,apresuradamente, recogimos nuestroequipaje de mano y, lentamente, nos

dirigimos rumbo a la terminal desalida. No habíamos dado un paso cuando élagarró firmemente mi brazo y dijo:—Bob, ore por mí antes de que sevaya. Hicimos una pausa, inclinamos conreverencia nuestras cabezas ymientras buscaba las palabras queministraran la vida a este buen joven,el Espíritu del Señor vino sobre mí enolas sucesivas, cada más intensas yfinalmente escuché una voz interiordiciendo muy suavemente: “Nosabemos cómo jugar el juego de lavida”.Estaba sorprendido, porque norecuerdo haber oído esas palabrasantes. Pensé inicialmente que debíaprofetizar, pero esta no parecía seruna profecía. Entonces decidí quequizá la siguiente era la oración quedebería hacer. Así que, tomando lamano de este joven comencé a orar:“Oh Señor, no sabemos cómo jugar eljuego de la vida. Te pido, en elnombre de Jesús, que por favorvengas y, por tu gracia, nos enseñeslas reglas. Ven y muéstrenos cómoprepararnos para caminar en estavida”. Mientras oraba, sentía que miespíritu se conmovía dentro de mí.Sin intentarlo, había tocado un nervioexpuesto de mi propia necesidad. Medi cuenta de que le confesaba a Diosla falta de competencia de mi vida.Había intentado ministrar a un jovenen suma necesidad, pero Dios habíarevelado un área, insospechada y sintratar, de necesidad en mí. Más tarde en mi estudio, mientrasbuscaba en oración la respuesta paraeste enigma, me encontré con elpasaje de la Sagrada Escritura en

Jeremías 10:23 y 24 donde él pretextasu ignorancia ante Dios: “¡Conozco,Jehová, que el hombre no es señor de sucamino, ni del hombre que camina es elordenar sus pasos!”. En otras palabras,cada vez que he seguido mi propiocamino, lo he complicado; lo heechado todo a perder. EntoncesJeremías continúa: “¡Castígame,Jehová, mas con juicio; no con tu furor,para que no me aniquiles!”Jeremías pide juicio para ser dirigidoen la dirección que deba ir, pero nopor la ira de Dios no sea que lodestruya completamente.

Meditando acerca de este pasaje,parece que la corrección de Dios noes punitiva sino en función deentrenamiento. Él no trata dedespojar o castigar con ira, sino másbien de dirigir a través de su amor.Este principio es el mismo en 1ªCorintios 10:1-12. Aquí Pablocompara el trato de Dios para loshijos de Israel con su trato para elcristiano. Igual que los hijos de Israel,todos nosotros empezamos juntosnuestro andar cristiano; somossalvados, bautizados en agua y llenosdel Espíritu Santo como unprocedimiento normal, por decirloasí. Note el paralelo en este pasaje:“No quiero, hermanos, que ignoréis quenuestros padres estuvieron todos bajo lanube, y todos pasaron el mar; que todos,en unión con Moisés, fueron bautizadosen la nube y en el mar, todos comieron elmismo alimento espiritual y todosbebieron la misma bebida espiritual,porque bebían de la roca espiritual que losseguía. Esa roca era Cristo. Pero de lamayoría de ellos no se agradó Dios, por locual quedaron tendidos en el desierto.Estas cosas sucedieron como ejemplospara nosotros, para que no codiciemoscosas malas, como ellos codiciaron. Ni

R e g l a s d e l j u e g oR e g l a s d e l j u e g od e l a v i d ad e l a v i d a

Por Bob Munford

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seáis idólatras, como algunos de ellos,según está escrito: «Se sentó el pueblo acomer y a beber, y se levantó a jugar». Ni forniquemos, como algunos de ellosfornicaron, y cayeron en un día veintitrésmil. Ni tentemos al Señor, como tambiénalgunos de ellos lo tentaron, y perecieronpor las serpientes. Ni murmuréis, comoalgunos de ellos murmuraron, yperecieron por mano del destructor.Todas estas cosas les acontecieron comoejemplo, y están escritas paraamonestarnos a nosotros, que vivimos enestos tiempos finales. Así que el que piensaestar firme, mire que no caiga”. La traducción literal de esta últimaporción es: “El que piensa estar firmehoy, tenga cuidado que no caigamañana”. ¿Ha tenido usted algunavez, en su experiencia cristiana, unaconfianza espiritual falsa quegarantizara la admonición en elversículo 12? Si la ha tenido, entoncesnote que en el versículo 13, latentación que usted experimenta no esdiferente a la de otros. Una de lasestrategias más comunes de Satanás estratar de hacernos creer que nuestroproblema es único. Nada más que,según la Palabra de Dios, no importaen qué clase de aprieto se mete usteden la vida, Dios le da por lo menos dossalidas, dos reglas básicas para jugarel juego de la vida y están en 1ªCorintios 11:31, 32. Humillarnos o que él nos humilleLa primera regla del juego de la vidaes “humillarse”. Si nos juzgamosnosotros mismos, él promete que noseremos juzgados. La alternativa, y lasegunda regla de la vida es “que élnos humille”. Cuando Dios nos juzga y nos humilla,él nos castiga a fin de que el mundono nos juzgue. En la primera regla,usamos nuestra iniciativa: “Oh Dios,veo que algo anda mal en el juego dela vida; algo no está bien conmigo.Veo qué tan terco, o rebelde, o celososoy en realidad. Lo reconozco, loconfieso y me humillovoluntariamente, antes que tú mehumilles”. Si yo no tomo la iniciativa,

entonces la segunda alternativageneralmente entra en acciónautomáticamente. Dios, por supuesto, podría dejarmeque siga mi propio curso, de lamanera descrita en Oseas 4:17, peronormalmente, él envía a uno de sussiervos a visitarme. Dios no pone enpráctica la segunda alternativainmediatamente cuando fallo, porqueesté enojado, sino por su amor. Sudeseo es impedirme que seacondenado con el mundo. Uno deestas dos reglas es, básicamente, laforma fácil y la otra la forma difícil. Por ejemplo, el Señor me dice:—Bob, humíllate.—Señor, no puedo. Me cuesta

demasiado humillarme.—Bob, ¿qué crees que perdiste

cuando actuaste orgullosamente? —Señor, no entiendes. Yo soy el jefe.

Ellos tienen que hacer como yo lesdiga.

—No en mi cuerpo. ¡En mi cuerpono hay capataces y peones... sólocompañeros de tarea!

En este punto, habiéndome quedadosin excusas válidas, el Señor me dicesuavemente:

— Bob, te doy dos elecciones: tehumillas o te humillo. Tú conoces lasreglas del juego. Encontramos a Dios tratando con supueblo de esta manera en toda laBiblia. Dios dice a Saúl:

—”Saúl, humíllate. —No puedo humillarme, Señor. Tú

no sabes lo que me está haciendoDavid.

—Entonces, tendré que humillarte,Saúl. Dios resiste a los soberbios. Usted sabeel resto de la historia. ¿Qué significa humillarse? En primerlugar, creo que significa nodefenderse. La mayoría de la gentetiene mecanismos de defensas muyelaborados e impenetrables. Ensegundo lugar, significa no darexcusas. La mayoría de mis excusasme parecen justas, racionales yapropiadas y la única persona quepuede ver a través de ellas es Dios

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todopoderoso. En tercer lugar,significa no tener ningúnrazonamiento. Los razonamientos sonmejores que las excusas, pero sonigualmente inaceptables. Por último,significa no tener ninguna reacción.¿Sabe usted la diferencia entre laacción y la reacción? La acción escuando usted hace algoindependientemente de lo que laspersonas dicen. La reacción es cuandousted actúa movido por la acción dealguien. Por ejemplo, ustedaccidentalmente pega su auto con elmío y yo saco un martillo y desbaratosu auto a martillazos. Eso es acción yreacción el estilo Mumford. “Hay profundidades inaccesibles en lanaturaleza divina; misterios no reveladosen los métodos del procedimiento de Dios.Dios nunca revela cosa alguna antes quehaya progreso moral y espiritual. Elobrero cristiano que nunca ha caminadosin luz, a la sombra de la mano de Diosnunca ha caminado con Dios del todo. Elprincipio de caminar con Dios es por la fe,no por vista.” – Oswald Chambers. De manera que humillarse significa novenir con defensas, excusas, razones yreacciones. Es un camino duro, peroque se hace más fácil si nosotrosmismos tomamos la iniciativa. Sinembargo, si no podemos juzgarnosnosotros mismos, entonces hay unaalternativa, podemos orar comoJeremías: “¡Castígame, Jehová, mas conjuicio!” En vez de dejarnos a nuestrocapricho, podemos orar para que élnos corrija. Suponga que soy el mejormecánico en esta parte del país ousted es la mejor ama de llaves de laciudad, ¿cómo puede tratar Dios conmi orgullo? No tenga cuidado, élpensará en alguna forma. Pero esmucho mejor si le pedimos a Dios quenos corrija. Si no estamos listos paraque Dios nos corrija, podemos orarpara que nos lleve al punto de querersu corrección. El dilema de la moralidad de JobHay una faceta muy interesante en lavida de Job que describe el trato deDios con un hombre orgulloso.Recordará usted que Job, en elcapítulo inicial de este libro, fue un

hombre perfecto que guardó toda laley. ¿Pero qué le ocurre a un hombrecon esta reputación? Eventualmentese vuelve arrogante por causa de sumoralidad. Lo vemos en Job cuandosus tres amigos loconfrontaron:“Cesaron estos tresvarones de responder a Job, por cuanto élera justo a sus propios ojos” (Job 32:1).Nunca pensamos esto de Job,¿verdad? Ahora, según las reglas del juego de lavida, ¿cuáles eran las alternativas deJob? Humillarse o ser humillado. Peroconforme leemos su historia, vemosclaramente que él no lo va a hacer dela manera fácil. En realidad él dice:“Aunque él me mate, en él esperaré” (Job13:15). Yo solía emocionarme en estemaravilloso texto hasta un día que loleí en un contexto nuevo y meescandalicé. “Debieron haberme visto en aquellostiempos cuando me bendecían losgobernantes de la ciudad. Los jóvenes seinclinaban en reverencia cuando pasabacaminando. Esto es lo que realmente traíahonor a Dios, no el estado en que estoy”(Capítulo 29 - Parafraseado). No es mi intención destruir uno desus pasajes favoritos. Tenga pacienciaconmigo. Creo que, como yo, ustedaprenderá un concepto nuevo deltrato de Dios con Job. Elihú era el profeta de Dios, y seencendió su enojo contra Job (32:2)porque Job se justificaba él mismo, envez de a Dios, y en contra de los tresamigos porque ellos no teníanrespuestas, sino que lo condenaban.Elihú, paciente y cortésmente dejó quelos hombres mayores hablaranprimero. “Yo soy joven y vosotros ancianos: por esohe tenido miedo. He temido declararos miopinión” (versículo 6). Esta es lajuventud humillándose. Necesitamosdarnos cuenta de esto hoy ya quenuestra juventud tiene algo quedecirnos a nosotros los mayores. Losjóvenes aprenden a humillarse másrápidamente que nosotros. Estánimpacientes con la falsedad. Yo decía: “Los días hablarán, los muchos

años declararán sabiduría”. Ciertamenteespíritu hay en el hombre, y el soplo delOmnipotente lo hace que entienda. Perono son los más sabios los que tienenmucha edad, ni los ancianos los queentienden el derecho. Por tanto, yo dije:“Escuchadme, declararé yo también misabiduría »Yo he esperado a vuestrasrazones, he escuchado vuestrosargumentos, en tanto que buscabaispalabras. Os he prestado atención, y nohay entre vosotros quien redarguya a Joby responda a sus razones. Para que nodigáis: “Nosotros hemos halladosabiduría. Es Dios quien lo vence, no elhombre” (Job 32:7-13).Aquí vemos a Elihú humillándosepara ponerse al lado de Job. Los otrostres se ponen de pie sobre él y ledicen: “Job, si hubieras hecho esto yaquello, entonces, Dios te habríaayudado”. Pero Elihú tenía un temorgenuino de Dios y dice: “Job, hermano,escúchenme; quiero hablar contigo. Teprometo que me expresaré de la rectitud demi corazón” (32:22)

Elihú cree hablar inspirado por elEspíritu de Dios en el capítulo 33versículos 4-7: “El espíritu de Dios mehizo y el soplo del Omnipotente me diovida. Respóndeme, si puedes; ordena tuspalabras, ponte en pie. Heme aquí a mí, enpresencia de Dios, lo mismo que tú: delbarro fui yo también formado. Por eso, miterror no te espantará ni mi mano pesarásobre ti”.

En otras palabras: “Job, hermano, novine aquí a ponerte por el suelo”. ¿Hatenido usted la experiencia depersonas religiosas que vienen a usteda ponerlo por el suelo? Usted seencuentra mal de por sí y cuando ellosterminan con usted ya lo hanrematado. Así no nos trata Dios. Notela reacción de Job en los siguientesversículos: “De cierto tú has dicho aoídos míos y yo oí la voz de tus palabrasque decían: Yo soy puro y sin defecto; soyinocente y no hay maldad en mí” (Job33:8-9). Dios le dice a Job:Job, humíllate.— ¡No, Dios, yo no!

— Está bien, Job, lo haremos a mimanera entonces. Job descubre pronto que no tieneninguna vía de escape. “Dios habuscado reproches contra mí y me tienepor su enemigo”(v 10). Con esaspalabras, Elihú discierne el problemade Job. En el versículo 12 dice: “Job, notienes idea de lo que está pasando. Dios esmayor que tú, y no te puedes enfrentar aél. Dios no está a punto de darte unadescripción detallada de sus métodos. Élya ha hablado y tú no has caído en lacuenta”. Entonces Elihú muestra cómo Diosmete furtivamente su conocimiento enlos hombres de tal manera que leimpida al hombre creer que él lopensó por sí mismo. Dios, a través deElihú, está tratando con Job, y en losversículos 27 y 28 vemos el propósito:“Porque él mira sobre los hombres, y siuno dice: He pecado y he pervertido lorecto, pero de nada me ha aprovechado,Dios redimirá su alma para que no pase alsepulcro, y su vida se verá en luz”. Diosdice en términos sencillos: “Cualquierhombre que se humille ante mí, (noante el hombre), yo haré cosaspoderosas para él”. ¡No arrebate, humíllese!En el versículo 27 vemos lo que Diosrequiere. El hombre tiene quereconocer que ha pecado (creo que enel caso de Job significa por omisión,no por comisión), que ha errado elblanco asignado por Dios; no hahecho lo que Dios le ha mandado. Elhombre tiene que confesar que hapervertido la verdad de Dios y hatergiversado los hechos. Más de una vez he oído de uno o elotro cónyuge, o quizá de ambos en unmatrimonio, diciendo algo como losiguiente: “Hermano Mumford, ustedno sabe cómo fue. Él hizo esto, él hizoaquello y todo lo demás”. Él por suparte dice: “Pero ella hizo esto, ellahizo aquello, ella hizo todo lo demás”.A menudo les pregunto si amboshablan del mismo matrimonio. ¿Cuál es el problema en estasituación? Hechos distorsionados.Tendemos a encubrir la parte de

nosotros que no queremos que se sepay damos demasiada importancia a laparte del cónyuge para obtenerventaja personal. Tercero, el hombre tiene que confesarque ha fallado al no ir por el caminode Dios y por eso no le ha ido bien.¿Ha ido usted lo suficientemente lejosen su propio camino como para saberque no es rentable hacer las cosas deninguna otra manera que como Dioslas hace? No importa lo que cueste, nohay otro camino.

Elihú está sobre la pista de lasituación. Con intrepidez de espíritu,él separa lo falso de la verdad. En elcapítulo 34, versículo 5-37, vemos aJob con otros ojos. En primer lugar, nohay duda de que Job está aguantando(versículo 7). Pero Dios no le pide queaguante, le pide que se humille. Jobnecesita saber que está tratando conDios y el cual es un experto para hacerque las personas se humillen. Es fácilque Dios baje a un Khruschev y suba aotro en su lugar. En los versículos 31 y 32 del capítulo34, notamos cuatro cosas que Jobfinalmente confiesa: “De seguroconviene decirle a Dios: Ya he llevado elcastigo; no volveré a ofender. Enséñame túlo que yo no veo; y si hice mal, no lo harémás”. Todavía Job no se humilla, perocomienza a caer en la cuenta. Lo quedice el joven Elihú es duro, peronecesario para la corrección de Job. Enlos capítulos 35 y 36, vemos cómoDios decide presionar a Job hasta elfin, y empezando en el versículo 8 delcapítulo 36 vemos en acción lasegunda regla de ser humillado.Finalmente, seis capítulos más tarde,en el 42, Job es humillado. En elversículo 6 leemos: “Por eso meaborrezco y me arrepiento en polvo yceniza”. “Aconteció que después que habló Jehováestas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz, eltemanita: «Mi ira se ha encendido contrati y tus dos compañeros, porque no habéishablado de mí lo recto, como mi siervo JobAhora, pues, tomad siete becerros y sietecarneros, id a mi siervo Job y ofrecedholocausto por vosotros. Mi siervo Job

orará por vosotros y yo de cierto loatenderé para no trataros con afrenta porno haber hablado de mí con rectitud, comomi siervo Job».Fueron, pues, Elifaz, el temanita, Bildad,el suhita, y Zofar, el naamatita, e hicieroncomo Jehová les había dicho. Y Jehováaceptó la oración de Job. Cuando Job huboorado por sus amigos, Jehová le quitó laaflicción; y aumentó al doble todas lascosas que habían sido de Job (Job 42:7-10).Muchos andan como Job en el caminocristiano, sin darse cuenta de que Diosestá actuando en sus vidas. En unaocasión u otra, parece que todossufrimos, unos más que otros, delsíndrome de Job. Sólo hay dos salidas,dos reglas por las cuales podemosjugar el juego de la vida: la más rápiday menos dolorosa de las dos eshumillarnos nosotros mismos,admitiendo que hemos pecado, quehemos torcido algo, sin excusas, nirazones, ni mecanismos de defensa ysin ninguna reacción. Si fallamos y no nos juzgamosnosotros mismos, entonces Dios noshumillará. Él nos juzgará a fin de queel mundo no nos condene. Este es elcamino más difícil. En el momento enque Job se humilló, el Señor detuvocompletamente todo su trato dehumillación. Sanó, restauró y bendijoa Job y nos mostró el camino fácil. El orgullo moral nunca es el caminofácil. Necesitamos saber las reglas enel juego de la vida. Mi oración es queel Señor continúe mostrándonosrápidamente cuando estamosfavoreciendo y estimando nuestrosegos más de lo que él lo permite, a finde que podamos humillarnos antes deque él nos humille.Comenzó en un concurridoaeropuerto y terminó en un corazóntranquilo. ∆

Tomado de New Wine de marzo de1972 Usado con permiso.

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“No participen de los infructuosos placeresde las tinieblas y el mal, sino repréndanlos ydenúncienlos. Es vergonzoso aun hablar delas cosas que los impíos hacen; pero cuandouno pone esas cosas al descubierto, la luzbrilla y el pecado resalta; ¡y a veces muchos,al comprender su iniquidad, se vuelven hijosde la luz! Por eso Dios dice en lasEscrituras: “Despiértate, tu que duermes, ylevántate de entre los muertos, y Cristo tealumbrará”. Así que cuidado cómo viven ustedes. Seansabios, no ignorantes; aprovechen bien eltiempo, porque los días son malos. No hagan nada a la ligera, sino traten deentender y poner en práctica la voluntad deDios.No se embriaguen ustedes con vino, porquees peligroso para el alma; mas bien esténllenos del Espíritu Santo y dejen que El losguíe” (Efesios 5:11-18). Paráfrasis “LaBiblia al día”.

EEste pasaje nos presenta, enprimer lugar, el hecho de quequienes viven sin Cristo, viven

en infructuosos placeres, en algo queal final no resulta en beneficio alguno. La gente alejada de Dios vive vidasdesordenadas. Ante esta realidad Dios llama a loscristianos a despertarse (v.14). Estedespertar debe manifestarse en unavida donde el tiempo, el principalrecurso que Dios nos permiteadministrar, es bien aprovechado (vs.15 y 16). Este tipo de vida sólo esposible si estamos llenos del EspírituSanto y dejamos que él nos guíe (v.18).

Es interesante notar que se nos hablade la llenura del Espíritu Santo y de suguía luego de exhortarnos aaprovechar bien el tiempo.

¿Cómo hacer para aprovechar bien eltiempo?Primeramente debemos comprender

que Dios es un Dios de orden.La Palabra de Dios comienzaseñalándonos que el Dios creadoractuó cuando la tierra estabadesordenada y vacía o, como dice laNueva Versión Internacional, “era uncaos total” (Génesis 1:2). Al obrar elEspíritu Santo el caos deja lugar alorden de Dios.No existe una vida ni una situacióndonde exista un genuino obrar delSeñor en las cuales ese obrar no setraduzca en un establecimiento delorden de Dios.Donde está el Señor hay orden y laPalabra nos advierte respecto deaquellos que llamándose hermanos,llevan vidas desordenadas.Podemos declarar que el Señor es elcentro de nuestra vida, pero es elmodo en que invertimos nuestrosrecursos (aquellos bienes que Dios nospermite administrar, como porejemplo, el tiempo y los bienesmateriales) lo que habla con mayorclaridad respecto de con quién estoycomprometido y quién esefectivamente mi Señor.Las prioridades concretas de nuestravida demuestran cuáles son losvalores que constituyen el eje denuestra existencia.El Señor Jesucristo lo expresóclaramente al decir: “Donde esté vuestrotesoro, allí estará también vuestrocorazón” (Mateo 6:21).“Ninguno puede servir a dos señores,porque o aborrecerá al uno y amará al otroo estimará al uno y menospreciará al otro.No podéis servir a Dios y a las riquezas”(Mateo 6:24).El caos actualHoy el mundo sin Dios también es uncaos.Los infructuosos placeres de lastinieblas, de los cuales no debemosparticipar sino reprenderlos y

denunciarlos, incluyen, por ejemplo,un auge de la inmoralidad sexual y uncrecimiento vertiginoso del ocultismo.En medio de todo esto las personas sesienten deprimidas, angustiadas ysolas.En estos días malos es necesario, másque nunca, y a eso nos urge la Palabra,aprovechar bien el tiempo.

El señorío de Cristo, el ser nuevascriaturas, debe concretarse en vivircoherentemente la verdad de que Dioses el dueño de todo lo que poseemos yque somos administradores quedeberemos dar cuenta de esaadministración.

Hay que entender esta verdad demodo práctico: muchas veces nosduele separar nuestros diezmos yofrendas. Eso es porque no hemoscomprendido bien que Dios no nospide que le demos un porcentaje denuestro dinero, sino que nos permitegenerosamente quedarnos con unaparte sustancial de lo que es de él yque, de la parte que retenemos,tampoco somos dueños sinoadministradores.

El valor del tiempoCuando hablamos de recursos, deinmediato en nuestra mente aparece lareferencia a los bienes materiales, peroconsideremos ahora el principalrecurso que Dios nos da enadministración: el tiempo el cual es, endefinitiva, nuestra vida.No podemos decir seriamente queamamos a alguien si no tenemostiempo para esa persona.¿Cómo entenderían nuestras esposas oesposos una encendida declaración deamor si nunca tenemos tiempo paradedicarles? Igual sucede con nuestrarelación con Dios y sus negocios.Si Cristo es mi Señor debo aprender aaprovechar bien el tiempo e invertirloconforme a su voluntad.

Por Daniel Zuccherino

R e d i m i e n d o e l t i e m p oR e d i m i e n d o e l t i e m p o

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¿Cómo hacemos para aprovecharlobien? Veamos algunos pasos prácticosque nos ayudarán a no andar a laligera sino a redimir el tiempo.1) Buscar al Señor antes de decidir.2) Ordenar nuestras prioridades.3) Vivir disciplinadamente.4) Dejarnos guiar por el Espíritu.

1) Buscar al Señor antes de tomardecisionesLa forma de invertir nuestro tiempocorrectamente y no malgastarloconsiste en buscar y hacer la voluntadde Dios, aún en los aspectos denuestra vida que entendemos no tanimportantes.Jesucristo es la única persona que haexistido en esta tierra que no perdióun solo minuto de su tiempo, en todasu vida.Nunca malgastó su tiempo porquesiempre hizo la voluntad del Padre.Jesús dijo: “…nada hago por mí mismo,sino que según me enseñó el Padre asíhablo... siempre hago lo que le agrada”(Juan 8:28-29).¿Cómo sabía Cristo Jesús lo que alPadre le agradaba? Teniendo unaprofunda comunión con él,conociendo la Palabra y orandoconstantemente, no como algo ritualsino como parte misma de su vida.Como para un ser vivo la respiraciónes esencial e imprescindible, era parael Señor Jesús la oración al Padre.Cada aspecto de nuestra vida estácomprendido en el plan de Dios, encada momento se puede o no estarhaciendo su voluntad. Dentro de estepunto, para no equivocarnos y nomalgastar el tiempo, es importante nopreguntar nuevamente respecto dealgo que ya nos ha sido respondidopor Dios. En nuestra insistenciacorremos el riesgo de dejar deescuchar al Señor y empezar aescuchar a nuestro propio corazón.Cuando Moisés había liderado lasalida del pueblo de Israel de Egipto ylos israelitas comenzaban alamentarse y a temer al ver acercarse

al ejército de Faraón, clamaron alSeñor y también Moisés lo hizo. ¿Quérespondió el Señor?“Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Porquéclamas a mí? Dí a los hijos de Israel quemarchen” (Éxodo 14:15).Moisés entendió que había un tiempopara clamar y ahora era el tiempo demarchar.Pero aún el clamor a destiempo era unpaso adelante para Moisés. Muchosaños antes, cuando debió huir aldesierto luego de asesinar al egipcioque maltrataba al israelita, no habíaconsultado al Señor y procedió por supropia cuenta.Los cuarenta años en el desierto lehabían enseñado a tener conciencia dela presencia de Dios.¡Que importante lección paranosotros, para aprovechar bien eltiempo: procurar vivir siempreconscientes de la presencia de Dios!¿Estamos viviendo de ese modo o nosacordamos de él sólo de vez encuando?El pueblo de Israel vivió en el desiertoen constante queja, después de habervisto la poderosa mano de Diosliberándolos. Se guiaban por lossentidos, perdían conciencia de lapresencia del Señor y en lugar de uncorazón agradecido se entregaron alos lamentos y la autoconmiseración.¿El resultado?, un viaje que podríahaber durado meses demandócuarenta años y una generación enterapereció en el desierto.Conciencia de la presencia de Dios,conocer su voluntad, la oraciónconstante y su Palabra morando enabundancia en nuestros corazones,evitarán que perdamos o malgastemosel tiempo, ese tiempo que es, endefinitiva, nuestra vida.

Buscar al Señor evitará que nosenredemos, que perdamos el rumbo.La Biblia dice: “Enséñamos de tal modoa contar nuestros días que traigamos alcorazón sabiduría” (Salmo 90:12).Dice en Santiago “…¿qué es vuestravida? Ciertamente es neblina que se

aparece por un poco de tiempo y luego sedesvanece” (4:14b).Una persona que vive setenta años havivido 25.560 días aproximadamente.Dios quiere que invirtamos bien cadaminuto de esos días, por eso nosadvierte que debe bastar al día supropio afán.El objetivo del cristiano debe ser llevaruna existencia sencilla evitandoenredarse en las cuestiones de estavida.No significa que huyamos del mundoni que nos aislemos, sino queprocuremos la sencillez para noenredarnos.El párrafo 9 del Pacto de Lausana, ensu parte final, dice que quienes vivenen situaciones de riqueza debenaceptar su “deber de desarrollar unestilo de vida simple a fin decontribuir más generosamente, tanto ala ayuda material como a laevangelización”.Creo que esto es muy aplicablerespecto del tiempo ya que una vidasencilla nos va a permitir disponer deeste recurso vital para invertirloconforme a la voluntad de Dios.

La Palabra del Señor nos dice:“Ninguno que milita se enreda en losnegocios de esta vida, a fin de agradar aaquel que lo tomó por soldado” (2ªTimoteo 2:4).

Como el Señor Jesús nos enseñó consu ejemplo, debemos estarinvolucrados en los negocios delPadre.

Donde el evangelio debe serpredicado, donde hay gente quenecesita consolación, donde serequiere contribuir en la formación devidas con todo el consejo de Dios, enesos sitios y en muchos otros, tienesus negocios nuestro Padre celestial.

Que las personas conozcan a Cristo ysean formadas a su imagen son losnegocios del Señor. En esoprimordialmente debemos estarocupados como cristianos y comoIglesia.

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Sólo liberando el recurso del tiempo,viviendo una vida sencilla, noenredándonos en los asuntos de estemundo podremos atenderadecuadamente el supremo llamadoque debe constituir el propósito denuestra vida.Podemos también enredarnos ycomplicar mucho nuestra vida, si porarrogancia somos reacios a delegar.En Éxodo 18:13-27 se nos presenta aMoisés procurando ser juez sobretodo el pueblo de Israel, sobre todaslas cosas, en cuestiones religiosas,legales, etc.Mientras Moisés no delegó, cosa quefinalmente hizo siguiendo el consejode su suegro, la gente perdíamuchísimo tiempo esperando que seimpartiera justicia. Sabemos tambiénque la demora en impartir justiciaatenta contra la justicia misma de lasresoluciones que finalmente seadoptan.Otros ancianos perdían laoportunidad de utilizar y desarrollarsus talentos y, como es lógico, elmismo Moisés, al igual que quien noaprende a delegar, quedó exhausto.Debemos aprender y desarrollar lacapacidad de delegar si es quequeremos aprovechar bien el tiempo.Una pregunta fundamental es: ¿Cómoinvertimos el tiempo que llamamos“libre”?Si pasamos horas frente al televisor,navegando por Internet o enconversaciones sin propósito, si norespetamos horarios y no dormimoscuando hay que dormir, estamosmalgastando el precioso recurso deltiempo.

2) Ordenar nuestras prioridadesEn relación con los asuntosespirituales, los que hemos definidocomo negocios del Padre, ¿cuántasveces decimos: “No tengo tiempo”?Debemos tener cuidado al sosteneresto, por dos razones: A) El tiempo y todos los demásrecursos, no es nuestro, sino que los

administramos como un don de Dios.B) Para lo que consideramosimportante, siempre tenemos tiempo.¿Dejamos de comer o atender otrasnecesidades físicas por días completosporque no tenemos tiempo? Sabemosque no es así. Aún, por ejemplo, loshombres a quienes nos gusta miraralgún deporte por televisión, seguroque sacamos tiempo para eso. Repito,para lo que consideramos importantesiempre tenemos tiempo.Por eso es fundamental queordenemos nuestras prioridades yobjetivos. ¿Cuáles son los objetivos ennuestra vida? ¿Servir al Señor oservirnos a nosotros mismos?Debemos ser honrados en la respuestay ordenar nuestra vida, con base enlas prioridades de Dios, si es que deveras queremos servirle. La Palabra dice: “…al Señor tu Diosadorarás y a él solo servirás” (Mateo4:10b). Sólo ordenando nuestrasprioridades para servirle a él,podremos cumplir el mandamiento deamar al Señor con todo nuestrocorazón y a nuestro prójimo como anosotros mismos.El Señor Jesús tenía claro su objetivo ysu meta en la vida.El dijo: “…yo para esto he nacido y paraesto he venido al mundo, para dartestimonio a la verdad” (Juan 18:37b).Y también dijo: “he acabado la obra queme diste que hiciese” (Juan 17:4b).

Olvido planificadoA una gran pianista le preguntaroncomo había logrado llegar a ser unaartista tan eximia, desarrollando de talmanera su talento, y ella contestó:“Por medio del olvido planificado”.Cuando le preguntaron qué era esorespondió: “Consiste en olvidarseplanificadamente de cualquier cosaque interfiera en mi carrera y en mimeta”.¡Qué bien se aplica esto a nuestra vidacristiana! Debemos olvidarnosdeliberadamente de todo aquello quese interponga en nuestro servicio alSeñor.

3) Vivir disciplinadamente Desde chicos hemos equiparado lapalabra disciplina con un “coscorrón”o la vara de la corrección, perodisciplina es mucho más: es corregir yenseñar cómo hacer bien las cosas,enseñar a vivir. La disciplina de Diostiene como propósito enseñarnos avivir librándonos de la manera inútil yvana que heredamos al ser parte deuna raza caída. Para los padres, disciplina significainstruir, enseñar a los hijos cómohacer las cosas y perseverar, y no huirante las situaciones complicadas ydifíciles; es enseñar a tomar decisiones(siempre en el marco queanteriormente estuvimosconsiderando) y también enseñarautodisciplina.Dios quiere que nosautodisciplinemos, que controlemosnuestros deseos, que no cedamos a loscaprichos, que rompamos hábitos queinterfieren en nuestro crecimientocristiano y en el servicio al Señor.

Los hábitos son como una parra queha crecido al lado de una reja: losviejos brotes son como los viejoshábitos, para sacarlos de donde estánse deben cortar, porque ya estánrígidos, imposibles de enderezar.Hay hábitos con los que debemostratar radicalmente, cortándolos.Los hábitos más recientes, igual quelos brotes recientes de la parra,pueden ser enderezados,redireccionados, porque aún no sonalgo definitivamente establecido y esmás sencillo tratar con ellos.Delante del Señor debemos examinarnuestra vida y ver qué impide nuestroadecuado crecimiento en él y nuestroservicio a él. Lo que sea necesariocortar, deberá cortarse.¿Qué hay en nuestra vida que estáinterfiriendo? Debemos responder conhonradez delante del Señor ydisponernos a renunciar a todo lo queentorpezca nuestro desarrolloespiritual.Un cristiano disciplinado se evidencia,

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por ejemplo, en que:a) Cumple con sus horarios.b) Cumple sus compromisos ( y no secompromete sin antes evaluar si va apoder cumplir)c) Termina lo que empezó.d) No actúa con base en impulsos oemociones.e) Es ordenado en el manejo de losrecursos financieros.f) Cumple en su trabajo y en suestudio.4) Debemos ser guiados por elEspíritu SantoEl pasaje de Efesios que antes leimos,finaliza exhortándonos a estar llenosdel Espíritu Santo y a dejar que él nosguíe (v.18b)Sólo aquél que es guiado por elEspíritu Santo puede resistir laspresiones de este mundo, ir contra lacorriente y cumplir el propósito deDios para su vida.Muchas veces tenemos la ideaequivocada respecto de lo que es viviruna vida guiada por el Espíritu.Pensamos en una persona cambiandoabruptamente de un momento a otro,que vive en una especie de estadoanárquico, cuando en realidad es todolo contrario: quien es guiado por elEspíritu Santo tiene un rumbo, tieneun propósito, tiene prioridades ytiene una meta.El Señor Jesús sabía exactamente, pormedio de la guía del Espíritu, haciadónde se dirigía.Durante todo su ministerio y aún en lahora de la cruz, por la guía delEspíritu de Dios, supo siempre lo quedebía hacer. Luego de haber sidoazotado (no se azotaba a quien se ibaa crucificar porque no podía resistirdurante mucho tiempo el suplicio dela cruz en esas condiciones), fuecrucificado y con su espalda lacerada,subiendo y bajando contra el maderopara poder respirar, en medio de losinsultos y las burlas, tuvo una palabrapara su madre, solicitó al Padre queperdonara a quienes lo estaban

matando y salvó a uno de los ladronescrucificado junto a él. Resistió lapresión más grande que jamáspodamos imaginar y no perdió por unminuto su sentido de misión. Guiadopor el Espíritu, usó cada minuto enhacer la voluntad del Padre hasta quepudo decir: ¡Consumado es! Habíacumplido su misión hasta el final.Cristo es nuestro supremo ejemplo delo que es ser guiado por el EspírituSanto, invirtiendo cada instante de lavida en hacer la voluntad de Dios. Para concluir debemos señalar 3 cosas:Respecto del pasado, todos nosotros alpensar nos damos cuenta de quehemos perdido tiempo, pero en elSeñor siempre hay nuevasposibilidades, siempre hay redención.No debemos sentir frustración sinoconfiar en aquél que nos dice: “Yo lesrestituiré los años que comió la oruga, elsaltón, el revoltón y la langosta” (Joel2:25).Debemos vivir el presente pidiendo alSeñor: “Enseñamos de tal modo a contarnuestros días, que traigamos al corazónsabiduría” (Salmo 90:12).Aprendamos a aprovechar bien eltiempo en estos días malos, viviendola esperanza del futuro cuandoseremos liberados del tiempo. Cadadía está más cerca el cumplimiento dela esperanza bienaventurada de lavida eterna en la presencia del Señor.¡Vivamos a la luz de ese futuro cadavez más cercano!“Y ya no habrá más noche, y no tendránnecesidad de luz de lámpara ni de luz delsol, porque el Señor Dios los iluminará yreinarán por los siglos de los siglos”(Apocalipsis 22:5). Biblia de lasAméricas. ∆

Daniel Zuccherino, abogado, profesoruniversitario y pastor ordenado de laIglesia Menonita Argentina (1978),actualmente es pastor en la ComunidadCristiana en Buenos Aires. Director delEquipo Evangelístico "Vida Nueva". Exevangelista asociado del Dr. Luis Palauequipovidanueva@argentina.com

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¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias!

MMoisés tenía el Mar Rojo pordelante y al ejército egipciopisándole los talones. ¿Qué

hacer? Los discípulos estaban enmedio del mar rugiente y Jesús estabadormido en la barca. ¿Qué hacer?

A todos nos confrontan, confrecuencia, situaciones que parecen notener respuesta. Sería un error creerque Moisés y los discípulos fueranpersonas diferentes de nosotros. Elloseran como nosotros: humanos. Y laBiblia está llena de ocasiones dondelas personas se enfrentaron asituaciones aparentemente imposibles.Una de estas situaciones es cuandoMoisés oró: “¿Por qué has hecho mal atu siervo?” Él procedió a declarar: “Nopuedo yo solo soportar a todo este pueblo:es una carga demasiado pesada para mí. Siasí vas a hacer tú conmigo, te ruego queme des muerte…” (Números 11:11, 14-15.)

Moisés estaba muy frustrado con sudestino y su llamado en la vida. Él novio otra respuesta que la muerte. Porsupuesto, el Señor no lo mató, comose lo estaba pidiendo, sino que le diodirección. Le mostró lo que debíahacer, cuando no sabía qué hacer.

El mundo ha cambiado drásticamentedesde los días de Moisés y desde losdías de los discípulos. Sin embargo,todavía nos encontramos consituaciones imposibles de resolvernosotros. Quizás usted esté encircunstancias imposibles ahora, y sino, probablemente lo esté en untiempo futuro. ¿Qué hará?

Nuestra primera reacción a menudoes ponernos sumamente ansiosos,estresados y frustrados. Tambiénpodemos ser tentados a culpar a otroso enojarnos. ¿Quién causó esto? Hastapodríamos ser tentados a echarle laculpa a Dios, como Moisés. Ningunade esas reacciones nos ayuda alibrarnos de la situación. Aunque seaDios mismo quien nos haya llevado aese lugar, él no lo hizo para quefuésemos derrotados.

Las reacciones malas a las situacionesmalas indican varias cosas. Una escreer que nosotros tenemos el controlde la situación, y nos frustramoscuando no tenemos la respuesta. Otraes que hemos perdido la esperanza deque ocurra un milagro. Creemos queporque no hay solución “lógica”,entonces no hay respuesta del todo.No obstante, la fe no es real hasta quesea probada. No estoy hablandoteóricamente ni teológicamente.Recuerdo ocasiones cuando yo estuveallí con todas mis malas elecciones.

Posible despidoTenía 27 años de edad, una esposa yun bebé; era Navidad, y estaba apunto de ser despedido como pastorde una iglesia bautista. ¿Por qué?Había admitido a la junta de diáconosque había sido bautizado en elEspíritu Santo y había hablado enotras lenguas. Sí, iba a ser despedidopor ser “demasiado espiritual”. Todosmenos dos de los nueve diáconosrenunciaron y la iglesia votaría si medespedía o me quedaba. Yo no habíaoído de ningún otro pastor bautistadel sur, como yo, que hubierasobrevivido a dicho voto. Además, no

tenía otras oportunidades de trabajo.¿Qué hacer?Felizmente, me habían criado paracreer la Biblia y confiar en Dios. Sinembargo, eso parecía no traermeningún consuelo inicialmente. Sabíade otros pastores que habían sidodespedidos por la misma razón. Sinembargo, busqué al Señor, y él mellevó al Salmo 37. Comienza conpalabras que describían mi situación:“No te impacientes (inquietes,preocupes)”. El tema se desarrolla enel curso de los próximos versículos:“Confía en Jehová y haz el bien; habitarásen la tierra y te apacentarás de la verdad.Deléitate asimismo en Jehová y él teconcederá las peticiones de tu corazón.Encomienda a Jehová tu camino, confía enél y él hará” ( Salmo 37:3-5).

Después, los versículos 12 y 13 dicen:“Maquina el impío contra el justo yrechina contra él sus dientes. El Señor sereirá de él, porque ve que viene su día”.En mi situación en ese momento, paramí no fue fácil ver a Dios riéndose. Sinembargo, cuando advertí que, aunqueme despidieran, no podía perder deninguna manera, pude finalmentereírme con él. Sí, reir literalmente.

Mientras mi esposa Carolyn y yoesperábamos en mi oficina para que lacongregación votara, leíamos. Yo leíaun libro titulado: Treinta y cinco milpreciosas promesas. Ella leía un librode chistes cristianos. Amboscomenzamos a reírnos, y nosestábamos riendo cuando elmoderador vino a traernos. El votofinal mostraba que había sido retenidopor un margen amplio. ¡Era increíble!No obstante, si hubiera sido

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Por Charles V. Simpson

¿ Q u é h a c e r ¿ Q u é h a c e r c u a n d o n o s e s a b e q u é h a c e r ?c u a n d o n o s e s a b e q u é h a c e r ?

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despedido, el Señor todavía noshabría ayudado. Sin embargo, tuveque llegar a un lugar de paz, a confiary descansar en el Señor y dejar depreocuparme.Después de toda esta complicación,una persona que ni siquieraconocíamos nos regaló mueblesnuevos para toda la casa, incluyendocortinas y cuadros para las paredes.Nos reímos entonces también, Dioshabía hecho esto.

¿Qué hacer?No estoy sugiriendo que yo sé lo queusted debería hacer para resolver loimposible. Lo que sí estoy diciendo esque el Señor sabe lo que usted deberíahacer. Lo que debe hacer es buscar alSeñor, leer su Palabra y creer que él lacumplirá.Después de mi experiencia deliberación de Dios, comencé a leer uncapítulo de Proverbios cada día,terminando el libro entero cada mes.En el tercer día, llegué a un lugar muyrevelador.Los proverbios fueron escritos porSalomón para dar a conocer lasabiduría que su padre, David, y otrosle habían dado a él. Los proverbiosestán escritos para los jóvenesespecialmente, pero son sumamenteútiles para todos nosotros. Unpropósito primordial de todos lospadres es pasar a las nuevasgeneraciones la sabiduría recibida desus padres (vea el Salmo 78 yProverbios 4). Por consiguiente,cuando leía Proverbios, estabarecibiendo la sabiduría de muchasgeneraciones inspirada por el EspírituSanto.La sabiduría es más queconocimiento; es la habilidad de usarel conocimiento apropiadamente, deuna manera oportuna, algo que aveces he fallado en hacer. Regresaré alo que aprendí en el tercer día de leerProverbios, pero primero quiero darleun ejemplo de mi falta de sabiduría.Tenía 17 años de edad y estabaresistiendo el llamado de Dios en mivida. Por razones que no precisa

explicar aquí, me inscribí en uncertamen de oratoria (en verdad fuedebido al reto de un amigo).Eventualmente me encontré en lasfinales a nivel estatal. Nuestra familiase levantó temprano para llevarme enauto hasta la Universidad de Auburn,Alabama, donde sería la final delconcurso. Había otros trescompitiendo y yo era el más joven.Sería hasta bien después de las 9:00 dela noche que llegaría mi turno parahablar y, para entonces, estaríacansado y nervioso. El premio dedinero y el honor dependían delresultado. Mientras nos dirigíamoshacia el auditorio donde estabanreunidas mil personas, mi padre medio una Biblia de regalo y me dijo:“Charles, tu madre y yo queremosdarte esta Biblia y decirte que estamosorgullosos de ti”. También observóque habían marcado varios pasajes enProverbios.Me avergüenza decir que yo no estabamuy interesado en la Biblia en esemomento, ni en los Proverbios.Debería haberlo estado, pues pudehaber evitado lo que ocurrió mástarde.Después de hablar en el concurso, unjuez se paró de entre el auditorio y mehizo una pregunta. Se me habíaenseñado que debía repetir lapregunta y contestarla. El juez teníaun manuscrito de mi discurso delantede él. La respuesta a su preguntaestaba bien clara en el manuscrito. Enlugar de repetir la pregunta, yo dije:“Si usted busca en la página uno,párrafo tres, la respuesta es…” Parecíacon si estuviera señalando al juez porhaber pasado por alto algo obvio. Elauditorio gimió. El juez no habíacometido un error. Yo sí. Regresé acasa con un tercer lugar y menosdinero. Entonces leí Proverbios:“Confía en Jehová con todo tu corazón yno te apoyes en tu propia prudencia.Reconócelo en todos tus caminos y él haráderechas tus veredas. No seas sabio en tupropia opinión, sino teme a Jehová yapártate del mal” (Proverbio 3:5-7).¿Qué hacer entonces? Confíe en elSeñor. No confíe en usted mismo. Por

supuesto que deberíamos prepararnospara toda eventualidad, ser tancompetentes como sea posible. Pero,¿qué hacer cuando no se sabe quéhacer? Humíllese ante Dios y pídaleque dirija su camino.Isaías 30Isaías fue un profeta asombroso quevivió en tiempos de crisis. Él aconsejóal rey durante un asedio que parecíaque destruiría Jerusalén. Los asirios, elmismo pueblo que había vencido lastribus del norte, estaban dirigiendo elasedio. El consejo de Isaías salvó a lanación en tiempos desesperados. Peroél vio más allá el tiempo cuandoJerusalén sería destruida y saqueadacien años más tarde.Isaías tenía una visión a largo alcance;él vio al Mesías que vendría 700 añosdespués. Isaías profetizó la crueldadde la crucifixión de Jesús, el eventomundial más cruel y crucial (veaIsaías 53).Isaías también tenía una visióninmediata muy clara. Él dijo en Isaías30 que vendría un tiempo cuando lagente no podría correr y esconderse.Ellos decían: “…sobre corceles velocescabalgaremos; por tanto, serán velocesvuestros perseguidores” (vea Isaías30:16). Entonces dice:“¡Bienaventurados todos los que confíanen él!” (vea verso 18). En otraspalabras, cuando lo peor ocurre, nocorra; confíe en el Señor.Entonces en el versículo 21, él da estapromesa: ”Entonces tus oídos oirándetrás de ti la palabra que diga: «Este es elcamino, andad por él y no echéis a lamano derecha, ni tampoco os desviéis a lamano izquierda»”. Es difícil oír cuandoestamos corriendo. Pero cuandoesperamos y confiamos, el Señor nospuede hablar y nos puede indicar elcamino por dónde ir. La visión larganos da perspectiva. La visióninmediata nos da dirección. ElEspíritu Santo nos puede mostrarambas visiones de la vida, ynecesitamos las dos.Hoy abunda la enseñanza de la “auto-superación”. Mucha es válida y útil.Escucho a quienes me quieren enseñar

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y ayudarme. Pero también sé que haymomentos cuando mi fuerza,conocimiento y sabiduría no sonsuficientes. Lo imposible me impulsaa buscar a Dios. Es entonces cuandonecesito saber que no soy adecuado yque mi falta de adecuación es laocasión para ver la mano de Dios.Toda la Biblia y la historia están allípara enseñarnos esa lección. Mishistorias favoritas son esas querevelan la mano de Dios.Animando a otrosHemos estado publicando esta revistadesde 1969. Casi todos los años se nospresenta aquello que nos impulsa adecir: “No sabemos qué vamos ahacer”. En 1986, Integrity Music pasópor un tiempo semejante. Hoy lamúsica de Integrity ha tocado amillones de personas alrededor delmundo dando testimonio de lapresencia de Jesús. Otras encrucijadasprodujeron: El Pacto y el Reino: unestudio de la Biblia basado en losprincipios del reino de Dios, conalcance en Costa Rica, y nuestroénfasis en el evangelismo uno a uno.El mismo Señor Jesucristo nació,milagrosamente, en tiempos difíciles.Él vino a la tierra y sigue viniendo anosotros en tales épocas. Lo quetratamos de hacer es alentar a otros aconfiar en el Señor en sus debilidades.Los animamos a creer su Palabra, abuscar su rostro, a ser lleno de suEspíritu y contar de sus maravillosasobras. Él es bueno, su misericordia eseterna, y su verdad perdura paratodas las generaciones, incluyendo lanuestra.Si usted está pasando por unmomento donde no sabe qué hacer,humíllese ante Dios y él lo levantará,plantará sus pies sobre una roca yungirá su cabeza con aceite hasta quesu copa esté rebosando. Cuando él lohaga, cuéntelo a otros para que seregocijen con usted. ∆

Carta Pastoral, abril del 2007. Usado conpermiso.

Próximos temas:Enojo y odio (20-2-09)*

Culpa y temor (20-4-09)*Relaciones de pacto (20-6-09)*El Dios de milagros (20-8-09)*

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LLa Biblia en varios pasajes nosaconseja cuidarnos de no dejarpuertas abiertas.

“Anda, pueblo mío, entra en tusaposentos, cierra tras ti tus puertas;escóndete un poquito, por un momento, entanto que pasa la indignación. Porque heaquí que Jehová sale de su lugar paracastigar al morador de la tierra por sumaldad contra el...” (Isaías 26:20-21).Y dice también: “Y el que abre demasiado la puerta buscasu ruina” (Proverbios 17:19b).“Si bien hiciereis, ¿no serás enaltecido? Ysi no hiciereis bien, el pecado está a lapuerta...” (Génesis 4:7).Muchas veces en nuestro andarcristiano, por ignorancia, error onegligencia, dejamos puertas abiertasque permiten la entrada de agentesdestructores de la vida espiritual, queafectan nuestras vidas, familias yministerio. Por eso es esencial sabercómo cerrar las puertas a todo lo queno es para nuestro bien. La Biblia noslo advierte: “Sed sobrios y velad; porquevuestro adversario el diablo, como leónrugiente, anda alrededor buscando a quiendevorar” (1ª Pedro 5:8). El enemigoúnicamente puede devorar a aquellos

que le dan lugar o dejanpuertas abiertas. El consejo de estarsobrios y despiertos implica vivircuidándonos.Es nuestra responsabilidad cerrartodas las puertas para mantener yconservar la bendición de Dios; si nolo hacemos, Dios no lo hará. La vidaespiritual no es un juego religioso sinouna guerra encarnizada contra lasfuerzas del mal y el que se descuida essoldado atrapado, herido o muerto.Aunque no lo percibamos físicamente,el enemigo anda todo el tiempo dandovueltas alrededor de los hijos de Diospara meterse donde le den lugar, poreso debemos ser diligentes para noperder lo que Dios nos ha dado.Meditemos en los siguientes puntospara decidir cerrar aquellas puertasque hemos dejado abiertas.Vivir alejados de Dios y pretenderque nos ayudeEn 1ª Juan 3:8 leemos: “El que practicael pecado es del diablo...”; y Juan 9:31dice: “Y sabemos que Dios no oye a lospecadores, pero si alguno es temeroso deDios, y hace su voluntad, a ese oye”.Vivir alejados de Dios o tenerlo como“el Dios de los domingos”, es dejaruna puerta abierta para que elenemigo nos haga trizas. Hemos sido

creados para vivir cada día cerca deDios, teniendo comunión íntima conél por el poder del Espíritu Santo. Lapuerta abierta en este caso es el viviralejados de Dios y perdernos labendición de su comunión íntima.Haciendo esto no podemos esperarque Dios nos escuche en nuestrasnecesidades pues el Señor bendice aquienes caminan en fidelidad con él.La única oración que Dios escucha delpecador es aquella en la cual lapersona desea arrepentirse yconvertirse a Cristo. Este consejo espara nosotros los que ya somoscristianos, los que podemos dejarpuertas abiertas y caer bajo un espíritude religiosidad viviendo uncristianismo frío y distante sin buscaruna relación íntima con el Señor.

Un carácter descontroladoEfesios 4:26 dice: “Airaos, pero nopequéis; no se ponga el sol sobre vuestroenojo, ni deis lugar al diablo”. Las“explosiones” del carácter dejan lapuerta abierta para que entrecualquier cosa menos la armonía y lapaz de Dios. Por las discusionesacaloradas y desenfrenadas vienen losdivorcios, las peleas y los homicidios.Hay un lugar para airarse sin pecar,pero este equilibrio es bien difícil deencontrar a menos que el Señor

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ll aa ss bb ee nn dd ii cc ii oo nn ee ssll aa ss bb ee nn dd ii cc ii oo nn ee ssPor Ritchie Pugliese

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gobierne nuestro carácter. Recuerde,con el pecado viene la muerteespiritual y con ella la operaciónsatánica.Destruir nuestro cuerpo1ª Corintios 3:17 dice: “Si algunodestruyere el templo de Dios, Dios ledestruirá a él; porque el templo de Dios, elcual sois vosotros, santo es”.Muchos cristianos critican a quienescuidan su salud física y tienen unabuena dieta, sumada al ejercicioregular, diciendo que eso es algo de lacarne y no del Espíritu, y dejan lapuerta abierta del descuido físico. Porcierto, en nuestra sociedad abunda unespíritu hedonista que hace un diosdel cuerpo y la apariencia física, perodebemos saber que si existe lo falso esporque se ha copiado de lo verdaderoy original. Dios creó nuestro cuerpocomo habitación santa de su presenciay debemos ser buenosadministradores del cuerpo que él nosha dado para vivir. No es ningúnpecado hacer ejercicios, tener unadieta equilibrada y dormir losuficiente. La misma ciencia médicadice que la mala dieta y el pocoejercicio, originan el estrés y toda clasede enfermedades. Cuandodescuidamos nuestro cuerpo, estamosdejando puertas abiertas para queperdamos la salud y vengan dolenciasy enfermedades.Guardar rencor y odio en el corazónMarcos 11:25-26 dice: “Y cuando estéisorando, perdonad, si tenéis algo contraalguno, para que también vuestro Padreque está en los cielos os perdone a vosotrossus ofensas, porque si vosotros noperdonáis tampoco vuestro Padre que estáen los cielos os perdonará vuestrasofensas”.Vivimos rodeados de personas y enalgún momento tendremos problemascon ellas, o ellas con nosotros; estomuchas veces origina peleas, rencillas,rencores y odios. Como cristianos nopodemos permitir que estas cosas sealojen en nuestro interior. Vivir así esdejar las puertas abiertas para que elenemigo haga de las suyas. Esta esuna de las áreas donde el diablo ha

enviado más destrucción.La impacienciaHebreos 6:12 dice: “A fin de que no oshagáis perezosos, sino imitadores deaquellos que por la fe y la pacienciaheredan las promesas”. La impaciencianunca nos hace vivir tranquilos y enpaz sino en un estado de locura ydesesperación; nos lleva a tomardecisiones apuradas, fuera de lavoluntad de Dios. El carácter de Cristoquiere ser formado en nosotros paraque seamos personas pacientes, quesepamos esperar el tiempo de Diospara cada momento de nuestras vidas.La incredulidad y la dudaMateo 21:22 dice: “Todo lo que pidiereisen oración, creyendo, lo recibiréis”, yMarcos 11:22-24 dice; “Tened fe enDios, porque de cierto os digo quecualquiera... por tanto, os digo que todo loque pidiereis orando, creed que lorecibiréis y os vendrá”.La incredulidad y la duda no nosdejan alcanzar, por fe, las promesas deDios. Dejar las puertas abiertas paraque penetren la incredulidad y laduda esfuman el obrar de Dios, puesdonde no hay fe Dios no puede obrar.La Biblia dice en Hebreos 11:6 que“…sin fe es imposible agradar a Dios... yque es galardonador de los que le buscan”.La fe, para quien cree, tiene premio departe de Dios, por eso el enemigo noslanza tantas veces los dardos defuego. La vida cristiana es por fe ypara fe (Ro 1:17), es decir, se alcanza lasalvación y la justicia de Dios por fe yse avanza en ella para crecer en la fe yver la gloria del Señor en nuestrasvidas.Menospreciar la Palabra de DiosA veces pensamos que solomenosprecian la Palabra de Diosquienes están en contra de ella y no lareconocen como su Palabra infalible,pero también los que nos decimoscristianos muchas veces dejamos lapuerta abierta y entra el menosprecioa la Palabra de Dios. Por ejemplo:No meditando regularmente en ella.Josué 1:8 dice: “Nunca se apartará de tuboca este libro de la ley, sino que de día y

de noche meditarás en el, para queguardes y hagas conforme a todo lo que enél está escrito, porque entonces harásprosperar tu camino y todo te saldrábien”. No profundizando ni estudiándola.Oseas 4:6 dice: “mi pueblo fue destruidoporque le faltó conocimiento. Por cuantodesechaste el conocimiento, yo te echarédel sacerdocio”.Si queremos conocer a Dios, la únicamanera es profundizando en suPalabra, pues la fe viene por el oír laPalabra de Dios (Romanos 10:17). No buscar el alimento espiritualcotidiano ni estudiar las Escriturasdeja las puertas abiertas para quevenga a nuestra vida la decadencia ymuerte espiritual.No congregarse regularmente Hebreos 10:25 dice: “No dejando decongregarnos como algunos tienen porcostumbre, sino exhortándonos, y tantomás, cuando veis que aquel día se acerca”.Muchos dejan la puerta abiertadejando de congregarse regularmentey utilizando ese tiempo en cosas queno convienen al desarrollo espiritual.La vida de la iglesia provee alcreyente crecimiento, sentido yubicación en el reino de Dios. Laiglesia es el lugar indicado para serentrenados, corregidos, motivados yformados a la imagen del Señor. Es ellugar donde aprendemos a cohabitarcon los hermanos en la fe, tenercomunión y armonía. Es el lugardonde aprendemos a vivir ensumisión bajo las autoridadesdelegadas de Dios. ¡Tenga cuidadocon dejar la puerta abierta, en el reinode Dios no existen llaneros solitarios!Vivir quejándose y lamentándoseEfesios 5:18-20 dice: “…antes bien sedllenos del Espíritu”. ¿Cómo puede unoser lleno del Espíritu Santo? El pasajesigue diciendo: “…hablando entrevosotros con salmos, con himnos ycánticos espirituales, cantando y alabandoal Señor en vuestros corazones, dandosiempre gracias por todo al Dios y Padre,en nombre de nuestro Señor Jesucristo”.Si anhelamos ser cristianos llenos de

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la gloria de Dios debemos aprender ano abrir las puertas a la queja y ellamento. La medida de nuestraplenitud espiritual se manifiesta porlo que fluye de nuestros labios. LaBiblia dice que de la abundancia delcorazón habla la boca. Cuando entrelos creyentes la conversación estásaturada de chismes, mentiras,calumnias, quejas, palabras negativasy llenas de incredulidad, usted se haencontrado con cristianos que no sonllenos del Espíritu Santo. ¡Escape deellos antes de que se contamine!

No darle a Dios lo que lecorresponde en la faz financieraExisten cristianos quedeliberadamente dejan de darle aDios lo que le corresponde y dejan lapuertas abierta a la maldición.La mayoría de los creyentes, y aúnincrédulos, critican a los ministrosporque una y otra vez hablan de serfieles con los diezmos y las ofrendas,¡pero la Biblia enseña eso! El pasajetan conocido de Malaquías 3:8-10 esbien terminante, pues el Señor dijoque quienes le roban lo que lecorresponde a él son ladrones.Algunos, sin un básico conocimientode las escrituras, dicen que bajo lagracia no se debe diezmar. La

pregunta es: ¿Quién dijo que losdiezmos se instauraron bajo la Ley?Ya en el primer libro de la Biblia,mucho antes que la ley seestableciese, encontramos a Abramdándole los diezmos de todo al reyMelquisedec, que es una figura delSeñor (lea Gen. 14:20). El reino deDios es un reino al revés del humano.La mente natural dice “guarda paratener más”; Dios dice “da y recibirásmás”. Donde hay verdadero amorpor Dios existe un corazón dador.Juan 3:16 dice “…de tal manera amóDios al mundo que ha dado...”.

No cultivar una sana vida familiarLa vida llena del Espíritu Santo no essólo para la iglesia sino también parala vida familiar. No cultivar este tipode vida deja las puertas abiertas paraque entre destrucción. El contexto delpasaje de Efesios 5:18 (leer versículossiguientes) habla sobre la vidamatrimonial-familiar (lea 5:22; 25; 6:1y 4).En esta área es donde el enemigomayormente ha hecho de las suyas,derramando su veneno destructor.Cuando la familia se desintegra, sedestruyen también la iglesia y lanación. Debemos cubrir con nuestrasoraciones y trabajar fuerte para

alcanzar la felicidad familiar-matrimonial.Quizás al leer estos puntos usted seha dado cuenta de que ha dejadoalgunas puertas abiertas y el enemigoha comenzado a quitarle la bendiciónde Dios. ¡Es tiempo de actuar antesde que sea tarde! Siga los siguientespasos para detectar aquellas puertasabiertas que le están haciendo perderpeso espiritual:Abra su corazón a la presencia delEspíritu Santo para que pueda seriluminado y ver sus propias tinieblas(Salmo 18:28).Reconozca ante el Señor que hadejado por ignorancia o negligenciapuertas abiertas. Especifique cadauna de ellas por su nombre.Confiese esto ante el Señor como unpecado, porque el que sabe hacer lobueno y no lo hace le es pecado(Santiago 4:17).Haga un pacto con el Señor de cerrartodas las puertas de su vida a partirde este momento.Realice una confesión profética comoesta o similar: Dios mío, en el nombrede Jesús cierro y sello cada puerta demi vida para no dar más lugar aldiablo. En el nombre del Señormantengo mis puertas cerradas paraevitar que se esfume de mi vida labendición y favor de Dios.Camine en obediencia a lo que Diosdice en su Palabra. Sin obediencia alSeñor nada de lo que hagamos daráresultados.Entre en un tiempo nuevo en surelación con el Señor manteniendo laspuertas cerradas de su vida paraconservar y mantener las bendicionesde Dios. ¡De usted depende! ∆

Ritchie Pugliese es Ministro ordenado yLicenciado en Misionología. Desde 1977 ha servido al Señor comopastor, maestro y escritor. Actualmentereside en Denton, Texas, con su familia.