Ratzinger, Joseph - Cultura Y Verdad

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  • 8/13/2019 Ratzinger, Joseph - Cultura Y Verdad

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    Joseph Ratzinger

    Cultura y verdad

    a) La esencia de la cultura

    Se podra definir lo tratado hasta ahora como la disputa entre la fe cristiana expresadaen la encclica y un tipo concreto de cultura moderna, por lo cual nuestras reflexionesdejaron entre parntesis el lado cientfico-tcnico de la cultura. El punto de mira estabadirigido a lo relativo a las ciencias humanas en nuestra cultura. No sera difcil mostrarue su desorientaci!n ante la cuesti!n de la verdad, ue entre tanto se ha convertido enira frente a ella, descansa, en "ltima instancia, sobre su pretensi!n de alcan#ar el mismocanon metodol!gico y la misma clase de seguridad, ue se da en el campo emprico. $arenuncia metodol!gica de la ciencia natural a lo verificable se convierte en eldocumento acreditativo de la cientificidad, m%s a"n, de la racionalidad misma. Estareducci!n metodol!gica, ue est% llena de sentido, m%s a"n, ue es necesaria en el%mbito de la ciencia emprica, se convierte as en un muro ante la cuesti!n de la verdad&

    en el fondo se trata del problema de la verdad y del mtodo, de la universalidad de uncanon metodol!gico estrictamente emprico. 'rente a ese canon, el (apa defiende lamultiplicidad de caminos del espritu humano, la amplitud de la racionalidad, ue tieneue conocer diversos mtodos seg"n la ndole del objeto. $o no material no puede serabordado con mtodos ue corresponden a lo material) as podra resumirse, a grandesrasgos, la denuncia del (apa frente a una forma unilateral de racionalidad.

    $a disputa con la cultura moderna, la disputa sobre la verdad y el mtodo, es la primeraveta fundamental del tejido de nuestra encclica. (ero la cuesti!n sobre la verdad y lacultura se presenta a"n bajo otro aspecto, ue se remite substancialmente al %mbito

    propiamente religioso. *oy se contrapone de buen grado la relatividad de las culturas ala pretensi!n universal de lo cristiano, ue se funda en la universalidad de la verdad. Eltema resuena ya durante el siglo dieciocho, en +otthold Ephraim $essing, ue presentalas tres grandes religiones en la par%bola de los tres anillos, de los ue uno tiene ue serel autntico y verdadero, pero cuya autenticidad ya no es verificable. $a cuesti!n de laverdad es irresoluble y se sustituye por la cuesti!n del efecto curativo y purificador de lareligi!n. $uego, a comien#os de nuestro siglo, Ernst roeltsch reflexion! expresamentesobre la cuesti!n de la religi!n y la cultura, de la verdad y la cultura. l principio a"nconsideraba al cristianismo como la revelaci!n entera de la religiosidad personalista,como la "nica ruptura completa con los lmites y condiciones de la religi!n natural.(ero, en el curso de su camino intelectual, la determinaci!n cultural de la religi!n le fue

    cerrando cada ve# m%s la mirada sobre la verdad y subordinando todas las religiones ala relatividad de las culturas. la postre, la valide# del cristianismo se convierte para len un asunto europeo& para l el cristianismo es la forma de religi!n adecuada a Europa,mientras atribuye ahora al budismo y al brahmanismo una autonoma absoluta. En la

    pr%ctica se elimina la cuesti!n de la verdad, y los lmites de las culturas se haceninsalvables.

    (or eso, una encclica ue est% dedicada por entero a la aventura de la verdad, debaplantear tambin la cuesti!n de la relaci!n entre verdad y cultura. eba preguntar sipuede darse una comuni!n de las culturas en la "nica verdad, si puede decirse la verdadpara todos los hombres, trascendiendo las diversas formas culturales, o si a la postre hay

    ue presentirla s!lo asint!ticamente tras formas culturales diversas e incluso opuestas.

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    un concepto est%tico de cultura, ue presupone formas culturales fijas ue a la postrese mantienen constantes y s!lo pueden coexistir unas con otras, pero no comunicarseentre ellas, el (apa ha opuesto en la encclica una comprensi!n din%mica y comunicativade la cultura. Subraya ue las culturas, /cuando est%n profundamente enrai#adas en lohumano, llevan consigo el testimonio de la apertura tpica del hombre a lo universal y a

    la trascendencia/. (or eso, como expresi!n del "nico ser del hombre, las culturas est%ncaracteri#adas por la din%mica del hombre ue trasciende todos los lmites. (or eso, lasculturas no est%n fijadas de una ve# para siempre en una forma. $es es propia lacapacidad de progresar y transformarse, y tambin el peligro de decadencia. Est%nabocadas al encuentro y fecundaci!n mutua. (uesto ue la apertura interior del hombrea ios las impregna tanto m%s cuanto mayores y m%s genuinas son, por ello llevanimpresa la predisposici!n para la revelaci!n de ios. $a 0evelaci!n no les es extra1a,sino ue responde a una espera interior en las culturas mismas. heodor *aec2er hahablado, a prop!sito de esto, del car%cter de adviento de las culturas precristianas, yentre tanto muchas investigaciones de historia de las religiones han podido mostrar demanera concreta este remitir de las culturas al $ogos de ios, ue se ha encarnado en

    3esucristo. En este orden de cosas, el (apa se vale de la tabla de las naciones contenidaen el relato pascual de los *echos de los p!stoles 45, 6-789, en el ue se nos narrac!mo es perceptible y comunicable el testimonio de la fe en :risto mediante todas laslenguas y en todas las lenguas, es decir, en todas las culturas ue se expresan en lalengua. En todas ellas la palabra humana se hace portadora del hablar propio de ios, desu propio $ogos. $a encclica a1ade& /El anuncio del Evangelio en diversas culturas,aunue exige de cada destinatario la fe, no les impide conservar una identidad cultural

    propia. Ello no crea divisi!n alguna, porue el pueblo de los bauti#ados se distingue poruna universalidad ue sabe acoger cada cultura, favoreciendo el proceso de lo ue enella hay de implcito hacia su plena explicitaci!n en la verdad/.

    partir de esto, y respecto a la relaci!n general de la fe cristiana con las culturasprecristianas, el (apa desarrolla modlicamente en el ejemplo de la cultura india losprincipios a observar en el encuentro de estas culturas con la fe. $lama brevemente laatenci!n, en primer lugar, sobre el gran auge espiritual del pensamiento indio, ue lucha

    por liberar el espritu de las condiciones espacio-temporales y ejercita as la aperturametafsica del hombre, ue luego ha sido conformada especulativamente en importantessistemas filos!ficos. :on estas indicaciones se pone de relieve la tendencia universal delas grandes culturas, su superaci!n del tiempo y del espacio, y as tambin su avancehacia el ser del hombre y hacia sus supremas posibilidades. u radica la capacidad dedi%logo entre las culturas, en este caso entre la cultura india y las culturas ue han

    crecido en el %mbito de la fe cristiana. El primer criterio se colige por s mismo, por asdecir, del contacto interior con la cultura india. :onsiste en la /universalidad del esprituhumano, cuyas exigencias fundamentales son idnticas en las culturas m%s diversas/. el se sigue un segundo criterio& /:uando la ;glesia entra en contacto con grandesculturas a las ue anteriormente no haba llegado, no puede olvidar lo ue ha aduiridoen la inculturaci!n en el pensamiento grecolatino. 0echa#ar esta herencia sera ir encontra del designio providencial de ios.../ 'inalmente se1ala la encclica un tercercriterio, ue se sigue de las reflexiones precedentes sobre la esencia de la cultura& /*ayue evitar confundir la legtima reivindicaci!n de lo especfico y original del

    pensamiento indio con la idea de ue una tradici!n cultural deba encerrarse en sudiferencia y afirmarse en su oposici!n a otras tradiciones, lo cual es contrario a la

    naturale#a misma del espritu humano/.

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    b) La superacin de las culturas en la Biblia y en la historia de la fe

    Si el (apa insiste en el car%cter irrenunciable de la herencia cultural forjada en elpasado, ue ha llegado a ser un vehculo para la verdad com"n de ios y del hombre,entonces surge espont%neamente la cuesti!n de si no se canoni#a as un eurocentrismo

    de la fe, ue no parece superarse por el hecho de ue, a lo largo de la *istoria, puedenintroducirse, o ya se han introducido, nuevas herencias en la identidad de la fe constantey ue afecta a todos. $a cuesti!n es insoslayable& *asta u punto es griega o latina lafe, ue por lo dem%s no ha surgido en el mundo griego o latino, sino en el mundo semitadel antiguo iblia, y en el cuarto captulo, con lapresentaci!n del encuentro decisivo de esta sabidura de la ra#!n desarrollada en la fecon la sabidura griega de la filosofa. ?uisiera a1adir brevemente lo siguiente&

    @a en la >iblia se elabora un acervo de pensamiento religioso y filos!fico variado a

    partir de mundos culturales diversos. $a (alabra de ios se desarrolla en un proceso deencuentros con la b"sueda humana de una respuesta a sus "ltimas preguntas. icha(alabra no es algo cado del cielo como un meteorito, sino ue es precisamente unasntesis de culturas. Aista m%s en lo hondo, nos permite reconocer un proceso en el ueios lucha con el hombre y le abre lentamente a su (alabra m%s profunda, a s mismo&al *ijo, ue es el $ogos. $a >iblia no es mera expresi!n de la cultura del pueblo de;srael, sino ue est% continuamente en disputa con el intento, totalmente natural de este

    pueblo, de ser l mismo e instalarse en su propia cultura. $a fe en ios y el s a lavoluntad de ios le van desarraigando continuamente de sus propias representaciones yaspiraciones. Bl sale constantemente al paso frente a la religiosidad propia de ;srael y asu propia cultura religiosa, ue uera expresarse en el culto de los lugares altos, en elculto de la diosa celeste, en la pretensi!n de poder de la propia monarua. Empe#ando

    por la c!lera de ios y de Coiss contra el culto al becerro de oro en el Sina, hasta los"ltimos profetas postexlicos, de lo ue siempre se trata es de ue ;srael se desarraiguede su propia identidad cultural, de ue debe abandonar, por as decir, el culto a la propianacionalidad, el culto a la ra#a y a la tierra, para inclinarse ante el ios totalmente otro yno apropiable, ue ha creado cielo y tierra, y es el ios de todos los pueblos. $a fe de;srael significa una permanente autosuperaci!n de la propia cultura en la apertura yhori#onte de la verdad com"n. $os libros del ntiguo estamento pueden parecer, desdemuchos puntos de vista, menos piadosos, menos poticos, menos inspirados ueimportantes pasajes de los libros sagrados de otros pueblos. (ero, en cambio, tienen su

    singularidad en la ndole combativa de la fe contra lo propio, en este desarraigo de lopropio ue comien#a con la peregrinaci!n de braham. $a liberaci!n de la ley ue(ablo alcan#a por su encuentro con 3esucristo resucitado, lleva esta orientaci!nfundamental del ntiguo estamento hasta su consecuencia l!gica& significa launiversali#aci!n plena de esta fe, ue se separa del orden nacional. hora son invitadostodos los pueblos a entrar en este proceso de superaci!n de lo propio, ue ha comen#adoen primer lugar en ;srael) son invitados a convertirse al ios, ue, desapropi%ndose de smismo en 3esucristo, ha abatido /el muro de la enemistad/ entre nosotros 4Ef 5, 789 ynos congrega en la autoentrega de la cru#. s, pues, en su esencia la fe en 3esucristo esun permanente abrirse, irrupci!n de ios en el mundo humano y aperturacorrespondiente del hombre a ios, ue congrega al mismo tiempo a los hombres. odo

    lo propio pertenece ahora a todos, y todo lo ajeno llega a ser tambin al mismo tiempolo propio nuestro, y todo ello abarcado por la palabra del padre al hijo mayor& /odo lo

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    mo es tuyo/ 4$c 7D, 79, ue vuelve a aparecer en la oraci!n sacerdotal de 3es"s comomodo de dirigirse del *ijo al (adre& /odo lo mo es tuyo, y todo lo tuyo es mo/ 43n 76,7F9.

    Este patr!n determina tambin el encuentro del mensaje revelado con la cultura griega,

    ue, por cierto, no empie#a s!lo con la evangeli#aci!n cristiana, sino ue se habadesarrollado ya dentro de los escritos del ntiguo estamento, sobre todo mediante sutraducci!n al griego y a partir de ah en el judasmo primitivo. Este encuentro era

    posible, porue ya se haba abierto camino en el mundo griego un acontecimientosemejante de autrotrascendencia. $os (adres no han vertido sin m%s al Evangelio unacultura griega ue se mantena en s y se posea a s misma. Ellos pudieron asumir eldi%logo con la filosofa griega y convertirla en instrumento del Evangelio all donde enel mundo griego se haba iniciado, mediante la b"sueda de ios, una autocrtica de la

    propia cultura y del propio pensamiento. $a fe une los diversos pueblos -comen#andopor los germanos y los eslavos, ue en los tiempos de la invasi!n de los b%rbarosentraron en contacto con el mensaje cristiano, hasta los pueblos de sia, =frica y

    mrica- no a la cultura griega en cuanto tal, sino a su autosuperaci!n, ue era elverdadero punto de contacto para la interpretaci!n del mensaje cristiano. partir de ahla fe los introduce en la din%mica de la autosuperaci!n. *ace poco 0ichard SchGffler hadicho certeramente al respecto ue la predicaci!n cristiana ha exigido desde el principioa los pueblos de Europa 4ue, por lo dem%s, no exista como tal antes de laevangeli#aci!n cristiana9, /la renuncia a todos los respectivos /dioses/ aut!ctonos de loseuropeos, mucho antes de ue entraran en el campo de su visi!n las culturasextraeuropeas/. partir de ah hay ue entender por u la predicaci!n cristiana entr!en contacto con la filosofa, y no con las religiones. :uando se intent! esto "ltimo,cuando, por ejemplo, se uiso interpretar a :risto como el verdadero ionisio,Esculapio o *rcules, tales intentos cayeron r%pidamente en desuso. ?ue no se entraraen contacto con las religiones, sino con la filosofa, tiene ue ver con el hecho de ue nose canoni#! una cultura, sino ue se poda entrar a ella por donde haba comen#ado ellamisma a salir de s misma, por donde haba iniciado el camino de apertura a la verdadcom"n y haba dejado atr%s la instalaci!n en lo meramente propio. Esto constituyetambin hoy una indicaci!n fundamental para la cuesti!n de los contactos y del trasvasea otros pueblos y culturas. :iertamente, la fe no puede entrar en contacto con filosofasue excluyen la cuesti!n de la verdad, pero s con movimientos ue se esfuer#an porsalir de la c%rcel del relativismo. ampoco puede asumir directamente las antiguasreligiones. En cambio, las religiones pueden proporcionar formas y creaciones dediverso tipo, pero sobre todo actitudes -el respeto, la humildad, la abnegaci!n, la

    bondad, el amor al pr!jimo, la esperan#a en la vida eterna. Esto me parece - dicho entreparntesis- ue es tambin importante para la cuesti!n del significado salvfico de lasreligiones. No salvan, por as decir, en cuanto sistemas cerrados y por la fidelidad alsistema, sino ue colaboran a la salvaci!n en la medida en ue llevan a los hombres a/preguntar por ios/ 4como lo expresa el ntiguo estamento9, /buscar su rostro/,/buscar el 0eino de ios y su justicia/. 2005 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados