Psicología General I - RELACIÓN DE LA PSICOLOGÍA MODERNA Y LA GENÉTICA CONDUCTUAL

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RELACIÓN DE LA PSICOLOGÍA MODERNA Y LA GENÉTICA CONDUCTUAL La influencia que tiene la herencia de los genes sobre las diferentes conductas es el centro de la genética conductual, en donde el primer paso está en reconocer el impacto que tiene esta herencia sobre las características psicológicas como la inteligencia, la personalidad y el comportamiento. La genética es una ciencia que implica un conocimiento cierto de las cosas por sus principios y sus causas, de manera que sus leyes y principios gobiernan las “semejanzas” y “diferencias” entre los individuos de una misma “especie”. Estudia la forma en la que los rasgos se transmiten de un familiar a otro, en donde la concesión de esos rasgos de una generación a la siguiente es lo que se conoce como herencia, por lo que esos elementos que controlan la transmisión de esos rasgos, se llama gen. Sin embargo, la conducta especifica los diferentes comportamientos o actitudes que caracterizan a una persona, y los cuales pueden ser adquiridos de su medio ambiente o simplemente heredados de sus familiares. La conducta del ser humano es definida desde su niñez, ya que es tomada de todo el medio que lo rodea, el ambiente es, al menos, tan importante como la herencia al producir las diferencias conductuales visibles entre las personas. En vista de que la genética es el estudio de los patrones de herencia, del modo en que los rasgos y las características se transmiten de padres a hijos, y que la conducta surge de la interacción entre el organismo y el ambiente; entonces, la perspectiva de la genética de la conducta estudiaría la forma como la herencia y la experiencia influyen en nuestras diferencias individuales de temperamento. Frecuentemente, los genes predisponen a una persona a desarrollar un rasgo particular, pero los factores ambientales desempeñan un papel más importante al alterar o eliminar la expresión del rasgo Galton, basándose en los principios de la teoría de la evolución de Darwin, dedujo que:todos los rasgos conductuales debían tener una base genética, resultado de la selección natural y así hipotetizó que la inteligencia humana tenía una base genética, y lo demostró al comprobar que el grado de eminencia intelectual de los familiares masculinos de personajes eminentes era más probable cuanto mayor era el grado de parentesco familiar. Se le considera el fundador de la Genética de la Conducta. Él sugirió algunos de los métodos más utilizados después en genética de la conducta humana (estudios sobre familias, estudios de gemelos y diseños de adopción) y llevó a cabo los primeros estudios sistemáticos con familias que mostraron cómo ciertos rasgos de comportamiento «se transmiten en familias».

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RELACIÓN DE LA PSICOLOGÍA MODERNA Y LA GENÉTICA CONDUCTUAL

La influencia que tiene la herencia de los genes sobre las diferentes conductas es el centro de la genética conductual, en donde el primer paso está en reconocer el impacto que tiene esta herencia sobre las características psicológicas como la inteligencia, la personalidad y el comportamiento.

La genética es una ciencia que implica un conocimiento cierto de las cosas por sus

principios y sus causas, de manera que sus leyes y principios gobiernan las

“semejanzas” y “diferencias” entre los individuos de una misma “especie”.

Estudia la forma en la que los rasgos se transmiten de un familiar a otro, en donde la

concesión de esos rasgos de una generación a la siguiente es lo que se conoce como

herencia, por lo que esos elementos que controlan la transmisión de esos rasgos, se

llama gen. Sin embargo, la conducta especifica los diferentes comportamientos o

actitudes que caracterizan a una persona, y los cuales pueden ser adquiridos de su

medio ambiente o simplemente heredados de sus familiares.

La conducta del ser humano es definida desde su niñez, ya que es tomada de todo el medio que lo rodea, el ambiente es, al menos, tan importante como la herencia al producir las diferencias conductuales visibles entre las personas.

En vista de que la genética es el estudio de los patrones de herencia, del modo en que los rasgos y las características se transmiten de padres a hijos, y que la conducta surge de la interacción entre el organismo y el ambiente; entonces, la perspectiva de la genética de la conducta estudiaría la forma como la herencia y la experiencia influyen en nuestras diferencias individuales de temperamento.

Frecuentemente, los genes predisponen a una persona a desarrollar un rasgo particular, pero los factores ambientales desempeñan un papel más importante al alterar o eliminar la expresión del rasgo

Galton, basándose en los principios de la teoría de la evolución de Darwin, dedujo

que:“todos los rasgos conductuales debían tener una base genética, resultado de la

selección natural y así hipotetizó que la inteligencia humana tenía una base genética,

y lo demostró al comprobar que el grado de eminencia intelectual de los familiares

masculinos de personajes eminentes era más probable cuanto mayor era el grado de

parentesco familiar. “

Se le considera el fundador de la Genética de la Conducta.Él sugirió algunos de los

métodos más utilizados después en genética de la conducta humana (estudios sobre

familias, estudios de gemelos y diseños de adopción) y llevó a cabo los primeros estudios

sistemáticos con familias que mostraron cómo ciertos rasgos de comportamiento «se

transmiten en familias».

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La variabilidad genética no explica todas las diferencias que se dan entre las

poblaciones, el otro gran factor explicativo es el ambiente. La conducta en cuanto

fenotipo es el resultado de influencias conjuntas de genes (natura), y ambiente

(nurtura).

El desarrollo de cualquier ser vivo requiere la existencia de un entorno del que nutrirse

y donde crecer. Si mantenemos constante el ambiente, la variabilidad que

encontremos en la población podrían atribuirse a diferencias genéticas. Y al revés, si

sabemos que el genotipo es el mismo para todos los individuos de una población, las

diferencias encontradas podrían atribuirse únicamente al ambiente.

“Los genes no determinan la conducta. De lo que estamos hablando es de una conexión

probabilística entre factores genéticos y diferencias de comportamiento entre individuos

(Plomin 1990: 21).”

Las aportaciones de la genética de la conducta no deberían ser identificadas con los

resultados de la genética molecular. Cuando se desconocen los procesos básicos

mediante los cuales los genes ejercen su influencia sobre la conducta, se tiende

espontáneamente a creer que los genes influyen directamente en nuestro

comportamiento.

Se suele recurrir al cálculo de las correlaciones fenotípicas entre individuos cuyo

parentesco es conocido para estudiar la heredabilidad de rasgos humanos: son

estudios de familias y de gemelos.

La influencia del ambiente compartido en la crianza sobre el CI parece ser nula. Por lo

tanto, los factores ambientales que explican la variabilidad que no explica la

variabilidad genética son peculiares para cada individuo y no comunes para los que

viven en un mismo ambiente familiar o social.