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,~ arquitectura

~~,~ autocraciaEn otros tiempos, las siluetas de las sociedades aatoritarias reflejaban

interminables bloques de estilo soviético. Hoy, algunos de los diseños más

innovadores se encuentran en los países con menos libertades. ¿Por qué los

mejores arquitectos prestan sus proyectos mds ambiciosos a los autócratas ?

En tres palabras: tienen carta blanca. Richard Lacayo

D aniel 1 ibeskind es uno de los arquitectos más famosos del mundo, responsable del Museo ludio de Ber-lin, la vanguardista, Ta~1p~iaci¤n del

Museo de Arte de Denver (EEUU) y el primerplan general para los terrenos del World TradeCenter de Nueva York. Trabaia por todo el mundo,o casi. Hace unos años, me aseguró que nunca [oharia en China. Libeskind, que nació en Polonia en1946, vivió dm’ante tm tiempo bajo el régimencomunista de Vladis[av Gomulka, y no fue unaexperiencia que le dejara predispuesto hacia losEstados de partido único. Sus escrfipulos sobre laelección de clientes no eran demasiado conocidosbasta febrero, cuando pronunció en Belfast unacharla en la que criticó a los arquitectos que ofre-dan sus servicios a sistemas totalitarios. "Creoque debcrian asmnir una actitud más ética", dijo.’Me preocupa cuando tienen carta blanca en unaobra... No sabemos si ha babido un proceso púhlico: ¢de quién es ese sola~; esa casa, esa tierra?".

Ricbard Laco’o es cdti~o de a~te ~’ mquiteetura de li e

¿Por qué Libeskind ha decidido hablar ahora?Porque el tema está empezando a ser inevitable. Desdehace unos años, los mayores nombres de la arquitec-tura trabajan en países en los que los procedimientosdemocráticos son Ul/fenómeno infrecuenm. Hoy end/a, las obras más grandes y audaces se encuentranen lugares como Rusia, China y los Estados dd golfoPérsico, donde la toma transparente de decisiones, lasaporraciones de la comunidad y las elecciones legi-timas odecualquiertipo sue[ensermenosimpo>tantes que otros asulltOS conlo el crecinliento de laeconomia y la riqueza de sus dirigentes.

(hina es el mayor imán de todos. Un inmensoboom inmoNliario y un Gobierno sediento de presñgio han generado decenas de encargos golosospara famosos arquitectos extranjeros, entre ellos lanueva sede de la Tdevisión Central China (CCTV)de Rem Koolhaas, el estadio olimpico de Herzog &de Meuron y la gigantesca nueva terminal del aero-puerto internacional de Pekin, de Norman Foster~que es el edihcio más grande de! mundo.., por ahora.Dentro de un tiempo se verá superado por otramegaestructura de Eoster, esta vez en Moscú. Apo-

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La arquitectura de la autocracia

dada la Isla de CristaI, será una "ciudad dentro deuna ciudad", cuya terminación ,está prevista para2014, y es uno de los varios proyectos que la firmabritánica está llevando a cabo en Rusia.

En la región del Golfo, donde las condiciones detraba}o de los inmigrantes son un problema cróni-co de derechos humanos, Arabia Saud~ y los Emi-ratos Árabes Unidos se han dedicado a reciclar losingresos del petróleo en inmensos proyectos deconstrucción, como la torre Burj Dubai, diseñadapor Skidmore, Owings & Merri!l ~el edificio másalto del mundo , varios proyectos de Koolhaas y undistrito cultural en Abu Dhabi con museos realizados por las superestrel]as de la arquitectura TadaoAnde, Frank Gchry, Zaha Hadid y Jean Nouvel. Eldinero del crudo también ha llevado a la l~ritánica-iraqui Hadid a diseñar un centro cultural para Azer-baiyán, un lugar que no es famoso precisamente porsus buenas notas en las clasificaciones de FreedomHouse ni de Human Rights Watch. Es más, el contro llevará el apellido de Heydar Aliyev (el ex tuncionario del KGB que dirigió la república pctrolera centroasiática con puño de hierro hasta quemurió, en 2003) y de su hijo Ilham, que le sucedióen un pobre remedo de elecciones libres. El añopasado, una Hadid consciente de sus deberes colo-có unas flores en la tumba de Aliyev.

CONSTRUCCIÓN NACIONAL

No es ningún misterio por qué los arquitectos man-tienen una relación ambigua con el poder. No pue-den hacer nada sin él. Cada gran edificio, sea enManhattan, Dubai o Singapm; es un triunfo de lavoluntad, normalmente la del cliente, independien-temente de que éste sea un prot~/otot; el director deun museo o un gobierno autoritario. Los arquitectos prefieren a dientes sin miedo, dispuestos a invertir un dinero sustancial y a rórse de la oposiciónlocal. Qué tentador resulta construir en sitios en losque un emir o un Vlad/mir pueden tomar decisio-nes con impunidad, el dinero abunda, las ambicio-nes no tienen limites y los adversarios están más pre-ocupados por la vigilancia policial y por laposibilidad de que les metan en la cárcel.

flás en la web ~, ]

site los mas ambiciosos y audaces di~ñoe seostrui-es en los paises del mundo con menos libertadesv,.,v.fp-es.org

La cumbre de Moscú: la isla de Norman Foster, de

4.000 miNones de dólares, incluye 900 pisos, en

hotel, escuela, museos y un centro 6eportivo.

Hablando de V/adimir Putin, la firma escocesa dearquitectura RMJM ganó el año pasado un concur-so para diseñar la torre de Gazprom en San Petersburgo. Recordemos que es la gran compañía de gasnatural que en otro tiempo dirigió el nuevo presidente,Dnútri Medvédev, el sucesor designado por Putin (y,por cierto, uno de los participantes en el concurso dediseño fue Daniel Libeskind). El Centro Okhta ha suscitado protestas en Rusia y en el extraniero p(~r sus400 metros de altura en una ciudad cn la que el edificio más alto es un campanario que mide la terceraparte¯ Los que se oponen son numerosos e impor-tantee, como la Unión de Arquitectos de San Petershurgo, el director del museo Hermitage y la Ui~esco,que ha amenazado con quitar a la urbe rusa su con-dición de patrimonio mundial. Sin embargo, casi ~.~todos los observadores ve~l con escepticismo que los ~críticos influyan a la hora de la verdad. Podría decir vse que hay cierto aroma a carta blanca en el aire. ~

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No nos equivoquemos, hasta las democraciasmás antiguas tienen mucho que mejorar. Tanto enNueva York como en Londres habrá siempre nue-vos proyectos er~ ]os que la opinión pública cuente muy poco y los poderes fácticos hagan lo quehace el poder. Sin embargo, los arquitectos y promotores en los países democráticos tienen queenfrentarse a comisiones estatales, estudios deimpacto ambiental, juntas de calificación y gruposcomunitarios, politicos y medios de comunicación.Esa interferencia es precisamente lo que exasperaa tantos grandes arquitectos, que se quejan de queOccidente ha perdido el deseo de construir cosasimportantes. La nueva Terminal 5 del aeropuertode Heathrow, diseñada por Richard Rodgers, tuvoque someterse a una investigación pública que durócasi cuatro años. Es más o menos el mismo tiempo que ha tardado el proyecto de Foster para Ianueva terminal del aeropuerto de Pek{n en pasar de

la coilcepción a la finalización. Hubo que satisfacera un asesor de feng sbui, pero eso fue todo; nadade complicados procesos judiciales.

No obstante, resulta sorprendente que los autócratas de todo e[ mundo hayan adquirido esa aficiónpor la arquitectura moderna. Antes solían preferirlo que podriamos llamar "neoclasicismo paquidérmico", que daba a la dictadura más endeble el pesode un imperio duradero. Hitler ordenó a AlbertSpeer quc reimaginara Berl~n como una Roma hiperinflada. Y Stalin dejó como herencia unos bloquestan pomposos como su mostacho. La excepciónfue Mussolini, que comprendió lo que la arquitectura moderna podh conferir a su r@imen: la autoridad del futuro. Y, entre los autócratas de nuestraépoca, su idea es la que ha arraigado.

Por otro lado, los arquitectos que se apresuran atrabaiar con ellos tienen sus propios motivos. Preci-samente porque su pensamiento es tan nuevo y wm

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La arquitectura de la zutocracia

España construye en el lado oscuro

JacoBo Armero

Ri enunciar a un buen encargo essiempre difícil para el arquitecto,cuyo sueño suele ser cambiar el

mundo concibiendo nuevas ciudades y cene-trayendo ma~]fficas edificios que perduranen ifi tiempo. Algunos paises que no respe-tan las más ifiementaifis normas de convi-vencia ofrecen oportunidades extraordina-rias, y ifi arqifintcto español también quiereparticipar en esta fiesta, junto al resto de lasgrandes estrellas intemacicaales.

La arquitectura española está, ade-más, de moda, sobre todo desde que lareciente exposición en el MOMA de NuevaYork la consagrara como una de las máscreaifvae e innovadores del mundo, por leque algunos de los que se iucFüyeran en elflorilegio neoyorquino y otros que no tuvie-ron esa suev~e han recibido ancargca alos que no pueden acceder en nuestroentorno. Por otro lado, las autoridadesespañolas no escatiman esfuerzos parapramocionar a sus pujantes creadores enel exterior, sobre todo en China, como leprueba la ce]ebraeión de la exposiciónNosotras, las ciudades, que el pasadomes de noviembre se pudo ver en el cen-tro de Planificación Urbanísifca de Shang-hai, dentro de las actividades del A~e deChina en España. Desde el Ministerio dela Vivienda español, que organizaba lamuestra, se apelaba a la divulgación devalores come el desarroñe sostenible o laigualdad entre hombres y mujeres al pre-sentar la exposición. Recientemente se hapublicado, también en China, el libroArquitectura Española (1997 2007), prolegado por el prestigioso arquitecto chinoZheng Shiñng y el influyente bifitoñadorestadounidense Kennetñ Framptam

El Estadio de Arquitectura Cereara &Boa lleva ya muchos años bahajando con el~ganteasiático, aplicando sustestias sobrela arquitectura biónica. Ganaron un concar-

El nuevo Manhatían: arriba, urbanización, y a la derecha, torre Wave, del estudio español A-C~ro, ambas (

so convocado por el Geifierno de Shanghaien 2005 para el diseño de la apanish towndentro de la nueva woridcJ~/de Pujiang,ciudad sat61~ del conglomerado urbano dela desembocadura del Yan~sé. El proyectoes crear áreas al esglo occidental para des-congestionar el centro, Además del barrioespañol, se han puesto en marcha tambiénel alemán, ifi británico, el ho]andés, el ifa-[iano, el francés, ifi escandinavo y el cana-diense. El arquifee~ Javier Pifiz cuenta cómo

"cobran protagonismo el sol y la luz naturalen el interior de los edificios, junto a la vege-tación y los espacios abifiries (plazas y callesdonde la gente pueda conversar). Se com-bina la elegancia y sobriedad de El Escoria]con los jardines y el agua de La Aifiambra,huyendo difi pesmodemismo faeilón y delas grandes rascacielos".

Otro buen ejemplo de exportador dearquitectura española es el estudio ACero, que acaba de ganar un concurso

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para construir una gran urbanización msi-deocial de lujo en Dubai, ariontada a lasgrandes fortunas asiá‘doas. El proyectocombina hoteles, apartamentos, oficinasy zonas de ocio en sus más de 300,000mz construidas. Y cada vez hay más oca=sienes para participar en el sector inmo-biliario de estos países, que aprovechanmuchos de nuestros mejores técnicos,

La pre~Jnta de si es necesario renun-ciar a mercados tan potentes debe ser for-mutada de forma más general. Todos lossectores produc‘dves toman posiciones en

Museo del futuro: Museo ]¿d, en China, del estudio Cerrera & Pioz.

los mercados emergentes, y los que másposibilidades’donen de alcanzar el ~xito son~os que se basan en el coaocimiente y lacreaOvidad. Si un dictador enfermo llama aun m~dico occidental, ¿le atenden’a? Porun lado, el arquitecto es un facultativo quetiene una cierta "obligación" de aplicar susconocimientos ’~coicos allá dónde se soli-citen, sea grande a pequeña la empresaque se le encomienda. Y por otro, parecetentador aislar a los autócratas, exigléndo

les el cumglimienta de una sede de normasde convivencia y de respeto elementales,para darles acceso a la técnica y el cono-cimiento que parecen anhelar, pero elesfuerzo debe malizarse de forma conjun-ta desde todas las esteras sociales, impo-niendo unas reglas del juego que permitenalcanzar un equilibño salodable para todos.

Jacobo Armero es alquitento español y cola-

bora en vanos medios de comunicación.

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[ La arquitectura de la autocracia

Arquitecturaautocrática:KoolhaashadichoquelasededelatelevisiónchinaenPekintieneuna"bellembárbara".guardista, varios de ellos pasaron sus primeros años

vagando por las imnensidades de la arquitectura depapel, es decir, dedicados a clases, conferencias y Inpublicación de libros influyentes, pero sin demasíado trabajo de verdad. La tentación de aceptar lo quese les ofrece ahora, aunque sea con dientes poco

recornendables, es comprensible.Pero hay más. Es una profesiónentregada a las grandiosas ambi-ciones de rehacer el mundo. Arquirectos como Hadid y Koohaas no

<sólo practican su oficio sino que

<desean polemizar, con una devociónevangélica hacia su propio pensa ~miento avanzado sobre los edificios 3 ~

y las ciudades. Es una actitud quepuede hacer que cooperar con reg~-menes desaconsejables parezca el ~;tipo de cosa que la historia es capazde perdonar, porque los gobiernos~~~~pasan, pero los edificios permanecen ~~

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como ideas torjadas en piedra y acero. En definitiva,se puede trabajar para el Rey Sol si uno deja comoherencia Versalles. O, mejor aún, algo más céntrico.

ÁNGULOS ACERTADOS Y EQUIVOCADOS

Desde ese punto de vista, no hay arquitecto de acti-tud más teórica que Koolhaas. En los últimos añosse ha convertido en el enemigo de las torres de ofitinas convencionales, y por eso su sede de la CCPVen Pek~n parece una especie de voltereta estructural.Dejemos una cosa clara: tiene todas las posibilidadesde ser uno de los edificios más fascinantes del mundo.Ahora bien, que empiece a parecerle a la gente comouna especie de versión china de la cancdleria deHitler es otra cuestión. Si hay protestas en las zonasrurales o más disturbios en Tibet, las decisionessobre cómo informar de esos sucesos en la televisiónnacional se tomarán en el edificio de Koolhaas. Enuna ocasión, le pregunté si le producía algún reparoconstruir la sede de unos servicios informativos con-trolados por el Gobierno. Me contestó que Chinaestaba evolucionando y que confiaba en que susmedios estatales acabarian convirtiéndose en "algoparecido a la BBC". Tardará algún tiempo. La cade-na británica, cuyas emisiones están resn’ingidas enChina, informó de que, cuando los periodistas de laCCTV encienden sus ordenadores, una de las primeras cosas que aparecen en sus pantallas "es unaadvertencia sobre qué noticias no se deben dar".

El argumento general para defender que [osbuenos arquitectos trabajen con malos gobernan

tes es que aportan ideas progresistas a lugares quelas necesitan. Por ejemplo, el estudio de NormanFoster ha podido emplear métodos y materialesverdes en el aeropuerto de Pekin y, de esa forma,sentar un modelo útil en un país conocido por suindiferencia a los problemas ambientales. Ése es elargumento del eminente arquitecto Will Alsop."Lo importante es que China está abriéndose",afirmó, y añadió: "En el futuro va a cambiag y losarquitectos van a ser parte de esa apertura".

Quienes presentan ese argumento tienen algo derazón. Pero no es tan fácil. Esa posición da porsentada la hipótesis optimista, típica en Occidente,de que los regimenes autoritarios evolucionan haciaalgo más parecido a las democracias. Pero la Rusiade Putin, por ejemplo, Io ha hecho en el sentidoopuesto. Quizá cambie con Medvédev, o quizá no.Las autoridades chinas seguramente piensan que yahan alcanzado un nuevo modelo de sociedad, quemezcla una econoln[a de mercado casi libre conunas libertades limitadas. Y es un sistema que estándeseando proponer al resto de los paises en vias dedesarrollo, impccablemente vestido por los mejoresarquitectos. Deberia mencionar que, en ]os comen-tarios de Alsop sobre el trabajo con regimenes pocorecomendab/es, se sintió obligado a añadir losiguiente: "Dejarla fuera a Birmania’. ¿Debemostomarlo como una seña] de que están empezando aextenderse las dudas sobre los dientes cuestionables?Si hay algo que un arquitecto sabe cómo haceg estrazar una línea. Con algo de insistencia, es posibleque más arquitectos lo intenten. []

[¿Algo más? ]

Richard Lacayo reflexiona sobre los diseños arquitectónicos más modernos y las exposiciones dearte más importantes en LookingAround, su blog en la revista T1kne.

En ’Delirious Beijing’ (Metropolis, marzo, 2008), Philip Nobel habla de la total transformaciónde la capital china y de las condiciones políticas y económicas que han impulsado el mayor boomposible de la construcción. Christopher Hawthorne examina las posibilidades de carta blanca en lasciudades que más rápido crecen hoy en día en ’Cities of Will’ (Condé Nast Traveler, febrero, 2008).Para conocer la mayor y más conocida apología de un arquitecto a las órdenes de un terrible clien-te, puede leer la obra de Mbert Speers, Memorias: los recuerdos del arquitecto y ministro dearmamento de Hitler. Una crónica fascinante del Tercer Reicb (El Acantilado, Barcelona, 2002).

En The Endless City (Phaidon Press, Londres, 2008), Richard Burdett y Deyan Sudjic refinenensayos de los arquitectos y urbanistas más importantes junto a fotografías a toda página y casosde estudio únicos de seis ciudades muy diferentes -Berl/n, Joharmesburgo, Londres, México DF, NuevaYork y Shangha~ para una mirada definitiva a los retos urbanos en el siglo XXL

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