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La muerte de las aves

La muerte de las aves

Virgilio Piera Llera

1978. En La Jiribilla.

En: http://www.lajiribilla.cuy: http://www.lajiribilla.cubaweb.cuDe la reciente hecatombe de las aves existen dos versiones: una, la del suicidio en masa; la otra, la sbita rarificacin de la atmsfera.

La primera versin es insostenible. Que todas las aves del cndor al colibr levantaran el vuelo con las consiguientes diferencias de altura a la misma hora las doce meridiano, deja ver dos cosas; o bien obedecieron a una intimacin, o bien tomaron el acuerdo de cernirse en los aires para precipitarse en tierra. La lgica ms elemental nos advierte que no est en poder del hombre obrar tal intimacin; en cuanto a las aves, dotarlas de razn es todo un desatino de la razn.

La segunda versin tendr que ser desechada. De haber estado rarificada la atmsfera, habran muerto slo las aves que volaban en ese momento.

Todava hay una tercera versin, pero tan falaz que no resiste el anlisis; una epizootia, de origen desconocido, las habra hecho ms pesadas que el aire. Toda versin es inefable y todo hecho es tangible. En el escoliasta hay un eterno aspirante a demiurgo. Su soberbia es castigada con la tautologa. El nico modo de escapar al hecho ineluctable de la muerte en masa de las aves, sera imaginar que hemos presenciado la hecatombe durante un sueo. Pero no nos sera dable interpretarlo, puesto que no sera un sueo verdadero.

Slo nos queda el hecho consumado. Con nuestros ojos las miramos muertas sobre la tierra. Ms que el terror que nos procura la hecatombe, nos llena de pavor la imposibilidad de hallar una explicacin a tan monstruoso hecho. Nuestros pies se enredan entre el abatido plumaje de tantos millones de aves. De pronto todas ellas, como en un crepitar de llamas, levantan el vuelo. La ficcin del escritor, al borrar el hecho, les devuelve la vida. Y slo con la muerte de la literatura volveran a caer abatidas en tierra.

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