POLITÉCNICO - cecyt16.ipn.mx Cronista Politécnico 56.pdf · son responsabilidad del autor. Se...

36
POLITÉCNICO REVISTA DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DE LA PRESIDENCIA DEL DECANATO INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL PRESIDENCIA DEL DECANATO NUEVA ÉPOCA AÑO I4 NÚM. 56 ENERO-MARZO 2013 ISSN 1665-8736 Decano, obra y experiencias ÁNGEL LUCIO ROJAS DOMÍNGUEZ Prestigio Politécnico WILFRIDO MASSIEU 50 años del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 7 Cuauhtémoc, IPN (1963-2013)

Transcript of POLITÉCNICO - cecyt16.ipn.mx Cronista Politécnico 56.pdf · son responsabilidad del autor. Se...

POLITÉCNICO

REVISTA DE DIVULGACIÓN HISTÓRICADE LA PRESIDENCIA DEL DECANATO

INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONALPRESIDENCIA DEL DECANATO

NUEVA ÉPOCA AñO I4 NÚM. 56 ENERO-MARZO 2013 ISSN 1665-8736

Decano, obra y experienciasÁngel lucio Rojas Domínguez

Prestigio PolitécnicoWilfRiDo massieu

50 años del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 7 cuauhtémoc, ipn (1963-2013)

Yoloxóchitl Bustamante DíezDirectora General

Fernando Arellano CalderónSecretario General

Daffny J. Rosado MorenoSecretario Académico

Norma Patricia Muñoz SevillaSecretaria de Investigación y Posgrado

Óscar Jorge Súchil VillegasSecretario de Extensión e Integración Social

María Eugenia Ugalde MartínezSecretaria de Servicios Educativos

José Jurado BarragánSecretario de Gestión Estratégica

Dely Karolina Urbano SánchezSecretaria de Administración

Cuauhtémoc Acosta DíazSecretario Ejecutivo de la Comisión de Operacióny Fomento de Actividades Académicas

Salvador Silva RuvalcabaSecretario Ejecutivo del Patronato de Obras e Instalaciones

Adriana Campos LópezAbogada General

Jesús Ávila GalinzogaPresidente del Decanato

EL CRONISTA POLITÉCNICOAño 14, número 56 Enero-marzo de 2013

Jesús Ávila GalinzogaDirector

Comité EditorialMa. Isabel Álvarez DuncanJesús Ávila GalinzogaMax Calvillo VelascoAraceli Díaz JiménezMercedes Díaz RomeroManuel Landeros LedesmaRosa Isabel Ochoa BáezAlicia Reséndiz ReyesIgnacio Ríos de la TorreNorma Patricia Rodríguez GascaSergio Sandoval ReyesInocencio Roque Tiburcio MedinaGerardo Alejandro Valentino OrozcoMa. Isabel Vargas AguilarEduardo Vega Alvarado

Andrés Ortiz MoralesEditor

Margarita SamRevisión de estilo

Francisco Javier Juárez BarreraDiseño Gráfico

DirectorioINSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

El Cronista Politécnico. Nueva época, Año 14, número 56, Enero-marzo de 2013. Publicación trimestral. Editor responsable: Ing. Jesús Ávila Galinzoga. Núm. de certificado de reserva de derechos de autor: 04-2002-041013370300-102. Núm. de certificado de licitud de título: 12064. Núm. de certificado de licitud de contenido: 8444, expedidos el 26 de junio de 2002. No. ISSN: 1665-8736. Prolongación de Carpio y Lauro Aguirre s/n, Col. Santo Tomás, delegación Miguel Hidalgo, CP 11340, México, DF Tel. 5729-6000 ext. 63020, Fax: 63039.E-mail: [email protected] / [email protected] / [email protected]. Impreso en Ediciones Gráficas Z, S.A. de C.V. Av. Luis Espinoza lote 16 mz. 8, col. Solidaridad Nacional, Deleg. Gustavo A. Madero, México, DF 07270. Distribuido por: Depto. de Archivo y Correspondencia del IPN, Oficialía de partes, Prolongación de Carpio y Lauro Aguirre s/n, Col. Santo Tomás, delegación Miguel Hidalgo, CP 11340, México, DF Tel. 5341-1346. Los artículos firmados son responsabilidad del autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos citando la fuente de origen.

Contenido

Editorial 1

50 años del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 7 Cuauhtémoc, ipn (1963-2013)Rodolfo Reyes Segura 2

Antecedentes del programa académico de licenciatura en enfermería en el ipn

Alicia Reséndiz Reyes 6

La Constitución de 1917, a 96 años de su promulgaciónInocencio Roque Tiburcio Medina 10

Genealogía de la Escuela Superior de Ingeniería Textil, esit (1933-2013)Abraham O. Valencia Flores 13

Gustavo Baz GonzálezGuadalupe Salinas Castillo / María Estela Casas Hernández 19

IPN e16: la primera microcomputadora politécnicaRosa Adriana Rivera Díaz / Emilio Arroyo Orrala / Eduardo Vega Alvarado 24

La gente del ipn detrás de mamparasAt zimba Flores Rodríguez 26

La sep en el desarrollo de la educación superiorMax Calvillo Velasco 29

Celebra el ciidir Durango su 33 aniversario y el primero de su Archivo HistóricoAgustín Ángel Meré Rementería 30

Inician los cursos extracurriculares de lenguas extranjeras en el ciidir DurangoAgustín Ángel Meré Rementería 30

Fallecimiento del ingeniero Armando Domínguez Canabal, egresado distinguido de la esia

Abraham O. Valencia Flores / Tomás Rivas Gómez 31

Secciones

Tesoros históricos 9

Máximas politécnicas 12

Decano, obra y experiencias: Ángel Lucio Rojas Domínguez

Andrés Ort iz Morales 16

Prestigio politécnico: Wilfrido Massieu,

militar que impulsó la educación técnica en México

Andrés Ortiz Morales 21

Remembranzas 25

De poetas / Elegía

Jorge Cuesta 28

Cronibuzón 29

Hechos históricos del IPN 32

contraportadaimagen del recuerdo

Inauguración de la Escuela Federal de Industria Textil 1 “7 de Enero”.

Escríbenos: [email protected]

Síguenos en facebook: El Cronista Politécnico

1

Editorial

El Instituto Politécnico Nacional, a 77 años de haberse creado, se muestra como la mejor institución de ense-ñanza técnica-tecnológica del país. Esa grandeza indiscutible se debe a

la acertada dirección de los directores genera-les que ha tenido; a la elevada capacidad de sus profesores e investigadores; y a la impor-tante labor desempeñada por los empleados. A estos últimos, en la revista que tienen en la mano se les reconoce la participación con la cual también han hecho posible el crecimiento y consolidación del Instituto.

Además, se presentan en diversos artículos, hechos históricos y reseñas de la formación y desarrollo de escuelas, centros y unidades, y cuando cumplen aniversarios, como en esta ocasión los 50 años del cecyt 7 Cuauhtémoc. La lucha por la educación de los obreros del ramo textil y su importan-cia que tuvo para la forma-ción de la Escuela Superior de Ingeniería Textil (esit). La reseña de la creación de la carrera de enfermería y obstetricia.

En el ipn se ha realizado investigación tecnoló-gica trascendente y en un artículo de esta revis-ta se describe la realización de la computadora personal, la IPNE16. Con base en un desarrollo tecnológico institucional y competitivo con los desarrollados para fabricar las computadores comerciales.

El lector de la revista tendrá conocimiento de muchos textos ilustrativos sobre el ipn, por lo que los invito a leerla.

La ptp ocupó un anexo de la Escuela Técnica Comercial Luis Enrique Erro en la esquina de Emilio Dondé y Enrico Martínez en la colonia Centro, y fue nombrado como primer director el maestro en ciencias Roberto Mendiola Gómez Caballero (1963-1964). Además de las materias a cargo de los departamentos de Asignaturas Teóricas, de Asignaturas Teórico-prácticas, de Mate-máticas y el de Física, la escuela impartía actividades sabatinas de las áreas artística, deportiva y de orientación vocacional.

En ese mismo año, se tomó la decisión de instalar la ptp en el edificio aún sin terminar, ante la amenaza de que iba a ser ocu-pado por una preparatoria de la unam. La obra fue construida por el Banco Nacional de Obras Públicas y el Patronato de Talleres, Laboratorios y Equipos del ipn, a un costado de la Plaza de las Tres Culturas, dentro de la unidad habitacional de Santiago Tlatelolco, en la calle de San Juan de Letrán número 383, (hoy Eje Central Lázaro Cárdenas). De manera oficial fue inaugurada el 8 de noviembre de 1964 por el presidente Adol-fo López Mateos, quien develó la placa alusiva; le acompaña-ron el ingeniero José Antonio Padilla Segura, director general del ipn, también estuvieron Jaime Torres Bodet, secretario de Educación, y Víctor Bravo Ahuja, subsecretario de Enseñanza Técnica y Superior.7

En junio de 1964 ya tenía como nombre Vocacional número 7 Cuauhtémoc8 (en homenaje al último gobernante azteca), con-tando con un plan piloto de calidad, que buscaba en sus egresa-dos un desempeño de eficiencia. Para lograr el mayor aprove-chamiento de los estudiantes y conseguir la mejora en el rendi-miento de los docentes, se implementaron métodos modernos de educación audiovisual que permitían la presentación de gran diversidad de ejemplos ilustrativos; se exponían conferencias por parte de profesores competentes en su área, auxiliados por pro-fesores adjuntos que atendían grupos pequeños; se integraron departamentos para cada una de las asignaturas, formados por un profesor titular que tenía tiempo completo, y varios maestros, que en conjunto compartían la obligación de preparar material didáctico, elaborar apuntes, coordinar las partes teóricas con las experimentales, formulación de ejercicios y exámenes; esto era posible porque los docentes deberían cubrir la mitad de sus ho-ras de nombramiento frente a grupo, y el tiempo restante era “de residencia”. Se le dio gran importancia al Departamento de Estudio y Orientación Vocacional, encargado de encauzar a los alumnos a definir o reafirmar su vocación. De acuerdo con el modelo piloto, las instalaciones contaban con salones para aten-der grupos de 100 alumnos, salones de dibujo, laboratorios, ta-lleres, auditorio, bibliotecas, cubículos para profesores, áreas de descanso y áreas deportivas.9

Cuauhtémoc (cecyt 7)”, en Setenta años de historia del Instituto Politécnico Nacional, tomo IV, vol. I, México, Instituto Politécnico Nacional, Dirección General, Pre-sidencia del Decanato, 2006, pp. 51-55.

7 Acta Politécnica Mexicana, vol. VI, núm. 33, noviembre-diciembre de 1964, pp. 257-259.

8 Oficio 03437, 12 de junio de 1964, ahc ipn, dac, caja 185, exp. ipn/163.03 (eptp-7).

9 “Expediente de la Escuela Preparatoria Técnica Piloto no. 7”, ahc ipn, dac, caja 210, exp. 2, pp. 146-151.

2

Ha llegado el 50 aniversario del Centro de Es-tudios Científicos y Tecnológicos número 7, Cuauhtémoc, y el camino recorrido en medio siglo nos ha dejado gran cantidad de recuerdos, de experiencias vividas y desafíos conquistados.

Iniciaba la década de 1960 cuando el director general del Institu-to Politécnico Nacional, el ingeniero Eugenio Méndez Docurro, manifestó en junta del Consejo Técnico Consultivo su intención de crear la Escuela Preparatoria Técnica Piloto. Se formaron di-versas comisiones integradas por personas de gran capacidad en educación técnica en general, y con un profundo conocimiento del ipn, entre quienes destacaron Alfredo Barrera Vázquez, Héc-tor Cassaigne, Manuel Heyser Jiménez, Juan Manuel Gutiérrez Vázquez y Carmen Bassols Batalla.1

Entonces se diría: “diferentes especialistas han aportado sus puntos de vista sobre la enseñanza vocacional en el Instituto y sobre la que constituye el bachillerato universitario en diferentes instituciones en nuestro país y en el extranjero. Se han tomado en cuenta, además las necesidades de carácter económico de di-ferentes centros de enseñanza media y superior no sólo del Dis-trito Federal, sino de provincia”.2 Concebida como una escuela diferente a los otros planteles, en ella se propuso el estudio de di-versas metodologías de enseñanza técnica, aprovechando la expe-riencia adquirida en el Instituto. A diferencia de las vocacionales existentes en ese momento (en donde cada una se concentraba en una sola área del conocimiento), esta nueva escuela fue pensada para impartir tres áreas: físico-matemáticas, médico-biológicas y ciencias sociales. Debía aportar experiencia académica al ofrecer a sus alumnos un tronco común en una misma escuela, “propor-cionando, con un costo razonable, una mejor instrucción y mayor aprovechamiento para los estudiantes que deseen […] continuar sus estudios en cualquiera de todas las escuelas profesionales del ipn”.3 En principio se pensaba extender el proyecto a todas las vocacionales, y subsanar carencias que se habían detectado en egresados cuando éstos se incorporaban en el nivel superior.

Evolución cronológica

La Preparatoria Técnica Piloto (ptp) inició labores de organi-zación el 24 de enero de 1963, y las clases el 18 de febrero,4 tam-bién conocida por la comunidad como Escuela Vocacional Piloto número 7, o simplemente Escuela Vocacional 7,5 cuyos estudios se cursaban en dos años, el primero considerado como tronco común y en el segundo los alumnos elegían un área en particular.6

1 Vicente Lauria Flores, La preparatoria técnica piloto, contribución a la historia del cecyt Cuauhtémoc, Archivo Histórico Central del ipn (ahc ipn), Departamento de Ar-chivo y Correspondencia, (dac), caja 228, exp. 2, p. 3.

2 “Proyecto Escuela Preparatoria Técnica Piloto”, ahc ipn, dac, caja 210, exp. 1, p. 3.

3 “Expediente de la Escuela Preparatoria Técnica Piloto no. 7”, ahc ipn, dac, caja 210, exp. 2, pp. 146-149.

4 “Informe de actividades y personal eptp”, dirigido a José Antonio Padilla Segu-ra, 16 de abril de 1963, ahc ipn, dac, caja 210, exp. 2, pp. 140-142.

5 Memorandum y oficios 1964-1971, ahc ipn, dac, caja 163, exp. ipn/162.41 (eptp-7).

6 Armando H. Gómez Díaz, “Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 7

3

50 años del Centro de

Estudios Científicos y

Tecnológicos 7 Cuauhtémoc, ipn

(1963-2013)Rodolfo Reyes seguRa

Maestro decano del cecyt 7 cuauhtéMoc

InstItuto PolItécnIco nacIonal

Para el 15 de julio de 1968 fue nombrado director el ingeniero Luis Cedeño Reyes (1968-1973). Derivado del movimiento social y estudiantil que solicitaba apertura democrática al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, la Vocacional 7 que se encontraba en el foco de los hechos violentos de octubre perdió el edificio de Tlatelolco, por lo que inició un peregrinar en diferentes insta-laciones, primero en el edificio número 8 de la actual Unidad Profesional Adolfo López Mateos en Zacatenco, que habría de ser sede de la Escuela Superior de Ingenie-ría Química e Industrias Extractivas (esiqie); posteriormente pasó a la Vocacional número 2 Miguel Bernard en avenida Nueva Casa de Moneda número 33, colonia Lomas de Sote-lo, en la delegación Miguel Hidalgo; y llegó en agosto de 1969 a su actual edificio ubica-do en la calzada Ermita Iztapalapa número 3241, en la colonia Santa María Aztahuacán, delegación Iztapalapa, cerca de la cárcel de mujeres, construido con financiamiento del Banco Nacional de Obras y Servicios, a tra-vés del Patronato de Obras e Instalaciones del Instituto Politécnico Nacional.

Se inauguraron esas instalaciones el 10 de marzo de 1970 por el doctor Juan Manuel Ortiz de Zárate, jefe de Relaciones del ipn, en representación del doctor Guillermo Massieu Helguera, director general del ipn.10 Aunque la escuela contaba con la capacidad de impartir las tres especialidades: físico-matemáticas, ciencias sociales y médi-co-biológicas, debido a que estas dos últimas no tuvieron deman-

10 Gaceta Politécnica, año VIII, núm. 146, 15 de marzo de 1970, pp. 1-4.

4

da, sólo quedó la especialidad de físico-matemáticas, vinculada la escuela al área de ingeniería y ciencias físico-matemáticas,11 con la que dieron inicio las labores escolares ese año. En junio fue apro-bada la carrera profesional a nivel medio de Soldadura, de la cual se dijo “es básica e indispensable, su aplicación requiere de métodos modernos en los campos de la industria naval, petrolera, eléctrica, de la construcción, automotriz, aérea y espacial”, siendo la “Voca 7” la primer institución educativa del Estado en ofrecerla.12

11 María de los Ángeles Rodríguez Álvarez y Max Krongold Pelzerman, 50 años en la historia de la educación tecnológica, México, Instituto Politécnico Nacional, 1988, p. 162.

12 Evolución de la Escuela Vocacional núm. 7, México, Instituto Politécnico Nacional, p. 67.

Juan Manuel Ortiz de Zárate, jefe de Relaciones del IPN, en el momento de hacer la declaratoria de inauguración del nuevo edificio de la Vocacional número 7 en representación del director general Guillermo Massieu. A su izquierda se encuentran Manuel Zorrilla Carcaño, director de la ESIME, Luis Cedeño Reyes, director de la Vocacional, flanqueados por un grupo de profesores del plantel educativo. Archivo Histórico Central del Instituto Politécnico Nacional, Área Hemeroteca, Gaceta Politécnica, año VIII, núm. 146, 15 de marzo de 1970, p. 1.

Aspecto general de las instalaciones del nuevo edificio de la Vocacional número 7, inauguradas el martes 10 de marzo de 1970. ahc ipn, Área Hemeroteca, Gaceta Politécnica, año VIII, núm. 146, 15 de marzo de 1970, p. 1.

5

En el marco de la reforma integral del sistema educativo, apa-reció el 21 de abril de 1971 la Declaración de Villahermosa, docu-mento donde se planteó respecto a la enseñanza media superior, la necesidad de una coordinación entre las instituciones, por me-dio de planes y programas de estudio homogéneos, con créditos académicos comunes para conseguir la equivalencia; se propuso que su duración fuera de 3 años y con un carácter esencialmente formativo, donde se conjugaran el estudio de las ciencias con las humanidades, a la vez que se facilitara la incorporación al trabajo en cualquier momento del curso; en consecuencia las vocaciona-les ampliaron sus cursos a 3 años,13 y se transformaron en Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (cecyt). Así la Vocacional número 7 Cuauhtémoc cambió de nombre en 1972 a Centro de Es-tudios Científicos y Tecnológicos número 7 Cuauhtémoc (cecyt 7).

Las instalaciones físicas del plantel recibieron apoyo de la ad-ministración central y recursos autogenerados, creando diversas obras, remodelaciones y mantenimiento en general. Con 9 años de establecida, era de suma importancia tener las instalaciones en óptimas condiciones por seguridad, funcionalidad académica e imagen.

Además del quehacer académico intrínseco, ahora se tienen es-tructurados cursos de inglés y francés que imparte el Centro de Lenguas Extranjeras (Celex) a nivel básico, medio y avanzado, así como otros cursos.

13 anuies, Declaración de Villahermosa, México, 1971, p. 25, en Cuauhtémoc Ochoa, “Sistema educativo y reforma educativa”, Cuadernos Políticos, número 7, México, ed. Era, enero-marzo de 1976, pp. 55-66.

Actualmente se preparan técnicos en seis carreras que son:

• Técnico en construcción• Técnico en instalaciones y mantenimiento eléctricos• Técnico en mantenimiento industrial• Técnico en soldadura industrial

• Técnico en aeronáutica• Técnico en sistemas automotrices

Hace cinco décadas la primera población escolar era de 300 alumnos, ya que se con-taba únicamente con cinco aulas; actual-mente es de 4 877 alumnos con 52 aulas y 102 grupos. Aunque la institución ha teni-do oportunidad de ubicarse en diferentes rumbos de la ciudad, al final nos ha corres-pondido trabajar en el oriente, en una de las zonas de la capital que más requiere de la acción benéfica de la educación técnica; por eso los profesores y personal que han laborado y laboran en este cecyt 7 estamos orgullosos al saber que nuestros egresados han enriquecido al país como técnicos y profesionistas comprometidos con Méxi-co. La celebración también nos ofrece la oportunidad de mirar al futuro, de entender que queda mucho por hacer, para lo cual debemos fijar nuevas metas que converjan en el noble propósito de poner “La técnica al servicio de la Patria”.

Demostración práctica con equipo semiautomático de soldadura por arco, empleando atmósfera de gas CO2 en la Escuela Vocacional 7, durante la inauguración de la carrera profesional de soldadura a nivel medio, aprobada por el Consejo Técnico Consultivo General el 24 de junio de 1970. En primer plano, de izquierda a derecha: 1) Eusebio Mendoza Ávila, 2) Manuel Zorrilla Carcaño, director general del IPN, 3) Luis Cedeño Reyes, director del plantel, y 4) Juan Manuel Ortiz de Zárate. (Evolución de la Escuela Vocacional No. 7, México, Instituto Politécnico Nacional, 1971, p. 75, en AHC IPN, DAC, caja 228, exp. 2)

Festival deportivo para celebrar el aniversario de la Escuela Preparatoria Técnica Piloto, Vocacional 7 en la Unidad Nonoalco Tlatelolco, 18 de febrero de 1967. Archivo Histórico Central del Instituto Politécnico Nacional, Área Fototeca, Colección Enrique Maya Saavedra.

6

Antecedentes del programa académico de

licenciatura en enfermería

en el ipnalicia Reséndiz Reyes

Maestra decana del

cIcs uMa, InstItuto PolItécnIco nacIonal

7

La enfermería politécnica surgió en 1940 al término del gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940), formando parte esencial de la política de atención a la salud en el medio rural. Su antece-dente se desarrolló durante el Segundo Congreso

sobre Higiene Rural celebrado en 1938, en el cual el antropólogo Miguel Othón de Mendizábal, catedrático de la Escuela Nacio-nal de Ciencias Biológicas (encb), y la enfermera partera Carmen Leija Paz Ibarra, del Departamento de Salubridad Pública, advir-tieron sobre la necesidad de formar un nuevo tipo de profesio-nista que estuviera comprometido con atender las necesidades de salud de la población mexicana.1

Así surgió la carrera de enfermería rural, que se impartió de 1940 a 1944 dentro del área de medicina rural en la encb del ipn; su plan de estudios contempló contenidos generales de las ciencias médico biológicas y sociales dando énfasis al conoci-miento de los problemas y acciones de enfermería rural. Para ingresar a la carrera, era necesario haber concluido los estudios de primaria.2 En 1945, la carrera de médico rural se separó de la encb cuando ocupó las instalaciones de la Escuela Superior de Medicina Rural (esmr); en consecuencia, la carrera de enfermería pasó a formar parte de ese nuevo plantel politécnico.

En 1949 el nombre de la carrera se modificó por el de en-fermería y obstetricia con una duración de 4 años, 2 años para enfermería y 2 para obstetricia, de esta última egresaron sólo en-fermeras parteras. Para entonces, el requisito de admisión era ha-ber concluido los estudios de la enseñanza secundaria. En 1950 se rediseñó el plan de estudios de la carrera de enfermería y se instituyeron 3 años de duración. Asimismo, se creó la carrera de enfermera partera con una duración de 2 años que se estudiaban posteriores a la de enfermería. En ese año el doctor Juan Ma-nuel Ortiz de Zárate tramitó las últimas diligencias para legalizar los estudios de enfermería conforme a la Ley de Profesiones de 1946.

Fue hasta 1959, bajo la dirección de Sara Alicia Ponce de León, cuando se elaboró el primer plan de estudios estructurado por trimestres y por áreas de enseñanza de enfermería, apoyadas con disciplinas médico biológicas, sociales y humanísticas; este hecho constituyó el antecedente para que el 2 de febrero de 1962, el H. Consejo General Consultivo del ipn aprobara un nuevo plan de estudio y la construcción de la Escuela de Enfermería y Obstetri-cia (eeo) como un plantel independiente, en las instalaciones que ocupa desde 1962 en Carpio y Plan de Ayala.3

Es importante destacar que, desde 1966 y hasta 1986, la eeo tuvo una importante proyección nacional a través de los cursos de especialización que permitieron formar a un gran número de enfermeras provenientes de todo el territorio, en las áreas de docencia, materno infantil, enfermería médico quirúrgica, admi-

1 Lucía Esther Leroux Romero y María Luz Medina Miranda, Setenta años de la historia del IPN, tomo IV, vol. I, Instituto Politécnico Nacional, México, 2006, pp. 321-332.

2 Breve historia del ipn, eeo.

3 Archivo Histórico Central del ipn (ahc ipn) Área Documental, Acta de Consejo Consultivo General 2 de febrero de 1962.

nistración de los servicios de enfermería, enfermería pediátrica, y enfermería psiquiátrica. Con base en las necesidades de la en-fermería a nivel nacional, en 1979 se impartió por primera vez el Curso Complementario de Licenciatura en Enfermería en la eeo, reiniciando estos cursos en 1988 y posteriormente en 1998, para incorporar al profesorado al Programa Académico de Licencia-tura en Enfermería.

Creación de la licenciatura en enfermería en el Instituto Politécnico Nacional

El programa de licenciatura en enfermería se impartió por primera vez en el ipn en 1975 en el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, actualmente cics uma. Entre los principales antecedentes históricos de este Centro, se encuentran los siguientes:

En 1972, ante la política sanitaria “Atención primaria a la salud” de la Organización Panamericana de la Salud (ops), y al incorporar esta política en la formación de recursos humanos con un enfoque interdisciplinario, surgió la iniciativa de crear un Centro de Ciencias de la Salud. Para tal efecto se conformó una comisión que trabajó el anteproyecto, cuyo coordinador fue el doctor Luis López Antúnez, docente de la Escuela Superior de Medicina (esm). La comisión estuvo conformada por profesores encargados de las carreras de medicina, de enfermería y de opto-metría del ipn, así como de odontología, nutrición y trabajo social de otras instituciones educativas.4

El proyecto era ambicioso, pues contemplaba las áreas de físico-matemáticas, administrativas contables, y médico biológi-cas, para formar parte de la Ciudad de la Ciencia y la Tecnología (Cicitec).5 Del mismo, sólo se aprobó el proyecto denominado Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (cics), dado a conocer al presidente Luis Echeverría Álvarez, a la Secretaría de Educación Pública y a la Organización Panamericana de la Salud, motivo por el cual, se consiguió la entrega de terrenos para su construcción en agosto de 1974.6

El cics inició sus actividades con oferta educativa de seis pro-gramas de licenciatura en el área de la salud: enfermería y obs-tetricia, medicina, nutrición, odontología, optometría y trabajo social, con un modelo educativo innovador para su tiempo, con-sistente en un sistema de enseñanza modular para la formación de recursos humanos, con una visión integral del ser humano, y cuyo desempeño profesional contribuyera al mejoramiento de la salud pública del país a través de tres funciones básicas: investi-gación, docencia y servicio.

Entre los profesores que se encargaron del diseño de los pla-nes de estudio, destacó la directora de la eeo, Sara Alicia Ponce de León, quien comisionó posteriormente a Gloria Trujillo y a María Teresa Carrasco Rivas, apoyándose con personal con li-cenciaturas de otras instituciones para la planeación curricular de la carrera.

4 Alicia Reséndiz Reyes, “Monografía del cics uma”, en Setenta años de historia del ipn, tomo IV, vol. I, México, 2006, pp. 333-343.

5 María Teresa Carrazco Rivas, Semblanza histórica del cics 1976-1990.

6 esm Boletín informativo núm. 4, septiembre de 1974; y Diario Oficial de la Federación, 27 de febrero de 1975.

8

Desde su creación, el cics se proyectó como una unidad interdisciplinaria, con una in-fraestructura común para los seis programas académicos que imparte (aulas, labora-torios, anfiteatro, quirófano, equipos de informática), y con una estructura académico-ad-ministrativa diseñada bajo la misma perspectiva. Su marco teórico-filosófico contempló seis políticas educativas: prác-tica, teoría-práctica, interdis-ciplinariedad, desarrollo de la comunidad y compromiso social, utilización óptima de recursos humanos y materiales, integración docente-asistencial y servicio social continuo. En los planes de estudio de las seis licenciaturas,7 se consideraron cinco ejes: hombre y comuni-dad biopsicosocial; hombre y comunidad sanos; mecanismo de agresión y defensa; hombre y comunidad enfermos, y me-dicina integral.8

Las necesidades académicas y de servicio, motivaron al per-sonal de la eeo a que trabajara en el programa de licenciatura en enfermería que inició en 1987, y para el año 2000 se consoli-dó el carácter de escuela superior al sustituir el nivel medio que se impartía de manera simultánea con el de licenciatura (1987-2000).

En virtud de la dinámica del proceso educativo y los cambios sociales, se observó la necesidad de realizar ajustes en cuanto a contenidos, por lo que en noviembre de 1990 se llevó a cabo la actualización de la licenciatura de enfermería en el cics, con base en el documento “Propuesta para la regularización en el registro de planes de estudio del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud”.

Con la reorganización administrativa del Instituto, la ca-rrera de licenciatura en enfermería quedó en el ahora llama-do Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud Unidad Milpa Alta (cics uma) y en la eseo se mantuvieron los dos programas académicos de licenciado en enfermería, homo-logado con el cics uma y el de licenciado en enfermería y obstetricia.9

7 Guía de carreras profesionales, Instituto Politécnico Nacional, 1978-1979.

8 García Herrera, Herrada Ortega, Semblanza histórica del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, 1980.

9 Ibidem, p. 4.

En 2002 inició la Reforma Educativa en el Instituto y ocurrieron con ello las modifi-caciones necesarias para adap-tar el Plan de Estudios de la Licenciatura en Enfermería a la estructura del Modelo Educati-vo del ipn. Para el ciclo escolar 2003-2004 el Consejo General Consultivo del ipn emitió su opinión favorable para que la eseo pusiera en marcha, a ma-nera de prueba piloto, el Nue-vo Modelo Educativo.10 Inició también la dinámica de acre-ditaciones de programas en el Instituto y el 8 de mayo del 2001, la Federación Mexicana de Facultades y Escuelas de Enfermería, A. C. acreditó el programa de la eseo; y el Con-sejo Mexicano de Acreditación y Certificación de Enfermería A. C. (Comace) hizo lo propio el 11 de diciembre del 2006 y el 24 de febrero de 2007. Este mismo organismo el 30 de mayo del 2011 acreditó el Plan de Estudios de la licenciatura en enfermería, en el cics, por cumplir con los requisitos de calidad, ya con el programa

académico por competencias.El Modelo Educativo del Instituto, entre otras alternativas

educativas, contempla la movilidad en beneficio del estudiante y como estrategia, la posibilidad de homologación de los planes de estudio de carreras afines, por tal motivo las licenciaturas en enfermería que se imparten en el cics uma y en la eseo, iniciaron su reestructuración en noviembre del 2010.11

Como se puede observar, en sus más de 70 años de existencia, la carrera de enfermería politécnica ha tenido un gran desarrollo, no sólo en lo que se refiere a la instrumentación de diferentes planes de estudio que han favorecido la formación de profesio-nales de enfermería, acorde a las necesidades del país. Los he-chos anteriores, la experiencia y el trabajo en conjunto de las dos escuelas que forman recursos humanos en la profesión de enfermería, sin duda, forjarán un gran prestigio a nivel nacional, con la intensión de que sigan siendo reconocidos los programas homologados de enfermería por organismos externos de evalua-ción, y así continuar con la tarea de poner, como hace 70 años “La Técnica al Servicio de la Patria”.

10 Gaceta Politécnica, núm. 579, julio 2003.

11 Un nuevo modelo educativo para el ipn materiales para la reforma, México, Instituto Politécnico Nacional, 2003.

9

Tesoros históricos

A cien años de la “De-cena Trágica” se presenta un testi-

monio histórico de la amis-tad que existió entre Felipe Ángeles y Miguel Bernard, el libro Movimiento de los proyectiles oblongos en el caso del tiro rasante, escrito por el capitán segundo Feli-pe Ángeles y publicado en 1896. De puño y letra el au-tor dedicó su libro a Miguel Bernard con las siguientes palabras:

A mi estimado y dis-tinguido amigo, el in-teligente oficial de ar-tillería, señor teniente Miguel Bernard.

Felipe Ángeles

Esta obra, es testimonio del conocimiento teórico y sobresaliente de Felipe Án-geles en el aspecto militar. Incluye apartados sobre la resistencia del aire ante los proyectiles, elementos de tiro en función del alcance, variaciones de los elementos ba-lísticos, entre otros temas.

Hay que resaltar que Felipe Ángeles realizó una brillante carrera en el Colegio Militar junto con Miguel Bernard. Se graduaron como tenientes de ingenieros, el primero en 1892 y el segundo en 1893. Durante la “Decena Trágica” destacó la lealtad de ambos a Francisco I. Madero, siendo Felipe Án-geles general y Miguel Bernard su teniente coronel.

Tras el desenlace fatídico y los asesinatos de Madero y Pino Suárez, Felipe Ángeles fue aprehendido y posteriormente ex-

patriado por Victoriano Huerta, mien-tras Miguel Bernard tuvo que acatar las disposiciones del nuevo gobierno. Después de ello, la historia de uno y otro corrió por caminos diferentes, quedando este documento como testi-monio de su entrañable amistad.

A su regreso del destierro, Felipe Án-geles tras sumarse al Ejército Constitu-cionalista y en 1914 unirse a Francisco Villa fue fusilado el 26 de noviembre de 1919. Por otra parte, Miguel Ber-nard poco tiempo después, participó en la reconstrucción nacional, entre otras cosas, al ser nombrado profesor de Álgebra de la Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos y Electricistas (epime), director de la Escuela de Inge-nieros Mecánicos y Electricistas (eime), jefe del Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial (detic) y hacia 1938 jefe de instituto, cargo con el que dirigió al ipn.

En agradecimiento a la familia Ber-nard Ramírez y específicamente a la señorita María de los Ángeles Bernard Ramírez, quien falleció el 12 de mayo del 2012, se presenta este documento que actualmente está bajo resguardo del ahc ipn.

El Archivo Histórico –custodio de la memoria histórica institucional del ipn– te invita a interesarte por la historia na-cional y politécnica, la cual es parte de la estructura que con-forma nuestra identidad politécnica. Informes: Presidencia del Decanato, Tel. 57296300, exts. 63054 y 63056; correo electrónico: [email protected]

MoviMiento de los proyectiles oblongoslibro dedicado a Miguel bernard por Felipe Ángeles, 1896

10

La Constitución de 1917, a 96 años de su promulgación

inocencio Roque TibuRcio MedinaMaestro decano del

cecyt 10 cvM, InstItuto PolItécnIco nacIonal

Cada apartado de nuestra Constitución, cada párra-fo, cada línea, cada idea, es producto del proceso revolucionario en el que nuestro país, como tantos otros en el mundo, vivió, luchó, sufrió, persistió, todo esto, con un único y último fin: conquistar sus

luchas.Es difícil imaginar la pesada carga que tuvieron que llevar algu-

nas personas para cambiar la situación de desigualdad que existía en nuestro país. Pero es fácil comprender su hartazgo frente a los constantes atropellos bajo los que vivían.

La presencia del general Porfirio Díaz Mori en la escena nacio-nal tuvo dos etapas perfectamente definidas, la primera, la de su desempeño como un gran héroe nacional, defendiendo al lado de del presidente don Benito Juárez García, y otros distinguidos liberales, las leyes de Reforma, primero; y la defensa de la repú-blica frente a la invasión francesa, después.

La segunda, ya como presidente de la república, propició un crecimiento económico, hubo paz en el país, dio facilidades a la inversión extranjera, se introdujeron líneas ferroviarias que unie-ron a México con Estados Unidos, haciendo más fácil el trans-porte de materias primas al país del norte, se transformó la Ciu-dad de México, dándole luz eléctrica, así como la construcción de edificaciones, como el palacio de Bellas Artes, el edificio de Correos, el Ángel de la Independencia y muchas otras que, como mudos testigos de este gobierno, permanecen en la actualidad, pero también es cierto, se vivió una época de crueldad y despojo de los mexicanos. Bastaría leer las atrocidades que relata John Kenneth Turner en México bárbaro para darse una idea del daño que causó ese régimen al subconsciente de su pueblo.

Pero además, el mal que causó no sólo fue en la memoria, sino en el patrimonio de cada mexicano, en 1894 Díaz promulgaba la “Ley de la colonización de las tierras baldías”, despojando a todo aquel que no tenía un título de propiedad, para la mayor parte de habitantes fue difícil comprobar que esas tierras eran de ellos, ya que durante la etapa de la colonia española, se les otorgaron tierras, pero sin los respectivos documentos de propiedad.

Se empezaron a colonizar tierras baldías, con el pretexto de un desarrollo en la industria y el transporte. El mismo gobierno hizo propaganda para que los extranjeros invirtieran, e incluso la autoridad de esta época, concedía títulos de propiedad, invitando a tomar parte en la explotación y desarrollo de los recursos del país, al poco tiempo el suelo patrio estaba en su mayor parte en manos de extranjeros.

En resumidas cuentas, Porfirio Díaz dejó un país, cuyo sen-timiento general, era el desconcierto y descontento. Los años posteriores al régimen no fueron más fáciles, el país se envolvió en una persistente lucha que no permitía una estabilidad ni eco-nómica ni social a lo largo del territorio.

Para 1916, las demandas de tierra, libertad y seguridad aún no se cumplían, Venustiano Carranza, pretendía promulgar una constitución, sin embargo, ésta no recogía las aspiraciones de un pueblo, era más bien, una constitución algo similar a la de 1857.

En este sentido, tal como lo expresa José Cruz, “esa constitu-ción presentada como proyecto de ley era decepcionante, ape-

nas si acaso, apuntalaba los derechos del primer jefe que quería convertirse en un ejecutivo fuerte y poderoso, que emanara un poder especial presidencialista sobre el congreso, sobre los esta-dos, pero no reflejaba los grandes anhelos de la gente, del obre-ro, del campesino, aquella ley ni siquiera limitaba en mucho los derechos del clero, ni mucho menos de los terratenientes, ni los hacendados ricos sobre los que se había lanzado la revolución mexicana”.1

Ahora bien, el primer jefe don Venustiano Carranza no solo tenía la presión de los jacobinos, un grupo muy importante dentro del congreso que se orientaba por la línea ideológica y política del general Álvaro Obregón, ministro de la Guerra de Carranza en la época que nos ocupa, los cuales demandaban una ley más radical, sino que también tenía que librar las batallas con el general Emiliano Zapata en el sur y Francisco Villa en el norte del país. Estos dos últimos dirigentes junto con las masas fueron esenciales en la creación de la Constitución de 1917 e inspiración en las revoluciones latinoamericanas.

En septiembre de 1916 el primer jefe don Venustiano Carran-za convocó a elecciones para integrar el Congreso Constituyente y da la orden que éste se reuniera en la ciudad de Querétaro, corazón de la historia de México, dado que fue ahí donde ha-bía brotado la conspiración de Querétaro, bajo el amparo de la corregidora doña Josefa Ortiz de Domínguez, y fue ahí donde había nacido el México Independiente, también fue en este lugar donde el general Mariano Escobedo había vencido a Maximi-liano de Habsburgo, en Querétaro era donde la república había triunfado y donde el archiduque austriaco había regado con su sangre el cerro de las Campanas, y fue por esto que Carranza eli-gió a este lugar como altar de la patria, para que fuera el escenario magno en el que renaciera un México nuevo, más justo y más honorable. Así quedó concertado que fuera el 1º de diciembre de 1916 cuando iniciaran las reuniones de los convocados, dentro de los cuales se encontraban no solamente los constituyentes de Querétaro, sino que también, fuertes contingentes armados que buscaban evitar cualquier situación de violencia o algún ataque terrorista en el Teatro de la República de aquel histórico lugar.

En enero de 1917, frente al descontento de Carranza, por con-siderar que las deliberaciones que se daban, se le salían de con-trol, el Congreso Constituyente, estaba por terminar de redactar la nueva Constitución Política, entre los personajes del grupo jacobino, se encontraban: el ideólogo Francisco Mújica, el gene-ral Heriberto Jara, Esteban Baca Calderón, don Andrés Molina Enríquez, Luis G. Monzón y el señor Pastor Rouaix, y en medio de acaloradas discusiones los diputados gritaban:

¡Devolvamos a la nación el control sobre su patrimonio histórico!, control sobre la tierra, sobre el subsuelo!, el Es-tado Mexicano tiene que tener el suficiente control sobre los extranjeros, y las empresas petroleras!, protejamos a los campesinos!, sin duda el Plan de Ayala debe ser una de las grandes tareas de este congreso!, el derecho obrero, el dere-

1 José Cruz Ramírez, Encuentros con la historia, programa radiofónico del Grupo Radiomil.

11

12

Máximas politécnicasSería vano y presuntuoso de nuestra parte, el ufanarnos por los avances obtenidos. Casi es ocioso resaltar el hecho de que la labor interna que se ha desarrollado a favor del Politécnico, resulta del trabajo conjunto y coordinado de sus autoridades, profesorado y alumnos. No ha sido pues, sino la suma de un gran número de esfuerzos y el simple cumplimiento de las obligaciones inherentes a cada sector, para ser congruentes con el compromiso adquirido con la ciudadanía mexicana, la que en una forma o en otra, sustenta económicamente a nuestra institución y que tantas esperanzas cifra en ella. Participamos del principio de que la actitud de los funcionarios del instituto debe ser abnegación absoluta y la de estar imbuidos del gran honor que significa servir, dentro del límite de sus capacidades, a una de las causas más nobles, como es la labor educativa. Creemos y confiamos en el trabajo de conjunto: sustentamos la idea de que el funcionario debe ser humilde y que el esfuerzo aislado, por inteligente y capaz que sea dentro de una labor individual, puede desvanecerse en la inutilidad si no se coordina con otros que se polaricen hacia el mismo ideal.

guillermo Massieudirector general del ipn

28 de noviembre de 1967

los ciudadanos, así mismo que sea representativa del sentir del pueblo mexicano.

Existe la decisión de crear un comité organizador a nivel fede-ral para la celebración del primer centenario de la promulgación de la Constitución de 1917 que se celebrará en cuatro años más, es decir, en el 2017, sería conveniente que dada la experiencia y conocimientos de algunos compañeros decanos en este sentido, se hicieran algunas propuestas al respecto.

cho a huelga deben ser defendidos, que la jornada laboral se limite a 8 horas…!2

Días antes de la promulgación de la nueva constitución, Carranza la recibió y al leerla expreso: “esto es abominable y pone en riesgo la seguridad de México, no vendrá más inversión extranjera, nos moriremos de hambre.”3

Días después, Carranza, no tuvo más remedio que firmarla, la cual contenía los artículos más radicales como el 3°, el 27, el 123 entre otros, y que los diputados aplaudían y defenderían y de no ser acep-tada, desacreditarían a Carranza como figura revolucionaria.

Así se escribe una parte de la historia de la Constitución de 1917.

La otra parte significativa es que nues-tra Constitución a lo largo de los 96 años, y a cuatro años de cumplir un centena-rio, ha tenido distintas modificaciones, y con exactitud, de los 136 artículos originales que la componen, solo 22 de ellos permanecen intactos, es decir un 84% de su to-talidad han sido modificados, lo cual quiere decir que, frente a los cambios y en un contexto mundial globalizado, nuestra Carta Magna necesita modernizarse, adaptarse a los nuevos tiempos, pero sin olvidarse de la lucha y sacrificio de tantos mexicanos que ofrendaron sus vidas, para que la Carta Magna que nos rige, siga siendo la norma suprema, que acote las decisiones y alcances de los poderes públicos y defina los derechos y obligaciones de

2 Loc. cit.

3 Loc. cit.

13

Genealogía de la Escuela Superior de Ingeniería Textil, esit (1933-2013)

abRahaM o. Valencia floResPresIdencIa del decanato, InstItuto PolItécnIco nacIonal

14

Los textiles tienen un lugar central en la historia eco-nómica, política, social, cultural, obrera y educativa de México desde la época prehispánica. En el caso de la historia de la industria textil, los especialistas aluden que sus avatares muestran en cierto modo el

proceso general de industrialización mexicano. Igualmente, los historiadores del movimiento obrero confluyen en aceptar que los trabajadores textiles tienen un sitio de vanguardia en las pri-meras luchas proletarias del país. Debido a ello, la fundación de esit hace 80 años fue producto de una historia compleja que es preciso recapitular a grandes rasgos.

Porfiriato

La estabilidad política que proporcionó el régimen porfiriano po-sibilitó que se invirtieran cuantiosos capitales extranjeros para la creación de empresas textiles. En 1889, inició la construcción de la Compañía Industrial de Orizaba, Sociedad Anónima (cidosa) y la fábrica de Río Blanco en Tenango, al poniente de Orizaba, que poseía, en 1892, una capacidad de producción comparable a cual-quier fábrica europea.1 Junto a ella, se dio apertura a siete grandes fábricas de textiles a lo largo del Río Blanco y sus confluencias creando el primer corredor industrial de México.

Lo anterior implicó innovaciones tecnológicas en la produc-ción de textiles y la necesidad de trabajadores capacitados, pues en el caso de Río Blanco se tuvo que importar obreros de otros lugares como Puebla y Tlaxcala.2 A ello se aunó que el grueso de la población obrera no tenía acceso a los puestos principales de la administración general, ni a niveles técnicos superiores. A la larga, estos elementos crearon una conflictividad que se integró con una: “serie de agravios que los trabajadores experimentaban en el interior de las fábricas, como la prolongadísima jornada de trabajo y las multas por fallas en los equipos, que eran imputadas a los trabajadores. También eran acreedores de faltas que se les atribuían por recibir visitas en sus viviendas o por leer periódicos. Y por último, pero por eso no menos importante, debe mencio-narse las prácticas leoninas de los dueños de las tiendas de raya.”3

Como se sabe, esos agravios no fueron solventados por el lau-do arbitral de Porfirio Díaz, frente a ello, es bien conocida la his-toria de 22 huelgas textiles durante 1906 y 17 en 1907, incluyendo la sangrienta solución a la huelga de Río Blanco del 7 de enero de 1907. Bien lo dice Durand; “estas huelgas a nivel nacional refle-jaron el grado de combatividad que se desarrollaba en el medio obrero textil.”4 Cabe resaltar, que varios especialistas confluyen en referir que en esos acontecimientos tomó parte importante

1 Erika Yesica Galán Amaro, Estrategias y redes de los empresarios textiles en Orizaba 1889-1930, tesis Doctorado en Historia y Estudios Regionales, Universidad Veracruzana, Instituto de Investigaciones Histórico Sociales, 2010, p. 84.

2 Loc. cit.

3 Francisco Zapata, “Reseña de “La huelga de Río Blanco” de Bernardo García Díaz”, Historia Mexicana, México, El Colegio de México, vol. LVll, núm. 4, abril-junio, 2008, pp. 1215-1226.

4 José Durand, Auge y crisis de la industria textil mexicana, Colegio de Michoacán, Relaciones núm. 28, p. 72.

el nivel de conciencia de los trabajadores a través de innu-merables panfletos, periódicos, folletos, proclamas, manifies-tos elaborados y publicados por intelectuales como Ricardo Flores Magón y Antonio Díaz Soto y Gama, entre muchos otros inspirados en los ideólo-gos clásicos como Proudhon, Bakunin y Kropotkin.5

Revolución

Entre las demandas de los tra-bajadores textiles desde antes de 1910 se encontraba el establecimiento de una escuela que les permitiera ascender a la categoría de técnicos. Cabe resaltar que la primera fábrica en cumplir esta demanda fue San Lorenzo en 1912, cuyo sueldo del maestro fue pagado por cidosa y en 1916, “igualmente instalaron escuelas nocturnas en Río Blanco y Santa Rosa. Estas escuelas se enfocaron a la instrucción básica y técnica para aumentar la productividad de los obreros.”6 Toman especial interés estas medidas de distensión laboral por parte de las em-presas, una vez iniciada la parte más álgida de la contienda revo-lucionaria, no obstante, sin mayores datos, se infiere que el cierre de estas escuelas fue presa de los avatares que la industria sufrió cuando: “las empresas tuvieron que reducir su producción signi-ficativamente, y en algunos casos llegaron a cerrar, ello debido a la escasez de materia prima, el sistema de transporte militarizado y la economía paralizada.”7

A partir de 1917, “empezó un leve repunte de la economía na-cional que repercutiría en la industria textil. Unos años después, 1919-1921, los textiles gozaron de dos años de bonanza.”8 Tam-bién en esos años, tras la promulgación de la Constitución de 1917 surgieron nuevas tensiones obrero-patronales, pues con respaldo del artículo 123 de la Constitución de 1917 y la Ley de Trabajo del estado de Veracruz de 1918 se obligó a las fábricas con más de 100 trabajadores a establecer escuelas para sus obreros e hijos. Al prin-cipio, compañías como cidosa o Compañía Industrial Veracruzana S.A. (civsa) rechazaron estas disposiciones argumentando que “ya apoyaban a las escuelas públicas, pero con el tiempo y la presión de los sindicatos, cambiaron su posición apoyando sobre todo, a escuelas de oficios.”9 No obstante, la disposición empresarial siguió sometida a los vaivenes de la economía y a la incapacidad guberna-mental de hacer valer la Constitución.

5 Zapata, op. cit., p. 1221.

6 Aurora Gómez Galvarriato, “De operarios a obreros: la organización laboral” en Bernardo García Díaz, La huelga de Río Blanco, 1997-2007, Secretaría de Educación de Veracruz, Gobierno del Estado de México, Veracruz, 2007, p. 510.

7 Durand, op. cit. p. 73.

8 Loc. cit.

9 Galán, op. cit., p. 263.

15

Posrevolución

En 1921 se creó la sep y se nombró secretario a José Vas-concelos y a Roberto Medellín Ostos jefe de la Dirección de Enseñanza Técnica, quien pre-sentó un proyecto para estable-cer nuevas escuelas técnicas, entre ellas, una de industrias textiles.10 El proyecto fue acep-tado, pero a pesar de que se ela-boraron sus planes de estudio y se nombró director, no fraguó debido a un recorte presupues-tal a la educación. Esos años

empataron con altibajos de la industria textil, ya que entre 1922, 1923 y 1924, muchos industriales intentaron reducir la jornada de trabajo o clausurar temporalmente las fábricas para controlar sus problemas de producción.11

Aunque en 1925 hubo un repunte de la industria textil, al si-guiente la producción bajó: “por lo que toca al volumen de pro-ducción, desde 1926 se registró un descenso sostenido hasta 1929.”12 Durante esos años, el sindicato de Río Blanco “solicitó a la dirección de cidosa, civsa y San Idelfonso, ayuda para estable-cer una escuela técnica textil. Las compañías aceptaron ayudar y en 1929, cidosa donó 10 000 pesos, civsa y San Ildefonso 300 y el gobierno federal 13 650.”13 Diversos intentos por establecer una escuela textil, fueron intermitentes en la década de los veinte, no obstante, al iniciarse los treinta convergieron elementos políticos, empresariales y obreros que augurarían la creación y continuidad de dos de ellas.

La creación

Los años treinta iniciaron en plena crisis mundial, secuela de 1929: “en 1931 y 1932, la producción de textiles fue tan pequeña que apenas equivalió al 44% de la del año 1925.”14 No obstante, en “el año de 1932, con ayuda de algunas empresas y autoridades, se proyectó la creación de una Escuela Textil Rudimentaria, la cual fracasó.”15 Debido a ello, se hizo aún más demandante la in-tervención del gobierno con la finalidad de resolver el problema de las escuelas técnicas textiles, que por diferentes aspectos, entre ellos presupuestales, no habían logrado fraguar.

En noviembre de 1931, Narciso Bassols, titular de la sep, en-

10 Max Calvillo Velasco, Lourdes Rocío Ramírez Palacios, Setenta años de historia del Instituto Politécnico Nacional, tomo I, México, Instituto Politécnico Nacional, Dirección General, Presidencia del Decanato, 2006, p. 57.

11 Durand, op. cit. p. 73.

12 Loc. cit.

13 Galán, op. cit. p. 265.

14 Durand, op. cit.

15 Memoria relativa al estado que guarda el ramo de Educación Pública el 31 de agosto de 1934, tomo I Exposición, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1934, p. 199.

comendó la dirección del Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y comercial (detic) a Luis Enrique Erro, el cual tuvo entre sus propósitos cumplir las obligaciones educativas de la Ley Federal del Trabajo publicada 3 meses antes en el Diario Oficial de la Federación. Dicha disposición, además de conceder derechos importantes a los trabajadores a través del sindicato, la contratación colectiva y el derecho a huelga, estipuló el deber patronal de proporcionar alfabetización y capacitación a sus tra-bajadores. En este contexto educativo-laboral, en 1932 se creó la Escuela Politécnica Nacional con la finalidad de reorganizar el sistema educativo técnico, que implicó reconstituir y crear nue-vas escuelas para cumplir con los servicios de capacitación para el trabajo acorde a los planteamientos de la sep y la Ley Federal del Trabajo. Entre las escuelas creadas estuvieron la Escuela de Preaprendizaje y las Escuelas Textiles.16

La Escuela Federal de Industria Textil 1 (efit 1) fue inaugu-rada el 22 de enero de 1933 en Villa de Río Blanco por Bassols y Erro llevando el emblemático nombre “7 de Enero.” Cuatro meses después, fue abierta la efit 2 en la casa número 23 de la calle del Árbol, en Villa Obregón, Distrito Federal. Sus inau-guraciones fueron producto de la fusión de la voluntad estatal, obrero-sindical y patronal, pues acorde a la Ley Federal del Tra-bajo en 1934 de 77 alumnos inscritos en la efit 1, todos eran hijos de obreros sindicalizados y solo 35 eran pensionados por la sep. En el caso de la efit 2, de 76 alumnos, 35 eran pensionados por la sep, 27 por empresas industriales, 10 por el gobierno de Yucatán, 1 de Campeche y 3 por sindicatos, resaltando en la efit 2, que el alumnado estaba conformado por 52 obreros, 14 hijos de obreros y 10 extraños a la industria textil.17

Consideraciones finales

Como se sabe, ambas escuelas fueron fundadoras del ipn en 1936. Tres años después, la efit 2 cambió su nombre a esit tras añadírsele el carácter superior a sus estudios. La efit 1 se trans-formó en la Escuela Vocacional de Industrias Textiles y en 1947 en Escuela Técnica Textil e Industrial, para finalmente transfor-marse en Instituto Tecnológico Regional de Orizaba y dejar de formar parte del ipn en 1957. La fundación de la efit, hoy esit, fue posible gracias a un proceso histórico de gran envergadura. La idea central de este breve escrito fue mostrar que atrás de la fundación de cada escuela hay un proceso histórico complejo; circunstancial, coyuntural, pero también de esfuerzo y volunta-des. Si bien, la historia es mucho más compleja, difícil de reducir a este espacio, es necesario resaltar que parte del deber de la misma es hacer justicia a quienes trabajaron por las instituciones a las que pertenecemos. En el caso de la esit, aparte de la volun-tad personal de Bassols, Erro o Vallejo Márquez o la disposición empresarial, resalta la lucha de los obreros del ramo textil que desde el porfiriato habían demandado el establecimiento de una escuela como ésta. Larga vida a la esit en su 80 aniversario.

16 Loc. cit.

17 Loc. cit.

En la oficina del Decanato de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Unidad Zacatenco, el maestro decano Ángel Lucio Rojas Domínguez concedió a El Cronista Politécnico una amena charla en la que habló con gran entusiasmo de su vida estudiantil y profesional, al tiempo que nos hizo partícipes de algunos de los momentos más significativos para él con relación a su carrera, a su centro de trabajo, y a su estimado Instituto Politécnico Nacional.

Decano obra y experiencias

16

Ángel LucioRojas Domínguez

Decano de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánicay Eléctrica, UNidad Zacatenco

andRés oRTiz MoRalesPresIdencIa del decanato IPn

Mis padres fueron la señora Aurora Domín-guez Muñoz, originaria de Tlaxcala, Tlaxcala, y Lucio Rojas Tovar, de Tecali de Herrera, municipio de Puebla, ambos de procedencia humilde. El 2 de octubre de 1929 nací en la

ciudad de Puebla y, por falta de recursos económicos, mi acta de nacimiento se obtuvo en Apizaco, Tlaxcala. En esos tiempos, el país se encontraba aún sumergido en problemas políticos y econó-micos bastante graves, efectos de la Revolución Mexicana, fin de la guerra cristera y en Estados Unidos la depresión económica, esta última motivo de graves problemas en la sociedad y en el mundo, y tal vez, uno de los fundamentos de la segunda guerra mundial.

–A mi esposa, Bertha Francisca Hernández Silva, me atrevo a decir la conocí cuando nació y yo tenía un año de edad. Cabe agregar que ambos fuimos hijos únicos, crecimos en el vecindario propio de la época y, en su momento, llegó el matrimonio. Siem-pre vivimos al lado de mis padres. La descendencia: Lucia, Isaac, Jesús, Alejandra, Angélica y Rosalba. Bertha Francisca y Lucía ya han partido.

–En la calle Doce Poniente, entre la Cinco y Siete Norte de la ciudad de Puebla, se encuentran tres escuelas: Enrique C. Réb-samen para hombres, la Mariano Matamoros para mujeres y la Álvaro Obregón para niñas y niños, de párvulos. Mi asistencia fue a la Álvaro Obregón y a la Rébsamen. Los gratos recuerdos que dejaron no se olvidan.

Respecto al motivó que tuvo para estudiar en el ipn, el maestro nos comentó:

–En la década de los años cuarenta, la ciudad de Puebla conta-ba con la Escuela Normal y la Universidad Autónoma de Puebla (uap) –actualmente Benemérita Universidad Autónoma de Pue-bla (buap)–, por consecuencia, sólo se contaba con la secundaria Venustiano Carranza y la Prevocacional 7 como opciones para estudiar después de terminada la educación primaria. La “Prevo” llamaba la atención de los jóvenes por su oferta a la preparación técnica, que servía tanto para iniciar en el trabajo, como para se-guir estudiando ya fuera en las vocacionales número uno o dos, instaladas en la Ciudad de México. Eran tiempos difíciles para las familias, los padres enfrentaban mucha necesidad y había caren-cias muy notables en la sociedad, así que era bueno para los jóve-nes que pensáramos en una escuela que brindara una alternativa de trabajo en caso de no poder continuar los estudios.

Decano obra y experiencias–Mi ingreso a la Prevocacional 7, lo justificó totalmente el

trabajo en los talleres: electricidad, carpintería, herrería, ajuste, y las materias Física, Matemáticas, Biológicas y Ciencias Socia-les, por el alto nivel en su contenido, y por que se nos ponía en contacto con un oficio, que a su vez nos orientaba hacia la profesión.

–El uniforme de los estudiantes consistía de camisa blan-ca y pantalón del mismo color, suéter guinda con dos franjas blancas a la altura media del brazo izquierdo, y que decir del orgullo de portar sus escudos, el de la “Prevo 7”, del Politéc-nico y la imagen de la mascota; sin olvidar lo significativo que nos resultaban las experiencias que nos compartían los egre-sados de nuestra escuela. El contenido de los programas de estudio, los talleres y el medio imperante fueron determinan-tes para elegir estudios en el Instituto Politécnico Nacional, pues ya nos sentíamos parte de él, no obstante de la falta de medios económicos. Existía un camino perfectamente delimi-tado entre la Escuela Prevocacional, la Escuela Vocacional y la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (esime), por lo que desde muy jóvenes visualizábamos toda nuestra trayectoria formativa, algo que pienso se ha perdido en los estudiantes de ahora.

¿Cómo fue que eligió la carrera de Ingeniero Electricista? –Recuerdo con profunda admiración y agradecimiento al

profesor Alfonso Chávez, encargado del Taller de Electri-cidad, su enseñanza teórico-práctica fue determinante para que yo eligiera la carrera de ingeniero electricista. El diseño y construcción de pequeños transformadores y las instalaciones eléctricas realizadas, nos colocaron en el área de trabajo o del estudio, y siempre con la “camiseta puesta y sudada”. En la “Prevo” adquirimos el cariño y la seguridad para la carrera elegida.

–Ya en la profesional, tuve como profesores a grandes personalidades, como el doctor Enrique Bustamente Llaca, a quién escuchábamos con suma atención en elevadas diserta-ciones. Había en mi generación hambre por aprender, es decir, si no acudía el profesor nosotros abordábamos los temas, formábamos equipos de estudio para entender los conte-nidos complicados, y si no podíamos, nos acercábamos a otros compañeros o profesores, o tomábamos los cursos que nos hacían falta. Había un

17

fuerte compromiso con nuestra formación.¿Qué significado tiene para usted la docencia?

–Al egresar del nivel profesional, me incorporé al tra-bajo en la iniciativa privada, como ingeniero electricista. En

el terreno laboral, me inicié en Industrial Dufermex como jefe de diseño mecánico, en Allis Chalmers de México como

jefe de diseño de productos eléctricos y posteriormente en el ejercicio personal de la profesión. Las dos primeras dejaron huellas profundas en el aprendizaje que deja la investigación y la ingeniería aplicada. Diseñar y crear una máquina eléctrica es muy satisfactorio.

–Me invitaron a dar clases de manera informal en la esi-me, allá por 1960. Sería dos años después cuando obtuve mi primer nombramiento como profesor en el Instituto, casi de manera accidental, pues a dos años de colaborar como docente me convocaron para arreglar un problema administrativo, fue entonces cuando los encargados del área de recursos humanos se dieron cuenta de que estaba trabajando sin nombramiento y de inmediato me lo expidieron. Desde entonces no he dejado mi labor de docencia en el ipn.

Considero que en la función de maestro no es suficiente la enseñanza del contenido de un programa sea teórico o prác-tico, en el aula o en el laboratorio respectivo. Pienso que el profesor debe considerar la constante transición de la socie-dad y tener clara la visión de un mundo industrial e inmerso en un vertiginoso avance tecnológico, con cambios sociales también constantes, esto conlleva a la necesidad de adquirir conocimiento de sistemas educativos a nivel de la enseñanza superior, estar al tanto de los cambios en nuestra área de co-nocimiento, así como de la ciencia de la enseñanza. El término docencia es rico en significados, y yo estoy convencido que es más importante lograr que el alumno desarrolle su potencial, inducirlo para que aprenda por él mismo. Ser docente implica formar seres humanos con ética.

–Además del conocimiento profesional que se adquiere para el beneficio del alumno y personal, como miembro de la comi-sión de honor –y actualmente secretario de la misma–, estoy interesado en la problemática de los alumnos, la cual va más allá de lo creíble, y que es deseable solucionar de la mejor ma-nera posible, aún cuando la forma operativa no es fácil.

¿Qué le representa la investidura de decano, sus funciones e identidad politécnica?

–La investidura del decano es responsabilidad. Queda en mi memoria que los estudiantes desde la prevocacional, ya tenían la camiseta “puesta y bien sudada”, y que decir de nuestro paso por la vocacional. Actualmente percibo que muchos alumnos que ingresan a la carrera, lo hacen con diferentes grados de conocimiento y una pobre o nula identidad hacia el Politécni-co, en tales condiciones, el decano debe inculcar con ahínco

el amor y el respeto a nuestro Institución. ¿Cómo? Mediante la difusión del acervo histórico, señalando las bondades que representan sus materias y sus laboratorios, propiciando la re-flexión sobre el éxito que se alcanza en los concursos, todas estas herramientas que pone el ipn en sus manos son el inicio de su propio futuro.

–Los académicos, los colegios, el Consejo y autoridades de-ben ser parte fundamental de un equipo de trabajo para alcan-zar dichas metas, de esta forma, las funciones y actividades del decano quedan respaldadas y son parte de un todo bien estructurado.

De los diversos premios y condecoraciones que ha recibido ¿cuál encierra un valor especial para usted y por qué?

–Me siento contento y satisfecho por haber sido llamado para colaborar en la enseñanza del Diseño de Máquinas Eléc-tricas en un entorno en que la frontera estaba cerrada par la importación del 85% de productos eléctricos, así que el diseño y construcción de máquinas eléctricas dependía por entero de la creatividad de los maestros e ingenieros de la esime. Del mismo modo me fue grato haber colaborado con el ingeniero Miguel de la Vega para la formación de la opción de titulación de Diseño de Máquinas Eléctricas.

–Otra satisfacción más fue el haber colaborado con la op-ción de Control y Automatización, impartiendo la materia de Conversión de la Energía III, y pasado el tiempo acepté cola-borar desde su inicio, en la Carrera de Control y Automatiza-ción; me enorgullece también haber participando como pre-sidente de la Academia de Ingeniería Eléctrica y por lo tanto como miembro del Primer Colegio.

–También conservo con cariño una placa metálica otorgada por el entonces jefe de la carrera de ingeniería eléctrica, el in-geniero Daniel Bolaños González, reconocimiento que recibí el 20 de julio de 1984, por mi colaboración como coordinador de los Laboratorios Pesados II.

—Me resultan también significativos las medallas y diplo-mas que he recibido por servicio docente en el Instituto Poli-técnico Nacional durante 25 y 40 años, y el diploma de Maes-tro Decano, al que me hice acreedor el 15 de mayo de 2004.

¿Qué valor ético considera fundamental dentro de su pro-fesión?

–Que mejor que una virtud: la sabiduría para quienes están en mi entorno y me ayudan a vivir. La realidad encierra un cúmulo de experiencias sociales, políticas… que cada uno de nosotros ha vivido y de ahí se desprende una filosofía, la cual queremos inculcar a nuestros alumnos para que ellos obten-gan el mejor provecho, para todo un bien individual, familiar y social.

18

19

Gustavo Baz González

guadalupe salinas casTilloMaestra decana de la

esca, unIdad tePePan, InstItuto PolItécnIco nacIonal

MaRía esTela casas heRnándezsubdIrectora acadéMIca,

esca, unIdad tePePan, InstItuto PolItécnIco nacIonal

El maestro y contador público Gustavo Baz González nació el 23 de marzo de 1926, en la Ciudad de Méxi-co. Realizó Sus estudios académicos profesionales en la Escuela Superior de Comercio y Administración (esca), dependiente del Instituto Politécnico Nacional e inme-

diatamente después de haberlos concluido, en 1948, se incorporó en di-versos despachos de contadores públicos, como fueron el de Fernando Diez Barroso (1949); de Mancera Hermanos (1950); el de Prieto, Ruiz de Velasco y Compañía (1950-1951); y al Despacho Peat, Marwick, Mitchell & Co. (1952-1953).1

En 1951, trabajó como técnico-contable en la Dirección de Tarifas, adscrita a la Comisión de Tarifas de Electricidad y Gas, reportándo-se directamente con el también maestro de la esca, Andrés Montero. Sustentó su examen profesional el 20 de diciembre de ese mismo año, siendo aprobado por unanimidad; fungieron como miembros del jurado los maestros Andrés Montero, Fernando Navarro, Alejandro Hernández Alarcón, José Silva Guerrero y Aristeo Barrueta.

Es digno de destacar que el contador Baz incluyó en su tesis “Algu-nos intangibles de carácter legal”, una dedicatoria al doctor Gustavo Baz Prada, médico, político que ocupó los cargos de gobernador del Estado de México, senador y secretario de Salubridad y Asistencia, entre otros, pues era su tío. La inscripción dice textualmente:

Ilimitada es mi gratitud al doctor Gustavo Baz Prada por haber vertido, de su caudal de experiencias, consejos que han dilatado el horizonte de mi vida.2

El 20 de enero de 1953 inició sus actividades en la empresa Ford Mo-tor Company, incursionando así en uno de los campos que le generaría gran interés: la industria automotriz. Ahí realizó auditorias especiales a distribuidores; desempeñó los cargos de auditor viajero, supervisor de crédito, así como de asistente del tesorero general. Colaboraría también

1 Curriculum Vitae Gustavo Baz González, Archivo Histórico María Guerrero, de la Escuela Superior de Comercio y Administración, Unidad Tepepan, en adelante (ahesca, ut) fondo Documental, serie, Biografías, exp. egresados distinguidos.

2 ahesca, ut, fondo fototeca, 1962, exp. Gustavo Baz González.

para la Volkswagen Interamericana (1965-1966), y en Nissan Mexicana (1967-1993), empresa de la que se jubiló como funcionario de base. Sin embargo, a partir de 1994, Baz González prestó sus servicios profe-sionales independientes en Nissan Mexicana como asesor del director general. En la Junta Corporativa de dicha empresa, celebrada el 13 de enero de 1994, el licenciado Masao Horie, con su carácter de director general, entregó al señor Baz González una placa de bronce en cuyo texto grabado sobresale: “En reconocimiento a toda una vida dedicada a nuestra empresa”. Entonces fue designado por la Asamblea General de Accionistas de Nissan Mexicana, como su comisario (auditor estatua-rio), cargo que desempeñó hasta 1997.

En el campo del financiamiento, durante el periodo de 1960 a 1965, colaboró en el Banco Nacional de México, trabajando en su afiliada Fi-nanciadora de Ventas, como asesor de la Dirección General, en la ela-boración y promoción de planes de financiamiento, especialmente para negocios dedicados a la distribución y venta de automóviles.

Actividades académicas

A través de un examen de oposición que realizó en 1954, Gustavo Baz González fue nombrado catedrático de la Escuela Superior de Comer-cio y Administración, asignándosele las cátedras de Contabilidad de Sociedades I y Contabilidad Superior II, entre otras materias. Durante diversos periodos desempeñó el cargo de presidente de academia en las mencionadas cátedras.

En 1960, participó en el examen de oposición promovido por la em-bajada de Italia en México, y patrocinado por la Corporación Olivetti, para realizar estudios de posgrado en el Istituto Postuniversitario per lo Studio dell’Organizzazione Aziendale, adscrito a la universidad de Tori-no; ganó un lugar y consiguió su diplomado en junio de 1961. En 1962, Baz González se sumó al concurso promovido por el Instituto de Cultu-ra Hispana de Madrid, para realizar el doctorado en la Escuela Superior de Comercio de Madrid.

El maestro Baz González llevo a cabo una serie de viajes de inves-tigación: en 1961, realizó una visita al Instituto Politécnico de Zurich, conociendo su organización y alcances; en 1964, a invitación del Istituto Postuniversitario per lo Studio dell’Organizzazione Aziendale, efectuó

20

Distinciones recibidas

El ingeniero Manuel Garza Caballero, en su carácter de director general del Instituto Politécnico Nacional y por acuerdo del Consejo General Consultivo, el 15 de mayo de 1985, le otorgó a Baz González la presea “Juan de Dios Bátiz” por haber cumplido 30 años de servicios acadé-micos, “como justo reconocimiento al trabajo y la perseverancia de los miembros de la comunidad politécnica”;3 también por parte de la Secre-taría de Educación Pública recibió la presea “Rafael Ramírez”.

En julio de 1989, el Colegio de Contadores Públicos de México, nom-bró a Gustavo Baz González socio vitalicio. En noviembre, la Asocia-ción de Ex alumnos de la Escuela Superior de Comercio y Administra-ción, le designó maestro distinguido, habiéndole otorgándole la “Presea Fernando Diez Barroso”.

En una ceremonia efectuada el 15 de mayo de 1993 en la Escuela Na-cional de Medicina y Homeopatía, el director general del ipn Oscar Joffre Velázquez dijo a los profesores allí reunidos:

Una vez más participo en el homenaje a los maestros de nuestro querido Instituto para expresarles mi felicitación y hacerles patente mi más profundo reconocimiento por su entrega a la noble causa de enseñar. Sabemos que detrás de cada uno de ustedes hay mu-chos jóvenes a quienes modelan con gran responsabilidad, para que el día de mañana se incorporen a una sociedad a la que están destinados a transformar con su trabajo y con los conocimientos que les han proporcionado.4

Entre otros reconocimientos a los profesores, el director general entregó a Gustavo Baz González la distinción de “Maestro Emérito” otorgada por acuerdo del Consejo General Consultivo, por su antigüedad en el servi-cio académico y por su relevante labor docente y de investigación, por su obra representada en libros, artículos y trabajos publicados, conferencias, seminarios y cursos impartidos, con lo que el maestro Gustavo Baz había contribuido de manera eficaz al incremento del prestigio del Instituto.

El profesor Baz González dedicó con carácter recreativo al pedes-trismo, habiendo participado desde septiembre de 1986 hasta agosto de 2011 en más de 300 carreras (incluyendo maratones y medios marato-nes), que se celebraron en diversas ciudades de la República Mexicana y de Estados Unidos; en las que obtuvo medallas, trofeos y diplomas.

Gustavo Baz González se distinguió en su vida profesional en dos ámbitos que lo enriquecieron como persona: como maestro de la esca comprometido con la docencia, y que se debía a sus alumnos, y también como contador público que destacó en la iniciativa privada, concreta-mente en el sector automotriz. Sin duda la experiencia adquirida en la práctica, en los diferentes puestos que desempeñó en diversas empresas, le permitió proporcionar a sus alumnos una visión de lo que el sector productivo esperaba de los egresados de la esca, y sin duda les señaló aquellas virtudes que los harían destacar como profesionistas. El maestro falleció en la Ciudad de México, el 25 de octubre de 2011. Sobreviven sus hijos: María de los Ángeles, Juan Gustavo, Sofía Eugenia y Alejandro.

3 Gaceta Politécnica, año XXII, número 16, abril-mayo de 1985, p. 25.

4 Gaceta Politécnica, año XXIX, volumen XXIX, número 340, mayo de 1993, pp. 1, 4.

conjuntamente con un grupo de profesores italianos un viaje de inves-tigación a centros de enseñanza superior e industrias de importancia relevante en países escandinavos; en diversas ocasiones, el profesor Baz González realizó viajes de estudio a Japón, Italia, España, Francia, Alemania, Brasil, Corea del Sur, China, Rusia, visitando además plantas dedicadas a la fabricación de vehículos y autopartes y empresas distri-buidoras de vehículos automotores.

Durante 1980, el profesor Baz González, fue nombrado miembro del Consejo Técnico Consultivo de la esca. El 31 de mayo de 1992, a instan-cias del propio profesor, fue jubilado del Instituto Politécnico Nacional, con una antigüedad de 37 años de servicios docentes; sin embargo, con-tinuó impartiendo sus lecciones de Contabilidad de Sociedades I y Con-tabilidad de Sociedades II hasta el 3 de febrero de 1993, ostentando, así mismo el nombramiento de presidente de academia en esas asignaturas.

El profesor Baz González escribió textos como Curso de Conta-bilidad de Sociedades (1975); además de haber escrito obras que aún permanecen como inéditas: Centenario de la Universidad Nacional Au-tónoma de México 1910-2010; Justas atléticas en su vigésimo quinto aniversario 1985-2010; Semblanza histórica de Nissan Mexicana S.A. de C.V. en su quincuagésimo aniversario 1961-2011; Memoria de un sexagésimo aniversario profesional 1951-2011; Sucinta semblanza del Instituto Politécnico Nacional; Apología del Imperio del sol (Imperio azteca.)

El profesor Baz González colaboró en diversas revistas y boletines, entre las que se pueden mencionar: El sentido contable actual; Finanzas y contabilidad; Notidad; y Boletín IPSOA. Debido a su productividad se le consideró como maestro distinguido, y se le incluyó en el cuadro de honor que comprende el periodo 1962-1974.

Gustavo Baz tenía afición por la litografía, diseñó dibujos y pinturas entre las que destacó el escudo que él elaboró para participar en respues-ta a la convocatoria de 1962 para seleccionar un nuevo emblema insti-tucional que identificara al Instituto como centro superior de enseñanza y su participación en el desarrollo económico y social del país. Dicho trabajo es de una calidad y estética destacable y muy original. El original se encuentra a resguardo del Archivo Histórico María Guerrero de la esca Unidad Tepepan, donde se exhibe de manera permanente.

En respuesta a la convocatoria de 1962, Gustavo Baz diseñó el escudo que elaboró para participar en la selección de un nuevo emblema institucional.

21

Prestigio politécnico

Wilfrido Massieu,militar que impulsó la educación técnica en México

andRés oRTiz MoRalesPresIdencIa del decanato, InstItuto PolItécnIco nacIonal

22

Wilfrido Massieu nació en Tacubaya, Distrito Federal, el 27 de diciembre de 1878, hijo de Luis Massieu y de Clotilde Pérez.1 Ingresó al Colegio Militar el 22 de diciembre de 1896, en el Departamento de In-genieros, donde permaneció hasta el 4 de diciembre

de 1904, momento en que alcanzó el nombramiento de teniente del Cuerpo de Ingenieros Constructores.2 Debido a su formación como ingeniero, realizó obras para la milicia como la construcción de un puente sobre el Gran Canal, y las obras de cimentación en la Escuela de Tiro de San Lázaro, ambas en 1905.3

Massieu tuvo su primer acercamiento a la docencia cuando fue nombrado profesor de la clase de Telegrafía en la Escuela Militar de Aspirantes. Todavía en la Ciudad de México sus superiores aprobaron un presupuesto que él pre-sentó, y obtuvo la dirección de la obra de reparaciones en el Cuartel de San Cosme. Ese mismo año partió a San Luis Potosí, para hacerse cargo de obras que se realizaban en aquella zona. Eusebio Mendoza Ávila refiere que en ese lugar conoció a María Helguera Ceballos, con quien contraería matrimonio dos años más tarde.4 En 1906 regresó a la capital para realizar obras en el cuar-tel de Caballería en Tlalpan, y un año después se le comisionó para el trazado de dos puentes sobre la prolongación del Gran Canal de desagüe de México.5 El 24 de julio de 1908 se le ordenó marchar a Veracruz, donde fungió como director de las obras de los cuarteles de infantería, artillería, prisión militar, hospital militar, arsenal y Fortaleza de San Juan de Ulúa.6

En 1909 regresó a San Luis Potosí, pues se le ordenó hacerse cargo de las obras del Cuartel Federal, y para 1910, inspeccionar las reparaciones que se hicieron en la Estación de Pilotos y Casa del Vigía en el puerto de Tampico.7 En noviembre de ese año estalló el movimiento revolucionario encabezado por Francisco I. Madero en contra de la reelección de Porfirio Díaz, a quien se obligó a renunciar el 25 de mayo de 1911. Mientras tanto Massieu se encon-traba como profesor de Señales y Comunicaciones de Campaña en el Colegio Militar, el 28 de abril ascendió a mayor del Cuerpo de Ingenieros Construc-tores; a finales del año pasó a la Comisión de Vigilancia de la Instrucción de los alumnos de la Escuela de Aviación de Balbuena.8 La elección de Madero al cargo de presidente de la república no tuvo mayor trascendencia para él, pues el Ejército Federal –como todo el aparato administrativo del porfiriato–, se mantuvo intacto.

Fue el 13 de junio de 1912 cuando el mayor Wilfrido Massieu causó alta como jefe del Detall9 del Parque de ingenieros, puesto donde lo sorprende el golpe militar que inició el 9 de febrero de 1913 en contra del presiden-te Madero, organizado por los generales porfiristas Gregorio Ruíz y Manuel Mondragón, quienes liberaron de la prisión a Félix Díaz y Bernardo Reyes. En el parte militar del 10 de febrero el general brigadier José González Moreno, jefe del Departamento de Ingenieros, informó:

Ayer en la mañana como a las 11:30 horas en que tuvo lugar el primer tiroteo de la Ciudadela, subí a las azoteas de este establecimiento con el objeto de repartir a la poca gente con que cuento para la defensa de este parque, más no bien acabábamos de subir, cuando fuimos tirotea-dos por la fuerza del Batallón de Seguridad que se encontraba en las

1 Archivo Histórico Central del Instituto Politécnico Nacional (en adelante ahc ipn), fondo Colección Especial y Reservada, (en adelante cer), sección Wilfrido Massieu (en adelante wm), hoja de filiación a la sep.

2 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente militar, pp. 1, 9.

3 Ibidem, pp. 5, 6.

4 Eusebio Mendoza Ávila, Semblanza biográfica del maestro, general e ingeniero Wilfrido Massieu Pérez (1878-1944), México, Instituto Politécnico Nacional, 1997, p. 18.

5 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente militar, pp. 6, 10.

6 Ibidem, p. 6.

7 Ibidem, p. 7.

8 Ibidem, p. 13.

9 Es la oficina de archivo, partes y papeleo de un cuerpo militar de tropa.

azoteas de la cárcel de Belém, habiendo resultado herido el mayor Wilfrido Massieu.10

Ese día sería tomada la Ciudadela como centro de mando de los rebeldes.Después de curarse en su domicilio de la herida que recibió en el brazo dere-

cho, el mayor Wilfrido Massieu se presentó al servicio el 22 de febrero de 1913, día en que fueron ejecutados Madero y Pino Suárez a un costado de la cárcel de Lecumberri. El 3 de marzo Victoriano Huerta dispuso algunas promociones en la milicia, entre ellas la de Massieu, nombrado teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros Constructores, por méritos en campaña, quien continuó comisionado en el Parque General del Arma.11

Continuando con su carrera militar, combatió a los revolucionarios en el norte del país. El 13 de junio de 1913 fue comisionado en la columna que marchó a Coahuila, al mando del general Joaquín Mass. Massieu tomó parte del asalto y toma de Monclova, en agosto del mismo año.12 El 28 de febrero de 1914 ascendió a gene-ral brigadier de ingenieros, causando baja del Cuerpo de Ingenieros Constructores y alta en la Plana Mayor del Ejército Federal.13 Nombrado jefe de armas en Monterrey, defendió la ciudad con 2 500 soldados del ataque de los constitucionalistas al mando del general Felipe Ángeles, el cual inició el lunes 20 de abril. Luego de cruentos combates, el general Massieu envió un parte al general Ángeles el día 22, “para comunicarle que el día anterior fuerzas de la infantería de marina de los Estados Unidos habían ocupado el puerto de Veracruz. En nombre del gobierno del Centro invitaba a los revolucionarios a dar por terminada la contienda y a que todos juntos lucharan contra el invasor”.14 Ángeles rechazó la solicitud, y conminó a Massieu a rendir la plaza. Ante la negativa, continuaron la lucha, que terminó el día 24 con la evacuación de Monterrey por parte de los federales rumbo al cañón de Santa Ca-tarina. “Al atardecer, las fuerzas revolucionarias del Cuerpo de Ejército del Noreste entraron triunfantes a la ciudad. Allí recogieron 6 piezas de artillería, 1 400 carabinas, 800 granadas de artillería y muchos pertrechos de guerra ¡Un espléndido botín!”15

Por prescripción médica Massieu solicitó el 17 de junio de 1914 una prórroga por licencia otorgada para permanecer en la capital por un mes.16 No se volvería a incorporar a su puesto, pues los Tratados de Teoloyucan se firmaron el 13 de agos-to, donde además de establecerse las condiciones para la salida del Ejército Federal de la Ciudad de México, se fijó la disolución del mismo. A partir de ese momento, Wilfrido Massieu pasó penurias económicas debido a la falta de empleo y a la difícil situación en que se hallaba todo el país, lo que lo obligó a vender parrillas de barro de su propia inventiva, y ocuparse como empleado de una feria de barrio.17

Sin embargo su suerte abría de cambiar, pues el 24 de octubre de 1917 retomó la enseñanza, gracias a que el general Silvino M. García, director del grupo “A” de la Legión de Honor consigue para Massieu el puesto de profesor de Conferencias y Academias, y después ocuparía el puesto de profesor de Reglamento de Infantería del grupo “F”, en el cuartel de San Diego, en Tacubaya.18 Ese mismo año el 1º de mayo obtuvo también el cargo como profesor de Máquinas de vapor de la Escuela de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, y en 1919 como profesor de Dibujo lineal de la misma institución.19

Gracias a su formación como ingeniero militar, el ingeniero Severino Martínez Gómez gobernador del estado de San Luis Potosí, lo nombra director de la Es-cuela Industrial Militar a principios de 1920, cargo que tuvo que dejar en abril de-bido al triunfo de la rebelión del Plan de Agua Prieta, que en su artículo segundo

10 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente militar, p. 15.

11 Loc. cit.

12 Ibidem, p. 16.

13 Ibidem, p. 17.

14 Crónica Ilustrada, Revolución Mexicana, ¡Desplome federal! núm. 44, 21 de junio de 1967, pp. 5-8.

15 Loc. cit.

16 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente militar, p. 18.

17 Mendoza Ávila, op. cit., p. 20.

18 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente militar, p. 19.

19 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente administración pública, hoja de servicios sep, s/n.

23

decía: “Se desconoce a los funcionarios públicos cuya investidura tenga origen en las últimas elecciones de poderes locales, verificadas en los estados de Gua-najuato, San Luis Potosí, Querétaro, Nuevo León y Tamaulipas”.20 Por lo tanto el presidente De la Huerta desconoció a Severino Martínez como gobernador y dio su apoyo a Rafael Nieto, circunstancia que llevó a Massieu a conseguir otro empleo en la gerencia de los tranvías de San Luis.21

En septiembre de 1921 como parte del proyecto para impulsar la enseñanza técnica, Roberto Medellín, entonces jefe del Departamento Escolar (responsable de la enseñanza primaria, técnica y normal) de la nueva Secretaría de Educación Pública (sep), presentó al secretario de Educación José Vasconcelos (1921-1924), la propuesta de creación de una Escuela de Ferrocarrileros para “desarrollar las vías de comunicación, así como mantenerlas en buen estado. Por tanto, esta escuela se encargaría de formar obreros especializados en la conducción de los trenes, en el manejo de los frenos de aire comprimido, en el mantenimiento de las señales ferroviarias, en el servicio de carga y de pasajeros, etcétera.”22 El hermano mayor de Wilfrido, –también ingeniero militar– Luis Víctor Massieu, quien había trabajado como profesor de la Escuela Nacional de Artes y Oficios para Hombres de la Ciudad de México desde 1907, y como director de En-señanza Técnica, Industrial y Comercial en 1922, ascendió en 1923 a jefe del Departamento Escolar de la sep,23 y debió intervenir a favor de Wilfrido para que Vasconcelos le designara como director de la Escuela de Ferrocarrileros, el 1º de enero de 1922. Esta escuela estaba en construcción, por lo que en septiembre, la sep reportó respecto a los trabajos en esta institución que:

Se ha dado ya principio a la construcción de los edificios para clases, ofi-cinas, almacén talleres y casa del conserje; empleándose cimentación de mampostería de piedra, muros de tabique, techos de bóveda plana y vigue-tas de fierro y pisos de duela americanos; para el cobertizo que fue com-prado a la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, se está haciendo la cimentación de cemento armado y revestimiento de tabique.24

Sin embargo los trabajadores ferrocarrileros agremiados se opusieron al con-trol de la futura escuela por parte de la sep, y lograron que ésta quedara bajo el control de la Confederación de Asociaciones de Ferrocarrileros, rama de la Confederación Regional Obrera Mexicana (crom). Entonces la construcción se suspendió, y a Massieu se le nombró director de los cursos nocturnos de la Es-cuela de Artes Gráficas en enero de 1923.25

El proyecto de la Escuela de Ferrocarrileros se transformó en el Instituto Técnico Industrial (iti), inaugurado el 28 de noviembre de 1924 del cual fue primer director Wilfrido Massieu.26 En la ceremonia de clausura de los cursos semestrales de 1925, el alumno Simón Guzmán diría:

Los alumnos del Instituto Técnico Industrial rendimos hoy la primera jor-nada en el esfuerzo de nuestras actividades, y este hecho, que pudiera perderse en la trivialidad de los sucesos de la vida diaria o confundirse con una de tan-

20 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/sanluis/html/sec_80.html, 26 de septiembre de 2011.

21 Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, tomo 3, México, Porrúa, p. 2153.

22 Claude Fell, José Vasconcelos. Los años del águila. 1920-1925. Educación, cultura e iberoamericanismo en el México postrevolucionario, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 1989, Serie: Historia Moderna y Contemporánea, p. 197.

23 Fell, op. cit., p. 153.

24 Boletín de la Secretaría de Instrucción Pública, 1º de septiembre de 1922, tomo I, núm. 2, México, Dirección de Talleres Gráficos, p. 95.

25 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente administración pública, hoja de servicios sep, s/n.

26 Max Calvillo Velasco y Lourdes Rocío Ramírez Palacios, Setenta años de historia del Instituto Politécnico Nacional, México, Instituto Politécnico Nacional, Presidencia del Decanato, 2006.p. 67.

tas ceremonias de la colectividad escolar, tiene para nosotros una profunda trascendencia y una alta significación; señala el primer esfuerzo práctico del pueblo, por medio del trabajo; es el cumplimiento de una promesa que los hombres del gobierno nos hicieron al iniciar la renovación de nuestra estruc-tura social, asegurándonos que todos, sin distinción, participaríamos de los beneficios de la obra educativa.27

En el iti se preparaban técnicos electricistas, técnicos en soldadura, y técnicos en ebanistería.28 Además de director, Massieu ocuparía el puesto de profesor de enseñanza de materias preparatorias y especiales.

En agosto de 1932, el jefe del Departamento de Enseñanza Técnica, In-dustrial y Comercial, Luis Enrique Erro, habló de una importante reforma a la enseñanza técnica, la cual implantaría la preparatoria técnica en tres es-cuelas, entre ellas el Instituto Técnico Industrial,29 por lo que al aplicarse los cambios, el nombramiento de Wilfrido Massieu cambió a profesor de Es-cuela Técnica Preparatoria, al tiempo que continuó como director del iti.30

En 1935, cuando se iniciaba el proyecto de la creación del Instituto Poli-técnico Nacional (ipn), la construcción en Santo Tomás se le asignó al inge-niero Juan de Dios Bátiz, acompañado por Wilfrido Massieu, quien también hacía de maestro de obras. Con la estructuración del ipn en 1936, el Instituto Técnico Industrial impartía en el mismo local los niveles de enseñanza pre-vocacional y vocacional,31 y para 1937 fue denominado Escuela Vocacional Número Uno,32 por lo tanto Wilfrido fue asignado como director de la Es-cuela Vocacional e Industrial, con un sueldo mensual de $430.00.33

El primero de mayo de 1940 Massieu asumió el cargo de director general del Instituto Politécnico Nacional (1940-1942),34 de manos del presidente Lázaro Cárdenas. Sin embargo con el cambio de administración federal se puso en peligro la existencia del ipn, pues en enero de 1942, el secretario de Educación Octavio Véjar giró un acuerdo para que Massieu ocupara el cargo de director de la Vocacional 1 “por haber cesado en el puesto de director del Instituto Politécnico Nacional por desaparición del mismo”.35 Un movimiento estudiantil salvó de la inminente desaparición al Politécnico, pero Massieu renunció a su dirección en abril de 1942 y regresó al trabajo en la Vocacional Uno.

Wilfrido Massieu falleció el 26 de marzo de 1944, en Acapulco Guerrero. En su honor el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos Número 11 lleva su nombre desde el 1º de febrero de 1951, cuando fue creado como Escuela Técnica Industrial.

27 Boletín de la Secretaría de Instrucción Pública, julio de 1925, tomo IV, núm. 4, México, Dirección Editorial, p. 141.

28 Mendoza Ávila, op. cit., p. 31.

29 Memoria relativa al estado que guarda el ramo de Educación Pública, el 31 de agosto de 1932, tomo I, México, Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública, p. 411.

30 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente administración pública, hoja de servicios sep, s/n.

31 Memoria de la Secretaría de Educación Pública, septiembre de 1935–agosto de 1936, presentada al H. Congreso de la Unión por el C. secretario del ramo, Lic. Gonzalo Vázquez Vela, México, Secretaría de Educación Pública, p. 123.

32 Memoria de la Secretaría de Educación Pública, de septiembre de 1936 a agosto de 1937, presentada al H. Congreso de la Unión por licenciado Gonzalo Vázquez Vela, secretario del ramo, tomo I, México, Secretaría de Educación Pública, D.A.P.P., p. 81.

33 ahc ipn, fondo cer, sección wm, expediente administración pública, hoja de servicios sep, s/n.

34 Loc. cit.

35 Acuerdo de Roberto T. Bonilla, subsecretario de Educación Pública, al director general de administración, 14 de enero de 1942, Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública, Expedientes personales; otra copia en ahc-ipn, Documental.

24

Rosa adRiana RiVeRa díazProfesora de la dcyc, InstItuto PolItécnIco nacIonal

eMilio aRRoyo oRRalaProfesor del cIdetec, InstItuto PolItécnIco nacIonal

eduaRdo Vega alVaRadoMaestro decano del cIdetec, InstItuto PolItécnIco nacIonal

Actualmente en todas las unidades de nuestro Institu-to Politécnico Nacional se cuenta con computadoras personales en número suficiente para atender la de-manda tanto estudiantil como operativa; sin embargo, hace cerca de 30 años la situación era muy diferente,

ya que sólo unas cuantas escuelas contaban con sistemas de cómputo, las más de las veces obsoletos, y el acceso a los mismos era sumamente restringido. Para corregir esa situación, a partir de 1986 se implementó un programa institucional de autoequipamiento en materia de cómputo, con la idea de manufacturar microcomputadoras a costos competitivos aún en pequeña escala de producción, que permitieran tanto instalar aulas didácticas de cómputo como equipar las unidades para labores ad-ministrativas, y cuyo mantenimiento preventivo y correctivo pudiera rea-lizarse con el personal e infraestructura propios; como resultado de ese proyecto entre 1987 y 1993 se diseñaron y construyeron tres modelos de máquinas, la IPN e16, la IPN e16-m y la IPN e32, con una producción total de 1189 unidades. La base del programa fue una computadora per-sonal de 16 bits con un microprocesador Intel 80188; estos datos proba-blemente no digan algo a quienes son ajenos a la computación, pero en su momento esa era tecnología de punta, y el hecho sería equivalente a fabricar hoy en día tablets como las Ipad en alguna de nuestras escuelas, integrando desde la circuitería hasta el chasis.

La piedra angular de todo este proyecto fue la computadora IPN e16, creada por el doctor Miguel Lindig Bos, distinguido politécnico que de-dicó su carrera a servir a nuestro Instituto, comenzando como docente e investigador, y ocupando diversos cargos hasta convertirse en coordina-dor general de Servicios Informáticos. Fue un diseño pensado en sus dos amores: la computación y el Instituto Politécnico Nacional, generado sin afán de lucro y dejando de lado los privilegios que hubiese obtenido de haber patentado sus creaciones. En 1982, encontrándose asignado a la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (upiicsa), el doctor Lindig propuso a las autoridades del

Instituto sustituir, mediante redes de m ic rocomputa -doras, el esquema tradicional de una minicomputadora central y varias ter-minales periféricas, lo cual proporcio-naría mayor flexi-bilidad y una re-ducción drástica de costos, al tiempo que contribuiría a evitar la dependen-cia tecnológica; en respuesta a su ini-ciativa, en septiem-bre de 1983 recibió apoyo económico institucional con el cual diseñó un prototipo de computadora personal de 16 bits, cuya primera versión quedó completada y en condiciones operativas en agosto de 1984. El prototipo, bautizado como Almita II, competía ventajosamente contra los equipos comerciales equivalentes, alcanzando un rendimiento 3.4 veces superior al de una máquina IBM PC, el estándar de facto en ese entonces.

En 1985, Miguel (como quería que lo llamáramos quienes tuvimos la fortuna de compartir su amistad), presentó otro proyecto para equipar un aula de cómputo de la entonces Sección de Estudios de Graduados y de Investigación Científica y Tecnológica (segicyt) de la upiicsa con 10 máquinas, usando una versión mejorada de la Almita II. El proyecto fue aprobado, y después de solventar algunos problemas de financiamiento, los primeros 3 equipos se entregaron en noviembre de 1986, a tiempo para los festejos del 50 aniversario del ipn. A finales de octubre de ese mismo año, el doctor Raúl Talán Ramírez, entonces director general del Instituto, acordó iniciar el programa de autoequipamiento en materia de cómputo, y encarga al doctor Lindig su puesta en marcha, con lo que se inicia la adquisición de partes y componentes para la construcción de, inicialmente, 150 computadoras. Fue el mismo doctor Talán quien decide rebautizar a la Almita II, nombrándola IPN e16, donde la “e”

IPN E16: la primera microcomputado-ra politécnica

25

R emembranzasMenciono también, como hecho importante de esa época, la construcción de una preparatoria técnica a la

que se le llamó “Preparatoria Técnica Piloto” ubicada en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, que tuvo posteriormente una desafortunada relación con el movimiento estudiantil del 68. Le llamamos “piloto” por haber implantado en ella, a título experimental, un programa de bachillerato técnico con características particulares. Esta escuela se construyó sin limitaciones presupuestales, con la colaboración del Banco de Obras y Servicios Públicos, y se le dotó de excelentes talleres y laboratorios. Aunque fue clausurada en su ubicación original después del movimiento estudiantil, sus objetivos se cumplieron.

José Antonio padilla segura

Director general del ipn 1962-1964

Rosina Conde (editora) El Instituto Politécnico Nacional en la voz de sus directores generales, México, Instituto Politécnico Nacional, 2006, p. 59.

significa experimental. En mayo de 1987 se inicia la producción, y en julio de ese mismo año se entregan las dos primeras aulas didácticas de cómputo con 20 equipos cada una, en los cecyt Juan de Dios Bátiz y Miguel Bernard. En agosto de ese año, durante la sesión ordinaria del Consejo Consultivo General se aprueba la creación del Centro de Investigación Tecnológica en Computación (Cintec), quedando bajo su responsabilidad el programa de autoequipamiento. Al final de ese año se habían fabricado un total de 210 máquinas, de las cuales 120 fueron entregadas a diversas unidades del Instituto, y otras se distribuyeron a través de convenios de vinculación, en diversas entidades externas al ipn.

Para llevar a cabo la producción de la IPN e16, el doctor Lindig ideó un esquema en el que se utilizaba la mano de obra y la capacidad técnica de los mismos politécnicos, formando un grupo de trabajo con jóvenes, específicamente alumnas del cecyt Juan de Dios Bátiz y estudiantes de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (esime), Unidad Zacatenco, laborando en las instalaciones de la segicyt y de upiicsa. Una nota curiosa es que el ensamble de una computadora IPN e16 invo-lucraba más de 130 circuitos integrados y 225 componentes diversos tales como capacitores, resistencias y diodos, para lo cual se requerían aproximadamente 3500 puntos de soldadura. La fabricación se dividía en 5 etapas: montaje de componentes y soldado, prueba de tarjetas, ade-cuación de materiales diversos, ensamble del equipo y pruebas finales. Todo el proceso se realizaba manualmente, y los que esto escriben fue-ron orgullosos participantes del mismo.

Hablando un poco de sus especificaciones técnicas, la IPN e16 era una computadora de 16 bits con un bus de intercomunicación tipo S100, diseñada en torno a un microprocesador Intel 80188 operando a 8 MHz, con memoria RAM de 512 KB, y hasta dos unidades de disco flexible de 5¼ pulgadas, con puertos de comunicación paralelo y se-rie, Centronics y RS 232, respectivamente; también podía instalarse un adaptador adicional para controlar hasta dos unidades de disco duro de 40 MB cada una, lo mismo que un adaptador para red local tipo Token. El resultado era un equipo casi 3 veces más rápido que los comercial-mente disponibles, además de ser barato y confiable; sin embargo, el proyecto tenía sus detractores, quienes criticaban a la IPN e16 por dos aspectos totalmente subjetivos. El primero de ellos era la incapacidad de manejar sonido; esta característica se deshabilitó intencionalmente,

considerando que desde esa época las aplicaciones que generan audio son principalmente de entretenimiento (dígase juegos), y eso desalentaría el uso de las mismas entre los alumnos. La segunda razón era su gabinete de aluminio, con un acabado tosco y francamente feo que, sin embargo, ofrecía una excelente protección y ventilación al equipo.

El programa de autoequipamiento se extendió hasta 1993, e incluyó el diseño y construcción de dos modelos más de microcomputadoras, la IPN e16-m y la IPN e32, esta última una máquina de 32 bits. Desafor-tunadamente, la creciente disminución de los costos de producción de los equipos comerciales llevó a un punto en que dejó de ser rentable la fabricación en el Instituto, por lo que el programa se redirigió hacia el mantenimiento, actividad en la que también se generaron resultados muy positivos, alcanzado un promedio de 1250 servicios por año. Hoy en día solo quedan algunos ejemplares de las microcomputadoras IPN en condiciones de operación, pertenecientes al acervo histórico del Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico en Cómputo (Cidetec), creado hace 15 años como sucesor del Cintec. Sin embargo, los resultados de la visión, dedicación y esfuerzo del doctor Miguel Lindig Bos siguen vigentes en el Instituto Politécnico Nacional, ya que sentaron las bases de la actual infraestructura en materia de cómputo, y de manera directa fueron el origen de varias unidades, tales como el Cidetec, el Centro de Investigación en Computación (cic), la Dirección de Cómputo y Comu-nicaciones (dcyc), y la Coordinación General de Servicios Informáticos (cgsi). Sea este un pequeño homenaje en su memoria, puesto que su obra ya es parte de nuestra historia.

Fuentes consultadas:

• Informe final de actividades, México, Instituto Politécnico Nacional, Centro de Investigación Tecnológica en Computación, agosto 1993.

• Lindig, Miguel, Antecedentes e historia del Cintec, edición personal, octubre 1988.• Lindig, Miguel, et al., “La microcomputadora IPN e16”, Informes Técnicos

No. 10, Serie Investigación y Desarrollo Tecnológico, Área Ingeniería y Cien-cias Físico-Matemáticas, Instituto Politécnico Nacional, julio 1988.

• Meléndez Franco, Jorge G., “El programa de autoequipamiento institucional con las microcomputadoras personales IPN e16”, en POLIBITS revista de computación, año I, volumen I, número 1, enero-marzo 1989, pp. 15-19.

• Programa Institucional de Cómputo, México, Instituto Politécnico Nacional, Direc-ción de Estudios de Posgrado e Investigación, 1988.

26

La gente del ipn detrás de

mamparasaTziMba floRes RodRíguez

becarIa PIfI de la ese, InstItuto PolItécnIco nacIonal

¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?En los libros están los nombres de los reyes.

¿Fueron ellos, pues, quienes levantaron los bloques de piedra?Y Babilonia, tan a menudo destruida,¿Quién la reconstruyó una vez y otra?¿En qué casas vivían los constructores

en la Lima rutilante de oro?1

Un día que caminaba rumbo a la escuela me en-contré con una celebración en el Planetario Luis Enrique Erro, le pregunté a una señora sobre el festejo y ella, muy emocionada me dijo que se trataba del 45 aniversario del lugar y de la inaugu-

ración de una sala, pero su explicación no terminó ahí, también me habló de la administración del planetario y de sus actividades, y al final me invitó a pasar diciéndome que la conmemoración era para toda la gente. Fue tal su entusiasmo que me trasmitió su alegría por el festejo del recinto. En ese momento, me surgió la duda de qué labor realizaba ella en la institución, entonces le pregunté y me contestó que “simplemente” era una empleada administrativa, y con mucho orgullo me dijo que ella era parte del Instituto Politécnico Nacional (ipn).

Esta situación me hizo reflexionar en todas aquellas personas que, de alguna manera, han dedicado gran parte de su vida a esta honorable institución y que, quizá, no han sido reconocidas como lo merecen. Cierto es que no todo el personal del ipn tiene un alto nivel de estudios, pero no por ello dejan de ser parte im-portante del gran engranaje de este órgano educativo, pues han ofrecido sus servicios no sólo a la comunidad politécnica sino a personas externas a ella.

Estas líneas tratarán de hacer un reconocimiento a estos per-sonajes, pues a través de un estudio de caso, el de Virginia E.

1 Bertold Brecht, “Preguntas de un obrero que lee”, fragmento, en Raphael Samuel, “Historia Popular, historia del pueblo”, Raphael Samuel, editor, Historia popular y teoría socialista, Barcelona, Editorial Crítica, 1984, Serie general de estudios y ensayos, pp. 39 y 40.

Rodríguez Galván –mujer que dedicó una parte importante de su vida al ipn–, haremos un acercamiento a las personas que aún sin ocupar puestos destacados, son parte vital e imprescindible de las instituciones, como en este caso de la biblioteca del Centro Nacional de Cálculo (Cenac). Este centro se creó en 1963 con la finalidad de incorporar la computación electrónica al acervo científico y tecnológico del país, y fue en 1965 cuando se inicia-ron los estudios de posgrado, con la maestría en Ciencias de la Computación.2

Escritos de 1964 hablan ya sobre la existencia de la biblioteca del Centro. En el inicio de la década de los ochenta (cuando la bi-blioteca sólo daba servicio en el turno vespertino, con Jesús Vil-chis como encargado), llegó la señora Rodríguez Galván como responsable en el turno matutino. Cuando la señora Rodríguez entró a trabajar en el Cenac, se enfrentó por primera vez a labo-rar en una biblioteca; con estudios de secretariado, tuvo temor de no entender la nueva labor que le esperaba, aunque en realidad la biblioteca era pequeña, ya que el acervo andaba por los 400 ejemplares. El trabajo consistía en catalogar los libros, para lo cual se tenía que hacer una lectura rápida y, para tal efecto, la señora Rodríguez asistió a cursos.

Su experiencia con los estudiantes fue muy gratificante, siem-pre se mostró con la mayor disposición para facilitarles el ma-terial, aunque “hubo momentos –señala la señora– en que los estudiantes se mostraban muy desesperados por tomar los libros prestados para sacar fotocopias, ya que a veces, dejar la creden-cial no era suficiente para que los regresaran el mismo día, en-tonces yo les pedía sus mochilas como prenda, y eso siempre funcionó”. Y así, los estudiantes nunca tuvieron impedimentos para conseguir el material. Cabe señalar que, durante la vida de esta biblioteca, nunca existió un fichero. Sin embargo, pese a ello, los estudiantes, profesores e investigadores que llegaban a bus-car un libro se iban satisfechos con el servicio, ya que la señora Rodríguez tenía el conocimiento necesario, no sólo por saber la ubicación de los libros, sino también su contenido, y dónde se encontraban los temas solicitados.

2 Este escrito se basó en una entrevista realizada a la señora Virginia E. Rodríguez, y a su hija que vivió su infancia viendo a su madre trabajar en esta biblioteca.

27

Con el sismo de 1985 muchos libros se cayeron de los estantes y el impacto fue acentuado, pues la biblioteca se encontraba en el primer piso. La señora Rodríguez, con el afán de tener lo más pronto posible lista la biblioteca para consulta, llevó a sus hijos de entre 9 y 12 años de edad a ayudarle a acomodar los libros; en 1986, año en el que se resolvió remodelar las bibliotecas del Politécnico, se decidió pasarla a la planta baja, en prevención a futuros sismos. En 1985 la Dirección de Bibliotecas y Publicacio-nes del ipn inició el proyecto de automatización tomando como piloto la biblioteca del Cenac. Con esto, es menester destacar que la importancia de este proceso no radica únicamente por haber sido el que abrió las puertas a la computación en el ipn, sino también porque marcó el inicio de la automatización en el área de biblioteconomía del Politécnico.

Una anécdota que recuerda la señora Rodríguez fue el momen-to en que un estudiante entró a pedir un libro, al tenerlo abierto ya en el escritorio, la señora observó que no leía, sólo se mostraba ansioso, súbitamente al cerrar el libro, el Cenac se encontraba desbordando alumnos que habían tomado el lugar con el afán de protestar en contra de las autoridades del mismo. El incidente no pasó de ser sólo un susto por parte de los empleados del centro.

En 1996 se dispuso que las funciones docentes del Cenac fue-ran transferidas al Centro de Investigación en Computación (cic), con lo cual, la biblioteca dejó de pertenecer al Cenac, con más del triple de número de libros con los que se encontró la señora Rodríguez en su llegada a la biblioteca. En el mismo año, el tra-bajo del cic se inició en las instalaciones del Cenac, pues hasta el siguiente año inauguró sus propias instalaciones. La mudanza de los libros a la nueva sede fue un momento muy difícil para la se-ñora Rodríguez, comenta: “me dio mucha tristeza ver la manera tan brusca como fueron tratados los libros en la mudanza, como si fueran cualquier cosa, en ese momento supe que mis días en la biblioteca habían terminado”.

Esa fue la vida laboral de la señora Virginia E. Rodríguez Gal-ván en la biblioteca del Cenac, cuya experiencia en ese Centro la llevó a impulsar a sus cuatro hijos a estudiar. De hecho, tal fue el vínculo con la vida académica que vivió ahí, que su hijo Netzahualcóyotl Flores fue uno de los profesores más jóvenes del Centro.

Como se ha visto, este texto no articula el relato en torno a los grandes y egregios personajes, al conjunto de funcionarios, polí-ticos, y educadores considerados justamente como históricos; en cambio, hace una aproximación a la biblioteca del Cenac –una de las muchas instancias que forman parte del nuestra institución educativa–, desde la cotidianidad de un individuo aparentemente insignificante, una persona común, empleada no destacada. El cambio de perspectiva introduce una idea innovadora: la gente detrás de mamparas no solo ha sido testigo de los hechos his-tóricos, también formó parte insustituible de la realidad social y, por lo tanto, ha sido fundamental en el desarrollo de las institu-ciones. Este modo de enfocar la realidad ha sido propuesto por una de las líneas contemporáneas de la historia que se instaló a finales del siglo XX,3 derivada de la historia social inglesa: se

3 “La historia popular representa siempre un intento de ensanchar la base de la

trata de la microhistoria, cuyos exponentes más destacados son historiadores italianos4 que se propusieron hacer interpretación de los procesos históricos a partir del estudio de un individuo, de un hecho, o de un fenómeno que, por cotidianos, podrían pasar inadvertidos. En México, Luis González y González realizó una historia semejante que partió de lo local en la reconstrucción del proceso histórico.5

Estos ejemplos muestran la importancia de reflexionar so-bre aquellos sujetos que pueden ser considerados por la histo-ria, aquellos que desde distintos lugares han sido partícipes de la construcción de instituciones como el Instituto Politécnico Nacional (ideólogos, educadores, funcionarios, políticos, padres de familia, estudiantes, trabajadores administrativos, manuales), quienes contribuyeron de acuerdo a sus necesidades y expectati-vas, al engrandecimiento de la institución.

historia, de aumentar su materia de estudio, de utilizar nuevas materias primas y ofrecer nuevos mapas de conocimiento […] tratada ambiciosamente, la comprensión de la experiencia subjetiva y de las relaciones sociales cotidianas, puede aprovecharse para plantear cuestiones teóricas de importancia.” Raphael Samuel, op. cit., pp. 17 y 37.

4 Carlo Ginzburg, Giovanni Levi y Piero Camporesi.

5 Luis González y González, Pueblo en vilo: microhistoria de San José de Gracia, México, El Colegio de México, 1968.

Fe de erratas

En el número 55 de El Cronista Politécnico, publicamos el artículo “El logo de upiita, fuente

de identidad”, y se mencionó como autor

al estudiante Jesús Noé Medina Gutiérrez;

involuntariamente se omitieron los nombres

de los siguientes autores y profesores de upiita:

Sandra Martínez Solís, Yelenia Cuervo Moreno

y Alejandro Valentino Orozco, a quienes

pedimos una disculpa por la confusión.

28

De poetas Jorge cuesta

Jorge Mateo Cuesta Porte Petit nació en Córdoba, Vera-cruz, en 1903, murió en la Ciudad de México en 1942. Fue químico, poeta, ensayista y editor mexicano. Realizó sus primeros estudios en su natal Córdoba. En la Ciudad de México estudió la carrera de ciencias químicas. En 1927 publicó la Antología de la poesía mexicana moderna, en donde redactó el prólogo.

En 1928 viajó a Europa, entabló contacto con André Bre-ton, Carlos Pellicer, Samuel Ramos y Agustín Lazo. A partir de 1930 formó parte del grupo Los contemporáneos, quie-nes lo llamaron el Alquimista.

Su poesía es descarnada, racionalista, utiliza como temas la ansiedad, el pesimismo, la vejez, la muerte, el equilibrio, etcétera. Privilegió la forma del soneto. Su poema más am-

bicioso y mejor logrado es “Canto a un dios mineral”, que es agrupado por la crítica en la tradición mexicana del poema filosófico junto con “Primero Sueño” de sor Juana Inés de la Cruz, y “Muerte sin fin” de José Gorostiza.

Colaboró en la Revista Ulises, El Universal, Contempo-ráneos, Voz nacional, Letras de México y El Nacional. En 1932 fundó la revista Examen.

Su poesía fue recopilada póstumamente en dos edicio-nes, una prologada por Alí Chumacero y otra por Elías Nandino y Rubén Salazar Mallén. En 1964 la Universidad Nacional Autónoma de México publicó todo lo que se conoce de su obra poética y ensayística en cuatro volú-menes.

elegía

Después que mis ojos comprobaron que ya no la veía,después que mis oídos penetraban en vano el silencio

que sus ruidos abandonaron,sus paseos, sus palabras,

y que la muerte me dio una impresión certera y durable de su vacío,la lluvia invadió súbitamente con su presencia nueva

mis sentidos desoladosy mi se apoyó mi vida en sentirla.

Y cuando alguien vino a hablarme de la civilización europea,en vez de la lluvia, vi los trenes de Europa y sus paisajes a los lados,

los castillos que no hay en Américay recordé el castillo de Windsor

y cuando me estiré para verlo hasta que se perdía.Pero se trataba de la fatiga de la vida,de la pérdida de su frescura religiosa,

de la revolución social y de los hombres que no tienen ninguna fey se asoman a los ruidos confusos para discernir una voz,

y ven las nubes informes para sorprender una figura.¿Y yo qué fe tenía? Yo hablaba de la fe y eso me hacía vivir

durante ese momentocomo tenerla hacía vivir más largamente,

y en los huecos de mi pensamiento y de mis palabrasrenacía la lluvia y la puerta que enmarcaba sus hilos

y el tejado enfrente de donde escurrían los chorros más gruesos.Pero hay todavía huecos

que no se abren ya sobre otra cosa distinta,que no ven a otra lluvia, ni a más imágenes ni a más recuerdos:

hay huecos que se abren sólo a un vacío silenciode donde ella partió y donde no crece nada...

29

La sep en el desarrollo de la educación superior

Max calVillo VelascoPresIdencIa del decanato, InstItuto PolItécnIco nacIonal

Con motivo del aniversario 90 de la creación de la Secreta-ría de Educación Pública, organizada y fundamentada por José Vasconcelos en 1921, un grupo de especialistas en

temas educativos fue convocado para revisar las aportaciones de esta importante secretaría en el ámbito de la educación superior a lo largo y ancho del territorio nacional.

Dieciséis investigadores procedentes de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (anuies), Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (buap), Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Na-cional (Cinvestav-ipn), Centro Universitario de Ciencias Econó-micas y Administrativas de la Universidad de Guadalajara, Con-sejo Mexicano de Investigación Educativa (cmie), Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la unam, Subsecretaría de Educación Superior de la sep, y la Universidad Autónoma Metropolitana (uam) Unidad Azcapotzalco, conjun-taron esfuerzos para trazar un análisis de los principales retos y avances en materia de educación superior en el México del siglo xx y las perspectivas que se avistan a principios del xxi.

El resultado de estos esfuerzos fue la publicación de un libro, cuyo título es La sep en el desarrollo de la educación superior, el cual en once capítulos, más una introducción, aborda temas como: las políticas públicas en la configuración del sistema de educación superior, las aportaciones hechas por la Universidad Nacional Autónoma de México, la gestión académica y el gobierno institu-cional de las universidades públicas, las perspectivas de la educa-ción superior privada, el financiamiento público de la educación superior, el posgrado y los centros de investigación, la evaluación,

la internacionalización de la educación superior y la ciencia, así como los avances y desafíos de la educación superior.

El Departamento de Investigación Histórica de la Presidencia del Decanato participó en este trabajo de reflexión con el texto titulado “El Instituto Politécnico Nacional, bastión de la edu-cación tecnológica en México” en el cual se hace un recuento detallado del proceso de creación del Politécnico, trazando una trayectoria histórica de largo aliento, a partir de una diversidad de escuelas y establecimientos creados en las postrimerías del siglo xix y principios del xx, hasta llegar a los momentos actuales; en esos términos, los autores presentan al ipn como una institución imprescindible que ha ejercido un papel toral a lo largo de las siete décadas y media en que ha tenido una presencia decisiva en el desarrollo del país.

Los autores del capítulo dedicado al Politécnico detallan los acontecimientos y momentos más relevantes del ipn, y para con-cluir destacan la reforma impulsada desde el inicio del nuevo siglo, identificada con la implantación de dos nuevos modelos que dan curso al quehacer institucional: el académico y el de in-tegración social.

Si bien esta obra no alcanzó a ver la luz durante los festejos por el aniversario de la sep, su reciente publicación a finales de 2012 merece una revisión por quienes están envueltos en el trabajo docente, en la administración gestión y planeación educativa, y de investigación relativa a la educación superior en México.

Carlos Pallán Figueroa, Roberto Rodríguez Gómez, coordinadores, La sep en el desarrollo de la educación superior, México, Fondo de Cultura Económica, sep, 2012 (Colección Educación y Pedagogía).

C ronibuzónLa Biblioteca Nacional de

Antropología e Historia agradece la donación de tres ejemplares de la revista El Cronista Politécnico, nueva época, número 54. Dicho material ha pasado a formar parte de nuestro acervo y estoy segura que su consulta será de gran interés para los investigadores y usuarios que acuden a nuestra Biblioteca.

Etnóloga Julieta Gil ElorduyDirectora

Sirva la presente para mani-festarle mi agradecimiento por el envío de los ejemplares de la revista El Cronista Politécnico nueva época que nos hizo lle-gar, con la plena convicción de que las citadas revistas servi-rán para enriquecer el acervo bibliotecario de este Centro a mi cargo.

Doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla Directora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre el Medio

Ambiente y Desarrollo (Ciiemad)

Sirva la presente para agradecer el envío de la revista El Cro-nista Politécnico, la cual sin lugar a duda cumple con el objetivo de esa importante Unidad Histórico Cultural, al plasmar y di-fundir a través de sus importantes publicaciones periódicas el pensamiento y filosofía de este Instituto, de gran interés para la comunidad politécnica.

Maestra en ciencias Emma Frida Galicia Haro Titular de la Secretaría de Administración del ipn

30

Celebra el ciidir Durango su 33 aniversario y el primero de su

Archivo HistóricoagusTín ángel MeRé ReMenTeRía

Maestro decano del

cIIdIr durango, InstItuto PolItécnIco nacIonal

El 11 de noviembre de 2012 el ciidir Durango cumplió treinta y tres años, y uno su Archivo Histórico. Con motivo de este do-ble acontecimiento, el día 12 de noviembre se llevaron a cabo en la sala de usos múltiples del ciidir los actos conmemorativos.

El evento estuvo encabezado por el doctor José Antonio Ávila Reyes, director del Centro, los subdirectores y el decano. En su intervención el doctor Ávila Reyes hizo un recuento de los cambios que durante este tiempo se han realizado en la infraestructura física, en la investigación, el posgrado y los recursos humanos del ciidir.

El maestro decano Agustín Meré R. comentó que: “Durante este año han ingresado una diversidad de documentos provenientes de diversas fuentes, estimando que a finales de este 2012 el Archivo Histórico contará con aproximadamente 3000 registrados”, asi-mismo describió en términos generales los eventos en los que se ha participado y le recordó a la comunidad del ciidir que la principal “fuente de alimentación” del archivo es el propio Centro, ya que diariamente se genera información que por derecho propio debe engrosar los anaqueles del archivo. Así mismo, se presentó una exposición por soporte que mostró la diversidad de documentos que se pueden archivar.

Para cerrar estos festejos se llevó a cabo un convivio en el que participaron las autoridades, personal docente, administrativo, de apoyo y el alumnado.

Inician los cursos extracurriculares de lenguas extranjeras en el ciidir Durango

agusTín ángel MeRé ReMenTeRíaMaestro decano del

cIIdIr durango, InstItuto PolItécnIco nacIonal

El 11 de marzo a las 16:00 horas en la Sala de Usos Múlti-ples del ciidir Durango, se llevó a cabo la ceremonia de inauguración de los cursos extracurriculares de lenguas

extranjeras (Celex).El evento estuvo encabezado por el doctor José Antonio Ávila

Reyes director del ciidir Durango, la maestra en ciencias Noelia Rivera Quintero, jefa del Departamento de Posgrado y la maestra en Ciencias Imelda Guadalupe Lugo Estrada, coordinadora del Celex, acompañada del profesorado participante.

En su intervención el doctor Ávila Reyes comentó que: “Estos cursos son un servicio más que presta el ciidir Durango a su per-sonal, alumnado y público en general”. Exhortó a las personas inscritas a aprovechar al máximo los cursos que serán impartidos por un profesorado altamente calificado, pues está certificado en TKT: Knowledge About Language e IELTS (Internacional English Language Testing System) por la Universidad de Cam-bridge, Inglaterra. Asimismo, vislumbró la posibilidad de que en un futuro no muy lejano, se impartan otros idiomas como: fran-cés, italiano y alemán.

La maestra Ri-vera Quintero en uso de la palabra manifestó su sa-tisfacción por el logro alcanzado y agradeció a los presentes el entu-siasmo mostrado. Así mismo, infor-mó que para este ciclo se inscribie-ron 48 alumnos ubicados en los niveles: A1, A1+ y B1; y que las clases se impartirán en dos modalidades, los lunes, miércoles y viernes de 16:00-18:00 y los sábados de 9:00-14:00.

Por último, a solicitud del doctor Ávila Reyes, la maestra Rivera Quintero inauguró los cursos siendo las 16:45 hrs.

31

Fallecimiento del ingeniero Armando Domínguez Canabal, egresado distinguido de la esia

abRahaM o. Valencia floResToMás RiVas góMez

PresIdencIa del decanato, InstItuto PolItécnIco nacIonal

La Presidencia del Decanato lamenta el sensible fallecimiento del ingeniero Ar-mando Domínguez Canabal acaecido el pasado 19 de marzo en la Ciudad de Mé-xico. Los restos del distinguido ingeniero, adscrito al Departamento de Investiga-

ción Histórica de la Presidencia del Decanato del Instituto Politécnico Nacional, fueron velados en la casa funeraria Gayosso ubicada en la calle de Sullivan núm. 71, colonia San Rafael donde asistieron familiares, amigos y compañeros para darle el último adiós; posteriormente sus restos fueron inhumados en el Panteón Español de esta ciudad.

Armando Domínguez Canabal nació en Balancán, Tabasco, el 13 de diciembre de 1921. Fue familiar del coronel José Eusebio Domínguez Suárez, defensor del municipio en 1914 y de Tomás Garrido Canabal, gobernador de Tabasco. Sus primeros años de

educación los hizo al amparo del proyecto posrevolucionario que dirigía su tío Garrido Canabal en su estado natal. Se trasladó a la Ciudad de México para realizar sus estudios de secundaria, que abandonó para, posteriormente, ingresar a la Prevocacional adjunta a la Vocacional 1, don-de fue inscrito personalmente por Wilfrido Massieu. Hizo estudios superiores en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (esia) del naciente Instituto Politécnico Nacional (ipn), donde obtuvo el título de ingeniero topógrafo e hidrógrafo. Desde muy joven compartió con su hermano Agapito la inquietud por participar en los movimientos estudiantiles, y fue secretario de Organización de la Federación de Estudiantes Técnicos entre 1947 y 1949.

Trabajó como inspector de edificios de la Dirección General de Ingeniería Sanitaria depen-diente de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (ssa), profesor adjunto de Ingeniería Sanitaria y Cursos Especiales de Saneamiento del ambiente en la Escuela de Salubridad de la misma se-cretaría. También fue profesor de Topografía; subdirector y director de la Escuela Vocacional 1 del ipn durante 12 años de 1955 a 1967.

Se alejó temporalmente del ipn para ser subdirector de las Escuelas Tecnológicas Particula-res Incorporadas a la Dirección General de Enseñanzas Técnicas Industriales y Comerciales (dgetic) de la Secretaría de Educación Pública (sep). De 1969 a 1976, se desempeñó como subdirector de Escuelas Tecnológicas Industriales en el Distrito Federal dependiente de la Di-rección General de Educación Tecnológica Industrial (dgeti) de la sep. En 1979 fue subdirector de Apoyo a las Delegaciones Generales de la propia secretaría en los estados de la zona sur de la república.

Gracias al cúmulo de experiencias y a una notable memoria, de 1988 a 1994 laboró como asesor de la Dirección General del ipn y de 2003 a la fecha estuvo adscrito al Departamento de Investigación Histórica de la Presidencia del Decanato del Politécnico.

El ingeniero Armando Domínguez Canabal recibió varios reconocimientos: en 1959 como miem-bro de la Comisión Encargada de Planear los locales del instituto en los terrenos de Santo Tomás. En 1984 recibió la medalla y diploma al mérito docente “Maestro Rafael Ramírez”. En 1986 fue “Huésped Distinguido” del municipio de Tepeapulco, Hidalgo. En 1998 recibió el diploma así como condecoración y medalla de oro “Maestro Altamirano” por 40 años de servicio, entre otros recono-cimientos.

Mediante esta nota y breve semblanza, los integrantes del Departamento de Investigación Históri-ca extienden las más sinceras condolencias a sus familiares, amigos y compañeros. Descanse en paz, Armando Domínguez Canabal, destacado politécnico tabasqueño.

Tiempo de Tabasco; en hondo suspiro te gozo así. Contigo, cerca de mí tiempo de morir escondo…

Agua de Tabasco vengo y agua de Tabasco voy. de agua hermosa es mi abo-lengo; y es por eso que aquí estoy dichoso con lo que tengo.

Fragmento:Cuatro cantos de mi tierra

Carlos Pellicer

32

Hechos históricosEnEro

2 DE ENERO DE 1939 El presidente Lázaro Cárdenas visitó las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional (ipn) en el Casco de Santo Tomás. Acompañado por el ingeniero Juan de Dios Bátiz, recorrieron la sala de maquetas de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura y las obras de ampliación de los edificios. El presidente donó un camión y ordenó que se compraran los equipos necesarios para que todos los departamentos y laboratorios contaran con material suficiente para sus experimentos, prácticas y estudios, pues, manifestó, “debe estar la Politécnica Nacional a la altura de las escuelas similares que existen en el extranjero”. (La Prensa, martes 3 de enero de 1939, p. 2.)

31/1990 • Para dar cumplimiento a la Ley Orgánica de 1981, donde se estableció el Decanato, se publicó el Reglamento del Cuerpo de Maestros Decanos en la Gaceta Politécnica, aprobado por el Consejo General Consultivo, el cual señala la normati-vidad jurídica, las operaciones y funciones que debe cumplir este cuerpo colegiado. El texto, organizado por cuatro títulos y 16 artículos, estableció la definición, organización, faculta-des y obligaciones de los maestros decanos, entre otros linea-mientos. (Gaceta Politécnica, año XXVII, vol. XXVII, número especial 301, enero de 1990, pp. 14-16.)

31/1997 • El Sistema Institucional de Investigación Científica y Tecnológica del ipn quedó establecido por el acuerdo publi-cado en la Gaceta Politécnica, para incrementar la generación de conocimientos científicos y su transformación en aplicaciones útiles a la sociedad, para ello las autoridades del Politécnico instrumentaron mecanismos de formación, promoción, estí-mulos, becas y reconocimientos para motivar el aumento de la productividad y calidad de las investigaciones y programas de posgrado. (“Acuerdo por el que se establece el Sistema Institucional de Investigación Científica y Tecnológica”, en Gaceta Politécnica, año XXXII, vol. I, núm. 383, 15 enero de 1997, pp. 17-20.)

FEbrEro7/1977 • Fue creado el Centro Nacional de Instrumentación (cni) por acuerdo de la Dirección General del Instituto Politécni-co Nacional (ipn), cuya función estaba encaminada a evitar que el Instituto siguiera bajo una dependencia tecnológica. El cni debía usar los recursos técnicos y humanos para el diseño y la produc-ción de los materiales y equipos que requerían los laboratorios para la enseñanza de las ciencias. Su director fundador fue el in-geniero Jorge A. Maciel Juárez. (Acuerdo mediante el cual se crea el Cen-tro Nacional de Instrumentación del ipn, 7 de febrero de 1977, Gaceta Politécnica, año XVII, núm. 24, 10 de diciembre de 1977, p. 3)

17 DE FEBRERO DE 1962 • En punto de las 10 horas con la transmisión de la serie “Iniciación a la Música” a cargo del pro-fesor Guillermo Orta, inició el primer ciclo de programas de tipo didáctico y cultural dedicados a las escuelas prevocaciona-les televisados por Canal Once. El propósito de las emisiones era que fungieran como auxiliares de las actividades docentes al emitir expresiones artísticas, literarias, cívicas y de la vida social los sábados de las 10 a las 13 horas. Al cubrirse los requisitos de orden técnico-pedagógico y material la televisión del ipn fue incorporada a las actividades escolares. (Acta Politécnica, vol. III, núm. 18, mayo-junio 1962, pp. 535-538.)

2 DE MARZO DE 1925

21/1972 • Manuel Zorrilla Carcaño, director general del ipn, ex-puso la reforma educativa del Politécnico, la cual incluyó la pro-moción a la educación interdisciplinaria; reducción de las carreras de licenciatura a cuatro años de estudios (excepto la de medicina), duración semestral de los cursos y evaluación mediante el sistema de créditos; formación, especialización o actualización de pro-fesores; relación escuela industria; trasformación de las escuelas

vocacionales en centros de estudios científicos y tecnológicos con opción terminal en cinco ramas (administración, médico biológica, electromecánica, de producción y de construcción) entre otros. (Discurso pronunciado en la residencia oficial de Los Pinos por Manuel Zorrilla, 21 de febrero de 1972, Archivo Histórico Central del Instituto Politécnico Nacional, (ahc ipn), Dirección de Archivo y Correspon-dencia (dac), exp. ipn/016 “1972”/1.)

Marzo

18/1938 • 75 anivERsaRiO • Con respaldo en la Ley de Ex-propiación de 1936 y el artículo 27 constitucional, el presidente de la república, Lázaro Cárdenas, declaró la expropiación de las empresas petroleras. Este hecho permitió que la nación asumiera la propiedad de esos importantes recursos y consumó la praxis ideológica del cardenismo, en la cual el ipn fue componente me-dular, al recaer sobre él la tarea de crear el personal necesario

para llevar a cabo el aprovecha-miento social de los recursos naturales del país, lo cual ha cumplido hasta nuestros días como lo establece su ley orgá-nica. (Tzvi Medin, Ideología y praxis po-lítica de Lázaro Cárdenas, México, Siglo XXI Editores, 1976, pp. 146-177.)

19/1948 • 65 anivERsa-RiO • Inició la Campaña Na-cional de Construcción de Escuelas con la participación activa de la Secretaría de Educa-

Creación de la Escuela Técnica Industrial y Comercial (etic) de Tacubaya. Con el establecimiento en ese mismo año del Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial (detic) se buscó impulsar la enseñanza que ofrecía a los estudiantes conocimientos y prácticas necesarias para ingresar a trabajar. Bajo estas consideraciones se abrió en la municipalidad de Tacubaya la etic. En 1933 cambió su denominación a Académica de Costura y Comercio número 2 y en 1937 se incorporó al Instituto Politécnico Nacional (ipn) con el carácter de escuela vocacional, se consideró que conservara su carácter de enseñanza comercial en la rama de ciencias sociales y económicas. (Boletín de la Secretaría de Educación Pública, tomo III, núm. 10, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1925, pp. 178-180.)

ción Pública, los gobiernos de los estados y la iniciativa privada, como muestra de espíritu cívico y patriótico. La campaña fun-gió bajo la tutela del patronato Pro-Construcción Escuelas du-rante los seis años de gobierno de Miguel Alemán, y dio como resultado la construcción de 4 114 escuelas en el país. El ipn se benefició con la construcción de los edificios del internado, las escuelas de la Ciudad Politécnica y de los Institutos Tecnológi-cos de Chihuahua, Guadalajara, Durango y Saltillo. (Memoria sep 1951-52, pp. 543, 561-562.)

31/1955 • La Escuela Vocacional 3 –antecedente de los Cen-tros de Estudios Científicos y Tecnológicos 5 Benito Juárez, 12 José María Morelos, y 13 Ricardo Flores Magón– quedó formalmente instalada en el edificio de Emilio Dondé frente a La Ciudadela que hasta entonces ocupó la Escuela Superior de Comercio y Administración, que dejó para ubicarse en la Ciudad Politécnica de Santo Tomás. Antes de encontrar esta ubicación, la Vocacional 3 había peregrinado por Tacubaya y la calle de Guatemala hasta quedar alojada en un edificio ane-xo a la Normal Superior en la Ribera de San Cosme. (“Nuevo local de la Vocacional 3”, Boletín informativo, año I, núm. 5, abril de 1955, p. 2.)

Imagen del recuerdo

El 22 de enero de 1933, Narciso Bassols, secretario de Educación Pública, y Luis Enrique Erro, jefe del Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial, acudieron a la inauguración de la Escuela Federal de Industria Textil 1 “7 de Enero”, ubicada en la villa de Río Blanco, Veracruz. El emblemático plantel impartiría educación técnica de calidad a los hijos de los obreros de la industria textil y formaría parte del proyecto de la Escuela Politécnica Nacional. Junto a la Escuela Federal de Industria Textil 2, establecida poco después en el Distrito Federal, serían escuelas fundadoras del Instituto Politécnico Nacional y antecedentes de la actual Escuela Superior de Ingeniería Textil.Fotografía: Archivo Histórico Central del ipn, Fototeca.