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SUBSIDIO para las PARROQUIAS AÑO 2016 DIÓCESIS DE AÑATUYA Consejo Pastoral Diocesano 5. Su metodología: el discernimiento comunitario Para que el Consejo Pastoral de la Parroquia pueda cumplir bien con su misión, necesitará atenerse a una cierta estructura, método y disciplina. A) ALGUNAS SUGERENCIAS BÁSICAS: -Representatividad: que todos los espacios, áreas y zonas parroquiales estén representados. -Unidad en la diversidad: busca respetar y valorar el modo propio de cada área pastoral y zona parroquial y, a su vez, busca una identidad común y 1

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SUBSIDIO para las PARROQUIASAÑO 2016

DIÓCESIS DE AÑATUYA

Consejo Pastoral Diocesano 5. Su metodología: el discernimiento comunitarioPara que el Consejo Pastoral de la Parroquia pueda cumplir bien con su misión, necesitará atenerse a una cierta estructura, método y disciplina.

A) ALGUNAS SUGERENCIAS BÁSICAS:-Representatividad: que todos los espacios, áreas y zonas parroquiales estén representados. -Unidad en la diversidad: busca respetar y valorar el modo propio de cada área pastoral y zona parroquial y, a su vez, busca una identidad común y

mutua pertenencia de todos los espacios pastorales a toda la comunidad en cuanto tal. Se trata de evitar las tentaciones más frecuentes: la de ser islas incomunicadas que compiten entre sí o que son indiferentes, o la de ser un todo amorfo y uniforme que borra las particularidades y diferencias.

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-Regularidad: cada parroquia dispondrá la periodicidad de los encuentros, de acuerdo a su realidad. Conviene no espaciarlos demasiado, para poder hacer un proceso pastoral adecuado, y no multiplicar reuniones innecesarias para no cansar a sus miembros. -Respetar los tiempos de cada reunión: comenzar a horario y terminar de acuerdo a lo establecido. Es importante ser conscientes de que no podemos abordar todos los temas, ni agotarlos en una sola reunión. Para ello, se hace imperioso:a) Determinar un orden del día: de cada reunión con los temas a tratar.b) Establecer un moderador de la reunión: quien llevará los tiempos, los puntos a tratar y buscará la participación de todos, poniendo límites a los que suelen llevar la voz cantante y animando a los que no hablan tanto. Este rol puede ser rotativo en cada encuentro.-Comenzar con un momento importante de oración: donde no debe faltar la invocación al Espíritu Santo, ni la meditación de algún texto bíblico que tenga que ver con los temas del día.-Optimizar el tiempo de las reuniones, dejando algún material y tarea para realizar hasta el siguiente encuentro: a través de una lectura y de alguna pequeña tarea a realizar, vamos enriqueciendo la calidad de los encuentros y estando todos en una misma sintonía. -Tener durante el año alguna jornada un poco más prolongada, con momentos fuertes de oración y compartir fraterno: estos espacios son fundamentales para lograr una mayor comunión entre los miembros y una mayor profundidad espiritual y pastoral.-Volcar lo charlado en acciones concretas: sobre todo para evitar el irnos por las nubes y crecer en la consciencia del valor e importancia de este espacio de discernimiento.-Ir delineando un modo particular de ser Consejo, de acuerdo a la idiosincrasia de la Parroquia: no es lo mismo un COPAPAS de una parroquia urbana, que el de una rural, 2

o de una que posea ambas realidades. Cada una irá encontrando su modo específico.-Procurar el cuidado de cada miembro del COPAPAS: evitando el descuido, la “explotación pastoral”, reconociendo que sus vidas van más allá de su misión pastoral (familia, trabajo, otras responsabilidades). -No perder de vista el todo de la parroquia, a pesar de abordar algunos detalles: para ello es bueno no encerrarse en lo estrictamente funcional o pastoral, sin contemplar también la realidad social, cultural y política de la Parroquia. Para ello, resulta muy conveniente:-Contar con la participación de algunos laicos “comunes” para no perder este contacto con la comunidad general: enriquece mucho la mirada de algunas personas que sólo participan de las celebraciones, sin pertenecer a ningún grupo parroquial, como así también de personas sencillas y “comunes” que, incluso, no sean habitués de la comunidad, pero que viven en el lugar y tienen una aguda percepción de las necesidades locales, intuyendo mejor y desde afuera, el rol de la Parroquia en ese lugar. B) DINÁMICA DE UNA ELECCIÓN COMUNITARIA1. Precisar el objeto: ¿qué vamos a elegir? y el ¿para qué elegimos?2. Comenzar con un tiempo de oración personal, donde: a. Reconocemos delante de Dios nuestros obstáculos (prejuicios, emociones negativas, durezas, cerrazón, autosuficiencia, razonamientos humanos, soberbia, miedos), para dejarnos sanar. b. Pedimos luz para las mociones interiores sobre el tema que nos ocupa, con la mirada y el corazón de Jesús Buen Pastor, capaz de compadecerse afectivamente y efectivamente. c. Consideramos las ventajas y desventajas, sólo con vistas al fin, del objeto de elección. Y ponemos en una balanza los pros y los contras.

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3. Escucha respetuosa y atenta de lo que cada uno ha experimentado en la oración, sin interrumpir, discutir o juzgar. 4. Destinar otro tiempo de oración para juzgar en la fe las opiniones escuchadas. 5. Considerar con humildad y realismo si estamos en condiciones de continuar, o si es mejor dejar decantar las distintas mociones, antes de deliberar y de decidir. Evitar la tentación de la prisa y la ansiedad. Que este decantar no sea una sutil forma de dilatar. Cuando ha madurado el tema, se pasa a la fase deliberativa. 6. Se comparten serenamente las resonancias de lo dialogado. Se prestará atención a lo que más fue apareciendo, atendiendo la voz de los más sabios, humildes y sencillos, de los que no siempre son la voz dominante. Y nos dejamos llevar dócilmente por la dinámica del Espíritu. 7. El momento que antecede a la decisión suele ser un punto de inflexión delicado. A veces, el cansancio, los conflictos preexistentes, algún comentario de más, una pasión encendida, pueden llegar a enturbiar este momento. Suele ser un espacio privilegiado del “coludo”, para meter cizaña, por ello, será importante distender, relajar, pasar a cuarto intermedio. Será muy necesario no perder de vista el fin principal de este espacio: responder mejor a Dios y a su pueblo y no una lucha de poder.8. Por último, sigue la confirmación de la decisión tomada. El Espíritu Santo infunde (individual y comunitariamente) un aumento de fe, esperanza y caridad. La decisión tomada libera nuevas energías apostólicas, da un sentido más vivo de la Iglesia y un mayor entusiasmo misionero, confirmando la común elección. C) SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA EL DISCERNIMIENTOAlgunas tentaciones a rechazar: Compartir información de manera desigual, engañosa o inconsistente. Tomar decisiones fuera de la reunión; formular estrategias para que un subgrupo intente poner su agenda en primer lugar. Debatir entre pocos, haciendo que el grupo 4

pase de participantes activos a audiencia pasiva. Identificar ideas con personas (el rechazo de una opinión no es rechazo de una persona). No involucrarme por distintas razones: no vale la pena, nadie me escucha, no tengo nada valioso para aportar, da lo mismo ya que luego haré lo que a mí me parezca, no me van a entender, si digo lo que pienso algunos se van a ofender o sentir traicionados… No asumir como cuerpo la decisión tomada (por no ser la propia o no estar de acuerdo). Desligarme de la decisión y no manifestarla como expresión de un cuerpo, sino de algunos miembros. Consentir con: actitudes agresivas, murmuración; campañas o candidaturas; desánimo; falta de comunicación; pensamiento dominante; evasión; espiritualismo; creernos autónomos para interpretar la voluntad de Dios; buscar certezas y seguridad; decidir de acuerdo a heridas o conflictos interiores, deseos, apegos, miedos o afectos desordenados, prejuicios o conflictos. Actitudes a fomentar:-Hacer que toda la información necesaria esté a disposición de todos. Asegurarse de que todas las voces tengan igual oportunidad de hablar, sin que nadie domine, ni se quede callado. Asegurarse que las decisiones importantes se lleven a cabo dentro de los parámetros del encuentro, en presencia de todos.-Llevar un ritmo contemplativo con tiempos para compartir y rezar.-Respetar las pautas de confidencialidad establecidas, apoyando de corazón y con todos, la decisión tomada. -Purificarse previamente de las emociones negativas que bloquean las relaciones e impiden la escucha atenta y humilde.-Aceptar que los demás nos cuestionen, sin apegarnos tanto a los propios puntos de vista. Renunciar a la autosuficiencia y pretensión de tener siempre la razón, reconociendo la voluntad de Dios, expresada en la mediación de los hermanos. -Que el grupo no se sienta encerrado en sí mismo, sino parte integrante de un pueblo, comunidad, diócesis y de la Iglesia entera.

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