Reformulación explicativa y reformulación imitativa...

26
1 Reformulación explicativa y reformulación imitativa La intención de estas dos prácticas tradicionales de reformulación parafrástica de los textos es diferente: mientras que la paráfrasis exegética pretende sostener la interpretación del texto fuente T, cuyo sentido busca re-construir y explicitar por medio de un nuevo texto T’; la paráfrasis preparatoria en la retórica se centra en la producción del texto- meta T’, cuyas formas de expresión busca construir a partir del sentido del texto fuente T. Estos dos tipos de prácticas parafrásticas forman parte de dos versiones de la reformulación que se encuentran en un gran número de actividades del lenguaje, y que yo llamaré, respectivamente, “reformulación explicativa” y “reformulación imitativa”. Algunos ejemplos permitirán comprender la diversidad de las actividades involucradas. La reformulación explicativa se centra en la interpretación de T, cuyo sentido intenta restituir y explicitar para un interlocutor. Se encuentra en diversos tipos de situaciones discursivas: no solamente la exégesis de textos sagrados por parte de una autoridad religiosa, sino también, a menudo, en la explicitación por un “especialista” de textos fuente cuyo sentido no es inmediatamente accesible a un público “no especializado”” (textos antiguos, poéticos, científicos o técnicos, ...). En estos casos, el sujeto productor de T’ se presenta como poseedor de la clave del mensaje contenido en T y como capaz de restituir ese mensaje bajo una forma inteligible para sus interlocutores; se transforma en el “interprete” del texto fuente, y de su productor original, ante los receptores del nuevo texto T’ que produce como “traducción” de T – domina dos tipos de códigos, aquel del productor de T y aquel de los receptores de T’, a la manera de un traductor que domina dos lenguas, y garantiza el pasaje entre las dos situaciones de enunciación, la de T y la de T’. Así, por ejemplo, el vulgarizador “se representa en los textos yendo físicamente de un espacio a otro y tendiendo puentes, como mediador o ‘simple intermediario’, función que se presenta ambigua: (él) sólo es enunciador en respuesta a una demanda (...), para cumplir un ‘deber’, una ‘misión’. Se da – entre la originalidad del “auctor” y la transparencia del “scriptor”- un estatuto ambiguo de comentador- compilador, que se dedica a poner los dos polos en contacto” 1 La explicitación de T bajo la forma de T’ supone un distanciamiento del sujeto parafraseador con respecto a T y a la situación de producción original, que se presenta como distinta a la situación de producción de T’, en la que se centra la actividad de reformulación explicativa – si bien el sujeto productor de T puede, en ciertos casos de auto-reformulación, coincidir físicamente con el de T`. La explicitación de T por T’ supone, por otra parte, cierta orientación del proceso de 1 J. Authier (1982), p. 39. Esta presentación del vulgarizador puede ser extendida a todo sujeto que realiza una reformulación explicativa.

Transcript of Reformulación explicativa y reformulación imitativa...

Page 1: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

1

Reformulación explicativa y reformulación imitativa

La intención de estas dos prácticas tradicionales de reformulación parafrástica de los textos es diferente: mientras que la paráfrasis exegética pretende sostener la interpretación del texto fuente T, cuyo sentido busca re-construir y explicitar por medio de un nuevo texto T’; la paráfrasis preparatoria en la retórica se centra en la producción del texto- meta T’, cuyas formas de expresión busca construir a partir del sentido del texto fuente T. Estos dos tipos de prácticas parafrásticas forman parte de dos versiones de la reformulación que se encuentran en un gran número de actividades del lenguaje, y que yo llamaré, respectivamente, “reformulación explicativa” y “reformulación imitativa”. Algunos ejemplos permitirán comprender la diversidad de las actividades involucradas. La reformulación explicativa se centra en la interpretación de T, cuyo sentido intenta restituir y explicitar para un interlocutor. Se encuentra en diversos tipos de situaciones discursivas: no solamente la exégesis de textos sagrados por parte de una autoridad religiosa, sino también, a menudo, en la explicitación por un “especialista” de textos fuente cuyo sentido no es inmediatamente accesible a un público “no especializado”” (textos antiguos, poéticos, científicos o técnicos, ...). En estos casos, el sujeto productor de T’ se presenta como poseedor de la clave del mensaje contenido en T y como capaz de restituir ese mensaje bajo una forma inteligible para sus interlocutores; se transforma en el “interprete” del texto fuente, y de su productor original, ante los receptores del nuevo texto T’ que produce como “traducción” de T – domina dos tipos de códigos, aquel del productor de T y aquel de los receptores de T’, a la manera de un traductor que domina dos lenguas, y garantiza el pasaje entre las dos situaciones de enunciación, la de T y la de T’. Así, por ejemplo, el vulgarizador

“se representa en los textos yendo físicamente de un espacio a otro y tendiendo puentes, como mediador o ‘simple intermediario’, función que se presenta ambigua: (él) sólo es enunciador en respuesta a una demanda (...), para cumplir un ‘deber’, una ‘misión’. Se da – entre la originalidad del “auctor” y la transparencia del “scriptor”- un estatuto ambiguo de comentador- compilador, que se dedica a poner los dos polos en contacto” 1

La explicitación de T bajo la forma de T’ supone un distanciamiento del sujeto parafraseador con respecto a T y a la situación de producción original, que se presenta como distinta a la situación de producción de T’, en la que se centra la actividad de reformulación explicativa – si bien el sujeto productor de T puede, en ciertos casos de auto-reformulación, coincidir físicamente con el de T`. La explicitación de T por T’ supone, por otra parte, cierta orientación del proceso de 1 J. Authier (1982), p. 39. Esta presentación del vulgarizador puede ser extendida a todo sujeto que realiza una reformulación explicativa.

Page 2: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

2

transformación textual: el pasaje de T a T’ opera de lo menos conocido a lo más conocido (de los términos técnicos o desconocidos a los términos familiares), y de lo menos claro a lo más claro (eliminación de las ambigüedades, explicitación de los implícitos, detección de significados escondidos, desarrollo de significaciones alegóricas, etc.). La reformulación T’ es insertada, , en general, en un texto mixto, donde se encuentran recuperados, más o menos literalmente, algunos pasajes del texto T, seguidos de reformulaciones explicativas. Consideremos los siguientes ejemplos:

Cuando decimos, por ejemplo: “Afortunados aquellos que poseen un espíritu de pobres”, (...) eso equivale a decir que son afortunados aquellos que tienen conciencia de sus límites, que tienen conciencia de lo que son realmente, y que están listos para aceptar en los otros las riquezas que aún no poseen ellos. (J-M Marconot, Comment “ils” prêchent, Cerf, 1976, p. 123)

Retomo esta frase: “Afortunados los corazones puros, porque ellos verán a Dios”, se dirá ahora: “Afortunados los hombres de buena voluntad”. (idem, p. 149)

(...) la genética, o ciencia de la herencia (...) (Le Courier du CNRS, nº 41, 1981, p. 4)

Las bacterias son “haploides”, es decir que poseen cada gen en un solo ejemplar. (idem, p. 14)

Vemos que el texto mixto contiene ciertos marcadores meta- lingüísticos2

cuyo rol es precisamente asegurar el anclaje de los pasajes de T en el interior del texto mixto y permitir su reformulación: unos se especializan en la referencia al texto T e introducen de manera más o menos fiel extractos de T (ej.: cuando decimos, por ejemplo: “ “; retomo esta frase: “ ”; o, simplemente, las comillas “ ”); otros introducen las reformulaciones (ej.: eso equivale a decir que; diremos ahora: “ ”; o; es decir que). De la orientación intrínseca de este proceso de transformación textual se desprende que la actividad de reformulación explicativa funciona como una puesta en relación de T y de T’, tal que esta relación es sintagmatizable bajo la forma de un texto mixto y está orientada de forma no simétrica; si, en una situación dada, una secuencia Y constituye una reformulación explicativa para un cierto tipo de receptor de una secuencia X, entonces, en esa misma situación y para el mismo tipo de receptor, X no puede constituir una reformulación explicativa de Y:

2 Para un estudio de los marcadores de referencia al texto fuente y de reformulación de expresiones del texto fuente en un corpus de sermones católicos que reformulan el pasaje evangélico llamado “Les Beatitudes” (en la versión de Mathieu, 5, 1- 12), ver C. Fuchs (1978).

Page 3: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

3

“Si es perfectamente posible decir Pediatra quiere decir médico de niños (X quiere decir Y), no nos parece bien que podamos ser inducidos a decir Médico de niños quiere decir pediatra (Y quiere decir X)” 3

¿A quién se le ocurriría, en efecto, explicar un término familiar por un

término desconocido o docto? Reveladora respecto de esto (perdónenme la anécdota) es la resistencia feroz que opone mi pequeña hija a la idea según la cual una palabra francesa pueda “querer decir” su equivalente en una lengua extranjera: para ella fish “quiere decir” poisson, ¡pero en ningún caso poisson “quiere decir” fish!; “querer decir” es típicamente el marcador que expresa esta relación orientada de la explicitación de un término desconocido X por un término conocido Y. La reformulación explicativa, tal como la acabamos de caracterizar, tiende a desarrollar el texto fuente, de acuerdo a la concepción retórica tradicional que ve en ella una forma de amplificación. Pero no se debe olvidar que en las antípodas de la amplificación se sitúa la condensación de un texto, practicada, por ejemplo, en el resumen. Si bien no ha sido tomada en cuenta por la tradición, la condensación de un texto forma parte con todo derecho de la actividad de reformulación. La intención del resumen profesional – no hablo aquí del resumen escolar- es, si no explicativa stricto sensu, al menos informativa: el que resume construye a partir de la interpretación que tiene de T un nuevo texto T’ más corto, con el fin de transmitir al interlocutor las informaciones “esenciales” contenidas en T. También ahí existe, por lo tanto, un pasaje entre la situación de enunciación de T y aquella de T’, y “traducción” en dirección a un interlocutor dado. Como el exegeta o el vulgarizador, el que resume juega el rol de un “entre-dos” – según la expresión inglesa “go- between” para designar al “mensajero”-:

“Él se apropia del pensamiento del autor para someterlo a un tercero cuyas capacidades de entendimiento conoce o postula (...). Se entiende, entonces, que la actividad de resumir sea una adaptación (...), una verdadera transposición, es decir, el pasaje de un lenguaje a otro. Hay que advertir que conocemos mal los procesos que están en juego en este nivel preciso de adaptación de un pensamiento a otro, de la misma manera que el rol preciso jugado por quien adapta. ¿Es un simple reductor o se aprovecha del pensamiento del otro para subrepticiamente imponer el propio?”4

La intención informativa de la práctica del resumen se encuentra actualmente en numerosas aplicaciones que se desarrollan para responder a las necesidades más y más urgentes de tratamiento de la información y que ponen en 3 J- B. Grize (1985), p. 215 4 M- F. Agnoletti & J. Defferrand (1992), p. 246.

Page 4: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

4

marcha prácticas de producción o de reconocimiento de textos reformulados. Al respecto, conviene subrayar que en numerosos campos del tratamiento automático de textos (análisis automático de textos a los fines de resumen, de traducción, de indexación o de interrogación de bases de datos; generación automática de textos, por ejemplo, de respuestas a un usuario en el marco de la comunicación hombre- máquina en lengua natural), los creadores de sistemas se tropiezan con la problemática de la reformulación parafrástica: ¿cómo identificar las formulaciones equivalentes y reestablecerlas en un mismo formato común de representación cuando se analizan los textos?, ¿cómo reformular a los fines de la desambiguación una formulación reconocida como ambigua?, ¿cómo elegir entre diversas formulaciones equivalentes la más apropiada en un contexto y en una situación dados? A diferencia de la reformulación con intención explicativa, la reformulación imitativa, en cambio, se orienta hacia la producción de T’ y la búsqueda de formas de expresión a partir de la interpretación de T. También aquí, diversos tipos de situaciones discursivas pueden dar lugar a esta práctica, desde el ejercicio tradicional de imitación de textos de autores hasta la forma extrema del pastiche. Contrariamente a la reformulación con intención explicativa, la reformulación imitativa supone, al menos en apariencia, una anulación de la distancia entre la situación del sujeto que parafrasea, productor de T’, y la situación original del productor de T: como productor de un nuevo texto T’ el sujeto se oculta y se vuelve a situar ficticiamente en la situación misma de producción de T, tomando, por decirlo así, el lugar de su productor; de esta manera, la reformulación imitativa se centra en la situación de producción de T. Esto explica que la actividad de reformulación imitativa no permita la constitución de un texto mixto que contenga marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación: T’ se presenta funcionando en lugar de T, lo que hace imposible toda puesta en escena explícita del pasaje de T a T’. La reformulación imitativa tampoco funciona como una relación sintagmatizable ordenada (<< en la situación de enunciación de T’, T quiere decir “ ” >>), sino como una relación paradigmática no orientada (<< en la situación de enunciación T, una multiplicidad de otras formulaciones, entre las que está T’, habrían sido posibles en lugar de T>>)- así el T-fuente conserva el estatuto privilegiado de texto de origen, modelo y original al mismo tiempo. Como lo dije antes, la reformulación de textos de autores, tal como se practicaba antes en los ejercicios preparatorios en la retórica, no es más relevante en la pedagogía actual. Sin duda, se ha olvidado el carácter formador de tal práctica, que los antiguos supieron distinguir y que yo evocaré brevemente. Entrenarse para parafrasear es, primero, aprender a jugar con la diversidad de las formas de expresión. La capacidad de parafrasear constituye una de las pruebas clásicas del dominio de la lengua; por ello los métodos contemporáneos de

Page 5: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

5

aprendizaje de lenguas recurren a ella frecuentemente5. La lengua ofrece un “tesoro” (según las palabras de Vaugelas) de expresiones similares; cuanto más se apropia el alumno de ese tesoro, más rica es su capacidad verbal y más grande su facilidad lingüística y cognitiva. De modo que ser capaz de describir de diferentes maneras una misma realidad es poder construir una multiplicidad de representaciones de esa realidad y, por lo tanto, manifestar buenas aptitudes cognitivas. Entrenarse para parafrasear es, también, aprender a reparar en las diferencias semánticas y estilísticas entre expresiones similares y a reconocer no solamente aquellas que son posibles o imposibles en un contexto, sino también aquellas que son las más apropiadas a la situación. No es suficiente, en efecto, ser capaz de decir una misma cosa de varias maneras diferentes, también es necesario saber seleccionar una “buena” forma de decir en una circunstancia dada (elegir una representación adecuada de la realidad a describir y de los términos adecuados para expresarla). Así como el ejercicio de reformulación permite apropiarse de la diversidad cuantitativa de las formas de expresión posibles, permite también adquirir la precisión cualitativa de la expresión; es en los verdaderos “ejercicios de estilo” que el alumno se libera parafraseando T por T’: comprender T supone un trabajo activo de reconstrucción de una intención de significación presupuesta (en particular de las elecciones frente a la inevitable multiplicidad significante de las expresiones de T y en la pluralidad de niveles de sentido), reformular T supone un trabajo activo de construcción de un nuevo texto T’ (en particular de las elecciones entre la diversidad de expresiones similares posibles). Un trabajo tal es, en sí, formador, aún sobre un texto no literario: a través de las elecciones concientes y razonadas que opera, el alumno penetra de forma más profunda en el texto T, tanto en el plano del contenido como en el de la forma, e imprime su propia marca al texto T’. En el caso de un texto literario es, evidentemente, toda la dialéctica del fondo y de la forma la que puede así ser profundizada: a través de sus propios ensayos, el alumno descubre qué conceptualización y verbalización van en par y que la intención de significación se precisa y se afina progresivamente, en el curso de las tentativas de expresión. Por otra parte, puede entrenarse en trabajar e imitar particularmente las técnicas de escritura propias de un autor dado (hasta los límites del pastiche). Al rechazar la retórica, la enseñanza ha rechazado en el mismo movimiento la paráfrasis imitativa: ese tipo de ejercicio preparatorio de la retórica fue substituido por otros tipos de ejercicios sobre los textos (comentario de texto, explicación de texto) – practicados en francés, en historia y en filosofía – en los que la paráfrasis imitativa es rigurosamente proscripta. Al solicitar al alumno que comente un texto T, esperamos de él que cree otro texto, cuyo contenido, lejos de reduplicar el del texto fuente, aporte, por el contrario, un punto de vista original,

5 Ver por ejemplo H. Besse (1973)

Page 6: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

6

un “comentario” sobre este: no se trata de “repetir” sino de “decir sobre”. Eso implica a la vez una toma de distancia y una toma de posición con respecto al texto fuente, es decir, una perspectiva crítica activa frente a ese texto: el alumno debe desprenderse del contenido y de la expresión de T para situarlos y apreciarlos; ya se trate de comentar, sobre los textos franceses, el estilo y los términos de la lengua, o bien, sobre los textos filosóficos, el contenido conceptual, las articulaciones lógicas y el encadenamiento del razonamiento o, sobre los textos históricos, los acontecimientos descritos. En todos los casos el alumno debe situarse como receptor crítico en relación con T. La actividad de parafrasear, al contrario, implica una ausencia de toma de posición y, en su versión imitativa, resulta, como ya hemos visto, anuladora de la distancia entre el texto fuente y su reformulación, de la misma manera que entre los emisores respectivos: el contenido y el modo de expresión de T’ “se adhieren” a los de T, y el productor de T’ se identifica con el de T, al ajustarse a la intención de significación presupuesta de este último. El alumno que parafrasea se sitúa como seudo emisor de T. Comentario de texto y reformulación parafrástica son, por lo tanto, actividades distintas que persiguen objetivos diferentes; de esta manera, el alumno que parafrasea un texto cuando se le pide que comente confunde los objetivos y no comprende lo que se espera de él: el texto T se le impone tan fuertemente que no se puede desprender de él, es su prisionero y lo reproduce-deforma sin poder transformarlo en un objeto de descripción situado en el exterior. Tal es, precisamente, el veredicto emitido por el jurado de admisión de las letras modernas a propósito de la prueba de explicación de textos:

“(...) Este [= el jurado] sanciona la paráfrasis no solamente como una flaqueza, una paja en el grano, sino también como un ejercicio substitutivo: paráfrasis, glosa, exégesis, reconstitución, análisis de contenido…son los tratamientos de los textos que pudieron o pueden tener su propia función. Reductores o no, son extranjeros a la práctica textual de la explicación, si el objetivo de esta es mostrar como se produce, justificar, apreciar unos efectos de sentido particulares”6

De todas maneras, remarquemos que estas diferencias de objetivos no impiden cierta interpenetración de hecho entre estos dos tipos de práctica textual, es decir, entre el comentario de texto y la paráfrasis. La actividad de comentario de texto contiene, en efecto, momentos de paráfrasis necesarios (entendida esta vez como reformulación explicativa): para explicar el sentido de una palabra, de un giro o de una noción difícil, el que enseña recurre a los sinónimos o a las perífrasis y realiza reformulaciones más o menos extensas del texto a comentar; de la misma manera, para probar la comprensión de un pasaje del texto por parte del alumno,

6 Informe del año 1993, p. 141

Page 7: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

7

¿qué mejor modo que hacerle reformular ese pasaje? La paráfrasis no es, por lo tanto, inútil esfuerzo o pálida imitación sino explicitación esclarecedora; esto es lo que nota ya P. Larousse:

“La paráfrasis es una explicación de un texto, más amplia que ese texto. Si el texto es por sí mismo claro y suficientemente desarrollado, la paráfrasis deviene inútil y cae inevitablemente en la redundancia y la difusión. Muchos autores están sujetos a este defecto y no hacen más que parafrasear los pensamientos de otros, cuando esos pensamientos claramente expresados no necesitan de paráfrasis. Si el texto es conciso, la expresión equívoca, el pensamiento oscuro, percibimos la utilidad de la paráfrasis que, por una hábil y sabia amplificación, pone en evidencia el sentido y lo hace fácilmente perceptible por el espíritu”7

Estos fragmentos de paráfrasis en el sentido de comentario de texto constituyen, en consecuencia, un pasaje obligado (un mal necesario, de cierta forma); la reformulación explicativa es, entonces, tolerada como auxiliar puntual al servicio del comentario del texto: ella ayuda a dominar el sentido del texto a comentar, y concierne a la interpretación de T. Hay, por el contrario, otro ejercicio pedagógico que se les hace practicar a los alumnos y que evoca desde el comienzo la reformulación con intención imitativa: se trata del resumen escolar, ya evocado antes cuando me refería a los ejercicios de reformulación de textos de autores. Ahí se le demanda al alumno lo que precisamente le prohibimos hacer en el comentario de texto: saber anular toda distancia con la situación de enunciación del texto fuente y tomar ficticiamente el lugar de productor de T:

“El texto-meta (...) debe poder ser leído por si mismo, independientemente del texto inicial. La exigencia de fidelidad llega a exigir a quienes resumen que proscriban toda intrusión del autor y eliminen las marcas del discurso directo que atribuyen las partes resumidas al autor del texto fuente. El registro enunciativo del resumen se ve, por lo tanto, coaccionado por el del texto original: las referencias personales, espacio- temporales, deícticos y, en general, apreciativos, deben ser aquellos del documento resumido, lo que supone una suerte de reduplicación no evidente y, en todo caso, muy artificial de sus procesos de producción”8

Consideremos ahora las formas extremas de reformulación imitativa que

constituyen el pastiche. El pastiche imita, con fines lúdicos, el estilo del texto fuente: 7 P. (1874) (artículo “Paráfrasis”) 8 M. Charolles (1992), p. 13 (el subrayado es mío – C. F.)

Page 8: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

8

“Es imposible (...), por demasiado fácil y, por lo tanto, insignificante, imitar directamente un texto. No podemos imitarlo más que indirectamente, siguiendo su idiolecto en otro texto, idiolecto que sólo podemos poner de manifiesto considerando al texto como un modelo, es decir, como un género. Es por esto que sólo existe el pastiche de género, y por lo que imitar una obra singular, un autor particular, una escuela, una época, un género, son operaciones estructuralmente idénticas (...)”9

Bajo la misma categoría que la caricatura (imitación satírica) o la forgerie (imitación seria), el pastiche forma parte de la simulación explícita: el que realiza el pastiche produce un texto T’ cuya forma construye imitando voluntariamente la del texto T, lo que se da a leer como tal. Al respecto, el pastiche se opone al plagio que constituye una usurpación: en el plagio, el sujeto oculta su préstamo y nos hace creer que el texto T trasladado subrepticiamente es el texto T’, es decir, oculta su propia producción. El pastiche se distingue de la parodia y del travestismo, que retoman, con fines lúdicos, cómicos o satíricos, un texto fuente particular (y no un tipo de texto). Lo propio de la parodia es colocar a T en una nueva situación de producción, la de T’; el texto fuente puede ser conservado bajo su forma literal o transformado más o menos profundamente: de este juego entre reconocimiento (parecido entre T’ y T, conocido por el auditorio) y contraste (diferencias entre situaciones de producción de T y de T’, con la intención de rebajar a T), nacen los efectos graciosos. Consideremos, para terminar, otro caso de reformulación que presenta propiedades particulares: se trata de la sucesión más o menos larga de auto-reformulaciones mediante las que un escritor construye progresivamente su texto. La especificidad de este tipo de reformulación reside en que no existe un texto fuente que constituya un punto de partida: cada nueva formulación puede ser vista como un T’i que reformula una formulación anterior Ti que era, ella misma, un T’i-j que reformulaba un Ti-j, etc. No hay, por lo tanto, dos situaciones de producción distintas, es una sola, y es un mismo sujeto el que construye esta serie de (re)formulaciones, de las cuales es, al mismo tiempo, productor y receptor a medida que se elabora el texto. En conclusión, la intención imitativa parece indisociable de la intención explicativa, es decir, orientada hacia la elaboración simultánea del contenido y la expresión. Es evidente que el sujeto raramente dispone de un contenido previo, listo para ser adornado por tal o cual forma de expresión. Bajo modalidades diferentes que varían de un sujeto a otro, el productor trabaja en un incesante ir y venir entre la forma y el fondo, elaborando y estableciendo progresivamente el contenido a través de diversas tentativas de formulación:

9 G. Genette (1982), pp. 91- 92.

Page 9: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

9

“La escritura no sería considerada como una simple puesta en forma de un ‘pensamiento’ del todo completo del que se buscaría solamente la ‘expresión’ adecuada: ella es búsqueda y descubrimiento mucho más que puesta en forma”10

Como subraya un pasaje de un artículo de Monde des livres (30.09.93) a propósito de los textos literarios:

“La mayoría de los filósofos maltratan el lenguaje. Juzgan que el estilo es como la intendencia y que esta debe servir... Con Montaigne sucede a la inversa. Con Pascal, también. El pensamiento no precede. Se descubre o se aclara en beneficio del trabajo literario”.

Esta elaboración conjunta del contenido y de la forma se manifiesta en los borradores de manuscritos de los autores. Aquí, es un solo sujeto, el mismo, que produce una serie de ‘fragmentos de textos’ que se reformulan en cascada en un encadenamiento de reescrituras, borraduras y tachaduras no lineales, con frecuencia, extremadamente complejas – las reformulaciones pueden variar de la pura y simple reproducción a la alteración total-. La función de esta actividad de reformulación es percibida de diferentes maneras según los autores. Respecto de esto es revelador el testimonio de Jünger

“La revisión de mis diarios de viaje me hace ver algún lugar donde transcurre la acción del tiempo. Esto modifica el contenido, como la maduración y la fermentación hacen con el vino en una bodega. Es necesario ahora colocar en botellas, con cuidado, prestando atención a la hez. Tuve una larga conversación sobre este tema con Léautaud, que desaprueba totalmente este procedimiento y declara inviolables y sacro-santos los términos del primer bosquejo. Me sería imposible seguirlo, a no ser por razones técnicas, porque a menudo entremezclo los escritos de elementos alusivos que son, de alguna manera, los secretos del recuerdo. Son los esfuerzos repetidos, las puestas en limpio apasionadas que dan la mejor primera impresión”11

Con un autor como Proust, esta actividad permite conceptualizar progresivamente ciertos proyectos de contenido muy vago al comienzo y fijar los anclajes referenciales12. Con un Flaubert, al contrario, la actividad de 10 A. Grésillon & J- L. Lebrave (1988), p. 125 11 E. Jünger, Second journal parisien, trad. fr. 1980, Paris, Bourgois, pp. 360- 361 (el subrayado es mío – C. F.) 12 Para un análisis detallado de los múltiples intentos de formulación reunidos en la frase Cada día siento más que no es en esa (=de la inteligencia) zona de luces que el escritor puede evocar sus impresiones pasadas que son la materia del arte (frase que enuncia los fundamentos de la estética de la futura “novela de la

Page 10: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

10

reformulación, que es a veces intratextual (reorganización de su propio texto en curso) e intertextual (inserción de índices, de términos, de definiciones atribuidas a diversas fuentes) tiene la intención de verbalizar (poner en palabras) relaciones conceptuales ya sólidamente constituidas y ancladas referencialmente13: al “movimiento browniano” que aparece en los borradores de Proust se opone la relativa estabilidad de los borradores flaubertianos. Para concluir la distinción entre reformulación con intención explicativa y reformulación con intención imitativa, decimos que estos dos tipos de reformulación se presentan raramente bajo una forma pura; constituyen, sobre todo, los dos polos extremos de la actividad de reformulación, que mezcla en una proporción variable estos dos tipos de objetivos. Es significativo, en referencia a esto, que el empleo espontáneo del verbo “parafrasear” en francés contemporáneo oscila entre estos dos polos. Consideremos los ejemplos siguientes:

“A menos que tenga una razón de vivir por los otros más que por sí mismo, una persona muere, primero mentalmente, después emocionalmente, después físicamente” escribió [= Nixon] Èl parafraseaba a Einstein, que había dicho un día: “Solo una vida dedicada a los demás amerita ser vivida” (Le Monde, 24- 25. 04.94, p. 5)

Parafraseando a Antole France: “Creemos morir por la patria pero morimos por los industriales”, el secretario general del P. C. F. exclamó: “Creemos que racionamos por la patria pero racionamos por las grandes compañías petroleras y por sus semejantes”. (Le Monde, 26.06.74, p. 10)

Si, en el primer ejemplo, el verbo “parafrasear” reenvía a una actividad de

reformulación que desarrolla el contenido del T- fuente sin retomar las formas de expresión (versión explicativa de la reformulación), en el segundo, por el contrario, se reenvía a una actividad de reformulación que reduplica particularmente la forma del T- fuente, y de esta manera, conserva ciertos elementos de contenido modificando otros (versión imitativa de la reformulación). La dialéctica reproducción/ alteración

memoria” de Proust y que figura en un pasaje de sus Projets de Préface), ver C. Fuchs (1982ª), pp. 88- 102. Sobre el rol del anclaje referencial de la reformulación en los borradores de otro pasaje de Proust, ver A. Grésillon ¬ J- L. Lebrave (1988), p. 126. 13 A modo de ejemplo, ver el estudio de los borradores de las primeras líneas de Herodias en A. Grésillon, J-L. Lebrave ¬ C. Fuchs (1991)

Page 11: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

11

En las aproximaciones tradicionales, la reformulación parafrástica no era conocida como pura y simple reproducción de un contenido fijado, sino, sobre todo, como una serie de variaciones sobre un mismo tema:

“Yo no quiero que la paráfrasis sea un simple calco sino un combate de emulación alrededor de las mismas ideas”14

Para la tradición, parafrasear un texto fuente por otro texto T’ no es

simplemente aferrarse al contenido de T para reformularlo, sino también inspirarse en él para construir un nuevo texto T’ que, siendo fiel al contenido de T, lo desarrolle y lo explicite. Esta concepción de la paráfrasis como reorganización suficientemente libre del texto original atravesará los siglos, sin que se desarrolle una verdadera teoría del fenómeno de la paráfrasis: quedará siempre en consideraciones bastante vagas sobre el respeto del “espíritu del texto”, sobre el carácter global de la reorganización de T en T’ (la paráfrasis se opone a las reorganizaciones locales como la substitución de un sinónimo por una palabra de T) y sobre el desarrollo que constituye la reformulación. Cuando evocan las diferentes figuras, los tratados de retórica no mencionan la paráfrasis como parte del proceso de amplificación; la paráfrasis es casi siempre vista como un desarrollo del texto original: el texto T’ es, en general, más largo que T. Así, encontramos un ejemplo de la pluma de Du Marsais:

“Note que algunas veces después de que explicamos por una perífrasis una palabra oscura o poco conocida, desarrollamos más largamente el pensamiento de un autor, agregando reflexiones o circunstancias que él habría podido agregar por sí mismo; pero entonces este tipo de explicaciones más amplias y conformes al sentido del autor son lo que denominamos paráfrasis (...) [para- phrazo: digo a lo lardo de ; para: a lo largo de, sobre, phrazo: yo digo] La paráfrasis es una especie de comentario: retomamos el discurso del que ya ha hablado, lo explicamos, lo extendemos siguiendo siempre su espíritu (...). La perífrasis no hace más que reemplazar el lugar de una palabra o de una expresión, en el fondo no dice nada más; mientras que la paráfrasis agrega otros pensamientos, explica, desarrolla”15 Como vemos, los grados de transformación de T en T’ son flexibles, tanto en

el plano del contenido como en el plano de las formas: de manera totalmente empírica, la paráfrasis es abordada como una práctica textual no teórica, que consiste en un “dar vueltas alrededor” de T, sin que los mecanismos de la lengua que permiten la reformulación sean objeto de estudios sistemáticos, ni que se plantee la pregunta por el análisis del grado requerido de proximidad semántica 14 Quintiliano: Libro X, Cap. V. 15 Du Marsais (1730), reed. 1988, p. 168.

Page 12: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

12

entre el contenido de T y el de T’. ¿Cómo medir, en efecto, la “conformidad” entre la intención de significación del autor de T y los desarrollos nuevos que tenemos derecho a agregar en T’? No podemos, así, evitar la problemática “reproducción/ alteracion” inherente a la noción misma de reformulación parafrástica. Esta problemática fue experimentada de modo diverso según las épocas; de allí que podamos apreciarla estudiando las definiciones del término paráfrasis en los diferentes diccionarios y enciclopedias francesas desde la aparición en francés del término en el siglo XVI hasta nuestros días. A lo largo de los siglos, la práctica de la paráfrasis adquirió connotaciones ambivalentes. La evolución de las concepciones de la paráfrasis puede ser resumida muy esquemáticamente de la siguiente manera:

- La concepción neutra de la reproducción de un contenido estable mediante un simple cambio de la expresión es predominante en los siglos XVI y XVII.16

- Pero al final del siglo XVII17 aparece la idea de una diferencia entre T’ y T, diferencia cuantitativa (T’ es “más extenso” “más amplio”) y cualitativa, con connotación positiva, (T’ es “más claro” y “suplanta el decir y el pensamiento del autor (de T)”). Esta concepción, donde encontramos la noción de “amplificación” de la retórica clásica, atravesará todo el siglo XVIII18.

- Sin embargo, a partir del cambio de los siglos XVII- XVIII, observamos una connotación negativa (“Se deben decir las cosas simplemente, sin aumentarlas”19) que se desarrollará en el curso del siglo XVIII y se impondrá masivamente en el siglo XIX20. La apreciación peyorativa caerá a veces sobre la expresión (“desarrollo verboso y difuso”, “discurso pesado y molesto”) y otras sobre el contenido (“interpretación maligna”). Práctica de amplificación de la forma y del contenido con el fin de explicitar el sentido para la época clásica, la paráfrasis, por lo tanto, deviene, para el siglo XIX (y el siglo XX y su continuación) una práctica de dilución de la forma y el contenido que puede ir hasta la distorsión del sentido; comprendemos, entonces, que haya podido aparecer en un contexto tal, la consigna escolar: “¡No parafraseen!”

Lo que está en cuestión es la legitimidad de la paráfrasis T’ en relación con un

texto fuente T. Esta tensión entre “lo Mismo” y “lo Otro” revela dos aspectos diferentes, según se trate de la paráfrasis con intención explicativa o de la paráfrasis con intención imitativa. Con respecto a la paráfrasis explicativa, y sobre

16 Cf. J. Nicot (1606); P. Richelet (1688). 17 Cf. A. Furetière (1690) 18 Cf. L’Encyclopédie, vol. XI, 1765. 19 Dictionnaire de l’ Académie Française, 1694 20 Cf. J-C. Laveaux (1828); E. Littré (1863) ; P. Larousse (1874).

Page 13: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

13

todo en el campo de la exégesis, el comentador estima que detenta la verdadera interpretación de T y se esfuerza por comunicarla a los fieles a través de T’, pero comentadores diferentes pueden tener interpretaciones- y por lo tanto paráfrasis- distintas. Por eso aparecen los conflictos interpretativos: cada uno juzga su propia paráfrasis fiel a T y la del adversario como una desviación --- la cuestión depende, en definitiva, del estatus socio-ideológico de los sujetos comentadores. Es así, por ejemplo, que Orígenes recurre ya a la noción de “paráfrasis” para estigmatizar un comentario tendencioso correspondiente a una interpretación que él juzga errónea del texto bíblico: “parafrasear” significa, bajo la pluma de este Padre de la Iglesia, “modificar”, “deformar”, “traicionar” el contenido del texto original. El objetivo para el exégeta es, en efecto, decir la verdad, ser fiel al verdadero sentido de T, las polémicas conciernen, por lo tanto, a la legitimidad de las interpretaciones de T.

Más allá del campo de la exégesis religiosa, esta problemática de la legitimidad de las interpretaciones subyace de manera general a toda la actividad de comentario de texto:

“Un libro se produce, acontecimiento minúsculo, pequeño objeto manipulable. Es tomado, desde entonces, en un juego de incesantes repeticiones, sus dobles pululan alrededor y bien lejos de él; cada lectura le da por un instante un cuerpo impalpable y único, sus fragmentos circulan de modo que se hacen valiosos para él, que pasan por contenerlo casi por entero; los comentarios lo desdoblan en otros discursos donde él debe, en fin, parecer él mismo, confesar lo que se negó a decir, librarse de lo que borrosamente simulaba ser”21

La dialéctica “reproducción/ alteración” se reencuentra, mutatis mutandis, en el

ejercicio de reformulación de textos de autores con intención esencialmente imitativa. Así también, la cuestión de la conformidad del contenido de T’ con el de T puede ser fuente de conflictos interpretativos: por ejemplo, entre el maestro y el estudiante para juzgar la verosimilitud de los desarrollos introducidos en T’, con respecto de la intención de significación supuesta para el autor de T. Pero esta cuestión tiende a ser relegada a un segundo plano, en beneficio de otra: la de la reproductibilidad misma de T. La cuestión no es más la verdad o falsedad de la interpretación de T a través de T’ (decir la verdad o la verosimilitud) sino la calidad de la expresión de T’ en relación con la de T (decir bien). Esta problemática es también fuente de conflictos posibles: las polémicas conciernen ahora a la legitimidad de la formulación de T’, con respecto a T. Para algunos, un texto de autor no es, por esencia, reproducible, en la medida en que parece representar una suerte de punto de perfección, de adecuación casi milagrosa entre el contenido y la expresión: es, irreductiblemente, un “original” único que cualquier reformulación – sobre todo si es hecha por un 21 M. Foucault (1972): “Non- préface” a la reedición de Histoire de la folie à l’ age classique, Paris, Gallimard.

Page 14: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

14

alumno poco hábil- sólo sabrá alterar (debilitar, volver insípido, empañar) el plan de expresión. Esta posición se desprende de la noción de texto “literario”. Es interesante notar, a propósito, que el siglo XVIII, que verá cómo se desarrollan las connotaciones peyorativas alrededor de la noción de “paráfrasis” (cfr. supra), marca igualmente el nacimiento del descrédito de las otras prácticas de reformulación de los textos de autores que son la parodia, el pastiche y el plagio:

“Estas prácticas son consideradas como un robo, o al menos como un parásito que se alimenta a expensas de los creadores originales (...) Detrás de esta desaprobación se perfilan el culto naciente a l genio y la conciencia también nueva de la propiedad literaria”22.

Para otros, en cambio, el texto de un autor se presta, con derecho, a la reformulación, y la práctica parafrástica constituye un ejercicio benéfico para el alumno, si bien la calidad de la expresión de T’ no igualará a la de T. Esa era la posición de Quintiliano, quien sostenía:

“Yo no estoy de acuerdo con el sentimiento de aquellos que defienden el parafrasear a los autores latinos bajo el pretexto de que todo lo que podemos decir de diferente manera que los grandes escritores debe ser necesariamente inferior (...) ¿No nos sucede que expresamos dos veces o más la misma idea en términos diferentes y esta idea no hace nacer, ella misma, otras a continuación? ¿Por qué, entonces, si podemos luchar con nosotros mismos, no podemos hacerlo con los demás? Que si no hubiese más que una sola manera de decir bien, deberíamos concluir que el camino ha sido clausurado por los que nos preceden, sin embargo, hay todavía hoy variedades infinitas de estilo, y llegamos al mismo objetivo a través de varios caminos”23.

Estas tomas de posición contradictorias sobre el carácter reproducible o no del texto literario forman parte, ellas mismas, de las grandes opciones socio-ideológicas que se oponen de manera recurrente a lo largo de los siglos:

“Parece que existen unos ‘ritmos’ culturales, unos movimientos de flujo y reflujo a merced de los cuales ya la cita (…), ya el pastiche (...), ya la parodia, incluso otras formas de reescritura están a la orden del día. Estos ritmos dependen, bien entendidos, de relaciones que una sociedad dada mantiene con las categorías de lo serio, lo cómico, lo lúdico, etc. (...) pero también de la percepción que la sociedad tiene de su historia y de las nociones de reproducción o repetición. En una ideología de la historia acumulativa, evolutiva, la reescritura será percibida como la posibilidad de una

22 D. Sangsue (1994), p. 8. 23 Quintiliano: Libro X, Cap. V.

Page 15: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

15

renovación, mientras que en una ideología entrópica de la historia (mitologías de la edad de oro, valorización de los orígenes, etc.) tenderá a ser percibida como una degradación (...). Es, por lo tanto, la reproductibilidad de los modelos y el valor que nosotros demos a su repetición, a “retomarlos”, lo que está aquí en juego”24.

Una actividad discursiva

Abandonemos la presentación del terreno histórico y veamos cómo se describe globalmente la actividad de reformulación en su relación con los sujetos y las situaciones discursivas

1. El pasaje del texto fuente al texto- meta La actividad de reformulación textual se apoya sobre la existencia de un texto

fuente dado como punto de partida, que es reformulado a través del texto segundo T’. Se establece así una relación de texto a texto; esquemáticamente:

T ? T’ En realidad, tal simbolización constituye con claridad un recorte. En efecto, la

actividad de transformación textual no se reducirá a un pasaje directo de T a T’, de unas palabras del texto fuente a otras del texto segundo: el pasaje se efectúa a medida que se elabora una construcción significante a partir del texto fuente. De la misma manera que la traducción interlingüística, la reformulación intralingüística pone en juego necesariamente un doble proceso: de interpretación de T, por una parte, y de producción de T’, por otra parte. Según los casos, la reformulación puede estar más particularmente centrada sobre la fase interpretativa o sobre la fase de producción: de ahí la distinción entre reformulación explicativa y reformulación imitativa, introducida más arriba. La reformulación parafrástica supone, por lo tanto, un intermediario entre T y T’, la representación de un contenido C que se encuentra asociado a T al término de su interpretación y que sirve de punto de partida para la producción de T’. Podemos glosar esto de la siguiente manera: << T significa C, y C puede ser reformulado por T’>>; esquemáticamente:

C T T’

24 D. Sangsue (1994), pp. 93- 94 (el subrayado es mío – C.F.).

Page 16: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

16

Esta notación recuerda el esquema que se da clásicamente, en el campo – del

todo contemporáneo esta vez- del tratamiento automático, para representar la arquitectura de los sistemas de traducción automática llamados “sistemas de pivote”: se denomina “pivote” la representación del contenido postulado como común al texto de origen en lengua fuente y al texto correspondiente en lengua meta; este contenido constituye el resultado del análisis de texto en lengua fuente y el punto de partida de la generación del texto en lengua meta..25

Como sabemos, la analogía entre las dos actividades de paráfrasis y de

traducción ha sido frecuentemente invocada: se puede también calificar la traducción como “paráfrasis intralingüística” o bien ver en la paráfrasis un caso particular de “traducción” (intralingüística). Pero la comparación con las arquitecturas de los sistemas de traducción automática permite desarrollar de manera más precisa esta analogía. En efecto, encontramos que la evolución de la investigación en el campo de la traducción automática ha llevado a numerosos equipos a abandonar los sistemas de pivote, en beneficio de otro tipo de sistemas, denominados “ de transferencia”: en estos sistemas, el análisis del texto en lengua fuente resulta en la construcción de una representación del contenido asociado al texto, después, esta primera representación debe ser transformada en otra, que sirve entonces de punto de partida para la generación del texto en lengua meta. La idea de un contenido totalmente común a los dos textos es, por lo tanto, abandonada, por razones que no son solamente del orden de la falsabilidad técnica, sino que también se sostienen en argumentos teóricos: el pasaje de un sistema de lengua a otro obliga, a menudo, a modificar la representación del contenido, sobre todo si esas lenguas están tipológicamente o genéticamente alejadas; se diluye también la esperanza de la “universalidad del lenguaje”.

Al desplazarse al terreno intralingüístico, la lección de la traducción automática es igualmente pertinente para describir los procesos constitutivos de la actividad de reformulación: a la imagen de uno y solo un contenido C que funcionaría como “pivote” articulando la interpretación de T y la producción de T’, parece preferible substituirla por aquella de una”transferencia” del contenido C asociado a T a un contenido C’, modificado poco o mucho en relación con C, a partir del cual se construye T’. La refutación no cae aquí sobre la hipotética universalidad de un lenguaje común a todas las lenguas, sino sobre una hipotética identidad de contenido entre el texto fuente T y su paráfrasis T’. Volveremos sobre la naturaleza de las transformaciones entre C y C’ en el punto 2 infra. Cuando el pasaje de T a T’ se descompone ya no en dos sino en tres procesos, esquemáticamente es:

25 Para una presentación de los dos grandes arquitecturas de sistemas de traducción automática (“pivote” y “transferencia”), ver C. Fuchs (1993), pp. 206- 209

Page 17: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

17

C C’ T T’ Las tres flechas del esquema representan los tres componentes de la actividad

de reformulación: interpretación de T, transformación del contenido y producción de T’. El proceso intermedio de transformación del contenido es específico de la actividad de reformulación intralingüística o interlingüística, mientras que los otros dos procesos de interpretación y de producción se encuentran en otros tipos de actividades del lenguaje.

Dos precisiones se imponen a propósito de este esquema. Primero, no alcanza en absoluto a representar de manera realista los mecanismos cognitivos puestos en juego en la actividad de reformulación, sino solamente a esquematizar los diferentes parámetros que se toman en cuenta para describir esta actividad; en particular, inducirá a optar a favor de una arquitectura modular. Pero nada permite concebir las tres flechas como el equivalente de las etapas sucesivas que un sujeto humano recorre en serie. Todo hace pensar, en efecto, que los tres procesos interactúan y son puestos en acción simultáneamente por los sujetos. Es así, por ejemplo, que, a propósito del resumen de texto, numerosos autores rechazaron la idea según la cual el sujeto decidiría primero qué elementos del texto fuente preserva en función del grado de reducción demandada (…) antes de formular de otra forma el resultado obtenido:

“Esta representación hiperracional de la actividad de resumir no es, ciertamente totalmente falsa, pero es muy simplista y poco plausible psicológicamente (…). En realidad, los sujetos reformulan al mismo tiempo que contraen, siendo su objetivo lograr un texto interpretable en sí mismo”26. Todo lleva a creer, en efecto, que el sujeto comprende solo reformulando, y que

él reformula a medida que comprende27. En segundo lugar, subrayamos el carácter voluntariamente vago del término “contenido” (símbolos C y C’ del esquema): decimos simplemente que se puede concebir C como una suerte de contenido “macro estructural” asociado al texto T en su conjunto28, o también de “representación mental transitoria del contenido del texto fuente, representación

26 M. Charolles (1992), p. 24 (el subrayado es mío- C. F.) Nótese que en las citas el término “reformulación” reenvía al proceso que yo llamé “producción de T’”, y no al conjunto de la actividad de reformulación 27 Ver por ejemplo J- P Bernié (1993). 28 Por ejemplo a la manera de T. Van Dijk & W. Kintsch (1985).

Page 18: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

18

inicial elaborada desde la primera lectura y constantemente reajustada en el curso del trabajo de análisis y del control de las operaciones (…) de reformulación”29 .

2. El umbral de distorsión

El esquema que hemos presentado antes como representación más general de la actividad de reformulación permite retomar la problemática de la reproducción/alteración que subyace a la noción misma de paráfrasis. Lo que está en cuestión es, en efecto, el poder dar cuenta de la “deformabilidad” del sentido que funda el carácter dinámico de la actividad de reformulación y, más precisamente, el poder establecer los límites de la “deformabilidad” aceptable que autoriza a un sujeto, en una situación dada, a considerar que la reformulación T’ de T transforma el sentido de T sin alterarlo radicalmente. Para abodar esta problemática, es preciso tomar en cuenta los factores de variabilidad que permiten explicar las deformaciones susceptibles a intervenir en el pasaje de T a T’.

Intuitivamente, cada uno acuerda en decir que una reformulación T’ es una

paráfrasis admisible de un T- fuente cuando puede ser considerada dentro de los límites de la “deformabilidad” aceptable en relación con T- cualquiera sea la vara con la que se juzga esta aceptabilidad-: es decir, cuando esta “estire” de alguna manera el sentido sin que se tenga el sentimiento de que un umbral cualitativo, que hará caer al texto en un semantismo considerado como radicalmente otro, se franqueó; llamaré a este umbral el umbral de distorsión. Inversamente, se acuerda en decir que una reformulación T’ “altera” T cuando se excede ese umbral – según tengamos de la paráfrasis una concepción más o menos amplia, diremos en ese caso que la reformulación es una paráfrasis deformante en exceso o bien que se trata de una reformulación no parafrástica-. Nótese que este umbral es, él mismo, variable, depende de diferentes parámetros constitutivos de la actividad discursiva: la tolerancia a la deformación es más o menos grande según los sujetos o las situaciones.

El proceso específico de transformación del contenido, si bien no es observable

directamente, constituye la clave de la actividad de reformulación. En el curso de este proceso, el sujeto elabora, a partir del contenido C asociado a T, un nuevo contenido C’, del que selecciona cada elemento entre una pluralidad de elementos de contenido posibles. Las elecciones que él efectúe son, al mismo tiempo, de orden cuantitativo y de orden cualitativo.

En el plano cuantitativo, puede elegir desarrollar C (en el sentido de la amplificación retórica) o condensar C (en el sentido del resumen de texto) o también conservar poco o mucho la cantidad de elementos de contenido de C. En este plano cuantitativo, el umbral de distorsión puede ser cruzado, tanto por

29 Según los términos de M. Charolles (1991), p. 13.

Page 19: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

19

exceso de desarrollo como por exceso de condensación: un contenido C’ demasiado diluido puede conducir a un T’ ininteligible, de la misma forma que un contenido C’ demasiado reducido. En un caso como en el otro las reformulaciones serán vistas como paráfrasis que traicionan T.

En el plano cualitativo, el sujeto elige “distanciarse”, deformar más o menos C’

en relación con C: entre los dos polos extremos que son, de un lado, una hipotética identidad absoluta (distancia idealmente nula) y del otro, la alteridad radical (el más allá del umbral de distorsión), se sitúa un continuum de transformaciones cualitativas admitidas como aceptables por ser percibidas dentro de los límites del umbral de distorsión.

Se evitará siempre pensar que la identidad absoluta se encontrará en el caso de la aparente reproducción idéntica: en materia de reformulación discursiva, una expresión X no es nunca una reduplicación absoluta de ella misma, aunque se trate de citas literales en la hetero-reformulación o de repetición verbatim en la auto-reformulación. De una ocurrencia a la otra de una misma formulación reiterada en la cadena discursiva, los movimientos de sentido son, en efecto, posibles. Por ejemplo en:

¡No puedo más, no puedo más, no puedo más!

donde es claro que, desde un punto de vista argumentativo, ante cada nueva ocurrencia nos elevamos varios grados en la escala de la intensidad (<< más repito, más intensa aparece mi desesperanza>> ). Comentarios similares se pueden hacer a propósito de pretendidas “tautologías”30:

Juan. Es Juan

no es una simple predicación de identidad estática << Juan= Juan>>, sino que constituye una modalización de esta predicación, modalización positiva (<< Juan, es todas las cualidades que se pueden encontrar en él, al más alto grado>> o negativa (<< Juan, no es más que Juan, no se debe esperar de él maravillas, o demandarle cosas imposibles>>). El acto mismo de reduplicar es, por lo tanto, significante y desplaza, y no de forma imperceptible, el contenido inicial, de manera que la paráfrasis discursiva funciona como una relación no reflexiva. La inevitable transformación de contenido, por mínima que sea, que se efectúa en cada reformulación de un texto por otro explica que la paráfrasis discursiva sea una relación no transitiva. La no transitividad corresponde al caso de la siguiente figura: la reformulación T’ de un primer texto fuente T es considerada una paráfrasis admisible de T, a su vez la reformulación T’’ de T’ es 30 Para un análisis semántico de las tautologías, ver por ejemplo R. Martin (1987), Cap. XI: “Universo de creencia y frase analítica” pp. 157- 170.

Page 20: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

20

considerada una paráfrasis admisible de T’, pero si bien el umbral de distorsión no ha sido cruzado ni entre C y C’ ni entre C’ y C’’, T’’ no puede constituir una paráfrasis admisible de T, pues el umbral de distorsión es cruzado entre C y C’’. La no transitividad se realiza cuando el T’ intermediario contiene formulaciones ambiguas: en una de sus interpretaciones, T’ es considerado en relación de paráfrasis con T y en otra interpretación en relación de paráfrasis con T’’ pero, al ser las dos interpretaciones mutuamente exclusivas, T y T’’ no pueden considerarse en relación de paráfrasis. Sin embargo, aún en ausencia de formulaciones ambiguas, la relación de paráfrasis discursiva que se juega en una serie de reformulaciones sucesivas puede no verificar la propiedad de transitividad: es suficiente que la acumulación de transformaciones de contenido (de C a C’, de C’ a C’’, de C’’ a C’’’, etc.) haga peligrar bruscamente el umbral de distorsión. Pensemos, por ejemplo, en un juego de sociedad bien conocido: cada participante recibe en voz baja de su vecino a la izquierda un mensaje que debe repetir en voz baja a su vecino de la derecha y así sucesivamente hasta completar la cadena. El mensaje de llegada, con frecuencia, se parece muy poco al mensaje original, tanto que es difícil afirmar que hemos respetado el umbral de distorsión.

Las elecciones efectuadas por el sujeto cuando hace la transformación del contenido son realizadas, evidentemente, en función del conjunto de los parámetros constitutivos de la actividad discursiva: dependen del objetivo perseguido por el sujeto que reformula (según el tipo de tarea del lenguaje a la que se ha comprometido), de sus conocimientos de mundo, de condicionamientos de orden situacional (según la representación que tiene de la situación de enunciación de T fuente y de su propia situación de reformulación: intención de su interlocutor, imagen de sí mismo, etc. ) de la misma forma que, en última instancia, de preferencias subjetivas.

Lo que es verdadero para el resumen vale para todo tipo de reformulación discursiva:

“Resumir, aún después de una lectura competente y atenta, es elegir, y ninguna elección es neutra. Según qué elegimos, según a quién la destinamos, relevamos ciertos hechos y pasamos por alto otros: aquellos que parecen menores para el que resume o que pueden molestar al lector presupuesto (...). Es importante lo que juzga el que resume, juicio importante para el que recibe el resumen. Se sigue que resumir un texto es una tarea argumentativa, es decir, que tiene la intención de intervenir sobre el destinatario”31.

Como se ha visto, la transformación del contenido pone en juego los

grandes principios que la retórica había desarrollado, desde la Antigüedad, en materia, no de reformulación, sino de producción de discursos. En efecto, ¿Qué

31 J- B. Grize (1992), pp. 5- 6.

Page 21: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

21

enseña la retórica sino el arte de conceptualizar y de expresar de manera diferente una misma realidad, en función de la situación discursiva? Esta diversidad de estrategias argumentativas y de formulaciones posibles ha sido teorizada , desde Aristóteles que se interesaba por la multiplicidad de representaciones del referente al nivel de los pisteis (latín inventio), por la multiplicidad de procesos de expresión al nivel de lexis (latín elocutio) y por la multiplicidad de encadenamientos posibles del discurso al nivel de la taxis (latín dispositio). Las elecciones posibles para el emisor en cualquiera de estos niveles estaban descriptas como el resultado de tres parámetros constitutivos de la situación discursiva: la posición del emisor frente al contenido y la imagen que él pretende dar de sí mismo, la posición del receptor y los sentimientos que se trata de desarrollar en él y, por último, el tema mismo del discurso.

“Es particularmente en la exposición de las técnicas de verbalización (lexis), en el libro III [de la Retórica] donde Aristóteles caracteriza los procesos estilísticos de la paráfrasis que participan de la “amplificación’: alternancia y repetición de sinónimos (ej. irse y marcharse) pasaje de lo poco simple a la perífrasis (ej: el círculo es la figura plana cuyos puntos son equidistantes al centro), recurso a la metáfora (ej: decir del que robó que tomó y se procuró), utilización de ejemplos y de comparaciones, etc. Según el objetivo que persigue, el lugar que ocupa en el intercambio discursivo, la imagen que quiere dar de sí mismo, de su interlocutor y del tema del discurso, el emisor seleccionará los términos y las figuras en un registro u otro y modulará de manera diferente su presentación de los hechos: afirmará que aquel que mendiga reza o inversamente; llamará actores o adoradores de Dionisos a los artistas, o designará a Orestes como el vengador de su padre o como el asesino de su madre.”32.

La paráfrasis como reformulación discursiva

Abordar la paráfrasis como actividad de reformulación conduce por lo tanto a inscribirla en una perspectiva discursiva, es decir, a describir las operaciones puestas en juego en los procesos de interpretación de T, de transformación del contenido y de producción de T’, a la luz de diferentes parámetros constitutivos de las situaciones discursivas.

Entonces, ¿está condenada la idea misma de un estudio lingüístico de la relación de paráfrasis?, ¿no es necesario redefinir la noción de “paráfrasis” más allá del ámbito tradicional de la reformulación discursiva para poder trabajar lingüísticamente? A la primera de estas cuestiones responderé negativamente, teniendo en cuenta las teorías lingüísticas contemporáneas que se esfuerzan en

32 C. Fuchs (1982c), p. 11

Page 22: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

22

estudiar la paráfrasis desde el punto de vista de la lengua. A la segunda pregunta, la mayoría de estas mismas teorías han respondido positivamente encerrando a la paráfrasis en un sistema de la lengua radicalmente separado de toda consideración sobre su puesta en funcionamiento en las situaciones de producción y de interpretación. Por mi parte, me parece importante intentar construir una aproximación lingüística de la paráfrasis que pueda articular la problemática discursiva de la reformulación y que sea capaz de integrar en sus fundamentos teóricos la pregunta por la “deformabilidad” del contenido y la variabilidad del umbral de distorsión. Sin embargo, una aproximación tal no renunciará a trabajar sobre las formas de la lengua, a salvo de disolverse en lo incontrolable de lo extra-lingüístico. La posición de trabajar sobre la actividad de reformulación discursiva se encuentra en una variedad de corrientes actuales que forman parte del vasto movimiento de la pragmática, desde las teorías del discurso hasta los estudios de interacciones verbales33, pasando por los trabajos de argumentación. En resumen, con todos aquellos que trabajan sobre las producciones lingüísticas efectivas de los sujetos en situación, que ponen de manifiesto el “lenguaje en acto” y que buscan relacionar la naturaleza de estas producciones con un cierto número de parámetros externos (sociológicos, ideológicos, psicológicos, etc.). A instancias de la aproximación tradicional, estas corrientes no buscaron teorizar la noción misma de paráfrasis, ni describir las propiedades lingüísticas de las formulaciones en relación de paráfrasis. Partiendo de la observación de ejemplos concretos de reformulación efectuados en situaciones discursivas, ellos se interesan, ante todo, por describir las transformaciones de contenido o las marcas de la actividad misma de reformulación y por relacionarlas con las determinaciones extralingüísticas que las hicieron posibles. Algunos se interesan en las transformaciones del contenido (C->C’) para relacionarlas con los parámetros de la actividad discursiva; así, por ejemplo, los trabajos sobre los discursos de vulgarización o sobre los discursos especializados que se encuentran confrontados con ocurrencias particulares de reformulaciones explicativas:

“Una intensa actividad de reformulación caracteriza la difusión de conocimientos científicos (...). Lejos de ver en estos despliegues de expresiones ‘eqivalentes’, aproximaciones o empobrecimientos semánticos, podemos, al contrario, subrayar que ella manifiesta, a nivel pragmático, una adaptación necesaria del discurso a sus destinatarios (...).La reformulación deviene estrategia discursiva para popularizar un proceso o un objeto

33 Ver por ejemplo el n° 68 de los Etudes de Linguistique Appliquée (1987), consagrados a “La reformulación”, o el n° 9 de los Cahiers d’Acquisition et de Pathologie du Langage (1992), titulado “Reescritura e interactividad en situación escolar”

Page 23: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

23

técnico, para informar, interesar o distraer o para enseñar al otro lo que queremos”34.

Otros se interesan en la heterogeneidad intrínseca de los discursos, y buscan

describir las diferentes “voces” que atraviesan el discurso a medida que se produce35, o los diversos “movimientos discursivos” que tejen. En esa perspectiva, la reformulación es esencialmente abordada como auto-reformulación: para construir su discurso, el sujeto se libera a una serie de formulaciones- reformulaciones acumulativas, sintagmatizadas y frecuentemente relacionadas por marcadores específicos. Por ejemplo, los “conectores argumentativos”, a los cuales se oponen los marcadores denominados “conectores de reformulación”, forman parte de la gran clase de “conectores pragmáticos”:

“(Un conector de reformulación) se caracteriza por un cambio de perspectiva enunciativa que surge de una retrointerpretación del movimiento discursivo anterior: el locutor, a continuación de una primera formulación dada como autónoma y, por lo tanto, que forma un primer movimiento discursivo, agrega una segunda, que viene a englobar a la primera subordinándola retroactivamente”36.

Rápidamente, estos trabajos sobre los conectores de reformulación se

encontraron confrontados con la pregunta del estatus parafrástico o no de las reformulaciones y de los conectores estudiados37. Para definir la reformulación parafrástica por oposición a la reformulación no parafrástica, dos tipos de caracterizaciones son conjuntamente invocadas. La primera se sitúa en el nivel de los contenidos de la enunciación fuente y de su reformulación: un parentesco semántico intrínseco puede unirlas – parentesco que es denominado “equivalencia semántica” (el buen fundamento de la noción de equivalencia aplicada a las relaciones entre enunciados será discutida en los siguientes capítulos)-. La segunda caracterización se sitúa en el nivel de los conectores que relacionan los enunciados: se trata de una subclase de conectores de reformulación, que llevan el nombre de “marcadores de reformulación parafrástica” (ej: es decir, dicho de otra manera, etc.) –

34 Extraído de la presentación (pp.1-2) de la primera parte, titulada “reformulaciones y alteraciones discursivas, de S. Moirand al., eds. (1994) 35 Desde Bakhtine, numerosos trabajos se efectuaron sobre este tema, en la perspectiva de la “polifonía” (siguiendo a O. Ducrot) o en una perspectiva “autonímica”: ver por ejemplo J.Authier (1994). 36 Esta caracterización sintética de los conectores de reformulación, como han sido definidos por E. Roulet (1987), está tomada de C. Rossari (1994), p.9 (el subrayado es mío- C.F.) 37 Sobre esta pregunta, ver E. Gülich , Th. Kotschi (1983),; M. Charolles & D. Coltier (1986); E. Roulet (1987);° 73 de Lange Française (1987) consagrada a “La reformulación del sentido en el discurso”;o también J-M. Adam & F. Revaz (1989). Sobre la distinción más específica entre “paráfrasis” “rephasage” y “corrección”, ver E. Gülich & Th. Kotschi (1987), ver igualmente M-M de Gaulmyn (1987) y M. Charolles (1987)

Page 24: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

24

por oposición a los “marcadores de reformulación no parafrásticos” como en suma, después de todo, en todo caso, en fin, etc. – y descritos como marcadores de manera explícita de una “predicación de identidad”:

“No es solamente la existencia de una equivalencia semántica entre dos enunciados lo que se pone en consideración, sino también y, sobre todo, el acto de una ‘predicación de identidad’: dos enunciados son producidos y encadenados de tal manera que pueden y deben ser comprendidos como ‘idénticos’”38.

El término “predicación de identidad” me parece discutible por las

connotaciones estáticas que están asociadas con él; prefiero, por mi parte, la idea de una operación dinámica de identificación39. Estas dos propiedades (equivalencia entre contenidos y presencia de un marcador de reformulación parafrástica) pueden encontrarse realizadas conjuntamente; por ejemplo: Bien, si humedecemos un poquito más, si mojamos un poquito el follaje de las plantas... Sucede lo mismo cuando un marcador de reformulación parafrástica relaciona dos enunciados que no son semánticamente equivalentes, por ejemplo: El director está enfermo, es decir que ha prolongado sus vacaciones. Para explicar tal caso, es necesario considerar, por una parte, que los marcadores de reformulación parafrástica no son más que un medio, entre otros (al igual que ciertos procedimientos sintácticos o de entonación), para indicar la relación de paráfrasis en el discurso y, por otra parte, que la predicación de identidad puede jugar entre dos enunciados que no están relacionados por una equivalencia semántica; la presencia del marcador solo es obligatoria en el último caso. Así, aparece una distinción entre los casos donde la reformulación parafrástica se apoya en la existencia de un parentesco semántico en la lengua entre los dos enunciados (cf. los dos primeros ejemplos supra) y aquellas donde se trata de una identidad momentáneamente operada, en el discurso, entre dos enunciados cualquiera (cf. el tercer ejemplo supra). El primer tipo de caso justifica un estudio lingüístico de los lugares- formas- sentidos propios de cada enunciado y de la paridad semántica entre los dos enunciados. En el segundo tipo de caso, 38 E. Gülich & Kotschi (1983), pp. 307- 308 39 Noción que había introducido en 1982: ver C. Fuchs (1982c), Cap. III: “La paráfrasis como juicio metalingüístico de identificación”) (volveré a esto en el capítulo IV)

Page 25: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

25

por el contrario, la relación semántica entre los dos enunciados no es pertinente (todo, no importa qué, puede reformular un enunciado inicial), lo que invalida toda tentativa de análisis lingüístico de estos enunciados, y deja solo la posibilidad del estudio de los marcadores de la actividad parafrástica en el discurso. A través de esta distinción entre reformulación parafrástica fundada sobre una paridad semántica, justificación de un análisis lingüístico, y reformulación parafrástica que reposa sobre determinaciones puramente extra- lingüísticas (del lenguaje en el sentido de la pragmática del lenguaje o aparte de leguaje), se da, en definitiva, la articulación entre actividad del discurso y sistema de la lengua que es designada como punto teórico nodal40: la actividad de reformulación discursiva se apoya a veces, pero no siempre, sobre el sistema de la lengua.

Encontramos ahí la distinción clásicamente operada por los lingüistas entre “paráfrasis lingüística” y paráfrasis no lingüística (a menudo denominada “paráfrasis pragmática”). Mientras que la paridad semántica que subyace a la relación de paráfrasis lingüística aparece como una relación estable, predecible en la lengua, la relación de paráfrasis pragmática es vista como inestable y no predecible a partir de las propiedades semánticas de las formulaciones. Por lo tanto, existe un número teóricamente indefinible de paráfrasis pragmáticas posibles para una formulación fuente:

“Dada la frase P: ¿Sabes que Pedro está enfermo?, imaginemos una primera situación: esperamos a Pedro. P puede ser, entonces, un equivalente cercano de “Pedro no vendrá porque está enfermo”. Imaginemos que Pedro debe pasar un examen final. P significará entonces que Pedro no podrá, indudablemente, presentarse al examen. Imaginemos también que él está a punto de hacer el servicio militar. P sugiere que Pedro será rechazado. Podríamos multiplicar indefinidamente los ejemplos. A determinada cantidad de situaciones corresponde la misma cantidad de significaciones diferentes. Si una cantidad es indefinida, también la otra”41.

Conviene, por lo tanto, distinguir bien el parentesco semántico que funda la

posibilidad del establecimiento de una relación de paráfrasis lingüística y la actividad discursiva de reformulación parafrástica: la existencia de la primera no es una condición ni necesaria ni suficiente para el ejercicio de la segunda. Efectuar una reformulación parafrástica es estimar que la transformación de C en C’ no deforma a C más allá del umbral de distorsión aceptable- ya sea que estos “contenidos” estén construidos de acuerdo al semantismo lingüístico o no.

40 Ver C. Fuchs (1982), pp. 22- 33 41 R. Martín (1976), p. 79.

Page 26: Reformulación explicativa y reformulación imitativa tradfilo.uba.ar/contenidos/carreras/letras/catedras/... · marcadores que reenvíen a T y/o que introduzcan la reformulación:

26

Viendo la relación de paráfrasis lingüística como predecible a partir de la forma misma de los enunciados, se explica que, además de la actividad discursiva de reformulación parafrástica, el sujeto puede recurrir a los marcadores explicitando la “predicación de identidad”, de manera que este recurso parece imponerse cuando la reformulación pone en acción una paráfrasis pragmática, que no se da libremente en la forma de los enunciados puestos en relación. Cuando el sujeto impone una identidad en discurso entre dos enunciados no parecidos semánticamente, debe señalar explícitamente esta operación. Por lo tanto, aparece la distinción operada en algunos trabajos sobre los conectores pragmáticos42, entre “operación discursiva” y “función discursiva”: hablamos específicamente de operación discursiva de reformulación parafrástica para designar la predicación de identidad entre enunciados marcados por la presencia necesaria de un conector especializado; y hablamos de manera más general de función discursiva de reformulación parafrástica para designar la actividad de retomar un enunciado inicial a través de un enunciado reformulador, ya sea que esta función sea recuperable a través de la operación manifestada por la presencia de un marcador o que esté simplemente señalada por la puesta de un mismo estado de cosas a través de los enunciados “equivalentes” sucesivos. Desde este punto de vista, la función de reformulación parafrástica se opone a la función de reformulación no parafrástica que exige siempre la presencia de un marcador. Vemos que estos trabajos sobre la reformulación parafrástica en el discurso integran la noción de equivalencia semántica concebida como el fundamento de la relación de paráfrasis lingüística. Es precisamente esta noción de equivalencia semántica la que analizaremos en el capítulo II. Extraído de Fuchs, Catherine (1994) Paraphrase et énonciation, OPHRYS, Paris. Cap. I. Cátedra: Lingüística Interdisciplinaria, FFyL, UBA Traducción: Florencia Magnanego (adscripta)

42 Distinción propuesta por C. Rossari (1994), pp. 16- 17.