"Proletario": Trazos sobre el periódico revolucionario de la Unión de Pueblo.
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“Proletario”: trazos sobre el periódico revolucionario de la Unión del Pueblo.
Por Jesús Zamora García.
(Fragmento)
3.- EL PERIODICO “PROLETARIO”
on la reflexión en este artículo sobre la
importancia que tuvo el periódico
“Proletario” de la Unión del Pueblo, intentaré
tocar algunos puntos destacables como
experiencia política para el movimiento guerrillero en
general, los cuales denotan la condición ascendente que
tuvieron los militantes de estos grupos en la práctica
política. En el marco de los estudios de la guerrilla en la
Guadalajara de los años setenta, el tema de la
movilización del discurso es hasta ahora, una de las
incógnitas más interesantes a tratar. Hablo del estudio de
las estrategias mediante las cuales un grupo guerrillero
generaba un “decir” a la vez que trataba de desplazarlo
hacia un destinatario. Esté “decir” se constituía por un
C
eje de discursos generados por los líderes de la
organización. Las interrogantes sobre la naturaleza de la
construcción y transmisión del discurso revolucionario a
través del periódico “Proletario” crecen, si es que
hablamos de la Unión del Pueblo, una de las
organizaciones más herméticas de la época. Con el
artículo que aquí se presento pretendo hacer un análisis
sobre la importancia que tuvo para la UP la creación de
un sistema de difusión por escrito que les permitiera
como grupo, el acercamiento hacia nuevos militantes. Es
importante ir delineando desde ahora estas reflexiones
sobre el grupo para adentrándonos a esta organización a
partir de la comunicación, tanto interna (mediante
comunicados) como externa (mediante el periódico)
como una de las dimensiones más sobresalientes de la
Unión del Pueblo como grupo establecido. Para imaginar
la manera en que el periódico se creaba y se difundía hay
que tener en cuenta la complejidad desde la cual la UP
operaba en el país. Debemos mencionar por ejemplo, la
naturaleza de su organización a nivel cupular como una
red clandestina sumergida en distintos puntos del país;
hay que pensar también en el carácter político militar del
grupo, en especial el que alude a las estrategias de
sabotaje, algo que por cierto, estaba más allá del simple
hecho de colocar artefactos explosivos. Es dentro de esa
idea fragmentada que aparece la imagen de “la voz de la
organización”. Es decir, la forma en que este grupo
instrumentó sus estrategias para acercarse a aquellos
sectores y sujetos con los que ideológicamente sus
militantes se asumían afines. Dentro de la UP la
elaboración del periódico revolucionario era parte de los
debates más remotos de la organización. En Guadalajara,
su líder Héctor Eladio Hernández Castillo le dedicó un
amplio análisis al tema del periódico en los comunicados
once y trece titulados “Prensa Revolucionaria
Clandestina” e “Introducción o aspecto político al
proyecto del periódico”, aparecidos en febrero y agosto
del año 1974 respectivamente. En ambos textos, es
notorio el énfasis puesto por el líder en el proyecto de la
creación del periódico como parte fundamental del
proceso revolucionario. A simple vista, me parece
relevante destacar la paradoja que la elaboración del
periódico implicaba para un grupo como la UP, o
cualquiera de los demás grupos guerrilleros. Nos
encontramos ante una organización clandestina
sistemáticamente cerrada, que de alguna manera debe
encontrar la forma de generar una serie de exclusas que
les permitan emerger a la luz pública con un verbo, con
una postura escrita que al fin de cuentas no era otra cosa
más que una identificación discursiva que sería
escudriñada por propios y extraños. A esta serie de
estrategias que van de la concentración de las ideas, la
articulación material de los contenidos del periódico y su
posterior distribución pública, la he conceptuado como
una ruptura controlada de la clandestinidad. Es decir, una
estrategia que permitía entreabrir los compartimentos
cerrados de la organización, para poder desde ahí,
exponer las razones de la lucha evitando en lo posible,
que los sistemas de contra inteligencia mexicano
pudieran rastrear su origen. Parte de esa ruptura
controlada de la clandestinidad era derivada de las
estrategias intersticiales con las que los grupos armados
contaban para poder constituir los contrapesos internos
que les permitía oxigenarse, cosa que impidió en cierta
medida que estos grupos se convirtieran en un monolito
inaccesible tanto para al interior como al exterior. La
ruptura controlada de los accesos, era parte de las
estrategias al interior con que la guerrilla realizaba una
serie de acciones ocultas que permitían el despliegue de
los militantes siguiendo un programa de lucha. En junio
de 1976 fue apareció por vez primera el periódico
“Proletario”. Así lo afirmó Lidia González Luján, militante
del Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del
Pueblo (PROCUP) en una entrevista realizada por Mario
Menéndez Rodríguez a la revista Por Esto!1. González
Lujan, Cristóbal Domínguez Guzmán, Eleazar Campos
Gómez y Antonio Montaño Torres, fueron las figuras más
visibles de la UP durante la década de los setenta2. Eran
ellos los que firmaban los documentos reivindicatorios
de las acciones atribuidas al grupo, como los bombazos
1
“Gobierno, PAN, e izquierda en el narcotráfico” Por Esto!, número 218, junio 18 de 1986, p. 26
2
d
Conforme a los informes recabados por la investigadora Cristina Tamariz Estrada, los esposos Tiburcio Cruz Sánchez y Elodia Canseco Ruiz son identificados como los máximos dirigentes de la UP durante los setenta y en lo que actualmente es el Ejército Popular Revolucionario. Para los aparatos de seguridad, las pesquisas revelaron la identidad de la dirigencia del PROCUP. En los comunicaciones posteriores a 1978 el nombre de “Eleazar Campos Gómez”, correspondía al de Tiburcio Cruz Sánchez, el de “Lidia González Luján” a su esposa y el “Antonio Montaño Torres” a su hermano Gabriel Alberto Cruz Sánchez ─quien por cierto fue detenido y desde entonces desaparecido junto a Edmundo Reyes Amaya el 25 de mayo del 2007 en Oaxaca─. Paras una mayor revisión ir a El Ejército Popular Revolucionario (EPR), Una aproximación a la trayectoria político militar de la guerrilla del siglo XXI, de María Cristina Tamariz Estrada, Ponencia para la maestría en sociología política del Instituto de Investigaciones José María Luis Mora.
de septiembre de 1977 en el país. El año de 1976 fue de
aparente calma para la ciudad en lo que a activación de
bombas se refiere ─exceptuando un bombazo junto la
tumba de Calos Ramírez Ladewig el doce de septiembre
de 1976, acción que hasta donde sé, ninguna
organización se atribuyó─. No se registran acciones
vinculadas a la organización. En la guerrilla los silencios
son señal muchas veces, de reagrupamiento e
introspección. El que haya aparecido el periódico un año
después, y que 1977 haya sido la fase de mayor arrojo de
la UP, nos habla de que ocurrió un replanteamiento en las
estrategias de lucha, siendo parte de ese repensar la
intención de articular de una manera más pronunciada
los acercamientos a la sociedad mediante el periódico.
Lidia González argumenta respecto a la aparición de
“Proletario”:
Este hecho marcó para nuestro partido ─en ese tiempo Organización Revolucionaria Clandestina Unión del Pueblo─ una nueva etapa de su desarrollo, consolidando y homogenizando a las estructuras internas. Surge como una necesidad debido al crecimiento de la organización, primero como instrumento que coadyuvara en la formación política e ideológica de los militantes; segundo como un medio para desarrollar la lucha ideológica con el conjunto del movimiento revolucionario, exponiendo en “Proletario” nuestras concepciones, estrategia y
táctica, tareas políticas, proceso de la unidad revolucionaria, y sobre todo, aquello relacionado con la lucha revolucionaria3.
La aparición del periódico “Proletario” nos indica un
reforzamiento en las estrategias de seguridad de la
organización, puesto que abrirse es exponerse. Esto quiere
decir que se llevó a cabo una restructuración interna que le
permitió al grupo arriesgarse a construir una extensión de los
brazos de lucha, referido en este caso, a la comunicación.
También nos habla de la expansión que la organización
estaba teniendo a lo largo del país. La misma Lidia lo dice, el
periódico en sí mismo, es un instrumento estratégico que nos
habla de un nuevo foco de acción para la dirección y
militancia de la UP, ubica a los sujetos en otro campo de la
acción revolucionaria, lo cual implica dar un paso adelante en
las estrategias de sabotaje. De ahí que sea importante
señalar esos dos momentos, por un lado la aparición del
periódico en 1976 que es uno de los mayores signos de
anticipación a un cambio importante de estrategia en lo
referente al acercamiento con la población. Por otro lado, la
intensificación de la guerra de nervios llevando a cabo
acciones a gran escala como la detonación de más de ocho
3
Por Esto!, número 218, junio 18 de 1986, p. 26
bombas el doce de septiembre de 1977. Esta sería al parecer,
una de las últimas acciones coordinadas de envergadura de
la UP en Guadalajara antes de agotar el recurso del sabotaje
en 1978. Uno de los argumentos utilizados por la UP fue que
durante ese año, México se convirtió en uno de los puntos de
refugio de muchos revolucionarios latinoamericanos de ahí
que fuera importante neutralizar los campos de lucha, para
que sus iguales ideológicos tuvieran un mejor resguardo. De
la misma manera, el giro hacia el periódico es una señal que
nos indica la opción por la ruta de la formación política, y el
progresivo abandono de las prácticas armadas. El contexto
de la guerrilla mexicana hacia 1977-78, era el de un
movimiento severamente golpeado. La Liga estaba
desarticulada a nivel nacional, y en Guadalajara la cúpula de
los militantes de las FRAP se encontraban recluidos en la
penal de Oblatos, y lo que es más: durante los meses de
marzo y abril de 1978, en Guadalajara la policía había
logrado las detenciones de muchos de los militantes de la UP,
siendo además, el golpe más fuerte dado a la organización, la
muerte de Héctor Eladio. La aplicación de las “Leyes de
Amnistía” durante septiembre de 1978 fueron parte de ese
contexto en que él se percibía la impresión de un fin de la
lucha, esto conducido por el Estado, mismo que al ir liberando
a los guerrilleros, generó la impresión del fin de una época.
Son esos contextos múltiples los que nos van permitiendo
comprender un poco quizás, la ruta politizadora mediante la
cual continuo la UP a fines de los setenta. Las palabras de
Lidia en la entrevista a Por Esto! nos hablan de que las
baterías del núcleo de la organización se estaba
concentrando en la conformación de una nueva ruta de
acción. La creación del periódico “Proletario” es una señal de
la evolución en el análisis que hizo la UP de la sociedad y de
las formas en que se podían generar accesos políticos a ella.
Al hablar de manera específica sobre la identificación de cada
uno de los pasos que implicaba la acción de acercamiento a
la sociedad por medio del periódico, quedaba clara una
estrategia que hacia visibles dos niveles del análisis desde la
UP, por un lado la necesidad de fogueo de las bases, hay por
otra parte, la certeza de que habría una respuesta desde los
receptores a la organización. El paso en la construcción del
periódico es señal también de un proyecto que se empezaba
a cumplir luego de haber sido planeado durante varios años
por Eladio.