Psicología Infantil - Complicaciones del nacimiento
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Complicaciones del nacimiento
Riesgos de un parto complicado
El proceso del parto natural tiene tres estadios: el borramiento y dilatación del cuello del útero, el
descenso y nacimiento del bebé, y el alumbramiento de la placenta. Las complicaciones del parto
pueden ocurrir durante cualquiera de los periodos del parto y requieren de una intervención rápida y
eficaz para evitar el daño en la madre y en su bebé.
Complicaciones:
Rotura prematura de las membranas
Se denomina rotura prematura de membranas a la rotura de las membranas llenas de líquido que contienen al feto que se produce una hora o más antes del inicio del parto.
La rotura de las membranas, prematura o no, comúnmente se denomina "romper aguas". El líquido que se encuentra dentro de las membranas (líquido amniótico) sale por la vagina.
En una única revisión con un espéculo (un instrumento que separa las paredes de la vagina), se
puede comprobar la rotura de las membranas, estimar la dilatación del cuello uterino y recoger líquido amniótico de la vagina. Si el análisis del líquido amniótico indica que los pulmones del feto están lo bastante desarrollados, se provoca el parto. Si los pulmones del feto no están desarrollados,
se intenta retrasar el parto hasta que lo estén.
Parto pretérmino
El parto antes de término es el que comienza antes de la semana 37 de embarazo.
Como los bebés nacidos prematuramente pueden tener problemas de salud, los médicos intentan detener el parto anticipado. El parto pretérmino es difícil de detener si se produce hemorragia vaginal
o las membranas que contienen al feto se rompen.
El sulfato de magnesio aplicado por vía intravenosa detiene el parto en hasta el 80 por ciento de las mujeres, pero puede producir efectos secundarios, como aceleración de la frecuencia cardíaca en la mujer, en el feto o en ambos. Mientras se detiene el parto anticipado, la mujer puede recibir un
corticosteroide como la betametasona para dilatar los pulmones del feto y reducir el riesgo de que presente problemas respiratorios (síndrome de distrés respiratorio neonatal) después de nacer.
Embarazo postérmino y posmadurez
Un embarazo después de término es el que continúa más allá de las 42 semanas. La posmadurez es un síndrome en el que la placenta comienza a dejar de funcionar normalmente en un embarazo postérmino y pone en peligro al feto.
En ocasiones, es difícil determinar cuándo han pasado las 42 semanas, porque no siempre es posible establecer la fecha precisa de la concepción debido a que los ciclos menstruales son
irregulares o a que la paciente no está segura del tiempo que transcurre entre ellos.
Para confirmar un diagnóstico de posmadurez, se puede realizar una amniocentesis (extracción y análisis del líquido amniótico). Mientras la evaluación no detecte signos de posmadurez, puede
dejarse que el embarazo postérmino sigua adelante. Sin embargo, si la evaluación da resultados positivos, se provoca el parto. En el caso de que el cuello uterino no sea lo bastante flexible como
para que el feto lo atraviese, se realiza una cesárea.
Parto demasiado lento
Cada hora, el cuello uterino debería dilatarse al menos un centímetro y la cabeza del feto debería descender por la pelvis al menos en esa misma proporción. Si esto no sucede, puede que el feto sea demasiado grande para avanzar por el canal del parto y, en consecuencia, es necesario realizar una
cesárea o usar fórceps. Si el canal del parto es lo bastante grande para el feto, pero el parto no avanza con la velocidad que debería, se administra a la madre oxitocina intravenosa para estimular
la aparición de contracciones uterinas más intensas. Si la oxitocina no da resultado, se realiza una cesárea.
Frecuencia cardíaca anormal
Durante el parto, se controla la frecuencia cardíaca fetal cada 15 minutos con un fonendoscopio fetal (fetoscopio) o continuamente mediante una monitorización cardíaca fetal electrónica. El registro
continuo de la frecuencia cardíaca es la manera más sencilla de determinar si existe sufrimiento fetal. Si se detecta una anomalía significativa, las medidas correctivas suelen ser efectivas (como dar
más oxígeno a la madre, incrementar la cantidad de líquidos por vía intravenosa y hacer que la madre se tumbe sobre su lado izquierdo). Si no es así, el bebé se saca con fórceps o mediante una cesárea.
Problemas respiratorios
En raras ocasiones, el recién nacido no comienza a respirar, a pesar de que antes del parto no se hayan detectado problemas. Por este motivo, el personal médico que asiste el parto debe tener experiencia en la reanimación respiratoria de recién nacidos.
Posición anormal del feto
Una posición anormal es aquella en la que el feto ocupa más espacio mientras se desplaza por el canal del parto
que cuando se encuentra en posición normal, es decir, mirando hacia atrás con la cabeza hacia la salida.
En una descripción de un feto dentro del útero, la
posición hace referencia a la dirección a la que apunta el feto, y la presentación detalla la parte del cuerpo que sale primero por el canal del parto. La combinación más
segura y frecuente es la del feto que mira hacia atrás (en dirección a la espalda de la madre), con la cara vuelta
hacia la derecha o la izquierda, y la cabeza primero (presentación cefálica), con el cuello doblado hacia adelante, el mentón hundido y los brazos cruzados sobre
el pecho. Si el feto se encuentra en una posición o presentación diferente, el parto puede ser más difícil y quizá no sea posible el alumbramiento por la
vagina. Tras evaluar el problema, el médico decide si usar fórceps o realizar una cesárea.
Gemelos
Los gemelos producen una mayor dilatación de la cavidad del útero y la sobredistensión uterina tiende a producir un adelantamiento de las contracciones antes del final del embarazo. Como
resultado, los gemelos suelen nacer prematuramente y son pequeños. Debido a que pueden tener varias posiciones y presentaciones, el parto puede complicarse. La contracción del útero después del nacimiento del primer gemelo tiende a desprender la placenta al segundo. Como resultado, el
segundo gemelo suele tener más problemas durante el parto y corre un mayor riesgo de sufrir lesiones o de morir.
En algunos casos, el útero sobredistendido no se contrae bien después del parto y causa hemorragia
en la madre. Cuando hay gemelos el médico debe decidir con antelación el parto vaginal o mediante una cesárea; incluso puede optar por un parto vaginal para el primer gemelo y realizar una cesárea para el segundo.
Distocia de hombro
La distocia de hombro es una complicación poco frecuente, que ocurre en alrededor de 1 de cada 1 000 presentaciones cefálicas, en la que el hombro del feto está empotrado contra el hueso púbico y queda atascado en el canal del parto.
Cuando la cabeza asoma al exterior, parece que algo tire de ella un poco hacia atrás en el orificio
vaginal. El tórax resulta comprimido por el canal del parto y la boca queda cerrada debido a la presión ejercida contra el orificio vaginal, por lo que resulta difícil para el médico colocar un tubo de respiración. Como resultado, el feto no puede respirar y se produce un déficit de oxígeno durante 4 a
5 minutos.
Rápidamente, el médico prueba varias técnicas para desatascar el hombro y lograr que el bebé nazca por vía vaginal. Si éstas fracasan, el bebé rara vez puede ser empujado hacia atrás para que
vuelva a la vagina y pueda nacer por cesárea.
Prolapso del cordón umbilical
Un cordón umbilical prolapsado es una rara complicación, que tiene lugar en alrededor 1 de cada 1 000 partos, en la que el cordón umbilical precede al bebé en su paso por el canal del parto. Cuando el bebé sale por el estrecho
canal del parto, se produce una compresión del cordón prolapsado y el bebé deja de recibir sangre.
Si se produce un prolapso del cordón, es necesario que el alumbramiento sea
inmediato (en general mediante cesárea) para evitar que el feto resulte lesionado a causa de la falta de sangre. Hasta que se inicie la intervención quirúrgica, la enfermera o el médico sostienen al recién nacido apartado del
cordón para que no se interrumpa el flujo de la sangre por el cordón prolapsado.
Por lo general, el prolapso oculto se identifica gracias a un patrón anormal en la frecuencia cardíaca fetal. El problema se soluciona cambiando la posición de la madre o levantando la cabeza del feto
para aliviar la presión sobre el cordón. En ocasiones, se debe practicar una cesárea.
Embolia de líquido amniótico
La embolia de líquido amniótico es la obstrucción de una arteria pulmonar de la madre por el líquido amniótico (el líquido que rodea al feto en el útero).
En alguna rara ocasión un émbolo (una masa de material extraño en el torrente sanguíneo) formado
por líquido amniótico entra en la circulación sanguínea materna, por lo general, en el curso de un parto especialmente complicado con rotura de membranas. El émbolo va hacia los pulmones de la madre y obstruye una arteria; este bloqueo recibe el nombre de embolia pulmonar. Ello puede
provocar aceleración de la frecuencia cardíaca, irregularidad en el ritmo cardíaco, colapso, shock, o incluso parada cardíaca y muerte. Si la madre sobrevive, la formación de coágulos sanguíneos
dispersos en el torrente sanguíneo (coagulación intravascular diseminada) es una complicación habitual, que requiere una asistencia urgente.
Hemorragia uterina
La hemorragia uterina es la mayor preocupación una vez que el bebé ha nacido. Por lo general, la madre pierde alrededor de medio litro de sangre durante el parto porque los vasos sanguíneos se
desgarran cuando la placenta se separa del útero. Las contracciones del útero permiten que estos vasos se cierren y curen. En consecuencia, la pérdida de sangre puede ser mayor si el útero no se
contrae o si una parte de la placenta sigue dentro del útero después del parto, evitando que éste se contraiga por completo. Un desgarro en la vagina o del cuello uterino también puede causar una hemorragia grave.
Procedimientos
Si surgen complicaciones durante el parto y el alumbramiento, se recurre a procedimientos como la inducción del parto, el parto con fórceps, o con extracción mediante vacío o una cesárea.