Por Que de Tercera, mi General
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Hecho el depsito legal en la Biblioteca Nacional del Per
N 2011-13760
Autor: Tolomeo Aliaga Quispe
Direccin: Calle: Juan Manuel Iturregui N 485-Lambayeque
Telfono: 074-281787 - Cel: 963535643
Email: [email protected]
1ra. Edicin: Tiraje 1000 ejemplares
Imprenta: Crdova Chiclayo, enero de 2011
Correccin de estilo: Nicols Hidrogo Navarro
Queda totalmente prohibida la reproduccin total o parcial de
esta obra sin la consulta previa y autorizacin del autor.
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UNA MARAVILLA
NOS VAMOS AL MERCADO MAYORISTA Y
PEDIMOS UNA CAJA DE MANGOS U OTRO
PRODUCTO EL VENDEDOR NOS PREGUNTA
DE PRIMERA, DE SEGUNDA O DE
TERCERA?... DE PRIMERA EST A VEINTE, DE
SEGUNDA EST A DIECIOCHO Y EL DE
TERCERA ESTA A DIECISIS A QUINCE LE
DEJO CASERITO PARA QUE LO LLEVES
POR QU DE TERCERA
MI GENERAL?
UN LIBRO REFERIDO A LOS GRADOS DE LOS
SEORES TCNICOS Y SUBOFICIALES DE LAS
FUERZAS ARMADAS Y POLICA NACIONAL
DEL PER, QUE DURANTE SU PERMANENCIA
EN FILAS FUERON, SON Y SEGURAMENTE
SEGUIRN SIENDO SUBOFICIALES O
TCNICOS DE TERCERA, DE SEGUNDA Y DE
PRIMERA.
ACASO DE TERCERA CATEGORA? ACASO PERSONAS DE TERCERA?
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Dedicatoria
A Dios Todopoderoso y Eterno, por su infinita bondad y
misericordia. Por haberme creado a su imagen y semejanza y por
regalarme sus dones.
A mis queridos abuelitos Silvino Quispe Picho y Sabina Orihuela, por
el inmenso amor y cuidado que me prodigaron.
A mis padres Silvino Aliaga Gago y Marcia Quispe Orihuela, por
haber sido los instrumentos de Dios, para darme la vida.
A mi ta Mnica Antonia Quispe, por haberme llevado a Lima para
convertirme en Suboficial de Tercera del Ejrcito del Per.
A mi to Leandro Guevara Quispe, por ensearme a luchar en la
vida, para conseguir mis propsitos.
A mi adorada esposa, por regalarme su amor y comprensin; su
compaa y su ternura.
A Gema Moraleja Paz, por haber hecho de mi sueo una realidad, al
publicar mi libro VERSOS ESCOGIDOS PARA DECLAMAR.
A mis hijas Isabel Marcia y Karen Magaly, porque con su esfuerzo se
hicieron profesionales y con ello, hacerme sentir un padre realizado.
A mi chiquitn Enrique Silvino Junior, por ser el eje y el motivo para
tomar la decisin de escribir esta y otras obras ms.
A todos ustedes por leerme y comprenderme,
Que Dios los bendiga.
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PRLOGO
Ya desde Sun Tzu, general chino que vivi alrededor
del siglo V antes de Cristo, en su clebre y fundacional libro
El arte de la guerra, se hablaba de las jerarquas y casi de sus necesidades en la organizacin militar como factor de
xito en una cadena de mando, en una accin de guerra o en la
conservacin de la paz. Y an desde los albores de la
civilizacin, el hombre de las cavernas, se estableca niveles
de autoridad como una manera de establecer quin manda y
quines estn obligados a obedecer.
Pero esta categorizacin jerarquizada no slo ha estado presente en el orden castrense, sino tambin en lo
poltico, socio-econmico, laboral, educativo y hasta religioso.
As en lo poltico, tenemos presidente, vicepresidentes,
ministros, congresistas, alcaldes, regidores, etc. En lo social,
racistamente, blanquitos, cholitos, serranitos, selvticos; los de
zona rural y urbana; los ricos y los pobres. En lo laboral,
trabajadores de nivel A, B, C, D; trabajadores de confianza y
no confianza; intelectuales y manuales. En lo educativo,
profesores de I, II, III, IV, V nivel. En lo religioso, desde el
cura misionero en una choza remota en la selva, pasando por
el sacerdotes de ciudad, el obispo y sus dicesis, el cardenal y
hasta el papa y su silln de oro, lo que cada uno significa un
tipo de remuneracin y tratamiento y consideracin social.
Esto evidencia que nuestra organizacin humana, est dada
por una estructura discriminante y con mayor no nivel nfasis
de formas de tratamiento al interior de las mismas.
Pero indudablemente donde se ha podido sentir el tono
ms peyorativo y discriminante es en el orden militar. Ms de
un libro, testimonios personales y denuncias periodsticas, dan
cuenta de las iniciaciones a los perros como los actos ms macabros y denigrantes de la condicin humana, donde todo el
odio y sed de venganza heredados de una cadena antiqusima,
inician toda una concatenacin de humillaciones justificadas y
tomadas como parte de la cultura y la tradicin.
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Por qu de tercera mi general? es un libro polmico, de denuncia testimonial que combina la
novelizacin de Tolucho, como hroe, partiendo desde su
niez y natal Huancayo, pasando por su ingreso a la Escuela
de Suboficiales, describiendo sus afanes de liderazgo en su
formacin y saliendo luego al desempeo funcional y posterior
jubilacin.
La obra tiene cuatro unidades narratolgicas
perfectamente delineadas: a) La infancia llena de peripecias y
dificultades de Tolucho en su natal Maravilca donde describe
las tradiciones y costumbres y los amoros de su pueblo b) La
decisin y formacin castrense en la Escuela de Suboficiales
c) Las peripecias de sus amoros, casamiento y desempeo
profesional d) Tolucho ya jubilado asume una actitud crtica
al sistema castrense. En cada uno de estos apartados hay un
apasionamiento por contarlo todo, ser una secuencia lgica de
vida, en la que siendo uno hologramticamente puede ser el
ejemplo de muchos. Adoptando el estilo de Jos Mara
Arguedas en Los ros profundos, Tolucho describe las
costumbres y tradicionales de su natal Maravilca con una
devocin nostlgica y de ciudadano agradecido y orgulloso de
su identidad. En otro momento, en su formacin castrense,
hace evocar el estilo de Mario Vargas Llosa en su libro La
ciudad y los perros. Nuevamente sale a relucir esta famosa
iniciacin a los perros, muchas veces negada y tomada como una blasfemia, injuria y ofensa y negada oficialmente
por las instituciones armadas.
Pero el asunto subyacente y principal que da ttulo a la
obra es la categorizacin y cosificacin de los rangos militares
que suenan a clasificaciones discriminatorias, que hacen sentir
menos y distintas a las personas, donde en la cadena de mando
est el soldado raso, pasando por los suboficiales de tercera y llegar hasta el general, subordinado este tambin al poder
poltico, en el caso de nuestra organizacin del Estado
peruano. Esta pirmide organizacional, que tambin existe en
otras rdenes civiles y religiosas, cobra mayor notoriedad en el
sistema militar y castrense porque el tono peyorativo, el trato
interno social, es ms agresivo, ms vejatorio, discriminatorio
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y hasta justificado y mantenido como una tradicin que
garantiza eficacia, efectividad ruda y se escuda bajo el
concepto de disciplina y estatus jerrquico ganado. Tolucho, se convierte en la voz disidente, en el hroe
parlante que lanza una pregunta altisonante al mandams, de un suboficial de tercera a un general de lite, que sonar a una insubordinacin, sublevacin, rebelda, insurreccin, resistencia y falta de respeto a la autoridad, al status quo
imperante, a la majestad de la institucin castrense.
La respuesta de ese general comn, es obvia, como lo
es en casi todos los institutos armados, silencio y negativo, sin comentarios. Y si tanto sea el efecto urticario del libro, quiz salgan a hacer una quema en el patio del cuartel donde
se form y gradu Tolucho y una ceremonia de
excomulgacin y degradacin pstuma de un jubilado de tercera a soldado raso, por su majadera
Lambayeque, enero de 2011
Nicols Hidrogo Navarro
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INTRODUCCION Luego de que saliera a la luz mi primer libro Versos
escogidos para declamar, que se public gracias a Gema Moraleja
Paz, duea de DEXEO EDITORES en Londres, con la recopilacin
de manifestaciones literarias de diferentes autores. Y que
habindolos aprendido de memoria, las declamo en cuanta ocasin
se presente. Un buen da, mi menor hijo me cuestion y me dijo, que
por qu no escriba algo mo, es decir, algunos poemas de mi propia
inspiracin; porque resulta demasiado fcil recopilar y publicar. S
pues, tena razn, pese a que para m, no me fue tan fcil memorizar
cada uno de estos poemas.
En ese afn estaba, cuando como de costumbre me puse a
revisar el lbum del recuerdo y al ir pasando las pginas, volvieron
a mi mente aquellos momentos vividos desde que era un adolescente,
hasta lo que ahora soy, un Tcnico de Primera del Ejrcito en
situacin de retiro.
Comenc a revisar los pasos que en la vida tuve que dar y
en ella fui hilvanando los momentos que pas. Record que hace
muchos aos, me cuestion porque al estar como alumno de la
Escuela Tcnica del Ejrcito, pude apreciar cmo se iban
graduando las promociones y egresaban de su alma mater como
Suboficiales de Tercera, de tercera, qu?, me preguntaba, acaso
de tercera categora?, acaso de tercera clase? Y luego ya como
Suboficial del Ejrcito, pude sentir en carne propia, el profundo
malestar mo y el de aquellos curtidos hombres que visten el
uniforme de la patria, formando parte del inmenso nmero de
Tcnicos y Suboficiales de las Fuerzas Armadas y Polica Nacional.
Al ingresar a la Escuela, jvenes an, nos hacemos muchas
ilusiones, estudiamos pensando en avanzar y realizarnos, como
cualquier joven, pero al egresar como Suboficiales de tercera y al
llegar a los cuarteles, nos encontramos con una realidad diferente a
la soada. Somos de mando medio, y para colmo, somos de
tercera.
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No s, ni siquiera me he preocupado por saber quin o
quienes inventaron estos grados militares, tampoco me interes
saber la razn por la que aquellos inventores de los nombres de
estos grados lo denominaron as. Habrn tenido sus razones en
tiempos remotos, en aquellos tiempos o pensamientos de servilismo,
de esclavitud. No lo s, pero el motivo de este libro, es hacer notar
que en el Per actual, en el Per del siglo XXI, en el Per que tiene
una Constitucin Poltica, donde dice que el Estado garantiza la
identidad, igualdad e integridad de las personas, y siendo los
Suboficiales personas humanas, el Estado viene otorgando un grado
militar denigrante: de tercera. Qu mensaje nos est dando
nuestro Estado? Acaso que en el Per todava hay personas de
tercera clase?
Aunque aparentemente, no nos damos cuenta de esta
discriminacin, porque para muchos es un simple grado militar, son
estos grados militares, o mejor dicho el nombre de estos grados
militares, lo que causa el malestar de los miles de Tcnicos y
Suboficiales de nuestras Fuerzas Armadas, aparte de los bajos
ingresos que perciben.
Por eso, en el afn de que en este tercer milenio, dejen de
existir personas de tercera, mas an en el interior del propio
Estado, porque las Fuerzas Armadas forman parte de l, y que
vistiendo el uniforme se preparan para la defensa de los sagrados
intereses de la patria, trato con el mayor de los respetos, de
sensibilizar a esas otras personas que tienen en sus manos el
gobierno del Per, para que con su calidad de personas que
gobiernan y legislan, promuevan otra nomenclatura a los grados
militares del personal de mando medio, salvo, desde luego, su ms
ilustrado y alturado criterio de stas.
Tolomeo
E-mail: [email protected] Tfno: 074-281787 Cel: 979076071
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EN MARAVILCA
Deambulaba Tolucho, un estudiante adolescente, en
Maravilca, aquel pueblito que lo vio nacer, y donde gracias a
Dios, gracias a que no lleg el desarrollo. Ese lugar, an
conserva intacto algunos parajes por donde otrora los chasquis
del imperio incaico llevaban sus mensajes desde Cajamarca al
Cusco y viceversa. Y era tan feliz el muchachito en aquel
poblado que antao haba sido un Tambo, lugar de relevo y
descanso de los chasquis, pues antes de llamarse como ahora
se llama, Maravilca, se denominaba el Tambo de Mara
Vilca, pues por todos los pobladores es sabido, que en la casa
que viva don Vctor Durn, se ubicaba aquel Tambo, y que,
segn don Silvino, abuelito de Tolucho, todo ese lugar, todas
esas tierras pertenecan a la seora Mara Vilca, que segn l,
era la esposa de un cacique que vivi all. Pasaron los aos,
desapareci doa Mara Vilca y los pobladores, no queriendo
que su pueblo lleve el nombre de una mujer, le pusieron el
nombre de Maraivilca y ms tarde, con el paso del tiempo,
aquel pueblito fue denominado Maravilca y as se qued hasta
la actualidad, con el nombre de Maravilca, hermoso lugar
enclavado en el corazn del valle del Mantaro, que yendo de
Lima a Huancayo, est entre Apata y Matahuasi, escondido a
un kilmetro de la carretera central, como para que no
molesten los ruidos de los carros que por all transitan.
En ese lugar, en los quehaceres propios de la gente del
valle, del majestuoso valle, como dijera Panchito Leigh
Navarro, director de la orquesta Estudiantina Per en una de
sus canciones: No hay bajo el cielo, lugar ms hermoso que
mi valle, valle prodigioso del Mantaro, eterno ro que
fecunda las verdes llanuras, que se pierden en la lejana;
bordeado de bellos pueblos, de gente muy laboriosa, ambas
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mrgenes iguales, con sus tejados rojizos, humeando
maana y tarde desde Jauja hasta Viques; Jauja con su
tunantada, Concepcin con sus heronas, chalaysanto su
avelino, Sicaya con sus toriles, chupaquinos con sus shapis y
los huancas con su huaylas. Cmo no atreverse a completar
este canto diciendo: Mito con su huaconada, Maravilca con
sus chacras negras, Matahuasi con sus nsperos y sus
auquines. All, en ese hermoso e inmenso jardn, entre
sembros de choclos, papas, trigo, alfalfa, zanahoria, alcacer,
alcachofa, yuyo, culantrillo, bajo la sombra de frondosos
eucaliptus, guindos, nsperos, alisos, con retamas y muchas
otras plantas ms; entre las labores agrcolas y ganaderas, ya
como aprendiz de gan de la yunta de sus abuelitos, ya
lampeando los surcos de papa o de choclo, ya regando las
tierras del chimpa, de sarapura, del cerco, de la
pampa y otras chacras, pues cada parcelita tiene su nombre;
ya cuidando la pequea ganadera de sus abuelitos Silvino y
Sabina, sus vaquitas, toros, borreguitas, chanchitos y burritos,
juntamente con Clemente Carranza, un muchacho muy
trabajador y hacendoso que tena a cargo el cuidado de los
animales; ya con la juventud de Maravilca, planeando cmo
conseguir un terreno para el estadio donde los jvenes de ese
pueblo puedan practicar su deporte favorito; con Javier
Galarza, Beto Durand, Lucho Suruchaqui, Teobaldo Durand,
Tito Prez, Nino Durand, Tefilo Quionez, Vicente
Valderrama, Rule, Nisho, Sheco, y don Anatolio Prez y quiz
otros amigos mas, que por el paso de los aos, no los recuerda,
pero queran tener un estadio propio, debido a que el lugar
donde jugaban era la plaza del pueblo. Es as que a espaldas
del Agente Municipal hicieron un memorial y gestionaron ante
SINAMOS que eran las siglas del Sistema Nacional de Apoyo
y Movilizacin Social y ante la Comunidad campesina de
Matahuasi, que era propietaria de un terreno, que estaba
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abandonado, para que lo donara a la juventud, pero como no
quisieron donarlo, una noche de luna, aquellos mozuelos
provistos de hachas, sierras, sogas, martillos, clavos y otros
instrumentos, fueron a orillas del Ro Seco, cortaron un
eucalipto flaco y largo que servira de mstil para izar una
bandera peruana con la foto de Juan Velasco Alvarado. Luego
con el volquete de Lucho Suruchaqui, arrancaron los arcos
metlicos que estaban en la Plaza y con todo eso se fueron al
mencionado terreno, colocaron los arcos, izaron la bandera y
jugaron aquella noche su primer partido de ftbol. Por ello, a
la maana siguiente todos fueron encontrados an en sus
camas y detenidos fueron llevados a la Comisara de
Concepcin por invasores de terrenos comunales. En tanto
Tolucho, que no fue hallado en su casa, al enterarse de esta
situacin, se fue raudo a ver a sus amigos de SINAMOS en
Huancayo, porque all exista un rea de juventudes, que de
vez en vez coordinaban la difusin de algunos videos en
Maravilca. Sus amigos lo ayudaron, analizaron el expediente y
el mismo jefe de SINAMOS, dispuso la liberacin de los
detenidos y la entrega de dicho terreno a las autoridades del
pueblo para que tomen posesin de aquel terreno abandonado
para que sea el Estadio de Maravilca. As consiguen el terreno
para su estadio, aunque despus se convirti en pastizal de los
animales de algunas familias, hasta que por fin han cercado el
frontis para darle valor; as pasaba su vida Tolucho, jugando
fulbito con mozuelos de su poca en aquella plaza frente a la
iglesia, y mas ac del campo de pelotaris, campo donde
tambin jugaba con su to Dishe, con Nico Yale, los hermanos
Mayta y con otros amigos que gustaban de este deporte.
Pasaba sus das ya tomando unas copas de saltapatrs -
mezcla de aguardiente con gaseosa - en la tienda de doa Mila
Cossio. Ya disfrutando de las fiestas costumbristas del pueblo,
como la octava de la fiesta del Nio Jess, cada cinco de
-
enero, en que sala desde pequeo a bailar la danza del
chacra negro, que simbolizaban a los negritos que trabajaban
en las chacras de los hacendados, una danza que al comps de
un bombo y de los puros de cada bailarn alegraban con
sus pasos a los pobladores, con una mscara negra, un
sombrero de macora y su poncho blanco, hecho de costalillo
de harina, danzaban e iban de nacimiento en nacimiento, a
saludar al nio que ha nacido en el portal de Beln, yendo a
todas las casas del pueblo donde armaban el nacimiento del
nio Jess. O como tambin, cuando ms grandecito
participaba en la danza de los vaqueros, danza que
simbolizaba a los cuidadores de ganados, ms o menos con la
indumentaria de El Llanero Solitario y acompaados de dos
o tres guitarristas. Otra de las danzas que bailaba era la de los
auquines, que con sus chacuanas representaban a la gente
anciana, que as como en San Jernimo de Tunn, los
Avelinos representaban a los combatientes de la guerra con
Chile, que se hacan pasar por mendigos vistiendo harapos, as
en Maravilca, los auquines y chacuanas, representan a aquellos
combatientes de Cceres, que se hacen pasar por enclenques
ancianitos, jorobados, barbudos y casi ciegos, con sus viejitas
que estn a las justas. Pero luego del engao, son astutos
combatientes que al lado de Cceres nos legaron un ejemplo
de dignidad en aquella Campaa de la Brea. Bailan y retozan
derrochando fuerza, portando el ligi y palos y saltan sin
escrpulos, hacen lo que quieren, danzan dando saltos largos
al comps de una quena y de un tambor. Es jocosa, pero
histrica. Fue propuesta para ser patrimonio de la humanidad.
Otra de las fiestas del pueblo que vivi con mucha
intensidad, fue la fiesta patronal de San Sebastin Tayta
Chapa dicen los pobladores, cada veintisis de enero, con
su tradicional vspera que comienza con la entrada triunfal
-
de una banda de msicos, desde el paradero de los carros, en la
carretera central, hasta la plaza principal, donde son recibidos
por el Capitn de la Fiesta y sus mayordomos y devotos, para
luego de la cena con deliciosos platos tpicos del lugar, salen a
la plaza donde se da cita toda la gente del pueblo, que con
ansias esperaban esta fiesta y luego de un ao de arduo
trabajo, bailan alegres sus huaynos, mulizas y huaylas. De all
pasan a la Capilla de San Sebastin ubicada en el barrio
arriba donde disfrutan de la msica y del baile hasta horas de
la madrugada.
Al da siguiente, muy temprano son despertados por la
diana de la banda de msicos y la quema de cohetes. La Banda
recorre de un lugar a otro, entonando marchas porque el
desayuno ha sido preparado en otra casa y como el pueblo es
chico, todos se despiertan y se preparan para asistir con mucha
devocin a la Solemne Misa Diaconada con panegrico.
Aquella maana salen a las calles dos o tres pandillas de
chonguinos, una hermosa danza costumbrista, muy elegante
que precedidos por sus chutos y acompaados por sus
respectivas orquestas tpicas engalanan el pueblo, pues con el
colorido de sus trajes y las melodas musicales nos regalan un
espectculo sin par. Tambin hay grupos de sayas, de huaylas
y otras danzas ms. Todos ellos acuden a la Misa, pues gracias
a San Sebastin, la cosecha ha sido buena. Y si por alguna
causa no sali tan buena, acuden a l, para implorarle que en la
siguiente temporada la cosecha salga mejor. En aquellas
misas, estn presentes las pandillas de chonguinos con sus
orquestas, los danzantes de saya con sus bandas de msicos.
Es decir, una verdadera fiesta folklrica. Despus de la misa,
la imagen del mrtir San Sebastin, aquel mrtir que siendo
Capitn del Ejrcito Romano, que persegua y mataba a los
cristianos, luego de recibir algn mensaje divino, se convirti
-
al cristianismo, por lo que es cruelmente asesinado, lo que
hizo que la Iglesia Catlica lo canonice y lo haga Santo y sea
el Patrn del pueblo de Maravilca. Despus de la misa, est
sobre un anda y sale para una imponente procesin alrededor
de la plaza, acompaados por el sacerdote que para esa
ocasin llega desde la Parroquia de Apata, las Bandas de
msicos y las orquestas tpicas se turnan para acompaar con
sus melodas al santo mrtir, mientras los cohetes anuncian
que San Sebastin est paseando por la plaza del pueblo,
acompaado de mucha gente, pues para esta fiesta regresan a
su pueblo quienes salieron a trabajar a otros lugares, as como
tambin acuden muchos turistas que llegan a Maravilca
deseosos de conocer las costumbres del Per profundo, pasean
en procesin y se quitan el sombrero costumbrista, para rendir
culto a su patrono. Al trmino de la procesin, cual fino
detalle, viene el ofrecimiento, que consiste en que todos los
fieles devotos, al comps de una msica especial, cogen a su
pareja, cualquier chica o seora del lugar, para acercarse al
santo y entregarle su ofrenda, consistente en dinero, o como
tambin para anotarse con lo que se va a comprometer para el
ao siguiente, si con la Banda de msicos, si con la Misa, si
con la corrida de toros, si con la pandilla de chonguinos, si con
la comida para la orquesta, en fin, con lo que sea su voluntad.
Terminada esa actividad, realizan una oracin de
agradecimiento y guardan la imagen, mientras los fieles
vuelven a casa, reconfortados, porque han escuchado la
palabra de Dios y ufanos van a continuar con sus quehaceres.
El pueblo est de fiesta. Las vivanderas han llegado con
diferentes potajes para ofrecer al pblico visitante y all
encuentran el cuy colorado, el chicharrn colorado, el lechn,
el mondongo, la papa a la huancana, cebiche de truchas,
truchas a la plancha, cebiche de alcachofa, es decir, infinidad
de platos tpicos que muy pronto se acaban, pues la gente
-
aprovecha esta ocasin para disfrutar las delicias de Maravilca.
En esa feria encuentras tambin la infaltable chicha de jora, la
chicha de man, la gelatina de pata, el puchero, la caya y
muchas cosas ricas ms. Pocos vuelven a sus casas, porque
familias enteras disfrutan de la feria gastronmica, sentados en
el gramado del parque o bajo los rboles de eucaliptus que
existan al costado de la plaza. Por la tarde, hay encuentros
deportivos entre los equipos del pueblo, el Defensor
Maravilca, la Estrella Blanca y el Rosario FBC, que
juegan con equipos invitados de otros lugares.
Por la noche es el toril, las bandas de msicos y las
orquestas de los chonguinos lo amenizan, todo el pueblo se
concentra en la plaza, frente a la iglesia, bailan los ancianos,
adultos y jvenes, toman sus calientes agua con un poco de
aguardiente, canela y azcar - y se divierten al compas de las
notas musicales, lloran de alegra por estar en su tierra, lloran
por el amor traicionero, por la mujer amada, por su madre, es
decir, se alegran tanto que lloran de emocin y de alegra.
Bailan, zapatean, brindan, disfrutan de la fiesta patronal, hasta
las primeras horas de la madrugada.
Al da siguiente, nuevamente la Banda de Msicos con
los cohetes que despiertan a quienes durmieron muy poco por
la fiesta de la noche anterior. Pero tienen que ir a la misa,
porque sino San Sebastin puede castigarlos y la cosecha sale
mala. Se asean, se cambian y se van a escuchar la palabra de
Dios, en tanto, llegan al pueblo los toros bravos, porque ese
da es la corrida de toros.
Una vez terminada la santa misa, todos los varones se
ufanan por improvisar un coso con tablas, con los camiones de
algn vecino y con cualquier medio de fortuna. Una vez listo
el ruedo se van a almorzar y pronto regresan con toda la
-
familia, porque la corrida de toros est por empezar. En el
lomo del toro, cosen una moa, almohadn con algn detalle
y los toreros son los improvisados pueblerinos, que con unas
cuantas copas de aguardiente o vasos de cerveza, se quitan el
saco, que les ha de servir como capa e ingresan al ruedo,
dispuestos a todo. Muchos de ellos entran por apuesta si
entras y toreas te ganas una caja de cerveza y entran y torean
y a veces les sale bien y se ganan los aplausos de los
espectadores y su caja de cerveza, o bien salen con una
cornada, pero ganan su cerveza. Recuerda Tolucho, que en sus
tiempos exista un hombre cojo al que llamaban Flashico.
Era zapatero y de vez en vez se tomaba sus tragos para
alegrarse, pero era muy formal y sano. En una de estas
corridas de toros, fue invitado por un grupo de jvenes a tomar
un vaso de cerveza y entre vaso y vaso, le hicieron la
propuesta de que vaya a torear. El nunca haba toreado.
Algunos se burlaban de l, dicindole que era incapaz de
hacerlo, hiriendo su amor propio, mientras otro le deca: si
toreas te ganas una caja de cerveza y as entre juego y burla,
flashico quiere demostrar que es capaz. Acepta la apuesta,
ingresa al ruedo con el saco en la mano, recibe el aplauso del
pblico, algunos preocupados pues lo conocen y saben que
estas cosas no son para l. Sale el toro y como si fuera un hbil
torero esquiva la cornada y recibe el cario de los
espectadores, que le regalan muchos aplausos y barras. Dos,
tres, cuatro toreadas y Flashico se haba convertido en un
diestro torero y se sinti dueo del ruedo. Le haba dado la
espalda al toro, cuando de pronto el grito aterrador del pblico
lo hace reaccionar, el toro vena en pos de l que estaba de
espaldas. No tuvo tiempo de voltear y capear, por lo que,
como si olvidase que era cojo, comenz a correr, estaba cerca
de las tablas que servan de barrera y como si su cojera fuera
un resorte, al son de las risas, aplausos y preocupaciones del
-
pblico, en el momento en que iba a ser envestido, Flashico,
haciendo un esfuerzo sobrehumano, salta sobre la barrera
dejando al toro con ganas de cogerlo ante todo el pueblo que
miraba con temor el desenlace. Se salv del toro, pero al saltar
haba cado de bruces sobre un charco de agua sucia, lo que
provoc ms risas, sus compaeros de apuesta lo levantaron,
lo limpiaron, lo ayudaron a volver en s y le entregaron su caja
de cerveza. Aquella tarde Flashico, se embriag tanto que su
familia, con ayuda de algunos vecinos tuvieron que llevarlo a
cuestas hasta su casa, que quedaba justamente al costado del
original y real camino de los incas, que conserva Maravilca.
As son las cosas de la fiesta patronal. Durante la corrida de
toros, la gente brinda con abundante licor, por los toreros, por
las cornadas, por todas las cosas que all pasan. De pronto,
comienzan las broncas, porque se acordaron de algo o porque
alguien ofendi a otro. Puetes, patadas, insultos, que alguien
sali en defensa de uno, pues los amigos del otro entran al
cuadriltero. No habr sido buena la corrida de toros, sino
termin con una buena bronca. Esa es la costumbre.
Al da siguiente, las seoras, seoritas y las chicas se
preparan desde muy temprano para el cortamonte, ese da
tienen que mostrar sus encantos, lucen sus mejores galas
propias del lugar, se maquillan, se peinan, se prueban los
sombreros, van a lucirse con ese precioso traje tpico, la lliclla,
la blusa, el faldelln, los zapatos. Muchas de ellas han
alcanzado la edad como para conseguir pareja, incluso llegan
de otros lugares, especialmente invitadas por amigos o
familiares. En tanto, los varones, al son de las notas de la
banda de msicos, se dirigen a cortar los rboles de los cercos
y lo trasladan a la plaza donde, luego de ser adornados
convenientemente por las madrinas lo ponen en pie, para ms
tarde, danzar elegantes y cadenciosos al rededor de los rboles,
-
bajo los acordes de hermosos temas musicales. Una fiesta sin
igual, que Tolucho desde muy chico admir y luego ms
grandecito se deleit. Para este da hay varios grupos o
familias que compiten en el cortamonte, pues cada familia
lleva la mejor Banda de Msicos, visten sus mejores vestidos,
llevan bellas chicas de otros lugares y adornan de lo mejor los
rboles con hermosos regalos. La fiesta comienza alrededor de
las tres de la tarde y culmina casi a medianoche. Las familias
Quispe, Prez y Peralta competan en aquellos tiempos y era
muy bonito, pues aquellos que no disfrutaban bailando,
disfrutaban cogiendo los regalos que las madrinas ponan en
los rboles. Recuerda Tolucho a su to Mauro Castro, un
suboficial del Ejrcito, que en una ocasin llev al pueblo a la
Banda de Msicos del Ejrcito y no lleg el msico que tocaba
el platillo, el to Mauro, que era esposo de su ta Nelly Vadillo,
hizo que Tolucho tocara el platillo durante todo el cortamonte,
donde participaban todos los integrantes de la familia Quispe y
sus allegados. Llegaban de Huancayo el abuelito Teodosio con
la abuelita Julia y todas sus hijas, la ta Nelly, la ta Lidu, la ta
Mele. De Lima llegaba la ta Tuca, el to Leandro, el to Jorge.
el to Ricardo, la ta Estela, la ta Ninfa, de la Oroya llegaban
el to ato y familia. Es decir, se formaba un gran grupo. En el
cortamonte, los varones tambin lucen sus mejores atuendos,
sus impecables ternos, sombreros de paja y pauelo rojo.
Algunos terminan enamorndose de su pareja, ya por la
belleza de la mujer andina, ya por el contacto propio del baile
o por los tragos que degustan en el transcurso de la fiesta.
Danzan y beben hasta muy tarde.
Al otro da es el jalapato, donde la gente del pueblo y
de otros lugares, se convierten en elegantes chalanes, que
montando finos caballos, mulas y hasta burros, le arrancan las
cabezas a los patos colgados en un arco preparado para esta
-
ocasin. Aquel que logra arrancar la cabeza del pato, es el
padrino y luego de dar una vuelta olmpica por todo el
pueblo, seguido por todos los jinetes participantes, regresan a
la plaza y escogen una madrina entre las chicas del pueblo,
quien en una bandeja recoge los restos del pato para preparar
un delicioso aguadito que luego degustan, mientras le siguen
arrancando las cabezas a los otros patos. As son las fiestas
costumbristas, con los desayunos para la banda o la orquesta,
el delicioso y levantador mondongo, las ferias costumbristas,
donde degustaba el delicioso cuy colorado, el puchero, el
lechn, los picarones y otras delicias del pueblo y al compas
de huaynos, mulizas, pasacalles y huaylas, msicas
vernaculares de ese medio, enamoran a las chicas del pueblo o
a las que de otros sitios llegaban. Recuerda Tolucho con
nostalgia y alegra a la chinita su primer amorcito, con quien
se mandaban papelitos romnticos, a la Loquita, y a Mivi,
quienes con su cndida belleza o gentileza compartieron
momentos muy felices de su adolescencia.
Otras fiestas costumbristas, como las del Santiago
Tayta Shanty en los meses de julio y agosto, en las que
nueve meses despus se incrementaba la pequea poblacin,
pues Santiago, hace el papel de Cupido de la sierra, donde los
jvenes se enamoran y terminan la jarana ya en una
habitacin, o tras alguna casa, o en los surcos de papa o de
choclo, pero terminan unidos y felices, gracias a Santiago que
es una fiesta de homenaje a los animales y lo hacen justamente
para que haya abundancia de ganado, por lo que les ponen
cintas multicolores, flores y frutas. Y as, entre otras fiestas, la
de los carnavales, y dems festividades, pasaba sus das
Tolucho, en aquel bello lugar, donde todos eran una sola y
gran familia, que disfrutaban del paisaje, del azul del cielo, de
sus lluvias, de sus chacras, del imponente ro Mantaro, de sus
-
noches de luna, pues como no haba luz elctrica an, la luna y
las estrellas alumbraban sus noches y la hacan mas romnticas
y de ensueo. Del Ro Seco, seco en tiempo de sequa y
caudaloso y bravo en tiempo de lluvias, pues sus aguas
inundaban toda la cosecha de la parte abajo del pueblo
haciendo perder la cosecha. Cuando estaba normal, en sus
aguas frescas y limpias, todas las familias del pueblo iban a
lavar sus ropas a los compases del canto de los pjaros.
El Hondovao, es otro lugar que con sus aguas
cristalinas y tibias de puquio, pues es agua que brota del
subsuelo, era y es el lugar donde muchos lugareos lavan su
ropa y se dan un bao. Yanamuclo, pueblo vecino con las
mismas costumbres y tradiciones, era tambin frecuentado por
Tolucho y sus amigos, cuando haba fiestas costumbristas,
pues haba chicas bonitas. Lo mismo que en Matahuasi,
Sincos, Apata y dems lugares cercanos a su tierra.
-
LA HUIDA
Tendra diecisiete aos y un ao antes recin haba
conocido a su padre, que para l no exista, pues nunca se
haba hablado de l. Su pap era el papabuelo, su abuelito
Silvino, un hombre muy formal y sano, autodidacta, pues con
solo el 1 Ao de Educacin Secundaria, haba sido Profesor y
su mam era mam Shabe, su abuelita, una mujer de su casa y
campesina, que incluso la amamant. Pero de pronto lleg a
conocer a su pap, en una conferencia de prensa que ste
diera al regresar de una capacitacin que tuvo en Canad, para
ser el primer Director de la Escuela Superior de Educacin
Profesional de Huancayo que funcionaba en Palin, All tuvo
su primer contacto con l y desde entonces hicieron una linda
y gran amistad, mas que nada con la seora Celinda, esposa de
su pap, muy generosa ella, quien le brind su cario, conoci
tambin a su hermanita Magaly, una linda chica que le regal
todo el amor de una hermana, tambin conoci a sus
hermanitos Dimas y Silvino, el hermanito menor de la familia,
quien desde muy pequeo era muy curioso y le lea las manos,
indicando el futuro incierto de Tolucho. Mas tarde conocera a
sus dems hermanitos Maritza y Walter, con quienes ahora
comparte una gran amistad y cario.
En Chupaca fue a conocer a sus abuelitos Tefilo y
Adela, a sus tos Gerardo, Lely, Paco y Adela. Tena una gran
familia y no lo saba. Todos ellos lo acogieron con mucho
cario, especialmente su ta Lely que estaba casada con el
propietario de un aserradero. Saban de su existencia.
Haba terminado el cuarto ao de secundaria, cuando
como todo mozuelo, aoraba todo, pero como sucede con gran
-
parte de la juventud peruana, pese a su corta edad tendra
tristes decepciones, amargas experiencias y duros golpes en la
vida, ya en su Gran Unidad Escolar 9 de Julio. Haba ledo a
Csar Vallejo y sus Heraldos Negros, pero l no pensaba que
aquellos golpes en la vida tan fuertes que la vida da, le tocara
a l, pero s, tuvo sus golpes, que no esperaba tenerlos, pero
los tuvo al llegar al extremo de tener que salir de improviso de
su pueblo y huir de casa de sus abuelitos con destino a La
Oroya, hasta donde lleg, porque su padrastro, que era un
chofer, una noche que llegaba de su trabajo, al no encontrarlo
en casa, le increp fuertemente a su madre dicindole que
Tolucho era un vago, que no haca nada y que ya estaba
grandecito.
Escuch desde detrs de la puerta, cuando estaba a
punto de ingresar a su rstica vivienda. All sinti por primera
vez una gran ira contra su padrastro, esas palabras haban
tocado las fibras mas intimas de su ser. Haba concluido el
cuarto ao de secundaria juntamente con sus compaeros
Cristian Salinas, Pelayo Or, Roberto Roque, Carlos Herrera,
Pablo Orihuela y muchos otros. Escuch las palabras de su
padrastro y no supo qu hacer. Sinti rencor, odio y se sinti
muy mal. Era un vago. Lo dijo su padrastro. Ya no entr a la
casa de su madre, se qued sentado all afuera de la casa, en la
puerta trasera, llor y llor y en ese llanto se acord de aquel
huaynito que dice: ay madre, porque tuviste a un hijo tan
desgraciado, en vez de darme la vida, la muerte me hubieras
dado, en vez de darme la vida, la muerte me hubieras dado.
Rato despus se fue a casa de sus abuelitos que estaba al otro
lado, quera contarles lo que haba escuchado, pero no, no se
lo dira a nadie, mucho menos a sus abuelitos, porque eso
provocara disgustos mayores y adems, tena razn el
padrastro, era un vago, esa noche despert de su letargo. No
-
pens jams que por su culpa, su madre tendra problemas de
esta ndole con su padrastro. Lo aborreci, l no haba pedido
un padrastro y despus de llorar mucho, de pensar que es lo
que hara en la vida, en ese llanto de reflexin, surgi la idea
de volar, de irse de ese lugar, porque efectivamente ya estaba
grandecito. En casa de los abuelos, cogi un poco de trigo, de
papa y de maz, pues haba de sobra en casa y ellos no saban
nada de este acontecimiento. A su mam Shabi, su entraable
abuelita, a quien deca mam, le hizo un pequeo comentario y
not su amargura por el trato del padrastro. Al da siguiente,
muy temprano, sin que nadie se percate, con sus alforjas al
hombro estaba ya en la Estacin del tren en Matahuasi, sin
rumbo, sin saber a donde ir, con unas cuantas monedas. En
eso, apareci el tren, el majestuoso tren que se iba con rumbo
a Lima y Tolucho se embarc, para luego ver como se alejaba
de su pueblo, de ese pueblito de sus amores y de donde nunca
antes haba salido, pasaba por los parajes que recorra todos
los das, ya a pie, ya en bicicleta, miraba a la gente que se iba a
sus labores cotidianas y de pronto pudo ver la chimenea de la
casa de sus abuelitos por donde ya sala humo, seal de que
mam Shabi estaba preparando el desayuno, ese delicioso
desayuno que preparaba con mucho amor, con la infaltable
cancha, machca, la papa sancochada con aj, choclito, habas
pao cuando haba - yacuchupe y su agua de cedrn o culn,
al recordar eso, le brotaron algunas lgrimas, pues esta vez ya
no tomara ese desayuno con sus abuelitos, ni con Clemente,
que era el pastor de los animalitos. Ya se iba, se estaba
alejando de su querida familia, esa familia con la que creci,
tampoco almorzara con ellos esa deliciosa sopa de fideos y su
arrocito con papa colorada. Ya no, ya se iba, quiz para no
volver. Ya no tomara su lonchecito ni su merienda, all en esa
cocina calientita por su bicharra cocina de barro donde la
lea le daba una calefaccin natural y donde los cuyes
-
paseaban por sus pies, cual animalitos domesticados,
acostumbrados a la rutina; se acabaron para l esos lindos
momentos, se estaba yendo y de pronto quiso regresar, quiso
bajarse del tren en marcha y regresar, pero no, era peligroso,
adems ya haba tomado esa decisin. Se sent en el piso del
tren y llor, llor desconsoladamente y cuando volvi a
levantar la cabeza ya estaba pasando por Apata, San Lorenzo,
El Mantaro, Huamal, Ataura y Jauja. All se detuvo el tren.
La gente suba y bajaba, unos se iban con rumbo a La Oroya,
otros a algunos otros centros mineros y la mayora se iba a
Lima. Gran cantidad de pasajeros, ancianos, mujeres, nios.
Las personas conversaban, otros contemplaban el panorama y
Tolucho ensimismado, fuera de todo, fuera de si, seguramente
pensando en lo que pasar, iba con una tristeza en el alma,
meditabundo, triste y preocupado por lo que dirn sus
abuelitos cuando lo llamen para el desayuno, cuando vayan a
su cuarto y l ya no est en casa. Pensaba en la reaccin de su
abuelito, pues era una persona muy seria, pensaba en todo;
hasta que por fin, llegaron a La Oroya, donde en aquel
entonces estaba la Empresa CENTROMIN PERU. Una gran
empresa donde se fundan todos los metales de las diferentes
minas. Era el centro metalrgico ms importante del Per.
All se baj, porque saba que en ese lugar trabajaban
muchos maravilcanos, paisanos suyos. El tren sigui su
marcha hacia Lima, arrastrando sus vagones, cual serpiente
gigantesca que avanza sobre las rieles, como dejando una
estela, y l se quedaba solo, en un lugar desconocido, en un
sitio diferente a su querido pueblo de Maravilca. Vea cerros
negros de escoria, los residuos de todos los minerales, no vea
esos cerros lmpidos y verdosos de su valle, vea chimeneas
gigantescas, que nublaban y daban un olor diferente, a
-
residuos de metal, ya no vea el cielo de su pueblo. Vea gente
desconocida, ya no vea a los suyos.
Se qued contemplando el paisaje, ese paisaje negro,
adusto, triste, dio la vuelta y se encontr con cerros pelados,
sin vida, ya no eran esos hermosos cerros de su valle, llenos de
vegetacin. No vea la cantidad de pajarillos que en bandadas
volaban de un lugar a otro, todo era negro, gris, opaco,
nublado por el humo. No saba a donde ir, ni a quin
preguntar, ni qu hacer. Los trabajadores iban y venan con sus
cascos de mineros, muy abrigados, pues all se siente mucho
fro, avanz unos pasos para all, otros para ac, hasta que, por
esas cosas del destino, encontr a don Germn Ovalle, que
tambin viva en Maravilca pero que trabajaba en La Oroya. l
lo llev a su casa, pues conoca a sus abuelitos. Su abuelito
Silvino era una persona notable del pueblo. All les cont lo
que estaba pasando y esa familia le dio posada y le ayudaron a
conseguir trabajo en una panadera primero y ms adelante en
una fbrica de gaseosas. Pese a todo, estaba feliz en aquel
lugar y para su buena suerte don Germn tena a su sobrina
Allica, una chica de su pueblo, agraciada y buena. Se ilusion
con ella y trabajaba tranquilo. En aquel entonces sali un
proyecto del Estado, en el sentido de que las empresas
privadas podran convertirse en empresas de propiedad social,
donde los trabajadores seran accionistas de las empresas, algo
as y hacan muchos comentarios de este proyecto. Era la
comidilla de esos tiempos y Tolucho era el ms entusiasmado
con esta idea y haca comentarios con los dems trabajadores.
Un buen da, el dueo de la fbrica lo hizo llamar y le dijo que
estaba despedido, le pagaron algo y se qued sin trabajo. Y
ahora que hacer?
-
RUMBO A LIMA
Se haba quedado sin trabajo por hablar sobre las
empresas de propiedad social, haba recibido una pequea
liquidacin y con ese dinero, lejos de volver a Maravilca, se
aventur en ir a Lima, a esa gran Lima en donde muchos de
sus paisanos haban triunfado o haban conseguido algo mejor.
Tena un to que viva en Villa el Salvador. Saba que era
albail, l podra darle trabajo, no quera regresar a su pueblo,
sin antes haber conseguido algo, sin antes haber triunfado.
Tena algunos indicios de cmo llegar a ese lugar pues el to
Leandro, cuando iba a Maravilca, comentaba sobre Villa el
Salvador.
Se despidi de don Germn y de su familia, se
despidi de su amiga Allica y esper el tren para irse a Lima.
En el viaje, ya no tena la nostalgia de dejar aquel lugar, mas
bien iba con la ilusin de conocer Lima, la gran capital de la
Repblica. Muchos hablaban de Lima, decan que all est el
desarrollo, que all se triunfa y con ese pensamiento se iba. En
el viaje, gozaba de los hermosos paisajes andinos, pasar por
Ticlio fue una experiencia maravillosa, el fro, los picos
andinos y all arriba una bandera del Per. Ticlio es el paso a
nivel mas alto del mundo, est a 4,860 metros sobre el nivel
del mar. Y as, observando el vistoso panorama, disfrutando
del viaje, pues pasaban por precipicios, como el puente
Infiernillo, de mas de 100 metros, donde se siente estar en el
aire, as como tambin bellos pueblos enclavados en los
cerros, hasta que lleg a una gran urbe, llegaba a Lima, a la
Estacin de Desamparados. Aqu todo era diferente, la gente
caminaba a toda prisa, casi corriendo. Al salir de la Estacin se
encontr con una hermosa residencia, donde haban policas y
soldados, pregunt, que era eso, es el Palacio de Gobierno, le
-
dijeron. Se qued impresionado por la arquitectura. Estaba en
Lima, junto a Palacio de Gobierno. Lo contempl por varios
minutos, dio una vuelta alrededor del Palacio de Gobierno.
Estaba maravillado, pero no poda quedarse mas tiempo
contemplndolo, tena que encontrar a su to Leandro.
Preguntando y preguntando lleg hasta la avenida Abancay,
donde alguien le dijo que all encontrara el carro que lo
llevara a Villa el Salvador, y efectivamente, apareci un bus
de color celeste con blanco que indicaba que iba a ese destino,
pregunt al cobrador si pasaba por el Chifa Tayp, pues en
alguna ocasin su to le haba dicho que viva cerca a este
chifa, el cobrador le dijo que s. Se embarc e iba
contemplando la gran ciudad, edificios altos, muchos carros,
algo al que no estaba acostumbrado, el carro avanz, pas por
el mercado mayorista de La Parada, enrumb a Yerbateros,
volte hacia la derecha y se fue pasando por el hipdromo de
Monterrico, vio que haban cosas bonitas, pasaron por Surco,
luego la Ciudad de Dios, San Juan de Miraflores, Villa Mara
del Triunfo, y volteando a la derecha estaba Villa el Salvador,
un inmenso desierto, donde todo era arena y sol, a pesar que a
esa hora el sol ya estaba de bajada, se poda observar la gran
cantidad de familias que haban invadido esa zona. Infinidad
de casitas de estera y de cartn poblaban el arenal. Se puso
muy cerca del cobrador para que le avisara cuando llegue al
chifa tayp, se impresionaba al ver como la gente estaba en
ese inmenso arenal, era grande Villa el Salvador. Hasta que
por fin, el cobrador dijo: los que bajan en el chifa tayp! y
Tolucho se baj. Pudo apreciar que esa era la ltima parte de
la invasin, porque luego se vea un inmenso arenal,
despoblado an y al fondo, muy lejos el mar. Ya estaba en el
lugar indicado, haba un mercado y ahora l no saba a donde
ir. Avanz unos pasos y lleg a una tiendita, donde pidi una
gaseosa para de esa manera preguntar si conocan a don
-
Leandro, su to. Grande fue su sorpresa y alegra, al ver que el
dueo de la tienda era don Guado Bonilla, un maravilcano,
casado con doa Irene Guevara, tambin de Maravilca, le
preguntaron quien era y el les dijo que era Tolucho, el nieto de
don Silvino, lo reconocieron y lo acogieron con alegra. El to
Leandro, viva al costado de esa casa y justamente cuando
estaba por terminar de beber su gaseosa ingresaba el to y
reconocindolo lo abraz, dicindole: Tolucho cmo has
llegado?. Fueron a su casa y all lo acogi. El to, viva con
su mam, la abuelita Maya. Era albail y haba construido una
casita muy pequea pero de material noble, era la nica casa
de material noble y la fachada era de cara vista. Destacaba
en toda la invasin, porque las dems casas eran de estera. Al
frente, haba construido un tanque grande para almacenar
agua, el to compraba agua de las cisternas y lo venda a los
vecinos. Esa fue la primera chamba de Tolucho al llegar a
Villa el Salvador, vender agua. En ese lugar la vida era muy
dura, no haba en aquella poca, ni luz, ni agua, ni desage.
Las noches eran con velas y lamparines. No haban servicios
higinicos, sus necesidades fisiolgicas lo realizaban en el
arenal, tenan que caminar en el da, ms o menos un
kilmetro, hasta donde la vista no alcanzaba a reconocer quien
estaba sentado. En las noches, en cambio, caminaban mucho
menos, pues la oscuridad les permita orinar o defecar cerca.
El arenal era un inmenso bao y se puede decir que cada
familia tena su sector. Atrs quedaba su cmoda vida en
Maravilca, ahora tena que trabajar para comer y pasar todas
esas calamidades.
Con su to, aprendi la dura faena de la construccin,
aprendi a preparar la mezcla de cemento con piedra para los
cimientos, con hormign para los falsos pisos, con arenilla
para las paredes, aprendi a encofrar columnas, aprendi a
-
asentar ladrillos, aprendi a cargar latas llenas de mezcla
cuando se llenaban los techos, aprendi a levantarse muy
temprano, porque despus de haber contado cientos de
carretillas buggy de material y preparar la mezcla, recin tena
derecho al desayuno. Leandro era un buen to, pero
explotador. Los peones, en tiempo de vacaciones, eran sus
sobrinos Tolucho, Rodrigo, Mauco, Octavio, pues a ellos les
daba una propina y as la mano de obra le sala ms barata.
Los fines de semana, los llevaba al Cine Susy y luego un
pollito a la brasa. En la semana siguiente los llevaba al burdel
El Trocadero en el Callao, para que conozcan y aprendan
las cosas de los hombres. As es como fue aprendiendo las
cosas de la vida, las cosas del mundo, as es como conoci La
Oroya y luego la gran Lima.
Pasaban los das, y como ya se acercaba la poca
escolar decidi quedarse en Lima para terminar su educacin
secundaria, previamente le consult a su ta Tuca si poda
quedarse en su casa para estudiar, a lo que la ta acept
gustosa. Le estaba gustando Lima, pues ya haba aprendido
algo de construccin, ya poda defenderse y de vez en vez se
escapaba al Trocadero. Incluso, con el to Leandro en
algunas oportunidades, haban caminado hasta el mar, para
pescar unas lornas, que la abuelita Maya los preparaba.
As concluyeron aquellas vacaciones, trabajando con
su to Leandro, con Aroldo y con otros muchachitos que se
dedicaban a este duro trabajo y se fue a casa de la ta Tuca,
que era una mujer que muy joven enviud, era muy generosa y
buena, ella haba sacado adelante a gran parte de la familia, al
to Leandro, al to Jorge, al to Chino, y ahora lo estaba
acogiendo en su casa y Tolucho estaba aprendiendo a
compartir con aquellos nuevos hermanos, los hijos de la ta
-
Tuca, Abraham que era un suboficial de Inteligencia del
Ejrcito, chato, pelao, alegre, jaranero, le decan Pajarraco.
Su primo Rodrigo que ya haba concluido la secundaria y era
postulante a la Universidad Mayor de San Marcos, era mas
bien serio, formal, algo bromista y estudiaba mucho, muchas
veces fue su alumno y con el pretexto de ensearle, se
amanecan estudiando. Le hizo un gran bien. Manuel, que
estaba en la Secundaria era parco, hablaba poco y Zenaida
tambin estudiante de la secundaria, era la ms coqueta de la
cuadra, flaquita, esbelta, era una lady, se la pegaba de seria, no
le gustaban las bromas, pero era buena gente. Para entonces, la
ta Tuca tena un segundo compromiso con David, un curtido
Tcnico del Ejrcito, de la escuela vieja, era paracaidista y
maestro armero, y a quien Tolucho no conoca personalmente,
porque cuando lleg a casa de ta Tuca, David estaba
destacado en el Medio Oriente con el Batalln Per. Haba
dejado a sus hijos Petty y David, muy pequeitos. En casa de
ta Tuca, cada uno cumpla una obligacin, todos ponan la
mano, unos barran, otros enceraban, otros limpiaban las
ventanas, cada uno lavaba sus prendas all aprendi a lavar
y despus de cada comida, se turnaban para lavar los trastes, e
incluso cocinaban. Al costado de la casa viva otra familia, que
tambin provenan de la sierra y siempre escuchaba las letras
de un huayno que dice: hoy estoy aqu, maana donde
estar, pasado maana a lo que Tolucho, palomilla, cada
vez que se pona a lavar cantaba: hoy estoy aqu, maana me
voy, pasado maana donde estar, mas pasado maana
quiz volver.
Y as entre estudio, como pen del to Leandro los
fines de semana y la venta de mandiles que la ta Tuca
confeccionaba y el los llevaba a vender a La Parada, en
compaa de su prima Shena, y siempre tratando de vender
-
ms mandiles, para comer un delicioso vaso de arroz con leche
que preparaban en La Parada, nuestro personaje estaba
cursando el quinto ao de secundaria. Olvidaba decir, que para
lograr una vacante en el Colegio, su to Jorge, que era amigo
del Director, le consigui la vacante, pero el to era un
palomilla y viendo la inocencia del mozuelo, le dijo: hijito, ac
en Lima, los que vienen de otro Colegio tienen que raparse la
cabeza, en seal de que son alumnos nuevos, y Tolucho se
rap la cabeza, siendo la burla de sus nuevos compaeros de
clase, en tanto el to lo disfrutaba.
As se estaba acostumbrando a esa nueva familia, a esa
nueva mam y a esos nuevos hermanos, cuando de pronto
regres David del Medio Oriente y luego de la bienvenida y la
alegra de su retorno, notaron que haba regresado
sencillamente traumado, segn l, por la diferencia que
haba entre nuestra cultura y la de aquellos pases. Todo estaba
mal, que el sistema, que su jefe, que la polica, que la basura,
que los huaynos, que la misa, que la ropa, es decir, haba
estado unos meses por all y haba visto tanta diferencia y l
ya quera cambiar el mundo. Era un tipo renegado y renegn.
Tolucho cursaba el quinto ao de secundaria. David, como
dijimos, era un curtido militar y le gustaba beber cerveza y
muchas veces llegaba ebrio a la casa, y como quera seguir
tomando y no tena con quien hacerlo, llamaba a Tolucho,
muchas veces, cuando ya estaba durmiendo, por lo que, entre
gustoso y de mala gana, pues no poda decirle no a quien en la
prctica lo estaba manteniendo, aceptaba compartir algunos
tragos. David haba trado del Medio Oriente la indumentaria y
la msica rabe. Ya en tragos, se vesta con esos trajes y con la
msica se pona a bailar. Era un chiste y Tolucho tena que
seguir e imitar los pasos de David shaloon, shaloon- deca,
pues no poda bailar solo. David era paracaidista y mezclaba
-
su danza con algunas poses de los paracas. Esto suceda
todas las semanas. David, era el to y no le poda decir no,
hasta que David, ya ebrio, se echaba a dormir.
En el Colegio, conoci nuevos amigos y amigas, sus
compaeros de clases y como era empeoso y algo estudioso,
ya sobresala en el saln y por eso se acercaban algunas
chicas, para que l les ensee. Lo haca gustoso, su compaera
Juana Elvira era su preferida, a ella quera ensearle ms y
ms. Ella era una chica muy linda y dcil. No cabe duda, le
gustaban las chicas bonitas. As concluy el ao, con una
fiesta de promocin, lleno de ilusiones, pues ya haba decidido
postular a la Fuerza Area, porque varios compaeros de su
saln iban a postular all y ellos lo haban animado. Para eso,
tena que tener todos sus documentos en regla, los certificados
de estudios, partida de nacimiento, y otras cosas que pedan,
por lo que, tuvo que viajar a su tierra, para gestionar esos
documentos.
-
DE REGRESO A MARAVILCA
Cuando lleg a Maravilca, despus de mucho tiempo,
l solo deseaba obtener sus documentos del Colegio, sus
partidas de nacimiento y de bautismo, es decir, lo necesario
para regresar a Lima y postular a la FAP. Como no regresaba
desde que se escap, fue objeto de muchas llamadas de
atencin, de consejos, de todo; y cuando l hizo el comentario
de que haba regresado solo para llevar sus documentos,
porque quera postular a la Fuerza Area, todos pusieron el
grito en el cielo. No, no y no, esa fue la respuesta unnime.
Todos se opusieron, mas que nada en seal de escarmiento,
haba huido de su casa y eso no era bien visto por la familia.
Por lo que, nadie quiso apoyarlo, ni sus abuelitos, ni su mam,
ni su to. Le dijeron que all en Huancayo, estaba la
Universidad y que postule all, que para eso si, contaba con el
apoyo de la familia. Sus ilusiones, sus esperanzas se
esfumaban, para qu regres?, se deca. Hasta la chica con
quien se mandaban papelitos romnticos, le cantaba a que
volviste, ya no te necesito, puedes marcharte, ya no me
interesas; es demasiado tarde mi corazn ya tiene otro
dueo, cario verdadero, no como el tuyo, amor voluble.
Tuvo que obedecer a su familia, a sus abuelitos
principalmente, por lo que, no teniendo otra alternativa, se
qued en Maravilca, all estudiaba en el corredor de la casa de
donde se escap. En ese lugar haba una mesa grande con sus
bancas de madera. Era amplia aquella casa, su abuelito la
haba construido pensando en todo. All estaba la planta de
culn, en medio de un hermoso jardn, all estaba el pozo de
donde sacaban agua para beber, para baarse, para cocinar.
Era un lugar encantador aquel corredor y all estudiaba
Tolucho. En algn momento lo matricularon en alguna
-
academia preuniversitaria, a donde l iba casi a la fuerza. No
era lo suyo, los das de estudios se hacan tediosos, hasta que
por fin, lleg el da del examen de admisin a la Universidad
Nacional del Centro del Per. Se present a la Facultad de
Arquitectura, hasta donde lleg sin tener la seguridad de
ingresar, pues, no era lo suyo, pero fue a dar su examen, algo
haba estudiado. Dio su examen y regres a casa y al da
siguiente no quiso ir a ver los resultados, no se senta seguro.
Entonces el to Dishe, hermano de su mam, se fue hasta
Huancayo para averiguar el resultado. Cuando el to regres a
Maravilca, estaba rebosante de alegra, estaba contento, pues
haba visto su nombre en la relacin que pegan en la
universidad, pero con la emocin propia del momento, no se
haba percatado que el nombre de nuestro personaje estaba
debajo de la raya de los ingresantes. Lleg al pueblo muy feliz
y avisando a todos los que se encontraban con l, que Tolucho
haba ingresado a la universidad. Los amigos, familiares y
dems mozuelos se dieron cita frente a la casa de don Silvino
y de doa Sabina, sacaron tijeras, le cortaron el cabello,
celebraron y se divirtieron. Tolucho estaba feliz y se daba
consuelo, no voy a ser FAP, pero ser profesional se deca.
Al da siguiente, muy temprano, Tolucho que ya senta
universitario, lo primero que hizo fue comprar una boina,
pues estaba de moda el Che Guevara y de all, con la
seguridad del caso, se dirigi a la Universidad. Grande fue su
sorpresa y decepcin al ver que su nombre estaba dos nombres
debajo de la raya de los ingresantes. Que vergenza y como es
de suponer, deambul meditabundo primero por las veredas de
la universidad y luego por las calles de Huancayo, que era una
gran ciudad. No saba que hacer, no haba logrado ingresar a la
universidad, pero ya haba celebrado el ingreso. No le quedaba
otra alternativa, regres a su pueblo, casi de noche, para que
-
no lo vieran, avergonzado, triste y cabizbajo, pues haba
celebrado en vano y lo haban pelado en vano. Cuando lleg
a casa y cont lo sucedido, nadie le crea, el to Dishe le deca:
pero si yo he visto tu nombre, seguramente te han sacado del
cuadro, te han hecho la trafa. No es posible. Pero ya nadie le
crea. Toda la familia estaba triste y trataban de consolarlo. El
estaba derrotado. Si me hubiera ido a Lima, ya estara en la
FAP, pensaba.
De esa manera, an cuando lo consolaron y le
ofrecieron toda clase de apoyo, qued frustrado. Y pasaba sus
das en su pueblo, con la rutina de la familia y del pueblo.
Algunos amigos se burlaban de l, por haber celebrado el
ingreso y no haber ingresado. Otros le daban consuelo, pero de
nada le serva. La vida continuaba apacible y tranquila en su
querido pueblo de Maravilca, al son de los huaynos y del
cantar de los jilgueros, gorriones y chihuacos. Sala con sus
amigos y casi siempre volva ebrio, haba tomado saltapatrs y
estaba cayendo en las redes del alcohol. En aquel entonces, sus
amigos le haban puesto el apelativo de Ayrampito, pues
gustaba cantar un huayno muy triste de la Flor Pucarina que
dice: Estoy muy triste en la vida, malhaya mi destino
ayrampito, como quisiera tomar chichita de tus flores, as
podra beber el nctar del olvido ay ayrampito, ayrampo,
slo t sabes mi dolor, el dolor que estoy llevando aqu
dentro de mi pecho, quiz por que perda las esperanzas de
ser alguien en la vida, quiz porque no tena a la mano a su
pap en quien cobijarse y llorar y que luego le dijera: adelante
hijo, no te preocupes, t podrs. Tampoco tena a la mano a su
mam a quien decirle sus cosas, pues ella estaba atareada con
sus labores de mam, de sus hermanos menores y de su
padrastro, tampoco poda cobijarse en sus abuelitos, pues pese
a haber vivido y crecido con ellos, no le haban brindado tanta
-
confianza y cario como para contarle sus cosas. O quiz el
mismo hecho de haber hudo, no le permita echarse a los
brazos de ellos y pedirles que le dieran otra oportunidad.
Haba regresado de una fuga y estaba solo. En su
pensamiento siempre estaba Lima, pues a Juana Elvira le haba
dicho que pronto regresara y una de sus chicas de Maravilca
cuando le coment que le gustara irse, ella en una ocasin le
cant: Me dices que te vas, pues anda vete y no vuelvas a
cruzarte en mi camino, fuiste mi gran amor, mi gran
cario
As pasaba sus das, cuando haba labores agrcolas se
iba a cultivar la tierra, a lampear, a desyerbar; cuando no
haba, se iba a los cercos, a la orilla del Ro Seco o del Ro
Mantaro, a contarle sus penas a esas aguas, a contarle sus
proyectos a esas piedras de las orillas de los ros, a decirle a
los rboles su frustracin, pero no perda las esperanzas,
siempre lo vean por el chimpacerco, siempre gustaba
recorrer el camino de los incas, ese caminito bordeado de alas
y gigantones, como imaginndose chasqui. A veces
encontraba algn amigo y se ponan a conversar, a veces se
encontraba con algunos hombres maduros y tambin
conversaba con ellos. Gustaba visitar a su ta Esther que viva
al final de ese caminito, all pasaba algunos momentos
conversando con sus primas toya y amicha; a veces
visitaba a su amiga Betty y as pasaban los das, hasta que una
buena tarde de agosto de 1976, cuando ya tena veinte aos de
edad, no teniendo nada que hacer, se puso a pintar la fachada
de la casa de su mam, que viva cerca a la de los abuelitos,
cuando ya atardeca, haba pasado el tren que vena de Lima y
al rato apareci en aquel lugar su primo Mauco, hijo de la ta
Tuca, con quien ya haba compartido en Lima, y que traa
-
justamente el encargo de llevarlo a Lima para que postule a la
Escuela Tcnica del Ejrcito.
Tolucho estaba feliz con la idea, su ta Tuca se haba
acordado de l, ella lo rescatara, pero todos se opusieron: los
abuelitos, la mam, el to. Pero Mauco, pese a su corta edad,
pues era menor que Tolucho, tena la consigna de llevarlo
como sea, haba trado una carta de la ta Tuca, donde les deca
que ella se iba hacer cargo de su sobrino, que no se preocupen
de los gastos y Mauco les hablaba del futuro incierto que
estaba viviendo, de la oportunidad que poda perder si no se
iba a Lima, de que en Maravilca no haba futuro, es decir, les
dijo de todo, hasta que, luego de muchos ruegos y
explicaciones, luego de lgrimas y de muchos consejos, los
abuelitos, con quienes creci, aceptaron su viaje a Lima, a esa
gran Lima que todos soaban como el lugar de la superacin,
como el lugar de la esperanza.
-
EN POS DE UNA VACANTE A LA ETE
Convencidos los familiares de Tolucho, que
efectivamente aquel muchachito necesitaba otra oportunidad
para salir adelante, como si las aguas del Ro Seco y del Ro
Mantaro lo hubieran escuchado, como si aquellas piedras de
sus orillas hubieran comprendido sus aoranzas, como si los
rboles de los cercos, mudos testigos de sus sufrimientos, se
hubieran confabulado a su favor, aquella noche mam Shabe
prepar una deliciosa cena.
Haba llegado Mauco y por eso ella mat algunos
cuyes y prepar el cuy colorado. Durante la cena, los consejos
continuaban, principalmente por parte de papabuelo, que el
buen comportamiento, que hay que ser respetuosos, que hay
que ser puntuales, es decir, toda clase de consejos, y al final,
su bendicin. Igual mam Shabi tambin dijo algunas palabras
entrecortadas por su llanto, porque Tolucho era como su hijo
menor y se iba. Su mam tambin estuvo en esta despedida,
ella le dio su bendicin. Le decan que se cuide mucho, que
sea obediente y otros consejos ms. Aquella noche
participaron en aquella cena toda la familia, excepto su
padrastro. Su mam estaba feliz, porque quiera o no, el tenerlo
en casa sin hacer nada, incomodaba al padrastro. Al irse, ya no
tendra mayores inconvenientes. Al da siguiente, muy
temprano salieron de casa con rumbo a Lima en el tren del
Ferrocarril Central, aquel tren que tiempo atrs lo llev a La
Oroya. Recorrieron esa senda hacia la superacin, ya no tuvo
pena de abandonar su tierra, slo tena la ilusin de postular y
ser alguien en la vida.
Llegaron a Lima, y ya en casa de la ta Tuca, ella lo
recibi llena de alegra, su carta haba sido leda por sus
abuelitos y por su mam. Tolucho se puso a estudiar con
-
mucha ilusin, as como tambin se preocup por entrenar
fsicamente para postular a la Escuela Tcnica del Ejrcito.
Sala a correr de madrugada. Iba desde San Juan de Miraflores
hasta Chorrillos, a la playa de Agua Dulce. All haca sus
ejercicios, abdominales, planchas, barras, carreras. Regresaba
corriendo, estudiaba, ayudaba a su ta en algunos quehaceres.
Como le faltaban recursos, en algunos momentos libres, su to
Jorge que era controlador de una lnea de buses que haca la
ruta entre Villa el Salvador y Acho, la lnea Banchero, unos
buses de color amarillo y celeste, le dio trabajo como
cobrador. All ganaba algo, y as pasaba sus das, entre
estudio, entrenamiento fsico, cobrador, los fines de semana le
deca a su to Leandro para llenar columnas o llenar techos. Ya
iba conociendo algo de la realidad peruana en Lima o mejor
dicho, iba comprendiendo su realidad, por eso, en esos duros
avatares de la vida, ya tena tres grandes alternativas para
vivir: si no ingresaba a la Escuela Tcnica del Ejrcito,
postulara para ser soldado y si no lo admitan, sera cobrador
en la empresa que controlaba su to. Ese fue su pensamiento.
Con eso pensaba salir adelante, pero ya no quera regresar a su
tierra y pasar malos momentos.
Empezaron los exmenes, se entreg de lleno a esa
tarea, tena que madrugar, para ello utilizaba el terno de su
primo Abraham, los zapatos de su primo Rodrigo. Antes de
salir reciba los consejos de su ta Tuca y de sus primos.
Luego al paradero de carros con destino a Chorrillos, all se
encontraba con otros jvenes que tambin iban con terno al
mismo destino, al entablar conversacin se daba con que
tambin eran postulantes a la ETE, todos con ese mismo deseo
de ingresar. Llegaban a Chorrillos a la altura de la crcel de
mujeres, de all caminaban raudos hasta la Escuela, all los
hacan esperar afuera, y cuando ya haba un buen grupo los
-
hacan pasar. Competa con todo tipo de jvenes, unos altos,
otros de buena contextura, agarrados, altos y fornidos.
Tolucho era un flaquito y cholito, pero ah estaba, en busca de
conseguir una vacante. Muchas veces ya en plena prueba se
deca creo que esto no es para mi, pero se daba valor, tena
que luchar, tena ingresar y an cuando a veces ya no poda,
sacaba fuerzas de flaqueza y lograba aprobar cada uno de los
exmenes programados, principalmente los de esfuerzo fsico,
luego vendra el examen mdico, psicotcnico, de
conocimientos y todos los dems. Faltaba el examen de
entrevista personal. Cuando lleg esa prueba le preguntaron
si esta aula es un cubo, como lo es y este lado mide cinco
metros, cual es el volumen? Tolucho contest: 125 metros
cbicos, seor. Puede retirarse, le dijeron. Con eso, terminaron
con la serie de exmenes y como eran varios grupos, ahora
tena que esperar que todos esos grupos terminaran y luego
esperar los resultados.
Los das pasaban, era octubre, un promedio de mil
postulantes esperaban el resultado final y slo haba
trescientas vacantes. En tanto, se puso de cobrador en los
buses que controlaba su to y otros das como ayudante de
albail con su to Leandro. En ese entonces en San Juan de
Miraflores, en aquella cuadra donde viva, haba un Cadete de
la Escuela Militar. Era Luis Alberto, un vecino y cada vez que
sala de la Escuela y llegaba al barrio, con su impecable
uniforme, era objeto de admiracin por parte de nuestro
personaje. Pero tambin era objeto de imitacin, pues Tolucho
lo imitaba en su caminar y en sus maneras. Su ta se rea de
esta actitud.
Lleg el da en que iban a dar los resultados del
examen de admisin, todos los postulantes que haban
-
aprobado el examen de entrevista personal, estaban a la
expectativa, contentos y preocupados, vestan terno, y para
eso, como ya dijimos, us el terno de su primo Abraham y los
zapatos de su primo Rodrigo. Rogaba a Dios que le concediera
la dicha de ingresar. Era casi obligatorio por su situacin, por
su condicin, porque sino tendra que postular para ser soldado
o cobrador de buses o ser pen o ayudante de su to Leandro
en el duro trabajo de construccin. Ya estaban en el patio de
la Escuela, los mil postulantes, esperando ansiosos los
resultados. En eso, apareci un Comandante de apellido
Seminario y sin ms, con una relacin en la mano, comenz a
llamar, indicando que los que eran llamados se ubiquen en tal
lugar. Llamaba y llamaba, hasta que Tolucho escuch su
nombre y se fue corriendo al grupo donde formaban los que
haban sido llamados. All haba una gran incertidumbre, unos
decan que eran los ingresantes, otros decan que eran los
desaprobados.
Trescientos nombres se hicieron largos, todos estaban
a la expectativa, hasta que termin y el comandante dijo:
Muy bien seores, ustedes son los que han tenido el alto
honor de ingresar a la Escuela Tcnica del Ejrcito
Felicitaciones. Alegra, emocin, felicidad en aquellos
rostros de jvenes que haban logrado alcanzar una vacante.
Tolucho saltaba de felicidad, estaba alegre, abrazaba a uno,
abrazaba a otro, pensaba en su ta Tuca, en sus abuelitos, en su
mam. Dio gracias a Dios, porque lo haba escuchado, se
acord del Ro Seco y del Ro Mantaro, se acord de sus
piedras, de los arboles, de todos aquellos objetos o cosas con
quien en su soledad haba conversado pidindole que lo
ayuden. Derram algunas lgrimas de emocin. Haba logrado
ingresar a la ETE. Sin embargo, en medio de esa dicha, logr
-
apreciar la tristeza, la decepcin y la amargura en aquellos que
no lograron el ingreso.
Pasado ese momento de euforia, el Comandante los
calm de un solo grito. Silencio por favor! Dio las
indicaciones del caso y dijo que en la Guardia de Prevencin
recogieran, una lista de tiles que tenan que llevar consigo los
ingresantes el da 21 de octubre, da de su incorporacin.
Recogi su lista, era una larga lista de cosas de dnde iba a
sacar plata para comprar todo eso? Su ta Tuca ya lo haba
ayudado, su to Leandro tambin, su to Jorge hizo lo propio.
Sus abuelitos no creo que quieran ayudarlo. Pero bueno, con
esa lista se fue a casa de la ta Tuca, feliz.
Al llegar a casa de la ta Tuca, les dio la noticia de su
ingreso, y ella se mostr muy feliz, prepar un almuerzo
especial, pues haba logrado que su sobrino querido, a quien
rescat de los momentos tristes que pasaba en Maravilca,
ingrese a la ETE. David, aquel curtido Tcnico que haba
regresado del Medio Oriente, sus primos Abraham, Rodrigo,
Zenaida y Manuel, as como los vecinos y algunos
compaeros con quienes haba concluido la secundaria, se
acercaron a la calle Bertonelli y lo felicitaban por su ingreso.
Haba logrado su propsito. All estaban Jorge Izquierdo, el
chino del frente del que Shena estaba enamorado y otros
vecinos.
-
LA INCORPORACION A LA ETE
Tolucho, aquel mozuelo que deambulaba en su pueblo
de Maravilca, aquel que haba disfrutado de las fiestas
costumbristas en su pueblo, aquel pueblito que conserva
intactos algunos pasajes del camino de los incas, ese caminito
que le gustaba recorrer porque estaba rodeado de alas y
gigantones llenos de espinas, haba logrado alcanzar una
vacante en el proceso de admisin a la Escuela Tcnica del
Ejrcito y luego de haber degustado un delicioso almuerzo en
casa de su ta Tuca con sus primos Abraham, Rodrigo,
Zenaida y Mauco y luego de haber compartido con algunos
vecinos de la Calle Bertonelly en San Juan de Miraflores,
quienes se acercaron para felicitarlo por su ingreso, esa misma
noche viaj a Maravilca, a contarles a sus queridos abuelitos,
a su mam y a sus amigos lo que haba logrado. Para l
constitua una hazaa su ingreso a la ETE, por la cantidad de
exmenes que tuvo que aprobar, pero cuando lleg y les cont,
ellos, lejos de alegrarse y felicitarlo, pues en una oportunidad
ya haban celebrado en vano, denotaban cierta tristeza unos y
envidia otros. Le reprochaban y le decan que en el Ejrcito lo
iban a maltratar y que nunca ms iba a volver a su terruo. As
fue. Nunca ms regres a su tierra a quedarse buen tiempo, iba
solo unos das. Pero l haba ingresado y tena que comprar la
tremenda lista de cosas que le pidieron para su incorporacin.
Y encima llegaba a pedir. Su mam le ayud con algo, pues no
contaba con los recursos suficientes. Su to Dishe tambin lo
apoy, sus abuelitos pusieron su cuota an con cierta
desconfianza, pero faltaba. Tuvo que acudir a su pap, a quien
haba conocido hace poco, quien para darle un poco de dinero
le increp y le dijo que mejor hubiera postulado a la Escuela
de Oficiales. Como si alguna vez aqul pap lo hubiera
educado, o al menos le hubiera brindado el calor de padre que
-
todo nio necesita, como si en algn momento hubiera hecho
algo por ese hijo abandonado, como si l le hubiera dado su
calor y su amor en los momentos difciles. Tolucho slo
escuchaba cada palabra que cada quien le daba, l solamente
quera comprar las cosas que le haban pedido para su
incorporacin y as, con todo lo que recolect, y con su
amiguita que tena en Chimpamarca, fueron al Mercado de
Huancayo para hacer las compras. All, su amiga, que siempre
fue muy generosa con l, tuvo que poner algo de su dinero,
porque lo que haba juntado le falt. Con todos los pedidos de
la lista, viaj a Lima y aquel 21 de Octubre se incorpor a la
que se convertira luego en su alma mater.
Aquella maana inolvidable, el sol brillaba
esplendoroso en Chorrillos, con el terno de su primo Abraham
y su bolsa beige donde llevaba sus tiles, haba llegado
acompaado de su prima Zenaida, ella tena que recoger el
terno y los zapatos y de paso saludaba a los chicos ingresantes.
Estaban frente a la Escuela y desde el exterior lo contemplaba
y le deca a su prima, Primita a partir de hoy da esta es mi
Escuela. Se senta orgulloso, ya no postulara para ser
soldado, ya no cobrara ms en los carros que controlaba su to
Jorge, ya no sera mas pen de construccin con su to
Leandro, ya no, se haba convertido en alumno de la Escuela
Tcnica del Ejrcito.
Ya en su interior, los trescientos jvenes formaron en
el Patio de Honor, de pronto apareci el Director que era un
Coronel del Ejrcito, quien con palabras elocuentes les dio la
bienvenida y luego de felicitarlos por haber conseguido una
vacante, les dijo que haban ingresado para prepararse para la
guerra, para la guerra convencional y la guerra no
convencional, y que, todos ellos, lejos de defender los
-
mezquinos intereses de pequeos grupos, haban ingresado a la
Escuela para formarse como soldados tcnicos y para defender
los sagrados intereses de la patria. Era el Coronel Jos
Francisco Olivera Larribieri.
Cuando se fue el Coronel, apareci un grupo de
alumnos del tercer ciclo, quienes se repartieron a los
ingresantes en grupos de treinta. Ellos los llevaron hasta los
almacenes y all les entregaron los uniformes militares,
pantalones, camisas, gorras, correa, medias y borcegues, a
algunos les tocaba pantalones grandes, a otros camisas chicas,
entre ellos cambiaban tratando de buscar sus tallas. Todo era
rpido, no como en casa, que se demoraba un montn para
ponerse el pantaln o la camisa. Una vez uniformado, de
cualquier manera, salieron formados al patio de honor, donde
estaban los familiares, esperando las bolsitas con sus ternos,
para que se lleven a casa. Entregaron sus bolsas y se
despidieron de sus familiares. Zenaida recogi su bolsa beige
y junto a todos los dems familiares regresaron a sus casas.
Se quedaba en su Escuela a merced de 250 alumnos de
la primera promocin, muy buenos y ejemplares alumnos y
500 alumnos de la segunda promocin, speros, odiosos, solo
pensaban en masacrar a los perros, vidos de vengarse de
lo que a ellos le haban hecho.
Desde el Patio de Honor, que est a la entrada de la
Escuela, aquellos alumnos que luego les dijeron que eran los
monitores los llevaron en una marcha del pato hasta el
otro patio. La marcha de pato, era ponerse en cuclillas, con las
manos en la cintura y as caminar imitando a los patos. Nunca
antes haban hecho semejante ejercicio, en unos cuantos pasos
ya les dola la pierna, ya les quemaba el muslo, pero los
monitores eran implacables, no permitan que hablen y les
-
preguntaban: quema? Y todos contestaban: s!, a lo que ellos
contestaban: soplen! Y al que por algn motivo se paraba un
segundo, lo llevaban a la cola, para que camine ms despacio
en esa posicin. Acababan de incorporarse y ya comenzaban
los maltratos pero si acabamos de incorporarnos - decan;
as, empezaron su vida en la Escuela, con la marcha del
pato, y mientras caminaban como patos, los monitores les
iban diciendo, que de all en adelante, que a partir de esa fecha
se llamaran perros, porque as les denominan a los jvenes
peruanos que tienen el honor de ingresar a la Escuela Tcnica
del Ejrcito, estaban en manos de los alumnos de segundo y
tercer ciclo. As llegaron hasta el otro patio, all estaban las
cuadras donde vivirn, los monitores sacaron una cama
camarote, y uno de los instructores militares, les hizo una
demostracin de la manera cmo debe estar tendida la cama,
de tal modo, que si tiras una moneda, sta debe rebotar.
Hicieron la demostracin de cmo se debe dormir, deben
dormir en atencin, bien baados, los pies con talco y la
pijama limpia. En la Escuela no debe haber malos olores. A
ver, usted, tienda la cama!, varias demostraciones y ya saban
como tender su cama y como deban dormir en adelante. Atrs
quedaban las otras formas de dormir, ya no dormirn de
costado ni boca abajo, ahora dormirn en atencin, bajo pena
de sancin Tambin les ensearon que en la Escuela, los
perros no caminan, los perros se desplazan al paso ligero y
cuando tengan que cruzarse con algn superior, adoptan el
paso de desfile para el saludo correspondiente y luego siguen
al paso ligero. Aprendieron que la posicin de atencin es con
la mirada al frente, el pecho sobresaliente, el vientre sumido,
barbilla recogida, las manos pegadas al cuerpo, deba tener mil
arrugas en la espalda. All se acord de Luis Alberto, el
Cadete. Ahora ya no lo imitara, ahora lo tena que hacer
-
porque era alumno de la ETE. Indicaciones por aqu,
indicaciones por all.
Aquel da, despus de la marcha del pato, despus
de haber aprendido a tender la cama, despus de haber
aprendido la manera correcta de dormir, les hicieron entrega
de su cuadra, la cual estaba reluciente. Las instalaciones de la
Escuela eran nuevas y las cuadras, con sus respectivos
camarotes y roperos tambin. En estricto orden alfabtico, les
hicieron entrega de estos. Les asignaron sectores de
responsabilidad en la cuadra, en los pasadizos, en los baos y
hasta en los jardines. En ese trajn, lleg la hora del almuerzo,
y los perros que desde muy temprano no haban probado
bocado alguno, por fin llevaran algo a sus estmagos;
formaron todos los alumnos alrededor del patio. Era el
batalln de alumnos, eran muchos alumnos, Tolucho haba
escuchado que los del tercer ciclo eran doscientos cincuenta,
quinientos eran del segundo ciclo y ahora trescientos perros.
Haba ms o menos mil alumnos en esa Escuela. Un alumno
del tercer ciclo tomaba el comando de la Escuela y a pesar que
el patio era inmenso se dejaba escuchar su voz, todo era voz de
mando: Batalln descanso!... Batalln atencin!, que
cuando el batalln se pone en descanso la Escuela debe
temblar, Batalln descanso!... Batalln atencin!.
Aparece un Suboficial, Batalln descanso!... Batalln
atencin!... permiso mi Suboficial, el batalln est formado
para el rancho! Aparece un Oficial, Batalln descanso!...
Batalln atencin!... permiso mi Capitn, el batalln est
formado para el rancho! el Servicio de Da pide parte, los
oficiales de da, dan parte al parte al capitn de da y ste da
parte al jefe de cuartel. Pero para cada parte Batalln
descanso!... Batalln atencin! El Jefe de Cuartel, da las
indicaciones del caso, Batalln descanso!... Batalln
-
atencin!... A la derecha derecha!... Paso de desfile de
frente marchen!... El Jefe de Cuartel est en la tribuna
observando el desfile de los alumnos, todos van al paso de
desfile, los monitores dando las instrucciones, un, dos, un, dos,
un, dos, lleve el paso, alinearse, mirada al frente, los brazos a
la altura del hombro, un, dos, un, dos. El Jefe de Cuartel,
ubicado en la tribuna, est indicando que tal seccin no pas
bien, que se ponga a la cola, un, dos, un, dos, un, dos, los que
pasaron a la cola, en marcha del pato, por haber hecho
quedar mal a su monitor, luego las ranas, los canguros. El Jefe
de Cuartel implacable decide qu seccin pasa a los
comedores y qu seccin sigue desfilando. Por fin, pasaron
bien, llegan al comedor cansados, sudando. El comedor es
amplio y luce impecablemente limpio, Era el primer almuerzo
en la Escuela, las mesas estaban impecables, cada mesa era
para diez comensales, dos alumnos del tercer ciclo, tres del
segundo y cinco perros. Antes de sentarse a almorzar
estaban en posicin de atencin, con las manos pegadas a los
muslos, el pecho sobresaliente, la mirada al frente y mil
arrugas en la espalda. Ningn perro poda ser mas alto que
otro alumno de grado superior. Si eso pasaba, tena que
agacharse, pero manteniendo la posicin de atencin, tampoco
poda ser bajo de estatura, si lo era, tena que estar de puntillas,
para aparecer ms