Querido hermanos y hermanas.docx

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Querido hermanos y hermanas!: De las lecturas bíblicas de este domingo --el segundo del Tiempo Ordinario--, se nos revelael tema de la vocación: en el Evangelio se ve la llamada de los primeros discípulos de Jesús y en la primera lectura está la llamada del profeta Samuel. En ambos relatos destaca la importancia de una figura que desempeña el papel de mediador, ayudando a la persona llamada a reconocer la voz de Dios y seguirla. En el caso de Samuel, es Elí, un sacerdote del templo de Silo, donde se guardaba antiguamente el Arca de la Alianza, antes de ser transportada a Jerusalén. Una noche Samuel, que era todavía un niño y desde niño vivía al servicio del templo, tres veces seguidas se sintió llamado durante el sueño, e iba donde Elí. Pero no era él quien lo estaba llamando. A la tercera vez Elí lo entendió y le dijo a Samuel: Si te llama de nuevo, responde: "Habla, Señor, que tu siervo escucha" (1 Samuel 3,9). Así fue, y desde entonces Samuel aprendió a reconocer las palabras de Dios y se convirtió en su profeta fiel. En el caso de los discípulos de Jesús, la figura de la mediación es la de Juan el Bautista. Ciertamente, Juan tenía un amplio círculo de discípulos, entre quienes estaban también los hermanos Simón y Andrés, y Santiago y Juan, pescadores de la Galilea. Sólo a dos de ellos el Bautista les señaló a Jesús, un día después de su bautismo en el río Jordán. Se dirigió a ellos diciendo: "¡He ahí el Cordero de Dios" (Jn 1,36), lo que equivalía a decir: He ahí al Mesías. Y aquellos dos siguieron a Jesús, permanecieron mucho tiempo con él y se convencieron de que era realmente el Cristo. Inmediatamente se lo dijeron a los demás, y así se formó el primer núcleo de lo que se convertiría en el colegio de los Apóstoles. A la luz de estos dos textos, me gustaría subrayar el papel fundamental de un guía espiritual en el camino de la fe y, en particular, en la respuesta a la vocación especial de consagración al servicio de Dios y de su pueblo. Incluso la misma fe cristiana, en sí misma, supone el anuncio y el testimonio: es decir, consiste en la adhesión a la buena noticia de que Jesús de Nazaret ha muerto y resucitado, y que es Dios. Es también la llamada a seguir a Jesús más de cerca, renunciando a formar una propia familia para dedicarse a la gran familia de la Iglesia, lo que generalmente pasa a través del testimonio y la propuesta de un "hermano mayor", que por lo general es un sacerdote. Esto sin olvidar el papel fundamental de los padres,

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Querido hermanos y hermanas!:De las lecturas bblicas de este domingo --el segundo del Tiempo Ordinario--, se nos revelael tema de la vocacin: en el Evangelio se ve lallamada de los primeros discpulos de Jessy en la primera lectura est la llamada del profetaSamuel. En ambos relatosdestaca la importancia de una figura que desempea el papel de mediador, ayudando a la persona llamada a reconocer la voz de Dios y seguirla.En el caso de Samuel, esEl, un sacerdote del templo de Silo, donde se guardaba antiguamente el Arca de la Alianza, antes de ser transportada a Jerusaln. Una noche Samuel, que era todava un nio ydesde nio viva al servicio del templo, tres veces seguidas se sinti llamado durante el sueo, e iba donde El. Pero no era l quien lo estaba llamando. A la tercera vez El lo entendi y le dijo a Samuel: Si te llama de nuevo, responde: "Habla, Seor, que tu siervo escucha" (1 Samuel 3,9). As fue, y desde entonces Samuel aprendi a reconocer las palabras de Dios y se convirti en su profeta fiel.

En el caso de los discpulos de Jess, la figura de la mediacin es la deJuan el Bautista.Ciertamente, Juan tena un amplio crculo de discpulos, entre quienes estaban tambin los hermanosSimn y Andrs, y Santiago y Juan, pescadores de la Galilea. Slo a dos de ellos el Bautista les seal a Jess, un da despus de su bautismo en el ro Jordn. Se dirigi a ellos diciendo: "He ah el Cordero de Dios" (Jn 1,36), lo que equivala a decir: He ah al Mesas. Y aquellos dos siguieron a Jess, permanecieron mucho tiempo con l y se convencieron de que era realmente el Cristo. Inmediatamente se lo dijeron a los dems, y as se form el primer ncleo de lo que se convertira en el colegio de los Apstoles.

A la luz de estos dos textos, me gustara subrayar elpapel fundamental de un gua espiritual en el camino de la fey, en particular, en la respuesta a la vocacin especial de consagracin al servicio de Dios y de su pueblo. Incluso la misma fe cristiana, en s misma, supone el anuncio y el testimonio: es decir, consiste en la adhesin a la buena noticia de que Jess de Nazaret ha muerto y resucitado, y que es Dios. Es tambinla llamada a seguir a Jess ms de cerca, renunciando a formar una propia familia para dedicarse a la gran familia de la Iglesia,lo que generalmente pasa a travs del testimonio y la propuesta de un "hermano mayor", que por lo general es unsacerdote. Esto sin olvidar elpapel fundamental de los padres, quienes por su fe autntica y gozosa, y su amor conyugal, muestran a los nios que es hermoso y es posible construir toda una vida basada en el amor de Dios.