Poniendo de Manifiesto Lo Justo y Necesario

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Poniendo de manifiesto lo Justo y Necesario por Pedro Pablo Lara B. Durante mucho tiempo en la Universidad de la Frontera se ha planteado la necesidad, por institucionalidad en torno a la formación docente, de ocupar espacios de autoformación aún no absorbidos por los programas de estudio, fomentar el estudio crítico y situado del contexto local y regional, de hacerse parte de las discusiones respecto a los problemas de la educación actual, atendiendo a una independencia y auto confianza por parte de los estudiantes que requiere tiempo para consolidarse y responsabilidad para mantenerse. Varias fueron las iniciativas que durante los últimos años pretendieron dar sustento a estas necesidades, muchas fueron las que se desvanecieron, y muchas, también las que devinieron en impulsos vitales para proyectos aún más ambiciosos. En la mayoría de las experiencias apeladas anteriormente, la articulación de un vínculo robusto y organizado con nuestras y nuestros pares de las demás universidades, en particular de la Universidad Católica de Temuco (con quienes compartimos no solamente una misma ciudad, sino también programas de estudio muy similares, a menudo incluyendo los mismos docentes ) se proyectó como un paso fundamental para otorgar la madurez y perspectiva fundamental para enfrentar juntos los desafíos que la mayoría de los egresados de pedagogía están condenados a enfrentar individualmente. Este 2015 se nos ha arrojado sobre la mesa permitiendo vernos a nosotros mismos en toda nuestra potencialidad como colectivo y como pasajeros de un mismo momento histórico. Los procesos vividos durante este año siguen aún muy presentes como para comprometer un análisis lúcido y sereno que se traduzca en aprendizajes de uso inmediato, no obstante nos deja como legado las posibilidades de acción, de pensamiento y de solidaridad juntos pudimos lograr en circunstancias extraordinarias. La interrupción del proceso de movilización estudiantil ha desatado el reajuste de los mecanismos institucionales de formación académica que arrastran consigo, el tiempo, la voluntad y los recursos de quienes pertenecemos a instituciones de educación superior. Es verdad, hemos tenido dificultades para llevar adelante tareas que en su momento parecieron muy posibles de llevar a cabo, sin embargo, la constatación de las acciones que pudimos realizar y la voluntad que estamos en posición de levantar nos entregan la intuición de que el horizonte de posibilidades de cambio, de transformación y re significación de la realidad que vivimos y que en algunos casos, padecemos, está dispuesto para ser aprovechado. En estas pocas páginas pretendo entregarles algunos planteamientos que muchas veces intenté manifestarles frente a frente. No pretendo por medio de este escrito generar un precedente de autoridad ni lineamientos de delimitación catedrática alguno. Por el contrario, me presento como un servidor más de una causa fecunda que está por desplegarse en plena vitalidad. Una causa que hoy no es posible cartografiar y establecer en detalles, pero que hemos atestiguado, compartimos no sólo quienes nos identificamos con Pedagogías Unidas, sino también con compañeras y compañeros del resto del país, aquellos con quienes esperamos poner los primeros cimientos a través de este llamado Manifiesto.

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Prefacio a la discusión sobre la construcción de un Manifiesto de Pedagogías Unidas

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Poniendo de manifiesto lo Justo y Necesario

por Pedro Pablo Lara B. Durante mucho tiempo en la Universidad de la Frontera se ha planteado la necesidad, por

institucionalidad en torno a la formación docente, de ocupar espacios de autoformación aún no

absorbidos por los programas de estudio, fomentar el estudio crítico y situado del contexto local y

regional, de hacerse parte de las discusiones respecto a los problemas de la educación actual,

atendiendo a una independencia y auto confianza por parte de los estudiantes que requiere tiempo

para consolidarse y responsabilidad para mantenerse.

Varias fueron las iniciativas que durante los últimos años pretendieron dar sustento a estas

necesidades, muchas fueron las que se desvanecieron, y muchas, también las que devinieron en

impulsos vitales para proyectos aún más ambiciosos.

En la mayoría de las experiencias apeladas anteriormente, la articulación de un vínculo

robusto y organizado con nuestras y nuestros pares de las demás universidades, en particular de la

Universidad Católica de Temuco (con quienes compartimos no solamente una misma ciudad, sino

también programas de estudio muy similares, a menudo incluyendo los mismos docentes ) se

proyectó como un paso fundamental para otorgar la madurez y perspectiva fundamental para

enfrentar juntos los desafíos que la mayoría de los egresados de pedagogía están condenados a

enfrentar individualmente.

Este 2015 se nos ha arrojado sobre la mesa permitiendo vernos a nosotros mismos en toda

nuestra potencialidad como colectivo y como pasajeros de un mismo momento histórico. Los

procesos vividos durante este año siguen aún muy presentes como para comprometer un análisis

lúcido y sereno que se traduzca en aprendizajes de uso inmediato, no obstante nos deja como

legado las posibilidades de acción, de pensamiento y de solidaridad juntos pudimos lograr en

circunstancias extraordinarias.

La interrupción del proceso de movilización estudiantil ha desatado el reajuste de los

mecanismos institucionales de formación académica que arrastran consigo, el tiempo, la voluntad

y los recursos de quienes pertenecemos a instituciones de educación superior. Es verdad, hemos

tenido dificultades para llevar adelante tareas que en su momento parecieron muy posibles de llevar

a cabo, sin embargo, la constatación de las acciones que pudimos realizar y la voluntad que estamos

en posición de levantar nos entregan la intuición de que el horizonte de posibilidades de cambio, de

transformación y re significación de la realidad que vivimos y que en algunos casos, padecemos, está

dispuesto para ser aprovechado.

En estas pocas páginas pretendo entregarles algunos planteamientos que muchas veces

intenté manifestarles frente a frente. No pretendo por medio de este escrito generar un precedente

de autoridad ni lineamientos de delimitación catedrática alguno. Por el contrario, me presento como

un servidor más de una causa fecunda que está por desplegarse en plena vitalidad. Una causa que

hoy no es posible cartografiar y establecer en detalles, pero que hemos atestiguado, compartimos

no sólo quienes nos identificamos con Pedagogías Unidas, sino también con compañeras y

compañeros del resto del país, aquellos con quienes esperamos poner los primeros cimientos a

través de este llamado Manifiesto.

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La charla “Poniendo de Manifiesto lo Justo y Necesario” buscaba articular los sustantivos de

esta frase en razón de las motivaciones de muchas y muchos compañeros al acercarse a la

organización, de la coyuntura política que vivimos durante esos meses de movilización y finalmente

de las proyecciones históricas de un movimiento que dista de ser inédito, pero que claramente

persigue la pregunta del ¿hasta cuándo?

No es sólo Gabriel Salazar quien se pregunta cuánto tiempo más seguiremos adelante

marchando. Los movimientos sociales han sacado la discusión de “lo público” a la calle nuevamente,

en nuestra generación por lo menos desde la cuestión ambiental con Hidroaysén, y tras el 2011

estudiantil toda causa de connotación colectiva ocupa las calles y avenidas de las ciudades de

nuestro país durante algún momento para coagular como síntoma fundamental de seriedad, o de

que tal movimiento va para algún lado. Y con justa razón quienes actualizan el viejo adagio popular

“ya no basta con rezar”, por el más vigente “ya no basta con marchar”, ven vindicadas sus

impresiones al ver a la gente del barrio alto de Santiago emerger como un nuevo “sujeto oprimido”,

supuestamente dejados atrás por una institucionalidad laxa e ineficiente.

Para quienes vivimos movilizados el 2011 fue un impulso de madurez cívica el masticar en

los años siguientes algunos de los diagnósticos y consignas que defendimos en perspectivas que

estaban a gran distancia de la realidad que queríamos cambiar. Fuimos muchos los que intentamos

barajar a la fuerza la solidaridad, la justicia social y la fraternidad en una tríada de “gratuidad, calidad

y (hasta) laicismo”, en circunstancias que tales reformas no implicaban un vínculo causal con las

anteriores. Una universidad gratuita no trae como correlato inmediato una sociedad más equitativa.

El concepto de calidad devenido de la industrialización y por lo tanto aplicado desde su fundamento,

a los productos y servicios emanados por una economía tampoco hacía grandes favores a cambiar

el enfoque hacia una nueva visión de educación (por el contrario, revelaba que ocupábamos los

mismos términos que Piñera cuando hablada de educación como “bien de consumo”). Y finalmente,

que el autoritarismo y el conservadurismo atribuido a las añejas doctrinas religiosas en la

institucionalidad estaban más cercanas a las luchas decimonónicas contra la Iglesia Católica que

contra las nuevas y sofisticadas formas de dominación ideológicas que actúan sobre los individuos

sin que tomen conciencia al respecto.

Las ideas, tradiciones y costumbres del movimiento estudiantil dan cuenta igualmente de la

deuda con una identidad propia (sin caer en el fetichismo de la originalidad), en la medida en que

encontramos los ecos de nuestras marchas, nuestras tomas, nuestros petitorios y nuestras

asambleas en el mayo francés e incluso en la Revolución Francesa.

Vivimos en tiempos donde la educación pública agota sus últimos suspiros frente a la

ofensiva de reformas que consumen el espíritu de lo público para ser diluido en el mundo privado.

Una de las razones por las cuales les proporciono el otro texto confeccionado por Fabián Barría es

precisamente para poner en perspectiva la secuencia que vengo exponiendo con un futuro próximo

con el “Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios” como elemento definidor de la educación

chilena y el rol de los profesores. No cabe duda que el escenario histórico que vivimos exige una

forma de pensar(nos) y de actuar diferente a lo que tenemos acostumbrado. Es imprescindible

establecernos en una situación mucho más robusta y articulada de lo que hemos estado

anteriormente. Se hace necesario tener las herramientas adecuadas para observar y analizar la

realidad en tanto agentes capaces de transformar el estado de cosas.

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Tal proceso no es ni más ni menos que un proceso de (auto y mutua)formación y educación

cívica. Y no podemos pretender que nuestros estudiantes a futuro hagan lo que nunca intentamos

siquiera hacer.

Aquella fue la problemática esencial que se trató en el zonal realizado en Chillán al que

asistimos un grupo de Pedagogías Unidas y en el cual contamos con la presencia de compañeros de

Valdivia y Concepción. El agotar las posibilidades de apoyo a los docentes en circunstancias donde

el proyecto estaba a punto de aprobarse en la Comisión de Educación y donde los mismos

protagonistas del problema carecían de ideas o perspectivas a partir de las cuales plantear la acción.

Tanto para ellos, como a nosotros significó revelar nuestras limitaciones de instrucción y formación

(cívica o política) y de organización (redes, confianzas y comunicaciones).

La palabra manifiesto viene del latín “manifestus” a su vez de las raíces “manus” (mano) y

“festus” (golpe). En definitiva lo manifiesto es lo palpable, lo evidente, lo que está claro en el acto.

En español se utiliza como sustantivo para señalar una declaración de principios e intenciones o

interpretaciones de una causa, de una organización o un movimiento.

Algunos manifiestos trascienden las causas o los contextos que les dieron origen, y así su

valor se extiende no sólo como eje desde el cual emana una idea o un conjunto de acciones, vale

también por el ejercicio mismo de su confección, las condiciones que posibilitaron su elaboración y

la experiencia de quienes fueron parte de su proceso.

Quisiera comentar brevemente dos manifiestos en particular que pueden ser de utilidad

para acercar la idea de manifiesto que tenemos la posibilidad de concretar esta primera semana de

octubre. Tienen la particularidad de ser manifiestos mundialmente famosos y por lo demás, guardan

relación a distintos niveles de estrechez con nuestro propio manifiesto.

El primero, sin duda, es el Manifiesto Comunista. La “Liga de los Comunistas”, formada en

1947 en Londres no duró más de 5 años como proyecto político concreto no obstante su manifiesto,

elaborado por Carlos Marx y Federico Engels constituye una síntesis del pensamiento marxista en

un lenguaje relativamente claro y sistemático que es utilizado y masivamente difundido hasta el día

de hoy. Su pertinencia para discusión de nuestro manifiesto obedece a su estructura. La primera

parte del Manifiesto Comunista sintetiza un apartado de historia política e intelectual de la

Humanidad (o sea, de Europa), esa primera parte podemos tomarla como antecedentes. La segunda

parte, entrega una interpretación desde la filosofía de la Historia, explican el devenir de la Historia

(sujetos fundamentales, burgueses y proletarios), la historia de las sociedades como la historia de

la lucha de clases, esta segunda parte entrega un sistema explicativo, una operatoria que da cuenta

del diagnóstico que están planteando. Y la tercera parte expone una serie de medidas, es un “por lo

tanto…”, detallan cómo el capitalismo se erradicará a partir de la abolición de la propiedad, de las

clases serviles y del Estado en última instancia (si se me permite la excesiva levedad al resumir); esta

tercera parte serían las proyecciones, las propuestas o demandas que dan sentido a la Liga de los

Comunistas.

Esta tríada puede ser de gran ayuda cuando intentemos dar forma a una estructura para

construir el manifiesto.

El segundo ejemplo se trata del Manifiesto Liminar, y es la segunda razón principal por la

cual compartí el ensayo anterior “Reforma, Contrarreforma…”. El manifiesto da cuenta de la síntesis

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del ejemplar trabajo de reflexión y estudio de los estudiantes, profesores y trabajadores argentinos

que formaron parte del movimiento estudiantil que se llamó la Reforma Universitaria de 1918, o

Reforma de Córdoba. No profundizaré al respecto por cuanto el ensayo anterior hace referencia

relativamente exhaustiva al respecto, pongo el tema sobre la mesa de todas formas por tanto

representa un antecedente fundamental de nuestro contexto latinoamericano.

Como palabras finales quisiera entregar un mensaje de aliento y de confianza a todas y

todos los compañeros que han puesto sus esfuerzos, su tiempo y dedicación a llevar adelante una

tarea titánica que tenemos por delante, pero que por fortuna, no es de exclusiva responsabilidad

nuestra. Hemos podido constatar que son muchas y muchos los compañeros que han manifestado

su interés, su solidaridad y su apoyo en llevar adelante esta lucha. Llegará el momento de actuar, el

momento de avanzar, también el momento de retroceder. Hoy tenemos la tarea y responsabilidad

de pensar el problema que enfrentamos en toda su escala y su dimensión.

A pesar de que los manifiestos han llegado a nosotros trascendiendo a su tiempo son

siempre fotografías de la manera de pensar y de sentir de muchos en una oportunidad particular.

Un manifiesto es un ejercicio y una herramienta que nos servirá como soporte y como lupa en

nuestra lucha, pero que nunca debe convertirse en objeto de fetichización sagrada. Como creación

nuestra puede y debe estar en constante revisión y en permanente crítica. Al ser productos de un

instante las elaboraciones humanas que remiten al presente tienen la cualidad de estar condenadas

al desajuste a medida en que la realidad cambia, a cada instante, a cada segundo. El principal legado

que nos dejará este manifiesto será el acompañarnos y apoyarnos en esta tarea, el acercarnos y

cobijarnos en las experiencias comunes con los que vengan y el crecimiento fruto de la madurez en

organización, en comunicación y en acción de cara al futuro.

Para poner de manifiesto la necesidad de Justicia, no perdemos aun la esperanza.

Temuco, Septiembre 2015.