PR. JORGE LEDESMA- Los Tesoros Del Corazón

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LOS TESOROS DEL CORAZÓN Hay gente que intenta por todos sus medios caminar fielmente con Dios. Pero no lo logran. ¿Sabe por qué? Porque si el corazón no vuelve a tener la inocencia y pureza que tenia Adán, sino recibimos eso son vanos todos los intentos por cambios. Por eso el Señor dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:2. La palabra transformaos quiere decir “transfiguración”, es la que describe cuando Jesús se transfiguró. Lo que quiere decir es que no nos conformemos a éste mundo, no te perezcas, sino transfigúrate para parecerte a él. Para eso necesitamos corazón nuevo. Un corazón es transformado cuando uno aprende a entregar el viejo corazón para recibir el nuevo. Hay que entregar el viejo corazón. Es un trabajo progresivo. Cuando uno muere a uno mismo. Cuando uno no tiene ganas de perdonar y bendice. ¿Sabe lo que usted hace? Va entregando su corazón viejo y Dios le entrega un corazón renovado con el que va a ser transformado. Cuando usted entrega lo que no tiene que estar en su corazón usted va a tener un corazón nuevo. Sobre toda cosa guardada cuida el corazón, porque de él brota vida. Hemos aprendido a buscar ese cambio, es un proceso de toda una vida, es un estilo de vida. Hay una clave para ir creciendo y mantener esto y la bendición fluya. ¿Qué cosas guardas en tu corazón? Pablo dice, yo sé que Dios es fiel para guardar mi deposito. Se refería a el mismo. El era un deposito de unción en su espíritu, pero también en su corazón tenia cosas especiales. También era un hombre apasionado por Dios. ¿Qué había

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LOS TESOROS DEL CORAZÓNHay gente que intenta por todos sus medios caminar fielmente con Dios. Pero no lo logran.

¿Sabe por qué? Porque si el corazón no vuelve a tener la inocencia y pureza que tenia Adán, sino

recibimos eso son vanos todos los intentos por cambios. Por eso el Señor dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:2.

La palabra transformaos quiere decir “transfiguración”, es la que describe cuando Jesús se

transfiguró. Lo que quiere decir es que no nos conformemos a éste mundo, no te perezcas, sino

transfigúrate para parecerte a él. Para eso necesitamos corazón nuevo. Un corazón es

transformado cuando uno aprende a entregar el viejo corazón para recibir el nuevo. Hay que

entregar el viejo corazón. Es un trabajo progresivo. Cuando uno muere a uno mismo. Cuando uno

no tiene ganas de perdonar y bendice. ¿Sabe lo que usted hace? Va entregando su corazón viejo y

Dios le entrega un corazón renovado con el que va a ser transformado. Cuando usted entrega lo

que no tiene que estar en su corazón usted va a tener un corazón nuevo. Sobre toda cosa

guardada cuida el corazón, porque de él brota vida.

Hemos aprendido a buscar ese cambio, es un proceso de toda una vida, es un estilo de

vida. Hay una clave para ir creciendo y mantener esto y la bendición fluya. ¿Qué cosas guardas en

tu corazón? Pablo dice, yo sé que Dios es fiel para guardar mi deposito. Se refería a el mismo. El

era un deposito de unción en su espíritu, pero también en su corazón tenia cosas especiales.

También era un hombre apasionado por Dios. ¿Qué había en su corazón? Hay algunos que

entendieron que deben cuidar su corazón y llenarlo de bendiciones. Hay otros que tienen una

mezcla absoluta. En muchas casas hay un cajón del modular, que no es específicamente para

nada, pero tiene de todo. Tiene enchufes, pilas, y cosas que no funcionan. Cuando usted busca

algo, encuentra cosas que ni se imagina. Cuando saca lo que no sirve, le queda un cajón limpio.

Cuando viene al Señor, usted arranca todo lo malo. Cuando usted lo mira años después ya no

tiene la basura que tenía antes, pero está lleno de un montón de cosas.

La biblia nos enseña esto en Mateo 6. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni

la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

Que quiere decir “no se hagan tesoros en la tierra, sin en el cielo”. ¿Hay que hacerse pobre? Ese

no es el plan de Dios. Se está refiriendo q no atesores nada en tu corazón de lo que estas

teniendo. Cuando no te pegas a lo económico te puedo dar toda la abundancia que quieras. Busca

primero el reino…. Etc.

Puede tener todo lo que quiera pero si busca primero el Reino, lo demás le va a seguir. Donde está

su tesoro… puede tener 16 autos, 43 terrenos y 5 casas, pero si está buscando primero el reino de

Dios, todo lo demás le sigue. Es diferente del que busca, tiene un auto y quiere otro. Tiene un auto

viejo y quiere otro más nuevo, y esta apegado al corazón, el reino de Dios no lo va a seguir. Hay

cristianos que viven al revés. Andan buscando lo terrenal esperando que el reino d Dios le siga.

¿Le gustaría que la bendición lo siga? Eso quiere decir que no tengo que hacer tesoros aquí,

puedo tener todo lo que Dios me da. Pero ¿cómo sabemos dónde está nuestro corazón? La forma

de detectar es saber cuánto tiempo le dedicas a una cosa y cuanto tiempo le dedicas a la otra. Esa

es la clave. A lo que le dedicas ganas y tiempo, es aquello que estas atesorando en tu corazón.

¿Cuáles son los tesoros en los cielos? El primer tesoro más grande que usted tiene cuando conoce

a Jesús, es su salvación. Aquí en la tierra a muchos no le interesa, y no se dan cuenta que es un

tesoro. Pero cuando llega el instante que lo tiene que usar se da cuenta del tesoro que es la

salvación.

Ilustración: Hace unos meses en una excursión con mi familia, y cuando salimos a una caminata

lleve conmigo una botella de agua porque iba a hacer calor. Les dije a mis hijos que lleven la suya,

pero no quisieron. Entonces mientras íbamos en la caminata, ya era medio día y comenzó a hacer

calor. Saque mi botella y tome agua. Hasta que en un momento uno me pide que le convide porque

tenía sed. Y así lo hice. Cuando el clima estaba fresco a nadie le importaba mi botella, era solo un

peso. ¿Sabe qué?

Hay muchos que se ríen de su botella de agua del cielo, la salvación. Pero un día de éstos cuando

la necesiten para entrar al cielo, no la van a encontrar.

La salvación es un tesoro.

Hubo gente de la iglesia que no la valoro, la vendió por un poco de diversión, por un adulterio, por

una locura momentánea. La biblia dice “junten tesoros en los cielos”. En los cielos hay cosas que

nos pertenecen, y que son las que nosotros vamos generando aquí. Su decisión de rendirse a Dios

vale oro y está en el cielo.

Sus ofrendas y sus pactos hacen tesoros en el cielo. Cuenta una historia que un general del

ejército romano pidió a Jesús que sanara a su soldado. Entonces la gente del pueblo le habla a

Jesús diciendo: “Jesús, haz lo que pide, ese hombre es muy generoso con tu pueblo, nos

construyó una sinagoga para que podamos adorarte”. Jesús le hizo el milagro al instante. ¿Qué

sucedió? Ese hombre tenía tesoros en el cielo. No era cristiano ni judío. Algunos creen que cuando

le están dando su ofrenda al Señor, si cuentan un testimonio dicen “valió la pena”. Pero si no, van y

prueban de nuevo, como un tragamonedas y no se dan cuenta que cada vez que usted le da una

ofrenda al Señor, que le agrada al Señor con su actitud, aunque sea la moneda más pequeña,

usted está cargando tesoros en el cielo. Usted no está haciendo negocios con Dios cuando

ofrenda, sino que está haciendo tesoros en el cielo.

A veces usted no sabe pero clama por una bendición en su casa, por su familia y el milagro

desciende, y a veces eso tiene que ver con el tesoro que usted hizo en el cielo. La salvación le

llego a Cornelio con toda su familia porque sus ofrendas y limosnas habían sido vistas desde el

cielo. Usted no lleva la cuenta de las ofrendas que le dio al Señor en los últimos dos años, pero en

el cielo lo tienen. Por ejemplo: en el libro de cuentas del cielo ven su ofrenda y dice $2, y parece

que no es nada. Pero al lado dice: se volvió a su casa caminando porque no tenía para el colectivo.

Eso está registrado y es tesoro. La porción de su corazón que usted entrego con su ofrenda se

convierte en un tesoro en el cielo.

La Biblia dice que cuando vayamos al cielo, no solo va a haber tesoros por lo que sembramos en la

tierra, sino por lo que llevemos también. La biblia dice que todo lo que hicimos en la tierra será

probado. Algunos llevarán oro, plata, piedras preciosas, hojarasca, madera, heno, y será probado

con fuego. Lo que resista el fuego, eso va a entrar. Muchos creen que es injusto servir a Dios.

Muchos no tienen idea el valor que tiene en términos celestiales el valor de lo que estás haciendo.

Tampoco entienden cuanta riqueza espiritual se está acumulando en el cielo por lo que usted hace

en la tierra. Algunos toman la obra del Señor livianamente, son salvos, son cristianos pero se

burlan del que sirve demasiado, mezclan pecado con el servicio o hacen un servicio lleno de

rebeldía, de independencia. Hay otras cosas que no se queman, pero no son tan valiosas como el

oro o la plata. Lo más especial son las piedras preciosas, que es la formación de líderes y

discípulos. Muchos no saben que Dios les pidió piedras preciosas a todos, y muchos van a subir al

cielo, llenos de piedras preciosas.

Y muchos van a llevar un paquete con piedras preciosas, que son los líderes que formaste. Unos

antes eran borrachos y ahora son pastores. Estos tenían mal carácter y ahora están sirviendo.

Estos no servían para nada y ahora son tremendos empresarios.

Comenzamos hablando de los tesoros que van al cielo, pero hay tesoros que uno debe sostener en

el corazón.

Prov. 4:23. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

¿Qué tesoros no deben estar guardados en un corazón transformado? Falta de perdón, enojo de

varios días, depresión, envidia, tenemos que desechar todo esto. Un corazón tiene que estar lleno

de los tesoros de Dios que son para el corazón. Involucran sentimientos, pensamientos y

emociones. Los tesoros del cielo en su corazón deben ser los frutos del Espíritu Santo. Amor, gozo,

paz, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, paciencia. Esos son tesoros del cielo que

tienen que estar adentro de nuestro corazón. La palabra dice que el hombre bueno, del buen tesoro

del corazón saca lo bueno. El primer tesoro que debemos tener en el corazón es el fruto del

Espíritu Santo. Otro tesoro que debemos tener guardado en el corazón se llama temor de Dios.

Ese es un tesoro valiosísimo. Aquel que tiene ese tesoro, vive un cristianismo diferente del resto.

Aquel que tiene temor de Dios, aprende tesoros más valiosos todavía. En Sudamérica

vivimos en una cultura donde no estamos acostumbrados a la obediencia. Cuestionamos todas las

cosas. Cuestionamos lo que se nos manda a hacer. Por qué debemos hacer esto, o aquello. La

gente vive como algo normal la desobediencia, que es destructiva, demoledora. ¡Si los cristianos

descubrieran la potencia que hay en la obediencia! El Señor respalda la obediencia.

Lo tercero es el amor a Dios. ¿Qué amas? ¿A quién amas? Si usted ama a Dios con todo

su corazón… ¿Está dando a Dios su tiempo, sus ganas, su pasión? Otro tesoro es la pasión por

Dios y por su presencia. ¿Qué hay en el tesoro de su corazón? ¿Comodidad, indiferencia?

Es hermoso ver a quienes están con un corazón lleno de pasión por Dios, que guarda

buenos tesoros como la salvación, su amor por Dios, la pasión, los frutos del Espíritu Santo, pasión

por las almas.

Un buen líder, del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas, no guarda basura en su corazón, sabe guardarse sobre toda cosa guardada.