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  • ABRIL 2015 98 LAND LINES

    Por Ryan Dub

    HaCE Casi 30 aos, Amalia Retegui y su esposo, Eusebio, empacaron sus pertenencias, reunieron a sus ocho hijos y se mudaron a su nuevo hogar: un polvoriento lote en la rida periferia de Lima, la capital de Per. Al principio, la vida no fue fcil all. No disponan de servicios bsicos, como agua corriente y electricidad. Las calles no esta-ban pavimentadas y el transporte pblico era inexistente. Las escuelas y clnicas sanitarias de calidad se encontraban muy lejos, en los barrios ms ricos y establecidos. Sin embargo, aunque las condiciones eran muy duras, mudarse a San Juan de Lurigancho (uno de los primeros asentamientos informales de Lima) le ofreca a esta pareja una posibilidad excepcional de convertirse en propietarios, lo que hubiera estado fuera de su alcance en los distritos tradicionales de la ciudad. Poco a poco, las cosas fueron mejorando. Construyeron una maciza casa de hormign, consiguieron electricidad y, unos aos ms tarde, agua corriente y alcantarillado. Llegaron los autobuses e incluso un metro que conecta San Juan de Lurigancho con el resto de la ciudad. Sus hijos lograron realizar estudios terciarios y obtuvieron empleos en hospitales, en el municipio y en la marina. Para Amalia y Eusebio, igualmente impor-tante fue un papel que le dio el gobierno: el ttulo que reconoca que eran propietarios formales del terreno de 120 metros cuadrados en el que vivan. Hoy en da, la pareja sigue viviendo en la misma casa color durazno, aunque su hogar al igual que el barrio ha experimentado trans-formaciones a lo largo del tiempo. La casa, que tena originalmente un solo piso, es ahora un edificio de cuatro pisos que alberga ocho

    apartamentos de dos dormitorios, uno para cada uno de sus hijos adultos. Para Amalia, una abuela de 71 aos de edad de hablar pausado y cabello negro que le llega al hombro, esto fue siempre parte del plan. Al principio, cuando construimos la casa, dice, siempre pens que sera para mis hijos. Es mi casa y es para ellos. Sin embargo, para sus hijos, que gastaron el equivalente a decenas de miles de dlares en la construccin de los pisos superiores, la situacin en la que viven actualmente los deja en un limbo legal, donde la propiedad de sus apartamentos se fundamenta solamente en un acuerdo verbal con sus padres, en lugar de documentos legales.

    Volver a la informalidadEste caso pone de relieve una nueva tendencia que tiene desconcertados a los expertos en

    El hogar de Marcelo Nez y Marta Nicho de Nez en San Juan de Lurigancho (izquierda) podra caer en la informalidad, ya que no han registrado el piso adicional que estn construyendo para su hija y su nieto (derecha). Crdito: Max Cabello Orcasitas.

    Despus de aos de pedir ttulos legales de propiedad para sus casas, los residentes dejan ahora que sus propiedades queden fuera de la regularizacin, ya que no utilizan el registro nacional para documentar las transacciones inmobiliarias.

    POSEER

    Y

    CONSERVAREn riesgo los ttulos de propiedad en Per

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    desarrollo urbano y derechos de propiedad en Per. Despus de aos de pedir ttulos legales de propiedad para sus casas, los residentes dejan ahora que sus propiedades queden fuera de la regularizacin, ya que no utilizan la Superin-tendencia Nacional de los Registros Pblicos (SUNARP) para documentar operaciones inmobi-liarias tales como ventas, cambios de titularidad

    sus padres hace 40 aos: nuevamente estn en una situacin de informalidad. En trminos urbansticos, esto es una bomba de tiempo.

    El surgimiento de los asentamientos informales en PerDe manera similar a otras capitales latino- americanas, Lima experiment una explosin demogrfica durante la segunda mitad del siglo pasado, a medida que las personas migraban desde todos los puntos del pas a esta rida ciudad costera en busca de una vida mejor. En 1950, en Lima vivan menos de un milln de personas. Para el ao 2000, la cantidad de poblacin se haba inflado a 7,4 millones, segn los datos de la Divisin de Poblacin de las Nacio-nes Unidas. Hoy en da, la capital peruana alberga a ms de 9 millones de personas, lo que represen-ta casi un tercio de la poblacin total del pas. Los motivos por los que se da esta migracin interna en Per son variados, aunque la causa principal son las dificultades polticas y econmicas que experimenta el campo. En la dcada de 1970, la economa rural se vino a pique despus de una fallida reforma agraria llevada a cabo por el gene-ral Juan Velasco, un dictador militar de izquierda. La economa se vio sacudida nuevamente a principios de la dcada de 1980 durante una de las peores tragedias climatolgicas que se hayan registrado ocasionadas por El Nio, que caus terribles inundaciones y un colapso de la indus-tria pesquera. Aproximadamente por esa misma poca, los rebeldes de izquierda de Sendero Luminoso iniciaron una violenta insurgencia en las zonas montaosas del sur, lo que forz a muchos residentes a huir hacia Lima para escapar del sangriento conflicto que dejara un saldo de cerca de 70.000 vidas. En Lima, el gobierno no estaba preparado para esta ola migratoria. Los nuevos residentes, sin tener un lugar donde vivir, comenzaron a apropiarse de terrenos vacantes en las afueras de la ciudad, en ocasiones enfrentndose a la polica. Uno de esos desarrollos informales se convirti luego en San Juan de Lurigancho. Hctor Nicho, un lder comunitario del lugar,

    recuerda la impotencia de las autoridades ante la marea de personas que ocupaban las tierras con la esperanza de hacerlas suyas. Nicho, que era slo un nio cuando particip en la invasin de los terrenos hace unas cuatro dcadas, lo relata de esta manera: El primer da de la invasin hubo 15 20 personas. Al da siguiente, hubo 500. Y al tercer da, 1.500. ramos cada vez ms. No podan detenernos, aun cuando el Estado haba enviado a la polica. La ocupacin de terrenos se produjo en toda la ciudad de Lima, resultando en la creacin de distritos como Villa El Salvador (al sur de la ciudad) y San Martn de Porres (al norte). Los ocupantes ilegales eran algunos de los residentes ms pobres de la ciudad, que vivan en reas caracterizadas por la falta de presencia estatal y por una amplia economa informal. Hacia finales de la dcada de 1980, la situacin no haca ms que empeorar. La economa peruana entr en espiral hasta la hiperinflacin. Sendero Luminoso, que haba estado confinado a las zonas montaosas rurales, comenz a invadir Lima rpi-damente, amenazando con derrocar al gobierno e instalar un rgimen de tipo maosta.

    El programa de ttulos de propiedad de de SotoPor ese entonces, Hernando de Soto, economista peruano, propuso una manera de salir del caos. De Soto sostena que otorgar ttulos legales de propiedad disparara el desarrollo, ya que permi-tira a los pobres obtener ventajas con sus bienes individuales en la economa formal y acceder al crdito. Sin embargo, segn de Soto, existan barreras burocrticas complejas y costosas que impedan que esto ocurriera. Se dieron cuenta de que uno de los principales obstculos a la hora de registrar las propiedades en Per era su propio registro de la propiedad, explica ngel Ayala, abogado y experto en registro de la propiedad. El problema no era la informali-dad, sino que el sector formal no te dejaba acceder a l, aade en referencia a las normas del gobierno para el registro de la propiedad que en ese momento eran complejas y costosas. Per abraz las ideas de de Soto, lo que gener un nuevo marco legal con el fin de brindar ttulos de propiedad a personas como los

    Los hijos estn viviendo ahora la misma situacin que vivieron sus padres hace 40 aos: nuevamente estn en una situacin de informalidad. En trminos urbansticos, esto es una bomba de tiempo.

    san Juan de Lurigancho es el distrito ms poblado de Lima, con ms de un milln de habitantes. Crdito: Max Cabello orcasitas.

    dentro de una familia o la construccin de otros pisos que luego se subdividen en apartamentos. Como resultado de ello, las propiedades vuelven a estar dentro de la categora de informalidad y el registro pblico no refleja adecuadamente a los verdaderos propietarios. Este problema representa un creciente motivo de preocupacin para los expertos en polticas, quienes opinan que esta situacin podra dar como resultado grandes costos socia-les, econmicos y legales. Sin un registro legal, pueden surgir rpidamente controversias entre hermanos acerca de la propiedad de un hogar familiar despus del fallecimiento de sus padres. Resolver estas controversias puede implicar altos costos legales en los tribunales de Per, que ya estn sobrecargados y funcionan con lentitud. Los propietarios informales no pueden utilizar su propiedad como garanta para solicitar un crdito bancario formal y, si deciden poner la propiedad en el mercado, deben enfrentar un valor de reven-ta mucho ms bajo. Adems, existe el riesgo de debilitar la sostenibilidad del programa de ttulos de propiedad pionero en Per, una herramienta popular diseada para promover el desarrollo econmico que ms tarde fue emulada en todo el mundo. Tal como indica Julio Caldern, socilogo peruano, investigador del Instituto Lincoln y ex-perto en derechos de propiedad: Los hijos estn viviendo ahora la misma situacin que vivieron

    The Risks of Deregularization

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    dos Unidos, Bill Clinton. Per, como pas pionero en este programa, se convirti en un modelo para otros pases de Amrica Latina, frica y Asia que tambin estaban luchando contra la informalidad y la pobreza generalizadas. Casi 20 aos despus de la creacin del CO-FOPRI, los acadmicos han identificado varios beneficios sociales y econmicos derivados del otorgamiento de ttulos de propiedad. Por ejem-plo, segn muestran los estudios realizados, las familias que tienen un ttulo formal invierten ms en sus casas y en la educacin de sus hijos. Tam-bin tienen menos hijos. Sin embargo, los crticos del programa sostie-nen que la hiptesis principal de de Soto que los ttulos de propiedad aumentarn el acceso de los pobres al crdito formal simplemente no se hizo realidad como de Soto imagin. Estos crticos tambin sealan ciertas conse-cuencias no deseadas que son el resultado de los grandes programas de otorgamiento de ttulos de propiedad, tales como la manipulacin poltica y el incentivo que tienen los ocupantes ilegales para seguir invadiendo terrenos y creando nuevos asentamientos informales sin servicios, con la esperanza de que algn da puedan registrar sus propiedades.

    Los riesgos de la desregularizacinEn Per, uno de los mayores motivos de preocu-pacin es la sostenibilidad de los ttulos de pro-piedad, ya que una cantidad cada vez mayor de propiedades est cayendo en la desregulariza-cin. Muchos aos despus de haber ocupado los terrenos, los propietarios originales estn jubiln-dose o falleciendo. Sus propiedades, que, por lo general, pasan a sus hijos, estn volviendo a caer en la informalidad. Segn Fernandes, Lo que hemos observado es que, a partir de la segunda o tercera operacin inmobiliaria, las transacciones ya no se registran. Por diferentes motivos, la gente sencillamente deja de mantener sus propiedades en una condi-cin por completo legal. Por lo tanto, en unos po-cos aos, volveremos al punto cero en trminos de legalidad en el rea.

    A menos que se produzca un cambio en las tendencias, los expertos en polticas dicen que el enrgico programa de otorgamiento de ttulos de propiedad del gobierno podra desbaratarse, junto con sus beneficios. Los propietarios informales corren el riesgo de perder el beneficio ms bsico derivado del ttulo de propiedad: la seguridad de la tenencia y la proteccin legal contra el desalojo y el fraude. Y tambin podran enfrentar otros costos, como gastos legales para resolver diferencias sobre la propiedad. Tambin existen costos de oportunidad. Los propietarios informales no pueden usar su pro-piedad para acceder al crdito formal, y adems no recibiran una compensacin al valor justo de mercado si decidieran vender sus casas. Los alcances de la desregularizacin son difciles de medir. No obstante, segn un estudio reciente del Instituto Lincoln llevado a cabo por Oswaldo Molina, economista egresado de Oxford, slo se ha registrado formalmente un 21 por ciento de las segundas operaciones inmobiliarias sobre propiedades en reas que hace poco recibieron ttulos de propiedad en Per (Molina 2014). Segn Molina, cuando comenz la reforma,

    no se trataba slo de una cuestin de otorgar ttulos de propiedad a las personas sino de que mantuvieran la formalidad de sus propiedades. Entonces, qu pas con el 79 por ciento restante? Ahora vamos a tener muchsimas pro-piedades con ttulos, pero a nombre de otras personas.

    Motivos para no registrar las transaccionesOrtiz comenta que, durante su gestin como di-rector de la SUNARP, era muy raro que las perso-nas registraran las segundas transacciones de sus propiedades. Para l, esto ha sido una desilu-sin. Yo crea en el modelo de la dcada de 1990, dice Ortiz, que fue director de la SUNARP durante los comienzos del gobierno del presidente Ollan-ta Humala en 2011. Ahora, unos 30 aos des-pus, veo que puede echarse todo a perder. Las causas de la desregularizacin no son muy claras, aunque los expertos apuntan a pro-blemas culturales y cambios en las polticas pblicas como algunos de los motivos ms importantes.

    Retegui, que vivan en asentamientos informales en lugares como San Juan de Lurigancho. En 1996, el gobierno cre la Comisin de For-malizacin de la Propiedad Informal (COFOPRI), que dirigira un programa nacional de otorga-miento de ttulos de propiedad urbanos. Adems se cre un registro paralelo, el Registro Predial Urbano. Este registro, que se concentr solamen-te en los asentamientos informales de Lima, re-cort los requisitos para el registro de las propie-dades, lo que permiti a los propietarios pobres de terrenos obtener ttulos en forma rpida y a bajo costo.

    Amalia Retegui (centro) subdividi su hogar en San Juan de Lurigancho para construir pisos adicionales con apartamentos para sus hijas y sus respectivas familias. Crdito: Max Cabello Orcasitas.

    COFOPRI redujo el tiempo necesario para obtener un ttulo de 7 aos a 45 das, dis-minuy la cantidad de trmites de 2.007 a 4, y baj los costos de registro de US$2.156 a una suma casi nula.

    Los resultados fueron impresionantes. Segn un informe del Instituto Lincoln denominado Regularizacin de asentamientos informales en Amrica Latina, cuyo autor es el abogado bra- sileo Edsio Fernandes, el COFOPRI redujo los tiempos necesarios para obtener el ttulo de 7 aos a 45 das, disminuy la cantidad de trmites de 2.007 a 4, y baj los costos de registro de US$2.156 a una suma casi nula. Desde su creacin, el COFOPRI ha emitido cerca de dos millones de ttulos de propiedad, lo que lo convierte en uno de los mayores programas de este tipo en el mundo. Tal como seala Jorge Ortiz, exempleado de COFOPRI y ms tarde director de la SUNARP (el registro tradicional de Per): Los empleados del organismo trabajaban 24 horas al da. Verdadera-mente se identificaron con lo que estaban ha-ciendo. La poltica sobre ttulos de propiedad de de Soto se convirti en la manera preeminente de abordar el tema de la regularizacin del suelo en todo el mundo. Recibi elogios de varias organiza-ciones dedicadas al desarrollo, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, y de polticos como el expresidente de los Esta-

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    En muchos lugares de Per, existe un gran respeto por las decisiones que los padres transmiten en forma verbal, aun en relacin con importantes cuestiones de tipo legal, como el registro de propiedad. En aquellos casos en que el hogar familiar se subdivide, los hijos dependen de sus padres los propietarios para firmar la transaccin y as poder obtener un ttulo formal. Segn los expertos, muchos padres no tienen problemas de que sus hijos paguen por la subdi-visin, pero no consideran la posibilidad de otor-gar un ttulo formal, ya que creen que un acuerdo verbal es suficiente para dividir la propiedad. En otros casos, los padres se niegan a otorgar un ttulo por temor a perder el control de sus casas.

    A medida que la disponibilidad de terrenos es cada vez ms escasa, la demanda de viviendas se ha mantenido slida. En consecuencia, la ciudad ha comenzado a expandirse hacia arriba y los edificios de apartamentos estn reempla-zando a las casas. Los precios inmobiliarios tambin se han disparado debido al fuerte crecimiento econ-mico que Per experiment durante los ltimos diez aos. Para las familias jvenes de clase media-baja, los precios cada vez ms altos les hacen cada vez ms difcil acceder a una casa propia. A fin de ayudar a sus hijos, los padres que se asentaron en las afueras de Lima hace unas dcadas ahora estn agregando dos o tres pisos a sus casas para subdividirlos luego en apartamentos. En San Juan de Lurigancho, Melly Rosas, una mujer de 53 aos que trabaja de secretaria en una iglesia, decidi agregar tres pisos ms a su casa cuando vio cmo les costaba a sus hijos casados ahorrar el dinero necesario para comprar una propiedad. Al principio, este no era nuestro plan, dice Rosas, pero era muy costoso para mis hijos comprar un terreno mientras pagaban un alquiler. Estamos construyendo hacia arriba porque ya no hay ms espacio, agrega Rosas, en refe-rencia a la creciente cantidad de edificios que han aparecido en su barrio. Rosas y su esposo, Ricardo, no han averigua-do cmo otorgarles los ttulos de propiedad de los apartamentos a sus hijos, aunque ya lo estn evaluando. Segn Rosas, sabemos que tenemos que hacerlo, porque as ellos tendrn menos problemas. Pero por ahora, todo es un acuerdo verbal. A una corta distancia en automvil, en una tranquila calle residencial, Marcelo Nez, un zapatero de 52 aos, vive en una casa espaciosa con techos altos que ayudan a mantenerla fresca en los calurosos veranos de Lima. Anexo a la casa hay un pequeo negocio, donde su esposa vende refrescos y patatas fritas. Al igual que hicieron sus vecinos, Nez y su familia construyeron lentamente su casa durante

    los ltimos 30 aos, una pared cada vez. Ahora su hija de 28 aos est construyendo un segundo piso, adonde ir a vivir con su beb. El hijo de Nez, de 25 aos, probablemente vivir en el tercer piso. Nez dice que no tiene intenciones de registrar los pisos superiores de su casa, aunque sern propiedad de sus hijos. Por mi parte, no he pensado hacerlo legalmente, porque somos una familia, dice Nez. Es bastante extrao hacer una subdivisin legal. Por lo general, esto se hace verbalmente. No obstante, Nez coincide con Rosas en que dejar a sus hijos una propiedad sin ttulo formal podra generarles problemas en el futuro. Si ellos estn de acuerdo, yo no tendra proble-mas en hacerlo legalmente, dice Nez. Sin embargo, los factores culturales no son el nico impedimento para registrar las propie-dades. Los expertos en polticas sealan que las personas como Rosas y Nez debern cumplir varios requisitos regulatorios muy costosos si deciden en algn momento formalizar sus propiedades. Segn los expertos, los obstculos surgieron debido a la decisin del gobierno de eliminar el Registro Predial Urbano, el registro paralelo creado al fin de acelerar el registro formal de las propiedades en los asentamientos informales de Lima. En 2004, Per fusion el Registro Predial Urbano con la SUNARP, el registro pblico tradi-cional, considerado demasiado costoso y buro-crtico. Los trmites ms simples que tena el Registro Predial Urbano para registrar las segun-das y terceras transacciones sobre un inmueble fueron reemplazados por los requisitos ms complicados y costosos de la SUNARP. Los crticos de esta decisin sealan que el gobierno realiz este cambio debido a la presin ejercida por grupos de poder que representaban a los notarios pblicos, quienes estaban preocu-pados ante la posibilidad de perder un lucrativo negocio a causa del Registro Predial Urbano. A diferencia del registro tradicional, el Registro Predial Urbano permita a los propietarios contratar a cualquier abogado, y no solamente a notarios, para legalizar sus transacciones.

    Segn Ayala, abogado especializado en ttu-los de propiedad, al regresar al antiguo sistema, los costos se quintuplicaron. La gente se neg a hacerlo. El problema no es cultural. Se trata de encontrar la forma de mantener el proceso de obtencin de ttulos dentro del sistema formal. La desregularizacin en Per tiene conse-cuencias de gran alcance para otros pases que establecieron sus propios programas de ttulos de propiedad siguiendo el modelo peruano. Sebastin Galiani, de la Universidad de Mary-land, y Ernesto Schargrodsky, de la Universidad Torcuato Di Tella (ambos economistas argentinos e investigadores del Instituto Lincoln) observaron

    San Juan de Lurigancho era una polvorienta zona en las afueras de Lima cuando Amalia Retegui y su familia se asentaron informalmente hace 30 aos. Crdito: Max Cabello Orcasitas.

    Para las familias jvenes de clase media-baja, los precios cada vez ms altos les hacen cada vez ms difcil acceder a una casa propia.

    Todava existe la cultura de respetar la deci-sin y la palabra de los padres, dice Jess Quis-pe, director de CENCA, un instituto de desarrollo urbano con sede en Lima que trabaja en San Juan Lurigancho. Muy pocas operaciones quedan plasmadas en el sistema legal. Existe una cultura de la informalidad. Ramiro Garca, director del programa urbano de DESCO, una organizacin de desarrollo perua-na, explica que muchas familias hacen caso omiso del registro pblico hasta que surge algn problema, como por ejemplo una controversia legal sobre la propiedad del inmueble. Es un trmite burocrtico, costoso y las familias no lo consideran necesario, seala Garca desde su oficina en Villa El Salvador. Con anterioridad a la explosin demogrfica en Lima, las familias que no podan acceder a comprar una casa podan mudarse a las afueras de la ciudad, ocupar un terreno y construir una casa. Hoy en da, ya no existen muchos lotes vacantes. Los que quedan se encuentran al borde de las montaas, terrenos que suelen ser inestables para vivir.

    La desregularizacin en Per tiene consecuencias de gran alcance para otros pases que establecieron sus propios programas de ttulos de propiedad siguiendo el modelo peruano.

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    Marcelo Nez tal vez deba pagar tarifas altas para registrar el apartamento que su hija est construyendo en el segundo piso de su casa y conservar as el registro formal de la propiedad. Crdito: Max Cabello Orcasitas.

    ryan dub es un periodista canadiense

    que vive en Lima, Per. Sus artculos han

    sido publicados en The Wall Street Journal,

    The Globe & Mail y Latin Trade. Tambin ha

    trabajado en proyectos para la Unidad de

    Inteligencia de The Economist. Contacto:

    [email protected].

    REFERENCIAS

    Fernandes, Edsio. 2011. Regularizacin de

    asentamientos informales en Amrica Latina.

    Cambridge, MA: Lincoln Institute of Land

    Policy. www.lincolninst.edu/pubs/dl/1962_1283_

    Regularization%20PFR%20Span%20Rev%202012.pdf

    Galiani, Sebastin y Ernesto Schargrodsky.

    2013. Land De-Regularization. Documento

    de trabajo. www.utdt.edu/ver_contenido.php?id_

    contenido=2674&id_item_menu=4526

    Molina, Oswaldo. 2014. Loss of Plot

    Formality through Unregistered Transactions:

    Evidence from a Natural Experiment in Peru.

    Documento de trabajo. Cambridge, MA:

    Lincoln Institute of Land Policy. www.lincolninst.

    edu/pubs/2447_Loss-of-plot-formality-through-

    unregistered-transactions

    que en un suburbio de Buenos Aires donde recien-temente se haban otorgado ttulos de propiedad, una parte importante de las propiedades estaba cayendo nuevamente en la informalidad. En un estudio de 2013, los autores concluyeron que la desregularizacin probablemente se deba a que el costo para mantener la formalidad de las propiedades era inaccesible para las personas (Galiani y Schargrodsky 2013). Este no es slo un problema peruano, dice Molina, el economista que estudi la desregulari-zacin en Per, sino algo mucho ms amplio que se da en toda la regin. Es un problema de visin a corto plazo de la reforma.

    Posibles soluciones

    Para frenar el aluvin de la desregularizacin, los expertos en polticas sealan que los gobiernos deben intervenir inmediatamente para impedir que en el futuro se generen programas costosos de otorgamiento de ttulos. Ya se han tomado algunas pequeas medi-das. En 2007, el gobierno promulg leyes para otorgar fondos a propietarios de bajos recursos con el fin de formalizar las subdivisiones de sus propiedades, un proceso que requiere, en primer lugar, registrar la construccin de la vivienda (el programa de registro en Per otorgaba a los residentes el ttulo de propiedad del terreno, no de la vivienda que se construa sobre el mismo). Sin embargo, los expertos en registros dicen que el programa de 2007 nunca se implement de manera completa. Lo que es ms importante, los expertos dicen que el gobierno debera restablecer los trmites simples, como aquellos que se eliminaron cuando el Registro Predial Urbano se fusion con la SUNARP. Segn Molina, algo concreto que puede hacerse es reconsiderar los mecanismos que se

    utilizaron anteriormente. El Registro Predial Urbano se cre con el fin de que los pobres pudieran obtener los ttulos de propiedad de manera correcta. Pero tal vez no sea suficiente hacer cambios slo en las regulaciones. Muchos expertos insis-ten en el hecho de que el problema requiere que las autoridades aborden tambin el tema ms amplio de la cultura de la informalidad en Per. Para ello, segn los especialistas, el gobierno debera lanzar una campaa con la finalidad de educar a los residentes sobre la importancia de mantener la formalidad de sus propiedades. Este es un problema que debe tratar el gobierno, dice Gustavo Riofro, socilogo e in-vestigador del Instituto Lincoln, quien ha dedica-do su carrera a estudiar los derechos de propie-dad. Tenemos una ciudad entera que ha sido construida por personas que enfrentan el mismo problema. Ya no se trata de un problema indivi-dual, sino social. Los funcionarios de la SUNARP dicen que estn trabajando para simplificar los trmites relacionados con las operaciones inmobiliarias sin poner en riesgo la seguridad legal que brinda el sistema actual. Sealan, adems, que estn trabajando para educar a las personas en a la importancia de utilizar el registro, aunque reco-nocen que el gobierno no ha logrado inculcar en la poblacin la importancia de la formalizacin. Hasta que exista una mayor aceptacin del sistema regulatorio, algunos abogados opinan que Per debera establecer la obligatoriedad del registro. A diferencia de muchos otros pases, Per no requiere el registro de las operaciones inmobiliarias, sino que es voluntario. Como asegura Ortiz: Debemos educar a las personas para que comprendan que el registro no slo les brinda seguridad sino que tambin genera valor. Pero hasta que tengamos una nueva cultura, ser necesario modificar el Cdigo Civil para requerir a las personas que registren sus propiedades. En el hogar de Amalia y Eusebio, en San Juan de Lurigancho, su hija de 40 aos, Emma, est an-siosa por hablar acerca de los ttulos de propiedad. Emma, que vive con su hijo en un apartamento del tercer piso, dice que la subdivisin de la

    vivienda familiar hasta ahora ha funcionado bastante bien. Los diferentes miembros de la familia respetan el espacio de cada uno, pero siguen reunindose los domingos para almorzar. Los hijos tambin ayudan a sus ancianos padres con algunos gastos, como los alimentos. No obstante, Emma sabe que es muy impor-tante definir legalmente la titularidad de la propie-dad, en particular despus de haber visto a otras familias quedar atrapadas en conflictos legales relacionados con sus propiedades. Emma cree que sus padres, a la larga, comenzarn el trmite para otorgar los ttulos de propiedad a sus hijos. Mi madre y mi padre todava se sienten bien fsicamente. Cuando esto cambie, creo que lo dejarn ir, dice Emma. Pero por el momento, todava lo mantienen todo junto. Para m, est bien.

    Para frenar el aluvin de la desregularizacin, los expertos en polticas sealan que los gobiernos deben intervenir inmediatamente para impedir que en el futuro se generen programas costosos de otorgamiento de ttulos.