Postales en el cielo. La tradición bíblica y la novedad de la fe - Miren Junkal Guevara Llaguno,...

16
POSTALES DESDE EL CIELO LA TRADICIÓN BÍBLICA Y LA NOVEDAD DE LA FE Miren Junkal Guevara Llaguno, rjm* * Miembro del consejo de redacción de Sal Terrae. Profesora de Teología. Facultad de Teología de Granada. <[email protected]>. Fecha de recepción: abril de 2013 Fecha de aceptación y versión final: mayo 2013 RESUMEN La revelación bíblica resulta novedosa, revolucionaria incluso, en la presenta- ción de los contenidos de la fe. La imagen de Dios y la imagen del ser humano que filtramos en los textos bíblicos delinean unos rasgos en unos y en otros que, cuando los textos fueron escritos, y todavía hoy, interpelan, desafían y, a veces, desconciertan. El artículo recorre los textos como contemplando un álbum de postales e invita a acompañar y hacer nuestra la experiencia del pueblo de Israel discerniendo, formulando y defendiendo la novedad de su fe. PALABRAS CLAVE: revelación, Escritura, autocomunicación, Gracia. POSTCARDS FROM HEAVEN. BIBLICAL TRADITION AND THE NOVELTY OF FAITH ABSTRACT Biblical revelations appear to be novel, even revolutionary, in presenting the contents of faith. God’s image and that of human beings shown in biblical texts outline certain traits in each which, when the texts were written, and even Sal Terrae | 101 (2013) 555-569 555

description

Postales en el cielo. La tradición bíblica y la novedad de la fe - Miren Junkal Guevara Llaguno, RJM.

Transcript of Postales en el cielo. La tradición bíblica y la novedad de la fe - Miren Junkal Guevara Llaguno,...

  • POSTALES DESDE EL CIELO

    LA TRADICIN BBLICAY LA NOVEDAD DE LA FE

    Miren Junkal Guevara Llaguno, rjm*

    * Miembro del consejo de redaccin de Sal Terrae. Profesora de Teologa. Facultad deTeologa de Granada. .

    Fecha de recepcin: abril de 2013Fecha de aceptacin y versin final: mayo 2013

    RESUMEN

    La revelacin bblica resulta novedosa, revolucionaria incluso, en la presenta-cin de los contenidos de la fe. La imagen de Dios y la imagen del ser humanoque filtramos en los textos bblicos delinean unos rasgos en unos y en otros que,cuando los textos fueron escritos, y todava hoy, interpelan, desafan y, a veces,desconciertan. El artculo recorre los textos como contemplando un lbum depostales e invita a acompaar y hacer nuestra la experiencia del pueblo deIsrael discerniendo, formulando y defendiendo la novedad de su fe.

    PALABRAS CLAVE: revelacin, Escritura, autocomunicacin, Gracia.

    POSTCARDS FROM HEAVEN.

    BIBLICAL TRADITION AND THE NOVELTY OF FAITH

    ABSTRACT

    Biblical revelations appear to be novel, even revolutionary, in presenting thecontents of faith. Gods image and that of human beings shown in biblical textsoutline certain traits in each which, when the texts were written, and even

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    555

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:27 Pgina 555

  • miren junkal guevara llaguno, rjm

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    today, call into question, challenge and, at times, disconcert. The article exploresthe texts as if it were contemplating a postcard scrapbook and it invites the readersto come along and put themselves in the shoes of the people of Israel by being ableto discern, formulate and advocate the novel nature of their faith.

    KEY WORDS: revelation, Scripture, self-communication, Grace.

    La carta apostlica Porta fidei se abre con una cita del libro de los He-chos (Hch 14,27) que es enormemente sugerente por su plasticidad:Cuando llegaron y reunieron a la Iglesia [de Antioqua], contaron todolo que Dios haba hecho con ellos, y que haba abierto la puerta de la fea los gentiles. Subrayo su plasticidad, porque me vienen a la memoriaalgunas famosas puertas...

    La puerta dorada (oriental) del Templo de Jerusaln (Ez 43 y 44), vin-culada a la presencia y ausencia de Dios en medio de la Tierra; la puertade Ishtar, una de las antiguas puertas de la muralla interior de Babilonia,de una belleza incomparable; y la puerta del armario de los abrigos de Ellen, la bruja y el armario, de C.S. Lewis por la que los protagonistas ac-cedan al mundo de Narnia a travs de los abrigos.

    Cada una de estas puertas nos sugiere alguna cosa, pero todas evocan laexperiencia en la que nos introduce una puerta que se abre: un desafo,una oportunidad, una sorpresa... La puerta es siempre la clave de la le-yenda dice un poema de Garca Lorca.

    Vamos en este artculo a atrevernos a traspasar la puerta de la fe a travsde algunos relatos bblicos y acompaando a algunos de sus personajesen esas travesas. Propongo que nos enfrentemos a la novedad, la origi-nalidad y el desafo que despliega esa fe-puerta que estamos invitados aabrir. Y sugiero que lo hagamos pasando las pginas de la Escritura co-mo si fueran pginas de un lbum de postales, esos que hemos podidocoleccionar despus de un viaje o que hemos podido recibir de otros o,sencillamente, que hemos comprado por su belleza. Esas buenas posta-les que capturan la esencia de los lugares, hablan de su gente, las traenhacia nosotros y, si uno se concentra, podra hasta escuchar su msica y

    556

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:27 Pgina 556

  • 1. L. CONTRERAS, Postales, Cuarto Propio, Santiago de Chile 2005, 16.

    sentir sus olores1. Podramos desplegar muchos lbumes; sugiero ahorados: uno, lleno de postales con imgenes de Dios; otro, con postales quemuestren la imagen del hombre revelada en la Escritura.

    1. Primer lbum. Postales de una nueva imagen de Dios

    Cuando uno abre la Biblia por la primera pgina, traspasa una puerta in-visible que lo introduce en un viaje fascinante: el de la Revelacin deDios a su pueblo, que culmina con la imagen de este mismo Dios lla-mando a la puerta de su Iglesia (de las siete Iglesias: Ap 1,9 3,22) pa-ra invitarse a entrar y cenar.

    La primera pgina de este lbum de postales de la fe lleva impresa en le-tras grandes una palabra: exista! Es la primera postal-texto, se repiteuna y otra vez (Gn 1,3.6.9.11.14.20.24.26) y trae a nosotros la imagende un Dios que muestra su ser dador de vida, y vida buena (Gn 1,31). Yque crea porque s; por pura gratuidad: traer a la memoria los benefi-cios rescibidos de creacin, redempcin y dones particulares, ponderan-do con mucho afecto qunto ha hecho Dios nuestro Seor por m yqunto me ha dado de lo que tiene y consequenter el mismo Seor de-sea drseme en quanto puede segn su ordenacin divina (EE 234).

    Quizs esto que digo puede sonar a sabido; pero cuando leemos los po-emas sumerios y babilonios que influyen en la redaccin de Gn 1, nosdamos cuenta de que el mensaje bblico est presentando, con mscontundencia de la que podemos imaginar, una imagen de Dios bas-tante revolucionaria.

    Notemos que este Dios no presenta ninguna tarjeta de visita o currculoque lo acredite como tal. No hay relatos sobre su existencia en el cielo,ese mundo superior en el que solemos colocar a los dioses. No puedecontar hazaas de peleas contra otros dioses, de conquistas o batallas...

    Advirtamos que parece ms prctico que efectista: primero, luz para po-der ver lo que pasa; despus, una bveda firme para evitar el caos; y lue-

    postales desde el cielo

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    557

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:27 Pgina 557

  • 2. N. LOHFINK, La estatua de Dios, en A la sombra de tus alas. Nuevo comentario so-bre textos bblicos, Descle de Brouwer, Bilbao 2002, 35-55.

    3. P. TEILHARD DE CHARDIN, Presencia de Dios en el mundo, LXXIX.

    go, por orden, los mares, los continentes, las criaturas inferiores... y, as,hasta los humanos.

    Fijmonos que elige a estos ltimos como elem (estatua) suya (Gn1,27)2, empleando un trmino hebreo que sugiere la capacidad del hom-bre para poner en relacin con Dios a todo el que se acerca a l, aunquefigurativamente no represente a la imagen de Dios y aunque el pecadotenga cabida en el hombre-estatua-de Dios.

    Estas primeras notas revelan la novedad de un Dios que en su primeramanifestacin, la creacin, aparece comunicndose, saliendo de s,creando y buscando un otro en el que mostrarse, al que revelarse y en elque dejarse representar.

    Comprendo que toda perfeccin, incluso natural, es la base nece-saria del organismo mstico y definitivo que T edificas por mediode todas las cosas. T, Seor, no destruyes los seres a quienes adop-tas, sino que los transformas, conservando todo lo que siglos ente-ros de reaccin han elaborado de bueno en ellos3.

    Un Dios as, disponible, es un Dios personal, un Dios en relacin, quese arriesga a ponerse en la tesitura de este mundo y sus criaturas, lo quesignifica que acepta que estas lo busquen a tientas, lo comprendan a ve-ces y lo representen dignamente solo en algunos momentos.

    En esta perspectiva comprendemos mejor muchos textos-postal que seabren ante nosotros a medida que pasamos las pginas de la Biblia. Nonos sorprende, entonces, encontrar textos que denuncian el sinsentido yla vaciedad del culto dado a los dolos: plata y oro, hechura de manoshumanas: tienen boca y no hablan; tienen ojos y no ven; tienen orejas yno oyen; tienen nariz y no huelen; tienen manos y no tocan; tienen piesy no andan; no tiene voz su garganta (Sal 115,4-7).

    Nos gusta detenernos en los textos con los que Israel alaba a su Dios yreconoce su presencia amorosa en la creacin y en la historia:

    miren junkal guevara llaguno, rjm

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    558

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:27 Pgina 558

  • 4 CLEMENTE DE ALEJANDRA, Stromata 7, 7, 23, citado por F. RAMREZ, El himno:Sal Terrae 101 (2013) 176.

    Haces crecer los pastos para los animales, y las plantas que el hom-bre cultiva para sacar su pan de la tierra, el pan que le da fuerzas, yel vino que alegra su vida y hace brillar su cara ms que el aceite(Sal 104,14-15).

    Seor, yo me alegro en ti de corazn, porque me das nuevas fuer-zas. Puedo hablar contra mis enemigos, porque me has ayudado.Estoy alegre! Nadie es santo como t, Seor! Nadie protege comot, Dios nuestro! Nadie hay fuera de ti! (1 Sam 1,1-2).

    Agradecemos los cnticos e himnos del Nuevo Testamento (Lc 1,47-55;68-79; Flp 2,6-11; 1 Cor 13; Ap 4,8.11), textos-postal que llevan im-presa una manera de avivar la fe en la prctica cotidiana de quienes, pa-sando toda nuestra vida como en una fiesta, persuadidos de que Dios es-t en todas partes, trabajamos cantando, navegamos al son de himnos,nos dedicamos a todas nuestras ocupaciones rezando4.

    Pasando las pginas de este lbum, encontramos tambin esos textos tanimponentes y desconcertantes para nosotros que llamamos teofanas yque muestran una creacin que se conmueve y expresa su sentir ante lapresencia de Dios:

    Todo el monte Sina echaba humo, debido a que el Seor haba ba-jado a l en medio de fuego. El humo suba como de un horno, ytodo el monte temblaba violentamente. El sonido de trompetas fuehacindose cada vez ms fuerte; Moiss hablaba, y Dios le contesta-ba con voz de trueno (Ex 19,18-19).

    Desde el medioda y hasta las tres de la tarde, toda aquella tierraqued en oscuridad. El sol dej de brillar, y el velo del templo se ras-g por la mitad. Jess, gritando con fuerza, dijo: Padre, en tus ma-nos encomiendo mi espritu! Dicho esto, muri (Lc 23,44-46).

    Pero la imagen de Dios que la revelacin nos muestra no se agota en supresencia creadora, fecunda y vivificadora.

    postales desde el cielo

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    559

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:27 Pgina 559

  • 5. K. RAHNER, Historia del mundo e historia de la salvacin,en Escritos de TeologaV, Cristiandad, Madrid 20032, 110.

    La segunda pgina de nuestro lbum nos muestra a Dios actuando en elescenario de la historia: todo en la historia del mundo est grvido deeternidad y vida eterna o de corrupcin infinita5.

    Por esa razn, las primeras postales son textos que invitan a salir y buscara Dios en la historia (No te habl a escondidas, en un pas tenebroso, nodije a la estirpe de Jacob: Buscadme en el vaco: Is 45,19); a discernir supresencia en la propia biografa (T fuiste quien form todo mi cuerpo;t me formaste en el vientre de mi madre [...] No te fue oculto el desarro-llo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto, mientras era for-mado en lo ms profundo de la tierra. Habas sealado los das de mi vi-da cuando an no exista ninguno de ellos: Sal 139,13.15).

    Pero esta segunda pgina del lbum recoge tambin textos que sacudennuestra cortedad de miras: Mustrame ahora tu valenta y respndemea estas preguntas: Pretendes declararme injusto y culpable para que taparezcas inocente? Acaso eres tan fuerte como yo? Es tu voz de true-no, como la ma? Revstete, pues, de grandeza y majestad; cbrete de glo-ria y esplendor. Mira a todos los orgullosos: da rienda suelta a tu furor yhumllalos. S, derrbalos con tu mirada, aplasta a los malvados donde seencuentren (Job 40,7-12).

    Y, como no puede ser de otro modo, no faltan textos en los que los hom-bres dan rienda suelta a sus sentimientos y emociones: Jeremas: Me se-dujiste (Jer 20,7); Job: El Seor me persigue y me desgarra, me ame-naza como una fiera, clava los ojos en m cual si fuera mi enemigo (Job16,9); Tobas: Alabado seas, porque me has llenado de alegra, y no su-cedi lo que yo tema, sino que nos trataste de acuerdo con tu inmensabondad (Tob 8,16); Jess: Padre mo, si no es posible evitar que yo su-fra esta prueba, hgase tu voluntad (Mt 26,42).

    Pero en este lbum han quedado textos-postal que son como instant-neas de encuentros y desencuentros personales.

    miren junkal guevara llaguno, rjm

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    560

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:27 Pgina 560

  • postales desde el cielo

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    La atrevida historia de Abraham, padre de pueblos numerosos, no man-ch nunca su honor, cumpli las rdenes del Altsimo e hizo con l unpacto. En su propio cuerpo marc la seal del pacto, y cuando Dios lepuso a prueba, se mostr fiel (Eclo 44,19-20).

    La apasionante misin de Moiss, de quien dice la Escritura: nunca mshubo en Israel otro profeta como Moiss, con quien el Seor hablara ca-ra a cara, o que hiciera todos los prodigios y maravillas que el Seor lemand hacer en Egipto contra el faran, sus funcionarios y todo supas, o que le igualara en poder y en los hechos grandes e importantesque hizo a la vista de todo Israel (Dt 34,10b-12).

    Y las desgarradoras experiencias de Jeremas, que tiene que colocarse unyugo y pasearse por Jerusaln para interpretar el peligro real de la ame-naza que supone Nabucodonosor (Jer 27); o de Oseas, que tiene que ca-sarse con una prostituta que lo traicionar una y otra vez (Os 1,2); o deEzequiel, que pierde lo que ms quiere, a su esposa, y Dios le prohbe ha-cer luto para que los israelitas comprendan cmo su pecado les ha lleva-do a la ruina (Ez 24,18).

    Cerrando esta pgina podemos colocar en un lugar destacado la postaldel s de Mara, el texto de la anunciacin; telegrfico, condensado:Aqu est la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra (Lc 2,38).

    De esta manera, la tercera pgina de nuestro lbum la preside el rostrode Jess, el Dios-con-nosotros; su logos-palabra definitiva. Porque desdela primera postal, con la imagen de Dios creador y dador de vida, se hansucedido postales que nos han mostrado a Dios comunicndose con suscriaturas: En otros tiempos habl Dios a nuestros antepasados muchasveces y de muchas maneras por medio de los profetas. Pero en la pleni-tud de la historia nos ha hablado por el Hijo. l es el resplandor glorio-so de Dios, la imagen misma del ser de Dios (Hb 1,3).

    Y en esta pgina las postales que se suceden pueden resultarles a algunosdesenfocadas, desconcertantes; escandalosas incluso. No es nada nuevo:Los judos quieren ver seales milagrosas, y los griegos buscan sabidu-ra; pero nosotros anunciamos a un Mesas crucificado. Esto resultaofensivo a los judos, y a los no judos les parece una tontera; pero para

    561

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 561

  • miren junkal guevara llaguno, rjm

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    los que Dios ha llamado, sean judos o griegos, ese Mesas es el poder yla sabidura de Dios (1 Cor 1,22-24).

    Las imgenes de estos textos-postal discurren ante nosotros y revelan aun Dios-nio ante el cual el sabio Simen se postra (Lc 2,28-32), los es-pritus se agitan (Mc 1,34b), la fiebre desaparece (Mc 1,31b), los exclui-dos participan (Mt 26,6-13), los postrados se levantan (Mt 9,1-8) y lospoderes de este mundo se sublevan (Jn 11,57).

    Este primer lbum de postales desde el cielo nos ha mostrado que la ima-gen del Dios revelado en la Biblia es una imagen en movimiento; nopuede atraparse en la instantnea de una fotografa al uso. Ese movi-miento parte de un descenso que se inaugura en la creacin, contina enla historia y se consuma en la encarnacin: se despoj de su rango y to-m la condicin de esclavo, pasando por uno de tantos (Flp 2,7). Y esemovimiento no se detiene, no se atasca en la tierra, sino que escapa denuevo a la atmsfera de la vida divina, habitada ahora por muchos (dicela Escritura que son ciento cuarenta y cuatro mil los que han pasado porla gran afliccin, los que han lavado sus ropas y las han blanqueado enla sangre del Cordero: Ap 7,4.14).

    2. Segundo lbum. Postales para una nueva imagen del hombre

    Cuando propona abrir el primer lbum del postales, mostraba la foto deese Dios creando, por pura gratuidad, a un hombre-estatua, imagen des mismo. Quiero proponer ahora que contemplemos un segundo l-bum: el que muestra la novedad que la fe bblica aporta a la mirada so-bre la condicin humana.

    La primera pgina de este lbum tiene un primer texto-postal que pue-de resultarnos muy familiar; sin embargo, invito a mirarlo con deteni-miento. Estamos muy acostumbrados a escuchar el v. 26 del captulo 1de Gnesis, donde se dice: a imagen de Dios los cre; hombre y mujerlos cre. Breve; contundente. Sin embargo, ms all de esa sustanciaque impregna el uso del vocabulario hebreo para hablar del hombre co-mo imagen-estatua, y que ya hemos anotado, se hace muy necesario co-

    562

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 562

  • 6. Escrito durante la primera dinasta babilnica, probablemente en tiempos deHammurabi (siglo XVIII a.C.).

    7. K. RAHNER, Experiencia del Espritu, Narcea, Madrid 1978, 19.8. Se trata del Libro de las revelaciones, que la tradicin manuscrita siraca de la Ca-

    verna de los tesoros atribuye a la obra de San Efrn; cf. Apcrifos rabes cristianos,Edicin y traduccin de J.P. MONFERRER, Trotta, Madrid 2003, 61 y 66.

    tejar este texto con otros de la antropologa del contexto que los autoresbblicos han conocido. As en el poema babilnico Enuma Elish6, proba-blemente un relato de enorme importancia religiosa, ya que se recitaba du-rante el Festival de Ao Nuevo, la creacin del hombre se justifica por lanecesidad de crear a alguien destinado a ocuparse del culto a los dioses:

    Voy a amasar la sangre y har que existan los huesos;voy a suscitar un salvaje, cuyo nombre sea hombre;ciertamente, voy a crear al hombre-salvajepara que se encargue del servicio de los dioses,de modo que estos sean aplacados (Enuma Elish VI 4-8).

    Frente a los mitos mesopotmicos, la revelacin bblica habla del hombrecomo un ser creado por pura liberalidad, dotado de capacidad de comu-nicarse e invitado a la amistad con Dios, eso que K. Rahner llam capa-cidad subjetiva trascendental7. Adems, habindosele confiado la tarea decolaborar en la creacin, recrendola, conservndola y cuidndola, se eri-ge en criatura con autonoma y poder de decisin en el mundo.

    Esta condicin tan genuina de la revelacin bblica despliega en la ima-gen de lo que la persona es una gran cantidad de dimensiones.

    Un texto bellsimo de los apcrifos rabes cristianos profundiza en estasdimensiones y dice: La causa por la que Dios cre con su santa mano aAdn a su imagen y semejanza fue para darle la sabidura, la facultad dehablar, el movimiento animal y el conocimiento de las cosas8.

    Cuando explico estos captulos del Gnesis en clase, me encanta incidirespecialmente en una de esas facultades, a saber, su capacidad de crearcultura; es decir, de hacer algo por el mundo [...] que lleva el sello denuestra creatividad, de nuestro deseo, otorgado por Dios, de hacer msde lo que nos ha sido dado [...] tambin en el sentido ms profundo de

    postales desde el cielo

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    563

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 563

  • 9. A. CROUCH, Crear cultura. Recuperar nuestra vocacin creativa, Sal Terrae, Santan-der 2010, 25.

    la frase [...] Dar sentido a la maravilla y el horror del mundo es la preo-cupacin humana original9. Y me gusta por muchas razones, pero espe-cialmente porque muestra de una manera muy intensa lo que significatomarse en serio el dilogo con Dios en la historia que nos toca vivir, yla asuncin del hecho de ser sus estatuas.

    As, este lbum colecciona postales-texto que, a lo mejor, no estamosacostumbrados a leer y que hablan de la creacin de inventos, de la cul-tura poltica, del arte de la composicin literaria... Porque es propio dela persona humana el no llegar a un nivel verdadera y plenamente hu-mano si no es mediante la cultura, es decir, cultivando los bienes y losvalores naturales. Siempre, pues, que se trata de la vida humana, natura-leza y cultura se hallan unidas estrechsimamente (GS 53).

    Ad dio a luz a Jabal, de quien descienden los que viven en tiendasde campaa y cran ganado. Jabal tuvo un hermano llamado Jubal,de quien descienden todos los que tocan el arpa y la flauta. Por suparte, Sil dio a luz a Tubal-can, que fue herrero y haca objetos debronce y de hierro (Gn 4,20-22).

    El plan le pareci bien al faran y a sus funcionarios, as que el fara-n les dijo: Podremos encontrar a otro hombre como este, que ten-ga el espritu de Dios? Y a Jos le dijo: No hay nadie ms inteligen-te y sabio que t, pues Dios te ha hecho saber todo esto. T te harscargo de mi palacio, y todo mi pueblo obedecer tus rdenes. Sola-mente yo ser ms que t, porque soy el rey. Mira, yo te nombro go-bernador de todo el pas de Egipto. Al decir esto, el faran se quitde la mano el anillo que tena su sello oficial y se lo puso a Jos. [...]Despus le hizo subir en el carro que siempre iba detrs del suyo y or-den que gritaran delante de l: Abrid paso! As fue como Jos que-d al frente de todo el pas de Egipto (Gn 41,37-44).

    Considerando la cantidad de nmeros y la dificultad que, por laabundancia de materia, se presenta a quienes quieren seguir minu-

    miren junkal guevara llaguno, rjm

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    564

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 564

  • 10. N. LOHFINK, La estatua de Dios. en A la sombra de tus alas. Nuevo comentario so-bre textos bblicos, Descle de Brouwer, Bilbao 2002, 52.

    ciosamente las narraciones de la historia, nos esforzaremos por ofre-cer entretenimiento a quienes leen por el solo gusto de leer; facili-dad a los que quieren aprender de memoria y, en fin, utilidad a to-dos los que lean este libro (2 Mac 2,24-25).

    Pero, adems, al declarar a los hombres y mujeres sus estatuas, el Gnesisest indicando cmo deben relacionarse los humanos entre s y con Dios.

    Al hacer de la humanidad la estatua cultual de Dios en el templocsmico del universo, el texto no solo est declarando inadecuado,ms an, falso, el reinado del hombre sobre el hombre, sino tam-bin toda aproximacin humana a Dios mediada por figuras cul-tuales. Si la humanidad es la estatua de Dios, ningn derecho asis-te ya a estatuas de Dios de madera, piedra o bronce10.

    As hemos de entender, entonces, los textos que cuestionan las perversasdinmicas que actan en las relaciones entre los israelitas.

    Ante la muerte de Abel, Dios declara a Can: La sangre de tu hermano, quehas derramado en la tierra, me pide a gritos que haga justicia (Gn 4,10).

    Ante el estilo de vida de las mujeres ricas de Samara en tiempo de pros-peridad, Ams advierte:

    Escuchad esto, vacas de Basn,flor y nata de Samara,que oprims a los pobres,maltratis a los necesitadosy ordenis a vuestros maridosque os traigan vino para beber.Dios el Seor jur por su santidad:Vienen das en que a vosotrasse os llevarn con ganchos,y vuestros hijos sern enganchados con anzuelos (Am 3,1-2).

    postales desde el cielo

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    565

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 565

  • Y en ese mismo marco hay que situar los textos que proponen el ejem-plo de israelitas que muestran otra manera de vivir y de ser personas, co-mo es el caso de Tobas: En tiempos de Salmanasar ayud muchas vecescon obras de caridad a los dems israelitas. Comparta mi comida conlos que padecan hambre y daba de mi ropa a quienes no tenan. Y cuan-do algn israelita mora y su cadver era arrojado fuera de las murallasde Nnive, si yo lo vea, iba y lo enterraba (Tb 1,16-17).

    Y as hay que entender textos clave de la vida pblica de Jess, como el dis-curso de pan: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de es-te pan vivir para siempre. El pan que yo dar es mi propio cuerpo. Lo darpor la vida del mundo (Jn 6,51); o el lavatorio: l siempre haba amado alos suyos que estaban en el mundo, y as los am hasta el fin (Jn 13,1).

    La segunda pgina de este lbum contiene otra imagen que me gustadestacar y que ofrezco a la reflexin: la del hombre como criatura deltiempo. El primer texto-postal de la Biblia est transido por el tiempo:siete das; una tarde, una maana... El tiempo es l mismo criatura y, encuanto tal, relativo. Hay un tiempo objetivo, el de la hora dada, el delritmo inscrito en nuestro organismo, que no conviene perturbar; y hayun tiempo subjetivo, la conciencia que yo tengo del tiempo, que depen-de mucho de la intensidad con la que vivimos. Pero hay tiempo, y nosenvuelve, nos organiza y nos permite vivir: En este mundo todo tienesu hora. Hay un momento para todo cuanto ocurre (Qo 1,1).

    Esta condicin temporal constitutiva hace tambin de la fe algo que tie-ne que ver con el tiempo. Nuestra bsqueda de Dios se articula en eltiempo: el tiempo del proceso de maduracin; el tiempo de nuestra bio-grafa; el tiempo de la Historia que nos toca vivir; el tiempo sagrado dela liturgia; el final de nuestro tiempo.

    Y es interesante notar que nuestra condicin de criaturas afectadas por eltiempo tiene enfrente a otro, Dios, de quien decimos que es el Eternoy para quien mil aos son como un da (Sal 90,4); es decir, que se eri-ge como Seor del tiempo. Y nuestra relacin con l parte de la condi-cin temporal, histrica y biogrfica de la condicin humana y la con-vierte en una aventura de encuentro y comunin mutua que llamamosfe y que consiste en ir educando al creyente a transitar de la necesidad

    miren junkal guevara llaguno, rjm

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    566

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 566

  • 11. P. RODRGUEZ PANIZO, La fe y el paso del tiempo: Sal Terrae 174 (2013) 11.

    al deseo y, por tanto, a padecer la duracin no como un motivo de de-sesperacin o de escepticismo, sino como una escuela de paciencia y es-peranza, siguiendo siempre el mandato paulino: no os cansis de hacerel bien (2 Tes 3,13) y la invitacin lucana: a fuerza de constancia salva-ris vuestras vidas (Lc 21,19)11.

    Ahora bien, no quiero dejar de mostrar en este lbum de novedades, unapgina con algunas postales tambin muy originales que nos revelan quenuestra condicin de criaturas hace de nuestra vida una tarea trabajosa,un permanente conflicto entre nuestra condicin de estatuas, nuestra ca-pacidad de trascendernos, nuestra autonoma y originalidad, y nuestra li-bertad para echarlo todo por tierra.

    La primera postal que quiero colocar es un testimonio muy vivo de Pa-blo: Me doy cuenta de que, aun queriendo hacer lo bueno, solo en-cuentro lo malo a mi alcance. En mi interior me agrada la ley de Dios;pero veo en m otra ley que se opone a mi capacidad de razonar: la leydel pecado que hay en m y me tiene preso (Rom 7,21-23).

    Es la postal, muy real, del drama que experimentamos. Nos reconoce-mos en esa condicin de imagen-estatua; sabemos discernir y nombrarmuchas ocasiones en las que somos capaces de trascendernos, de llevar aotros a Dios, de dar testimonio pblico de l y de su seoro en nuestravida: la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijode Dios, que me am y se entreg a la muerte por m (Gal 2,20b). Pe-ro tambin nos vemos divididos, enfrentados a nosotros mismos y a losotros en lo ms profundo de nuestro ser. Tenemos un fino sentido de loque est bien, de lo que nos lleva a Dios; y, sin embargo, no estamos ala altura. Nos descubrimos pecadores y reconocemos que vivir no escualquier cosa, porque toda la vida humana, la individual y la colecti-va, se presenta como lucha, y por cierto dramtica, entre el bien y el mal,entre la luz y las tinieblas (GS 13).

    De hecho, vivimos un momento histrico en el que el progreso se haconvertido en algo as como un persistente juego de las sillas en el que

    postales desde el cielo

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    567

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 567

  • 12. Z. BAUMAN, citado por M. PREZ OLIVA, La vida en tres tercios, El Pas, 21 demarzo de 2013.

    13. K. RAHNER, Escritos de Teologa III, Cristiandad, Madrid 20024, 99-100.

    un momento de distraccin puede comportar una derrota irreversible,una exclusin inapelable12.

    Pero no podemos cerrar este lbum, y con l nuestro recorrido por la no-vedad de la fe bblica, con esta pgina. Pertenece a lo especfico de la febblica mostrar la entraa misericordiosa del Dios revelado: Acaso unamadre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvi-de, yo no te olvidar. Yo te llevo grabada en mis manos; siempre tengopresentes tus murallas (Is 49,15-16). Dios sale de s, se comunica connosotros en un dilogo perpetuo, constante, que nos salva y nos aceptaen su amistad: por esta revelacin, Dios invisible habla a los hombrescomo amigos, movido por su gran amor, y mora con ellos para invitar-los a la comunicacin consigo y recibirlos en su compaa (DV 2). Diosnos crea y nos conserva en su amistad, y ese dilogo se inicia cuando so-mos llamados a la existencia y no se silencia. Creacin y salvacin cons-tituyen una nica realidad e imprimen a nuestra vida un ritmo que laanima de modo constante. Somos a-Graciados; la Gracia de Dios es unamano tendida a nosotros permanentemente.

    Cuando se hunde todo lo concreto y lo posible de gozar, cuandotodo suena a silencio mortal, cuando todo sabe a muerte y destruc-cin, o cuando todo desaparece como en una bienaventuranza ine-fable casi blanca y sin color, inasible, sabemos que no solo el espri-tu, sino el mismo Espritu Santo est obrando de hecho en noso-tros. Es la hora de su gracia. Y entonces la falta de suelo que expe-rimentamos en nuestra existencia es la insondabilidad del Dios quese nos comunica, el comienzo de la llegada de su infinidad, que yano tiene caminos, que gusta a nada porque es infinidad13.

    miren junkal guevara llaguno, rjm

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    568

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 568

  • 14. B. GONZLEZ BUELTA, Tu tiempo, en La utopa ya est en lo germinal, Sal Terrae,Santander 1998, 55.

    3. Conclusin

    Este recorrido por los lbumes de la novedad bblica nos ha ayudado aatravesar la puerta de la fe y a avivar esas dos grandes imgenes en lasque la revelacin bblica se muestra novedosa, original, desafiante: laimagen de Dios y la imagen del hombre. Como si fueran instantneas,han pasado ante nosotros la autocomunicacin de Dios al hombre, lacondicin de este como oyente de la palabra (K. Rahner), la Escrituracomo lugar de encuentro y dilogo entre Dios y la humanidad...

    Pero, adems, la fe como puerta ha vuelto a invitarnos a atravesarla, ac-tualizarla, reemprendiendo una y otra vez su camino. Ahora bien, la fe nose ha mostrado solo como una apertura de la persona al futuro, a lo quetodava no est presente... La puerta de la fe y las historias de los hombresy mujeres de fe se sostienen en la realidad presente, en la que es posible dis-cernir la presencia de Dios habitndolo todo. Esa presencia cambia el pre-sente, redimensiona el tiempo y nos pone de cara a Jess, la puerta por laque entramos y salimos gustando ya los signos del Reino.

    [...] Qu hora tienes t, Seor?Contemplen a Jess de Nazaret,l es la hora del Reino,el tiempo exacto.Quin pudiera ser lcido y librepara decir: Esta es la hora,la hora en punto,la tuya y la nuestraen una sola...!14.

    postales desde el cielo

    Sal Terrae | 101 (2013) 555-569

    569

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 569

  • Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) se dio a conocer como telogo ycomo especialista en paleontologa. Pero fue una vida interior muy inten-sa lo que permiti a este jesuita afrontar, dentro de la ms estricta fideli-dad a la Iglesia, los riesgos de su investigacin y los dolorosos conflictosque esta le depar. Y es que Teilhard fue, ante todo, un gran orante. Dealguna manera, orar con Teilhard de Chardin es situarse en el punto deinterseccin de la revelacin y los desarrollos del mundo, de la palabranica de Dios y las llamadas o los gritos de los seres humanos. Es encon-trarse con un sabio y un mstico, un hombre de accin y un contempla-tivo, un ser humano que sufre y que confa.

    ANDR DUPLEIXOrar conPierre Teilhard de Chardin

    160 pgs.P.V.P. : 12,50

    interior junio 2013_int. REV. diciembre 2006-grafo 17/05/13 11:28 Pgina 570