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Portada del sitio > Memoria Viva > YIDIS: DEL COHECHO PERSUASIVO ó LA PERSUASIÓN DEL COHECHO YIDIS: DEL COHECHO PERSUASIVO ó LA PERSUASIÓN DEL COHECHO JOSÉ HILARIO LÓPEZ RINCÓN / Abogado Corporación Jurídica Utopía Martes 6 de mayo de 2008 YIDIS: DEL COHECHO PERSUASIVO ó LA PERSUASIÓN DEL COHECHO Como existen algunos colombianos propensos a olvidar fácil y rápidamente hasta la historia más reciente, hagamos un pequeño repaso. En las elecciones para Cámara de Representantes del período 2002-2006, Yidis Medina Padilla aparecía como el segundo renglón de Iván Díaz Mateus en la lista número 124 por el Partido Conservador Colombiano en el Departamento de Santander. Obtuvieron 38.390 votos (6,487%), de los cuales consiguieron 3.172 votos en Barrancabermeja, “bastión” electoral de Yidis. Lograron una curul, la de Iván Díaz Mateus. Durante las discusiones de la Ley 975 del 25 de julio de 2005, autodenominada “de Justicia y Paz”, ocurridas en ese mismo período legislativo 2002-2006, el congresista Iván Díaz Mateus, entonces presidente de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, se declaró impedido para participar en las votaciones argumentando que tenía un familiar paramilitar condenado por hechos relacionados con la materia de la Ley en debate, es decir los dadivosos beneficios para los paramilitares. A pesar de que el impedimento fue aceptado, ello no fue obstáculo para que de

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Portada del sitio > Memoria Viva > YIDIS: DEL COHECHO PERSUASIVO ó LA PERSUASIÓN DEL COHECHO

YIDIS: DEL COHECHO PERSUASIVO ó LA PERSUASIÓN DEL COHECHOJOSÉ HILARIO LÓPEZ RINCÓN / Abogado Corporación Jurídica Utopía

Martes 6 de mayo de 2008

YIDIS: DEL COHECHO PERSUASIVO ó LA PERSUASIÓN DEL COHECHO

Como existen algunos colombianos propensos a olvidar fácil y rápidamente hasta la historia más reciente, hagamos un pequeño repaso.

En las elecciones para Cámara de Representantes del período 2002-2006, Yidis Medina Padilla aparecía como el segundo renglón de Iván Díaz Mateus en la lista número 124 por el Partido Conservador Colombiano en el Departamento de Santander. Obtuvieron 38.390 votos (6,487%), de los cuales consiguieron 3.172 votos en Barrancabermeja, “bastión” electoral de Yidis. Lograron una curul, la de Iván Díaz Mateus.

Durante las discusiones de la Ley 975 del 25 de julio de 2005, autodenominada “de Justicia y Paz”, ocurridas en ese mismo período legislativo 2002-2006, el congresista Iván Díaz Mateus, entonces presidente de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, se declaró impedido para participar en las votaciones argumentando que tenía un familiar paramilitar condenado por hechos relacionados con la materia de la Ley en debate, es decir los dadivosos beneficios para los paramilitares. A pesar de que el impedimento fue aceptado, ello no fue obstáculo para que de manera solícita colaborara completando el quórum en algunas de las sesiones cruciales del proyecto. Para el período 2006-2010, el Representante a la Cámara Iván Díaz Mateus, dio un salto y se convirtió en Senador de la República pero el Consejo de Estado, en febrero de 2008, decretó la pérdida de la investidura y su “muerte política” al encontrar probado que para el 12 de marzo de 2006, fecha de la elección, Néstor Díaz Saavedra, tío del congresista, ejercía el cargo de Director de Impuestos Nacionales, desde donde le era fácil ejercer poder de coerción sobre un amplio sector de la población.

Volvamos atrás en la historia. Yidis Medina Padilla había sido concejal de Barrancabermeja por el Partido Liberal y candidata a la alcaldía de Barrancabermeja con el aval del cura Bernardo Hoyos. Como segundo renglón de Iván Díaz Mateus, en la lista del Partido Conservador Colombiano tuvo su “palomita” de tres meses en la Cámara de Representantes preciso por aquellos días en que el país asistía perplejo a la

componenda para violar la Constitución, so pretexto de reelegir a como diera lugar al presidente Uribe Vélez. Los áulicos del poder, sin el menor sonrojo, soltaron perlas del siguiente calibre: el Asesor Presidencial Fabio Echeverry dijo que era solo cambiar “un articulito”, Germán Vargas Lleras sentenció que “sin reelección habrá caos político”; Mario Uribe Escobar, el primo del Presidente Álvaro Uribe sugirió desconocer la Corte Constitucional y propuso que Álvaro Uribe Vélez “sea nuestro candidato a la Presidencia en 2006, independientemente de lo que falle"; Ciro Ramírez llamó a la ¡desobediencia civil! A pesar del poder avasallador de los reeleccionistas, las cosas no estaban fáciles. La votación para derrumbar “el articulito” incómodo estaba pareja en la Comisión Primera de la Cámara, integrada por 35 miembros. Yidis Medina Padilla y Teodolindo Avendaño, hacían parte de esa Comisión. Teodolindo también había llegado a la Cámara por ser segundo renglón de José Luis Arcila Córdoba, cabeza de la lista por Coalición 114 la cual obtuvo 28.542 votos (3,013%) en el Departamento del Valle. Nuestros segundos renglones, Yidis y Teodolindo, pasaron a primer plano y en las semanas previas a la decisión manifestaron públicamente su voto negativo al proyecto. Entonces los reeleccionistas concertaron y enfilaron el embrujo de la persuasión hacia estos dos curtidos pero ingenuos clientelistas de provincia. Realmente, hay que decirlo, fue fácil para los reeleccionistas. Más sencillo que engatusar a un niño con una chocolatina pero sin entregarle la chocolatina. Todos a una se echaron sobre Yidis y Teodolindo. Les llovieron las invitaciones, las lisonjas y por supuesto, ni más faltaba, las cenas con flores rociadas con whiskicito. Yidis y Teodolindo, la pareja de moda de la farándula política de ese momento, se resistieron al principio, pero no mucho. Sabían que el martes 2 de junio de 2004 a las doce de la noche, como en el cuento de la Cenicienta el hechizo de la persuasión llegaría a su fin y volverían a ser los mismos ingenuos clientelistas de provincia sin sospechar que se quedarían con el pecado pero sin el género. El “Ministro de Estado” Diego Palacio se le metió a la oficina de Teodolindo y se encerró literalmente con él. El entonces “Ministro de Estado” y hoy vergonzante Embajador ante Italia, Sabas Pretelt de la Vega, honró con su palabra lo acordado.

La noche anterior a la votación, el 1º de junio de 2004, los opositores a la reelección se reunieron en la casa de Clara Pinillos, Representante a la Cámara de la Comisión Primera y convinieron suscribir un acuerdo en el que explicaban las razones de inconveniencia para el país en caso de ser aprobada la “reforma del articulito” de la reelección inmediata del Presidente Uribe. Se tomaron fotografías que salieron en algunos medios de comunicación. Allí estuvo Yidis.

A las primeras horas del funesto 2 de junio de 2004, funcionarios del gobierno reeleccionista, abordaron sin tapujos a los congresistas, entre ellos Yidis y Teodolindo.

Previamente al debate Yidis Medina dijo públicamente para algunos medios de comunicación que ante los ofrecimientos hechos por el gobierno para ayudar a su región había decidido cambiar su voto y que apoyaría la reelección. Y llegó la hora de la votación. Con una exigua mayoría, 18 votos a favor 16 en contra y 1 ausente, las hordas reeleccionistas lograron su cometido y “reformaron el articulito”. Yidis finalmente votó SI y Teodolindo, presa del hechizo se esfumó en el instante en que debía votar.

En los días posteriores a la dudosa “votación”, el Representante a la Cámara, Germán Navas Talero, denunció ante la Corte Suprema de Justicia, lo que todo el mundo

sospechaba, que el voto de Yidis y Teodolindo había sido el resultado del delito de cohecho impropio, que había sido comprado.

El artículo 406 del Código Penal define así el Cohecho impropio: “El servidor público que acepte para sí o para otro, dinero u otra utilidad o promesa remuneratoria, directa o indirecta, por acto que deba ejecutar en el desempeño de sus funciones, incurrirá en prisión de cuatro (4) a siete (7) años, multa de cincuenta (50) a cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de cinco (5) a ocho (8) años”.

Dos meses después de la componenda, Yidis sacó a relucir su “malicia indigena” y grabó una entrevista con el periodista Daniel Coronell. Palabras más palabras menos contó lo que todo el mundo olía. Según Yidis, Bernardo Velásquez, entonces Secretario general de la Presidencia; Diego Palacio, Ministro de la Protección Social, Sabas Pretelt de la Vega, Ministro del Interior y de Justicia; Mario Iguarán, Viceministro del Interior y ahora Fiscal General, le ofrecieron en retribución cargos públicos. “Doctora, pida lo que quiera” dice que le dijeron. Y es imperativo que se conozca cuál fue la intervención del principal beneficiario de todo este concierto delictivo reeleccionista. Que no nos vayan a salir con el cuento de que fue a sus espaldas.

La “persuasión” por el cambio del voto de Yidis por la reelección incluyó tres entidades públicas en el Magdalena Medio: el Seguro Social, el Sena y la Red de Solidaridad. Pague dos y lleve tres. El combo incluía, además, un Consulado para un miembro de su grupo político. Por encima de la parte anecdótica y picaresca pero no por ello menos grave de la historia, aquí lo que se ha destapado y lo que está al descubierto es la moral, la ética de un régimen que no se detiene ante nada para mantener sus privilegios y ha hecho del cinismo su principal bandera. No contaban con que las humillaciones infligidas a Yidis tenían un límite y apenas sintieron que la pestilencia desbordó el palacete de Nariño corrieron a expedir un comunicado de prensa el 18 de abril de 2008, pieza maestra del impudor y la procacidad: la entrevista de Yidis a Daniel Coronell es “inducida”, “El móvil del video ha sido la obtención de beneficios y favores del Gobierno para la parlamentaria, simulando que su voto fue comprado”, “Buscando obtener contratos y nombramientos, la ex parlamentaria ha intentado que los altos funcionarios se desvíen de la directriz expresa de dar representación política a todos los sectores de la bancada de Gobierno, dentro del marco de la transparencia y la honradez”, “Como no ha habido nombramientos y contratos corruptos y clientelistas, la parlamentaria y el periodista consideran que “no se le ha cumplido las promesas y, en consecuencia, ha llegado el momento de hacer pública la grabación de agosto de 2004”. Los pájaros tirándole a las escopetas. El gobierno, clientelista y corrupto, pretende hacernos creer que Yidis los extorsionaba con el video para obtener “beneficios y favores” en complicidad con el periodista Daniel Coronell. Yidis incurrió en cohecho, así lo confesó ante la Corte Suprema de Justicia y se acogió a sentencia anticipada. Pero como en estos casos se necesitan dos: el que da y el que recibe, se requiere que la acción de la justicia llegue hasta el último responsable aunque sea el Primer beneficiario de los delitos cometidos. Porque aquí no solo se incurrió en cohecho, también cometieron el delito de concierto para delinquir: “Cuando varias personas se concierten con el fin de cometer delitos, cada una de ellas será penada, por esa sola conducta, con prisión de tres (3) a sesis (6) años.

Si el beneficiario del concierto delictivo reeleccionista considera que el cohecho es una mera persuasión: “El Gobierno persuade; no presiona ni compra conciencias. El Gobierno respeta el derecho de la participación, pero no tolera la corrupción” [1] , muy seguramente al concierto para delinquir lo llamará “lluvia de ideas” .

Los tratadistas de Derecho Penal van a tener que revisar sus teorías sobre el concepto de delito, particularmente del cohecho e introducir como nuevo subtipo penal el COHECHO PERSUASIVO, dándole todo el crédito a su inspirador, creador y perpetrador: el Primer Beneficiario del Concierto delictivo reeleccionista.

JOSÉ HILARIO LÓPEZ RINCÓN Abogado Corporación Jurídica Utopía

Notas

[1] Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez, al término del Consejo Comunal de Gobierno número 196, que se realizó en Sibundoy (Putumayo) el 19 de abril de 2008.