RACOVSCHIK_Un Nuevo Modelo de Integración Para La Región

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 1 Un nuevo modelo de integración para la región 1   María Alejandra Racovschik 2  Hubo tiempos en los que en América Latina se cuestionaba el potencial estratégico de la integración, sobre todo, durante los años en que la región se sumía en oscuras dictaduras. Tras el advenimiento de la democracia y fundamentalmente en los ’90, los  bloques regionales proliferaron rápidamente y la integración se convirtió en una idea comúnmente aceptada por la mayoría de los sectores políticos, económicos y sociales En este marco, los países signatarios del MERCOSUR optaron por un modelo de integración cuyo eje transversal en la práctica fue la variable económica y de la cual se tomó especialmente el intercambio comercial como el elemento central para impulsar todo el proceso. Si bien esta lógica vislumbró muy buenos resultados al comienzo y en el corto plazo, al tiempo se reveló como insuficiente para alcanzar los otros objetivos que en sus discursos reflejaban los Jefes de Estado y que por otra parte fueron  plasmados en el propio Preámbulo del Tratado de Asu nción. En este sentido, se pensó erradamente que el comercio por sí solo podría garantizar el crecimiento económico y que éste permitiría alcanzar el anhelado desarrollo. Lo  primero se alcanzó parcialmente y lo seg undo nunca llegó. Por otra parte, el aumen to de los flujos comerciales tampoco coadyuvó a reducir las asimetrías regionales ni a superar las condiciones de desigualdad socioeconómica al interior de los países. Así, la experiencia demostró que si bien “es cierto que no se puede prescindir de los elementos económicos como tampoco ignorar la realidad, la realidad no es sólo económica ni la económica radica únicamente en el comercio”. 3  Por estos años, y a pesar de un claro incremento de los intercambios comerciales entre los países de la región, el comercio intrazona seguía siendo sensiblemente inferior al que éstos mantenían con países extrazona, según datos provistos por la propia CEPAL, que dicho sea de paso, se trataba de una relación donde la balanza comercial favorecía ampliamente a los países exportadores de bienes industrializados (Europa, Estados Unidos, Japón) mientras que América Latina quedaba nuevamente rezagada, ubicándose como exportadora de materias primas casi exclusivamente. Sin embargo, esta ventaja comercial que encontraban los países más desarrollados en su relación con los países de la región, no tuvo su correlato en el lugar que estos últimos ocupaban e n la agenda exterior de aquellos. Por el contrario, como podía observarse en el caso de la Argentina, especialmente en los ’90, sus intentos por estrechar vínculos con los Estados Unidos sólo condujeron a profundizar la dependencia heredada de décadas anteriores y a socavar su soberanía en aras del cumplimiento del mandato del Consenso de Washington. 1  El presente artículo de investigación fue concluido en diciembre de 2011. 2  Licenciada en Relaciones Internacionales (UM), Magister en Integración Latinoamericana (UNTREF). Investigadora y docente del Programa de Estado y Políticas Públicas de FLACSO. Profesora universitaria (UM, UAI). 3  MELLADO, N. (2007). La integración solidaria como reflexión teórica al debate integracionista. Seminario  El desarrollo local y la economía social desde la perspectiva de la integración regional. Aportes de las Universidades del MERCOSUR, p. 23.

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    Un nuevo modelo de integracin para la regin1

    Mara Alejandra Racovschik2

    Hubo tiempos en los que en Amrica Latina se cuestionaba el potencial estratgico de laintegracin, sobre todo, durante los aos en que la regin se suma en oscurasdictaduras. Tras el advenimiento de la democracia y fundamentalmente en los 90, los

    bloques regionales proliferaron rpidamente y la integracin se convirti en una ideacomnmente aceptada por la mayora de los sectores polticos, econmicos y sociales

    En este marco, los pases signatarios del MERCOSUR optaron por un modelo deintegracin cuyo eje transversal en la prctica fue la variable econmica y de la cual setom especialmente el intercambio comercial como el elemento central para impulsartodo el proceso. Si bien esta lgica vislumbr muy buenos resultados al comienzo y enel corto plazo, al tiempo se revel como insuficiente para alcanzar los otros objetivos

    que en sus discursos reflejaban los Jefes de Estado y que por otra parte fueronplasmados en el propio Prembulo del Tratado de Asuncin.

    En este sentido, se pens erradamente que el comercio por s solo podra garantizar elcrecimiento econmico y que ste permitira alcanzar el anhelado desarrollo. Lo

    primero se alcanz parcialmente y lo segundo nunca lleg. Por otra parte, el aumento delos flujos comerciales tampoco coadyuv a reducir las asimetras regionales ni a superarlas condiciones de desigualdad socioeconmica al interior de los pases. As, laexperiencia demostr que si bien es cierto que no se puede prescindir de los elementoseconmicos como tampoco ignorar la realidad, la realidad no es slo econmica ni laeconmica radica nicamente en el comercio.3

    Por estos aos, y a pesar de un claro incremento de los intercambios comerciales entrelos pases de la regin, el comercio intrazona segua siendo sensiblemente inferior alque stos mantenan con pases extrazona, segn datos provistos por la propia CEPAL,que dicho sea de paso, se trataba de una relacin donde la balanza comercial favorecaampliamente a los pases exportadores de bienes industrializados (Europa, EstadosUnidos, Japn) mientras que Amrica Latina quedaba nuevamente rezagada, ubicndosecomo exportadora de materias primas casi exclusivamente.

    Sin embargo, esta ventaja comercial que encontraban los pases ms desarrollados en su

    relacin con los pases de la regin, no tuvo su correlato en el lugar que estos ltimosocupaban en la agenda exterior de aquellos. Por el contrario, como poda observarse enel caso de la Argentina, especialmente en los 90, sus intentos por estrechar vnculoscon los Estados Unidos slo condujeron a profundizar la dependencia heredada dedcadas anteriores y a socavar su soberana en aras del cumplimiento del mandato delConsenso de Washington.

    1El presente artculo de investigacin fue concluido en diciembre de 2011.2Licenciada en Relaciones Internacionales (UM), Magister en Integracin Latinoamericana (UNTREF).Investigadora y docente del Programa de Estado y Polticas Pblicas de FLACSO. Profesora universitaria(UM, UAI).3 MELLADO, N. (2007). La integracin solidaria como reflexin terica al debate integracionista.SeminarioEl desarrollo local y la economa social desde la perspectiva de la integracin regional.Aportes de las Universidades del MERCOSUR, p. 23.

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    En trminos comparados, la Unin Europea se erigi en el paradigma de la integracindurante mucho tiempo, sin embargo, la actual crisis global no slo evidenci lasdeficiencias de un modelo de acumulacin y crecimiento econmico en los pasesdesarrollados, sino que tambin obliga a redefinir los actuales compromisos deintegracin en funcin de un nuevo contexto que demanda soluciones efectivas pero al

    mismo tiempo contemplando la situacin particular y acuciante por la que atraviesan lospases ms dbiles de la unin. A pesar de ello, las decisiones tomadas por los lderes deEuropa reflejan una notable mezquindad y falta de solidaridad, adems de la ausencia deuna visin estratgica respecto al futuro del bloque. Se trata ni ms ni menos de la crisisdel modelo de integracin europea.

    Hoy en Amrica Latina en general y en Sudamrica en particular se levantan otrasbanderas de la integracin: la reciente creacin de la Comunidad de EstadosLatinoamericanos y Caribeos (CELAC), el afianzamiento de la UNASUR y laconsolidacin del MERCOSUR incorporndole nuevas variables demuestran que es

    posible pensar en modelos de integracin regional alternativos basados en principios y

    valores diferentes y que ante todo exalten y promuevan los intereses y derechossoberanos de los Estados y cuyos objetivos estn orientados a lograr el bienestar generalde los ciudadanos.

    En este sentido, el presente artculo se propone analizar este nuevo modelo deintegracin que se impulsa desde la regin a travs de las diversas iniciativas ymecanismos de cooperacin que se inscriben en un nuevo marco valorativo yconceptual y que convierte a estos espacios en la plataforma principal para la gestin de

    polticas pblicas regionales cuya meta sea el desarrollo socioeconmico de todos suspueblos.

    La idea de la integracin y la independencia

    Citando a Theotonio Dos Santos4, Dves Valds seala que ya en la dcada del 60 esteautor afirmaba que la dependencia es una situacin condicionante, lo cual significa quela relacin de interdependencia entre dos o ms economas y entre stas y el comerciomundial asume la forma de dependencia cuando algunos pases (los dominantes) puedenexpandirse y autoimpulsarse en tanto que otros (los dependientes) slo pueden hacerlocomo reflejo de tal expansin. Los pases dependientes en consecuencia, quedansituados en retraso y bajo la explotacin de los dominantes. De esta manera, la

    dependencia condiciona una cierta estructura interna que se redefine en funcin de lasposibilidades de las distintas economas nacionales. En este sentido, la dependencia nose supera aislando al pas sino cambiando las estructuras internas, lo cual conduce alenfrentamiento con esa estructura internacional.5

    Histricamente, el ideario de la integracin latinoamericana se ha encontrado ligado a laemancipacin de nuestros pueblos6, sin embargo, la relacin que habra de forjarse entrelos pases ms desarrollados y los menos desarrollados despus de la Segunda Guerra

    4Vase Theotonio Dos Santos, La crisis de la teora del desarrollo y las relaciones de dependencia enAmrica Latina, en Helio Jaguaribe (1970). La dependencia poltico-econmica de Amrica Latina.

    Mxico: Siglo veintiuno.5DEVS VALDS, E. (2003).El Pensamiento latinoamericano en el Siglo XX. Buenos Aires, p. 142.6MELLADO, N. Op.Cit., p. 23.

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    Mundial y que se consolid en las dcadas posteriores, no hizo otra cosa que acentuar elrol marginal de Amrica Latina en la economa mundial ampliando la brecha entreambos grupos de pases.7

    En el contexto de crisis actual, los Estados sudamericanos han comprendido que la

    mejor estrategia es fortalecer la regin, incluso amplindola hacia toda Amrica Latina.En este sentido, es interesante observar cmo mientras el modelo de integracineuropeo exhibe importantes fisuras manifiestas en su incapacidad para resolver demanera eficaz y solidariamente los problemas de sus miembros-, la UNASUR impulsanuevos mecanismos de cooperacin e integracin que apuntan al crecimiento y eldesarrollo de toda la regin.

    La UNASUR como garanta de unin, soberana y democracia

    Aos atrs nos preguntbamos si era posible encarar un proyecto de seguridadcooperativa en el Cono Sur. Este concepto, a diferencia del de seguridad colectiva quecaracteriza a la OTAN8- debe ser entendido en un marco ms amplio ya que laestrategia de seguridad cooperativa se basa mayormente en la prevencin de conflictos;as, las medidas de confianza mutua que adoptan los Estados revisten una granimportancia ya que stas buscan reducir, y en lo posible eliminar las causas que puedengenerar desconfianza, tensin y hostilidad entre los pases. Uno de los instrumentos msutilizados por los gobiernos para dejar plasmado este compromiso son los acuerdos deno proliferacin nuclear.

    Los procesos de integracin son en este sentido, medidas adicionales de confianza entre

    los Estados ya que stos se comprometen a profundizar sus relaciones de cooperacin yen ciertos casos, a armonizar algunas polticas o disear otras de manera conjunta. Porotro lado, se asume que la proximidad geogrfica, necesaria en este tipo de procesos,involucra inexorablemente la cuestin geopoltica.

    La expansin de las fronteras de seguridad significa, en este contexto, asumir losriesgos a la seguridad del vecino como propios en un espacio a preservar que representaun bien comn, y adems a travs de acuerdos polticos- que las amenazas a laseguridad provendrn del exterior de la regin, dejando (de lado) las posibilidades deamenazas blicas de los actores parte de este acuerdo.9

    La ausencia de conflicto en la regin fue reafirmada recientemente a partir de laconformacin de una zona de paz como planteo central del Consejo Suramericano deDefensa de la UNASUR. La importancia de esta declaracin radica en poder dejar en el

    pasado las hiptesis de conflicto que supieron enfrentar a nuestros pases y trabajar encambio de manera conjunta en una estrategia de seguridad regional a travs demecanismos de cooperacin y una visin compartida de la defensa.

    7MELLADO, N. Op.Cit.,p. 23.8OTAN: Organizacin del Tratado del Atlntico Norte.9DONADIO, M. (1995). El concepto de balance estratgico y la seguridad regional en el Cono Sur. En

    Balance estratgico y Medidas de Confianza Mutua. Santiago de Chile, p. 11.

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    Con este fin, Amrica del Sur busca configurar una arquitectura de seguridad que antetodo preserve la soberana de los Estados y logre disuadir las intervenciones externas enlos asuntos propios de la regin.Esta iniciativa indita se coron con la creacin del Centro de Estudios Estratgicospara la Defensa de la UNASUR(CEED) a mediados de este 2011.

    El CEED pretende convertirse en una usina generadora de pensamiento estratgicoregional que contribuya a la adopcin de polticas en materia de seguridad y defensa.Por otro lado, el CEED buscar promover el intercambio de informacin y anlisissobre la situacin regional e internacional y contribuir a la articulacin de posicionesconjuntas en foros multilaterales.

    Uno de los temas que ms preocupa a los pases sudamericanos es la preservacin de losrecursos naturales, ya que en un contexto de escasez creciente de los mismos y en el queSudamrica se ubica como uno de los reservorios ms grande del mundo de muchos deellos (agua dulce, gas, petrleo, bosques, etc.), a lo cual se suma la presuncin dealgunos que en un futuro las guerras en el mundo podran librarse por la posesin de

    estos, el desafo radica en procurar las capacidades necesarias para que los instrumentosde defensa estn en condiciones para su eventual proteccin.

    Al CEED se le suman otras medidas de confianza mutua tales como el desarrollo deuna metodologa de medicin de los gastos de defensa (que garanticen la transparenciaen este aspecto) como el estudio de ejercicios militares y operaciones de mantenimientode la paz conjuntos y el diseo, desarrollo y produccin regional de un sistema deaviones no tripulados.

    Sin dudas, la adopcin de un pensamiento estratgico regional marca el cambio de eraque se refleja en la bsqueda de un espacio autnomo puesto al servicio de los interesesde los Estados. As, Sudamrica forjar una identidad propia en materia de defensa yseguridad que la pondr al resguardo de toda amenaza extra regional pero que al mismotiempo coadyuvar al fortalecimiento de sus democracias.

    Con la misma finalidad, se ha creado recientemente en el seno de la UNASUR elConsejo Electoral que plasma el compromiso que los pases mantienen con lapromocin, defensa y proteccin del orden democrtico, del Estado de Derecho y susinstituciones en el marco de la integracin regional sudamericana.10

    El objetivo principal del nuevo Consejo, que se suma a los otros ocho11 ya existentes,

    ser evaluar y comparar los distintos procesos electorales que se desarrollan en laregin. A pesar de su reciente instalacin, el Consejo ya ha actuado como observador entres ocasiones: el 9 de octubre en Paraguay12, el 16 de octubre en Bolivia13y el 28 de

    10 Resolucin del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores sobre la creacin de un ConsejoElectoral de la UNASUR. Buenos Aire, 24 de agosto de 2011.11Consejo Energtico Suramericano, Consejo Suramericano de Defensa, Consejo Suramericano de Salud,Consejo Suramericano de Desarrollo Social, Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento,Consejo Suramericano de Educacin, Cultura, Ciencia, Tecnologa e Innovacin, Consejo Suramericanode Lucha contra el Narcotrfico, y Consejo Suramericano de Economa y Finanzas.12En ocasin de llevarse a cabo referendo consultivo con el fin de decidir si se modificaba el artculo 120

    de la Constitucin de ese pas.13En ocasin de llevarse a cabo elecciones judiciales donde se designaran 56 cargos a ser ocupados enlos Tribunales Supremo de Justicia, Constitucional y Agroambiental y en el Consejo de la Magistratura.

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    noviembre en Guyana14. En todos los casos lo hizo acompaando los procesos deconsolidacin de la democracia en Amrica del Sur.

    Solidaridad regional

    Si se habla de un nuevo modelo de integracin, no puede estar ausente el componentesolidario. As lo han entendido los Estados que han convertido a la cooperacin en susdistintas formas en el mecanismo central de este proceso.

    La nocin de solidaridad rebasa el campo econmico, es sociolgica (), exige quelas partes componentes estn ligadas tanto en la prosperidad como en la adversidad. Lasuerte comn es su base, a diferencia de la interdependencia que induce la integracinde mercados.15

    Una muestra clara de solidaridad regional es el apoyo brindado a la Argentina en

    numerosas oportunidades a su reclamo por la soberana sobre las Islas Malvinas. Elgesto ms significativo tuvo lugar en el 2010 cuando el pleno de la UNASUR emitiuna Declaracin donde se manifestaba el respaldo a la Argentina en la disputa quemantiene con Gran Bretaa y el pedido expreso para que este pas acceda a negociar.

    Le sigui ms tarde la Declaracin unnime de la OEA y ms recientemente laDeclaracin en igual sentido de la naciente CELAC, demostrndose la centralidad deeste tema, no slo para nuestro pas sino tambin para toda Amrica Latina:

    Las Jefas y Jefes de Estado y Gobierno de Amrica Latina y el Caribe, reunidos ()en el marco de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeos

    (CELAC), reiteran su ms firme respaldo a los legtimos derechos de la RepblicaArgentina en la disputa de soberana sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur ySandwich del Sur y los espacios martimos circundantes y el permanente inters de los

    pases de la regin en que los gobiernos de la Repblica Argentina y el Reino Unido deGran Bretaa e Irlanda del Norte reanuden las negociaciones a fin de encontrar () unasolucin pacfica y definitiva a dicha disputa (). (Comunicado Especial sobre lasIslas Malvinas, CELAC)16

    Finalmente, este ao cierra con un importante gesto poltico y al mismo tiempo desolidaridad que inicialmente fue brindado por Uruguay a pedido de la Argentina cuandose decidi cerrar los puertos de ese pas a aquellas embarcaciones que posean bandera

    de las Islas Malvinas en claro apoyo al reclamo de soberana argentina.

    Por su parte, en el marco de su ltima reunin17, el MERCOSUR adopt laDeclaracin de los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados sobre buquesque enarbolan la bandera ilegal de las Islas Malvinas, donde stos se comprometen atomar todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus

    puertos de estos buques.

    14En ocasin de realizarse los comicios regionales y presidenciales.15MELLADO, N. Op.Cit., p. 25.16Cumbre para la creacin de la CELAC. Caracas, 3 de diciembre de 2011.17Cumbre de las Jefas y Jefes de Estado del MERCOSUR. Montevideo, 19 y 20 de diciembre de 2011.

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    De esta manera, se fortalece la estrategia argentina frente al Reino Unido convirtiendoun reclamo nacional e histrico- en un tema de inters regional que consigue elrespaldo de toda Amrica Latina en defensa de la soberana.

    Cabe destacar que en materia solidaria la UNASUR no slo ha promovido este valor

    entre sus propios miembros sino que tambin ha demostrado que la solidaridad puedecorrer las fronteras ms all del Cono Sur. En este sentido, se destaca la misin especialque el organismo lleva adelante en Hait desde mayo de 2010.

    En esa ocasin, y tras la asuncin de Nstor Kirchner como Secretario General de laUNASUR quien falleciera pocos meses ms tarde- se dispuso crear una SecretaraTcnica para llevar adelante un Plan de Accin en apoyo a ese pas. Dicho plancontempla la coordinacin de mecanismos de cooperacin del tipo Sur-Sur a travs deacciones en infraestructura, salud, agricultura y fortalecimiento de las institucioneshaitianas.

    Con este propsito, a fines del 2010 la Secretara Tcnica propuso a la UNASUR tresiniciativas de alto y pronto impacto para dar forma a esta modalidad de cooperacin: a)ampliacin del Proyecto Pro-Huerta a todo Hait con apoyo de este organismo,duplicando la poblacin involucrada en sus acciones, b) iniciar el apoyo eninfraestructura, mediante la construccin de viviendas transitorias con la iniciativachilena Un Techo para mi Pas y c) apoyar los Burs de Asistencia Legal, una suertede defensoras pblicas, para fortalecer el sistema judicial de Hait.

    En cuanto a la importancia del primer punto, se busca alcanzar el mayor acceso al aguapara consumo humano y riego y la transformacin de las huertas de autoproduccin enunidades intensivas de produccin de alimentos frescos, lo cual se suma a la experienciaobtenida con otros cultivos como los cereales, las leguminosas, frutas y races. Elobjetivo final de este proyecto es duplicar en el lapso de un ao la poblacin beneficiadaque en la actualidad alcanza a unas 90.000 personas y poder cubrir a un milln en eltrmino de tres a cinco aos.18

    La estrategia frente a la crisis internacional

    Tras la instalacin del Consejo Suramericano de Economa y Finanzas el pasado mes deagosto, los pases de la UNASUR pusieron en marcha una estrategia conjunta con vistas

    a encarar el desafo que impone la crisis internacional.

    Esta estrategia, que luego se dio a conocer como el blindaje de la UNASUR,contemplaba cuatro puntos esenciales:

    I) Impulsar la expansin del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). Se tata deponer en marcha la cooperacin tcnica en lo que respecta al manejo de las reservasinternacionales de los pases miembros.

    18La obtencin de la presente informacin fue posible gracias a la colaboracin del Ing. Daniel Daz,Gerente de Cooperacin Tcnica Internacional del INTA.

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    2) Impulsar el uso de las monedas de la regin para las transacciones comerciales intra-regionales. En igual sentido, se recomend evaluar el Convenio de Pagos y CrditosRecprocos de la ALADI y analizar la iniciativa del Sistema nico de CompensacinRegional de pagos (SUCRE) vigente entre los pases del ALBA.

    3) Creacin de una Banca de Desarrollo Regional.En este punto aparecen dos propuestas: por un lado, la puesta en funcionamiento delBanco del Sur a un paso de convertirse en realidad-, y el fortalecimiento de laCorporacin Andina de Fomento (CAF), que opera desde hace ya varias dcadas y conun papel destacado en la regin. En principio la idea sera que acten ambos organismoscomplementariamente, al menos hasta que se efecte la instalacin plana del Banco delSur.

    4) El ltimo punto propone incentivar el comercio intra-regional y promover lacomplementacin productiva.

    Para avanzar en estos lineamientos se crearon tres Grupos de Trabajo: el primer grupo,bajo la coordinacin de Colombia y Ecuador, tiene a su cargo el tema sealado en elpunto uno; el segundo grupo, coordinado por Venezuela y Uruguay, realiza elseguimiento de los temas contenidos en el punto dos; finalmente, Brasil y Chilecoordinan el tercer grupo, encargado de llevar a cabo las acciones necesarias para podermaterializar los aspectos contenidos en el cuarto punto.

    En cuanto al Banco del Sur, su entrada en vigor depende ahora de la ratificacin internaen cada Estado. Hasta el momento lo han hecho Venezuela, Ecuador, Bolivia yArgentina, mientras que Uruguay podra ser el prximo en confirmar su adhesin alorganismo antes de fin de ao (2011). De ser as, el Banco cumplira con los requisitos

    para poder comenzar a funcionar, quedando pendiente para ms adelante lasratificaciones de los otros dos miembros, Brasil y Paraguay y dejando la puerta abierta

    para la participacin de los otros pases de la UNASUR.

    Como ya se ha sealado oportunamente19, el diseo de esta estrategia conjuntaconstituye un hecho histrico, no slo porque los pases han tomado la iniciativa deactuar coordinando sus esfuerzos, sino tambin porque han logrado alcanzar consensosen temas claves para enfrentar la crisis. As, mientras las principales economas delmundo profundizan las medidas de ajuste y el descontento social crece, la regin buscacaminos alternativos que no slo permitan preservar los estndares de crecimiento y

    desarrollo actuales, sino tambin que coadyuven a su fortalecimiento.

    Resta sealar que al finalizar el presente ao, queda pendiente la aprobacin definitivapor parte de las Jefas y Jefes de Estado de varias de las cuestiones antes sealada, sinperjuicio de lo cual se seguir trabajando en ello en el marco del Grupo de Trabajo deIntegracin Financiera coordinado por la Argentina- y el Consejo Suramericano deEconoma y Finanzas con miras al 2012.

    A este conjunto de medidas se ha sumado recientemente la decisin adoptada en elmarco de la ltima reunin del ao del MERCOSUR por la cual se autoriza a losEstados a elevar, de forma transitoria, las alcuotas del impuesto de importacin por

    19Ver El blindaje de la UNASUR. Disponible en: http://observatoriounasur.wordpress.com/

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    encima del Arancel Externo Comn (AEC) que tiene el bloque para las importacionesextrazona.

    Esta medida fue impulsada inicialmente por Argentina y Brasil, que tienen mscomprometido sus aparatos productivos frente a los coletazos de la crisis internacional,

    pero tras arduas negociaciones, se logr tambin el acuerdo de Uruguay y Paraguay.El acuerdo faculta a los Estados a elevar el arancel que actualmente ronda el 14% hastaun 35%, que es el mximo permitido por la OMC. Las subas podrn aplicarse en cien

    posiciones arancelarias y regirn por el plazo de un ao, pudindose prorrogar por unao ms.

    De esta forma, los gobiernos contarn desde ahora con un mecanismo que les permitirproteger a aquellos productores locales que puedan verse afectados por el ingreso debienes extrazona a precios no competitivos, lo cual se ve favorecido por la complejasituacin que atraviesan las economas centrales y a la que ahora tambin se sumaChina.

    Esta forma de trasladar los efectos de la crisis a pases que presentan un relativocrecimiento econmico sostenido, obliga cada vez ms a pensar en disear nuevosinstrumentos para enfrentar, de manera conjunta, una crisis sin precedentes.

    Los caminos de la integracin

    La integracin fsica es clave para la regin, y as lo han entendido los presidentes de laUNASUR cuando decidieron incluir este tema entre los objetivos del organismo:

    La Unin de Naciones Suramericanas tiene como objetivo construir, de maneraparticipativa y consensuada, un espacio de integracin y unin en lo cultural, social,econmico y poltico entre sus pueblos, otorgando prioridad al dilogo poltico, las

    polticas sociales, la educacin, la energa, la infraestructura, el financiamiento y elmedio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconmica, lograrla inclusin social y la participacin ciudadana, fortalecer la democracia y reducir lasasimetras en el marco del fortalecimiento de la soberana e independencia de losEstados. (Artculo 2 del Tratado Constitutivo de la UNASUR)

    La mayor o menor conectividad en un proceso de integracin es determinante para elcrecimiento y desarrollo de las diferentes regiones, sobre todo aquellas que por su

    condicin geogrfica no se ven alcanzadas totalmente por los beneficios de laintegracin. Sin embargo, durante mucho tiempo, este tema fue relegado de las agendasgubernamentales, probablemente por no estar dentro de las prioridades de los Estados elfavorecer la integracin fsica en la regin. Ello debe entenderse en un contextodiferente al actual, en el que varios pases del Cono Sur privilegiaban las relacionesextra-regionales.

    Hoy los lderes sudamericanos avisoran un futuro comn, en parte por conviccin y enparte por necesitad frente a la realidad que se les impone. Y est claro que en este futurocomn, adems de contar con una estrategia de defensa y seguridad regional einstrumentos y mecanismos de cooperacin econmica y financiera es preciso trabajaren la integracin fsica puesto que es el camino para garantizar mayores flujos de

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    comunicacin, conexin e intercambios comerciales y fundamentalmente, facilitar losdesplazamientos humanos.

    En esta misma direccin, otro hecho histrico para la regin tuvo lugar el pasado 30 denoviembre en Brasilia cuando los Ministros de Infraestructura de los pases de la

    UNASUR en el marco del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento(COSIPLAN) aprobaron el Plan de Accin 2012-2020que prev la realizacin de 31proyectos que en su totalidad suman ms de 13 mil millones de dlares y que involucranla realizacin de obras como puertos, hidrovas, ferrovas, rutas, puentes, tneles,aeropuertos, gasoductos, lneas de transmisin de energa y sistemas de transportemultimodal a lo largo y a lo ancho de todo el subcontinente.

    Por otro lado, es importante recordar que el COSIPLAN ha recogido en parte los frutosdel trabajo que la IIRSA20 ha venido desarrollando en estos diez aos y que forman

    parte de la cartera de proyectos. De esta forma, se espera que en esta nueva etapa elCOSIPLAN impulse un conjunto de proyectos prioritarios, como por ejemplo la

    construccin del Corredor Ferroviario Biocenico que pretende unir los puertos deSantos y Paranagua en Brasil con los puertos chilenos de Antofagasta y Mejillones,atravesando a su vez el Paraguay y la Argentina.

    En materia de energa, otro de los aspectos centrales para la integracin, se destaca laobra de una lnea de transmisin elctrica entre Asuncin y la Represa de Itaip y laconstruccin de un gasoducto entre Bolivia y el norte de Argentina, ambos proyectos arealizarse en los prximos diez aos.

    Finalmente, uno de los ltimos proyectos propuestos (por Brasil) plantea la creacin deun anillo de fibra ptica para conectar a toda la regin. El mismo permitir que gran

    parte del flujo de las comunicaciones que se efectan a travs de Internet y queactualmente se hacen mediante conexiones internacionales21se realicen en banda ancha,logrando mayor acceso, abaratando costos y recobrando soberana sobre lascomunicaciones.

    Se espera que la integracin fsica cumpla un papel central en el proceso de integracinsudamericano, no slo porque constituye una herramienta eficaz para el desarrolloeconmico y social, sino tambin porque permitir contribuir a la superacin de lasasimetras regionales.

    Aun no est totalmente definido cul o cules sern las fuentes de financiamiento paraestos proyectos. En principio se espera recibir un fuerte apoyo de la CAF y en partetambin del Banco de Desarrollo de Brasil (BNDES), pero para resolver este tema elCOSIPLAN decidi crear un grupo de trabajo, el cual estar integrado por los Ministrosde Economa de los pases de la UNASUR que se encargar de tramitar los crditos ylas garantas necesarias.

    Una vez ms se demuestra la necesidad de contar con un banco de desarrollo propio quesin dudas facilitara la obtencin de fondos para estos fines, no slo porque laintegracin en infraestructura sera uno de sus objetivos principales sino adems porque

    20IIRSA: Iniciativa para la Integracin de la Infraestructura Regional Suramericana.21Se calcula que en la actualidad el 70% del trfico de Internet de Amrica Latina se dirige a EstadosUnidos y Canad.

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    responde a uno de los puntos clave para el crecimiento y el desarrollo de la regin. Porotra parte, en pocas de crisis como la actual, que en este caso golpea duramente a laseconomas ms desarrolladas, la consecuencia directa es la contraccin de los crditosinternacionales, lo cual dificulta aun ms el acceso a los mismos.

    En suma, hoy la regin apuesta a un modelo alternativo de integracin, fundado en unacooperacin efectiva pero a la vez solidaria. Al mismo tiempo, los Estados hancomprendido que el camino para superar esta crisis es trazando una estrategia conjunta,concientes de que no se saldr indemne de aqulla, pero se trata tambin de unaoportunidad nica para fortalecer la regin.

    La clave sigue siendo consolidar estos espacios de integracin y cooperacin que enalgunos casos nacen (UNASUR, CELAC) y en otros casos intentan redefinirse yampliarse (MERCOSUR). En gran medida ello depender de la capacidad que losEstados demuestren para transformar en acciones y polticas pblicas los buenos deseos

    expresados en los discursos de los Jefes de Estado.

    En este sentido, se observa una nueva forma de avanzar por los canales de la integraciny de la cooperacin que es la diplomacia presidencial; sin embargo, ello tambin suponeun riesgo si no se afianzan las instituciones necesarias para hacer de estos espacios

    procesos fuertes y duraderos que conduzcan a resultados concretos.

    La crisis internacional pone a la regin frente a un gran desafo. La integracin es, enefecto, la estrategia clave para atravesar y superar esta crisis. Por tal motivo, AmricaLatina y los pases del Cono Sur en particular ensayan nuevos mecanismos y enarbolanotros principios y valores que hacen posible pensar en un modelo de integracinalternativo para la regin.

    Referencias bibliogrficas

    DEVS VALDS, E. (2003). El Pensamiento latinoamericano en el Siglo XX. BuenosAires: Editorial Biblos.

    DONADIO, M. (1995). El concepto de balance estratgico y la seguridad regional en elCono Sur. En Balance estratgico y Medidas de Confianza Mutua. Santiago de Chile:FLACSO Chile.

    MELLADO, N. (2007). La integracin solidaria como reflexin terica al debateintegracionista. SeminarioEl desarrollo local y la economa social desde la perspectivade la integracin regional. Aportes de las Universidades del MERCOSUR, 23-32.