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PLAN NACIONAL DE SALUD MENTAL

DOCUMENTO TCNICO: PLAN NACIONAL DE SALUD MENTAL

DOCUMENTO TCNICO NORMATIVO

PLAN NACIONAL DE SALUD MENTAL CONSEJO NACIONAL DE SALUD

COMIT NACIONAL DE SALUD MENTAL

Dr. Carlos Vallejos Sologuren

Ministro de Salud

Presidente del Consejo Nacional de Salud

CONSEJO NACIONAL DE SALUD Dra. Nancy Olivares Marcos

Secretaria de Coordinacin del

Consejo Nacional de Salud

COMIT NACIONAL DE SALUD MENTAL 2005 - 2006

Dr. Ricardo Bustamante Quiroz

Presidente

(Representante de la Presidencia del

Consejo Nacional de Salud)

Lic. Elsa Bustamante Soto

Secretaria

(Representante de las

Organizaciones Sociales)

Miembros Titulares

Dr. Martn Nizama Valladolid

Ministerio de Salud

Dr. Beltrn Villarreal Rao

ESSALUD

Dr. Juan Zapata Quintana

Fuerzas Armadas

Dr. Enrique Macher Ostolaza

Sector Privado

Dr. Gustavo Vsquez Caicedo

Asamblea Nacional de Rectores

Dr. Arnaldo Torres Herrera

Polica Nacional del Per

Dr. Jorge Castro Morales

Colegio Mdico del Per

Sr. Alfredo Barrientos Carbajo

Trabajadores del Sector

Dra. Mara Edith Baca CabrejosAsesora - OPS

Dra. Marta Rondn Rondn

Asesora Asociacin Psiquitrica

Dr. Manuel Sotelo Trinidad

Experto Instituto Medicina Legal

Miembros Alternos

Dr. Elard Snchez Tejada

Presidencia del Consejo Nacional de Salud

Sra. Elena Chvez Ramrez

Organizaciones Sociales

Dr. Francisco Bravo Alva

Ministerio de Salud

Dr. Alfredo Barnaby RodrguezFuerzas Armadas

Dra. Raquel Kahn Pandero

Sector Privado

Dra. Elsa Esteban Vliz

Asamblea Nacional de Rectores

Dr. Luis Purizaga Purizaga

Polica Nacional del Per

Dr. Enrique Bojrquez GiraldoColegio Mdico del Per

Sr. Antonio Conso Machuca

Trabajadores del Sector

NDICE

ndice

.. 3

Introduccin

4

ISituacin de la Salud Mental en el Per

. 6

1.1 Principales Trastornos Clnicos: Depresin, Ansiedad y Otros

1.2 Aspectos Psicopticos

1.3 Suicidio

1.4 Consumo y Abuso de Sustancias

1.5 Las Violencias

1.5.1 Violencia Familiar

1.5.2 Maltrato Infantil

1.5.3 Violencia Contra la Mujer

1.5.4 Violencia Sexual e Incesto

1.5.5Violencia Poltica, Desplazamientos y Secuelas Psicosociales

1.5.6 Violencia Social

1.6 Acceso a Servicios de Salud Mental

1.7 Pobreza y Salud Mental

1.8 Otros Problemas Asociados a la Vulnerabilidad en Salud Mental

1.9 La Situacin de los Servicios de Salud Mental

IIProblemas Identificados

. 22

2.1 En Relacin con los Problemas y Trastornos de Salud Mental.

2.2 En Relacin con la Respuesta del Estado.

2.3 En Relacin con la Coordinacin Intersectorial.

2.4 En Relacin con la Comunidad.

IIIObjetivos y Resultados del Plan

24

3.1 Objetivos Estratgicos

3.2 Objetivos Generales

3.3 Objetivos Especficos

INTRODUCCIN

El presente Plan Nacional de Salud Mental, se basa en los Lineamientos para la Accin en Salud Mental (Ministerio de Salud, 2004) y en la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz (Ministerio de Salud, 2004). Contiene objetivos, resultados esperados y acciones; por lo que constituye un documento tcnico normativo, que promueve iniciativas y actividades sectoriales e intersectoriales de mayor impacto que trascienden el proceso de la enfermedad y generan entornos y estilos de vida saludables.

El Plan fue elaborado por el Comit Nacional de Salud Mental del Consejo Nacional de Salud, con la cooperacin tcnica de la Organizacin Panamericana de la Salud (OPS) y fue validado mediante la opinin de expertos y en talleres participativos con representantes de todos los sectores comprometidos con la salud mental. Asimismo, el Plan considera las diez recomendaciones propuestas por la Organizacin Mundial de la Salud OMS: 1) tratamiento en la atencin primaria; 2) disponibilidad de medicamentos psicotrpicos; 3) asistencia en la comunidad; 4) educacin al pblico; 5) involucramiento de comunidades, familias y consumidores; 6) polticas y legislacin nacional; 7) desarrollo de recursos humanos; 8) vnculo con otros sectores; 9) vigilancia y 10) apoyo a la investigacin.

El Plan es el resultado de un proceso que se desarroll desde el ao 2001, en concordancia con los Lineamientos de Polticas del Sector y del Modelo de Atencin Integral de Salud, elaborados por el Ministerio de Salud. Estas polticas establecen en su visin 2010-2020, el logro de una salud plena de la poblacin como resultado del desarrollo socioeconmico y de afirmacin de la democracia en el pas. Desde una concepcin integral, se considera la salud mental como un componente fundamental del desarrollo humano, que optimiza la productividad, empodera a la persona y genera ciudadana; constituyendo un indicador de desarrollo de los pases.

La concepcin integral del ser humano implica atender los aspectos somticos, psquicos, socioculturales, histricos y polticos que constituyen una unidad dinmica indivisible en el contexto social. La salud mental es un eje transversal en las prioridades de salud por ciclos de vida; igualmente es un tema indispensable en las acciones de cada sector.

El Plan fue elaborado a partir de un diagnstico situacional de la salud mental en el pas, priorizando los problemas psicosociales y los trastornos mentales en funcin de su prevalencia. Asimismo, es un plan estratgico de concertacin intersectorial que involucra a todos los sectores gubernamentales y a las diversas instituciones de la sociedad civil.La propuesta plantea cuatro objetivos generales que se complementan, cuya secuencia no implica una prioridad ni un orden en su ejecucin:

1. Posicionar la salud mental como un derecho fundamental de la persona, componente indispensable de la salud integral y del desarrollo humano en nuestro pas.

2. Fortalecer el rol rector del MINSA en salud mental de manera concertada en el mbito nacional, regional y local, con el propsito de garantizar los derechos ciudadanos; y de este modo ser factor de cohesin social.

3. Asegurar el acceso universal a la atencin integral en salud mental, en base a la reestructuracin de servicios que priorice la atencin en la comunidad.

4. Promover la equidad en la atencin de salud mental en trminos de estrato social, gnero, ciclo de vida y diversidad cultural; dando atencin diferenciada a las poblaciones vulnerables, especialmente a las afectadas por la violencia poltica. El posicionamiento de la salud mental tiene como componentes fundamentales: la difusin pblica de su rol determinante para una mejor calidad de vida, el debate sobre los enfoques y polticas y la organizacin de un sistema de informacin e investigacin intersectorial que incluya la identificacin de experiencias exitosas en salud mental.

El rol rector en salud mental implica la conduccin concertada de polticas mediante la planificacin y evaluacin de acciones conjuntas intra e intersectoriales y la coordinacin con organizaciones de la sociedad civil.

La prioridad de atencin en la comunidad comprende intervenciones en todo el proceso salud-enfermedad mediante acciones de promocin, prevencin, tratamiento, rehabilitacin y reinsercin social conjuntamente con el desarrollo de la calidad de los recursos humanos, vinculndolos a la comunidad; y de este modo contribuir a la difusin de la salud mental y a la desestigmatizacin de la persona con trastornos mentales. Finalmente, promueve una poltica de medicamentos con equidad.

Como cuarto objetivo, se considera la intervencin equitativa, especialmente, en poblaciones afectadas por la violencia poltica, contribuyendo con el proceso de reconstruccin nacional y reconciliacin.

Para cumplir cabalmente con estos objetivos, es fundamental la voluntad poltica para la institucionalizacin multisectorial de la salud mental, mediante normas, procedimientos, autorizaciones, representaciones y presupuestos suficientes, para lograr su viabilidad; as como el posicionamiento poltico y social de la salud mental en nuestra sociedad.

Cada objetivo general tiene objetivos especficos, a partir de los cuales se desarrollan acciones y se obtienen resultados segn prioridades por ciclos de vida y niveles de intervencin: promocin, prevencin, tratamiento y rehabilitacin. El Plan constituye una estructura bsica que requiere de las coordinaciones intra e intersectoriales necesarias.

ISITUACIN DE LA SALUD MENTAL EN PER

Para abordar el diagnstico situacional de la salud mental en el Per, se debe definir en primer lugar este concepto. Actualmente, la salud no se entiende como la ausencia de enfermedades solamente. La Organizacin Mundial de la Salud, ha definido a la salud mental como el estado de bienestar que permite a cada individuo realizar su potencial, enfrentarse a las dificultades usuales de la vida, trabajar productiva y fructferamente y contribuir con su comunidad. De modo que, la problemtica de salud mental incluye no slo los trastornos mentales sino tambin, problemas psicosociales graves, como diversos tipos de violencia; los cuales generan consecuencias que de no ser abordadas contribuirn a reproducir de generacin en generacin este problema. El Plan se sustenta en informacin sobre los trastornos y problemas en salud mental, priorizados segn su prevalencia. Asumiendo que la etiologa de los trastornos mentales es multifactorial, se ha puesto nfasis en los determinantes sociales, que consideramos son importantes tanto para la expresin de los trastornos mentales propiamente dichos, como en la gnesis de los problemas psicosociales identificados.

1.1Trastornos Clnicos: Depresin, Ansiedad y Otros

El estudio de Sogui (1997) -focalizado en un solo distrito limeo- resalta la prevalencia de un 32.6% de depresin, explicando que afectara fundamentalmente a la poblacin femenina en el periodo del climaterio y a la masculina en la temprana juventud.

El Estudio Epidemiolgico Metropolitano de Salud Mental (INSM, 2002) muestra una prevalencia de vida del 19% para depresin en general (14.5% para varones y 23.3% para mujeres). Sobre los trastornos de ansiedad, este mismo estudio muestra una prevalencia de vida de 25.3% (20.3% para varones y 30.1% para mujeres). Sobre trastornos psicticos, el estudio muestra una prevalencia del 1% (0.7% masculino y 1.3% femenino). La prevalencia de vida de los trastornos psiquitricos en general en Lima Metropolitana y Callao es de 37.3%.

El Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Sierra Peruana Ayacucho, Cajamarca y Huaraz - (INSM, 2003) muestra una prevalencia de vida de trastornos depresivos del 17%, cifra similar a la ya mencionada, existiendo diferencias entre varones y mujeres: 13.3% y 20.5% respectivamente. La prevalencia anual es del 7.4%.

La cifra mayor en prevalencia de vida son los trastornos de ansiedad con un 21.1%. Se observa ms frecuente en las mujeres (25.3%) que en los varones (16.6%). Como veremos ms adelante, los varones presentan mayor prevalencia de uso de sustancias.

El Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Selva Peruana Iquitos, Tarapoto y Pucallpa- (INSM, 2004), encontr que ms de un tercio de la poblacin de estas ciudades (39.3%), alguna vez en su vida ha sufrido algn trastorno psiquitrico. El estudio muestra una prevalencia de vida de trastornos depresivos en general del 21,9%, existiendo diferencias entre varones y mujeres: 13.5% y 29.2% respectivamente. Sobre los trastornos de ansiedad, este mismo estudio muestra una prevalencia del 18.3% (14.3% para varones y 21.8% para mujeres).

GRFICO N 1

FUENTE: Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Lima Metropolitana (INSM 2002); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Sierra Peruana (INSM 2003); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Selva Peruana (INSM 2004)GRFICO N 2

FUENTE: Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Lima Metropolitana (INSM 2002); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-

Sierra Peruana (INSM 2003); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Selva Peruana (INSM 2004)En forma especfica, al interior del pas, las prevalencias de vida ms altas de cualquier trastorno psiquitrico se hallaron en Ayacucho 50.6%; Puerto Maldonado 48%; Iquitos 41.3%; Pucallpa 39%; y Tumbes 38.1%. Las prevalencias a 6 meses ms altas se han encontrado en Ayacucho 24,4%; Puerto Maldonado 23.3%; Iquitos 21.6%; Tumbes 21.5%; Puno 21% y Pucallpa 19.7%. Los trastornos psiquitricos ms frecuentes (a 6 meses) en la sierra, en la selva y fronteras han sido los trastornos depresivos (episodio depresivo y distimia) con prevalencias de 7.3% en Puno; 7% en Cajamarca; 6.7% en Huaraz; 6.6% en Iquitos y 6.5% en Puerto Maldonado. En Lima la prevalencia a 6 meses de los trastornos depresivos y trastorno de ansiedad en general se encontr en 10.6% y 16.4% respectivamente. Al interior del pas las prevalencias ms altas de trastorno de ansiedad en general se encontr en Tacna 8.9%; Huaraz 7.5%; Puno 7.5%; Ayacucho 7.3% y Pucallpa 6.4%.

GRFICO N 3

PREVALENCIA DE ALGN TRASTORNO PSIQUITRICO

EN LIMA, SIERRA Y SELVA SEGN CIUDAD

FUENTE: Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Lima Metropolitana (INSM 2002); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-

Sierra Peruana (INSM 2003); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Selva Peruana (INSM 2004)1.2Aspectos Psicopticos

Es importante, que el estudio realizado en la sierra peruana haya incluido la medicin de estos aspectos, que por sus propias caractersticas no llegan a la consulta clnica. Han sido estudiados a nivel de tendencias como: permisividad frente a la psicopata tolerancia a conductas delictivas como el robo- y tendencias psicopticas mentira frecuente, violencia y robo-. En la poblacin adulta, se ha encontrado una permisividad del 11.6% y tendencias psicopticas en el 4.7% de la poblacin.

Cabe resaltar que para la poblacin adolescente, si bien la permisividad es menor que en los adultos (9.9%) las tendencias psicopticas son mucho mayores (39.4%); el estudio menciona que los resultados son semejantes a los de Lima y Callao. Obviamente no se puede analizar la psicopata al margen del proceso de anomia que vive el pas.

1.3Suicidio

El suicidio, asociado a diferentes cuadros, ocupa el cuarto lugar como causa de muerte violenta en Lima, constituyendo el 8% de stas (Instituto de Medicina Legal, 2001), en una relacin de 2:1 entre hombres y mujeres. En el ltimo estudio publicado por el INSM (1998) se mencionan los motivos ms frecuentes asociados al suicidio: conflictos conyugales (29.6%), conflictos familiares (27.6%), conflictos sentimentales (22.1%), psicopatolgicos (17.6%), laboral-econmico (2.2%), enfermedad fsica (0.8%). Tres cuartas partes de los suicidios estn relacionados a alguna forma de depresin: trastorno depresivo mayor (39.4%) y trastorno reactivo con sntomas depresivos (35.5%); un 23.8% est asociado tambin, con abuso de alcohol y sustancias. En otro estudio posterior del INSM (2002), se han encontrado que la prevalencia de vida de consideraciones o pensamientos suicidas es de 30.3% de la poblacin encuestada; este tipo de pensamiento es ms frecuente entre las mujeres 40.4% que entre los varones 19.6%, a diferencia del suicidio consumado. En este mismo estudio, se observa una tendencia generacional al incremento de indicadores suicidas. La prevalencia de vida de consideraciones o pensamientos de ndole suicida en el adulto, adolescente y adulto mayor es de 30.3%, 29.1% y 27.8%, respectivamente. Si bien la prevalencia de vida en el adulto es mayor que en los adolescentes, la prevalencia anual en los adolescentes es mayor respecto a los adultos (15.3% y 8.5% respectivamente), lo cual pone al suicidio y la depresin entre las prioridades de la salud mental durante la infancia y adolescencia.

En el Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Sierra Peruana (INSM, 2003), para el grupo de mujeres unidas o alguna vez unidas- se encontr una prevalencia de vida del deseo de morir del 45.5%. La prevalencia de vida de la conducta suicida es mayor en las mujeres: 3.6% contra 1.7% en los varones. En este mismo estudio, se encuentra una prevalencia de vida del deseo de morir del 34.2% en adultos, ligeramente superior a los datos anteriores.

En el Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Selva Peruana (INSM, 2004), para el grupo de mujeres unidas o alguna vez unidas- se encontr una prevalencia de vida del deseo de morir del 39.9%. La prevalencia de vida de la conducta suicida es mayor en las mujeres: 4.8% contra 2.2% en los varones. En este mismo estudio, se encontr una prevalencia de vida del deseo de morir del 32.5% en adultos.

GRFICO N 4

PREVALENCIA DE VIDA DEL DESEO DE MORIR EN ALGN MOMENTO

LIMA METROPOLITANA, LA SIERRA Y LA SELVA

FUENTE: Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Lima Metropolitana (INSM 2002); Estudio Epidemiolgico

de Salud Mental-Sierra Peruana (INSM 2003); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Selva Peruana (INSM 2004)1.4Consumo y abuso de sustancias

Segn la Encuesta Nacional de Prevencin y Uso de Drogas los dependientes del consumo de drogas principalmente lo son de alcohol y tabaco, (10.1% y 8.1 % de la poblacin encuestada, respectivamente), mientras que las dependencias a marihuana, pasta bsica de cocana, clorhidrato de cocana, inhalantes y tranquilizantes, sumaron el 0.78%.

Esta misma tendencia se mantiene segn la encuesta nacional de DEVIDA (2002) , la cual nos muestra que el 94.2% de personas encuestadas han consumido alcohol, un 68% ha consumido tabaco, un 5.8 % ha consumido marihuana; siguen: pasta bsica de cocana (2.1%), clorhidrato de cocana (1.8%), inhalantes (1%), tranquilizantes (6.5%). Si bien estos porcentajes no indican dependencia, s nos muestran la tendencia de consumo y preferencias de la poblacin.Resulta evidente que el consumo de alcohol es un grave problema de salud pblica, asocindose a varios factores psicosociales. En Per, los varones tienen una tasa ms alta de dependencia al alcohol en relacin a las mujeres: 16% frente al 4.9%. El 30% o ms de los bebedores desarrollan problemas de ndole familiar y social asociados al consumo; la intoxicacin alcohlica puede producir irritabilidad, conducta violenta y depresin. En el mundo occidental, el 10% de los varones y del 3 al 5% de las mujeres aproximadamente, desarrollan problemas conductuales severos asociados al abuso de alcohol. Como los altos niveles de ingesta de alcohol pueden causar problemas mdicos y psiquitricos, se estima que del 20% al 35% de usuarios de servicios de salud presentan abuso o dependencia al alcohol.

Sobre el tabaco diremos que la dependencia a la nicotina es la segunda en prevalencia, y de las ms costosas, y a la vez, una de las ms tratables. Cabe agregar que el 50% de los fumadores crnicos desarrolla algn tipo de cncer en los pases desarrollados; se presume que Per siga ese mismo patrn mundial.

Segn los Estudios Epidemigicos de Salud Mental realizados por el INSM, la prevalencia de vida del consumo de sustancias no alcohlicas legales es de 71.6% en Lima y Callao; 66.3% en la sierra; 74.4% en la selva y 84.9% en fronteras. Por otro lado, el consumo de sustancias no alcohlicas ilegales se encontraba en un 7.8% en Lima; 2.8% en la sierra; 9.5% en la selva y 3.8% en fronteras. La sustancia no alcohlica legal ms consumida alguna vez es el tabaco 69.5% en Lima; 57.7% en la sierra; 72.5% en la selva y 71% en fronteras, mientras que la sustancia ilegal ms consumida alguna vez es la marihuana 6.3% en Lima, 2.0% en la sierra, 6.1% en la selva y 2.8% en fronteras, seguida de la cocana 3.9% en Lima, 1.3% en la sierra, 5.7% en la selva y 2.0% en fronteras. El consumo en el ltimo mes de sustancias no alcohlicas legales se hall en un 30.8% en Lima, 23.0% en la sierra, 27.9% en la selva y 35.7% en fronteras. El consumo en el ltimo mes de sustancias no alcohlicas ilegales fue de 0.2% en Lima, 0.1% en la sierra, 0.3% en la selva y 0.2% en fronteras.

La prevalencia anual de uso perjudicial o dependencia a alcohol en Lima se encontr en 5.3%, en la sierra fue de 10%, en la selva de 8.8% y 9% en fronteras. En la poblacin de Ayacucho dicha prevalencia es del 15% en general y 27.8% en el caso de los varones. Tambin se han encontrado prevalencias anuales importantes en Tumbes 14.3% y Puerto Maldonado 14.1%, seguidas por Iquitos 9.8% y Cajamarca 8%.

1.5Las violencias

Configuran un conjunto de problemas psicosociales de gran magnitud, de causas diversas y complejas. Si embargo, cabe subrayar que en funcin del enfoque bio-psico-social que sustenta este plan, queda claro que las violencias son expresin dramtica del conjunto de condiciones de vida inhumanas a que est sometida la poblacin peruana (polticas, socioeconmicas, familiares, de vnculos violentos o de abandono).

Al respecto, es ilustrativa la opinin de J. Gilligan: La violencia es compleja, est multi-determinada y se expresa en una variedad de conductas: el homicidio, el suicidio, el terrorismo, el secuestro, la pena de muerte, etc. Las causas son mltiples (...) pero podemos dividirlas en tres, las biolgicas, las psicolgicas y las socioeconmicas; pero el peso mayor est en el factor psicolgico y en el socioeconmico.

De igual manera, en el Informe de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin se dice: La violencia aadi crueldad, terror y destruccin a la vida en condiciones de pobreza, abandono y marginacin de muchos pueblos. Sus efectos se potencian con aquellas huellas de las condiciones injustas de vida. No podemos entonces hablar de un modo simple de secuelas de la violencia sin atender a la complejidad de la historia que ha producido tal violencia, sin considerar las particulares formas de vivirlas y hacerles frente.

No es de extraar entonces encontrar resultados como los del estudio ya mencionado del INSM (2002), el cual menciona una prevalencia de tendencias violentas del 30.2% de la poblacin encuestada (entre 18 y 91 aos). Asimismo, en el estudio realizado en la sierra peruana (2003), encontramos una prevalencia de vida de conductas violentas del 27.5%, incluyendo peleas con algn tipo de armas y abuso fsico a menores. De manera similar, el Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Selva Peruana (2004), menciona una prevalencia de vida de tendencias violentas del 26.5%. Por otro lado, el estudio de la sierra peruana, incluy indicadores sobre estilos de crianza y su relacin con la salud mental. Encontraron una mayor prevalencia de estilos de crianza negativos en Ayacucho y de sobreproteccin en Huaraz. Asimismo, se observ un incremento de la prevalencia de trastornos psiquitricos en las personas que han recibido estilos de crianza negativos. Por ejemplo, el maltrato infantil bajo la forma de le dieron ms castigos de los que mereca- tiene el impacto ms alto en todos los trastornos (50%). Es interesante adems, que la falta de amor y ternura de los padres es relatada por el mayor nmero de personas que padecen trastornos de ansiedad y depresin: 29.1% y 24% respectivamente. Nuevamente, tenemos un indicador que nos obliga a intervenir a favor de la infancia y adolescencia como prioridad en la promocin y prevencin de salud mental.

Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, presentamos algunos indicadores especficos de diversas manifestaciones de la violencia:

1.5.1 Violencia familiar

Segn reportes epidemiolgicos del MINSA (2000) sobre violencia familiar, se encontr que el 84.7% de las vctimas fueron mujeres, frente al 15.2% de varones. Respecto a la edad, el 61% eran menores de 15 aos; es decir, las ms afectadas fueron las nias y adolescentes. La informacin sistematizada por los Centros de Emergencia Mujer CEM- muestra que un 16% de casos atendidos son nios, nias y adolescentes hasta 17 aos. De este total, el 73.1% refiere violencia psicolgica, 43.9% violencia fsica y 23.9% violencia sexual.

1.5.2 Maltrato infantil

De acuerdo al estudio de Anicama (1999) uno de cada tres limeos maltrata psicolgicamente a sus hijos (36.2%) y dos de cada cuatro o cinco lo hace fsicamente (43.2%). En un estudio anterior (Ponce, 1995) se resalta que poco ms de la mitad de los hijos son maltratados fsicamente (52.3%), de los cuales un 20.4% son golpeados con objetos flagelantes. La flagelacin es el mtodo ms practicado sin distincin de edad, sexo o nivel sociocultural de los nios/as y sus familias.

Cabe resaltar el ltimo estudio realizado por la Alianza Save the Children (2003) en trece regiones del pas, encuestando tanto a nios y nias como a sus padres, docentes y otros lderes de la comunidad. El 48% de nias y nios dijeron recibir castigo fsico ocasionalmente en su hogar. En la escuela, los varones son ms castigados fsicamente que las mujeres (24% contra 13%). Asimismo, ms del 50% de adultos encuestados refirieron haber sido objeto de castigo fsico en sus hogares cuando eran nios o adolescentes.En la sistematizacin de los CEM, ya mencionada, se observa que los nios y nias de 6 a 11 aos reciben casi el doble de violencia psicolgica que aquellos de 0 a 5 aos, casi sin distincin de sexo; mientras que en la edad de 12 a 17 aos, la violencia psicolgica hacia varones desciende y hacia las mujeres se incrementa al doble que en la edad anterior.

En relacin a la violencia fsica, encontramos que tambin se duplica para la edad de 6 a 11 aos con relacin al grupo de edad de 0-5, sin distincin de sexo. En el grupo de 12 a 17 aos, desciende la violencia fsica hacia los varones y nuevamente, se incrementa al doble en las mujeres.

1.5.3 Violencia contra la mujer

En la Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar (ENDES, 2000), el 41% de las mujeres alguna vez unidas ha sido empujada, golpeada o agredida fsicamente; el 83% a veces y el 16% con frecuencia. En relacin al maltrato psicolgico, se han identificado situaciones de control (34%) como la ignora o es indiferente; situaciones de agresin verbal (48%) como la grita cuando le habla y amenazas (25%) como me tienes cansado, me voy de la casa.

Segn ENDES (2004), la forma ms comn de violencia reciente son los empujones, sacudidas o le tiraron con algo, informada por el 11% de las mujeres alguna vez unidas; y las bofetadas o retorcidas de brazo (8%), situaciones que se observan especialmente entre las mujeres que residen en la Sierra, las que tienen educacin secundaria y las de menor edad (15 -24 aos).

Con relacin a si hubo episodios de violencia alguna vez durante la relacin con la pareja, se puede apreciar que ms de la tercera parte de las mujeres (35%), informaron haber sufrido en algn momento empujones, sacudidas o les tiraron con algo por parte de la pareja; y el 8% han sido alguna vez abofeteadas o les retorcieron el brazo. El 10% informaron haber sido forzadas a tener relaciones sexuales en algn momento, con considerables diferencias para los grupos estudiados: el 17% entre las mujeres sin educacin, las residentes en la Sierra (12%) y aquellas mujeres con edades de 40 y ms aos (13%). Si bien el 24% de mujeres reportaron golpes con puo u objeto alguna vez, existen tambin algunas diferencias en este caso. El tipo de violencia es mayor en mujeres con edades entre 35 a 39 aos, que residen en la Selva y las que tienen educacin primaria.

Del mismo modo, en el estudio del Congreso de la Repblica el 82.2% de encuestadas afirma conocer a otra mujer que en el ltimo ao ha sido maltratada. Generalmente, es la violencia fsica la que impulsa a iniciar la denuncia, sin embargo, dos tercios de encuestadas refieren que la violencia psicolgica afecta ms a las mujeres, pero no necesariamente denuncian por ello.

Como consecuencia de este problema, se presume que las mujeres casadas y convivientes presentan trastornos clnicos como episodio depresivo o depresin mayor una de cada nueve mujeres unidas sufre depresin y una de cada diez, ansiedad generalizada-.

El Estudio Epidemiolgico Metropolitano de Salud Mental (INSM, 2002) encontr que el 65.8% de las entrevistadas refiri haber sido objeto de algn tipo de abuso en su vida, siendo el ms frecuente la violencia psicolgica. La prevalencia de vida de algn tipo de abuso por parte de la pareja actual fue del 47%. En general, la mujer maltratada en Lima tiene alrededor de dos veces el riesgo de padecer de algn trastorno psiquitrico, incluyendo indicadores suicidas en comparacin con la que no son maltratadas. Mientras que el 15.4% de las mujeres unidas limeas ha sufri de algn episodio depresivo en los ltimos 6 meses antes de la entrevista, esta cifra se elev a 27.4% en el caso de las mujeres sistemticamente maltratadas (una o 2 veces al mes).

El Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Sierra Peruana (INSM, 2003) nos muestra tambin una alta prevalencia de vida del abuso contra las mujeres 67.6%, tales como: intento o actos sexuales inapropiados, agresiones fsicas, agresiones verbales o situaciones de abandono. El 61.3% de mujeres unidas, en el perodo de enamoramiento presentaban tratos inadecuados como: celos, control, mentiras, descuido, engaos, relaciones sexuales forzadas y maltrato fsico. La prevalencia ms alta de abuso sistemtico en la sierra, se encuentra en Ayacucho 13.6%; casi el doble si se comparan con Cajamarca 6.9% y Huaraz 5.5%. Al correlacionar las variables de violencia contra la mujer especialmente la violencia sistemtica- y trastornos clnicos, se encontr una relacin importante: la prevalencia de seis meses del trastorno de ansiedad generalizada en mujeres agredidas sistemticamente es ms del doble que las mujeres que no son objeto de maltrato sistemtico: 10.7% contra 4.6%; la prevalencia de estrs post traumtico es de: 2.9% contra 1.7%; la prevalencia a seis meses- del episodio depresivo mayor es de: 15.3% contra 7.2%.

El Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Selva Peruana (INSM, 2004), identific que la prevalencia de vida de algn tipo de abuso contra la mujer unida o alguna vez unida fue de 82%. En el caso de abuso por parte de la pareja actual, el 59.8% haba experimentado alguna vez algn tipo de abuso, correspondiendo en orden de frecuencia a insultos 52.3%, abuso fsico 42.6%, chantajes humillaciones 24.2%, abandono 15.8% y abuso sexual 11.5%.

Considerando los diferentes estudios epidemiolgicos de salud mental del INSM de los ltimos aos se puede afirmar que las ciudades con las cifras ms altas de prevalencia de vida de algn tipo de abuso por parte de la pareja actual se presentan en Ayacucho 63.8%; Iquitos 60.4%; Tarapoto 59.1%; Pucallpa 59.1% y Lima 47%. Sin embargo, con respecto a la violencia sistemtica, en el ltimo ao, las cifras ms altas fueron las siguientes: Lima 21.2%; Puerto Maldonado 14.2%; Tumbes 13.6%; Ayacucho 13.6% e Iquitos 13.2%. La ms baja ha correspondido a la ciudad de Huaraz con 5.2%.

GRFICO N 5

PREVALENCIA DE VIDA DE ABUSOS O MALTRATOS POR PARTE DE LA PAREJA ACTUAL

LIMA (2002), SIERRA (2003), SELVA (2004) Y FRONTERAS (2005)

FUENTE: Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Lima Metropolitana (INSM 2002); Estudio Epidemiolgico de Salud

Mental- Sierra Peruana (INSM 2003); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Selva Peruana (INSM 2004); Estudio Epidemiolgico de Salud Mental-Fronteras (INSM 2005).

Un hallazgo importante es notar que en muchos casos estas caractersticas de trato inadecuado o violencia se haban iniciado desde el periodo de enamoramiento con sus parejas; estos hallazgos son consistentes en todas las regiones. Cualquier tipo de trato inadecuado o violencia durante el periodo de enamoramiento fue del 69.6% en Lima, 61.3% en la sierra; 60.5% en la selva y 59.7% en fronteras. En mujeres maltratadas en forma sistemtica, la presencia de algn tipo de maltrato durante el periodo de enamoramiento ascendi en estas mujeres a 85.3% en Lima; 80.5% en la sierra, 80.4% en la selva y 81.9% en fronteras.

1.5.4 Violencia sexual e incesto

Segn reportes del Instituto de Medicina Legal (2001), de todos los casos de delito contra la libertad sexual, 73% de las vctimas son mujeres de todas las edades; el 94% de hombres abusados son menores de 17 aos. Del total de vctimas, el 9.7% tiene entre 0 y 5 aos; el 27.5% entre 6 y 12 aos; el 51.1% entre 13 y 17 aos. Segn estos datos, la infancia y adolescencia son los grupos ms vulnerables a la violencia sexual, especialmente las nias y las adolescentes. En el estudio global multicntrico (2005) se reporta que el 69% de las mujeres de las zonas rurales del Cusco y el 51% de las mujeres de Lima sufrieron alguna vez sufrieron violencia ya sea fsica o psicolgica. De hecho, las mujeres rurales del Cusco son las que reportan la mayor prevalencia de vida del violencia fsica severa entre todos los sitios estudiados (Etiopa, Japn, Brasil, Tanzania, Bangladesh, Samoa, Tailandia, Namibia y Serbia Montenegro), y las mujeres de Lima ocupan el tercer lugar. Este estudio de varios pases muestra que la violencia contra la mujer en nuestro pas constituye un problema de salud pblica que requiere atencin prioritaria. Se ha demostrado que las mujeres adultas con depresin y antecedente de abuso sexual en la infancia presenta un menor volumen en el hipocampo. Este fenmeno no se observa en mujeres son depresin sin el antecedente de trauma sexual temprano.

El incesto es un tipo de violencia sexual altamente frecuente que requiere de polticas preventivas y de atencin particulares Contrariamente a lo que se piensa, gran parte de los casos de violencia sexual son perpetrados por familiares cercanos, especialmente padre, hermano, to, padrastro. Reportes como el de DESCO (2000) muestran que el 21.9% de los casos de violencia sexual ocurren dentro de las propias familias y el 15.5% en casas de amigos y familiares. El 60% de agresiones sexuales son cometidas por adolescentes de sexo masculino menores de 18 aos.

En la sistematizacin de los Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES), se observa que la violencia sexual hacia nias y adolescentes mujeres es ms grave an que la violencia fsica o psicolgica. En el grupo de edad de 0 a 5 aos los casos de abuso de nias son el doble que en nios. Entre los 6 a 11 aos, se cuadriplica el nmero de casos de nias en relacin a nios. Entre los 12 a 17 aos se incrementa casi en 25 veces la diferencia entre nias y nios. Esta particular distribucin epidemiolgica del abuso sexual muestra claramente la situacin de desamparo y falta de poder de nios y nias pequeos y de adolescentes mujeres. En el mediano y largo plazo, son graves los efectos sobre el desarrollo emocional: se bloquea la capacidad de acercamiento y vnculo con otros, aumenta el riesgo de embarazo no deseado, se genera disfuncin sexual y se causan efectos neurobiolgicos que resultan en cambios funcionales y estructurales de sistema nervioso central.

1.5.5 Violencia poltica, desplazamientos y secuelas psicosociales

De acuerdo al Informe Final de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin (CVR), se estima que la cifra ms probable de vctimas fatales de la violencia poltica es de 69,280 personas, en un intervalo de confianza al 95 por ciento cuyos lmites inferior y superior son 61,007 y 77,552 vctimas, respectivamente. El 85% de estas vctimas estaran ubicadas en un 85% en los departamentos considerados los ms pobres del pas: Ayacucho, Junn, Hunuco, Huancavelica, Apurmac y San Martn, siendo Ayacucho el departamento que concentra ms del 40 por ciento de muertos y desaparecidos reportados a la CVR.

De la totalidad de vctimas reportadas, el 79 % viva en zonas rurales y el 56 % se ocupaba en actividades agropecuarias, lo cual es un indicador de la gravedad de las desigualdades de ndole tnico-cultural que an prevalecen en el pas. El 75% de las vctimas fatales de la violencia poltica tenan el quechua u otras lenguas nativas como idioma materno.

La amplitud e intensidad del conflicto vivido acentuaron los graves desequilibrios nacionales, debilitaron el orden democrtico, agudizaron la pobreza y profundizaron la desigualdad, agravaron formas de discriminacin y exclusin, debilitaron las redes sociales y emocionales, y propiciaron una cultura de temor y desconfianza. En algunas zonas, la violencia destruy y desorganiz la vida social local, especialmente por el asesinato de dirigentes y autoridades tradicionales y estatales.

Es necesario, sin embargo, resaltar que, pese a las duras condiciones, hubo personas y poblaciones que resistieron y se esforzaron por la afirmacin de una sociedad constructora de la paz y del derecho.

En el contexto de la violencia poltica, el desplazamiento masivo desde las zonas de violencia constituy un doloroso proceso de desarraigo y empobrecimiento de cientos de miles de peruanos y peruanas, lo cual produjo una urbanizacin desordenada y acelerada, as como un retroceso histrico en el patrn de ocupacin del territorio andino; afectando las posibilidades de un desarrollo humano sostenible. La poblacin desplazada vio afectadas sus redes sociales, debiendo adaptarse con distintos grados de xito y con gran sufrimiento, a las nuevas circunstancias. Asimismo, los desplazados por el conflicto fueron en muchos casos estigmatizados y discriminados en escuelas, barrios y centros de trabajo. Al retornar, tuvieron que enfrentar graves problemas de tierras y ausencia de apoyo suficiente para reorganizarse y sostener a sus familias.

La CVR resalta de manera especial, que esta poblacin ha sido afectada econmica, social y emocionalmente, contribuyendo a fragmentar y atomizar las redes e instituciones sociales, causando a la vez resentimiento y tiendo de violencia la vida familiar y social, as como las relaciones interpersonales.

En el Estudio Epidemiolgico de Salud Mental en la Sierra Peruana (INSM, 2003) se encontr que cerca de un tercio de la poblacin de Ayacucho, Cajamarca y Huaraz pas por, al menos, una situacin de prdida personal en los aos de violencia.

La prevalencia de vida de algn tipo de trastorno psiquitrico en este ltimo grupo, es de 50%, muy por encima de lo reportado en otras poblaciones; el trastorno de mayor prevalencia es la ansiedad.

1.5.6 Violencia social

Segn informacin del Ministerio Pblico (2001) sobre muertes violentas en el rea urbana, el 42.44% de estas muertes son producto de accidentes de trnsito y el 15.08% son causadas por homicidios. Los varones tienen tres veces ms probabilidad de sufrir muerte violenta que las mujeres y seis veces ms probabilidad de morir por homicidio.

Entre otros actos de violencia social destacan con 15.2% el robo a las personas y con 16.3% el robo a las viviendas, adems de los intentos de robo frustrado, todo lo cual genera una sensacin de inseguridad ciudadana.

1.6 Acceso a servicios de salud mental

En Lima, del total de la poblacin que reconoce haber padecido problemas de salud mental, el 24,5% accedi a los servicios de salud. Los aspectos que se encontraron relacionados a acceso fueron: la edad, el estado civil, la comunicacin familiar, compromiso religioso y la pertenencia a un sistema de seguro. Los motivos que adujeron los informantes para no buscar atencin fueron en orden de frecuencia: lo deba superar solo 59,4%, no tena dinero 43,4%, falta de confianza36,9%, duda del manejo del problema por los mdicos 30,8% entre otros; se remarca la influencia de los factores culturales y en cierta medida econmicos. El factor pobreza no es todava un determinante del acceso a la atencin de salud mental en Lima Metropolitana, pues priman los aspectos culturales.

En el caso de la sierra y la selva peruana, el nivel de acceso a servicios por problemas de salud mental es significativamente menor al encontrado en Lima. Del total de la poblacin que reconoce haber padecido un problema de salud mental, slo el 13,9% y 14,3% de la sierra y la selva respectivamente accedi a servicios de salud. Al igual que en Lima la mayora alude como motivo de no acceso el que lo debera superar solo (50,2%).

1.7 Pobreza y Salud Mental

El Estudio Epidemiolgico Metropolitano de Salud Mental (INSM, 2002), encontr una importante asociacin entre indicadores de pobreza y los trastornos ansiosos y depresivos, tanto en la percepcin de la capacidad de cobertura de las necesidades bsicas como con la medicin a travs de las Necesidades Bsicas Insatisfechas (NBIs). Esto ha remarcado la importancia y la necesidad de considerar aspectos socioeconmicos en el estudio de la salud mental. Estos resultados encontraron, por ejemplo, que la prevalencia a 6 meses de trastornos depresivos (episodio depresivo o distimia) se encontraba en 6,6% entre las personas que podan satisfacer sus necesidades bsicas y otras necesidades, mientras que dicha prevalencia se encontraba en 19,5% entre las personas que no podan satisfacer sus necesidades bsicas nutricionales (pobres extremos). En el caso de la Sierra esta asociacin no ha sido tan clara, por lo menos para la percepcin de la capacidad de cobertura de las necesidades bsicas con los ingresos familiares. En el caso de la selva la relacin entre la pobreza y la salud mental se present en forma similar a la de Lima, la prevalencia anual de cualquier trastorno psiquitrico se encontraba en 41,8% entre los ms pobres frente a 15,8% entre los menos pobres.

1.8Otros problemas asociados a la salud mental

Existen problemas sociales que tienen claros componentes de salud mental que abordar. Es el caso de la violencia juvenil, cuyas causas poco se han estudiado, hacindose mencin de algunas como: problemas familiares, falta de oportunidades y canales de participacin y recreacin; as como bsqueda de algn referente frente a la anomia y exclusin social.

Otro problema es el embarazo adolescente; de acuerdo al INEI el 13% de las adolescentes entre 15 y 19 aos est embarazada o ya es madre. El embarazo adolescente, adems de los riesgos de salud fsica, ocasiona tambin repercusiones emocionales y psicosociales todava poco abordadas.

Otros problemas sociales de la infancia son los nios, nias y adolescentes que trabajan en desmedro de su desarrollo integral -sobre todo los que estn expuestos a situaciones de alto riesgo- y los nios/as y adolescentes en la calle. Estas situaciones estn asociadas a la pobreza y tambin al abandono familiar.

Dos poblaciones merecen adems especial mencin: las personas con discapacidad y la poblacin de personas adultas mayores. Las personas con discapacidad, suelen ser discriminadas y excluidas, generndose dificultades en su desarrollo personal e integracin social. De la poblacin adulta mayor (que representa ms del 7% de la poblacin del pas) slo un bajo porcentaje trabaja o es jubilado; estando la mayora fuera del sistema de la seguridad social. Su situacin se asocia tambin al maltrato familiar, a la falta de canales para desarrollarse productiva y creativamente, a las limitaciones para la movilizacin que dan lugar a aislamiento y depresin, a las prdidas cognitivas benignas, las demencias, las enfermedades crnicas, los trastornos ansiosos y la depresin.

Al respecto, el Estudio Epidemiolgico Metropolitano de Salud Mental (INSM, 2003), encontr que, en el ltimo mes mientras que la prevalencia de deseos de morir del adulto mayor fue del 6,2%, ninguno de la muestra intent suicidarse, similar hallazgo se encontr en la Selva. En la sierra la prevalencia de deseos de morir en el ltimo mes fue de 11,1%. En Lima, la prevalencia del episodio depresivo en el ltimo mes en la poblacin adulta mayor fue del 9,8%. Por otro lado, los estudios de Lima, la Sierra y la Selva revelaron que algn grado de deterioro cognoscitivo se encuentra en alrededor de 10,5% (punto de corte de 21), 7,7(punto de corte de 22) y 16,1% (punto de corte de 22) respectivamente, de la poblacin adulta mayor de 60 aos o ms, considerando por lo menos 8 aos de instruccin. En el caso la Sierra la prevalencia trastornos son menores, salvo el nivel de discapacidad o inhabilidad percibido que llega a 44,9% con al menos algn grado de la misma.

El problema del SIDA merece atencin prioritaria porque sigue creciendo significativamente: ms de 6000 jvenes entre 15-24 aos se infectan diariamente en el mundo (Informe ONU/SIDA, 2004); no obstante, los trastornos de salud mental que se generan alrededor del VIH y SIDA no cuentan con la misma atencin que los aspectos fsicos, siendo de conocimiento de los profesionales de la salud pblica, que los estados depresivos bajan las defensas y que la principal va de propagacin es la conducta sexual humana. Por esta razn, es fundamental incorporar a los enfermos con SIDA en los planes de salud mental.

1.9 La situacin de los servicios de salud mental

La atencin psiquitrica y de salud mental contina principalmente centralizados en los hospitales psiquitricos. El 75% de las camas se encuentran en estos centros de Lima (Hospital Vctor Larco Herrera, Hospital Hermilio Valdizn e INSM Honorio Delgado- Hideyo Noguchi, concentrando adems la mayor parte del presupuesto para salud mental. Existen tambin centros de hospitalizacin en Piura (CREMPT - Centro de Reposo del Enfermo Mental de Piura y Tumbes) y en Iquitos (CREMI Centro de Rehabilitacin del Enfermo Mental).

En todo el pas hay adems 23 servicios de psiquiatra en hospitales generales del MINSA (7 en Lima y 16 en otras 10 regiones del pas). En 5 regiones afectadas por la violencia poltica se cuenta con personal para atencin comunitaria, mientras que en 8 regiones an no hay ningn tipo de servicio especializado. Los hospitales generales del MINSA de Lima y Callao prestan atencin ambulatoria pero no cuentan con camas de hospitalizacin, en tanto en 5 regiones del pas (La Libertad, Arequipa, Ica, Junn y Tacna) si se cuenta con servicios de hospitalizacin. Los hospitales de las Fuerzas Armadas y Policiales en la capital cuentan con servicios de psiquiatra que incluyen camas de hospitalizacin, al igual que los hospitales de EsSalud.

La mayor parte de los recursos humanos especializados del MINSA incluyendo los psiquiatras (120) laboran en Lima. Si bien existen establecimientos psiquitricos en algunas regiones y servicios de psiquiatra en algunos hospitales generales o regionales, tanto del MINSA como de EsSALUD y las FFAA y PNP, es evidente que la concentracin de psiquiatras en Lima hace difcil el establecimiento de sistemas de referencia y contrarreferencia.

El nmero de profesionales de salud mental an es escaso y la mayora se encuentra formado bajo modelos de atencin asistencialista que descuidan enfoques de atencin integral y comunitaria. Por otro lado la investigacin en salud mental ha venido siendo abordada en forma insuficiente desatendiendo los aspectos psicosociales. En los ltimos aos, sin embargo, el Instituto Nacional en Salud Mental Honorio Delgado Hideyo Noguchi ha desarrollado importantes estudios que han permitido contar con informacin epidemiolgica actualizada en salud mental.

No se han desarrollado sistemas de rehabilitacin integral para las personas con discapacidad por enfermedad mental que permitan su reinsercin social lo que contribuye a su permanente exclusin de la comunidad. Otro aspecto crtico es el de los medicamentos ya que los medicamentos esenciales disponibles no son los suficientes ni todos los necesarios para el tratamiento. Los medicamentos innovadores, como los antipsicticos atpicos o los antidepresivos de ltima generacin, no estn en los petitorios nacionales y sus altos precios los hacen inaccesibles a la poblacin. As mismo, el Seguro Integral de Salud (SIS) an no cuenta con el financiamiento suficiente para incluir su atencin en los planes de cobertura.

IIPROBLEMAS IDENTIFICADOS

2.1En relacin con los problemas y trastornos de salud mental

Elevadas tasas de prevalencia de violencia contra mujeres, nios, nias y personas adultas mayores.

Incremento de la pobreza y de la desigualdad en la distribucin de los recursos, desempleo, falta de proteccin social, falta de reconocimiento de los mritos y escasas oportunidades para el ascenso social que dan lugar a falta de perspectivas para el futuro.

Graves secuelas psicolgicas y econmicas en la poblacin que ha sobrevivido a la violencia poltica, con dificultad por parte del Estado y de la poblacin no afectada tanto para reconocer la magnitud de la afectacin como para asignar los recursos para la reparacin.

Alta tasa de prevalencia de trastornos ansiosos y depresivos, incluyendo el incremento de la frecuencia de suicidio e intento de suicidio, habiendo cambiado nuestro pas de ser un pas con una tasa baja a ser un pas con tasa moderada de suicidios en los ltimos diez aos.

Elevado nmero de personas con trastornos psicticos crnicos que no reciben atencin adecuada.

Gravedad del alcoholismo como problema de salud pblica en el pas, con consecuencias negativas sobre la salud fsica y mental de la poblacin y repercusiones econmicas an no cuantificadas en su real magnitud; el consumo de otras sustancias psico-activas se incrementa continuamente.

2.2En relacin con la respuesta del Estado

A pesar de las cada vez ms claras vinculaciones entre problemas socioeconmicos y psicosociales como la pobreza, anomia, distribucin inequitativa de los ingresos, falta de acceso a la educacin y al empleo, violencia, corrupcin, falta de perspectivas futuras- y la presencia de trastornos mentales y del comportamiento, no hay una respuesta concertada que permita mejorar significativamente las condiciones de vida de las personas.

Falta de prioridad de la salud mental en los planes del sector.

Escaso presupuesto, centralizacin del mismo y desconocimiento del gasto real en salud mental.

Modelo de intervencin vigente que tiende a fragmentar el proceso de promocin, prevencin, atencin y rehabilitacin, optando, muchas veces, por un slo aspecto y excluyendo o desvalorizando el otro; cuando a nivel local la atencin debe ocurrir unificadamente.

Centralismo y carcter intramural del modelo de atencin, con poca relacin comunitaria. Insuficiente cobertura de atencin y limitado acceso a servicios de salud y medicamentos, especialmente en los casos que producen discapacidad, como las psicosis crnicas, retraso mental y trastornos orgnicos cerebrales.

Inadecuado diagnstico y manejo integral de los problemas psicosociales ms graves (como las violencias) y de los trastornos adictivos (alcoholismo, tabaquismo, ludopata)

Recursos humanos poco motivados y capacitados, que laboran en ambientes mal implementados, donde atienden problemas humanos graves y reciben poco estmulo para su desarrollo con la consecuencia de manifestaciones de sndrome de agotamiento y desmoralizacin.

Falta de una cultura de buen trato y de respeto a los derechos humanos de los usuarios.

2.3En relacin con la coordinacin intersectorial

Escasos planes, programas y servicios de salud mental. Los existentes no estn articulados entre los sectores e instituciones del Estado, y no cuentan con un enfoque de salud pblica, produciendo una reducida cobertura y duplicacin de acciones.

Falta de reconocimiento del Ministerio de Salud (MINSA) como ente rector en salud mental.

Ausencia de espacios de coordinacin permanente de polticas y planes.

Baja prioridad de la estrategia de intervencin en redes locales intersectoriales.

Falta de posicionamiento en los sectores de la importancia de la salud mental para el desarrollo del pas.

Falta de reconocimiento en los diversos sectores y en las regiones, de la importancia de la salud mental para el desarrollo del pas.

2.4En relacin con la comunidad

Discriminacin, exclusin y estigmatizacin de las personas, familias y grupos que sufren problemas de salud mental. Esto favorece la invisibilizacin de los problemas y la falta de bsqueda de ayuda.

Falta de informacin, conocimiento y actitudes que favorezcan las iniciativas de intervencin en salud mental por parte de la sociedad civil en forma organizada.

Desconocimiento de la importancia de la salud mental como determinante del bienestar y desarrollo de la comunidad, dando lugar a que las autoridades regionales y locales no incorporen la salud mental en sus planes.

IIIOBJETIVOS Y RESULTADOS

3.1Objetivos Estratgicos Contribuir a la salud mental de los peruanos y las peruanas, sin distinciones de raza, edad, gnero y condicin social, poltica o cultural.

Fortalecer las redes de soporte, sociales y comunitarias para una vida sana, incluyendo la salud mental en los planes a nivel nacional, regional y local.

3.2Objetivos Generales

1. Posicionar la salud mental como un derecho fundamental de la persona, componente indispensable de la salud integral y del desarrollo humano en nuestro pas.

2. Fortalecer el rol rector del MINSA en salud mental de manera concertada en el mbito nacional, regional y local, con el propsito de garantizar los derechos ciudadanos; y de este modo ser factor de cohesin social.

3. Asegurar el acceso universal a la atencin integral en salud mental, en base a la reestructuracin de servicios que priorice la atencin en la comunidad.

4. Promover la equidad en la atencin de salud mental en trminos de estrato social, gnero, ciclo de vida y diversidad cultural; dando atencin diferenciada a las poblaciones vulnerables, especialmente a las afectadas por la violencia poltica.

Cada objetivo general est compuesto a su vez por objetivos especficos y stos por resultados esperados. Los resultados esperados se obtendrn mediante acciones prioritarias y sern medidos por indicadores.

Se han diseado 12 objetivos especficos y 31 resultados esperados para ser alcanzados en un perodo de 5 aos.

3.3Objetivos Especficos

Para el Objetivo General 1:

Posicionar la salud mental como un derecho fundamental de la persona, componente indispensable de la salud integral y del desarrollo humano en nuestro pas.

1.1Colocar en la agenda pblica las polticas, prioridades, enfoques y normativa en salud mental como resultado de un proceso intenso de abogaca sectorial e intersectorial, en el mbito nacional, regional y local.

1.2Crear un Sistema de Informacin e Investigacin intersectorial en salud mental que centralice informacin, investigue causas y factores de riesgo, prevalencia, incidencia y magnitud de problemas de salud mental, identifique experiencias exitosas y difunda toda esta informacin a los sectores pblico y privado.Para el Objetivo General 2:

Fortalecer el rol rector del Ministerio de Salud en salud mental de manera concertada en el mbito nacional, regional y local, con el propsito de garantizar los derechos ciudadanos; y de este modo ser factor de cohesin social.

2.1Elaborar y conducir las polticas y planes de salud mental, recogiendo opinin de los sectores pblico y privado.

2.2Concertar acciones de salud mental con otros sectores y la sociedad civil.

2.3Implementar un Sistema de Planificacin, Monitoreo, Supervisin, Evaluacin y Sistematizacin en Salud Mental, de carcter intra e intersectorial.

Para el Objetivo General 3:

Asegurar el acceso universal a la atencin integral en salud mental, en base a la reestructuracin de servicios que priorice la atencin en la comunidad.

3.1 Desarrollar un Modelo de Atencin Integral en Salud Mental, descentralizado y con participacin comunitaria, el cual incluya la promocin, prevencin, tratamiento y rehabilitacin. 3.2 Promover el acceso equitativo y uso racional de los medicamentos esenciales y los que sean necesarios a travs de la implementacin de estrategias orientadas al xito de la atencin psiquitrica.

3.3 Fortalecer y desarrollar el potencial de los recursos humanos en salud mental.

3.4 Asegurar la participacin de usuarios de servicios, familiares de pacientes y organizaciones comunitarias.

Para el Objetivo General 4:

Promover la equidad en la atencin de salud mental en trminos de estrato social, gnero, ciclo de vida y diversidad cultural; dando atencin diferenciada a las poblaciones vulnerables, especialmente a las afectadas por la violencia poltica. 4.1 Favorecer el desarrollo de capacidades y la recuperacin integral de las poblaciones vulnerables, especialmente las afectadas por la violencia poltica.

4.2 Garantizar la cantidad, preparacin y distribucin equitativa de los recursos humanos de los sectores del estado, privados y otros, para la atencin adecuada de las poblaciones vulnerables.

4.3 Identificar e incluir en la promocin, prevencin y tratamiento en salud mental, prcticas culturales favorables a ella.

OBJETIVO GENERAL 1

POSICIONAR LA SALUD MENTAL COMO UN DERECHO FUNDAMENTAL DE LA PERSONA, COMPONENTE INDISPENSABLE DE LA SALUD INTEGRAL Y DEL DESARROLLO HUMANO EN NUESTRO PAS.

La visin tradicional de la salud mental restringe su campo de accin a la psicopatologa, aborda los problemas psquicos de modo aislado del conjunto de problemas de salud, dificulta la comprensin de la persona humana como una unidad bio-psico-social y, mantiene la dicotoma entre lo fsico y lo mental. Generalmente, no aborda los correlatos emocionales de las enfermedades fsicas y tampoco las interrelaciones entre los componentes fsicos y mentales del proceso de enfermar. Esto lleva a priorizar criterios de morbi-mortalidad, haciendo invisibles los criterios de discapacidad mental y calidad de vida, restringiendo la comprensin del bienestar de las personas. Este enfoque contribuye a estigmatizar a las personas con trastornos mentales, a quienes los sufren y a quienes los atienden.

As entonces, un modelo integral de salud, precisa de una poltica general que incorpore la salud mental como un derecho humano y como un componente explcito e inherente, reflejando as, la integralidad de la persona en sus aspectos somticos y psquicos.

Una poltica de salud mental desde la estrategia de atencin primaria de salud, integra en su quehacer los aspectos de promocin, prevencin, atencin y rehabilitacin, por lo tanto trasciende las fronteras del sector salud y centra su atencin en el conjunto de la sociedad.

Otra razn para enfatizar el componente de salud mental en los planes de atencin primaria es que sta se encuentra seriamente afectada en el pas, generando sufrimiento y discapacidad, lo cual tiene consecuencias negativas sobre la vida personal, la productividad y el desarrollo socioeconmico y cultural.

Plantearse como objetivo el posicionamiento de la salud mental supone la ardua y difcil tarea de cambiar algunas concepciones muy arraigadas: sensibilizando, capacitando, atendiendo, rehabilitando. Es especialmente importante trabajar con los medios de comunicacin y todos aquellos operadores de los circuitos de intervencin intersectorial, tales como los legisladores, docentes, polica, abogados y encargados de elaborar y aprobar presupuestos.

Este objetivo supone tambin, un buen sistema de informacin e investigacin. Sabemos que los actuales sistemas no estn suficientemente articulados ni intra ni intersectorialmente. De esta manera, la informacin existente resulta parcial, incompleta y general, no suficientemente desagregada por sexo, edad, origen cultural y social. La informacin generalmente, se refiere a problemas de morbilidad y es casi inexistente el establecimiento de indicadores positivos, que reflejen avances y no slo problemas.

Frente a estas dificultades, se busca fortalecer y potenciar los sistemas existentes para generar y articular modelos, los cuales permitan informacin actualizada que alimente la comprensin de los problemas y favorezca la investigacin, la identificacin de los recursos y la generacin de polticas pblicas saludables debidamente sustentadas.

Objetivo Especfico 1.1

Colocar en la agenda pblica las polticas, prioridades, enfoques y normativa en salud mental, como resultado de un proceso intenso de abogaca sectorial e intersectorial a nivel nacional, regional y local.

RESULTADOS:

1. Identificacin, promocin y diseminacin de experiencias exitosas de promocin de la salud mental y de abordaje de trastornos y problemas psicosociales.

2. Diseminacin en alianza con los medios de comunicacin y otros sectores, de las polticas, prioridades, planes y proyectos de salud mental en ejecucin, as como de los cambios normativos que se vayan generando.

3. Desarrollo y difusin de acciones orientadas a generar conciencia sobre el derecho a la salud mental y a vencer barreras estructurales y actitudinales estigmatizantes sobre los aspectos relativos a la salud mental.

Resultado 1:

Identificacin, promocin y diseminacin de experiencias exitosas de promocin de la salud mental y de abordaje de trastornos y problemas psicosociales.

Indicadores:

Nmero de experiencias exitosas publicadas, segn institucin.

Nmero de experiencias exitosas difundidas en medios, segn tema.

Nmero de experiencias exitosas replicadas en otras localidades.

Acciones Prioritarias:

Implementacin de experiencias demostrativas en salud mental.

Bsqueda de experiencias exitosas nacionales e internacionales.

Realizar versiones amigables para su difusin.

Resultado 2:

Diseminacin en alianza con los medios de comunicacin y otros sectores, de las polticas, prioridades, planes y proyectos de salud mental en ejecucin, as como de los cambios normativos que se vayan generando.

Indicadores:

Nmero de medios y otros espacios que difunden datos epidemiolgicos y propuestas.

Nmero de espacios de prensa, radio y televisin en los que se han difundido los documentos seleccionados.

Nmero de pginas Web en las que se han difundido los documentos seleccionados.

Nmero y tipo de tomadores de decisin que, como resultado de la abogaca, se han comprometido con el quehacer de la salud mental.

Nmero de espacios de difusin comunitarios.

Acciones prioritarias:

Elaboracin de plan de comunicacin en salud mental en cada institucin.

Diseo de estrategia de abogaca para trabajar sostenidamente con tomadores de decisiones a nivel nacional, regional y local.

Difusin de informacin epidemiolgica del pas que refuerce los mensajes sobre la importancia de intervenir en salud mental.

Realizacin de Foro Nacional anual sobre salud mental. Convenios permanentes con los medios y capacitacin de stos en salud mental.

Resultado 3:

Desarrollo y difusin de acciones orientadas a generar conciencia sobre el derecho a la salud mental y a vencer barreras estructurales y actitudinales estigmatizantes hacia los trastornos mentales.

Indicadores:

Nmero de acciones intra e interinstitucionales en materia de salud mental y derechos humanos.

Nmero de normas tcnicas orientadas a la proteccin de los derechos de las personas con discapacidad por enfermedad mental Nmero de normas administrativas orientadas a la proteccin de los derechos de las personas con discapacidad por enfermedad mental Nmero de iniciativas legislativas orientadas a la proteccin de los derechos de las personas con discapacidad por enfermedad mental.Acciones Prioritarias:

Convocar a autoridades locales, regionales y nacionales para coordinar la aplicacin de los Lineamientos para la Accin en Salud Mental y la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz.

Realizar actividades de sensibilizacin con lderes de opinin. Elaborar normas tcnicas y administrativas e iniciativas legislativas orientadas a la proteccin de los derechos de las personas con discapacidad por enfermedad mental. Elaborar normas tcnicas y administrativas que garanticen atencin de calidad a las personas con trastornos mentales. Impulsar la creacin de un sistema nacional de reinsercin social orientado a lograr la inclusin de las personas con discapacidad por enfermedad mental en las actividades de la comunidad. Convocar la participacin activa y consciente de los medios de comunicacin para apoyar las estrategias de salud mental.Objetivo Especfico 1.2

Crear un Sistema de Informacin e Investigacin intersectorial en salud mental que centralice informacin, investigue causas y factores de riesgo, prevalencia, incidencia y magnitud de los problemas de salud mental, identifique experiencias exitosas y difunda toda esta informacin a los sectores pblico y privado.

RESULTADOS:

1. Funcionamiento de Sistema de Investigacin y Vigilancia de prioridades identificadas en salud mental, liderado por el Ministerio de Salud, y recogiendo la experiencia de otros sistemas.2. Vigilancia social y comunitaria en salud mental, a nivel nacional, regional y local, utilizando la informacin que el sistema genera.Resultado 1:

Funcionamiento de Sistema de Investigacin y Vigilancia de prioridades identificadas en salud mental, liderado por el Ministerio de Salud, y recogiendo la experiencia de otros sistemas.Indicadores:

Sistema implementado en el Ministerio de Salud a travs de la Oficina General de Epidemiologa y de la Oficina General de Estadstica e Informtica, coordinado con otros sectores.

Registro de actividades de psiquiatra y salud mental del Ministerio de Salud.

Nmero de actividades de psiquiatra y salud mental en los planes operativos de los establecimientos de salud.

Hojas de registro de informacin con criterios unificados entre sectores.

Acciones prioritarias:

Anlisis de otros modelos y sus estrategias exitosas.

Diseo del sistema de informaciones en salud mental, incluyendo la Oficina General de Comunicaciones del Ministerio de Salud.

Coordinacin permanente con reas de salud mental segn nivel y con oficinas de comunicaciones de otros sectores.

Implementacin de una lnea telefnica de orientacin en salud mental.

Desarrollo de un enlace de salud mental en el portal informativo en Internet (pgina web) del Ministerio de Salud.Resultado 2:

Vigilancia social y comunitaria en salud mental, a nivel nacional, regional y local, utilizando la informacin que el sistema genera.Indicadores:

Nmero de variables de salud mental incluidas en ENDES.

Informe anual de la Direccin Ejecutiva de Salud Mental del MINSA sobre el cumplimiento del Plan Nacional de salud mental.

Acciones prioritarias:

Inclusin de variables en la ENDES para investigacin y procesamiento de informacin sobre temas de salud mental.

Promocin de investigacin cientfica y acadmica sobre los temas recomendados por la Comisin de la Verdad y Reconciliacin.

Identificacin y coordinacin con organizaciones de la sociedad civil para acceder al sistema y fortalecer su rol de vigilancia y seguimiento de compromisos del Plan Nacional de Salud Mental.

Seguimiento especial a las recomendaciones de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin, sobre recuperacin emocional y psicosocial de poblacin afectada.OBJETIVO GENERAL 2

FORTALECER EL ROL RECTOR DEL MINSA EN SALUD MENTAL DE MANERA CONCERTADA EN EL MBITO NACIONAL, REGIONAL Y LOCAL, CON EL PROPSITO DE GARANTIZAR LOS DERECHOS CIUDADANOS; Y DE ESTE MODO SER FACTOR DE COHESIN SOCIAL.

La salud mental en el mundo no es una prioridad, a pesar que existen indicadores muy claros del incremento de trastornos como la depresin -cuarta causa de discapacidad en el mundo- y problemas psicosociales graves como las violencias, que generan distintos grados de discapacidad; y constituyen un componente importante de la carga global de enfermedad. Esta situacin vulnera el derecho de las personas a un desarrollo pleno y afecta su productividad.

En nuestro pas, la situacin es ms grave que en otros pases latinoamericanos. La atencin de la salud mental dentro del sector salud ha sufrido una serie de vicisitudes a lo largo de los aos, por el insuficiente reconocimiento de su importancia en la salud integral de las personas y en el desarrollo del pas. En la actualidad existe una voluntad poltica favorable al desarrollo de lineamientos y acciones de salud mental. La promocin de la salud mental y la atencin adecuada de los problemas y trastornos requiere tener un peso propio, necesita posicionarse conceptual, poltica y financieramente. La funcin rectora entonces, implica la existencia de un rgano de Direccin en el ms alto nivel, para garantizar su autonoma y poder, entendido como capacidad de tomar decisiones y resolver problemas, en tanto Ente Rector. Desde all, se pueden articular propuestas y enfoques con otros sectores, garantizando su integralidad.

Respecto a la concertacin multisectorial, sabemos que existen redes distritales y locales que vienen funcionando todava de manera fragmentada y focalizada, sin el apoyo poltico suficiente, porque no se han establecido procedimientos ni presupuestos para la participacin de sus operadores/as. La rotacin y designacin de personal poco capacitado y sin poder de decisin, dificulta la referencia y contrarreferencia intra e intersectorial, la cual garantice la solucin de los casos y el uso eficiente de los recursos.

Cabe resaltar sin embargo, los esfuerzos sostenidos de diferentes actores para lograr un mayor proceso de integracin de las instancias de concertacin, atendiendo precisamente, muchos de los problemas mencionados. Desde la sociedad civil se han aportado enfoques y propuestas pero estn poco articuladas y pueden resultar costosas para su aplicacin masiva. Otras organizaciones sociales y comunitarias que abordan aspectos legales y de salud integral, no son conscientes que estn interviniendo tambin en salud mental; y que es importante capacitarse y generar estrategias ms eficaces.

Corresponde al rol rector del Ministerio de Salud, la bsqueda de escenarios y actores para un trabajo intra e intersectorial efectivamente concertado, tanto en el nivel central como regional y local. Son actores principales: Salud, Educacin, Trabajo, Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, colegios profesionales, universidades, sociedades cientficas, organizaciones de base, iglesias, empresas, organizaciones no gubernamentales, usuarios y familiares, asociaciones de jvenes, gobiernos locales y medios de comunicacin masiva. Sin embargo, todava se aprecia que no estn claramente definidos sus roles, se confunden acciones de prevencin y promocin y, se cruzan o duplican programas similares.

Los roles de rectora y concertacin suponen un sistema adecuado de planificacin y seguimiento. Sin embargo, tanto en el sector salud como en otros sectores se han identificado dificultades, como la planificacin centralizada, vertical; poco sustentada en estudios epidemiolgicos; variaciones de las polticas en funcin de los cambios de autoridades; carencia de instrumentos adecuados culturalmente y de sistemas de informacin; prioridad, por razones de presupuesto, de la evaluacin de proceso y no de impacto, y poca sistematizacin, produccin cientfica y visibilidad de logros en salud mental.

Frente a estas dificultades se considera de vital importancia, impulsar una poltica pblica de Estado desde la rectora del Ministerio de Salud, que garantice la continuidad de los sistemas de planificacin, monitoreo, supervisin, seguimiento y evaluacin; los cuales deben desarrollarse sistemtica y rigurosamente para asegurar la eficiencia y eficacia de todo plan o servicio.

Objetivo Especfico 2.1

Elaborar y conducir las polticas y planes de salud mental, recogiendo opinin de los sectores pblico y privado.

RESULTADOS:

1. rgano de direccin de salud mental, con delegacin de autoridad para crear y conducir las polticas, planes y programas a nivel nacional, regional y local.

2. Formulacin, aplicacin y normativa de las polticas en salud mental, segn compromisos internacionales, lineamientos y prioridades establecidas en la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz; garantizando el acceso, la integralidad, la calidad, equidad y respeto de los derechos humanos.

3. Establecimiento de prioridades en salud mental para los distintos niveles de intervencin (bsica y especializada) y segn etapas de vida y poblaciones especiales, las cuales son articuladas con otros sectores afines.

4. Integracin de las normas y planes del Sistema Nacional Coordinado y Descentralizado de Salud (SNCDS) en una poltica nacional de salud mental.

Resultado 1:

rgano de direccin de salud mental con delegacin de autoridad para crear y conducir las polticas, planes y programas a nivel nacional, regional y local.

Indicadores:

rgano de Direccin formalizado y funcionando, con facultades de Ente Rector en salud mental. Nmero de Unidades Orgnicas Regionales de Salud Mental creadas, formalizadas y funcionando en cada Direccin Regional de Salud del pas.Acciones prioritarias: Propuesta de modificacin del ROF y MOF de las Direcciones Regionales de Salud.

Instalacin de las Unidades Orgnicas de Salud Mental en los Consejos Regionales de Salud.Resultado 2

Formulacin, aplicacin y normativa de las polticas en salud mental, segn compromisos internacionales, lineamientos y prioridades establecidas en la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz; garantizando el acceso, la integralidad, la calidad, equidad y respeto de los derechos humanos.

Indicadores:

Plan Nacional de Salud Mental aprobado oficialmente.

Nmero de DIRESAS y DISAS que implementan planes operativos de salud mental. Nmero de documentos oficiales difundiendo el plan a los sectores y mbitos pertinentes. Nmero de propuestas legislativas aprobadas en el Congreso de la Repblica.Acciones prioritarias:

Difusin descentralizada de los Lineamientos para la Accin en Salud Mental y de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz.

Implementacin descentralizada del plan nacional de salud mental del Sistema Nacional Coordinado y Descentralizado de Salud.

Presentacin y aprobacin de un Plan Nacional Multisectorial en la Presidencia del Consejo de Ministros.

Coordinacin permanente con el Comit Nacional de Salud Mental del Consejo Nacional de Salud como una instancia tcnica y asesora especializada.

Difusin del plan nacional de salud mental.

Presentacin de propuestas legislativas al Congreso de la Repblica.

Resultado 3:

Establecimiento de prioridades en salud mental para los distintos niveles de intervencin (bsica y especializada); y segn etapas de vida y poblaciones especiales, las cuales son articuladas con otros sectores afines.

Indicadores: Nmero de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a partir de las prioridades de infancia que estn en funcionamiento.

Nmero de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a partir de las prioridades de adolescentes y jvenes que estn en funcionamiento.

Nmero de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a partir de las prioridades de adultos, que estn en funcionamiento.

Nmero de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a partir de las prioridades de adultos mayores, que estn en funcionamiento.

Nmero de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a partir de las prioridades de poblaciones nativas, que estn en funcionamiento.

Nmero de iniciativas en conjunto con otros sectores generados a partir de las prioridades de poblaciones afectadas por violencia poltica o desastres, que estn en funcionamiento.

Acciones prioritarias:

Nios y Nias: Prevencin y atencin de maltrato, incesto y abuso sexual, suicidio, bajo rendimiento escolar (problemas de aprendizaje, dficit de la atencin con hiperactividad), trastornos de conducta, depresin. Promocin de habilidades sociales y vnculos saludables (pautas de crianza adecuadas). Adolescentes: Prevencin y atencin en el uso de alcohol y otras drogas, embarazo precoz, suicidios, trastornos de conducta, violencia juvenil, psicosis de inicio temprano. Promocin de valores, relaciones humanas y estilos de vida saludables, as como oportunidades de participacin y desarrollo integral. Adultos jvenes y maduros: Prevencin y atencin de la violencia familiar, ansiedad, depresin, estrs, suicidio, psicosis y abuso del alcohol y otras drogas. Promover canales de participacin social que favorezcan el desarrollo de capacidades y de opinin. Adulto mayor: Depresin, demencias y violencia familiar. Promover estilos recreativos y de participacin social que canalicen la experiencia de vida. Poblaciones nativas: Problemas especficos y necesidades segn sus caractersticas culturales. Priorizar la atencin de las consecuencias del consumo de alcohol, la permisividad de algunos grupos frente a la violencia familiar, y las consecuencias de la exclusin social. En poblaciones afectadas por violencia poltica y desastres se incluir la atencin del sndrome de estrs post traumtico y otras secuelas como el abuso de alcohol y la violencia. Asimismo, se incorporarn medidas preventivas en salud mental para los casos de desastre. Personas con discapacidad: brindar oportunidades de manera equitativa y evitando la discriminacin. Mujeres embarazadas: uso del control pre natal como espacio para acciones de promocin de la salud, como son: uso del tiempo libre, relaciones interpersonales significativas, solucin de problemas, negociacin de conflictos, estructuracin del tiempo. Es tambin un buen momento para la deteccin precoz de ansiedad y depresin. La atencin adecuada del parto previene los problemas de aprendizaje. El puerperio es una buena etapa para la deteccin y manejo precoz de depresin, problemas de vnculo y para la deteccin y manejo de esquizofrenia y episodios maniacos. La atencin obsttrica que incluye orientacin sobre planificacin familiar es asimismo un buen momento para impulsar la autonoma y el empoderamiento de la mujer.Resultado 4:

Integracin de las normas y planes del Sistema Nacional Coordinado y Descentralizado de Salud (SNCDS) en una poltica nacional de salud mental.

Indicadores:

Nmero de normas y orientaciones tcnicas formuladas, oficializadas y difundidas en los sectores pblico y privado.

Acciones prioritarias:

Definicin y actualizacin de las normas y orientaciones tcnicas prioritarias en cada regin, segn Lineamientos, Plan Nacional y Modelo Integral de Salud Mental.

Oficializacin, difusin y aplicacin de las normas y orientaciones tcnicas.

Objetivo Especfico 2.2

Concertar acciones de salud mental con otros sectores y la sociedad civil.RESULTADOS:

1. Concertacin de planes y acciones de salud mental financiados, a nivel sectorial e intersectorial, garantizando un mayor impacto en la inclusin de aspectos y problemas vinculados a la salud mental.2. Definicin de prioridades en las acciones y planes concertados con los dems sectores del Estado.

Resultado 1:

Concertacin de planes y acciones de salud mental financiados, a nivel sectorial e intersectorial, garantizando un mayor impacto en la inclusin de aspectos y problemas vinculados a la salud mental.Indicadores:

Nmero de documentos oficiales que difunden las competencias del rea. Acuerdos intra e intersectoriales para la implementacin del Plan Nacional de Salud Mental, segn prioridades establecidas, aprobado y financiado. Nmero de recursos humanos impulsando coordinaciones en salud mental. Nmero de planes y programas especficos incluidos en el quehacer de los sectores pblico y privado a nivel regional y local. Comisin multisectorial institucionalizada. Sistemas de referencia, contra referencia y seguimiento intra e intersectoriales funcionando. Planes en ejecucin incluyen metas y productos especficos difundidos a opinin pblica.Acciones prioritarias:

Difusin de poderes y competencias del rgano de Direccin en Salud Mental a sectores pertinentes.

Presentacin y acuerdos en torno a un plan articulado de salud mental con los diferentes sectores y mbitos pertinentes incluida la Presidencia del Consejo de Ministros, sociedad civil y organizaciones de la comunidad.

Sensibilizacin de los y las profesionales de salud y otros sectores en materia de salud mental.

Revisin del marco legal para establecer coherencia en el sistema coordinado.

Diseo y desarrollo de los planes y programas especficos.

Gestin de recursos financieros sustentados en plan de salud mental.

Asignacin de recursos humanos, materiales y financieros.

Distribucin de responsabilidades segn plan nacional de salud mental.

Creacin y/o fortalecimiento de espacios permanentes y de consulta con usuarios, familiares, instituciones comunitarias y de la sociedad civil.

Designacin de representantes capacitados y estables por perodos que permitan acumular experiencia.

Resultado 2:

Definicin de prioridades en las acciones y planes concertados.

Indicadores:

Modelos de atencin, responsables y presupuestos aprobados para los problemas propuestos.

Planes articulados en ejecucin.

Modelos de atencin, responsables y presupuestos aprobados.

Incremento de presupuesto para salud mental.

Nmero de medios que difunden.

Nmero de propuestas implementadas.

Acciones prioritarias

Coordinacin con Ministerio de Justicia, Ministerio del Interior y Ministerio de Defensa: Atencin a personas que transitan por el circuito legal, especialmente vctimas de las violencias: nios, nias, adolescentes, mujeres y adultos mayores.

Coordinacin con Ministerio del Interior y Ministerio de Defensa: Atencin de vctimas de emergencias por desastres y por violencia poltica. Coordinacin con Ministerio de Educacin, Ministerio de Justicia, Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, Direccin de Salud de la Polica Nacional del Per (Ministerio del Interior): Atencin y prevencin de la violencia familiar, infantil y sexual; atencin y prevencin de la violencia juvenil.

Coordinacin con Ministerio de Justicia, Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa y Ministerio de la Mujer y Desarrollo social: atencin a personas privadas de su libertad y a problemas vinculados con las situaciones de anomia, como las barras bravas y pandillas.

Coordinacin con Ministerio de Educacin, Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social y Direccin de Salud de la Polica Nacional del Per (Ministerio del Interior): Promocin de estilos de vida y vnculos saludables; deteccin temprana y prevencin de: trastornos mentales infantiles y adolescentes, violencia familiar y maltrato infantil, adicciones, acciones dirigidas a la prevencin de embarazo adolescente, inicio precoz de la actividad sexual, actividad sexual sin proteccin y otros. Coordinacin con Ministerio de Economa y Finanzas: Sensibilizacin para incorporar en presupuestos nacionales fondos para salud mental. Coordinacin con Medios de comunicacin: Difusin y apoyo a prioridades Coordinacin con Sociedad Civil y Gobiernos Locales: Desarrollo de propuestas articuladas a cada sector.Objetivo Especfico 2.3

Implementar un Sistema de Planificacin, Monitoreo, Supervisin, Evaluacin y Sistematizacin en Salud Mental, de carcter intra e intersectorial.

RESULTADOS:

1. rgano de direccin de salud mental liderando procesos de PME, en conjunto con otros sectores y la sociedad civil.

2. rgano de direccin de salud mental, contando con recursos financieros para los procesos de planificacin, monitoreo y evaluacin intra e intersectoriales.Resultado 1:

rgano de direccin de salud mental liderando procesos de PME en conjunto con otros sectores y la sociedad civil.

Indicadores:

Diagnsticos regionales y sectoriales de salud mental especificando prioridades segn problemticas.

Planes intersectoriales articulados en ejecucin.

Difusin pblica de experiencias exitosas. Instrumentos de monitoreo reflejan grados de desarrollo del plan nacional de salud mental.

Acciones prioritarias:

Establecimiento de lneas de base en salud mental, en cada regin y sector, aportando informacin inicial para la planificacin de las intervenciones.

Talleres de planificacin estratgica conjunta entre instancias y sectores.

Talleres de evaluacin de la eficiencia, eficacia e impacto de las polticas y acciones de salud mental.

Monitoreo y supervisin de acciones planificadas en concertacin.

Resultado 2:

rgano de direccin de salud mental, contando con recursos financieros para los procesos de planificacin, monitoreo y evaluacin intra e intersectoriales.Indicadores:

Presupuestos aprobados para acciones coordinadas de salud mental segn plan nacional de salud mental.

Reportes peridicos de la ejecucin presupuestal.

Proyectos especiales de articulacin financiados por la cooperacin internacional en ejecucin.

Acciones prioritarias:

Gestin de partidas presupuestales segn plan de salud mental.

Evaluacin de la distribucin y ejecucin de los recursos asignados.

Gestin de recursos de la cooperacin externa para los programas especiales y para fortalecer los sistemas de planificacin, monitoreo y evaluacin

OBJETIVO GENERAL 3

ASEGURAR EL ACCESO UNIVERSAL A LA ATENCIN INTEGRAL EN SALUD MENTAL, EN BASE A LA REESTRUCTURACIN DE SERVICIOS QUE PRIORICE LA ATENCIN EN LA COMUNIDAD.

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Persisten significativas inequidades en la atencin y prevencin de la salud mental: la falta de acceso a los servicios por la concentracin del gasto y de los mismos servicios en algunas zonas; la ausencia de una poltica adecuada de medicamentos; los insuficientes esfuerzos por adaptar los servicios a otras culturas, facilitando el acceso y la credibilidad de la poblacin. Asimismo, la deteccin temprana de los trastornos y problemas y su adecuada atencin y/o prevencin- se dificulta por la falta de integracin efectiva del componente de salud mental en los diferentes niveles de atencin en salud; si bien el Modelo de Atencin Integral en Salud fortalece especialmente, el primer nivel de atencin, no articula adecuadamente con los niveles de mayor complejidad, por lo cual no siempre garantiza un proceso de rehabilitacin de las personas. La ausencia de una rehabilitacin adecuada genera discapacidad.

Las caractersticas culturales y actitudinales del personal de salud y la comunidad en general, por sus creencias, limitan el acceso a los servicios de salud mental. Por ello, muchos problemas se sub-registran o son diagnosticados como de otra ndole. Considerando, que la calidad de la intervencin de salud mental depende, entre otros factores, del grado de desarrollo alcanzado por el personal que la realiza, encontramos que los recursos humanos estn todava poco capacitados para la atencin en salud mental o participan de procesos de capacitacin en donde se repiten los mismos temas; y no incluyen el cmo operar los mismos. Asimismo, estos procesos de actualizacin ocurren de manera centralizada, no cuentan con el monitoreo para la aplicacin de lo aprendido y rotan excesivamente. Todo esto impide la acumulacin de experiencia y genera problemas en el trato dado a la poblacin, restndole empata y respeto por sus derechos. De otro lado, no funcionan adecuadamente los sistemas de referencia, contra referencia y seguimiento dentro del sector salud, as como entre ste y los otros sectores involucrados en la salud mental.

Algunos de estos problemas estn vinculados o agravados- con la sobrecarga emocional que trae consigo el trabajo en salud mental (sndrome de burnout). Este sndrome, normalmente no se identifica ni se atiende, generando malestar y dificultades en la calidad de la atencin, ms an cuando se suman condiciones de trabajo poco favorables como los bajos sueldos y la falta de reconocimiento de la especializacin.

La efectividad y consideraciones ticas de los modelos de intervencin tambin son aspectos estrechamente vinculados con la formacin de recursos humanos. Si bien en los ltimos aos se ha avanzado significativamente en la creacin y ejecucin de modelos, muchos de ellos carecen de un enfoque integral, no han demostrado su efectividad e impacto y se centran ms en prevencin y atencin descuidando la rehabilitacin. De otro lado, no se recoge suficientemente el aporte de las prcticas comunitarias.

La gravedad de los problemas prevalentes de salud mental en nuestro pas: los trastornos mentales -depresin, ansiedad, psicosis, esquizofrenia, estrs postraumtico, adicciones y suicidios- y los problemas psicosociales -la violencia poltica y sus secuelas, la violencia familiar, el abuso sexual, el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias psicoactivas, los desastres, los problemas de aprendizaje escolar y las consecuencias de la anomia y exclusin social- amerita una investigacin permanente. Estos problemas han sido poco estudiados, pero algunos resultados muestran los factores socioeconmicos, polticos, culturales y personales que los generan, lo cual nos obliga a una comprensin multidimensional de los mismos y al concurso de diversos sectores sociales para su efectivo abordaje.

En sntesis, la intervencin en salud mental no est concebida dentro de un sistema, de all que las actividades y esfuerzos para combatir los trastornos mentales y los problemas prioritarios no estn debidamente articulados para lograr objetivos que impacten en el incremen