Psicologia Social y Liderazgo

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Psicologia Social y Liderazgo

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Psicologa social y liderazgo.

Francisco Mora Larch.

El sujeto no es solo un sujeto relacionado, es un sujeto producido. No hay nada en el que no sea la resultante de la interaccin entre individuos, grupos y clases.Enrique Pichon-Riviere.

(En el contexto de las elecciones presidenciales en 2012 en Mxico.)

He de decir, que, desde el abordaje del Psicoanlisis, enmarcado por los ensayos freudianos deTtem y Tab, y sobre todo enPsicologa de las Masas y Anlisis del Yo, la psicologa social de corte psicoanaltico pudo sentar las bases de la investigacin en torno a los grupos, las instituciones y las colectividades.

Poco sentido tendra este pequeo ensayo en torno a los supuestos lderes, que se han postulado en la contienda poltica, si no fuese porque el evento ha suscitado el despliegue de diversos fenmenos, entre ellos, el repudio de un sector importante de los jvenes, al rechazar a uno de los candidatos, debido al lastre histrico (y presente) que carga a cuestas, l y el partido que lo postula.

Otro evento, desde mi punto de vista, tiene que ver con la figura de un lder hecho al calor de las luchas polticas, y al cual en estos momentos se le reconoce como un autntico lder social; en esta perspectiva, me parece que no sera nada extrao que pudisemos analizar y aportar algunos elementos que nos permitan dilucidar nuestra posicin poltica e invitar a otros a reflexionar sobre la suya.El liderazgo, desde laPsicologa Social.

El estudio de los lderes no puede ser abordado racionalmente, si no se toman en cuenta algunos elementos mnimos para su comprensin como fenmeno social o psicosocial. Desde la psicologa social, Pichon Rivire entiende que el factor condicionante para la aparicin del liderazgo tiene que ver con un fenmeno situacional: un grupo enfrenta un problema, una tarea, y a partir de ah, emerge un liderazgo condicionado por este factor tarea, el contexto en que la misma se despliega y el grupo o colectivo que la enfrenta.

Lo que hace diferencia en la aparicin del lder, tiene que ver con su historia, con su verticalidad (o historicidad), que puede ser observada comouna trayectoriaen la cual, sujeto y contexto interactan de forma constante y sostenida; pero la trayectoria no sigue un proceso que pudiese ser ledo desde una lgica formal, o determinista, en la cual uno puede identificar causas y efectos.

Podemos decir, en trminos cotidianos y convencionales que los lderes no nacen, se hacen, pero se hacen al calor de las luchas polticas, histricas, ideolgicas, en el codo a codo con el grupo y la comunidad del cual el lder forma parte; este grupo, a la manera de la horda, ha tenido que enfrentar los conflictos y las luchas en su seno, pero lo ha hecho desde la comunicacin, el dilogo, el intercambio de puntos de vista, escuchando y procesando activamente los diferentes elementos que aporta el colectivo en funcin de saberse centrado en una tarea.

Los lideres conjuran sus temores, sus miedos: para Pichon Riviere, hay dos miedos bsicos: el miedo a la perdida y el miedo al ataque. Elstatus quose alimenta del temor que secreta en funcin de ser consumido por todos los actores sociales. El lder se arriesga a hablar, a actuar, a responsabilizarse por el grupo, trasmite y genera confianza, internamente lucha contra sus propios fantasmas terrorficos, ligados a la figura del padre castrador y persecutorio. Proyecta la figura del hroe que se atreve a enfrentarse a los Dioses y el peligro de ser castigado terriblemente por ellos: ser sealado, enjuiciado en ausencia, denostado y vituperado. Y sin embargo, la vocacin de ser, de trascender incluso a los dioses, parece ser una marca indeleble en la cultura humana.

Pichon Rivire, por ejemplo, entiende que uno no llega recin nacido a un grupo, cada uno trae un bagaje histrico-social que le facilita o le obstaculiza la integracin al grupo y el abordaje de la tarea. Estar des-instrumentalizado no es un pecado, es condicin humano-social, as que la primer tarea ser desarmarse, des-aprender estilos, actitudes, mtodos y lgicas comunes al sujeto. Pero el grupo o colectivo ser tal cuando un tema, tarea o problema, nuclee al conjunto a la solucin de la misma. En el proceso, en la experiencia compartida ocurren cosas (lo nico que aporta el psiclogo social para esto, es no sean tan distrados con estas cosas que ocurren muestra as, un cierto tipo de neurosis cuyo rasgo tpico es la negligencia, emparentada con la des-atencin y la irresponsabilidad).

De pronto, los sujetos se ven transitando por una serie de encuentros y desencuentros, por atracciones y rechazos, se sensibilizan a la ausencia de sensibilidad humana en el trato social y afectivo, muestran, ms que empata, antipatas y agresividad espontanea; sin darse bien cuenta van aprendiendo cosas, de todos y de s mismos; sin saber bien a bien se identifican, conocen y re-conocen, en el nterin, hablan, se comunican, y luego empiezan a escuchar, se pasa de la actividad, a construir un cierto tipo de receptividad, dislocando la adiccin a la actividad maniaca promovida por el sistema; a la vez, se sienten pertinentes o desentonan, se aburren, se sordean o fingen, pero en ese momento su realidad es esa y si aguantan, no podrn escapar, a menos que deseen huir de s mismos; ms vale quedarse, conviene aunque tenga un costo.Un grupo sabe salir airoso de la trama dramtica y de la trampa grupal en la que el grupo se conforma, va identificaciones, vnculos y lazos sociales (no puede hablar del grupo quien no ha estado ah, es el fenmeno de la grupalidad), cuando no pierde pisada, cuando cada miembro est ah, no para ser lder sino para aportar a la tarea desde su verticalidad, aunada a momentos de articulacin, de coincidencia que produce el autentico encuentro entre sujetos que se reconocen como diferentes y desde el contexto de la colectividad, de la cual forman parte.

La participacin en grupo, as, exige de todos los miembros o participantes, una labor sobre ellos mismos que les permita centrarse en la tarea y no desviarse por los recovecos de la competencia, del poder y del prestigio narcisista, la simulacin, la envidia y el inters personal, todos factores que llevan a desvirtuar y distorsionar un proceso desde el vamos, adheridos a protocolos oprobiosos que se traen como adherencia y como herencia, el sello de la familia neurtica se vislumbra a flor de piel: sabotear o traicionar al colectivo.

De esta forma, los primeros esbozos de rasgos pertinentes de liderazgo pasan por aquellos que favorecen la elucidacin y el centramiento de las tareas ms importantes, el sujeto se siente vivo en su grupo cuando ratifica que en esta construccin colectiva, se puede intentar llegar a ser quien realmente se es. Esto no se da sin un trabajo donde horizontalidad grupal e historia individual se entrecruzan, El liderazgo aqu emerge en varias formas: se genera desde las identificaciones paternas, maternas o fraternas:

- El padre proveedor-protector- La madre sobre protectora- El padre persecutorio- La madre histrica- El maestro abusivo- El adolescente rebelde- El hijo transgresor de la ley, que lleva a tentar la prohibicin.- El mito del hroe que lleva al grupo a la aventura- El Presidente Cnico que vende su patria

Pero en los grupos humanos, como un colectivo poltico, deportivo, acadmico o cientfico, los fenmenos siempre sern ms complejos y exigirn a todos, los mejores aportes de s mismos. Por ejemplo, desde Pichon sabemos que la experiencia de vivir un proceso grupal nos convoca a dilucidar que no es una nica tarea la que se elabora y sobre la que se trabaja, para Pichon Rivire, son dos tareas: la tarea explicita o manifiesta, y la tarea implcita o latente.Las tareas del grupo.

La tarea explicita es la tarea concreta y real, a la que hay que abordar operando como equipo, pero cuando trabajamos u operamos para transformar, procesar y re-crear esta tarea, los efectos producidos sobre la misma revierten sobre los agentes de la produccin, transformndolos y modificando sus estructuras cognitivas, instrumentales y volitivas. Sin embargo, hay otro tipo de tarea a la que hay que abordar y trabajar, aunque en los hechos, esta tarea, implcitamente, se va delineando y construyendo.

La tarea implcita.

En todo grupo, la tarea implcita, rosa y bordea el mbito de lo poltico, tiene que ver con las relaciones, y la reconfiguracin que estas sufren a partir de que el grupo aborda la tarea manifiesta. Es el mbito de los vnculos, elemento por el que transita el aprendizaje social, y los fenmenos que intercalan los aspectos ms ntimos, psicosociales, con los sociodinmicos, grupales e institucionales.

La tarea implcita tiene que ver con aquello de que un maestro ensea mas con lo que hace que con lo que dice. Si bien un grupo se rene en torno a una tarea, propuesta por un coordinador de grupos, en cada reunin se aborda un tema de trabajo, digamos sobre liderazgo. En la dramtica grupal, se juega otro tipo de aprendizaje, este implcito, y ser tarea del coordinador del grupo o de un buen lder, explicitar lo que sucede con el grupo o el colectivo cuando sucede esto.

Al abordar los contenidos de cada tema y en cada reunin grupal, los integrantes aprenden a funcionar en grupo, aprenden relaciones, hacen alianzas, establecen polticas, organizan el trabajo, entran en conflicto, juegan, se divierten, cooperan, estimulan, censuran, respetan o dominan, es el mbito de las relaciones, de los vnculos, y lo que ponen en juego es su propia subjetividad, su ecro individual, en funcin de construir un ecro grupal.

En la confluencia de ambas tareas aparece el fenmeno delliderazgo, tiene que ver menos con los rasgos de personalidad, que con los fenmenos descritos; en un sentido, el lder, siempre es lder de un grupo, sobre el cual y de algn modo ejerce una influencia que parece fundada mas en sus caractersticas de personalidad, pero atemperada por el prestigio de la habilidad tcnica e instrumental para abordar una tarea. Este paso siempre es necesario, ya que el lder necesita mostrar que es capaz de dominar el contexto de operacin grupal, que conoce la tarea porque la ha recorrido una y otra vez.

En el nterin, los lideres surgidos de estas experiencias grupales, inician un proceso de corrimiento de sus funciones, si bien conocen a fondo los vericuetos del trabajo tcnico, no vacilan en renunciar al prestigio del dominio tcnico de cualquier rama de actividad, porque saben que pueden aportar ms al grupo y a la tarea desde diversos ngulos, entre ellos, el trabajo con los aspectos subjetivos de los miembros del grupo, los aportes a fomentar una visin a largo plazo, proponer y clarificar metas y objetivos, el desarrollo de utopas colectivas y humanas, y de lo que puede plantearse el colectivo como funcin social, profesional o poltica.

Sin embargo, estas caractersticas de algunos sujetos que pueden ser favorables al desarrollo de un liderazgo, solo cobran sentido y significacin al interior de un proceso grupal que los abarca y los trasciende como sujetos y como lderes. En la psicologa social pichoniana, los liderazgos son producto de lo que podemos llamar la grupalidad, un paradigma que permite entender e instrumentalizar a cada miembro del grupo, como posible adjudicador de un rol o depositario de un rol adjudicado por otros.

A diferencia de la dinmica de grupos, cuyo autor fue el psiclogo K. Lewin y sus colaboradores, la psicologa social que sustentamos, se basa en la distincin e identificacin discriminada de dos roles: el de liderazgo y el de coordinador. El liderazgo, siempre ser asumido y ejercitado por un miembro del grupo; la coordinacin, no coincide con el liderazgo, ya que el coordinador no forma parte del grupo, lo que no quita que se le adjudiquen roles de lder desde una posicin de dependencia, desconocimiento, o comodidad.

El liderazgo en la Psicologa Social de Pichon, es un factor a ser de-construido permanentemente; no en funcin de difuminar la historia y la verticalidad del sujeto; sino en funcin de entender que el liderazgo, cuando se fija o se estereotipa aparece como obstculo, o diramos desde el psicoanlisis, como resistencia, que debe ser analizada y desmenuzada en su esencia. Aporto un criterio de psicopatologa descrito por Pichon: la salud tiene que ver con el cambio, con el aprendizaje y la evolucin; la patologa se define por la estereotipia, por la repeticin, en su proceso, que es un no proceso, aparece como circularidad y no como el desarrollo de una espiral dialctica.

El liderazgo as, es situacional y no personal, informa del contexto y no de la personalidad de un sujeto. Esto no quita que este factor juegue su parte, sin embargo, va a un segundo plano de importancia. Ya que la situacin y por ende la realidad (externa) es cambiante, suceder indefectiblemente que el liderazgo tenga que ser cedido por aquel que lo sustenta, debido a la falta de instrumentalizacin para afrontar la nueva realidad que se presenta.En Pichon, los liderazgos son rotativos, mviles, flexibles, abiertos, dinmicos. Es as, porque Pichon entiende que la vida social es igual de cambiante y fluctuante, por ms que se nos quiera convencer de otra cosa. En este sentido, observamos la proeza de Pichon de eliminar prceres; el sujeto de la historia es el grupo, es la clase social, es la colectividad, el liderazgo es una construccin colectiva; y en este sentido, esto nos enva a entender que cualquiera puede llegar a ser lder, el liderazgo en la perspectiva histrica, no es para siempre.

Imaginarios colectivossobre los grupos.

- Cra cuervos y te sacaran los ojos.- Ms vale solo que mal acompaado.- Dios los hace y ellos se juntan.- El que con lobos anda a aullar se enseaSobre el liderazgo.

- El que es buen gallo, dondequiera canta.- De tal palo, tal astilla.- El que nace pa maceta, del pasillo no pasa.- El caballo crece al ojo del amo.- En tierra de ciegos, el tuerto es rey.- Ms vale malo por conocido, que bueno por conocer.El PsiclogoSocial como Lder.

El psiclogo siempre ha tenido vocacin de liderazgo. En los aos 70s se lo identificaba en algunas latitudes, como el agente de cambio por excelencia. La burguesa, aprovechaba el mote para contratarlo como asesor o consultor. para que sus organizaciones e instituciones funcionaran bien y mejor y fueran de vanguardia, por lo que no haba mucha dificultad en que el psiclogo se integrara al trabajo y colaborara en la mejora social.

Cuando el psiclogo clnico formado en psicoanlisis hace grupos, entra a un nuevo espacio que no lo toma a buen recaudo, ya que lo lleva a exponerse abiertamente a la valoracin social, aparece ahora de cuerpo entero, no se oye su voz, se ven sus ademanes, sus gesto, se observa su mirada y no est acostumbrado a tanta implicacin, pero por fin puede dar rienda suelta a aquello silenciado en muchos anlisis: la vocacin por lo social.

De nuevo, Pichon Rivire, atento a construir el puente que llevara del psicoanlisis a la psicologa social, para desplegar una prctica instrumental que se sustente tericamente, y por ello que sea eficaz y operativa, establecer desde la llamada Experiencia Rosario, un Laboratorio Social, una forma de trabajo que canalice la vocacin y el afn de liderazgo, como elementos o factores que pueden ser instrumentalizados, justamente para de-construir la idea de liderazgo hasta entonces vigente.

El operador social, el psiclogo dispuesto a trabajar, a experimentar y hacerse cargo de la formacin en grupos y promover experiencias grupales, ser el pequeo ratn de indias, donde la renuncia a la direccin grupal, al liderazgo grupal, permita que se puede ejercerun cierto tipo de liderazgo neutralizando la influencia sugestiva; donde el sujeto social es capaz de aceptar que hay guas que estn dispuestos a reconocer su ignorancia sobre el fin ltimo del grupo, y los lanzar a la experiencia sin amarras, al ocano sin brjula, al desierto sin camellos.

Esta me parece que es la gran hazaa, y el reto propuesto por Pichon a sus seguidores,un lder sabe, pero tambin ignora; y me parece que valdra mejor para los discpulos y seguidores, que les hable ms de su ignorancia que de su saber. Una frmula interesante que se me ocurre podra ser:

En cierta situacin, atenazada por mltiples condicionamientos (y esto siempre es as):Un lder no salva. Confa en las fuerzas del conjunto.Ensayar otra:Un lder escucha, observa, registra, porque la apertura es la condicin mnima para conocer el contexto y de este conocimiento, depende y se decide la accin. Un lder observa, reflexionan y vuelve a observar.

Un lder habla poco, y si no lo entienden, no se preocupa, buscar otra forma de hacerse entender, trabaja en l y no sobre el grupo. Un lder combina la actividad, con la pasividad.

Esto me llevara a una cuestin necesaria: un liderazgo explicita queel lder es portador de empata (social y humana), por tanto, ha sido tocado desde una sensibilidad perceptual, que se volver la tarea crtica para trabajar consigo mismo y por ende con los otros cercanos. Indico y hago nfasis en esto, la empata es condicin, y un autentico lder no puede quedarse ah y explotarla para mejorar como lder, la empata es punto de partida y no de llegada.

La experiencia de un trabajo grupal (terapia de grupo, grupos operativos, de simbolizacin, centrados en una tarea, grupos reflexivos, y los grupos de formacin, etc), permitir calibrar la calidad moral del futuro lder, siempre y cuando el coordinador de este tipo de grupos funcione con ese registro de marca. En este sentido, un lder no puede ser lder si no fue seguidor: aqu ya tenemos una ventaja, todos hemos sido seguidores. La empata con el otro, implica que uno ya ha estado ah.

Un lder requieretemplanza.

Un coordinador de grupo tiene una tarea inmediata y especifica, devolver los liderazgos que se adjudican. Se trata en esa estrategia, de una devolucin de depositaciones, a veces masivas, y eso muchas veces les choca a los psiclogos asumir en un grupo, crean que estaban curados de espanto, porque adems el hecho indica que al igual que la gente comn, padecen los mismos complejos y producen, establecen y mantienen el mismo tipo de estereotipias que la gente comn estando en grupo.

La diferencia es que a travs de los mecanismos de racionalizacin o intelectualizacin mas dominantes en los psiclogos, se intenta obturar la falta, su intencin sera: no vivir y no aprender de la experiencia, ms bien neutralizarla va el intento de explicarla en una lgica de las relaciones o en una lgica de la teora psicolgica que se sostenga.

Recuerdo en un seminario de postgrado sobre familia, cmo una pareja de psiclogos de los mas intelectuales, de esos que recitan y citan a todos los autores clsicos o de moda, toma distancia del grupo de formacin, ignoran la invitacin a involucrarse en las dinmicas y la participacin grupal, tomando una distancia fbica a la experiencia y al exponerse en el grupo, poco aprendizaje se logra de esta forma y el que se obtiene, es un aprendizaje intelectual que se integrara a la cabeza, pero no al ser de un operador social.

El Meollo de lo Humano.

El liderazgo denuncia el problema o el conflicto con la autoridad, es un tipo de sntoma neurtico a travs del cual nos mira el padre, nos observa, nos vigila, ya que su deseo nos persigue, porque el status narcisista del padre depende de nuestro rol y nuestro rendimiento social. Posesionarnos del rol paterno, es asumir la muerte del padre, sin reconocer el deseo de muerte hacia l. Pero el liderazgo no es solo eso, es un rol social significativo para el conjunto social.

Tambin ronda el fantasma del hijo preferido o del hijo mayor, hacerse cargo de los hermanos menores, cuidarlos, odiarlos, controlarlos o desentenderse de ese compromiso, para no ser aplastado por la responsabilidad y la culpa o los deseos de muerte cuando la carga desborda a un yo dbil que se siente desfallecer ante una tarea que se asume como abrumadora, arrasando con la subjetividad en ciernes.

Pero esto nos lleva a asumir que el lder es producto y productor de un conflicto interno, conflicto que debe ser capaz de tolerar, de conocer, de reconocer y superar a travs del trabajo que debe realizar sobre s mismo, y en la relacin con los otros, ya que estos siempre juegan, en funcin de hacer saber que se pueden demarcar las rayitas que indican lo de uno y lo de otro: esto es mo, esto no, esto es tuyo.

El conflicto es el tema sui generis en la vida del psiclogo. Es su motor de bsqueda, es su google o su explorer. El estudiante de psicologa y todo otro estudiante, mientras se interese por aprender algo, mientras siga buscando, marca un ndice del conflicto irresuelto que le ha tocado vivir y cuya tarea no puede postergar. En el caso actual, el conflicto que nos anima es poltico, en coyuntura electoral y en ese sentido es definitorio de muchas cosas. El asunto es entender que el conflicto nos ayuda a sentirnos vivos, fomenta el movimiento, es ley de vida, pero para el caso la vida humana es vida poltica y el conflicto es que no habamos querido reconocerlo.

El conflicto se encuentra en el corazn del hombre, es su sino, o su sino es recrearlo para sacarle provecho, aparece como interno al sujeto, sin embargo est en su origen, porque antes de asumirse como tal existe de manera larvada, Dios lo remite al tema de la muerte o la vida eterna (una forma de muerte). El psicoanlisis lo conceptualiza como deseo y defensa, o conflicto entre consciente e Inconsciente, o entre el yo y el ello; o entre pulsiones de vida y pulsiones de muerte, hasta llevarlo al plano csmico en la lucha entre Eros y Thanatos.

Para Marx, el conflicto es el motor de la historia, es el conflicto entre clases, se origina en las relaciones, principalmente econmicas, a nivel de las relaciones con la propiedad de los medios de produccin: entre los poseedores de los medios y los desheredados. Marx plantea iniciar por la lucha de la reivindicacin econmica, para luego alzarse al nivel de la lucha poltica, el conflicto se vuelve entonces peligroso y detestable para la burguesa, que desea que no le hagan olas al sistema, una democracia donde no debera haber conflictos, esa es la democracia burguesa, negadora de la vida y de la historia, es ms, con esta democracia se llega segn los capitalistas, al final de lo que casi toda la humanidad, como loca, andaba buscando.

La lucha contra el sistema.

Pero justamente este sistema econmico-social, a travs de sus agentes y despus de muchos aos, supo tramitar y fragmentar el conflicto poltico, las luchas entre burguesa y proletariado se fragmentaron y diluyeron, la lucha econmico - poltica fue de-construida al re-formatear el sistema en un modelo capitalista, impuesto sin consultar a las sociedades de cada nacin y cada estado. La reaccin, fue iniciar una contra-ofensiva desde el poder, para arrebatar todo lo alcanzado por las luchas obreras del siglo XVIII y XIX, desmantelar el estado de bienestar, hasta volverlo un apndice que apenas fuese garante de la carnicera que se avecinaba: avalar, sancionar y autorizar esta carnicera positivamente, como necesaria por el bien de todos (los capitalistas).

El nuevo sistema capitalista intentar eliminar todos los justos logros ganados por la clase obrera, pero que beneficiaban a todos los trabajadores, se ir sobre las jubilaciones, sobre los sindicatos hasta desmantelarlos, flexibilizar las leyes laborales que protegan al trabajador, los contratos se otorgarn para proteger al poderoso, no al dbil, y el Estado de abstendr de intervenir, ya que cualquier injerencia estatal olera a prctica socialista o comunista, lo que no se puede permitir ni tolerar.

El nuevo estado, ser uno de intolerancia hacia cualquier expresin que cuestione la autoridad, y se asumir e interiorizar como el estilo subjetivo de participacin social: no mostrarse polticamente incorrecto y su objetivo ser definido en estos trminos: las instituciones se han naturalizado, as son y as han sido siempre, cualquier intento de cuestionarlas o modificarlas, conllevara el riesgo de ser etiquetado como sujeto problema en funcin de ser sancionado, y en funcin de un fin ltimo: quedar excluido o segregado del sistema.

Lo interesante del momento actual es, como deca el Lic. Jorge Escanilla (comunicacin personal) hace unos das, que la lucha, contienda, o el conflicto actual, no tiene reivindicaciones econmicas, es una lucha poltica, pero me parece que tambin es ideolgica, aunque a algunos no les guste. Puede traducirse como una lucha entre enajenacin y concientizacin, o entre alienacin y libertad; o entre imposicin y democracia. El desenlace importa menos que el pensar en que algo de la subjetividad fue movido y reactivado en el conflicto, a partir de una nueva percepcin de los eventos y los acontecimientos, que el sujeto empieza a abrir los ojos y cuestionarse por su somnolencia poltica.

Psicologa y liderazgo.

En la deconstruccin del liderazgo, el psiclogo repara en este tipo de fenmenos complejos que registran la marca en su cuerpo, pero tambin y por consecuencia en su estructura subjetiva. Atento a s mismo, es decir, a lo que el grupo despierta en el operador social, entiende y asume los lmites de su actuacin: su poder, est en la capacidad de renuncia a ese poder, cosa que pocos logran vencer. El hecho se traduce en una frase: dominar a otros es fcil, mas difcil es dominarse a s mismo.

La identificacin con el padre y su poder, quedan neutralizados cuando la renuncia al uso de este poder se experimenta en la funcin de traslape que rescata la dimensin tica de aquella figura de autoridad: ser testigo del crecimiento del otro, dominando la tendencia filicida de realizar una interferencia heternoma sobre su proceso, sobre su evolucin personal-social. El padre-lder, as, solo es el garante de la ley, en funcin de regulacin social y emancipacin afectiva. Se introduce al sujeto al mundo de la cultura y simultneamente a la dimensin poltica: el nio es reconocido desde pequeo como otro, que se merece nuestra consideracin, nuestra compaa en funcin de su desarrollo y no del nuestro.

El hecho que funda un grupo como colectivo de iguales, es el reconocimiento de la diferencia de cada uno: somos iguales en el sentido de que nadie es idntico a otro, pero por este mismo hecho, es que puedo establecer una relacin, con otro diferente a m, lo que re-enva a que simultneamente me permito ser reconocido por ese otro que me otorga igual reconocimiento.

En el campo de la psicologa social, la renuncia a ser lder del grupo, del coordinador de grupos, implica partir del reconocimiento de la igualdad y de la capacidad de todos, ya queen este tipo de grupos, no se busca la igualdad, se parte de ella, se la presupone, es un implcito que no hay necesidad de explicitar.Los sujetos que viven una experiencia de grupo no-directivo, reconocen en sus dificultades y sus angustias, el parteaguas de la experiencia: a partir de ah, lo que se vive, se trabaja, se comunica y se comparte, se vuelve un hito indito hasta ese entonces, el grupo cambia al sujeto, pero el sujeto tambin ha dejado su marca en el colectivo.

El liderazgo y las figuras paternas y de autoridad cobran otras dimensiones de realidad social y poltica. Una frase del lder de la izquierda electoral, machacada a la gente, enuncia el aprendizaje del lder, del que puedo decir o mentar como un lder democrtico: Solo el pueblo, puede salvar al pueblo.

Nada ilustra mejor el trmino pueblo, de un poltico que conserva sus races, y que abierto a la experiencia, negocia entre sus tendencias en juego: igual que en los pequeos grupos, en ese tipo de vanguardias es donde se traman las estrategias y las tcticas de una labor o un problema inmediato, se aprende que la renuncia a los mesianismos es el signo de la congruencia poltica con la vocacin democrtica.

Solo el pueblo puede salvar al pueblo. Una consigna que se propone desde la visin que da el aprendizaje de la vivencia permanente que proporcionan las experiencias grupales. No hay liderazgos impuestos o importados, no se trata de seguir a un lder, sino acompaarlo codo a codo, como dira Pichon, co-operando, aprendiendo, pero sobretodo implicndose, arriesgndose y asumir que el pueblo es el origen y el fin, lo que da sentido a todo acto humano.

Para terminar.

As como el liderazgo como fenmeno social es una construccin social, el tema que resta bordar someramente es el de los fines de la psicologa social. Para Pichon, la psicologa social es una caja de herramienta a la que el psiclogo se asoma para hurgar y ver que le sirve y echar mano de los instrumentos acordes a la situacin. En un sentido, el trabajo del psiclogo es una labor artesanal, muy particular, especfica y a veces singular. Qu bueno que ha habido gremios de artesanos. Unos hacen y otros deshacen.

Nosotros, como psiclogos aportamos desde una ptica, desde una dimensin desde un terreno o campo de prcticas. Este trabajo, despus de cincuenta aos sigue pendiente: la cultura de la salud mental es una construccin colectiva, y desafortunadamente, no nos hemos agrupado para iniciar la labor. Estamos y seguimos problematizados, debido a la renuencia a reconocer que el conflicto es el motor del cambio, del aprendizaje y de la transformacin social.

Mientras nuestro pueblo padece y sufre los malestares de una cultura represora, nosotros seguimos solos o en pequeos ghettos, imposibilitados de poder pensar, disear, proyectar planes de accin que aborden el problema de la patologa social en sus dimensiones macro sociales, el trabajo con sujetos individuales, si bien loable, no tiene significacin social alguna, adems de contribuir a la idea de que la solucin pasa por lo individual y no por las condiciones sociales del sistema capitalista mas oprobioso, como lo es el sistema neoliberal.

Debo indicar que solo en la participacin social, en la construccin de la propia identidad grupal, en la participacin poltica, en la lucha por destituir la visin hegemnica de la salud mental imperante en Mxico, es como podremos avanzar con pasos firmes hacia algn objetivo que otorgue sentido a nuestros esfuerzos actuales, a nuestras prcticas de cambio social.

Requerimos arriesgarnos a promover, ofertar, difundir y ampliar nuestros campos de accin, que ventilen y amplen nuestras visiones de la relacin entre patologa individual y malestar cultural, porque para ensanchar la visin de un mundo ms humano, deberamos estar comprometidos como psiclogos a que nuestra formacin permanente no fuera otra cosa, como dice Cecilia Moise, sino un ensanchamiento del espritu.

Monterrey, Junio de 2012. poca del Calendario Maya. Un Ciclo termina, despus de ello, nada ser igual.