Pithod-fenomenología Del Hecho Psíquico

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Parte del libro El alma y su cuerpo

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FENOMENOLOGA DEL HECHO PSQUICOEn: Pithod, Abelardo. El alma y su cuerpo. Una sntesis psicolgico-antropolgica. Grupo Editor Latioamericano. Bs. As. 1994. 1 edicin.Captulo 1: FENOMENOLOGA DEL HECHO PSQUICO1. Prembulo retricoLos antiguos retricos, maestros de la didctica, atisbaron muchos siglos antes de la constitucin de esta disciplina, los principios fundamentales que ella hoy reformula, tal vez con ms precisin (y a veces con ms pedantera), pero no sabemos si siempre con ms eficacia. Los viejos maestros saban cmo disponer un auditorio y cmo llevarlo a travs del aprendizaje. Decan que los discpulos se deban poner en disposicin benvola, atenta y dcil al iniciar el estudio. La benevolencia (querer bien) crean alcanzarla mediante la exposicin de las excelencias del objeto a aprender. Hoy llamamos a esto motivacin. Para ello y as lo hacan aquellos sabios- debemos conocer los objetivos que esperamos alcanzar, los cuales, si valiosos, estimulan nuestro deseo. Tales objetivos sern valorados positivamente, movilizando nuestras energas. Pero claro, este gasto energtico no puede ser un alegre e imprudente derroche, so pena de fracasar inmediatamente en la empresa. Lo evitaban los retricos poniendo alerta al oyente mediante la atencin a las dificultades. El peligro de perder el bien apetecido pone nuestra conciencia vigilante, y eso es la atencin. Finalmente, la docilidad del discpulo se logra imponindole un mtodo a seguir y logrando que se someta a su disciplina. Lo har, por cierto, si est motivado y atento. El mtodo (met-ods, a travs del camino) es la norma orientadora, que certera y fcilmente nos lleva a la meta. Por lo tanto, lo primero que ya se logr al exponer las excelencias, es decir los objetivos vistos valorativamente, ser conocer y fijar esta meta. Luego indicar el camino, los rieles. Claro, ambos los conoce se supone- el gua, el maestro. Por ello deca profundamente Aristteles que mientras se aprende se aprende por fe; hay que con-fiarse. Y los modernos socilogos sealan que para que funcione un mecanismo de transferencia (tal el aprendizaje) es requisito necesario el prestigio del transmisor. Sin prestigio no se da crdito, es decir, no se da fe. Por ello el dilogo que hoy se propugna en la educacin no puede ser totalmente horizontal.Qu decir de la excelencia de los objetivos de nuestra ciencia psicolgica, de sus dificultades y su mtodo didctico? Se podra indicar un seminario a responder aunque fuera sumariamente a esas preguntas. Creemos que estos interrogantes si quieren dar fe a quien pretende guiarlos- se irn respondiendo solos. Sin embargo, al menos como un croquis, debemos adelantar algo.a. Habr saber ms excelente que aquel que pretende responder a la consigna del orculo: Nosce te ipsum, concete a ti mismo? Por cierto que lo que hoy entendemos por psicologa no pretende dar cuenta de todo el hombre ni es posible que el hombre se conozca nunca del todo a s mismo. Pero un pellizco que demos a este saber vale ms que el conocimiento completo del cosmos fsico.b. Pero (las cosas excelsas suelen ser arduas) no poda faltar el pero. El objeto de la psicologa es un objeto peculiar. Ninguna otra ciencia posee un objeto con tales caractersticas. Lo veremos ms adelante. Aunque desde ya debemos ir sabiendo que si es el hombre mismo objeto de esta ciencia, en lo referente a su vida psquica, sta goza, s, del privilegio nico de estar absolutamente prxima a quien desea estudiarla, es el nico objeto de conocimiento que puede ser interiormente experimentado, el nico objeto de vivencia interior. Es el nico vivencialmente significativo. Los dems, los cuerpos fsicos o matemticos, los seres todos conocidos por experiencia externa o inferidos de ella, asumen significacin en tanto exteriormente conocidos por experiencia o en cuanto interiormente vivenciados. Slo los objetos que estudia la psicologa gozan de este status singular. Y justamente por ello son certsimos, porque son vivenciales. Pero, tambin por ello, son oscuros. Vivencialmente no tengo ninguna duda sobre lo que es entender o amar, pero, cognoscitivamente en qu consisten? Nada s por el hecho de que sea yo mimo el que entienda o ame!Si el lector tiene la paciencia de seguirnos, ms tarde diremos ms de este problema.c. El ltimo aspecto el mtodo- no nos llevar ms que unas lneas. Una meta perseguimos: introducirnos al estudio psicolgico del viviente, en particular del hombre, sentando las bases conceptuales y metodolgicas especficas de esta ciencia. Tales bases debern ser el sostn de una tarea que seguir a lo largo de todo el libro. En Psicologa Fundamental no se pretende sino abrir un campo y encauzar un derrotero. Para ello debemos asumir, primero, un complejo instrumental cognoscitivo. Nuestra disciplina se llama a veces psicologa general justamente porque trata su objeto con abstraccin de ciertas determinaciones, tal como el hecho de ser el hombre un ser social (Psicologa social), religioso (Psicologa religiosa), etc. Comenzaremos, tambin examinando la situacin actual del saber psicolgico en general y el esquema de su evolucin reciente, a fin de introducirnos a los grandes temas de la psicologa contempornea, sus tendencias y caracteres dominantes, sus palabras, sus hechos.

2. Lo psquico segn aparecePodramos haber titulado igualmente aunque de modo ms cursi patencia de lo psquico. Sencillamente queremos decir que trataremos de sorprender lo psquico en su forma original de presentrsenos, en su primaria surgencia.Pero esto es un esfuerzo, el esfuerzo de ver ingenuamente con nuestros ojos viejos, que ya tienen sus modos adquiridos e incluso- inveterados de ver. Esto no es posible de modo absoluto, pero al menos trataremos de poner entre parntesis prejuicios, estereotipos, supuestos evidentes, y haremos como si nada supisemos todava. A veces ocurre que pensamos lo psquico como algo del alma y nos llamara la atencin si nos dijeran que no es ste el modo como lo psquico se nos presenta en la experiencia. Sin duda aceptaremos que el amor es algo psquico y sin embargo cunto de corporal hay en l. Las pasiones son del alma, pero tambin son del cuerpo y en qu medida! Platn y Descartes vean al alma y al cuerpo como sustancias distintas, yuxtapuestas. Sin embargo no es el nico modo de verlos. Aristteles deca en cambio que el alma era algo del cuerpo! () Los aristotlicos consideran gran parte de las operaciones que hallan en el hombre como operaciones del compuestoHay fenmenos a los que hoy estamos contestes en llamas psquicos. Tanto el lenguaje vulgar como el cientfico as llama a los hechos tales como la sugestin, un sueo, un recuerdo, un pensamiento. Pero si indagamos cmo se presentan estos fenmenos en el todo humano, nos hallamos con situaciones diversas. Por ejemplo, no dudamos en reconocer el origen psquico de ciertos cuadros orgnicos. Se trata de situaciones en las que es difcil decir con Platn o Descartes, esto es del cuerpo, esto es del alma. Ms bien son procesos en los que algo evidentemente corpreo aparece debido al alma (a la psique, a la mente, o como quiera llamarse) o viceversa. A veces la causalidad no es clara, por lo menos su direccin, pero la correlacin es innegable. () VER EJEMPLOS EN EL ANEXO Genta3. Caracteres del hecho psquico Aqu no analizaremos el objeto de la psicologa en sus caracteres esenciales. Por ahora nos basta ver, a partir de la induccin que nos permite la casustica presentada, una descripcin de sus notas fenomnicas.Lo primero y ms llamativo es, sin duda, la notable imbricacin de lo que acostumbramos llamar biolgico (o fisiolgico) y psquico (o mental): Sea que una y otra serie de fenmenos se interinfluyan causalmente por ejemplo que exista una causacin psicgena especfica de ciertos hechos, como quieren los psicoanalistas-, sea que los fenmenos psico-somticos son slo las dos caras de una causalidad nica o funcin total de la persona (de la existencia) como quieren los existencialistas, el hecho innegable es que el organismo o cuerpo viviente se presenta profundamente unitario en su actividad. En este sentido podemos abandonar decididamente la tendencia moderna a pensar dualistamente (como puramente material lo orgnico y puramente mental lo psquico). Podemos tranquilamente pensar que lo psquico es algo del cuerpo viviente, parodiando a Aristteles. Por ahora sepamos que debemos abordar la vida psquica como algo de esos seres que primordialmente se nos aparecen como cuerpos vivientes, particularmente como animales, entre los que se cuenta el hombre.No diremos, an, y sin ms, que el objeto de nuestro estudio psicolgico sea el cuerpo animado, porque ello supondra englobar dentro de l la biologa y sus ramas. Y es evidente que nuestro inters no es conocer los aspectos propiamente orgnicos del cuerpo viviente, sino que se centra en eso que llamamos lo psquico y que an no sabemos definir exactamente, pero que nos animamos a distinguir sin temor a equivocarnos. Nos basta empezar la tarea- Eso s y para ello fue necesario este excursus introductorio- abandonemos todo a priori dualista[footnoteRef:1] en la consideracin de lo psquico. Tampoco caeremos en otros prejuicios (monistas: reducir el viviente a lo material-orgnico, o como los idealistas, hacer de lo psquico sinnimo de lo conciente y racional) [1: Segn Jolivet Dualismo Toda doctrina que admite, en cualquier orden, dos principios absolutamente irreductibles (Ej: el dualismo de la materia y de la vida, de la inteligencia y de la voluntad, de la naturaleza y de la gracia)]

Adems, como lo que nos interesa primordialmente es el viviente llamado hombre, a l nos dirigiremos con esta triple activid basada en los hechos que trajimos a colacin:El hombre homo, humus- es un ser cuyas races existenciales se hunden en el reino vegetal y mineral, humus fecundo de donde se alimenta por abajo. Pero por arriba porque es tambin nthropos (an-tra-ops = en que mira hacia lo alto) recibe la celeste animacin del espritu. Planta celeste y terrena, como deca Platn.Esta situacin da origen a una doble fuente de necesidades en el hombre, sealadas desde siempre. Ambas fundan su condicin social: Porque sus necesidades biolgicas no han sido cubiertas por la naturaleza, porque es arrojado al mundo en total desvalimiento, necesita de la sociedad para subsistir. El bilogo suizo Portman, basndose en investigaciones comparadas, ha sealado que el individuo humano debera permanecer en el claustro materno aproximadamente un ao ms de lo que ocurre en realidad, o sea no 9 meses sino 21, para nacer con el mismo grado de capacidad vital que el animal, que surge a la vida con un equipo de instintos suficiente y posee, en ellos, las formas de conducta adecuadas al ambiente. Comparado con el animal, el lactante humano no se halla inerme.Pero tambin, como deca Platn y Santo Toms, el hombre necesita de la sociedad para vivir como ser espiritual. Para los animales dice este ltimo- la Naturaleza ha dispuesto alimentos, el manto protector de los pelos, medios de defensa contra sus enemigos la rapidez de la huida. El hombre no ha recibido nada de esto de la naturaleza; se le ha prestado para ello la razn para que con ella y la ayuda de sus manos cree todo esto. Pero el hombre aislado nunca y en ninguna parte puede procurarse todo ello cuando se halla librado a s mismo. Por eso es para el ser humano una exigencia natural el vivir en la sociedad de muchos En la comunidad se apoyan uno a otro participando diferentes hombres mediante su razn en el invento de diversas cosas. Uno se dedica a la medicina, otro a otra cosa, etc.Sin embargo, dice Lersch, sera insuficiente ver al hombre como ser remitido a los dems hombres slo por imperio de las necesidades biolgicas y racional-finalsticas de la divisin del trabajo. El hombre necesita de la sociedad como de una matriz que lo configura humanamente. Su mente y su cerebro son plasmados social y culturalmente. Y para que esto suceda, la Naturaleza ha puesto en el ser humano un impulso que radica en una necesidad poderosa de tipo emocional: la necesidad del otro. Inicialmente, como vimos en las experiencias de Spitz, necesidad afectiva de la madre que moviliza y afecta la totalidad animal y humana del pequeo naciente. Luego plasmacin cultural de actitudes, formacin de motivaciones, impresin de hbitos y sentimientos a travs de procesos poderosos de tipo social: imitacin, identificacin, etc. El propio cerebro recibe esta configuracin de algn modo y cuando no se plasma inicialmente resultar imposible despus todo aprendizaje humano, como parecen mostrarlo los pocos casos conocidos de nios salvajes (criados en un medio animal) como los legendarios Rmulo y Remo. Esto nios han sido irrecuperables. Perdida la plasticidad inicial de su cerebro y perdida la oportunidad de configurarse humanamente, estos seres quedaron al parecer irremediablemente sumidos en una existencia animal.Esto mismo ha sido expresado filosficamente de un modo exacto: Desde el punto de vista de su esencia el hombre es un ente orientado al conocimiento del ser, pero prcticamente se realiza en su incorporacin a los rdenes que lo unen a los dems hombres. Un hombre solo no es un hombre y quien destruye la conjuncin perfecta que lo une a los otros, es un hombre daado en todas las dimensiones de su naturaleza. Esta afirmacin no es gratuita y tiene todo el apoyo de las observaciones de la Psiquiatra moderna: detrs de toda anomala psquica hay una frustracin y un desajuste del hombre en su mbito socialNo decimos que inclusive la enfermedad fsica es un efecto de un previo desequilibrio anmico porque no est en nuestra competencia hacer tales afirmaciones, pero los resultados de las investigaciones mdicas ms contemporneas no desautorizan totalmente sostener esta opinin [footnoteRef:2] [2: Caldern Bouchet. Ensayo sobre la formacin y decadencia de la ciudad griega.]

En conclusin:La vida psquica del viviente aparece como unidad sinrgica con su biologa, pero esta unidad esta en el hombre social y culturalmente pautada y abierta a la trascendencia por virtud del espritu, un espritu que se presenta al anlisis fenomenolgico como profundamente encarnado. Todo esto resulta cada vez ms claro a medida que se penetra en el estudio de la psicologa, como ha sido cada vez ms claro para la propia psicologa a medida que fue madurando. En su conjunto, el cuadro que venimos de trazar nos abre al mundo inquietante del misterio humano visto desde lo psquico y esto tal cual se hace patente en el cuerpo viviente.4. Surgencia del esprituCmo florece el espritu, cul es su engarce en ese particular viviente que es el hombre?He aqu un mbito que la psicologa, despus de haberlo abandonado empujada por el biologismo, apenas comienza de nuevo a avizorar. Pero ya con mucho menos peligro de separarlo de la totalidad humana, confiada en no separar lo que Dios ha unido, pero tambin sin confundir lo que ha distinguido.Sin embargo, esta evolucin humanista de la psicologa, que se asentaba firmemente en la postguerra (aos cincuenta): recurdese los nombres de Victor Frankl y Rudolf Allers entre los psicoterapeutas y entre los psiclogos a Pradines, Gemelli y Allport, cuyas influencias y prestigio llegan al mximo en aquellos aos; esa evolucin, decimos, comienza a detenerse frente al embate del materialismo redivivo de los aos sesenta y setenta. Psicoanlisis y conductismo amenazan nuevamente hundir a la psicologa en una concepcin inhumana de su objeto, el hombre.Esperemos que se a su propia naturaleza la que se resista; pero no nos hagamos muchas ilusiones, al menos en lo inmediato. Pues en materia de perversin es la plasticidad de esa misma naturaleza la que, justamente por ser una naturaleza espiritual, casi no conoce lmites. La sociedad materialista y alienante que vivimos, puede terminar por dar razn al psicoanlisis y al conductismo: Producir un hombre que sea dcil robot, despersonalizado pero feliz, vaciado de responsabilidad y de libertad y vuelto a ajustar cuando intente rebelarse, mediante una oportuna dosis de psicofrmacos o psicoanlisis, reflejos condicionados o lavado de cerebro.Esperemos que la psicologa, ciencia del hombre, no termine por convertirse en instrumento de esclavitud sino de liberacin para su objeto, esta pobre y desamparada caa, que deca Pascal, cuya dignidad, sin embargo, es mayor que la de todo el Universo.Es la opcin de siempre, pero que hoy adquiere visos dramticos a medida que el hombre (y con l la psicologa) se pierde de vista a s mismo.

LA CIENCIA DE LO PSQUICO. DEFINICIN DE PSICOLOGAVisto lo psquico tal como se nos presenta, es decir, en su simple patencia descriptiva y antes de encarar la consideracin esencial, vamos a realizar una similar aproximacin fenomenolgica al saber que se ocupa de la psique. Los antiguos maestros escolsticos hacan esta tarea previa con dos procedimientos lgicos (entendiendo la lgica como arte de la ciencia) que eran siempre necesariamente anteriores 1. La definicin etimolgica2. La definicin usual3. La definicin propia4. Anverso de la situacin actual de la psicologa5. Reverso de la situacin: estado epistemolgico de la psicologa actual (VER)

LECTURAS OBLIGATORIAS1. JBG. La ciencia psicolgica (captulo II de Curso de Psicologa) VER PARA DOSSIER)1. R. Guardini. La aceptacin de s mismo.1. P. Fuentes. El examen de conciencia particular y el defecto dominante1. R. Guardini. La realidad humana del Seor (II: Actos, propiedades y actitudes)