Premios y castigos
Click here to load reader
-
Upload
psicoalmazan -
Category
Documents
-
view
1.501 -
download
5
Transcript of Premios y castigos
Escuela de Padres
1 Departamento de Orientación Psicopedagógica
Hay que partir de la base de que los niños y los padres perfectos NO EXISTEN.
Cualquier padre puede en un momento determinado dudar y preguntarse si lo
está haciendo bien. Muchas veces los hijos no se comportan como los padres
quieren, y cuando no logramos cambiar sus malos hábitos nos frustramos, nos
sentimos confundidos e incluso tendemos a tirar la toalla escudándonos en
argumentos como: “es que tengo un hijo muy difícil, con él las normas no
sirven”, “siempre ha de salirse con la suya, ya cambiará cuando sea mayor”,
“se portará mejor cuando crezca”,...
Está claro que nunca se tienen todas las respuestas. Pero, sí existen soluciones y
técnicas que resultan útiles para muchos padres. Aunque hay que recordar
que no se deben esperar resultados y mejoras demasiado pronto, sino que se
deben fijar metas. Los niños no pasan todos por las mismas etapas a las mismas
edades, ni son igual de maleables, y ya que cada padre es el que mejor
conoce a su hijo, debe fiarse de sus propios juicios y de su instinto.
PASOS PARA MODIFICAR EL COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
1º.- DEFINIR EL PROBLEMA. Antes de hacer cambios hay que saber qué es lo
que se desea cambiar. Las etiquetas que solemos ponerles a los niños, “es muy
tozudo...”, “es un desobediente...”, no sirven de nada, son muy generales, y
además no se trata de cambiar a todo el niño, sino solamente su conducta o
actitud. Hay que ser específico y aislar el problema.
Actuando de forma desorganizada e improvisada no funcionamos bien en el
trabajo, ni en casa, y tampoco en la educación de los hijos. Tenemos que
preguntarnos ¿qué es lo que el niño hace o no hace repetidas veces y me
disgusta?, ¿qué es exactamente lo que quisiéramos que hiciera?. Lo mejor en
estos casos es plasmarlo por escrito. Dividir una hoja por la mitad y escribir,...
PREMIOS Y CASTIGOS: SU UTILIDAD PARA EDUCAR A NUESTROS HIJOS
Escuela de Padres
2 Departamento de Orientación Psicopedagógica
MENOS VECES MÁS A MENUDO
Dejar el cuarto hecho un lío. Poner la ropa en un cesto
Decir palabrotas Hablar con educación
En la primera columna haremos una lista de comportamientos o hábitos
concretos que queremos que el niño elimine o haga menos; y en la segunda
columna pondremos el reverso o paralelo de esas conductas, las que se
pretenda conseguir más a menudo. Cada punto debe tener su paralelo.
2º.- ENFOCAR LOS PROBLEMAS UNO POR UNO. Una vez se haya decidido
exactamente qué es lo que queremos cambiar, hay que centrarse en cada
problema por separado, y empezar a trabajarlos uno por uno, resolviendo uno
antes de pasar al siguiente. Conviene empezar por un problema de fácil
solución, que pueda resolverse con rapidez, para que todo el mundo
comience con sensación de éxito. Además, cada pequeño cambio obtenido
afectará también a la conducta general del niño en un sentido positivo.
3º.- HACER SABER AL NIÑO LO QUE SE ESPERA DE ÉL. Se debe elegir un momento
tranquilo para explicarle al niño lo que vamos a hacer. Hay que utilizar
palabras sencillas porque muchas veces se les habla a los niños en términos
generales, como “tienes que ser más responsable” o
“pórtate bien”, y esto a veces significa muy poco para los niños pequeños.
Conviene hablarles de lo que se quiere que hagan de manera muy concreta.
4º.- SER MODESTO, SER PACIENTE. Rara vez se soluciona el problema de un niño
de la noche a la mañana. Cada pequeño signo de progreso que se vaya
obteniendo debe ser reforzado y elogiado.
5º.- SER CONSECUENTE Y CONSTANTE. Para conseguir el éxito final hay que ser
consecuente y constante. El padre y la madre deben actuar de común
acuerdo y de la misma manera ante la conducta conflictiva del niño, y es de
Escuela de Padres
3 Departamento de Orientación Psicopedagógica
gran ayuda si profesores, cuidadores y otros miembros de la familia que
tengan un contacto regular con el niño actúan de la misma manera.
La constancia es fundamental, y para ello es conveniente llevar un registro
para medir y anotar los cambios, así se observarán mejor los progresos y nos
motivará a continuar.
6º.- SER POSITIVO. En general, hay que ver la educación con mentalidad
positiva. No todo lo que hace el niño está mal, sólo hay algunos
comportamientos que no son adecuados y queremos cambiar. Y, ante todo,
el niño debe saber siempre lo mucho que le queremos y reforzarle cuando se
esté portando bien. Recordad que con un comentario positivo se consigue
mucho más que con una crítica.
TÉCNICAS BÁSICAS
Después de seleccionar el comportamiento que se desea cambiar hay que
elegir la técnica o estrategia a utilizar. Vamos a comentar cuatro técnicas
básicas, que seguro muchos de vosotros conocéis y habéis puesto en práctica
alguna vez. Son: elogiar, ignorar, recompensar y castigar.
Veremos en qué consiste exactamente cada una de ellas, cómo y cuándo
deben emplearse, y qué requisitos deben cumplir para que sean realmente
eficaces.
¿CÓMO ELOGIAR?
Es muy fácil para los padres, y se hace sin darse cuenta, centrar la atención en
lo que los niños hacen mal, y no darse cuenta de lo que hacen bien.
Normalmente surge más rápida la crítica que el elogio. Y la crítica constante
combinada con pocos elogios no da buenos resultados.
Pensamos que la buena conducta está garantizada y sólo centramos la
atención en la mala, con lo cual la estamos reforzando, porque el niño lo que
quiere muchas veces es “llamar nuestra atención”. Los elogios suelen dar
resultados inmediatos, pero también hay que saber cuándo darlos.
Escuela de Padres
4 Departamento de Orientación Psicopedagógica
Hay que elogiar el comportamiento y no la personalidad. Si centramos el
elogio sobre la acción; “Me gusta como le has hablado a la abuelita”, el
niño entenderá mejor cuál es la conducta que debe repetir. Hay que usar
pues elogios concretos.
Elogiar los adelantos. Se debe elogiar cada pequeño paso que se dé hacia
la conducta deseada.
Elogiar inmediatamente. Los elogios son más eficaces, sobre todo en niños
pequeños, cuando se producen pronto. No debe pasar mucho tiempo
entre el comportamiento positivo del niño y la respuesta de los padres.
Combinar elogios con amor incondicional. Los niños buscan de manera
natural conseguir la alabanza y la aprobación de sus padres. Además,
cada vez que se hace un comentario positivo del niño, se está trabajando
también su autoestima, se le está dando una imagen positiva de sí mismo, y
se va a sentir más seguro. Pero, al mismo tiempo, y paralelo al elogio, el
niño debe saber en todo momento que se le valora y se le quiere de forma
incondicional. Que el niño sepa que no necesita “ganarse” el amor de sus
padres, porque ya lo tiene.
¿CÓMO IGNORAR?
Un modo eficaz de eliminar comportamientos específicos es ignorarlos. Puede
que al aplicar esta técnica os parezca que no estáis haciendo nada en
absoluto, pero si ignoráis sistemáticamente algunos comportamientos que
queréis eliminar comprobaréis que se consiguen resultados asombrosos, y que
el niño deja de actuar de ese modo determinado porque no obtiene a
cambio el resultado que esperaba.
La ignorancia sistemática consiste en ignorar los comportamientos que
desagradan y, prestar atención y reforzar, los que agradan. Nunca se debe
hacer una cosa sin la otra.
Es evidente que no se pueden ignorar conductas peligrosas como correr suelto
por una calle con tráfico, o subirse a lugares peligrosos,... La técnica de ignorar
funciona bien normalmente con comportamientos que siempre han
provocado la atención de los padres y que le han permitido al niño salirse con
la suya. Un buen ejemplo son las RABIETAS.
Escuela de Padres
5 Departamento de Orientación Psicopedagógica
¿CÓMO RECOMPENSAR?
Las recompensas o premios actúan como refuerzos, y además proporcionan
motivación a la persona para conseguir objetivos. Un reforzador es, en cierto
modo, una recompensa, una gratificación y si se aplica o administra al niño
fortalece/aumenta su conducta antecedente.
Las recompensas que utilicemos pueden ser materiales; si se quiere utilizar un
reforzador material conviene que el niño tenga carencia del mismo para que
pueda ser eficaz, pueden ser recompensas sociales; la atención, la alabanza,
las sonrisas, los comentarios positivos,...y las recompensas de actividad; ver un
programa de TV, ir al cine, salir a jugar, ir de excursión familiar,...
Lo primero que hay que hacer es definir con exactitud lo que queremos que el
niño haga más a menudo, y explicárselo a él de manera sencilla y clara.
Cuando ponemos en marcha un sistema de recompensas es muy importante
cumplir siempre. Cuando el niño ha alcanzado el objetivo propuesto debe
obtener su recompensa a poder ser inmediatamente. Nunca debemos hacer
promesas que no podamos cumplir y tampoco cambiarlas, porque esto crea
malestar e inseguridad en el niño y no entrará en el juego.
Recordad: SE NECESITA TIEMPO. Modificar la conducta de un niño requiere
tiempo y la motivación adecuada. Al principio hay que recompensar
cualquier progreso y a medida que se vaya implantando la nueva conducta
las recompensas se irán aislando.
Es muy eficaz utilizar gráficos para anotar y contabilizar las veces que aparece
la conducta deseada. Cuánto más pequeño es el niño más importantes son
las medidas visuales.
Escuela de Padres
6 Departamento de Orientación Psicopedagógica
¿CÓMO CASTIGAR?
Todos los padres usan, de vez en cuando, el castigo como una forma de
enseñar al niño.
Cuando se le manda a su habitación o se le restringe el tiempo de ver la
televisión o se le quita algún juguete,...estamos castigando.
El problema es que esta técnica se suele utilizar de forma indiscriminada. Una
misma conducta unas veces se castiga y otras no. Y, en ocasiones, castigamos
también sin tener muy claro lo que ha pasado. Así, el castigo pierde toda
efectividad y es absurdo seguir utilizándolo porque no se consigue nada.
Además el castigo solo no produce los efectos deseados, hay que combinarlo
siempre con refuerzos positivos.
El castigo solamente es eficaz cuando hace que disminuya la aparición de
una conducta inapropiada.
Escuela de Padres
7 Departamento de Orientación Psicopedagógica
Requisitos para que un castigo resulte eficaz:
Usar el castigo con moderación. Si se usa demasiado a menudo el niño se
habitúa y deja de ser eficaz.
Siempre se ha de combinar con técnicas positivas. Castigar la conducta
inadecuada y reforzar y elogiar la adecuada.
No hay que aplazar el castigo porque también pierde eficacia, y además
el niño puede no relacionarlo con la mala conducta que lo causó.
Explicarle siempre las consecuencias al niño. Debe saber qué conductas no
son adecuadas y lo que va a ocurrir si continúa con ellas.
No hay que amenazar en vano porque perdemos credibilidad. Si decimos
que vamos a hacer algo y luego no lo hacemos, mejor estar callados. Hay
que ser firmes.
No hay que poner castigos exagerados "Un mes sin salir", porque nosotros
somos los primeros que no los vamos a cumplir, además hay que darle
siempre al niño la oportunidad para demostrar sus ganas de mejora y
cambio.
Evitar el castigo corporal.
El ser padre o madre no se completa en un día y la educación no es un
esfuerzo intermitente sino un esfuerzo constante y consecuente, debiendo ser
al mismo tiempo muy cariñoso y afectuoso con el niño. Hay mucho que
enseñar a un niño; valores, creencias, normas, sentimientos,... y se requiere
mucho tiempo y esfuerzo, pero indudablemente merece la pena.
Bibliografía recomendada
"COMO CAMBIAR LA CONDUCTA INFANTIL" GUÍA PARA PADRES. Autor:
Antonio Vallés Arándiga. Editorial MARFIL
"PORTARSE BIEN" Soluciones prácticas para problemas comunes de la
infancia. Ediciones MEDICI, S.A.