Pueblos Primitivos de La Península Ibérica

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PUEBLOS PRIMITIVOS DE LA PENNSULA IBRICA.

En la Antigedad, habitaron la Pennsula Ibrica unos pueblos que dejaron su huella: costumbres, arte, conocimiento, etc. y a los que debemos nuestra cultura actual. Vamos a investigar en este wiki todo lo que podamos sobre esos pueblos. Dividiremos la clase en 6 grupos y cada uno investigar uno de ellos:beros, celtas, tartesos, fenicios, griegos y cartagineses.

BEROS

Los iberos fueron, por lo tanto, un grupo de pueblos que habitaron el sur y el oeste de la pennsula ibrica entre los siglos VI a.C . y II a.C.y que, pese a su diversidad, manifestaron caracterstica comunes, probablemente como consecuencia de su prolongada contacto con los pueblos comerciantes del Mediterrneo.Desde un punto de vista histrico, la evolucin de los iberos se pueden dividir en tres etapas: su llegadas e instalacin (antes del siglo v.a.C) la consolidacin y organizacin en grupos independientes (siglo v-lll a.C.), y la romanizacin (siglos lll-l a.C.)Los iberos conocieron el surgimiento de la ciudad y la escritura, comerciaron con fenicios, griegos y cartagineses, de los que adquirieron productos de lujo bellamente decorados. su tierra tambin escenario de guerra y conquista, primero por los cartagineses, y, por fin, por los romanos, que acabaron imponiendo su lengua y su cultura. Con la presciencia romana, el mundo bero acab transformndose en una regin ms del imperio.Los iberos habitaban en la costa mediterrnea. Se organizaban en tribus gobernadas por un rey. La poblacin estaba formada por guerreros, campesinos, artesanos, comerciantes y esclavos.

CELTAS

Los celtas existieron desde el ao 2000 a.C. En aquella poca estaban divididos en dos grupos, los primeros abarcaban Europa, desde el ro Danubio, vivan de la agricultura y de la artesana y eran el grupo ms pacfico de los dos; el otro grupo, los celtas guerreros como los conocen hoy, que venan de Los Balcanes y disponan de un buen ejrcito.Eran estos celtas guerreros los que conocen por haber saqueado Roma y Delfos, y por haber conquistado grandes partes de Europa.Nuestra memoria, se remonta hasta tiempos muy antiguos, la tradicin oral ha resistido el paso de los siglos, a pesar de que casi toda la cultura cltica fue extinguida por los romanos desde Csar y, ms tarde, por los cristianos."Llevamos la fuerza del jabal y la sabidura del unicornio"Los druidas, el estrato de mayor influencia y poder entre los celtas, saban leer y escribir griego y latn (como los antiguos sacerdotes egipcios), sin embargo optaron dejar por va oral, en hermosos versos, la crnica de la existencia de nuestro pueblo.

TARTESOS

Tartessos fue el primer estado organizado que se form en la Pennsula Ibrica hacia finales del segundo milenio antes de Cristo, y adquiri una extraordinaria personalidad poltica y cultura.Las primeras noticias de Tartesos nos llegan a travs de la Biblia, en cuyo antiguo testamento se habla de los reyes de Tarsis, ricos en plata, hierro, estao y plomo, que comerciaban mediante naves con Fenicia y Palestina.Los griegos sitan en este reino al mtico rey , gigante con tres cabezas al que Hrcules debi enfrentarse para robarle sus bueyes por encargo de los dioses.Pero, sobre todo, la fuente ms precisa la constituye el historiador griego Herodoto, que nos narra cmo unos navegantes griegos de fueron arrastrados ms all del estrecho de Gibraltar (las ) por el viento de levante, y trabaron amistad con el rey , que les dio gran cantidad de plata para construir una muralla que protegiese su ciudad de los ataques de los .Aunque han fracasado todos los intentos de encontrar los restos de su capital, existe hoy en da abundante material arqueolgico de la cultura tartesia. La mayor parte de ellos son restos que comprueban la riqueza de los tartesos. Se dice que tuvieron un reino de fabulosas riquezas desarrolladas al amparo de una rica actividad metalrgica. Tuvieron metales como el oro, la plata, el cobre, el estao, el plomo y otros muchos ms. Se supone que los tartesos eran en esos tiempos una de las culturas ms avanzadas.Antiguos historiadores griegos y romanos nos hablan de que Tartessos fue el nombre que en un pasado remoto recibi el ro Betis (Guadalquivir) y describen la capital Tartesia como situada en una isla, en la desembocadura del ro, aunque otros dicen que Tartesos era el antiguo nombre de Gadir (hoy Cdiz).Sabemos que sus dominios se extendan por todo el sur peninsular, hasta las proximidades de Cartagena, donde fundaron la ciudad de Mastia y en las proximidades de Malaka (Mlaga) posean una isla llamada Noctiluca.El problema reside en que estos escritores de la antigedad dan dos localizaciones para la ciudad, que para unos estaba en la desembocadura del y para otros en la del Guadalquivir.

FENICIOS

Los fenicios, de origen semita, se establecieron en la costa de Siria, regin del Asia occidental comprendida entre los montes del Lbano y el mar Mediterrneo. La regin que ocuparon, llamada luego Fenicia, era una estrecha franja litoral de 200 km de largo por 35 40 km de ancho. Es una costa abierta que permite la navegacin y en la que soplan vientos en direccin a la isla de Creta y Egipto. Gracias a estas condiciones, los fenicios se convirtieron en uno de los primeros navegantes de la historia, y tambin dieron origen a una de las primeras civilizaciones martimas. As como el Nilo fue un estmulo para el desarrollo de a cultura egipcia y el Tigris-Eufrates para a Mesopotamia, el mar Mediterrneo fue un elemento primordial para el desarrollo de la cultura fenicia.El territorio del pueblo fenicio ocupaba una franja de 200 kilmetros de largo por 30 kilmetros de ancho, entre el mar Mediterrneo y los montes del Lbano.Por lo que se ha podido saber, fue alrededor del ao 5.000 o 4.000 antes de nuestra era cuando un grupo de hombres de raza simita procedente del Golfo Prsico. Los griegos fueron los grandes cronistas de la historia fenicia. Su nombre se lo dieron ellos y fue Homero quien habla por primera vez de este pueblo nombrndolos como "Los de la prpura". Los llamaban as por ser los inventores de este tinte que extraan del molusco, abundante en las costas fenicias.

GRIEGOS

Los griegos fueron los grandes cronistas de la historia fenicia. Su nombre se lo dieron ellos y fue Homero quien habla por primera vez de este pueblo nombrndolos como "Los de la prpura". Los llamaban as por ser los inventores de este tinte que extraan del molusco , abundante en las costas fenicias.

CARTAGINESES

Los cartagineses establecieron ciudades en la pennsula Ibrica. A mediados del siglo VII a. C., Cartago fund una factora en la isla de Ibiza. Situada en un punto estratgico de la ruta martima, que llevaba a las costas meridionales, de gran riqueza metalfera. Ibiza creci hasta transformarse en un importante ncleo urbano.El ao 248 a. C., los cartagineses hicieron el primer tratado con los romanos, en el que se pona un cierto freno a la ocupacin cartaginesa en la Pennsula Ibrica. Sin embargo en el ao 219 a C, atacaron Roma. El general cartagines Anibal estuvo al frete de las tropas. Estas guerras con Roma fueron llamadas las guerras Pnicas.Los cartagineses pasaron las Columnas de Hrcules (Estrecho de Gibraltar) y lanzaron sus barcos por el ocano Atlntico, llegando por el norte hasta Gran Bretaa y por el sur hasta el Senegal.

Cmo nace una lengua.Una lengua nace a partir de la lenta evolucin mediante desviacin, corrupcin, y cambios fonticos de una expresin originaria. Tras varias generaciones, los viejos hbitos lingsticos ceden en una localizacin determinada a unos nuevos, los cuales se generalizan y difunden convirtindose en una norma ms general y homognea. Estos rasgos diferenciadores se estabilizan y se plasman en el lenguaje escrito, convirtiendo un dialecto en una nueva lengua.Es difcil precisar el momento exacto del nacimiento de una lengua cualquiera. Tenemos la seguridad de que cuando aparecen los primeros escritos en esa lengua, esta, ya ha nacido y se habla entre las gentes de una zona desde varios siglos atrs.No sabemos con exactitud cuando la lengua romance derivada del latn y que se hablaba con ms o menos homogeneidad en el resto de la pennsula ibrica se convierte en dialecto primero y ms tarde se constata como lengua. El estudio y anlisis del castellano antiguo, debe enfocarse de una forma inductiva y en el mundo de las conjeturas dada la ausencia de documentos escritos en el romance de los tiempos del nacimiento del castellano. Es ms, los pocos documentos que se conservan llevan la lengua latina, ms o menos culta, como la transmisora de stos. De vital importancia es el estudio de los topnimos y de los pocos escritos que conservamos. No hace falta sealar, que cuando se escriben las Glosas Silenses y Emilianenses, siglo X, el castellano lleva ya siglos de andadura.II. Escenario histrico y geogrfico del nacimiento del CASTELLANO.En los inicios de la reconquista, siglos VIII y IX, una de los condados en que estaba dividido el reino de Asturias, era el de Castilla, antigua tierra de las tribus cntabras, autrigonas y vrdulas, as, las crnicas al referirse en estos primeros caminares de la naciente Castilla dicen Bardulia que ahora llamaremos Castiella. Los habitantes de esta zona, comprendida en las actuales Merindades, valle de Mena, parte sur de las montaas cntabras y valles alaveses prximos, estaban en constante lucha y eran frente de guerra contra las tropas musulmanas.Poco a poco se fueron ampliando los territorios conquistados a los moros y lleg un momento en que en junto a Castilla haba otros territorios, comprendidos en su mayor parte en la actual provincia de Burgos, al frente de los cuales haba otros condes aparte del de Castilla. Existan as los condes de Castilla, en Lantarn, Cerezo, Alava, Lara y Burgos entre otros. Estos territorios, fueron repoblados con gentes de diversas procedencias, as haba cntabros, vrdulos, autrigones, vascones, astures, hispanogodos huidos del sur...Con Fernn Gonzlez, se unifican todos los territorios en un solo condado Castellano siendo este condado de grandes dimensiones geogrficas e ideolgicas. El condado de Castilla a la muerte de Fernn Gonzlez, comprendi la totalidad de las provincias de Burgos y Vizcaya, la mayor parte de Cantabria y lava y pequeas comarcas de las actuales provincias de Guipzcoa, La Rioja, Soria y Palencia.As pues, vemos que el castellano, naci en una tierra en las que las condiciones de vida eran un tanto especiales y la procedencia de sus habitantes y repobladores era un tanto especial y con una gran personalidad. Estas gentes, venidas ms all de las montaas, los foramontanos, estaban en continua lucha contra los musulmanes y contra la vida misma. Al mismo tiempo eran labradores y guerreros. Pero, esto les dio unos rasgos de libertad unido adems a su descendencia de cntabros, astures y vascones, pueblos que demostraron su amor a la libertad desde los tiempos del imperialismo romano. Desde un principio se mostraron independientes y rebeldes contra el poder centralizador del gobierno Astur.Otro rasgo diferenciado tenan estos antiguos castellanos, rechazan la legislacin del reino astur-leones que se guiaba por el Fuero Judgo y se regan judicialmente a travs de jueces propios los cuales administraban justicia segn un derecho consuetudinario primitivo heredado posiblemente de los antiguos pobladores que en esas tierras haba antes de la venida de los romanosUn espritu de identidad y libertad exista en esas gentes procedentes de diversidades climticas, tnicas y lingsticas en una tierra encrucijada de razas, caminos y fronteras.Como dice Csar Hernndez "... durante esos primeros siglos, fueron colonizando tierras hacia el sur, en una constante alternativa entre la defensa contra los musulmanes y la obsesin de ganarles terreno por medio de la conquista y la repoblacin. En ese medio y ambiente hostiles se fue forjando un pueblo innovador, rebelde y rudo. Difcil es pensar que en aquella Castilla hubiera magnates ni grandes seores, ni en ella se conciben poderosos monasterios."As entonces vemos que estos primitivos castellanos tenan unos claros rasgos diferenciadores del resto del territorio hispano, como pueblo diferente que era, tambin lo ser su idioma, el cual ser ensea y orgullo y propio de su marcada identidad.III.- Y NACI EL CASTELLANO.Unas especiales condiciones se dieron durante el siglo VIII en los nuevos territorios conquistados en la naciente Castilla; Alfonso I, llev a esta zona gentes procedentes de la meseta que haban sido romanizadas en alto grado siglos atrs, las cuales se juntaron incluso en mestizaje con las ya existentes, apenas romanizadas y que por lo tanto conservaban en parte sus costumbres y lenguas de tiempos anteriores a los de la conquista romana, especialmente, cntabros y vascones.Se da por lo tanto una situacin de bilingismo, con lo que los hbitos fonticos de unos se vern importantemente influenciados por otros. Fue as en esa primera Castilla, donde comenz la deformacin del romance hispanogodo, que ms o menos se hablaba en toda la pennsula de una forma homognea. Esta lengua romance, hablada por esas gentes cntabras y vasconas, con sus peculiaridades lingsticas y fonticas irn deformando y desviando la norma y poco a poco convirtindola en un nuevo dialecto. Esta lengua naciente, ira evolucionando de una forma interna y nica, ayudada adems por una situacin de aislamiento debida a la dificultad de comunicacin orogrfica y a las malas relaciones con el mundo hispanogodo de Len.Las ganas de separacin e independencia de este pueblo naciente, har que se sientan orgullosos de estas diferencias con su habla y ser bandera distintiva.Como escribe el insigne lingista Cesar Hernndez: "Y as debi nacer el castellano, como un conjunto de deformaciones vulgares provocadas en un ambiente de situacin bilinge, con clara intencin de manifestar su personalidad propia frente a otras normas habladas. Su germen, pues, debi ser ese romance hispanovisigtico, y sus impulsores los factores sealados, es decir, los varios hbitos lingsticos, la deformacin, la vulgarizacin y la conciencia positiva de unos hablantes respecto a su manera de hablar."IV.- DIFERENTES ZONAS Y RASGOS DE ESE PRIMITIVO CASTELLANO.Segn el insigne Ramn Menndez Pidal, podemos distinguir dos zonas de habla de es nuevo castellano:A) Castilla Vieja y la Montaa, es decir, Amaya, Campoo, La Bureba, Mena y las estribaciones sur de la cordillera Cantbrica (Norte de Burgos).B) Zona de Burgos, Lara y Clunia(zona centro y sur de Burgos).En cada zona se dara una evolucin con ciertas diferencias. As, podemos distinguir los siguientes rasgos peculiares de cada comarca:En Castilla Vieja y la Montaa:- Conservacin hasta el siglo XI del sufijo -eiro, derivado del latino -ariu, que en Burgos se perdi y convirti en -ero desde mucho antes.- Prdida de la F- inicial latina, debido al rechazo por parte de vascones y cntabros de este sonido.- Conservacin de la -e final hasta el siglo XI.- Conservacin de la -u final que se conservara en la lengua escrita inclusive hasta en el siglo XIII.- Asimilacin del artculo a algunas preposiciones hasta el siglo XIII.- Uso del artculo lo.- Peculiar grafa del sonido prepalatal fricativo sonoro en gg.Rasgos de la zona de Burgos centro.Esta zona de Burgos, Lara y Clunia, se vera influenciado en gran medida por el contacto con las zonas riojanas, este castellano central, sera el se difundira de una forma ms acusada y sera norma posterior:- Prdida del sonido inicial G-, rasgo desconocido en los dems dialectos romances.- Prdida de la F- inicial, fenmeno que no se daba ni en leons ni en mozrabe.- Pronunciacin del fonema prepalatal fricativo sonoro a diferencia del palatal central o lateral de los dems romances.- Palatalizacin de los grupos latinos -ct- y -ult- previa consonante implosiva.- No diptongacin ante -yod-, mucho antes que el leons, aragons y mozrabe.- Cambio de -x- por -z- (dentoalveolar africado sonoro en vez de prepalatal).- Adelantamiento por siglos en el uso de los diptongos ue y ie, en la monoptongacin de ie en i, rasgo ya habitual en el burgals en el siglo X y que no se consolid ms al sur hasta el XIV.V.- PLASMACIN ESCRITA DEL CASTELLANO.Apesar de que las gentes castellanas hablaran su lengua desde tiempos que no podemos asegurar con exactitud, est claro, que la plasmacin escrita de esa nueva norma escrita, no se dio hasta siglos despus. La cultura estaba en aquellos tiempos en los monasterios y es evidente, que los documentos all escritos, lo eran en an en la lengua madre, es decir, en latn, ya fuera este ms o menos culto.Evidente es que debieron circular documentos con grafas ya propias de la nueva lengua de una forma no oficial, es decir, en documentos no de monasterios, como pudieron ser pequeos escritos de los juglares, como cantares de gesta y poemas de tipo heroico. Las primeras letras escritas que se conservan en la actualidad, son las llamadas Glosas Emilianenses y Silenses, que son documentos procedentes de los monasterios de San Milln de la Cogolla (monasterio riojano cercano a la provincia de Burgos) y del monasterio de Santo Domingo de Silos, en el alfoz de Lara, Burgos. Estas glosas no son mas que pequeos comentarios en lengua castellana a fragmentos de textos latinos.Las Glosas Emilianenses, estn datadas en el siglo X, aunque no faltan expertos que las sitan cronolgicamente en el siglo IX. Este es pues el primer fragmento que se conserva en esta, nuestra lengua castellana:" Cono aiutorio de nuestro dueno, dueno Christo,dueno Salbatore, qual dueno get ena honoree qual dueno tienet ela mandatione cono Padre,cono Spiritu Sancto, enos siculos de los siculos.Fcanos Deus omnipotes tal serbitio fere kedenante ela sua face gaudioso segamus. Amen."Es un fragmento tpico de la paleografa castellana aunque con rasgos navarro-aragoneses.Las Glosas Silenses, se datan en el siglo XI, actualmente se conservan desafortunadamente en un museo de Gran Bretaa, vendidas tras el expolio a que fueron sometidas las tierras castellanas tras la desamortizacin de Mendizabal.VI.- CRECIEMIENTO Y EXPANSIN DEL CASTELLANO.Toda lengua, necesita de prestamos lingsticos para seguir creciendo y hacerse ms eficaz. El Camino de Santiago, a su paso por Burgos, era un foco importantsimo de cultura proveniente de Europa, as, tambin nuestra lengua castellana se vio enriquecida por este influjo cultural, fueron varios los galicismos y provenzalismos que tomamos prestados. La influencia rabe tambin se dej sentir en diversos campos, como en topnimos, antropnimos, trminos militares, de agricultura, comercio, vestimenta...El castellano poco a poco se iba extendiendo a lo largo de las tierras reconquistadas y tambin hacia otros reinos ya cristianos. "La potencia poltica y el nivel cultural de Castilla fue lo suficientemente fuerte para que los reinos vecinos aceptasen paulatinamente su modo de hablar, por conveniencias y necesidad. El castellano no se impuso 'a golpe de espada', sino que fue asumido y aceptado por su prestigio y porque era el soporte de un poder superior."Burgos fue la zona de unificacin de ese conjunto de "castellanos" primitivos y aqu se dirimieron las normas y cambios de esta lengua hasta que en siglo XII Toledo, nueva capital poltica acept tom esta lengua como suya y se expresar desde aquel momento en castellano, diferente al burgals, pero castellano.Esta lengua que naci en un pequeo territorio, fue evolucionando, creciendo y finalmente se extendi a todo el territorio peninsular y a otros continentes. Lengua tomada por un pueblo que hizo que se sintiera orgulloso de su habla. Actualmente su importancia mundial es evidente, hablada por 400 millones de personas de Europa, Amrica y Asia. Lengua que crece con sus peculiaridades incluso en el mismo ambiente anglosajn, aunque si bien, vive hoy en da con el peligro de una gran influencia anglosajona. Cada da, son numerosas las nuevas acuaciones derivadas del ingls que entran de una forma indiscriminada en el lenguaje comn de la calle, sobre todo en el campo de las ciencias tcnicas, es obvio el carcter anglosajn por ejemplo de los nuevos lenguajes como el informtico, en el que se utilizan voces de una lengua cuando perfectamente se pudieran usar otros derivados de las nuestras.1) LOS VASCOS De los orgenes del pueblo vasco lo desconocemos prcticamente todo; esta ignorancia se ha intentado suplir con un sin fin de elucubraciones y despropsitos. Sin embargo, no es la ausencia de datos el mayor problema con que debe enfrentarse el historiador a la hora de abordar cualquier estudio relacionado con lo vascongado, el ms grave escollo que debemos sortear es el de la manipulacin descarada que ha sufrido la historia a fin de justificar unas aberrantes premisas de corte nacionalista. Todo este embeleco comienza con los desvaros de aquel tremendo orate y grandsimo ignorante en materia histrica que fueSabino Arana (1865 -1903). El padre del nacionalismo vasco (que nunca pas ms all del bachillerato) afirmaba que el pueblo vasco es una raza antiqusima, elegida por Dios, descendiente de Tbal, nieto de No, el cul trajo a la Pennsula el euskera, lengua anterior a la confusin de las lenguas por el asunto de la construccin de la Torre de Babel; por tanto el vascuence sera el idioma primigenio de la Humanidad. Aunque para ser exactos todo esto est inspirado en las Etimologas, deS. Isidoro de Sevilla (556 636), quien afirmaba que los iberos procedan de la estirpe de Tbal. Segn la versin de Arana, Tbal engendr a Aitor, el cual tuvo 7 hijos, epnimos de las siete provincias vascas. Cuando la paleontologa comienza a asentarse como ciencia, enseguida surgen los iluminados que afirman convencidos que la raza vasca desciende del hombre de Neandertal. Actualmente sabemos que el ltimo neandertal se extingui hace veintiocho mil aos, que todos los humanos provenimos del Homo Sapiens y que no existen las razas. Lamentablemente, a da de hoy, todava hay quien sigue defendiendo las tesis aranistas, y, lo que es peor, se hace desde estamentos oficiales.

El primer misterio en torno a la cultura vasca, es que no existe ningn vestigio arqueolgico. Ni uno solo. El segundo es que en el actual solar vascongado, en poca romana, vivan tres tribus de origen cltico:vrdulos, caristios y autrigones. En cambio, en el norte de Navarra y zonas limtrofes de Aragn, viva la tribu de los vascones, mencionada por los romanos en poca tarda, a raz de las guerras sertorianas; todo el mundo da por sentado que estos vascones son los portadores de la cultura vasca. Aunque S. Isidoro de Sevilla afirma que los vascos son los vacceos. En su obra cumbre, Las Etimologas, leemos:

La ciudad de Vacca estuvo cerca de los Pirineos, de la que recibieron su nombre los vacceos, de quien se cree escribi el poeta [Virgilio, Eneida 4:42]: Y los vacceos que se extienden ampliamente. Estos habitan toda la amplia de los montes Pirineos, despus fueron llamados vascos, por mutacin de c en s. Pompeyo, una vez sometida Espaa y deseando volver a Roma para recoger el triunfo, oblig a los vascos a abandonar los montes Pirineos, y los reuni en una ciudad que por esto se llam ciudad de los convenas

En realidad, los vacceos eran una tribu cltica que habitaba la Meseta Superior, y esa explicacin de la deportacin por parte de Pompeyo es bastante inverosmil y no tenemos otras fuentes que la avalen, pero alguna explicacin haba que dar para justificar la presencia de los vascos, primero en el Pirineo y, en poca visigoda, en las actuales provincias Vascongadas.

Las primeras noticas sobre los vascones provienen de laGuerra Sertoriana (77 74 a.C.). En el fragmento del libro 91 de su "Historia de Roma", Tito Livio nos cuenta que, a finales del ao 77, Sertorio avanz con sus tropas Ebro arriba, cruzando en una jornada Bursao (Borja), Cascantum (Cascante) y Graccurris (Alfaro) hasta llegar a Calagurris (Calahorra), para al da siguiente atravesar el territorio de los vascones hasta la regin de los Berones, acampando en la frontera que separa ambos pueblos, luego sigui hacia la Lusitania para socorrer a los ejrcitos que all tena. Segn este texto, los vascones ocupaban el territorio que va desde Calahorra a Logroo. La segunda referencia sobre los vascones nos la da Salustio (Historia, 3, 93) all nos habla de las ltimas campaas de Pompeyo, en concreto del enfrentamiento mantenido con Sertorio en la zona de Numancia durante el verano del ao 75. Pompeyo se encontraba en una situacin bien precaria, pues careca de vveres, y se vio obligado a pasar a territorio vascn, donde podra recibir avituallamientos procedentes de Aquitania, al otro lado de los Pirineos. Y en territorio vascn estableci sus cuarteles de invierno y fundar la ciudad que lleva su nombre: Pompaelus (Pamplona). Es curioso que todas la tribus celtberas fuesen aliadas de Sertorio, mientras que los vascones lo eran de Pompeyo, representante del poder senatorial romano. La tercera referencia la tenemos en Plinio, quien hacia el ao 50 a.C. public las Antiquitates rerum humanorum, all nos dice que los vascones habitaban los Pirineos Occidentales, a los que denomina Vasconum saltus (los vascones de los bosques), y que tenan frontera con los Vrdulos. No queda claro si hubo una migracin vascona desde la Rioja hacia los Pirineos o, sencillamente, Plinio se est refiriendo a un grupo de tribus vasconas que viven en el Pirineo.Sin embargo, Silo Itlico (25-101), encuadra a los vascones como celtberos.

Los vascones se extendan desde el norte de Navarra, siguiendo por el norte de Aragn hasta la ciudad de Jaca, y descendiendo hasta el Ebro. La actual ciudad de Zaragoza (SALDUIE o SALDUVIE) era ibera, pero un poco ms hacia el oeste ya haba tribus vasconas (aunque Salduie estaba rodeada de tribus celtberas), precisamente el famosoBronce II de Botorrita(o Tabula Contrebiensis) trata del litigio por un problema de una canalizacin entre los iberos de Salduie y los vascones de Alauon (Alagn).

BRONCE DE BOTORRITA (foto del autor)

Pero los vascones se extendan de modo discontinuo siguiendo ms o menos la lnea del Pirineo, llegando hasta Turisa, la actual Tossa de Mar. Turisa es nombre romano que deriva de vasco iturri (fuente), lo mismo ocurre con Turiaso (Tarazona). Parece ser que en las comarcas pirenaicas limtrofes entre Aragn y Catalua se hablaba vasco durante la Edad Media. Podramos decir que los vascones eran uno de los pueblos preindoeuropeos, probablemente emparentado con los iberos -si no propiamente ibero- que no sufri la mezcla con los celtas. As pues, socialmente eran idnticos a sus vecinos celtberos, variando tan slo su lengua.En cualquier caso, tenan identidad cultural propia; se llamaban a s mismo barscunes o bascunes; quiz signifique los de los altos, los de las montaas, tal vez como oposicin a iberos, que significa "los habitantes de los ros, de las vegas", debido a la raz ebr, "ro". Dicha raz asociada a los topnimos fluviales es harto habitual en gran parte de Europa, lo que podra deberse a que exista un idioma preindoeuropeo extensivo a toda Europa; los iberos hablaran dialectos de esta antigua familia europea, y el vasco sera la ltima reliquia que ha quedado de tal idioma. Es de sobra conocido que el vasco tiene muchas concomitancias con lenguas bereberes y con el georgiano, y recordemos de paso que en la antigedad tambin se llamIberiaa la regin del Cucaso donde viven los actuales georgianos. Dice Tovar al respecto: En todos los dems caracteres (verbo al final, postposiciones, genitivo antepuesto, como tambin oracin de relativo delante del antecedente) el vasco coincide con lenguas cuyo centro parece estar en Europa oriental o ms all: as las caucsicas o las indoeuropeas ms antiguas (snscrito, hitita, en parte el latn)"

Durante las guerras lusitanas, que concluirn con la toma de Numancia (133 a.C.), los vascones siguieron siendo buenos aliados de Roma. Incluso llegaron a acuar moneda, con la inscripcin BaSKuNES (IMONES; I=Ba, M=S, O=Ku, N=N, E=E, S=S) A principios del siglo V d.C., en plena decadencia del Imperio Romano, tropas vasconas protegieron los pasos pirenaicos evitando las invasiones germanas. Y a partir de aqu las noticias son escasas y confusas, parece ser que las rebeliones bagadicas de mediados de este siglo tambin afectaron con gran fuerza al territorio vascn, y eso contribuy de alguna manera a quese produjeran migraciones en masa que coincidiendo con las invasiones germnicas propiciarn que los vascones se muevan al oeste, ocupando el actual pas Vasco y desplazando a las antiguas tribus clticas de vardulos, caristios y autrigones hacia el sur y/o absorbindolos. De hecho, al primitivo territorio castellano se lo denomin al principio Vardulia.

Una explicacin del por qu de esta extraa migracin vascona hacia territorio de vrdulos, caristios, autrigones y aquitanos y posterior enfrentamiento con los visigodos, nos la podra dar el historiador Paulo Orosio (385 420) el cul nos dice que, estando los brbaros atravesando las Galias camino de la Pennsula, fueron movilizados los campesinos de la zona pirenaica (con toda probabilidad vascones) para proteger los pasos fronterizos; cumplieron a la perfeccin su cometido, pues los invasores detuvieron su avance en el ao 408, quedando acampados en Aquitania. Sin embargo, el emperadorConstantino IIIdecide substituir a los hispanos por mercenarios brbaros en el ao 411. Tal medida fue catastrfica, porque los germanos atravesaron el Pirineo y la invasin fue irremediable. Es posible que, una vez en superioridad militar, los germanos pretendieran aniquilar a sus antiguos enemigos, los vascos de la frontera que tanto dao les haban hecho. Toda la poblacin vascona se vio obligada a emigrar buscando un lugar alejado e inaccesible para evitar represalias; lamentablemente fueron los vrdulos, caristios, autrigones y aquitanos quienes sufrieron las ltimas consecuencias de este efecto domin.

Desde su nuevo territorio los vascones se dedicaron a realizar incursiones de saqueo contra sus vecinos, ello provoc la reaccin blica de los reyes visigodos que intentaron dominarlos, sin xito. Por el lado francs los vascones ocuparon la actual Gascua, cuyo nombre deriva de Wasconia, o sea, tierra de vascones. All tambin llevaban a cabo su poltica de rapia y saqueo de las poblaciones vecinas, siendo una pesadilla para los reyes francos. Es evidente, pues, que durante la poca visigoda y comienzo de la invasin mahometana, la poblacin vascoparlante que habitaba en las montaas de las actuales provincias Vascongadas y de Navarra no estaban sujetos a poder alguno, y vivan en una situacin de clara independencia, pero no hay la menor evidencia de que tales gentes estuviesen agrupadas bajo un poder poltico superior. Por cierto, hemos de deshacer aqu la repetida falacia de la frase DOMUIT VASCONES (someti a los vascones). Son ya demasiados los historiadores empecinados en afirmar que todas las crnicas de los reyes visigodos terminaban con la frase Domuit vascones, lo cual vendra a significar que tanto empeo por parte de todos los monarcas en dejar claro que los vascones haban sido subyugados era en realidad una demostracin palpable de que nunca se los pudo someter. Bueno, pues toda esa historia del lapidario Domuit vascones final, es un absoluto embuste. Jams se escribi tal frase en documento histrico alguno, pero le sigue viniendo muy bien al nacionalismo vasco que este desdichado embeleco se siga manteniendo.

Por lo que leemos en las fuentes visigodas las incursiones vasconas eran meros actos de pillaje. Incapaces de hacer frente a un poderoso ejrcito se limitaban a llevar a cabo una guerra de guerrillas basada en la emboscada y el ataque a los convoyes de suministros, y ciertamente eso fue lo que pas en Roncesvalles. Las constantes algaradas vasconas obligaron al rey Leovigildo a fundar en el 581 la ciudad de Victoriaco (Vitoria) situada en el lmite sur de la frontera vasca. De hecho se conserva un texto pamplons de la poca,De Laude Pampilonae(Alabanza de Pamplona), que ensalza la resistencia de la ciudad frente al enemigo del norte y, aunque no se lo mencione, est claro que se refiere al enemigo vascongado. En ese ao se produjo una importante ofensiva vascona, tanto en territorio hispano como en la vertiente gala de los Pirineos. No debi de ser muy buena la experiencia de abrir dos frentes a un tiempo, porque en sus siguientes algaradas fueron alternando sus ataques ora a uno ora a otro lado del Pirineo, pero jams al mismo tiempo. Las guerras siguieron hasta el final del poder godo, pues los rabes nos cuentan que mientras Tariq desembarcaba en Hispania, el rey D. Rodrigo se encontraba en Pamplona combatiendo a los vascones. Una vez que los musulmanes conquistaron la Pennsula, parece que stos cesaron en sus hostilidades, aunque, bien es verdad, que los moros no subieron ms all de Pamplona. De todos modos es curioso cmo los pueblos vascones se movilizaron durante tanto tiempo contra francos y visigodos pero jams contra los moros. Recordemos que mientras en Espaa luchaban contra los visigodos, al otro lado del Pirineo, los gascones (wascones) seguan alindose con la antigua nobleza galo-romana para sacudirse el yugo franco; se ser el motivo de que acaben integrados en el ducado de Aquitania hacia el 666.En el 760, Pipino el Breve (751-768) comienza la guerra contra el Ducado de Aquitania (760-768); poco antes de que acabara la guerra, los gascones abandonan a los aquitanos ya prcticamente derrotados- y aceptan la sumisin al rey francs. Y ms o menos por esas mismas fechas, los vascones de lava y Vizcaya contactaron con el rey Alfonso I (739-757) para integarse en el reino de Asturias. Lo de que en los siglos VII al IX existi un Ducado de Vasconia, o que hubo una secular confederacin de Estados vascos, segn nos cuenta Sabino Arana, son meras fabulaciones. De lo nico que tenemos constancia es de que, a mediados del s.VIII, lava y Vizcaya comenzaron a integrarse en el Reino de Asturias, para posteriormente en el s.X unirse al Condado de Castilla y, de esta forma, pasar a formar parte del Reino de Castilla.En el lado francs entre tanto, los vascones, denominados wascones, se integraron en el Reino Franco, y all s se cre el Condado de Wasconia (fonticamente deriv en Gascua), que acab por hacerse independiente como el resto de regiones francesas tras la muerte de Carlomagno y la progresiva descomposicin del Imperio Carolingio. Pero no fue un estado vasco, sino gascn, porque jams hubo un sentimiento de unidad entre los vascoparlantes de ambos lados del Pirineo, como no lo hay, por ejemplo, entre las naciones hispanoparlantes de Amrica. En cambio, en el norte de Navarra, la poblacin montaesa que haba resistido la invasin islmica logr pasar a la ofensiva, conquistar Pamplona y el ao 905 queda establecido el Reino de Navarra, ocupando el trono el rey Sancho Garcs I. En todo momento fue este reino una monarqua visigoda, de concepcin hispnica (al igual que el resto de reinos peninsulares), esto significa que todos los reinos que surgen en Espaa tras la invasin rabe mostrarn desde sus comienzos la inquebrantable vocacin de reinstaurar el antiguo Reino Visigodo, tanto en lo poltico como en lo religioso y cultural, o sea, se buscaba la unidad de Hispania, que as es como se denominaba desde poca romana a la Pennsula Ibrica. De Guipzcoa nada sabemos hasta el 1025, ao en que decide integrarse en el Reino de Navarra. Gracias a los derechos de su esposa Muniadomna, Sancho III el Mayor (1004 1035) consigui extender su poder al Condado de Castilla, y por tanto a lava y Vizcaya. Sin embargo no logr avanzar por el sur ms all de Pamplona, pues el resto del territorio navarro se hallaba en manos musulmanas. Posteriormente, a lo largo de la Edad Media, lava, Guipzcoa y Vizcaya oscilaron entre los reinos de Navarra y Castilla en funcin de las vicisitudes militares y polticas de ambos reinos, hasta quedar definitivamente integradas dentro de la monarqua castellana a finales del s.XII. Por tanto, jams fue Navarra un Estado nacional vasco, sino una monarqua pamplonesa e hispana.

Y no me resisto a exponer una vieja teora sobre el origen de los vascones. Debemos remontarnos a la primavera del 218 a.C.; Anbal sale de Cartagena rumbo al norte con intencin de cruzar los Pirineos, luego los Alpes, y caer por fin sobre Italia para acabar de una vez por todas con el poder de Roma. El ejrcito expedicionario lo forman 90 mil infantes, 12 mil jinetes y 37 elefantes. El primer problema surge al cruzar el Ebro, pues las tribus de ese lado del ro estn sin pacificar y ofrecen gran resistencia. Anbal ha de emplearse a fondo y no escatimar medios ni crueldad para que sirva de aviso a navegantes. Luego deja un contingente de diez mil infantes y mil jinetes al mando de Hannn como fuerza pacificadora. Entonces llega a la conclusin de que su ejrcito sigue siendo muy numeroso y que as nunca va a llegar a Italia, por lo que elije un selecto contingente de tropas y deja que el resto se vaya o deserte. Sobre todo prefiere que deserten, pues as se ahorra las pagas. En total 10 mil hispanos son licenciados, tres mil carpetanos desertan junto con un nmero indeterminados de libios, que podran ascender a varios miles. Y hay quien afirma que estos miles de libios no regresaron a su pas, bien por miedo a ser ejecutados por los cartagineses, bien por el temor a cruzar toda Hispania plagada de tribus hostiles; el caso es que decidieron asentarse en la ribera alta del Ebro, viviendo del pillaje y el pastoreo y raptando a las mujeres de las tribus vecinas para tener descendencia. stos libios seran los antecesores de los vascos. Y la idea no es tan descabellada como pudiera pensarse, aunque, sinceramente, creo que es la teora menos consistente de todas las posibles.

2) PREHISTORIA

Las primeras manifestaciones artsticas son producidas por el Homo Sapiens hace unos 25 mil aos, en pleno Paleoltico Superior. Hasta el momento, el arte paleoltico es un fenmeno casi exclusivamente europeo, concentrndose en cuatro regiones muy cercanas entre s: Aquitania, Ardche, Pirineos Centrales Franceses y Cornisa Cantbrica; lo que nos hace pensar en la existencia de una civilizacin pirenaica. Pudieran ser los vascongados descendientes de estos pueblos artistas del Paleoltico? La respuesta es un rotundo no. Debemos desechar de una vez esos decimonnicos conceptos del mantenimiento de las purezas raciales. La Historia es una constante evolucin y mezcolanza de pueblos y culturas. Es correcto decir que los andaluces de hoy da son los descendientes de los tartsicos? Tiene sentido decir que los mexicanos actuales son los descendientes de los aztecas? O los daneses de los vikingos? Cuanto ms dilatada es la historia de un pueblo, ms invasiones y mezclas ha recibido. Y an cuando pudiramos demostrar que los vascones conservaban una gran bagaje gentico de los primitivos cromaones de la cornisa cantbrica est claro que la vida de esos vascones de poca romana nada tiene que ver con la de los artistas rupestres de varios milenios atrs, del mismo modo que la vida de los vascongados de hoy da nada tiene que ver con la de los vascones de poca romana. Otra cuestin sera si el idioma de los vascones era el que hablaban las culturas paleolticas del Pirineo. Y la respuesta es bien clara: no tenemos la menor idea, pero caso de que el vascn fuese una evolucin de aquellas lenguas paleolticas, probablemente el parecido entre ambos idiomas sera como el que existe entre el espaol actual y el snscrito, y digo el snscrito por ser la lengua indoeuropea ms antigua que se ha conservado. Quiero decir que el historiador debe estar abierto a cualquier teora pero dejando de lado toda la contaminacin poltica que siembra aberrantes prejuicios totalitarios donde la pureza de razas, idiomas, culturas, etc. pretende avalar la superioridad de un grupo respecto a otros corrompidos por el mestizaje. Afortunadamente no existe la pureza, ni racial ni cultural, y la historia de los pueblos est hecha de intercambios genticos y culturales, eso nos ha permitido evolucionar y llegar donde hemos llegado.En cualquier caso intentar elucubrar a travs de los restos arqueolgicos la evolucin de las poblaciones peninsulares es tarea vana.

3) PRIMERAS NOTICIAS HISTRICAS

Diodoro Sculo (s.I a.C.), tras hablar de los galos, procede a describir Hispania:

Tras haber hablado con bastante extensin de los celtas, pasemos a la historia de los celtberos, que son sus vecinos. Estos dos pueblos, los iberos y los celtas, lucharon antiguamente entre s por la posesin del pas, pero a la postre zanjaron sus diferencias y lo habitaron en comn, y cuando, dando un paso ms, acordaron que podan casarse unos con otros, los dos pueblos mezclados recibieron aquel nombre. La fusin de dos pueblos vigorosos en una tierra feraz permiti a los celtberos alcanzar gran prestigio, de modo que a los romanos les cost someterlos, cosa que slo al cabo de muchas guerras consiguieron (Diodoro V:33).

Orgulloso de su estirpe, deca Marcial: Nos celtis genitos et ex iberis (nosotros, hijos de celtas y de iberos). Y este sencillo planteamiento ha sido el dogma repetido hasta la saciedad por todos los historiadores durante siglos, pero la poblacin de Hispania presentaba esquemas ms complejos.

Pero comencemos por el principio. Contra lo que pudiera pensarse, la ltima glaciacin no fue un infierno blanco para el hombre paleoltico; no al menos en el sur de Europa, donde los hielos no llegaron. Espaa fue un paraso de abundante caza mayor, y eso permiti que florecieran brillantes culturas de pueblos cazadores que plasmaron su arte en las paredes de las cuevas cantbricas y del sur de Francia. Esto ocurra hace unos 15 mil aos. Pero hace unos diez mil aos, el clima se hizo ms clido, los hielos se retiraron y el mar subi varios metros, las Islas Britnicas quedaron aisladas, Europa se cubre de bosques y desaparece o queda muy mermada la extraordinaria caza mayor del Paleoltico (bisontes, renos, mamuts, caballos), siendo sustituida por ciervos en los bosques y por cabras en las montaas. Adems los humanos buscarn nuevos recursos alimenticios, pues la caza no es suficiente, y se incrementa el consumo de marisco y pescado, as como la recoleccin de plantas y semillas. La consecuencia final de este proceso ser el surgimiento de la agricultura y la ganadera, iniciando la explosin de la revolucin neoltica. Todo ello implicaba la sedentarizacin de las poblaciones, pues ya no tenan que errar siguiendo las migraciones de los grandes rebaos de herbvoros. En el Mediterrneo esta transicin climtica no fue tan traumtica como en el resto de Europa y norte de la pennsula Ibrica. Segn podemos apreciar en las pinturas de los abrigos levantinos, los caballos, toros, cabras, ciervos y jabales siguieron siendo las presas habituales. Este nuevo arte, llamado Levantino, y circunscrito a la zona oriental de la Pennsula, se llev a cabo hacia el 8000 a.C. La revolucin neoltica surge en el Creciente Frtil asitico y provocar nuevas oleadas invasoras, porque el florecimiento de la agricultura y la ganadera traern consigo una explosin demogrfica que, inevitablemente, conllevar constantes migraciones en busca de tierras donde poder asentarse. Como dice Gordon Childe, el gran terico de la revolucin neoltica: La ganadera y el cultivo de las plantas fueron pasos revolucionarios para la emancipacin del hombre de su dependencia del entorno [] Pero el incremento de la poblacin conllev, por sus condiciones mismas, la expansin de los propios revolucionarios los primeros agricultores semisedentarios o su conversin, por una segunda revolucin, en un campesinado sedentario, productor de sus excedentes alimentarios para su propio excedente de prole, convertida ya en artesanos y mercaderes, sacerdotes y reyes, funcionarios y soldados de una poblacin urbana. El C-14 ha venido a demostrar que alrededor del ao 5000 a.C. el Neoltico se difunde de un extremo a otro del Mediterrneo, y no es el arcaico neoltico de Jeric y Chipre, sino un Neoltico pleno, con cermica, cereales y ganado de ovejas y cabras. Desde el ao 5000 hasta el 2500 a.C. tienen lugar las grandiosas construcciones megalticas. Los megalitos, por tanto, aparecen en Europa cuando el Neoltico est muy avanzado y existe un complejo sistema social. De hecho Stonehenge es del 2500 a.C., la misma fecha que la pirmide de Keops. La construccin de un dolmen requera una sociedad muy avanzada, tanto en el terreno social y poltico como en el tcnico. Era el final de la edad de Piedra; pronto har su aparicin el cobre.

4) LA EDAD DE LOS METALES

La actividad de los metalrgicos y de todos aqullos relacionados con la extraccin y comercio del metal provoc en la sociedad agrcola-ganadera un cambio cuyo efecto ms visible sera el establecimiento de los primeros ncleos urbanos: desde fuertes como el de Campos hasta incipientes ciudades amuralladas como la de Los Millares, ambos enclaves situados en Almera. El esfuerzo que supona la edificacin y mantenimiento de las murallas exiga la transformacin de las ciudades igualitarias que venan existiendo hasta la fecha en sociedades de jefatura, conocidas como chiefdom societies, es decir, estructuras piramidales con una base de agricultores y ganaderos, de una nobleza terrateniente con esclavos y arrendatarios, sacerdotes, administradores y soldados. Es el comienzo de las ciudades-Estado. La ciudad de Los Millares (hacia el ao 3000 a.C.), lleg a tener una muralla de 300 m. de longitud y 4 de grosor, reforzada con 19 torres de planta semicircular, adems los cerros que la rodeaban estaban coronados por torreones diez que sepamos- tan bien pertrechados y amurallados como la ciudad misma. La prosperidad de este enclave se deba, con toda seguridad, a la explotacin del cobre, estao, plata y oro que se halla en la Sierra de Gdor y otros lugares cercanos. A escasos kilmetros encontramos tumbas pertenecientes a una cultura de tipo megaltico, era de estos guerreros de quienes se protegan los millarenses tras las imponentes murallas de su urbe? Probablemente las actividades comerciales de los habitantes de Los Millares se extendan ms all del mbito peninsular. Nada tan grandioso y sobrecogedor volver a producirse en Hispania hasta la llegada de los romanos.

Hacia el ao 2000 comienza a desarrollarse la Cultura Campaniforme, llamada as por el ms caracterstico de los objetos que fabricaban: un vaso de boca acampanada que muchos afirman se empleaba para beber cerveza. Escribe Gordon Childe, el famoso prehistoriador australiano: Las gentes del campaniforme son conocidas principalmente por tumbas que nunca forman grandes cementerios. Cuando su cermica y dems utensilios se encuentran en poblados, aparecen por lo regular mezclados con restos tpicos de otros grupos, salvo quiz en el centro de Espaa. De este modo el pueblo campaniforme se revela constituido por bandas de traficantes armados, ocupados del comercio del cobre, oro, calata y substancias raras similares que, a menudo, se hallan en sus tumbas. Las bandas incluan metalrgicos [] y mujeres que en todas partes fabricaban los vasos caractersticos, prestando escrupulosa atencin a detalles tradicionales de forma y ornamento. Su existencia errante los llevaba desde la Espaa meridional y norte de Sicilia hasta la costa del Mar del Norte, y desde Portugal y Bretaa hasta el Tisza y el Vstula. A veces se establecan en un lugar fijo, preferentemente en comarcas de riqueza natural o en las encrucijadas de caminos importantes. En ocasiones, lograban autoridad econmica y poltica sobre comunidades sedentarias de diferentes culturas, formando grupos hbridos con stas, e incluso guindolas en ulteriores peregrinajes. Los hombres del Campaniforme posean dagas y puntas de flecha fabricadas en cobre. Probablemente eran jinetes, pues se han encontrado huesos de caballo en sus poblamientos, ello les dara una evidente superioridad militar; pero esto ltimo es slo una suposicin. Y as llegamos a los iberos.5) LOS IBEROS

Dice Estrabn en su Geografa escrita a comienzos de nuestra era- que los turdetanos son los ms cultos de los iberos, tienen un alfabeto y con l han escrito anales en prosa y en verso, as como leyes rimadas de una antigedad de 6000 aos, segn cuentan. Los turdetanos habitaban en la mitad occidental de Andaluca. Y de all son tambin los famosos hroes Grgoris y Habis, por un lado, y el gigante Gerin por otro. De todos ellos nos habla Trogo Pompeyo, escritor galorromano de mediados del s.I a.C.; en su libro Las Filpicas podemos leer: En la serrana de los tartesios, donde se dice que los titanes movieron guerra a los dioses, habitaban los curetes, cuyo antiqusimo rey, Grgoris, fue el primero que invent el uso de la miel. Avergonzado de la deshonra de su hija, que le haba dado un nieto ilegtimo, procur deshacerse de l buscndole diversos gneros de muerte Pero como es tpico en estos eventos, el muchacho llamado Habis-, consigue eludir todos los peligros. Posteriormente ser amamantado por una cierva, lo que le conferir una agilidad prodigiosa; y, por fin, heredar el trono. Cuando subi a ste, fue tan gran rey que bien claro se vio que no en vano haba velado por l en tantas ocasiones la proteccin divina. Dio leyes a su pueblo, antes brbaro; le ense a uncir los bueyes al arado y a arrojar al surco la semilla de trigo, y le hizo abandonar el agreste alimento del que hasta entonces se haba nutrido. Prohibi Habis a las gentes de su estirpe los menesteres serviles y reparti a la poblacin entre siete ciudades. Muerto Habis, el reino qued por muchos siglos en poder de sus descendientes

Esta leyenda utiliza el habitual esquema mitolgico para explicar el paso de la vida paleoltica a la neoltica, que es el inicio de la vida urbana, la civilizacin y el progreso. La otra gran leyenda tartsica es la del rey gigante Gerin, monstruo de tres torsos que habitaba en las marismas del Guadalquivir, all pacan sus toros; Hrcules intent robrselos, pues era uno de los trabajos que le haban impuesto, Gerin se le enfrent pero perdi la vida en el combate. No es casual esta participacin mitolgica de personajes tartsicos; evidentemente este pueblo era el ms importante entre los iberos (suponiendo que fuesen autnticos iberos, y suponiendo, incluso, que los iberos hayan sido alguna vez unidad cultural). A los tartsicos les seguan en importancia los iberos de la costa levantina, curiosamente abarcaban la zona donde se ubica el antiguo arte levantino. Eran mucho ms ricos los tartesios (o tartsicos, o turdetanos), debido a su abundancia en minas, por lo que no es de extraar que ya en el ao 1000 los fenicios fundaran colonias en sus costas, como Gadir (Cdiz), que en semita significa fuerte, castillo. Tras la decadencia de Tiro debido a las luchas contra los asirios en el sigloVIII a.C., ser Cartago quien tome el relevo comercial en el Mediterrneo Occidental. Y parece ser que fue Cartago la culpable de la desaparicin del reino tartsico, conquistndolo hacia el ao 500. La lengua tartsica, an guardando cierto parecido con el vasco y el ibero levantino, no era desde luego indoeuropea, ni semtica, ni vasca, ni etrusca, ni, por supuesto, ibrica.

Para Schulten, la Atlntida no sera sino la ciudad-Estado que capitalizaba el reino de Tartessos. En el Timeo y el Kritias nos habla Platn de viejas leyendas relatadas por sacerdotes egipcios, en ellos se afirma que en tiempos lejanos existan en el Atlntico, al Oeste de las columnas de Hrcules, una gran isla, ms extensa que frica y Asia, llamada la Atlntida. Sus habitantes dominaban frica hasta Egipto y Europa hasta la Toscana. En el extremo oriental de la isla reinaba Gdeiros, uno de los diez hijos de Poseidn, entre quienes el dios haba repartido la Atlntida, y se fue el motivo por el que se denomin a esa isla Gadirik, esta nsula no era sino la actual Cdiz (llamada Gdeira en griego). La Atlntida era riqusima en metales y bosques, lo que concuerda con la descripcin de Tartessos, y tambin coincide con la costumbre de sacrificar toros de modo ritual.

La regin levantina de los iberos fue colonizada por los griegos, que influyeron grandemente en la cultura y economa de aqullos. De los iberos podemos decir que su idioma tena cierta relacin con el vasco, aunque esto tampoco es decir mucho. El hecho de que dos pueblos hablen idiomas que derivan de un tronco comn no significa que compartan un mismo grupo cultural. En cualquier caso queda claro que esos primitivos pueblos iberos iban cambiando y evolucionando a medida que entraban en contacto con otros pueblos; as, la influencia griega en la zona de Valencia se manifest en el arte, cuya ms clara y soberbia expresin sera la Dama de Elche, representacin de la Diosa Madre mediterrnea.

Como ya dijimos, en principio se designaba iberos tan slo a los pobladores del Levante espaol, luego se denomin as al resto de tribus afines de la Pennsula. Pero en muchas ocasiones no distinguan bien entre iberos, celtas, celtberos, y otras tribus singulares como vascones, turdetanos o lusitanos. Sobre el origen de los tartesios hay varias teoras, una dice que procederan de las mismas migraciones de Asia Menor que llegaron a Europa en poca inmemorial y que dieron origen tambin a la cultura etrusca y a la cretense. Otra de ms peso los asocia a los grandes movimientos de pueblos que afectaron a Europa y a Asia Menor a principios dels.XII a.C., denominados genricamente Pueblos del Mar ; aunque ms lgico sera achacar a este proceso el asentamiento de los iberos en Espaa. Recordemos que estas invasiones no fueron simples algaradas como las que se venan produciendo desde el s.XIII, sino un importantsimo movimiento migratorio de familias, de carros tirados por cebes tras la marcha de los guerreros, estos pueblos, de diversos orgenes, se aliaron entre s, cruzaron el mar e irrumpieron en el norte de frica y en Asia. Fueron los responsables de la ruina de las culturas de Micenas, Troya (en el ao 1184 a.C., segn Eratstenes), Hatti e Imperio Hitita, Chipre, y un sinfn de ciudades Estado como Ugarit, Alalak, Eukomi, Katua, Niya o Karkemish. Cuenta Ramss III: Los Pueblos del Mar se confabularon unos con otros, y as, de repente, todos los Estados desaparecieron y se disgregaron. Ningn pas pudo resistir sus armas: Hatti, Kadi (Kizuwatna, Cilicia), Karkemish, Arzawa, Alasia (Chipre) haban sido segadas de una vez. Acamparon en Amurru (Lbano-Oeste de Siria), exterminaron a la poblacin y el pas qued como si nunca hubiera existido Slo este faran pudo vencerlos en el 1175. En Palestina asent a los pulesata o peleset o sea los filisteos de las crnicas bblicas, y de ellos tomar el nombre la regin. Y en este contexto de invasores, invadidos y desplazados debemos situar a los hebreos que en esta misma poca comienzan a ocupar el solar palestino. Otros pueblos se dispersarn por el Mediterrneo; qu le correspondi a la Pennsula Ibrica de esa compleja dispora? Para Schulten, y cogiendo por los pelos las etimologas de palabras como Tartessos=Tyrsa o Argantonios=arcnti, los tartsicos seran pobladores etruscos; pero estas analogas son mucho suponer. Ms lgico parece considerar a algunas tribus hispanas como Pueblos del Mar asentados en un proceso invasor hacia el Oeste, y no como gentes que huan tras la derrota frente a Ramss III. El ms claro exponente lo constituiran los mastienos del sureste peninsular, cuya capital, antecesora probable de Cartagena, era llamada Mastia Tarseiou. Los mastienos seran los mashuash de la costa Libia que se unieron a las correras de los Pueblos del Mar. Estos aliados seran los shakalush (sculos), turus (tirrenos), aquayauas (aqueos) y luku (licios o licaonios, el pueblo lobo), entre otros. De ser cierto que los mashuash fueron los antecesores de los iberos se nos escapa el modo en que posteriormente se diferenciaron en los grandes grupos tribales que poblaban la Piel de Toro a la llegada de los primeros comerciantes del occidente mediterrneo: fenicios y griegos.

La historia de Espaa cambia de modo radical a partir del s.IV a.C., poca de hegemona cartaginesa. Fue una poca de esplendor para iberos y turdetanos; prcticamente todos los ajuares funerarios de esa poca son de gran riqueza. Mas, para que veamos las influencias tan enormes que suele haber entre distintas culturas a poco que existan algunos contactos, citaremos la cmara funeraria hallada en La Toya (Peal de Becerro, Jan), el muerto fue enterrado en un carro, como hacan los celtas. Evidentemente nos hallamos ante la tumba de un jefe importante, denominados strategoi o hegemones por los griegos, o sea, caudillos, jefes militares. Los cartagineses, bajo el mando de los Brquidas, fundaron en territorio ibero dos importantes ciudades: Akra Leuk (la Lucentum romana y actual Alicante) y Kart Hadachat (Cartago Nova para los romanos, o sea, Cartagena). Cuando Amlcar vino a Hispania en el 237 a.C. resuelto a conseguir los recursos necesarios para hacer frente a Roma o sea, hacer acopio de plata y de soldados- se le opondrn los tartesios y los iberos de Andaluca (que Diodoro de Sicilia diferencia como pueblos distintos). Curiosamente sern capitaneados por dos jefes celtas,IstolacioeIndortes, hermanos por ms seas. Un poco extrao queda esto de unos notables celtas acaudillando las rebeliones iberas y tartsicas, pero bien es verdad que los celtas ya haca tiempo que estaban asentados en Beturia y en la Serrana de Ronda. Amlcar sali victorioso y captur a Indortes, el cual fue cegado, torturado y crucificado. Gran invento la crucifixin. De todos modos, la conquista de Hispania no fue un camino de rosas para los Brquidas; el propio Amlcar muri huyendo del ataque de los orisos. Esto fue porque el general cartagins no consegua asaltar la ciudad de Helik (Elche) y hubo de levantar el sitio para invernar en Akr Leuk (Alicante), entonces sufri el ataque de los orisos, y en su apresurada huda cay del caballo mientras cruzaba un ro y se ahog. Tambin los Escipiones perdieron la vida frente a los hispanos; uno cay en Cstulo (Linares) y el otro en Iliturgi (cerca de Mengbar, Jaen). La derrota en el 211 a.C. de Cneo y de Publio Escipin supuso que Asdrbal (y sus generales Magn y Giscn) recuperasen de nuevo casi toda Hispania. Pero Asdrbal cometi muchos errores. Ante la peticin de ayuda de su hermano Anbal, resuelve exigir a sus aliados hispanos unas sumas desorbitadas de dinero, y para evitar traiciones tom como rehenes a las familias de los jefes. Huelga decir que todo ello provoc el desafecto hispnico, por eso, cuando lleg Publio Cornelio Escisin, se gan fcilmente a los indgenas. Mxime cuando lo primero que hizo fue liberar a todos los rehenes hispanos en poder de los cartagineses. Su primer aliado ser Edecn, rey de los edetanos (sitos en la actual Valencia), despus se le unen los ilergetasIndbilyMandonio, de quienes dice Tito Livio: haud dubie omnies Hispaniae principes (sin duda reyes de toda Hispania).

En esta poca hay que decir que en la mayora del territorio peninsular se hablaban lenguas clticas y muy antiguas-, si bien con una gran mezcolanza de elementos lingsticos preindoeuropeos. Hasta tal punto que, estas lenguas celtberas, utilizaban alfabetos iberos.

Uno de los pueblos que ms oposicin ofreci a los romanos fue el de loslusitanos, que podran estar emparentados con los ligures, la famosa tribu centroeuropea distinta de los celtas segn Estrabn- pero indoeuropea. Su lengua, aun siendo indoeuropea, evolucion aisladamente en Hispania, aunque recibi influencias celtas, porque los lusitanos se fundieron con los callaecus o galaicos, que habitaban la actual Galicia. Los lusitanos, al igual que los vikingos, vivan en gran medida de la rapia y el saqueo. Formaban poderosos ejrcitos bien pertrechados, compuestos por miles de hombres, y en sus correras llegaron hasta Marruecos. Eran una pesadilla para el resto de tribus hispanas.Asesinado Viriato en el 138, el cnsul Dcimo Junio Bruto pacific toda Lusitania y la Gallaecia (Galicia). Comprendiendo que el problema del bandolerismo lusitano era la falta de tierras, asent a los hombres de Viriato en la zona de la actual Valencia.

Antes de seguir, quisiera remarcar las curiosas homofonas de las tribus peninsulares, que nos hace pensar que la vieja piel de toro no era otra cosa que un totum revolutum de pueblos y culturas, todos al final bastante homogeneizados en idioma, costumbres y cultura, debido a la cercana, los intercambios econmicos y culturales, las guerras tribales y los matrimonios mixtos. As, por ejemplo, en la Beturia (zona que se extenda entre el Guadalquivir y el Guadiana), donde habitaban celtas y trdulos, exista una ciudad llamada Eiskadia (la actual cija), tena algo que ver con los vascones? Entre el Jaln y el Jiloca vivan tres tribus celtberas: belos, titios y lusones, eran estos ltimos del grupo luso o lusitano? Vacceos y Vascones estaban relacionados? Otro dato curioso, los segedanos de Calatayud, al ser declarados enemigos de Roma, huyen a Numancia, donde al unsono con los celtberos del centro peninsular se levantan en armas contra la Repblica. Es elegido caudillo de la sublevacin el jefe de los segedanos:Caro, que curiosamente es un apellido muy habitual en la zona de Calatayud.En Andaluca y en Aragn existan poblaciones con igual nombre: Salduba e Iliturgis. En Aragn son las actuales Zaragoza y Cariena; en Andaluca estas ciudades pertenecan a la tribu de los trdulos, pueblo situado al norte de los turdetanos o tartsicos, aunque algunos autores antiguos no los diferencian. Estrabn nos cuenta que en las cercanas de los rtabros (ntese la homofona con cntabros), en la actual provincia de La Corua, se hallan tambin los clticos parientes de los del Guadiana. Se dice que stos y los trdulos emprendieron juntos una expedicin armada y que pasado el ro Limia se enzarzaron en luchas unos con otros.Despus de la reyerta y de la muerte de su jefe, se dispersaron por all y permanecieron en el pas; a ello se debe que al ro se le llame tambin Lethes"(o sea, Leteo, el mitolgico ro del olvido). La leyenda arraig con tal fuerza que los soldados deDcimo Junio Brutose negaron en el 137 a.C. a atravesarlo, pues estaban convencidos que perderan por completo la memoria. Y tuvo que pasarlo Junio Bruto para, desde la otra orilla, ir llamando a todos los legionarios por sus respectivos nombres y demostrarles de ese modo que no haba nada que temer. Este enfrentamiento entre celtas y trdulos nos viene a demostrar que eran constantes las luchas entre las distintas tribus del hispnico solar.

Debemos imaginar la situacin de la Hispania ibera como la de la Grecia antigua, con una cultura comn, pero subdivididos en naciones y con una querencia especial por las ciudades amuralladas, una especie de polis que venan a ser las capitales de las respectivas zonas con un alto grado de independencia, por eso el trmino ibero fue usado por los antiguos griegos, cartagineses y romanos de modo tan elstico, pues lo mismo serva para denominar a todos los pobladores de Hispania o sea, la Iberia griega- que a las tribus no clticas de la Pennsula, o solamente a los helenizados pobladores de la costa levantina. As, dice Polibio (III, 3, 9) Las tropas que pasaron a frica las proporcionaron los tersitas (tartesios), mastianos, oretanos, iberos y olcades, en nmero total de todos estos pueblos de mil doscientos jinetes y trece mil ochocientos cincuenta infantes, adems de ciento setenta[honderos]balericos; dejando claro que para el historiador greco-romano slo eran iberos los habitantes hispanos de la costa mediterrnea. As pues, la cultura ibrica no es un todo, sino un conglomerado de culturas y tribus bien diferenciadas. La poca de mayor esplendor de la cultura ibrica corresponde a los siglos V, IV y III a.C., y es conocida tambin como la Primera poca Ibrica. Es este periodo se construyeron las grandes ciudades, se realizaron las ms hermosas esculturas y se alcanz un alto nivel de desarrollo econmico y social. Y de repente, a finales del s.V o principios del IV tiene lugar la destruccin violenta de las grandes esculturas de las necrpolis, y ya no fueron reemplazadas. Desconocemos las causas, hubo una violenta revuelta social? Acaso un ataque cartagins?

6) LOS CELTAS

Pero no solamente haba iberos en Hispania, tambin se haban asentado tribus celtas desde tiempo inmemorial. Llegaron a ser tan importantes en Sevilla y Crdoba que el gran ro tartsico perdi su nombre por el de Bateis, y dieron nombre a la Baetica y a la Baeturia (como muchos de sus parientes celtas: Baetulos; Badalona; Baeza, o los Baetassi de Blgica). Nos cuenta Plinio el Viejo:

La regin que se extiende del Guadalquivir al Guadiana, ms all de los lugares mencionados antes, es la llamada Beturia, y est dividida en dos partes y en otros tantos pueblos: los clticos, que limitan con la Lusitania, y son de la jurisdiccin de Sevilla, y los trdulos, que viven en la frontera de la Lusitania y la Tarraconense, pero pertenecen a la jurisdiccin de Crdoba. El que los clticos sean una rama de los celtberos de Lusitania lo ponen de manifiesto su religin, su idioma y los nombres de sus ciudades, las cuales en la Beturia se distinguen por sus sobrenombres....

Por tanto, la Beturia ocupaba, por un lado, las provincias de Huelva, Sevilla y Badajoz, y por otro las sierras delimitadas entre Jerez y Ronda.Es curioso que los celtas andaluces y algunos de sus parientes de Galicia fueron las nicas ramas de la nacin celta que no se llamaron eduos, senones, arvernos, etc., como sus parientes de la Galia, ni belos, titos, arvacos, berones, etc., como los de la Meseta, sino celtici sin ms; por eso la poblacin sevillana de Peaflor se llamaba "Celti". Por lo dems lo desconocemos todo sobre estos celtici de Beturia.

El origen de los celtas en Espaa tambin es confuso. A partir del ao 800 van entrando por el norte oleadas de grupos clticos, que irn ocupando el norte, centro y oeste peninsular; se los encuadra dentro de la culturaHallstat, que fue la que introdujo el hierro en Europa. En la mayora de los casos habr una fusin entre celtas e iberos, se les conocer como celtberos. Por supuesto, habida cuenta que no exista la menor homogeneidad entre las distintas tribus celtas que iban llegando, que tampoco la haba entre los genricamente denominados pueblos iberos, y que el grado de fusin entre invasores e invadidos fue variable y complejo, podemos imaginar la heterogeneidad de las tribus celtberas resultantes. En Europa los celtas logran su mximo apogeo hacia el ao 500, desarrollando unas estructuras sociales jerarquizadas de mayor complejidad y aumentado su expansin; a esta segunda etapa se la conoce como cultura deLa Tne. Ocuparon prcticamente toda Europa, incluida Hispania. Pero ellos no se llamaban keltoi a s mismos (que es una denominacin griega), ni se sentan pertenecientes a una gran nacin. Ni, en realidad, haba homogeneidad alguna entre todos ellos. Las diferencias entre galos, belgas, britanos, lusitanos, celtberos... eran abismales, por supuesto no exista una unidad racial, y los parecidos culturales y lingsticos eran muy relativos. La introduccin de elementos indoeuropeos en la Pennsula no hay que entenderla como el resultado de una sola invasin. Lo que llamamos invasiones indoeuropeas debe entenderse como el paso continuo en diversas oleadas de grupos guerreros con sus familias en busca de tierras de labranza o de pastoreo. Los de economa pastoril eran trashumantes, los que preferan la agricultura buscaron los valles y se hicieron sedentarios, fortificando sus aldeas. El hecho de que estas migraciones sean un proceso ms o menos continuo explica la aparicin de rasgos culturales de cronologas muy diversas, que van desde el Bronce Final o Primera Edad del Hierro (Hallstat A y B) hasta la poca en que ya est generalizado el uso del hierro (Hallstat C). Desconocemos el momento en que se inician las primeras migraciones, pero la datacin ms antigua por medio del Carbono 14 correspondiente a Castro de Henayo (lava) se corresponde con el s.IX a.C.; habida cuenta que en Francia se han obtenido dataciones del s.XI a.C., no es descabellado fijar las primeras entradas de grupos clticos en Hispania en torno al ao 1000 a.C.Y no slo ser tempranamente ocupado el solar alavs, pronto pasan a Navarra: El Redal, Fitero o Cortes de Navarra guardan restos de asentamientos clticos. En cualquier caso hemos de insistir en que los grupos indoeuropeos que iban llegando eran de una gran heterogeneidad.Y mientras tiene lugar la invasin celta, se van produciendo los contactos comerciales de la Hispania mediterrnea con fenicios y griegos, en particular desde el s.VIII hasta el V a.C., todo lo cual, como ya hemos visto, eclosionar en el Levante y Sur espaol en la llamada Cultura Ibrica; esta zona contrasta con el resto de la Pennsula, ms indoeuropeizada, y cuya nota caracterstica es la inseguridad, con luchas constantes e invasiones y depredaciones de unas tribus sobre otras.

TOROS DE GUISANDO (foto del autor)

Escrituras y lenguas en la Hispania prerromanaXose A. Padilla Garca

AbstractThis paper looks at the linguistic situation in the Iberian Peninsula before the arrival of the Romans. According to the epigraphic remains and to the classical sources (such as Strabo, Plinius, Polybe, Diodore or Titus-Livius), we can characterize that situation as pluri-linguistic. Before the indo-european invasions (XI-V b. C.), a group of languages whose origin can not be totally established were spoken. Afterwards, there was a coexistence between indo-european (such as Celtiberian or Lusitanian) and non indo-european (such as Iberian or Basque) languages. Some of them left written remains in four different alphabets, connected to those Phoenician and Greek. All these languages finally disappeared, except for Basque.

1. IntroduccinQuizs el primer aspecto que debemos sealar sobre la situacin lingstica de la Hispania prerromana es que, como sealaron las fuentes clsicas (Estrabn, Herodoto, Polibio,etc.), no se hablaba una nica lengua sino varias. La forma ms general de clasificar estas lenguas es establecer dos criterios bsicos: de un lado, el origen de sus hablantes; de otro, la familia lingstica. Segn el origen de sus hablantes, se diferencia entre lenguas autctonas y lenguas de colonizacin; y segn la familia, se habla de lenguas indoeuropeas y no indoeuropeas. El primer criterio separa, por ejemplo, las lenguas fenicia y griega de las lenguas celtibrica e ibrica; y el segundo criterio, la primera lengua autctona de la segunda. En realidad, como indica de Hoz (1983: 353), la divisin entre lenguas autctonas y de colonizacin es un poco artificial, pues, los fenicios llevaban en laP. I.desde el siglo IXa. C.y los griegos desde el siglo VIIIa. C., por lo tanto, en cierto modo, a la llegada de los romanos (s.IIIa. C.), podran considerarse tan autctonos como los iberos, o al menos como los celtas, que llegan en oleadas sucesivas desde los siglos IX al Va. C.

El segundo aspecto importante tiene que ver con la diferencia entre lenguas y escrituras. En realidad, el repaso de las lenguas prerromanas peninsulares es el estudio de los restos epigrficos (bronces, exvotos, monedas, plomos, vasijas,etc.) que se escriben en varios alfabetos durante un periodo dilatado en el tiempo y en el espacio. Por lo tanto, toda afirmacin que hagamos sobre las lenguas realmente habladas es una hiptesis, ms o menos cercana a la realidad, que se fundamenta en lo escrito, sea por los habitantes originarios de laP. I., sea por fenicios, griegos y romanos.

2. Indoeuropeos y no indoeuropeosBasndose en la composicin morfolgica de los topnimos (-briga e iltir-,ciudad), Humboldt y ms tarde Untermann (1875-1980) dividieron laP. I.en dos zonas: la indoeuropea y no indoeuropea, y esta divisin se mantiene hasta ahora, no sin discusin. La Hispania no indoeuropea a grandes rasgos queda al sudeste (gran parte de Andaluca, Murcia, Pas Valenciano y Catalua), penetrando hacia al interior y llegando hasta el sur de Francia; la zona indoeuropea ocupara el resto. No hemos de pensar, sin embargo, que haya una frontera estricta entre las dos zonas, pues laP. I.estaba poblada por un conjunto de pueblos muy numeroso (astures, cntabros, celtiberos, ceretanos, edetanos, ilergetes, lacetanos, vacceos, vascones,etc.) y tenemos pocos datos para adjudicarlos de forma definitiva a una determinada familia lingstica. En el norte peninsular, en una zona que comprendera la actual Navarra, parte del Pas Vasco y terrenos colindantes, con una frontera pirenaica no muy claramente delimitada, se hablaba la lengua vasca, aunque seguramente era tan parecida al euskera actual como el castellano lo es al latn coetneo.Grfico (1)

Mapa de los pueblos prerromanos de laP. I.(reformado a partir de del Rincn, 1985:7)

3. Las escrituras peninsularesLas escrituras autctonas llegan en su origen del Mediterrneo, y si repasamos mentalmente el mapa que hemos trazado, es lgico que esto sea as, pues al oeste slo estaban el mar y las Islas Britnicas (en donde la escritura es muy posterior). Esto explica que sean los iberos los que trasmitan su escritura a los celtiberos, pueblo indoeuropeo fronterizo con su territorio; y que los lusitanos, pueblo tambin indoeuropeo pero precelta, slo escriban su lengua en el siglo IIa. C., y ya en caracteres latinos.Existen diversas teoras sobre el nmero de lenguas y escrituras prerromanas (vase de Tovar, 1980; de Hoz, 1983; Siles, 1976, 1985;etc.), y, hasta el momento, a pesar de los intentos de varios autores (vase Gmez-Moreno, 1949; Maluquer de Motes, 1968; de Hoz, 1983; Siles, 1985; Romn del Cerro, 1990), no hemos podido traducir ninguna (a excepcin de parte del celtibero). Podra decirse que en este sentido estamos todava en una fase similar, salvando las distancias, a la del alumno de ruso que sabe leer el alfabeto cirlico pero no tiene idea de lo que significan las palabras. Es normal que esto sea as, porque los restos que poseemos son pocos y fragmentarios.El nacimiento de las escrituras peninsulares est estrechamente relacionado con importantes hechos histricos acontecidos en el mundo antiguo, por lo tanto, antes de seguir adelante, debemos detenernos brevemente en el contexto histrico de este periodo para describir ms claramente las circunstancias que rodearon la llegada de la escritura a la Pennsula.

3.1. La escritura y el comercioLas grandes potencias de la poca (fenicios y griegos, primero; pnicos y romanos, despus) arribaron a las costas de la Pennsula para obtener materias primas (principalmente oro y plata) y mercenarios para sus contiendas. Este hecho determin que los primeros documentos hispnicos que se conservan fueran en realidad inscripciones forneas escritas en babilnico y egipcio (jeroglficos) en objetos trados por los fenicios. La inscripcin ms antigua sealada por Estrabn en el Templo de Melkart en Gadir (Cdiz) se remontara nada menos al siglo XIa. C.(vase Guadn, 1985: 27). Que la escritura hispnica fue importada por estos colonos parece estar fuera de toda duda. Un dato importante, como indica Guadn (1985: 27), es que no hemos hallado en laP. I.(al menos hasta la fecha) las etapas primitivas de la escritura que se encuentran en otros lugares, como un estadio pictogrfico primitivo o una escritura jeroglfica propia (vase Goldwasser, 2005). La escritura nace, pues, como consecuencia del contacto entre los nativos y los comerciantes. Las tribus preindoeuropeas peninsulares debieron de aprender los primeros signos en estos intercambios, y, pronto, los utilizaron de forma generalizada, como muestran los documentos encontrados. El propsito de esta primera escritura pudo ser anotar albaranes derivados de las transacciones comerciales, pero es posible proponer tambin que su origen -complementario del anterior- fuera mgico o religioso.Grfico (2)

Plomo de Jtova (Valencia) (tomado de Guadn, 1985)

3. 2. Los alfabetos autctonosDel contacto entre comerciantes y nativos surgi, pues, un alfabeto que se adapt a las lenguas de los pueblos prehispnicos. Aunque las muestras de escritura peninsular son de fecha muy temprana, no debemos pensar, sin embargo, en un nico alfabeto comn y normalizado, sino en fases sucesivas -a veces simultneas- que muestran una importante evolucin.Partiendo de los trabajos de de Hoz (1983), Guadn (1985), Siles (1976, 1985),etc., podemos sealar cuatro escrituras que, dependiendo del investigador, reciben nombres diferentes:a. Escritura del sudoeste,b. Escritura meridional (o del sureste o tartsica o bastulo-turdetana),c. Escritura greco-ibrica (o jnica),d. Escritura ibrica (o nororiental o ibrica valenciana o ibrica propiamente dicha).

3.2.1. Escritura del sudoesteOcupa el territorio que va desde la cuenca baja del Guadalquivir a la desembocadura del ro Sado (Huelva, Medelln, el Algarve portugus,etc.). Esta regin, por su gran riqueza minera, fue uno de los primeros focos de atencin para los fenicios, por lo tanto, es lgico pensar que en esta zona se produjeran las primeras muestras escritas peninsulares. La nueva escritura est atestiguada, segn de Hoz (1983: 359), en los siglos VIII o VIIa. C., sin embargo, los documentos epigrficos son bastante pobres.

3.2.2. Escritura meridionalLa escritura meridional es retrgrada (se escribe de derecha a izquierda) y no sabemos exactamente qu lengua anota. La zona corresponde en parte con la famosa Tartessos del rey Argantonio (vase Libro de los Reyes I, 10, 21-23; Crnicas II, 20: 36-37; o Ezequiel 27:12 y 38:13). Su antigedad explica la utilizacin de formas arcaicas del alfabeto fenicio que ms tarde desaparecen. Este signario lo encontramos, principalmente, en estelas funerarias.

3.2.3. Escritura greco-ibricaLa escritura greco-ibrica se escribe de izquierda a derecha. Surge de las relaciones de los pobladores indgenas con los comerciantes griegos. Su cronologa es del siglo IVa. C.Se trata de un alfabeto creado para escribir textos ibricos partiendo de una alfabeto greco-jnico. El primer hallazgo se produjo en un plomo de Alcoi (Alicante). Transcribe la lengua ibrica (o al menos, un dialecto de ella).

3.2.4. Escritura ibricaLa escritura ibrica se escribe tambin de izquierda a derecha y anota la lengua ibrica (probablemente, la misma que la anterior) o sus diferentes dialectos. Segn Siles (1976, 1985), la escritura ibrica clsica (o nororiental) surge, bsicamente, de la fusin de la escritura meridional y la escritura greco-ibrica. El alfabeto ibrico utiliza 28 signos (vase grfico 3) de los cuales son silbicos tres grupos (las consonantes oclusivas sonoras y sordas). Por las fechas que manejamos (siglo VI o Va. C.) sera un anacronismo pensar que este alfabeto es un semisilabario (mezcla de alfabeto y silabario) propiamente dicho, es ms adecuado considerar que era una adaptacin artificial (vase Guadn, 1985: 27), creada para ahorrar trabajo al artesano (algo parecido a lo que sucede hoy con el lenguaje de los mviles, en el que usamos bs por besos). Aunque este alfabeto toma los signos de los alfabetos pnico y griego, su valor en el alfabeto ibero es muy distinto (vase de Hoz, 1983: 372). La lengua que transcribe se extiende desde Andaluca oriental hasta la Galia narbonense (desde la cuenca mediterrnea hasta el ro Herault en el Languedoc). Esta escritura se utiliz tambin para anotar las lenguas celtibera, gala y ligur.

3.3. Cmo se relacionan las escrituras peninsulares entre s?Como hemos sealado anteriormente, todas las escrituras prerromanas hispnicas proceden de alfabetos forneos. La escritura del suroeste y la meridional parecen ser una adaptacin de la escritura fenicia (o pnica), y las escrituras greco-ibrica e ibrica propiamente dicha proceden del alfabeto griego primitivo con influencia fenicia (vase Siles, 1976, 1985; o de Hoz, 1983). Podemos ver la comparacin que de las mismas hace de Hoz (1983:373) en el siguiente grfico:Grfico (3)

fenicia / meridional || meridional / ibricaEscrituras prerromanas (tomados de de Hoz, 1983: 373)En realidad, las diferentes escrituras ibricas pueden considerarse como un conjunto de etapas en orden cronolgico de las cuales la escritura ibrica valenciana es su desarrollo final. No obstante, no debemos pensar en formas de escritura completamente diferenciadas (vase grfico 3), sino en un mundo mucho menos definido que el nuestro en el que la escritura, como el resto de las costumbres en general, eran permeables a muchas influencias. Recordemos, adems, que la mayor parte de los restos encontrados (figuras, lpidas, tseras, vasijas) tienen como soporte la piedra y el metal (plomo o bronce), y que, por lo tanto, es normal que los signos no estuviesen completamente normalizados y que fluctuasen incluso en manos de un mismo artesano.

3.4. En qu mundo naci la escritura ibricaAventurar lo que sucedi en una poca tan lejana a la nuestra partiendo de datos dispersos es un poco arriesgado, pero, las informaciones que poseemos apuntan a que la expansin de la escritura ibrica, y de la lengua que notaba, sucedi tras la decadencia de la cultura tartsica (vase Taradell, 1985). En ese periodo de crecimiento econmico, cultural y demogrfico del mundo ibrico, la escritura de los iberos no slo se extendi hacia el norte y hacia el sur, sino que fue adoptada, como hemos dicho, por pueblos indoeuropeos vecinos como los celtiberos, que la conservaron hasta el siglo Ia. C.(vase de Hoz, 1983: 367). Los contactos de los iberos con el mundo griego de las colonias de Rhodes y Emporin (> Ampurias y Rodes) explican una cierta helenizacin ibrica posterior, tanto en la escritura como en el arte, no obstante, como afirma Tarradell (1985:8), la cultura ibera presenta personalidad suficiente para que cualquiera de sus productos pueda ser identificado con facilidad. Los siglos V a IIIa. C.son, adems, la cumbre del arte ibrico (vase Blzquez, 1985; o Tarradell, Rafel y Tarradell, 1985) y en esas fechas se datan, por ejemplo, las damas de Baza (Granada) y Elche (Alicante) o el conocido guerrero de Moixent (Valencia).

Grfico (6)

Dama de Elche (Alicante) (tomado de Tarradell, 1985)A parte del florecimiento cultural autctono postartsico, las condiciones polticas posteriores y las luchas entre romanos y cartagineses (las guerras pnicas), ayudaron a la expansin de la escritura y cultura ibricas en sus ltimos siglos de vigencia (vase Tarradell, 1985: 8).Partiendo de las fuentes clsicas (vase Blzquez, 1961; Jacob, 1988; Wagner, 1999), sabemos que los romanos desembarcaron en las costas ibricas en el siglo IIIa. C.con el pretexto de ayudar a Sagunto, ciudad que se encontraba bajo la fides de Roma. La excusa que dan los romanos para la accin blica es que los pnicos haban invadido su zona de influencia, sealada por el ro Iberus, que serva de frontera (el Tratado del Ebro de 226a. C.). El nombre de este ro ha sido identificado por los historiadores como el ro Ebro, partiendo de las reglas evolutivas del castellano (vase Jacob, 1988). Ahora bien, si tenemos en cuenta la posicin geogrfica que ocupa el ro Ebro actual y el lugar en el que se sita Sagunto (la Arse ibrica), llegaremos a la conclusin de que o bien la excusa de los romanos no era tal excusa, o bien el ro o la ciudad saguntina han cambiado de sitio. En este sentido, Carcopino (1953) seala que el error no est en la geografa, sino en la traduccin de Iberus por Ebro. Es cierto que la forma latina Iberus produce evolutivamente Ebro, pero Iberus no era el nombre del ro, tal y como hoy lo conocemos, sino la palabra ibrica pararo, para cualquierro(lo apoyan, por ejemplo, elibar/ibaiora/rodel euskera actual). As, pues, como seala Carcopino (1953), o ms tarde Jacob (1988), Iberus no es el ro Ebro, sino un ro importante, el cual, si tenemos en cuenta la situacin de Sagunto, deberamos hacer coincidir con el ro Jcar o incluso el Segura. Esto justificara que los romanos acudieran a ayudar a los saguntinos, pero tambin la expansin posterior de los iberos en el periodo anterior a la presin cultural romana. La II guerra pnica o guerra de Anibal (218a. C.), que tiene como resultado el triunfo romano (delenda est Carthago), dejara a los iberos, aliados de Roma, un terreno propicio a su expansin, y ello explica que la cultura, la escritura y la lengua ibricas alcanzasen tan extraordinario desarrollo.

4. Qu lenguas anotan estas escrituras?La existencia de varias notaciones, a las que debemos sumar algunas variantes y/o etapas diferentes, nos podra llevar a pensar que nos encontramos ante dos o tres lenguas distintas; pero de nuevo no hay acuerdo entre los especialistas (vase de Hoz, 1983; Siles, 1985; Guadn, 1985).La escritura meridional, que se escribe de derecha a izquierda (como el fenicio), y que desaparece relativamente pronto, parece sealar una lengua no indoeuropea que algunos han hecho coincidir con la lengua de la antigua Tartessos (la supuesta Tarsis bblica). Las escrituras greco-ibrica e ibrica (con sus variantes) parecen anotar una nueva lengua, tambin no indoeuropea, a la que se denomina tradicionalmente ibrico. Las similitudes -cuando las hay- apuntan al vocabulario, pero esto no hace ms que aumentar las dudas, pues el vocabulario es la parte ms permeable de la lengua a las influencias extranjeras.

4.1.Cul es el origen de la lengua ibrica?Estrabn (XI, 2, 19) llam a toda la Pennsula'Ibhria(Hiberia) porque sus habitantes (en este caso los pueblos de la zona mediterrnea) tenan una cierta semejanza con los habitantes de una zona del Cucaso (actual Georgia) del mismo nombre. Todo ello, como ha demostrado brillantemente Domnguez Monedero (1983), es un error en el que convergen los mitos y los conocimientos geogrficos que los griegos tenan en ese momento del mundo conocido. Independientemente de lo anterior, esta conexin casual o anecdtica ha dado pie a relacionar el ibero con las lenguas caucsicas y ms tarde con las lenguas camticas (como el bereber actual) o con la lengua vasca. Ms all de los datos que nos proporcionan las fuentes clsicas o de la misma leyenda, lo que s est claro es que de momento los textos notados en escritura ibrica no pueden traducirse utilizando ninguna lengua actual.Grfico (7)

Plomo de Alcoi (s.VIa. C.) segn la lectura de Gmez-Moreno (1925) (en Sanchis Guarner, 1985)[Irike or'ti garokan dadula bask/ buistiner' bagarok sssxc turlbai/ lura legusegik baSerokeiunbaida/ urke baSbidirbar'tin irike baSer/ okar' tebind begalasikaur iSbin/ ai aSgandiS tagiSkarok binike/ bin salir' kidei gaibigaitAr'nai/ SakariSkerIunStir' salir'g baSistir Sabadi/ dar bir'inar gurs boistingisdid/ Sesgersduran SeSdirgadedin/ Seraikala naltinge bidudedin ildu/ niraenai bekor Sebagediran]

A pesar de las dificultades, autores como Siles (1976) o de Hoz (1983) proponen traducciones viables para ciertas palabras y elementos morfosintcticos. Una inscripcin comoiltirbikis-en seltar-Yi, atestiguada en una lpida ibrica de Cabanes (Valencia), podra traducirse, segn de Hoz (1983: 385 yss.), como yo soy la tumba de Iltirbikis por comparacin con lo aparecido en muchas otras inscripciones. De Hoz, siguiendo los principios de la tipologa lingstica, propone, adems, que el orden de palabras del ibero sera SOV (sujeto+objeto+verbo), con lo cual tendramos una hipottica coincidencia con el vasco que tambin es SOV (vase Padilla, 2005: 44). Siles (1976: 24), por su parte, estudia la composicin nominal de la onomstica ibrica y atribuye los sufijos -nin y -eton al femenino. Conocemos, pues, algunas palabras (seltar,tumba;salir,plata;etc.) y podemos deducir algunos elementos morfolgicos -sken, -etar, -ite, -ko,etc.), pero los verbos y el lxico en general son todava un misterio.

4.1.2. El vasco-iberismoLa tesis ms polmica de todas las que se manejan sobre la filiacin del ibero es la que lo emparenta con el vasco. Segn Tovar (1980), la palabraiberoprocede del hidrnimoiberus flumen(ro ibero > ro Ebro) que se explica, como veamos antes, a partir del vascoibar(ra, estuario) oibai(ro). El apelativo ibar en boca de los marineros y comerciantes jonios pudo convertirse eniberus(> ibero, ro) y los habitantes de la zona en iberos, que podramos traducir algo as como los del ro. Hoy en da existe el apellido vascoIbarraoIborracon idntico significado.Este tipo de coincidencias y muchas otras ya propiamente intralingsticas, como que ambas lenguas compartan una fontica parecida (por ejemplo, las cinco vocales), que topnimos valencianos actuales puedan ser explicados acudiendo a la lengua vasca (Arriola deharri, piedra; Ibi deibi, vado; Ondara deondar, arena; Sorita dezuri, blanco,etc.), o que ambas tengan el mismo orden de palabras (SOV), llev a varios investigadores a proponer no slo su parentesco, sino su equivalencia: el vasco y el ibero seran la misma lengua.Esta hiptesis ha sido fuertemente criticada, sin embargo, si combinamos informaciones lingsticas, geogrficas e histricas, no es tan descabellada como algunos pretenden hacer ver. Los datos que tenemos sobre los movimientos de poblaciones en el periodo conocido como de los Campos de Urnas (urnenfelder) nos sealan que la indoeuropeizacin de laP. I.se produjo entre los siglos XI a Va. C.(vase Fullola, 1985 o Cavalli-Sforza, 1998). Las fuentes clsicas (Estrabn, Livio, Plinio, Diodoro, Polibio,etc.) indican, por su parte, una distribucin de las poblaciones prerromanas en la que los vascones estn aislados en terrero aparentemente indoeuropeo (vase Domnguez Monedero, 1983: 219). Y el anlisis de los datos lingsticos, por ltimo, permite afirmar, como hemos visto, que entre el ibero (o los dialectos que lo forman) y el vasco actual hay ciertas semejanzas de familia. Combinando todos estos factores, es posible proponer que, antes de la indoeuropeizacin de la Pennsula, pudo haber continuidad (al menos isoglsica) entre las lenguas que ocupaban la zona pirenaico-mediterrnea, en la que incluiramos el tartesio, el ibero (o sus dialectos), el vasco, y otras lenguas y dialectos de los que no tenemos noticias. Esto no significara, por supuesto, uniformidad lingstica (una sola lengua), pero s, como decimos, una posible relacin