POR MIGUEL ROJAS MIX - Revista de la Universidad … · hesi óna estos principios que son represen...

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TINTíN: UN HÉROE CRISTIANO OCCIDENTAL POR MIGUEL ROJAS MIX El año 1979 se cierra en París con una curiosa ex- posición. Fr ente al Centro Pompidou, el centro cul - tur al de la comunidad francesa de Bélgica anunc ia: " El Museo Imaginar io de Tintín". El interés de la muestra consiste en demostrar lo que el prop io Hergé ha afirm ado en numerosas entrevist as: la importa ncia que ha tenido la documentación foto- gráfica en la realización de los sucesivos álbumes . Si en la galería se exponen el fetiche arumb aya de La oreja rota , el tarro de conservas de El cangrejo de las pinzas de oro, el cetro de Ottokar y la mom ia de Rascar Capac; en el catálogo se reproduce un a impre sion ante colección de fotos y recorte s de pe- ri ódic os que han servido al dibujante belga para imagina r sus argumentos o confeccionar sus recua- dros. Se advierte allí, claramente, que la ma yoría de sus personajes son tom ado s de la vida real. El sab io insó lito de Vuelo 714 a Sidney está calcado so b re J acqu es Berger, coautor de Le Matin de Ma- giciens, Torn asol es cr eado bajo la inspiración del prof. Picc ard, el inventor del batiscafo. Se com- prueb ai gualmente que numerosas de sus escen as salen directamente de fotografías de per iódicos. ¿Periódicos'? El plural es casi excesivo, pues si al- guien se tom a la molestia de mirar uno a uno los créditos de las fotos, verá que las fuentes en reali- dad son dos: Cinemonde y la revista Match . Y esto es sign ificativo, ya que si se piensa que lo qu e di fe- rencia a Tintín de otros comics es que no sólo sus imágenes, sino sus argumentos se inspiran en el mu nd o real de la infor mación, que Tintín evolucio- na en un mundo político, siguiendo los acontec i- miento s históricos y que a menudo visita países exis tentes y se mueve en decor ado s real istas, sus fuentes resul tan particul armente importante s par a esclar ecer la ópt ica a tra vés de la cual Hergé se aso- ma al mund o. Herg é nació en 1907 en Bruselas y apenas entró al colegio, ingresó en el movimiento scout, llegan- do a los diecisiete años a ser jefe de patrulla . Sus primeros dibujos aparecieron en la revista Boy Scout, órga no mensual de los scout s belgas. La ex- periencia scoutista lo marcó indeleblemente, dán- dole una moral : las virtudes legendarias de la leal- t ad, co rtesía, ded icación, fr anqueza , etc., que él va a traspasar por entero a su héroe. En efecto, Tintín nun ca deja de ser un boy-scout, incluso por su as- pecto físico . En 1926 publica su primera serie ya con el pseu- d ónim o de Hergé (formado por las iniciales de su nombr e, Ge orges Rerni): Las aventuras de Totor C. P. de los Hannetons. El dibujo es tod avía torpe y la co mposición mon ótona : la diagr amación com- prend e de seis a ocho imágenes por pág ina, todas de la mi sma dimensión. Es después de esta experiencia que Hergé entra a trabaja r en XXeme Si écle, di ario católico y nacio- nal de doctrina e información, como lo definía su subtítulo, y que era el órgano oficial del nacional catolicismo belga. Es en él que lanza el personaje 20 que lo ha hecho famoso: Tintín. Sus primeras series aparecen en 1930 y corres- pond en absolut ament e al espíritu de la publica- ción, cuyo director, el abate Norbert Wallez, según co nfesión del propio Hergé, "se comía un bolche- vique en cada comida" . Tintin en el país de los so- viets fue el primero de una serie de ocho álbumes con tema s políticos, que Hergé va a publicar du- 'rante diez años: Tint in en el paí s de los soviets (1930), Tintín en el Congo ( 1931), Tintin en Améric a (1932), Los cigarros del f araón (1934), El loto a zul (1936), La oreja rota ( 1937), La isla negra (1938) y El cetro de Ottokar ( 1939). El dib ujo es aún débil, los personajes son indefinidos y es la historia la que tiene la parte principal. Tod avía Tintín no ha en- contrado sus amigos. Esta serie fue inte rrump ida por la guerra, duran - te la cual Hergé va a colaborar en el dia rio Soi r Jeunesse. En la serie - que: publica durante este pe- ríodo ab ando na lo temas políticos y hace un c ómic-strip de evasión y puro entretenimiento: El cangrejo de las pinzas de oro ( 194 1). La ('S ( rella mis- teriosa ( 1942): E l secr eto dvl unico rnio ( 1943), El (eso - ro de Rackham el R oj o ( 1944 l. Es en esa época que aparecen el pr of.T orn asol y el capi tán Haddock. Apenas unos días después de la Liberación, el periódico L(' soir va a ser suprimido por el A lto Com and o y Hergé es arres tado por las milicias de la Resistencia. o ob stante que pronto fue libera- do y se arch ivó su expediente. álbumes desapa- recieron del mercado y Hcrg é fue pues to en el índi - ce por kollaborateur y acusado de formar parte de un grupo de period istas de "O rdrc ouveau" Les Cahiers de la Bande dessin ée ( 0 . 14/ 15 declara- ción de Her g é p. 14 ). Dos a ños después. in embar- go, reapareció en gl or ia y mujcstud al inaugurarse la revista Tintin. Desde entonces hasta la fecha ha publicado once aventuras. La visi án del mundo de Tintin ¿Es fascista Tintin? Así se titulaba un artículo que en 1975 hizo aparecer la revista Gulliver y la verdad es que sob re este terna la polémica es vasta. Va de los que afirman que "T intin y Milou eran los por - teros y los bedeles de la propaganda de Goebbels" (cii- Pol Vandr omme: Le Monde de Tintín), hasta aquéllos que sostienen que éstas son calumnias y que sus colabor aciones en lo periódicos belgas de la ocup ación, "servían a mantener la moral del pueblo" (lbid.). La polémica se ha reactuulizado estos últimos a ños como consecuencia del inte rés que despertó la semio logía por los an ál i is denot ativo s)' connota- tivos de los cornics. A partir de entonces el conteni- do político de los álbumes de Tintín comenzó a ser pasado a peine fino. Las acusaciones e envenenaron al máximo pre- cisamente cuando e hizo apa recer una edición pi- rat a de Tintin en el país de los soviets , album que el

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TINTíN: UN HÉROECRISTIANO OCCIDENTAL

POR MIGUEL ROJAS MIX

El año 1979 se cierra en París con una curiosa ex­pos ición. Frente al Centro Pompidou, el centro cul ­tural de la comunida d francesa de Bélgica anuncia:" El Museo Imaginario de Tintín". El interés de lamuestra consiste en demostrar lo que el propioHergé ha afi rm ado en numerosas entrevistas : laimpo rta ncia qu e ha tenido la documentación foto­gráfica en la realización de los sucesivos álbumes.Si en la galería se exponen el fetiche arumbaya deLa oreja rota, el tarro de conservas de El cangrejode las pinzas de oro, el cetro de Ottokar y la momiade Rascar Cap ac; en el catálogo se reproduce un aimpresion ante colección de fotos y recortes de pe­riódicos que han servido al dibujante belga paraimagina r sus argumentos o confeccionar sus recua­dr os. Se advi erte allí , claramente, que la ma yoríade sus perso naje s son tom ados de la vida real. Elsabio insó lito de Vuelo 714 a Sidney está calcadoso bre Jacques Berger, coautor de Le Matin de Ma­giciens, Tornasol es creado bajo la inspiración delprof. Piccard, el inventor del batiscafo. Se com­prueba igualmente que numerosas de sus escen assa len di rec ta mente de fotografías de periódicos.¿Periódicos'? El plural es casi excesivo , pues si a l­guien se tom a la molestia de mirar uno a uno loscrédi tos de las fotos, verá que las fuentes en reali­dad so n dos : Cinem onde y la revista Match . Y estoes sign ifica tivo, ya que si se piensa que lo que di fe­ren cia a T int ín de otros co mics es que no sólo susimágenes, sino sus argumentos se inspira n en elmu nd o real de la infor mación, que Tintín evolucio­na en un mundo político, siguiendo los aconteci­mientos históricos y que a menudo visita paísesexis tentes y se mueve en decorados real istas , susfue ntes resul tan particularmente importantes par aesclar ecer la ópt ica a tra vés de la cual Hergé se aso­ma al mundo.

Hergé nació en 1907 en Bruselas y apenas entróa l co legio, ingresó en el movimiento scout, llegan­do a los d iecisiete años a ser jefe de patrulla. Susprimeros d ibujos apa recieron en la revista BoyS cout , órga no mensual de los scouts belgas. La ex­periencia scoutis ta lo marcó indeleblemente, dán­dole una moral : las virtudes legendarias de la leal­tad, co rtesía, ded icación, franqueza, etc., que él vaa t rasp asar por en tero a su héroe. En efecto, Tintínnunca deja de ser un boy-scout, incluso por su as­pecto físico .

En 1926 publica su primera serie ya con el pseu­dónimo de Hergé (formado por las iniciales de sunombre, Georges Rerni): Las aventuras de TotorC.P. de los Ha nnetons . El dibujo es todavía torpe yla co mposición monótona: la diagr amación com­prende de seis a ocho imágenes por pág ina, todasde la misma dimensión .

Es después de esta experiencia que Hergé entra atrabaja r en X Xeme Si écle, diario católico y nacio­nal de doctri na e informació n, como lo definía susubtítulo, y que era el órgano ofici al del nacionalca to licismo belga. Es en él que lanza el personaje

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qu e lo ha hecho famoso: Tintín.Sus pr imeras series apa recen en 1930 y corres­

ponden a bsolutamente al esp íritu de la pu blica ­ción, cuyo director, el abate Norbert Wallez, segúnco nfesión del pr op io Herg é, " se comía un bolche­viq ue en cad a co mida" . Tint in en el país de los so­viets fue el pr imero de una serie de ocho álbumescon temas polít icos, que Herg é va a publica r du­'ra nte d iez año s: Tint in en el país de los sov iets(1930), Tintín en el Congo (1931), Tintin en Améric a(1932), Los cigarros del f araón (1934), El loto azul(1936), La orej a rota ( 1937), La isla negra ( 1938) yEl cetro de Ott okar ( 1939). El dib ujo es aún débil,los perso najes son indefinidos y es la historia la quetiene la parte pr incipa l. Todavía T intín no ha en­con tr ado sus am igos.

Esta serie fue interrumpida por la guerra, duran­te la cual Herg é va a colaborar en el dia rio SoirJeunesse. En la serie - que: publica durante este pe­ríodo ab andona lo tem as pol íticos y hace unc ómic-strip de evasió n y pur o entretenimiento: Elcangrej o de las pinzas de oro ( 194 1). La ('S (rella mis­teriosa ( 1942): El secreto dvl unico rnio ( 1943), El (eso ­ro de Rackh am el Roj o ( 1944l. Es en esa época queaparecen el prof. Torn asol y el capi tán Haddo ck.

Apenas unos días después de la Liberación, elperiódico L(' soir va a ser suprimido po r el AltoCom ando y Hergé es a rrestado por las milicias dela Resistencia. o ob sta nte que pronto fue libera­do y se arch ivó su exped iente. Sll~ álbumes desapa­recieron del mercad o y Hcrg é fue pues to en el índi ­ce por kollaborateur y acu sad o de formar parte deun grupo de period ista s de "Ordrc ouvea u" LesCahie rs de la Bande dessin ée ( 0.14/ 15 decla ra­ción de Herg ép. 14). Dos a ños después. in embar­go, reapareció en glor ia y mujcstud al inaugurarsela revista Tint in. Desde ent on ces has ta la fecha hapubl icado once aventura s.

La visi án del mundo de Tintin

¿Es fascista T intin? Así se titulaba un art ículo queen 1975 hizo aparecer la revista Gulliver y la verdades qu e sob re este terna la polémica es vasta. Va delos que afirm an que "Tint in y Milou eran los por ­ter os y los bedeles de la propaganda de Go ebbels"(cii- Pol Vandromme: Le M onde de Tintín ), hastaaquéllos que sos tienen que éstas so n calumnias yque sus colaboracio nes en lo per iódicos belgas dela ocupación, " servía n a man tener la moral delpu ebl o" (l bid .).

La polémica se ha react uulizado estos últimosa ños como consecuencia del inte rés que despertó lasemio logía por los an ál i is denot ativos)' connota­tivos de los corn ics. A part ir de entonce s el conteni­do político de los á lbumes de T int ín comenzó a serpasad o a peine fino .

Las acusaciones e envenenaron al máximo pre­cisamen te cuando e hizo apa recer una edición pi­rat a de Tintin en el pa ís de los so viets , album que el

propio Hergé nunca había querido hacer reeditar acausa del anticomunismo primario que lo inspira­ba. Desde la primera página el relato toma el tonodel panfleto. Tintín se enfrenta con la Guépéou, lapolicia secreta de Stalin, y en sus peripecias nos vadando la imagen que él tiene de la sociedad socia­lista. Niega que las fábricas marchen realmente,asiste a una distribución de pan a los pobres, dondesólo se les reparte a aquéllos que se dicen comunis­tas. Por un pasaje secreto llega a un lugar donde seguardan los tesoros que Lenin, Trotski y Stalin hanrobado al pueblo. Eneste escondrijo encuentra tam­biéneltrigo, elcaviary lavodka, destinados a probaren el extranjero las riquezas del paraíso soviético,mientras el pueblo se muere de hambre. En fin, de­sarma a un bolchevique que tenía el proyecto de di­namitartodas lascapitalesde Europa .

Hergé, interrogado sobre este libro se defiendediciendo que son imágenes d'Epinal hoy día pasa­das de moda, o se excusa hablando de pecado dejuventud.

No falta quien trata de justificar este album afir­mando que también Hergé lanza sus dardos contra

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el sistema capit alista amer icano, que en sus aventu­ras siguientes constantemente está enfrentándose agangs internacionales, agentes. de un " Hypercapi­tal ismo" . Su personaje Rastapopulos, que aparecepor vez primera en Los cigarros del f ara áns que esun malo redondo, encarna los grandes trusts inter­nacionales, cuyo único fin es hacer dine ro.

Sin embargo , esta denu ncia a diestra y siniestrano prueba gran cosa porque es efectivo que de lamisma manera que el anticomunismo, el anticapi­talismo se encuentra en los principios ideológicosde todos los movimien tos fascistas.

Hergé asistió al nacimiento del movimiento Rex(y según algunos dicen, militó en él) que tuvo unaimportancia considerable en Bélgica en los años 25y 35. El rex ismo nació jus tamente al interior de larevista XXéme Siécle, bajo la inspiración de LeonDegrelle, que volvía entonces de México y, proba­blemente inspirado por los movimientos que allá seorganizaban en torno a la defensa de Cristo-Reypara oponerse a la Revolución Mexicana , lanzóuna campaña en el periódico, bajo el título de "Rexvencerá" . Sus artículos aparecía n verso/ reversocon las aventuras de Tint ín.

El movimiento Rex, que se inspira sustancial­mente en la Acción Francesa de Charles Maurrasse proclamaba defensor de los valores cristianos.Defendía las je rarquías naturales al interior de lasociedad, el valor de la familia y la propied ad, ladignidad de la persona humana y creía que los pue­blos de occidente a través de la moral cristiana te­nían la función " misional" de restablecer el ordeny defender la civilización en el Tercer Mundo. Afir­maba que los dos grandes monstruo s que atenta­ban contra la civilización y la dignidad humanaeran el hypercapit alismo, herencia del liberalismo,yel socialismo. Uno de sus más famosos slogansserá: "N i Washington ni Moscú" .

Muchos pretenden desvirtuar la acusación defascista: señalando que Herg é desde antes de laOcupación va a denunc iar el nazismo y cita n, a gui­sa de ejemplos la persona del conspirador Musstler(nombre entre Mussoliniy Hitler ), creado por Her­gé en 1939 en el Ce tro de Ott okar y que qu iere de­rrocar la monarquía de Silvaviu, ¡Tintín apareceráallí para salvar la mona rquía ! y El asunto tornasolde 1956, donde hace una verdade ra caricatura de laAlemania nazi, a través del régimen de Plekzigladz,en que los oficiales saludaban con la mano extendi­da.

Tal vez la discusión esté mal planteada. Lo queocurre es que ni el movimiento Rex ni la AcciónFrancesa son idénticos al fascismo o al naciona lis­mo alemán. Son movimiento integristas que se se­paran de ellos porque son ante todo católicos yporque son férreos defensores de las monarqu ías(¿de las monarquías dictatoriales corno decía Mau­rras") y de los principios de la civilización cristianay occidental.

En toda la ob ra de Hergé está subyacente la ad-

hesi óna estos principios que son represen tados porTintín . Un periodista francé s, Olivie r To dd, en unaemisión de la BBC sobre Tintin , decía q ue éste en­carn aba " los mejores aspectos del humanis mo eu­ropeo: mesur a, equilibrio, sentido de la j us ticia ,hum or , generosidad y ese amor no afec ta do por elgénero humano" .

Tin tín es un héroe coherente. rotundo , qu e re­presenta los valores del sco utis mo ca tó lico . T int inmás que un ser humano es un ideal , un ejemplo , unhéroe irreproc hab le. El existe só lo co mo al iad o delbien. con que se identifica en un mundo man iqu eo,do nde el bien está en constante lucha con tra el mal.Tintín está fuera del tiempo, no envejece, siemp reestá cor rectamente vestido. Ape nas en los últimostomos, un viento de modernidad ha hecho q ueHerg écambie sus panta lones de golf por un par dejeans, la bicicleta por un velo mo tor y pon ga en sucasco el signo de la paz. Es el deseo de afirma r elpacifismo de la " neutralidad" de Hergé y de reac­tualizar la image n de perm anente j uve ntud (mediocaduca con los pant alones de go lf). En 50 años Tin-:tín ha envejecido apenas 3. Aho ra tiene 17; pero,

cuando se le interroga sob re su vida sexual. resp on­de alarmado : Atención, tengo la forma de alg uiende 17. pero moralmente tengo tod avía 14 (C f." Tintin s'explique" , Lire, dic. l97l! ).

Tintin no bebe. no fuma. es deporti sta. Tie ne unlenguaje per fecto. Mientras la so rdera de Tornasolle hace con fund irlo todo y Huddock inventa la smás insólitas injur ias, Tintín se exp resa sie mprecon perfecta corrección : " Es que yo soy el que re ­parte el j uego - alirm a en su seudoeru revistu - yoestoy ahí para acla rar las cosas. yo soy el hilo con­ducto r" (loe. cit).

Tintín podría encarn ar la imagen perfecta delhéroe fascista descrit o por Drieu la Rochelle . T aninquebran tables son las virt udes de este ideal ­person aje , q ue Herg é estuvo ob ligado a poner j un­to a él al capitán Huddock, torpe. borracho y vo­cingle ro. pa ra hum an it ario.

De esta concepción del héroe cris tiano y occi­dent al se desp rende un mal disimu lado racismo yun solapado ant isemitismo. La den uncia de Herg éa los gangs intern ac ion ales cuyo único fin es hace rdinero, co rresponde a los slogans de la Acción

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Francesa, que entre las do s guerras denuncia banlos valores del dinero que corrompían los va loresde la sa ngre y la rapacid ad de los grandes ban qu e­ros que eran judíos antes de ser belgas o fra nceses.Estos metecos o rastacueros como se les llam ab a ,son enca rnados por Rastapopulos (y la conso nan­cia entre los do s nombres es clara). Basta obse rvarco n un poco de atenció n a este person aje para verque Hergé ha querido reproducir en él la ca rica turadel j udío que circulaba en la preguerra : de gra n na­riz y de orejas bajas, es el judío internacion al , e l j u­dío errante, deshonesto, traficante y complota dor.El hecho mismo de que Hergé le ponga a la ca bezade una firma de cobertura la Cosmos Pictures rea fir­ma este aserto , pues en est a época el propio Céline,acusaba a los medios cinemato gráficos de estar pr o­funda mente judaizados .

Hergé ha llegado incluso a cambiar en sus edi­ciones sucesivas el nom bre de algunos de sus perso­najes para bor rar las huell as de su antise mitismo .Así, su enem igo de La estrella misteriosa, el ban­que ro inte rnacional, que en la edición apa recidadurante la oc upac ió n se llamab a Blumerstein , hatrocado su nombre por el Bohlvinkel, de resonan ­cias flamencas.

El racis mo de Hergé es más sutil. El mismo sedefiende dicie ndo qu e no es pa ra nada racista y lotrata de proba r seña lando que a lo largo de susavent uras, Tintín tendrá de amigos a un jo ven a fri­ca no, a un tibetano y a un quechua (pero la amis­tad con los jóvenes " de color" , forma parte del es­píritu de jamborees de los grandes encuentros in­te rnacio na les del sco utismo). Y que en Stock de co­que (1958), justamente la misión de Tint ín es ponertérm ino a la activida d de los negreros.

La verda d es qu e el racismo , así como el colonia­lism o de Hergé, se expresa sobre todo en la visiónque da de los países del Tercer Mundo y en el papelque asigna a T int ín de salvador del orden y porta­do r de la cultura. En la primera edición de Tintínen el Congo, éste decía a los "negritos" , dándolesuna lecció n de historia : " Yo vay a hablarle s ho ydía de vuest ra pat ria, Bélgica" .

Ana lizando los tres álbumes que ha dedicado aAmérica Latina se ve claramente cómo y con quémétodos, construye Hergé una visión colonialista yracista del Tercer Mundo.

En primer lugar , la defensa de la civilizacióncristiana y occidental, que es propia del catolicis­mo integrista, le confiere al occ iden te una misión ,la de "salvar" a América y a Africa de la barbarie,la igno ra ncia y el subdesarrollo. En este sentidoesta co ncepció n es radi calmente colonialista . T in­tín como héroe en sus aventuras "exóti cas" seidentifica co n la moral cr isto-occidental y asume elpapel de "salvador" a todos los niveles. En El tem ­plo del S ol,po r ejemplo, él es quien sa lva de los peli­gr os de la selva a su compañero Zorrino , no ob s­tante ser éste el guía y el conocedor de la región . Ysi se revisa la edición en blanco y negro de Tint ín en

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el Congo, que a pa reció en 1931, el mismo a ño de lagra n exposició n co lonia l, se pu ede veri fica r co nuna cita esta afirmación. Allí se afi rmaba : "El co­lonialismo es un a misión sag rada de la civiliza­ción" . Hergé ha tenido cuidado de hacer desa pa re­cer esta frase de las suces ivas ed iciones .

En este as pecto , el exo tismo de Herg ées el re/le­ja de su idea misional del co lon ia lismo y en ésto, sed iferencia Ti n t ín profu ndamente de los cornicsamericanos, ex presio nes más bien de un a menta li­dad puritana, que no cree en el valor de la "mi­sión" , pues se ven a sí mismos co mo un pueb lo ele­gido por Dios, y formando una co m unida d sag ra­da y cerra da . Dentro de esta ideo logía la funcióndel héroe es defender esa com unidad y en con se­cuencia, sa lvo Ta rzá n, El Fantasmav a lgu na s seriesde Walt Disney (q ue en todo cas o revelan una co n­cepción d istint a del co lon ialismo : lo único qu e va a"salvar" el Pat o Do nald , son las riqu ezas del Tia Ri­ca), to das las histori as se desarrollan so bre el terri­tori o nacion al.

Por otra parte, las histor ias de Herg é so n en sumayoría inspiradas por acon tecimientos conte m­por án eos. La más reciente, Tint in y los Pícaros. se­gún él mismo lo señala en un a entrevista (L es ca­lúa s de la BD, No.14j 15), se basa en el as unto Ré­gis Debray y los Tu pamaros (no revela qu e se ins­pira también en el régim en cas t rista , aunque estoresulta evide nte ). El seg uir los acontecimientos his­tóricos, le permite da r e impo ner su visión polí tica,y esto de una manera so lapada, pues Hergé estáco nsta ntemente afi rmando y trat ando de probar suneutra lidad. En Tintin y los Pícaros él dice rechazarlos do s sistemas op resivos, to ta litarios: la miseriadel pueblo es pr esentad a como siendo la mismabajo el régimen del dict ad or T ap ioca, sost enidopor la Bordur ie, qu e bajo el " revo lucio na rio" Al­cázar, financiado por la Inte rnational Ban ana Co .,y par a prueba el último recuadro en que las "chu­volus" , siempre igu ales de miser abl es, só lo hanca mbia do el uni fo rme de sus gua rdias, q ue antesvestía n de policía milita r y aho ra lo hacen de " gue­rrilleros", pero la mat raca que llevan en la man o esla misma. Ni ca pita lismo n.i revolución , par ece de­cir Hergé: ¡Neutralidad !. La suya es, empero. una neutr alidad pro domosua, que no hace sino defender las ideas po líticasdel autor. Ya a ntes, en La oreja rota , la Revolu ciónhabí a sido presentada como un com bate que resul­taba absoluta mente ind iferente, tanto para el desa­rrollo del país como para el pueblo , q ue est aba dis­puesto a ac lama r al pr imer ven ido. El único porta­dor de valo res éticos es Tintín . Las luchas contralos tiranos en Herg é no tienen nada que ver con lasideologías políticas, so n únicamente querell as per­so na les entre dos gru pos y tanto vale un genera lcomo otro.

Así, mediante un proceso de generali zación, sebusca tr an sfo r mar la histo ria en na tur aleza.¿Quién puede nega r las dictad uras en América La-

tina? Pero , el vaciarlas de su contenido político yhac erl as aparecer com o algo que fo rma parte de lanaturaleza del continente, implica un juicio sobreel hombre, pues ellas no quedan circunscritas a unahistoria particular sino a la condición humana dellatinoamericano.

y m ientras Hergé se ríe de las dictaduras y seabstiene de hablar de los regímenes democrático s,manifiesta un a profunda simpatía por las monar­quías ¿No es acaso salvar la monarquía la misiónque tiene Tintín en el Cetro de Ottokarl

La técnica del belga se presta además extraordi­nariamente a l mensaje que quiere tr ansmitir. Suspersonajes, que son casi caricaturescos, evolucio­nan en un mundo de un realismo extremo y cuida­dosamente documentado. Con ello se da un máxi­mo de credibilidad a las aventuras y mediante unproceso de amalgama se mezcla la realidad con elmito para hacer pasar aquélla al mundo de éste ofundar el mito en una real idad evoc ada. La re volu­ción, por ejemplo, en el campo de lo político sehace pasar, de este modo, del lado de la violencia yla in seguridad que tipifican, en una imagen genera-

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lizad a, tod a sociedad extraeuropea . Agrég uese aesto que por un proceso de escamotaje se hace apa­recer como totalid ad, ún icamente una parte de larealidad. De Am éri ca se muest ra só lo la selva y elindio , con lo qu e se subraya la idea que ésta es nadamás que naturaleza y pr imit ivismo. O bien , en ElTemplo del Sol, se m uestra que la ciud ad no co no ceotra arquitectura que la colonial , dándose de ellaun a idea paseí sta. En este mism o á lbum la im ag e ndel Perú se con struye por metonimias yuxta p ues­ta s. El Perú igual selva + cord iller a + llama + ta­pir + bo a + indio + arquitectura co lonia l + tem­plo precolombino . ' Pero, el Per ú asimism o , igualpeligro, igua l pase ísrno, igual natu ra leza . Y sinpresente ni futuro. N o hay una so la im agen de I

"modernidad " en todo el álbum. 'Corrientemente Hergé recurre tamb ién a lo s ca­

lambours toponímicos, los cu ales po r me di o de laderrisión le permiten dar una visión ca muflad a de)Tercer Mundo. En La oreja rota hab la de N uevoRico (¿Puerto Rico?) y de San T heo do rus (¿Sa n toDom ingo" ), térm inos q ue en el nivel de la denota­ción a lude n en forma imprecisa a un país de A m é­rica Lat ina y en el campo de la connotació n le per­miten , dándose una coartad a, entregar o im po ne runa imagen vilipen d iador a de América, diciend oque ello ocurre en el "reino de ninguna pa rte". Esel procedim ient o del viaje imaginario.

Po r el co ntrari o, cuando el autor fija co n preci­sión el lugar geogr á fico , co mo en el caso de EITe m ­plo del Sol.se vuelve nu evamente fiel a la docum en­tación par a dar verosimilitud al relat o mí tic o .

El calambour le perm ite par igual un proceso debanalización de la histo ria. tr ansfo rman do en irri­sorios pr ocesos y person ajes ( n o hay que o lvida rque el argumento de La oreja rola le fue ins pi ra do aHergé por la guerra del Chaco ). Le pe rmite as im is­mo hacer pre sión co n la ima gen so bre cierto s tér­minos que él se empeña en desprestigi a r. Ia palabrarevolución , por ejem plo.

Su visión co lon ia lista y occidenta lizante se ma­nifiest a también a través del proceso antitético . Elimpecable tr aje de colon izador de Tin tín en susaventuras en el Co ngo , se op on e al ca rn aval desombreros de los negr os y el orden de los marinosfra nceses de La oreja rota denuncia el caos y el de­sorden de los soldado s lat inoamericanos, en que niun solo un ifor me es igual a otro.

Finalmente, su mensaje colonialista se completamediante lo que podríam os llamar una pedagogía­con-trampa. En El templo del sol, Hergé toma unaactitud ped agógica de tipo enciclopédico . Todoslos animales de la selva están dibuj ados en formamuy exacta; pero, la manipu lación de la frecuencia,tr ansforma en cotid iano lo que es aza roso . Nadiese tropieza en la selva a cada paso co n un tapir, unaboa, un cocodrilo , un oso, etc. Su peda gogía es unmetalenguaje que hab la de "peligros idad" y deexotismo y que sat isface una visión colonialista yoccidentalista del mundo .