Proyecto de intervención socioeducativo - APROMAR · Ultima edición: 27 de mayo de 2019 4 3....

Y después de la cárcel, ¿qué? Proyecto de intervención

socioeducativo

APROMAR Y después de la cárcel, ¿qué?

Ultima edición: 27 de mayo de 2019 1

ÍNDICE

1. Quienes somos ........................................................................................ 2

1.1. Características de la organización ...................................................................... 2

1.2. Organigrama y estructura .................................................................................. 2

1.3. Misión................................................................................................................. 3

1.4. Visión ................................................................................................................. 3

2. Presentación de la asociación .................................................................. 3

3. Naturaleza del proyecto........................................................................... 4

4. Análisis de la realidad ............................................................................. 4

4.1. Consecuencias del internamiento penitenciario.................................................. 6

4.2. Tras la cárcel ...................................................................................................... 7

4.3. Tratamiento penitenciario .................................................................................. 7

5. FUNDAMENTACIÓN.................................................................................. 8

6. BENEFICIARIOS ...................................................................................... 9

7. OBJETIVOS ........................................................................................... 11

8. METODOLOGÍA ...................................................................................... 12

9. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN .......................................................... 13

9.1. Intervención en los centros penitenciarios. ...................................................... 13

9.2. Aval a favor de la persona ................................................................................ 14

9.3. Acogida durante los permisos .......................................................................... 14

9.4. Establecimiento de normas .............................................................................. 15

9.5. Aceptación de un compromiso .......................................................................... 15

9.6. Elaboración de un diario de coordinación ......................................................... 15

9.7. Test de detección de sustancias estupefacientes ............................................. 16

9.8. Elaboración de un expediente personal ............................................................ 16

9.9. Colaboración con otras instituciones ................................................................ 16

9.10. Coordinación de equipo .................................................................................... 19

9.11. Apoyo psicológico ............................................................................................. 19

9.12. Reuniones individuales informales ................................................................... 19

9.13. Sesiones grupales ............................................................................................ 20

10. RECURSOS ......................................................................................... 20

10.1. Recursos materiales ......................................................................................... 20

10.2. Recursos humanos ........................................................................................... 20

10.3. Recursos económicos y financiación................................................................. 21

11. TEMPORALIZACIÓN ............................................................................ 21

12. EVALUACIÓN ..................................................................................... 22



1. QUIENES SOMOS

APROMAR es una asociación, declarada de Utilidad Pública (por Orden del 5 de abril de 2016 del Ministerio del Interior) que trabaja de forma grupal la resocialización y el cambio en la población reclusa más sensible a la exclusión social, durante o después del cumplimiento de la pena, considerando la acogida como elemento de reinserción.

Actualmente (mayo de 2019) tenemos a disposición de nuestros beneficiarios, seis pisos de acogida en régimen de alquiler (IVIMA), un almacén y tres turismos.

1.1. Características de la organización

Es una entidad privada, y, por tanto, independiente de la Administración Pública, que surge a partir de la iniciativa ciudadana para el beneficio de la comunidad y sin fines lucrativos.

1.2. Organigrama y estructura

Asimismo, colaboran con la realización del proyecto diversos voluntarios (en el primer contacto con los presos en los centros penitenciarios, mediante las comunicaciones, y en los pisos de reinserción). De igual modo, merece especial mención el alumnado de prácticas procedente de las Facultades de Grado Educación Social (Universidad Complutense de Madrid) y Grado en Criminología (Universidad Rey Juan Carlos).

Piso Sexo Situación penitenciaria Concejo de Teverga, 24 (I) Hombres Permisos de segundo grado Concejo de Teverga, 24 (II) Hombres

Ibor, 7 (I) Hombres Permisos de tercer grado Libertades condicionales

Libertades totales Ibor, 7 (II) Hombres Yuste, 9 (I) Hombres

Esteban Carros, 27 (I) Mujeres Indistintamente

Presidente Ángeles Pérez Guerrero Vicepresidente Ramón Merino Enseñat

Secretario Fernando del Val Torregrosa Psicóloga Ingrid Muñoz Rubio Educador Basilio Manuel Fernández Franco

Intendente Raquel Barrios



1.3. Misión

APROMAR se propone contrarrestar las carencias de los centros penitenciarios en materia de reinserción psicosocial, a través de la intervención social, y hacerlo con notoriedad, justificando así la ayuda institucional y privada.

1.4. Visión

La organización expresa su convicción sobre la capacidad de los reclusos para formarse en el desarrollo de la conciencia y en el respeto a la vida, a través de la relación educativa y terapéutica mediante la actividad comunitaria, como pasarela hacia la sociedad.

2. PRESENTACIÓN DE LA ASOCIACIÓN

APROMAR nace del análisis de la realidad de las cárceles españolas; análisis que constata, diariamente, la imposibilidad de que dichos centros penitenciarios operen como auténticos centros de reinserción social de la población reclusa.

Frente a la única finalidad de custodiar la privación de libertad y como respuesta solidaria con las personas que la padecen, APROMAR se compromete con la tarea de promover la capacidad de cambio y socialización, que firmemente creemos, existe en todas y cada una de las personas, adhiriéndose así a la que debiera ser la verdadera finalidad de los centros penitenciarios, según lo amparado por la Constitución Española: la reinserción social.

Dentro de los equipos de Cáritas, nace APROMAR. Estas siglas hacen referencia a un nombre más largo: ASOCIACIÓN PRO-RECUPERACIÓN DE MARGINADOS, cuya finalidad es la reinserción social de la población reclusa y exreclusa.

Cuando empezamos a trabajar en la cárcel, no entrábamos como asociación, sino por capellanía. Así estuvimos varios años. Empezamos en el año 1981, hasta que, viendo las necesidades de las personas a las que estábamos visitando, comprendimos que nuestro trabajo tenía que cambiar y ejecutarse de otra forma.

Lo que estas personas necesitaban, aparte de las visitas –también muy importantes para ellos –era tener una familia o una asociación como la que ahora os presentamos, en cuyo seno pudiesen disfrutar de sus beneficios penitenciarios.



3. NATURALEZA DEL PROYECTO

Y después de la cárcel, ¿qué?: es un proyecto de intervención social que desarrolla APROMAR y que persigue la reinserción psicosocial de las personas que estuvieron o están en situación de privación de libertad.

El proyecto se desarrolla, principalmente, en la Comunidad de Madrid, tanto en el ámbito penitenciario (visitas a las cárceles: C.P. Madrid VI, Aranjuez y C.P. Madrid VII, Estremera; CIS Victoria Kent, CIS Josefina Aldecoa y CIS Melchor Rodríguez García) como en el extrapenitenciario, a través de pisos de acogida y reinserción social, localizados en el barrio de Entrevías, distrito de Puente de Vallecas.

4. ANÁLISIS DE LA REALIDAD

A pesar de que existen pocos datos oficiales sobre la situación demográfica de los presos en España, podemos afirmar que la población mayoritaria de las cárceles posee una situación económica y laboral precaria, con un nivel educativo muy bajo y con escasas posibilidades de insertarse con cierta calidad de vida en la sociedad que les encierra.

La sociedad carcelaria está constituida, además de por el personal de la institución, por un número aproximado de 65.000 presos. De todos ellos, el 91% son varones y el 9% restante, mujeres.

De los aproximadamente quinientos delitos previstos en el Código Penal español, la gran mayoría apenas se cometen. Así, sólo dos delitos son la causa del 74% de los encarcelamientos actualmente en España, si tenemos en cuenta que el 41% de la población penitenciaria está penada o preventiva por un delito de contra el patrimonio, en sus distintas formas, y el 33% se halla recluido por un delito contra la salud pública. La mayor parte de estos delitos son cometidos por personas de clase baja, inmigrantes, de minorías étnicas, o toxicómanos.

La cárcel es la institución última de intervención del sistema penal del estado. Con ella se pone el acento tanto en la prevención general, que busca disuadir a la población de la comisión de conductas delictivas mediante el efecto punitivo que supone el cumplimiento de la pena, como en la denominada prevención especial, esto es la que específicamente intenta recuperar a las personas que allí cumplen condena evitando su reincidencia en el delito. Sin embargo, la institución (como ya se ha mencionado anteriormente), actúa de forma selectiva, centrándose en los grupos más carenciales.

La prisión, por sí sola, no realiza un trabajo efectivo para evitar la reincidencia. Con una enorme frecuencia, las personas que pasan por el

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sistema penitenciario lo hacen repetidamente. La primera entrada en la cárcel se realiza, en una elevada proporción, a edades muy tempranas, y a partir de entonces se inicia una carrera que, una y otra vez, conducirá a estas personas a pasar temporadas en prisión.

Su efecto exclusógeno se incrementa a medida que se prolonga su actuación: cuanto más larga sea la condena y cuantas más condenas se den, más nocivo y duradero será el estigma de la prisión y sus consecuencias.

La Ley General Penitenciaria se incumple frecuentemente en aspectos tales como el número de presos por celda, las condiciones de las celdas, los criterios y métodos utilizados para el estudio, observación y clasificación de las personas, la carencia o ausencia de tratamiento individualizado –la ley prescribe dos estudios anuales, vicisitudes legales que deben sufrir la mayoría de los presos y cuestiones sustanciales de ejecución de la pena, entre otros. Tal incumplimiento está condicionado por tres motivos:

- Se tiende a valorar casi exclusivamente la búsqueda del orden y la seguridad. De esta manera, son muy pocos los trabadores que realizan funciones relacionadas con la reinserción social. Por ejemplo, en el año 2009, mientras que el 65% del personal se encargaba de labores de vigilancia y control, únicamente el 5,7% ejercía funciones relacionadas con el tratamiento penitenciario.

- Consecuentemente, se desconoce, por parte de los órganos competentes, la situación real, tanto personal como social, de cada preso.

- Asimismo, la instrumentación política supone un obstáculo importante, ya que impide el tratamiento amplio y abierto de los temas penitenciarios en nuestro país.

La cárcel está diseñada y configurada desde el punto de vista exclusivo de la seguridad, tanto en lo que se refiere a la dotación presupuestaria, como al régimen penitenciario en sí o, incluso, a la misma arquitectura. El tratamiento penitenciario resulta paupérrimo en la práctica, siendo la interacción entre la población reclusa y el equipo de tratamiento escasa o, incluso, nula en algunos casos, a causa, en general de la notable falta de personal dedicado al mismo.

Además, cabe destacar la escasez de empleo y formación (cuya presencia debería ser uno de los elementos clave de la intervención, para posibilitar la reinserción una vez acabada la pena). Los medios son pobres, la estructura de los centros no presenta facilidades, el personal docente es escaso y, en general, hay una paupérrima variedad en la oferta.



4.1. Consecuencias del internamiento penitenciario

La cárcel genera una serie de consecuencias debido a las características y a la configuración del espacio penitenciario. Sólo podrían considerarse como lícitas aquellas que se derivan únicamente de la falta de libertad, que es el castigo que se les impuso a los reclusos en su momento, y no el resto. La mayoría de estas consecuencias quedarán impregnadas en las personas a lo largo de toda su vida. Describimos a continuación las más destacadas.

Existen una serie de consecuencias de tipo somático, fruto de la falta de libertad, pues el hombre es un ser destinado a ser libre.

Se trata de problemas sensoriales como la ceguera de prisión, derivada de la ruptura del espacio, la mala distinción entre los colores provocada por el dominio de colores como el gris y el marrón, afecciones del oído, como consecuencia del hacinamiento que provoca un constante rumor sin grandes contrastes, alteraciones en el gusto, que se deben a la no diversidad de sabores y a la insipidez de las comidas, etc.

Por otro lado, en los presos se dan alteraciones de su autopercepción, pues la falta de intimidad provoca que en ocasiones pierda la imagen de su propio cuerpo e incluso que no tenga conciencia de los límites de este. Lo que se une a la falta de cuidado personal tanto a nivel de salud como de higiene.

Los cambios de tipo psicosocial que también son una consecuencia del internamiento penitenciario, dotan al educador social de un ámbito muy amplio donde actuar.

Las personas que sufren el internamiento en una prisión acaban adaptándose al entorno antinatural de esta, lo que conlleva una exageración de las situaciones que podrían ser insignificantes, a la autoafirmación agresiva o pasiva frente a la institución, adoptar el patrón de conducta de dominio o sumisión en las relaciones interpersonales y una alteración de la sexualidad, entre otras cosas.

Otras consecuencias de carácter psicosocial que podemos señalar son:

- Ausencia de control y responsabilidad sobre la propia vida: Adopción de una actitud apática y pasiva. Se produce una delegación de la responsabilidad en la institución penitenciaria.

- Estado permanente de ansiedad.

- Ausencia de expectativas de futuro. El recluso no tiene ni tan siquiera control sobre su presente. Presenta lo que se conoce como “habilidad instrumental”, que es la adaptación momentánea a la situación estimular a la que se enfrenta.



- Pérdida de vinculaciones, pues sólo podrá recibir visitas de la familia más cercana que se volverán cada vez menos asiduas. La entrada en prisión supone una ruptura con todo aquello que se deja fuera.

- Pérdida progresiva de la noción de realidad, como consecuencia de una progresiva distorsión e idealización de los recuerdos.

- Alteraciones en la afectividad. Se produce una sensación clara de desamparo y una sobredemanda afectiva. Tales alteraciones, al igual que el resto, irán adoptando niveles más graves con el proceso de prisionización.

- Distorsión del lenguaje. El lenguaje del preso irá cambiando según evolucione el proceso de prisionización. Se debe tener en cuenta la importancia de éste en cuanto a la capacidad de reflexión, pensamiento y comunicación que proporciona.

4.2. Tras la cárcel

Al salir de la cárcel se presentan una serie de urgencias que es preciso abordar. La primera es atender la supervivencia inmediata: buscar un lugar donde vivir. Este problema es menor cuando existe un hogar familiar donde volver. No obstante, muchas de las personas que salen de prisión han roto los lazos familiares, se encuentran lejos de casa, o la familia entra dentro de los factores de riesgo de recaída o reincidencia de esa persona.

Otra cuestión es la ausencia de unos mínimos medios económicos, ya que una gran proporción de población reclusa sale de prisión en situación de indigencia. Para unos primeros momentos, sirve de ayuda la prestación por desempleo, aunque tarda en recibirse un promedio de dos meses, si es que se recibe. Al no tramitarse esta prestación dentro de la cárcel, la dificultad es mayor porque la persona sale sin ella, pese a que tiene que alojarse y mantenerse desde el mismo día de su puesta en libertad.

Además, se presentan otras necesidades como son: crear o recuperar redes sociales mediante las relaciones interpersonales positivas y normalizadas, buscar empleo, formarse, así como ser orientado y asesorado.

4.3. Tratamiento penitenciario

El tratamiento penitenciario se compone de un conjunto de actividades destinadas a conseguir la resocialización del penado. Entre ellas, adquieren especial relevancia los permisos de salida de segundo grado, la progresión a tercer grado y la consecución de la libertad condicional:

- A partir del cumplimiento de la cuarta parte de la condena, el preso puede solicitar el disfrute de un permiso de segundo grado cada cuarenta días aproximadamente.



- Cuando se alcanza la mitad de la condena, el preso puede optar a solicitar una clasificación en tercer grado.

- Con las dos terceras o las tres cuartas partes, la persona puede entrar en periodo de libertad condicional.

Para poder beneficiarse de tales medidas, la persona privada de libertad deberá haber cumplido la parte de la condena correspondiente y, sobre todo, deberá tener un aval que se responsabilice del buen disfrute del susodicho beneficio penitenciario, y que le proporcione un lugar donde poder pasar el permiso de segundo grado, el de tercer grado o bien la libertad condicional. Si las personas no mantienen firme su vínculo familiar o se encuentran lejos de casa, son las asociaciones las que sirven como aval a la persona en situación privativa de libertad.

5. FUNDAMENTACIÓN

El perfil de personas que se pueden encontrar en prisión, las características que esta tipología presenta y, por supuesto, las consecuencias que de ella se derivan, además de la situación tras el internamiento penitenciario, convierten este ámbito en uno de los más proclives y necesitados de intervención desde una perspectiva psicosocial.

El proyecto que se describe surge para dar respuesta a las necesidades de los beneficiarios tanto dentro de la cárcel: provocando encuentros con las personas más cercanas, apoyando al recluso, gestionando todo lo referente al ámbito jurídico y administrativo, etcétera; como fuera de prisión: proporcionando a los presos alojamiento, manutención, y un tratamiento de rehabilitación, es decir, cubriendo sus necesidades básicas y ayudándole en su proceso de reinserción social y de preparación para la vida en libertad, para que no reincida en el futuro, ya sea por motivos de supervivencia o por la recaída en conductas desviadas y antisociales.

Es importante señalar los fundamentos en los que se basa el proyecto para su desarrollo:

- La posibilidad de reinserción social de las personas, entendida como una relación educativa y terapéutica, operada en un marco comunitario, que pretende reconstruir la confianza en la vida, en el respeto propio y ajeno.

- La capacidad de los beneficiarios para formarse en el desarrollo de la convivencia y en el respeto a la vida, así como la capacidad de estas personas para tomar decisiones y de transformar su propia existencia.

- La capacidad de cambio real de los beneficiarios, a través de su motivación intrínseca y del conveniente apoyo extrínseco.

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6. BENEFICIARIOS

Las personas beneficiarias del proyecto se pueden clasificar en dos grupos: en primer lugar, aquellas que deciden por sí mismas, tras evaluar su situación personal, solicitar el apoyo de la asociación. Serán personas que se encuentren en una situación de internamiento penitenciario y que, a través de una solicitud, pedirán al centro recibir la visita de los educadores y voluntarios de la asociación. Y, en segundo lugar, de manera excepcional, personas que hayan sido derivadas por otros servicios sociales y que son aceptadas, si procede, tras una evaluación por la asociación.

Puede hacerse una clasificación a grandes rasgos de las personas que presentan un mayor número de necesidades, y que por tanto serán más proclives a solicitar la intervención por parte de la asociación, en dos grupos:

Personas cuya trayectoria de vida se haya visto caracterizada por la exclusión social.

A modo de resumen y de forma muy generalizada explicaremos cuáles son las características que conforman la historia de vida de estas personas, y que acaban propiciando su entrada en prisión, salvo en contadas excepciones.

- Presión anómica, sensación de exclusión y de no pertenencia al grupo dominante desde edades muy tempranas.

- Familias desestructuradas y modelos parentales caracterizados por una experiencia social y personal basada en la frustración y en el fracaso.

- Percepción de escasas posibilidades de éxito y fuertes motivaciones negativas.

- Escasez en el tiempo de escolarización, como consecuencia de una entrada tardía y un abandono prematuro. Todo debido a que la escuela no responde a las demandas vitales de estas personas.

- Desempleo o precariedad laboral, mala remuneración, falta de desarrollo de sus capacidades intelectuales. Ausencia de expectativas de futuro.

- Anormalidad en las relaciones interpersonales, que no abarcan individuos diferentes; retroalimentación de conductas desviadas y establecimiento de redes sociales negativas.

- Tendencia a caer en adicciones, lo que repercute negativamente en la economía y desemboca, inevitablemente, en la delincuencia y la cárcel.

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Las deficiencias que presentan estas personas, y que se derivan de esta historia de vida son de índole social, cultural, económica, afectiva, relacional y formativa.

Personas que se encuentran fuera de sus lugares de procedencia y que, por tanto, no disponen de apoyo fuera de la prisión.

Son personas también consideradas como socialmente excluidas, debido a su condición de inmigrantes, ya que, en la mayoría de los casos, están totalmente alejados -aunque sólo sea por un problema de distancia -de sus círculos sociales y familiares.

Este grupo es bastante heterogéneo, pues en él se puede encontrar a personas con un perfil similar al del primer grupo, así como también otras que presenten carencias diferentes. Aunque no tengan recursos económicos, y presenten carencias afectivas por la situación en la que se encuentran, en la mayoría de los casos, la situación relacional es bastante buena, pues suelen mantener el contacto con la familia, así como es más alto su nivel social, cultural y educativo.

Es preciso señalar que las personas beneficiarias no tienen porqué pertenecer a ninguna de estas categorías, aunque sea lo más común entre los solicitantes. Se dan casos de personas cuya situación económica o relacional, es buena, pero que requieren un cambio de contexto en sus vidas para poder desarrollarse plenamente y emprender su proceso de reinserción.

El trabajo con los beneficiarios del proyecto, además, puede separarse en dos ámbitos:

- En la cárcel. Preferiblemente se trabajará con personas condenadas en sentencia firme, tanto hombres como mujeres, pues su situación es mucho más estable y la intervención podrá desarrollarse plenamente. Serán personas que soliciten al centro penitenciario el apoyo de la asociación.

- En los pisos de acogida. La intervención se llevará a cabo con personas que se encuentren en permiso de segundo grado, de tercer grado, libertad condicional o en libertad total. Dicha intervención es individualizada, es decir, será diferente en función de la situación, tanto penitenciaria como personal, en la que se encuentre el beneficiario.

El único requisito que se exigirá a aquellos que pretendan ser beneficiarios del proyecto es el abandono del consumo de drogas si lo hubiera, ya que, al ser los pisos de acogida un ambiente libre de drogas, las consecuencias de que una persona tome este tipo de sustancias pueden ser nefastas para el resto de sus compañeros.



De manera extraordinaria se admite a personas cuya situación legal difiere de la situación que en general viven el resto de beneficiarios.

- Personas que por determinación de un juez cumplirán la condena en los pisos bajo la supervisión y tutela de la asociación.

- Personas que se encuentren en libertad provisional en espera de juicio.

7. OBJETIVOS

El principal fin del proyecto “Y después de la cárcel, ¿qué?”, es conseguir la reinserción social del beneficiario y su desarrollo personal en todos los niveles.

Para alcanzar este objetivo general, se plantean los siguientes objetivos específicos en relación a las cinco áreas que pretendemos abordar: personal, sanitaria, laboral, familiar y social.

- El fomento de la capacidad para reconocer las normas del entorno y de establecer, motu propio, las necesarias, en aras de lograr una buena convivencia con los demás, puesto que la persona ha de vivir en un entorno social, donde la convivencia se rige a través de una serie de normas estipuladas socialmente.

- La sustitución de la ausencia de planificación y elaboración en el comportamiento, que caracteriza a la mayor parte de los beneficiarios, por la capacidad de vivir el tiempo con una proyección de futuro, de manera que el individuo logre tener una visión clara sobre su propio futuro, siendo así capaz de marcarse una serie de metas y objetivos a corto, medio y lago plazo.

- La valoración del trabajo como medio de vida y la combinación con un ocio saludable es otro de los objetivos que se persiguen.

- La promoción de las iniciativas de cada individuo, así como su tolerancia ante la frustración y ante el fracaso, como parte constitutiva del proceso vital y del desarrollo personal del individuo.

- El fomento de la creatividad en los residentes como método para la resolución de los problemas del día a día.

- El entrenamiento de las capacidades de resolución de conflictos mediante la reflexión y la puesta en marcha de técnicas destinadas a tal fin.

- La creación de un ambiente, en los pisos de reinserción, donde cada individuo tendrá que convivir con el resto de beneficiarios, es el propicio para dotar de la capacidad de cooperación y participación con los demás.



- La mejora de la autoestima, cuyo detrimento es una de las consecuencias del internamiento, favoreciendo el conocimiento, análisis y aceptación de los potenciales de cada individuo.

- La consecución un ambiente propicio para evitar el consumo de sustancias como alcohol, hachís, cocaína, heroína y otros estupefacientes.

- El fomento en los beneficiarios de una opinión crítica de sí mismos, sus propios compañeros y la sociedad en general, diferenciando su ser real del estereotipo que de su colectivo se tiene.

- El acercamiento de la educación y la cultura, ya que ambos son elementos fundamentales para alcanzar el desarrollo como persona, así como el pensamiento libre y autónomo.

- La potenciación del cuidado de la imagen personal y el aspecto físico, puesto que dichas nociones son clave para mejorar la autoconcepción, así como constituyen, en las sociedades actuales, elementos imprescindibles para la integración y la aceptación.

- La recuperación de lazos familiares y es establecimiento de nuevas redes sociales, normales, ya que la entrada en la prisión supone el alejamiento e, incluso, la ruptura de las relaciones interpersonales del individuo.

8. METODOLOGÍA

Para conseguir el logro de los objetivos anteriormente expuestos, es preciso utilizar una metodología que presente las siguientes características.

- Individualizada, pues se pretende que la intervención tenga un carácter personalizado, adaptándose a las características del propio individuo.

- Activa, siendo los beneficiarios los protagonistas de su propio proceso de cambio.

- Comunicativa, estableciéndose el diálogo como herramienta fundamental de la intervención psicosocial.

- Basada en la confianza y en el respeto mutuo.

- Cooperativa, revistiendo particular importancia la reciprocidad en la relación y la construcción simbólica de un contrato entre las personas que conviven en la comunidad, y entre éstas y el entorno social.

- Significativa, acercándose a la realidad de las personas beneficiarias de modo que se facilite la interiorización del proceso de reinserción.



- Democrática, pues mediante los encuentros grupales, que serán el contexto idóneo para que se dé la participación de todos, se verá respaldada una perspectiva democrática, que caracterizará a la comunidad y que servirá para impulsar el respeto mutuo y la aceptación de las decisiones grupales.

- Integradora, de manera que todas las personas se sientan integradas y parte necesaria del grupo.

- Reflexiva, de modo que las personas sean capaces de tomar conciencia sobre su propia realidad (pasado, presente y futuro).

- Interdisciplinar, puesto que en el proceso de reinserción es necesaria la participación de un equipo de diferentes profesionales.

- Globalizada, ya que se pretende que la persona se desarrolle en todos sus niveles.

9. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

9.1. Intervención en los centros penitenciarios.

En primer lugar, se organizan visitas diarias a las cárceles de la Comunidad de Madrid y su entorno, estando basada su funcionalidad en la experiencia que aporta la el equipo de educadores, con más de treinta años desempeñando este cometido.

En estas visitas, se aporta comprensión, amparo, asistencia emocional, asesoría jurídica y, lo que es más importante, esperanza en la posibilidad de cambio y rehabilitación.

El amparo ofrecido afecta a todos los ámbitos de la persona, desde lo estrictamente jurídico hasta lo personal; lo que supone una ingente labor, que implica muchos elementos:

- La Dirección y las Juntas de Tratamiento del Centro Penitenciario.

- Juzgados de Vigilancia Penitenciaria.

- Audiencia Provincial.

- Juzgados de Instrucción y lo Penal.

- Las familias.

Estas actividades, junto con las entrevistas individuales a cada recluso que solicita ayuda, estando todavía en prisión, comprenden el seguimiento de los presos. De este seguimiento, saldrán futuros miembros de nuestra comunidad.



9.2. Aval a favor de la persona

Como forma de motivar al recluso en una intervención educativa que le ayude a desarrollarse como persona, la asociación servirá de aval a aquellos que pretendan formar parte del proyecto de reinserción social.

La monotonía que caracteriza la estancia en prisión será fragmentada por pequeños eventos que mantienen las ganas y la ilusión en los internos. Unos de ellos, y a veces los más importantes son los permisos de segundo grado, que se pueden conseguir en el momento en el que se haya cumplido la primera cuarta parte de la condena.

La persona podrá recibir dicho beneficio penitenciario si, además, no tiene ninguna sanción y si se presenta un aval fiable. La asociación entraría en juego en este último requisito, pues a aquellas personas que no tienen una vinculación fuera de prisión que pudiera responsabilizarse de ellos en una salida de este tipo, presentar dicho aval es el único modo que tienen de disfrutar de dichos beneficios.

De este modo, se establece un compromiso entre ambas partes. La asociación confiará en la palabra del recluso de no quebrantar y de cumplir, durante el permiso, con las normas prefijadas por la comunidad de acogida y rehabilitación. Mientras que desde el recluso esperará de la asociación que agilice todos los trámites necesarios y que intervenga, cuando sea necesario, ante las personas encargadas de decidir sobre la concesión de ese permiso. En el diálogo que se mantenga con dichas autoridades, se explicará la situación del penado y la intervención educativa que se llevará a cabo con él. Este compromiso se extiende a lo largo de la relación entre ambas partes, sea cual sea la situación penal del recluso (tercer grado, libertad condicional y suspensiones de condena).

9.3. Acogida durante los permisos

Comienza recogiendo a la persona en el centro penitenciario y trasladándola a los pisos de acogida de los que la asociación dispone.

Una vez allí, un responsable le comunica y explica las normas, y se le adjudica una habitación compartida. Durante este periodo, no se contempla el proceso educativo de la misma forma que con los residentes fijos (terceros grados, libertades condicionales y libertades totales), puesto que su estancia nunca será superior a seis días. Esta circunstancia dificulta de especial manera la intervención, que se centrará en el buen uso del permiso, con el consiguiente cumplimiento de horarios, mantenimiento del orden y de la limpieza del piso, atención al aseo personal y asistencia a la reunión semanal impartida por el equipo psicopedagógico.

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Por último, cuando finaliza el permiso, si así lo impone el juez o el centro penitenciario, se le acompaña en su vuelta al centro.

9.4. Establecimiento de normas

Será preciso que haya fijadas una serie de normas que facilitarán la convivencia entre las personas que habitan en los pisos.

Las reglas serán establecidas por toda la comunidad, es decir, por el equipo educativo y por los residentes, y se hará a través del consenso. Podrán ser modificadas si en ello están de acuerdo la mayoría de las personas que conforman la comunidad.

La interiorización de estas normas, lógicas y consensuadas, será un vínculo y paralelismo con la aceptación de las normas establecidas socialmente. Además, serán utilizadas en la creación de unos hábitos necesarios para una vida ordenada, así como en el fomento de lugares de encuentro entre los propios residentes.

9.5. Aceptación de un compromiso

Se establecerá un contrato escrito entre el beneficiario y la asociación, que dependerá de la situación legal de la persona. Así, los permisos firmarán un compromiso de acogida y cumplimiento de normas que de este acogimiento se derivan.

En el caso de residentes fijos, en primer lugar, se firmará un contrato de prueba mutua de treinta días, y, una vez pasado este tiempo, se afianzará ese compromiso a través del contrato enmarcado en las normas propias de los residentes.

9.6. Elaboración de un diario de coordinación

La elaboración de un diario entre los miembros del equipo psicopedagógico, que completan todos los turnos de estancia e intervención en los pisos, será necesaria para que exista coherencia entre las distintas formas de intervención que se desarrollen con los residentes.

Es de gran utilidad para que toda la comunidad educativa esté informada sobre los cambios que se hayan producido en cualquier momento que se haya creído necesario.

En tal diario aparecerán fijadas las tareas que deben llevarse a cabo, las incidencias que se hayan producido, los cambios en actividades que estuvieran predeterminadas con anterioridad, las decisiones que se toman, bien de forma individual, porque así lo requiera la situación, o de forma grupal, con respecto a algún componente de la comunidad, etcétera.

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9.7. Test de detección de sustancias estupefacientes

En los pisos podrán encontrarse personas que hayan sufrido algún tipo de adicción a diferentes sustancias. Puesto que la asociación promueve un proyecto libre de drogas, podrán efectuarse analíticas en el momento que se crea oportuno y a quien se crea necesario, como forma de asegurar que no ha habido consumo durante la estancia en los pisos.

Las analíticas serán efectuadas por un responsable del equipo educativo. Serán analíticas de orina y dicho responsable estará presente en el momento de la micción, para que no pueda darse ningún tipo de manipulación por parte del residente. También se exigirá una segunda opinión en la evaluación de las analíticas como forma de evitar el conflicto.

9.8. Elaboración de un expediente personal

Cada persona que forme parte de la comunidad de reinserción, tendrá un expediente personal que será completado por el profesional en base a los datos que el beneficiario le proporcione.

Será conformada en el momento en el que la persona empiece a formar parte de la comunidad. En ella se reflejarán los datos de identificación, su situación laboral, económica, familiar, social, educativa, cultural, las causas pendientes con la justicia -si se tienen -y los objetivos que la asociación se marca con esa persona en concreto, así como los que el mismo fijará.

Las fichas personales permitirán que todo el equipo educativo pueda acceder a la información que crea necesaria en los momentos específicos de la intervención que así lo requieran. También estará informado sobre las tareas que deben realizarse con esa persona para estabilizar su situación burocrática y legal.

9.9. Colaboración con otras instituciones

La intervención educativa que se llevará a cabo con las personas residentes no será exclusiva del equipo propio de la asociación. Para completar la intervención y lograr que la persona se inserte más fácilmente en la sociedad, se llevará a cabo una colaboración con otras entidades e instituciones dedicadas también al proceso de reinserción.

a. Cooperación con el Centro de Atención al Drogodependiente (CAD) III, (Puente de Vallecas).

Un notable porcentaje de los internos que pasan por la asociación son toxicómanos o politoxicómanos. Careciendo de infraestructura y recursos adecuados para una intervención eficaz ante la drogodependencia, el uso de los recursos disponibles y especializados del entorno de los pisos de acogida



se hace necesario e irrenunciable, en aras de lograr una intervención integral y global sobre la persona.

Además, un buen número de estos beneficiarios tiene el requisito judicial o penitenciario de acudir a algún CAD durante el disfrute de sus beneficios penitenciarios. En este contexto, la colaboración con los CAD forma parte integrante del programa de intervención.

El tipo de tratamiento que el beneficiario de APROMAR sigue en el CAD es ambulatorio, donde la asociación colabora y participa en la fijación de los objetivos inscritos dentro de su programa de intervención.

Debido a que el programa de la asociación es libre de drogas, al demandante de ayuda que estuviese consumiendo drogas en el momento, se le propone la derivación temporal a un centro de desintoxicación, donde sea asistido durante el síndrome de la abstinencia. Pasado un tiempo prudencial con ausencia de síntomas físicos derivados del no-consumo de drogas, es admitido en los pisos de acogida, donde se empieza a trabajar para el mantenimiento de la abstinencia, continuando con el resto del proceso de rehabilitación y reinserción social.

b. Cooperación con el Fundación INTEGRA.

Es una entidad que gestiona la inserción laboral de colectivos con riesgo de exclusión social. Cuando el beneficiario se encuentra preparado para comenzar a buscar trabajo, la asociación le deriva a esta entidad, donde tendrá que superar la entrevista individual y participar en unos talleres de grupo. Si el resultado de su participación es considerado positivo, se enviará su candidatura a las empresas con las que trabaja dicha fundación.

c. Cooperación con la Asociación ESLABÓN.

Se trata de otra entidad encargada de ayudar a la inserción laboral a personas en riesgo o situación de exclusión social. La colaboración con dicha entidad está motivada, en la mayoría de los casos, por derivaciones que efectúan los Centros de Inserción Social, con los reclusos que están residiendo en ellos, en situación de tercer grado penitenciario.

d. Cooperación con la Fundación Tomillo.

Esta fundación está enfocada especialmente a la orientación laboral. Tras derivar al beneficiario, aquí se le proporcionan las herramientas necesarias para hacer efectiva su búsqueda de empleo.

e. Cooperación con el Centro Cultural Lope de Vega.

En este centro, el beneficiario puede inscribirse en la bolsa de empleo de la zona, que le corresponde por el padrón. También, pueden asistir a



seminarios formativos, relacionados con la orientación laboral. Asimismo, también puede acceder a cursos de formación, ocio saludable y entretenimiento.

f. Cooperación con el Movimiento por la Paz - MPDL.

Esta asociación provee de orientación jurídica a mujeres y extranjeros, disponiendo además de una bolsa de empleo propia.

g. Cooperación con el Centro Municipal de Salud Comunitaria (CMSc).

Los profesionales que trabajan en este centro, imparten dos talleres principales del proyecto: por un lado, ejercicio físico y alimentación saludable y, por otro lado, salud sexual y reproductiva. Igualmente, ofrecen una atención individualizada mediante cita previa. Asimismo, los beneficiarios de APROMAR pueden obtener de manera gratuita el acceso a preservativos y servicios de planificación familiar.

Además, se imparten sesiones grupales para el manejo del estrés y de la ansiedad. Es un programa de salud destinado a adquirir nuevas habilidades de autocontrol técnicas de relajación para enseñar a percibir y actuar de manera diferente y permitir un mayor afrontamiento de las múltiples dificultades cotidianas.

h. Cooperación con Cáritas.

En el caso de beneficiarias embarazadas, antes de dar a luz, son derivadas a un piso de madres con hijos, gestionado por Cáritas, ya que la asociación no dispone de infraestructura para estos efectos. Aun así, cuando se convierte en residente en este nuevo centro, se sigue manteniendo un seguimiento periódico con el objetivo de evaluar el proceso de reinserción.

i. Cooperación con el Centro de Educación para Personas Adultas (CEPA) de Entrevías.

El beneficiario promedio suele carecer de formación académica. En estos casos, se deriva a este centro para el comienzo de clases de alfabetización (aprendizaje de lectura y escritura), español para extranjeros, o para la obtención del graduado escolar, ESO, o cursos específicos.

j. Cooperación con OSCUS Vallecas.

Al igual que ocurre en el caso anterior, aquí preparan académicamente a las personas que son derivadas desde la asociación en sectores específicos relacionados con la formación profesional. A diferencia del recurso anterior, la formación que ofrecen no es gratuita, pero el coste es bastante bajo. Además, cuando finalizan el curso específico son inscritos en una bolsa de



empleo destinada a ofrecer puestos de trabajo a las personas que hayan obtenido una adecuada calificación.

APROMAR mantiene, con estas entidades, reuniones periódicas de coordinación (aunque la comunicación es continua cuando así los requieren las circunstancias), donde intercambiamos información sobre el proceso terapéutico y educativo de nuestros beneficiarios, controlamos el proceso y se establecen, si fuera necesario, nuevas formas de intervención.

9.10. Coordinación de equipo

La coordinación de equipo se divide en dos tipos, según frecuencia y profundidad. En primer lugar, la coordinación diaria se basa en la comunicación directa y ágil entre los responsables de los pisos con el equipo psicopedagógico.

Por otro lado, la coordinación semanal consiste en la celebración de reuniones de equipo, donde se exponen y analizan de la realidad comunitaria, las problemáticas particulares de los residentes, el cuadro de fondo comunitario y las exigencias de la intervención. En estas reuniones se prima la comunicación, la gestión y la regularización de las intervenciones, y la individualización de estrategias, objetivos y organización del trabajo.

9.11. Apoyo psicológico

Todos los residentes mantendrán podrán acceder, bajo demanda, a sesiones de psicoterapia individual, los días hábiles, en horario de tarde.

A través de estas sesiones, se trabajarán puntos tan fundamentales como la autoestima, la autonomía y el manejo de situaciones estresantes y ansiógenas, como también aquellos aspectos de la personalidad más desajustados.

9.12. Reuniones individuales informales

El proceso de reinserción se encuentra marcado por la presencia continua de dificultades, sentimientos de frustración y de fracaso, aunque también de satisfacción y alegría.

En ocasiones, en el transcurso del día a día, se dan situaciones que pueden provocar en el beneficiario la búsqueda de un encuentro informal con algún miembro del equipo o viceversa, con el fin de tratar algún tema que en ese momento sea de interés para alguno de los dos.

Puesto que, a través de este tipo de encuentros, que pueden ser conversaciones tomando un café, en la comida o durante un paseo, el profesional se propone una serie de objetivos que pretende conseguir a través de la puesta en práctica de una determinada metodología, estos diálogos pueden considerarse como estrategias que forman parte del proyecto de intervención educativa.



9.13. Sesiones grupales

Este tipo de sesiones se llevan a cabo a través de actividades programadas, en las que participan todos los residentes. Con ellas se pretende crear un ambiente óptimo en el que se fomente la cohesión del grupo, la confianza, la iniciativa y la libertad para la toma de decisiones. El sentimiento de pertenencia a un grupo genera bienestar y seguridad.

Cabe destacar que al igual que existen normas en los pisos de acogida y reinserción, también se establece una normativa específica para las sesiones grupales. Debe primar el respeto a uno mismo y al grupo, el turno de palabra, las actitudes orientadas al trabajo del contenido en cuestión y en caso de que estas normas sean incumplidas, existen instrumentos de control para prevenir la repetición de dichos incumplimientos.

10. RECURSOS

Para la puesta en marcha del proyecto educativo que a lo largo de estas páginas se describe, serán necesarios una serie de recursos tanto materiales como humanos.

10.1. Recursos materiales

El conjunto de recursos materiales de que dispone la asociación a día de la publicación del presente (mayo de 2019) se compone de:

- Un total de seis pisos en régimen de alquiler bajo por el IVIMA, así como un almacén, en las mismas condiciones.

- Tres vehículos mixtos para el transporte de personas y mercancías, así como para efectuar las visitas a las cárceles o para acudir a los Juzgados, Audiencias, etcétera.

- Para la realización de las actividades será necesario material de oficina, papelería, y medios audiovisuales.

- Para el desempeño de las labores de gestión de la asociación, así como el trabajo de oficina, será necesario material de oficina, equipos informáticos y mobiliario adecuado.

10.2. Recursos humanos

La asociación contará con los siguientes profesionales y voluntarios:

- La directora del programa (también presidente y fundadora de la asociación), coordinadora encargada de planificar y supervisar el trabajo del equipo y colaborar en su ejecución.

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- Los voluntarios que se encargan de visitar a los reclusos en las cárceles, tomando el primer contacto con la población reclusa y efectuando una primera selección de adecuación al programa.

- Una psicóloga, que proporcionará apoyo psicológico, asesorará a los monitores, y será la encargada del diseño, implementación y análisis de las actividades programadas. Es asistida por estudiantes universitarios en prácticas, bajo su tutoría, en el desarrollo de diversas actividades.

- Un educador social, será quien se encargue de forma específica de la realización de las actividades que componen la intervención educativa.

- Una intendente, que administra el abastecimiento de víveres y suministros en todos los pisos, así como el estado de las instalaciones.

- Varios monitores, responsables del cuidado y vigilancia de los pisos.

10.3. Recursos económicos y financiación

La financiación necesaria para desarrollar el proyecto proviene, por un lado, de subvenciones, tanto otorgadas por entes públicos como por fundaciones privadas.

Por otro lado, constituye una parte crucial de la financiación las aportaciones de socios y simpatizantes, así como donativos tanto de particulares como de entidades privadas comprometidos con el proyecto.

11. TEMPORALIZACIÓN

El proceso educativo se caracteriza por tratarse de un proyecto a largo plazo.

La intervención comienza en el momento de la primera visita a la persona encarcelada, tras previa petición de dicha persona. Se mantendrá durante toda la condena del sujeto, por ello, dependiendo de cuál sea ésta, el proceso será más o menos largo.

Después, una vez que el individuo sale de prisión, se establece un plazo de un año para que se desarrolle todas las fases de reinserción social. Este plazo podrá ampliarse en base a las necesidades que presente la persona.

Por otro lado, aquellos que residan en los pisos en cumplimiento de condena, deberán vivir en ellos hasta que el equipo educativo decida que esa persona está capacitada para vivir independientemente, o hasta que se acabe el tiempo de condena que le impuso el juez.

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12. EVALUACIÓN

A lo largo del proceso de reinserción se utilizarán diversas formas de evaluación. El fin esencial de esta práctica será comprobar la evolución que los beneficiarios están protagonizando y si los objetivos se están alcanzando o no.

El método de evaluación más práctico, ya que permite acciones de cambio en el momento, es el seguimiento diario, a través del cual se puede comprobar la evolución de los diferentes participantes. Esta evaluación queda reflejada en el diario que se irá construyendo a medida que pasen los días.

Las reuniones semanales y diarias de equipo constituyen una actividad fundamental, donde el equipo educativo evaluará el desarrollo del proceso de reinserción social de cada uno de los beneficiarios. Del mismo modo, se comprobará si, poco a poco, el sujeto se acerca al cumplimiento de los objetivos marcados, tanto en el ámbito penitenciario como en el extrapenitenciario.

Los propios beneficiarios del proyecto de intervención educativa deben evaluar su crecimiento. En primer lugar, en lo relativo al desarrollo del conjunto de personas como grupo de convivencia, y, en segundo lugar, al de cada uno de forma individual. En ambos casos, se expondrán las metas y objetivos diseñados y uno por uno se irá comprobando el alcance de los mismos.

Los beneficiarios pueden presentar formalmente sus quejas o sugerencias mediante los procesos de que cuenta la asociación.

La asociación, a día de la fecha, está en proceso de implantación de la Certificación de Calidad según norma ISO 9001:2000.

Proyecto de intervención socioeducativo - APROMAR · Ultima edición: 27 de mayo de 2019 4 3....

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