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Círculo de Empresarios XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas Las consecuencias económicas y sociales de una población que envejece 19-20 Octubre 2006 Madrid España

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Las consecuencias económicasy sociales de una población que envejece

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  • Crculo de Empresarios

    XX Conferencia Internacionalde Organizaciones Empresariales Privadas

    Las consecuencias econmicas y sociales de una poblacin que envejece

    19-20 Octubre 2006 Madrid Espaa

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    Entre los das 18 y 19 de octubre de 2006 se celebr en Madrid la XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas, organizada por el Crculo de Empresarios, para reflexio-nar y debatir sobre el tema Las consecuencias econmicas y sociales de una poblacin que envejece. La Conferencia, que fue inaugurada por S.M. el Rey de Espaa, fue la tercera de estas caractersticas organizada por el Crculo de Empresarios (las anteriores fueron en 1986 y 1996). El presente libro recoge las ponencias y presentaciones reali-zadas durante la Conferencia, as como el documento presentado conjuntamente por EVA (Finlandia) y Keizai Doyukai (Japn) sobre Sociedades creativas y envejecidas. La secuencia sigue el orden de las intervenciones a lo largo de la Conferencia, que estuvo estructurada en cuatro sesiones de trabajo, cada una de las cuales abord su propia temtica. El Crculo de Empresarios agradece muy sinceramente a los au-tores de estos textos su participacin, as como todo su esfuerzo por hacer de sus intervenciones un interesante foro de discusin sobre un tema de tanta actualidad y trascendencia.

    CLAUDIO BOADA

    Presidente del Crculo de Empresarios

    Introduccin

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    ndice

    Sesin inaugural:

    Claudio Boada.

    Presidente del Crculo de Empresarios

    Martin Feldstein.

    Titular de la Ctedra de Economa George F. Baker,

    Universidad de Harvard

    Los efectos del envejecimiento de la poblacin sobreel crecimiento econmico y los dficits presupuestarios

    Joan Clos.

    Ministro de Industria, Turismo y Comercio

    S. M. el Rey.

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    Sesin de trabajo I: La adaptacin de los sistemas de pensiones al escenario

    de una poblacin envejecida

    Sixten Korkman. FinlandiaManaging Director, Finnish Business and Policy Forum (EVA)

    Hacia unos sistemas sostenibles de pensiones

    Rgis de Laroullire. FranciaGeneral Manager, Mdric Group

    La reforma del sistema francs de pensiones

    Rolf Kroker. AlemaniaDirector del Departamento Econmico y Social,

    Institut der deutschen Wirtschaft Kln

    Cmo hace frente Alemania a los cambios demogrficos en el sistema de pensiones

    Sesin de trabajo II:Otras respuestas polticas al envejecimiento

    Charles Kolb. Estados UnidosPresidente, Committee for Economic Development

    Envejecimiento y ajustes de poltica macroeconmica

    Ivan Deveson. AustraliaPresidente, Committee for Economic Development of Australia

    La respuesta de Australia al envejecimiento

    Hidetoshi Nishimura. JapnVicepresidente, Comit de Relaciones con Europa, Keizai Doyukai

    Cmo potenciar la conciliacin de la vida laboral y familiar en Japn

    Sesin de trabajo III:Dependencia y gasto sanitario

    John de Zulueta. Estados UnidosPresidente, Sanitas S.A. de Seguros

    Dependencia: un desafo para Espaa

    Rudolf G. C. van den Brink. Pases BajosProfesor de Instituciones Financieras, Universidad de Amsterdam

    Reforma de la poltica sanitaria en un escenario macroeconmico

    Vasco Luis de Mello. PortugalMiembro de la Junta Directiva, Forum de Administradores de Empresas

    Envejecimiento y gasto sanitario

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    Sesin de trabajo IV:Inmigracin y envejecimiento: Solucin o problema?

    Rickard Sandell. SueciaInvestigador Principal, Real Instituto Elcano

    de Estudios Internacionales y Estratgicos (Madrid)

    La inmigracin como solucin al envejecimiento: un remedio atractivo pero de difcil aplicacin

    Jorge Alberto Uribe. ColombiaPresidente Internacional, Consejo Empresario de Amrica Latina

    Las migraciones en Amrica Latina: efectos en los pases de origen y destino

    Presentacin del informe conjunto de EVA y Keizai Doyukai: Sociedades creativas y envejecidas

    Ilkka Haavisto: FinlandiaProject Manager, Finnish Business and Policy Forum (EVA)

    Hidetoshi Nishimura: JapnVicepresidente, Comit de Relaciones con Europa, Keizai Doyukai

    Informe: Sociedades creativas y envejecidas

    Sesin de clausura:

    Xavier Sala-i-Martn

    Profesor de Economa. Universidad de Columbia

    Gerontocracia

    Claudio Boada

    Presidente del Crculo de Empresarios

    Jess Caldera

    Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

    Datos biogrficos

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    CLAUDIO BOADA

    Presidente del Crculo de Empresarios

    Sesin de apertura Majestad, Seor Ministro, seoras y seores: Como Presidente del Crculo de Empresarios deseo manifestaros, Seor, que Vuestra presencia hoy en esta solemne Sesin Inaugural de la XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresaria-les Privadas, constituye un honor y un autntico privilegio. En 1986 tuvsteis tambin la gentileza de presidir la apertura de la primera edicin de sta ya larga saga de conferencias, que el Crculo de Empresarios organiz, asimismo, en 1996, con ocasin del X Aniversario. Es de sobra conocido que la Corona siempre ha prestado especial atencin a todas aquellas cuestiones de trascen-dencia y actualidad que han recabado el inters de los ciudadanos, alentando con Su presencia y apoyo las actividades donde aqullas se tratan y debaten. ste fue el motivo de que solicitramos la presencia de Vues-tra Majestad en esta Sesin Inaugural, que agradecemos muy sin-ceramente. Seor, permitidme deciros que esta conferencia que el Crculo de Empresarios organiza por tercera vez ha estado precedi-da de una larga y compleja preparacin, que se explica fcilmente por el hecho de que los participantes provienen, en muchos casos, de pases lejanos y diferentes. Nuestra red internacional, por for-tuna, abarca regiones geogrficas y culturas muy variadas, pero en todas ellas se encuentran organizaciones empresariales intere-sadas y comprometidas con los ciudadanos, con sus inquietudes y sus problemas.

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    Esto es lo que explica que todos los aos, en uno de nuestros pases, tenga lugar una conferencia como sta, en la que se tra-ta de reflexionar sobre un tema de trascendencia y actualidad, mediante las diferentes aportaciones de los participantes, encami-nadas a enriquecer el debate. Cuando el Crculo de Empresarios asumi en China, el pasado ao, la responsabilidad de organizar esta vigsima edicin de nuestra conferencia, quisimos que el tema que nos congregara estuviera a la altura de nuestros antecedentes. As, decidimos que pocas cuestiones podan tener un atractivo y una importancia en el mundo actual, comparable a Las consecuen-cias econmicas y sociales de una poblacin que envejece. A lo largo de hoy y maana, especialistas en la materia y re-presentantes de las organizaciones empresariales contrapartes del Crculo de Empresarios en otros pases, se reunirn en esta sala a fin de contrastar experiencias, problemas y soluciones que puedan aportarse al debate en torno a esta cuestin. Todos nosotros, Seor, tenemos un motivo de profunda grati-tud por el hecho de que el Rey de Espaa presida esta sesin de apertura. Para la conferencia inaugural queramos contar, adems, con un ponente de excepcin. Por ello nos acompaa tambin el Profesor Martn S. Feldstein, cuya conferencia versar sobre el tema El impacto del envejecimiento en el crecimiento econmico y en los pre-supuestos gubernamentales. El Profesor Feldstein es titular de la Ctedra George F. Baker de Ciencias Econmicas de la Universidad de Harvard. Es tambin Presidente y Consejero Delegado del National Bureau of Economic Research. Dentro de su trayectoria anterior, quiero resaltar que ha sido Presidente del Consejo de Asesores Econmicos del Presiden-te Ronald Reagan y Presidente de la American Economic Associa-

    tion. Es adems miembro de la American Philosophical Society, Corresponding Fellow de la British Academy, Fellow de la Econometric Society y de la National Association of Business Economists, miem-bro de la Comisin Trilateral, del Council on Foreign Relations, del Grupo de los 30 y de la Academia Americana de Artes y Ciencias, as como miembro de los consejos de administracin de diversas corporaciones y asesor econmico de varias organizaciones en Esta-dos Unidos y en el extranjero. Seor, muchas gracias de nuevo por Vuestra presencia.

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    MARTIN FELDSTEIN

    Titular de la Ctedra de Economa George F. Baker

    Universidad de Harvard

    Los efectos del envejecimiento de la poblacin sobre el crecimiento econmico y los dficits presupuestarios

    Es para m un placer estar hoy aqu, en Madrid y me siento hon-rado por su invitacin a hablar en esta importante conferencia. Ce-lebro tener la oportunidad de comentar las implicaciones del enve-jecimiento de la poblacin sobre el dficit pblico y sobre la tasa de crecimiento econmico de la nacin. Se trata de una importante cuestin para Espaa al igual que para cualquier otra gran nacin industrializada. La ciencia mdica y los cambios de costumbres han prolongado la esperanza de vida y van a seguir hacindolo en los aos venide-ros. Diversos cambios sociales han conducido a unas menores tasas de natalidad. El resultado ha sido un creciente nmero relativo de personas mayores en el conjunto de la poblacin y un ritmo ms lento de crecimiento demogrfico y de la poblacin activa. Estas tendencias se van a mantener en el futuro y quizs incluso a un ritmo acelerado. Algunos pases estn comenzando a experimentar una disminu-cin real del tamao total de la poblacin y de la poblacin activa. Incluso en los lugares donde an no ha ocurrido, el tamao de la po-blacin activa ha venido creciendo ms lentamente que el tamao to-tal de la poblacin, lo que causa una reduccin de la proporcin entre trabajadores y poblacin total. En el caso de Espaa, las proyecciones oficiales de Naciones Unidas demuestran que la poblacin total prcti-camente no va a experimentar cambios durante los prximos 50 aos, mientras que la proporcin entre el nmero de trabajadores por jubila-do descender bruscamentedel 4,5 actual a menos de 2 en 2050.

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    Es fcil entender que el envejecimiento de la poblacin causar un incremento sustancial del coste de los actuales programas pbli-cos de pensiones y sanitario. En Espaa, est previsto que el coste de las pensiones de la Seguridad Social se duplique aproximadamente a lo largo de los prximos 50 aos, al crecer del 8,4 por ciento del PIB actual a un 16 por ciento previsto para 2050. En ese mismo periodo, la factura sanitaria crecer, segn las previsiones, del 6 por ciento del PIB a algo ms del 8 por ciento del PIB, un nivel que me sorpren-de por cuanto refleja ms los estrictos controles del Gobierno que la consecuencia natural de un envejecimiento de la poblacin y de una tecnologa mdica que mejora con rapidez. Quiero hablarles hoy sobre las maneras que tienen los gobiernos de responder a estos problemas presupuestarios. Pero antes quie-ro comentar algunas de las consecuencias econmicas directas del envejecimiento de la poblacin y de la ralentizacin resultante del crecimiento de la poblacin. Por supuesto, el menor crecimiento de la poblacin implica una menor poblacin activa y, por tanto, un menor nivel del producto nacional total, es decir, del producto interior bruto. No obstante, el tamao de la economa nacional es mucho menos importarte que el nivel de la renta per cpita porque es precisamente la renta per cpita la que afecta al nivel de vida. Es, pues, el efecto adverso del menor crecimiento de la poblacin sobre la renta per cpita y, por ende, sobre el nivel de vida, de lo quiero hablar hoy.

    Repercusiones directas de un menor crecimiento de la poblacin sobre la renta per cpita Como explicar seguidamente, un menor crecimiento de la po-blacin reduce la tasa de ahorro y, en consecuencia, la inversin de

    las empresas en equipo y estructuras que mejoren su productividad. Un menor crecimiento de la poblacin tambin reduce la producti-vidad por sus efectos sobre la calidad de la mano de obra. El efecto acumulado de ambos fenmenos puede ser muy sustancial, salvo que se adopten medidas polticas para compensarlos. Consideremos en primer lugar el efecto del menor crecimiento de la poblacin sobre la tasa de ahorro nacional. En cualquier mo-mento dado, hay familias ahorradoras (es decir, que no consumen toda su renta despus de impuestos) y hay familias desahorradoras (que piden prestado o gastan parte de su ahorro previo). Los ahorra-dores suelen ser fundamentalmente trabajadores de edad interme-dia que se estn preparando para la jubilacin. Los desahorradores suelen encontrarse en sus aos de jubilacin. En una economa en crecimiento hay relativamente ms ahorradores de edad intermedia que desahorradores veteranos. Eso es lo que hace que el ahorro de los ahorradores sea mayor que el desahorro de los desahorradores. De esa manera se genera una tasa de ahorro positiva para la econo-ma en su conjunto. Cuanto ms rpido sea el crecimiento de la po-blacin, mayor tender a ser la tasa de ahorro de la nacin. Lo cual explica por qu el envejecimiento de la poblacin y la menor tasa de crecimiento de la poblacin desencadenan una disminucin de la parte de la renta nacional que se destina al ahorro. Esta menor tasa de ahorro conduce, a su vez, a una menor tasa de inversin en planta y equipo por parte de las empresas. Aunque en teora Espaa podra suplir esa menor tasa de ahorro importan-do capital de otros pases, no es probable que suceda as en la prc-tica por dos razones diferentes. En primer lugar, los dems pases industrializados tambin estn experimentando el mismo menor crecimiento de la poblacin que har que sus tasas de ahorro dismi-nuyan. Por lo tanto, tambin querrn importar capital y no estarn

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    en disposicin de desplazar capital a Espaa. Adems, la experien-cia demuestra que, a lo largo de periodos de tiempo prolongados, los pases industrializados invierten lo que ahorran internamente. Por lo tanto, incluso los pases con unas tasas de ahorro superiores tendern a conservar para s ese excedente de capital. El menor nivel de inversin en planta y equipo reduce la inten-sidad de capital de la economa y, por ende, reduce la productividad de los trabajadores y el nivel general de la renta nacional. Adems, una menor tasa de inversin empresarial acarrea una menor tasa de introduccin de nuevas tecnologas, lo que reduce an ms el crecimiento de la productividad. Una poblacin activa que envejece tambin reduce el crecimien-to de la productividad directamente. Sabemos por experiencia que cada generacin de trabajadores gana ms que la generacin prece-dente. Una de las razones para ello es el mayor nivel de educacin y de capacidades que la nueva generacin aporta al trabajo. Slo hay que pensar en la mayor facilidad que los trabajadores ms jvenes suelen tener en general en el uso de los ordenadores y de Internet. Los trabajadores ms jvenes tambin parecen capaces de adquirir nuevas destrezas ms rpidamente. Por lo tanto, una poblacin ac-tiva que envejece equivale a menos incrementos de productividad de este origen. En sntesis, el envejecimiento de la poblacin, fruto de la com-binacin de mayor longevidad y menor tasa de natalidad, reduce directamente la tasa de crecimiento de la economa al ralentizar el crecimiento del stock de capital y debilitar la productividad de la poblacin activa. Estos problemas se agravan por el impacto pre-supuestario del envejecimiento de la poblacin, cuestin que voy a examinar a rengln seguido.

    Consecuencias econmicas de los efectos presupuestarios del envejecimiento de la poblacin El Gobierno espaol, as como los de la mayor parte de los pa-ses industrializados, proporcionan pensiones y asistencia sanitaria para los mayores. El coste de estas prestaciones aumenta, pues, con el nmero de personas mayores. El coste de las pensiones se incre-menta en proporcin al nmero de esas personas, lo que implica que estos costes aumentarn ms deprisa que el PIB a medida que crezca la proporcin entre individuos mayores y la poblacin en edad laboral. El coste de la asistencia sanitaria geritrica aumenta si cabe ms rpido que el nmero de personas mayores porque los costes sanitarios son relativamente ms elevados para los muy an-cianos y precisamente ese grupo est creciendo relativamente ms deprisa que el nmero total de mayores. El creciente coste de las pensiones y de la asistencia sanitaria para los mayores aumenta directamente el desembolso presupues-tario del Estado cuando estos programas se financian mediante un sistema de reparto, como sucede hoy en Espaa, en los Estados Uni-dos y en la mayora de los dems grandes pases industrializados. Aunque estos costes se puedan financiar temporalmente mediante deuda o mediante la venta de activos pblicos, a largo plazo estos costes slo se pueden financiar subiendo los impuestos. La subida de los tipos impositivos necesaria para financiar los cos-tes ms elevados que se derivan del envejecimiento de la poblacin ser de hecho muy grande, salvo que se produzca algn cambio en las prestaciones o en la financiacin de estos programas para los mayores, con el fin de que no hayan de confiar en la financiacin del sistema de reparto. Antes de examinar esas alternativas, permtanme ofrecerles una idea de la magnitud de la subida de impuestos que se necesitara.

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    impositivos habrn de ser an mayores para financiar la subida pre-vista de las prestaciones.

    Una menor cantidad de horas de trabajo no es ms que parte de los efectos negativos de unos tipos impositivos ms elevados sobre la oferta de mano de obra en la economa. Los individuos respon-den a unos tipos impositivos marginales ms altos escogiendo ocu-paciones en las que paguen menos pero que sean asimismo menos pesadas o peligrosas. Unos tipos impositivos marginales elevados desincentivan asimismo la adquisicin de nuevas capacidades a tra-vs de la educacin y la formacin en el empleo. Y unos tipos impo-sitivos marginales onerosos reducen el esfuerzo que los trabajadores ponen en su trabajo. Por qu trabajar ms cuando el gobierno se va a llevar gran parte de la recompensa a tan duro esfuerzo? Y para qu correr los riesgos inherentes a la actividad empresarial cuando las plusvalas estn sujetas a fuertes impuestos?

    As, los altos tipos impositivos marginales derivados del intento de financiar las prestaciones actuales en circunstancias de rpido envejecimiento de la poblacin provocaran una reduccin de la renta nacional y del crecimiento econmico.

    La necesidad de financiar las crecientes prestaciones sanitarias y de pensiones de una poblacin que envejece se traducira asimismo en mayores impuestos sobre los beneficios empresariales y sobre la renta de las familias procedente del ahorro, es decir, sobre los divi-dendos, los intereses y las ganancias del capital. Dichos impuestos constituiran una carga ms para la economa y el crecimiento eco-nmico. Gravar con fuerza la renta de la inversin reduce el incen-tivo de las empresas a invertir en nueva planta y equipo. Adems, las empresas multinacionales pueden decidir desplazar la inversin a otros pases. Una fuerte imposicin sobre la rentabilidad del aho-

    En los Estados Unidos, las prestaciones por pensiones de la Segu-ridad Social se financian con un impuesto sobre el salario. El tipo impositivo es en este momento cercano al 12 por ciento y tendr que incrementarse hasta ms o menos el 20 por ciento en 2030. En porcentaje del PIB, representara una subida desde aproxima-damente el 5 por ciento a cerca del 8 por ciento. En cualquier pas europeo, la subida de impuestos sera an mayor debido a la mayor generosidad de las prestaciones existentes y la mayor proporcin entre jubilados y trabajadores. Aqu en Espaa, las pensiones de la seguridad social acaparan ya el 8,4 por ciento del PIB y est pre-visto que prcticamente se dupliquen (el 15,7 por ciento del PIB) en 2050. Estas fuertes subidas de impuestos implcitas tendran graves efectos negativos para cualquier economa. Tomemos en conside-racin el efecto de un mayor impuesto sobre los salarios. A corto plazo, la parte de esos impuestos a cargo de las empresas causara una reduccin de la contratacin y del empleo. Con el tiempo, el impuesto sobre el salario repercutira en los trabajadores en forma de peores salarios. Dicha disminucin salarial reducira el creci-miento de renta antes de impuestos de muchas maneras. La ms directa sera acortando el nmero de horas de trabajo al ao. Ya lo estamos viendo en la comparacin de las horas de trabajo europeas y norteamericanas: los europeos disfrutan de vacaciones ms largas y de menos horas de trabajo a la semana, de promedio. Tambin es menos comn en Europa que en los Estados Unidos el que los dos cnyuges trabajen. Yo creo que los elevados tipos impositivos mar-ginales sobre la renta del trabajo es una de las principales razones de estas diferencias.

    La reduccin de las horas de trabajo disminuye el producto y la renta total por ese concepto. Lo cual a su vez implica que los tipos

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    rro es decir, ms impuestos sobre los dividendos, los intereses y las ganancias del capital har que las familias cambien el consumo futuro por el presente. Y las frmulas especficas de imposicin del capital suelen desplazar a ste de los usos ms productivos a in-versiones como la vivienda, que hacen mucho menos por elevar la renta nacional y el crecimiento econmico.

    Para evitar estas subidas de impuestos hay que introducir cam-bios fundamentales en el nivel de prestaciones o en la manera de financiarlas. En los Estados Unidos, a fin de evitar una subida de los impuestos para financiar las pensiones, sera preciso recortar un tercio las prestaciones previstas en los prximos veinte aos ms o menos y mantenerlas a este nivel relativamente reducido. Las reducciones precisas del gasto en asistencia sanitaria geritri-ca tendran que ser an mayores. Semejante recorte causara gran-des penurias financieras para muchos mayores y exigira reduccio-nes sustanciales del nivel de atencin mdica. Creo que ninguno de estos cambios es probable.

    Por eso, muchos pases estn sopesando o de hecho adoptando un nuevo enfoque en torno a la financiacin de las pensiones para las personas de edad. Ese nuevo planteamiento supone introducir un componente basado en la inversin junto con las prestaciones financiadas con impuestos. De esa manera, se pueden mantener las prestaciones al tiempo que se evitan unos tipos impositivos ms elevados.

    Antes de hablarles de cmo pueden funcionar dichas reformas, quisiera comentar otras dos posibilidades que se suelen debatir: po-tenciar la inmigracin y reducir el gasto en otras formas de activi-dad pblica, en particular el gasto en defensa nacional.

    Potenciar la inmigracin Gran parte del debate sobre el envejecimiento de la poblacin que escucho en Europa lleva aparejada una llamada al aumento de la inmigracin como posible respuesta. Es fcil comprender cmo llegan las personas a esta conclusin. Si una baja tasa de natalidad conduce a un menor crecimiento de la poblacin y las mejoras sani-tarias al envejecimiento de sta, por qu no aumentar la inmigra-cin de trabajadores extranjeros jvenes y maduros? Eso reducira la edad media de la poblacin y aumentara su tasa de crecimiento. Aunque exista una inquietud generalizada en torno a algunas de las consecuencias sociales del aumento de la inmigracin, muchas per-sonas han llegado a la conclusin de que potenciar sta es la nica forma de evitar una gran subida de los tipos impositivos o un fuerte recorte de las prestaciones.

    La supuesta ventaja de una mayor inmigracin como respuesta al envejecimiento de la poblacin es que ayudara a financiar las prestaciones de los mayores. La ventaja de los inmigrantes para su nuevo pas anfitrin es que pagan impuestos. No es el trabajo de los inmigrantes o su renta lo que importa, sino su papel como contri-buyentes.

    Sin embargo, aunque el argumento a favor de potenciar la inmi-gracin resulte plausible, un poco de reflexin sobre la magnitud del efecto fiscal de su aumento pone de relieve que un incremento muy grande tendra un impacto muy pequeo sobre los ingresos necesarios para enfrentarse al envejecimiento de la poblacin.

    En una economa de mercado como la de Espaa o la de los Esta-dos Unidos, el producto adicional de los nuevos inmigrantes o bien va a parar a stos en forma de salarios o bien al Estado en forma

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    de impuesto sobre los salarios. Los inmigrantes tambin pagaran impuestos sobre la renta y el valor aadido. Pero no todos esos in-gresos adicionales por impuestos estaran disponibles para ayudar a financiar las prestaciones de la poblacin que envejece. Algunos de los ingresos fiscales generados por los inmigrantes haran falta para financiar las prestaciones que ellos mismos consumen, sobre todo asistencia sanitaria y educacin.

    Es necesario, pues, preguntarse cunto ingreso neto genera la inmigracin para financiar las prestaciones de los mayores y qu re-lacin guardan los ingresos adicionales con el aumento del nmero de inmigrantes. Mis clculos indican que los ingresos adicionales no son grandes en relacin con el mayor nmero de inmigrantes. Me pregunto cuntos de quienes abogan por potenciar la inmigracin como respuesta al envejecimiento de la poblacin han calculado el escaso ingreso adicional neto que se obtiene con un incremento sustancial de aqulla. Dicho de otro modo, los ingresos aadidos derivados de un fuerte crecimiento de la inmigracin financiaran slo una pequea parte de la subida del coste de las pensiones y la sanidad que se avecina.

    He aqu algunos sencillos clculos aproximados. Supongamos que llegan a Espaa 2 millones de inmigrantes nuevos en edad de trabajar. Ello equivaldra a un crecimiento del tamao de la pobla-cin activa del 10 por ciento. Si esta mayor inmigracin se pudiera limitar exclusivamente a los que acceden a un empleo, supondra un incremento del 54 por ciento del tamao de la poblacin ex-tranjera en Espaa. Claro est que algunos de estos inmigrantes se traeran consigo a sus parientes, lo que supondra un aumento de la poblacin inmigrante superior a los 2 millones de trabajadores.

    Un aumento superior al 50 por ciento del nmero de inmigran-tes en Espaa tendra un fuerte impacto sobre las condiciones so-ciales y polticas. Qu supondra desde el punto de vista de los ingresos fiscales adicionales?

    Como los inmigrantes por lo general ganan menos que los tra-bajadores espaoles nativos, un aumento de la poblacin activa del 10 por ciento probablemente causara que la retribucin total del factor trabajo creciera cerca del 8 por ciento, quiz menos. Y como los salarios son slo ms o menos el 75 por ciento de la renta nacio-nal total o PIB, un crecimiento del 8 por ciento de los salarios brutos tendra su traduccin de un aumento del PIB del 6 por ciento.

    Aunque los impuestos se llevaran parte de estos ingresos sala-riales brutos adicionales, al menos la mitad del 6 por ciento del PIB adicional lo consumiran los propios inmigrantes y sus fami-lias. Otra parte ms del 6 por ciento extra del PIB lo utilizaran los gobiernos para financiar prestaciones para los inmigrantes y sus familias: sanidad, educacin, subsidios de desempleo y, en ltima instancia, pensiones de jubilacin. Por lo tanto, el excedente neto adicional disponible para pagar las prestaciones de la poblacin na-tiva sera slo del 2 por ciento del PIB o menos.

    Este 2 por ciento del PIB es poco en relacin con el coste de las prestaciones de la poblacin espaola actual. El gasto pblico en pensiones de la Seguridad Social y asistencia sanitaria es hoy del 14 por ciento del PIB y est previsto que para 2050 ascienda al 24 por ciento del PIB. El 2 por ciento del PIB de ingreso neto que generara un aumento de ms del 50 por ciento del nmero de inmigrantes en el conjunto de la poblacin servira para financiar menos del 10 por ciento de la factura prevista de pensiones y sanidad.

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    Otra forma de verlo es sealar que reducir el crecimiento de las prestaciones menos de una dcima parte de su nivel previsto pro-porcionara tanto alivio fiscal como un incremento de ms del 50 por ciento del nmero de inmigrantes.

    Si se modifican las reglas relativas a las pensiones de manera que las prestaciones totales de la Seguridad Social por dicho concepto su-ban del 8,4 por ciento del PIB actual al 13,7 por ciento del PIB en 2050, en lugar del 15,7 por ciento, que es lo que a da de hoy est previsto, el ahorro sera igual de grande que el efecto neto sobre los ingresos de otros 2 millones de trabajadores inmigrantes y sus familias.

    Resulta evidente, a la vista de estos clculos, que un incremento del nmero de inmigrantes no solucionara el problema de finan-ciacin al que se enfrenta la economa espaola en los prximos aos. Adems, el aumento de la inmigracin slo proporcionara un alivio fiscal temporal para un problema demogrfico permanente. El envejecimiento de la poblacin espaola y la menor tasa de creci-miento de la poblacin van a persistir a largo plazo. Los inmigrantes adicionales que puedan llegar en la prxima dcada aportaran ms ingresos de forma temporal pero al final terminaran percibiendo pensiones de jubilacin y asistencia sanitaria que absorberan los impuestos adicionales que satisficieran. Sera preciso un incremen-to continuo del nmero de inmigrantes para conseguir siquiera el relativamente pequeo ingreso adicional que he descrito.

    Si este uso del crecimiento de la inmigracin para recabar ingresos adicionales a corto plazo es o no una solucin de compromiso favorable es decir, si la nacin estara mejor con una reduccin relativamente pequea del crecimiento de las prestaciones o con un incremento rela-tivamente grande del nmero de inmigrantes es una decisin poltica que Espaa y todos los dems pases han de tomar por s mismos.

    Puede haber otras razones para favorecer el aumento de la inmi-gracin. Los nuevos inmigrantes sin duda disfrutaran de un mejor nivel de vida para s, sus hijos y sus descendientes. Sin embargo se-ra errneo abogar por el aumento de la inmigracin como poltica necesaria para hacer frente al envejecimiento de la poblacin.

    Redirigir los desembolsos presupuestarios

    Una alternativa a subir los impuestos, reducir las prestaciones de los mayores o aumentar la inmigracin sera reducir otras formas de gasto pblico y reencauzar dichos fondos presupuestarios hacia programas para los mayores. Hay muchas formas de reducir los des-embolsos del Estado sin perjudicar a la economa. Estoy seguro de que se les ocurren muchas ideas especficas para recortar el gasto. Cualquier pas puede beneficiarse de reducir subsidios a industrias ineficientes o a la agricultura de baja productividad. Esos cambios seran deseables incluso aunque no hubiera un problema nuevo de reduccin de ingresos fiscales y de aumento de las prestaciones de-bido al envejecimiento de la poblacin.

    Sin embargo, por los debates polticos que observo aqu, en Euro-pa, no me parece demasiado probable que se acometan reducciones de los desembolsos pblicos. De hecho, gran parte de las negociacio-nes sobre la agenda de Lisboa ha inducido a los gobiernos europeos a encontrar nuevas formas de aumentar el gasto pblico con la espe-ranza de lograr acelerar el crecimiento de la productividad.

    La principal excepcin a lo dicho es la idea de que reducir el gas-to en defensa podra constituir una respuesta adecuada al problema fiscal del envejecimiento de la poblacin. Aunque se podra hacer mucho para que los desembolsos en defensa resultaran ms eficien-tes, el reducido tamao de los actuales presupuestos de defensa su-

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    Un sistema mixto permitira mantener la renta prevista de los futuros jubilados sin el gran incremento de los tipos impositivos. Limitar los ingresos fiscales de esta manera exigira limitar tam-bin las prestaciones futuras financiadas con impuestos. Pero en un sistema mixto, esas prestaciones financiadas con impuestos se suplementaran con prestaciones basadas en inversiones, es decir, los beneficios que generaran el ahorro y la inversin de ese ahorro en acciones y bonos.

    Diversos pases han seguido ya este planteamiento. El plantea-miento especfico difiere de unos pases a otros, en funcin de las preferencias polticas y las condiciones econmicas locales. La for-ma ms comn consiste en dividir los impuestos sobre el salario para la seguridad social en una parte que utiliza el Estado para pagar prestaciones basadas en impuestos y en otra parte que el individuo puede destinar a un fondo de inversin mobiliaria, a un banco o a una compaa de seguros para que inviertan esos fondos. Cuando el individuo llega a la edad de jubilacin, recibe tanto la pensin tradicional financiada con impuestos como una pensin adicional basada en el valor de los activos que la persona haya acumulado en la cuenta de inversin. Esa clase de sistemas mixtos de financiacin de las prestaciones de pensiones se ha adoptado ya en pases tan distintos como Suecia, Inglaterra, Australia, Mxico y China.

    Aunque un sistema mixto pueda evitar las enormes subidas de impuestos que seran necesarias con un sistema distributivo puro financiado con impuestos, si se quiere mantener el actual nivel re-lativo de prestaciones, desde luego no sale gratis. Es preciso cierto ahorro adicional para financiar las cuentas individuales. Pero como la tasa de rentabilidad de una cuenta de inversin es mucho mayor que la rentabilidad implcita de un sistema financiado exclusiva-mente con impuestos, la cantidad de ahorro que se necesita es mu-

    pone que un menor gasto por este captulo tendra poco que ver con el problema fiscal de la economa del envejecimiento. La reduccin de los presupuestos de defensa a la mitad apenas financiara la dci-ma parte del aumento de costes del problema fiscal causado por el envejecimiento de la poblacin.

    La reduccin del gasto en defensa en los prximos aos podra ser asimismo un grave error. Vemos que la OTAN se esfuerza en Afganistn por encontrar tropas y armas suficientes para hacer frente a los talibanes. El terrible atentado terrorista aqu en Madrid y los recientes acontecimientos de Londres nos recuerdan la cre-ciente amenaza del terrorismo interior. Creo que en los aos veni-deros van a ser necesarios ms fondos para actividades de defensa e inteligencia. Pero esta es materia para otra ocasin.

    Financiacin mixta de las pensionesy las prestaciones sanitarias

    Lo cual me lleva a la idea de cambiar la forma de financiar las prestaciones de los mayores. El planteamiento por el que he aboga-do para los Estados Unidos y que podra constituir la mejor forma de que Espaa lidie con los cambios demogrficos a los que se en-frenta Espaa junto con otros pases industrializados, consiste en pasar de unos sistemas de pensiones y asistencia sanitaria financia-dos con los impuestos sobre los salarios a una financiacin basada en una combinacin de impuestos e inversiones financieras.

    Me centrar en cmo se podra aplicar esa clase de sistema mixto para afrontar el creciente coste de las pensiones. Un planteamiento similar podra ayudar a financiar los crecientes costes sanitarios de los mayores.

  • Sesin Inaugural

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    cho menor que la cantidad de impuestos adicionales que de otro modo se precisaran. La cantidad de ahorro necesaria depende de las proyecciones demogrficas y de la estrategia de inversin. Clculos detallados para los Estados Unidos basados en el supuesto de que los ahorros se inviertan en una combinacin de 60 por ciento de ac-ciones y 40 por ciento de bonos indican que la subida de impuestos de casi el 10 por ciento de los salarios imponibles que se precisara con un sistema de reparto puro se podra sustituir por un 2 por ciento de ahorro nuevo sobre la misma base salarial. Sin duda que merecera la pena realizar un anlisis similar para el caso espaol.

    Aunque un sistema mixto evite la certidumbre inminente de recortes de prestaciones en el futuro, el componente de inversin conlleva, claro est, algn riesgo. El nivel de riesgo depende de la combinacin de acciones y bonos en los que se invierta el ahorro adicional. Los pases que adoptan este planteamiento generalmente requieren que las inversiones se realicen en fondos de inversin de amplia base en lugar de en acciones concretas o en fondos de secto-res especficos. Algunos pases restringen la proporcin de acciones en los fondos de inversin. Tambin se pueden ofrecer garantas que limiten el riesgo de que un individuo reciba una pensin infe-rior a cierta cantidad. Dichas garantas pueden ofrecerlas el Estado o los mercados financieros.

    No voy a extenderme ms sobre este planteamiento. Pero creo que puede ayudar a Espaa o a cualquier otro pas industrializado a evitar el bajo ahorro y los altos impuestos que, de lo contrario, acompaarn al envejecimiento de la poblacin.

    Espero haber estimulado hoy al menos a algunos de ustedes para que sopesen la idea de un sistema mixto de pensiones para Espa-a. No es demasiado tarde para iniciar la transicin de un sistema

    distributivo a un sistema mixto, aunque ser progresivamente ms difcil a medida que la poblacin envejezca.

    Gracias.

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    JOAN CLOS

    Ministro de Industria, Turismo y Comercio

    Majestad, Sr. Boada, Sr. Feldstein, seoras y seores:

    Para empezar, quisiera felicitar al Crculo de Empresarios por la celebracin de este Vigsimo Aniversario de sus Conferencias. Se tra-ta de un aniversario que pone de manifiesto una constancia y una voluntad de reflexionar, a travs de conferencias bien preparadas, sobre los temas ms interesantes y oportunos que afectan a la eco-noma de nuestro pas y de nuestras empresas en cada momento.

    Tambin quiero felicitar al Crculo de Empresarios, muy especial-mente, por la temtica escogida este ao: la problemtica relacionada con el envejecimiento de la poblacin. Como antes comentamos con el Profesor Feldstein, el tema del envejecimiento poblacional es un tema un tanto contradictorio. Por un lado, a nivel personal todos tenemos inters en llegar a ancianos de una manera saludable pero, por otro lado, a nivel colectivo, parece ser que, mirando los nmeros, este deseo no es el mismo. As pues, se hace necesario hallar la ma-nera de casar ambos intereses, el personal y el colectivo, a la vez que haciendo posible la preservacin del modelo social europeo.

    Es tambin oportuno este debate por la situacin especfica de la economa espaola. El Producto Interior Bruto de nuestro pas est alcanzando el billn -billn en trminos europeos, es decir, un milln de millones- de euros y, en lo referente a ocupacin, nos estamos acercando a los veinte millones de empleos en el pas, de los que ms del 10% proviene de la inmigracin.

  • Sesin Inaugural

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    En todo caso, no hay duda de que se trata de un momento que recoge los frutos de casi una dcada de crecimiento sostenido de nuestra economa, a unas tasas que casi duplican el promedio de los pases de la Unin Europea.

    No obstante, el problema de envejecimiento de la poblacin no es solamente un problema de nuestro pas sino que lo compartimos con el resto de nuestros socios europeos. Tenemos una tasa de in-migracin elevada, ms alta que la media europea la cual, a su vez, es menor que la media norteamericana. Tambin nuestro nivel de envejecimiento es superior a la media europea aunque, nuevamente Europa est por debajo de las cifras norteamericanas.

    Es evidente que estamos hablando de realidades econmicas y sociales bastante diferentes. Y es, precisamente, en este contexto de la diferencia donde corresponde a los europeos el encontrar solucio-nes especficas que hagan viable el mantenimiento, en la medida de lo posible, de nuestro modelo social.

    El Profesor Feldstein ya ha mencionado algunas experiencias muy interesantes, que merecen ser analizadas con detalle. Entre ellas, y muy especialmente, la experiencia de los pases nrdicos, donde se estn desarrollando nuevas polticas pblicas, tanto en lo referen-te a las polticas demogrficas -con incentivos a la fertilidad- como en lo referente a polticas mixtas de financiacin de los sistemas de pensiones.

    stos son ejemplos de pases que, con una poblacin reducida y con una gran cohesin social, ya hace muchos aos que viven la problemtica del envejecimiento poblacional. No obstante, tam-bin son pases que estn demostrando que el envejecimiento de la poblacin no est reido con la competencia ni con la competitivi-

    dad de sus economas. No hay duda alguna de que, en definitiva, se trata de pases merecedores de nuestra atencin y objeto de estudio para ver los resultados a medio y largo plazo. Sin duda, podremos aprender de su ejemplo.

    Para finalizar, reitero mi agradecimiento al Crculo de Empresa-rios por el tema que ha puesto, en esta ocasin, sobre la mesa. Un tema de tamaa importancia, no tan slo para el futuro de nuestros sistemas econmicos, sino tambin para el futuro de la cohesin de nuestros modelos sociales. No es casualidad que, precisamente, en Espaa acabemos de aprobar la nueva Ley de Dependencia. Una ley que pretende mejorar la vida de las personas dependientes a cualquier edad pero que, obviamente, afecta en mayor grado a per-sonas de mayor edad que padecen problemas de dependencia. Es, por tanto, una propuesta de dilogo y de debate extremadamente oportuna.

    Gracias nuevamente al Profesor Feldstein y al Crculo de Em-presarios por haber hecho posible este punto de debate y reflexin. Tengo la confianza de que, a lo largo de estas jornadas, surgir in-formacin relevante, se producir contraste de opiniones y que, todo ello desembocar en un conjunto de ideas que sern tiles para nuestra sociedad.

    Muchsimas gracias.

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    XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas

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    Mucho agradezco al Crculo de Empresarios su amable invita-cin para presidir la inauguracin de esta Vigsima Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas. Una grata oportunidad que me permite conocer ms de cerca las principales preocupaciones y anhelos del mundo empresarial, de las empresas y de sus directivos. Dirijo mi afectuoso saludo a todos los participan-tes en esta Conferencia, junto a mi ms cordial bienvenida a Espaa a los procedentes de muchos pases amigos.

    Como acaba de recordar el Presidente del Crculo, hace preci-samente veinte aos, en 1986, ya tuve ocasin de participar en la apertura de la Primera Conferencia en Madrid. Celebro que, a lo largo de estos aos, se hayan sucedido toda una serie de ediciones, dedicadas a un interesante repertorio de cuestiones, siempre de es-pecial trascendencia y actualidad.

    El tema central de esta Vigsima Conferencia, la tercera que se celebra en Espaa, dedicado a Las consecuencias econmicas y sociales de una poblacin que envejece, me parece especialmente digno de reflexin y debate. En efecto, uno de los fenmenos que concentra las preocupaciones de gobiernos y ciudadanos, en parti-cular en las Naciones ms desarrolladas, es el del envejecimiento progresivo de sus respectivas poblaciones. Desde hace tiempo, sobre todo en las sociedades donde el estado del bienestar est afortuna-damente ms implantado, la situacin demogrfica ofrece un pano-rama cada vez ms complicado.

    Palabras de Su Majestad el Rey

  • Sesin Inaugural

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    ello partiendo del respeto a los derechos, a la igualdad de oportuni-dades y a la dignidad que merecen nuestros mayores.

    Felicito al Crculo de Empresarios por esta iniciativa, que permite congregar a una larga lista de destacadas personalidades con el fin de exponer distintas visiones del problema, comparar experiencias, y pro-poner soluciones de cara al futuro. Tanto la acertada eleccin del tema central de debate, como de las personas que puedan aportar elementos tiles para la reflexin, permiten augurar excelentes resultados.

    Les deseo lo mejor en el desarrollo de sus trabajos y les reitero mi especial satisfaccin al poder compartir con todos ustedes esta sesin inaugural.

    Declaro formalmente inaugurada la Vigsima Conferencia Inter-nacional de Organizaciones Empresariales Privadas.

    Muchas gracias.

    Este tema no es patrimonio exclusivo de los pases ms prspe-ros. A medida que los Estados menos desarrollados se incorporan a un nivel de mayor bienestar, comienzan a sufrir desequilibrios se-mejantes. El progresivo desfase numrico entre la poblacin joven y la de ms edad, aumenta la presin sobre los sistemas de pensiones y de atencin a la Tercera Edad. Son bien conocidos los estudios que apuntan a que, en un futuro no muy lejano, esos sistemas podran experimentar severas tensiones si no se toman a tiempo decisiones adecuadas.

    Esta nueva realidad presenta nuevas facetas que van, desde las medidas pblicas de atencin a la Tercera Edad y los nuevos me-canismos de pensiones complementarias o privadas de jubilacin, hasta las polticas encaminadas al aumento de la natalidad, o los actuales retos de las corrientes migratorias.

    El creciente inters por el envejecimiento de la poblacin se ex-presa hoy en mltiples informes, y en la atencin que tantos foros internacionales dedican a su estudio y al planteamiento de recetas innovadoras para abordarlo con eficacia. Saber combinar, de forma eficaz e inteligente, la necesaria apuesta por el futuro que encarna nuestra juventud, con el debido aprovechamiento de los conoci-mientos, experiencia y criterio de las personas de mayor edad, es uno de los retos a los que se enfrentan nuestras sociedades.

    En suma, se trata de un asunto que afecta y debe interesar a to-dos, que requiere concentrar y coordinar esfuerzos, para lograr res-puestas positivas a los desafos que plantea la creciente diversidad generacional de nuestras sociedades. De la ptima utilizacin y de la adecuada inversin en el capital humano disponible, depende el mantenimiento de nuestra competitividad y el logro de los nuevos niveles de bienestar econmico y social a los que aspiramos. Todo

  • Sesin de trabajo I:La adaptacin de los sistemas de

    pensiones al escenario de una poblacin envejecida

    XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas

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    XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas

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    SIXTEN KORKMAN

    Managing Director, Finnish Business and Policy Forum (EVA)

    Hacia unos sistemas sostenibles de pensiones

    Buenos das, seoras y seores. Es un privilegio tener la oportu-nidad de formularles algunos comentarios introductorios sobre un tema que concita el inters de todos nosotros. Voy a comenzar rea-lizando algunas observaciones sobre el envejecimiento de la pobla-cin y luego llamar su atencin hacia tres dimensiones esenciales de los sistemas de pensiones. Por ltimo, valorar lo acontecido l-timamente en este terreno en los pases nrdicos, lase Dinamarca, Suecia y Finlandia.

    En las ltimas dcadas, el cambio demogrfico se ha caracteriza-do por dos tendencias (vase la tabla 1). En primer lugar, la longe-vidad media ha aumentado: la longevidad media de los varones, que en 1960 era de 67 aos, haba mejorado al final de siglo has-ta los 74 aos (un incremento de siete aos). En segundo lugar, el tiempo trabajado que era, de media, de 46 aos en 1960 ha-ba descendido hasta los 37 aos en las postrimeras del siglo (un descenso de 9 aos). Ahora vivimos como pensionistas muchos ms aos de lo que solamos. No hace falta decir que este vuel-

    TABLA 1: CAMBIO DEMOGRFICO EN LA OCDE

    (AOS) 1960 1999

    Longevidad media de los varones

    De los cuales pasados trabajando

    67 74

    46 37

  • Sesin de Trabajo I

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    47

    co de la composicin de nuestras vidas y la duracin de las mis-mas tiene consecuencias impresionantes desde los puntos de vista econmico y social.

    El aumento de la longevidad no se ha detenido: prosigue crecien-do y va a seguir hacindolo de forma sustancial (lo que sin duda es positivo). La segunda tendencia, en cambio, no puede continuar: ya no podemos seguir acortando un pice el tiempo que trabajamos. Por suerte, esta tendencia se ha invertido ya por s sola desde 1999 en muchos de los pases representados en esta sala.

    Y esto reviste capital importancia porque hay muchsimos ms pensionistas que los que sola haber y de los que podemos atender con el cambio de composicin de la poblacin, salvo que alargue-mos el tiempo que trabajamos. Est previsto que la tasa de depen-dencia de los mayores, es decir, la poblacin de 65 aos o ms como porcentaje de la poblacin entre 15 y 64 aos, aumente considera-blemente de 2003 a 2025 y ms an hasta 2050. Las proyecciones

    de la tabla 2 se deben a la Comisin Europea y al Comit de Poltica Econmica de la UE, con participacin de expertos de todos los pases de la UE. Las ltimas columnas muestran el cambio de la tasa de dependencia de los mayores en el plazo de una generacin (hasta 2025) y ms o menos en dos generaciones (hasta 2050). La tasa de dependencia, en la UE15 (los Estados miembros clsicos), se duplicar del 25% actual a ms del 50% en 2050. Si nos fijamos en cada uno de los pases aqu enumerados, vemos que hasta 2025 hay un incremento de 10 puntos porcentuales en la mayora de los pases pero nada menos que 18 puntos porcentuales en Finlandia; el cambio en la estructura de edad tiene lugar ms rpidamente en Finlandia que en otros pases. Pero cuando nos fijamos en el 2050 la situacin es ms o menos la misma en todas partes salvo en Espaa, donde est previsto un incremento bastante espectacular de la tasa de dependencia de los mayores. Los cambios demogrficos posen importantes consecuencias para el gasto pblico relacionado con la edad como porcentaje del PIB (tabla 3). Por lo que se refiere a las pensiones, el cambio hasta 2030 o hasta 2050 es superior a 3 puntos porcentuales en Dinamarca, Finlandia y Espaa, y hasta 2050 el incremento es realmente es-pectacular en el caso de Espaa. En cuanto al gasto pblico total (relacionado con la edad) incluidas pensiones, asistencia sanitaria, atencin de larga duracin, as como gasto educativo se advierte un incremento bastante considerable en Dinamarca, de ms de 4 puntos porcentuales hasta 2030 e incluso superior hasta 2050. El incremento es si cabe mayor en Finlandia (unos 5 puntos porcen-tuales), as como en Espaa a largo plazo. Ni que decir tiene que estas cifras denotan un desafo, sobre todo para los tipos impositivos y para la sostenibilidad de las finan-zas pblicas. No obstante, hay multitud de consideraciones que es

    TABLA 2: TASA DE DEPENDENCIA DE LOS MAYORES

    (AOS) 2003 2025 2050Cambio25/03

    Cambio50/03

    DIN

    SUE

    FIN

    ALE

    FRA

    ESP

    UE15

    22

    26

    23

    26

    25

    25

    25

    34

    36

    41

    28

    37

    33

    36

    42

    41

    47

    52

    46

    66

    52

    12

    10

    18

    12

    12

    8

    11

    20

    14

    24

    26

    21

    41

    26

  • Sesin de Trabajo I

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    XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas

    49

    necesario tener en cuenta a la hora de evaluar las perspectivas de sostenibilidad de las finanzas pblicas: depende hasta cierto punto del nivel de endeudamiento y de activos pblicos, depender del grado de capitalizacin de los sistemas de pensiones y depender asimismo de la situacin fiscal imperante. Por ejemplo, si nos fija-mos en Alemania al da de hoy, el dficit pblico global es algo as como el 3% del PIB. Si volvemos la vista hacia Dinamarca o Finlan-dia, el supervit de las cuentas pblicas generales raya el 3% de PIB. Claro est que esto marca una diferencia a efectos de calcular la sostenibilidad de las finanzas pblicas de estos pases. La Comisin Europea est realizando en este momento clculos de sostenibilidad con el fin de identificar qu pases se enfrentan a problemas ms graves. Sin lugar a dudas, la mayor parte de los Estados miembros de la UE se enfrentan a problemas de sostenibilidad de sus finanzas pblicas. Lo cual quiere decir que dichos Estados miembros tendrn que subir impuestos o recortar gastos, alternativas ambas poltica-mente difciles (por cuanto implican un complejo dilema).

    Permtanme que llame ahora su atencin hacia tres dimensiones que son pertinentes a la hora de clasificar los sistemas de pensiones y de examinar los problemas y principios que les son inherentes. La primera distincin es entre prestacin definida y contribucin definida como base para el derecho a pensin. La prestacin definida esta-blece el derecho a pensin de los asalariados y luego adapta las pri-mas de pensiones en consecuencia (al objeto de financiar esos de-rechos). La contribucin definida toma el camino opuesto: define el derecho a pensin sobre la base de las contribuciones satisfechas ms su rentabilidad, con financiacin de las contribuciones o ni-camente cuentas tericas. La distincin entre prestacin definida y contribucin definida es relevante para la asignacin de riesgos: las conmociones del sistema repercutirn en quienes satisfagan primas de pensiones en el caso de la prestacin definida, mientras que lo harn en los propios pensionistas en el caso de la contribucin de-finida. En la prctica, todos los sistemas son sistemas mixtos que contienen elementos tanto de prestacin definida como de contri-bucin definida (si bien desde el punto de vista analtico no deja de ser una distincin til). La segunda y muy conocida distincin es entre sistemas de pen-siones de capitalizacin y sistemas de reparto. En el caso de estos lti-mos, las pensiones de los actuales jubilados se abonan a partir de las

    TABLA 3: GASTO PBLICO RELACIONADO CON LA EDAD

    PENSIONES TOTAL

    cambio50/04

    nivel2004

    nivel2004

    cambio30/04

    cambio30/04

    cambio50/04

    DIN

    SUE

    FIN

    ALE

    FRA

    ESP

    UE15

    9,5

    10,6

    10,7

    11,4

    12,8

    8,6

    10,6

    3,3

    0,4

    3,3

    0,9

    1,5

    3,3

    1,5

    3,3

    0,6

    3,1

    1,7

    2,0

    7,1

    2,3

    26,8

    29,5

    25,5

    23,7

    26,7

    20,0

    23,4

    4,0

    1,3

    4,7

    1,0

    1,9

    3,3

    1,9

    4,8

    2,2

    5,2

    2,7

    2,9

    8,5

    3,7

    TABLA 4: SISTEMAS DE PENSIONES: PRINCIPALES DIMENSIONES

    Prestacin definida ente la contribucin definida (riesgos de asignacin)

    Sistemas de capitalizacin frente a sistemas de reparto (ahorro)

    Sistemas actuariales frente a redistributivos (efectos sobre los incentivos)

  • Sesin de Trabajo I

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    XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas

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    contribuciones de los trabajadores actuales, mientras que en el caso de los sistemas de pensiones de capitalizacin las pensiones se abo-nan a partir de los fondos acumulados. De nuevo, es una cuestin de grado; en algunos sistemas existe un cierto grado de capitaliza-cin (en algunos pases bastante sustancial) mientras que en otros pases se tiene un sistema de reparto prcticamente puro (con un colchn de fondos muy limitado). En esencia, es mejor tener ciertos fondos, con el argumento de que tiende a incrementar el ahorro en el conjunto de la economa, lo que resulta til pues la propia prome-sa de pensiones puede reducir el incentivo al ahorro privado. Cierto elemento de capitalizacin en los sistemas de pensiones obligatorios y legislados o pblicos constituye entonces una til contrapartida. Va de suyo que la falta de capitalizacin es un problema de los siste-mas de pensiones pblicos, no de los sistemas privados, que suelen estar totalmente capitalizados y que, por tanto, contribuyen al aho-rro global de la sociedad.

    La tercera distincin es entre sistemas actuariales y redistributivos. En un sistema altamente redistributivo no existe una vinculacin estrecha entre lo que se paga y lo que se recibe. Lo que se pagan son impuestos puros que, como tal, pueden tener un efecto nega-tivo sobre los incentivos. Por el contrario, en un sistema altamente actuarial, se recibe lo pagado ms los intereses devengados, lo que tiene un efecto diferente sobre el incentivo para trabajar y satisfacer contribuciones de pensiones. Un aumento del grado de justicia ac-tuarial reduce el componente impositivo, aun cuando las pensiones se basen en la legislacin y sea un sistema obligatorio. Un sistema actuarial favorece el empleo porque ofrece mejores incentivos para aceptar un trabajo y mantenerlo durante ms tiempo y, por ende, para actuar de una manera que sea compatible con los intereses indi-viduales, as como con los intereses de la sociedad en su conjunto.

    A continuacin, unas breves palabras sobre el estado de cosas en los pases nrdicos: una somera recapitulacin de la situacin en Finlandia, Suecia y Dinamarca (tabla 5). Dinamarca disfruta de un sistema slido en el sentido de que es un sistema de pensiones privado pero obligatorio y totalmente capitalizado, que las empre-sas detraen de los salarios. Se trata de un sistema de ahorro obli-gatorio, basado hoy principalmente en la contribucin definida, y altamente actuarial. Los trabajadores que satisfacen las primas de pensiones en Dinamarca saben que lo que abonan tiene un efecto muy directo sobre sus pensiones, que lo que van a recibir luego es ese mismo dinero ms la rentabilidad devengada sobre la inversin realizada con dichos fondos. Hay problemas en Dinamarca con el

    Dinamarca: relativamente slido

    M = Pensiones totalmente capitalizadas, de tipo profesional S = TFFR

    Suecia: reforma radical

    M = Contribucin definida nocional (actuarial, de reparto sostenible) S = Componente totalmente capitalizado + TFFR (medias comprobadas) + pensiones profesionales

    Finlandia: para salir del paso

    M = prestacin definida capitalizada en parte (factor de longevidad, hacen falta ms reformas) S = TFFR (medias comprobadas)

    M = pilar principal, S = partes suplementarias TFFR = pensiones de tipo fijo financiadas con impuestos

    TABLA 5: SISTEMAS DE PENSIONES NRDICOS

  • Sesin de Trabajo I

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    XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas

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    envejecimiento de la poblacin como en todos los pases nrdicos, debido a su gran sector pblico y a las amplias responsabilidades del Estado y los ayuntamientos pero el sistema de pensiones en s es razonablemente slido. El sistema dans de pensiones cuenta con un segundo escaln, las pensiones de Tipo Fijo Financiadas con Im-puestos (TFFR, por sus siglas en ingls), de importancia decreciente, pero que supone una carga para las finanzas pblicas de Dinamarca.

    Suecia es un caso interesante pues los suecos implantaron hace una dcada una gran reforma, una reforma que probablemente sea una de las ms radicales a las que el mundo haya asistido durante la pasada dcada. Los suecos convirtieron su sistema de prestaciones definidas en un sistema de contribucin definida o en algo que, de hecho, se denomina un sistema nocional de contribuciones defini-das. En esa clase de sistema, cada uno tiene su propia cuenta y su derecho a pensin se basa en lo que se abona en dichas cuentas ms la rentabilidad devengada, que es una funcin de la tasa de creci-miento de la base de la contribucin. Sin embargo, en realidad no hay dinero en dichas cuentas, son cuentas meramente nocionales. El sistema no est capitalizado y, por tanto, no es un sistema tradi-cional de contribucin definida. No obstante, pese a ser un sistema (nocional) de contribuciones definidas, resulta fuertemente actua-rial. El sistema de pensiones de Suecia pose asimismo un segundo componente, que est totalmente capitalizado. Este componente es obligatorio para el trabajador, aunque tiene la posibilidad de elegir dnde invierte su dinero (entre una amplia variedad de fondos con distintas clases de perfil de inversin). Por ltimo, Suecia pose una pensin de tipo fijo financiada con impuestos, aunque con compro-bacin de medias, y hay tambin algunas pensiones profesionales similares a las danesas. As pues, el sistema sueco pose varios pila-res diferentes. Tras la reforma, los suecos esperan que no haya nece-sidad de subir significativamente los impuestos o las contribuciones

    con el fin de financiar el sistema de pensiones; est evaluado que es sostenible con los tipos actuales de las contribuciones.

    Finlandia es un caso menos fascinante, pues representa lo que podramos decir una solucin para salir del paso. Presenta un siste-ma de pensiones de prestacin definida capitalizado en parte y ha llevado a cabo asimismo algunas reformas, un mosaico de reformas. En particular, los finlandeses han introducido un factor de longevi-dad, lo que quiere decir que las prestaciones estarn condicionadas a la esperanza de vida prevista (a partir de 2010). Se trata de una gran mejora porque se ocupa automticamente de las consecuen-cias financieras de uno de los principales componentes del cambio demogrfico. Cuanto ms se viva, menos se recibir anualmente en concepto de pensiones. Ni que decir tiene que al trabajador siempre le asiste la opcin de mejorar su pensin ahorrando en un plan privado de pensiones. Otros cambios del sistema han reforzado su grado de justicia actuarial.

    En conjunto, el problema de las pensiones es muy considerable en todos los pases nrdicos, debido al peso del sector pblico y a los fuertes compromisos suscritos por ste (junto con una creciente competencia tributaria internacional). Existe gran heterogeneidad en la zona: Dinamarca posee un sistema de pensiones profesional privado obligatorio, que se ajusta automticamente a los cambios en la demografa. Suecia ha llevado a cabo una reforma radical y ahora pose un sistema de contribucin definida nocional bastante sostenible. Finlandia est manejndose como puede con su siste-ma bsicamente de prestacin definida. Un elemento comn es que hay componentes importantes de capitalizacin en todos los pases nrdicos y que el estado de las finanzas pblicas es, en todos ellos, bueno, pues en la actualidad disfrutan de considerables supervits presupuestarios en las cuentas pblicas.

  • Sesin de Trabajo I

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    Tambin hay algunas tendencias comunes, no slo de los pases nrdicos, sino ms en general: hay una fuerte tendencia a preocu-parse ms del insuficiente nivel de ahorro financiero de nuestros sistemas de pensiones. En segundo lugar, queremos sistemas ms actuariales, queremos reducir el componente redistributivo de la parte principal de nuestros sistemas de pensiones. Por ltimo, nos gustan los sistemas de contribuciones definidas porque son finan-cieramente ms slidos y ms fciles de combinar con sistemas actuarialmente justos que los sistemas de prestacin definida, que tienden a presentar caractersticas redistributivas ms significati-vas. En sntesis, existe una tendencia a ahorrar ms, a una mayor contribucin definida y a unos sistemas ms actuariales.

    Gracias por su atencin.

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    XX Conferencia Internacional de Organizaciones Empresariales Privadas

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    Seoras y seores, estimados colegas:

    Es un placer dirigirme a ustedes hoy. El tema de mi conferen-cia es la reforma del sistema francs de pensiones. Se trata de un asunto al que todos nuestros pases han de enfrentarse. Sin embar-go, si el problema es ms o menos el mismo en los pases desarro-llados, las soluciones pueden variar de acuerdo con la historia y las circunstancias polticas. En primer lugar, voy a describir brevemen-te el sistema francs de pensiones y luego voy a ilustrar con algunas cifras el impacto del envejecimiento de la poblacin. Por ltimo, les contar cmo se han aplicado importantes reformas y comentar algunas cuestiones que se me antojan especialmente importantes de cara al futuro.

    El sistema francs de pensiones: historia y principales caractersticas

    El sistema francs de pensiones remite al denominado mo-delo Bismarck, aunque algunos expertos argumenten que quiz fuera Francia (de la mano de Napoleon III en lugar de Bismarck) la verdadera pionera con la creacin de la Caisse Nationale des Retraites pour la Vieillesse en 1850, por no mencionar el Eta-blissement National des Invalides de la Marine, creado bajo el reinado de... LUIS XIV!

    No obstante, el sistema francs actual se desarroll en los aos posteriores a la II Guerra Mundial. Se trata bsicamente de un

    RGIS DE LAROULLIRE

    General Manager, Mdric Group

    La reforma del sistema francsde pensiones

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    Francia los activos de los programas suplementarios representaban nicamente el 7% del PIB, frente al 80% del Reino Unido en el mis-mo ao (y el 166% de Holanda).

    Este sistema funcion muy bien durante los dorados aos trein-ta. Las condiciones demogrficas favorecan el pleno empleo y el baby boom estimulaba la demanda. El incremento de la cuanta de los salarios y de la cantidad de asalariados permiti financiar pro-gramas de proteccin social que incluan la indexacin de pensio-nes sobre los salarios lo que, a su vez, alimentaba el crecimiento y estimulaba la demanda, espacio vital para algunas limitaciones a las contribuciones.

    Los aos penosos: crisis econmica y demogrfica

    A partir de la crisis del petrleo de 1973, el crculo virtuoso dentro del cual el desarrollo econmico y el social tendan a re-forzarse mutuamente, dio paso a un crculo vicioso, en el cual el retroceso del crecimiento y la aceleracin del desempleo aumenta-ron la cuenta del gasto social, lo que, a su vez, lastr la expansin econmica y el empleo. Los recursos de los programas de reparto se vieron afectados, mientras que los financiados disfrutaron de dos dcadas de oro en los aos 80 y 90. En todas partes, la edad de retirada de la poblacin activa dej de coincidir con la de jubila-cin. Francia introdujo la jubilacin a los 60 en 1983, con la con-dicin de 37,5 aos de seguro. En Francia, en 2002, la edad media de retirada de la poblacin activa es de 58,8 aos frente a una edad oficial de 60, y a una edad media de retirada de la poblacin activa para la Unin Europea (a 15) de 60,8. Al mismo tiempo (ms exac-tamente a partir de 1964), la tasa de natalidad en Francia comenz a descender y cay de 2,47 en 1970 a 1,89 en 2000, frente a unos valores para la Unin Europea de 2,38 en 1970 y de 1,53 en 2000.

    sistema de retencin de impuestos sobre el salario, en el que las contribuciones abonadas por los trabajadores sirven para pagar las pensiones. Me centrar en el sistema ms amplio, que abarca a los trabajadores de empresas cotizadas y no cotizadas (todos los trabaja-dores del sector privado sin excepciones estn cubiertos desde 1972) y me limitar a mencionar que existen otros 38, entre ellos el que ampara a los funcionarios.

    Su originalidad consiste en la presencia de dos estratos. El pri-mero se refiere a la Seguridad Social. Se organiza con arreglo a l-neas ocupacionales, garantiza una pensin a quienes trabajaron en funcin de la contribucin satisfecha y representa, en el caso de una vida profesional ntegra, un nivel de vida equivalente al de un empleo activo hasta un techo definido. Nos remite directamente al modelo Bismarck.

    El segundo consiste en programas ocupacionales suplementarios que proporcionan ms de una cuarta parte de todas las prestaciones de pensiones, y que pagan una media del 40% de las pensiones de los trabajadores asalariados del sector privado. Pero estos progra-mas suplementarios (Agirc, creado en 1947 para prestar cobertura adicional a los ejecutivos, Arrco creado en 1961 para otros trabaja-dores asalariados), dirigidos asimismo de forma privada, presentan muchas caractersticas de un sistema de Seguridad Social. Son na-cionales, uniformes (las mismas reglas para todos los trabajadores), obligatorios y se financian como en un sistema de reparto. Estn comprendidos en el marco de la regulacin europea destinada a coordinar los programas bsicos de proteccin social desde el 1 de enero de 2000 y ahora se los considera el suelo del primer pilar de la jubilacin. En 2000, el segundo pilar representaba nicamente el 2% de las pensiones, en comparacin con el 40% de pases con el tpico sistema Beveridge como el Reino Unido. En consecuencia, en

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    Ajuste de la situacin Reformas recientes

    El debate sobre el futuro de las pensiones en Francia lleg al pblico a comienzos de los aos 80. Las compaas de seguros lo utilizaron para promover el segundo y tercer pilar del sistema de jubilacin. Esto dio paso a una fuerte reaccin de los sindicatos, actores junto con los empresarios de la regulacin y la gestin del segundo estrato del primer pilar, que es un sistema de repar-to. La cuestin se torn polticamente peligrosa y las reformas se pospusieron.

    La primera gran reforma se puso en marcha con una ley aprobada en 1993. En ella se abordan las pensiones del sector privado. Consta principalmente de cuatro elementos: - La condicin de 37,5 aos de seguro para recibir cobertura

    plena se endurece a 40 aos. - La cuanta de la pensin se remite al salario medio en un

    periodo de tiempo de 25 aos en lugar de 10 aos. - Las contribuciones se calculan mediante referencia a la

    evolucin del coste de la vida. - Las pensiones siguen el coste de la vida y no la evolucin

    de los salarios.

    Esta ltima medida representa el 80% del ahorro estimado atri-buido a la reforma, que entrar en vigor a todos los efectos en 2008.

    La segunda gran reforma es fruto de la ley de 21 de agosto de 2003. Debera reducir las necesidades de financiacin en 2020 cerca del 40% (18 billones). El ahorro se localiza principalmente en el sec-

    En el conjunto del periodo, la esperanza de vida creci de forma sostenida.

    En 1996, la Direccin General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisin Europea orden realizar un estudio titulado Envejeci-miento demogrfico en la Unin Europea hasta 2050, un estudio de su impacto, en el que se demostraba, en otras cosas, la dimensin del ajuste necesario para asegurar el bienestar ante el cambio demo-grfico previsto, antes de tener en cuenta el efecto de la reforma del programa de pensiones. Francia est en la media europea. El incre-mento del 51% del porcentaje de cotizacin en la vejez en 2045, o el descenso del 44% de los ingresos netos de los pensionistas en 2045, o una prolongacin de la edad de retirada entre 1995 y 2045 de 9,6 aos compensa el efecto del envejecimiento entre 1995 y 2045.

    Estudios ms recientes aportan muchas cifras que tienen en cuenta las reformas aplicadas desde 1993, incluida la ley aprobada en 2003. El problema, debido principalmente a una poblacin que envejece, se puede ilustrar con tres cifras: el nmero de pensionistas podra crecer de 12,3 millones en 2000 a 21,5 millones en 2050. La necesidad adicional de recursos de nuestro sistema distributivo podra alcanzar los 20 billones en 2020 y los 112 billones en 2050 (fuente: COR), en un contexto en el que la tasa de desempleo se reducira al 4,5%. En 2050, si no cambia nada, el nmero de pensio-nistas igualar al nmero de personas activas. Sondeos de opinin hechos pblicos recientemente demuestran que el votante galo es consciente del problema y est preparado para nuevas reformas.

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    se alaba unnimemente el papel de un consejo especial, el Comit dOrientation des Retraites, el cual podra mejorar con una mayor representacin de los empresarios.

    El segundo elemento consiste en desarrollar la justicia del con-junto del sistema de la jubilacin, sobre la base de la transparencia. Quiz hayan advertido importantes diferencias entre los sistemas de pensiones del sector privado y de la funcin pblica. Otras di-ferencias, si cabe ms importantes, subsisten entre los 38 sistemas de pensiones diferentes actualmente en vigor. En revisin se en-cuentran, en particular, la edad mnima para tener derecho a una pensin, y para tener la cobertura ntegra. La tendencia hacia la indexacin de las pensiones en el Indice de Precios al Consumo, tambin financieramente muy eficiente, podra cuestionarse.

    El tercer elemento es apoyar la competitividad de la economa francesa. Se volver a abogar por los planes de pensiones capitaliza-dos para aumentar el ahorro a largo plazo que se invierte en valores. Sin embargo, yo considero que el elemento esencial ser estimular el empleo de los trabajadores mayores, los denominados seniors. La percepcin de esa cuestin ha aumentado en los ltimos dos aos. Se trata de un cambio sustancial respecto a las prioridades de los ltimos 30 aos, y requerir mucho esfuerzo promover ese cambio en las regulaciones y en la psicologa de los empresarios. Sin embargo, slo este cambio puede aportar la contribucin esperada a los problemas financieros del sistema francs de pensiones, aumen-tar la competitividad del pas y reforzar la cohesin social.

    Gracias por su atencin.

    tor pblico, que representa la mitad de las necesidades predecibles. El nmero de aos necesarios para la pensin mxima (el 75% de la media de los ltimos seis meses de empleo) va a aumentar gra-dualmente hasta los 41 aos en 2012. La ley introduce el principio de una extensin del tiempo necesario para obtener la pensin n-tegra antes de los 65 en funcin de los cambios en la esperanza de vida. La duracin del seguro y la duracin de las pensiones han de mantenerse en un ratio de 2/3 a 1/3. La duracin del seguro, que alcanzar los 40 aos en 2008 tanto en el sector pblico como en el privado, y 41 aos en 2012, subir a 42 aos en 2020. Las pensiones de los funcionarios se indexarn al ndice de precios en lugar de a los salarios. Por lo que respecta a las jubilaciones capitalizadas, la ley dispone la creacin de un programa suplementario obligatorio para los funcionarios, basado en primas que no formen parte de su salario o pensin obligatorios. Tambin introduce la posibilidad de las jubilaciones de empresa y extiende a los asalariados del sector privado las oportunidades para crear una pensin individual con deduccin de las contribuciones de la renta imponible hasta el 10% de los ingresos. Elementos para el futuro Como pueden ver, las reformas pasadas no solucionan los pro-blemas. Se encuentra en vigor un proceso paso a paso que depende de las negociaciones con los representantes de los empresarios y de los trabajadores. Hay programadas negociaciones cada cinco aos y la prxima ronda tendr lugar en 2008. El Institut de lEntreprise pretende contribuir al debate y aporta, para las futuras reformas de base, sus sugerencias sobre tres elementos: El primero se refiere al mtodo y es acorde con una slida ex-pectativa poltica: negociacin antes de legislacin. A ese respecto,

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    Introduccin

    Seoras y seores:

    El Ministro alemn de Trabajo y Asuntos Sociales durante el gobierno de Kohl, de 1982 a 1998, Norbert Blm, era un apasio-nado defensor del sistema de reparto estatutario y se ci siempre a la conviccin de que las pensiones estn seguras. El gur de los mercados burstiles Andr Kostolany aluda recientemente a la consigna de Blm cuando en broma deca que lo realmente segu-ro del sistema de pensiones de jubilacin estatutario es su fallo en las prestaciones. Cul de las afirmaciones es cierta? Acaso les sor-prenda pero, hoy por hoy, yo dira que ambas lo son. Debido a una serie de reformas llevadas a cabo en los ltimos aos algunas muy severas me atrevera a predecir que nuestro sistema de jubilaciones vuelve a ser sostenible. Las pensiones vuelven a estar seguras pero a un nivel muy inferior al que Blm prevea. Sin embargo, Kostolany tambin tiene razn porque en el futuro las pensiones obligatorias no van a bastar para garantizar el nivel de vida.

    Seoras y seores:

    En mi breve presentacin quisiera ofrecerles una perspectiva de cmo hemos cambiado nuestro seguro de pensiones estatutario en los ltimos aos y qu efectos han tenido dichos cambios sobre las pensiones presentes y futuras.

    ROLF KROKER

    Director del Departamento Econmico y Social

    Institut der deutschen Wirtschaft Kln

    Cmo hace frente Alemania a los cambios demogrficos en el sistema de pensiones

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    zamiento masivo de la estructura demogrfica a favor de los mayo-res y en detrimento de la poblacin ms joven. Hoy por hoy, sigue habiendo 2,5 personas de edad comprendida entre 25 y 59 aos por cada persona de ms de 60. En 2050 la relacin entre esos dos grupos de edad ser prcticamente de uno a uno. Las malas lenguas predicen que nuestra pirmide de edad tendr forma de un atad.

    Hay otro hecho importante: la edad efectiva media de jubilacin de los trabajadores es de 60 aos, un dato que no ha experimentado cambios desde hace ms de 4 dcadas.

    La idea de una vida laboral realizada cuando se atraviesa el umbral de los 60 aos no es algo que se cambie de la noche a la maana. Y, sobre todo, si tenemos en cuenta que se mantiene

    Evolucin demogrfica

    Todos los sistemas de reparto han de hacer frente al mismo pro-blema: el de los previsibles cambios demogrficos. Alemania no es ninguna excepcin a este respecto. Si las previsiones de nues-tra Oficina Federal de Estadstica se revelan correctas, la poblacin de Alemania se contraer y envejecer enormemente durante las prximas dcadas.

    De los 82 millones de personas que viven hoy en Alemania, slo quedarn 70 millones en 2050. Ms importante si cabe es el despla-

    2002 2030 2050

    GERMANY AGES Age structure of the German population 2002 - 2050, in percent

    17,1

    10,713,0

    31,4

    36,9

    45,4

    28,2

    27,620,1

    10th population forecast; variant 7 (migration balance: 100,000 persons per year) Life expectancy in 2050: men 82.6 years, women 88.1 years

    Source: Federal Statistical Office

    0 - 19 years 60 +20 - 59 years

    2.3 : 1 1.1 : 1

    ENTRY AGE INTO RETIREMENT: ALMOST UNCHANGEDOld - age and disability pensions, age in years

    60.860.2

    60.7

    59.3

    61.5

    59.2

    55

    57

    59

    61

    63

    1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2004

    Source: German Pension Insurance Federal InstitutionUp to 1990 West Germany only

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    El nmero medio de aos de vida como jubilado ha pasado de 10 aos en 1960 a 17 aos en nuestros das. Dicho de otro modo: los trabajadores tienen hoy que financiar a siete grupos de pensionistas ms que en la dcada de 1960. Que ello ha afectado a las contribu-ciones a la seguridad social es algo que no requiere explicacin. El gobierno ha ralentizado la presin al alza sobre los costes laborales desplazando en parte la carga financiera de quienes pagan contri-buciones a quienes pagan impuestos. Sin embargo, en cierto punto esta opcin se agota tambin y devienen inevitables las reformas estructurales.

    Los responsables polticos alemanes han reaccionado tarde pero, finalmente, con energa.

    la opinin generalizada de que las jubilaciones anticipadas son buenas para el mercado de trabajo. Tambin las empresas continan favoreciendo esta opcin en medio de la contraccin de su pobla-cin activa.

    Para el seguro de pensiones, esto supone un enorme proble-ma, claro est, porque la esperanza de vida se ha disparado tan-to para hombres como para mujeres y va a seguir la misma tnica en el futuro.

    En la actualidad, los hombres de 60 aos viven de media otros 20 aos ms, y las mujeres de 60, otros 24 aos. Como la edad efec-tiva de jubilacin ha permanecido prcticamente sin cambios, se ha alargado considerablemente el tiempo que se vive jubilado.

    RISING LIFE EXPECTANCYLife expectancy of 60 years olds, in years

    14

    17

    20

    23

    26

    1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2002 2004

    Source: Federal Statistical Office

    20,1

    24,1

    15,5

    19,719,3

    17,7

    16,3

    15,0

    23,823,5

    22,2

    women

    men

    20,5

    18,218,8

    1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2004

    LIFETIME SPENT IN RETIREMENTOld - age and disability pensions, average retirement span in years

    8.0

    10.0

    12.0

    14.0

    16.0

    18.0

    20.0

    16.916.3

    15.4

    12.111.1

    9.9

    Source: German Pensions Insurance Federal InstitutionUp to 1990 West Germany only

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    hasta 2030. De este modo, el gobierno ya no puede recurrir a la so-lucin, tan popular como simplista, de subir los porcentajes de las contribuciones para tapar los problemas estructurales.

    El segundo cambio de paradigma: se renunci a la idea de que el sistema de pensiones de jubilacin estatutario deba garan-tizar el nivel de vida de las personas durante su jubilacin. Desde que se pusiera en marcha nuestro sistema de pensiones de reparto all por 1957, se haba considerado un principio irrevocable que na-die que hubiera trabajado 45 aos deba ver reducido notablemen-te el nivel de vida conseguido. El ahorro privado para pensiones slo aportaba una renta adicional. Tras las reformas ningn futuro pensionista podr mantener su nivel de vida sin un ahorro privado adicional. Las pensiones financiadas a ttulo particular van, pues, a sustituir en parte a las pensiones de reparto estatutarias.

    Lo que ven aqu es la simple frmula alemana para calcular el ajuste anual del pago de pensiones. Como pueden ver, en realidad es bastante complicado y les voy a ahorrar una explicacin deta-llada. No obstante, me gustara mostrarles cmo ha cambiado la frmula y cules han sido las consecuencias prcticas. El nivel de las pensiones sigue vinculado a la evolucin del salario medio. Sin embargo, la indexacin est ahora condicionada por factores de correccin que actan como frenos a la subida de las pensiones. Los ms importantes son:

    La escalera de Riester: este factor de correccin se denomi-na as por el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales que lo introdujo en 2001. El supuesto subyacente es que los trabajadores ahorran una parte especfica de sus ingresos brutos para la jubilacin, co-menzando con un 0,5 por ciento en 2001 y aumentando paso a

    Las reformas

    Desde 2001, tres leyes han conducido a un doble cambio de pa-radigma.

    El primer cambio de paradigma: a diferencia del viejo su-puesto de que los ingresos deban seguir al gasto, el nuevo paradig-ma exige que el gasto siga a los ingresos. Se trata de un giro funda-mental. Antes de las reformas, los porcentajes de las contribuciones o las subvenciones pagadas con impuestos se incrementaban cuan-do las contribuciones no cubran los crecientes gastos. Las nuevas leyes prohben que los porcentajes de las contribuciones superen el 20 por ciento de los salarios brutos hasta 2020 y el 22 por ciento

    AR Current pension valueBEt-1 Average gross earnings per employee during the past yearBEt-2 Average gross earnings per employee during the year before last year multiplied by a correcting factor which accounts for the change of gross earnings per employee liable to contribution ratesAVA Share of old-age provision (as percent of income liable to contribution rates)RVB Average contribution rate in the statutory pension systemRQ Aged dependency ratio Sensitivity parameter (0.25)

    THE SIMPLE GERMAN WAY TO RAISE RETIREMENT BENEFITSThe pension formula

    Premium Factor

    Riester Staircase Sustainability Factor

    ARt t-1

    t-1

    t-2

    t-1

    t-2

    t-1

    t-2

    t-1

    t-2

    = x x x x +11-AR BE 100 - AVA - RVB

    100 - AVA - RVBBE

    RQ

    RQ

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    Estos son los cambios decisivos. Es importante sealar que la frmula revisada de las pensiones deposita la carga del ajuste no slo en los recin llegados a la jubilacin sino tambin sobre los pensionistas actuales, pues sus pensiones van a crecer a un ritmo ms lento. Dado que el crecimiento de los salarios ha aumentado dbilmente en los ltimos aos, las pensiones no subieron duran-te varios aos, por lo que su valor real incluso ha descendido. La ltima subida de las pensiones tuvo lugar en 2003. Y sin duda se avecinan nuevas rondas de subida cero.

    Efectos financieros de las reformas

    Las consecuencias financieras de las reformas se ilustran mejor por el denominado rendimiento de las contribuciones. Denota el tipo de inters interno sobre las contribuciones satisfechas por tra-bajadores y empresas durante la vida laboral y se calcula comparan-do el valor presente de las contribuciones abonadas con los pagos de las pensiones futuras. El eje y muestra el rendimiento de las contribuciones, y el eje x, los grupos de edad. Qu nos dice este grfico? 1. La pendiente de la curva de tendencia es negativa antes y des-

    pus de la reforma. Lo cual quiere decir que los grupos de edad ms jvenes recibirn unas tasas de rendimiento inferiores a las de los grupos ms veteranos. Antes de la reforma, la tasa nomi-nal se situaba en torno al 2 por ciento para los hombres nacidos en 2010.

    2. La tasa de rendimiento es unos 0,7 puntos porcentuales ms alta para las mujeres debido a que su esperanza media de vida es mayor, por lo que viven ms aos jubiladas.

    paso hasta el 4 por ciento en 2008. Al incorporar esta escalera de Riester a la frmula, por espacio de 8 aos las pensiones suben cada ao 0,6 puntos porcentuales ms despacio que el salario medio.

    El factor de prima: cualquier incremento de los porcentajes de las contribuciones del sistema estatutario de pensiones de jubila-cin causa automticamente una reduccin de la subida de pensio-nes del ao siguiente.

    El factor de sostenibilidad: este factor al que tambin se hace referencia como el factor demogrfico incorpora de forma explcita cambios de la relacin entre el nmero de pensionistas y el nmero de trabajadores. Cualquier incremento del ratio de de-pendencia de los mayores frena la subida de las pensiones, donde la constante alfa determina hasta qu punto se tiene en cuenta el cambio demogrfico. En la actualidad, su valor est fijado en 0,25, aunque, en caso de apreturas financieras, se puede subir en cualquier momento. Como resultado de este factor de sostenibilidad, los ajustes de las pensiones probablemente vayan a la zaga del crecimiento de los salarios a razn de 0,35 puntos porcentuales al ao hasta 2030.

    Adems de introducir estos factores de correccin en la frmula de las pensiones, la tributacin se va a desplazar gradualmente de las contribuciones a las prestaciones. Cada ao, una porcin cre-ciente de co