¿POR QUÉ?

¿Por qué aquel día cruzaron miradas? ¿Por qué se aceleraron sus corazones? ¿Por qué

las sonrisas brillaban en sus rostros como brilla una vela en medio de la oscura noche?

¿Por qué conversaron? ¿Por qué sus frases decían más que un relato, más que nombres,

fechas, contactos y momentos memorables? ¿Por qué la tomo de la mano y la llevo a un

mundo de ilusión? ¿Por qué aquel beso despertó aquel deseo? ¿Por qué vieron el uno en

el otro mucho más que una noche de pasión y un caminar de vuelta a casa? ¿Por qué se

instaló el uno en la mente del otro? ¿Por qué las mariposas comenzaron a volar, a hacer

cálido viento en sus almas?

¿Por qué a cenas, fiestas, cines, reuniones familiares, lugares especiales, atardeceres

entre abrazos y amaneceres arropados en amor? ¿Por qué vio en ella a la dama que lo

recibiría, después de un arduo día de trabajo, con un abrazo y una numinosa y tierna

mirada; y ella vio en el al padre de sus hijos, al hombre que solo le daría la espalda para

exponer su pecho y protegerla? ¿Por qué aquella noche, en aquel café, bajo aquella

lluvia, de su bolsillo emergió un anillo e hizo que a las gotas de lluvia se unieran

aquellas lágrimas de felicidad? ¿Por qué bajo esa lluvia decidieron, caminar, correr,

detenerse, besarse, mirarse a los ojos y dejar que el silencio y los gritos del corazón

dijeran cuanto se amaban?

¿Por qué prometieron amarse hasta que la muerte los separase? ¿Por qué aquella noche,

después de llegar de su trabajo, le invitó aquella elegante cena? ¿Por qué salieron de

casa? ¿Por qué, al bajar del auto, aquel hombre la apunto e intento robar el anillo? ¿Por

qué él le dio la espalda para exponer su pecho y protegerla? ¿Por qué una y otra vez a su

cuerpo entraron disparos que hicieron del suelo un charco de sangre y lágrimas? ¿Por

qué los gritos de ella no fueron suficientes para devolverle el alma a su amado? ¿Por

qué el dolor no quedo enterrado con el cadáver de su amado, sino que cada día se hacía

más insoportable y tormentoso? ¿Por qué su amor por él crecía cada día más y más, aun

después de la muerte haberlos separado? ¿Por qué si una vida se había ido, otra crecía

en su vientre? ¿Por qué no pudo él besar aquella silueta que contenía el fruto de su

intenso amor? ¿Por qué no pudo oír su primer llanto, ni disfrutar de sus balbuceos, de

sus caídas, de sus fiebres por la noche, de su sonrisa y de su “te amo papi”? ¿Por qué se

parecía tanto a él? ¿Por qué?