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  • Captulo primero

    Qu entendemos por postura?

    El curioso: Postura Es un trmino tan corriente, tan vago, tan a la moda, que todo el

    mundo lo utiliza hoy en da. Ayer un importante peridico de fin de semana lo citaba en sus

    pginas. Incluso se lo cita en los trabajos crticos Ya Barthes lo empleaba en sus Mitologas

    para referirse a cierta idea que nos hacemos del escritor: Gide lea Bousset al descender por

    el Congo: esta postura resume acertadamente el ideal de nuestros escritores en vacaciones

    fotografiados por el diario Le Figaro []. Ms adelante, su inters semiolgico lo lleva a

    afirmar que el corte de cabello en forma de hongo disfraza al clrigo [Pierre] de San

    Francisco1. Cul es pues el sentido que le das a la nocin de postura? Qu aporta sta

    para el anlisis del hecho literario y de la figura del autor?

    El investigador: La postura es entendida all como la puesta en escena meditica de un rasgo

    fsico o de un gesto propio al hombre clebre. Pero esto es apenas una parte de lo que yo

    llamo la postura de autor.

    El curioso: El contexto meditico ha entonces contribuido en gran medida a constituir ese

    sentido corriente del trmino

    El investigador: Eso se explica si tenemos en cuenta que en la cultura del espectculo, en la

    era del marketing de la imagen, todo individuo que se encuentre arrojado al espacio publico

    est obligado a construir y a controlar la imagen que ste proyecta de s mismo. Los

    consejeros en comunicacin, los reconstructores de imagen, se congregan alrededor de

    cualquier personaje con un mnimo de renombre, incluso alrededor de los acadmicos que

    gozan de una cierta notoriedad. Desde hace ya algunos aos, la nocin de postura puede

    encontrarse tambin en los estudios literarios: de ah que se deba precisar, en dicho contexto,

    el sentido que se le da.

    El curioso: Entonces?

    1 Roland Barthes, Mythologies, pp. 30 et 54.

  • El investigador: Fue Alain Viala el primero en conceptualizar dicho trmino al utilizarlo para

    describir la manera de ocupar una posicin en el campo: Existen diferentes maneras de

    asumir o de ocupar una posicin; se puede, por ejemplo, ocupar, de una manera modesta, un

    posicin ventajosa, o se puede ocupar, con mucha pompa, una posicin modesta En ese

    sentido, utilizaremos pues la nocin de postura (la manera de ocupar una posicin). [] Al

    relacionar [la] trayectoria [de un autor] con las diversas posturas que all se manifiestan (o con

    la continuidad de una misma postura y que, por decirlo de alguna forma, constituye la

    marca especfica de un escritor, esa propiedad que lo distingue y que le atribuimos a los que

    mejor se destacan) se descubre la lgica de una estrategia literaria2.

    El curioso: Viala considera la postura del autor como un elemento del ethos autorial

    El investigador: Con el trmino de postura Viala designa, entre otros, un elemento del

    ethos o de esa manera (general) de ser (de un) escritor (p. 217). sta puede rastrearse en los

    diversos elementos que conforman la posicin, el habitus y la postura. Describir el ethos de

    un escritor constituye pues una operacin capital de la socio-potica puesto que permite

    concebir, en un mismo movimiento, tanto la estrategia de ste en el campo como sus

    opciones formales, esto es, su potica.

    Pero el ethos alude tambin a un concepto preciso de la retrica, por lo que puede ser objeto

    de confusin. Por mi parte, sin olvidar lo que considero esencial de la fecunda proposicin de

    Viala, prefiero una definicin ms global de la nocin de postura: la postura de un autor

    designa pues aquello que Viala llama ethos. As, incluyo tanto la dimensin retrica (textual)

    como la dimensin comportamental (contextual).

    El curioso: De esta manera le das un sentido ms amplio a la nocin de postura propuesta

    por Viala.

    El investigador: Exactamente. Desde la aparicin de LAge du roman parlant 1919-1939

    (2001) y Le Gueux philosophe (2003), no he hecho otra cosa que utilizar esta nocin como

    herramienta de anlisis. Desde entonces sta ha sido retomada y discutida por numerosos

    especialistas, quienes han visto en ella un estimulo para analizar fenmenos que ni la 2 Alain Viala Elments de sociopotique , pp. 216-217.

  • sociologa cuantitativa ni la estilstica logran describir desde su propio terreno. Dominique

    Maingueneau, Alain Viala y Jean-Michel Adam la citan y la discuten3; los jvenes

    investigadores comienzan desde ya a utilizarla4. As mismo, dicha nocin, y su campo

    especfico de trabajo, cruza otras disciplinas vecinas, como es el caso de los trabajos de

    Natalie Zemon Davids sobre la construccin del yo y sus modalidades en los actores

    histricos5.

    El curioso: Al parecer esta nocin incita al debate! Podras entonces aclarar la definicin

    que propones ?

    El investigador: La postura es la manera singular de ocupar una posicin en el campo

    literario. Al conocerla, podemos saber como sta recrea o desarma dicha posicin. Quien

    imprime una obra (un disco, un grabado, etc.) impone una imagen de s mismo que va ms

    all de su identidad civil. Es el caso del seudnimo, tal y como ocurre con Celine, Julien

    Gracq, Romain Gary, San-Antonio o Serge Gainsbourg (al adoptar el seudnimo de

    Gainsbarre). Utilizado frecuentemente en todas las artes, el seudnimo no constituye

    nicamente una precaucin contra la censura o una manera de suscitar la curiosidad a travs

    del misterio. Este puede ser tambin, junto con esos otros usos, un indicador de la postura

    asumida por el autor o el artista. El seudnimo permite sealar una nueva identidad

    enunciativa que se distingue de la identidad civil. En el fondo, el seudnimo convierte al autor

    en un emisor ficticio, en un personaje de pleno derecho.

    El curioso: Entonces el seudnimo y la postura se encuentran, aunque dicha relacin no sea

    siempre necesaria, ligados entre s?

    3 Dominique Maingueneau, Le Discours littraire, p. 206 ; Alain Viala, Lettre Rousseau, p. 108 ; Jean-Michel Adam & Ute Heidmann, Sciences du texte et analyse de discours, 2005, p. 12. 4 Ver por ejemplo : Franois Provenzano, Notes et rflexions la lecture de quelques textes de Jrme Meizoz , 2005 ; David Vrydaghs, La constitution dune identit littraire. Les autoportraits de Catherine Millet et leur rception par la presse spcialise , 2006 ; Marie-Pier Luneau, La mystique du don chez lcrivain : Jacques Godbout , 2007 ; Isabelle Charpentier, Luvre auto-sociobiographique dAnnie Ernaux ou les incertitudes dune posture improbable, 2006 ; Riccardo Bonavita, Traduire pour crer une nouvelle position. La trajectoire de Franco Fortini, dEluard Brecht, 2006 ; Vronique Rohrbach, Politique du polar, 2007. Nota del traductor : En el 2011, la revista de sociologa de la literatura CoNTEXTES le dedico un numero completo a esta nocin intitulado: La posture. Gense, usages et limites dun concept. Ver: http://contextes.revues.org/4692 5 Natalie Zemon Davis, Lon lAfricain : un voyageur entre deux mondes, 2007.

  • El investigador: La postura constituye la identidad literaria construida por el autor mismo y,

    en la mayora de los casos, retomada por los medios, quienes la ponen a disposicin del

    pblico6. Dicha nocin no coincide sino en ciertos aspectos con la de figura del autor

    estudiada por Maurice Couturier (1995), ya que el anlisis que ste propone se restringe

    nicamente a las lgicas textuales. Podramos tambin convocar la nocin latina de persona

    utilizada en el teatro para designar la mascara. Esta se refiere tanto a la voz como a su

    contexto de inteligibilidad. En la escena de enunciacin de la literatura, el autor solo puede

    presentarse y expresarse provisto de su persona, de su postura. No olvidemos que en su obra

    el autor construye para el pblico una imagen de s mismo. En el caso de Proust, sta se

    substituye metonmicamente al autor. As, la obra constituye, para la posteridad, una

    representacin estable de ese ser perecedero que es el autor: [] aquello que sale de m y me

    representa7.

    El curioso: Quieres decir que la postura no es solamente una pose, una coquetera, una

    artificio consciente?

    El investigador: No, y aunque en algunos casos lo sea, no podemos reducirla a un artificio, a

    un acto promocional o a una estrategia en el sentido corriente del trmino. Sin embargo, entre

    ms se impone el todo meditico, mayor es la probabilidad de que los rasgos posturales sean

    construidos y elaborados concientemente.

    El curioso: Esta tendencia me hace pensar en Michel Houellebecq o en Christine Angot

    El investigador: La postura de Houellebecq representa para m un nuevo estado del campo

    literario contemporneo: toda una generacin de escritores, nacida en la era de la cultura de

    masas (Angot, Beigbeder, Nothomb, Donner, Despentes o Houellebecq), asumen

    abiertamente, a travs de las polmicas que suscitan su persona y sus escritos, esta puesta en

    escena pblica del autor. Puesto que el intercambio literario calca cada vez ms las formas y

    las exigencias de la publicidad y de la imagen, las puestas en escena del autor constituyen una

    parte integral de la nueva manera de considerar la existencia pblica de la literatura. Es como

    esa nueva plataforma programtica de la que nos hablaba el narrador Michel en Plataforme 6 Philippe Roussin, Misre de la littrature, terreur de l'histoire. Cline et la littrature contemporaine, p. 24. 7 Lettre de Marcel Proust son diteur Bernard Grasset, le 14 aot 1916, in Marcel Proust, Lettres, 2004, p. 783.

  • (2001)8. En la cultural del espectculo, toda referencia a un fuero interior es obsoleta9.

    Siguiendo una tcnica tomada del arte contemporneo el narrador Michel organiza

    exposiciones vanguardistas para el ministerio de cultura! estos autores sobreactan la

    mediatizacin de su persona y la incluyen en el espacio de su obra: tanto sus escritos como la

    postura por la que son reconocidos son entregadas solidariamente en una sola actuacin.

    El curioso: Para ti, la postura est ligada ante todo a la actividad pblica

    El investigador: Digamos que por postura entiendo algo que es comn a todos los escritores

    (y a todos los artistas en general), algo que se encuentra ligado a su propio estatuto: una

    manera de enfrentar, en su sentido literal, de adoptar una figura (buena o mala) frente a las

    ventajas y desventajas de la posicin ocupada en el juego literario o artstico10. Todo autor

    manifiesta una postura, ya sea conscientemente o no. Cada artista, y en general todo rol

    profesional pblico, cualquiera que sea su grado de codificacin, revela una postura. Sin

    embargo, la postura solo adquiere su verdadera significacin en relacin a la posicin que el

    autor ocupa en el espacio de posiciones literarias posibles en un momento determinado del

    campo. De ah que no debamos contentarnos con la sola descripcin de los elementos ms

    visibles o puramente cosmticos de una postura, como si se tratara nicamente de una puesta

    en escena intencional.

    El curioso: Sin embargo, los autores detestan que se hable de ellos en trminos de postura.

    Es como si se denunciar una mascarada!

    El investigador: Es cierto, an si la nocin de postura, en el anclaje crtico que propongo, no

    tiene ninguna connotacin peyorativa. Hace algunos aos, una investigadora francesa envi a

    un celebre poeta un resumen de su proyecto de investigacin en el que se mencionaba la

    8 Michel Houellebecq, Plateforme, p. 259. 9 No se trata de disculpar aqu las opiniones proferidas contra el Islam o el turismo sexual, sino de mostrar que stas adquieren, ante todo, un sentido en el campo literario. Dejo a un lado las opiniones polticas de Michel Thomas, que en ningn sentido me interesan. El mismo problema se plantea tambin en el caso de Louis-Ferdinand Cline: los crticos trataron Bagatelles pour un masacre como un juego verbal para poder as minimizar el impacto ideolgico de los panfletos. En el caso particular de Plateforme, dira que nadie tiene acceso al fuero interno de Michel Thomas. 10 Sobre el concepto de juego literario como alternativa al de campo literario, ver Bernard Lahire, La Condition littraire. La double vie des crivains, 2006, y nuestra resea de esta obra en www.revue-contextes.net.

  • postura del sujeto en la obra del escritor en cuestin. Este le respondi, no sin descontento:

    Vil lenguaje el que la universidad le ha enseado a utilizar.

    El curioso: Se puede establecer un lazo entre la postura y la potica de un autor?

    El investigador: Dicha nocin tiene para m una doble dimensin que abarca tanto lo histrico

    como los fenmenos propios al lenguaje: sta engloba simultneamente una conducta y un

    discurso. As pues, la definicin que propongo de la postura comprende tanto la presentacin

    que el autor hace de s mismo y las conductas pblicas relacionadas con lo literario (premios,

    discursos, banquetes, entrevistas pblicas, etc.) como la imagen que proyecta a travs del

    discurso, aquello que la retrica ha llamado ethos. Al hablar de la postura de un autor,

    describimos simultneamente los efectos del texto y de las conductas sociales. Dicho de otra

    forma, esta nocin articula, en un mismo plano metodolgico, la retrica y la sociologa. En

    efecto, la nocin de postura considera el anlisis textual interno sin olvidar el externo; y

    viceversa. En sntesis, lejos de tratar el discurso literario como un documento sin ninguna

    especificidad, la nocin de postura permite anclarlo en un hecho formal para desplegar as sus

    efectos en la comunicacin. Por ejemplo, los efectos relacionados con el tono empleado: la

    construccin del orador en su discurso, su repertorio y sus dispositivos histricos.

    Postura y ethos

    El curioso: La postura es entonces una forma de tomar la palabra, de enunciar un discurso, de

    asumir un texto.

    El investigador: En su vertiente lingstica, la nocin de postura recubre la nocin retrica

    de ethos11. Para producir un efecto en el auditorio, el orador no slo debe disponer de

    argumentos validos (dominar el logos) y producir un poderoso efecto sobre ste (el pathos),

    sino que debe tambin afirmar su autoridad y proyectar un imagen de s mismo susceptible

    de inspirar confianza12. El ethos se refiere entonces a la imagen que el remitente impone de

    s mismo a travs de su discurso, imagen que le permite asegurar su impacto. En los gneros 11 Ruth Amossy (dir.), Images de soi dans le discours. La construction de lethos, 1999. 12 Ruth Amossy, Ethos , in Paul Aron, Denis Saint-Jacques, Alain Viala, Le Dictionnaire du littraire, 2002, pp. 200-201.

  • que surgen durante la era de la individualizacin (como la autobiografa, contrincante de las

    Memorias, que se dirigen a un espacio pblico ms amplio) la cuestin de la figuracin o de

    la autorepresentacin de aquel que toma la palabra se vuelve esencial. A partir de 1830, sta

    se incrementar gracias a la creciente mediatizacin de la literatura que se pondr en marcha

    con el surgimiento del periodismo moderno.

    El curioso: Cmo ligar entonces el ethos, que concierne a la dimensin lingstica, con las

    conductas no verbales?

    El investigador: Se impone un doble terreno de observacin que no desligue las partes que lo

    componen: la parte externa, aquella de la autorepresentacin en todas aquellas situaciones en

    las que la persona encarna la funcin de autor (intervenciones en los medios de comunicacin,

    discursos en las premiaciones literarias, noticias biogrficas, cartas dirigidas a la crtica, etc.),

    y la parte interna, aquella en la que el remitente construye una imagen de s mismo en y a

    travs de sus textos. Cules son las posturas enunciativas que se adoptan? Cmo

    representan stas las tomas de posicin en el espacio literario? Sin importar el tipo de postura

    que se adopte de poeta de la corte, de galante, de libertino, de hombre honesto, de dandy,

    de poeta maldito , todas tienen en comn el hecho de que pueden ser consideradas como un

    repertorio histrico de ethos que han sido incorporados, exhibidos, transformados o firmados.

    As pues, podemos relacionar en nuestro estudio la posicin que un autor ocupa en el campo

    con sus opciones estticas, sus conductas literarias pblicas y su ethos discursivo.

    El curioso: No estamos lejos del anlisis del discurso a la francesa: pienso especialmente en el

    Diccionario del anlisis del discurso de Maingueneau & Charaudeau (2002) y en el Discurso

    literario (2004) del primero. Estos se apoyan a su vez en Ducrot quien afirma que: la lengua

    comprende, a titulo irreductible, todo un catalogo de correlaciones interhumanas, toda una

    panoplia de roles que el locutor puede elegir por s mismo e imponer al destinatario13.

    El investigador: En efecto, el procedimiento que Maingueneau sugiere para el anlisis del

    discurso propone nuevos interrogantes para los estudios literarios. Basada en el modelo

    legado por el Romanticismo, la historiografa literaria tradicional concibe la creacin como el

    13 Oswald Ducrot, De Saussure la philosophie du langage, citado por Dominique Maingueneau et Patrick Charaudeau (dir.), Dictionnaire danalyse du discours, pp. 515.

  • resultado de una interioridad singular en la que el contexto ocupa una posicin secundaria,

    esto es, una tenue y vaga influencia en la escritura. Por el contrario, para los analistas del

    discurso, el sujeto se construye ante todo en sus manifestaciones lingsticas. As, el acto

    discursivo mediante el cual el locutor construye una imagen de s mismo puede ser estudiado

    a partir de tres niveles: 1) la escena global en la que se enuncian los grandes tipos de

    discursos: religioso, poltico, literario, etc. 2) la escena genrica que describe los gneros del

    discurso y los gneros literarios y 3) la escena de la palabra o escenografa construida a travs

    de la enunciacin: el ethos verbal en tanto ndice postural.

    El curioso: Lo que implica revisar, a partir de las criticas que Bourdieu (1966) y Foucault

    (1969) hicieron de esta nocin, nuestra concepcin del autor

    El investigador: Es justamente por ello que Maingueneau descompone la nocin de autor,

    bastante ambigua, en tres instancias ligadas entre s: 1) el escriba, en tanto remitente del texto

    (Ferdinand en Muerte a crdito (1936)), 2) el autor, en tanto principio de clasificacin,

    entidad jurdica o postura pblica (Celine, autor seudnimo de la misma novela) y,

    finalmente 3) la persona, en tanto sujeto autobiogrfico y civil (Louis Destouches que designa

    el ciudadano jurdicamente responsable de la novela). Estas tres instancias se entregan

    simultneamente, pero pueden ser distinguidas en el anlisis. Gracias al seudnimo, tan

    frecuente en el medio artstico, los autores intentan disociarlas con el fin de protegerse, en la

    mayora de los casos, de los peligros del estatuto de autor, como lo haca Stendhal en sus

    prefacios.

    El curioso: Incluso si se divide en esas tres instancias, no conserva sta un sentido en

    extremo singularizante?

    El investigador: Ciertamente, doblegar un texto a un autor implica una ecuacin abstracta o

    una simplificacin jurdica. A partir del Romanticismo, la historia literaria (y del renacimiento

    en lo que concierne a la historia del arte) se encargo de construir la ficcin de un autor nico.

    Dicha ficcin fue sin duda reforzada por la ola de la crtica gentica de los aos de 1980. Sin

    embargo, en la prctica nos enfrentamos casi siempre a una autorialidad plural, mltiple. Un

    proceso colectivo se encuentra a la retaguardia de la gnesis textual: el autor, por su puesto,

    pero tambin el editor, las diferentes instancias que intervienen en el proyecto de escritura

    (para la obtencin de la ayuda de un mecenas, de una beca, etc.), el impresor, el tipgrafo

  • (cuya intervencin en una pieza de Moliere, tal y como lo demuestra Roger Chartier (1996),

    fue decisiva), sin olvidar tambin la figura ms reciente del agente literario, quien exige un

    avance de los manuscritos de las obras antes de promocionarlas e interviene en el proceso de

    relectura.

    Postura e historia

    El curioso: Cada postura es nica o podemos establecer familias posturales?

    El investigador: All radica toda la dificultad del anlisis ya que la accin postural se

    manifiesta en el vrtice de lo individual y lo colectivo: en tanto variacin individual de una

    posicin, la postura se incorpora a un repertorio que se encuentra presente en la memoria de

    las practicas literarias. En el campo literario abundan los relatos fundadores, las biografas

    ejemplares, y todo autor que se convierte en tal lo hace es en referencia a aquellos grandes

    ancestros de los que ste toma prestado las creencias, los motivos, pero tambin las posturas.

    Se trata de una forma de sociabilizacin de las practicas literarias. La memoria del campo

    propone toda una serie de posturas que han confrontado las graves crisis literarias. Por

    ejemplo, la postura del escritor comprometido que hace un llamado al profano (esto es, al

    pblico en general) para legitimar sus tomas de posicin ms all del medio literario,

    comparte cierto numero de rasgos recurrentes que pueden encontrarse en Voltaire (EL caso

    Calas, 1972), en Zola (Yo acuso, 1898), en Barbusse, en Nizan y finalmente en Sartre. Lo

    mismo ocurre con la postura del poeta infortunado en la tradicin romntica; sta tiene sus

    anclajes en un imaginario social remoto.

    El curioso: Existe pues un material simblico remoto, una suerte de mitologas que preceden

    la eleccin postural y a partir de las cuales el autor modela un repertorio de posturas?

    El investigador: Si, por ejemplo, la postura del indigente virtuoso que adopta Rousseau no

    podra comprenderse, tal y como lo ha mostrado Pascal Brissette (2005), sin referirse a dos

    discursos sociales que la preceden y que le dan resonancia a sus decisiones. Por un lado, el

    discurso cristiano de la sancta paupertas y, por el otro, el discurso filosfico que resalta, en

    las figuras de Scrates o de Digenes, aquellos pensadores que han renunciado a los honores

    y la fortuna para poder as expresar sin restricciones las verdades que nadie quiere escuchar.

    Rousseau no crea pues su postura: la adapta y la compone a partir de un imaginario existente

  • y conocido en su tiempo (Scrates fue una figura tan significativa para el siglo XVIII que

    Diderot, y otros, deseaban imitarlo). De ah que Voltaire lo trate de mono o de bastardo

    de Digenes

    El curioso: Cada cual invierte singularmente en un repertorio postural existente

    El investigador: Aunque toda postura se presenta como singular, sta incluye

    simultneamente en s misma la influencia de lo colectivo. Intentar comprender un rasgo

    postural como el resultado de una historia nica y autosuficiente es tan absurdo como, para

    retomar la imagen de Bourdieu, intentar justificar un trayecto de metro sin tomar en

    consideracin la estructura completa de la red. Es preciso conocer dialcticamente el espacio

    artstico (el campo de produccin y de recepcin) para que la postura que all se expresa

    adquiera toda su significacin. La postura de un autor se despliega en general en relacin, por

    no decir contra, otras posturas sobresalientes en las obras mismas: Louis Ferdinand Celine, y

    luego Annie Ernaux, junto con el autor de novelas policiales Bernard Pouy, toman como

    contraparte a un Marcel Proust, prototipo del observador esteticista y desentendido del francs

    popular tal y como lo habla Franoise; los surrealistas denuncian la postura del literato

    burgus en Bourget o Anatole France; Sartre por su parte critica la suficiencia moral que

    demuestra el novelista a travs de la narracin omnisciente en las novelas de Mauriac. Al

    dejar a la accin humana una margen para maniobrar en el seno de sus determinaciones, la

    nocin de postura constituye pues un espacio transicional entre el individuo y lo colectivo,

    corroborando as la distincin de Gustave Lanson, para quien la escritura es un acto

    individual, esto es, un acto social del individuo14.

    El curioso: La posturas conciernen as las practicas histricas. Sin embargo, no siempre se las

    ha visto de esta forma

    El investigador: Puesto que la postura es un hecho de individualizacin, podemos observar su

    despliegue con mayor facilidad en la era moderna, esto es, a partir del advenimiento del

    rgimen de singularidad artstico15. Durante el clasicismo, el autor como sujeto se esfuma o

    se disimula detrs del arte potica oficial: la imitacin de los Antiguos. A partir del siglo de la 14 Gustave Lanson, Lhistoire littraire et la sociologie (1904), Essais de mthode, de critique et dhistoire littraire, 1965, p. 66. 15 Nathalie Heinich, Etre crivain. Cration et identit, 2000.

  • luces, la postura constituye la cara pblica o el personaje de aquel que se presenta como

    escritor. Basta con pensar en la construccin que Jean Genet opera de s mismo con la ayuda

    de Cocteau, de Sartre, posteriormente, de Michel Foucault. Su postura puede leerse tanto en

    sus actas pblicas (desde la fascinacin por el nazismo hasta el militantismo a favor del

    movimiento palestino) como en el ethos del autor maldito, legible en el Milagro de la rosa

    (1946) y en Un cautivo enamorado (1986)16. Otros ejemplos: Michel Houellebecq,

    seudnimo de Michel Thomas, constituye un postura de la misma forma que Louis Ferdinand

    Celine es la postura de Louis Destouches. La postura se desprende en cierta forma del hombre

    civil.

    Postura y ficcin

    El curiosos: Quiere usted decir que el autor construye en su texto una imagen de s mismo

    que se desprende de la persona civil o biogrfica?

    El investigador: Si. Los textos autobiogrficos y autoficcionales, la correspondencia, los

    diarios, los testimonios, los prefacios, etc., despliegan una postura, una construccin que el

    autor hace s mismo y que debe ser analizada con relacin al estado del campo artstico en

    cuestin. No se trata del sujeto civil o biogrfico, o por lo menos no nicamente de ste, sino

    de la construccin de una imagen que el autor lega a los lectores en y a travs del trabajo de la

    obra.

    El curioso: Quiere decir que la postura de un autor slo se manifiesta en los textos

    autobiogrficos? Y que pasa con los textos de ficcin? Si hablamos de la postura de una

    autor, qu podemos decir de los narradores y de los personajes internos de la ficcin?17

    El investigador: Pregunta delicada Hasta ahora he privilegiado justamente el estudio de la

    postura de un autor en los textos autobiogrficos. Esto me permita de considerar el emisor

    del texto (el yo) y la persona biogrfica como dos niveles de una misma instancia autorial.

    En la ficcin, las mediaciones son ms complejas, puesto que hay personajes delegados. En

    ese caso, no se puede atribuirles sin discusin la postura del autor ya que ste, al utilizar 16 Ver la excellente obra de Ivan Jablonka, Les Vrits inavouables de Jean Genet, 2004. 17 Pascal Brissette, del Collge de sociocritique de la Universidad de McGill (Montreal), me hizo reflexionar sobre esta cuestin y aprovecho para agradecerle calurosamente.

  • contra-personajes, dobles, oponentes, etc., se difracta en ellos, como sucede en Rojo y Negro

    de Stendhal18.

    El curioso: No hay pues una postura identificable en ese juego de mascaras que es la novela?

    El investigador: Sin embargo, las ficciones participan, para dar tan solo un ejemplo, en la

    construccin de la postura de Rousseau. Le Devin du Village (1752) y La nouvelle Hloise

    (1760) contribuyeron, mucho ms que su correspondencia o las Confesiones, por lo esencial

    pstumas, a expandir la postura de Rousseau. Las lectoras y los lectores identificaban Saint-

    Preux con Rousseau: sensible, sin fortuna alguna, errante y a menudo desgraciado. As

    mismo, en Le Devin se pueden distinguir los valores que ilustran las elecciones de Rousseau:

    pobreza, simplicidad alegre, rusticidad. Este extrao efecto de retorno de la obra a la persona

    nos lleva a preguntarnos si el Rousseau de las Confesiones no deba confirmar, en su

    autobiografa, la lectura biogrfica que ciertas personas hicieron de sus ficciones

    El curioso: Y si dijsemos que uno de los indicadores de la postura es, en la novela, la

    impronta del estilo, el ritmo de Meschonnic, la presencia del cuerpo en el lenguaje, en

    sntesis, aquello que los escritores llaman de una manera ms sencilla el tono?

    El investigador: En efecto, del humor a la irona, del pudor a la arrogancia, toda tonalidad

    narrativa sigue una codificacin retrica y produce una cierta imagen del emisor novelesco.

    As ocurre con la presencia de Stendhal en sus novelas o con los contrastes formales que el

    novelista Celine busca producir pensando en Proust. En su resea sobre Trotsky, Charles-

    Albert Cingria adopta, segn Gide, una postura burlesca y es justamente en ese juego

    estilstico que sta se puede leer19.

    Postura y pblico

    El curioso: Vuelvo a la pregunta sobre el pblico: es con respecto a un auditorio dado que la

    postura adquiere una significacin, no es as?

    18 Ver el captulo tres, infra, consagrado a Stendhal y, sobre todo, el libro de Jacques Dubois intitulado Stendhal, une sociologie romanesque, 2007. 19 Ver, infra, el captulo nueve consagrado a C.-A. Cingria.

  • El investigador: El ejemplo de Louis Destouches, alias Louis Ferdinand Celine, demuestra

    que en una entrevista pblica es el escritor mismo el que se expresa, es decir, la funcin y el

    personaje, y no nicamente la persona. La postura no discursiva de Celine (actitudes

    adoptadas durante las entrevistas, forma de vestirse, gestos) se lee en relacin al ethos verbal

    de Celine: alguien preocupado por la franqueza brutal y por establecer una complicidad con

    su destinatario. De ah que podamos leer, en el principio De un castillo al otro (1957), una

    frase que siempre utiliza Celine en sus entrevistas: Para ser completamente franco con

    usted

    El curioso: Se trata pues de una suerte de auto-creacin?

    El investigador: Si, una postura reengendra al autor, lo condensa: sta coincide con la

    posicin y con el estatuto de una actuacin tanto fsica como verbal. sta selecciona, en la

    biografa del autor o en su particular visin de mundo, los valores y los hechos que deben ser

    destacados en una suerte de fbula biogrfica20: as, Celine se presenta a s mismo como un

    hombre salido del pueblo, como un mdico de pobres. En su postura, Celine hace referencia a

    una experiencia social en la que se mezcla su propia biografa, cuidadosamente revisitada y

    reconstruida, con ciertos motivos literarios que l ha tomado prestados de la tradicin

    proletaria.

    El curioso: Una postura no tiene pues sentido en s misma

    El investigador: No, una postura slo se comprende a travs de la relacin que sta entreteje

    con la trayectoria y la posicin del autor (origen, formacin, etc.); con los grupos literarios

    (redes de escritores ya sean contemporneos o del pasado); con los gneros literarios en la que

    sta se invierte (segn la jerarqua genrica en vigor); y, finalmente, con los pblicos a la que

    se dirige (instancias de asignacin de valor: crticos, etc.). El propsito de un texto, y su

    adecuacin formal, no dependen nicamente de la psiquis, esto es, de un imaginario propio,

    sino tambin de la posicin (espacial, temporal, etc.) que el autor ocupa o desea ocupar en el

    campo literario, campo que a su vez le designa un espacio de posibles artsticos.

    20 Philippe Roussin, Misre de la littrature, terreur de l'histoire, 2005, p. 50.

  • Por ltimo, la postura literaria identifica al autor en el campo y delimita el horizonte

    de recepcin: Al entregar su obra, [el autor] construye una imagen de s mismo que, a lo

    largo de las obras siguientes, se confirmar o evolucionar: se espera que Gide se comporte

    como Gide, pero, al mismo tiempo, se espera tambin que sin ser completamente otro no sea

    exactamente idntico al Gide que ha construido a lo largo de sus libros (ibdem para todos)21.

    El curioso: Puede ocurrir que un autor se convierta en vctima de su propia postura, que sta

    aventaje o remplace su identidad civil?

    El investigador: En la mayora de los casos se puede observar un efecto retroactivo: la

    postura adoptada, en tanto puesta en escena pblica del autor mismo, puede a su vez afectarlo

    al dictarle intereses y conductas que haban sido en principio generadas por la eleccin

    postural. As, Celine o Houellebecq escenifican una postura discursiva en sus novelas y, al ser

    interpelados en tanto autores, la reproducen a ttulo de acto pblico borrando de esta forma la

    frontera entre autor y narrador. En estos casos, la postura discursiva adoptada, en principio

    puramente literaria, dicta su conducta pblica. En efecto, la opcin literaria dirige el

    comportamiento social. En un mismo sentido, Jean Starobinski, al referirse a Rousseau,

    habla de ficcin vivida: ste cre en sus primeros Discursos (1750) un ethos enunciativo al

    que despus adaptara sus conductas pblicas22. Segn M. Ch. Bellosa, este procedimiento

    explica tambin el proceder poltico de Louis Ferdinand Celine: Basto con que el autor se

    creyera su personaje para comprometerse polticamente con el mismo punto ptico del

    narrador novelesco23. Vctor Hugo hace lo mismo cuando, exiliado tras el golpe de estado

    del 2 de diciembre de 1851, redacta Los Castigos, obra en la que escenifica la postura del

    excluido valeroso, postura que reproducir posteriormente en el ethos programtico.

    El curioso: Ya lo haba usted dicho, sin postura no puede haber un estatuto de autor.

    El investigador: Lejos de ser un epifenmeno que revela la mediatizacin reciente y pasada de

    la literatura, la adopcin (conciente o no) de una postura me parece ser una parte constitutiva

    del acto creador. Una postura se construye conjuntamente con una potica: es la manera de

    adjudicar un tono. Tal es el caso del bourlingueur de Blaise Cendras, cuya identidad 21 Alain Viala, Elements de sociopotique , pp. 197-198. 22 Jean Starobinski, Jean-Jacques Rousseau. La Transparence et lobstacle, 1971, p. 9. 23 Marie-Christine Bellosta, Cline ou lart de la contradiction, 1990, p. 130.

  • literaria est ligada a sus elecciones estticas a una potica , como tambin a sus tomas de

    posicin en el campo literario contra los surrealistas y luego contra el existencialismo de

    Sartre24.

    24 Ver, infra, el captulo consagrado a la postura de Blaise Cendrars.