Razas o Líneas Genéticas

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RAZAS O LÍNEAS GENÉTICAS La base para cualquier tipo de cruzamientos, es el individuo como parte de una especie determinada, en este caso el gallo de pelea y su contraparte la gallina de pelea. Cada uno de estos individuos posee un fenotipo determinado, entendiéndose por fenotipo, todas las características físicas que presenta un individuo y un genotipo, que son todos los miles de pares de genes contenidos en los cromosomas y que dan como resultado el fenotipo y todas las funciones que realiza su organismo. Cuando hablamos de una raza, tanto el fenotipo cómo el genotipo, deben haber sido heredados de los progenitores y a su vez heredados a su descendencia, dando como resultado individuos iguales. Actualmente, no existen razas de gallos, lo que se cría es descrito por la genética, como líneas genéticas o variedades, es decir; una subdivisión de una raza. Esto se puede demostrar con el siguiente ejemplo: El gallo conocido como Hatch, tuvo su origen en el cruzamiento de varias líneas genéticas, lo que como consecuencia dio, que ahora este gallo lo podamos ver en su variedad de Giro patas verdes o amarillas, Colorado patas verdes o amarillas, Alimonado patas verdes o amarillas, con una gran variedad de formas de cabeza, cuerpo, altura, etc. La genética, reconoce a una raza cuando su genotipo, cuente con 31/32, esto significa que en su sangre, tendría que haber 31 partes de 32 posibles de esta sangre y por lo tanto, manifestarlo en su fenotipo. Como se demuestra, el gallo conocido como Hatch, es sólo una línea y no una raza, pues son tantas las variedades en su genotipo y en su fenotipo, que sería imposible determinar que tantas partes tiene de determinada sangre. Es importante establecer que no existen razas, porque esto repercute en el tipo de cruzamientos que debemos realizar, por ejemplo: Si se cruzan un macho de la línea Hatch, con una hembra de la misma línea, el resultado no será un Hatch puro, ya que la descendencia saldría sin un estándar y mostrando una variedad muy notoria. Por otro lado, si el resultado de este cruce “puro”, lo sometemos a un cruzamiento de consanguinidad, el resultado será igualmente variable. Recordemos la primera ley de Mendel, o ley de la dominancia, que dice que el cruce de individuos puros dará siempre a la descendencia, sus mismas características. Selección de los progenitores Al no poder trabajar con razas puras, el único camino que nos queda en la selección de un buen pie de cría, es basarnos en su fenotipo, o de ser posible en su pedigrí, es decir en el estudio de sus bisabuelos, abuelos, padres, o tan atrás en su árbol genealógico cómo el criador lo permita por medio de sus registros. Aún conociendo los pedigríes de ambos progenitores y determinando con ello que no existe la posibilidad de un gen recesivo, es necesario realizarles una prueba de progenie. Para lo cual se deben de realizar apareamientos individuales, con el fin de poder determinar la calidad de los descendientes, con el menor índice de error. Aquí tocamos otro punto, que es de suma importancia, pues no cualquier gallo o gallina son viables para cruces consanguíneos o de hibridación. Vamos a poner el caso de un gallo, que gana su pelea en corto tiempo y que además sale prácticamente limpio, lo adquirimos para destinarlo a la cría en nuestra gallera, pues estamos seguros que un gallo con sus características debe dar hijos igualmente buenos. No existe error más grande, en primer lugar porque debemos estar

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RAZAS O LÍNEAS GENÉTICAS La base para cualquier tipo de cruzamientos, es el individuo como parte de una especie determinada, en este caso el gallo de pelea y su contraparte la gallina de pelea. Cada uno de estos individuos posee un fenotipo determinado, entendiéndose por fenotipo, todas las características físicas que presenta un individuo y un genotipo, que son todos los miles de pares de genes contenidos en los cromosomas y que dan como resultado el fenotipo y todas las funciones que realiza su organismo. Cuando hablamos de una raza, tanto el fenotipo cómo el genotipo, deben haber sido heredados de los progenitores y a su vez heredados a su descendencia, dando como resultado individuos iguales. Actualmente, no existen razas de gallos, lo que se cría es descrito por la genética, como líneas genéticas o variedades, es decir; una subdivisión de una raza. Esto se puede demostrar con el siguiente ejemplo: El gallo conocido como Hatch, tuvo su origen en el cruzamiento de varias líneas genéticas, lo que como consecuencia dio, que ahora este gallo lo podamos ver en su variedad de Giro patas verdes o amarillas, Colorado patas verdes o amarillas, Alimonado patas verdes o amarillas, con una gran variedad de formas de cabeza, cuerpo, altura, etc. La genética, reconoce a una raza cuando su genotipo, cuente con 31/32, esto significa que en su sangre, tendría que haber 31 partes de 32 posibles de esta sangre y por lo tanto, manifestarlo en su fenotipo. Como se demuestra, el gallo conocido como Hatch, es sólo una línea y no una raza, pues son tantas las variedades en su genotipo y en su fenotipo, que sería imposible determinar que tantas partes tiene de determinada sangre. Es importante establecer que no existen razas, porque esto repercute en el tipo de cruzamientos que debemos realizar, por ejemplo: Si se cruzan un macho de la línea Hatch, con una hembra de la misma línea, el resultado no será un Hatch puro, ya que la descendencia saldría sin un estándar y mostrando una variedad muy notoria. Por otro lado, si el resultado de este cruce “puro”, lo sometemos a un cruzamiento de consanguinidad, el resultado será igualmente variable. Recordemos la primera ley de Mendel, o ley de la dominancia, que dice que el cruce de individuos puros dará siempre a la descendencia, sus mismas características. Selección de los progenitores Al no poder trabajar con razas puras, el único camino que nos queda en la selección de un buen pie de cría, es basarnos en su fenotipo, o de ser posible en su pedigrí, es decir en el estudio de sus bisabuelos, abuelos, padres, o tan atrás en su árbol genealógico cómo el criador lo permita por medio de sus registros. Aún conociendo los pedigríes de ambos progenitores y determinando con ello que no existe la posibilidad de un gen recesivo, es necesario realizarles una prueba de progenie. Para lo cual se deben de realizar apareamientos individuales, con el fin de poder determinar la calidad de los descendientes, con el menor índice de error. Aquí tocamos otro punto, que es de suma importancia, pues no cualquier gallo o gallina son viables para cruces consanguíneos o de hibridación. Vamos a poner el caso de un gallo, que gana su pelea en corto tiempo y que además sale prácticamente limpio, lo adquirimos para destinarlo a la cría en nuestra gallera, pues estamos seguros que un gallo con sus características debe dar hijos igualmente buenos. No existe error más grande, en primer lugar porque debemos estar

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conscientes que además de la cuestión genética, también el medio dónde se desarrolla el gallo tiene un porcentaje elevado de preparación. En cuánto a la cuestión genética, no tenemos conocimiento de que por la sangre de ese gallo, corra un o algunos genes recesivos que se manifiesten en la descendencia, además pudiera ser que ese gallo en ese momento, se encontrara al máximo de su condición y el otro no y que por eso haya ganado. Por otro lado, al no tener idea de su genotipo, no podemos determinar que tipo de gallina será la ideal para realizar la cruza con ese gallo. La forma ideal de elegir a un gallo, para utilizarlo como semental es con el estudio de su pedigrí, es decir, el conocer su árbol genealógico lo más atrás posible, para determinar con esto, la calidad genética de ese semental y saber si es o no portador de algún gen recesivo, además de poder determinar si proviene de alguna familia ganadora, esta prueba de pedigrí, no es efectiva más que en un 20% en cuánto a calidad genética, pero si es efectiva en un 80% contra genes recesivos. Una vez seleccionado el semental, toca ahora el turno a la gallina. Para los criadores la gallina debe ser la parte más importante en un cruce, pues se ha demostrado que es esta la que determina el sexo del macho y junto con este gen, muchos otros que van ligado a este, por ejemplo: la ley (agresividad, coraje, valentía) , así cómo también el color del macho, esto se conoce como herencia ligada al sexo. Para determinar que una gallina podrá transmitir estos genes en su descendencia, también se hace necesario el estudio de su pedigrí, incluyendo sus colaterales, es decir sus hermanos, con el fin al igual que en el gallo, de poder determinar si proviene de una familia ganadora o si existen genes recesivos en su sangre. Genes recesivos. En este punto creo necesario, mencionar a que llamamos genes recesivos y cómo se manifiestan en nuestras aves. Algunas anomalías genéticas presentan síntomas evidentes ya en el momento del nacimiento y otros se presentan conforme va creciendo el individuo que las porta, pueden ser causadas por mutaciones de uno o varios genes. Muchos defectos se heredan de modo recesivo, es decir, ninguno de los progenitores padece el defecto, pero ambos son portadores del gen causante de este defecto. Cuando ambos progenitores presentan un gen dominante A y uno recesivo a, sus descendientes pueden heredar una de las cuatro posibles combinaciones AA, Aa, aA o aa, si el gen recesivo a, transmite el defecto, existe un 25% de posibilidades de que cada descendiente presente este defecto. En otras anomalías congénitas, la presencia de un solo gen recesivo produce un defecto. Uno de los genes recesivos más comunes que se presentan es el dedo chueco. Hay quiénes dicen que a un pollo se le va chueco el dedo, porque estuvo demasiado tiempo en la incubadora o en la criadora, o porque tiene deficiencia de algún mineral en su organismo, no dejo de reconocer que es posible, pero cuando este problema se presenta en más de un pollo por parvada y en una sola familia, entonces debemos pensar que los progenitores ya sea el gallo, la gallina o ambos tienen en su sangre este tipo de gen recesivo. Cómo vimos en la introducción a la genética, en los estudios que realizó Mendel, existen genes que transmiten más de un carácter, por lo tanto, el dedo chueco en un

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pollo, es sólo lo que vemos por fuera, no podemos saber por dentro que otro desperfecto haya causado este gen, por ejemplo, una mala asimilación de calcio y que por eso se manifieste el dedo chueco. En este caso el pollo podría pasar cualquier prueba topándolo, ser bueno además ser destinado a una pelea. Pero en su pelea, resulta que inmediatamente pierde. En este caso, lo que originó que el gallo perdiera, no fue una mala postura, una mala alimentación o la elección equivocada de las vitaminas, el problema es que conforme fue creciendo el pollo se fue descalcificando (cómo sucede en los humanos) y al llegar a la jugada, llegó con mucho músculo y muy poco hueso para sostenerlo. Otro gen que podemos considerar como recesivo, es la formación de callos. Un callo no le permite al gallo, tener un buen parado y mucho menos buen equilibrio. Desde el punto de vista clínico, es un problema menor, pues el gallo se extirpa, se cicatriza y el gallo puede pisar aparentemente bien y dar una buena pelea. Desde el punto de vista genético, el callo lo origina una mala formación de los huesos de la pata, que al no estar en posición correcta, van causando un mal parado y por ende el callo, es lo que conocemos como pie plano en los seres humanos. Todas estas manifestaciones de genes recesivos son los que podemos observar, pero existen otros que no podemos observar, por ejemplo una baja capacidad pulmonar. Sabemos que al seleccionar animales que provengan de padres de lomos anchos, su capacidad pulmonar será mayor, pues el exterior del cuerpo siempre dará lugar al tamaño de los órganos internos, en el caso contrario, un animal de lomos delgados tendrá menor capacidad pulmonar. Esta baja capacidad pulmonar repercutirá en el funcionamiento del gallo, en su pelea, pues tendrá una pobre condición física por la falta de oxigenación de todo su cuerpo. Un gen recesivo que está presente en muchos cruces, pero que es poco reconocible es aquel que da en nuestras aves un sistema inmunológico diferente. Cuando decimos que una o una de nuestras aves salieron muy enfermizas a pesar de que los padres fueron vacunados, desparasitados y vitaminados adecuadamente es debido a que en ese cruce existe la transmisión de un gen recesivo que da esta mala característica en los descendientes (poca viabilidad). Concluyendo, podemos decir que todas aquellas características que nosotros consideremos malas para un gallo, serán denominadas genes recesivos y nuestro trabajo como criadores, será eliminarlas o desaparecerlas. Correlaciones Genéticas En la utilización de todo lo antes dicho, el criador encontrara en la descendencia de los cruces realizados algunas características que aparezcan junto con otras o desaparezcan junto con otras, por ejemplo: Mientras mas rápido mueva las patas un gallo en el combate, menor será la puntería de sus tiros. A esto se le conoce como correlación negativa, es decir se presenta una característica deseable, como es el movimiento rápido de patas, con una característica no deseable, como es la poca puntería en el tiro. Desafortunadamente en estas correlaciones no se puede separar una característica de la otra, ya que son dadas por el mismo tipo de gen. Por otro lado, existen también correlaciones positivas, por ejemplo: El ancho de lomos, siempre dará una mayor capacidad pulmonar y por lógica una mejor oxigenación corporal, por el contrario unos lomos delgados darán una pobre capacidad pulmonar y una pobre oxigenación corporal.

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El índice de herencia o H2 Existe en otras especies domesticas,u n estudio que sirve para determinar que tanta posibilidad existe de que se transmita un gen dominante deseable a la descendencia, su calculo se realiza por medio de una formula matemática. Este índice de herencia se clasifica como alto cuando el resultado esta por encima de un 80%, medio cuando va de un 40% a un 79% y bajo cuando es menor al 39%. Cabe señalar que el medio (instalaciones, alimentación, manejo, sanidad)afecta en la transmisión de caracteres, por ejemplo de un 100% que debe reunir un gallo para ser ganador la parte genética ocupa un 25%, el restante 75% lo ocupa el medio. Si en un gallo se cubre el 75% que corresponde al medio y el 25% correspondiente a la genética no se cubre puede resultar un excelente combatiente pero un mal semental, en el caso contrario si en un gallo se cubre el 25% correspondiente a la genética y el 75% que corresponde al medio no, entonces ese gallo será un buen semental y no servirá parA combate. Autor: M.V.Z.TARIK BARBOSA(autorización del autor al DOC para darlo a conocer)