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De estos, la irrupción más destacada en estos territorios fue la del Capitán Alberto del Canto, quien, además, creó algunas de las villas de la entidad. Entre estas, se incluye la fundación, como asentamiento, de Monterrey, en 1577.

Sin embargo, ese poblado, que probablemente fue habitado, en gran número, por indígenas, no duró demasiado, ya que, en 1578, se produjo una orden de aprehensión contra del Canto.

Anteriormente, Del Canto fue comisionado para el descubrimiento y la conquista de territorios, por el Gobernador Martín López de Ibarra. En este derrotero, en primer lugar, fundó la Villa de Santiago de Saltillo, en 1537, y luego se dirigió hacia el nor-este.

Ya en tierras neoleonesas, Del Canto halló un valle, al que denominó Valle de la Extremadura (Actual Valle de Monterrey). Allí mismo, constituyó el pueblo de Santa Lucía. Este hecho se consideró como la primera fundación de Monterrey como asentamiento.

Lugar, a lo largo de su trayecto por el territorio neoleonés, Del Canto descubrió las minas de Trinidad y las de San Gregorio, que fueron llamadas así en referencia a San Gregorio de Mazapil, que era el sitio a donde pertenecían Del Canto y sus compañeros.

Monterrey pasó por tres fundaciones, debido a que las primeras dos fueron frustradas a raíz de la resistencia de los indígenas de la región, las condiciones del terreno y los problemas de dos de sus fundadores con la Inquisición.

En poco tiempo, Carvajal y su tripulación dominaron todota totalidad el territorio y los pequeños pueblos del sur. Luego, le modificó el nombre a las minas de San Gregorio, por el de Ciudad de León, que actualmente constituye el Municipio de Cerralvo. A su término, marchó a Santa Lucía, y en 1582, creó la villa de San Luís Rey de Francia, que fue el segundo nombre de Monterrey.

Igualmente, este segundo asentamiento también fracasó, debido a que, tiempo más tarde, Carvajal fue entregado a la Inquisición, a raíz de una denuncia que le realizó el Fray Juan de la Magdalena. Este párroco inculpó a Carvajal de encubridor y, luego, murió en la cárcel de la corte.

En tanto, después de haber arribado a Santa Lucía y de haber fundado la villa de San Luís Rey de Francia, el poderío de Carvajal en la zonal no tenía límites. En 1585, su control regía bajo los territorios desde las costas del Golfo Mazapil hasta una buena prolongación al norte. Además, contaba con tres tenientes de Gobernador, uno para cada zona: Felipe Núñez, en Pánuco; Gaspar Castaño de Sosa, al noreste; y Diego de Montemayor, en el centro, desde Santa Lucía a la Laguna.

FUNDACIÓN DE MONTERREY

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Para ese entonces, los reyes de España

habían decidido no financiar mas

viajes de exploración. Aunque, le

otorgaron la competa libertad a

quienes quisieran hacerlo, por su

cuenta y, sobre todo, utilizando con

sus propios fondos.

Por ello, Luís de Carvajal y de la Cueva

se trasladó a España y negoció con el

Rey Felipe II la conquista, pacifica-

ción y población del territorio que,

años más tarde, llamaría Nuevo

Reino de León.

En 1579, este acuerdo quedó registra-

do en un tratado, firmado en Toledo.

Según el documento, se le determinó

a Carvajal cuales eran los límites

hasta los cuales podía acceder (200

leguas tierra adentro, cerca de mil

kilómetros).

Bajo esas restricciones, en 1580,

Carvajal, junto a su tripulación, viajó

para adueñarse de una enorme

extensión de tierra, en el barco

"Santa Catarina”, el cual era de su

propiedad, y el resto de la flota. Los

límites que poseía comprendían

desde el puerto de Tampico, hasta la

frontera con la Nueva Galicia y, de

allí, todo en dirección al norte. En

total, la zona de influencia abarcó

200 leguas de latitud por 200 de

longitud, lo que configuraría la

superficie del Nuevo Reino de León.

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Ya asentado en la villa de San Luís, el gobierno de Carvajal gozaba de cierta estabilidad y abarcaba grandes extensiones de tierra. Sin embargo, por ese entonces, en 1584, Carvajal fue acusado apoderarse de terrenos que se encontraban fuera de su jurisdicción. Por ello, el Conde de Coruña mandó a comprobar los cargos que se habían efectuado, mediante el Procurador de la Real Audiencia en México, Pedro de Vega.

En 1587, luego que la acusación no prosperara, que Carvajal ordenó la muerte de uno de sus empleados. Entonces, el resto de ellos se sublevó y, así, provocó una ola de violencia, que acabó con la vida de muchos de sus habitantes y que, en consecuencia, desbastó a villa entera.

De esta manera, el asentamiento de San Luís Rey de Francia quedó despoblado y, los pocos habitantes que allí moraban, debían afrontar constantemente encuentros violentos con Alberto del Canto y su gente de la ciudad de León.

Bajo ese contexto, Diego de Montemayor había sido designado Teniente, mediante el poder que le infería su cargo, se propuso juntar a los habitantes de la villa en la hacienda de San Francisco (En la actualidad, Apodaca). Cuando había logrado su cometido, se dirigieron a Saltillo, pero cuando se asentaron allí, muchos de los integrantes de la delegación se esparcieron por diversas villas de la zona.

Un año más tarde, en 1588, Carvajal volvió al norte, luego de haber estado preso en México. En ese momento, nombró a Diego de Montemayor lugarteniente del Gobernador de Coahuila.

En tanto, Carvajal inició el repoblado las minas de Trinidad y modificó su denominación a la de Nuevo Almadén. Además, le atribuyó a Montemayor la responsabilidad de poblar, otra vez, la ciudad de León, mientras que, a su vez, le otorgó otras facultades de autoridad.

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Alvar Nuñez Cabeza de vaca

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Poco después, se ordenó la detención de Luís Carvajal, quien fue entregado a la Inquisición, a raíz de una denuncia efectuada por el Fray Juan de la Magdalena, quien estaba disconforme disgustado por no haberle dado los sacramentos en la ciudad de León y, además, por encubrir a su sobrina cuando terminaba de leer un salmo. Y, a pesar que sus parientes declararon que era un hombre cristiano e íntegro, Carvajal fue condenado como encubridor, y también, excomulgado. Sin embargo, finalmente fue exonerado del último cargo. Más tarde Carvajal murió en prisión.

Para cumplir el objetivo de poblar definitivamente el Nuevo Reino de León, Montemayor realizó varias concesiones, entre ellas la Hacienda de los Nogales. De esta manera, el proceso de repoblación fue caracterizado como ilegal, ya que estaba en contra de los preceptos estipulados por el virrey Felipe II en 1573, en las "Ordenanzas de Poblaciones Nuevas". Montemayor, por su parte, no dio lugar a las críticas y calificativos que le asignaban.

En tanto que, para solucionar el inconveniente generado, Montemayor se trasladó, un mes después, hacia México, y el virrey le otorgó, con autorización de España, el título de Gobernador, en 1599. Por otra parte, durante unos años, el Nuevo Reino de León solamente abarcaba a su capital, Monterrey, y el gentilicio para los habitantes del lugar era reineros. En ese entonces, la capital se encontraba aislada. En tanto, Saltillo constituía la villa más próxima, y Zacatecas, que era el poblado más numeroso e importante, se localizaba a una enorme distancia.

Durante sus primeros años, los reineros se caracterizaron por sobrevivir en el medio de la pobreza, y su alimentación diaria consistía en raíces de lampazo de los ojos de agua. En tanto, la agricultura y la ganadería componían las actividades de los primeros pobladores de la capital. Pero, la producción estaba dirigida exclusivamente para el autoconsumo.

En cuanto a los habitantes de la capital, estos se encontraban agrupados en familias. Algunas eran descendientes de Montemayor, y otras se relacionaban, de alguna manera, con él. Asimismo, en el momento en que alguna familia quería pertenecer a la comunidad, debía hacer, primero, una petición por escrito y, luego, cumplir con ciertos requerimientos, como así también brindar el aval de no deshabitar nunca la ciudad.

Conforme pasaron los años, Monterrey fue recibiendo mayor cantidad de familias que, efectivamente, satisficieron los requisitos. Y, pese a las épocas de enorme pobreza, Montemayor siguió con su iniciativa de querer repoblar León, Almadén, y otras villas cercanas. Además, Montemayor trató de crear nuevos asentamientos.

PRIMEROS AÑOS DE MONTERREY

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Durante ocho años, el Nuevo Reino

de León estuvo desierto. Luego, los

compañeros de Carvajal, que

provenían de Saltillo, fueron los

primeros en llegar nuevamente.

Entre ellos, se destacaba Diego de

Montemayor.

El 20 de septiembre de 1596,

Montemayor, junto con doce fami-

lias, fundó la Ciudad Metropolitana

de Nuestra Señora de Monterrey. Esta

fue la tercera y definitiva fundación

de Monterrey.

Montemayor, mediante la designa-

ción Monterrey, quiso rendirle

homenaje a ciertos personajes. Con

"Nuestra Señora", se hacía referencia

a la virgen María, y con Monterrey, al

rótulo del entonces virrey de la

Nueva España Gaspar de Zúñiga y

Acevedo, Conde de Monterrey.

Montemayor en el Museo de Monterrey

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Sin embargo, el plan falló, y toda la zona volvió a sumirse en la decadencia. Además, las lluvias e inundaciones destruyeron las casas de la ciudad. Así, el reino quedó al borde del abandono. En 1611, Diego de Montemayor murió, y la administración de los territorios fue acaparada por su hijo Diego "El Mozo", quien falleció al año siguiente. Finalmente, el Capitán Diego Rodríguez terminó a cargo de los mismos. Luego, a raíz de la grave situación, la Justicia Mayor mudó a la población hacia el sur, ya que esa zona poseía una elevación mayor. En este sitio, se dividieron las tierras entre los pocos que se habían trasladado.

El proceso de evangelización fue utilizado por los españoles, con dos grandes objetivos. En primer lugar, para seducir y, posteriormente, educar a los indígenas, de manera espiritual. Por otra parte, para conquistar las regiones de la zona, mediante los métodos militares, que implicaban la conquista y el dominio sobre las tierras y sus pobladores.

A través de la puesta en escena de estos procedimientos, los españoles lograron someter a los indígenas, quienes fueron esclavizados y condenaron a realizar trabajos pesados.

Previamente, la llegada a estas de tierras del Fray Juan de la Magdalena y el clérigo Pedro Infante, junto con Luís de Carvajal, fue considerada como el primer intento de conversión de los indígenas a la religión católica.

EVANGELIZACIÓN

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En 1626, el virrey, quien estaba

sumamente alarmado a causa de la

situación de los reineros, designó

Teniente General al Gral. Agustín

Zavala. En tanto que, el Gral. Zavala le

cedió el cargo, de forma consecutiva,

a Cristóbal de Irurreta, a Diego

Rodríguez, y a Alfonso Lucas.

Por otra parte, y con el objetivo que

los habitantes de Monterrey no

abandonaran el sitio, pese a todas las

adversidades que presenta el lugar, el

Gral. Zavala, en 1662, ordenó instalar

un almacén de harina, semillas y

otros alimentos, que fueron distri-

buidos a las familias por de diez años.

Obra que detalla la evangelización