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Saluda Como Alcaldesa de Rota, siento un orgullo especial al

ver como un año más contamos con una edición del Libro de Pregones de Semana Santa, una apuesta por la conservación y la recopilación de parte de nuestra, historia, cultura y tradiciones que realizó este Gobierno Municipal que formamos Roteños Unidos y Partido Popular, de la mano del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Rota.

Pero a través de estas ediciones en las que dejamos testimonio del último pregón y rescatamos uno del pasado, también queremos hacer un reconocimiento a cada uno de los hombres y mujeres que han asumido la responsabilidad y el peso de exaltar nuestra Semana Santa.

Estoy convencida de que para José Torres Gallego, el pregonero de 1979 y para José Manuel Bernal Márquez el del pasado año 2014, exaltar la Semana Mayor de su pueblo ha sido un privilegio pero para nosotros no dejan de ser ejemplo de compromiso con su fe y con su ciudad. Personas que han puesto todo su buen hacer en transmitirnos su sentimiento cofrade.

Los pregones no son sólo palabras. Cada pregón es además de sentimiento, refl ejo de su tiempo, un mensaje en el que cabe la vida interior de las Hermandades, con una importante proyección social, que debe implicar y mover los corazones, que nos prepara a los creyentes para aquello que tiene que venir tras la Cuaresma, porque la Semana Santa es algo más que una fi esta, es sobre todo una demostración pública de nuestra fe.

A través de la edición de este libro comprobamos, como decía José Manuel en su pregón, que la Rota Cofrade está muy viva, que cuenta con pasado, presente y futuro porque el sentimiento, la llama de la fe, sigue estando ahí y no cambia, aunque cambien los tiempos.

María Eva Corrales CaballeroAlcaldesa de Rota

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Queridos Cofrades, queridos roteños:

Al llegar la Cuaresma, cada año el Excmo. Ayuntamiento y el Consejo Local de HH. y CC. fraguamos un programa de actividades culturales que ayudan también a dar realce y complementan las celebraciones que nos llevaran a vivir mas plenamente nuestra Semana Santa. Una de los actos mas signicativos es el Pregón que en esta LII edición estará a cargo del roteño José J. Arevalo Alonso.

La publicación de los Pregones fue un reto que nos propusimos en el año 2002 con la primera edición en solitario del Pregón del año 2000. Posteriormente cada año hacemos el esfuerzo de editar el del año anterior y otro de los pronunciados a lo largo de estas cincuenta y dos ediciones. En este año de 2015, tienes en tus manos los de los pregoneros roteños José Torres Gallego y José Manuel Bernal Márquez dos cofrades roteños de las Hermandades de la Salud y del Nazareno que demostraron con sus disertaciones el amor por las cofradías de nuestra Villa de Rota.

José Torres fue un destacado cofrade iniciador del Consejo de Hermandades y Hermano de las Hermandades de los Dolores y de la Salud. Y José Manuel Bernal es en la actualidad Secretario de la Hermandad de Nuestra Excelsa Patrona la Santísima Virgen del Rosario Coronada aunque pertenece también a la Hermandad de Jesús Nazareno de la que fue también Secretario. Los dos nos hicieron vivir unas jornadas entrañables que nunca podremos olvidar.

Mi felicitación a los pregoneros de nuestro pueblo y a todos los que aportaron sus vivencias cofrades públicamente en años anteriores. Mi enhorabuena a los pregoneros de esta nueva edición del tomo de pregones y mi gratitud en nombre del Consejo de HH.y CC. al Excmo. Ayuntamiento y a su Delegación de Cultura por continuar realizando este esfuerzo que agradecemos. Que Disfruten de la lectura un año más y, que la Semana Mayor de este año 2015 sea todo un testimonio de Amor cristiano.

Gregorio Sánchez AlonsoPresidente del Consejo Local de HH y CC

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XVIPREGÓN

DE LASEMANA SANTA

ROTEÑA

D. JOSÉ TORRES GALLEGO

ROTA, ABRIL DE 1979

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Por sinceros dictados del corazón, quiero expresar mi gratitud al Consejo de Cofradías por su propuesta de Pregonero de esta Semana Santa.

Gracias a mi buen amigo Pepe por estas inmerecidas palabras y esas cariñosas frases, fruto no de una realidad, sino de nuestra antigua amistad, nacida precisamente al calor entrañable de la Capilla de la Caridad.

A todos muchas gracias.

No quisiera comenzar mi pregón sin aclarar dos aspectos que considero adquieren importancia en estos momentos: el primero, que si este pregón carece de algún elemento que consideréis fundamental, pensad que ha podido olvidárseme por la tensión y el trabajo de días pasados. El segundo, viene dado porque hay quien confunde aspectos tan dispares como la fe, la religión y las buenas costumbres con los procesos políticos del momento y las tendencias que cualquier ser humano desee para bien de su pueblo. No creo justo, ni correcto conectar ambas cosas. Y sin más preámbulos, pasemos a cantar las glorias de la Semana Santa de Rota en este marco incomparable de la Casa de Dios.

Reverendo Sr. Cura PárrocoConsejo de CofradíasSeñoras y Señores:

Leía yo una vez unos versos de ese gran poeta gaditano que es Julio Mariscal, que pueden servir de prólogo por su fuerza y contenido:

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Ya nunca más. El viento, solo, juegaa rebuscar la vida por tu frente,mientras el mundo fl ota sin simientey la tarde sin fl ores se doblega.Ya nunca. Nunca el corazón se entrega:Amor … Piedad … Señor ¿Cómo se siente?¿Cómo, Señor, se doma la corrientede esa sangre podrida y andariega?Cristo está aquí clavado, remachadoa salivazo limpio por la oscuracerrazón de la noche de agonía.Cristo con una rosa en el costadoy la última palabra, seca y dura,colgándole del labio todavía.

Cuando me propusieron ser pregonero de la Semana Santa de mi propio pueblo, estuve tentado de no aceptar tal honor, por considerar que, llevado de mi amor hacia este rincón de Andalucía, pudiese cometer el error de exagerar en mis notas, o de dejar involuntariamente algo en el tintero que pudiese dañar subseptibilidades. Si así ocurre, pido perdón desde ahora. Si exagero en la descripción o narrativa de esta sin par Semana Santa, no es ni más ni menos que el cariño, la fe y el amor que profeso a todas y cada una de las Hermandades y Cofradías que componen el marco incomparable de nuestra Semana Mayor. Si por el contrario, algo se me olvida, es debido al cúmulo tan enorme de datos, anécdotas, historia, amigos, etc. etc. que han ido pasando por mi mente, en una larga película sin fi n, donde todo refl eja Semana Sana y que este humilde pregonero quisiera contar, pero el tiempo de un pregón y tantísimos datos disponibles harían interminables estas palabras.

Para hablar de la Semana Santa de Rota, como de la de

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otro lugar cualquiera, tenemos que comenzar por esas vísperas cofradieras, donde de verdad empieza a bullir ese enjambre de hermanos, curiosos, beatas, etc. que son el signo de lo que pronto va a dar comienzo.

Una serie de pequeños acontecimientos que no quedarán refl ejados en los anales históricos de la ciudad, pero si en la páginas embriagadoras del ambiente cofradiero. Vemos a esos hombres del campo haciendo fi la, en interminable petición de cirios, en la Secretaría de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Las entradas y salidas de la Capilla de la Caridad. La Capilla de San Roque abarrotada de pasos y un etc. de esos pormenores como pórtico de esa gran llamada.

Todo huele a Semana Santa. El aire que se respira lleva olor a incienso. Es el ofrecimiento que Dios nos hace para encontrarnos con El a través de Cristo y por mediación de María. Esta oportunidad de llegar a Dios se le ofrece a todos: desde el nazareno anónimo, perdido en las largas fi las de su Cofradía, hasta el que se solo se lanza a las calles para llenar sus sentidos de belleza y emoción. A todos llegará y de mil formas distintas: desde la mirada clara y penetrante de Jesús Nazareno, hasta los ojos de dolor y muerte del Cristo de la Veracruz; desde la mirada llorosa y sufrida de la Virgen de los Dolores, hasta la dulzura y consuelo de las Angustias.

Es necesario que todos despertemos ante estos acontecimientos. Que nuestros sentidos estén en aviso permanente para que el alma se inunde de espiritualidad, que se derrama generosamente por nuestras calles. De esta manera, con claveles, incienso, música, pasos, cera, bordados e imágenes seamos capaces de remontarnos hasta ese Dios invisible, fuente de todo ello.

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Rota despierta en estos días y se identifi ca con sus desfi les procesionales. Todos se lanzan a la calle para no perder detalle. Todo son comentarios: ¡este año no llueve! ¡hace una madrugada como no hace años! ¡los claveles de este año son blancos! ¡que mañana es Domingo de Ramos! Y así muchos que se repiten año tras año, como indicando que fue ayer mismo cuando salía su cofradía, aunque hayan pasado trescientos sesenta y cinco días.

Rota se identifi ca con sus imágenes. Pregúntale a un roteño por su Nazareno, por su Cristo, por su Virgen de los Dolores; ¡Si! ¡Cofrades! preguntad al pueblo sencillo y llano y os recitarán las más originales serie de Santos que este bendito pueblo tiene para entenderse con Dios.

Y le hablarán de su tradición cofradiera transmitida de padres a hijos. Una tradición que hay que cuidad y mantener para que con el paso del tiempo vaya dejando, son sólo un cúmulo de riquezas y expresión plástica, sino algo más rico y perdurable: una forma de ser y de comprender la vida de Cristo: el amor, el culto público, la pasión, el evangelio, la vida misma.

Estas cofradías tan incomprendidas y maltratadas por muchos, y que a veces, son lo único que el hombre encuentra para ponerse en contacto con Dios. Unas hermandades que solo buscan la convivencia y la caridad, y que muchos, en su afán destructivo, las vilipendian y desprecian sin llegar siquiera a conocer el por qué de las mismas, su pasado, su presente o su futuro.

Todos lo que hemos luchado y seguimos luchando por estas hermandades sabemos los muchos sacrifi cios que cuestan, sinsabores, incomprensiones, ataques etc. Pero ante este difícil

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camino ponemos nuestra fe, nuestra ilusión, nuestro sacrifi cio. No nos importan las criticas y las calumnias de esos detractores. Ante ellas nos oponemos con tesón y trabajo.

Adaptamos nuestras cofradías al mundo y exigencias modernos. Estamos formando a nuestros jóvenes cofrades, para que sean los que el día de mañana demuestren, con su poder y formación, que una hermandad es algo más que un paso, una imagen, una música o unos claveles. Buscamos la participación litúrgica y espiritual más intensa. Nos adaptamos a las exigencias pastorales del momento, pero nunca renunciaremos ni a nuestra tradición, ni a nuestras cosas más entrañables y queridas.

Porque las cofradías son depositarias de ese espíritu decantado durante siglos. Las situaciones de cambio o de ruptura miran con ojos extrañados a estas Hermandades, y un día, cuando parecía que todo se había olvidado, y que éramos cómplices de muchas cosas, aparece la verdad y nos vuelven a injertar en esa tradición de la que nunca debimos salir. Y así, hay algunos que se mofan cuando un nazareno arrastra sus pies descalzos por el húmedo suelo, o que porta una pesada cruz sobre sus hombros. La verdad es bien distinta, solo hacen falta ojos muy despiertos y corazón limpio y generoso para conocer la verdad y la realidad de la auténtica penitencia, de un auténtico sacrifi cio y de una veraz renuncia personal.

Por eso, hemos de estar los cofrades muy despiertos en todo momento, en vigilancia constante para no ser sorprendidos. A que el sacrifi cio, la renuncia y la entrega, aunque sea de unos pocos, siga siendo pilares fundamentales de la vida cofradiera. De este modo, nuestras cofradías podrán seguir siendo la esperanza de la vida cristiana de Rota. Y cuando en nuestra estación de penitencia, cumbre de la vida cofrade, vayamos en

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procesión, demos una lección de ofrenda por sí y por los que no la hacen. Y mucho dependerá su comportamiento el juicio que de nosotros harán. Salid a la calle con sentimientos penitenciales y evangelizadores, con el alma bañada de la gracia divina.

Con música o en silencio, con bullicio o sin él; es lo mismo. Así de rica y variada es la Semana Santa roteña. Con esta actitud, iremos labrando poco a poco el futuro cofradiero. Las hermandades, con honestidad y sinceridad, están tratando de responder al momento actual de la vida de la Iglesia. El futuro de nuestras cofradías es halagüeño. No van a desaparecer como algunos desearían. En un mundo como el actual, donde la fe está tomando derroteros peligrosos, estarán siempre las cofradías, como solución milagrosa, a todas las crisis de la vida espiritual. Y es verdad que las hermandades están dando ejemplo de honestidad y sinceridad, respondiendo al momento actual de la vida de la Iglesia, sin precipitaciones ni alocamientos, con aspectos tan sinceros que van, desde lo puramente cultural y artístico, hasta el de formación de sus hermanos. Nuestro futuro está clarifi cado: sin despreciar en absoluto nuestro peculiar y propio culto externo, desarrollaremos una profunda vida religiosa, en bien de nosotros mismos y de la Iglesia en general. Para ello tenemos que comprometernos a profundizar en el conocimiento de característica de la propia vida espiritual de la cofradía, nuestra más expresa sumisión a la jerarquía de la Iglesia y de las instituciones cofradieras.

Pero el cofrade ha de ser también el apóstol de la caridad. Se campo de acción es ilimitado. No basta con dar culto a Dios y decir: Vamos a crear las bolsas de caridad. El cofrade puede y debe hacer mucho más: se puede enseñar al que no sabe, se puede llevar a otros la cultura religiosa, se puede ayudar al hermano que se desvió, se pueden evitar injurias y calumnias. Este campo

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es inmenso, y en él pueden los cofrades dar auténtico testimonio de amor y hermandad. Ante esta llamada de la caridad entre hermanos no puede el cofrade volver la cabeza. Tiene que estar en permanente contacto con los problemas que le rodean y de conocer las necesidades de los demás. Y para ello, puede contar con toda una cofradía: directivos, hermanos, medios, etc. etc. Y además, tendrá siempre el apoyo y auxilio del director espiritual.

Quiero hacer mención especial en mi pregón a esta fi gura del director espiritual, porque muchos se preguntan: ¿Qué tiene que hacer un sacerdote en unas asociaciones seglares, regidas y gobernadas por seglares? Porque una cofradía tiene como fi n principal la misión de la Iglesia. Por que en una Hermandad está Cristo y su presencia solo se puede conseguir a través del sacerdote. De ahí las palabras de Pablo VI: “Cuanto más le exijamos al seglar, colaboración y actividad propia, tanto más le debemos suponer formado; y la formación queda reservada, principalmente, al ministerio del sacerdote; su función sigue siendo fundamental”. Con estas palabras queda claramente fi jada, cual es la misión del director espiritual de una cofradía. No es un fi scalizador, no tiene que ejercitar de cofrade, pero tiene que desarrollar en la hermandad una labor de exposición de la palabra de Dios, que es una de las fi nalidades de la vida cofradiera.

Otro elemento importante en el ejercicio de su misión es el testimonio de caridad y de unidad, no sólo entre los cofrades, sino con todo el pueblo de Dios. Y unidos en un todo misterioso y espiritual, entremos, al redoble de tambores, en esos momentos cruciales de la Pasión y Muerte de Cristo. Asomémoslo a la venta pura y cristalina de los Santos Evangelios, y busquemos con nuestros propios ojos, la parte más grande y triste al mismo tiempo: la que nos narra la muerte del Redentor. Contemplemos

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la narrativa del Evangelio de la Pasión que es el único capaz de hacernos comprender como aquella hora de apoteosis de fervor y de júbilo, de la solemne entrada de Jesús en Jerusalén, alfombradas su calles con las vestiduras de los que batían palmas y olivos, dejaran en el corazón de Cristo ecos lúgubres de tristeza y pena honda. Solo el Evangelio de la Pasión es capaz de hacernos comprender y explicar como el Hijo del Hombre, que tiembla y se conmueve ante la imagen de la Pasión, llevara en su semblante la seguridad y certeza de su gran triunfo fi nal.

En su oración habla el lenguaje de los más pequeños y débiles. Parece que se horroriza de la muerte y la acepta con ardor. Cae a tierra por tres veces bajo el peso del dolor, como el más débil de los hombres. Es llevado a los tribunales como un vulgar criminal. Se somete como un esclavo a la más cruel fl agelación. Sufre la sentencia de Pilatos. Carga con la cruz y por fi n muere.

Pero llegado a este momento aparece la verdad entre las verdades: no hablaba el lenguaje débil, sino el de los fuertes y valerosos. No le horroriza la muerte, la acepta con ardor. No es un criminal, porque en el tribunal habla como juez, inaccesible al temor. Ante la fl agelación proclama solemnemente su soberanía. Es crucifi cado pero conserva íntegramente su independencia y poder.

Y en este preciso instante, los cielos se conmueven, hace temblar la tierra, se oscurece y se eclipsa el sol, se abren los sepulcros, los hombres tiemblan, el mundo se estremece, y todos: los ángeles, los patriarcas, los poderes desatados del infi erno, el cielo, la tierra, sus amigos, sus enemigos, todos, hacen coro y eco de las sublimes palabras del Centurión: “Verdaderamente este era el Hijo de Dios”.

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Todas estas circunstancias tan contradictorias y opuestas, relativas a un mismo personaje, no pueden ser un invento de hombre. El hombre no es capaz de concebir siquiera la idea de presentar a un mismo sujeto, bajo un aspecto tan variado, de dotarlo de tan visos colores y con rasgos tan humanos imposibles de encontrar. Y con estos evangelios, como testigos de un sacrifi cio, tan rico e importante, penetremos por esas calle de Rota, por sus casas, por sus barrios, por su Semana Santa.

En esta Rota, campera y marinera, por esta Rota luminosa, que en estos días hace de estos evangelios su propia vida. Me vienen a la mente lugares de este bendito lugar, donde la contemplación seria y callada de una imagen te hiela la sangre en las venas: el Nazareno por Calvario, la Salud por el Barrio, los Dolores por Varela, el Cristo en San Roque, etc. etc.

En unos lugares donde la luz penetra como una lanza. En este marco tan incomparable de esta Villa junto al mar. Donde sus imágenes están impregnadas de brisa marinera y de olor puro del más preciado trigal. Rota, con ese sabor y donaire, con ese potencial de belleza que el Creador te ha otorgado, con todo el atractivo de tu bondad, de tu sencillez, de tu espíritu de trabajo, de tus viejos rincones, de tus nueva avenidas, de tu hermosura, de tu fe, como pueblo viejo, alegre, amable, como bastión y baluarte en el tiempo y en la vida, ábrele a este Pregonero las puertas de tus templos.

Penetremos en su Semana Santa. Caminemos juntos de domingo a domingo. De la vida a la muerte y de nuevo a la vida. Déjame penetrar Rota, piropo de Andalucía, joya bendita de Cádiz, que hueles a hierba fresca y a conchas de mar celeste. Abre tus puertas, para que pueda cantar como humilde Pregonero tu vida, tu fe y amor a este mundo cofradiero.

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DOMINGO DE RAMOS.- A la caída de la tarde, cuando el sol comienza a pensar

en dejarnos, aparece en el quehacer cofradiero, el primer signo visible del comienzo de nuestra Semana Mayor, que culminará en la noche del Sábado Santo.

Un ramillete de pequeños cofrades van a iniciar con su salida en procesión, la rememoración de la Pasión y Muerte de nuestro Salvador. Unos pequeños, que son la semilla que en su día fructifi cara y dará solera de capillitas y auténticos hombres de Hermandad.

Cuando contemplamos a esos niños, unos con la cara cubierta y otros sin antifaz, pensamos en nuestros primeros años de cofrades, en nuestra ilusiones pasadas, en nuestro primer amor hacia una imagen que, desde mucho antes, nos atraía fervorosamente, en una imagen a la que rezábamos y en la que poníamos toda nuestra fe en la solución de nuestros problemas, donde nuestra fantasía volaba en muy altas metas de amor, de entrega, de contemplar a una imagen querida en un trono celestial y nosotros portándolo o acompañándola en su desfi le procesional. Todavía recuerda este pregonero cuando mi buen amigo Joaquín Zapata me propuso fundar una cofradía con el nombre de Jesús de la Salud y no lo dudé ni un instante, porque la ilusión de cofrade estaba profundamente enraizada en lo más profundo de mi alma.

Aquellos jóvenes de entonces tenían las mismas ilusiones que esos pequeños, que con su fe y su ilusión, están construyendo algo tan importante como es la hermandad entre los hombres, tan deseada y tan necesario en estos momentos, en lo que la sociedad se encuentra en proceso de transformación.

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Esta fe que también aparece cuando los judíos recibieron a Jesús en las puertas de Jerusalén, fue la misma que nos movía en aquellos comienzos como hermanos en una misma cofradía.

Esta semilla de jóvenes hermanos es la que hay que fomentar, las que hay que regar, con la verdadera fe, del amor, del respeto, de la entrega de unos valores de convivencia, y de unión con la iglesia que todo buen cofrade adulto, y que toda hermandad debe poseer.

A vosotras madres, hermanas, mujeres, os corresponde velar para que esos pequeños, tengan la posibilidad de ser lo que ellos desean: ser hermanos de una cofradía; y digo a vosotras, porque sois principalmente, a las que esos niños acuden para que le ayudéis a serlo, para pediros que, con vuestras femeninas manos, le confecciones su túnica, para que seáis su paño de lágrimas en ese afán de llegar a ser hermano y cofrade, para que, en fi n, le tendáis esa mano cariñosa que tan felices pueden hacerlo.

Y viendo ese panorama, de pequeños capillitas, me pregunto ¿Y no es esto auténtica fe del hombre? ¿No será que Dios, en su infi nita bondad, ha llegado al corazón del cristiano a través del sello de una Hermandad?

Desde este pregón quiero que mi voz llegue a esos pequeños, para que nunca pierdan ese amor a sus santas imágenes, y de esa forma, mantener viva y permanente la llama cofradiera.

Y a Ti, Señor de la Paz …..Que entre ramos de olivos,cruzas las Jerusalén roteña,

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al grito de ¡Hosanna, hosanna!empieza a morir un poquito.Luna de abril que mirasa este pueblo engalanadopídele que no lo maten,a este Hijo de María,que estuvo treinta años puliéndose el maderopara tres lentas horas de agonía.Rota, ahí lo tienes, en gloria y aleluya,a este hombre de Belén, de ofi cio carpinteroal que pronto clavarán en el más tosco de los maderos.

LUNES SANTO.- El bullicio de las palmas y de los olivos ha cesado.

La paz y la tranquilidad es el signo sobresaliente del Lunes Santo. Es el día de la refl exión y de la preparación de venideros acontecimientos cofradieros. El mundo de las cofradías es un enjambre, donde las entradas y las salidas de las capillas se suceden ininterrumpidamente. Cuando los hombres claves de las hermandades dan un último toque a los problemas pendientes: cirios, papeletas de sitios, faroles, pasos, itinerarios, etc. etc. Es este un mundo singular, que todo cofrade debería vivir, y todo aquel que siente algo especial por las cofradías debe conocer. Son momentos decisivos para una perfecta preparación de lo que se avecina.

Vemos a todos esos hombres, que durante todo un año ha venido trabajando desinteresadamente y con la mayor ilusión, por esa hermandad que lleva enraizada en lo más profundo de su ser. Quisiera en estos momentos acodarme de todos: Zapata, Manolo Caballero, Sánchez Durán, Andrade, Valderrama,

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Pavón, Grande, Currito, Manuel Benítez, Pedro, Cutilla, Bartolo, Sánchez, y todo un etc. etc. de hombres entregados a la misma tarea, y que yo quisiera a todos nombrar, pero este Pregón se haría interminable.

A todos ellos mi gratitud como roteño, cofrade y pregonero. Podéis tener la completa seguridad de que cualquier bien nacido tiene que reconocer vuestra labor y vuestra entrega, y también estaros agradecidos porque con vuestro esfuerzo, nos hacéis llegar cada año el sabor agradable de una Semana Santa que a este bendito rincón de la provincia, que es Rota, la hace más dulce, más sincero, más luminoso, más penitencial, más de fe. Que Dios os lo premie. Y os digo con el poeta:

No pierdas nunca el camino,sigue a tu fi el compañera.No abandones tu destino,que es bueno y es divino,bendito ha sido tu sinocofrade ¡Cofrade cualquiera!

MARTES SANTO.-

Cuando Dios dijo: “Hágase la luz” tuvo que ser Martes Santo. Y digo esto sin ningún reparo, porque la mas radiante luz de aquel que todo lo dio a cambio de nada, aparece majestuosa cuando se abren solemnemente las puertas de la Capilla de San Roque, para dar paso a esa imagen fervorosa, dulce, sublime, piropeada, radiante, que es el Cristo Cautivo. Que roteño o roteña no se queda helado al paso unísono de esta maravillosa imagen. ¡Cuántas mujeres en auténtico fervor acompañan al Cautivo por esas calles abarrotadas de público!

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Y yo me sigo preguntando: ¿Y esto no es fe? Por mucho que esos detractores digan, la fe del pueblo nunca que quebranta. Por mucho que la sociedad se tambalee, cambie o se destruya, el hombre siempre verá, en imágenes como la del Cautivo, ese algo espiritual y sobrehumano que le hace pensar en ese más allá, donde el amor reina sobre todo lo demás.

En su recorrido pausado, lento y silencioso, Nuestro Padre Jesús Cautivo va inundando de fe y esperanza los corazones roteños.

Tu imagen ¡Oh Jesús! el Martes Santode intima admiración llenas a Rota,que, viéndote pasar, se maravillaconvirtiendo en ensueño tu quebranto.Te veo caminar vacilanteCamino de una muerte fría y lenta,y Rota contigo, en compasión amante,reza, implora, gime y despierta.Y yo quedo arrobado y pensativoante la luz y rostro de tu faz divina,de tu belleza y de tu amor cautivoa todo Rota cautivas cuando camina.

MIERCOLES SANTO.-

A este pregonero que humildemente os dirige la palabra le empieza a bullir la sangre y le sube la presión arterial. La luz se apaga por un momento en la Plaza de España. Silencio. El público pide más silencio. Todo está en calma. Encapuchado de penitente, solo oigo los sumbidos del corazón de Joaquín Zapata y el sistema nervioso de Manolo Caballero. Yo, en la puerta. Ellos dos inquietos. Pepe abre, es la hora, me dicen.

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De esa maravillosa y sin par Capilla de la Caridad, aparece en ese trono repujado por esas extraordinarias manos del gran tallista sevillano Manolo Guzmán, esa adorable imagen caída de Nuestro Padre Jesús de la Salud.

Que puedo decir de una cofradía que vi nacer, y que año tras año, sin interrupción, he acompañado en su itinerario procesional. Muchos califi cativos afl uyen a mi boca pero me siento incapaz de expresarlos. Cuantos recuerdos de los primeros días. Cuantos problemas para seguir caminando. Todo se olvida cuando contemplo a esos hermanos de penitencia y silencio, acompañando cirio en alto y si pereza, al amor de sus amores. A cada imagen se le pide algo distinto. A una se le pide paz, a otra bienestar, etc. A esta se le pide Salud.

Pero, si todas esta imágenes son el mismo Dios. Si, pero así le distribuimos las peticiones y no lo cansamos. ¡Ay1 lo que saben estos. Señores, que grande es la fe. Todos son el mismo y todos son distintos. Así también es la Trinidad. Un solo Dios y tres personas distintas. Y nosotros lo creemos. Por qué entonces hay quien no comprende esta gran cantidad de imágenes. No lo comprenden porque no saben comprender a éste y a otros muchos pueblos de nuestra geografía, que con unas profundas raíces de fe, aman a su Dios, tome la forma que tome, y todo lo demás huelga.

Pon en mis hombros tu cruz,para aliviar el dolor de tus caídasque vas dejando en un remanso de heridas,amor, donde solo hay ingratitud.Tú, el fuerte y poderoso ¿Flaqueas?¿Te rindes? ¿Te desplomas?Misterio de bondad: Jesús caído

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con la cruz salvadora del mundo,se levanta de nuevo y a sucumbir te obligo.Por Ti, que con tu mirada me adormeces,al vacilar con tus divinas plantas falleces,solo pienso en este Rota que compadecesy que por ella caes una, dos y tres veces.

JUEVES SANTO.-

Al silencio y a la penitencia da paso la fl or, la belleza, la gracia, el donaire, la reina entre las reinas. Al atardecer, con olor a claveles y a incienso, en ese momento en el que la tarde apacigua el ánimo, y el cielo brilla con la caída del sol, sale radiante, como una diosa, la más bonita joya que se guarda en el trono más preciado de la Capilla de la Caridad, la Venerable imagen de Nuestra Señora de los Dolores.

Ahí, en ese trono de fl ores, portando al ser más querido, va a recibir veneración una de las cofradías más queridas de nuestra amada Rota. Ella, portando al Hijo, en carne fría y muerta, se acerca hacia nosotros con lágrimas en los ojos. Todo el pueblo está en la calle para ver a su reina. ¡Paradmela aquí! ¡Vuélvela en esta casa! ¡Mécela ante mi ventada! y así, un sin fi n de frases y de peticiones de las que puedo dar testimonio, porque llevo muchos años formando parte de su cortejo procesional.

¿Quién no se engloria al paso de esta imagen? ¿Quién puede negar que ella no cala en lo más profundo del alma del roteño? ¡Señores! Y me pregunto ¿No esto fe? ¿No se hiela la sangre cuando este cortejo, de tan fi no colorido con esa madre celestial recorre las calles, en la tarde del Jueves Santo?

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¡ Ay, Madre, si yo pudieraevitarte ese quebranto,dar mi vida por tu llanto,por tu dolor, mi alma entera!Y cuando pases Maríapor esas calles roteñas,donde nadie te desdeña,y todos en Ti confían.Acuérdate de esta Villaque es pañuelo de tu llanto,y que acurrucada en tu mantoante tus pies se arrodilla.

JUEVES SANTO.- (MADRUGADA)

Medianoche del Jueves Santo. Momento cumbre de la Semana Santa Roteña. En este instante, se para el tiempo en este bendito rincón gaditano. Toda la grandeza de lo espiritual y humano se sobrepasa con creces.

Todo un pueblo tiene sus ojos puestos en su imagen más amada y venerada. Por las puertas de nuestra Iglesia Mayor sale con gloria, sublime, resplandeciente, áureo, perfecto, excelso, Nuestro Padre Jesús Nazareno, acompañado a distancia, por el llanto de su bendita madre, Nuestra Señora de la Amargura.

Su salida es callada y emotiva. Cargado con el pesado madero visitará su pueblo que lo contemplará con ojos llenos de devoción, penitencia y amor. Cuando todo ese pueblo contempla esos cientos de túnicas moradas que, en interminable fi la acompañan a su Amada Titular, por qué no nos preguntamos ¿Y esto no es fe? Me contaba una vez una señora mayor que

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ella acudía una vez por semana a la iglesia de la O, a rezar a Jesús Nazareno. Yo, con un poco de intención le pregunté: Y, cuando va usted allí ¿Reza también al Santísimo o se queda a la Santa Misa? Me contestó: Mire, alguna vez he ido, pero lo que no me pierdo, es rezar al Nazareno. Quedé pensativo ante esta respuesta, y llegué a algunas conclusiones.

A parte de la mayor o menor formación religiosa de esta anciana, de lo que quedé convencido, es de que allí había fe, y de que ella rezaba al mismo Dios del Sagrario o de la misa. En defi nitiva rezaba, amaba a Dios, cree, espera; solo es cuestión de detalles. Dios está en todas partes.

Y siguiendo al Nazareno, saeta tras saeta, en esa incomparable madrugada, llegamos al amanecer. Penitentes cansados, pero no importa, ante todo el Nazareno. Ojeras en los rostros de no dormir, pero tampoco importa, ante todo el Nazareno. Jesús ha tenido que caminar de un extremo a otro de un eje, que va desde el campo al mar. Todo ha quedado bendecido. El pueblo queda tranquilo. Su Nazareno ha salido en olor de multitud y todos, hombre de la mar, del campo, de las letras, artesanos, obreros, mujeres, niños, etc. etc. han elevado sus preces por nuestro bienestar y el de toda nuestra Villa. Quiero hacer un paréntesis en este itinerario, para dejar constancia pública de mi más sincera admiración por ese grupo de hermanos del Nazareno que, después de muchos días de trabajo, llevan sobre sus hombros, sin descanso, sin desfallecer y a las ordenes de ese gran capataz que el Chato, a esta imagen de sus entrañas, por el que son capaces de darlo todo.

A estos hombres cofradieros les digo como les dice el Chato: ¡¡A esta es!! ¡¡Hermanos!! ¡¡Arriba con El!!, que lleváis sobre vuestros hombros la fl or más maravillosa del jardín roteño,

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el ser más querido de la humanidad entera, cuidarlo, mirarlo que es de todos y hoy, solo de ustedes, que no padezca, que ya ha padecido bastante, a ti Nazareno bendito, me dirijo saetero y de esta manera te canto:

Camino de tu calvariopor esas calles de Rota,hasta el cielo se encapotacuando vuelves con sudario.Bendices al campo y la marBendices las calles y el cielobendices el aire y el suelo bendices la pesca y el arar.Y cuando levanten tu pasoa la voz dura del Chatomira a tu pueblo llanoque te implora, aunque ingrato.

VIERNES SANTO.-

Viernes Santo. Estamos en el momento crucial de la Pasión. El Hijo de Dios, aquel Nazareno que caminaba portando el pesado madero, va a entregar su alma al Creador en favor del género humano.

La Redención se va a rememorar con la crucifi xión de nuestro Salvador y Señor, en una tarde triste y sin luz. Se abren las puertas de la antigua ermita de San Roque, para dar paso a esa impresionante imagen del Cristo de la Vera-Cruz.

Estremecedor trono, símbolo del amor eterno. Del amor de Dios a los hombres. Cortejo verde y blanco, serio, roteño puro, colores de nuestra tierra. Costaleros en perfecta armonía.

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Todo es recogimiento. Cristo está clavado en la cruz. Cabeza inclinada, pelo alborotado por el fi no vientecillo de las noches de abril. El cielo parece que se encapota. Los rostros de hombres y mujeres están apesadumbrados. Año tras año aparece el ser más querido, clavado en la cruz, y nada podemos hacer para poner remedio a tanto suplicio. Sólo su madre, María, viene detrás intentando prestarle ayuda. Esa exquisita imagen de Nuestra Señora de las Angustias.

En ese paso de palio ricamente adornado, como se merece tan bondadosa Madre, va depositando en cada uno de nosotros, que con el mayor cariño contemplamos su caminar, esos granitos de fe y esperanza que hace que todos, una y otra vez, nos acerquemos a Ella como Madre y Mediadora.

Que no ha muerto Jesús, porque no muereQuién es vida, salud y es Diosse ha quedado dormidoy solo nos ha dicho adiós.volverá glorioso de la cruzpara encontrarse con Rotael Cristo de la Vera-Cruzal paso de las gaviotas.Y en la puerta de San Roqueen un lecho de jazminesque todo el pueblo le invoqueque lo despierten gloriosoal toque de los clarines.

SÁBADO SANTO.-

Nos acercamos al fi nal del recorrido procesional. Es Sábado Santo. Sábado de luto. En la calle, el Santo Entierro de

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Cristo. Rota llora su muerte. Cortejo de cofrades rico y variado. Todo un pueblo acompaña al Dios yacente dando testimonio de fe y de humildad.

Rota entera acompaña, identifi cada con su dolor, a María Santísima de la Soledad. Bella escultura que simboliza la pena y el dolor de una madre ante la escena espeluznante del cadáver de su hijo más querido. No estás sola María, Rota te seguirá en todo momento. Un pueblo que tanto ama no puede olvidarte en estos tristes momentos, y yo pregonero de tus penas te canto en versos lo que quisiera decirte en una saeta:

Cuando miro tu rostro de dolory descubro en tu boca la agoníasolo pienso en ti, con gran amory es pena lo que siente el alma mía. Soledad, madre del Amadoeres la rosa divinade este jardín pobladoque es Rota, la afl igida.Tus ojos de mar y lunason dos lágrimas del cielosonde Rota te contemplaal paso de tu cortejo.

FINAL.-

La gloria de Dios parece sobre la tierra. El cielo está más azul. Las fl ores aumentan su colorido. El aire es menos pesado. Primavera engalanada y Rota bulle de alegría. Su Nazareno ha resucitado. Su Cristo de la Vera-Cruz ya no está muerto. Su Soledad no llora. Su Virgen de los Dolores no padece en su corazón de Madre. El fi nal del sacrifi cio ha llegado.

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Rota no sufras más. Durante toda la semana te has entregado a Dios para rememorar su Pasión y su Muerte, pero el Hijo de Dios ha fi nalizado su Calvario. Alégrate Villa querida. Regocíjate hombre del campo, canta marinero, tu Nazareno está vivo, y yo humilde Pregonero sólo puedo decirte:

Rota marinera, Rota campera, acuérdate de aquel capataz que dice:

¡Al cielo con Ella¡ ¡Al cielo con tu Cristo¡ ¡Al cielo con tu Virgen¡

Y con este sencillo cantar, que se abran las puertas de los tempos y que dé comienzo, de nuevo, lo que acabamos de escuchar.

Muchas gracias.

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LIPREGÓN

DE LASEMANA SANTA

ROTEÑA

D. JOSÉ MANUEL BERNAL MÁRQUEZ

ABRIL DE 2014

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“A la memoria José Márquez abuelo de mis hijos,

y padre de mi esposa”.

Con mi corneta bajo el brazo, caminaba hacia una tarde de ensayo atravesando uno de esas casas que trascalan, y que unían unas calles con otras del casco antiguo. Pasadizos de leyenda, cargados de macetas de geranios y de claveles por sus paredes, silentes espectadores del trasiego de la gente sencilla que moraban por allí.

De la Mina Chica, a Queipo de Llano… “La Casa Perera” le decían… y allí, sentado, en una silla de nea a los pies de una escalera, a un anciano del lugar murmuraba, mientras miraba una vieja estampa de un cristo, y al pasar junto a el me comentó que hoy se ha perdido la fe, que ya no se cree en “na”, mientras me hablaba, de una Semana Santa que se fue hace mucho tiempo ya, de una Semana Santa antigua, que ya no volverá.

Y me contaba….. las cosas de los mayores, que al llegar la madrugá una Rota, marinera y campera, de murallas antiguas y paredes encalá… paraba el tiempo por una horas y se vestía de morá.

Recordaba… que en una tarde “cerrá”, tras un Cristo moreno Veracruz abajo, iba un mayeto llorando con una mascota entre sus manos y sin dejar de rezar, miraba a un Crucifi cado y le contaba su pesar.

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Cuentan los más viejos del lugar, que bajo la luz de la luna… Rota paraba el tiempo y ante un Jesús Cautivado, bajo esa luna de Nissan caminaba… la mujer un marinero pa que alejase el temporal.

Y que allá, por el barrio, las cosas de los mayores al fi nal de su cuesta… dentro de una pequeña ermita, dormía el rostro angelical de la dolorosa más bonita

Que al fi nal de la jornada… sobre un lecho de muerte caía un Cristo del Perdón, que descendía ante su gente y que al ver su cuerpo yacente… se le estremecía el corazón.

Pero de eso, de eso… repetía con tristeza… de eso hace mucho tiempo ya, que las cosas han “cambiao”, que ya no hay la misma fe, que ya no se cree en “na”. Mientras recordaba, una Semana Santa que se fue…hace mucho tiempo ya… una Semana Santa antigua, que ya no volverá.

Pero yo… que le intentaba solazar, le contaba… que estaba “equivocao”… que Rota sigue siendo la misma, con su mismo ritual que se sigue parando el tiempo… y que todo sigue igual.

Que sigue siendo a las dos… esa hora señalada y que a las puertas de la Gloria se mantiene en la memoria… cuando sale de los nacios, el mejor y se quiebran los corazones… y se para hasta el reloj.

Y que hoy como entonces, seguimos teniendo fe y que nuestro día a día, hoy es como el de ayer,… como en su historia me decía, cargado con las mismas penas… cargado con las mismas alegrías

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Que como rezaba aquel mayeto, reza hoy el albañil, el fontanero, el mecánico…el mismo marinero, el jornalero… o ese pequeño empresario para que a su gente… nunca les falte el pan, pone… su fe en Dios… y le rezan a diario.

Y le reza esa madre abnegada, custodia de la familia y del hogar… con esa profesión tan dura y siempre por gratifi car.

Y como esa estampita suya… tampoco deja de faltar, al estudiante, entre sus libros, al conductor, en la guantera, a la abuela, en el monedero, al enfermo, en su cabecera…o al parao, que busca trabajo… y lo lleva siempre en su cartera.

Por eso viejo amigo… tu no tengas desconsuelo y que al igual que mis abuelos y para que la historia se repita… siempre lo tendremos “mu” cerquita… porque Rota no lo olvida …porque Rota lo necesita.

Y que las piedras que mis mayorespisaron en aquella madrugason las mismas que pisamossin dejar nunca de amara ese Dios Benditoa ese Dios Morenodel campo y de la marcon una cruz a cuestasque es… Señor los roteñosy faro en mi madruga.

Reverendo Sr. Cura Párroco.Sr. Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías.Sra. Alcaldesa de la Villa de Rota

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Señores Hermanos Mayores y Juntas de Gobiernos de las distintas hermandades de nuestra localidad.

Cofrades Roteños, amigos: Paz y bien a todos, en el amor de Nuestra Madre y Patrona, María Santísima del Rosario, y de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Señor de la Villa de Rota.

Quisiera antes de empezar, agradecer a la Permanente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, el haber confi ado en mí, y al concederme este inmenso privilegio y designarme como la persona encargada de realizar el pregón de nuestra Semana Santa.

Pregón que como siempre digo, es mi intención sea una pública proclamación de Fe, desde esta común devoción a Cristo Redentor y a su Bendita Madre, y que nos vincula con lazos fraternales a todos.

Gracias a mi presentador, mi buen amigo Manolo, por prologar mi pregón con su palabra, en este año en el que tanto para el como para este que os habla, por muchas razones, es un año muy especial.

Gracias Manuel por ese perfi l sobre mi persona; y gracias por tus palabras de cariño que no hacen más que afi rmar esta gran amistad que nos une.

Pero sobre todo gracias, porque gente como tu, hacen que uno se sienta orgulloso de ser cofrade, por tu buen hacer dentro de este mundo. Pero sobre todo por ser hoy por hoy referente para todos los que por aquí andamos, y queremos aprender algo más cada día, por que junto a ti, que se lo sepan todos, siempre se aprende. Muchas gracias compañero.

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A los pregoneros que me antecedieron, por su calor y por haberme arropado con sus buenos consejos, llenándome de la confi anza necesaria para llegar hasta aquí.

Gracias, a todo aquellos amigos, que durante estos meses me ha alentado con su cariño, e ilusionados al igual que yo, por la llegada de este día, estando siempre pendiente de mi.

Gracias a mi madre, por hacerme cristiano y guiarme a través de la palabra de Dios. Y a mi padre, por llevarme de su mano, en mis primeros pasos por la madruga, en aquellos amaneceres tan hermosos a su vera, y por su paciencia, cuando me daba fotos y estampitas, y yo que sin saber que eran para venderlas, se las iba regalando a todos mis amigos del colegio. Conmigo nunca te cuadraron las cuentas. Y hoy tampoco.

Gracias, a los más sufren mis ausencias en esas tardes de reuniones, de baloncesto, de hermandades y de parroquia. A mi mujer, por estar siempre ahí, y mis hijos, a José Manuel y Abel. Mis pequeños cofrades, que viven todo el año ilusionados con una nueva Semana Santa, y con la llegada una nueva Madruga, manteniendo viva esta tradición familiar de salir en el Nazareno, junto a su prima Carolina y sus tíos.

Inmersos, en este Plan Pastoral que este año dedicamos a la Familia, y atendiendo a Exhortación apostólica Familiaris Consortio, de su Santidad Juan Pablo II, y en la que decía: ¡El futuro de la humanidad, se fragua en la familia!, quiero, aprovechando estas palabras, dedicar de una manera especial, este pregón a mis hermanos.

A ellos, que son… como las ramas de una misma cepa, todos partes de esa misma vid, de la que tengo la inmensa fortuna de pertenecer.

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A ellos… que me colman con su amor, como se colma el aire de una bodega que se embriaga de ese tesoro que se guarda entre sus barricas, y que su madurez los hace más exquisitos.

A mis hermanos, los que nunca me fallan, y a los que le doy gracias a Dios, por tenerlos siempre a mi vera.

Por ustedes.

¡¡¡Que Rota no es Cofrade!!! El eterno debate, que se siempre repite… en esas tertulias improvisadas, en cualquier lugar, y en la que tenemos la fea costumbre de hacer esas odiosas comparaciones, con otros lugares.

¡¡¡Que Rota no es Cofrade!!! Sin tener en cuenta que nosotros somos un pueblo más chico, sin estación en la catedral, o por no tener una carrera ofi cial por la que pasen un cierto numero de cofradías… o ningún puente por el que cruzar de amanecía, y que por eso, Rota no deja de ser menos que nadie, teniendo nuestra propia idiosincrasia, y nuestras propias costumbres y nuestras propias tradiciones.

¿Que Rota no es Cofrade? Si a largo de todo año, engarza las hojas de los almanaques con cultos, actos o actividades de sus hermandades y cofradías, y vive constantemente en comunión con todas y cada una de ellas.

Que una vez acabada la Semana Santa, comienza una Gloria de alabanzas, para darle la vuelta al calendario, para volver a empezar.

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Y así, tras un Santo Patrón, y hasta los pinares de la Guillen, camperos y ganaderos, realizan la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre y que renueva mística y sacramentalmente el sacrifi cio de Jesucristo, en acción de gracias.

Que antes que el mes de las fl ores acabe, este pueblo impregnado hasta sus entrañas de ese espíritu Salesiano, rinde pleitesía a la Madre de Dios, a la Virgen María y Auxiliadora de los Cristianos.

Que caminando por las arenas de Doñana, Rota es romera y peregrina, y acude a su cita anual hasta la Rocina, para postrarse hasta la Blanca Paloma y Madre de Dios.

Que antes de que fi nalice la primavera, cuando el fi no margen del cambio de estación nos anuncia el verano, amanece temprano con un siempre Sol resplandeciente, y ante un Dios Sacramentado, Rota sobre una alfombra de romero, se arrodilla para alabarle, para amarle, para agradecerle, y porque no, para pedirle.

Que los dieciséis de julio, se dan fi estas en los cielos. Y sobre una barquilla marinera peinando las olas del mar, ese iris de los Mares, de eterna ventura, baja desde el mismo cielo, para abrazar y besar a sus hijos los marineros.

Culto y oración de esos padres Mercedarios. Oración y culto que se ha rescatado de esa ancestral tradición, y que ya sale en procesión, esa Morena Guapa, redentora de los cautivos, Madre de la Merced.

Cada siete de octubre todo es algarabía, y las calles se

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engalanan, y se pone sus mejores prendas, y rebosa de alegría, y a Gloria tocan sinfonías, las campanas del campanario, para la patrona de Rota, Nuestra Virgen del Rosario.

Y así hasta volver a empezar… y encontrarnos de nuevo en estas fechas cuaresmales, por las que no pasa el tiempo, en la que una Rota que es Cristiana, y es cofrade por sus cuatro costados, la vive con la misma intensidad, con la que la ha vivido siempre, pese al paso de los años.

Y es que… para mí… Rota, sigue siendo la misma… o por lo menos, así… me gusta verla.

Que a lo mejor, este punto de locura y de romanticismo mío, que este levante nuestro me da y me quita… me hace imaginarla así… como a mi me gusta… quizás.

Pero yo la sigo soñando igual que siempre. Como ese pueblo de ayer, el que me cuentan mis mayores, y verla a través de un prisma de color sepia, como esas fotos antigua que tanto me gustan contemplar, tan chiquito, tan encalado, tan puro, tan coqueto, tan…… tan mío.

Este rincón de Andalucía, que es…. como ese capricho de Dios, que al descansar tras la Creación… en esta esquinita del mundo, ancló este pueblo, para deleite de sus ojos… y para el regocijo ese artista omnipotente, que desde el horizonte se recrea, observando desde su inmensa eternidad… este lugar, que a buen seguro habría sido en otro momento, ese Edén de la escrituras.

Este pueblo, que sin hacer ruido… como de puntillas, se asoma a ese maravilloso balcón al mar… y que nos hace

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dueños de ese inconfundible olor tan propio, tan nuestro, de esas mareas bajas… y cuando las piedras entonces… resurgen, como el testigo mudo e imperecedero, del devenir de su historia, de nuestra historia.

Mientras tanto, en su interior, un deambular de gente tranquila, de gente sencilla… a la que hoy, igual que ayer cuando venían del campo, el roteño, al llegar la Semana Santa, se pone sus mejores prendas, y van en busca de ese Evangelio itinerante, como son el paso de nuestras cofradías.

Evangelio, que al abrir sus tapas, te hace ver de una manera especial el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. De entenderlo, de sentirlo, de vivirlo, de ser… parte de el.

Y así, como si tal cosa… tras dar la vuelta entera al calendario, como ya dije, nos encontramos de nuevo al fi nal de la de la Cuaresma.

Este tiempo litúrgico, que los cofrades y cristianos usamos, para renovar nuestra Fe, para arrepentirnos de nuestros pecados, y para cambiar algo de nosotros mismos.

Tiempo, en el que Rota, durante estos días, te regala, como bálsamo purifi cador, y como estimulo para el alma, ese perfume de los naranjos fl orecidos, cuando al pasear por nuestras calles, el azahar se impregna por todas las esquinas, por todos los rincones… por los patios, por las casas de vecinos donde… el aroma, se entremezcla, con esos olores ancestrales que nacen de los fogones de nuestra niñez, olores… que emanan esencias a melaza, a clavo,… a canela... a ralladuras de limón.

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Tiempo en el que va quedando atrás esos últimos ensayos, donde el rachear de alpargatas, y el crujir de las parigüelas inundaban las noches del casco antiguo, para encontrarnos de nuevo en un Domingo de Ramos, himno anunciado de la alegría, de mañana de sol… de olivos de vida… de paz.

Y entonces… como cada año…. fl orecerá de nuevo, como una explosión de sensaciones por los cinco sentidos.. al abrir las tapas de ese bellísimo sumario evangelizador, que va de Domingo a Domingo, y que harán sentir de una manera sencilla, a todas y cada una de nuestras hermandades.

Para disfrutar con cada una de ellas. Y a través de los sentido, acariciar, de una forma especial, sus distintos colores, sus distintos sabores, sus aromas… sus sonidos, o palpar… la textura de sus fl ores.

Como la noche del Lunes Santo, en la que se llena de ese intenso aroma, como cuando cruzas las puertas de un inmenso jardín divino, y al respirar, notamos… la presencia de miles de fl ores, que acaban de nacer, en un extraordinario vergel, cuidado con el primor, de unos feligreses allá por el Carmen, para un Cristo del Amor, y para su Bendita Madre de la Esperanza.

Noche del Lunes santo… noche, en la que una joven hermandad, con aquel sencillo Viacrucis, cerraba… el semanario pasional de nuestro pueblo.

Y así, poco a poco, fue asentándose en nuestras vidas… y llegó a Rota, la Esperanza. Esa Esperanza tan necesaria en estos tiempos tan difíciles que vivimos.

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Esperanza, mira que es bonito tu nombre… Esperanza….. cuanto te necesitamos…

Esperanza…por un mundo sin guerraspor un mundo sin hambrepor un mundo mejorpor un mundo de lleno de Esperanzapor un mundo lleno de Amor.

Esperanza…De los enfermos eres remediode los ancianos consolacióndel padre pan de cada día y de esa madre expectación.

Esperanza…Eres amparo del desamparadoeres camino del descarriadoque nunca se sienten solosal andar siempre a tu lado.

Esperanza…Eres morada de sabiduríaeres refugio de pecadoreseres causa de nuestra alegríaEsperanza de mis amores.Y es que eres madre míaprincipio para los Cristianosque el día de su agonía esperan ir de tu mano…Y eres delirio Señorade este cofrade roteño

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que un día fue tú pregoneroy voló en un bendito sueño…Por eso Madre mía hoy márcame el senderoy se faro que guíaa este humilde pregonero…Que con toda el alma quiero gritar que lo sepan los cuatro vientoscuanto te puedo amarque estos son mis sentimientos…De mis palabras una oraciónde mi oración una alabanzadéjame que te diga con todo mi corazónque nunca podré olvidarteVirgen mía de la Esperanza.

El Sentido del tacto. Y de una manera muy especial, y haciéndose patente, una hermandad a la que de reojo… mi corazón le hace un guiño, porque nunca olvidará, aquella primera vez… que lleve como costalero sobre mi joven costal… al Redentor de nuestras almas.

El Tacto, el tacto y la delicadeza que ponen… en las cosas bien hechas. Porque demuestra cada Miércoles Santo, como son las cosas bien elaboradas, y como hay que hacerlas, sin prisas, marcando ese estilo propio desde sus orígenes, y que han sabido mantener, con el paso de los años.

Con un Jesús de la Salud, tan de nosotros, que como no podía ser de otra manera, y como tal, tiene su propio apodo… como buen roteño, “el de la Piedra”… como lo conocen todos.

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Una Hermandad, que con poco más de medio siglo de existencia, ha sabido desde entonces, asentar las bases de lo que es hoy, y de lo que siempre ha de ser, una cofradía bien planta en la calle.

Hacia un horizonte perdio, sin saber a quien buscar… fi jas tu mirada, Padre mío y nadie… nadie… te quiere ayudar.

Pero yo se, que tu Jesús… no eres Cristo abatido y no podrá contigo… el peso de esa cruz.

Cruz para los hombres… que es Verdad, que es Vida, y es Camino… Padre mío de la Salud… y que marca nuestro destino

Mientras el peso de mis pecados… te clava la rodilla al suelo y mirando al mismo cielo, piensas… que te han abandonado.

Y al posar tu mano sobre la roca… ves en ella, tu único sustento, cuando tu cuerpo la tierra toca… al quedarte sin aliento.

Levántate Jesús… que yo, te quiero ayudar… Levántate… que eres el hijo de Dios, que con un largo rachear, una cuadrilla valiente… aliviará tu caminar.

Levántate… Padre Celestial, y demuestras quien eres… para que no nos venza el mal…

Levántate… y al caer …por tercera vez, clava tus dedos en la piedra… y levántate otras tres.

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Que la caridad... de unos ojos ya asoma, de esa Bendita Madre… que el cielo lleva… por corona.

Caridad por tu amorCaridad de purezaCaridad que es clamoral contemplar su belleza.Caridad en los sentidosCaridad de gracia infi nitaBlanca paloma de Dios Caridad de aquella monjitaque todos los años te aguardapara rezarte una Salveen aquella esquinita

Salud y Caridadsolo te pido Dios míoCaridad y Saludy que nunca me deje de alumbrar… esa tu bendita luzque yo… te esperaré como siempre mientras tantoallí donde tu sabes… cada miércoles Santo.

Como el galeno que ausculta paciente con mucho sigilo y escucha las palpitaciones del corazón… por mis oídos, resuenan los sonidos del pulso de la pasión, de la austeridad, del dolor y de la disciplina, que riegan las arterias empedradas de las calles de Rota.

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Cristo ya esta entre los muertos, y un atronador silencio se hace eco en las calles del pueblo. Psssssssss, callarse… que ya va, camino del sepulcro el hijo de Dios.

Solo el roce de esas colas de luto por el suelo, rasgan… el sonido del silencio de una noche negra, en una noche tan oscura como el vacío que queda en mi pobre existencia, porque ha muerto la Vida, porque ha muerto la Luz.

Un rumor rompe el silencio, un leve murmullo fúnebre, de unos compases con aires gastoreños, que son ya tan de la hermandad, como la misma Soledad que se siente, al contemplar la cara de esa Madre.

Es la banda sonora del duelo, que pone… la melodía al desconsuelo a tanta Soledad.

En un lienzo de purezava un cuerpo arropadode una inmortal bellezadel que por mis pecadola turba… ha crucifi cado.

Ya reposa el Cristo Yacenteya va muerto ese inocentepor cuatro fanales custodiadoaquel que han asesinado… de una manera indecente.

Ya reposa… camino de su entierroel Verbo que se hizo carnesobre un sarcófago sin vidaaquel que vino a salvarmecuando iba a la deriva

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Y mirando al mismo cielo en esta tarde de duelode vergüenza agacho la” mirá”por que tú… ya vas muerto y para evitarlo… yo no hice “ná”.

Ya va, camino del el sepulcro,la Soledad y el desamparoel martirio y la Soledadla Soledad y el sufrimiento…que madre puede aguantaresa Soledad de ese tormento.

Y la tierra y el cielode tinieblas se cubreen una tarde lúgubrecon un largo y oscuro veloporque a muerto Jesúsy ya no existe el consuelo

Noche del Vienes Santo Vestidos de negro lutocaminamos a un funeral…a un funeral de eternidadporque ha muerto… Nuestro Padre Celestialen un Vienes Santo de oscuridaden un viernes santo de tristezaen un Viernes Santo… de Soledad.

El sabor de la Semana Santa, me lo adereza… con esos sabores ancestrales, la más antigua. Esa por la que no pasa el tiempo tampoco.

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Esa hermandad, que con mucho ofi cio y sacrifi co, más personal que otra cosa, y con mucho esfuerzo, logran sazonar nuestra Semana Grande al mostrar tres pasajes evangélicos, tres misterios de la Pasión, tres días distintos de la Semana Santa.

Todo un reto que con el amor a sus sagrados titulares, logran cada año superarse aún más. Con la valentía de una Junta de Gobierno, que junto a sus hermanos, siempre miran al frente, y sin echarse nunca “patras”.

Borriquita, Cautivo y Angustias, suspiros por los que se desvive la Plaza de San Roque, teniendo siempre por bandera el símbolo de los Cristianos, a Jesús y su Verdadera Cruz.

Que rápido pasa todo…Amor Verdadero,ayer el pueblo te aclamabay sobre un borriquillo te exaltabany hoy… te mueres en el madero.

Que rápido pasa todo… que rápido.

Que rápido pasa todo… Jesúsya de rodillas rezabas en el huertocon tus brazos abiertocomo preludio de la Cruz.

Ayer todo eran cánticosayer todo era alegríaentre palmas y alabanzas mientras cruzabas el Cedróntreinta monedas de platapagaban una fi anzaque no tendría perdón.

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Que rápido pasa todo… Padre mío,y ahí vas, con tus manos amarrámientras a un lucero encendio se le escapa un quejioante tanta crueldad.

Mientras… en el Cielopoco a poco se van muriendo “toa” las luces del fi rmamentoal no soportar la pena de vivir ese tormentotras esa mirada, tristetras esa mirada… serena.

Y la Angustia, tu madreejemplo de Amor y Sacrifi ciobajo un palio de verde terciopeloy varales plateadosha bajado del mismo cielopara quedarse a nuestro lado.

Mírala… Ahí viene, mira que carita trae.Menos paso costalerosdéjame… que la quiero besarcon ese cariño veracruceroque solo ustedes la sabéis llevar.Menos pasos, por compasiónque ya la veo, que esta llegando que la plaza la esta esperandopara entregarle el corazón.

Menos pasos, por DiosQue con un replicar de campana

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toa su gente le aclamade San Roque su Capitanaa esa Madre Celestialal ver esa carita de porcelanaque no se puede aguatar.

Menos pasos, menosdejadla… un ratito másno la llevéis a recogerque en ”to” Rota no se va a verun manantial igualde amor tan puro para beber.

Que rápido pasa todo… Angustiasmientras llena de dolorcontemplas a tu hijocomo Simeón te predijoa ese hijo de tu amor.

Y ahí esta ya… clavado en ese bendito pedestalque del cristiano es Señalel Verbo… que de ti se hizo carneel que es Dios de Dios,el que es Luz de Luzel que nuestro eterno Salvadorel que nuestro Cristo… de la Veracruz.

Como si fuese la paleta de colores con la que el mismo Dios, traza pinceladas en el cielo, la tarde del Jueves Santo, penetra en mis sentidos, con una amalgama de tintes que hace que este día, el epicentro de la Semana Santa, empape a mis pupilas, como el mejor de los lienzos pasionista.

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El Sol, que antes de echarse a dormir por poniente… asoma sus últimos rayos de luz por encima de las azoteas, para iluminar de una manera muy especial… la puerta de la Caridad.

Y lo hace, ilusionado, otro año más, en este día que tiene marcado de rojo intenso en su almanaque celestial, porque quiere ver a una Hermandad Señera, como ella sola sabe ser..

Pero sobre todo, aguanta y se espera, porque quiere ver a esa antigua cuadrilla de hermanos costaleros, sacar a su Virgen de los Dolores, de rodillas, entre rezo y oración, derrochando poderío, de un trabajo bien hecho, de un trabajo perfecto, a golpe de corazón.

Porque tienes que sufrir esta penaporque Madre Mía,porque… en esta tarde de Sol, te mataron la alegría.

Porque perfi l de azucena, porque amor de los amores,porque Carita morena,Porque… Virgencita de los Dolores.

Porque ese dolor,y esas lágrimas de amor,que adornan de belleza ,a ese rostro de candor,lleno de blanca pureza.

Si es tu mirada María,la que alumbra cada día,al sol de la mañana,

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con esos rayos eternosque tus lágrimas desgranan.

Yo quisiera ser pañuelo,para secar tú amargo llanto,y quiero ser el jilguero ,que al descansar de su vuelo,se acurruca entre tu manto.

Y quisiera ser aliento,que alivie tus Dolores,quisiera ser el viento,mensajero de tus amores….De tu pecho siete puñales,yo te quisiera quitar,para poder Madre mía,tus Dolores aliviar…Tu vida muerta, entre tus manos,se te escapa como un suspiro,como una brisa fría de poniente,para hacernos más creyentes…que no hay más verdad… que esta verdadque tu hijo murió, por su Caridad.

Por eso no sientas dolor,por eso tú a mi no me llores,y ponte más guapa que nunca,bajo este cielo… de mil colores,que me ha dicho un pajarillo,con aromas a incienso y fl ores,que Rota entera… ya esta en la calle,para ver y querer … a su Virgen de los Dolores.

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Presente, pasado y futuro… de la complejidad inexplicable, de ese sentimiento tan íntimo y personal, como es… el vestirse de nazareno, en ese día tan esperado.

Esa hora, ese momento tuyo de intimidad, con el que llevas soñado todo un año, y más, en estos últimos días, en el que no puedes evitar… rozar con tus dedos tu túnica… al pasar junto a la puerta donde lleva colgada, desde hace algunos días ya.

Tu túnica, confi dente de mil y una plegarias, de mil y un deseos….de mil y un sentimientos, bajo ese anónimo y mudo antifaz, con el escudo de tu hermandad. Dentro de tu alcoba, y frente a una foto enmarcada de El, y en la que fi jas tu mirada… te vistes, muy despacio, sin prisas, y comienzas esa liturgia de revestirte ese habito de nazareno, en la que con el paso de los años, los sigues haciendo de de la misma manera, lo sigues haciendo con las mismas formas, con ese antiguo y heredado ritual… como siempre lo has hecho, aunque cada año sea distinto, aunque cada año… no sea igual.

Mientras meditas inmerso en tus oraciones, te pones el cíngulo que abraza tu cintura, a la vez que con los dedeos colocas bien las tablas de tu túnica, y observas la de tu hijo colgada de esa puerta, y sin querer, o inconscientemente queriendo, no puedes evitar recordar, tu primera vez.

Te acuerdas que tú también fuiste niño, cuando gozabas de esa inocencia de infantil ilusionado por salir de penitente, y cuando eran los dedos de tu madre los que te colocaban bien las tablas de esa túnica, esa túnica que cuelga de esa puerta, y que hoy llevará puesta tu hijo.

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Recuerdas, esos interminables momentos de impaciencia por la llegada de tu padre, para que te ayudara a terminar de vestirte, y al que se le iluminaban los ojos, cuando te amarraba tu pequeño capirote a la garganta, y emocionado, viendo como hacia contigo, lo que su padre seguramente también hizo con el, y hoy tu, harás tu con tu hijo.

Recuerdas, como te aferrabas a su mano, presuroso para que te colocase en la fi la, y recuerdas a tu madre corriendo detrás de ti, por el pasillo con un imperdible, porque con los nervios y las prisas, habías pisado esa bajerita que nos poníamos debajo, y le habías descosido el dobladillo y le hacia un apaño, porque ya era la hora.

No puedes impedir esa aglomeración de sensaciones, que aún hoy sigues sintiendo, y recuerdas, mientras te colocas esa medalla vieja, que algún día será para tu hijo. Y te paras a pensar…

Y te das cuenta, que pasan las generaciones, y que El, sigue ahí, el de ese cuadro que no dejas de observar. Y que llegarán tus hijos, y los hijos de tus hijos, y El, seguirá ahí.

Porque El, tiene que estar ahí, porque necesito que El, este ahí, porque donde este El, se que habrá esperanza, y donde hay esperanza, hay fe, y donde hay fe hay amor, y donde hay amor hay paz, y donde hay paz esta Dios y donde está Dios no faltara nunca de nada.

Por eso, mirando ese cuadro de mi alcoba, mientras me visto, se escapa por mis labios un suspiro que corta el silencio del momento con un Gracias Dios mío, no me faltes nunca, porque Tú tienes que esta ahí, Señor, para dar sentido a mi vida.

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Para darte gracias Señor, por todo lo que soy, ya… que todo … te lo debo a Ti.

Gracias por mis seres queridos aquí en la tierra, para que les de salud, y los protejas en el caminar de sus vidas.Por mis seres querido que ya se fueron, y hoy gozan de tu eterna y celestial compañía, dile que los quiero, como en vida los quería, tu que los tienes tan cerca de ti.

Por eso hoy, te quiero acompañar, para darte gracias, Señor y para que me enseñes a vivir como tú viviste.

Para que me hagas fuerte en la Fepara que me hagas constante en el Amorpara que me hagas… seguro en la Esperanzavirtudes que deseo imitar para la Gloria alcanzarmientras te acompaño en tu andanza y mi hachón, alumbra tu caminar.

Y cuando llegue a la parroquia y me siente entre esos bancos a esperar la hora, compartiré con mis hermanos nazarenos… tus hijos, ese sentimiento tan profundo hacia ti, que hará… que todos nuestros corazones al unísono, palpiten en un solo corazón.

Y lloraremos de nuevo, cuando de par en par se abran las puertas del Cielo en una nueva madrugá.

Y lloraremos de nuevo, cuando al ver tu cara marchita por el sufrimiento, no te aguantemos la “mirá”.

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Y lloraremos de nuevo, cuando veamos tu pie descalzo en esa frágil “zancá“, sobre esa alfombra de lirios, que… por cada pétalo que pisas… se derraman mil y un besos llevados a tu altar.

Y lloramos de nuevo,y lloraremos otra vezal no poder aguantarla Amargura en su Tezcuando lo veamos pasar.

A ese NazarenoA ese que es el mismo Rotaa ese Jesús buenoque mi alma alborotafuente de nuestra fe y venero que nunca se agota.

Nazareno de nuestros sueñosPadre, hermano, y Señortabernáculo del amorde todos los Roteños.

Y lloraremos de nuevoEn la noche del Viernes Santocuando el silencio rompa el clarínanunciando tú amargo fi nen madruga de lamento y llanto.

Y Rota, llorará de nuevoPorque Rota eres tú,que ya lo dije una vez,y la repetiré otras diez;

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por cada callepor cada esquinapor la plazoletadesde el muelle a la almadrabao camino de la estaciónde Torre breva a La PalmosaRota entera…derrama devoción

Que en tu túnica van prendioUn cíngulo de oracionesde este pueblo agradecioque te sigue hasta la muertey te ofrece sus corazones.

Que providencia la de aquel peregrinoque te humanizo de un bendito leñoy de nosotros te hiciste dueñoy por la Gracia de DiosNazareno… tú eres el más grande de los roteño.

Y aunque yo se que tu lo sabesdéjame decirte Jesús,que toda Rota te quiereque toda Rota te amaque toda Rota… eres Tú.

El arte en la Semana Santa roteña.

No podemos dejar de reconocer, que nuestra Semana Santa, no es más que la mezcla de nuestra Fe y de nuestra cultura, arrastrada desde tiempos inmemoriales por nuestros mayores, y que nos han dejado escrito en las páginas del tiempo.

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Y que por vivir donde vivimos, y cumplir de andaluzas maneras, este ejercicio de piedad popular, necesitamos… digamos de una forma obligada… un acompañamiento que la afi ance a su carácter evangelizador, y de ese modo fomentar los sentimientos del observante, como se suele decir, “pa que los que no saben ir a la iglesia, aprenda a rezar en la calle”.

Acompañamientos, que no son ni más ni menos, que aquellos complementos estéticos que la unen inexorablemente y de una manera especial, para formar parte de la propia Semana Santa.

La Fe y la cultura, en la Semana Santa, lo que conocemos popularmente como Arte Cofrade.

Expresiones, tan llenas de detalles y de matices, en la que durante estos días nos vemos envueltos por esas composiciones pasionistas, que a veces, o mejor dicho muchas veces, no atendemos a fi jarnos bien en ellas.

Esa forma tan de nuestra tierra de expresar nuestras cosas, y en la que Rota no esta desprovisto, al contar con una verdadera colección de todo ello.

Ese Arte cofrade tan necesario, y que lo vemos representado de múltiples formas, y debiéndolo de tomarlo, como instrumento que utilizan para expresar sentimientos y devociones, aquellos, que de una manera distinta y especial, quieren agradar a Dios o la Virgen, a través de esas oraciones.

Oraciones, que sin estar en ningún misal o catecismo, a nuestro Creador le complace por igual, entendiendo, que mientras se le hable desde lo más profundo, cualquier medio para llegar a El, lo acepta como bueno, porque es arte… convertido en plegaria.

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Arte convertido en plegaria, como las manos del joven que a golpe de martillo y cincel, dan forma a ese llamador de plata, que es la aldaba con la que el capataz llama a las puertas de la Gloria, para que se abran de par en par, y para que los costaleros con una airosa levantada, elevan sus oraciones, talladas en la trabajadora al mismo cielo.

Costalero y trabajadera, unión tan esencial, como la del salmista y el salmo, en el que su esfuerzo bajo los pasos, se vuelve poesía celestial..

Ruego y veneración, de esas manos que con destreza, entre blondas, brocados y encajes de chantilly, forman todo un repertorio de Glorias, Padrenuestros y Avemarías, y que con agujetas y alfi leres cubren a nuestra Madre, a la Madre de Dios, con un respetuoso primor, y vestirla como lo que es, esa Bendita Reina concebida sin pecado original.

Arte que es Culto, que es inspiración de la gubia del corazón, de aquel que dio una belleza sin igual, a esa Esperanza del Calvario bonita y de gracia celestial, con esa verde mirada, que parece, que le ha robado el color al mismo mar de Rota. O mientras ora y Obra esa magistral talla de Nuestro Padre Jesús de la Paz, que le miras, y te mira… y te da esa serenidad, que refl eja su rostro, de que no pasa nada… pero que todo esta por pasar.

Arte que es Rezar desde un balcón o apostado en cualquier esquina, desgarrando la garganta y rompiendo el silencio de la noche. Ese rezo fl amenco y a la vez litúrgico, que conmueve los más íntimos sentimientos de quien oye ese quejido que es amor puro a una creencia y a una devoción, y que no sabe decirla de otra manera, nada más que con su arte, Gloria a ti Señor.

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El arte convertido en epistolario, de ese manuscrito de canutillos, hojas de acanto, galones y seda, y que entre bastidores de maderas, redacta sobre ese manto, cuando bordando, reza, puntada tras puntada, y hunden en el terciopelo que es su alma, cada una de las oraciones, que se entretejen con fi nos hilos de oro, y que esos dedos artesanos a través de su aguja empujada por el dedal agradece a la Madre de Dios, dejando para los anales del tiempo, el amor que le tiene, en un sinfín de letanías convertidas en arte.

Arte, que es hablar a Dios directamente con el corazón, a través del viento de las maderas y los metales, de rogativas que se desmenuzan en notas musicales que entre pentagramas de pasión y partituras de sentimientos, y de las que fl uyen sinfonías de Creo en ti Señor sobre todas las cosas.

Melodías que al oírlas, a igual que el humo del incienso que se mezcla y se esparce en el aire, un soplo de blancas, redondas, corcheas y fusas, se funden en el ambiente como la brisa fresca que respiras y que te llega hasta el alma, y te hace sentir un…. no se que, que nunca sabemos explicar, mientras un escalofrío te recorre todo el cuerpo, y te eriza hasta el “sentio”, oyendo música cofrade, al paso de un misterio, o de un paso de palio.

Que suerte tiene Rota, que rebosa la presencia musical entre su gente; ¿Quién no tiene un músico en la familia?,

Yo, que igual que muchos jóvenes llenos de inquietudes, me sentí encandilado por esta afi ción tan bella.

Afi ción, que me permitió conocer un sinfín de Semanas Santas por distintos pueblos de Andalucía, además de tener la

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gran fortuna, conocer y convivir con grandes músicos y con grandes personas.

Recuerdo, muy especialmente a tres; tres músicos de arte y que hoy ya gozan de la gloria en compañía del Altísimo, en su cielo eterno.

El Gran Paquito, o mejor dicho, D. Francisco Carrasco Córdoba, grandísima persona, y creador de una de las marchas procesionales más bellas que se hallan podido realizar.

Marcha de una dulzura y una calidad tal, que cuando la Esperanza Macarena, hace unos años realizo un traslado al estadio olímpico; al comenzar la subida de la rampa que se instaló, empezó a sonar “Patrona, Señora y Madre”, y los comentaristas de la televisión Sevillana, entre elogios a la marcha que sonaba, comentaba que no la conocían pero que sería una de las tantas dedicada a esa Dolorosa. Menos mal que un espectador de aquí, que pasa muchas días por allí, por Triana, les corrigió, informándoles que de eso nada, que esa obra, estaba dedicada a la Patrona de Villa de Rota. Que arte Paquito.

A mi padrino, otro músico también con mucho arte y de una nobleza sin par, que buena gente era mi tío Antonio, Antonio Bernal Neva, el hombre de la eterna sonrisa.

Cuando voy por Cádiz y paseo por la Plaza San Antonio, no puedo evitar acordarme de El, y aún, me parece verlo cruzar por allí en una tarde de Martes Santo, para tocar con la banda municipal a la virgen de las Lagrimas, del Cristo de la Columna… con el porte que el tenia: alto, siempre elegante, su saxofón bajo el brazo, la gorra de plato a medio poner, y con esa sonrisa suya de oreja a oreja.

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A buen seguro que todos los que conocisteis a mi tío Antonio, guardáis un gran recuerdo de el y de esa infi nita sonrisa en vuestros corazones.

Y a la batuta, El maestro. Don Enrique, al que tuve la gran suerte de conocer en el archivo municipal, cuando yo era botones del ayuntamiento y bajaba a verlo muy de vez en cuando.

Por entonces, yo me andaba peleando con un tal Hilarión Eslava y su lección veintisiete, que me traía loco.

Allí pasábamos largo tiempo hablando de bandas, de marchas, de Cristos, y de palios por Cádiz, mientras me recitaba … una colección de pasacalles por toda Andalucía y me intentaba convencer para que aprendiese a tocar la trompeta, y dejase la corneta; lastima que cuando me decidí a hacerle caso, por motivos laborales no pude darle continuidad..

Sirvan estas palabras, para rendir mi personal homenaje, a ellos, a estos tres grandes personajes, tres músicos enamorados de la música, de la Semana Santa, y de Rota.

Seguramente… que estarán por allí arriba, y se habrán encontrado como cada tarde, y sentados, frente a unos atriles de plata, comenzarán a interpretar ese recital celestial y sempiterno en honor a la Virgen María, donde ellos como grandes artistas… del concierto de cada noche, serán los protagonistas.

Y ellos siempre orgulloso de su gente, por la herencia que mantienen viva su pasión, le dirán presumiendo a los querubines que revolotean por allí, a los Santos y a los Ángeles con un aire gallardo y altanero:

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“Ole el arte que hay en Rota;Ole esas melodías de terciopeloy ole el arte que tiene mi banda.que sus sones llegan hasta el cielo,porque suena como Dios Manda”.

Resulta que en uno de esos días en los que esbozaba el pregón, y en los que pretendía dar forma algo que me rondaba la cabeza y no terminaba de convencerme lo que ya tenía escrito, intentaba, unir un montón de garabatos y tachones, pero nada, no salía nada.

Entre el jaleo y los saltos del atleta de la Wii, que estaba en la habitación de al lado, y un constante “papa, que el ordenador se me ha vuelto ha bloquear”, no había forma humana de concentrarme en mi afán por concretar esas frases que se estaban encallando.

No tuve más remedio, que parar y pedir ayuda, que me pudiesen auxiliar… con alguna palabra… alguna frase… que me permitiesen continuar, dando fl uidez a ese galimatías que plasmaba en mis folios.

Los llame, y les pregunte… que me podían decir de la Semana Santa. Abel el pequeño, me contestó: “la Semana Santa de Rota es muy bonita”, y José Manuel, el mayor con ese aire de madurez del que ya ha vivido algunas madrugadas me dijo: “a ver si no llueve este año, que ya esta bien”.

Aguante como pude la sonrisa y de buenos modos les agradecí a los dos, su inestimable ayuda, y su gran aportación a mi pregón

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Pero me hizo cavilar en una cosa, y es que no hay una verdad más grande, que las palabras de un niño ilusionado, y que nosotros, los cofrades, aún siendo ya mayores, seguimos al igual que ellos, esperando estos días… con la misma ilusión, con los mismos deseos. Siendo para muchos de nosotros, nuestra Semana Santa, la más bonita del mundo, y deseando que este año… el tiempo sea generoso… y no llueva.

Y que cuando llega esta ansiada semana, ineludiblemente nos acordamos de esos tiempos pretéritos, y rememoramos cuando éramos eso… niños, y la inocencia nos hacia verlo todo de otro color, de una forma totalmente diferente.

O nos acordamos cuando ya, siendo más jóvenes, nos atrevíamos a caminar e internarnos solos por este mundo de las cofradías, asistiendo a las igualas, a ver si me cogían para poder cargar, porque ya me veía mayor, o asistiendo a nuestros primeros pregones, conciertos, y todo aquello que empezaba a apasionarnos., dentro de este mundo.

Como bien dijo Rubén Darío: Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!, ay.. la Juventud.

Y aquí tengo una parada obligada, no sería perdonable, pasar por alto en este pregón a la Juventud, a la Juventud cofrade, con la que he tenido la inmensa fortuna en estos años, de vivir muchísimas y gratifi cantes experiencias junto a ellos.

Con el grupo Joven de la Hermandad del Nazareno, que retomó la inquietud existente del anterior, y que hoy es una realidad palpable, la cual animó a otras hermandades a formar grupos dentro de sus senos.

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Que de tardes con ellos, Castelar “parriba”, Castelar “pabajo”, ensayando con los acólitos, o esas noches en aquel garaje sin luz, cuando se gestaba la cuadrilla de San Juan Evangelista. Ay.. mis niños costaleros, cuanto amor, cuanta ilusión en la que muy pocos creían, y hay están, otra realidad, muchos de ellos, ya, costaleros de Jesús o de María.

A ellos, dedique unas palabras, hace unos años en una publicación, que me vais a permitir reproducir, y que decía así:

Es normal en la Semana Santa, mirar la las imágenes que por nuestras calles procesionan estos días. Pero hay algo que se le escapa a la mayoría de los que observan el transcurrir de las hermandades, la “gente” que va debajo de los pasos.

Están los que entienden, y comentan el andar de esta o el rachear de aquella, pudiendo gustarle mas o menos según sus preferencias. El libro del gusto tiene las páginas en blanco.

Pero hoy, me tomo la libertad y el privilegio de reivindicar algo, que por derecho propio se merece esta cuadrilla, cuya fotografía, ocupa hoy el fondo de escritorio de mi ordenador, haciendo mías unas palabras del gran capataz sevillano Manolo Santiago:

“Ustedes según digo yo, sois los mejores. Y presumo y roneo del caminar de mi gente”

A lo que yo añado: porque además de todo eso, habéis demostrado, como se trabaja desde la humildad y desde el corazón. Porque no se puede tener un corazón mas grande, que el que tienen ustedes, y mas coraje en el trabajo duro que vosotros, que sois mis niños, los que sin daros cuenta, en estos

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años en los que yo creía que os enseñaba en el andar, y habéis sido ustedes, los que me han enseñado a mi, como ser capataz.

Capataz de la mejor cuadrilla del mundo, de la que a buen seguro, desde la Gloria Ntro. Padre Jesús Nazareno y su Madre Santísima de la Amargura, están igualmente orgullos de vosotros, al comprobar con alegría, como cargáis sobre vuestros jóvenes y doloridos hombros, a su discípulo más amado, a San Juan Evangelista. El hijo que a su madre le entregó, cuando Jesús sucumbió en la cruz.

por todo eso, gracias señores, porque sois Señoresgracias por haber hecho que me sienta el mejor capataz del mundo, no por llevar el mejor, ni el más grande de los misterios sino por tener la gran fortuna,en una hermosa noche de luna,ver como Dios puso en la Tierrapara que aprenda el mundo enterode la mejor cuadrilla que ha habido de hermanos costaleros.

No creas que me he olvidado de ti. No vayas a pensar, que si aún no te he nombrado, es porque me olvide.

No tendría perdón.

No tendría perdón, que yo en mi pregón te pudiese omitir, sabiendo lo que siento yo por ti, lo que ocupas… dentro de mi corazón, lo que ocupas… dentro de mi.

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Ese Rosario de sentimientos, que llevo yo por dentro, que cuando pienso en ti…no se lo que me pasa, que me olvido hasta de vivir,

Y me olvido… de respirar, porque eres mi alegría, y en quien pienso cada día cuando a Dios doy gracias, cada mañana al despertar.

Como me voy a olvidar… Una vez… quise ser tu costalero, ¿te acuerdas?. Cuando solo era un chaval, con la mirada perdía, al ver que por su anatomía, su sueño… se le iba a truncar,

Que momento de desilusión… y era tan grande mi decepción y mi desaliento, que pensé por un momento, que ya… no tendría otra oportunidad, que me fuese olvidando, porque nunca, iba a poder estar a tu “lao” ni tan cerca de Ti, como yo siempre había “soñao”

La paciencia… me la diste Tu, el Tiempo… pues eso, lo puso el tiempo. Y entonces… llegó una recompensa inesperada, cuando aquella mañana, siete de diciembre de dos mil cuatro, me llamo Angel y me dijo que me acercara…. y ayudase a vestirte.

Y entonces… me encontré ante Ti. Yo que creí que te conocía, por tanto como te quería y me di cuenta no sabia nada hasta que solo… me encontré frente a Ti.

Y te agarre por el talle,y te mire como nunca,y mientras besaba tus manosme tembló hasta el sentio

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al tenerte mas cerca … de lo que yo había pedio.

Tu cara frente a mi cara, ese rostro celestialY vi el correr de tus lagrimasY me fi je en tu miraday me deslumbro el refl ejode esa Madre enamorada.

Por cada agujeta… un suspiropor cada encaje…. una oración,por cada pliegue por tu frente…se me iba el corazón.

Quien me lo iba a decir,yo que quise ser tu costalero,y ahora soy del mundo enteroel más afortunadopor vivir lo que viví…y por sentir lo que sentí.

En ese momento de euforiacuando subí hasta tu peana,con mis manos roce la gloriaen aquella bendita mañana… y empaparme la vida entera henchido con tu amoral encontrarme allí a tu vera.

… y rendirme ante tu hermosuraal agarrarme… de nuevo a tu cintura y aquello fue mi locura

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al tenerte por un instante… solo pa mi, Virgen mía de la Amargura.

Pero todo esto de lo que os he hablado, de lo que percibo… los olores, los sabores, los sonidos, los colores… o lo que palpo al contemplar el paso de las cofradías roteñas, no tendría sentido… si no creyese en la consecución de todo…. en la Resurrección.

Y entonces, cuando llegue ese día gritaré ante un Cristo Resucitado¡¡¡Aleluya!!!!

¡¡¡Aleluya!!!!Como un canto de alegríaporque El como nos prometióresucita al tercer día

¡¡¡Aleluya!!!!porque ha vuelto para traernos la salvaciónen un domingo de primaveraen un Domingo de Resurrección

Y gritaré… sin dudar un solo instante …

Creo… en un solo Dios, que es Padre Todopoderosode un amor generosoCreador de lo visible y lo invisibley que es justo y eterno.

Y creo… porque así es mi Feen un Dios Celestial

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que es sagrado manantial,alentador de vida eterna y tesoro infi nito de bondad.

Y creo… por encima de todo creo… en su único hijoaquel que un día nos dijoamaos los unos a los otros y dio su vida por todos.

Y creo… por que así me crié,con un Cristo en mi cabeceraal que di mi vida entera,encontrado solo en Elel descanso de mi alma y el descanso de mi ser.

Y Creo.. . sin miedos, sin complejossin tenerlo que ocultary a los cuatro viento gritar:aquí estoy Señor, para hace tu voluntad.

Y creo en ti Señorporque eres la razón de mi existirel oasis en mi desiertode mi esperanza eres crisol y de mis noches el Solcuando salgo a tu encuentro.

porque eres mi aliento cada díaeres mi tabla de salvacióncuando mi animo zozobray se me nubla la razón.

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porque eres quien me anima a seguiren mi vida diariaal despertar cada mañanasabiendo que tu… eres la vela de mi mesana.

porque eres la fe de mis mayoresesa que yo heredéy mientras aliento me quedeal mundo entero proclamaré.

Que solo hay un Dios verdaderoque es Padre, Hijo y Espíritu Santoque para mis pecados hay perdónigual que cuando mueracreo en la resurrección.

Y este es mi Credo.Este es el pilar de mi vida,donde miro cada vezque la vida me da un revés…El pilar donde me sustento,y el que le muestro a mis hijos, para que no se pierda en el tiempo

Credo que yo espero…cuando las nieves de la vejezcubran de blanco mi sien,cuando haya pasado el tiempoy mirando una vieja estampa,a mis hijos…mirando una vieja estampa… yo a ustedes les hablaré de una Semana Santa que se fue

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hace mucho tiempo yade una Semana Santa antiguaque ya no volverá.

Y ustedes, que sois mi futuro,En Dios pongo mi corazónPara que ustedes me contéisCon esta misma ilusión,que aún sigue habiendo Fe,que no ha cambiado “na”que Rota sigue siendo la mismaque todo sigue igual.

Y que al llegar la madrugá, campera y marinerade murallas antiguas y de paredes encaláRota… seguirá parando el tiempo… para vestirse de morá.

Y hasta aquí mi pregón… de mi Semana Santa, de cómo yo la entiendo… de cómo yo la veo… de cómo yo la vivo.

Solo me queda el darte las gracias Dios mío, por haberme guiado en estas palabras, y poder expresar, aquí, públicamente, todo el amor que te tengo. Amor hacia Ti y hacia tu bendita Madre, mi Virgen María.

Y a vosotros hermanos que deciros… que muchas gracias… y que ya sabéis algo más de mi… gracias a todos

… y no os olvidéisque os espero el Domingo de Ramos,

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a las puertas de San Roque, en aquella coqueta ermita, cuando el reloj marque las seis, para ver a Cristo Reymontado en la borriquita.

He dicho.