Polisacaridos I Introduccion

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GLÚCIDOS. POLISACÁRIDOS: Introducción Un polisacárido es un tipo de glúcido compuesto por muchos monosacáridos (de 10 a decenas de miles) unidos por enlace O-glucosídico. Atendiendo al tipo de enlace O-glucosídico que se establece pueden distinguirse dos tipos generales de polisacáridos, con clara diferencia funcional en los seres vivos: A. POLISACÁRIDOS DE RESERVA ENERGÉTICA. Presentan el enlace α-glucosídico uniendo a los monosacáridos, el cual es fácilmente digerible por una gran variedad de enzimas digestivas. Como ejemplos característicos tenemos el almidón y el glucógeno en vegetales y animales respectivamente. Pueden ser acumulados en modo de gránulos o formando dispersiones en la célula, en grandes cantidades ya que al no formar disoluciones verdaderas no influyen en la presión osmótica y no produce desequilibrios hídricos con respecto al medio extracelular. Como no son solubles tampoco son dulces. B. POLISACÁRIDOS ESTRUCTURALES. Presentan el enlace β-glucosídico como unión entre sus monosacáridos constituyentes. Éste es mucho más difícil de digerir por lo que los polisacáridos que lo presentan son más estables y duraderos. La celulosa en vegetales y algas, y la quitina en animales y hongos, son las macromoléculas más importantes de este tipo. Conforman estructuras esqueléticas y de sostén. A pesar de ser no digeribles para la mayoría de los seres vivos, existen varios microorganismos y animales que son capaces de producir celulasas y quitinasas (recientemente se ha descubierto que el ser humano puede producir pequeñas cantidades de ésta última, como reminiscencia de un pasado insectívoro… o al menos con una dieta más rica en insectos). Sin embargo, la mayoría de los herbívoros, desde una vaca hasta un saltamontes, no son capaces de producir su propia celulasa, por lo que requieren de una relación de simbiosis con los microorganismos productores de la misma para digerirla. Atendiendo a su composición, se pueden dividir en los siguientes tipos: 1. HOMOPOLISACÁRIDOS. Polímeros formados por la repetición de un solo tipo de mono- sacárido. Ej. El glucógeno, formado solamente por glucosas (α-D-glucopiranosas). 2. HETEROPOLISACÁRIDOS. Constituidos por varios tipos de monosacáridos. Como ejem- plo tenemos a la pectina y el agar-agar en vegetales, ambos constituyentes de la pared celular junto con la celulosa. En animales destacan los mucopolisacáridos o glucosaminoglucanos, una variada familia de sustancias que suelen asociarse a proteínas como el colágeno y aportar diferentes texturas a la matriz extracelular y diferentes exudados mucosos. Entre ellos se incluyen la condroitina y el ácido hialurónico. 3. HETERÓSIDOS. Se trata de moléculas en las que, además de la parte glucídica * se incluye una parte de naturaleza distinta o aglucón. Un importante constituyente de los mismos son los peptidoglucanos, formadores de la pared de mureína bacteriana. * La parte glucídica puede ser monosacárida, disacárida, oligosacárida o polisacárida.

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Biologia

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GLÚCIDOS. POLISACÁRIDOS: Introducción

Un polisacárido es un tipo de glúcido compuesto por muchos monosacáridos (de 10 a

decenas de miles) unidos por enlace O-glucosídico.

Atendiendo al tipo de enlace O-glucosídico que se establece pueden distinguirse dos tipos

generales de polisacáridos, con clara diferencia funcional en los seres vivos:

A. POLISACÁRIDOS DE RESERVA ENERGÉTICA. Presentan el enlace α-glucosídico uniendo

a los monosacáridos, el cual es fácilmente digerible por una gran variedad de enzimas

digestivas. Como ejemplos característicos tenemos el almidón y el glucógeno en

vegetales y animales respectivamente. Pueden ser acumulados en modo de gránulos o

formando dispersiones en la célula, en grandes cantidades ya que al no formar

disoluciones verdaderas no influyen en la presión osmótica y no produce desequilibrios

hídricos con respecto al medio extracelular. Como no son solubles tampoco son dulces.

B. POLISACÁRIDOS ESTRUCTURALES. Presentan el enlace β-glucosídico como unión entre

sus monosacáridos constituyentes. Éste es mucho más difícil de digerir por lo que los

polisacáridos que lo presentan son más estables y duraderos. La celulosa en vegetales y

algas, y la quitina en animales y hongos, son las macromoléculas más importantes de este

tipo. Conforman estructuras esqueléticas y de sostén. A pesar de ser no digeribles para la

mayoría de los seres vivos, existen varios microorganismos y animales que son capaces de

producir celulasas y quitinasas (recientemente se ha descubierto que el ser humano

puede producir pequeñas cantidades de ésta última, como reminiscencia de un pasado

insectívoro… o al menos con una dieta más rica en insectos). Sin embargo, la mayoría de

los herbívoros, desde una vaca hasta un saltamontes, no son capaces de producir su

propia celulasa, por lo que requieren de una relación de simbiosis con los

microorganismos productores de la misma para digerirla.

Atendiendo a su composición, se pueden dividir en los siguientes tipos:

1. HOMOPOLISACÁRIDOS. Polímeros formados por la repetición de un solo tipo de mono-

sacárido. Ej. El glucógeno, formado solamente por glucosas (α-D-glucopiranosas).

2. HETEROPOLISACÁRIDOS. Constituidos por varios tipos de monosacáridos. Como ejem-

plo tenemos a la pectina y el agar-agar en vegetales, ambos constituyentes de la pared

celular junto con la celulosa. En animales destacan los mucopolisacáridos o

glucosaminoglucanos, una variada familia de sustancias que suelen asociarse a proteínas

como el colágeno y aportar diferentes texturas a la matriz extracelular y diferentes

exudados mucosos. Entre ellos se incluyen la condroitina y el ácido hialurónico.

3. HETERÓSIDOS. Se trata de moléculas en las que, además de la parte glucídica* se

incluye una parte de naturaleza distinta o aglucón. Un importante constituyente de los

mismos son los peptidoglucanos, formadores de la pared de mureína bacteriana.

* La parte glucídica puede ser monosacárida, disacárida, oligosacárida o polisacárida.