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    ANTOLOGÍA DE PETRARCA (1304-1374)

    [En vida de Laura 

    ILos que, en mis rimas sueltas, el sonidooís del suspirar que alimentabaal joven corazón que desvariabacuando era otro hombre del que luego he sido;

    del vario estilo con que me he dolido

    cuando a esperanzas vanas me entregaba,si alguno de saber de amor se alaba,tanta piedad como perdón le pido.

    Que anduve en boca de la gente sientomucho tiempo y, así, frecuentemente

    me advierto avergonzado y me confundo;

    y que es vergenza, y loco sentimiento,el fruto de mi amor s! claramente,y breve sue"o cuanto place al mundo.

    !#mor lloraba, y yo con !l gemía,del cual mis pasos nunca andan lejanos,viendo, por los efectos inhumanos,que vuestra alma sus nudos deshacía.

    #hora que al buen camino $ios os guía,

    con fervor alzo al cielo mis dos manosy doy gracias al ver que los humanosruegos justos escucha, y gracia envía.

    % si, tornando a la amorosa vida, por alejaros del deseo hermoso,foso o lomas hall&is en el sendero,

    es para demostrar que es espinoso,y que es alpestre y dura la subida

    que conduce hacia el bien m&s verdadero.

    II'uanto m&s me avecino al postrer día,que a la humana miseria hace m&s breve,

    m&s veo al tiempo andar veloz y leve,y a mi esperanza en !l falsa y vacía.

    (oco andaremos )digo al alma míade amor hablando, mientras grave lleveel peso terrenal que, como nieve

    se funde; que a la paz así nos guía*

     porque con !l caer& aquella esperanzaque me hizo devanear tan largamente,y la risa y el llanto, y miedo e ira;

    veremos claro que frecuentementelo que es dudoso es otro quien lo alcanza

    y que, a menudo, en vano se suspira.

    LI!(orque insignia de amor su faz traíamovióme una romera el pecho errante, pues la m&s digna de honras la creía.

    %, al ir tras ella por las hierbas verdes,oí a una voz decir, alta y distante;+#y, cu&ntos pasos por la selva pierdes-

    (ensativo, gan! el refugio umbroso

    de un haya, y mir! en torno* y comprendíaque era aquel viaje mío peligroso;

    y atr&s volví, casi a mitad del día.

    LII(adre del cielo, tras mis días perdidos,tras malgastar mis noches devaneando)su aire, gentil para mi mal, mirandocon aquellos deseos encendidos),

    sean con u luz mis pasos dirigidosy, a mejor vida y hechos retornando, pueda de mi adversario ir evitandolos lazos contra mí en vano tendidos.

    /nce a"os hace ahora, 0e"or mío,

    que me somete el yugo violento,que m&s feroz se muestra al m&s domado.

    1iserere del no digno af&n mío;lleva a mejor lugar mi pensamiento;recu!rdale que hoy fuiste en cruz clavado.

    L+#y triste, que no hay sitio hasta el que lleguecon mi esperanza, ya tan traicionada0i con piedad mi voz no es escuchada,

    2de qu! vale que al cielo tanto ruegue3(ero si hacer callar no hay quien me niegueantes de mi partidaa esta voz afligida,no a mi se"or disguste que me entreguea pedirle entre flores ir diciendo*

    1i canto y gozo que es muy justo entiendo.

    4usta cosa es que alguna vez yo cante,

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     puesto que he suspirado tanto tiempo;

    que nunca he comenzado tan a tiempoque ajuste risa a mi dolor constante.0i lograra que fuese cautivante para esos ojos santos

    alguno de mis cantos,feliz sería sobre todo amante.

    % m&s cuando yo diga sin mentir*0i ella lo pide, yo quiero decir.

    6ellas razones que, tan paso a paso,me hab!is llevado a razonar tan alto,ved que ella tiene el pecho de basalto

    tan duro que por mí dentro no paso.an bajo ella no mira, ni hace casode lo que decir suelo, pues no lo quiere el cielo, por contrastar al cual estoy tan laso*

    y, como el pecho mío se endurece,hablar &speramente me apetece.

    2Qu! digo3 2dónde estoy3 2y qui!n me enga"asino yo, y desear m&s que debiera3(ues si en el cielo voy de esfera a esfera,veo que ning7n astro en mí se ensa"a.

    0i mortal velo mi mirada empa"a,2qui!n culpa a las estrellasy a tantas cosas bellas30iempre quien me acongoja me acompa"a, puesto que de placer llenarme sabela dulce vista y la mirada suave.

    odo cuanto del mundo es ornamento bien hecho fue por el maestro eterno,mas yo, que tan adentro no discierno,que me deslumbra lo cercano siento;y si al vero esplendor no estoy atento,

    no puede estar paradoel ojo, y lo ha enfermadosu culpa, pero nunca aquel momento)en el que angelical su beldad eradel dulce tiempo de la edad primera.

    LQuien ha resuelto conducir su vidasobre falaces olas y entre escollos,de la muerte apartado por un le"o,no puede estar muy lejos de su fin,

    mas debería regresar al puertomientras a7n al timón cede la vela.

    La aura suave a quien cedí la velay el timón, al seguir la amante vida,esperando llegar a mejor puerto,

    me condujo entre m&s de mil escollos;y las razones de doliente finno las tenía en torno, sí en el le"o.

    Larga prisión sufrí en el ciego le"o,y err! sin parar mientes en la velaque antes de tiempo me acercaba al fin;luego le plugo a quien me dio la vida

    tanto alejarme a mí de los escollos,que, aunque de lejos, pude ver el puerto.

    'omo una luz nocturna en alg7n puertoque tal vez desde el mar vio nave o le"o,si tempestad no lo impidió, o escollos,así por cima de la inflada velalas ense"as yo vi de la otra vida;

    y suspir! previendo ya mi fin.

     8o que yo est! seguro a7n del fin*que, queriendo de día alcanzar puerto,es largo el viaje con tan poca vida;

    y temo, pues me veo en fr&gil le"o,y m&s que quiero est& inflada la vela,del aura que me trajo a estos escollos.

    (ara vivo escapar de los escollosy terminar mi e9ilio con buen fin,+con cu&nto gusto volvería la vela,

    y anclaría despu!s en alg7n puerto(ero ardo igual que un incendiado le"o*tan duro me es dejar la usual vida.

    /h, 0e"or de mi fin y de la vida,antes que estrelle el le"o en los escollos,

    lleva a buen puerto la cansada vela.

    LI(orque, cansado, soportando sigoel viejo haz de mis culpas y la impía

    costumbre, mucho temo por la víacaer, y que me aprese mi enemigo.

    6ien vino a liberarme un viejo amigo por suma e inefable cortesíacomo volando huyó, la vista mía

    le busca, mas en vano me fatigo.

    (ero su voz, aquí, sigue dici!ndome*/h vos, los que sufrís* he aquí el camino;venid a mí, si el paso otro no cierra.

    2Qu! gracia har&, qu! amor, o qu! destino,)plumas, cual de paloma, concedi!ndome),que repose y me eleve de la tierra3

    C!I:resca y dulce agua clarado la 7nica a quien mirocomo a mujer ponía su hermosura;

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     rama en la que apoyara

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    a cuya tropa y reyes

    1arco abrió el flanco un día,seg7n se lee, y su obra no se olvida,que en el río bebía,m&s que el agua, la sangre allí vertida.

    'allo de '!sar, el que en todo suelo

    la hierba enrojecieracon sus venas, do el hierro nuestro entraba.Que hace una mala estrella, se dijera,que nos deteste el cielo*culpa es vuestra, en quien tanto se esperaba.Auestra discordia acaba

    del mundo por gastar la mejor parte.2% qu! culpa es, qu! juicio o qu! destinoincordiar al vecino pobre, y la hacienda poca con mal artevejar, y en otra parte

     buscar gente y sentir gozo porque alma y sangre vende a precio3Aerdad quiero decir,no por odio hacia otros, ni desprecio.

    28o tanta prueba a comprender os mueveel bav&rico enga"o

    que con la muerte juega el dedo alzando3La vejación peor juzgo que el da"o;mas vuestra sangre lluevem&s, puesto que otra ira os va empujando.% si de vos pensandode maitines a tercia est&is un día,

    ver!is que alzarlos es pensarse vil.Latina alma gentil,sacude el peso de esta carga impía y de laidolatríade un nombre sin esencia*que el vencer gente b&rbara y astrosa

    a nuestra inteligencia pecado es nuestro, y no natural cosa.

    28o es !sta la primera tierra mía328o es !ste el nido míodonde criado fui tan dulcemente3

    2% no es !sta la patria en que confío,

    madre benigna y píaque. cubre las cenizas de mi gente3(or $ios, esto la mentetal vez os mueva, y con piedad miradlas l&grimas del pueblo doloroso,

    que de vos el reposodespu!s de $ios, espera; oh, sí, mostradun signo de piedad,y fe contra furor se armar& y vencer& en breve; que es ciertoque el antiguo valor 

    en los pechos it&licos no ha muerto.

    Aed, se"ores, que el tiempo vuela y muda,

    y ved cómo la vida

    huye, y cómo la muerte est& negando.#quí est&is, mas pensad en la partida*que el alma sola y nudaaquel sendero pisar& dudando.

    %, este valle pasando, pl&zcaos deponer el odio insano,

    viento contrario a la vida serena;y aquel que en pena ajenatiempo se gasta, en acto m&s humano,o de ingenio o de mano,en cualquier alabanza,en un estudio honesto se convierta,

    que así el gozo se alcanzay la senda del cielo se halla abierta.

    'anción, yo te amonestoque digas tus razones cort!smente

     porque te habr& de oír gente altaneray en las almas imperauna costumbre antigua inconvenientey amiga de quien miente.7 hallar&s tu venturaen los pocos que al bien siguen amando.$iles* >2Qui!n me asegura3

    +La paz, la paz, la paz yo voy gritando.-

    CLIIDacia la sombra de las bellas frondasyo corrí, huyendo de implacable luz

    que me abrasaba desde el tercio cielo.%a libraba de nieve a los colladosla aura amorosa que renueva al tiempo,y florecían ya hierbas y ramas.

     8o ha visto el mundo tan graciosas ramas,

    ni el viento movió ya tan verdes frondas,cual las que me mostró aquel primer tiempo*tal que, temiendo yo la ardiente luz,sombra no quise ya de los collados,sino del &rbol que es m&s grato al cielo.

    En laurel defendióme de aquel cielo,

     por lo que, deseoso de sus ramas,mucho he ido por selvas y collados; pero nunca encontr! tronco ni frondasque tanto honrase la suprema luzque no cambiara su virtud el tiempo.

    1&s firme cada vez de tiempo en tiempo,yendo hacia do sentí llamarme al cielo, y guiado por suave y clara luz,volví devoto a las primeras ramascuando en tierra esparcidas son las frondas

     y cuando al sol son verdes los collados.

    'ampos, ríos, selvas, piedras y collados,

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    cuanto es creado, vence y cambia el tiempo*

     por lo que yo perdón pido a estas frondassi, tras haber girado mucho el cielo,quise evitar las enviscadas ramastan pronto como pude ver la luz.

    anto al principio am! la dulce luz

    que con gusto pas! grandes collados para arrimarme a las amantes ramas*ahora la vida breve, y sitio y tiempo,mu!stranme otro camino de ir al cieloy frutos dar, no sólo flor y frondas.

    /tro amor, otras frondas y otra luz,otro ir al cielo por otros collados, busco, porque ya es tiempo, y otras ramas.

    [En "uer#e de Laura 

    CCLI!%o voy pensando, y al pensar me asalta

    una piedad de mí tan vehementeque muy frecuentementeme hace llorar por lo que no solía* pues, viendo que mi fin es inminente, pido a $ios el par de alas que me falta para ascender a su alta

    gloria, saliendo de la c&rcel mía.1as nada me han valido hasta este día

    ruego y suspiro, y lo que ya he llorado*y es justo y razonable que así sea,que quien, estando en pie, se tambalea justo es que en tierra yazga mal su grado,

    (ero aunque, confiado,los brazos a7n abiertos yo contemplo, por el ajeno ejemplo Gque otras cosas me empujanG mucho temo porque tal vez me encuentre en el e9tremo.

    En pensamiento dice a mi infelizmente* >2Qu! ansias3 2Qu! socorro atiendes31ísera, 2no comprendesque el tiempo, al transcurrir, te est& infamando3(reciso es que decidas y te enmiendesy de tu pecho arranques la raíz

    del placer que felizno puede hacerle, que antes lo est& ahogando.0i hace tiempo est&s lacia y enfermando por la dulzura falsa y fugitivaque este mundo traidor nos puede dar,2por qu! otra vez en !l has de esperar 

    si de toda firmeza y paz nos priva31ientras tu cuerpo viva,embrida el pensamiento, y a !l no cedas*hazlo así mientras puedas, pues es muy peligrosa la demora

    y no es temprano comenzar ahora.

    0abes cu&ntas dulzuras ofrendabaa tus ojos la vista lisonjerade la que yo quisiera

    que a7n debiese nacer por nuestra paz.% debes recordar de qu! manera

    su imagen en el pecho se te entraba,en donde no acertabaa encenderse la llama de otra faz*ella incendiólo; y si el ardor falaztantos a"os duró esperando un díaque por su bien y el mío nunca vino,

     pon tu esperanza en m&s feliz caminoy tu vista al girar del cielo guíay a su eterna armonía*que si, aquí abajo de su mal contento,de ojos un movimiento

    a vuestro anhelo aquieta, o bien un canto,2cu&l ser& aquel placer, cuando !ste es tanto3-

    1as luego un agridulce pensamientocon carga deleitable y fatigosaentra en mi alma dudosay al corazón con esperanzas pace;

    que, tan sólo por fama gloriosa,no advierte si me quemo o frío siento,o estoy triste o contento,y si lo mato m&s fuerte renace.Hste de lauro, que amo y me complacedesde ni"o, conmigo ha hecho camino

    y temo que un sepulcro nos recluya.1as cuando el alma de mis miembros huya!ste no habr& de unirse a su destino;si el griego o el latinohablan de mí tras de mi muerte, es viento*mas yo, que miedo siento

    de acumular fugaces vanidades,quiero cambiar las sombras por verdades.

    (ero ese otro querer del que estoy llenoa cuantos nacen cerca los e9cluye;mientras tanto, el tiempo huye,

    que, escribiendo de otra, a mí me olvido;

    y la luz del mirar que me destruyemuy suavemente a su calor serenome tiene con su frenocontra el que ingenio y fuerza no han podido.Hmbrear mi barquilla, 2qu! ha valido,

    si entre fieros escollos se ha quedado,retenida por nudo tan potente37, que de otros, que en modo diferenteatan al mundo, siempre me has librado,2por qu! no me has limpiado,0e"or, esta vergenza de la cara3

    (ues, como si so"ara,enfrente de la muerte creo verme*y quiero resistir, y estoy inerme.

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    Aeo lo que hago, y no me enga"a el veromal conocido; es m&s, me enerva #mor que el rumbo del honor nunca deja seguir a quien le cree;

    y me crece en el pecho un delator noble desd!n, que es &spero y severo,

     por el que el verdadero pensamiento en la frente se me ve*que mortal cosa amar con tanta fecuanta, por deuda, a $ios sólo es debida peor cuadra a quien m&s elogios ama.% !ste tambi!n en voz alta reclama

    la razón por los goces pervertida;y aunque oiga, decididaa tornar, por mal uso es empujada,y pinta en mi miradaa aquella que nació para mi muerte,

     pues tanto amóse, y fue mi amor tan fuerte 8o s! qu! espacio concedióme el cieloel día que me puso aquí en la tierra para sufrir la guerraque en contra mía yo mismo he armado;ni puedo el día que la vida cierra prever, por culpa del corpóreo velo;

     pero cambiado el peloveo, y todo deseo en mi cambiado.%, sinti!ndome ya poco alejadodel tiempo de partir, y aun muy vecino,igual que, tras perderse, hace el viajero,recuerdo en qu! lugar dej! el sendero

    derecho, que conduce al buen destino*y de un lado, +ay mezquino,siento que angustia y duelo atr&s me vuelvey de otro, no me absuelveuna fruición tan larga y poderosaque incluso con la muerte pactar osa.

    'anción, mi corazón est& m&s frío,de tanto miedo, que la helada nieve, pues veo que a mi fin estoy llegando*que al enjulio volví deliberandogran parte, ay triste, de mi vida breve;

    no hay peso menos leve

    que el que estoy soportando en tal estado, pues con la muerte al lado busco para vivir nuevo consejo,y el mejor veo, y el peor no dejo.

    CCL!III2Qu! debo hacer, #mor, o qu! conviene3iempo es ya de morir y estoy tardando m&s de lo que quiero.Hlla ha muerto, y consigo mi alma tiene;

    yo la quiero seguir y he de acortar mi tiempo lastimero, pues verla ya no espero

    en este mundo, y esperar me hastía,

    que toda mi alegría, por su partida, se ha vuelto amargura,y en mi vida no queda ya dulzura.

    0ientes, #mor, pues oyes mi lamento,que es el da"o muy grave,

    y s! bien que mi mal te ha entristecido*el nuestro, que en escollo violentohemos roto la navey al mismo tiempo el sol se ha oscurecido.2Qui!n habría podidodescribir el dolor al que me entrego3

    /h ingrato mundo ciego,mucho debieras t7 llorar conmigo, pues tu belleza se llevó consigo.

    'aída est& tu gloria, y no lo ves,

    ni digno, mientras ellaaquí vivió, de conocerla fuiste,ni de que te tocara con los pies, porque cosa tan bellaera del cielo, al que hoy con su luz viste.%o que, sin ella y triste,ni a la vida mortal ni a mí mismo amo,

    con mi llanto la llamo*a dar en esto mi esperanza vieney esto tan sólo en vida me mantiene.

    #y de mí, tierra es ya la faz hermosaque daba fe del cielo

    y a mostrar su bondad aquí venía;ya est& invisible en la región gloriosalibrada de aquel veloque a la flor de sus a"os sombra hacía, para tomarlo un díade nuevo, y de !l ya nunca despojarse

    cuando pura tornarsey bella la veamos, y m&s cuantom&s que el mortal vale el eterno encanto.

    1&s que antes bella y dama m&s lucida,se me pone delante

    como allí donde ser m&s grata siente.

    Hlla es una columna de mi vida,y la otra es su triunfantenombre, que suena en mí tan dulcemente.1as si vuelve a mi menteque ha muerto mi esperanza, que vivía

    cuando ella florecía,ve #mor cómo me quedo; y yo quisieraque quien ve a la Aerdad tambi!n lo viera.

    $amas, las que hab!is visto su beldad,y la ang!lica vida,

    su porte celestial viendo en la tierra,doleos de mí, tened de mí piedady no de ella, ascendida

    J

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    a tanta paz, dej&ndome a mí en guerra;

    tal que, si alguien me cierrael camino hacia ella mucho tiempo, porque #mor me habla a tiempoa no cortar el nudo me acomodo,

    que en mi interior razona de este modo*

    ):rena el dolor que así te desconcierta, porque se pierde el cielo por desear dem&s, y a !l tu alma aspira,y en !l vive la que otros juzgan muerta,y de su hermoso velose ríe, que por ti sólo suspira;

    y su fama, que admiraa cuantos de tu lengua el eco llega,que no calles te ruegay logres que su nombre sea a7n m&s claro,si su mirar te ha sido dulce y caroG.

    Duye lo claro o verde,no vayas a donde haya risa o canto,no canción, sino llanto*no vayas donde hay gente que se alegra,t7 viuda, sin consuelo, en veste negra.

    CCCLI!1e tuvo #mor veinti7n a"os ardiendo,ledo en el fuego y de esperanza henchido;y desde que con ella al cielo ha idomi corazón, diez a"os m&s gimiendo.

    %a me encuentro cansado, y me reprendode tanto error que casi en mí ha e9tinguidotoda virtud; y a ti, 0e"or, rendido,la vida que me queda te encomiendo,

    triste y contrito por aquellos a"osque debí dedicar a mejor uso buscando paz y huyendo af&n y enga"os.

    $esde mi c&rcel corporal me acuso*s&came, libre de perpetuos da"os,

    que conozco mi error, y no me e9cuso.

    CCCL!Aoy llorando mis tiempos, ay, pasados,que yo gast! en amar cosas del suelo,

    y, alas teniendo, sin alzar el vuelo por dar tal vez ejemplos no menguados.

    7, que mis fallos ves y mis pecados,inmortal e invisible $ios del cielo,a mi alma fr&gil manda alg7n consuelo,

    y sean con tu gracia compensados*

    y si a guerra y turbión vi mi alma e9puesta,

    muera en paz; y si fue mi vivir huero,

    que sea al menos mi partida honesta.

    # mi ya poca vida, y al postrero1omento, u divina mano presta*

    7 sabes que tan sólo en i yo espero.

    K