Plan Estratégico Mar del Plata 2013 | 2030 · Tomo 2: El Proceso Desarrollado

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  • 1PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

  • 2 PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Tomo I. El Plan

    Tomo II. El Proceso

    Tomo III. Programas y Proyectos

  • 3PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    El Proceso. Diagnstico sectorial

    Anlisis de la problemtica socio cultural

    Anlisis de la problemtica ambiental y de las infraestructuras

    Anlisis de la problemtica de la produccin urbana

    Anlisis de la problemtica del transporte

    Hacia una propuesta de produccin y trabajo

    El Proceso. Desarrollado

    Evaluacin del PEM anterior

    Proceso participativo

    Formulacin de estrategias

    PlanEstratgicoMar del Plata2013 I 2030

    IndiceTomo II. El Proceso

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    06

    28

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  • 4 PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    El Proceso

  • 5PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Diagnsticos sectoriales

  • 6 PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Anlisis de la problemtica socio cultural

    Configuracin territorial, migraciones y dinmica demogrfica.

    El espacio social se encuentra conformado por dos componentes en continua relacin dialctica: la configuracin espacial y la dinmica social. El primero de ellos est conformado por la disposicin sobre el territorio - en cada tiempo histrico- de los elementos naturales y artificiales de uso social (caminos, redes de comunicacin, puertos, canales, aeropuertos, plantaciones, zonas residenciales, comerciales o industriales, entre otros). El segundo componente, es decir, la dinmica social est conformada por el conjunto de relaciones que definen una sociedad en un momento determinado. Se encuentra constituida por el conjunto de variables econmicas, polticas, sociales y culturales que en cada momento histrico- dan una significacin y un valor especfico a la configuracin espacial5 .

    Una cuestin de inters, en el marco de los fenmenos que se presentan en la dinmica social, est dada por la consideracin del movimiento poblacional, sea este motivado por la reproduccin biolgica o por el traslado de los grupos e individuos en el territorio. Dentro de este segundo grupo, es decir, dentro de las mltiples variaciones que puede adoptar el traslado territorial, nos ha parecido pertinente considerar aquellos desplazamientos conocidos habitualmente bajo el nombre de migraciones, indagando si es plausible afirmar que cada una de las diversas oleadas migratorias que recibi el Partido de General Pueyrredon y en especial su conglomerado urbano preeminente Mar del Plata se radic en una porcin territorial dominante. En otros trminos, la cuestin a plantearse es si cada componente de la poblacin considerada segn su lugar de nacimiento tendi a establecerse en determinadas zonas particulares del territorio.

    A continuacin se ilustra la evolucin demogrfica entre 1869 y 2010:

    (4) Este dato corresponde al Partido de Balcarce, integrado por los actuales partidos de Balcarce, General Alvarado y General Pueyrredon. Este ltimo recin se creara en 1879, e inclua el actual territorio del Partido de Gral. Alvarado, que recin se creara, separndose, en 1891, y cuya ciudad cabecera sera Miramar.(5) Santos, Milton (1988), Metamorfoses do espao habitado. Fundamentos tericos da geografa, San Pablo, HUCITEC.

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    De este modo se cuantifica el resultado de las tres grandes etapas de desarrollo demogrfico que ha tenido el Partido de General Pueyrredon:

    i) La primera de ellas comprende desde finales del siglo XIX y hasta 1947, perodo de aproximadamente medio siglo en el que la poblacin se multiplica quince veces. Esta etapa se encuentra marcada hasta 1930 por dos actividades econmicas centrales: la agropecuaria y el turismo de las clases sociales de mayores recursos del pas. Todo ello gener mayores inversiones en la zona y el desarrollo de infraestructura y servicios. A partir de la depresin del 30, y no obstante que Mar del Plata comenzar a convertirse paulatinamente en un centro vacacional ms masivo, el ritmo del crecimiento demogrfico pierde el ritmo frentico de las dcadas anteriores. Este es un perodo de fuerte inmigracin europea, mayoritariamente italiana y espaola.

    ii) La segunda etapa comprende desde fines de los 40 y hasta los primeros aos de la dcada de 1970. A partir de que la Argentina adopta el modelo de la sustitucin de importaciones, el partido va adoptando un perfil ms industrialista. Al propio tiempo se incorpora definitivamente el turismo de las clases medias y populares, cambiando la fisonoma de la ciudad y el origen de la migracin, ya que la mayora de los migrantes son nacionales, provenientes de todo el pas, mayoritariamente de la regin pampeana y del noroeste argentino.

    iii) La tercera etapa transcurre entre mediados de los 70 y los primeros aos del siglo XXI. La recurrentes crisis econmicas, la apertura de la economa al mundo globalizado, el marcado predominio de las relaciones de mercado en el proceso de asignacin de recursos y la situacin del tipo de cambio, sern factores que de manera individual o combinada afectarn seriamente al Partido y a Mar del Plata. La tasa de crecimiento baja significativamente y la principal inmigracin que se recibe proviene de pases limtrofes, especialmente Bolivia y Chile. Es oportuno aclarar que la tasa de inmigracin ha venido reducindose en los ltimos perodos inter-censales. As, por ejemplo era del 6% en 2001 y de solamente un 4.05% en 2011.

    Con respecto a la poblacin extranjera radicada en el Partido, el porcentaje alcanza al 4.05% del total, del cual ms de la mitad provienen de pases limtrofes, tal como se puede observar a continuacin:

    La incidencia -expresada en porcentajes- de los extranjeros segn su origen, es la siguiente:

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    Configuracin territorial segn origen del migrante

    Habida cuenta de que el espacio en tanto hbitat humano es una creacin social, los procesos sociales encuentran su reflejo, aunque no linealmente, en las formas espaciales. En este sentido, la ocupacin y uso del espacio geogrfico a ser utilizada para el afincamiento de grupos debe entenderse como un condicionamiento ms de la evolucin futura del espacio considerado.

    Es muy interesante verificar si es posible establecer una conexin entre los principales grupos de migrantes, que han conformado diferentes oleadas y sus zonas de radicacin en el Partido de General Pueyrredon.

    As, pueden distinguirse cuatro tipos de residentes segn procedencia 6, a saber:

    i) Los residentes nacidos en pases no limtrofes con la Repblica Argentina

    Se trata de los sobrevivientes de las migraciones europeas de la primera mitad del siglo XX. Se localizaron preferentemente en el ejido urbano de Mar del Plata, en la zona central, en los barrios que conforman el rea del puerto y en enclaves sobre la costa norte y sur. Su representacin sera muy baja en las reas perifricas y en las zonas rurales.

    ii) Los residentes nacidos en pases limtrofes

    Son migrantes que se establecieron desde los aos 60 y 70 y cuyo flujo, si bien menguado, contina hasta la actualidad. Estos grupos se han establecido fuera del rea urbana principal, en urbanizaciones antiguas como Batn y Estacin Chapadmalal. Tambin se han afincado en parajes de desarrollo ms reciente, tales como la zona de Sierra de los Padres y La Gloria de la Peregrina. Sus actividades econmicas principales se encuentran vinculadas con el mbito rural (vgr. la horticultura), aunque tambin participan de la minera vinculada al sector de la construccin y a la pesca. Los grupos que se radicaron en Mar del Plata lo hicieron en el rea central y perifrica, de manera dispersa.

    iii) Los residentes nacidos en las provincias del interior argentino (exceptuada la de Buenos Aires).

    Son familias procedentes de la regin pampeana y del noroeste argentino. La configuracin espacial que presentan estos migrantes denota una preferencia por la zona central y la costa, reas vinculadas a la explotacin de servicios tursticos de gastronoma y hotelera, como as tambin a los servicios personales en general. Buena parte de este segmento estuvo integrada por trabajadores itinerantes, que intercalaban sus actividades econmicas de conformidad a las demandas estacionales de los distintos lugares, y que terminaron eligiendo el Partido de General Pueyrredon como lugar de residencia definitiva. Algunos grupos se han asentado en el anillo ms externo de la periferia en coincidencia con radicaciones ms recientes, y en donde las condiciones generales de vida son marcadamente precarias. Minoritariamente, algunos se han asentado en las zonas rurales, donde comparten tareas con bolivianos y chilenos. iv) Los residentes nacidos en la provincia de Buenos Aires

    Su localizacin principal pareciera estar en un anillo perifrico interior de la planta urbana de la ciudad principal. Algunos tambin han fijado su residencia en algunos enclaves rurales. Lo que interesa en este punto es partir de la premisa de la factibilidad de reconocer una correlacin significativa entre las formas de organizacin social y el territorio. En efecto, el territorio es, en tanto habitado, resultado de una construccin social. Es as que la tarea es una indagacin en torno a la deteccin de las estructuras socio-espaciales de la Mar del Plata actual.

    En cuanto al universo de la poblacin estudiada, y conforme el Censo de 2010, el Partido de General Pueyrredon tiene una poblacin estable de 618.989 habitantes (lo que implica un crecimiento de la poblacin en la ltima dcada del 8.88%) de la cual el 99% vive en Mar del Plata y Batn. El conglomerado Mar del Plata Batn sigue siendo el sexto conjunto urbano del pas en cantidad de habitantes (y el quinto en trminos del producto bruto). El ranking lo encabeza la Ciudad de Buenos Aires, seguida por Crdoba, Rosario, La Plata, y La Matanza.

    (6) Lucero, Patricia Iris (2002): Dinmica demogrfica y configuracin territorial de Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon en la segunda mitad del siglo XX, Universidad Nacional de Mar del Plata.

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    Las dimensiones del desarrollo humano

    Salud

    En nuestro pas, la salud se encuentra consagrada como un derecho de la mxima jerarqua (artculo 33, Constitucin Nacional, y los tratados sobre derechos humanos constitucionalizados a partir de la reforma de 1994, tales como la Convencin Americana de Derechos Humanos Pacto de San Jos de Costa Rica-). Los documentos de las Naciones Unidas tambin colocan a la salud en un lugar central (Constitucin de la Organizacin Mundial de la Salud; Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo; etc.). Estas y otras menciones al carcter bsico y fundamental de la salud individual y pblica refieren al valor tico y existencial del sostenimiento fsico y psquico de la poblacin. Ms all de cualquier subjetivismo, parece indudable que la salud es una necesidad y un indicador de bienestar al que podemos reconocerle una fuerte carga de objetividad.

    La distribucin espacial a partir del porcentaje de Poblacin sin Cobertura Social en Salud muestra una configuracin heterognea, con un menor impacto de esta carencia en el centro de la ciudad (donde se concentra una gran poblacin de personas de la tercera edad que poseen cobertura mdica en virtud de ser jubilados o pensionados) y en las zonas norte y sur de la ciudad, en las que se concentran los espacios de mayor valor econmico. La situacin se complica en la zona oeste, donde el problema se agudiza a medida que nos internamos en la periferia. All es posible marcar distintos anillos, directamente relacionados a los espacios con asentamientos recientes, con fuerte presencia de desempleo, subocupacin y trabajos espordicos (changas), sin cobertura social y grupos familiares, en general, con mayor cantidad de miembros que el promedio.

    Por su parte, a partir del indicador dado por la forma de provisin y procedencia del agua y por el tipo de desage sanitario (con o sin red cloacal) es posible advertir un escenario claramente polarizado. Un amplio sector que comprende el tejido de la ciudad cuenta con agua potable de red, mientras que otro especio muy extendido de la periferia no tiene alcance generalizado al servicio de red y buena parte de la infraestructura de la conexin no ingresa al interior de la mayora de las viviendas.

    En cuanto a la asistencia mdica en la ciudad, Mar del Plata cuenta con veintids (22) centros de salud, entre hospitales pblicos y privados, clnicas y sanatorios, ejerciendo un claro liderazgo sub-regional en materia de atencin de la salud, con una amplia zona de influencia: el Partido de General Madariaga al norte, Balcarce al oeste y Necochea al sur.

    Educacin

    La educacin es otro bien social bsico y acceder a ella es un derecho humano fundamental, esencial para poder ejercitar todos los dems derechos. Al promover la libertad y la autonoma personal es una condicin de posibilidad esencial para lograr la actualizacin de la potencialidades de los individuos y colectivos.

    Aqu hemos considerado el porcentaje de jefes de hogar con mnimo nivel de instruccin (sin instruccin formal o con instruccin primaria incompleta) y el porcentaje de jefes de hogar con mximo nivel de instruccin (terciario completo o universitario completo). Se reitera una configuracin espacial en la que la periferia aparece ntidamente desfavorecida, mientras que el incremento del segmento ms instruido se aprecia en los barrios de mayor valoracin territorial y social.

    Los habitantes de dichos barrios son los que, fundamentalmente, dan vida a la Mar del Plata universitaria. La Perla del Atlntico se distingue por una amplia oferta en lo referido a la educacin superior, ofrecindose unas ciento cuarenta (140) carreras de grado. Son cinco las Universidades que actan en su territorio, destacndose por cantidad de alumnos y docentes, variedad de la oferta de carreras de grado e influencia sub-regional, la Universidad Nacional de Mar del Plata. Las dems universidades son: La Universidad Fasta, la Universidad CAECE, la Universidad Atlntida Argentina y la Universidad Tecnolgica Nacional. Tambin es destacable la cantidad de institutos que imparten formacin terciaria no universitaria. En lo referido a la educacin universitaria, verificada la magnitud de la oferta de grado, se ha destacado la debilidad de la oferta de carreras de postgrado (especializaciones, maestras y doctorados), lo que genera la migracin de graduados universitarios a otros centros universitarios en busca de esa cualificacin (la plaza ms atractiva parece ser la de la Ciudad de Buenos Aires).

    Es ms, la migracin de universitarios que buscan profundizar sus estudios y la de los jvenes profesionales que procuran mejores oportunidades laborales, parecen ser las causas de una significativa emigracin de marplatenses de buen nivel educativo a otros centros urbanos que les ofrecen mejores oportunidades en alguno de los mencionados campos o en ambos.

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    Regresando a la consideracin de la problemtica educativa de las clases populares, es generalmente aceptado en la actualidad que el principal factor que contribuye a la persistencia de la desigualdad y al aumento de la pobreza ha sido la falta de educacin adecuada para las nuevas generaciones [Londoo, Juan L. (1996): Pobreza, desigualdad y formacin del capital humano en Amrica Latina, 1950-2025, en Estudios del Banco Mundial sobre Amrica Latina y el Caribe (puntos de vista), Mxico]. Desde esta perspectiva, la educativa es una poltica social de primer orden que tiende a tornar ms equitativa la distribucin del capital humano (conocimientos, capacidades, destrezas) con el que las personas estarn en mejores condiciones de competir por los puestos de trabajo disponibles.

    Esta es, sin dudas, y a pesar de destinarse en los ltimos aos una mayor cantidad de recursos a la educacin obligatoria, una asignatura pendiente tanto a nivel nacional, provincial y tambin en el Partido de General Pueyrredon. Por otra parte, y mientras se intenta seguir avanzando en la universalizacin de la educacin formal obligatoria, con una necesaria mejora de su calidad, es imprescindible desarrollar, paralelamente, programas de formacin que incrementen las oportunidades reales de las clases populares de acceder a un empleo calificado. As, es imperioso llevar a cabo intervenciones en el terreno de la capacitacin y de las habilidades bsicas que el mundo del trabajo requiere. En este sentido, la educacin continua es una alternativa extraordinariamente valiosa. A qu nos referimos como educacin contnua?

    Hacemos referencia a cualquier actividad educativa organizada fuera del sistema de educacin formal establecido, cuyo propsito es servir a clientelas identificables y objetivas de aprendizaje. Este tipo de servicios educativos est muy extendido en Europa y en algunos pases latinoamericanos (entre otros es el caso de Colombia) y el prestador natural es la universidad. No se trata, en este caso, de ofrecer carreras de grado o pregrado sino capacitacin concreta para ocupar determinadas posiciones en el mundo del trabajo. Digamos tambin que se procura la creacin de capital humano e interiorizar el concepto de educacin para toda la vida.

    Por su influencia regional, y por tratarse de una universidad pblica, la institucin clave parece ser la Universidad Nacional de Mar del Plata.

    Asimismo, tambin es importante generar desde el mbito pblico, pero con participacin de privados, programas de apoyo a determinados colectivos sociales que deben sortear diferentes obstculos para incorporarse al mercado laboral, como es el caso, por ejemplo, de las mujeres amas de casa, en favor de quienes es necesario crear centros infantiles

    para el cuidado y atencin de sus hijos pequeos, si lo que se quiere es garantizar su integracin en el mundo laboral urbano.

    La falta de capacitacin con miras a una exitosa insercin en el mundo del trabajo (el registrado), que funcione como una premisa y un factor coadyuvante al desarrollo econmico de la ciudad y del Partido es sealada recurrentemente como una debilidad de Mar del Plata como as tambin la necesidad de buscar soluciones creativas para superar esta dificultad. Pensamos que la Universidad es un agente estratgico en este proceso de generacin y calificacin del capital humano, sin desechar los aportes que puedan concretarse desde otras instancias tales como los sindicatos, sociedades de fomento, las iglesias, etc.

    Vivienda

    El artculo 14 bis de la Constitucin Nacional garantiza a todos los habitantes el acceso a la vivienda digna. Por su parte, la Declaracin Universal de los Derechos Humanos establece en su artculo 25: Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, as como a su familia, la salud, el bienestar, y en especial la alimentacin, el vestido, la vivienda, la asistencia mdica

    En la periferia de la ciudad, especialmente hacia el oeste del ejido urbano, son advertibles importantes deficiencias que afectan directamente a esta dimensin: falta de conexin a cloacas; menor nivel de ingresos; bajo nivel de instruccin; precariedad en la forma en que son ocupados los terrenos; inundaciones recurrentes en parte explicables por la creciente impermeabilizacin de los suelos como consecuencia de una urbanizacin desordenada y sin infraestructura; creciente desconocimiento acerca de la importancia de vivir bajo ciertos mnimos sanitarios (por ejemplo, que la vivienda posea un bao en su interior).

    El hacinamiento crtico es otro problema que se nos revela en la periferia. Este fenmeno se relaciona ntimamente con el denominado dficit habitacional que, tal y como es empleado este concepto por los organismos estatales en Argentina, se encuentra compuesto por dos dimensiones:

    i) la precariedad, que hace referencia a la calidad de los materiales con que est construida la vivienda y al nivel de prestacin de servicios internos; ii) el hacinamiento, en sus dos sub-dimensiones: el hacinamiento por habitacin (el ms frecuente en Mar del Plata) y el hacinamiento de hogares. El primero alude a la relacin entre las personas que habitan una vivienda y la cantidad de cuartos disponibles; mientras que el segundo hace referencia a la residencia en una vivienda de ms de un hogar.

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    Si bien precariedad y hacinamiento son dos fenmenos que no necesariamente van juntos, en el caso de la periferia marplatense s se encuentra presente esa conjuncin. Sin lugar a dudas, la pobreza y la exclusin crecientes se vinculan a ello y el asiento fsico es, principalmente, los espacios hacia los que ha crecido el tejido urbano en los ltimos aos.

    Estas graves dificultades habitacionales y de infraestructura de servicios son muy evidentes, especialmente, en el cordn perifrico oeste, ms all de la Avenida Champagnat. En estas zonas, segn surge de la observacin participante llevada a cabo en las mismas y de las entrevistas llevadas a cabo a informantes clave, surge que, adems de los problemas sealados, hay que agregar que el espacio pblico es el gran ausente. Gran parte de los habitantes de estas barriadas carecen de la idea de vivir en un lugar estructurado alrededor de una red de instituciones. Esta debilidad de las instituciones pblicas tiene una implicacin precisa: la exposicin individual a los eventos sin ninguna intermediacin o proteccin institucional (fundamentalmente del Estado y sus normas). Esta ausencia de intermediacin tiene varias consecuencias negativas, entre las que se encuentra el hecho de quien vive en los barrios tiene la sensacin de que es superfluo, de que no tiene voz, de que est expuesto a todo.

    Por su parte, este estado de cosas, que promueve el desarrollo de la anomia y de las relaciones clientelares entre el Estado y algunas organizaciones intermedias de una parte, y los vecinos en esta situacin de vulnerabilidad, de otra, ha coadyuvado a crear en estos ltimos la fuerte conviccin de que los polticos se ocupan de las periferias solamente durante la campaa electoral y que sus promesas quedarn irremediablemente incumplidas. Esto genera una profunda desilusin, que hace ms difcil todava la concrecin de cualquier accin positiva. Existe, pues, conciencia de esta ciudadana de segunda categora que genera protestas sociales ante la falta de infraestructura y servicios bsicos. Est presente la percepcin de que los fondos pblicos se usan solamente en beneficio de porciones de territorio urbano atractivo para el turismo, en los que viven de manera permanente sectores bien posicionados de la sociedad marplatense.

    En algunas reas el sentimiento de abandono del Estado crea condiciones ideales para reforzar formas de organizacin que se crean sobre el poder ilegal y la violencia, que se apropian de los pocos espacios pblicos transformndolos en escenario del trfico de poder, de mercaderas robadas y de sustancias prohibidas. Todo ello fomenta una situacin de palpable inseguridad, cuyas primeras y ms habituales vctimas son los habitantes de estos mismas barriadas signadas por insuficiencias y precariedades de toda ndole.

    Todo lo dicho implica la prdida de un marco humanizado, culturalmente familiar y socialmente tamizado, con el que las poblaciones urbanas marginadas puedan identificarse y dentro del cual se sientan entre s y en relativa seguridad.

    Las nicas instituciones con presencia significativa son la escuela, la Iglesia -especialmente a travs del accionar de Critas- y algunas asociaciones barriales no colonizadas por el clientelismo. La escuela todava logra en ocasiones crear formas de agregacin extendida y promover algunas iniciativas que involucren a los habitantes.

    No pocas veces la escuela es un importante canal de conexin entre las poblaciones encerradas en la periferia y el mundo circundante. La presencia capilar de la Iglesia cumple tambin un importante rol de vinculacin con el mundo exterior, y el propio lenguaje religioso sigue teniendo en este tipo de grupos la virtuosismo de re-proponer cuestiones fundamentales de la existencia, proponiendo valores y normas de comportamiento (por ejemplo, al interior de estas poblaciones sigue rigiendo, al menos como modelo, la familia tradicional) y ofreciendo la proximidad y el testimonio de personas dedicadas a la ayuda del prjimo (Critas parroquial).

    Participacin ciudadana

    Esta es una dimensin que debe integrar cualquier evaluacin sobre desarrollo humano o calidad de vida. Un concepto clave aqu es el de ciudadana, al que deben reconocrsele tres dimensiones [Marshall, T. H. y Tom Bottomore (1998), Ciudadana y clase social, Madrid, Alianza Editorial.]

    a) La ciudadana civil: se encuentra asociada a derechos propios de la libertad individual (igualdad ante la ley; libertad de expresin; libertad religiosa; derecho de propiedad);b) la ciudadana poltica: se sustenta en los principios de la democracia representativa y liberal, y se concreta en los derechos de elegir y ser elegido en un sistema electoral con sufragio universal. c) La ciudadana social: referida a los derechos que conforman el Estado Social de Derecho (a la salud y a la seguridad social entre otros).

    En los barrios vulnerables de la periferia, y como ya hemos visto, la institucionalidad es muy dbil, con acusada ausencia estatal y anomia. Ello tiene, lgicamente un correlato en la debilidad de la institucionalizacin de la participacin ciudadana o su directa subordinacin a representaciones corporativas o algn tipo de representacin de tipo tutelar (asociaciones vecinales con estructuras poco democrticas; unidades territoriales de partidos polticos) en ocasiones atravesadas por relaciones clientelares.

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    Esta ciudadana muy debilitada, especialmente la de ndole social, muestra de la fragmentacin social imperante, se expresa especialmente en las grandes concentraciones poblacionales que debe vivir de manera precaria y pauprrima en la periferia, soportando todo tipo de carencias en relacin al acceso a los bienes urbanos ms elementales. La experiencia de las ciudades latinoamericanas demuestra que frente a estas situaciones no basta con que la actuacin gubernamental se concentre en asignar recursos apelando a los criterios de racionalidad tcnica que pueden aportar los urbanistas y otros expertos para mejorar la calidad de vida de la ciudadana, sino que es necesario generar posibilidades reales de participacin ciudadana en la esfera de lo pblico [Ziccardi, Alicia (2006), Pobreza Urbana y polticas sociales en Amrica Latina#, en Explosin urbana y globalizacin, Editorial Popular, Madrid.].

    Existen factores de soporte de la sociedad civil en la periferia, tales como la escuela, la Iglesia y sus agrupaciones solidarias y las asociaciones barriales no colonizadas por el clientelismo poltico, todo lo cual resulta necesario pero no suficiente para superar la postracin de estos sectores conformados en gran medida por migrantes internos, cuyas poblaciones de origen tenan condiciones an peores que las que se viven en los mrgenes de Mar del Plata y que resultaron expulsivas de estos individuos y de sus grupos familiares (tengamos en cuenta que en ellos predomina una concepto de familia no nuclear sino expandida o ampliada). As, y refirindose a las migrantes provenientes de reas muy pobres del Conurbano bonaerense y de varias provincias argentinas, dos entrevistados decan: Es ms lindo ser pobre en Mar del Plata que ser pobre en Lans. Esto puede quitar incentivos para mejorar.

    La tarea a realizar es lograr que el habitante de la periferia recupere la confianza pblica en el Estado, de manera de comenzar a reconstruir su ciudadana social, poltica y civil. Esta reconstruccin de la ciudadana es posible, especialmente, en el mbito de las ciudades. Ya Tocqueville a mediados del siglo XIX y a partir de sus experiencias en los Estados Unidos de Amrica (a resultas de las cuales escribi La Democracia en Amrica) adverti que el gobierno local es la mejor escuela de la democracia porque supone que a travs de la participacin en los asuntos locales, el ciudadano comprende en la prctica sus derechos y responsabilidades, se familiariza con las reglas de juego democrtico y cultiva en s el respeto por las instituciones. Es muy importante, en consecuencia, una idea que aparece recurrentemente en las representaciones de los marplatenses: que el PEM, a lo largo de sus anteriores etapas, ha tenido muchas palabras y pocas acciones.

    Configuracin territorial de la situacin social marplatense

    Es posible distinguir cuatro cinturones representativos de la situacin del desarrollo humano en Mar del Plata, a saber:

    i) Las zonas que satisfacen de buena manera las cinco dimensiones consideradas son el centro de la ciudad con borde costero y algunos barrios tales como El Grosellar, Montemar, Parque Luro, La Florida, Los Pinares, Centro, La Perla, Playa Grande, San Carlos, Barrio Bosque Peralta Ramos y Pinos de Anchorena. Habita en estas localizaciones el 38% de los habitantes a considerar.

    ii) Una situacin intermedia presentan otras zonas, donde se verifican niveles educativos medios en las cabezas de hogar, coberturas mdicas bsicas, bajo nivel de hacinamiento y adecuada superficie de espacios verdes. Es el caso de Villa Primera, Lpez de Gomara, Don Bosco, Sarmiento, Bernardino Rivadavia y Los Andes. En trminos poblacionales se encuentra en esta situacin casi un 30 % de los habitantes.

    iii) Un tercer mbito es el que posee niveles de satisfaccin de las dimensiones consideradas que podramos valorar entre regulares y bajos. Si bien las condiciones de espacios verdes por habitante son buenas, se evidencian dificultades para acceder a la educacin y a los centros de salud, como falencias importantes en la provisin de agua potable. Es el caso de Camet, Parque Camet, Castagnino, Los Tilos, Las Margaritas, Las Amricas, Las Lilas, San Cayetano, El Gaucho, La Serena, Los Acantilados, Alfar, Regional, San Antonio. Representan una cifra cercana al 20% de la poblacin.

    Hay un conflicto no obvio que se plantea entre los habitantes de los anillos perifricos. Es el que se presenta entre aquellos que han logrado obtener un empleo registrado y los inmigrantes (mayoritariamente internos) que se acercan inicialmente a Mar del Plata en busca de un trabajo por temporada y que, en muchas ocasiones, se terminan instalando con sus grupos familiares en los anillos ms exteriores de la periferia (10 a 15 km de la costa), y que constituyen mano de obra para el trabajo informal. El trabajador registrado percibe en el inmigrante un serio peligro, que se expresa en varias dimensiones, como una eventual competencia en la oferta laboral.

    El asalariado es consciente de que si pierde su trabajo se degradar a una situacin similar a la del migrante, que aparece tambin desde esta perspectiva como una amenaza simblica: aquello que uno no quiere ser, aquello en lo cual uno no quiere convertirse. Cuando se vuelve inestable y heterogneo, diferenciado y diferenciador, el

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    trabajo asalariado se convierte en fuente de fragmentacin y precariedad ms que en un estado de homogeneidad, solidaridad y seguridad para aquellos que se encuentran confinados en las zonas fronterizas o inferiores del empleo, lo que tiene su correlato socio-territorial: los que habitan en la frontera con la marginalidad. Este temor, se multiplica con facilidad etiquetamiento social del migrante como peligroso, delincuente, vago - y atraviesa todas las esferas de la vida: miedo a ser vctima de violencia o delito, miedo al trfico y consumo de sustancias prohibidas, miedo a que violenten mi casa, etc.

    iv) Finalmente, nos encontramos con los sectores donde puede afirmarse que el desarrollo humano o la calidad de vida son incontestablemente bajos o muy bajos. Las mayores carencias se manifiestan en el oeste de la ciudad: viviendas precarias, poco acceso al agua corriente, a los centros de la salud y a la educacin, bajo nivel educativo de la cabeza de hogar, concentracin de los terrenos inundables. Algo mejor es la situacin en los barrios del norte que, al menos, agregan adecuados espacios verdes en razn de que varios de ellos son reservas forestales (El Casal, Los Zorzales, El Sosiego, El Tejado, 2 de Abril, Fray Luis Beltrn, Hipdromo, Autdromo, Parque Palermo, Las Heras, Belgrano). En consecuencia, el modo en que se distribuyen los mencionados cinturones demuestra cmo en la medida en que nos alejamos del centro de la ciudad hacia la periferia, la situacin de deterioro y la fragmentacin social se hacen ms patentes especialmente hacia el oeste - tornndose cada vez ms evidente la representacin territorial de las problemticas sociales.

    Es as como la marginalidad avanzada tiende a concentrarse en territorios aislados y claramente circunscriptos, cada vez ms percibidos, desde afuera y desde adentro, como pramos urbanos o como lugares de perdicin. Nos encontramos ante verdaderos espacios penalizados [Ptonnet, Colette (1982): Espace habits, Paris, Galile] que cuando son o amenazan con convertirse en componentes permanentes del paisaje urbano generan la concentracin y amplificacin de los discursos denigratorios a su respecto, tanto por lo bajo, en las interacciones habituales de la vida cotidiana, como desde lo alto, en el campo periodstico, poltico y burocrtico.

    Se verifica, de una parte, una contaminacin del lugar superpuesta con las estigmatizaciones que operan tradicionalmente vinculadas a la pobreza y/o a la pertenencia tnica. Ello implica que la persona puede ser descalificada y privada de la aceptacin de los dems simplemente por su lugar de residencia. Es un estigma propiamente territorial.

    Imaginarios sociales urbanos en la ciudad de Mar del Plata

    Construcciones de sentido elaboradas por los marplatenses y por los otros, mitos explicativos de lo que fue y es la ciudad. Desde el mito fundacional de un balneario elitista, creado por la aristocracia argentina como centro de recreacin y sociabilidad. Desde un accionar actual de devolverle el brillo perdido desde una reconstruccin del turismo de primera al estilo de lo internacional actual (resorts, spa, hoteles cinco estrellas con playas privadas). Para otros, en cambio, MdP es smbolo de la ciudad masiva, sin pretensin de distincin (ms cercana al turismo gasolero), con una poblacin objetivo ubicada en las clases medias en sentido amplio y en las clases obreras a travs del turismo sindicalizado. La ciudad donde la temporada veraniega puede permitir pasar el invierno a partir de una actividad microeconmica.

    Mar del Plata, en realidad, es todo eso, y ms, es una sntesis en cambio permanente. Bien sostiene Pacenza: Las construcciones de sentido no son neutras, ellas se enmarcan y se entrecruzan con procesos histricos y polticos que se referenciaron tambin en la historia de la ciudad, con luchas que se manifestaron por la apropiacin de los espacios pblicos y se expresan en la trama de significaciones construida a partir de una apropiacin segmentada y diferenciada de la ciudad como espacio fsico y simblico. Conflictos sociales que tambin se expresan en la construccin de los sentidos y en la lucha por imponer la hegemona del sentido verdadero, si es que cabe esta expresin.

    En efecto como en toda ciudad, en MdP estamos frente (o dentro de) una cotidianeidad que se retroalimenta con los imaginarios sociales urbanos. Subculturas urbanas representativas de una apropiacin diversa y diversificada de la ciudad. Identidades que desde el grito muchas veces silenciado conforman, sin caer en la cuenta siquiera, un polifnico nosotros que, ms que dividir, multiplica. Polifona polismica que no puede desentonar si la ciudad cumple con su vocacin de apertura y convocatoria:

    -Mar del Plata es [el club de rugby] Bigu (alumno de 4 ao secundario).-Mar del Plata es [la disco para jvenes en Constitucin] (alumna de 4 ao de escuela secundaria).-Mar del Plata es la banquina de pescadores (estudiante secundario de escuela privada de prestigio, hijo de un capitn de buque factora).

    Migrantes histricos arraigados y migrantes temporales, estacionales, con diferentes definiciones de situacin,

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    distintos imaginarios y representaciones de la realidad urbana, lo que torna pertinente la siguiente reflexin: Por qu, en una ciudad aluvional como Mar del Plata, existe una Asociacin de Nativos Marplatenses; esta institucin bien podra explicarse por la necesidad de los pobladores que se definen como los autctonos, de defenderse de la llegada permanente de otros, migrantes transitorios o no, que supuestamente amenazan la pertenencia y la identidad, y marcara la ilusin del ser marplatense como esencia [Pacenza, 1998: Los mitos de la burguesa, en Setecientos monos, Rosario].

    Ya desde su (re) fundacin por la aristocracia argentina a comienzos del siglo XX, surge y se instala el mito fundacional que como todo mito como bien seala Barthes [1996: Los mitos de la burguesa, en Setecientos monos, Rosario, apud Pacenza, 1998: 68] niega o eufemiza la historia, reduciendo ideolgicamente los modos del habitar as como ocultando los procesos histricos de produccin de la ciudad; en este caso la explicacin desinforma al no narrar, al no dar cuenta de la existencia de otros pobladores, trabajadores llegados de otras tierras, sin recursos econmicos, en su mayora extranjeros, que llegaban dispuestos a integrarse al mundo del trabajo en esta sociedad en formacin. Por eso el mito es tambin ideolgico, ya que es una invencin mentirosa: se coloca una historia, la de la lite portea, y se oculta otra. [] Se oculta que Mar del Plata era un pueblo en el que cohabitaban distintos sectores sociales con proyectos que no siempre coincidan. Sin embargo, la aristocracia argentina se arroga para s la construccin de la ciudad como un producto suyo, en el que los otros no participaron; ms bien, representaban al sector que haba que eliminar, trasladar, ocultar, para imponer un modelo esttico considerado el nico [] El discurso de la aristocracia argentina es tambin discurso hegemnico.

    Organizacin del consumo, masificacin y distincin elitista, habitantes permanentes y visitantes temporarios, legitimacin de unos en desmedro de los otros: fenmenos todos ellos que implosionan en desmedro de un mbito urbano polifuncional, polismico, pluralista, diferenciado, con vocacin por el uso de los espacios urbanos y de sus representaciones sociales, pero donde ciertos imaginarios urbanos no hacen sino replicarse en instituciones que legitiman sesgos que excluyen, que transforman en utopas modos del habitar y apropiarse la ciudad a partir de una cotidianeidad polifnica. Como sostiene Pacenza: Muestra el monopolio de un sector social en la construccin del sentido de la ciudad que es reforzado hasta el presente. Pareciera que una ciudad del turismo slo es objeto de consumo si tiene los rasgos distintivos de la lite. Uno se pregunta qu otros caminaban en las ramblas, cmo era la Rambla en la temporada invernal, cmo se apropiaba la poblacin local de ese espacio.

    La Mar del Plata de hoy, segn el relato y la cotidianeidad del habitante comn, permite apreciar cmo la mirada depende de la definicin de la situacin por el sujeto as como por las representaciones individuales, sin perjuicio de la latencia y permanencia de los imaginarios urbanos y las formas de la vida cotidiana. La lite marplatense pasea por la calle Gemes, cerca el barrio de Los Troncos El antiguo centro representando por la peatonal calle San Martn (de San Luis a la costa) perdi importancia transformndose en lugar de paseo de los sectores populares Los jvenes se apropian de la calle Alem durante el verano, y de la calle Constitucin durante todo el ao por representar la noche para dicho perodo etario con todas sus discos El puerto como lugar de los pescadores, mayoritariamente de origen italiano, y de diferentes edades La calle Jara es el mbito de la cultura gitana Ms all de la Juan B. Justo estn las villas de emergencia y los asentamientos de los inmigrantes del interiorLa Rambla dej ya su tinte elitista, degradndose en trminos de anomia El shopping corri de escena a las tiendas El Centro de convenciones internacionales y Polideportivos (sede de los Juegos Panamericanos de los 90s) Ciudad del turismo social (nios y jubilados), durante noviembre, diciembre y marzo, respectivamente [Pacenza, 1998: Los mitos de la burguesa, en Setecientos monos, Rosario].

    En suma, las actitudes ante una determinada ciudad varan en trminos de la temporalidad, la propia mirada y circunstancias, en una suerte de dialctica entre el paisaje exterior y el paisaje interior o existencial. De este modo, en la Mar del Plata de hoy as como en las formas del planificarla que se adopten, deben tenerse en cuenta aspectos tales como: la fuga hacia el pasado; la fuga hacia el futuro; el mirar la propia mirada, redescubrindose y animndose a participar; el mirar la mirada del otro; el mirar la mirada del nosotros; el mirar y vivir la ciudad como paisaje; la visibilidad de lo invisible; ver con miedo (no ver); el ver ldico, descubriendo; el ver como autoconocimiento y gregariedad.

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    Resumen diagnstico demogrfico

    Con sus 618.989 habitantes, en Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon viven ms personas que en nueve provincias argentinas, al tiempo que, segn el ltimo censo, se convierte en la tercera ciudad de la provincia de Buenos Aires, detrs de La Matanza (1.755.816 habitantes) y La Plata (654.324). Duplica la poblacin de Avellaneda o Baha Blanca, a la vez que, como en casi todo el pas, las mujeres -323.695- superan a los hombres, que son 295.294.

    De una lectura de los datos surgidos del censo se establece que en General Pueyrredon viven 618.989 personas, existiendo 308.570 viviendas. En Mar del Plata, en 2001 vivan 564.056 personas y en 1991, 532.845. As, entre el reciente censo y el de 2001, se increment en 54.933 personas la poblacin de este distrito.

    Segn pudo determinarse, con su poblacin, General Pueyrredon supera la cantidad de habitantes de nueve provincias argentinas: Catamarca, Chubut, Formosa, La Pampa, La Rioja, Neuqun, San Luis, Santa Cruz, y Tierra del Fuego. Asimismo, surge del ltimo censo que Mar del Plata es la tercera ciudad de toda la provincia de Buenos Aires en cuanto a poblacin.

    Con todo, el crecimiento demogrfico de la ciudad es muy moderado. En los ltimos veinte aos ha tenido una tasa de crecimiento anual promedio de 0,7 %. Ello as, pues si bien ha recibido una cantidad significativa de inmigrantes en las ltimas dcadas (principalmente del NOA y de localidades de la regin pampeana) que se han establecido fundamentalmente en la periferia (particularmente la del oeste), de bajsimo nivel socio-econmico y calificacin laboral, constituyendo un verdadero cinturn negro de relegacin socio-espacial. Es cierto tambin, por otra parte, que se verifica una discreta pero constante emigracin de sectores medios de jvenes profesionales, sea en busca de mejores oportunidades laborales, sea en procura de formacin de postgrado (o de ambas cosas), adems de que una porcin significativa del centro marplatense se encuentra habitado por adultos mayores que han elegido a Mar del Plata como su lugar de retiro (opcin que no es tan frecuente en la actualidad), por lo que el centro tiene una poblacin ms bien envejecida que, lgicamente, tiende a disminuir. Esto puede ser interpretado como un lento pero sostenido proceso de descapitalizacin social, segn la opinin de un entrevistado. Es decir, llegan nuevos grupos de condicin socio- econmico- cultural baja, sin especializacin laboral, y emigran universitarios jvenes de sectores medios y desaparecen, vegetativamente, la poblacin de sectores medios que elegan Mar del Plata para vivir durante su jubilacin.

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    Las prospecciones poblacionales en ciudades de la entidad de Mar del Plata son complejas, pues no dependen solamente de factores endgenos sino que el proceso se encuentra sometido a todo tipo de externalidades (positivas o negativas), siendo de especial relevancia las interacciones con la provincia y con el pas todo. Si analizamos la evolucin del crecimiento poblacional de los ltimos veinte aos, verificaremos que la tasa de crecimiento anual promedio ha sido del 0,71 %, de manera que de una manera lineal se podra proyectar un crecimiento en dos dcadas de algo ms del 14%.

    Todo lo dicho hasta aqu posiciona a Mar del Plata como una ciudad de alcance medio; con una configuracin ms bien dispersa, con un marcado crecimiento hacia la periferia (especialmente la oeste); es el centro turstico ms importante del pas en volumen anual de visitantes; un centro cultural que es sede del festival internacional de cine y, en su oportunidad, de importantes eventos deportivos (vgr. Juegos Panamericanos; sede de la final de la Davis Cup, etc.); con industria y una actividad agrcola expectante, considerando la totalidad del Partido del que es ciudad cabecera.

    Sin embargo, es tambin la ciudad en el que el 20% de su poblacin tiene necesidades bsicas insatisfechas y un 33% ms apenas las sufraga. Es una ciudad y es varias ciudades. La ciudad patricia; la ciudad del puerto; la de la Universidad; la de sus teatros y eventos culturales; la que posee una movida cultural propia; la ciudad que quiere abrirse al mundo; la ciudad con el desempleo ms alto de la Argentina (un ndice del 9,5%) (INDEC, Encuesta Permanente de Hogares. Mercado de Trabajo, principales indicadores. Resultados del 4 trimestre de 2012, publicados el 19 de febrero de 2013.); con una proporcin importante de subempleo (12,2%), con vastos sectores librados a la economa informal; la ciudad turstica, la Perla del Atlntico, pero tambin la Ciudad del Oeste: ausencia del Estado, autoconciencia de ser ciudadanos de segunda, viviendas precarias, poco acceso al agua corriente, a los centros de la salud y a la educacin, espacios pblicos inexistentes o degradados, bajo nivel educativo de la cabeza de hogar, alto desempleo e informalidad, inseguridad, concentracin de los terrenos inundables, estigmatizacin de parte de la Ciudad, amplificada por los medios de comunicacin (los del Oeste son vagos, delincuentes, inciden directamente sobre la inseguridad ciudadana, etc.).

    El lanzamiento de la nueva Mar del Plata, deber comenzar por la toma de conciencia que de varias ciudades habr que proyectar una, que seguramente tendr mltiples facetas, pero que en su unidad identitaria (que es una tarea por desarrollar) deber cobijar a todos, de manera de superar la fragmentacin social actual, dejando atrs la mera urbanizacin de la pobreza, las desigualdades, la exclusin, y la marginalidad.

    Percepciones sobre los campos temticos abordados por el plan estratgico

    Se presentan a continuacin un conjunto de percepciones como resultados de entrevistas hechas a informantes calificados sobre los campos temticos que aborda el PEM.Se indican conflictos y potencialidades, fortalezas y debilidades de la ciudad y del PEM y agentes facilitadores, dificultadores y opiniones de la comunicacin interagentes con vistas a un mapa sociomtrico.

    Se ha preservado la identidad de los entrevistados, indicando solamente que se consultaros 17 personas entre los que se encontraban directivos de Colegios Profesionales, Sacerdotes, Dirigentes de Cmaras empresarias, Arquitectos, dirigentes de Asociaciones de Fomento, directivos de Universidades, dirigentes sindicales, empresarios y concejales, entre otros.

    Sus opiniones, no siempre convergentes, se trascriben en las tablas siguientes. (Cuando algn aspecto no fue desarrollado se obvian esas filas de la tabla para facilitar la lectura).

    Se destaca que las opiniones aqu trascriptas son slo de los entrevistados y no expresan en todos los casos el parecer de esta consultora. Sirven en cambio para conocer el sentir de los entrevistados sobre algunos temas comunes.

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    Anlisis de la problemtica ambiental y de las Infraestructuras

    El partido de General Pueyrredon, est ubicado en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires sobre la costa del Ocano Atlntico. Diversos diagnsticos ambientales muestran que su crecimiento se ha traducido en una paulatina fragmentacin socio-territorial resultante de las estrategias de desarrollo implementadas a partir de mediados de la dcada del setenta.

    Las polticas de planificacin urbana que guiaron ese crecimiento han dado origen a diversos conflictos ambientales. Parte de estos conflictos ya haban sido claramente identificados en la etapa del PEM:

    Contaminacin del litoral martimo debido a la descarga de efluentes Sobre-explotacin y agotamiento de los recursos pesqueros Deficiencias del sistema de recoleccin, tratamiento y disposicin de residuos slidos urbanos domiciliarios Erosin costera Contaminacin de los recursos hdricos Erosin y prdida de productividad de los suelos en reas rurales Anegamientos e inundaciones debido a precipitaciones intensas, impermeabilizacin de suelos, desbordes de arroyos, y limitaciones de la infraestructura de drenaje (especialmente en las cuencas de arroyos Del Barco y Cardalito) Niveles de cobertura de servicios bsicos heterognea Demanda de servicios bsicos con fuertes estacionalidades Presencia de pasivos ambientales (cavas y canteras)

    Ubicacin relativa del Partido de General Pueyrredon y relieve general

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    Anlisis de la problemtica ambiental y de las Infraestructuras

    El sistema de unidades naturales a proteger

    Ecoformas

    Desde una perspectiva de la ecologa del paisaje, pueden diferenciarse diversas ecoformas en tanto una yuxtaposicin de diversas unidades ambientales (fases) as como las reas de transicin entre las mismas (interfases) que se ven sometidas a la dinmica de una serie de flujos verticales regionales (precipitacin, evaporacin, infiltracin del agua) como otros de alcance local (contaminacin del agua subterrnea, dinmica de nutrientes). Complementariamente quedan condicionadas por una serie de flujos naturales horizontales complementarios (viento, drenaje superficial y subterrneo, cuas salinas), como otros controlados por las actividades humanas (flujo de personas, infraestructuras de servicios, informacin). Desde la visin que gua el PEM, las reas a proteger no quedan definidas nicamente por la presencia esttica de una fase determinada, sino por la dinmica entre los flujos naturales y antrpicos que tienen lugar entre las diversas ecoformas presentes en el Partido. Estas ecoformas [adaptado ZULAICA, L. (2010). Transformaciones territoriales en el sector sur del periurbano marplatense: causas y consecuencias ambientales. Tesis de Doctorado en Geografa, Departamento de Geografa y Turismo, Universidad Nacional del Sur, Baha Blanca, Argentina] son: Ambientes serranos

    Sectores con pendientes moderadas y pronunciadas, caracterizados en su constitucin por el marcado predominio de ortocuarcitas sobre las cuales es frecuente encontrar una cubierta sedimentaria cuaternaria de espesor variable, con delgados niveles de tosca y desarrollo del suelo. La capacidad de retencin de agua en el suelo est condicionada por el relieve y los valores de profundidad donde es ms probable hallar el primer nivel de agua subterrnea que oscila entre los 30 y 40 metros. All se encuentran las nacientes de los principales arroyos que caracterizan el rea. Los suelos dominantes se clasifican como hapludoles lticos, los cuales presentan contactos lticos cercanos a la superficie; en las pendientes medias e inferiores predominan los argiudoles lticos y tpicos.

    Presentan buena a regular aptitud para el desarrollo de cultivos, encontrndose limitados por la profundidad y la susceptibilidad a la erosin. La vegetacin natural ha sido completamente modificada fundamentalmente por el desarrollo de la actividad minera en algunos sectores y actividades agropecuarias en otros, as como tambin el drenaje y el almacenamiento superficial constituido por cavas y canteras.

    Lomas

    Caracterizada por pendientes que oscilan entre el 3% y 6% y formada por sedimentos y sedimentitas de baja consolidacin, de textura limo-arenosa, limo-arcillosa y, en algunos sectores, arenas medianas a finas que fueron transportadas y depositadas en forma de manto continuo cubriendo la geomorfologa originaria y obliterando en gran medida los valles preexistentes. Presenta buenas condiciones de drenaje superficial e interno y los valores de profundidad donde es ms probable hallar el primer nivel de agua subterrnea, oscilan entre los 5 y 20 metros. Los suelos dominantes se clasifican como argiudoles tpicos, poseen muy buena aptitud para el desarrollo de actividades agropecuarias y, dadas las pendientes, son susceptibles a la erosin hdrica. La vegetacin natural ha sido completamente sustituida, ya sea por urbanizaciones en las reas prximas al ejido urbano y vas de comunicacin y por cultivos intensivos y extensivos en las reas ms distantes

    Llanura ondulada

    Caracterizada por un relieve suave de pendientes rectas, a veces cortadas profundamente por los valles de los cursos de agua; los sedimentos que la forman se han depositado entre unos 18.000 y 10.000 aos antes del presente, cubriendo antiguas divisorias y obliterando los valles preexistentes.

    Valles fluviales

    Corresponde a los valles de inundacin de los cursos de agua ms importantes presentes en el rea (arroyos Las Chacras, Lobera y Corrientes). Los flancos de los valles presentan escasa expresin areal y los cauces en general son angostos (no ms de 5 m), poco profundos y presentan generalmente bajos elongados en sus cabeceras, donde se tornan ms difusos. Las condiciones de drenaje son pobres y los valores de profundidad donde es ms probable hallar el primer nivel de agua subterrnea, oscilan entre los 0 y 5 metros. Los suelos no poseen aptitud agropecuaria, ya que las condiciones de anegamiento determinan su rgimen cuico de humedad. La vegetacin natural se conserva en sitios muy reducidos, y en sectores prximos a reas urbanizadas presenta signos de degradacin

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    Sector costero

    Definida como sector costero acantilado el cual queda definido por geoformas de acumulacin como los mdanos situados en las desembocaduras de los arroyos, las playas que definen la costa marplatense y geoformas de erosin como es el caso de los acantilados donde los procesos erosivos han dado por resultado un fuerte retroceso de la lnea de costa en algunos sectores. El desarrollo de los suelos es muy dbil y cuando existe, los mismos presentan un desarrollo incipiente, siendo clasificados a nivel de orden como entisoles, los cuales no admiten usos con fines productivos.

    Las comunidades naturales de vegetacin han sido fuertemente modificadas, aunque se presentan algunas especies naturales como Poa lanuginosa y Adesmia Incana

    La definicin de estas ecoformas ha sentado las bases para orientar la identificacin de los conflictos y potencialidades relacionados con las premisas ambientales, as como guiar la discusin en los talleres.

    reas de reserva y humedales

    Un ejemplo de los ambientes a proteger corresponde a los humedales continentales o costeros los cuales se asientan por lo general en las diversas interfases entre las ecoformas, quedando condicionados al mantenimiento de los flujos naturales para el conservacin de su condicin.

    El humedal ms grande y emblemtico del Partido de General Pueyrredon corresponde a la Reserva Municipal Integral Laguna de los Padres (RILaPa) que conserva una fraccin valiosa del patrimonio cultural y natural de los humedales pampeanos. Su flora nativa con bosques de tala (Celtis tala) en el lmite de su distribucin meridional y arbustales de curro (Colletiaparadoxa) endmicos del sudeste de la provincia [Cabrera, A. L. (1976). Regiones fitogeogrficas argentinas (Vol. 1). Editorial Acme], la convierten en un sitio de especial inters para su conservacin. En los ltimos aos se han realizado numerosos estudios sobre diversos grupos de vertebrados que habitan la reserva, como los peces [Campana et al. 2001; Petcoff et al., 2002] y las aves [B et al., 1996, 2000; Cardoni et al., 2008], sin embargo, la informacin para anfibios es escasa y slo se conoce un listado de las especies presentes, citadas en un informe indito de la Subsecretara de Medio Ambiente de la Municipalidad de General Pueyrredon [Bellagamba, 1997].

    Recientemente se han encontrado trazas de pesticidas organoclorados y bifenilospoliclorinados en organismos de distintos niveles trficos: plantas, crustceos y peces [Gonzlez Sagrario et al., 1998; Miglioranza et al., 1999; Campana et al., 2001; Gonzlez Sagrario et al., 2002; Miglioranza et al., 2002], lo cual constituye una amenaza sobre la diversidad biolgica de la Reserva.

    Laguna de los Padres en Ecoforma SierraFuente: Adaptado de Stellatelli y Vega

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    Por su parte, la Reserva Natural del Puerto constituye un ambiente al cual se le ha asignado un alto valor social debido a ser un ambiente natural rodeado por una ciudad que cuenta con ms de 150 especies de aves residentes y

    Ubicacin e imagen de la Reserva del PuertoFuente: Fundacin Reserva Natural del Puerto de Mar del Plata

    migratorias; distintas especies de peces, anfibios, y reptiles; as como mamferos [Fundacin Reserva Natural Puerto Mar del Plata]. Fue declarada como tal en 1990, y a partir de fines de 1997 se declararon aledaas a las Lagunas de Punta Mogotes.

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    Asimismo, en el rea costera la Universidad Nacional de Mar del Plata por medio de la Facultad de Ciencias Naturales en conjunto con el Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia y la Secretara de Cultura Municipal vienen trabajando bajo los preceptos de la Convencin Ramsar llevando adelante actividades de educacin y sensibilizacin ambiental, habiendo identificado otros humedales objetos de conservacin de manera complementaria a las descriptas precedentemente:

    Reservas de humedalesArroyo La TaperaArroyo Las ChacrasArroyo CorrientesArroyo LoberaArroyo SecoArroyo ChapadmalalLas Brusquitas

    El rea costera y los problemas emergentes

    Las costas del partido de General Pueyrredon se encuentran enmarcadas en la denominada Costa Acantilada dentro de la ecoforma Sector Costero.

    El transporte de los sedimentos a lo largo de la costa est generado principalmente por la accin del oleaje y en menor medida por las corrientes litorales de marea. La resultante de este proceso tiene sentido SO-NE, es decir que las arenas se mueven a lo largo de la costa desde Miramar hacia Santa Clara del Mar. Este proceso de transporte de arenas se encuentra naturalmente condicionado por las formas costeras rgidas como son los promontorios, cabos, etc. y por las fuentes de aporte de sedimento como las reas medanosas, los acantilados y los aportes de sedimentos fluviales que, en el rea de inters, son escasos.

    La morfologa costera es el resultado de las acciones naturales (oleaje, vientos, corrientes, mareas) en la mayora de la extensin costera, a las cuales se suman las acciones antrpicas en los tramos urbanizados. Los efectos de ambas acciones modelan el paisaje costero actual.

    Cabe destacar que en este tramo costero los sedimentos son aportados por dos fuentes, los sedimentos transportados por las olas a lo largo de la costa, provenientes del SO (Miramar); y el sedimento aportado por el derrumbe de los acantilados debido a la accin del oleaje sobre el pi de los mismos. Debido a esto ltimo, se considera que la Costa Acantilada no se encuentra en estado de equilibrio, sino en un proceso erosivo generalizado que traslada la lnea de costa hacia el continente.

    El conflicto primario de este proceso erosivo ocurre cuando el retroceso de la lnea de costa pone en riesgo las infraestructuras construidas por la sociedad, las cuales requieren de proteccin.

    Por otra parte, el uso recreativo de los espacios costeros se ha intensificado en las ltimas dcadas llegando a saturar las superficies disponibles y generando una demanda de espacios de playas que se contrapone con el proceso erosivo natural. En concordancia con esto, las acciones antrpicas ejecutadas sobre la costa en el Partido de General Pueyrredon tienen en la mayora de los casos dos objetivos: proteger obras viales (la RP 11) y generar espacios de playas por acumulacin de arenas en espigones.

    En el primero de los casos se construyen pedraplenes a lo largo de la costa, al pi de los acantilados para evitar que el impacto del oleaje, la erosin del pi y el desmoronamiento de los acantilados sobre los cuales se ubica la ruta.

    Humedales en las ecoformas correspondientes a los valles fluviales y sector costero. Fuente: UNMDP

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    El efecto inmediato es la detencin del proceso erosivo y la defensa de la obra vial y del entorno urbanizado, pero esto conlleva la reduccin del suministro de arena aportada al sistema por el derrumbe de los acantilados.

    Otra tipologa estructural que se ha utilizado corresponde a la construccin de escolleras paralelas a la playa y separadas de sta unos 100 m. El efecto obtenido es la atenuacin del oleaje que incide sobre el pi de los acantilados y la generacin de playas por retencin del transporte de sedimentos.

    Nuevamente aqu, la detencin del proceso erosivo es exitoso en el entorno de la obra, se detiene el derrumbe de los acantilados y se genera un espacio de playa destinado a la recreacin, pero se interrumpe el transporte de sedimentos a lo largo de la costa durante el tiempo que dura el llenado de la playa detrs de la escollera.

    En suma, la intervencin antrpica sobre el espacio costero a esta altura es irreversible, ya que no existe un comportamiento natural que preservar. La costa ha sido afectada de tal manera que debe ser monitoreada a intervenida en forma permanente para preservar los espacios de playas destinados a recreacin, lo cual requiere a su vez de inversiones econmicas, campaas de monitoreo del estado de las playas, de las condiciones ambientales (oleaje, vientos, mareas) y sus efectos sobre el sistema existente (medicin de perfiles de playas en forma peridica, anlisis de su evolucin en relacin con las variables ambientales). En esta situacin, el no hacer no puede ser considerada una alternativa, ya que el desequilibrio actual es producto de la accin antrpica. En el marco del PEM debe decidirse qu tipo de acciones y con qu grado de profundidad deben llevarse adelante para mantener el sistema costero como recurso ambiental y turstico.

    Los flujos urbanos y la infraestructura

    Poblacin y cobertura de servicios

    El partido de General Pueyrredon cuenta con un organismo encargado de la prestacin, administracin, explotacin, mantenimiento, control, ampliacin, renovacin, construccin, estudios, investigacin y aplicacin de nuevas tecnologas de los servicios de provisin de agua potable, desages domiciliarios, cloacales, industriales y/o de cualquier otro carcter y, en general, de saneamiento bsico en el partido de General Pueyrredon, as como la explotacin, captacin y utilizacin de aguas destinadas

    a tal fin. Dicho organismo es la Obras Sanitarias de la Municipalidad de General Pueyrredon (OSMGP), tambin denominado Obras Sanitarias Sociedad del Estado (O.S.S.E.), como empresa municipal. Su capital es 100% pblico y su principal accionista es el Honorable Concejo Deliberante como representante de la comunidad.

    Agua potable

    La provisin de agua potable de Mar del Plata se garantiza a travs de la explotacin de 274 pozos de extraccin lo que resulta en una importante presin sobre el recurso hdrico subterrneo. Prevn desarrollar 74 ms [segn el Plan de Mejoramiento y Expansin del Sistema de Abastecimiento de AGUA 2012-2020 y Proyecto de Obras 2012-2015 Obras Sanitarias de la Municipalidad de General Pueyrredon].

    La necesidad creciente de agua potable es proporcional al incremento de la poblacin.

    Si bien actualmente el 93% esta servido, resta an 7% para lograr la universalidad del servicio.

    Las localidades costeras tales como San Eduardo del Mar, El Marquesado, Colonia Chapadmalal, La Estafeta, El Boquern, no cuentan con provisin de agua de red, utilizando esencialmente agua de pozo.

    Cloacas

    El 80% del ejido urbano est servido con cloacas, mediante sistema de gravedad y 14 estaciones elevadoras distribuidas principalmente en la zona de la costa. Cuenta con 4 colectoras mximas, que en forma de anillo recolectan los efluentes de la ciudad y los vuelcan a la planta de tratamiento final. Adems a la planta llegan los desages de la localidad de Batan, Parque Industrial y la Crcel.

    Si bien se cuenta con un importante grado de cobertura, an existe un 20% de la poblacin que no posee red de desages cloacales y dispone sus efluentes en pozos, los cuales resultan en fuentes de contaminacin del suelo y el acufero adems de las dificultades tcnicas y costos elevados que resultan para mantener los pozos absorbentes operativos, ya que se ejecutan en un terreno rocoso.

    Se destaca que pequeas localidades costeras del partido como San Eduardo del Mar, El Marquesado, Colonia Chapadmalal, La Estafeta y El Boquern no cuentan con red de desages cloacales, disponiendo cada vecino sus efluentes de manera particular en pozos absorbentes.

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    Zonas servidas por desages cloacales. Fuente: Obras Sanitarias MGP

    Radio Servido de Cloaca. Mar del Plata-Batn. Estacin Chapadmalal al ao 2014

    Ejido Urbano de la ciudad de Mar del Plata 9026.35 hectreas

    Extensiones de red periodo 1913-1984 (o.s.n-d.o.s.b.a.-Ll.d.u.r.)

    Extensiones de red periodo 1984-2014 (O.S.S.E)

    Balance de reas con servicio sanitario de cloaca:

    Radio servido (1913-1984)=3257.18 hectreas

    Radio servio (1984-2014) =5471.31 hectreas

    Total radio servido (ao 2014) =8728.49 hectreas

    Total radio servido dentro del ejido urbano (Ao 2014)= 7996.83 hectreas

    Radio servido de agua. Mar del Plata - Batn. Estacin Chapadmalal al ao 2014

    Ejido urbano de la ciudad de Mar del Plata 9026,35 hectreas

    Extensiones de red periodo 1913-1984 (O.S.N.-D.O.S.B.A.-I.M.D.U.R)

    Extensiones de red periodo 1984-2014 (O.S.S.E)

    Balance de reas con servicio sanitario de agua corriente:

    Radio servido (1913-1984) = 3550.27 hectreas

    Radio servido (1984-2014) = 5817.78 hectreas

    Total Radio servido (ao 2014) = 9368.05 hectreas

    Total radio servido dentro del ejido urbano (ao 2014) = 8123,32

  • 35PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    1. A Vivorat

    2. A Los Cueros

    3. A Seco

    4. A El Casal

    5. A Los Patos 6. Camet

    7. A Sierrade los Padres

    8. A La Tapera

    9. A El Cardalito

    16. A Las Chacras

    19. A Del Barco

    21. Faro Norte

    22. ACorrientes

    23. A De La Costa

    24. A Lobera

    25. A Seco Sur

    26. A Chapadmalal

    27. A San Eduardo

    28. A Las Brusquitas

    San Eduardo del Mar

    Colonia Chapadmalal

    Santa Isabel

    Playa Chapadmalal

    Los Lobos

    Desages pluviales

    El partido de General Pueyrredon desde el punto de vista hidrolgico est conformado por una importante cantidad de cuencas hidrulicas y cuerpos que atraviesan la ciudad de Mar del Plata, de Batan y localidades ms pequeas del partido (figura 6). Para el caso del rea central de la Ciudad se cuenta con las divisorias definidas por la urbanizacin (figura 7).

    OSMGP tiene a su cargo el proyecto y mantenimiento de la red de desages pluviales del partido de General Pueyrredon. Los recursos financieros de las obras provienen de aportes efectuados por la Provincia de Buenos Aires y/o fondos nacionales.

    Cabe sealar que buena parte de los cursos de agua naturales han sido modificados, contndose con diversos trasvases, rectificaciones, y entubamiento. Sin duda hay que implementar estrategias de recuperacin y restauracin de los cuerpos de agua (humedales, cursos de agua con sus valles de inundacin, lagunas) basados desde un

    Figura 7: Plano de cuencasFuente Plan Hidrulico 2012-2015 para el Partido de General Pueyrredon. Obras Sanitarias MGP

    principio ecosistmico inspiradas en el principio del impacto hidrolgico nulo entre las diversas cuencas.

    El rea cubierta por el servicio de desages pluviales es del 77% del ejido urbano de la ciudad de Mar del Plata. Sin embargo la cobertura es prcticamente inexistente fuera del ejido principal, es decir en las dems localidades del partido (Batan y localidades costeras como San Eduardo del Mar, El Marquesado, Colonia Chapadmalal, La Estafeta, El Boquern).

    A fin de avanzar en el diseo y ejecucin de obras de desages pluviales, OSMGP ha desarrollado un Plan Hidrulico para el Partido de General Pueyrredon proyectos para el trienio 2012-2015, lo que demuestra el compromiso del organismo de avanzar planificando.

    Del anlisis de informacin antecedente se infiere que las obras previstas en el Plan Hidrulico son las clsicas de saneamiento, no contemplando obras ms blandas (reservorios, canales sin revestir) y no estructurales (sistemas de alerta temprana).

  • 36 PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Figura 8: Cuencas con escurrimiento en la ciudad de Mar del Plata - Fuente Plan Hidrulico 2012-2015 para el Partido de General Pueyrredon. Obras Sanitarias MGP

    Cuencas de Escurrimiento

    1. Arroyo La Tapera2. Arroyo El Cardalito3. Cuenca Carballo4. Cuenca Ortega y Gasset5. Cuenca Marcos Sastre6. Cuenca Alice7. Cuencas Varias Norte8. Arroyo Las Chacras9. Cuenca La Terminal10. Cuencas Varias Sur11. Arroyo El Barco12. Cuenca Punta Mogotes13. Cuenca Faro Norte14. Arroyo Corrientes

    Figura 9: rea servidas por desages pluvialesFuente: Obras Sanitarias MGP

  • 37PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Figura 9: rea servidas por desages pluvialesFuente: Obras Sanitarias MGP

    Energa

    Si bien la ciudad recibe energa del Sistema Interconectado Nacional, en pocas pico de demanda la misma no es suficiente y se complementa, hasta en un 50%, con generacin propia en la central termoelctrica de Mar del Plata.

    Esta energa en base a la quema de combustibles fsiles (recurso no renovable) resulta ms costosa y a su vez una fuente de contaminacin para la ciudad, con la consecuente prdida de calidad del aire por ruido y la generacin de material particulado y la emisin de gases que colaboran a incrementar el efecto invernadero (GEI).

    Figura 11: Ubicacin propuesta para las granjas energticas

  • 38 PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    A efectos de resolver esta situacin, se ha analizado la posibilidad de accin sobre distintos frentes relativos a lograr una segura provisin de energa y un eficiente uso de la misma. Entre las propuestas a desarrollar de necesidad urgente se encuentra la concrecin de la construccin de la lnea de transmisin de 132 kV desde Villa Gesell a Mar del Plata.

    Asmismo, es fundamental avanzar con la readecuacin de luminarias, semforos y fuentes de iluminacin puntuales obsoletas, reemplazndolas paulatinamente por nuevas tecnologas de similares o mejores prestaciones, ms confiables y de gran ahorro energtico, por ejemplo LED.

    Desde OSMGP se ha analizado la posibilidad de desarrollar una Granja Energtica donde se generen energas limpias, disminuyendo de esta manera el uso de combustibles fsiles, minimizando la emisin de gases de efecto invernadero.

    Avanzar con el estudio y proyecto de obras de esta naturaleza es una necesidad que debe ser analizada en el contexto del PEM, no desechando a priori ningn tipo de tecnologa limpia (biogas de relleno sanitario, energa solar), las que deben ser estudiadas y evaluadas en su real dimensin, considerando no solo los costos y beneficios econmicos sino incorporando la variable ambiental y los costos evitados. (figuras 10 y 11)

    Figura 10: Esquema general del emprendimiento multipropsito propuesto

  • 39PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Los residuos slidos urbanos y su tratamiento

    La Municipalidad de General Pueyrredon ha diseado un Sistema Municipal de Gestin Integral de Residuos Slidos Urbanos con apoyo del Programa GIRSU financiado con fondos del Banco Mundial destinado a recibir 700 toneladas por da de residuos urbanos promedio de los cuales el 50% son residuos domiciliarios, siendo la produccin total de residuos por habitante y por da de 46714 g [Menna M., Jacob S., Plaza G., di Veltz H., Cid J.C., Pacheco O., (2001) Household Solid Waste Sampling For Mar Del Plata City Argentina, Iswa Times, Issue No 3, ISSN-0906-1435].

    Se cuenta con un Centro de Tratamiento y Disposicin Final de RSU en el actual predio donde se realiza la Disposicin Final (relleno sanitario) desde de mayo de 2012. Esta obra que est finalizada cuenta con 63 hectreas y est ubicada en un lugar adyacente al viejo basural de la ciudad, donde durante casi 30 aos se fueron volcando residuos.

    Permite manejar de manera segura alrededor de 600 toneladas diarias de residuos al ao y 900 toneladas durante la temporada de verano, minimizando los impactos debido al humo, olores y contaminacin.

    Los desafos para la gestin de la infraestructura crtica

    La gestin de las infraestructuras hdricas

    Como se indicara OSMGP cuenta con personal tcnico capacitado para proyectar, evaluar, disear e inspeccionar y mantener obras de agua, cloacas y desages pluviales. Lleva adelante adems, convenios de Asistencia Tcnica (CAT) con la Direccin Provincial de Saneamiento y Obras Hdricas (DIPSHO) del Ministerio de Infraestructura de la Pcia. de Buenos Aires para el desarrollo de estudios y proyectos especficos de obras de saneamiento.

    Resulta fundamental brindar fortalecimiento institucional a la reparticin, incorporando de ser necesario mayor cantidad de tcnicos especializados, apuntalando la formacin del personal tcnico con la participacin en cursos y jornadas, proveeyendo equipamiento (soft, hard, vehculos, herramientas) y acompaando en los requisitos que OSMGP plantea para un control y gestin ms adecuado de los recursos hdricos (como son el Proyecto de Ordenanza que promueve el ahorro de agua potable y el desarrollo de un Plan Piloto de Micro-medicin y evaluacin de efectos) y continuar afianzando el proyecto educativo que desarrollan desde 2010, el cual que incluye visitas de alumnos de los colegios de Mar del Planta a las instalaciones de OSMGP.

    Es de destacar que OSMGP ha elaborado un Plan de Mejoramiento y expansin del Sistema de Abastecimiento de Agua para 2012-2020, con Proyectos de Obras para el trienio 2012-2015 el cual est conformado por medidas estructurales y no estructurales a desarrollar y an sin ejecutar, por lo que se est an a tiempo de verificar su viabilidad y readecuacin al Plan Estratgico.

    Es necesario adems desarrollar un Plan de Manejo Hdrico del partido, donde se incluyan las distintas medidas de gestin de los recursos hdricos superficiales y subterrneos. El mismo debe ser analizado a nivel de cuencas y localidades, previendo medidas estructurales y no estructurales a desarrollar en diferentes fases, desde las urgentes o de corto plazo hasta aquellas menos imperiosas y de mediano a largo plazo de aplicacin. Por ejemplo en la localidad de Batn se dan los mayores conflictos de uso del recurso hdrico, con interaccin de emprendimientos quinteros, ladrilleras, canteras, urbanizaciones, infraestructura vial importante, por lo que resulta necesario prever medidas inmediatas para esta localidad que permitan proteger los recursos, tales como no habilitar ms canteras, realizar estudios de impacto ambiental para cada desarrollo evaluando la afectacin del recurso hdrico superficial y subterrneo, proyectar obras con el menor impacto, etc. Por ello, se recomienda realizar solo las obras que sean estrictamente necesarias antes de concretar dicho Plan de Manejo Hdrico, previendo su compatibilidad con el PEM.

    Es necesario considerar la necesidad de relevar datos concretos del estado de los arroyos del partido, tales como su capacidad, su caudal, la calidad del agua y de los sedimentos, y efectuar un similar anlisis para los cuerpos superficiales lnticos (lagunas, baados) a fin de conocer el estado actual de los recursos hdricos superficiales, las posibilidad de intervencin si afectar su calidad, es decir definir la capacidad de carga de los mismos para los distintos usos previstos.

    Es necesario evaluar en profundidad los posibles conflictos de uso y las consecuencias directas de los mismos (prdida de seccin, presencia de residuos, vuelcos clandestinos de efluentes) que llevan a una afectacin del recurso y una consecuente prdida de los servicios que los mismos pueden brindar a la comunidad.

  • 40 PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Desafos para la gestin del puerto y su rea de influencia

    La construccin del puerto incorpora al sistema costero un conflicto que agrava el desequilibrio existente. Las escolleras construidas han generado una interrupcin total del transporte de sedimentos a lo largo de la costa. El efecto de esta interrupcin es el incremento de la extensin de las playas de Punta Mogotes en detrimento de la desaparicin de playas ubicadas al norte, como Playa Chica, Saint James, y la reduccin de las dems playas.

    El proceso de acumulacin de sedimentos sobre la escollera sur alcanz y super el extremo de la escollera, y gener la colmatacin del canal de acceso al puerto. Como consecuencia de esto, la operacin comercial del puerto se vio restringida y se procedi a realizar la obra de dragado del canal de acceso. En la misma operacin se incorpor la idea de refular las arenas a dragar en el canal a las playas ubicadas al norte del puerto que se vieron afectadas por la instalacin de las escolleras.

    Este proceso, de algn modo, restituy el transporte de sedimentos que interrumpieran las escolleras y el efecto sobre los usuarios de las playas fue inmediato. Se dispusieron de mayores extensiones de playas y se mejor la calidad y capacidad del recurso turstico.

    El resultado de este proceso de relleno de playas puede considerarse exitoso, aun cuando se perdi la posibilidad de monitorear la evolucin del relleno y su vinculacin con las variables climticas. Por ello, el relleno de las playas con el sedimento del canal del puerto o con arenas de aguas profundas deber considerarse como una de las alternativas de intervencin del sistema costero.

    Amenazas de origen natural y antrpico. Contaminacin marina y de las playas

    En la zona de Camet se ubica la descarga de la planta de tratamiento de efluentes cloacales. Los efluentes son vertidos en forma continua, sin una evaluacin de las condiciones de vientos y mareas en el momento del vuelco. El resultado de esto es que, con frecuencia, los efluentes con cierto grado de dilucin navegan hacia las playas de La Perla, donde fueron construidas escolleras con formas geomtricas diversas con el objeto de captar arenas y asegurar superficies de playas para uso recreativo.

    El mecanismo de captacin de arenas se basa en generar una reduccin drstica de la agitacin debido al oleaje y con ello reducir la capacidad de las olas de transportar los sedimentos. Esto lleva asociado la generacin de aguas quietas y con una tasa de renovacin reducida.

    En condiciones normales, estos espacios de aguas quietas no presentan ningn tipo de inconvenientes ya que en algunos casos los usuarios lo prefieren para recreacin de los nios, pero en las oportunidades en que se produce el arribo de la pluma de los efluentes cloacales, estos sitios se transforman en zonas de alto riesgo para la salud.

    Se encuentra en las etapas finales la construccin de un emisario submarino que permitir que el vertido de los efluentes se produzca a una distancia de la costa tal que la pluma de aguas contaminadas no afecte el uso de las aguas costeras.

    La consecuencia inmediata ser la mejora de la calidad de las aguas costeras en general y la eliminacin del riesgo sanitario de las playas dentro de las escolleras en el rea de La Perla.

    Inundaciones

    Los diversos cambios observados desde la dcada del 70 en la provincia de Buenos Aires en cuanto al patrn de precipitaciones muestran un desplazamiento de las isohietas hacia el oeste provincial con valores incrementales, y la ocurrencia sistemtica de tormentas con precipitaciones intensas en cortos perodos de tiempo, agravados con la presencia de granizo.

    Sntesis de conflictos y potencialidades relacionadas con la premisa ambiental del PEM

    Se presentan finalmente los diversos conflictos y oportunidades que fueran el resultado del trabajo del anlisis bibliogrfico, la experiencia del subgrupo de trabajo, la bsqueda de informacin en fuentes secundarias y los resultados de las diversas reuniones de trabajo internas.

    Ver cuadro de la pgina 29 del tomo I

  • 41PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Anlisis de la problemtica de la produccin Urbana

    Nacida a fines del S XIX, Mar del Plata est firmemente posicionada desde hace dcadas como cono de verano, sol y playa para los argentinos en general, y con mayor fuerza an para la gente del rea Metropolitana de Buenos Aires.

    Los sucesivos cambios culturales marcaron en ella el paso de su carcter inicial como destino de elite, al turismo social; y de all, al perfil masivo y multitarget que resume hoy la amplitud y variedad de su oferta urbana.

    Casi 50km. de costa, ms bosques, llanura, sierras y lagunas en un radio de 20 km., a solo 400km. del principal conglomerado del pas; ms de 1.5 millones de viajeros cada temporada, una matriz productiva diversificada y una amplia oferta cultural y de servicios, hacen de la ciudad un polo de atraccin de primer orden, captando un flujo migratorio intenso, constante, y socialmente diverso.

    Apuntes referentes a la demanda

    Tensionada, con signos de fragmentacin, sin una visin sistmica concurrente que unifique y oriente a nivel intersectorial los proyectos y acciones, la ciudad crece.

    En las ltimas cuatro dcadas el distrito prcticamente duplic su poblacin total, pasando de 317.000 habitantes en 1970, a algo ms de 620.000 en 2010. Aunque ese incremento no es lineal: con pico en la dcada del 70,

    su ritmo de crecimiento entre 1960 y 1990 promedi los 10.000 nuevos habitantes/ao. En los 90, con una economa dolarizada, la mirada del turismo vuelta al exterior, prdida de competitividad, desindustrializacin y la declinacin de FFCC y puertos, su expansin se redujo a 1/3 de aquella cifra.

    Sin embargo, en la ltima dcada el ritmo de crecimiento de la ciudad se ha duplicado.

    Actualmente MdP crece en ms de 6.100 nuevos habitantes/ao: 509 nuevos vecinos por mes.

    Un punto central pues para repasar su dinmica urbana y focalizar los escenarios inmobiliarios, radica en considerar que MdP en el nuevo siglo viene sosteniendo un flujo de 3.737 nuevas familias que se suman cada ao a la ciudad: son 311 familias por mes desde 2001 en adelante.

    El arco exterior

    La distribucin socio-territorial de la poblacin presenta un 40% de su gente viviendo en reas vulnerables, en una suerte de medialuna exterior al rea central que obviamente no llega a tocar la costa en su extremo Sur.

    Hoy, casi una de cada tres viviendas de MdP (29%) se ubica en las reas ms vulnerables.

  • 42 PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    Sin embargo, con lo relativo que son los promedios -enmascarando situaciones muy dispares- en principio las deficiencias parecen ubicarse ms en el plano cualitativo que cuantitativo. El ndice de habitantes por vivienda indica una relacin de 2.93 hab/viv., valor consistente con los 2.89 hab/hogar que promedia la composicin familiar para la ciudad en su conjunto.

    Los indicadores de hacinamiento semi-crtico y crtico alcanzan en conjunto al 11% de los casos, en tanto que el rango de viviendas precarias se coloca tambin en el 11.2%. En vistas de esos indicadores, cabe pues indicar que en la base de la pirmide MdP tiene un espacio de necesidad habitacional en orden a las 10.000 viviendas. No obstante, slo una de cada cuatro de ellas presenta condiciones de criticidad extrema.

    El oeste

    Por otra parte, habida cuenta del corte que se verifica respecto de la ciudad oeste, cabe aportar algunas observaciones especficas referidas a su dimensin residencial.

    Con 67.377 habitantes, el Oeste concentra el 10.7% de la poblacin total de MdP. Sus 18.768 viviendas (6% del stock total de la ciudad) definen una relacin de 3.6 personas por vivienda, lo cual -si bien es superior a los promedios tanto de la ciudad como del rea de mayor vulnerabilidad- est lejos de presentar un rango altamente conflictivo. Los problemas de hacinamiento alcanzan al 10.6% de los casos (1.989 viviendas). Pero en el 70% de ellos (1.238 viviendas) la problemtica se corresponde con situaciones semi-crticas, antes que extremas.Un cuadro similar se verifica en los aspectos cualitativos. Del total de viviendas de la zona oeste, slo el 13.1% (2.458) presentan situaciones claramente deficitarias.Pero slo 507 corresponden a ranchos o casillas, en tanto que en 1.950 viviendas lo que se requiere es una dotacin adecuada de urbanidad, servicios, y apoyo para encarar las mejoras cualitativas que les permitan completar un cuadro razonable de habitabilidad.

    Real estate y el PBG

    El Real Estate es la cadena de valor que articula la produccin y gestin de los espacios de la sociedad. Desde lo econmico, engloba as parte de la dinmica de la construccin, la del sector privado (una actividad secundaria), as como una parte tambin de las Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, encuadradas obviamente en el sector terciario.

    A 2011, el Producto Bruto Geogrfico del Pdo. de Gral. Pueyrredon se ubicaba en $22.875 millones segn los estudios [Producto Bruto Geogrfico del Partido de General Pueyrredon : ao base 2004 : estimaciones y metodologa / Marisa Wierny [et.al.]. - la ed. - Mar del Plata : Universidad Nacional de Mar del Plata, 2012] y cifras difundidas por el Municipio en marzo de 2012.

    La estructura del PBG incluida en este informe permite discriminar los aportes de cada sector; pero tambin abrir los mismos para reintegrar los encadenamientos productivos. Reuniendo pues los ndices de la construccin privada y de los servicios vinculados, en los ltimos aos el aporte de la cadena inmobiliaria a la economa de la ciudad habra dado cuenta del 13.9% de su PBG.

    Canalizando hacia la economa real unos $3.200 millones al ao -a valores de 2011-, la actividad inmobiliaria se coloca como el tercer sector en importancia detrs de la industria (18.9%) y el comercio (18.5%), para explicar entre las tres reas el 51.3% de la dinmica econmica de MdP.

    No obstante, corresponde a la vez sealar que las fuentes oficiales toman como referencia la estructura productiva de la ciudad con relacin al ao base de 2004: en la produccin inmobiliaria, la performance de Mar del Plata en aos posteriores fue francamente ascendente, hasta acusar el impacto del enfriamiento general de la economa.

  • 43PLAN ESTRATGICO MAR DEL PLATA

    De la oferta: apuntes a la dinmica de la produccin inmobiliaria

    El posicionamiento de MdP como smbolo de verano, sol y playa, vacaciones y calidad de vida, histricamente le ha permitido captar tambin un flujo constante de capitales provenientes de los ms diversos puntos del pas, que se iban aplicando a inmuebles en la ciudad y sus alrededores, ya fuera para uso propio (permanente o transitorio) y/o el alquiler de temporada. Por dcadas, un chalet, o un departamento chico y preferentemente cerca de la costa en MdP, fueron una opcin tradicional de inversin, especialmente para las familias metropolitanas.

    Impulsada por ese cash flow, la produccin inmobiliaria de la ciudad ha sido intensa, dotandola de un stock habitacional de 498 viviendas por cada 1.000 habitantes (2010).

    El nmero se corresponde con una relacin de prcticamente 1 a 2 con la cantidad de habitantes, similar a la de la Ciudad de Buenos Aires. Pero la composicin familiar tpica de la ciudad se ubica en orden a los 3 habitantes por hogar, lo que indica que hay 1/3 del stock en vacancia, disponible en todo caso para el uso ocasional.

    En efecto, en la ltima dcada el ndice de viv