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La administración del riesgo público, sobre la base de técnicas de risk management, podría disminuir los riesgos por los que debe responder el Estado. + RIESGOS GLOBALES CLAVES PARA ENFRENTAR LAS NUEVAS AMENAZAS E INCERTIDUMBRES QUE PLANTEA UN MUNDO EN CRISIS. DEPÓSITOS DE ALMACENAMIENTO CÓMO ADMINISTRAR EL RIESGO EN UN CONTEXTO DE INNOVACIONES LOGÍSTICAS Y REGULACIONES DESACTUALIZADAS. UNA PUBLICACIÓN DE ARGENTINA AÑO 1 / N o 3 / DICIEMBRE 2008 Public risk management

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La administración del riesgo público, sobre la base de técnicas de risk management, podría disminuir los riesgos por los que debe responder el Estado.

+Riesgos globales

Claves para enfrentar las nuevas amenazas

e inCertidumbres que plantea un mundo

en Crisis.

Depósitos De almacenamientoCómo administrar el

riesgo en un Contexto de innovaCiones

logístiCas y regulaCiones

desaCtualizadas.

Una pUblicación De aRgentina

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Public risk management

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“Nuestra Compañía cuenta con un índice de retención de clientes cercano al 97%.”

Hacer la diferenciaMarca, reputación y respaldo. Estas son nociones intangibles, que suelen distinguirnos como Compañía. Sin embargo, carecen de sentido si no se acompañan de “momentos de verdad”, que se trasladan hacia el cliente cuando, por ejemplo, se le advierte acerca de las coyunturas y su impacto en el negocio; o cuando este confía en las soluciones de vanguardia que le brinda su asesor, contando estas con un valor men-surable para su operación; o bien, cuando logra administrar eficiente-mente sus recursos.Una organización convencida de agregar valor estudia estos pro-cesos tanto dentro como fuera de la empresa. Acciones que, lejos de parecer teóricas, producen un crecimiento orgánico y consistente, que, en el caso de los clientes de Aon, les permite tener un respaldo sólido, aun en las coyunturas más adversas. Esta confianza reporta a nuestra Compañía un índice de retención cercano al 97%.Cada región y cada mercado son estudiados y analizados pormenoriza-

damente. Sus oportunidades y su po-tencial son medidos. Así, supeditados a un mercado altamente competitivo, se alcanzan los más altos niveles de satisfacción, que, en términos de servicio, se traducen en recomenda-ciones. En este sentido, Aon trabaja anualmente a través de las métricas del NPS (Net Promoter Score), que “trackean” la percepción de los clien-tes sobre el servicio y la propensión de estos a recomendarnos.Conociendo estas particularidades, se infiere qué resulta “distintivo” para el cliente: los equipos de especialis-tas de Aon y la implementación per-manente de innovación por parte de la Compañía, pilares de una gestión centrada en el valor.En un mercado de variables cam-biantes, una respuesta honesta, más esa capacidad diferenciada y probada a través de soluciones, en conjunto con la integridad de los profesiona-les que las brindan, son garantías significativas. Dejan huella y explican la diferencia. Juan Velarde CCO

editorialriskvision 3

staff Dirección GeneralRonald GunnInstitutional Relations DirectorcoorDinación GeneralVanina CanzianiPress & [email protected] en este númeroMario Lattes, Ing. Vicente Saravia, Adrián Salbuchi, Denes Martos, Elías Miguel, Walter L. Trovato y Javier Estévez.

ProDucción eDitorialMacchi-Azcuénagaarte y diseño. María Pía de Azcuénaga y Melania Macchiedición y corrección de textos. Javier González Cozzolinowww.macchi-azcuenaga.com.arcontactoEmma de la Barra 353.Dique 4. Buenos Aires. Argentina.Teléfono: + 54 (11) 4814-8000Fax: +54 (11) 4814-8065

www.aon.com.arLa publicación de opiniones persona-les de colaboradores y entrevistados no implica que sean necesariamente com-partidas por la dirección de risk Vision ni de Aon Risk Services Argentina. El contenido de estas páginas brinda in-formación general sobre las materias que trata, pero no debe usarse como herramienta final para la toma de de-cisiones financieras o empresariales. Queda prohibida la reproducción del contenido de esta publicación.

Risk vision es una publicación de aon Argentina.Revista trimestral.Distribución Gratuita.Marca Registrada.Año 1. Número 3. Diciembre de 2008.

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4 riskvisionsumario

10 / nota de tapa

por el bien comúnLas sociedades y sus riesgos se expanden.

En ese contexto, el public risk management se transforma en un elemento fundamental

para asegurar el bien común y el consecuente prestigio de los funcionarios que lo gestionan.

6 / PrevenciónLa logística se renueva. También sus riesgos. Medidas a tomar en un campo donde, con cumplir con la ley, ya no alcanza.

8 / Actualidad La reciente crisis financiera mundial y la incertidumbre que ha generado tornan aún más necesaria a la administración de riesgos.

14 / ClavesContar con el asesoramiento de expertos en análisis de riesgo es el mejor camino para sortear las indefiniciones de la Ley General del Ambiente.

soluciones16

En el cielo, los segurosPrimera parte de una breve reseña de los distintos tipos de seguro de aviación.

de fondo20

Después del crecimientoTras la recuperación regis-trada en los últimos años en el mercado de caución, 2009 se presenta con un signo de interrogación.

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Supongamos que usted es el encargado de llevar ade-lante una operación logística. De usted depende un moderno depósito que cuenta con la última tecnología disponible en almacenamiento. La altura de almacena-miento alcanza los 12 m, el techo está a unos 13,5 m y la protección contra incendios consta de un extintor por-tátil cada 200m2 y, en el mejor de los casos, una o dos mangueras en los ingresos del edificio. ¿Todo lo anterior es suficiente para evitar un principio de incendio?Desde el punto de vista legal, la respuesta es sí. Es decir, el grado de protección citado cumple con los requerimientos de las leyes nacionales. Sin embargo, en un incendio se ponen en marcha las leyes de la na-turaleza, a las que no les importan las normas hechas por el hombre.En los últimos 15 años, hemos visto una revolución en materia logística en la Argentina. Hemos, práctica-mente, abandonado la estiba de las cajas de mercade-rías sobre el piso y ahora se tiende a tener estanterías metálicas con alturas que ya llegan a los 13 metros y aún más. Asimismo, el embalaje de protección de los objetos almacenados también se ha modificado de for-ma notable: las simples cajas de cartón ya han sido reemplazadas por envoltorios complejos, en los que conviven ese material, más el cartón corrugado, el film plástico y las espumas plásticas.

El riEsgo, prEsEntE. En este nuevo escenario, la respuesta a la pregunta acerca de si son suficientes las

SLas innovaciones en materia logística son importantes amenazas a la seguridad de los depósitos de almacenamiento. ¿Qué medidas tomar? ¿Qué hay que tener en cuenta? Estos y otros planteos se responden en esta nota.

Por Ing. Vicente Saravia / Sr. Loss Control Engineer - Placing / [email protected]

medidas de prevención dispuestas en el depósito del ejemplo se aleja de una afirmación contundente.A igualdad de peso, el plástico le ofrece al fuego el doble de combustible que el cartón o la madera. Ello implica que los embalajes modernos podrán alimen-tar incendios de mayor temperatura y duración que un foco ígneo iniciado por los últimos dos materiales.La altura se suma a este peligroso “cóctel”. La forma física en la que están dispuestas las mercaderías en las estanterías facilita el ingreso de oxígeno a un in-cendio y, al mismo tiempo, permite que la radiación “térmica” liberada por el fuego aumente la velocidad de propagación.Así, si, por ejemplo, el incendio se origina en la par-te superior del almacenamiento, debido a una falla en la instalación de iluminación, la batalla estará perdi-da de antemano, aun contando con los elementos de prevención dispuestos por la ley. La altura del almace-namiento rápidamente hará que el fuego quede fuera del alcance de los extintores portátiles, y la caída de los restos incendiados propagará el fuego en sentido vertical a una velocidad escalofriante.Ensayos de este tipo de siniestro muestran cómo una llama de pocos centímetros de altura —entre 5 y 10 cm— termina por alcanzar alturas superiores a los 10 m en menos de 2 minutos y medio. En esa situación, si se tiene en cuenta que a brigadistas entrenados les llevará más de 4 minutos extender una línea de manguera, abrir la válvula y comenzar a arrojar agua, es fácil advertir

que, una vez más, la carrera contra el fuego estará perdida. Para cuan-do la brigada haya sido informada y comience a intentar extinguir el in-cendio, este ya se encontrará fuera de control.

solucionEsFrente a la inutilidad manifiesta de los sistemas de extinción manuales, el refuerzo de la prevención mediante la instalación de un sistema automático de detección de humo en el depósito puede beneficiar el tiempo de respues-ta de la brigada frente a un foco de fuego. No obstante, el ahorro de tiempo posiblemente todavía sea insuficiente para evitar una catástrofe.¿Cuál es la alternativa, entonces, para proteger en forma eficaz un depósito logístico? La respuesta al problema son los sistemas de rociadores automá-ticos, denominados en inglés “sprinklers”. Estos —si están correctamente diseñados e instalados, siguiendo normas internacionales de ingeniería— permiten controlar y, en algunos casos, hasta extinguir incendios sin inter-vención del hombre.Contar con un asesoramiento especializado y oportuno en el diseño e insta-lación de estos modernos sistemas de protección suele ser de una utilidad y eficiencia superiores.

7riskvision Prevención6 d i c i e m b r e 2 0 0 8

prueba de fuegoLos progresos logísticos de los últimos 15 años modificaron las formas de almacenamiento y la exposición al riesgo de los depósitos. esta situación plantea la necesidad de, más allá de lo estipulado en la legislación, to-mar una serie de recaudos extra, sobre la base del asesoramiento de expertos en sistemas de protección. estos profesionales están capacitados para deter-minar qué innovaciones son necesarias y suficientes y qué elementos preventivos exis-tentes ya resultan caducos y deben ser reemplazados.

logística y riesgo

“Los rociadores automáticos permiten controlar y hasta extinguir incendios sin

intervención del hombre.”

DEpósitos DE almacEnamiEnto

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Vientosse si las dirigencias empresariales, polí-ticas y académicas aciertan en:• interpretar correctamente el origen de, y los mecanismos que condujeron a la actual crisis, cuyos disparadores —aunque mayormente ignorados— eran previsibles desde hace largo tiempo;• estructurar un modelo que permita identificar y describir sus distintas eta-pas y dinámica interna, para así prever su probable desenlace;• evaluar los riesgos que representa para cada sector de la economía y, tanto o más importante, identificar las opor-tunidades que surgen para el país en la venidera nueva realidad mundial, que verá una caída cualitativa en su nivel de actividad y tenderá a concentrarse en la demanda de elementos primarios —alimentos, agua potable, materias pri-mas—, rubros en los que la Argentina es potencialmente muy fuerte;• utilizar, por último, una acertada y ac-tualizada metodología del planeamiento estratégico y del modelamiento de ries-

gos en todas las áreas de la economía, en los sectores público y privado y, muy especialmente, entre las empresas, sean nacionales o internacionales.Un antiguo adagio chino aconseja sa-biamente que el hombre debe acostum-brarse a vivir en “tiempos interesantes”, manteniendo una mirada calma y am-

plia sobre el entorno. Dependerá enton-ces de cada individuo, empresa y nación saber resguardarse de los vendavales que, seguramente, seguirán soplando en tiempos de crisis. También depen-derá de ellos aprender a aprovechar los tesoros enormes que esos mismos vientos revelan y dejan al descubierto.

La necesidad de hallar nuevas maneras de protección ante los crecientemente complejos riesgos globales, sitúan al risk management como la disciplina capaz de identificar no sólo amenazas, sino también oportunidades.

C8 riskvisionACTUALIDAD 9d i c i e m b r e 2 0 0 8

de cambio

Con el mundo interconectado por una vasta y creciente red de comunica-ciones, ya nadie puede decir que se encuentra aislado o protegido de lo que ocurra en otros lugares. En este contexto se ha generado la reciente crisis financiera mundial. Y todo in-dica que habrá que prestarles mayor atención a ciertos pilares fundamen-tales del risk management, cuyo eje fundamental radica en prever, con la mayor precisión posible, los riesgos que se avecinan para las empresas, los sectores económicos, los indivi-duos y los Estados.Efectivamente, estos son momentos de grandes cambios paradigmáticos. Tambalean las reglas y los concep-tos, hasta hace poco sacrosantos, en materia de finanzas. Nadie puede afirmar a ciencia cierta cómo queda-rá el mundo una vez que haya finali-zado el dramático reordenamiento de fuerzas que se está produciendo en lo financiero, monetario, económico y político. Y nadie —ninguna empre-

sa, organización, nación o individuo— tampoco puede decir que está aislado de este proceso auténticamente glo-bal. Guste o no, el mundo está inmer-so en este juego de fuerzas titánicas que, a veces, hasta parece superar a los más poderosos.De ahí que la clave para el éxito de toda empresa u organización hoy se susten-te en dos ejes secuenciales, propios de la administración de riesgos:

1. Identificar y administrar toda ame-naza a la que se enfrenta la organi-zación: El objetivo principal de este primer eje consiste en garantizar la necesaria supervivencia de la orga-nización, y en mitigar los riesgos del entorno, sean estos políticos —por medidas de las autoridades—, eco-nómicos —por fluctuaciones de los mercados locales y externos—, finan-cieros —a raíz del impacto de la cri-sis mundial—, o sociales —debido a la percepción del público en general y del propio personal, en momentos

en que los niveles de confusión y an-siedad de ambos se potencian—. Para lograrlo, se torna necesaria una ac-tualización de los planes estratégicos, de contingencia y comunicacionales, adaptándolos a las realidades actua-les. En síntesis, lo primero es pararse lo más firmemente posible y mante-ner un alto nivel de alerta y flexibilidad ante cambios repentinos.

2. Identificar y aprovechar toda oportu-nidad que surja de ese mismo entorno: Este segundo eje abarca desde nuevas demandas sobre la economía, espe-cialmente las que provendrán del exte-rior; nuevas necesidades del mercado local; formas novedosas en los proce-sos productivos; nuevos productos e incluso la reactualización de productos y servicios que se pensaba abandona-dos cuando hasta hace poco el mundo transitaba por una etapa de consumis-mo exacerbado e ineficiente, que hoy todas las naciones van abandonando por la fuerza de las circunstancias. Por supuesto, aprovechar estas y otras potenciales ventajas sólo podrá lograr-

Una de las causas del colapso del sistema financiero actual se debió a que, durante décadas, hubo exceso de confianza entre los operadores finan-cieros del primer mundo, que no se condijo con la realidad económica, e incluso política, de sus respectivos países y del mundo en general.Si bien la confianza es uno de los factores fundamentales que promue-ve el crecimiento económico y el correcto funcionamiento del sistema bancario, bursátil y de los mercados de capitales, su exceso conduce a comportamientos irresponsables y temerarios, lo que representa, en sí mismo, un gran riesgo —ambiguo, e incluso no identificado— que tiende a crecer exponencialmente.como contrapartida, ahora, la confianza como tal se halla en colapso, amenazando con transformarse en una generalizada y aguda descon-fianza en todo el sistema bancario, financiero y bursátil. ello genera otro gran riesgo: la contracción económica.

confianza y riesgos

Riesgos globales

Por Adrián Salbuchi / Analista internacional / [email protected]

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Por el bien

a administración pública convive, de manera continua, con riesgos la-tentes que afectan a su jurisdicción. Se plantea, así, una situación don-de, a menor erogación de fondos en la materia, mayor es la exposición a sufrir un siniestro.En este marco, las técnicas de risk management irrumpen como una solución eficaz. Estas, a través de una amplia variedad de productos y

servicios, permiten identificar riesgos implícitos y explícitos, diagnosticar su impac-to e importancia y, finalmente, recomendar programas de administración de ries-gos públicos.La estrategia básica para la correcta gestión que guía a esas técnicas radica en impedir que la ocurrencia de un siniestro suceda la menor cantidad de veces posi-ble. Adicionalmente, también permite que, de manifestarse el riesgo, este cause el

menor daño posible y que la recuperación, tras el hecho, resulte rápida y completa.

Lo PúbLico y Lo Privado. Relacionado con lo anterior, si bien en materia de riesgo público muchos aspectos suelen ser vinculados a los de origen privado, existen diferencias sustanciales.La primera es “de escala” y, naturalmente, subraya que, como nota distintiva de lo público, el ámbito en

Las técnicas de risk management son una herramienta clave para la administración de riesgos del Estado. Ofrecen soluciones efectivas y protegen a los funcionarios de la exposición negativa tras una amplia gama de siniestros.

L

PubLic risk management

11nota

de tapa

Por Denes Martos / Analista de Riesgos / [email protected] En colaboración con Adrián Salbuchi / Analista internacional / [email protected] y Elías Miguel / Commercial Director / [email protected]

10 riskvision d i c i e m b r e 2 0 0 8

común

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camente, los riesgos, más allá del ámbito donde se originen, presen-tan rasgos similares, en tanto que el modo de detectarlos y determinar frecuencias y estrategias igualmente es invariable en uno y otro ámbito.Pero ello no significa que los riesgos públicos, como tales, no precisen de una necesaria adecuación metodoló-gica, dadas, justamente, esas parti-cularidades que los diferencian de los privados.Justamente, al ser abordados, los ries-gos públicos manifiestan la exigencia de un enfoque particular, cuya primera respuesta deriva en una clasificación básica, entre “riesgos públicos catastró-ficos” y “riesgos públicos específicos”.Los primeros son inevitables, pero sus consecuencias pueden ser atemperadas. Entre ellos se encuentran aquellos rela-cionados con los desastres naturales.Los segundos suelen ser evitables me-diante medidas preventivas. Se trata de todos aquellos eventos con impacto en bienes, funciones o actividades o áreas de decisión del Estado.

Además de estos últimos, vale añadir que existen los denominados “riesgos políticos puros”, a los que directamente se encuentra expuesto el ámbito público. Las formas que adquieren en la reali-dad son variadas: terrorismo, sabotajes, atentados, fraude y corrupción, entre otros. Estas y las modalidades anterior-mente descriptas como “riesgos públi-cos” requieren de abordajes adecuados a sus características intrínsecas.

gobernabiLidad de im-Previstos. Las técnicas de risk management actual apli-cadas a lo público hacen foco en la identificación de riesgos, la evaluación del impacto de cada exposición y el diseño de una estrategia que responda adecuadamente a la coyuntu-ra. Y aplican esta metodolo-gía, traducida en programas puntuales, conociendo las complejas circunstancias que acompañan a la esfera públi-ca y generando mayor gober-nabilidad de los imprevistos y

un exhaustivo control de las erogacio-nes por daños.Este modo de encarar los riesgos pú-blicos repercute, finalmente, en un manejo eficiente de la situación de cri-sis, en el bienestar de la comunidad y en la calidad de gestión del gobierno, quien, de este modo, ve acrecentada su reputación positiva y el nivel de respon-sabilidad y previsión concedido por los ciudadanos.

el que este se desarrolla siempre es demográfica y geográficamente mayor que el privado.Como segunda diferencia se encuentra la “gravedad consecuencial”, que indica que los efectos de una emergencia o cri-sis en la esfera gubernamental pueden tener implicancias económicas, opera-cionales y hasta políticas de mayor gra-vedad y extensión que las privadas.En tercer término, pero no menos im-portante, se encuentra la “complejidad decisoria” como otro elemento diferen-

ciador. Este implica que, por cuestiones inherentes a la cultura gubernamental, el proceso decisorio es menos expedi-tivo o sencillo que el privado, con todas sus consecuencias.La “diversidad operacional” aparece como una cuarta distinción de lo públi-co, dado que el Estado enfrenta activi-dades relacionadas con servicios, su-ministros, comunicaciones, salud, etc., variedad que supone una amplia gama de riesgos.Las “responsabilidades repartidas”, por

último, se suman a esta lista de diferen-cias. Señalan que, en el ámbito público, las responsabilidades se encuentran diseminadas en los distintos cuerpos del gobierno, mientras que en la esfera privada no suele ser así.

metodoLogías y estrategia. No obstante la lista anterior de diferencias, en principio, las técnicas y metodolo-gías desarrolladas para la administra-ción de riesgos en la esfera privada son aplicables al Estado, dado que, genéri-

13nota

de tapa

12 riskvision d i c i e m b r e 2 0 0 8

• Todo riesgo ignorado es un riesgo retenido de la peor forma.• Un riesgo mal administrado es más oneroso que otro gestionado de forma adecuada.• En una crisis, la gente espera soluciones y no acepta excusas a cambio.• Puede suceder que una buena gestión no necesariamente alcance el mayor de los prestigios, sin embargo, una mala gestión rara vez se perdona.• En cuestiones de riesgos, nunca es recomendable apostar más de lo que se está dispuesto a perder.

para tener en cuenta

instrumentación de la administración de riesgos públicos

Identificación y análisis de las exposiciones a riesgo

Lineamientos esenciales / Prioridades / Autoridades

Áreas de aplicación / Responsables (“Accountability”) / Estructuras de apoyo

Eliminación, control, retención o transferencia

Siniestros / Sistemas y herramientas/ Comunicaciones / Consultoría

NivelEstratégico

NivelEjecutivo

supervisión

anÁLisis

PoLíticas

Proyecto

Programas

PLanes

servicios

auditoría

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que se aprueba la categorización de industrias y actividades de servicios según su “Nivel de Complejidad Ambiental” (to-das disposiciones de la SAyDS).• Las resoluciones conjuntas 178/07 (SAyDS) y 12/07 (Secreta-ría de Finanzas –SF–), en virtud de las que se crea la Comisión Asesora en Garantías Financieras Ambientales (CAGFA); y las 1973/07 (SAyDS) y 98/07 (SF), por las que se determinan las “Pautas básicas para las Condiciones Contractuales de Póli-zas de Seguro por Daño Ambiental de Incidencia Colectiva”.Valga añadir que aún no fueron establecidas las pautas aso-ciadas a la alternativa de autoseguro, admitidas por anterio-res disposiciones reglamentarias, y han quedado pospuestas las normas relacionadas con actividades específicas mencio-nadas anteriormente.

Situación en materia de SeguroS. Mientras tanto, hay en el mercado productos en vías de autorización, o re-cientemente autorizados, bajo la forma de seguros de cau-ción, adecuados a la reglamentación. Y existe también, en trámite de aprobación, un producto de responsabilidad civil. Naturalmente, el primero no constituye una transferencia de riesgo. Mientras que, en el segundo, no están dadas todas las condiciones para su efectiva contratación. En este sentido, no es menor la determinación de la metodología, a partir de la cual se definirán los conflictos entre las partes contratantes, respecto de cuánto corresponde a daño preexistente y cuánto a la nueva condición (la “Situación Ambiental Inicial”).Es sabido, además, que algunos seguros hoy vigentes admi-ten, con los alcances y limitaciones propios de cada póliza, el pago de los gastos de limpieza, con lo cual, aun cuando la legislación presente todavía puntos pendientes, no habría conflicto en lo referido a asumir una parte de la obligación, a condición de que el hecho contaminante revista el mismo carácter en cuanto a su origen, tanto en la legislación como en el contrato de seguros.

Pero es cierto, también –y esto no es materia de discusión–, que las pólizas disponibles en el mercado no atienden el daño ambiental de incidencia colectiva, con lo cual, con los actuales seguros (basados en la exposición a riesgo), se estaría contri-buyendo a morigerar las consecuencias de un proceso conta-minante, aunque no el daño final resultante (basado en la ley), si es que efectivamente dicho daño se llega a producir.

concluSioneS. Dadas estas características, el escenario normativo –con sus asuntos pendientes y sus aciertos en la materia que regula–, más las consecuencias que este supone, permiten esbozar una serie de conclusiones.En primer lugar, se observa que la oferta de seguros especí-ficos destinados a satisfacer la exigencia legal es casi nula, al tiempo que los mecanismos asociados, como la determina-ción de la “Situación Ambiental Inicial”, no están definidos.Por otro lado, las obligaciones que impone la Ley General del Ambiente, como ser el gasto de remediación que resulte ne-cesario a partir de un evento contaminante, pueden ser objeto de cobertura en algunas de las modalidades de seguro ac-tualmente vigentes.La norma también determina responsabilidades que no se ven necesariamente limitadas por las sumas que establezca el seguro, cualquiera fuere la forma que este adopte. Y la res-ponsabilidad no es necesariamente transferible bajo una figura exclusiva, es decir, que surge del análisis de cada riesgo en particular, y podrá ser en parte asumida y en parte asegurada.Por todo ello, parece conveniente entonces avanzar en el cálculo para la determinación del MMES, para lo cual es im-portante contactar empresas dedicadas al análisis de riesgo ambiental que conlleve dicho cálculo. De esta manera, la de-cisión final surgirá de combinar, según el MMES resultante, las siguientes alternativas: • Un seguro de responsabilidad civil por daño ambiental de incidencia colectiva (una vez autorizadas las condiciones con-tractuales que se encuentran en trámite de aprobación ante de la autoridad de control).• Un seguro de caución por daño ambiental de incidencia co-lectiva (siendo, a la fecha, el único modelo aprobado el de la aseguradora Prudencia).• Un autoseguro (aun cuando está sujeto a reglamentación).

LLa Ley General del Ambiente N° 25.675, sancionada el 27 de noviembre de 2002, ha generado, desde su dictado, creciente inquietud en un amplio es-pectro de sectores. En particular, interesa la disposición que, en materia de seguro obligatorio, contempla el artículo 22 de la citada norma.Precisamente, la Resolución 1398/08 de la Secretaría de Ambiente y De-sarrollo Sustentable (SAyDS), publicada en el Boletín Oficial del 22 de sep-tiembre último, establece los Montos Mínimos de Entidad Suficiente (MMES) para los establecimientos industriales y de servicios con nivel de complejidad ambiental igual o superior a 12 (Resolución SAyDS N° 1639/07). También la Resolución 1398/08 determina que serán por su parte objeto de tratamiento especial las instalaciones fijas correspondientes a las actividades extracti-vas de petróleo, continentales o en plataforma submarina, las terminales portuarias, y los conductos, ductos y poliductos que transporten materiales peligrosos fuera del predio de la instalación.En tanto, el MMES, específicamente, queda definido bajo una compleja fór-mula, que requiere de la participación de profesionales idóneos en materia de medio ambiente, para su adecuada evaluación. (Ver “Fórmula”.)

antecedenteS. Esta resolución se suma a anteriores normas emana-das de la autoridad de control: • Las resoluciones 177/2007 y 303/2007, mediante las cuales se aprueban normas operativas para la contratación de seguros; más la 1639/07, por la

Las indefiniciones que todavía arrastra el

andamiaje legal que gira en torno a la Ley General

del Ambiente pueden ser disminuidas a través

del asesoramiento de profesionales expertos en

análisis de riesgo.

Por Mario Lattes / Casualty & Marine Manager / [email protected]

15riskviSionclaves14 d i c i e m b r e 2 0 0 8

“La oferta de seguros específicos destinados a satisfacer la

exigencia legal es casi nula.”

conocer marca

la diferencia

Seguro por daño ambiental de incidencia colectiva

MMES = NCA2 * Correlación * Ajuste * V * D

NCA: Nivel de complejidad ambiental.V: Factores de vulnerabilidad.D: Factores de existencia de materiales peligrosos y de eliminación programada.Correlación: Factor de correlación en pesos moneda nacional = $400.Ajuste: Factor provisoriamente igual a 1.

Fórmula

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En esta primera entrega, iniciamos una breve reseña de los diferentes tipos de cobertura de seguro de aviación

que, normalmente, contrata un operador de aeronaves.

17Solu

cioneS

16 riskvision d i c i e m b r e 2 0 0 8

Por Walter L. Trovato / Aon Re Argentina - Director de Riesgos Facultativos / [email protected]

L a contratación, por parte de los operadores de aeronaves, de

pólizas para sus flotas, puede ser, en líneas generales, de cinco tipos: Todo riesgo casco; riesgo de guerra casco; repuestos; responsabilidad civil de aeronaves; y responsabili-dad civil general. En este número, se describirán los dos primeros ti-pos, dejando para la próxima edi-ción los tres restantes.

Todo riesgo casco. La pó-liza de todo riesgo casco hace re-ferencia a cualquier riesgo de pér-dida o daño físico de la aeronave, excepto:• el desgaste normal y el deterioro gradual;• los daños por ingestión causados por piedras, arenilla, polvo, arena, hielo, etc., que tengan como resulta-do el deterioro progresivo del motor (con la salvedad del daño por inges-tión causado por un único incidente registrado, donde el o los motores afectados deben apagarse; este tipo de incidente está cubierto, sujeto al deducible de póliza aplicable);• y la avería mecánica (no obstan-te, es posible obtener cobertura, por medio de una póliza aparte, aunque tiene un alto grado de ex-posición y, en consecuencia, es re-lativamente cara).Todo riesgo casco está, a su vez, su-jeto a un nivel de deducible estándar (este es un monto no asegurado, a cargo del asegurado), aplicable en

caso de pérdida parcial (no total). En la actualidad, este deducible puede variar entre U$S10.000, para aero-naves pequeñas, y U$S1.000.000, para una a reacción de gran capaci-dad, como el Boeing 747.Los deducibles también pueden ser reducidos por medio de una póliza aparte, llamada de “seguro de de-ducible”. Por ejemplo, el deduci-ble de U$S1.000.000 aplicable a un Boeing 747 puede ser reducido a alrededor de U$S100.000.En cuanto al término “todo riesgo”, debe tenerse en cuenta que este puede ser engañoso. “Todo riesgo de pérdida o daño físico” no inclu-ye pérdida de uso o pérdida conse-cuencial. La “suspensión de licen-cia de vuelo” es un buen ejemplo de este último daño. (Ver aparte “Caso DC 10”.)Lo que cubre la póliza es el restable-cimiento de la aeronave a su condi-ción “antes de la pérdida”, siempre que se trate de un daño reparable o más sustancial. La forma exacta de pago o liquidación del siniestro, en estos casos, suele depender de las condiciones de contratación.Hoy la gran mayoría de las pólizas

de todo riesgo casco se contratan sobre una base de valor acordado, que se establece entre el asegura-dor y el asegurado por la vigencia de la cobertura y el valor de la aero-nave. En caso de pérdida total, este valor acordado es pagado en su to-talidad. Cabe añadir que en pólizas de valor acordado la opción de re-emplazo es eliminada.

riesgos de guerra casco. La póliza de todo riesgo casco con-tiene la exclusión de “guerra y ries-gos afines”. Ello es porque, en ge-neral, “guerra” y “riesgos afines” tienen un significado definido. Por ejemplo, en el mercado de seguros de aviación de Londres, la exclusión estándar se denomina “Cláusula de Exclusión de Guerra, Secuestro y otros Riesgos” (conocida por su referencia AVN48B), que enumera y define los llamados “riesgos de guerra y riesgos afines”. De este modo, “guerra” incluye:• guerra civil o cualquier otra for-ma que no posea una declaración formal;• detonación de un arma de guerra que emplee fisión o fusión nuclear;seguros

aeronavegación

En el

cielo, los

“Si se confisca o embarga una aeronave, generalmente no hay una

fecha predeterminada en la póliza en la cual aquella se considere ‘perdida’.”

(parte I)

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• huelgas, motines, conmociones ci-viles y disturbios laborales;• actos políticos o terroristas, mali-ciosos o de sabotaje;• confiscación, nacionalización, re-quisición y actos similares por parte de un gobierno;• secuestro, o cualquier toma ilegal, o ejercicio del control de la aeronave o de la tripulación en vuelo.La exclusión también es aplica-ble a toda pérdida o daño que ocu-rra mientras la aeronave esté fuera del control del operador por motivo de cualquiera de estos riesgos de guerra.Así, la mayoría de los riesgos de “guerra y riesgos afines” excluidos, que no sean la detonación de un ar-ma nuclear y la guerra entre gran-des potencias (el mundo de los se-guros de aviación identifica a estas potencias como los Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido), pueden normalmente ser cubiertos por medio de una póliza aparte, de “guerra y riesgos afines”. En esa línea, los deducibles de ae-ronave normalmente no son aplica-bles a pérdidas que surjan de “gue-rra y riesgos afines”.

En este marco, otras exclusiones que generalmente aplican los ase-guradores son las siguientes:• confiscación del estado de registro (esta exclusión muchas veces puede ser eliminada para intereses finan-cieros, y en algunos casos mediante el cobro de una prima adicional);• toda deuda o cualquier otra cau-sa financiera bajo orden judicial o de alguna otra manera;• demora y pérdida de uso (aunque existe una extensión a la póliza por un monto limitado para gastos extra, necesariamente incurridos después de una confiscación o secuestro).

También es importante considerar que, si se confisca o embarga una aeronave, generalmente no hay una fecha predeterminada en la póli-za en la cual aquella se considere “perdida”. Si el asegurado se ve pri-vado del uso, deberá demostrar que se están siguiendo los pasos razo-nables para recuperarla, que no hay posibilidad de recuperación de la aeronave en el futuro cercano y, por lo tanto, que de lo que se trata es de una “pérdida”.La póliza de “guerra y riesgos afines” casco también cubre a la aeronave sobre una base de valor acordado.

18Solu

cioneS

Hace algunos años, cuando se habían producido algunos accidentes que involucraban aeronaves dc 10, las autoridades de aviación civil impusie-ron una orden de suspensión de licencia de vuelo para ese tipo de aeronaves en el mundo, que decía que, hasta que ciertos hechos se hubieran establecido y comprobado, estos aviones no podrían volar.Los operadores, como consecuencia, “perdieron” el uso, pero las aeronaves no se vieron “perdidas”: se sabía exactamente dónde estaban, aunque no podían ser utilizadas para el transporte de pasajeros. Tal eventualidad actualmente no estaría cubierta por una póliza de “todo riesgo”, porque en tales circunstancias no hay pérdida o daño físico.

caso dc10

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20De

fonDo

21d i c i e m b r e 2 0 0 8

“La falta de financiamiento general podría

representar una oportunidad para utilizar al máximo

la característica del seguro de caución como

herramienta financiera.”

Después del crecimiento

Tras la crisis de 2001 y 2002, el mercado de seguros de caución inició una extraordinaria recuperación. Ahora, frente a la incertidumbre

que despierta 2009, existen indicios que, sin embargo, indican expectativas positivas para el corto y mediano plazo.

E

Por Javier Estévez / Suscriptor Sr. / [email protected]

Garantía ambiental a través del seGuro de caución

La Ley 25.675 determinó la obligación de contratar un seguro, para garantizar la existencia de los fondos necesarios para remediar los daños ambientales de incidencia colectiva ocurridos en el establecimiento de una sociedad que desarrolle una actividad riesgosa.Resoluciones posteriores de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (177/2007; 1398/2008) establecieron normas operativas para la contratación de los seguros previs-tos en la mencionada ley: por ejemplo, qué se considera como “actividad riesgosa” y bases para determinar los montos mínimos asegurables. Están obligados a presentar este se-guro todas las empresas que posean establecimientos industriales con un Nivel de Complejidad Ambiental igual o superior a 12. Este nivel se calcula de acuerdo a una función que contem-

pla, entre otros puntos, la actividad de la empresa, los efluentes y residuos que genere, la dimensión del empren-dimiento y su localización. El cálculo del monto mínimo asegu-rable, dada su complejidad, debe ser realizado por profesionales. Por lo tanto, no hay, al momento, un cálculo certero de cuál es el monto a garanti-zar, pero se estima que iría en el rango de los $400.000 a los $20.000.000Recientemente, con el fin de cubrir estas necesidades, la Superintenden-cia de Seguros de la Nación aprobó una póliza de caución. Si bien, a priori, puede ser una solución, hasta el momento sólo una aseguradora está en condiciones de emitir este tipo de póliza.La ley es muy amplia respecto a la cobertura que está exigiendo y deja grises en varios aspectos, como, por

ejemplo, las pautas para determinar el daño ambiental al momento de contratar la cobertura. Por tal motivo, las principales aseguradoras del mer-cado de caución (que pueden aportar más oferta y mayores capacidades) se sienten poco atraídas a asumir este riesgo y no se ofrecerían como alternativas. Por todo lo expuesto, si bien la posi-bilidad de emitir un seguro de caución es una solución para un reducido uni-verso de empresas que no requieran grandes montos asegurados, vemos que el mercado no está en condicio-nes de poder dar respuestas a los requerimientos de la ley.

SeguroS de cAución

En los últimos cuatro años se regis-tra un crecimiento casi exponencial del mercado de caución en la Argenti-na, que parecía impensado siete años atrás. En efecto, luego de la crisis de 2001, se había generado una gran in-certidumbre en cuanto a la suerte que iban a correr los contratos que se en-contraban en ejecución. La falta de liquidez y la ruptura de la cadena de pagos, derivadas de la situación por la que se atravesaba, habían propiciado la sensación generalizada de que se vendría una posible catarata de recla-mos por incumplimiento de esos con-tratos, con la consecuente ejecución de las pólizas de caución presentadas para garantizarlos.En 2002, las compañías ajustaron la suscripción y los reaseguradores limi-taron las capacidades que otorgaban para este tipo de seguros (en dólares, la mayoría de las aseguradoras vieron disminuidos sus contratos respecto al año anterior, en algunos casos, hasta la mitad).Pero, contrariamente a lo esperado, las partes involucradas (proponentes y asegurados) entendieron la coyun-tura y, en líneas generales, llegaron a acuerdos de renegociación de los con-

tratos, lo que se tradujo en que fueran muy pocos los siniestros que debieron afrontar las compañías.La posterior reactivación económica del país, favorecida por la devaluación del peso, fue unos de los pilares que permitieron al Gobierno llevar a cabo la política de obras públicas con grandes inversiones en infraestructura (obras viales, gasoductos, termoeléctricas, etc.); como consecuencia de ello, hubo mayores requerimientos en garantías contractuales. A su vez, las exportaciones mejoraron considerablemente, dada la mayor competitividad que se logró mediante la devaluación, lo cual implicó también un mayor volumen en lo que respecta a garantías aduaneras. En síntesis, la baja siniestralidad y la reactivación le dieron una renovada confianza al mercado de caución. Los principales reaseguradores apostaron fuertemente al ramo y triplicaron las capacidades automáticas otorgadas a las distintas aseguradoras. Adicional-mente, aparecieron nuevas compañías —varias de ellas especialistas sólo en caución—, que comenzaron a operar en el ramo. Lo expuesto hoy permite que, entre 2004

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alentador que puede parecer lo que se avecina, hay circuns-tancias que permiten pensar en que el mercado de caución, aunque en menor proporción, continúe creciendo el próxi-mo año. Se puede mencionar, en esa línea, que 2009 es un año elec-toral, donde, según anuncios oficiales, serán destinados unos $16.000 millones a nuevas obras públicas planifica-das. Es importante asimismo mencionar que, todavía, el problema energético no está resuelto, por lo que también son necesarias inversiones en este aspecto.Por otro lado, la falta de financiamiento general podría re-presentar una oportunidad para utilizar al máximo la carac-terística del seguro de caución como herramienta financie-ra. Es posible garantizar anticipos recibidos por porcentajes mayores (hasta el 100% del contrato) a los habituales.Y otra circunstancia favorable que se viene presentando en la actualidad, y que podría acentuarse en el futuro, es la concreción de contratos en el exterior a distintas empresas argentinas, tanto en prestación de servicios como en obras de distinta envergadura. En comparación con el resto de La-tinoamérica, el mercado de caución argentino es uno de los mas especializados en el ramo, lo cual constituye un gran aporte para facilitar el negocio en otros países.Resultará en este sentido importante que las empresas que apuntan a estos mercados puedan recibir el asesoramiento de aseguradoras especialistas, que sean capaces de acom-pañar el desarrollo de nuevos horizontes. Para ello, será fundamental que los proponentes operen con compañías que entiendan no sólo de la operatoria de la caución, sino que, además, interpreten el negocio de cada cliente que se presente, para brindar el soporte necesario.En definitiva, si bien se observa que, en el contexto actual, el crecimiento del mercado de caución no será similar al de los últimos años, hay indicios que permiten pensar que, de todas maneras, podrá seguir creciendo el próximo año.

riskvisionDEfoNDo22

y 2008, el mercado de caución atraviese un crecimiento sos-tenido en el volumen de primas, del orden de más del 200%.

PersPectivas. Actualmente, existe cierta incertidumbre en relación a lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Si bien en 2008 el mercado de caución tuvo un crecimiento del 25% con respecto al año anterior, la crisis del campo gene-ró como consecuencia inmediata que el Gobierno “frenase” importantes proyectos que ya tenía en carpeta, algunos in-cluso ya adjudicados. Entretanto, otras licitaciones fueron prorrogadas sin fecha determinada.

Por su parte, la reciente crisis financie-ra mundial se ha sumado con impronta

propia y ya muestra localmente sus coletazos: una muestra de ello es la

baja en la actividad de la industria automotriz, pilar fundamental

en el ramo por sus requeri-mientos en garantías adua-

neras y garantías por benefi-cios fiscales.

Sin embargo, a pesar de lo poco

Ranking anual De PRoDucción PoR aseguRaDoRaPeríodo: Julio 2007 / Junio 2008

AsegurAdorA PrimA + shAre recArgos

ASEGURADoRA DE CRéDIToS Y GARANTíAS SA $85.764.072 17,93%

CHUBB ARGENTINA DE SEGURoS SA $58.381.863 12,20%

fIANZAS Y CRéDITo SA CoMPAÑíA DE SEGURoS $53.739.911 11,23%

ASEGURADoRES DE CAUCIoNES SA CíA. DE SEGURoS $53.224.334 11,13%

AfIANZADoRA LATINoAMERICANA $35.589.160 7,44%

ALBA CoMPAÑíA ARGENTINA DE SEGURoS SA $34.114.547 7,13%

ZURICH ARGENTINA CoMPAÑíA DE SEGURoS SA $18.856.954 3,94%

BERKLEY INTERNATIoNAL SEGURoS SA $15.541.264 3,25%

MAPfRE ARGENTINA SEGURoS SA $10.541.538 2,20%

CoSENA SEGURoS SA $10.169.035 2,13%

CoMPAÑíA DE SEGURoS LA MERCANTIL ANDINA SA $9.905.760 2,07%

ALLIANZ ARG. CíA. DE SEGURoS GENERALES SA $9.304.685 1,94%

fEDERACIóN PATRoNAL SEGURoS SA $9.296.313 1,94%

PRUDENCIA CíA. ARG. DE SEGURoS GENERALES SA $8.161.466 1,71%

SANCoR CooPERATIVA DE SEGURoS LIMITADA $8.035.612 1,68%

ejerc.30/6 PrimA + recArgos VAriAción

2001/02 $136.118.000

2002/03 $155.217.000 14%

2003/04 $151.575.000 - 3%

2004/05 $213.910.000 41%

2005/06 $288.676.000 35%

2006/07 $380.900.000 32%

2007/08 $478.400.000 26%

PRoDucción ToTal anual Del MeRcaDo De caución

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