Poemas de Vladimir Mayacovsky

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Poemas de Vladimir Mayakovsky Mayakovsky, Vladimir (1893-1930) Nacido en 1893 en la villa Georgiana de Bagdadi (la cual fue renombrada como ‘Mayakovsky’ después de su muerte), Vladimir Mayakovsky fue el hijo de un oficial de silvicultura. Para el tiempo de la revolución de 1905, trabajaba con los socialdemócratas locales, y cuando su familia se tralado a Moscú unos años después, se unió a los bolcheviques. Hizo trabajo propagandístico para el partido hasta su arresto en 1908, el cual resultó en su reclusión durante once meses. El arresto fue crucial para el desarrollo de sus inclinaciones artísticas y políticas, ya que invirtió su tiempo leyendo los clásicos de la literatura universal. Después de abandonar la prisión, se convirtió en una de las figuras clave de la vanguardia artística de Moscú, convirtiéndose al Futurismo, un movimiento decididamente opuesto a todo lo que era antiguo y bucólico, y que celebró las ciudades, la velocidad y la modernidad. Como su manifiesto decía: “Sólo nosotros somos el rostro de nuestro tiempo. Trompeteros del tiempo resuenan en el arte de nuestras palabras. El pasado es sofocante. Arrojad por la borda a Pushkin, Dostoyevsky, Tolstoy, etcétera. Desde entonces hasta la revolución de 1917, Mayakovsky fue uno de los miembros más visibles de la escena artística rusa. Escribió un tipo de poesía duro y declamatorio, y cultivó la imagen de un fanático. Los poemas que escribió durante este periodo, como “La nube en pantalones” y “Yo”, figuraron entre los más importantes del momento. Pese a que el Futurismo en su forma italiana original conducía directamente al fascismo, la combinación de Mayakovsky entre Futurismo y bolchevismo lo condujo a aplaudir la Revolución de Octubre, y fue la razón por la que puso sus considerables talentos al servicio del nuevo Estado. Produjo posters, filmes y poemas políticos para ganar el apoyo de la más amplia masa posible. La muerte de Lenin lo conmovió profundamente. Hizo incontables recitaciones de su poema “Vladimir Ilyich Lenin” en

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Poemas de Vladimir Mayakovsky

Mayakovsky, Vladimir (1893-1930)

Nacido en 1893 en la villa Georgiana de Bagdadi (la cual fue renombrada como ‘Mayakovsky’ después de su muerte), Vladimir Mayakovsky fue el hijo de un oficial de silvicultura. Para el tiempo de la revolución de 1905, trabajaba con los socialdemócratas locales, y cuando su familia se tralado a Moscú unos años después, se unió a los bolcheviques. Hizo trabajo propagandístico para el partido hasta su arresto en 1908, el cual resultó en su reclusión durante once meses.

El arresto fue crucial para el desarrollo de sus inclinaciones artísticas y políticas, ya que invirtió su tiempo leyendo los clásicos de la literatura universal. Después de abandonar la prisión, se convirtió en una de las figuras clave de la vanguardia artística de Moscú, convirtiéndose al Futurismo, un movimiento decididamente opuesto a todo lo que era antiguo y bucólico, y que celebró las ciudades, la velocidad y la modernidad. Como su manifiesto decía: “Sólo nosotros somos el rostro de nuestro tiempo. Trompeteros del tiempo resuenan en el arte de nuestras palabras. El pasado es sofocante. Arrojad por la borda a Pushkin, Dostoyevsky, Tolstoy, etcétera.

Desde entonces hasta la revolución de 1917, Mayakovsky fue uno de los miembros más visibles de la escena artística rusa. Escribió un tipo de poesía duro y declamatorio, y cultivó la imagen de un fanático. Los poemas que escribió durante este periodo, como “La nube en pantalones” y “Yo”, figuraron entre los más importantes del momento.

Pese a que el Futurismo en su forma italiana original conducía directamente al fascismo, la combinación de Mayakovsky entre Futurismo y bolchevismo lo condujo a aplaudir la Revolución de Octubre, y fue la razón por la que puso sus considerables talentos al servicio del nuevo Estado. Produjo posters, filmes y poemas políticos para ganar el apoyo de la más amplia masa posible. La muerte de Lenin lo conmovió profundamente. Hizo incontables recitaciones de su poema “Vladimir Ilyich Lenin” en fábricas, clubs, y en fiestas en diferentes lugares dentro de la Union Soviética.

Él nunca se negó a acomodarse en la moda populista, y fue una luz guía en el FIL, el Frente de Izquierda en la Literatura, el cual incluyó a todas las figuras modernistas en la esfera artística soviética. Cuando su revista fue publicada, Mayakovsky viajó a Europa y Estados Unidos entre los años 1925 y 1926, un viaje que reafirmó e incrementó su odio hacia el capitalismo. Fue durante este periodo que dio a luz poemas como “De vuelta a casa”, en el que demandó: “Gosplan para sudar / en debate / asignándome metas un año antes.”

No obstante, siempre se rehusó a ver la realidad soviética color de rosa, a tal punto que concibió un poema titulado “Mal”, y en 1928 escribió “El Chinche”, una obra teatral en la que criticaba la Nueva Política Económica (NEP) de los años anteriores, al mismo tiempo que mantenía la esperanza de un hermoso futuro comunista. Vilipendiado por la crítica, pasó los dos años siguientes elaborando una obra crítica aun más franca, “La Casa de Baños”, la cual, después de ser rechazada por los censores soviéticos, fue reescrita, montada, y embestida por la crítica. Un escritor de Pravda lo acusó de jugar el juego trotsquista.

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Pese a que intentó defenderse a sí mismo a través de la poesía con “En la cima de mi voz”, los ataques contra “La Casa de Baños”, además de la amenaza de los constantes ataques de la RAPP, la Federación de Escritores Proletarios, lo quebrantaron física y moralmente. Por otra parte, él tuvo siempre una vida romántica emocionalmente tormentosa, que incluyó un largo e intenso romance con Lily Brik, una mujer casada cuya hermana Elsa se casó posteriormente con el poeta francés comunista Louis Aragon. Todo se venía debajo de golpe, y después de permanecer en una casa de reposo, Mayakovsky, quien había criticado duramente al poeta Sergei Esenin por quitarse la vida en 1925, cometió suicidio el 14 de abril de 1930. En su nota de suicidio escribió: “No culpen a nada por mi muerte y por favor no chismeen. Al difunto le disgustan terriblemente ese tipo de cosas. Mamá, hermanas y camaradas, perdónenme —este no es un camino de salida (No se lo recomiendo a nadie), pero no tengo ningún otro. Lily —ámame… Camaradas del VAPP (la organización matriz de la RAPP) — no piensen en mí como en alguien con el espíritu débil. En serio — no había ninguna otra cosa que pudiese hacer. Saludos.”

David Burliuk, Alexander Kruchenykh, Vladimir Mayakovsky, Victor Khlebnikov 1917

Una Cachetada en el Rostro del Gusto Público

Nosotros solos fuimos el rostro de nuestro tiempo. A través nuestro, el cuerno de los tiempos resonó en el arte del mundo.

El pasado es sofocante. La Acadamia y Pushkin son menos inteligibles que jeroglíficos.

Arrojad a Pushkin, Dostoyevsky, Tolstoy, etcétera, etcétera, por la borda de la Nave de la Modernidad.

Aquel que no olvide su primer amor no reconocerá el último.

Quién, con sinceridad, repuntaría su último amor hacia la perfumada lujuria de Balmont? Es éste el reflejo de las almas viriles de hoy en día?

Quién, tímidamente, temería rasgar la armadura de papel del traje negro

del guerrero Bryusov? Acaso la belleza del amanecer de lo desconocido brilla en él?

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Lava tus manos, las cuales han tocado la sucia baba de los libros escritos por el innumerable Leonid Andreyevs.

Todos esos Máximo Gorkys, Krupins, Bloks, Sologubs, Remizovs, Averchenkos, Chornys, Kuzmins, Bunins, etcéctera, solamente necesitan una ducha en el río. Esa es la recompenza que el destino concede a los sastres.

Desde la altura de los rascacielos nosotros contemplamos su insignificancia!...

Exhortamos a que los derechos del poeta sean reverenciados:

* Extender la amplitud del vocabulario poético con arbitrarias y derivativas palabras (Novedad de las palabras).

* Sentir un odio insuperable hacia el lenguaje de épocas anteriores.

* Con horror, despejar de su frente orgullosa la corona de fama barata que se ha hecho de interruptores de baños.

* Permanecer de pie sobre la roca de la palabra “nosotros” en medio del mar de abucheos e indignación.

Y si, por el momento, los sucios estigmas de vuestro “sentido común” y “buen gusto” todavía están presentes en nuestras líneas, estas mismas líneas por primera vez centellearán junto a la Iluminación Estival de la Novata Belleza de la Autosuficiente (Egocéntrica) Palabra.

Vladimir Mayakovsky 1916

A su ser amado

El Autor dedica

Estas líneas

Seis.

Pesadas. Las campanadas de un reloj.

“Ríndanse ante el Céstar… ríndanse ante Dios…”

Pero dónde

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alguien como yo arriba?

Dónde encontraré una guarida?

Si fuera

como el océano entre océanos escasos,

sobre la punta de los dedos de las olas me levantaría,

Me estiraría, como la marea, para acariciar la luna.

Dónde encontrar alguien a quien amar

de mi tamaño,

cuando el cielo es muy pequeño para que ella quepa en él?

Si fuera pobre

como un multimillonario,

todavía sería duro.

Qué es el dinero para el alma? —

ladrón insaciable.

El oro

de todas las Californias no es suficiente

para la horda subversiva de mis deseos.

Desearía ser tímido,

como Dante o Petrarca,

capaz de incendiar el corazón de una mujer,

reducirlo a cenizas con páginas llenas de versos!

Mis palabras

y mi amor

forman un arco triunfal:

a través de él, en todo su esplendor,

Page 5: Poemas de Vladimir Mayacovsky

sin dejar ningún rastro, pasarán

las enamoradas de todas las épocas!

Si fuera

silencioso como un trueno,

cómo bramaría y chillaría!

Un gemido mío

iniciaría el demoronamiento del claustro crepitante del mundo

Y si

terminara rugiendo

con todo el poder de los pulmones y más—

los cometas, angustiados, retorcerían sus manos

y desde el techo del cielo

saltarían hacia la fiebre.

Si yo fuera difuso como el cielo,

perforaría la noche

con rayos de mis ojos

y también

con mi solitario,

radiante yo

enaltecería el pecho marchito de la tierra.

En los posterior pasaré,

arrastrando mi inmenso amor detrás mío.

En qué

noche afiebrada, montada de delirios,

por qué Goliates fui engendrado —

Yo, tan grande

Page 6: Poemas de Vladimir Mayacovsky

y por nadie necesitado?

A todo y a cada cosa

No.

No puede ser.

No!

Tú también, amor?

Por qué? Para qué?

querida, mira —

Yo vine,

Traje flores,

pero, pero… Nunca tomé

las cucharas plateadas de tu gabeta!

Con el rostro ceniciento,

me precipité cinco escalones hacia abajo.

Las llantas chirriaron.

Estaba borrascoso.

El viento picó mis mejillas.

Cuernos montados cuernos deseosos.

Por encima de la locura de la capital

levanté mi rostro,

Fuerte como los rostros de íconos antiguos.

Adolorido,

en tu cuerpo como en una cama mortal, sus días

mi corazón terminó.

Page 7: Poemas de Vladimir Mayacovsky

No ensuciaste tus manos con brutal asesinato.

En vez de eso,

lo dejaste caer con calma:

“Él está en cama.

hay fruta y vino

En la palma de la mesa de noche.”

Amor!

Tú sólo exististe en mi inflamado cerebro.

Basta!

Deja esta tonta comedia

y entérate:

Voy a desgarrar

mi armadura de juguete,

Yo,

el más grande de todos los Don Quijotes!

Recuerdas?

Aplastado por la cruz,

Cristo se detuvo por un momento,

cansado.

Mirándolo, la multitud

gritó, burlona:

“Muévete, zoquete!”

Eso es!

Sean despreciativos.

Escupan a quien ruega por un descanso

en su día de días,

Page 8: Poemas de Vladimir Mayacovsky

acósenlo y maldíganlo.

Frente al ejército de celotes, condenado a hacer el bien,

el hombre no muestra piedad!

Esto es el colmo!

Juro por mi fuerza pagana —

denme una muchacha,

joven,

ojos colmantes,

y no desperdiciaré mis sentimientos en ella.

La violaré

y perforaré su corazón con insultos

de buena gana.

Ojo por ojo!

Cientos de veces para obtener venganza las violencias

Jamás se detienen!

Petrificadas, pasmadas,

aúllan en todos los oídos:

“La tierra es una convicta, escucha,

su cabeza medio rapada por el sol!”

Ojo por ojo!

Mátenme,

entiérrenme —

me desenterraré yo mismo,

Page 9: Poemas de Vladimir Mayacovsky

las cuchillas de mis dientes de piedra — no lo duden!—

más afiladas.

Un perro gruñón, bajo

las camas de tablones de los cuarteles me arrastraré,

a escondidas para morder los pies que huelen

a sudor y carpas de mercado!

Brincarás de tu cama durante las primeras horas de la noche.

“Moo!” Yo rugiré.

Sobre mi cuello,

una herida provocada por el yugo,

tornados de moscas

se elevarán.

Soy un toro blanco sobre la tierra imponente!

En un alce me convertiré,

mis cuernos enredados como cables,

mis ojos enrojecidos por la sangre.

Por encima del mundo

una bestia traída a la bahía,

Me erguiré incansablemente.

El hombre no puede escapar!

Sucio y humilde,

balbuceando una plegaría,

sobre piedra fría él miente.

Lo que hará será pintar en las puertas reales,

sobre el reino de Dios

el rostro de Razin.

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Séquense, ríos, impidan que alivie su sed! Humíllenlo!

No desperdicies tus rayos, sol! Quema!

Deja que centenares de mis discípulos nazcan para tocar con sus trompetas himnos en las plazas!

Y cuando finalmente llegue,

pisando los picos de las eras,

escalofriantemente,

el último de sus días,

en las almas negras de los anarquistas y asesinos

yo, una visión sangrienta, arderé!

Amanece,

La boca del cielo se estira más y

más,

bebe la noche

sorbo por sorbo, sedientamente.

Las ventanas mandan un destello.

A través de los paneles el corazón se derrama.

El sol, viscoso, fluye sobre la ciudad durmiente.

Oh sagrada venganza!

guíame otra vez

sobre el polvo afuera

y arriba de los pasos de mis líneas poéticas.

Este corazón mío,

lleno hasta los bordes,

en una confesión

derramaré.

Page 11: Poemas de Vladimir Mayacovsky

Hombres del futuro!

Quiénes son ustedes?

Debo saber. Por favor!

Aquí estoy,

todo moretes y padecimientos,

calcinado por el dolor…

A ustedes de mi gran alma lego el huerto.

Nuestro marzo

Fuente: Poemas, Traducidos por Dorian Rottenberg

Progress Publishers, Moscú, 1972;

Batid las plazas con los trancos de los rebeldes!

Altos, guardianes de cabezas arrogantes!

Nosotros lavaremos el mundo con un segundo diluvio,

Ahora es la hora de la venida que se teme.

Demasiado lentos, los vagones de los años,

Los bueyes de los días — demasiado tristes.

Nuestro dios es el dios de la velocidad,

Nuestro corazón —nuestro tambor de batalla.

Hay acaso un oro más divino que el nuestro?

La avispa de qué proyectil puede aguijonearnos?

Canciones son nuestras armas, nuestro poder de poderes,

Nuestro oro —nuestras voces— Solamente escuchadnos cantar!

Pradera, yaced verde sobre la tierra!

Con seda nuestros días se alinean para nosotros!

Arco iris, dad color y circunferencia

A los corceles de pies alados de tiempo.

Page 12: Poemas de Vladimir Mayacovsky

Los cielos nos envidian su glamor estrellado.

Bah! Sin él nuestras canciones pueden prosperar.

Hey tú, Osa Mayor, clamor

nosotros seremos llevados vivos al cielo!

Cantar, beber del deleite profundo,

Drenar la primavera por copas, no por dedales.

Corazón acelera tus latidos!

Nuestros pechos serán el bronce de los cimbales.

Pedido de cuentas!

Traducido: por Lika Galkina con Jasper Goss, 2005

El tambor de guerra truenos y truenos

Emplaza: empuje de hierros entre los que viven.

De cada país,

esclavo tras esclavo

son lanzados a la bayoneta de acero.

En virtud de qué?

La tierra se estremece

hambrienta

y despojada.

La humanidad es vaporizada en una baño de sangre

sólo para que

alguien

en algún lugar

pueda apoderarse de Albania.

Bandas humanas confinadas a la malicia,

golpe tras golpe impactan el mundo

Page 13: Poemas de Vladimir Mayacovsky

sólo para que

los buques de alguien

pasen gratuitamente

a través del Vásporo.

Pronto

el mundo

no tendra una costilla intacta.

Y su alma será extirpada.

Y arrollada

sólo para que alguien,

ponga sus manos en

Mesopotamia.

Por qué

una bota

aplasta la Tierra — fisurada y dura?

Qué hay por encima de las batallas del cielo —

Libertad?

Dios?

Dinero!

Cuándo te erguirás a tu estatura completa,

tú,

que les entregas tu vida?

Cuándo lanzarás una pregunta a sus rostros:

Por qué luchamos?

Vladimir Mayakovsky (1917)

Actitud

Hacia una señorita

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Fuente: Literatura Rusa del Siglo 20

La noche iba a decidir

si ella y yo

íbamos a ser amantes.

Encubiertos

por la oscuridad

nadie iba ver, verás.

Me incliné sobre ella, es la verdad,

y lo que hice

es cierto, lo juro,

Dije

como un padre amable:

“La Pasión es un precipicio —

así que por favor

apártate de mi camino?

Apártate de mi camino,

por favor!”

Fuente: El Chinche y poesía seleccionada,

traducida por Max Hayward y George Reavey. Meridian Books, Nueva york, 1960;

Transcribido: por Mitchell Abidor.

Tú viniste — determinada,

porque yo era grande,

porque yo rugía,

pero en una inspección detallada

viste a un simple muchacho.

Page 15: Poemas de Vladimir Mayacovsky

Tú te apoderaste

y te llevaste mi corazón

y comenzaste

a jugar con él —

como una niña con una pelota botante.

Y ante este milagro

cada mujer

era ora una dama sorprendida

ora una soltera inquiriendo:

“Amar a semejante sujeto?

Por qué, él brincaría sobre ti!

Ella debe ser una domadora de leones,

una muchacha del zoológico!”

Pero fui victorioso.

No lo sentí —

el yugo!

Ajeno a la alegría,

salté

y brinqué sobre una alegre novia de piel roja,

Me sentí tan eufórico

y ligero.

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Pensamientos, seguid vuestro camino a casa.

Abrazad,

profunidades del alma y el amar.

Desde mi punto de vista,

Page 16: Poemas de Vladimir Mayacovsky

es

estúpido

ser

siempre sereno.

Mi cabina es la peor

de todas las cabinas -

Toda la noche sobre mí

Golpea un herrero de pies.

Toda la noche,

agitando la calma del techo,

estampida de danzarines

un motivo para quejarse:

“Marquita,

Marquita,

Marquita querida mía,

por qué no,

Marquita,

por qué no me amas …”

¿Pero por qué

Marquita debería amarme?!

No tengo

francos que escatimar.

Y Marquita

(al más leve guiño!)

por cien francos

es traída hasta tu

habitación.

La suma no es grande -

sólo vive por el espectáculo -

Page 17: Poemas de Vladimir Mayacovsky

No,

tú intelectual,

erizando tu pelo enmarañado,

hincarías cerca de ella

una máquina de coser,

en puntadas

garabateando

la seda del verso.

Los proletarios

arrivan al comunismo

desde abajo -

por el camino bajo de las minas,

hoces,

y horcas -

Pero yo,

desde el cielo de la poesía,

me sumergo en el comunismo,

porque

sin él

no siento amor.

Ya sea que

esté auto-exiliado

o sea enviado a mamá -

el acero de las palabras corroe,

el bronce de

las manchas de bronce.

Por qué,

bajo lluvias extranjeras,

debo contentarme,

Page 18: Poemas de Vladimir Mayacovsky

podrido,

y oxidado?

Aquí me reclino,

habiéndome ido sobre el mar,

en mi ocio

apenas moviendo

mis partes de máquina.

Yo mismo

me siento como una Soviética

fábrica,

manufacturando felicidad.

Yo objeto

ser roto,

como una flor de los campos,

después de un largo día

de trabajo.

Quiero

el Gosplan para sudar

en debate,

asignándome

metas un año antes.

Quiero

un comisario

con un decreto

para inclinarse sobre el pensamiento de la época.

Quiero

que el corazon reciba

su cuota de amor

a una taza de especialista.

Page 19: Poemas de Vladimir Mayacovsky

Quiero

que el comité de la fábrica

clausure

Mis labios

cuando el trabajó esté terminado.

Quiero

que el bolígrafo esté a la par

con la bayoneta;

y que Stalin

entregue sus reportes

del Politbureau

acerca de versos construyéndose

como lo haría acerca del hierro de cerdo

y la fundición del acero.

“Así es cómo es,

la forma en que va …

Hemos alcanzado

el más alto nivel,

escalando desde las cuchetas de los trabajadores:

en la Unión

de Repúblicas

el entendimiento del verso

ahora supera

su forma de preguerra …”

Page 20: Poemas de Vladimir Mayacovsky

Bien! (fragmento, capítulo 24)

Source: 20th Century Russian Literature.

Sobre aquellos

que duermen eternamente aclamados

que se inclinan,

el duro invierno

esparce

una nube.

Qué son las palabras!

Las palabras

son tontas!

En las heridas del Volga

me rehúso

al duelo.

De una serie de días

escojo

hablar,

parecido

a cientos de otros,

desolados,

empujados

por los años,

remeros ansiosos,

no demasiado gordos

ni

demasiado magros.

Page 21: Poemas de Vladimir Mayacovsky

Si cualquier cosa

algo de valor.

Escribo

fue todo

la falta

de un par

de ojos

cielos sin fondo,

mis bien amados ojos.

Inmensos son,

redondos,

pardos,

con una pizca

de hazel,

calientes como una brasa,

llameantes.

El teléfono se ha ido

rígido como un loco de atar,

el filo contundente

de un hacha

impactando la oreja:

wham!

Alrededor de los inmensos ojos pardos

excusa:

el hambre

tiene la culpa.

Órdenes de los doctores:

para que los ojos

sean capaces

Page 22: Poemas de Vladimir Mayacovsky

de mirar

el mundo,

En un lugar caluroso,

pone verduras

sobre la mesa.

Por sus encrespadas colas verdes -

observad!-

Estoy sosteniendo

dos zanahorias

crujientes.

No son

para mi estufa:

Voy a llevarlas a

mi querida,

para que ella

las mastíque.

Cajas de caramelos

y flores

libremente

Las entregué,

pero

recuerdo que

esas dos zanahorias

además de los leños

(medio billete)

fueron

el más precioso

regalo

Page 23: Poemas de Vladimir Mayacovsky

de todos.

Sujetas bajo mi brazo

están

una piezas húmedas de madera:

nudosos palos,

gruesos como un entrecejo.

Rostro hinchado,

ojos partidos:

es

la malnutrición.

Verduras y cariño -

ojos claros.

Más grande que los platillos,

el ojo

de la Revolución.

Más fácil para mí

que para muchos

(no es petulancia!)

Porque soy

Mayakovsky.

Me siento y mastico

una fresca

pieza de carne de caballo.

La puerta rechina.

Mi pequeña hermana.

"Hola!"

"Hola!"

"Volodya, escucha,

Page 24: Poemas de Vladimir Mayacovsky

mañana es Año Nuevo.

¿Tienes algo de sal

que puedas prestarme?"

"Una pizca,

húmeda además.

Aquí,

dividámosla en dos."

Atravesando la nieve,

enfrentando al temor,

con un

"Oh, querida,

cómo he de seguir en pie!"

Olga se tambalea a lo largo de

la congelada,

de tres millas de longitud,

Calle Presnya.

A su hogar

para condimentar sus papas

se dirige.

Congelado

camina

detrás de ella,

se hace más feroz,

pulgadas

más cerca,

cosquillea

y pellizca.

"Dádmela!

No es acaso sal

Page 25: Poemas de Vladimir Mayacovsky

lo que escondes?"

Al fin en casa,

y no la perdió.

Pero cómo usarla?

Entre sus dedos

se congela rápido.

Detrás de la pared

arrastrando los pies.

"Aquí, esposa,

debemos comer.

Intercambia mi abrigo

por mijo,

podrías?"

Mira a través del panel-

está nevando otra vez.

la nieve cae,

cubriéndolo todo.

Suave su paso,

sí,

y luz.

Moscú

un risco,

desnudo

y blanco.

La nieve yace

sobre bancos

y esquinas.

De los bosques

el esqueleto se descuelga

Page 26: Poemas de Vladimir Mayacovsky

hacia el barranco.

El alba.

En el chal grueso del cielo

el sol,

una sabandija,

se arrastra.

El tardío amanecer de Diciembre,

agotado,

crepitante,

cuelga

sobre Moscú

como fiebre tifoidea.

Tormentosas nubes errantes

a las tierras gordas emigran.

Envuelto en niebla,

su pecho asomándose,

America yace.

¿Qué está haciendo? -

Lamiendo

café

y cocoa

en la copa.

En tu rostro,

grueso como el hocico

de un cerdo de buen tamaño,

más grueso que una redonda bandeja de acero redondeada,

desde esta hambrienta tierra de nosotros

Yo grito:

Mi amor

Page 27: Poemas de Vladimir Mayacovsky

por mi tierra

no tiene límites!

Puedes olvidar

cuándo

y dónde

rellenaste

tu tenaza

y tu estómago,

pero

la tierra

con la que padeciste de hambre

no la podrás,

mientras vivas y respires,

olividar!

Conversación

con el Camarada Lenin

Source: 20th Century Russian Literature.

mayakovsky

Arremolinado con eventos,

cargado de demasiados trabajos,

el día lentamente se hunde

mientras la sombra nocturna cae.

Hay dos personas en la habitación:

Yo

Page 28: Poemas de Vladimir Mayacovsky

y Lenin-

una fotografía

sobre la blancura de la pared.

Las brozas se deslizan hacia arriba

sobre sus labios

mientras su boca

se abre a tirones en un discurso.

Los tensos

pliegues de su frente

sostienen pensamientos

en su empuñadura,

inmensas cejas

igualadas por pensamientos inmensos.

Un bosque de banderas,

levanta manos espesas como la hierba...

Cientos de personas marchando

detrás suyo...

Transportado,

iluminado por la alegría,

yo emerjo de mi hogar,

ávido por verlo,

saludarlo,

reportame a él!

“Camarada Lenin,

le reporto -

(no un dictado de oficina,

el corazón incita por sí solo)

Page 29: Poemas de Vladimir Mayacovsky

Este infernal trabajo

que debemos hacer

será concluido

y ya está siendo realizado.

No alimentamos y nos vestimos

y damos luz a los necesitados,

las cuotas

de carbón

y de acero

colmadas,

pero hay

una gran cantidad

de sangre

estiércol

y basura

alrededor nuestro todavía.

Sin usted,

hay mucho

que se ha ido de las manos,

todas las discusiones

y las riñas

lo hacen.

Hay escoria

en gran cantidad

acosando nuestra tierra,

Page 30: Poemas de Vladimir Mayacovsky

fuera de sus bordes

y también

adentro.

Trate

de contarlos

y

tabularlos -

no tiene uso,

hay toda clase,

y son

gruesos como ortigas:

kulaks,

aprovechadores rojos,

y,

abajo en el camino,

borrachos,

sectarios,

escupidores.

Se pavonean alrededor

arrogantemente

como pavos reales,

medallas y plumas

entramando sus pechos.

Vamos a lamerlos-

pero

lamerlos

Page 31: Poemas de Vladimir Mayacovsky

no es trabajo fácil

para los mejores.

Sobre tierras cubiertas de nieve

y sobre campos de cañas,

en plantas humeantes

y en fábricas,

contigo en nuestros corazones,

Camarada Lenin,

construimos,

pensamos,

respiramos,

vivimos,

y luchamos!”

Arremolinado con eventos,

cargado de demasiados trabajos,

el día lentamente se hunde

mientras la sombra nocturna cae.

Hay dos personas en la habitación:

Yo

y Lenin -

una fotografía

sobre la blancura de la pared.