PIO V Y EL MESIANISMO PROF!?X'ICO

Universidad Gregoriana Roma

El 7 de cotubre de 1571 las fuerzas coaligadas cristianas vencieron a los turcos en la famosa batalla de Lepanto. En este suceso, sobrada- mente conocido en el origen de la Liga Santa y en el conflicto bélico en sí mismo, han pasado por alto algunos aspectos que explican mejor el enfrentamiento contra los turcos. Nos referimos al deseo de los cristia- nos por recuperar Jerusalén, que es una constante a lo largo de todo el siglo XVI, enraizada en una nueva mentalidad de cruzada l . En gran medida la mueva cruzada* está iluminada por profecías propias de un ambiente mesiánico 2. La cruzada ya no tendría solo u n aspecto de misión, sino de lucha en legítima defensa, en la que todos los cristianos debían participar e integrarse 3. En estas páginas presentamos dos

Las expresiones "cruzadar y ncmadox son desconocidas en el latín del S. XI y XII. Entonces se decía: viaje a Jerusalén o peregrinación al Sepulcro del Senor. Los .caballe- ros cruzados. se llaman soldados de Cristo, jerosolimitanos, pueblo de Dios. Más tarde se empleó el nombre de «cruzadan para designar también las expediciones armadas con- tra los herejes [cátaros, husitasl.

Es iluminadora la obra inédita de Cervantes conocida como L a conquista de Jem- salén, encontrada en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. L a pieza reclama una c m - zada no como fenómeno del pasado o nacionalista, sino como imposición ética hacia los cautivos entre turcas y árabes. En verso dirá: *Mas si esta ayuda del divino cielo por no perderla merecer nos falta, no nos podrá faltar aquel consuelo que de gloria no tiene ninguna falta, y es de quedar sepultados en el suelo donde la majestad eterna y alta sus sacros miembros sepultados tuvo y entre las hombres Dios, hecho hambre anduvo". Por otra Darte, en el El Buscón de Quevedo. encontramos en el caoítulo WII: ~Preeuntéle dónde iba, y después que n o s p a amos las respuestas, comenzamos a tratar de si bajaba el turco, y de las fuerzas de? rey: comenzó a decir de que manera se podía con- suistar la Tierra Santa, y como se ganaría Areel*. En 1623 todavía se esuera recuDerar jenisalén, y parece ser &ma de co&rsación habitual.

3 Una visión de conjunto sobre las cnuadas en F. CARDINI, Ripencare le

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documentos coetáneos (20 y 28 de noviembre de 15711, en los que se pone de manif~esto los diferentes intereses de los tres estados coaiigados frente a un hecho común: la lucha contra el turco.

El acceso a Jerusalén se va convirtiendo en el transito de la Edad Media a la Moderna, a causa de las amenazas turcas, en una tarea cada vez más ardua. Por este motivo, en la nueva mentalidad de cruzada se incluye la justificación ideológica de una lucha contra quienes tienen algo que no les pertenece, puesto que la ciudad donde murió Cristo es un patrimonio irrenunciable de los cristianos Es tan intenso el deseo por recuperar Jerusalén que en 1517 el V Concilio de Letrán condenó a aquellos que mantenian que guerrear contra los turcos es contrario a la voluntad de Dios 5.

En 1529 los Turcos estaban a las puertas de Viena y pocos años des- pués amenazan todo el Mediterráneo. Los Príncipes cristianos vieron la posibilidad real de perder sus propios temtorios y, por tanto, se replan- teó nuevamente la idea de cruzada, incluso cediendo en puntos que rompían la pretendida unidad cristiana del occidente y sobre las dispu- tas internas de los príncipes católicos. Ante la amenaza otomana, Carlos V en 1532 concede a los protestantes la paz religiosa de Nuriemberg para lograr su colaboración en la lucha contra los Turcos, y pacta con Francisco 1 para poder crear la Liga de 1537.

Paulo 111 consiguió en 1537 formar una Liga con el Emperador y Venecia; aunque no logró que Francia entrara en la coalición, al alegar que no disponía de dinero ni de ejército para ella. El Emperador necesitó protegerse de un posible ataque francés mientras estaba comprometido en la lucha contra el Turco. Venecia firmó una paz por separado con el Turco por mantener sus intereses comerciales. Como consecuencia, la Liga Santa se rompió. En 1541 Carlos V aprovechó las fuerzas reunidas como consecuencia de la constitución de la Liga para ir a conquistar Argel, deseo de todos sus súbditos hispanos, y acabar para siempre con

Hisl. HisLuriographie (19901, 18. pp. 88-121. Hace notar el autor que a pariir del S. X7V la cruzada adquiere además un carácter deiensivo "non era piu questione di reconquis- tare i i Santo Sepolcro, bensi d'impedire ai turchi di diiagrare per VEuropa e d'impadro- narsi dell'iritero bacino onentale del Mediterrano. Inaltre, la Santa Sede non poteva omiai piu gestire da sola le lotta contro gli infedeli: col Quattocento e col Cinquecento, furono le 'sante leghe' ad affemarsi, leghe di stati e q.uindidi somani deiie quali i papi ettenevano al massirno la presidenza~.

En 1523 san Ignacio de Loyola desea pasar a Jerusalén. pero "porque el gran turco Soliman hubiese puesto cerco sobre la isla de íiodas (que en aquella sazón era de cristianos), después de hahérsela defendido muchos meses los Cahalieros de la Orden de San Juan con maravilloso valor y con azañas notables, a la postre fue entrada y ganada la ciudad e isla con lastimosa perdida de toda la cristiandad. Y puso tan gran pavor y espanto este triste acaecimiento en las mismos peregrinos que hahian ya Ile- gado a Venecia para pasar a Jerusalem, que dejando su propósito sc tomaban a sus casas para no poner en peligro sus vidas y su libertad" P. F~BAOENEIRA, Historias de la Contrareforrna. Madrid. 1945. pp. 73-74.

Proeliari aduercuc Turcas est repugnare Deo visitanti iniquitates nostras per illos Cfr. DENZIPGER-SCHONMETZER, n.V484.

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la peligrosa ciudad que amenazaba los temtorios españoles en Itaüa y a las costas del Levante peninsular. A pesar del gran esfuerzo de la expe- dición no se censiguio tomar la urbe y el Emperador abandonó la lucha contra el Turco después de 1546. Esto no significó el abandono de la lucha por recuperar los Santos Lugares, pues el espíritu de cruzada se mantenía vivo en la cristiandad, sino un respiro por ambas partes para solucionar cuestiones internas y externas. Carlos V debía acabar con el problema de Francia y Alemania y hacer frente a la herejía inagurada con Lutero. El sultán Otomano necesitaba consolidar los nuevos temto- nos sometidos, expansionarse por el estrecho de Ormuz y defenderse de la nueva potencia Persa.

Los conflictos religiosos, abiertos por la nueva teología reformada, proporcionaron una gran dificultad para la unidad cristiana. El Concilio de Trento será el concilio de la esperanza, un concilio para la unión pero, la conquista de Tierra Santa, de la Jerusalén deseada, se presen- taba como el mejor medio para la unidad, pues se lucha contra un ene- migo c o m k el Turco.

El peligro representado por los otomanos era grande y el servicio de los cristianos a la verdadera religión un sentimiento auténtico, pero dos nuevas ideas se están forjando en Europa matizan y condicionan la urgencia de llevar a cabo ambas empresas. La primera hunde sus raíces en Maquiavelo y florecerá con Catalina de Médici: la Razón de Estado '. Las segunda se fraguó con los Humanistas y tuvo SU expresión en la paz de Augsburgo en 1555: la Tolerancia s. Estas ideas influyeron tanto en cristianos como en musulmanes. Durante casi todo el S. XVI unos como otros buscan alianzas para mantener un equilibrio de poder. Esta fue la causa por la que Francia y Venecia firmaran alianzas comerciales con la <<Subbe Puerta. lo.

La mentalidad de cruzada no había desaparecido, a pesar de la Razón de Estado y la Tolerancia, y en España e Italia esta latente el ideal de cruzada contra el <<Tirano Id~el". El Rey Cristianisimo y el Rey Católico rivalizaron por ser los primeros en reconquistar Jerusalén y

C. G i m c ~ m Trento: un concilio para la unión CSIC, Madrid, 1981. Vid. H. J E D ~ N , Historia del concilio de Trento. Pampiona, 1972. pp. 459-499. Muestra que no es posible

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fl Papel especial despempeño Erasmo y Tomas Moro. Cfr. J. LECLER, Hist~ire de la Tolérance au siecle de la RéJorme. Pañs, 1954.

9 J . \V. ALLEN. Political Thought in the Sixteenth Century, Londres, 1951. Parte 111, cap. VIII. G. S A ~ I N E , Historia de la teorhpolitica F. C. E. 1961, pp. 297-308.

10 Francisco 1 uacta con Solimán. Clemente VI1 se une a Francia uara uresionar a -~~ ~~~~

Carlos V. Las tropas imperiales saquean Roma en 1527. Felipe 11 hará fa a Paulo IV en 1555. Venecia acta en 1537 v 1573 con el Turco a Desar de su alianza con la Liga Santa, etc ...

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