Preparación para Una Dulce Sorpresa · y deja que descanse naturalmente – en una posición...

23
Preparación para Una Dulce Sorpresa Las instrucciones de Gurumayi acerca de la postura y la respiración Bienvenidos Bienvenidos al Satsang de Preparación para Una Dulce Sorpresa. Bienvenidas todas las personas que participan en los áshrams de Siddha Yoga, así como en los centros de meditación y en los grupos de canto y meditación de Siddha Yoga. Y bienvenidas todas las personas que participan desde el sitio web de Siddha Yoga vía webcast. Ahora me gustaría presentarme. Me llamo Asa Siegel. Ofrezco seva para la Fundación SYDA como charlista en eventos de enseñanza y aprendizaje de Siddha Yoga. Y es para mí un honor y un gusto ser su anfitrión en este Satsang de Preparación. PROPÓSITO DEL SATSANG En el satsang Una Dulce Sorpresa, los siddha yoguis escuchamos el Mensaje de Gurumayi para el año – el Mensaje de Siddha Yoga – ¡que los siddha yoguis estudiamos y practicamos durante los siguientes 365 días!

Transcript of Preparación para Una Dulce Sorpresa · y deja que descanse naturalmente – en una posición...

Preparación para Una Dulce Sorpresa

Las instrucciones de Gurumayi

acerca de la postura y la respiración

Bienvenidos

Bienvenidos al Satsang de Preparación para Una Dulce Sorpresa.

Bienvenidas todas las personas que participan

en los áshrams de Siddha Yoga, así como en los centros de meditación

y en los grupos de canto y meditación de Siddha Yoga.

Y bienvenidas todas las personas que participan

desde el sitio web de Siddha Yoga vía webcast.

Ahora me gustaría presentarme.

Me llamo Asa Siegel.

Ofrezco seva para la Fundación SYDA como charlista en eventos de enseñanza y

aprendizaje de Siddha Yoga.

Y es para mí un honor y un gusto ser su anfitrión en este Satsang de Preparación.

PROPÓSITO DEL SATSANG

En el satsang Una Dulce Sorpresa, los siddha yoguis escuchamos el Mensaje de

Gurumayi para el año – el Mensaje de Siddha Yoga – ¡que los siddha yoguis

estudiamos y practicamos durante los siguientes 365 días!

Gurumayi Chidvilasananda es la cabeza espiritual del sendero de Siddha Yoga.

Cuando los siddha yoguis reciben la gracia de Gurumayi y siguen las enseñanzas de

Gurumayi, sus vidas se transforman para mejorar.

Los siddha yoguis cultivan el deseo de estudiar y entender las enseñanzas de

Gurumayi en su totalidad.

Los siddha yoguis hacen el esfuerzo de practicar las enseñanzas de Gurumayi

con gran facilidad.

Los siddha yoguis reservan tiempo para asimilar el poder y la belleza de las

enseñanzas de Gurumayi.

Los siddha yoguis aplican las enseñanzas de Gurumayi en su vida cotidiana.

Los siddha yoguis comparten experiencias maravillosas acerca del poder que se

obtiene al seguir las enseñanzas de Gurumayi.

Gurumayi enseña a los siddha yoguis a experimentar su propia divinidad y permitir

que ésta brille en cada aspecto de sus vidas:

…en sus prácticas espirituales,

…en la forma en que piensan,

…en la forma en que se mueven,

…en la forma en que respiran.

En este Satsang de Preparación para Una Dulce Sorpresa, aprenderás y practicarás las

instrucciones de Gurumayi acerca de la postura y la respiración.

Gurumayi ha diseñado estas instrucciones específicamente para que las practiques

como preparación al Satsang de Una Dulce Sorpresa.

Meera Laube, profesora de meditación de Siddha Yoga, te conducirá a lo largo de las

instrucciones de Gurumayi.

Practicar estas instrucciones para la postura y la respiración es tu tarea

de preparación para Una Dulce Sorpresa.

Estas instrucciones para la postura y la respiración te apoyarán

para estudiar, practicar, asimilar y aplicar

las enseñanzas de Siddha Yoga

que recibirás

en el satsang Una Dulce Sorpresa.

¿Estás listo?

Bien, comencemos.

Bienvenidos.

Bienvenidos todos.

Bienvenidos a esta sesión de práctica de la postura y

la respiración.

Al seguir estas instrucciones,

permanece atento, mantén los ojos abiertos, permanece presente.

Deléitate en el dinámico juego

entre una postura relajada y una respiración relajada.

Empezarás estableciendo una postura estable y cómoda para sentarte.

El primer paso es crear una base sólida.

Ya sea que estés sentado en el suelo o en una silla,

siente como tus isquiones se conectan con la superficie debajo de ti.

Permíteme explicarlo,

cuando decimos “los isquiones” no nos referimos a

los huesos específicos,

más bien usamos el término “isquiones”

para las dos áreas redondas

que están en la base del pelvis.

Puedes localizarlas fácilmente sentándote en las palmas de las manos

y meciéndote suavemente hacia adelante y hacia atrás.

Pruébalo ahora.

¿Sientes los isquiones?

Siente cómo la base redonda de los isquiones se balancea en tus manos.

Ahora, al tiempo que quitas las manos, separa hacia los lados

los músculos bajo tus isquiones.

Permite que los isquiones hagan contacto

con el piso o la silla debajo de ti.

Muy suavemente lleva tu peso

primero al isquion derecho y luego al izquierdo.

Lleva el peso hacia adelante y hacia atrás,

y luego descansa en donde sientas que tu peso está centrado

y tu columna está cómodamente equilibrada sobre su base.

Nuevamente,

permite que los isquiones hagan contacto

con el piso o la silla debajo de ti.

Estás estableciendo una base sólida para una postura relajada.

Este es el siguiente paso:

revisa que las rodillas estén al mismo nivel que el pliegue de las caderas

o ligeramente más abajo.

El pliegue de la cadera es el lugar en donde el muslo se inserta en la cadera.

Si las rodillas están más arriba del pliegue de la cadera,

coloca un cojín firme o una manta doblada debajo de los isquiones.

Te daré un momento para que hagas ahora este ajuste.

Tener las rodillas al mismo nivel del pliegue de las caderas

o ligeramente más abajo

te ayuda a establecer una base sólida

y le da soporte a la curva natural de la parte baja de la espalda.

Si estás sentado en el suelo,

puedes colocar un pequeño cojín bajo cada rodilla

para darle más soporte.

Recuerda que las rodillas deben estar al mismo nivel del pliegue de las caderas

o ligeramente más abajo.

Si estás sentado en una silla

asegúrate de que ambos pies estén apoyados en el suelo

y paralelos entre sí.

Coloca los tobillos justo debajo de las rodillas.

Si los pies no te llegan al suelo, coloca una manta doblada debajo de ellos.

Si estás sentado en una silla o con la espalda contra la pared

puedes dar apoyo

a la curva natural de tu columna

colocando un pequeño cojín o una manta doblada

detrás de la parte baja de la espalda.

Nuevamente, siente cómo los isquiones se conectan

a la superficie debajo de ti.

Siente como tu peso descansa a través de los isquiones.

Has creado una base sólida

para una postura sentada, firme y relajada.

Ahora, desde esta base sólida

imagina que la energía asciende suavemente en espiral

desde la base de la columna

hasta la coronilla de la cabeza.

Puedes visualizarlo así:

tu base sólida es como la base de una montaña.

Todo tu torso es la majestuosa montaña

que se eleva desde esa base firme.

La energía se mueve desde el centro de la tierra

y atraviesa el centro de la montaña

hasta llegar a la cima.

Una suave brisa acaricia a la montaña

por dentro y por fuera:

es tu respiración.

Esta postura es flexible y suave.

No estás tratando de "sostener" tu cuerpo en la posición "correcta".

Sencillamente imagina que la energía se extiende en dos direcciones –

se libera totalmente hacia la tierra

y al mismo tiempo se eleva hasta el cielo.

Desde esta columna central, rayos de energía irradian en todas direcciones.

Al imaginar esto, toda tu espalda se alarga suavemente.

En realidad no estás haciendo nada.

Sencillamente permites que tu cuerpo responda

al pensamiento de alargar.

Estás restaurando el espacio natural de tu columna,

y creando más espacio entre cada vértebra.

Las vértebras son los huesos de la columna vertebral;

están en delicado equilibrio, una encima de la otra.

Entre cada una de ellas hay un suave disco acojinado.

Cuando simplemente piensas en que la espalda se alarga,

se crea más espacio en cada disco acojinado.

Puedes visualizar que cada vértebra flota en un cojín de luz.

Imagina a toda tu columna

envuelta con la suave Kundalini Shakti, la energía Kundalini.

Mantén los ojos abiertos. Deja que tu mirada sea suave.

Ahora lleva tu atención a los hombros.

Imagina que los hombros se alejan uno del otro

hacia los lados opuestos de la sala.

Los hombros y brazos están relajados y ligeros.

Los brazos descansan de forma natural a lo largo del torso,

desde los hombros a los codos,

desde los codos hasta las manos.

Tus manos descansan suavemente en los muslos.

Hasta ahora, has creado una base sólida.

Toda tu espalda se encuentra suavemente alargada.

Los hombros y los brazos están cómodos.

Y ahora lleva tu atención al cuello.

Para calentar los músculos del cuello, harás unos suaves estiramientos.

Primero, conéctate con tu respiración

y luego suave y cómodamente

gira la cabeza a la derecha

hasta que sientas que se empieza a estirar,

y luego suave y cómodamente gira la cabeza a la izquierda.

Cuando sientas que apenas se empieza a estirar

gira la cabeza a la derecha nuevamente.

Mientras continúas girando la cabeza de lado a lado,

permanece consciente de la respiración.

Observa cómo la respiración apoya los movimientos de tu cuerpo.

El corazón disfruta estos movimientos.

Y a su vez, esta alegría conduce

al movimiento natural de la respiración.

Así que conéctate con la respiración y permite que tu cuerpo se mueva.

Regresa la cabeza al centro

y deja que descanse con naturalidad – en una posición neutra.

Ahora el segundo estiramiento suave.

Primero conéctate con tu respiración

y permite que toda la espalda se alargue

mientras inclinas ligera y suavemente la cabeza

hasta que sientas que apenas se empieza a estirar,

y luego regresa la cabeza al centro.

Haz esto algunas veces a tu propio ritmo.

Inclina tu cabeza apenas lo suficiente para empezar a sentir el inicio de un

estiramiento.

No debes sentir ningún estirón.

Si tu torso se empieza a doblar o a curvar en la forma de una “C” incluso un poquito,

contrarréstalo permitiendo que tu columna se alargue

y la nuca se sienta suave y libre.

Nuevamente, permanece consciente del movimiento natural de la respiración.

La calidez de la respiración suaviza la rigidez de los músculos.

Y la calidez de los músculos llena de energía a la respiración.

Así que conéctate con la respiración y permite que tu cuerpo se mueva.

Ahora, regresa la cabeza al centro,

y deja que descanse naturalmente – en una posición neutra.

¿Sigues consciente de la respiración? ¿Sigue contigo?

¿O se está ocultando en algún lado, esperando tu atención?

Bueno...

Invita a tu respiración

a salir y jugar con los movimientos de tu cuerpo

- mientras hacemos un último calentamiento para el cuello.

Suavemente ladea la cabeza,

llevando tu oído derecho hacia el hombro derecho

hasta que sientas que apenas se empieza a estirar.

Luego regresa la cabeza suavemente hacia el centro.

Ahora haz esto con el lado izquierdo:

Conéctate con tu respiración

y luego ladea la cabeza con cuidado

llevando el oído izquierdo

hacia el hombro izquierdo

hasta que sientas que apenas se empieza a estirar.

Luego regresa la cabeza suavemente al centro.

Continúa moviendo la cabeza de este modo unas cuantas veces

a tu propio ritmo.

Continúa respirando con naturalidad

incluso mientras te enfocas atentamente

en estos movimientos distintos del cuerpo.

El movimiento de la respiración tranquiliza la mente.

La mente le indica a tus músculos que se relajen.

Los músculos se vuelven flexibles

y permiten que la respiración se mueva libremente.

Así que conéctate con la respiración y permite que tu cuerpo se mueva.

Lleva la cabeza de nuevo al centro -

y deja que descanse naturalmente – en una posición neutra.

Has completado los estiramientos del cuello, así que ahora,

coloca con delicadeza la palma de la mano en la nuca ,

y dale un suave masaje a los músculos del cuello.

Al masajear delicadamente el cuello,

la sangre fluye hacia esos músculos aportándoles calidez y bienestar.

Ahhhhhhh….

Ahora, con las dos manos,

incluye dentro de este amoroso masaje a

los músculos que van de tu cuello a los hombros.

Permite que tus manos descansen con naturalidad sobre los muslos.

Ahora, lleva tu atención a los músculos de la nuca.

Sin hacer nada,

sencillamente permite que estos músculos se alarguen y relajen.

Cuando los músculos de la nuca se aflojan

liberan tensión.

Se relajan.

Sencillamente permite que los músculos de la nuca se aflojen y se alarguen.

Está es una imagen que podría ayudarte a visualizar como se alargan los músculos.

Visualiza un campo de flores

que se elevan entusiastas hacia la calidez del sol de la mañana.

Conforme los músculos de la nuca se alargan y aflojan,

la cabeza va hacia arriba con naturalidad.

También va un poco hacia adelante.

Es como si estuvieras a punto de inclinar ligeramente tu cabeza hacia adelante.

Sin meter la barbilla ni hacer nada,

imagina sencillamente esta ligera inclinación

y permite que la cabeza se relaje hacia arriba y adelante.

Mantén los ojos abiertos. Imagina que miras hacia el horizonte.

La cabeza descansa en una posición neutra,

equilibrada delicadamente sobre tu columna.

¿Sabías que la parte superior de la columna está al nivel de las orejas?

La cabeza está boyante, flotando encima de la columna,

como un loto en su tallo descansa en la superficie de un lago.

Ahora, lleva tu atención a la cara y a la mandíbula.

Con las yemas de los dedos puedes dar un suave masaje a la mandíbula.

Ahhhh….

Asegúrate de dar un masaje a toda

la mandíbula, hasta su articulación.

La articulación de la mandíbula está justo frente a tus orejas.

Ahora le puedes dar unos ligeros toquecitos a toda tu cara.

Deja que los músculos faciales sepan que es hora de relajarse.

Puedes dejar que las manos descansen en los muslos.

La mandíbula está relajada.

Hay espacio y bienestar en la articulación de la mandíbula.

Visualiza como se relaja la mandíbula.

La lengua descansa en la base de la boca.

Los dientes no están apretados, hay espacio entre ellos.

Los labios se tocan muy suavemente.

Todos los músculos alrededor de la boca están relajados.

Los músculos de la cara están relajados.

La frente está relajada.

Toda la piel de la cara está libre de tensión.

¿Tienes los ojos abiertos?

Permite que tu mirada sea suave.

Disfruta el movimiento natural de tu respiración.

Nota cómo el cuerpo se siente expandido, flexible y fuerte.

Hasta este momento en esta sesión de práctica

has establecido tu ásana, tu postura.

Una postura relajada.

Todo en tu ser está RELAJADO.

Ahora, nuevamente, lleva tu atención a la respiración relajada.

Inhala... y exhala...

Al inhalar y exhalar

tu cuerpo entero responde a la respiración.

Observa este movimiento como de olas

conforme la respiración se mueve en el cuerpo

al frente, atrás, y en ambos lados.

Nota el suave movimiento de la espalda,

arriba, en medio, abajo,

conforme la respiración entra… y sale….

Nota el suave movimiento del pecho,

conforme la respiración entra… y sale…

Nota el suave movimiento a los lados del torso

conforme la respiración entra… y sale….

Disfruta el movimiento natural de la respiración mientras se mueve en tu cuerpo.

Al frente, atrás, y en ambos lados.

Para hacerte dueño de este proceso de respiración,

si existe alguna imagen que te ayude,

por favor visualízala.

Lo más importante

es que la respiración fluya libremente

y que tú la disfrutes.

Inhalación y exhalación…

Los suaves movimientos de tu cuerpo

invitan a la respiración a ondular en su libertad.

El poder de la respiración, prana Shakti, penetra todo tu ser.

Muy bien.

¿Aún tienes los ojos abiertos? Permite que tu mirada sea suave.

Ahora vas a hacer un ejercicio

para crear aún más espacio

y que la respiración fluya libremente

a través de todo el cuerpo.

Quiero mencionar desde ahora que éste es un tipo de

ejercicio muy interesante, nuevo y único.

Así que diviértete.

Al practicar este ejercicio es posible que los ojos se te humedezcan

un poco o que tengas que limpiarte la nariz.

Así que asegúrate de tener algunos pañuelos

desechables a mano antes de que empecemos.

Te daré un momento ahora para que los tomes.

¿Listo?

Primero daré las instrucciones

y luego te diré cuando sea el momento de empezar a practicar.

Escucha con atención.

Empezarás inhalando por la boca,

como si empezaras a bostezar,

se le llama respiración de bostezo.

Luego exhalarás - manteniendo la boca abierta.

Inhalarás nuevamente - otra inhalación de bostezo -

y luego una exhalación de bostezo.

A medida que practicas,

haces un esfuerzo consciente para permanecer

justo con el inicio del bostezo

al inhalar , y exhalar.

A veces al bostezar

hay una tendencia a echar la cabeza hacia atrás.

Pero para este ejercicio, contrarresta esta tendencia.

Para lograrlo, permite que los músculos de la nuca

se alarguen mientras te enfocas en dejar que la mandíbula caiga.

Para que puedas experimentar lo qué quiero decir con

“dejar que la mandíbula caiga,” intenta esto:

Primero, coloca suavemente las yemas de tus dedos en la articulación de la

mandíbula.

Recuerda que la articulación de la mandíbula está justo frente a las orejas.

Puedes sentir el movimiento de la articulación de la mandíbula

cuando abres y cierras la boca.

Pruébalo ahora.

Siente con las manos como se mueven los huesos de la mandíbula en la articulación.

Cuando abres la boca, la mandíbula cae.

¿Lo puedes sentir?

Nota cómo puedes dejar que la mandíbula caiga completamente

sin echar la cabeza hacia atrás.

Esto es lo que haces cuando practicas la respiración de bostezo.

Permites que los músculos de apoyo de tu nuca

se alarguen mientras dejas caer la mandíbula.

Puedes dejar que las manos descansen en los muslos.

Renueva tu postura relajada.

Escucha mientras demuestro la respiración del bostezo.

El sonido que hace tu respiración es casi como el que escuchas cuando colocas el oído

en un caracol marino.

Muy bien, es el momento de practicar la respiración de bostezo. ¿Listo?

Te invito a intentarlo….

Respira por la boca como si empezaras a bostezar

y exhala cuando apenas inicie el bostezo.

Con la mandíbula caída, haz una inhalación de bostezo.

Al exhalar, mantén la mandíbula caída.

Continúa a tu propio ritmo.

Y sin echar la cabeza hacia atrás ni dejar que se caiga hacia adelante,

puedes hacer un gran bostezo. Ahhhhhhh.

Y ahora haz una pausa.

Si lo necesitas, usa un pañuelo.

Cuando practicas este ejercicio,

después de algunas respiraciones de bostezo

puedes permitir que todo el cuerpo

disfrute al relajarse en un bostezo completo.

En un momento, practicarás la respiración del bostezo nuevamente.

Escucha primero otra instrucción útil.

Al practicar la respiración del bostezo,

permite que la lengua descanse en la base de la boca

y mantén la punta de la lengua tocando ligeramente

la parte de atrás de los dientes inferiores.

Esto ayuda a evitar que bosteces totalmente.

Estás haciendo un dulce esfuerzo por disfrutar solamente el inicio de un bostezo.

¿Listo para volverlo a intentar?

Con la punta de la lengua tocando ligeramente la parte de atrás de

los dientes inferiores, inhala con el inicio de un bostezo

y manteniendo la boca abierta, exhala.

Continúa a tu propio ritmo la respiración de bostezo.

Muy bien, puedes hacer un bostezo completo.

Una deliciosa recompensa por enfocarte en tu práctica.

Si lo necesitas, usa un pañuelo.

La respiración de bostezo es un esfuerzo consciente de tu parte

para que la respiración misma

pueda moverse libremente en tu cuerpo,

sin obstrucciones.

Cuando haces una inhalación de bostezo,

y te quedas sólo con el inicio del bostezo,

creas una caverna de espacio

en la parte de atrás de la boca y la garganta.

Tu mandíbula cae y el velo del paladar se levanta.

El velo del paladar es la parte trasera del techo de la boca.

Para crear aún más espacio

puedes pensar en una “O” en la parte de atrás de la boca.

¿Quieres practicarlo una vez más?

Puedes hacerlo ahora…

Inhalación de bostezo... exhalación de bostezo.

Continúa a tu propio ritmo.

Permiso concedido. Puedes hacer un bostezo grande y completo

y luego permite que la respiración vuelva a su ritmo natural.

Con la respiración de bostezo

creas conscientemente un espacio

para que la respiración fluya libremente en todo tu cuerpo.

Al practicar la respiración de bostezo,

si sientes que se cansan la mandíbula

o los músculos de la garganta,

o si sientes seca la boca

puedes hacer una pausa en el ejercicio.

Traga unas cuantas veces, bebe un poco de agua.

Luego toma conciencia de nuevo de tu postura relajada

y reanuda el ejercicio de la respiración de bostezo.

Puedes practicar el ejercicio de la respiración de bostezo,

incluso acostado boca arriba.

Esto apoyará aún más tu práctica de la respiración de bostezo

sin echar la cabeza para atrás.

Cuando termines de practicar la respiración de bostezo

es bueno darle a la mandíbula y al cuello un suave masaje.

Así que adelante, hazlo ahora.

Dale a tu mandíbula un suave y amoroso masaje

con las yemas de los dedos.

Masajea suavemente la nuca y los músculos

que van del cuello a los hombros.

Ahhhhhhh….

¿Y por qué no? Masajea los brazos.

Masajea los antebrazos.

Ahora, frota las palmas de tus manos así-- y nota como se crea un calor entre las

manos cuando lo haces.

Ahora separa las manos un poco y siente la calidez, la energía entre ellas.

Nuevamente, frota las manos.

Ahora llévalas a la cara, y suavemente báñate en esa energía, esa calidez. Como si

estuvieras extendiendo un bálsamo por toda tu cara -- en la frente, los ojos, las

mejillas, los músculos alrededor de la boca.

Suavemente baña la parte superior de tu cabeza, y la parte de atrás de la cabeza.

Incluye el cuello y los hombros en este baño de energía cálida.

Suavemente baña los brazos,

Con gentileza baña todo el torso,

y la parte baja de la espalda.

Esparce esta energía sanadora por los muslos. Infunde tu cuerpo con esta calidez

renovadora.

Incluye las rodillas, las piernas, los tobillos y los pies.

No olvides los dedos de los pies.

Regresa a tu postura natural.

Nuevamente frota las manos para generar una energía vibrante.

Una vez más lleva las manos a la cara,

y con gentileza báñala con esta cálida energía.

Baña la nuca. Y el pecho.

Agradece a tu cuerpo por ser un instrumento de tanto apoyo para tu sádhana, el

instrumento con el que continuarás practicando de manera armoniosa y disciplinada.

Respiración relajada, postura relajada.

Para prepararte para Una Dulce Sorpresa

sigue practicando la postura y la respiración.

Estudia tu postura. Estudia tu respiración.

Para que tu estudio se integre a tu práctica

y para que tu práctica se integre a tu naturaleza,

debes estudiar y practicar diariamente.

Empieza cada día con la postura relajada y la respiración relajada.

Practícalas de manera disciplinada y con gran alegría.

Será divertido y vigorizante.

Al practicar la postura y la respiración,

creas un espacio natural en tu cuerpo.

Cultivas darle energía al espacio de tu mente.

Disfrutas un dulce espacio en tu corazón.

Acabas de seguir las instrucciones de Gurumayi para la postura y la respiración.

Al hacerlo,

has invocado la gracia de Gurumayi y,

definitivamente,

estás bien preparado para participar el 1º de enero en

el satsang Una Dulce Sorpresa.

Te invito a participar en este Satsang de Preparación vía webcast tantas veces como

puedas.

Reserva un tiempo todos los días para practicar la postura y la respiración.

En nombre de todos los siddha yoguis y en el mío propio -- ¡por supuesto! -- demos

las gracias a Gurumayi.

Gurumayi, gracias.

Gracias por estas instrucciones para la postura y la respiración.

Gracias por enseñarnos este maravillo medio para preparar nuestro cuerpo, mente

y corazón para recibir el Mensaje de Siddha Yoga.

Les deseo lo mejor en su preparación

para

Una Dulce Sorpresa

¡Que tengan un muy Feliz Año Nuevo!

Sadgurunath Maharaj ki Jay

© 2018 SYDA Foundation®. Derechos reservados.