Putnam El Desplome de La Dicotomia Hecho Valor

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    El desplome de la dicotomahecho-valor y otros ensayos

    Hilary Putnam

    Editorial Paids

    Buenos Aires, 2004

    Este material se utiliza con finesexclusivamente didcticos

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    PREFACIO

    La primera parte de este libro incluye las conferencias que di por invitacin de la FundacinRosenthal y la Northwestern University School of Law en noviembre de 2000. Estas conferencias presentanla argumentacin contra la dicotoma hecho/valor, tal y como esta dicotoma ha sido desarrollada ydefendida histricamente, y dilucidan la importancia de la cuestin, en particular para la economa. Tengo lacerteza de que en el derecho se plantean cuestiones similares pero, consciente de mis propias limitaciones, nohe intentado documentarlas.

    Durante los diez aos en que Amartya Sen fue mi colega en la Universidad de Harvard, llegu aapreciar no slo su brillantez (que le iba a reportar el Premio Nobel de economa al poco tiempo de dejarHarvard por el Trinity College de Cambridge) y su idealismo, sino tambin la importancia de lo que l llamaenfoque de las capacidades en economa del bienestar ante quiz el mayor problema con que se enfrentala humanidad en nuestro tiempo, el de las inmensas disparidades entre las partes ms ricas y las ms pobresdel globo. El alma de este enfoque es la percepcin de que los temas de economa del desarrollo y los temasde tica no pueden mantenerse separados sin ms. Sen, a lo largo de su carrera, ha echado mano tanto de losrecursos de la economa matemtica como de los de la filosofa moral, incluidas diversas concepciones del

    florecimiento humano.Sin embargo, la mayor parte de la filosofa del lenguaje y gran parte de la metafsica y laepistemologa analticas se han mostrado abiertamente hostiles al discurso sobre el florecimiento humano,considerndolo irremediablemente subjetivo, a menudo relegando toda la tica a esta categora de desecho.

    Adems, la economa se enorgullece con frecuencia de eludir todo presupuesto metafsicomientras est engullendo entera la metafsica del positivismo lgico un estado de cosas brillantementeanalizado y criticado por Vivian Walsh en su obra Rationality, Allocation and Reproduction.Walsh y yosomos ntimos amigos desde hace cerca de cincuenta aos y hace ya mucho tiempo que llam mi atencinsobre este lamentable estado de cosas en el campo de la economa. Cuando lleg la invitacin de laNorthwestern University School of Law para impartir las conferencias Rosenthal en noviembre de 2000, mepareci que se trataba de la ocasin perfecta y Walsh me anim encarecidamente a ello para presentaruna recusacin detallada de la concepcin segn la cual los hechos son hechos y los valores son valores, y

    ambas cosas nunca deben mezclarse, que implica que la empresa seniana de acercar ms la economa a latica es lgicamente imposible. Tambin constitua una oportunidad para presentar una filosofa del lenguajemuy distinta de la del positivismo lgico, que hace imposible la empresa seniana. Es evidente que desarrollaruna explicacin menos cientificista de la racionalidad que nos permita ver que el razonamiento, lejos de serimposible en reas normativas, es de hecho indispensable en ellas, y, a la inversa, entender que todorazonamiento presupone juicios normativos, es importante no nicamente en economa, sino tambin como observ Aristteles en todas las facetas de la vida.

    Como se explica en la Introduccin, aparte de las conferencias Rosenthal, que han sido retocadas tanslo ligeramente (en particular, aunque ahora son captulos y no conferencias, espero que el lectortodava pueda sentir que est escuchando una conferencia a medida que lee), tambin he reunido en estevolumen aquellos de mis ensayos ms recientes que se sustentan directamente en los argumentos de lasconferencias Rosenthal y les ayudan a tomar cuerpo.

    Como siempre, este libro ha sido ledo atentamente por James Conant y por Ruth Anna Putnam. Sus crticaspreguntas y provechosas sugerencias han sido de gran ayuda en la revisin de las conferencias Rosenthal.As, este libro tiene en realidad cuatro padrinos: Conant, Sen, Walsh y Ruth Anna.

    Cambridge, Massachussets

    Universidad de Harvard, 2002

    Capabilities, trmino acuado por Sen que combina, en espaol, dos sentidos de capacidad, no denotados por suhomlogo en ingls: capacity, la propiedad de contener otras cosas, y ability, aptitud. Frente al nfasis de la economadel bienestar clsica en la mera capacidad de atesorar (contener) bienes materiales, el enfoque de las capacidades

    destaca la capacidad (aptitud) de las personas para transformar esos bienes en bienestar y calidad de vida. Vase, porejemplo, A. Sen,Inequality Reexamined, Nueva York, Oxford University Press, 1992 (trad. cast.: Nuevo examen de ladesigualdad, Madrid, Alianza, 1995). (N. delt.)

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    INTRODUCCIN

    La idea de que los juicios de valor son subjetivos es una creacin filosfica que ha llegado a sergradualmente aceptada por mucha gente como si fuera de sentido comn. En manos de pensadores hbiles,esta idea puede ser, y de hecho ha sido, desarrollada de distintas maneras. Los autores que ocuparn mi

    atencin aqu sostienen que los enunciados fcticos pueden ser objetivamente verdaderos y tambinobjetivamente justificados, mientras que los juicios de valor no pueden ser ni una cosa ni otra. Segn lospartidarios ms extremos de una dicotoma tajante entre hecho y valor, los juicios de valor estncompletamente al margen de la esfera de la razn. Este libro trata de demostrar que esas concepcionesdescansan desde el principio en argumentos insostenibles y dicotomas exageradas. Y tales argumentos hantenido, como veremos, importantes consecuencias en el mundo real a lo largo del siglo XX.

    Aunque he criticado la dicotoma hecho/valor en algunos captulos de libros anteriores, sta es laprimera vez que intento examinar la historia de tal dicotoma, desde David Hume hasta el presente, yconsiderar sus efectos concretos, en particular sobre la ciencia econmica. He escogido la economa porquees una ciencia con impacto en la poltica los economistas aconsejan directamente a los gobiernos y a lasorganizaciones no gubernamentales. Y la cuestin de la que trata este libro, la de si los fines, es decir,los valores, pueden o no ser racionalmente discutidos dicho de otro modo, la de si hay una nocin de

    racionalidad aplicable a las cuestiones normativas, lleva siendo objeto de un acalorado debate en economadesde hace muchas dcadas. Otro motivo es que, si bien durante un tiempo la perspectiva dominante en laciencia econmica ha sido precisamente la impugnada aqu, la perspectiva segn la cual, en palabras deLionel Robbins, cuando se trata de valores no hay lugar para la discusin, existe una poderosaargumentacin desde el otro bando, una argumentacin en favor de la necesidad y la posibilidad deargumentos racionales en las cuestiones ticas de la economa del bienestar, establecida y defendida a lolargo de muchos aos por uno de los mejores economistas del mundo, Amartya Sen. En la actualidad, porconsiguiente, la pregunta acerca de cules son las diferencias entre juicios de hecho y juicios de valor yano es una pregunta tab. Pueden muy bien estar en juego cuestiones de literalmente vida o muerte.

    Los primeros tres captulos de este libro, que recogen las conferencias Rosenthal que di en laNorthwestern University School of Law en el ao 2000, exponen los argumentos contra la dicotomahecho/valor tal y como ha sido desarrollada y defendida histricamente, y explican su importancia para la

    economa. En la primera de las conferencias (captulo 1) examino, en un contexto ms amplio, la prctica deciertos filsofos de convertir en dicotomas absolutas lo que parecen ser distinciones inocuas. En particular,demuestro que la idea de una dicotoma absoluta entre hechos y valores tiene su origen en otradicotoma menos familiar para los no versados en filosofa: la que se establece entre juicios analticos ysintticos. Analtico es el trmino introducido por Kant para designar lo que la mayora de la gentellama verdades por definicin, por ejemplo: Todos los solteros son no casados. Los positivistas lgicossostenan que las matemticas consisten en una serie de verdades analticas. sinttico era el trminokantiano para las verdades no analticas; Kant daba por supuesto que las verdades sintticas son enunciadosde hechos. Su sorprendente afirmacin era que las matemticas son a la vez sintticas y a priori. Este librointenta mostrar que estas dos dicotomas, juicio de hecho versus juicio de valor y verdad de hecho versusverdad analtica, han pervertido nuestro pensamiento tanto en lo que concierne al razonamiento tico comoa la descripcin del mundo, impidindonos advertir que evaluacin y descripcin estn entretejidas y soninterdependientes.

    La, segunda parte empieza con un captulo que es la continuacin natural de las conferenciasRosenthal, puesto que describe la pugna inicial de Sen con la cuestin hecho/valor. El resto de la segundaparte (y del libro) rene unos cuantos de mis ltimos ensayos y conferencias, que complementan losargumentos de la primera parte en distintos aspectos. En el captulo 5 figura una crtica a uno de lospresupuestos de la teora de la decisin racional (la completud), en el que se basaba gran parte de laeconoma del siglo XX. Como observar el lector atento a las notas, el presupuesto de la completud es otro,blanco de las crticas de Amartya Sen (y de otros muchos economistas y filsofos). En la segunda parte delcaptulo 5, sin embargo, abandono el marco de la economa e intento demostrar que la largamente debatidadistincin, introducida por Bernard Williams, entre razones internas y razones externas para unadecisin es otro ejemplo de lo que en el captulo 1 llamo una dicotoma metafsica, y que tambin se

    fundamenta, aunque ms sutilmente, en la imbricacin de hecho y valor analizada en el captulo 2.En los captulos 6 y 7 abordo dos cuestiones que tienen que ver con el fundamento de la tica. Elcaptulo 6 considera la cuestin de cmo sostener la creencia en la objetividad del juicio tico si uno se niega(como lo hago yo) a postular cualquier reino platnico especial para las propiedades ticas. Sostengo

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    que puede hallarse el fundamento para una explicacin completamente opuesta a la platnica en los escritosde John Dewey. En el captulo 7 examino la posicin de Jrgen Habermas, que traza una distincin tajanteentre normas ticas universales y valores no universalizables, y sostiene que slo las primeras lasnormas son objetivas. Puesto que los bienes que segn los economistas y filsofos seguidores de Sendebemos jerarquizar, por muy tentativa y faliblemente que sea, son valores y no normas (la longevidad,la salud, el acceso a la educacin a varios niveles, la oportunidad de crear y disfrutar de obras de arte, etc.),ello implicara que Sen nos est pidiendo de nuevo la tarea imposible de razonar acerca de lo que es

    meramente subjetivo, o cuanto menos totalmente relativo a una cultura. Mi tesis es que ah subyace una vezms una dicotoma indefendible y que, de hecho, la objetividad que Habermas atribuye a las normaspresupone la objetividad de por lo menos algunos valores.

    En el captulo 2 invoco el argumento de que (como sealan Peirce y el resto de los pragmatistasclsicos) la ciencia misma presupone valores de que los valores epistmicos (coherencia, simplicidad ysemejantes) son tambin valores, y estn en el mismo barco que los valores ticos con respecto a laobjetividad. El captulo 8, el captulo final, desarrolla este argumento mediante una ojeada a la filosofa dela ciencia del siglo XX y la penosa historia de sus intentos por evadir esta cuestin.

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    CAPTULO 1. LOS ANTECEDENTES EMPIRISTAS

    Dnde est la cuestin de hecho que aqu llamamos crimen?; sealadla; determinad elmomento de su existencia; describid su esencia o naturaleza; exponed el sentido o la facultad a losque se manifiesta. Reside en el alma de la persona ingrata; tal persona debe, por tanto, sentirla yser consciente de ella. Pero nada hay ah, excepto la pasin de mala voluntad o absolutaindiferencia. Mas no podemos decir que siempre y en todas las circunstancias estas cosas seancrmenes. No; slo son crmenes cuando se dirigen contra personas que previamente hanexpresado y manifestado buena voluntad para con nosotros. En consecuencia, podemos inferir queel crimen de la ingratitud no es ningn hecho individual en particular, sino que surge de unacomplejidad de circunstancias, las cuales, al ser presentadas al espectador, provocan el sentimientode censura segn la estructura y constitucin particulares de su mente.

    DAVID HUME

    Todos y cada uno de los presentes han odo alguna vez a alguien preguntar: Se ha de consideraresto un juicio de hecho o un juicio de valor?. Lo que se est presuponiendo con este rompecabezas es quesi es un juicio de valor no puede ser en absoluto un [enunciado de] hecho, y un presupuesto aadido es

    que los juicios de valor son subjetivos. La concepcin de que los juicios de valor no son afirmacionesfcticas y la inferencia de que, dado que no lo son, entonces deben ser subjetivos, tienen una larga historia.Muchos cientficos sociales de nuestro siglo han aceptado ambas ideas, y ello con consecuencias de enormeimportancia, como veremos con detalle en el captulo 3 (en conexin con el caso particular de la economa).

    Antes de examinar con ms detalle la dicotoma entre hechos y valores resultar til observar unadistincin diferente, que tambin se ha exagerado hasta alcanzar el rango de dicotoma y se ha manejadocomo si comprendiera una clasificacin exhaustiva de todos los juicios posibles, a saber, la distincin entrelo analtico y lo sinttico. Analtico es un trmino tcnico del lenguaje filosfico que, bajo la presin deciertas tendencias imperantes en los primeros tiempos de la filosofa analtica, lleg a ser considerado elnombre idneo para la clase de verdades que son tautologas o verdaderas meramente en virtud de susignificado. Un ejemplo recurrente de este tipo de verdad supuestamente analtica es Todos los solterosson no casados (los positivistas, al emplear los trminos analtico y sinttico, estaban tomando

    prestado el vocabulario de Kant vocabulario heredado a travs de Frege y transformado por l en eseproceso). Los positivistas lgicos sostenan que las matemticas consisten en una serie de verdadesanalticas. Sinttico era el trmino de Kant para las verdades no analticas. Su sorprendente afirmacin eraque las verdades matemticas son a la vez sintticas y necesarias (a priori). En el siglo XX, los adversariospositivistas de Kant intentaron ampliar la nocin de lo analtico hasta abarcar la totalidad de lasmatemticas (que segn ellos eran, en efecto, meras convenciones lingsticas que no tenan nada que vercon los hechos). De modo que, para los positivistas, ambas distinciones, la distincin entre hechos y valoresy la distincin entre analtico y sinttico, contraponen hechos a otra cosa: la primera distincin contraponelos hechos a los valores y la segunda contrapone los hechos a las tautologas (o verdadesanalticas).

    Existe un amplio reconocimiento del desplome de esta forma caduca de la dicotomaanaltico/sinttico desde que Quine la atacara en 1951. (Quine arguy que los enunciados cientficos nopodan ser divididos de modo tajante en convenciones y hechos). En el captulo 2 describir elfenmeno (o, ms precisamente, los fenmenos) que he llamado la imbricacin de hecho y valor, yexplicar por qu la existencia de una tal imbricacin socava por completo la idea de un abismoomnipresente y fundamental entre los juicios de valor y los llamados enunciados de hecho. Me basar eneste fenmeno para aducir que esta dicotoma se desmorona de un modo totalmente anlogo a como lo hacela dicotoma analtico/sinttico (en efecto, esta ltima distincin tambin se derrumba a causa de unaimbricacin, la de convencin y hecho). En el captulo 3 (que, cuando estos tres captulos fueron expuestosdentro de las conferencias Rosenthal, era la conferencia final), examinar la obra de un gran economista yfilsofo, Amartya Sen, con la finalidad de ver cmo la naturaleza misma de la teora clsica en economase transforma en sus manos y cmo esta transformacin es funcin directa del desplome de la dicotomahecho/valor.

    Una versin de cada una de estas dicotomas, la dicotoma hecho/valor (es frente a debe) y ladicotoma analtico/sinttico (cuestiones de hecho frente a relaciones de ideas), tuvo carcterfundacional para el empirismo clsico, as como para su heredero del siglo XX, el positivismo lgico. De

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    modo que llegar a pensar sin estos dogmas es entrar en una autntica posmodernidad: entrar en un campototalmente nuevo de posibilidades intelectuales en todas las esferas importantes de la cultura.

    Empezar con algunas observaciones generales sobre dicotomas y distinciones, y luego abordar enconcreto las dicotomas analtico/sinttico y hecho/valor.

    UNA DISTINCIN NO ES UNA DICOTOMA: LO ANALTICO Y LO SINTTICO

    El punto de vista con respecto a la relacin entre hechos y valores que defender en este libro esel que John Dewey defendi prcticamente a lo largo de toda su larga y ejemplar carrera. Lo que atacabaDewey no era la idea de que, para ciertos propsitos, pueda ser til trazar una distincin (entre, digamos,hechos y valores). El blanco de su crtica era ms bien lo que l llamaba el dualismo hechos/valores,uno de los muchos dualismos filosficos que Dewey estaba interesado en identificar, diagnosticar y exorcizarde nuestro pensamiento. Una confusin que siempre tiende a provocar su obra (tal como he aprendido alensearla) es la de que cuando Dewey ataca lo que l llama dualismos est atacando todas las distincionesfilosficas asociadas a ellos. Nada ms lejos de la verdad: el caso de la dicotoma analtico/sinttico, pese ano ser uno de los ejemplos de dualismo filosfico pernicioso favoritos de Dewey, ilustra la importancia derespetar la distincin entre un dualismo filosfico y una distincin filosfica.

    Los positivistas lgicos introdujeron una clebre clasificacin tripartita de todos nuestros presuntosjuicios dividindolos en sintticos (y, por ende, segn los positivistas lgicos, verificables o falsablesempricamente), analticos (y, por ende, segn los positivistas lgicos, verdaderos [o falsos] con arregloslo a las reglas [lgicas]) y por ltimo y esta categora incluye especialmente todos nuestros juiciosticos, metafsicos y estticos carentes de valor cognitivo (aunque puedan tener una funcin prcticacomo imperativos, modos camuflados de influir en las actitudes de otros, etc.). Aunque nuestro lenguajeordinario es confuso y vago, de modo que algunas de sus oraciones pueden no ser clasificables con claridadcomo analticas o sintticas (o incluso como dotadas o carentes de valor cognitivo), una vez que queda clarolo que el hablante quiere decir tal vez despus de haberle presentado un conjunto de precisasformulaciones alternativas en un lenguaje artificial, la formulacin (o reconstruccin racional) clara quel escoja de lo que est intentando decir, sea sta cual sea, ser 1) verdadera (o falsa) en virtud de las reglas(o convenciones) mismas del lenguaje artificial, o 2) comprobable mediante la confrontacin con oraciones

    observacionales, o 3) un mero sinsentido cognitivamente hablando. Lo que he dicho antes acerca de ladicotoma hecho/valor, a saber, que se conceba como un abismo omnipresente y fundamental, se podradecir tambin de la dicotoma analtico/sinttico tal como la conceban los positivistas lgicos. Decir que esomnipresente es decir que esta distincin se concibe como aplicable absolutamente a todos los juiciossignificativos y absolutamente en todas las reas. Es ms, si un juicio no puede ser clasificado as, entoncesesto bastar para demostrar que el supuesto juicio es en el mejor de los casos ambiguo, que el hablante notiene claro cul de entre varios juicios diferentes quiere hacer o, en el peor de los casos, que no se da enabsoluto un autntico juicio. Esta distincin analtico/sinttico (o, para usar la expresin de Dewey, estedualismo de lo analtico y lo sinttico) es una ilusin metafsica. Decir que la distincin analtico/sintticoresulta fundamental es decir que, una vez que esta distincin (o, ms bien, este dualismo) fuese aceptada,todos los problemas filosficos quedaran por ello mismo resueltos de inmediato. Los nicos problemas porresolver seran tcnicos, tales como los que los mismos positivistas lgicos plantearon.

    Esta transicin crucial de la que Dewey intent alertarnosde una inocente distincin a undualismo metafsico puede observarse ya en la manera en que Kant conceba la distincin entre juiciosanalticos y juicios sintticos, pues Kant forz la pregunta: Las verdades matemticas, son analticas osintticas? (as como preguntas similares acerca de muchos otros casos difciles, por ejemplo, el principiode causalidad). Kant consideraba que los principios de las matemticas eran a la vez sintticos y a priori,tesis que ha resultado anatema para los empiristas. La rplica de los positivistas lgicos fue que losprincipios de las matemticas son efectivamente necesarios (como pensaba Kant), pero no sintticos, sinoanalticos. Sin embargo, a fin de dar esta rplica, los positivistas lgicos forzaron la nocin de analiticidadhasta hacerla aicos.

    Una vez que la categora kantiana de lo sinttico a priori deja de estar disponible, pasa a serimportante considerar la posibilidad ante la que muchos metafsicos se muestran an reticentes de quelos principios de las matemticas sean distintos de los ejemplos paradigmticos de verdades analticas

    (Todos los solteros son no casados) y tambin de los de verdades puramente descriptivas (Los petirrojostienen plumas). Esto sirve para ilustrar una diferencia entre una distincin ordinaria y una dicotoma

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    metafsica: las distinciones ordinarias tienen mbitos de aplicacin y no nos sorprende que a veces no seanaplicables.

    Los positivistas lgicos no slo seguan a Kant al suponer que la forzada pregunta analtico osinttico? debe tener sentido aplicada a las matemticas, sino que tambin pensaban que era aplicable a todoenunciado particular de la fsica terica. Por lo tanto pese al hecho de que consideraciones de elegancia(en las que los positivistas lgicos veran la introduccin de un elemento de convencin), as como lanecesidad de que nuestras teoras fsicas en conjunto cuadren con los experimentos (con loshechos, en la

    jerga de los positivistas lgicos), conforman el modo en que desarrollamos y empleamos los conceptos enfsica, tienen que sostener que la pregunta por, digamos, el carcter analtico o sinttico del principio deconservacin de la energa no es slo una pregunta significativa, sino que adems es una pregunta que hayque responder si queremos embarcarnos en el proyecto de hacer que nuestra fsica sea (enteramente)racional. Quine critic a los positivistas, en primer lugar, por su fracaso en apreciar que este rasgolegislativo [en otras palabras, el elemento de convencin] es un rasgo de las hiptesis cientficas de unamanera muy general (ms que una propiedad de ciertas proposiciones cientficas particulares y no de otras)y, en segundo lugar, por su fracaso en apreciar que es un rasgo del acontecimiento pasajero ms que de laverdad por l instituida (en otras palabras, el hecho de que una proposicin sea inicialmente aceptada comouna convencin no implica que no haya que someterla luego al tribunal del experimento, al igual que el restode las oraciones de la teora). Resumiendo todo esto en una brillante metfora, Quine escribi: El saber denuestros padres es un tejido de proposiciones. En nuestras manos se desarrolla y modifica a travs deretoques y aadidos ms o menos arbitrarios y deliberados por nuestra parte, motivados ms o menosdirectamente por la continua estimulacin de nuestros rganos sensoriales. Es un saber gris plido, negro porel hecho y blanco por la convencin. Pero no he encontrado razones de peso para concluir que haya en lninguna hebra lo bastante negra ni lo bastante blanca.

    Quine, sin embargo, fue demasiado lejos en su ataque inicial a la distincin en su famoso ensayoDos dogmas del empirismo, donde perda de vista el punto principal al negar, de hecho, que tenga sentidoalguno distinguir una clase de verdades analticas (por ejemplo, Todos los solteros son no casados) de lasverdades sujetas a comprobacin observacional (Todas las estrellas de la secuencia principal son rojas). Y,en efecto, gran parte de la filosofa de las matemticas de Quine parece ser un intento de asimilar la verdadmatemtica a las verdades de la fsica (lo cual, ms que implicar que la cuestin analtico o sinttico seairremediablemente confusa, parece implicar que las proposiciones matemticas son sintticas en el sentido

    de Kant). Otros, sin embargo, empezando por m mismo, hemos argumentado que puede aceptarse laintuicin de Quine (que hay amplias categoras de proposiciones que no pueden clasificarse simplementecomo verdades analticas o como enunciados de hechos observables) y a la vez no abandonar la modesta ideade que hay tambin casos que caen en uno u otro lado de la siguiente distincin especificable: enunciados deun cierto lenguaje que son trivialmente verdaderos en virtud del significado de sus palabras y enunciados queno lo son; posteriormente, Quine mismo concedi que yo tena razn e intent enunciar la diferencia conprecisin. Yo aadira que reconocer una diferencia entre tales enunciados trivialmente verdaderos independientemente de cmo caractericemos lingsticamente esta clase y otros tipos de enunciados noimplica que todos los dems tipos de enunciados se subsuman bajo una nica clase de enunciados acerca decuestiones de hecho (Hume) o de enunciados sintticos (Kant). En resumen, domesticada de este modo,la nocin de enunciado analtico resulta ser una nocin modesta y en ocasiones til, pero ya no esa poderosaarma filosfica capaz de funciones tan maravillosas como la de explicar por qu las verdades matemticas no

    representan ningn problema en absoluto para el empirismo.Otro punto acerca de la dicotoma analtico/sinttico, que ya he mencionado de pasada pero que

    quiz merece la pena repetir, es que, al concebirse dicha dicotoma como filosficamente obligatoria, seinterpretaban ambos lados de la distincin como gneros naturales, cada uno de ellos una categora cuyosmiembros posean una propiedad esencial en comn. Para los positivistas, esto significaba no slo quetodos los miembros de la (as inflada) categora de lo analtico tenan supuestamente la propiedad de serverdaderos [meramente] en virtud de las reglas del lenguaje, sino tambin que todos los miembros de laclase complementaria, los enunciados no analticos, tenan la propiedad de ser descripciones de hecho,tomando como modelo original el tipo de hecho emprico que uno puede figurarse. La posibilidad de quehubiera muchos gneros de enunciados no analticos y la de que identificar un enunciado como noanaltico no equivaliera (todava) a identificar un gnero de enunciado filosficamente interesantequedaban descartadas desde el principio.

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    LA HISTORIA DE LA DICOTOMA HECHO/VALOR

    La historia de la dicotoma hecho/valor es en ciertos aspectos paralela a la de la dicotomaanaltico/sinttico. Al igual que esta ltima, es anticipada por una dicotoma humeana: la implcita en lafamosa doctrina de Hume de que no se puede inferir un debe a partir de un es.

    Aunque son muchos los autores que suscriben sin reparos la afirmacin de Hume de que uno nopuede inferir un debe de un es (a veces se habla de la ley de Hume), las razones aducidas en su favorpor el propio Hume no son en absoluto aceptadas por quienes le citan de manera tan aprobatoria.

    Una pista de que la afirmacin no se puede inferir un "debe" de un "es" presupone una metafsicasustancial (y que no se trata, por el contrario, de una simple observacin lgica) es que nadie, ni siquiera elmismo Hume, la ha tomado nunca como una mera afirmacin sobre la validez de ciertas formas deinferencia, anloga a la de que no puede inferirse "p" y "q" de "p" o "q". Efectivamente, si la afirmacinfuese simplemente acerca de la forma de ciertas inferencias, prohibira inferir debe hacerse x en tales-y-cuales circunstancias de hacer x en tales-y-cuales circunstancias es bueno y evitar hacer x en esas mismascircunstancias es malo. Por supuesto, muchos filsofos contestaran este a ejemplo diciendo que no entra enconflicto con el dictum de Hume porque es un caso de inferencia de un debe a partir de otro debe. Perosta es precisamente mi tesis. La capacidad de estos mismos filsofos de reconocer enunciados del tipohacer x en tales-y-cuales circunstancias es bueno, y evitar hacer x en esas mismas circunstancias es malocomo casos de debe no descansa en ninguna caracterstica propia de la forma del enunciado, sino ms bienen la comprensin de su contenido.

    Tampoco la entiende el mismo Hume (ni ninguno de sus lectores) como una afirmacin sobre loscnones de la inferencia formal. Hume presupona ms bien una dicotoma metafsica entre cuestiones dehecho y relaciones de ideas (la dicotoma que constituye su anticipacin temprana de la distincinanaltico/sinttico). Lo que Hume quera decir era que cuando un juicio con es describe una cuestin dehecho, no puede derivarse de l ningn juicio con debe. La metafsica humeana de las cuestiones dehecho constituye todo el fundamento de la supuesta inderivabilidad de los debe a partir de los es.

    Sin embargo, el criterio de Hume para las cuestiones de hecho presupone lo que podramos llamaruna semntica figurativa. En la teora de la mente de Hume, los conceptos son un tipo de idea, y las

    ideas son ellas mismas figurativas: el nico modo en que pueden representar cualquier cuestin dehecho es asemejndose a ella (aunque no necesariamente en sentido visual las ideas pueden ser tambintctiles, olfativas, etc.). Las ideas tambin tienen, no obstante, propiedades no figurativas: pueden entraaro estar asociadas a sentimientos, es decir, emociones. Hume no dice tan slo que no podemos inferir undebe de un es; afirma, en sentido ms amplio, que no hay cuestin de hecho acerca de lo correcto nicuestin de hecho acerca de la virtud. La razn de ello es que, si hubiese cuestiones de hecho acerca de lavirtud y el vicio, entonces tendra que ser el caso (si aceptamos la semntica figurativa) que la propiedadde la virtud fuera figurable en el modo en que lo es la propiedad de ser una manzana. La conclusin de Humede que no hay cuestiones de hecho de ese tipo era la correcta, dada su concepcin semntica. Ms an, dadoque las pasiones o sentimientos eran las nicas propiedades remanentes de las ideas que Hume createner a su alcance para explicar por qu tenemos una impresin tan fuerte de que existen tales cuestiones de

    hecho, era bastante razonable que llegara a la conclusin de que los componentes de nuestras ideas que

    corresponden a juicios sobre la virtud y el vicio no son nada ms que sentimientos suscitados en nosotrospor la contemplacin de las acciones pertinentes debido a la estructura y constitucin particulares denuestras mentes.

    La doctrina de que no puede inferirse un "debe" a partir de un "es" posee una caracterstica quehemos observado en relacin con la dicotoma analtico/sinttico: un lado de la distincin designa una clasecon una caracterstica ms o menos distintiva. En el caso de la filosofa moral de Hume, la clase en cuestines la de los juicios que contienen la idea del debe. As descrita, esa clase presupone el desacreditadodiscurso de los siglos XVII y XVIII acerca de las ideas, pero si queremos desinflarla dicotoma implcita enlos argumentos de Hume, podemos corregir este defecto hablando en su lugar de la clase de juicios queincluyen la palabra debe en uno de sus usos ticos. En realidad, as descrita, esta clase es algo vaga (dadoque no est claro cundo un uso de debe es un uso tico), pero al igual que en el caso de la nocin deuna verdad analtica, sera prematuro negar que haya tal clase en absoluto sobre la base de la mera

    vaguedad de sus lmites. Ms an, guiados por las propias observaciones de Hume en su Investigacin sobrelos principios de la moral, podemos ampliar esa clase incluyendo en ella los juicios que contienen no slo lapalabra debe, sino tambin las palabras correcto, errneo, virtud, vicio y derivados tales como

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    virtuoso y vicioso, al igual que bueno y malo en su uso tico. La clase resultante llammoslaclase de los juicios de valor paradigmticos contendra la gran mayora de los ejemplos que aparecen enlos escritos de los partidarios de lo que estoy llamando dicotoma hecho/valor. Conceder queefectivamente existe una clase (aunque con lmites algo vagos) de verdades que pueden llamarse analticas1) no parece, en s mismo ni por s mismo, conducir a la solucin de ningn problema filosfico, 2) no nosdice exactamente qu es lo que los miembros de la clase tienen en comn ni 3) tampoco nos obliga enabsoluto a aceptar que el complementario de tal clase (la clase de las verdades y falsedades no analticas) sea

    un gnero natural cuyos miembros poseen algn tipo de esencia comn. De modo similar, conceder que hayuna clase de juicios (paradigmticamente ticos) que contiene quiz nueve, diez o una docena de palabrasticas familiares 1) no resuelve ningn problema filosfico, 2) no nos dice qu es exactamente lo queconvierte una palabra en palabra tica, 3) ni tampoco nos obliga a aceptar que todos los juicios no ticospertenezcan a uno o incluso dos o tres gneros naturales.

    El papel de Kant en la evolucin subsiguiente de lo que haba de llegar a ser la dicotomahecho/valor contempornea es demasiado complejo para abordarlo aqu con detalle, porque su filosofamisma es demasiado compleja como para despacharla en un breve repaso. Baste decir que muchos filsofosmorales kantianos han interpretado y han estado de acuerdo con esta interpretacin que la tesis de Kantera que los juicios de valor tienen el carcter de imperativos (Kant mismo habla de reglas y mximas,as como del famoso imperativo categrico). Segn ellos, El asesinato est mal es un modo de decirNo matars, y sta no es una descripcin de hecho alguno (en este punto, por tanto, Kant asinterpretado acaba concordando con Hume). Pero, en cualquier interpretacin plausible de la concepcinde Kant, semejante observacin no puede ser slo la expresin de un sentimiento ni tampoco la simplemezcla de un juicio (que se dan determinadas circunstancias) y de la expresin de un sentimiento (enrelacin con dichas circunstancias). Aqu Kant est en rotundo desacuerdo con Hume. Todos los intrpretesde Kant piensan que ste sostena que los enunciados morales pueden ser justificados racionalmente; dehecho, la totalidad de la filosofa moral de Kant es una explicacin de cmo puede ser ste el caso.

    Aunque hay algunos destacados filsofos morales (por ejemplo, Barbara Herman y ChristineKorsgaard) que piensan que la concepcin kantiana por lo menos tal como la reconstruye John Rawls esbsicamente correcta, la mayora de los filsofos contemporneos consideran que la filosofa moral de Kantdepende excesivamente del resto de la metafsica kantiana, una metafsica que pocos filsofos se ven hoycapaces de aceptar, si es que hay alguno que lo haga. Y del mismo modo que el desplome de la credibilidad

    filosfica de la nocin kantiana de verdad sinttica a priori llev a los positivistas lgicos a volver a unaversin enormemente exagerada de la idea de Hume de que un juicio o es analtico (trata de relaciones deideas) o sinttico a posteriori (trata de cuestiones de hecho), y tambin a ampliar lo analtico (dado que elintento del empirismo clsico de demostrar que las matemticas son sintticas a posteriori no funcion), asel desplome de la credibilidad filosfica de la nocin de Kant de una razn pura prctica (y con ella la dela variedad kantiana de una tica a priori fundamentada en esta nocin) llev a los positivistas lgicos avolver a una versin enormemente exagerada de la idea de Hume de que los juicios ticos no son enunciadosde hecho, sino expresiones de sentimiento o bien imperativos disfrazados. En esta ltima idea resulta anevidente una influencia residual kantiana, pero con un giro humeano: para el positivista, estos imperativos nopueden ser justificados racionalmente, sino que simplemente reflejan, en el fondo, el estado volitivo delhablante.

    Esta exclusin de los enunciados ticos del dominio del discurso racional recibe expresin

    vehemente por parte de Carnap en su pequeo libro The Unity of Science. Tras explicar que todos losproblemas no cientficos son una confusin de [...] pseudoproblemas, escribe:

    Todos los enunciados pertenecientes a la metafsica, la tica regulativa y la epistemologa(metafsica) tienen este defecto: son de hecho no verificables y, por tanto, acientficos. En elCrculo de Viena estamos acostumbrados a describir tales enunciados como sinsentidos (siguiendoa Wittgenstein). Esta terminologa debe entenderse en el sentido de que implica una distincinlgica, no psicolgica, por ejemplo; con su uso se pretende nicamente aseverar que losenunciados en cuestin carecen de cierta caracterstica lgica comn a todos los enunciadospropiamente cientficos [a saber, la verificabilidad. HP]; no pretendemos aseverar la imposibilidadde asociar concepcin o imagen alguna con estos enunciados no vlidos lgicamente. Lasconcepciones pueden ser asociadas con cualquier serie de palabras arbitrariamente compuesta; ylos enunciados metafsicos son altamente evocadores de asociaciones y sentimientos tanto en losautores como en los lectores.

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    Tanto en la distincin analtico/sinttico como en la de hecho/ valor (que se han inflado hastaalcanzar el estatus de dicotomas metafsicas) puede observarse que cada uno de sus miembros designa unaclase con una caracterstica ms o menos distintiva. Los casos paradigmticos de la clase de verdades queconstituan el lado analtico de la distincin analtico/sinttico en Kant eran verdades de la forma Todos losA son B, donde el sujeto A contiene la propiedad denotada por el trmino predicado B, por ejemplo,Todos los solteros son no casados, y sus consecuencias lgicas, por ejemplo, No hay solteros casados,etc.

    La distincin o dicotoma hecho/valor naci de manera algo distinta en tanto que Hume no introdujoningn trmino nico para lo que hoy llamamos juicios de valor (aunque tena a su disposicin el trminomoral). En lugar de ello, Hume examina trminos valorativos particulares, como crimen, debe,virtud y similares. Pero el contexto es siempre el contexto de la tica. As, la clase de trminos valorativosen discusin es, casi invariablemente, la clase de los trminos que protagonizan los ejemplos de juicios ticosen los escritos de los filsofos.

    Desde Hume, el hecho de que haya muchos tipos de juicio de valor que no pertenecen a una variedadtica (o moral) tiende a ser obviado en las discusiones filosficas sobre la relacin entre los (llamados)valores y los (llamados) hechos. Esto es especialmente cierto en el caso de los positivistas. Por lo general,Carnap no habla de juicios de valor sino slo de enunciados de tica regulativa (o tica normativa).Reichenbach, cuando se ocupa del miembro valor de la dicotoma hecho/valor, escribe sobre Lanaturaleza de la tica. Y en el libro de Charles Stevenson titulado Facts and Values no hay una solareferencia a juicios de valor fuera de la tica. No es que estos autores quieran negar que los juicios, digamos,estticos sean casos de juicios de valor; para la mayor parte de ellos se trata ante todo de rechazar la supuestaobjetividad o racionalidad de la tica, y creen que al deshacerse de ella proporcionan una explicacin queabarca asimismo todos los dems tipos de juicio de valor.

    Si desinflamos la dicotoma hecho/valor, lo que obtenemos es esto: que hay que trazar una distincin(una distincin til en algunos contextos) entre juicios ticos y otros tipos de juicios. ste es indudablementeel caso, al igual que es indudablemente el caso que hay que trazar una distincin (que tambin resulta til enalgunos contextos) entre juicios qumicos y juicios que no pertenecen al campo de la qumica. Pero no sesigue nada metafsico de la existencia de una distincin hecho/valor en este (modesto) sentido.

    EL LADO FCTICO DE LA DICOTOMA

    Una manera de resumir la conclusin precedente podra ser sta: la dicotoma hecho/valor es, en elfondo, no una distincin sino una tesis, a saber, la tesis de que la tica no trata de cuestiones de hecho.En el caso de Hume, esta tesis no se entenda en el sentido de proscribir la posibilidad de que un filsofoescribiera un manual sobre moral, mientras que, con toda certeza, Carnap s la entenda en ese sentido. (En elfragmento de The Unity of Science citado ms arriba, a las expresiones ticas no se les concede mssignificado que a una serie cualquiera de palabras compuesta arbitrariamente.) Hume era capaz decombinar su no cognitivismo en tica con la fe en la existencia de una cosa tal como la sabidura tica,porque comparta la tranquilizadora presuncin dieciochesca de que toda persona inteligente y bieninformada que dominase el arte de pensar acerca de las acciones y los problemas humanos de un modoimparcial experimentara los sentimientos adecuados de aprobacin y desaprobacin en las mismas

    circunstancias, a menos que hubiese algn defecto en su constitucin personal. Esto ha llevado a muchoscomentaristas a interpretar a Hume como si sostuviera que bueno significa tal que obtiene la aprobacinde la mayora de las personas imparciales y bien informadas; pero se trata de una interpretacin errnea.Hume pensaba que la mayora de las personas imparciales y bien informadas aprobaran todo aquello quefuera bueno, pero nunca afirm que ste fuera el contenido de la idea de lo bueno; de ser as no habraafirmado que no hay ningn hecho que sea el hecho de que algo es una virtud, un vicio, etc., y lo afirmclaramente. Por ejemplo, Hume escribe con respecto al concepto de crimen en el sentido dieciochesco defalta moral grave (no en el sentido meramente jurdico en que se usa en la actualidad): El crimen deingratitud no es ningn hecho individual, sino que surge de un complejo de circunstancias que, alpresentrsele al espectador, provocan el sentimiento de censura segn la estructura y constitucinparticulares de su mente (cursivas en el original). Sin embargo, el inters de Hume por el carcter (no

    El no cognitivismo con respecto a la tica es la posicin segn la cual los juicios ticos, en la medida en que carecende valor veritativo no pueden ser verdaderos ni falsos, no son cognoscitivos. (N.del t.)

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    cognitivo) de los conceptos ticos formaba parte de un inters ms amplio por la tica en cuanto tal. Suanlisis de la naturaleza de los juicios ticos era preliminar al tratamiento general de toda una rama autnomade la filosofa la moral a cuya adecuada reconstruccin atribua implicaciones sociales y polticas deenvergadura. Este inters ms general se ha desvanecido considerablemente cuando llegamos a alguien comoC. L. Stevenson, y est intencionadamente ausente en Carnap y en muchos de sus seguidores. El propsito deCarnap era expulsar la tica del dominio del conocimiento, no reconstruirla. Pero la confianza de lospositivistas lgicos en que podran expulsar la tica del dominio de lo racionalmente discutible derivaba en

    parte del modo en que, en sus manos, los dualismos analtico/sinttico y hecho/valor se reforzabanmutuamente. Segn los positivistas, para constituir conocimiento, las proposiciones ticas deberan ser obien analticas, cosa que manifiestamente no son, o bien fcticas. Y el convencimiento de los positivistasde que no podan ser fcticas, al igual que el de Hume de que el crimen de la ingratitud no es ningn hechoindividual, derivaba del convencimiento de que saban exactamente qu es un hecho. En los escritos de lospositivistas, tanto en el caso del dualismo de enunciados analticos y fcticos como en el del dualismo de

    juicios ticos y fcticos, es la concepcin de lo fctico la que hace todo el trabajo filosfico.Pero la ciencia ha cambiado radicalmente desde los das de Hume, y los positivistas se vieron cada

    vez ms forzados a abandonar su nocin inicial de hecho, en cierto modo similar a la de Hume, con el fin dehacer justicia a la revolucin cientfica de la primera mitad del siglo XX. Y, como demostrar, al revisar sunocin de hecho destruyeron el mismsimo fundamento sobre el cual haban erigido la dicotomahecho/valor.

    En tiempos de Hume, todava era razonable mantener que no haba predicados cientficamenteindispensables referidos a entidades no observables por los sentidos humanos. Si bien los tomosfiguraban en una parte importante de la especulacin cientfica de la poca (principalmente la britnica),Locke sostena que nunca podremos saber nada sobre ellos, y Berkeley y Hume estaban absolutamentedeterminados a descartar tales especulaciones por ininteligibles, del mismo modo que consideraban(filosficamente) ininteligible hablar de puntos en geometra o de infinitesimales en clculo.

    En efecto, la nocin humeana de hecho es simplemente la de algo de lo que puede haber unaimpresin sensorial. Cuando Hume se pregunta, por ejemplo, cul es el componente fctico en la nocinde causalidady qu es lo que aade al hecho mediante algn tipo de proyeccin, y decide que lo que laproyeccin aade es la idea de necesidad (en otras palabras, de causacin), todo lo que tiene que hacer acontinuacin es preguntarse si hay tal cosa como una impresin de necesidad. (Resulta ciertamente

    interesante que tantos filsofos contemporneos, que siguen pensando que Hume mostr que no hay nadaque se pueda considerar un hecho tico, rechacen los argumentos idnticos propuestos por el mismo Humeen conexin con la causalidad...)

    La situacin era, sin embargo, muy distinta en la poca en que se constituy el Crculo de Viena. Sesaba que existan cosas tales como las bacterias, no observables en el sentido de los positivistas lgicos(pero s con la ayuda de un microscopio), y, a pesar de que antes de los experimentos de Perrin de 1909 sobreel movimiento browniano algunos de los mejores fsicos del mundo negaban la realidad de los tomos, trasestos experimentos casi todos los fsicos en activo (aunque no fsicos-filsofos como Mach y Bridgman)estaban dispuestos a considerarlos cosas perfectamente reales. Es ms, en esa poca se estaba descubriendocon rapidez la estructura interna de los tomos electrones, protones y neutrones, seguidos de positrones,mesones y una multitud de otras partculas, pasaron a formar una parte importante de la ontologa cotidianade los fsicos. Los mismos positivistas lgicos quedaron profundamente impresionados por los xitos de la

    teora de la relatividad, que habla de un espacio-tiempo curvo, y de la mecnica cuntica. La idea de queun hecho es slo una impresin sensorial pareca difcilmente sostenible por ms tiempo.

    Pero los positivistas lgicos an se opusieron a aceptarlo durante ms de una dcada. La celebradaobra de Carnap Der logische Aufbau der Welt [La construccin lgica del mundo], publicada en 1928,sostena que todos los enunciados fcticos son transformables en enunciados acerca de las experienciassensoriales, propias del sujeto, o Elementarerlebnisse. Algunos miembros del Crculo de Viena insistanincluso en que un enunciado significativo deba ser verificable de manera concluyente medianteconfrontacin con la experiencia directa! En el fondo, la concepcin original de los positivistas lgicosconsista en que un hecho era algo que poda ser certificado por la mera observacin o incluso por el meroinforme de una experiencia sensorial. Si sta es la nocin de hecho, no es de extraar que los juicios ticosno sean fcticos...

    Carnap, sin embargo, se mostr contrario al requisito de verificabilidad concluyente y, en 1936,

    liberaliz ligeramente el requisito de que todos los predicados fcticos deban poder definirse mediantetrminos observacionales. Pero an segua siendo el caso que 1) una condicin necesaria que un enunciadotena que cumplir para valer como cognitivamente significativo era ser expresable en el lenguaje de la

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    ciencia (con arreglo a la formalizacin de los positivistas lgicos), y 2) los predicados admitidos en la partefctica del lenguaje de la ciencia tenan que ser trminos observacionales o reductibles (por medios bienespecificados y delimitados) a trminos observacionales. (Otros predicados, matemticos y lgicos, podanadmitirse en la parte analtica.) La descorazonadora consecuencia era que los enunciados sobre bacterias,electrones o el campo gravitacional tenan que ser reducidos a trminos observacionales o bien calificadosde sinsentidos (junto con la metafsica y (da tica normativa). 0 bien nunca hablamos realmente detomos (tal discurso sera slo una faon de parler, como pensaban tantos fsicos antes del experimento de

    Perrin), o bien, si lo hacemos y dicho discurso es en efecto cognitivamente significativo, entonces elcriterio de significatividad de los positivistas lgicos debera someterse a una revisin radical. Hacia 1938,Carnap haba llegado a la conclusin de que este ltimo era el nico curso de accin posible.

    La revisin implic abandonar por completo el requisito de que un predicado fctico significativotuviera que ser o bien un predicado observacional o bien reductible a predicados observacionales. En suFundamentos de lgica y matemticas de 1938, Carnap conceda que trminos problemticos tales comoelectrn y carga no se introducen en fsica mediante definiciones (ni siquiera mediante reducciones),sino que son simplemente considerados primitivos (algo en lo que el fsico-filsofo britnico NormanCampbell haba insistido durante mucho tiempo). En la medida en que el sistema en su conjunto nos permitepredecir mejor nuestras experiencias con tales trminos abstractos que sin ellos, esos trminos tienen queser aceptados como empricamente significativos. Pero esto acab planteando un montn de problemas!

    Un problema obvio tena que ver con la cuestin que nos ocupa en este momento: qu esexactamente lo que los positivistas lgicos, los promotores ms influyentes de la dicotoma hecho/valor,entienden por hecho? Desde el criterio revisado de significatividad cognitiva de los positivistas lgicos, loque tiene contenido fctico es el sistema de enunciados cientficos en su conjunto. Pero qu hay de losenunciados individuales?

    En este punto, la concepcin de Carnap segua poderosamente influida por el empirismo clsico. Ensus escritos subsiguientes, Carnap continuar trazando una distincin tajante entre los trminosobservacionales)) (es decir, el vocabulario referido a propiedades observables), de los que ahora dir queson interpretados completamente (o sea, que su significado es independiente), y los trminos tericostales como bacteria, electrn y campo gravitacional, de los que dir que son interpretados sloparcialmente. En efecto, aunque tales trminos se admiten en el lenguaje cientfico, se consideran merosdispositivos para obtener las proposiciones que realmente enuncian los hechos empricos, a saber, las

    proposiciones observacionales.

    LA POBREZA DE LA CONCEPCIN DEL LENGUAJE DE LOS POSITIVISTAS LGICOS

    Como hemos visto, Carnap se limitaba a tachar la tica normativa de sinsentido, sin examinardetalladamente ni un solo concepto tico. Sin embargo, he odo defender que Carnap habra admitido debuena gana la existencia (e incluso la importancia) en el lenguaje ordinario de conceptos que se resisten aser clasificados como descriptivos o normativos como el concepto de crueldad, que discutiremos condetalle en el prximo captulo. La propuesta es que, a lo sumo, l habra insistido en que, cuandoreconstruimos racionalmente nuestro lenguaje, necesitamos trazar una distincin clara y tajante entretrminos valorativos y trminos descriptivos.

    Bien, imaginemos que un historiador describe a cierto emperador romano como cruel y Carnap lepregunta: Dice usted eso como juicio de valor o como descripcin?. Supongamos que el historiadorcontesta: Como descripcin. Qu dira entonces Carnap?

    Est bastante claro lo que dira. Primero preguntara: Si cruel funciona como predicado descriptivoen su historia, es un trmino observacional o un trmino terico? (La dicotoma observacional/terico fuetambin objeto de acerados ataques a partir de 1960, y sin embargo era absolutamente esencial al ltimoproyecto de Carnap de reconstruccin racional de los dominios del discurso significativo.)

    Carnap tambin exiga que la lista de trminos observacionales contuviera slo trminos referidosa propiedades cuyo procedimiento probatorio fuera extremadamente simple (como en los [...] ejemplosque se acaban de mencionar). Los ejemplos acabados de mencionar (en el ltimo escrito en que trata enprofundidad el tema) eran azul, caliente, grande, ms caliente que y contiguo a. Obviamente, la crueldad noes una propiedad cuyo procedimiento probatorio sea extremadamente simple (como en los [...]

    ejemplos que se acaban de mencionar). (Tampoco es una disposicin observable en el sentido tcnico deCarnap.) La nica posibilidad que queda es que se trate de un trmino terico, de modo que Carnappreguntar al historiador: Si cruel es un trmino terico, cules son exactamente los postulados a partir de

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    los cuales se introduce?. Supongamos que el historiador replica que cruel no es el nombre de unahipottica propiedad fsica como carga, que postulamos para explicar cientficamente y predecir ciertosfenmenos, sino ms bien un trmino que figura en un cierto tipo de comprensin reflexiva de la

    justificacin de una conducta, un modo de comprender cmo se siente y acta el agente y cmo otrosperciben esos sentimientos y acciones. Entonces Carnap replicar indudablemente: Usted est hablando dealgo que requiere el misterioso Verstehen de Weber o algn proceso similar, y eso es un mero sinsentidometafsico.

    Carnap pretenda de ese modo que el lenguaje cognitivamente significativo se pareciera al lenguajede la fsica. Aunque muy pocos filsofos suscribiran hoy criterios de inteligibilidad verificacionistas del tipode los propuestos por Carnap, muchos filsofos analticos angloamericanos continan pensando que ellenguaje significativo debe entenderse tomando como modelo el lenguaje de la fsica. (No todos, porsupuesto; otros, como Donald Davidson y yo mismo, hemos argumentado que, por ejemplo, los predicadospsicolgicos comunes incluso aquellos que, a diferencia de cruel, no designan vicios o virtudes nopueden, por regla general, entenderse desde este modelo.) Los filsofos que suscriben este modo de concebirnuestro lenguaje ya no son positivistas lgicos. Pero su concepcin, por ejemplo, de los trminospsicolgicos del lenguaje ordinario (cuando no rechazan sin ms la psicologa popular como equivalente ala astrologa o la alquimia) es que las descripciones psicolgicas deben referirse a estados cerebrales, yasean estados neurolgicos, ya sean los llamados estados computacionales (o funcionales), que pueden serdescritos en trminos de software del cerebro. Carnap mismo pensaba que tales trminos se refieren aestados neurolgicos.

    Frente a esto, sin embargo, la idea de que cuando describo a alguien como cruel, o irritado, ocomplacido, estoy adhirindome a una teora segn la cual hay un estado cerebral, sea de carcter fsicoo computacional, tal que todas las personas crueles (o las irritadas, o las complacidas) estn en ese estadocerebral, y nadie que no sea cruel (o est irritado o complacido) est en ese estado cerebral no es undescubrimiento cientfico, es pura ciencia ficcin. Constreir todos los trminos descriptivos que empleamosen nuestro discurso cotidiano a uno u otro lado de la dicotoma trmino observacional o trmino terico esconstreirlos a un lecho de Procrusto. La dicotoma hecho/valor de los positivistas lgicos se basaba en unaimagen estrechamente cientificista de lo que puede considerarse un hecho, al igual que el antecedentehumeano de esta distincin se basaba en una estrecha psicologa empirista de ideas e impresiones. Darsecuenta de que gran parte de nuestro lenguaje descriptivo es un contraejemplo viviente de ambas imgenes

    del reino de los hechos (la empirista clsica y la positivista lgica) debera socavar la confianza decualquiera que suponga que hay una nocin de hecho que contrasta ntida y absolutamente con la nocin devalor supuestamente invocada en el discurso acerca de la naturaleza de todo juicio de valor.

    El ejemplo del predicado cruel tambin sugiere que el problema no es slo que la nocin dehecho de los empiristas (y, posteriormente, la de los positivistas lgicos) era demasiado estrecha desde elprincipio. Un problema ms profundo es que, desde Hume, los empiristas y no slo los empiristas, sinotambin muchos otros, dentro y fuera del campo de la filosofa no han alcanzado a apreciar los modos enque la descripcin fctica y la evaluacin pueden y deben estar imbricadas. Qu significa esto, y cules sonlas consecuencias de la imbricacin entre hecho y valor, ser el tema del siguiente captulo.

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    CAPTULO 2. LA IMBRICACIN ENTRE HECHO Y VALOR

    En el captulo precedente he repasado la historia de la dicotoma hecho/valor de los empiristas,empezando por la que ha sido llamada Ley de Hume: Ningn debe a partir de un es.

    He empezado por describir en qu sentido la nocin de hecho que subyace a la distincin de Hume

    entre cuestiones de hecho y relaciones de ideas (que luego se convertira en la dicotomaanaltico/sinttico), al igual que al dictum humeano de que un debe nunca puede ser derivado de unes(que luego se convertira en la dicotoma hecho/valor), es una nocin estrecha segn la cual un hecho esalgo que corresponde a una impresin sensorial. A continuacin he dirigido mi atencin hacia los positivistaslgicos, cuyas concepciones influyeron enormemente en la conversin, primero del mundo de las cienciassociales y, ms tarde (quizs a travs de la influencia de socilogos y economistas), del mundo culto (eincluso no tan culto) en general, a la tesis de la validez e indispensabilidad de una separacin tajante entrehechos y valores, y he mostrado que sus primeras concepciones acerca de qu es un hecho eran, en elfondo, muy cercanas a las de Hume. Tambin he destacado que, a pesar de que Hume mismo hizoimportantes contribuciones al pensamiento tico, los positivistas lgicos no consideraban la tica comoposible objeto de discusin racional. De hecho, su dicotoma hecho/valor no se basaba en absoluto en unexamen profundo de la naturaleza de los valores o de la valoracin; lo que ellos examinaron y con un

    espritu estrechamente empirista fue la naturaleza de los hechos.A partir de 1939, sin embargo, los positivistas lgicos empezaron a liberalizar su famoso criterio designificatividad cognitiva, afirmando que el lenguaje cognitivamente significativo puede contener no slotrminos observacionales sino tambin los llamados trminos tericos, trminos referidos a inobservablese introducidos por sistemas de postulados, los postulados de las diversas teoras cientficas. El criterioliberalizado de significatividad cognitiva resultante quedaba resumido as: En la medida en que el sistemaen su conjunto nos permite predecir mejor nuestras experiencias con tales predicados [tericos] que sin ellos,esos predicados tienen que aceptarse como "empricamente significativos". Pero predicar algo significa(para los positivistas lgicos) deducir enunciados observacionales a partir de una teora. Y para deduciralgo a partir de un conjunto de postulados empricos se necesitan no slo estos postulados, sino tambin losaxiomas de las matemticas y la lgica. Segn los positivistas lgicos, estos axiomas y muchas de susconsecuencias, al igual que nuestras viejas amigas, las verdades verbales tales como Todos los solteros son

    no casados no enuncian hecho alguno. Son analticos y, por tanto, vacos de contenido fctico. Enresumen, pertenecer al lenguaje de la ciencia es (desde el punto de vista de los positivistas lgicos) uncriterio de significatividad cientfica, pero no todo lo cientficamente significativo es un enunciado de hecho;entre los enunciados cientficamente significativos hay, segn los positivistas lgicos, enunciados analticosadems de sintticos (es decir, fcticos). As, la bsqueda de una demarcacin satisfactoria de lo fctico seconvirti en la bsqueda de un modo satisfactorio de trazar la distincin analtico/sinttico.

    En 1950, sin embargo, Quine derrib la nocin (metafsicamente exagerada) de lo analtico, parasatisfaccin de la mayora de los filsofos. Quine no sugiri, sin embargo, que todo enunciado del lenguajede la ciencia deba ser considerado un enunciado de hecho (esto es, sinttico); ms bien observ que laidea entera de clasificar todo enunciado, incluidos los de las matemticas puras, o bien como fcticos obien como convencionales (lo que para los positivistas lgicos equivala a analticos) era un embrolloinsoluble. Pero si la idea de que hay una nocin clara de lo que es un hecho se derrumba junto con lairremediablemente restrictiva imagen empirista que le dio lugar, qu ocurre con la dicotoma hecho/valor?Como ha escrito el filsofo economista Vivian Walsh, tomando prestada y adaptando la elocuente imagende Quine, si una teora puede ser negra por el hecho y blanca por la convencin, bien podra ser (en lo quealcanzan a decir los empiristas lgicos) roja por los valores. Dado que para ellos la confirmacin o lafalsacin tienen que ser propiedades de una teora en su totalidad, no tienen manera de desenredar toda lamadeja.

    As seala Walsh (y antes de l, Morton White, amigo de Quine) que, tras abandonar Carnap (entre1936 y 1939) la caracterizacin de las proposiciones fcticas como susceptibles de ser confrontadas una auna con la experiencia sensorial (que era justamente, como hemos visto, la caracterizacin que haca elempirismo tradicional) y tras la crtica de Quine a la concepcin positivista lgica de un lenguaje de laciencia claramente dividido en una parte fctica y otra analtica, el argumento en pro de la dicotoma

    clsica hecho/valor se vena abajo. As, por lo que alcanza el empirismo lgico, la ciencia podrapresuponer valores adems de experiencias y convenciones. De hecho, si dejamos de pensar en valor comosinnimo de tica, resulta bastante evidente que la ciencia s presupone valores: presupone valoresepistmicos.

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    LOS VALORES EPISTMICOS TAMBIN SON VALORES

    Los pragmatistas clsicos, Peirce, James, Dewey y Mead, sostenan todos por igual que el valor y lanormatividad permean la totalidadde la experiencia. Lo que este punto de vista implicaba para la filosofade la ciencia es que los juicios normativos son esenciales a la prctica cientfica misma. Pero aquellosfilsofos pragmatistas no se referan slo al gnero de juicios normativos que llamamos morales oticos: los juicios sobre coherencia, plausibilidad, razonabilidad, simplicidad y lo que, en la

    clebre expresin de Dirac, es la belleza de una hiptesis, son todos ellos juicios normativos en el sentido deCharles Peirce, juicios sobre lo que debe ser en el caso del razonamiento.

    Carnap trataba de evitar el tener que admitir esto mediante el procedimiento de reducir la seleccinde hiptesis a un algoritmo (un proyecto al que dedic gran parte de sus energas a partir de principios de ladcada de 1950, pero sin xito). En el captulo 7 examinar con detalle este y otros intentos frustrados, porparte de diversos positivistas lgicos (y tambin de Karl Popper), de evitar reconocer que la seleccin deteoras siempre presupone valores, y veremos que fracasaron todos y cada uno de ellos. Pero del mismomodo que estos filsofos empiristas estaban determinados a mantener los ojos cerrados ante el hecho de quela ciencia fsica presupone juicios sobre coherencia, simplicidad (que no es un nico parmetro, sino queengloba distintos valores), belleza, naturalidad y dems, muchos autores contemporneos que se refieren alos valores como puramente subjetivos, y a la ciencia como puramente objetiva, siguen con los ojoscerrados ante el mismo hecho. Y, sin embargo, la coherencia, la simplicidady similares son valores.

    LA DIFERENCIA ENTRE VALORES EPISTMICOS Y VALORES TICOS(Y POR QU SU SIGNIFICACIN NO DEBE SER MAL INTERPRETADA)

    Resulta obvio que afirmar, como acabo de hacer, que los valores epistmicos son tambin valores noequivale a negar que haya diferencias entre los valores epistmicos y los ticos. De hecho, hay diferenciasincluso entre los diversos valores ticos mismos; en el Talmud, por ejemplo, la diferencia entre la din(justicia) y la hesed(compasin) divinas es descrita a veces como un conflicto en el interior del mismo ser deDios. Esta imagen refleja un hecho real: la compasin y la justicia son preocupaciones muy distintas, aunqueambas sean esenciales a la vida tica. La preocupacin que est como es obvio conectada con los

    valores que nos guan al escoger entre diferentes hiptesis (coherencia, simplicidad, preservacin de lasdoctrinas anteriores, etc.) es la preocupacin por la descripcin correcta del mundo, que para muchos haresultado ser lo mismo que la objetividad. Si esto fuese cierto, no slo entraara que los valores ticos ylos epistmicos estn conectados con preocupaciones distintas, sino tambin que los valores ticos no estnconectados en absoluto con la objetividad. Pero esto es un error.

    Para percibir la naturaleza del error es necesario, en primer lugar, clarificar qu significa y qu nosignifica decir que los valores epistmicos nos guan en la bsqueda de la correcta descripcin del mundo.Como seal Roderick Firth hace veinte aos, no es que tengamos modo alguno de saber que hemosalcanzado la verdad aparte de nuestros valores epistmicos y que podamos, por as decir, hacer una pruebapara ver con qu frecuencia, cuando elegimos la teora ms coherente, ms simple, etc., resulta ser verdaderasin presuponer estos mismos estndares de creencia emprica justificada. La afirmacin de que,globalmente, nos acercamos a la verdad sobre el mundo escogiendo teoras que se caracterizan por su

    simplicidad, coherencia, xito predictivo en el pasado, etc., e incluso la afirmacin de que as hemos hechopredicciones ms exitosas que las que hubisemos conseguido findonos de Jerry Falwell, los imanes, losrabinos ultraortodoxos o, simplemente, de la autoridad de la tradicin o de algn partido marxista-leninista,es ella misma una hiptesis emprica compleja que escogemos (o que escogen aquellos de nosotros que lohacen) porque nos hemos guiado por los mismos valores en cuestin en nuestras reflexiones acerca de datosy testimonios de investigaciones del pasado: no, por supuesto, de todas las historias y mitos sobre el pasado

    Jerry Falwell es un telepredicador norteamericano, muy influyente en crculos ultraconservadores y conocido entre elgran pblico por sus diatribas mediticas contra feministas, abortistas, homosexuales, musulmanes, judos, partidariosde las libertades civiles y un largo etctera. Promueve la imposicin de la religin, tal como l la entiende (unainterpretacin literalista de la Biblia), en todos los mbitos de la vida pblica (tribunales, escuelas, parlamento), y

    sostiene que Dios permiti la expansin del sida y los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 como castigo ala sociedad norteamericana por la relajacin de sus costumbres (es decir, por tolerar en su seno la igualdad de derechos,el feminismo, la homosexualidad, el pluralismo religioso y dems). (N. del t.)

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    que hay por el mundo, sino de los datos y testimonios recogidos en los que tenemos buenos motivos paraconfiar segn estos mismos criterios de recta razn .

    Decir esto no implica ninguna forma de escepticismo acerca de la superioridad de estos criteriossobre los proporcionados por (lo que Peirce llamaba) el mtodo de la autoridad y el mtodo de lo queresulta agradable a la razn. Aunque pueda ser una justificacin circular, an es lo bastante justificativapara la mayora de nosotros. Pero equivale a decir que, si estos valores epistmicos nos capacitan paradescribir correctamente el mundo (o ms correctamente de lo que cualquier conjunto alternativo de valores

    epistmicos nos permitira hacer), eso es algo que vemos a travs del cristal de esos mismos valores. Nosignifica que esos valores admitan una justificacin externa.

    Pero qu ocurre con la idea de que la descripcin correcta del mundo es la misma cosa que laobjetividad? Esta idea descansa, de un modo muy claro, en la presuposicin de que objetividad significacorrespondencia con los objetos (una idea que se corresponde con la etimologa de la palabra, por supuesto).Pero no son slo las verdades normativas tales como El asesinato est mal las que sirven decontraejemplos de esta idea: como argumento en otro lugar, la verdad matemtica y la verdad lgica sonigualmente ejemplos de objetividad sin objetos. En efecto, muchos filsofos aseveran que para explicar laverdad matemtica tenemos que postular objetos peculiares (las llamadas entidades abstractas); pero estono es de ninguna ayuda, como podemos ver si nos preguntamos: Funcionaran las matemticas un picepeor de lo que funcionan si esos extraos objetos dejaran de existir?. Aquellos que postulan entidadesabstractas para dar cuenta del xito de las matemticas no afirman que nosotros (o cualquier otra cosa delmundo emprico) interactuemos con las entidades abstractas. Pero si una entidad no interacta en absolutocon nosotros ni con el mundo emprico, no se sigue entonces que todo sera igual si no existiera? En el casode la verdad lgica, las explicaciones ontolgicas tambin tropiezan con dificultades bien conocidas,relacionadas con la nocin lgica central de validez.

    Lo que estoy diciendo es que ya es hora de que dejemos de equiparar objetividadcon descripcin.Hay muchos tipos de enunciados enunciados genuinos, que admiten trminos como correcto, errneo,verdadero, falso, justificado e injustificadoque no son descripciones pero estn bajo controlracional, regidos por estndares apropiados a sus funciones y contextos particulares. La de permitirnosdescribir el mundo es una funcin extremadamente importante del lenguaje; no es la nica funcin, ni lanica a la que le son aplicables preguntas como: Este modo de realizar esta funcin es razonable o no loes? Es racional o irracional? Est justificado o no?.

    CONCEPTOS TICOS DENSOS

    La imbricacin de hechos y valores no se limita, por un lado, a los tipos de hechos que lospositivistas lgicos reconocen como tales y, por otro, a los valores epistmicos. Pues lo cierto es que, si bienlos positivistas lgicos pensaban que el lenguaje de la ciencia como ellos lo llamaban constitua latotalidad del lenguaje cognitivamente significativo, su concepcin era, como he argumentado en elcaptulo anterior, profundamente errnea. De hecho, tal concepcin incluso se autorrefuta, puesto que sustrminos filosficos clave, cognitivamente significativo y sinsentido, no son ni trminosobservacionales ni trminos tericos de una teora fsica, ni trminos lgicos/matemticos, y stos eran losnicos tipos de trminos que poda admitir su lenguaje de la ciencia. Si observamos el vocabulario de

    nuestro lenguaje en su totalidad, y no la parte diminuta que los positivistas lgicos consideraban suficientepara la descripcin de los hechos, nos encontraremos con una imbricacin mucho ms profunda de hechosy valores (incluidos valores ticos, estticos y de todos los dems tipos), incluso en el nivel de los predicadosindividuales.

    El tipo de imbricacin que tengo en mente resulta obvio cuando analizamos palabras como cruel.Es evidente por lo menos para la mayora de la gente, aunque algunos famosos defensores de la dicotomahecho/valor lo nieguen que la palabra cruel tiene usos normativos, y, ms an, ticos. Si alguien mepregunta qu clase de persona es el maestro de mi hijo y yo respondo: Es muy cruel, lo estoy criticandocomo maestro y como hombre. No tengo necesidad alguna de aadir: No es un buen maestro o No es unbuen hombre. Tambin podra, por supuesto, decir: Cuando no se comporta cruelmente, es muy buenmaestro, pero no puedo decir simplemente: Es una persona muy cruel y muy buen maestro, sin distinguirlos aspectos u ocasiones en que es una persona muy cruel y los aspectos u ocasiones en que es muy buen

    maestro. De modo similar, no puedo decir sin ms: Es una persona muy cruel y un buen hombre y esperarser comprendido. Y, sin embargo, cruel puede usarse tambin de manera puramente descriptiva, comocuando un historiador escribe que cierto monarca era excepcionalmente cruel, o que las crueldades del

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    rgimen provocaron muchas rebeliones. Cruel simplemente ignora la presunta dicotoma hecho/valor y sepermite el lujo de ser empleado unas veces para propsitos normativos y otras como trmino descriptivo (dehecho, lo mismo ocurre con el trmino crimen). En la literatura filosfica, tales conceptos son llamados amenudo conceptos ticos densos.

    Que los conceptos ticos densos son contraejemplos de la idea de que existe una dicotoma absolutahecho/valor es algo que se ha sealado hace mucho tiempo, y los defensores de la dicotoma han ofrecidotres respuestas principales (la discusin resultante ha sido, a mi entender, de lo mejor del debate

    tico/metatico del pasado siglo, con destacados libros y artculos de Philippa Foot, Iris Murdoch, JohnMcDowell y David Wiggins en los que se critica la dicotoma, y rplicas de R. M. Hare y John Mackie, entreotros).

    Una respuesta es la incluida en la pregunta retrica de Hume Dnde est la cuestin de hecho queaqu llamamos crimen? por crimen Hume entenda gravemente errneo y en su negacin de quepueda sealarse tal cuestin de hecho. Aceptar su respuesta sera desterrar todos los conceptos ticosdensos al mismo limbo de los emotivos o los no cognitivos, donde Hume y sus seguidores desterraronlos trminos ticos finos (o ms finos): bueno, debe, correcto y sus opuestos malo, no debe,errneo, al igual que virtud, vicio, deber, obligacin, etc.). Pero las palabras de este tipo son tannumerosas que ha habido una obvia resistencia a seguir a Hume, incluso entre los no cognitivistas (y susparientes cercanos, los llamados tericos del error). Ni siquiera Hume estara dispuesto a clasificar, porejemplo, generoso, elegante, hbil, fuerte, torpe, dbil o vulgar como conceptos a los queno corresponde hecho alguno.

    Las respuestas ms usuales de los no cognitivistas contemporneos son ms o menos las dossiguientes:

    1. Simplemente insistir en que los conceptos ticos densos son meros conceptos fcticos y en absolutoconceptos ticos o normativos. sta es la respuesta de R. M. Hare (en el caso de grosero) y deJohn Mackie (en el caso de cruel).

    2. Afirmar que los conceptos ticos densos son analizables en un componente puramente descriptivoy un componente de actitud. El componente descriptivo enunciara entonces la cuestin de hecho ala que corresponde el predicado, y el componente de actitud expresara una actitud (una emocin ovolicin), exactamente la misma funcin que tienen bueno, debe y similares segn los anlisis

    no cognitivistas.

    El argumento en que Hare basa su afirmacin de que grosero no es en absoluto un trminonormativo es el siguiente. Empieza citando un ejemplo de Lawrence Kohlberg en el que un chico escupe a lacara de otro mientras ambos estn sentados en clase. La vctima del salivazo golpe disimuladamente alotro chico sin dejar su asiento. Cuando el maestro se apercibi de ello, el chico le dijo: Maestro, le hepegado porque me ha escupido en la cara. El maestro le contest: Lo que has hecho no ha sido de buenaeducacin, ha sido grosero. Cuando los chicos vuelven a sus tareas, el autor del golpe le dice a su oponentecon una mueca: De acuerdo, ha sido grosero.

    El comentario de Hare es el siguiente: Espero que este caso convencer a la seora Foot de que esposible aceptar que un acto satisface las condiciones descriptivas para ser llamado grosero sincomprometerse a evaluarlo negativamente, pese a que "grosero" es normalmente un adjetivo de evaluacin

    negativa.La posicin que defiende Hare es que un adjetivo de evaluacin autntico, o sea, un adjetivo cuyo

    contenido semntico es que algo posee un valor positivo (o negativo) intrnseco, es tal que cualquiera queuse dicho adjetivo sin hipocresa ni insinceridad debe estar motivado para aprobar (o desaprobar) ese algo.Pero, como ha sealado Elizabeth Anderson,

    El requisito motivacional de Hare no es razonable. Para que algo cuente como autnticojuicio de valor o razn para valorar, debe ser asumible reflexivamente. Pero los estadosmotivacionales reales no siempre son asumibles de modo reflexivo. Una de las funciones de losjuicios de valor es hacernos notar cundo nuestros estados motivacionales son deficientes porqueno consiguen encajar con lo que juzgamos bueno. El aburrimiento, la debilidad, la apata, eldesprecio por uno mismo, la desesperacin y otros estados motivacionales pueden hacer que

    alguien no alcance a desear lo que juzga bueno o desee lo que juzga malo. Esto impide laidentificacin, en la que insiste Hare, de juicios de valor con expresiones de deseos y preferenciasreales.

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    Adems, Hare no tiene en cuenta la posibilidad de que alguien diga que algo tiene valor (positivo onegativo) pero que dicho valor queda superado por otra cosa. As, el muchacho del ejemplo podra, si demayor se hiciese filsofo moral, defender lo que dijo con estas palabras: Por supuesto, no estaba negandoque la grosera sea en general incorrecta. Lo que quera decir era que a veces es correcto ser grosero porquela persona con la que se es grosero ha hecho algo para merecerlo. Es justamente porque grosero tienefuerza valorativa por lo que la observacin de que a veces es correcto ser grosero es apropiada, mientras quela observacin A veces es correcto ir a un restaurante no lo es.

    Al tratar de la palabra cruel, sin embargo, Hare parece favorecer un anlisis de doblecomponente. De hecho, reconoce que esta nocin ha sido considerada un caso de lo que aqu llamoimbricacin, pero su descripcin de lo que piensan los partidarios de la imbricacin resulta distorsionadapor una curiosa proyeccin de las propias concepciones de Hare en las de sus oponentes. Hare escribe: Seest sugiriendo que este tipo de accin es de algn modo inherentemente motivacional: si no nos motivara deeste modo o no afectara nuestros sentimientos de alguna otra forma, no sera este tipo de accin (no sera, porejemplo, cruel). De modo que hay propiedades que son en s mismas malas y trminos morales que soninseparablemente descriptivos y prescriptivos.

    Como acabo de sealar, sin embargo, los partidarios de la imbricacin no sostienen que las palabrasvalorativas, sean densas o finas, satisfagan el requisito motivacional de Hare (bsicamente, que tales palabrasse comporten como los emotivistas afirman). Lo que sostienen es que, si no compartisemos de ningn modoel punto de vista tico pertinente, nunca podramos adquirir un concepto tico denso, y que el uso preciso deestos conceptos requiere la capacidad prolongada de identificarnos (por lo menos en la imaginacin) con estepunto de vista. Esto no equivale a negar la posibilidad de que alguien sepa que algo es cruel y no estmotivado para abstenerse de hacerlo; de hecho, alguien puede saber que algo est mal y no estar motivadopara abstenerse de hacerlo. Tras la observacin citada ms arriba, sin embargo, Hare argumenta que elhecho de que si usamos esa palabra estamos casi [sic] comprometidos con la valoracin, no entraa quetengamos que usarla en absoluto para hacer una descripcin completa de la accin. Podramos decir: "Se lehizo sufrir hondamente", pero aadir: "En todo caso, no hubo nada malo en ello...". Aqu Hare parecesugerir que el componente descriptivo de cruel es hacer sufrir hondamente y la casi implicacinvalorativa es: accin que est mal.

    Sea o no la pretensin de Hare aplicar este enfoque de dos componentes, la idea de taldescomposicin en su conjunto ha sido criticada, creo que con acierto, por m mismo, por John McDowell y

    antes ya por Iris Murdoch. El intento de los nocognitivistas de dividir los conceptos ticos densos en uncomponente descriptivo del significado y un componente prescriptivo del significado se fundamenta enla imposibilidad de decir cul es el significado descriptivo de, digamos, cruel sin usar la palabra cruelo un sinnimo. Por ejemplo, con toda seguridad no es el caso que la extensin de cruel (dejando lavaloracin aparte, por as decirlo) sea simplemente causar hondo sufrimiento ni tampoco, como Haremismo debera haber notado, est libre de fuerza valorativa causa hondo sufrimiento. Sufrimiento noslo significa dolor, ni hondo significa solamente muchsimo. Antes de la introduccin de laanestesia, a finales del siglo XIX, cualquier operacin causaba un gran dolor, pero normalmente los cirujanosno estaban siendo crueles. Y conductas que no causan en absoluto dolor perceptible pueden serextremadamente crueles. Imagnese que alguien corrompe a una persona joven con el deliberado propsitode evitar que desarrolle un gran talento en algo. Aun cuando la vctima nunca sienta un dolor manifiesto, estopuede ser extremadamente cruel. Como seala McDowell,

    [...] Parece razonable ser escptico acerca de si la maniobra de separacin aqu concebida[el anlisis en un componente descriptivo y uno prescriptivo] puede realizarse siempre;concretamente, acerca de si siempre podemos aislar, respecto de cualquier concepto de valor, unrasgo autntico del mundo aplicando el estndar apropiado de autenticidad [o sea, el nocognitivista]: es decir, un rasgo que siempre est ah de todos modos, con independencia de quela experiencia valorativa de cualquiera sea como es: que sea aquello a lo que los usuarioscompetentes del concepto debe suponerse que responden cuando lo usan: aquello que queda en elmundo cuando se elimina el reflejo de la actitud apropiada:

    Como he sealado, Mackie tambin analiza la palabra cruel. Mackie argumenta que la idea sinms de propiedades valorativas tiene que ser incorrecta, a causa de la extraeza que exhibiran tales

    propiedades, y aade:Otra manera de mostrar esta extraeza es preguntar, acerca de cualquier cosa a la que se

    le suponga cierta cualidad moral objetiva, cmo est conectada con sus aspectos naturales. Cul

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    es la conexin entre el hecho natural de que una accin sea un caso de crueldad deliberada digamos, causar dolor slo por diversin y el hecho moral de que es incorrecta? [...] Ni siquieraes suficiente postular una facultad que ve la incorreccin: hay que postular algo que pueda verde inmediato los aspectos naturales que constituyen la crueldad, as como la incorreccin y lamisteriosa relacin de consecuencia entre ambas. [La cursiva es ma.]

    Hare percibi que los conceptos ticos densos plantean un problema e intent enfrentarse a l;

    Mackie sencillamente no vea ah ningn problema. Para Mackie, cruel (y probablemente tambincrimen, el ejemplo de Hume) son slo palabras para describir hechos naturales. Pero qu clase dehechos naturales?

    Lo caracterstico de descripciones negativas como cruel, y tambin de descripciones positivascomo valiente, moderado y justo (ntese que stos son los trminos que Scrates forzaba a susinterlocutores a discutir una y otra vez) es que para usarlas con algo de discernimiento hay que ser capacesde identificarlas, por medio de la imaginacin, con un punto de vista valorativo. sta es la razn de quealguien que pensara que valiente significa slo que no tiene miedo a arriesgar la vida y la integridadfsica fuese incapaz de entender la distincin socrtica fundamental entre la mera imprudencia o temeridady la autntica valenta. Es tambin la razn de que (tal como subraya Iris Murdoch en un libro maravilloso,La soberana del bien) siempre sea posible mejorar la propia comprensin de conceptos comoimpertinencia o crueldad. Pero esta dependencia respecto de la evaluacin, incluso, de los usos

    descriptivos de cruel es lo que Mackie negaba cuando se refera al hecho de que alguien sea cruel comonada ms que un (metafsicamente no problemtico) hecho natural.

    Como he explicado en el captulo precedente, para los empiristas un hecho era, en el fondo,simplemente algo de lo que podamos tener una impresin sensorial (o, en la versin idealista subjetivadefendida por Berkeley y con la que Hume coquete, un mero complejo de cualidades sensoriales). Estecrudo criterio empirista fue reemplazado en el siglo XX por las diversas versiones de la teoraverificacionista del significado desarrollada por los positivistas lgicos. Pero el desplome de los diversosfundamentos en que se sustentaban las primeras defensas de la dicotoma hecho/valor, incluida la teoraverificacionista del significado, no ha llevado a descartar la dicotoma, ni siquiera entre los filsofosprofesionales. A lo que este desplome ha conducido es a un cambio en la naturaleza de los argumentosofrecidos a favor de la dicotoma. Hoy se la defiende cada vez ms desde fundamentos metafsicos. Almismo tiempo, incluso los defensores de la dicotoma admiten que los viejos argumentos en su favor eranmalos argumentos.

    El fundamento metafsico ms comn es simplemente el fisicalismo. Las versiones ms elaboradaspor ejemplo, la de Bernard Williams no afirman que en la prctica podamos funcionar con unvocabulario consistente en los tipos de trminos que figuran en nuestra ciencia ms fundamental (que, segnlos defensores de estas versiones, es la fsica). No obstante, segn Williams, el mundo tal y como es en smismo, independientemente de todo observador, puede describirse usando tan slo esos trminos cientficos.Un hecho, en el sentido absoluto de Williams, es algo que puede ser descrito en el vocabulario hacia el quela ciencia est destinada a converger en el lmite de su indefinidamente continuada investigacin. Ynosotros sabemos cmo ser este vocabulario: el de la fsica (pero una mejorada y perfeccionada), una fsicaque describa el mundo en trminos de cualidades primarias nicamente. Escribe Williams: El mundo en smismo slo tiene cualidadesprimarias. Y aade:

    La concepcin que he esbozado, vagamente peirceana, postula a lo sumo un lmite idealde certeza como el fin de la investigacin cientfica, aquella fijacin de la creencia a la que talinvestigacin tiende. De ningn modo postula la certeza como el punto del que tal investigacin sepropone partir, ni como el punto al cual debemos suponer que ya ha llegado, ni nos es necesariocreer que nuestras actuales concepciones fsicas son adecuadas o inamovibles. Suponer, por otrolado, que no tenemos ni idea de la apariencia que tendra una fsica adecuada debilitarairremediablemente estas nociones incluso la nocin de una concepcin absoluta, por as decirlo,empalidecera demasiado si aceptramos eso.

    Ntese cmo concepcin absoluta del mundo y fsica adecuada se identifican en este pasaje!Sin embargo, lo que se sigue del planteamiento metafsico de Williams no es en absoluto una dicotomahecho/valor, sino una dicotoma entre lo que es absolutamente el caso, verdadero con independencia de la

    perspectiva de cualquier observador, y lo que es verdadero slo relativamente a una u otra perspectiva. Porejemplo, Williams no niega que las oraciones ticas puedan ser verdaderas o falsas; lo que niega es quepuedan ser verdaderas o falsas con independencia de toda perspectiva. As, la posicin que defiende

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    Williams ha sido recalificada: en lugar de no cognitivismo, se la llama relativismo. El eslogan es que lasoraciones ticas pueden ser verdaderas, pero no absolutamente verdaderas, sino slo en relacin con unmundo social u otro. Segn Williams, Pedro es cruel puede ser verdadero en el mismo sentido en que loes La hierba es verde, aunque siga siendo una expresin tica. La cuestin es que, para Williams, losenunciados fcticos de un lenguaje natural, como La hierba es verde, no se tratan como poseedores delms elevado gnero de verdad. Si digo que la hierba es verde, por ejemplo, estoy ciertamente diciendo laverdad, pero no lo que Williams llama la verdad absoluta. No estoy describiendo el mundo tal como es de

    todas maneras, con independencia de todas y cada una de las perspectivas. El concepto verde, yposiblemente tambin el concepto hierba, no son conceptos que la concepcin absoluta del mundousara para describir las propiedades de las cosas al margen de toda perspectiva local.

    Tal como lo resume Vivian Walsh (refirindose tanto a las c