Proyecto recuperación medioambiental del Monte Buciero, Santoña

8/3/2019 Proyecto recuperacin medioambiental del Monte Buciero, Santoa

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PROYECTO RECUPERACIN MEDIOAMBIENTAL DEL MONTE

BUCIERO

1. INTRODUCCIN: ACERCAMIENTO A LOS VALORES DEL MONTEBUCIERO.

2. PRESENCIA DE VERTIDOS Y FALTAS DE CIVISMO. USOSTRADICIONALES Y ACTUALES.

3. PASOS HACIA LA PUESTA EN VALOR MEDIOAMBIENTAL-CULTURAL DEL MONTE BUCIERO.

1. INTRODUCCIN:ACERCAMIENTO A LOS VALORES DEL MONTE BUCIERO.

El Monte Buciero es un peasco calizo costero que presenta acantiladosde doscientos metros. Su generoso encinar se extiende por la prcticatotalidad de las casi 600 hectreas de extensin de este paraje montaososituado en la desembocadura del Asn. Es parte fundamental del ParqueNatural de las Marismas de Santoa y ha tenido un papel protagonista en eldevenir histrico de la villa.

El Buciero ofrece un sinfn de lugares donde la actividad humana, bienmilitar, minera o agraria, ha dejado curiosas evidencias ms o menosapreciables hoy en da. La aglomeracin de vestigios histricos de mayor omenor entidad es tal que un paseo de dos horas nos mostrar hornos de cal,fortalezas, bateras de costa, atalayas, polvorines, caminos militaresabovedados de vegetacin o esculpidos sobre acantilados, acuartelamientos.Horadado por canteras, minas y tneles, con cerca de una veintena de cuevasy abrigos en gran parte habitados en tiempos prehistricos.

Igualmente debemos referirnos al Monte Buciero como santuario naturalque da cobijo a jabales, zorros, ginetas, tejones y garduas o reptiles como lalagartija ibrica y la roquera.

Sin nimo exhaustivo, las siguientes imgenes y los breves textosexplicativos pueden servirnos de acercamiento a los valores paisajsticos yculturales del Monte Buciero.


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Pea del Fraile. En su entorno encontramos hasta seis abrigos y cuevas conevidencias de ocupacin prehistrica. El acceso a este espectacular mirador serealiza a travs de una cmoda calzada militar trazada en el s.XIX.


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Fuerte de Napolen o del Mazo, 1812. nica fortaleza de montaa de pocanapolenica en toda la pennsula ibrica. Un oteadero inmejorable sobre labaha, marismas y playa de Santoa. Puede accederse a sus inmediaciones en

vehculo.

Fuerte de San Carlos, 1859. Su origen se remonta a una fortificacin primitivalevantada en 1638. En el ltimo ao esta fortaleza ha mejoradoconsiderablemente su estado de conservacin. El acceso puede realizarse envehculo.


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El Fuerte de San Carlos reciba al posible invasor desde un saliente del MonteBuciero, montado sobre altos farallones calizos y protegiendo para siempre laBaha de Santoa.

Estado actual del interior del Fuerte de San Carlos. Esta batera acasamatadaalberg once piezas de artillera cuyos anclajes an podemos apreciar en cadauno de los ventanales.


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Fuerte de San Martn, 1859. Fortaleza integrada con naturalidad en el paseomartimo santos. Capacidad para 43 piezas de artillera.

Polvorn de El Dueso, 1811. Levantado por ingenieros napolenicos.


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Batera Rouget o de La Cueva, 1811. Se conservan cartas del propio Napolenen las que detalla cul ha de ser el emplazamiento de esta fortificacin y cmodeba armarse la misma. Es un mirador privilegiado sobre la playa de Berria, elistmo que conforma la pennsula de Santoa.

Runas del cuerpo de guardia de la Batera de San Felipe, 1743.Emplazamiento para morteros mantenido en diferentes pocas hasta por 20hombres. Situado sobre un acantilado de 200 metros de altura, controlaba elllamado Fondeadero de El Fraile. Conserva sus dos explanadas y parapetospara artillera.


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Batera de Galbanes, 1811. Otra de las obras llevadas a cabo por el ejrcitofrancs acantonado en Santoa.

Polvorn y cuerpo de guardia del Helechal, 1859. Conserva ntegras gran partede sus caractersticas, includo el sistema de pararrayos y el entarimado

original de una de las naves internas.


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Horno de Cal, s.XIX.


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Abrigo de la Fragua y parte superior de la Pea del Fraile. El abrigo es uno delos yacimientos prehistricos ms relevantes de la franja costera cantbrica,con una ocupacin conocida entre 12.000-6.000 antes del presente y notables

hallazgos (hueso de foca, tiles lticos, varilla magdaleniense conrepresentacin de un caballo, etc).

Aguja utilizada en el Abrigo del Perro hace 12.000 aos.


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Panel de grabados en el Abrigo del Perro, aproximadamente 11.000 aos antesdel presente.

Cueva de la Higuera, u Horca del Fraile. Evidencias de ocupacin humana.


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Tnel minero excavado en 1897 con la finalidad de trasladar el hierro quedurante dcadas se extrajo del Monte Buciero. El tnel qued inconcluso trasunos 70 metros de excavacin en pleno acantilado.

Galera excavada por el hombre hacia 1890, Mina de hierro del Buciero.


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Calzada militar del Buciero, trazada a lo largo del s.XIX. Hasta cuatro metrosde anchura. Prcticamente bordea toda la montaa, lo cual permite hoy en daun acceso seguro y cmodo. Igualmente se conserva el trazado de caminoscon los que el ejrcito napolenico conect su sistema de fortificaciones.


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Acantilado barrenado a mediados del s.XIX en la realizacin de la calzadamilitar.


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2. PRESENCIA DE VERTIDOS Y FALTAS DE CIVISMO. USOSTRADICIONALES Y ACTUALES.

El escenario que acabamos de describir grficamente presenta a la paruna cara mucho menos amable y espectacular.

El Buciero ha sido intensivamente explotado (cantera, minera, madera,cultivo de vid) hasta bien entrada la dcada de los ochenta. Slo en las dosltimas dcadas podemos empezar a hablar de un espacio natural-cultural quepasa a ser considerado como tal.

Los usos tradicionales y las carencias cvicas siembran notables reas delMonte Buciero de residuos, planteando un problema cuya resolucin excede losmedios del municipio e impide la adecuada y merecida puesta en valor de lamontaa.

Encontramos reas degradadas en las que los residuos se encuentranintegrados con la cubierta vegetal. Restos y escombros de antiguos cultivosfinalmente invadidos por la vegetacin. Tambin muy abundantes muestras deun uso reciente del espacio natural como "punto limpio" en el que depositarmobiliario de todo tipo. Finalmente nos enfrentamos a deficiencias cvicas porparte de una porcin de los visitantes actuales del Buciero. Esta ltima fuentede residuos es la responsable de la presencia de cuantiosos envases, botellas,plsticos, bien concentrados en puntos concretos, bien diseminados porladeras, caminos, bosques, braas y fortificaciones.

Sirvan las siguientes fotodenuncias surgidas de la participacinciudadana para representar la dimensin del problema:


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El patrimonio cultural repartido a lo ancho y largo de la montaapresenta serios dficits de atencin. La falta de conciencia cvica dedeterminados ciudadanos produce estampas muy mejorables.

Esta imagen es la portada del ltimo folleto promocional publicado. Elparaje representado se corresponde con el Faro del Caballo, probablemente elrincn ms visitado del Buciero y al que se accede tras descender unos 750escalones de sillera firmemente asentados en un espectacular entorno deacantilados.


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3. PASOS HACIA LA PUESTA EN VALOR MEDIOAMBIENTAL-CULTURAL DEL MONTE BUCIERO.

El cmulo de muestras patrimoniales y riquezas naturales que concurrenen esta montaa la hacen sin duda merecedora de atencin por parte de las

administraciones. Es intencin del Ayto. de Santoa implantar una gestin delMonte Buciero acorde con sus valores y potencialidades, para lo cual se hacenimprescindibles medios humanos y econmicos.

Los aos han enseado que el municipio debe prestar atencin al Bucieroy a su patrimonio cultural erradicando actitudes y realidades de otras pocas.Dando importancia a la mejora de la realidad y a la participacin ciudadana,frente a polticas vacas de simple promocin turstica. Conscientes de laproyeccin futura que este espacio natural-cultural el Ayto. de Santoapretende sentar las bases para que el conjunto histrico sea reconocido,recuperado con criterio cientfico y rehabilitaciones debidamente asesoradas.

Para tal fin se haya actualmente en proceso de redaccin un plan directorcentrado en las muestras patrimoniales de origen militar.

En paralelo a la recuperacin y puesta en valor del patrimonio, esimprescindible dotar al Monte Buciero de los mnimos recursos humanos quegaranticen la recuperacin de reas degradadas, as como el mantenimiento deun espacio natural que por desgracia no es respetado por todos.


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