Pruebas complementarias en dermatología

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Pruebas complementarias en dermatología Page history last edited by Juan Rejas 4 years ago © Juan Rejas López. Extraído de Rejas López, Juan. Dermatología práctica en el perro y gato. Castellón: Consulta de Difusión Veterinaria. 2007. ISBN: 978-84-931636-5-5. Pruebas complementarias que pueden hacerse de forma inmediata en la consulta y que son sencillas, rápidas y baratas: o Raspado cutáneo: profundo para Demodex canis y superficial para Sarcoptes scabiei o Notoedres cati. o Cinta adhesiva en presencia de escamas, para comprobar si son Cheyletiella spp. o Citologías para ver si las lesiones son inflamatorias, neoplásicas o no inflamatorias ni neoplásicas, y para comprobar si hay gérmenes que complican el cuadro (cocos, bacilos, Malassezia). o Tricografía para ver si hay pelos rotos (manera de saber si un gato se lame en exceso), si presentan macromelanosomas (displasias foliculares) o esporas (dermatofitosis). o Prueba de la depilación (facilitada en pelos en fase de telógeno). o Luz de Wood (dermatofitosis). En cada caso hay que hacer solo alguna de estas pruebas, para confirmar o descartar los diagnósticos que se puedan dentro de los más probables. Es decir, si la historia y clínica aseguran que no es una demodecia, no se hace raspado profundo, pero si no la excluyen, aunque parezca poco probable, se hace, porque cuesta poco tiempo y dinero. Hay que usar el sentido común a la hora de hacer estar pruebas complementarias. Así, por ejemplo, en un perro que presenta solo habones y que no tiene alopecias, no hay base para sospechar de dermatofitosis o demodecia, ya que estas dermatitis provocan foliculitis y alopecia, por lo que no tiene sentido hacer raspados profundos o buscar dermatofitos. No obstante, si hay una mínima duda, ¡¡ HAY QUE HACERLAS !!; el tiempo y dinero perdidos son ínfimos.

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© Juan Rejas López. Extraído de Rejas López, Juan. Dermatología práctica en el

perro y gato. Castellón: Consulta de Difusión Veterinaria. 2007. ISBN: 978-84-931636-

5-5.

 

Pruebas complementarias que pueden hacerse de forma inmediata en la consulta y

que son sencillas, rápidas y baratas:

o Raspado cutáneo: profundo para Demodex canis y superficial para Sarcoptes

scabiei o Notoedres cati.

o Cinta adhesiva en presencia de escamas, para comprobar si

son Cheyletiella spp.

o Citologías para ver si las lesiones son inflamatorias, neoplásicas o no

inflamatorias ni neoplásicas, y para comprobar si hay gérmenes que complican

el cuadro (cocos, bacilos, Malassezia).

o Tricografía para ver si hay pelos rotos (manera de saber si un gato se lame en

exceso), si presentan macromelanosomas (displasias foliculares) o esporas

(dermatofitosis).

o Prueba de la depilación (facilitada en pelos en fase de telógeno).

o Luz de Wood (dermatofitosis).

 

En cada caso hay que hacer solo alguna de estas pruebas, para confirmar o descartar

los diagnósticos que se puedan dentro de los más probables. Es decir, si la historia y

clínica aseguran que no es una demodecia, no se hace raspado profundo, pero si no la

excluyen, aunque parezca poco probable, se hace, porque cuesta poco tiempo y

dinero.

 

Hay que usar el sentido común a la hora de hacer estar pruebas complementarias. Así,

por ejemplo, en un perro que presenta solo habones y que no tiene alopecias, no hay

base para sospechar de dermatofitosis o demodecia, ya que estas dermatitis provocan

foliculitis y alopecia, por lo que no tiene sentido hacer raspados profundos o buscar

dermatofitos. No obstante, si hay una mínima duda, ¡¡ HAY QUE HACERLAS !!; el

tiempo y dinero perdidos son ínfimos.

 

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Hay otras pruebas que tardan más tiempo en dar resultados o que son más costosas

económicamente:

o Dieta de eliminación .

o Cultivo de hongos.

o Valoración de hormonas.

o Biopsia y estudio anatomopatológico.

o Determinación de IgE específicas de alérgeno o intradermorreacción.

 

Raspado cutáneo superficial

 

¿A quién?

o A perros con dermatitis pruriginosa en los que la historia

no permita descartar definitivamente una sarna sarcóptica (mucho menos

frecuente es el hallazgo de Demodex cornei).

o A gatos con lesiones costrosas (Notoedres cati) o dermatitis miliar o pruriginosa

(Demodex gatoi).

 

¿Dónde?. Cuantas más áreas afectadas se raspen mejor; en perros, se recomienda

recoger material del borde de los pabellones auriculares, codos y corvejones.

 

¿Cómo?. Sarcoptes scabiei es un parásito que vive debajo de la

capa córnea de la epidermis, por lo que un raspado superficial es

suficiente para encontrarlo; sin embargo, su número es pequeño, por lo que se

requieren raspados de una superficie extensa para asegurar su hallazgo.

 

La mejor manera es raspar, con una hoja de bisturí, toda la superficie afectada,

recogiendo las escamas y costras; éstas se introducen en un matraz con una pequeña

cantidad (5 ml) de potasa (OHK) al 20%, calentándose a unos 50°C para disolver la

queratina de las costras.

 

En unos 10 minutos se observa que la mayor parte de las costras ha desaparecido; en

ese momento se pasa la muestra a un tubo y se centrifuga durante 5-10 minutos; con

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la ayuda de una pipeta Pasteur se recoge una muestra del fondo, que se coloca entre

un portaobjetos y un cubreojetos. Se mira con el primer objetivo del microscopio.

 

A veces se requiere mirar 3 ó 4 muestras para conseguir

observar algún ácaro o huevo.

 

El método usado en gatos es similar.

 

Interpretación. La presencia de un único ácaro o huevo es diagnóstica.

 

Test de la cinta adhesiva (sin tinción)

 

¿A quién?. A perros y gatos con dermatitis descamativa.

  

¿Cuándo?. En principio, siempre que haya “escamas”, ya que es una prueba sencilla,

rápida y barata, para descartar o confirmar si son Cheyletiella.

  

¿Cómo?. Con cinta adhesiva transparente, se pone la parte adhesiva sobre las

“escamas”; una vez adheridas, se pega la zona adhesiva a un portaobjetos, y se mira

con el primer objetivo del microscopio, diferenciando si son escamas verdaderas o

ácaros.

 

Interpretación. La presencia de un único ácaro o huevo es diagnóstica.

Raspado cutáneo profundo

  

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¿A quién?. A perros con alopecia en los que el cuadro clínico no permita descartar

definitivamente una sarna demodécica. Con mucha menor frecuencia, a gatos con

sospecha de D. cati.

  

¿Dónde?. En áreas afectadas recientemente. No se recomienda hacer raspados de

zonas muy cronificadas y engrosadas, ya que es probable no encontrar ácaros.

  

¿Cómo?. Primero se presiona la piel donde se va a realizar el raspado,

en la intención de empujar los ácaros hacia la superficie.

 

Tras ello se hace un raspado en dirección del crecimiento del pelo, usando una hoja de

bisturí en la que se ha depositado una gota de vaselina. Se raspa hasta que sangre

ligeramente la zona.

 

El material obtenido se coloca sobre un portaobjetos y se añaden una o dos gotas de

vaselina, superponiendo un cubreobjetos. Se mira con los dos primeros objetivos del

microscopio.

 

Interpretación. La presencia de numerosos ácaros adultos o de alguna

forma juvenil (huevo, larva o ninfa) es diagnóstica. En perros sanos

puede encontrarse ocasionalmente algún adulto.

  

Los adultos muestran cuatro pares de patas completamente desarrolladas, mientras

que las ninfas y las larvas poseen cuatro y tres pares de patas poco desarrolladas,

respectivamente.

 

El recuento de la formas móviles, y la relación entre adultos y formas inmaduras sirve

para valorar la respuesta al tratamiento.

 

Tricografía en perros con alopecia simétrica no autoproducida

  

¿A quién?. A perros con supuesta displasia folicular o supuesta alopecia por exceso de

pelos en telógeno (endocrina o efluvio).

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¿Cómo?. Con unas pinzas de hemostasia protegidas con tubos de goma (para no dañar

los pelos) se traccionan todos los pelos de una pequeña área; no vale arrancarlos con

los dedos, ya que este método arranca mejor los pelos en telógeno que los que están

en anágeno.

 

Se depositan entre un cubreobjetos y un portaobjetos con una gota de aceite mineral o

vaselina.

 

Se miran unos 25 pelos con el primer objetivo, diferenciando los bulbos en anágeno y

en telógeno, y observando si hay deformaciones en los tallos pilosos o

macromelanosomas.

o Pelos en anágeno: raíz con aspecto húmedo, redondeada y frecuentemente

curvada y pigmentada.

o Pelos en telógeno: raíz en forma de palo, con aspecto seco; nunca pigmentada.

  

Interpretación. La presencia de pelos rotos, con deformaciones y macromelanosomas

es muy sugerente de displasia folicular relacionada con el color.

 

La relación de pelos en anágeno y telógeno es difícil de valorar ya que un perro sano

llega a tener con frecuencia entre un 75-95% de pelos en telógeno; además no es

sencilla la diferenciación de los pelos arrancados (es mucho más útil la información

anatomopatológica).

 

En cualquier caso, es una información a tener en cuenta, ya que un elevado número de

pelos en anágeno disminuye la probabilidad de procesos de naturaleza endocrina y

descarta un efluvio telógeno.

 

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Luz de Wood

  

¿A quién?. A cualquier paciente sospechoso de

dermatofitosis.

  

¿Cómo?. La lámpara debe encenderse 10 minutos antes de evaluar las lesiones, lo

cual se hace en una habitación a oscuras. Las lesiones deben ser expuestas a la luz

durante un tiempo variable para mostrar la fluorescencia, tardando en algunos casos

hasta unos pocos minutos.

  

Interpretación. Solo la presencia de una fluorescencia verdosa en los tallos pilosos es

valorable. La fluorescencia en escamas, costras o posibles restos de pomadas no lo es.

 

La existencia de tallos pilosos fluorescentes solo sugiere la infección, que debiera

confirmarse mediante tricografía o cultivo de los pelos fluorescentes, aunque con

frecuencia si la clínica es compatible se obvia este paso.

 

En perros y gatos, la fluorescencia suele indicar una infección por M. canis ya que es el

único de los tres hongos citados capaz de producir metabolitos fluorescentes.

 

Por tanto, la ausencia de fluorescencia no descarta una dermatofitosis.

 

Tricografía en sospecha de dermatofitosis

  

¿A quién?. A cualquier paciente sospechoso de

dermatofitosis.

  

¿Cómo?. Se arrancan unos pelos de la lesión, preferiblemente los rotos. Se depositan

entre un cubreobjetos y un portaobjetos con una gota de potasa (OHK) al 10-20%; se

puede preparar una mezcla de potasa con tinta china (tinta negra Parker) al 20% para

mejorar la visión de las esporas.

 

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Pueden necesitarse hasta 30 minutos para que se observen las esporas (si se calienta

el portaobjetos, se acelera el aclarado).

 

Se mira a bajos aumentos con el condensador del microscopio cerrado; tras localizar

pelos supuestamente afectados, se comprueba a mayores aumentos.

  

Interpretación. La presencia de esporas es diagnóstica. Su ausencia no descarta una

dermatofitosis.

 

Citología

 

¿A quién?. A todos los pacientes en los que la citología pueda aportar cualquier

mínima información sobre las células o las bacterias u hongos presentes en la lesión:

cuando hay pústulas, erosiones, úlceras, fístulas, escamas, costras, tumores, etc.

 

¿Cuándo?. Siempre, ya que es una prueba sencilla, rápida y barata, que aporta

información adicional al examen macroscópico de las lesiones.

 

¿Cómo?. Hay distintos métodos de obtención, según la lesión:

o Mediante impresión directa con un portaobjetos: útil en lesiones húmedas,

erosionadas o ulceradas, o tras romper pústulas intactas con una aguja de

insulina; algunas lesiones necesitan ser raspadas ligeramente con una hoja de

bisturí para aumentar el número de células exfoliadas.

o Mediante bastoncillo de algodón: útil en fístulas y en secreciones del conducto

auditivo externo; tras impregnar el bastoncillo, se rueda (no se frota) sobre un

portaobjetos.

o Mediante cinta adhesiva: útil en lesiones secas (escamas) y lugares donde es

difícil de conseguir por impresión directa (pliegues); se obtiene presionando la

parte pegajosa de la cinta adhesiva contra la lesión; posteriormente se tiñe

(evitando el primer paso de la tinción -fijador-) y se pega sobre un portaobjetos;

tiene como inconveniente el que las células y gérmenes no se tiñen de forma

homogénea, pero las ventajas en este tipo de lesiones superan este problema.

o Mediante punción con aguja fina: útil en lesiones tumorales.

 

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Una vez obtenida la citología, se tiñe con Diff Quick u otra tinción similar. El primer

paso (fijador) se salta cuando se usa cinta adhesiva; igualmente, en lesiones

ceruminosas no obtenidas con cinta adhesiva se fija la muestra al portaobjetos con

calor (mediante un mechero), obviando el primer paso de la tinción (fijador).

 

Posteriormente se tiñe con el primer colorante (rojo) y después con el segundo (azul),

el tiempo que indique la tinción, aclarándose con agua finalmente. La preparación se

puede dejar secar al aire o hacerlo con la ayuda de papel absorbente, sin frotar.

 

Citología por punción con aguja fina

 

¿A quién?. A cualquier paciente que presente un tumor (el avance de la vigésima

tercera edición del diccionario de la Real Academia Española define tumor, en su

segunda acepción, como “hinchazón y bulto que se forma anormalmente en alguna

parte del cuerpo de un animal”.).

  

La citología es una herramienta muy útil por su facilidad, bajo tiempo de realización y

escaso coste. Si bien usualmente no asegura un diagnóstico definitivo, con frecuencia

permite determinar la naturaleza de la lesión y es una ayuda inestimable en la elección

del tratamiento a instaurar (extirpación quirúrgica, antibiótico, antifúngico, etc.) o de

las pruebas complementarias a realizar a continuación (biopsia, cultivo, etc.).

  

¿Cómo?. Tras desinfectar el exterior del tumor (povidona yodada y alcohol) y fijarlo

con los dedos, se punciona, existiendo dos métodos.

o Sin aspiración: se introduce una aguja del calibre 23 en el tumor; una vez

dentro se puede mover en distintas direcciones, al objeto de conseguir que

quede una parte representativa de tejido en su interior, extrayéndola

finalmente. Si el contenido del tumor es líquido, se acopla una jeringa para

aspirarlo.

o Con aspiración: en este caso se usa una aguja de insulina (calibre 25); tras

introducirla se aspira varias veces con una jeringa de unos 10 ml; antes de

extraer la aguja hay que asegurarse que el émbolo de la jeringa se ha soltado,

para evitar succionar aire al extraer la aguja y perder hacia la jeringa el material

obtenido; una vez fuera, se separa la jeringa.

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En este momento hay que vaciar el contenido de las agujas sobre un portaobjetos,

para lo que se monta una jeringa llena de aire y se empuja lentamente el émbolo. Con

ayuda de otro portaobjetos se extiende el material procurando hacer una extensión lo

más fina posible.

 

Finalmente se tiñe con Diff Quick u otra tinción similar. El método más práctico suele

ser sin aspiración, usándose el segundo cuando no se han obtenido células con el

anterior.

 

Es recomendable hacer al menos 2-3 citologías de cada tumor, ya que si solo se hace

una puede ser de un área no representativa de la lesión, como una zona necrosada de

una neoplasia.

 

Interpretación. Básicamente, se pretende describir si la citología es representativa de

una lesión:

o Inflamatoria

o Neoplásica

o No inflamatoria ni neoplásica

  

Para ello se observa la preparación a bajos aumentos.

  

Las citologías inflamatorias pueden ser de tres tipos:

o Agudas, cuando predominan los neutrófilos (más de un 80%).

o Crónicas, cuando hay un número importante de mononucleares (30-40%),

generalmente macrófagos; los macrófagos también abundan en lesiones

inflamatoriascausadas por cuerpos extraños y hongos.

o Eosinofílicas, cuando hay un número elevado de eosinófilos (más del 10%);

éstas son más frecuentes en lesiones inflamatorias de gatos.

 

En perros, los eosinófilos son más frecuentes en citologías de pénfigos, mastocitomas,

forunculosis eosinofílica facial, dermatitis pustulosa eosinofílica estéril, etc.

  

Las lesiones inflamatorias pueden ser sépticas, en cuyo caso puede ser interesante

mirar la preparación con el objetivo de inmersión para detectar los gérmenes presentes

(cocos, bacilos), o no, como sería el caso de dermatitis inmunomediadas.

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Para considerar que hay infección, las bacterias deben estar siendo fagocitadas y no

esparcidas por la muestra, ya que esto último puede ser simplemente por

contaminación, por ejemplo en una muestra obtenida por impresión de una lesión

ulcerada.

 

Los neutrófilos pueden mostrar signos de un ambiente tóxico (neutrófilos

degenerados), como la presencia de núcleos hinchados, con pérdida del patrón

cromatínico normal y menor intensidad tintorial, ambiente que se presenta en

infecciones por estafilococos y por gramnegativos. Por el contrario, la inexistencia de

estos signos o la presencia de neutrófilos con núcleos muy lobulados indica un

ambiente poco tóxico, como pueden ser los abscesos estériles.

 

Ver citologías inflamatorias

  

El aspecto de las citologías neoplásicas es muy variable, según el tipo celular

(epitelial, mesenquimatoso, de células redondas). Su interpretación debe realizarla un

anatomopatólogo.

En general, los profanos en la materia solo son capaces de asegurar algunas

neoplasias, como algunos mastocitomas.

 

A mayores se pueden buscar signos de malignidad como la presencia de anisocitosis

(células de distinto tamaño), macrocariosis (núcleos de tamaño incrementado),

presencia de múltiples núcleos en una célula, incremento del número de mitosis, etc.,

que deben valorarse en conjunto.

 

Hay que tener en cuenta que la presencia de células inflamatorias es relativamente

frecuente en una citología neoplásica.

  

Hay citologías no inflamatorias ni neoplásicas, como la de los quistes y la de los

hematomas.

 

Las imágenes varían desde la presencia de células epiteliales escamosas maduras

queratinizadas y restos celulares amorfos en el quiste folicular, a eritrocitos, neutrófilos

y macrófagos fagocitando eritrocitos y productos de su degradación en el hematoma.

 

Page 11: Pruebas complementarias en dermatología

Ver citologías neoplásicas y quísticas

 

Ver citologías de W. Rosenkrantz

Método del papel de filtro húmedo

 

¿A quién?. A perros con supuesta presencia de pulgas.

 

¿Cómo?. Se recogen, mediante cepillado, las partículas desprendidas que hay sobre la

superficie corporal del perro, a nivel lumbosacro, y se colocan sobre un papel de filtro

previamente humedecido.

 

Interpretación. Las heces de pulga provocan un halo rojizo al componerse de sangre

digerida.

 

Dieta de eliminación

 

¿A quién?. A perros con dermatitis alérgica crónica o intensa. En menor medida,

también se recomienda en perros con dermatitis inmunomediadas y pododermatitis

idiopáticas. A gatos según se describe en Síndromes cutáneos felinos.

 

¿Cómo?. Existen dos posibles tipos de dieta.

o La dieta comercial es frecuentemente la más cómoda. En este caso solo se

indican piensos a base de hidrolizados proteicos, como Hill’s prescription diet

canine z/d o Royal canin sensitivity control. No obstante, se describen casos de

perros (hasta un 10%) que no responden a estas dietas y sí lo hacen a una dieta

casera, por lo que en ausencia de respuesta se recomienda reevaluar al

paciente con una dieta casera.

o La dieta casera se compone de una fuente proteica que el paciente no haya

consumido (suele ser útil la carne de caballo) y una fuente de hidratos de

carbono como la patata o el arroz.

 

Page 12: Pruebas complementarias en dermatología

Los alimentos se cocinan por separado, se trituran, y se mezclan en una proporción

doble de patata o arroz respecto de carne; según el peso del animal, se calcula

inicialmente una ración diaria de 400 g (5 kg), 600 g (10 kg), 800 g (15 kg), 1200 g (20

kg), 1600 g (30 kg) y 2500 g (50 kg), que se ajusta posteriormente según la actividad

del paciente.

 

La dieta se mantiene hasta que responda el paciente o, en su defecto, durante 8

semanas (en algunos estudios, hacia las 6 semanas solo han respondido poco más de

la mitad de los perros).

 

Ante cualquier mejoría, es imprescindible reexponer al paciente a la dieta original; si la

causa es una reacción adversa a los alimentos, suele recaer antes de una semana

(generalmente en las primeras 72 horas).

 

Biopsia

  

¿A quién?. A todo paciente que presente:

o Una lesión neoplásica o sospechosa de serlo.

o Úlceras persistentes no autoinfligidas.

o Una dermatitis supuestamente autoinmune o inmunomediada, o que requiere

de un tratamiento con efectos secundarios importantes.

o Una dermatopatía que no responde a una terapia apropiada.

o Una dermatopatía inusual.

  

¿Cómo?. Básicamente existen 3 métodos:

o Escisional.

o Incisional.

o Mediante sacabocados (de 6-8 mm; en plano nasal o pabellón auricular se usan

de 4 mm).

 

El método más cómodo es el del sacabocados, ya que no necesita siquiera dar puntos.

No obstante, hay lesiones en la que hay que usar el método escisional (lesiones

grandes que no abarca el sacabocados) o el incisional (cuando se sospecha de un

proceso que afecta a las capas profundas de la piel, como una paniculitis, o tumores).

Page 13: Pruebas complementarias en dermatología

 

La biopsia debe fijarse inmediatamente en formol al 10%. Las muestras obtenidas

mediante escisión se fijan a un trozo de cartón con la ayuda de 2 alfileres o agujas de

insulina, al objeto de que no se retuerzan; la obtenidas mediante sacabocados se

pegan a un cartón por el lado profundo de la piel.

 

¿Qué lesión incluir en la biopsia?. Cuando se obtienen biopsias mediante

sacabocados, hay que procurar obtener varias lesiones en distintos estadios de

evolución, que sean representativas del proceso, a ser posible lesiones primarias y no

secundarias.

 

En biopsias escisionales se debe incluir la lesión o parte de ella, así como tejido sano

adyacente.

 

Un error frecuente es recoger la lesión más intensa que se observa, la cual está

modificada por el rascado del animal e infectada secundariamente; su estudio

anatomopatológico no suele aportar información de interés.

  

Aspectos importantes

o Excepto en lesiones claramente neoplásicas, quísticas o granulomas infecciosos,

un punto fundamental antes de tomar una biopsia es eliminar las infecciones

secundarias, ya que su presencia modifica el cuadro anatomopatológico. Por

ello, antes de obtener la biopsia, se recomienda tratar con antibióticos

sistémicos durante dos semanas, aunque no se observen signos de pioderma. 

Esta norma se aplica principalmente en procesos pustulosos, costrosos,

erosivos, ulcerativos y escamosos.

o Otro aspecto esencial es que hay que acompañar el envío de la biopsia de un

informe mínimo que ayude al anatomopatólogo a interpretar el cuadro

anatomopatológico; el informe debe recoger:

o los datos principales del paciente y de su enfermedad

o una relación de los diagnósticos diferenciales que se sospechan en base

a la clínica

o las dermatitis que se desean excluir

o las lesiones incluidas en las biopsia y el lugar corporal donde se

obtuvieron 

Page 14: Pruebas complementarias en dermatología

En resumen, para que el anatomopatólogo nos ayude, previamente debemos

ayudarle nosotros. La elección de un anatomopatólogo con experiencia en

enfermedades de la piel es esencial.

o Si se sospecha de un proceso inmunomediado, hay que evitar la administración

de corticoides antes de tomar la biopsia, para no alterar el patrón inflamatorio. 

o No se deben limpiar ni desinfectar las lesiones, ni eliminar las costrras. 

o Ante un paciente con pelo largo, se puede cortar con tijera el pelo en la zona

donde se va a obtener la biopsia, pero no rasurarlo. 

o Cuando se usa un sacabocados, hay que girarlo solo en una dirección y

asegurarse de obtener una muestra suficientemente profunda.

o Las biopsias de alopecias no inflamatorias se deben obtener, de ser posible, en

la zona corporal dorsal y no en la ventral.

  

Interpretación. En caso de discrepancia importante entre el cuadro

anatomopatológico y el cuadro clínico, normalmente este último es el más aproximado

al diagnóstico, ya que el clínico es quien tiene toda la información (historia, cuadro

clínico y lesional, resultado anatomopatológico), mientras que el informe

anatomopatológico solo se basa en un tipo de información.

 

Referencias bibliográficas

 

o Cowell R, Tyler R, Meinkoth J. Citología y hematología diagnóstica en el perro y

el gato. 2ª ed. Sant Cugat del Vallés: Gráfica In Multimédica, 1999.

o Else R. Biopsy. Special techniques and tissues. In Practice 1989, 11, 27-34.

o Ghisleni G, Roccabianca P, Ceruti R, Stefanello D, Bertazzolo W, Bonfanti U,

Caniatti M. Correlation between fine-needle aspiration cytology and

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dogs and cats. Vet Clin Pathol 2006, 35, 24-30.

o Perman V, Alsaker RD, Riis RC. Cytology of the dog and cat. South Bend:

American Animal Hospital Association, 1979.

 

Enlaces

Page 15: Pruebas complementarias en dermatología

 

o Mueller RS. Pruebas específicas en dermatología de pequeños animales. En:

Dermatology for the small animal practitioner. International Veterinary

Information Service, Ithaca NY <www.ivis.org>.

o Mueller RS. Pruebas diagnósticas. En: Dermatology for the small animal

practitioner. International Veterinary Information Service, Ithaca NY

<www.ivis.org>.

o The Royal Veterinary College. University of London. Diagnosis in

dermatology (incluye vídeos de las pruebas).