Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

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3Presentación

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La economía bajo presiónde la democracia

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5Presentación

La economía bajo presión de la democracia

Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo - 2003

Eduardo Toche

Eduardo Ballón

Javier Azpur

Ulises Humala

Cynthia Zavalla

Raúl Mauro

Julio Gamero

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Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia6

Corrección de estilo: Juan José Beteta

Carátula y diagramación: Juan Carlos García M. � 226-1568

ISBN: 9972-670-34-1

Depósito legal Nº 1501142003-3391

Tirada: 500 ejemplares. Primera edición.

Impresión: ali arte gráfico publicaciones srl.Américo Vespucio 107 Covima, La Molina� 349-6636

© �����

Centro de Estudios y Promoción del DesarrolloLeón de la Fuente 110. Lima 17 � 613-8300Julio del 2003

La publicación de este trabajo ha contado con el apoyo de ción W. K. Kellogg.

Código 12783Peru Hoy; la economía bajo presión de la democracia / Centrode Estudios y Promoción del Desarrollo. — Lima: DESCO, 2003.281 p.

Economía / Situación económica / Desigualdad social / Empleo/ Pobreza / Toledo, Alejandro

La publicación de este trabajo ha contado con el apoyo Cordaid.

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7Presentación

Contenido

PRESENTACIÓN 9

¿UN PRESIDENTE AL GARETE O UN SISTEMA A LA DERIVA?Eduardo Toche 13

ALGUNAS NOTAS SOBRE LA COYUNTURA

Eduardo Ballón E. 47

CRONOLOGÍA DE UN LARGO Y ARDIENTE BIENIO

Eduardo Toche 63

LUCES Y SOMBRAS DE UNA POSIBILIDAD DEMOCRATIZADORA

Javier Azpur 97

TOLEDO AÑO IIUlises Humala 113

IMPUESTOS Y EQUIDAD:A propósito de las últimas medidas tributarias

Cynthia Zavalla 145

Funda-

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POBREZA Y DESIGUALDAD EN EL PERÚ

Raúl Mauro 213

MODELO ECONÓMICO Y EMPLEO:los límites de la inercia neoliberalJulio Gamero 249

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9Presentación

Julio del 2003, dos años del gobierno de Alejandro Toledo. Lasesperanzas que congregó su candidatura y su gobierno parecen irdiluyéndose conforme transcurre su gestión gubernamental. Y noes porque a la macroeconomía le vaya mal. En medio de la crisiseconómica internacional, los indicadores económicos convenciona-les resaltan y si bien hay estabilidad de los precios y del tipo decambio, ni el empleo ni los salarios dan muestras de una recupera-ción incluyente, no obstante el aumento en el ingreso per cápita.

Y acá, quizás, esté la clave de esa esquizofrenia con que nosmiran las cifras: le puede ir bien a la macroeconomía, ¿yéndolemal a la microeconomía? Si al «promedio (PBI per cápita)» le vabien, ¿a todos nos va bien? Si nuestra sociedad fuera lo suficiente-mente homogénea, seguro que sí, pero como la desigualdad socialha aumentado producto de las políticas fundamentalistas, que elpromedio crezca significa que la desigualdad también aumenta.

No obstante, para que a la economía de los hogares le vayabien, necesariamente le tiene que ir bien a la macro. Si a esta le vamal, a los hogares les va peor.

Presentación

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Sin embargo no es condición suficiente que a la macro le vayabien para que los hogares tengan más empleo y más salarios. Escondición necesaria pero no suficiente, sobre todo cuando se estásaliendo de un ciclo recesivo tan largo (1998-2001). Esa condi-ción necesaria, el crecimiento económico, tiene que venir acompa-ñado de un marco institucional que propicie un impactoredistributivo del mismo y, de otro lado, de una política social queabone en el mejoramiento de las condiciones sociales de la pobla-ción más vulnerable.

El marco institucional propicio para que el crecimiento econó-mico llegue a los hogares supone la adopción de una política eco-nómica que esté sesgada a favor de la producción, del valor agre-gado y no del rentismo, ni de la promoción de las actividades pri-marias y sólo extractivas. Es decir, la naturaleza del crecimientoeconómico imprimirá la velocidad a la cual la macroeconomía con-verja con la economía de los hogares.

Si bien se reconoce que el ciclo recesivo fue quebrado por laspolíticas monetarias y fiscales anti cíclicas —marcando una salu-dable distancia de las políticas pro cíclicas de los noventa— quehicieron del aumento en el consumo el factor desencadenante dela demanda agregada, este impacto positivo de corto plazo corre elriesgo de no dinamizar suficientemente la inversión, única formade que el crecimiento sea sostenible y que genere los puestos detrabajo que los hogares están esperando.

Cierto que el «ruido» político afecta las expectativas de losagentes económicos, sobre todo del capital, que es el que invierte.Pero ¿qué hay detrás de dicho «ruido»? No sólo están los errores

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propios del gobierno —que vienen siendo muchos— sino, tam-bién, están los rumores que alientan aquellos sectores funda-mentalistas que coparon el aparato público en los noventa y quehan sido, parcialmente, desplazados de la toma de decisiones gu-bernamental. La transición democrática no sólo supone eldevelamiento de la corrupción sistémica que copó el Estado pe-ruano en los noventa sino, también, supone el tránsito hacia pro-puestas políticas que combinen la eficiencia del mercado con laequidad y la redistribución en las políticas públicas.

Que la economía esté hoy presionada por la democracia es unsigno positivo. La democracia requiere que la economía ayude aproducir menor desigualdad, menor pobreza y más empleo. Deestos temas dan cuenta los textos de Raúl Mauro y Julio Gamero.Que la política fiscal y la necesidad de un reforma tributaria con-cilien la equidad con la eficacia es un tema que desarrolla CynthiaZavalla. De los desencantos entre la democracia y la economía dacuenta el artículo de Ulises Humala. De la política, de los actoresy del actuar del gobierno, en estos dos años, es el análisis que nospresenta Eduardo Ballón. De las tensiones Estado-sociedad y laresponsabilidad de la clase política es el tema que desarrolla Eduar-do Toche. Finalmente, sobre el proceso de descentralización, Ja-vier Azpur nos presenta un balance, a medio año de iniciado.

Con estas reflexiones, condensadas en esta nueva entrega delPerú Hoy, ����� quiere reafirmar su compromiso por unasociedad más justa y una democracia más inclusiva. Que este nuevoaniversario nacional sea una fecha propicia para la reflexión enese sentido.

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13Eduardo Toche

¿Un Presidente al garete o un sistema a

la deriva?

Eduardo Toche

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¿Un Presidente al garete o un sistema a la deriva?14

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15Eduardo Toche

El presidente Toledo culmina su segundo año de mandatocon un bajísimo 13 por ciento de aceptación popular. Si bieneste resultado es una consecuencia directa de la alta presiónsocial que debió soportar su gobierno durante los últimosmeses, no deja de ser un dato reiterativo en el tiempo quedura su administración y, por lo mismo, algo inédito en el Perú,por varias razones. En primer lugar, en las últimas décadasningún presidente tuvo tanta baja de popularidad en tan pocotiempo. En segundo lugar, el actual gobernante ha estadomarcado por el sino de una mayúscula desaprobación casidesde el inicio mismo de asumir el cargo, salvo algunas efí-meras circunstancias.

Hacia fines de junio, Toledo afirmó que había llegado elmomento de un «punto de quiebre» en la conducción de sugobierno para hacer frente a la crisis e intentar estabilizar sugobierno. Luego de una semana de haber dado a conocer suintención, finalmente pudo anunciar la nueva composición desu Gabinete Ministerial, bajo la conducción de Beatriz Merino,hasta ese momento Jefa de la SUNAT.

Merino no es una militante del partido de gobierno y sudesignación para el cargo de Primer Ministro se produjo lue-go de presentarse varias alternativas, todas ellas puestas de

No puedo defraudar. Yo estoysentenciado a no fracasar.

(Alejandro Toledo, declaraciones a

la BBC, junio 2001).

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lado luego de que esgrimieran algún pretexto para evitar asu-mir tan complicado cargo. Las presiones recibidas por el Pre-sidente provinieron desde los otros sectores políticos, paraquienes la solución adecuada pasaba por la conformación deun Gabinete compuesto esencialmente de independientes; ydesde su propia organización partidaria que intentaba no per-der su presencia en el Ejecutivo sino incluso aumentarla.

Lo cierto es que el resultado final ha aquietado el ambienteaunque es una opinión generalizada de que la parte sustan-cial de la crisis aún se mantiene y que, en todo caso, estamosante un buen inicio y debemos esperar la rápida reacción delnuevo equipo para entrever hacia dónde se dirige el gobiernoen los próximos meses.

Con ello ha quedado claro que, a pesar de ser inmensa-mente mayoritario el sentimiento de que la democracia debefortalecerse en el Perú, existen aún sectores muy poderosos ycapaces de ejercer fuertes presiones que buscan la desestabili-zación a como dé lugar y, con ello, fracturar un ambiente ade-cuado para continuar con las investigaciones sobre actos decorrupción cometidos en el régimen anterior, además de im-pedir debatir los sentidos y consecuencias que tuvo la violen-cia política en las décadas anteriores.

Son estos los sectores que han tratado de focalizar el pro-blema como un asunto concerniente sólo a la personalidadpresidencial y, para el caso, muchos son los argumentos quese han presentado para explicar este hecho, desde las excesi-vas promesas electorales del Presidente hasta la inoperanciade su entorno de asesores, pasando por la inorganicidad de su«partido» político —Perú Posible— y la carencia de un plande gobierno con objetivos claros.

Por el lado del gobierno este problema ha sido tratado fun-damentalmente como un asunto de imagen. También comodificultades generadas por la oposición o por intereses crea-

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dos que se expresan a través de los paros, huelgas y moviliza-ciones de diversas organizaciones sociales. Incluso, en todoello la mano de un difuso «fujimontesinismo» siempre ha es-tado presente en la mente de los operadores gubernamenta-les. Asimismo, no han sido pocos los integrantes del entornopresidencial que han considerado que los escollos están en elmismo gobierno, es decir, en aquellas personas que al no per-tenecer a Perú Posible no poseen «la mística» y la voluntadpara hacer bien las cosas.

Dado el desenvolvimiento de los hechos, todos ellos sonargumentos válidos pero insuficientes. Dicho de otra mane-ra, no dejan de ser parciales, circunscritos a determinadas co-yunturas y no responden a la cuestión fundamental del mo-mento: la formación de una situación crítica para la goberna-bilidad del país.

Vayamos por partes. El tiempo político inmediato vienemanifestando una dinámica bastante acelerada y la actua-ción del Ejecutivo no parece tener algún grado de controladecuado sobre la misma. De esta manera, se ha formado unambiente en el que la sensación de deterioro es generalizada,lo cual refuerza la atención sobre el desempeño presidencial.Así, existe la predisposición a hacer sobresalir los evidentesyerros, falta de perspectiva y ausencia de habilidad para en-frentar situaciones de presión por parte del Presidente quien,a estas alturas, difícilmente podrá remontar su bajísima po-pularidad.

En efecto, esto guarda alguna correspondencia con aque-llo que los asesores presidenciales han denominado «proble-mas de imagen», aunque la manera como los definen no seaprecisamente la adecuada. Toledo está muy lejos de lo que seesperaba de él y ha producido una enorme brecha entre laidea inicial que se había formado sobre su persona y el desem-peño que ha tenido como Presidente.

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En suma, Toledo ha perdido la confianza popular, un capi-tal indispensable para cualquier intento de estabilidad, y sinella los niveles de legitimidad de su gobierno son cada vezmás precarios. Sin embargo, este no es un asunto restringido ala poca habilidad que manifiesta para conducir el país, comoopinan algunos analistas.

En primer lugar, todo parece indicar que la falta de certezaen las decisiones presidenciales es un efecto de la ausencia deun plan de gobierno con objetivos y plazos suficientementeclaros, que debió ser expuesto y acordado con las fuerzas po-líticas y sociales del país.

Al no existir este, la previsibilidad, uno de los requisitosfundamentales para el buen desempeño de las democraciasmodernas, no pudo formarse dando como resultado una sen-sación de falta de rumbos que promueve actitudes políticasque se agotan en el corto plazo y que resultan siendo nefastaspara el debido fomento democrático del país.

En segundo lugar, diversos factores han anulado la capa-cidad política del gobierno para fomentar las negociaciones yconsensos, por un lado, y la formación de alianzas, por otrolado, que resultaban indispensables dado el escenario en elcuál le tocaría desenvolverse. Una mejor predisposición haciaellos le hubiera permitido mejores oportunidades para estabi-lizar la situación cuando sobrevenían momentos complicados.En este sentido, la buena voluntad mostrada al convocar el

Un pobre que no tiene la libertad para escoger un trabajodigno, no es libre. Cuando la democracia se circunscribea un acto electoral es un anuncio muy parcial de la demo-cracia.

(Alejandro Toledo, declaraciones a radio Nederland, 2001).

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Acuerdo Nacional y las mesas de concertación no pudo tras-cender y así convertirlos en herramientas eficaces para la cons-trucción democrática.

BUSCANDO UNA EXPLICACIÓN

Si tratamos de hallar explicaciones a la falta de definicióninherente al gobierno del presidente Toledo y sus dificultadespara manejarse en términos políticos, es casi seguro que éstasse hallan en las maneras como se compuso el escenario detransición política entre el 2000 y el 2001. Tal momento surgeluego de una década signada por aquello que Degregori de-nomina «la antipolítica»1, en la que fue configurándose unEstado que puso de lado a todos los mecanismos de interme-diación con la sociedad y relajó los controles sobre sus funcio-narios, adquiriendo así un sentido cerrado propenso a prácti-cas mafiosas.

Hacia finales de los 90 este esquema empezó a mostrarsignos inequívocos de agotamiento y fue cuando se puso enevidencia la serie de perversas prácticas políticas que habíautilizado durante los años anteriores pero que quedabansubsumidas por el aparente éxito que se esforzaban en propa-gandizar las agencias oficialistas. Sin embargo, lo que hastaese momento pudo de alguna manera manejarse sin grandescostos por el gobierno fujimorista, las cada vez menores posi-bilidades de monopolizar el escenario político, única formaencontrada para desarrollar sus objetivos, permitió la forma-ción de espacios críticos y la aparición de una oposición queaspiraba a cubrirlo.

1 Carlos Iván Degregori: La década de la antipolítica. Auge y huida de Alberto Fujimori yVladimiro Montesinos. IEP. Lima, 2001.

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Pero, los largos años de hibernación política serían funda-mentales para definir las características que iría a adquirir estaoposición, a lo que se sumaron aquellas que mostraban lasorganizaciones políticas tradicionales y que en su momentofueron interpretadas como resultados de una denominada «cri-sis del sistema de partidos», la que a pesar del tiempo trans-currido no mostraba visos de encontrar una vía de solución.

De esta manera, si bien la resistencia ante los intentos decontinuidad por parte del fujimorismo fue creciendo a medi-da que transcurría el tiempo, también es cierto que esta resis-tencia expresó un estado de ánimo adverso ante la forma ce-rrada y abusiva del régimen pero que no pudo finalmente for-mularse en un proyecto alternativo y diferente de las propues-tas económicas y sociales del gobierno que se intentaba cance-lar. Por eso, definida la arena política en la que debían dirimirel oficialismo con la oposición bajo reglas cuya clara intenciónfue favorecer la reelección del candidato-presidente, bastó unrápido y demoledor ataque personal hacia los que se perfila-ban con opciones en las elecciones presidenciales para diluirsus candidaturas. Fue lo que pasó tanto con Alberto Andradecomo con Luis Castañeda Lossio.

La misma suerte estaba destinada seguramente a Alejan-dro Toledo. Como se recuerda, Toledo ya había sido candidatoen las elecciones de 1995 y entonces, como al inicio de su cam-paña electoral en el 2000, prefirió ser reconocido como un tec-nócrata, formado en el exterior, sin ánimo de cuestionar elmodelo económico neoliberal ni plantearse como un opositorradical a Fujimori. Todo cambió cuando quedó como la únicaalternativa ante la efectiva campaña oficialista contra los quehabían intentado previamente encarnar el sentirantigubernamental. Casi podría decirse que Toledo al perso-nificar esas gaseosas, inconsistentes —pero muy vigorosas—tendencias que se cobijaban bajo el término de «oposición»,

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fue producto de las circunstancias y no un resultado políticocuidadosamente planificado.

Debió construirse sobre la marcha una figura mediática quesirviera para contrastarse con su oponente oficialista y, sobretodo, permitiera aglutinar tras de sí a la diversa y muy fragmen-tada oposición que debía representar a partir de esos momen-tos. Fue cuando «descubre», sobre el tramo final de la campa-ña electoral, las oportunidades que podía generar la represen-tación del «cholo que logró triunfar en la vida», cuya virtudmayor radicó en no abrir fisuras en las siempre sensibles yprofundas diferencias sociales existentes en el país, a pesar,incluso, de algunos desatinos cometidos por su esposa.

Así fue como obligó a que la definición de campos conFujimori se diera en otro ámbito, en el de las promesas electo-rales. A cada una hecha por el candidato-Presidente, Toledoresponderá con una mayor. Esta cuestión, que luego, ya elegi-do como Presidente de la República, se convertirá en uno delos aspectos que serán levantados en su contra —la promesaque no puede cumplirse—, resultó siendo una evidencia muynítida de la falta de habilidad de Toledo para desenvolverseen el terreno político, pero que las necesidades del momentono permitió que trascendiera.

La actuación del candidato oficialista repetía en una ver-sión corregida y aumentada los mecanismos que había utili-zado el régimen durante la década previa para establecer susvínculos con la sociedad. La primacía del modelo neoliberaltuvo en su base la destrucción de la premisa del pleno empleoque había caracterizado al Estado Benefactor, para permitirasí la existencia de una presión «disciplinaria» sobre el sectorlaboral para que disminuyera su poder.

El resultado fue la generación de una importante masa desubocupados y desocupados frente a la cual solo quedó el re-curso de la asistencia social. Ahora bien, la aplicación de la

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misma no fue consecuencia de una política social que, por otraparte, si asumimos que existió, nunca se impuso objetivos niplazos, sino que a lo sumo fue un derivado que debía sujetar-se a los criterios de la conducción económica. En otras pala-bras, tuvimos en acción la famosa «ambulancia» que intenta-ba atenuar los efectos ocasionados por el neoliberalismo y,mientras tanto, debíamos esperar que el sacrosanto mercado,en algún momento engendrara, de modo natural, la justiciasocial.

Así, pudimos ver cómo se manifestaba una de las parado-jas más crueles del citado modelo: mientras, por un lado, eraimpuesto bajo el pretexto de la modernización, por otro ladoresucitaba prácticas de beneficencia que eran pagadas con losréditos de las privatizaciones y el cobro de impuestos a lossectores medios y bajos. Más aún, tales prácticas fueronrecubiertas con el manto de la «eficacia» que supuestamenteotorgaba la focalización de los grupos vulnerables hacia don-de debían dirigirse, cuyo resultado fue el de «atender con muypoquito a pocos» con lo cual se obtuvo un efecto claramenteregresivo: los sectores medios y bajos financiaban la ayudasocial dirigida a los más pobres mientras que el poder econó-mico se mantenía intocado.

Todo ello fortaleció el clientelismo político. Los recursosdel Estado utilizados en la asistencia social formó y dinamizóuna red clientelar en que la asignación que se suponía no de-bía ser discriminativa, resultó siendo un eficaz instrumentopara sujetar a la población más pobre a los intereses políticosdel gobernante de entonces. De esta manera, la ayuda depen-dió del criterio del operador gubernamental, frente al cual nohubo alternativa: o se aceptaba bajo las condiciones impues-tas, o se la rechazaba sin tener a la vista otra fuente de obten-ción de recursos, o se la denunciaba corriendo el peligro de sersindicado como «subversivo».

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De esta manera, el conjunto de promesas hechas en la cam-paña del 2000 por el candidato-presidente Alberto Fujimori sedosificó de acuerdo a los recursos públicos que disponía y cal-culando cuál sería el punto en el que ya no podía ser respon-dido por el candidato Toledo. Este último no tomó en cuentaesta situación y cayó en la lógica, y la trampa, tendida por sucontrincante.

Ya en el gobierno, además de no tener los recursos sufi-cientes como para cumplir con las promesas electorales, Toledoy Perú Posible no encontraron una fórmula capaz de inhibir elclientelismo como forma política de vinculación con la socie-dad. De alguna manera, siguió reproduciendo el mismo es-quema, pero ahora bajo una situación en la que casi no exis-tían recursos qué distribuir. Lo obtenido por las privatizacionesprácticamente se había agotado y la recesión impedía mayo-res ingresos tributarios.

Algo que apoya esta afirmación son los resultados quedejaron las elecciones del 2001. Al quedar fuera de carreraAlberto Fujimori —quien había renunciado a la Presidenciade la República en setiembre del 2000— sus mayores con-tingentes de electores, aquellos que se ubicaban en los sec-tores de mayor pobreza, se volcaron hacia Perú Posible bus-cando recomponer las alianzas clientelistas con el nuevomandatario2.

En verdad, no teníamos nada nuevo con esta situación,como ya lo había notado Jorge Parodi cuando describió la«trayectoria plebiscitaria» que caracterizaba al comporta-miento electoral de los sectores pobres del país, demostra-da en el comportamiento electoral de las zonas popularesurbanas en las elecciones de 1985, 1989 y 1990, en las que

2 Carlos A. Torres Vitolas: Comportamiento electoral peruano en las elecciones presidencialesdel 2001. Una aproximación cuantitativa. Asociación SER; Lima, 2002; p. 55.

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solamente un 18.6% del voto fue constante para un deter-minado partido3.

Entonces, el nuevo gobierno que surge en el 2001 bajo elmarco preciso de tener que establecer una institucionalidaddemocrática que no sólo debía recomponer el sistema políticoluego de una década de experiencia autoritaria sino, además,superar los vicios habituales de la política peruana, no pudoevitar que la realidad terminara imponiéndose y debió repro-ducir estas prácticas que resultaban contrarias al ejercicio deuna debida democracia. Las relaciones clientelares suponenuna relación jerárquica, entre partes desiguales, personalizadasy no universales, y que en gran medida se establecen sobre unambiente de informalidad en la que lo pactado no implica obli-gaciones.

3 Jorge Parodi: Los pobres, la ciudad y la política. Centro de Estudios Democracia ySociedad; Lima, 1993.

Yo no soy partícipe de las «casas de brujas», delrevanchismo, de la persecución, y lo digo con igual fuer-za, no soy partícipe de la impunidad. Una sociedad nopuede encontrarse a sí misma, no puede reconciliarse, nopuede cerrar heridas como lo debemos hacer, si no cono-cemos la verdad.

(Alejandro Toledo, declaraciones a radio Nederland, 2001).

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25Eduardo Toche

Elecciones Presidenciales 2000

(Fecha: 9/4/2000)

Resumen de resultados

Válidos Nulos Blancos Impugnados Electores

11 084 517 271 308 708 603 0 12 085 545

Total de votos por partido

Partido Político Número de Votos

Alianza Electoral Perú 2000 5 528 394

Partido Perú Posible 4 460 812

Movimiento Independiente Somos Perú 333 049

Agrupación Independiente Avancemos 246 781

Partido Político Solidaridad Nacional 199 813

Partido Aprista Peruano 152 519

Partido Político Frente Popular AgrícolaFIA del Perú 80 099

Agrupación Independiente Unión por el Perú 36 541

Fuente: Datos Procesados por ONPE sobre mesas computadas.

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Elecciones Presidenciales 2001(Fecha: 8/4/2001)

Resumen de resultados

Válidos Nulos Blancos Impugnados Electores

10 601 720 402 436 1 260 193 0 14 898 435

Total de votos por partido

Partido Político Número de Votos

Partido Perú Posible 3 871 167

Partido Aprista Peruano 2 732 857

Alianza Electoral Unidad Nacional 2 576 653

Frente Independiente Moralizador 1 044 207

Alianza Electoral Solución Popular 79 243

Partido Renacimiento Andino 85 436

Partido Proyecto País 79 077

Todos Por La Victoria 33 080

Fuente: Datos Procesados por ONPE sobre mesas computadas.

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27Eduardo Toche

Elecciones Presidenciales 2001 Segunda vuelta(Fecha: 8/4/2001)

Resumen de resultados

Válidos Nulos Blancos Impugnados Electores

10 453 485 1 341 938 333 546 0 14 899 292

Total de votos por partido

Partido Político Número de Votos

Partido Perú Posible 5 548 556

Partido Aprista Peruano 4 904 929

Fuente: Datos Procesados por ONPE sobre mesas computadas.

LAS ALIANZAS

Otro aspecto fundamental para el desenvolvimiento delgobierno del presidente Toledo, que se formó en las campañaselectorales del 2000 y 2001, fue la capacidad del entonces can-didato para nutrirse de aliados. Esto tuvo dos momentos muydefinidos. Una cuestión fue el apoyo que recibió cuando de-bió enfrentar a Fujimori, en el 2000, y otra muy diferente cuandose realizaron las elecciones del 2001, sin la presencia del ante-rior gobernante y teniendo al frente a dos candidatos cuyospartidos habían sido previamente sus aliados.

En este sentido, la tensión política que se produjo en el2000 no fue consecuencia de una polarización social que diera

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como resultado la radicalización de los partidos y organizacio-nes políticas. Por el contrario, es una transición en donde lapolítica fue, aunque parezca lo contrario, un factor ausente. Nohubo extremismo ideológico ni, por lo tanto, ámbitos en loscuales podían formularse los acuerdos y alianzas bajo estos tér-minos.

Lo que aglutinaba a la oposición era la posibilidad de«abrir» el sistema luego de una década en que se fue angostandopaulatinamente, justo en el momento en que el fujimorismodebió ser muy agresivo al sentir que estaba transitando por unode sus momentos más vulnerables. Esta transición, por lo tan-to, no renovó las relaciones entre las fuerzas sociales y susrepresentaciones políticas. Tampoco presionó para una defi-nición ideológica más nítida ni fomentó la necesidad de re-construir el sistema de partidos.

En gran medida, que así sucediera tuvo que ver con la des-composición del tejido social luego de décadas de crisis eco-nómica y violencia política, a las que se sumaron políticas eco-nómicas neoliberales y lucha contrasubversiva esencialmentemilitar. Asimismo, la debacle de los partidos también fue unfactor decisivo para encontrarnos hacia el fin de siglo en unasituación políticamente insólita: no teníamos organizacionespolíticas representativas ni tampoco sujetos a quienes repre-sentar.

Por eso, los acuerdos y alianzas que surgen entre las fuer-zas que se encontraron en el lado democrático fueron transi-torios y de corto plazo. A pesar de asumirse como necesidadla reconstrucción democrática del país, la extrema precarie-dad de las organizaciones políticas hizo que sus cálculos notrascendieran las correlaciones inmediatas, bajo la premisade que la tentación autoritaria, dado el rápido y catastróficodesenlace que sufrió el fujimorismo, estaba cancelada por unlargo tiempo.

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Así, el periodo democrático que se inauguró en el 2001debió plantear y dar curso a los problemas sobre el carácter delas relaciones entre la política y la sociedad, los que finalmen-te no fueron tomados en cuenta por ninguno de los actorescomprometidos. Transcurrido el tiempo, está claro que unacuestión básica como es la construcción de la fisonomía y elperfil que debían identificar a las diferentes organizacionespara, de esta manera, ofrecer alternativas a la sociedad, no fue(ni es) una cuestión prioritaria.

Por ello, una gran dificultad que atraviesa la política pe-ruana es la falta de claridad para establecer la competenciaentre personas e ideas de manera adecuada. Incluso, la obviaorfandad ideológica existente entre los diversos participantesen el escenario nacional impide que los conflictos —y tambiénlos acuerdos— puedan expresarse y canalizarse institucio-nalmente.

Este no es un asunto menor. Los intereses y opiniones quese expresan a través de los partidos son, a su vez, indispensa-bles para definir a los diversos sectores sociales. En ese senti-do, sirven para modular las situaciones propensas a hacerpeligrar la estabilidad del sistema. Los partidos son los llama-dos a representar los diversos intereses y opiniones bajo elmarco de un consenso básico que anule la posibilidad de unaalternativa que presione con violencia sobre lo establecido ynormado.

Pero, si ello no ocurre debido a la ausencia de organicidaden las expresiones partidarias, resulta imposible establecer unaplataforma de consenso y el debate, como está sucediendo, seagota en asuntos de cortísimo plazo sin ningún tipo de pers-pectivas. Así, el conflicto social que debe soportar el actual go-bierno no está pasando por el ámbito político y, lo que es más,muchas de las reglas democráticas que debieron quedar clara-mente establecidas están siendo peligrosamente cuestionadas.

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Es evidente que la principal responsabilidad de este esta-do de cosas recae en el presidente Toledo y Perú Posible, suorganización política, cuyos desempeños han demostrado noestar a la altura de las circunstancias. No era un secreto que latransición democrática peruana iba a resultar sumamente com-plicada, entre otras cosas, porque plantea un escenario suigeneris en el sentido de que se trataba de superar un tipo derégimen que no era precisamente habitual en la región. Paraello se necesitaba, como ocurrió en otros países —por ejem-plo, Chile—, un partido capaz de conducirla y liderar una alian-za que determinara los términos de la democratización. Nofue lo que sucedió con Perú Posible, que resultó siendo másque una organización política un conglomerado de fraccionesy personas que no pudo finalmente perfilar una opción den-tro del proceso.

Además, está el agravante de que tampoco hubo claridaden el resto de las organizaciones políticas que se incorporarona la competencia democrática que trata de organizarse desdeel 2000. Con estructuras anquilosadas, sin fundamentosprogramáticos, y con líderes carentes de imaginación y fatiga-dos, poco o nada han ofrecido como actores decisivos. Por ejem-plo, la campaña electoral del 2001 fue notable por la orfandadde propuestas formuladas por los protagonistas: mientrasToledo continuó con el esquema utilizado para enfrentar aFujimori, sin reparar que el escenario era ahora, a pesar delpoco tiempo transcurrido, radicalmente diferente, sus princi-pales contendores prefirieron no exponerse con planteamien-tos claros que articularan decisivamente la política con las de-mandas de la población.

Tanto Lourdes Flores como Alan García se encontraron enla circunstancia de competir electoralmente bajo la premisa deque sería imposible el triunfo si sus respectivas propuestas nolograban convocar a sectores que se hallaban fuera del ámbito

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social que supuestamente representaban. En gran medida, lainmensa deslegitimidad de los partidos políticos, que les im-pedía construir capacidades hegemónicas, los obligó a diluiren la medida de lo posible un perfil con estas características,optando en su lugar por estrategias que permitieran obtenersus votos de todos los sectores sociales con la consiguientepérdida de precisión ideológica y programática. Una de loslastres dejados por el fujimorismo, una convocatoria política«movimientista» muy semejante a los «populismos» que afir-maba combatir, fue un límite en el que debieron desenvolver-se ahora las opciones electorales.

Como se recuerda, la candidata de Unidad Nacional,Lourdes Flores, apostó por una fórmula que aparecieraconvocante y consensual, que finalmente tuvo como previsi-ble desenlace entrampamientos y vacíos que no pudo resol-ver. Al intentar mostrar que era posible resumir en un soloespacio a los representantes del capital y del trabajo sólo hizomás visible las contradicciones entre ambos, complicando sucampaña hasta el punto de quedar fuera de carrera a pesar detener en algún momento grandes posibilidades.

Por otro lado, un sorprendente Alan García reingresó alescenario político peruano por lo alto, aglutinando las fuerzassociales del aprismo que durante una década estuvieron dis-persadas ante la debacle de la maquinaria partidaria. Sin em-bargo, a pesar de los ímpetus modernizadores que adornaronsus discursos iniciales apenas retornó al país, casi inmediata-mente cambió el tono y prefirió apelar a sus conocidas dotesescénicas.

García optó por hacer una presentación electoral cauta, sinarriesgarse a proponer un claro deslinde con el modelo econó-mico neoliberal, tal como pronosticaba gran parte de la opi-nión pública. En su lugar, centró sus discursos en promesasque, según calculaba, no afectarían el modelo económico

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imperante y, por lo tanto, evitarían mayores tensiones con losdesconfiados empresarios y organismos multilaterales. Por otrolado, estimó que serían relativamente fáciles de conseguir ypodrían tener impacto positivo en las economías familia-res, especialmente las de bajos recursos. Así, imitando loque había realizado el derechista Ricardo Lavín en las elec-ciones presidenciales chilenas, centró su espectro de ofreci-mientos a cuestiones tales como reducción de las tarifas deservicios, especialmente de la energía eléctrica, y de los me-dicamentos.

Además de no plantear una alternativa al neoliberalismoeconómico, los candidatos del proceso electoral del 2001 tam-poco formularon un derrotero claro sobre cómo debíareconstruirse la democracia en el país. Asimismo, ante la au-sencia de elementos ideológicos, el debate electoral se volvióinsulso aunque se trató de explicar esta situación afirmandoque los candidatos prefirieron «correrse» hacia el centro delespectro político por ser lo adecuado en ese momento. Es po-sible que haya sido así, aunque todo parece indicar que talsituación fue resultado de un «acuerdo» implícito debido a

Ya no existen modelos. Los paradigmas que en el áreaprevalecían son paradigmas rotos. Nosotros hemos dichoque apoyamos una economía de mercado con rostro hu-mano. Para definirlo con más precisión significa mane-jar la economía con responsabilidad, una política fiscal ymonetaria disciplinada, los precios relativos en su lugar,privatizaciones, construir un clima para atraer la inver-sión privada y extranjera.

(Alejandro Toledo, declaraciones a la BBC, junio 2001).

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que ninguno de ellos se sentía con la suficiente seguridad comopara polarizar la competencia.

Bajo este escenario, en el que no hubo definiciones de ningúntipo, es que se insertó Perú Posible sin poder sostener el liderazgoque había conseguido en el 2000. Fue entonces cuando empezó amostrar las primeras evidencias de su poca capacidad política.Si bien la situación generada no era idónea para imponer la con-ducción del proceso, dada la disposición de los dirigentes de lasotras organizaciones políticas, que calcularon obtener mejoresventajas asumiendo el rol opositor, el desempeño de Perú Po-sible ante esta circunstancia agravó aún más el problema.

En primer lugar, no pudo evaluar de manera certera lanaturaleza de sus adherentes electorales. En suma, como ha-bíamos indicado líneas arriba, gran parte de la población quevotó por Toledo tenía la casi única expectativa de reconstituircon el ahora Presidente el tipo de relación que habían mante-nido con el anterior, es decir, caracterizada por vínculosclientelistas. Pero, además, una cuestión obvia que debió te-nerse en cuenta y no se hizo fue asumir la extrema volatilidadde estos ocasionales simpatizantes que no los convocaba unprograma ni una ideología, sino intereses más concretos y co-tidianos que esperaban se los resuelva el nuevo gobernante y,por lo mismo, predispuestos a la protesta social apenas tuvie-ran indicios ciertos de haber quedado fuera de los canales deredistribución.

En segundo lugar, las alianzas tejidas por Perú Posiblefueron evaluadas, al parecer, por las potencialidades que po-dían otorgar en el plazo inmediato pero sin considerar los as-pectos negativos que ellas conllevaban ni los aportes que po-dían ofrecer en función de una mayor fortaleza política queotorgara estabilidad al nuevo gobierno.

Así, las necesidades electorales se impusieron y parecieraque la lógica usada por los operadores de Perú Posible fue la

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sumatoria simple, en la que cada grupo que se integraba a suentorno era visto como un guarismo sólo en función a ganarlas elecciones presidenciales claramente y alcanzar la mayoríaparlamentaria. De esta manera, empezó a cobijar sectores delfujimorismo en descomposición, fracciones que habían esta-do expresándose en otras organizaciones políticas, grupos ideo-lógicamente compactos pero sin capacidad de organizar supropia expresión partidaria, personalidades con peso especí-fico propios y otras organizaciones políticas cuyo bagaje deideas y estructura organizativa eran iguales o peores que lasmostradas por Perú Posible. En conjunto, esta heterogenei-dad que no pudo ser sintetizada bajo un programa claro ycoherente tuvo una dinámica centrífuga, poca propensa a dis-ciplinarse y políticamente contraproducente.

Sobre lo último, cabe comentar dos cuestiones que resultanilustrativas sobre el mal manejo de las alianzas por parte dePerú Posible. La primera de ellas es la que formó con el FrenteIndependiente Moralizador. El argumento que se dio fue quepermitía conseguir mayoría parlamentaria, lo cual fue verdadpero sólo hasta cierto punto, pues consiguió una mayoría rela-tiva que, dada la composición congresal que surgió de las elec-ciones del 2001, resultaba una ventaja mínima sobre los blo-ques que empezó a formar la oposición, especialmente el APRA.

Por otro lado, esta alianza recortó ostensiblemente las po-sibilidades de colaboración que, tal vez, Toledo hubiera conse-guido del Partido Aprista, pues la obsesión contra éste porparte del líder del FIM, Fernando Olivera, anuló de plano cual-quier posibilidad en este sentido. Pero lo aparentemente inade-cuado que significa la alianza con el FIM, que rápidamenteempezó a expresarse en las correlaciones parlamentarias, enlas que sólo la habilidad de Carlos Ferrero Costa para condu-cir la mesa directiva mediante la puesta en práctica de unaactitud de consenso y negociación con la oposición, evitó que

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dicho poder del Estado no ingresara a una situación caótica;todo lo cual no fue la única expresión de lo mal que se diseña-ron éstas. Está el caso de los deslices y expresiones desafiantesde congresistas como Jorge Mufarech, un cuestionado ex mi-nistro del régimen de Fujimori, que careció de una respuestapolíticamente pertinente.

Una segunda cuestión fue lo que aconteció con aquelloscolaboradores que, aunque fueron identificados genéricamentecomo izquierdistas, lo cierto es que no representaban a ningu-na organización política. Fue el caso de los ministros Fernan-do Rospigliosi, Gino Costa, Cecilia Blondet y Nicolás Lynch.Los elementos aportados por estos aliados consistieron enideas, programas sectoriales y recursos humanos muy impor-tantes para llevar a cabo una serie de acciones indispensablespara el fortalecimiento democrático del país.

En efecto, la valoración que obtuvieron del desempeño ensus cargos fue bastante positiva pero, aún así, paulatinamenteel presidente Toledo prefirió ponerlos de lado para satisfacerde esta manera las presiones que recibía desde su propia or-ganización, las que consideraron que dichas personas eran enrealidad competidoras de espacios que aspiraban obtener. Deesta manera, la confianza que le podía generar su entorno máspróximo prevaleció sobre la posibilidad de expandirla haciafuera de su organización partidaria.

En conclusión, cuando sobrevino la caída del régimenfujimorista era evidente que la extrema debilidad de los actorespolíticos peruanos hacía prever una transición democrática pla-gada de dificultades. En este sentido, lo razonable era esperarla formación de una suerte de consenso básico que permitierala estabilización del proceso y, en la misma medida, localizarlos problemas estructurales del sistema político, que veníanmanifestándose desde décadas atrás y había provocado, entreotras cosas, la legitimidad del autoritarismo de los años 90.

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Sin embargo, lejos de tomar las cosas en su verdadero sen-tido, el debate se desenvuelve en el inmediatismo sin perfilarninguna opción válida para el mediano y largo plazo. De estamanera, si bien Perú Posible demuestra que no cumple conlas exigencias indispensables para ser la organización políticaque debe conducir tan problemático proceso, la situación seagrava cuando ninguno de los otros partidos tampoco demues-tran la capacidad necesaria.

Esto nos conduce, una vez más, a volver la mirada haciaaquello que durante décadas viene siendo denominada la «cri-sis del sistema de partidos políticos» para encontrar allí, segu-ramente, la raíz de los entrampes de nuestra construcción de-mocrática.

LA CRISIS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Es cierto que cuando se refiere el tema de la crisis de lospartidos políticos no estamos ante una situación particular delPerú. En la región latinoamericana viene siendo un rasgocrucial para entender el desempeño de la política durante lasúltimas décadas y, en este sentido, dicho problema se ha pre-sentado lleno de paradojas y hasta resulta desconcertante.

El aspecto sustancial del mismo radica en la calidad de larepresentación que éstos poseen. Es decir, como organismosque canalizan las relaciones entre la sociedad y el Estado, lospartidos políticos deberían reflejar los intereses de los diver-sos sectores sociales y es este el factor que se viene cuestio-nando con intensidad. Cada vez se hace más evidente que losactores y las dinámicas formadas en el nivel social no son re-flejados por ellos, abriendo así profundos vacíos de articula-ción que conduce a preguntarse si es posible estabilizar proce-sos democráticos bajo situaciones en las que la política es pro-fundamente cuestionada.

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Para Cavarozzi y Casullo4 esta circunstancia tiene que vercon la superposición de dos procesos: uno de consolidacióndemocrática y otro de crisis de las modalidades de articula-ción de intereses que predominaron tradicionalmente en laregión. En efecto, desde la década de los 80 fueron evidenteslos esfuerzos hechos para resolver el paso desde sistemas au-toritarios a otros democráticos y, asimismo, la corroboracióndel agotamiento de aquello que los referidos autores denomi-nan la «matriz estado-céntrica».

Habitualmente, esto último se confunde con el interven-cionismo del Estado en la economía. Pero si fuera así, tendría-mos que incorporar situaciones que escapan a la lógica queimperó en Latinoamérica durante las décadas previas como,por ejemplo, los Estados de bienestar europeos. En realidad,la «matriz estado-céntrica» refiere al hecho de que la políticase organizó esencialmente en torno a las acciones del Estado.Aun cuando esta realidad incluyó prácticas democratizantes,es igualmente cierto que reforzó los sentidos jerárquicos yasimétricos en las relaciones sociedad-Estado que se explica-ban, fundamentalmente, por la extrema debilidad de los par-tidos políticos y la cuestionable representatividad de la quesiempre hizo gala la institución parlamentaria.

Entonces, los partidos políticos latinoamericanos debieronasumir la doble tarea de construir sistemas democráticos bajoun ambiente en el que la distribución de recursos desde losaparatos del Estado ya no era posible, por la sencilla razón deque esta práctica solo dio como resultado inflaciones y déficitfiscales. Esto, que fue generalizable para toda la región, ad-

4 Marcelo Cavarozzi y Esperanza Casullo: «Los partidos políticos en América Latinahoy: ¿consolidación o crisis?» En Marcelo Cavarozzi y Juan Abal Medina (comp.): Elasedio a la política. Los partidos latinoamericanos en la era neoliberal. Konrad AdenauerStiftung y Homo Sapiens Editores. Rosario, 2002.

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quirió características muy particulares en el Perú, donde latransición de los años 80 se hace, por un lado, con partidospolíticos que ya mostraban claros signos de agotamientoprogramático y poca capacidad para adecuarse a los nuevosretos y, por otro lado, con la presencia novedosa de una iz-quierda que había demostrado una alta capacidad para actuaren niveles locales de la política pero que no encontraba víaseficaces para plantearse como una alternativa nacional.

A todo ello debió agregarse el reto que significó la amena-za de la subversión que en poco tiempo se convirtió en uno delos ejes esenciales de la política peruana, al desnudar su débilestructura y su carencia de eslabonamientos debidos con lasociedad. Esta tensión, que se originó fuera del sistema y pre-sionó rápida y profundamente sobre él, no pudo ser barajadade manera adecuada por los partidos políticos actuantes y larespuesta dada, además de ineficaz, tuvo el grave inconve-niente de ir limitando paulatinamente los márgenes legalesde actuación al dar paso a una militarización del Estado en laque la excepcionalidad constitucional dejó de ser tal para con-vertirse en la normalidad.

Asimismo, el cambio de modelo económico aplicado paula-tinamente desde fines de los años 70, unido a las reiteradas cri-sis coyunturales, significó la pérdida de seguridad laboral paralos sectores populares del país, la disolución de los sistemas deorganización social —especialmente, los sindicatos— y la am-pliación de la marginalidad como la característica esencial quemostraría la sociedad peruana a partir de estos momentos. Deesta manera, las referencias habituales bajo las cuáles los par-tidos habían construido sus vínculos con la sociedad van per-diendo sentido, sin que buscaran otras claves que permitieransubsanar el quiebre que se estaba produciendo.

El resultado conocido fue el deseo de consolidar el sistemademocrático bajo un ambiente de creciente inestabilidad e ile-

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gitimidad del ámbito político. Los partidos políticos queda-ron desubicados cuando debieron reorganizarse bajo los nue-vos parámetros exigidos por el modelo neo liberal, que res-tringía las capacidades operativas y materiales del Estado. Apartir de ahora, la competencia política ya no podía darse enfunción a cuál tenía mejores posibilidades de aprovechar losrecursos públicos para reproducirse sino, por el contrario, cómopodían sobrevivir generando sus propios medios.

No lo lograron y a medida que la desestructuración de lamatriz estado-céntrica se hacía evidente el impacto sobre lostradicionales mecanismos de reproducción partidaria resultócontundente, alejando a los ciudadanos de la actividad políti-ca y debilitando, por ende, la legitimidad misma del sistema.Por ello no fue sorprendente que una serie de derivados deesta práctica política que devino en habitual —como laineficiencia del sector público, el clientelismo extremo y la co-rrupción— fueran vistos como íntimamente asociadas a lainstitucionalidad partidaria misma y se utilizaran para indu-cir aún más su desprestigio.

Un amago para superar esta situación fue el intento deAlan García en 1985. Bajo la cobertura de un discurso naciona-lista quiso reverdecer la matriz estado-céntrica y más pronto

Es de vital importancia ser honestos sobre lo que somoscapaces de entregar en el muy corto plazo porque soy cons-ciente de la enorme expectativa social. Creo que dar mues-tras de absoluta transparencia y moralización es muy útilporque tenemos un jurado moral. Es un país que le hanengañado por mucho tiempo y hay una apatía contra lospolíticos.

(Alejandro Toledo, declaraciones a la BBC, junio 2001).

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que tarde la realidad se rebeló contra ello. Si al inicio de sumandato García fue la esperanza de una renovación de la po-lítica en momentos especialmente dramáticos para el país, altérmino del mismo sólo fue la confirmación de una situaciónque ya no daba para más. Fue la oportunidad de los denomi-nados outsiders, tanto así que las elecciones generales de 1990se deciden entre dos de ellos, Fujimori y Vargas Llosa, siendola expresión de los primeros síntomas de la cancelación de lapolítica que experimentará el país durante los años 90.

Entonces, la doble transición política y económica no pudoser procesada por aparatos partidarios anacrónicos sin refle-jos suficientes para los requerimientos presentes. Esto, comopodrá deducirse, no tiene una explicación en los aspectos su-perficiales del sistema sino en su estructura misma y, de algu-na manera, reflejó los asuntos no resueltos del pasado históri-co, específicamente las características que adoptó la construc-ción del Estado nacional y las continuidades propias deloligárquico que subsistieron más allá de su vigencia.

Cavarozzi y Casullo señalan cuatro carencias al respecto.

I. Déficit en la constitución de ciudadanía

En este aspecto, ha sido notorio que en el Perú los avancesdemocráticos se han debido muy poco a las presiones que lasociedad ha ejercido sobre el Estado y, fundamentalmente, hansido producto de decisiones tomadas «desde arriba» o, en sudefecto, asumidas como una concesión del poder.

De esta manera, a pesar de haber tenido periodos de plenofuncionamiento de las instituciones formalmente democráti-cas, las restricciones en la formación de ciudadanos ha reduci-do de manera importante la presencia y participación de lossujetos que constituyen la base misma del sistema. En su lu-gar tenemos la reproducción de redes clientelísticas y el forta-

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lecimiento de los cacicazgos políticos, algo muy evidente cuan-do la política se relaja como sucedió durante el autoritarismofujimorista, en los que el factor crucial resulta siendo el ofertantede bienes y recursos mientras que la población debe sujetarsea desempeñar roles pasivos.

Bajo este ambiente, los derechos políticos y sociales quedeben ser garantizados por el Estado dejan de ser tales y pa-san a ser considerados como gracias concedidas que depen-den de ciertos intercambios localizados, personales yasimétricos.

II. Déficit en la institucionalizaciónde los sistemas de partidos

Los partidos políticos deben formar parte de un sistemaen el que las reglas son claras y respetadas por todos los par-ticipantes, aun cuando pueden ser propensas a críticas y, even-tualmente, cambiadas bajo un ambiente de consenso. Sobreesto, difícilmente podemos aceptar que en el Perú existe o exis-tió un sistema de partidos que mereciera el nombre de tal.Forzando la figura, podemos considerar momentos en el quelas organizaciones partidarias debieron dirimir situacionesestableciendo un mínimo de control sobre ellas a partir de laaplicación de algunas reglas básicas, pero de ninguna manerapodemos afirmar que hubo un consenso para delimitar y for-talecer el campo de su acción hacia los largos plazos. Por eso,cuando Julio Cotler asume que la transición peruana de 1980careció de las alianzas que pudieron fortalecerla, era porquelos actores no tenían la organicidad necesaria para llevarlas acabo5.

5 Julio Cotler: «La gobernabilidad en el Perú: entre el autoritarismo y la democracia».En Julio Cotler y Romeo Grompone: El fujimorismo. Ascenso y caída de un régimenautoritario. IEP. Lima, 2001.

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Pero, la institucionalidad político partidaria no se refiereúnicamente a la posibilidad de estas organizaciones para cons-truir un sistema sino también a la capacidad para transfor-marlo de acuerdo a las necesidades y retos que van presentán-dose en el transcurso del tiempo. Entonces, por un lado estánlos índices de regularidad que son capaces de establecer pero,igualmente, la flexibilidad indispensable que pueden mostrar,ambos igualmente importantes para la fortaleza del sistemademocrático.

En este sentido, las limitaciones que han tenido los parti-dos peruanos sobre los aspectos concernientes a la previ-sibilidad de su acción también se hacen extensivas a su faltade habilidad para manejar los cambios. Esto último sobresaleen los aspectos ideológicos y programáticos a partir de los años80, cuando no pudieron asimilar los cambios que experimen-tó el entorno donde actuaban con nuevas propuestas que tu-vieran intenciones hegemónicas. Casi podría afirmarse quedesde entonces los partidos trataron de ganar las elecciones

En los primeros cien días de gobierno vamos a reducir del18 al 17% el IVA y eliminar los impuestos distorsivoscomo el de Solidaridad, que no era otra cosa que la «cajachica» de Fujimori y Montesinos. Además, reduciremosel encaje bancario para hacer bajar las tasas de interés yde esta manera comenzar la reactivación; también enca-bezaremos una lucha frontal contra el contrabando, quenos hace perder miles de millones de dólares al año. Porúltimo, encararemos una etapa de privatizaciones, perocon la condición de que generen empleo.

(Entrevista a Alejandro Toledo, por Pablo Biffi, El Mun-

do (España), 2000).

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para administrar el Estado hasta donde le permitían sus po-cas capacidades, pero sin atinar a desarrollar una propuestaque, en todo caso, no existía.

Es decir, tener un sistema político evidentemente precarioy mostrando muchos flancos débiles fue producto, entre otrosfactores, de la poca capacidad de autotransformarse siguien-do las pautas que imponían la dinámica y las demandas deuna sociedad que cambiaba rápida y profundamente.

Fue así porque varias de las condiciones identificadas paraprovocar una reacción pertinente por parte de los partidos nose dieron. Además de la poca solidez de la organizacióninterpartidaria, también están los problemas inherentes a ladimensión intrapartidaria, en donde destaca, en primer lugar,la falta de representatividad y las dificultades para sintonizarlas demandas sociales, sistematizarlas e incorporarlas en unplan de acción. De otro lado, tenemos la falta de fortaleza enla organización que da pie a una vida institucional intermiten-te y otorga muchas posibilidades para que el partido sea usa-do como plataforma por líderes ambiciosos o grupos de inte-rés con objetivos particulares.

Como en pocos lugares, en el Perú la combinación de es-tos factores concluyeron en la práctica destrucción del débilentramado político que se había elaborado en las décadasprevias y, por lo que puede notarse, hay poca capacidad paraidentificar el sentido de los problemas y proceder a darle so-lución.

Se ha sugerido la necesidad de una ley de partidos políti-cos que establezca requisitos mínimos para que estas organi-zaciones actúen en el sistema. Sin embargo, dichos esfuerzospueden ser sólo una buena intención plasmada legalmente,sin ningún efecto práctico, si es que el eje del problema, que espolítico y no legal, no es resuelto por los partidos mismos.Además, la experiencia reciente invita a reflexionar muy se-

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riamente sobre la incapacidad de un sistema político como elperuano y su rápida debacle cuando sobrevienen amenazasdesde el exterior, como sucedió con el fenómeno subversivo,frente a las cuales sólo se atinó a respuestas tambiéncontrasistémicas.

III. Déficit en la resolución del equilibrio entre la«función representativa» y la función «gubernativa»de los partidos

Una de las cuestiones fundamentales para identificar losproblemas inherentes a los partidos políticos, además de losniveles de representatividad que mantienen con la sociedad,son las relaciones que establecen con el Estado. En la expe-riencia latinoamericana hubo ejemplos en el que esta relaciónadquirió una casi plena identificación, como fue el caso delPRI en México.

Entre nosotros, es probable que la poca consolidación delos partidos no solamente haya afectado sus relaciones con lasociedad sino también con el Estado. La función pública no seestableció a partir de estrategias diseñadas para desarrollarplanteamientos a largo plazo sino, por el contrario, los apara-tos del Estado fueron asumidos bajo un criterio patrimonialistaen el que los resultados electorales se interpretaron como lajustificación para reforzar los lazos clientelares, con lo cual seahondaba la débil representatividad que mantenían los parti-dos.

Al ser la función gubernativa una prebenda más que senegociaba con los adherentes y amigos, se impidió la forma-ción de un estado de cosas en donde el buen desempeño enlas funciones de gobierno se reflejara en los resultados electo-rales y, con ello, se ganara mayor legitimidad. Por el contrario,tuvo como efecto la sensación de estar gobernándose a favorde un sector, aquel cercano al gobierno de turno, y por lo mis-

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mo generalizar la concepción de la política como un coto ce-rrado en el que unos pocos se beneficiaban en desmedro de lamayoría.

IV. Déficit en la construcción del Estado

Un último problema que tiene relación con la construc-ción democrática en América Latina es la naturaleza de losestados y, en este sentido, es general la aseveración de queellos han sido aparatos de gran envergadura pero bastanteineficientes.

Este resultado ha sido consecuencia de dos cuestiones queaparenta ser contrarias pero que, en realidad se complemen-tan. En primer lugar, un proceso histórico que impidió la con-solidación de su autonomía respecto a las fuerzas sociales ypolíticas actuantes. Es decir, el Estado debería buscar un or-den que sea normado por una lógica propia y evitar así que seconvierta en un espacio de disputas y conflictos en el que pri-men intereses grupales o sectoriales.

Ahora bien, para que esta autonomía pueda ejercitarse elEstado necesita delimitar sus campos y evitar abarcar ámbitosque pertenecen al orden de lo social, pues de otra manera seerigiría como el único factor actuante y perder así el sentidode esta característica indispensable. Un Estado omnipresente,como ocurrió durante la vigencia de la matriz estado-céntrica,obliga a que todas las demandas sociales intenten hallar solu-ción por los canales públicos, inhibiendo la construcción y con-solidación de mecanismos no estatales.

Además de aumentar las probabilidades de conflicto al notener capacidad suficiente para dar cuenta de todas ellas, estacuestión resultó un elemento muy importante para que la so-ciedad civil no pudiera desarrollar capacidades propias y antelos entrampes surgidos por la falta de solución se propendieraa situaciones de extremo conflicto y violencia generalizada.

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Entonces, bajo esta perspectiva, que trata de llamar la aten-ción sobre lo crucial que resultan las continuidades y perma-nencias que residen en la estructura misma de la dimensiónpolítica peruana, tal vez podamos aquilatar de mejor maneralas dificultades que está presentando el actual proceso de cons-trucción democrática que se escenifica en el Perú.

Por un lado, parece existir una propensión a sobredi-mensionar las malas actuaciones del Presidente de la Repúbli-ca y del Poder Ejecutivo, y sindicarlos como causantes direc-tos y casi exclusivos de los entrampes. En efecto, gran partede la responsabilidad recae en un equipo gobernante que noha mostrado la calidad suficiente para conducir un procesolleno de peligros y amenazas.

Sin embargo, una vez más, tal como de alguna maneraocurrió a principios de los 80, se intenta construir un sistemademocrático sobre bases muy endebles que, peor aún, no me-rece la atención debida y sólo garantiza la reproducción defactores que terminan por socavarlo. Es un hecho que la de-mocracia no puede ser levantada aislándola de la política, algoconsustancial a ella, y ésta sólo puede ser ejercitada mediantepartidos orgánicos y representativos.

En este sentido, las continuas crisis que se presentan des-de el 2001 no se limitan al Ejecutivo sino que expresan cuellosde botella que comprometen a la totalidad del sistema políticoperuano. Así, lo que habría que evitar, aunque parece que noes así, es volver a reproducir situaciones de fuga en las que laprimacía del cortoplacismo obstruye la consolidación demo-crática.

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Algunas notas sobre la coyuntura

Eduardo Ballón

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Algunas notas sobre la coyuntura48

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1

La designación del gabinete Merino, de alguna maneracerró por el momento la crisis de gobierno de las últimas se-manas. Tras un largo periplo presidencial en búsqueda de unPrimer Ministro, en el que el cargo fuera ofrecido a distintaspersonalidades —Bedoya Reyes, Raúl Ferrero, Mario VargasLlosa, Antero Flores Araoz— que sucesivamente declinaron,y en medio de las presiones de un sector del partido de go-bierno que lo quería a Carlos Ferrero en el Premierato, final-mente emergió la figura de Beatriz Merino, cuyas cualidadespersonales y talentos profesionales están fuera de cualquierduda.

Es claro, sin embargo, por la forma en la que se llegó a sudesignación, que la nueva Premier y su gabinete, difícilmentetendrán el poder de gobierno que se pretendía para este Con-sejo de Ministros como fórmula para contrarrestar las debili-dades del protagonismo presidencial1. La no aceptación delencargo por varios de los consultados inicialmente, muestra,

1 Ello a pesar que su designación cuenta con una impresionante aprobación de laopinión pública —71%— según la encuesta de julio de Apoyo, Opinión y Mercado.

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Algunas notas sobre la coyuntura50

entre otras cosas, los límites de la baja credibilidad que hoytiene el primer mandatario. La composición final del cuadroministerial, por su parte, se explica por las fuertes resistenciasal cambio que se observan en el partido de gobierno2. Por sifuera poco, distintas declaraciones presidenciales, confirmanrecientemente su voluntad de mantener un importanteprotagonismo, por lo demás, difícilmente controlable.

Difícil tarea, en consecuencia, la que le espera al nuevogabinete ministerial. Más difícil aún cuando las diferencias ylos conflictos de intereses en Perú Posible no tienen cuandoterminar. El esfuerzo presidencial por allanarle el camino a lapresidencia del Congreso a Henry Pease —que supuso la com-posición final del gabinete— puede naufragar en la particu-lar comprensión de la democracia en el Perú posibilismo,donde parece entenderse que aquella se trata de una cartablanca para la competencia desenfrenada entre los pequeñosintereses y las perspectivas de los distintos grupos que exis-ten a su interior3.

Todo esto en un contexto en el que distintas acciones sub-versivas, aparentemente de Sendero Luminoso, se multipli-can y contribuyen a generar un fuerte ambiente de incerti-dumbre en la población, que a su vez, no parece dispuesta apostergar una gran cantidad de demandas legítimas, larga-mente embalsadas. El divorcio entre la sociedad y la represen-tación política que se profundiza en este escenario, será indu-dablemente uno de los desafíos más grandes del nuevo gabi-nete para construir la gobernabilidad del Perú.

2 La misma encuesta de Apoyo registra que el 58% de los encuestados cree quedebieron producirse mayores cambios.

3 En cualquier caso, el daño ante la opinión pública está hecho. Así, la mencionadaencuesta de Apoyo registra que un 36% de los encuestados prefieren un Congresopresidido por Flores Araoz frente al 28% que preferiría a Henry Pease.

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2El cambio de gabinete estuvo precedido por una sensación

creciente de ingobernabilidad que afectaba al país. A la caídaacelerada de la aceptación de la gestión presidencial que llegóal 11% en el mes de junio, en la que influye decisivamente elestilo presidencial y los rasgos básicos de su gestión, se aña-dieron como factores de coyuntura, la multiplicación de la pro-testa social y lo que aparecía como un rebrote «senderista». Elestablecimiento del estado de emergencia decretado por elgobierno fue expresión dramática de su debilidad y de su fal-ta de rumbo. Jaqueado por la protesta social en curso en esemomento —huelga de maestros, paro de agricultores, huelgade trabajadores administrativos de ESSALUD— y atemoriza-do por la inminencia de un paro policial, optó por una salidaautoritaria ante su incapacidad para prever conflictos y su grantorpeza para negociarlos una vez producidos. La medida, quevenía siendo demandada desde semanas atrás por diversossectores empresariales —la CONFIEP en particular—, permi-tió la recuperación del disminuido poder de las Fuerzas Ar-madas, las que pueden recomponerse rápidamente como unactor gravitante, retomando su perdida condición deinterlocutores políticos y, en la práctica, subordinando a laautoridad civil en el interior del país. En sentido estricto lamedida supuso un retroceso importante en la transición de-mocrática y una derrota de la política como forma de resolverlos conflictos.

La decisión final al respecto la tomó el Gabinete, amparán-dose en la radicalidad que fue asumiendo la protesta social,en medio de la cual se observaron algunos comportamientoscalificados como «senderistas» y violentos: i) captura de unacomisaría y de dos policías como rehenes en Jauja que termi-nó con el robo de un arma larga y varias cortas; ii) saqueo ypedrea de locales públicos y privados en Huancayo e incen-

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dio de un vehículo; iii) saqueo y robo de fruta en el fundo delMinistro de Agricultura. A ello se añadió un informe de inteli-gencia que llevó a la detención y traslado de 20 policías de lacomisaría de Ciudad y Campo en el Rímac, quienes habríanestado orquestando la movilización policial.

Las medidas políticas fueron decididas por el Ejecutivo ainiciativa de Toledo y su entorno y fueron posteriormente in-formadas a algunos representantes de Perú Posible en el Con-greso. Este poder del Estado estuvo al margen de la decisión,al extremo que dedicó toda la mañana del día em que se tomóla decisión a discutir y aprobar la ley de control de las ONGs.Dicha aprobación fue simultáneamente una demostración deltalante crecientemente autoritario y controlista de sectoresmayoritarios del partido de gobierno.

3

Como es obvio, una medida de esta naturaleza modificódrásticamente el juego político partidario que veníamos ob-servando. Cerró, en primer lugar, la posibilidad de una re-composición más plural y democrática del gabinete, como seevidenció en la posterior composición de éste. Fortaleció, ensegundo lugar, las posiciones más duras e intransigentes delpartido de gobierno que se manifestaron en la propuesta deFerrero como premier y posteriormente en el intento de can-didatura de Waisman a la Presidencia del Congreso. Ratificóla alianza básica con el FIM que desde el primer momentosalió a justificar la medida y que influyó en la designación delgabinete. El APRA, por su parte, queda en una posición muyincómoda: apoyando en el discurso a los sectores en conflictopero sin ninguna vinculación real con ellos y, por lo tanto, sincapacidad inmediata de negociar. Finalmente, la medida aislaaún más a los escasos sectores del gobierno que pretendían

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manejar las cosas de otra manera y fortalece la presencia y laacción en la sociedad de grupos radicalizados como Patria Roja.

Más profundamente, se puede estar empezando a confi-gurar una alianza gobernante bastante similar a la que articu-ló el fujimorismo: los sectores empresariales más grandes li-gados al capital trasnacional (CONFIEP), las Fuerzas Arma-das y un núcleo autodenominado partido que supone funda-mentalmente un conglomerado de distintos intereses priva-dos. Como es claro para la opinión pública, el argumento cen-tral de estos actores es que la economía (como ellos la entien-den) es la camisa de fuerza de la cual no puede escaparse lapolítica. Esta alianza empieza a insinuarse con cierta claridaden la campaña ya organizada en contra de la Comisión de laVerdad y en la «inflación» interesada del accionar de Senderotras el presunto secuestro de los trabajadores de Techint.

En sentido estricto, en esta coyuntura se evidenció unavez más la ostensible debilidad de nuestro sistema de partidos.Con severas limitaciones en su capacidad de representación,no puede funcionar como canal de articulación y procesamien-to de las distintas demandas sociales. Como lo recuerdan dis-tintos analistas, esta situación que es común a la región lati-noamericana, guarda relación con la superposición de dos pro-cesos: uno de consolidación democrática y otro de crisis de lasmodalidades de articulación de intereses que predominarontradicionalmente4. Para ser precisos, esta debilidad habla delos déficits existentes en la construcción de ciudadanía, en lare institucionalización del sistema de partidos, en el necesarioequilibrio entre las funciones de gobierno y de representaciónde aquellos y en la propia construcción del Estado.

4 Cavarozzi, Marcelo y Juan Abal Medina (compiladores): El asedio a la política. Lospartidos latinoamericanos en la era neoliberal, Konrad Adenauer Stiftung y Homo Sapienseditores, Rosario, 2002.

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Algunas notas sobre la coyuntura54

4

Las restricciones económicas en la coyuntura son impor-tantes sin duda. El aumento otorgado a los maestros repre-senta el 0.1 del PBI; el demandado por ellos no llegaba al 0.28de aquel. El problema de fondo, sin embargo, es bastante ma-yor si no nos quedamos en el árbol y observamos el bosque. Elcuadro siguiente muestra un estimado de los «costos» anua-les de las demandas de los principales sectores sociales en con-flicto o ad portas del mismo:

Sector Social Demanda Costo anual

Magisterio Incremento de remuneraciones 806’000,000 (1)

Policía Nacional Valor de la ración orgánica única 112’800,000 (2)

Vacaciones impagas 51’000,000

Bonificación por destaquey vestimenta 140’000,000

Bonificación por fallecimientoy viudez 37’000,000

Aumento Dirección de Sanidad 6’200,000

Junta de Usuarios Reducción del IGV de 18 a 3% 42’000,000de Riego

EsSalud Demanda salarial 612’000,000

Poder Judicial Demanda salarial 7’300,000

TOTAL 1,814’300,000

(1) El gobierno ya aprobó un incremento de 100 soles mensuales por maestro, lo queequivale a un costo de 384 millones de soles anuales.

(2) Mediante el DS 068-2003-EF , el gobierno ya aprobó este gasto.

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Es claro que tales demandas, que han estado embalsadaspor varios años, no pueden ser resueltas sostenidamente. Lasmismas, que expresan la miseria secular en la que vive granparte de la población nacional así como la profunda desigual-dad socioeconómica que nos divide, han sido exacerbadaspor las promesas grandilocuentes del Presidente de la Repú-blica, que aparecen convertidas en «banderas de lucha» devarios de los sectores en conflicto. La situación se enrarecemás porque los sueldos asignados a la cúpula del Ejecutivoy el Congreso, que son muy altos en términos nacionales, sibien no resolverán ningún problema masivo de recortarse,revelan una falta de sensibilidad y de criterio político sor-prendentes.

Por lo demás, como lo recuerdan distintos críticos del go-bierno, es totalmente contradictorio presionar la solución alconflicto social con el argumento de la restricción económicay simultáneamente negociar en los términos que se está ha-ciendo con las grandes empresas (casos ETEVENSA, Barrick,que fue acotada por la SUNAT por 40 millones de dólares enlos años 1999 y 2000 de un total de 141 millones, LAP, entreotras). La reciente y poco verosímil preocupación del Ejecu-tivo por la austeridad en el sector público y la puesta en va-lor de distintos activos, así como su propuesta de tratamien-to de la deuda externa en la reciente Cumbre de Presidentes,muestran que a pesar de las severas restricciones económi-cas, hasta a este gobierno se le pueden ocurrir mecanismosalternativos para la gestión económica, que a pesar de sutibieza y su carácter parcial —impuesto a los intereses de losahorros—, erizan a la clase política que los rechaza a fardocerrado.

Como resulta obvio, el tema de fondo en este campo es elde los límites del modelo económico del que difícilmente pue-

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Algunas notas sobre la coyuntura56

de escaparse el gobierno5. Es claro que la legítima presión ymovilización social que se observa desde diversos sectoressociales por mayores ingresos y por mejores condiciones eco-nómicas pone en el corto plazo en la agenda el conflictivo temade la reforma tributaria. Las posibilidades de redistribución,incluso dentro del marco del modelo económico vigente, pa-san por el fortalecimiento y la autonomía de la SUNAT6, por larevisión de los abusos cometidos por grandes empresastransnacionales en el marco de los contratos de estabilidadjurídica7, la revisión de todas las exoneraciones tributarias, elcontrol de los ingresos por servicios de los profesionales libe-rales exitosos y la ampliación social de la base tributaria. Setrata, sin ninguna duda, de un tema ineludible si se pretendeafrontar seriamente la gobernabilidad del país.

Simultáneamente se tiene que plantear el tema de la carre-ra pública. Es claro que uno de los «combustibles» centralesde la protesta social es el enorme descontento que resulta dela desigualdad de ingresos y de condiciones de trabajo que seobservan en el sector estatal que, adicionalmente, requiere

5 Recordemos simplemente el pago de la deuda externa que de acuerdo al MEF, esteaño alcanza los 2,748 millones de dólares, el 2004 llega a 3,000 millones y se incrementahasta alcanzar los 4,322 millones de dólares el año 2008.

6 La crisis fiscal está al centro del debate político y económico en un país que, comoes obvio, no puede satisfacer sus demandas sociales con una presión tributaria del12% del PBI, ni con un presupuesto en el que el 80% de la recaudación proviene deimpuestos indirectos. Las cifras del BCR indican que el pago de impuestos de laspersonas jurídicas ha caído entre 1997 y el 2002 del 2.7% del PBI al 1.9%. Ese 0.8%equivale a cerca de 1,600 millones en el 2002 que permitirían cubrir buena parte de lasdemandas sociales.

7 Están pendientes los resultados de la investigación de la SUNAT con respecto a lasfusiones y divisiones de tres empresas eléctricas —Luz del Sur, Edelnor y Edegel—que de acuerdo al Tribunal Fiscal deben ser analizados con base a la Norma VIII delCódigo Tributario.

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modernizarse y fortalecerse. Es en ese marco que debiera plan-tearse el tema de las remuneraciones.

5

Medidas de esa envergadura requieren de un acuerdo po-lítico muy amplio. El mismo difícilmente puede esperarse deldenominado Acuerdo Nacional, cuya debilidad es ostensible,tanto para los actores involucrados en él cuanto para el con-junto de la sociedad. Sin descartar totalmente el eventual inte-rés y la voluntad política del gobierno en esta perspectiva, esclaro que el reto que ella supone parece exceder su capacidad.La declaratoria del estado de emergencia a nivel nacional hacemás difíciles las ya complejas posibilidades de una política dediálogo y construcción de acuerdos. En este escenario, la pre-gunta elemental es desde dónde es posible construir un ordenpolítico viable y medianamente estable, dadas las enormes li-mitaciones del conjunto de la clase política y considerando elfortalecimiento de las posiciones extremas que supone la me-dida.

La pregunta adquiere más sentido aún si observamos loque ocurre en el espacio de la sociedad. Los sectores hoy díamovilizados están liderados, en la mayoría de los casos, pordirigentes con una militancia partidaria. En el caso del CENdel SUTEP se trata mayoritariamente de militantes de PatriaRoja, con excepción de dos independientes de «izquierda» yun aprista, enfrentados con grupos menores (el Comando deLucha y el SUTE-Democrático) en los que hay desde antiguosmilitantes de otras agrupaciones de IU hasta cuadros«senderosos», que son los menos, interesados todos —entreotras cosas— en el control de la Derrama Magisterial, que hoydía aparece entre las 500 empresas más grandes y con mayormovimiento del país.

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La mayoría de los dirigentes de EsSalud están vinculadosal APRA, como lo están también los dirigentes del Poder Judi-cial, donde a decir de La República, habrían algunos líderes«senderosos». En el caso de los productores agrarios, lo que seha observado es un error de cálculo del CUNGA cuyas basesprincipales —CCP y CNA— parecen haberse sumado con fuer-za a la protesta de la Junta de Usuarios de Riego, organizaciónen la que las vinculaciones partidarias no son tan claras.

Estos sectores pertenecen al sector más mesocrático de ladenominada sociedad civil mientras los segmentos más po-bres de ésta, hasta hoy ni son parte activa de las movili-zaciones ni muestran capacidad de articulación de deman-das propias. La lógica de las demandas de los sectores movi-lizados, hay que subrayarlo, es sectorial y bastante puntual,por lo que sus posibilidades de articulación, por lo menos enel corto plazo, son mínimas. Lo que no quiere decir, comohemos visto estos días, que no tengan capacidad de jaquear aun gobierno débil máxime cuando en un estado de emergen-cia el riesgo de las provocaciones de cualquier origen, seincrementa grandemente.

6

En este escenario, la declaratoria del estado de emergen-cia, que no creemos era inevitable, le representó algunos pun-tos de reconocimiento al Presidente y al gobierno en las en-cuestas, rápidamente perdidos por sus propios errores (unasemana buscando Premier y «manoseando» distintos nom-bres)8. La radicalidad de la protesta social —marchas continuas

8 A pesar de ello, entre las encuestas de junio y de julio de Apoyo, Opinión y Mercado,la aceptación de la gestión presidencial crece de 11 a 13%. En este resultado influyetambién la designación del nuevo gabinete.

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en las calles, ocupación de locales públicos, bloqueo de carrete-ras, enfrentamientos con la policía— y la violencia contenidaque se observaba en muchas de sus manifestaciones, provocóel temor y el consiguiente rechazo de sectores significativos dela población. Las demandas de «orden y disciplina», convienerecordarlo, son más significativas y amplias que los sectoresque añoran a Fujimori y la sensación de ingobernabilidad y defalta de autoridad fueron muy fuertes estos días.

En sentido estricto, el estado de emergencia, antes que auna situación incontrolable, respondió a la incapacidad delpoder político de adelantarse a la solución de demandas so-ciales previsibles, evitando llegar a situaciones extremas. Entérminos de su ya debilitada imagen democrática fue sin nin-guna duda un importante punto en contra, que contribuyó adeteriorar una situación política ya mala antes de la medida,incrementando la incertidumbre política que existe en el país.

7

En los días recientes, destaca sin duda, la ofensiva lanzadacontra la Comisión de la Verdad. Desde diversos lados, algu-nos de ellos insospechables como el doctor Valentín Paniagua,las fuertes críticas a su labor han ido evidenciando un ánimocrecientemente autoritario y anticomunista en buena parte dela clase política nacional. Temerosa de hacer frente a su res-ponsabilidad, aquella encuentra en el supuesto «rebrote»senderista argumento suficiente para descalificar el trabajo dela Comisión. A partir del polémico caso Techint9 las accionesde este grupo parecen multiplicarse y su presencia es amplifi-cada por los medios de comunicación de masas.

9 Ver Tuesta, Glatzer: «Techint: secuestro en campamento», en Ideele, número 155,Lima, junio del 2003.

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Estos hechos, además de evidenciar la incompetencia delactual Ministerio del Interior, muestran la voluntad de los re-manentes de SL de «expresarse» también ante el informe de laCV que, sin duda, abrirá uno de los debates ideológicos másimportantes de la historia reciente del país por lo que suponede mirada a aspectos estructurales de nuestra sociedad y desus relaciones con el Estado, pero también por los comporta-mientos concretos que analiza.

Sin negar la preocupante importancia que tienen los he-chos que demuestran la existencia de por lo menos tres co-lumnas armadas de SL, es claro que éstos no guardan propor-ción con la bulla que se está haciendo alrededor y que coinci-de con una notoria ofensiva del fujimontesinismo en distintoscampos de la vida política nacional, como es ostensible. Suimpacto sobre la opinión pública es notorio como lo demues-tran las respuestas a una encuesta reciente, que entre otrascosas pregunta por los aspectos más negativos del segundoaño de gestión toledista, con los resultados siguientes:

El exceso de promesas 49%

El resurgimiento de Sendero Luminoso 44%

La falta de creación de empleo 44%

La falta de liderazgo en el Presidente 43%

Los constantes viajes al extranjero 41%

El aumento de los impuestos 38%

La pérdida de credibilidad del Presidente 36%

Declarar el estado de emergencia 33%

El mal uso de los recursos públicos 32%

La manera como se manejó la huelga del SUTEP 30%

La falta de mano dura contra las protestas 22%

Otros aspectos negativos 2%

No precisa 1%

Fuente: Apoyo, Opinión y Mercado, Encuesta en Lima, julio 2003.

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8

En este escenario, el divorcio entre sociedad y política seestá profundizando y agudiza la crisis de representación y dela democracia misma. Los distintos niveles de gobierno —na-cional, regional y local— están severamente cuestionados. Lasencuestas muestran que las simpatías por las distintas fuerzaspolíticas están por debajo del 10% (el APRA que es el únicopartido real apenas llega al 9%) y, de verse forzados a escoger,no alcanzan el 20% (el APRA tiene 16%). La gestión de losgobiernos regionales es mayoritariamente desaprobada por laopinión pública —la excepción es Lambayeque— llegando lacensura en algunas regiones (Arequipa) al 82% de losencuestados. El panorama a nivel de los gobiernos locales pen-samos que no es sustantivamente diferente.

El tema de la participación ciudadana adquiere en este con-texto una vigencia renovada. La única manera de relegitimarla representación política en todos sus niveles, pasa por laapertura que se logre para la participación de la sociedad civil.De allí que resulte previsible la inminencia del debate que in-tenta mostrar una oposición significativa entre democraciarepresentativa y democracia participativa.

9

Con estos elementos, es claro que el escenario futuro serámuy difícil. Los desafíos para la gobernabilidad democráticadel país estarán a la orden del día y algunos temas centralesque el gobierno orilló hasta la fecha —la política tributaria,por ejemplo— estarán en el centro del debate. La presencia deBeatriz Merino en el premierato y la eventual presidencia deHenry Pease en el Congreso, mejorarán con seguridad lasposibilidades de un gobierno que por momentos marcha al

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Algunas notas sobre la coyuntura62

garete. La voluntad concertadora de ambos es su mejor capi-tal, que sin duda es insuficiente para la magnitud de la agen-da que deberán afrontar. El Presidente, mientras tanto, sigueconvencido de que su principal problema es de imagen10 ymantiene, en consecuencia, una voluntad de protagonismo quelo convierte en su principal enemigo, en competencia ferozcon su propio partido, sin entender que un eventual fracasode su gabinete será el inicio del final de su caída.

En un contexto en el que todavía nadie parece decididoplenamente a terminar con Toledo, todos juegan a presionarloal máximo; los más para conseguir intereses puntuales, losmenos para que defina claramente una nueva alianza gober-nante. Hay, sin duda alguna, tres temas que concentrarán laconflictividad de los próximos meses: i) la presentación delinforme de la Comisión de la Verdad; ii) la definición de estra-tegias para financiar el presupuesto del 2004 y la inevitablediscusión del modelo económico; iii) la movilización social dedistintos sectores, que conviene recordarlo, han establecido unatregua (productores agrarios, EsSalud, etc.) y no el final de susdemandas.

10 Su entrevista en el programa Panorama (del 6.7.3) así lo explicitó.

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Cronología de un largoy ardiente bienio

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Dos años parecerían insuficientes para exigirle resultadostangibles y definitivos a una gestión presidencial que, en prin-cipio, debe durar cinco. Sin embargo, no lo debió ser para elcaso del presidente Toledo. Pasaremos a explicarlo.

Antes incluso de iniciar su mandato, los plazos para darcurso a densas agendas política, social y económica ya habíanempezado a correr, aunque, como siempre ocurre en estedesinstitucionalizado país, el contenido de las mismas no esta-ba formalizado en ningún documento ni eran resultado de acuer-dos ni compromisos entre entes representativos y legítimos.

Eran demandas acumuladas, tan obvias como explosivas,que las promesas electorales potencializaron hasta generar exi-gencias y pataletas extremas cuando se supo que no podían sersatisfechas. Así, Toledo debió aprender que gobernar el Perú noes tan fácil como había afirmado ingenuamente alguna vez,al ver su sueño presidencial transformándose en una pesadi-lla de la que no puede despertar, al menos hasta el momento.

En efecto, no es fácil conducir un país tan complejo. Ade-más, en circunstancias tan adversas, entre ellas, una oposiciónigual de perdida que él y un partido-partiducho como PerúPosible, que lejos de ser una solución ha insistido con tenaci-dad en ser parte estelar de los problemas.

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Cronología de un largo y ardiente bienio66

De esta manera, entre julio del 2001 y hoy, se compuso unescenario que debiendo ser de transición democrática y forta-lecimiento institucional, transcurrió preguntándonos hastacuándo duraba en su sillón el Presidente en ejercicio. Un deta-lle que no por dramático deja de ser novedoso pues, a pesarde la poca calidad de los anteriores gobernantes, los peruanosno nos habíamos otorgado la oportunidad de tener un inquili-no en Palacio que oscilara entre bajos, muy bajos y, en más deuna oportunidad, asfixiantes niveles de popularidad casi des-de el día mismo que asumió su cargo.

Fue así porque estos dos primeros años (que, ojalá puedanser seguidos de los tres que teóricamente le faltan a la admi-nistración toledista) se acercan más a una comedia de erroresque a los parámetros del buen gobierno definidos por la cien-cia política. Todo puede irse al diablo, sentenció recientemen-te el ministro de Economía Javier Silva Ruete y, desde luego, apesar de que la renovación del Gabinete ministerial haamenguado en algo la crisis de las últimas semanas, el peligrosubyace.

Entonces, ¿debemos pedirle resultados a Toledo, al cum-plirse dos años de su gobierno? Sí, en la medida de que hubouna serie de problemas urgentes concernientes al fomentodemocrático y la conducción económica que debieron tener aestas alturas algún viso de solución. Pero no habrá resultados.Porque el gobierno no los tiene y, sobre todo, porque la oposi-ción tampoco sabe qué resultados pedir.

A continuación les ofrecemos una cronología política delos primeros dos años del gobierno de Perú Posible.

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AÑO 2001

26 julioEl presidente electo Alejandro Toledo, a dos días de asu-mir el cargo, aún no tiene listo su gabinete ministerial. Deotro lado, el futuro ministro de Economía, Pedro PabloKuczynski, anuncia tener listos los lineamientos de la polí-tica económica a seguir. El APRA plantea su oposición aKuczynski.

28 julioMensaje presidencial de Alejandro Toledo.

Principales promesas:

- Elecciones regionales en el 2002.

- Aumento de sueldos y salarios a maestros, policías y tra-bajadores del sector Salud.

- Cuatrocientos mil nuevos puestos de trabajo.

- Cincuenta millones de dólares para el fomento de lasPYMES.

- Adecuación a las normas laborales de la OIT.

- Creación del Consejo Nacional de la Juventud.

- Designación de zar antidrogas y del zar anticorrupción.

- Promulgación de la ley de retorno del peruano en elexterior.

- Congelamiento de la compra de armas en la región.

- Aumentar la participación del sector Educación en el pre-supuesto: del 14% al 30% en el 2006.

- Extensión del seguro escolar gratuito.

- Creación del Vice Ministerio de la pequeña empresa.

- Construcción de viviendas populares.

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- Aumento del flujo turístico hacia el país, de 600 mil turis-tas a tres millones para el 2006.

- Apoyo a la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

- Instalación de una Comisión Nacional de Cultura.

Fines de julio y primeros días de agostoPugnas en Perú Posible por conformación de comisionesen el Congreso de la República. El APRA obtiene ventajaspor malas negociaciones llevadas a cabo por JorgeMufarech, vocero de Perú Posible.

7 agostoPresidente Toledo apoya a la Comisión de la Verdad. Seamplía el número de comisionados, de siete a once.

Ratifica a José Ugaz como Procurador para casos de co-rrupción, luego del ataque del ex presidente Fujimori a tra-vés de su página web.

25 agostoPrimeras manifestaciones de protesta contra el gobierno.«Toma» del aeropuerto del Cusco.

25-26 agostoMensaje presidencial.

Premier Roberto Dañino, luego de presentación del ga-binete, envía treinta medidas urgentes para ser aproba-das por el Congreso, siendo el principal tema la conti-nuación de la reforma del Estado y de la administraciónpública.

Críticas al elevado sueldo presidencial. Encuestas otorgan45% de aprobación hacia el Presidente.

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69Eduardo Toche

15 setiembre«Rebrote» terrorista en el río Ene, Satipo. Ministro del In-terior, Fernando Rospigliosi, anuncia aplicación de mode-lo comunitario de lucha contrasubversiva.

10 octubreMitin de Perú Posible en la plaza San Martín. Sólo cubrióla quinta parte de dicho lugar.

13, 14, 15, 16 octubreMarcha del Contisuyo.

15 octubreSegún encuesta de Apoyo, popularidad presidencial estáen 42%.

Factores negativos:

- Reciente aumento a magistrados y jueces.

- El sueldo del Mandatario.

- Las pugnas en Perú Posible y las amenazas proferidas por con-gresista gobiernista, Jorge Mufarech, contra el ministroKuczynski por el tema de aduanas. También inciden las decla-raciones de Fernando Olivera, ministro de Justicia.

Factores positivos:

- Creación de tarifa social de electricidad.

- Reducción del Impuesto especial a la Solidaridad (IES).

- Anuncio de cronograma para la descentralización.

Se empieza a sugerir la presencia de una «crisis política»que podría desembocar en un cambio de Presidente.

Se forma frente «Zaraí Dignidad».

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24 octubrePresidente Toledo convoca el Acuerdo Nacional para laGobernabilidad.

Propone la siguiente agenda:

- Reforma de la Constitución.

- Reforma de las fuerzas armadas.

- Descentralización.

- Modelo educativo.

- Seguridad ciudadana.

27 octubreMensaje presidencial. Anuncio de obtención de 1,886 mi-llones de dólares en reciente gira al exterior.

Se trata de contrarrestar algunos factores políticos negati-vos, como:

- Presencia de sobrino Jorge Toledo, sospechas de favori-tismo y nepotismo.

- Nombramiento de Gerardo Matute, amigo del Presiden-te, como Contralor General de la República.

- Imagen de impuntualidad y derroche.

- Incapacidad de Perú Posible.

Aspectos positivos:

- Puesta en marcha de programa A Trabajar.

- Inicio de programa Huascarán.

29, 30 octubrePugnas y reagrupamientos en Perú Posible, por eleccionesinternas. Deberían realizarse en diciembre pero fueronpostergadas para enero o febrero del 2002. El ministro deSalud, Luis Solari, de quien se suponía tenía la mayor fuer-

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za, parece haberse debilitado. Aparecen Carlos Bruce, Je-sús Alvarado y Alberto Cruz como candidatos a la secreta-ría general.

31 octubreEstación de Preguntas en el Congreso de la República.

Última semana de octubre

Alan García y Lourdes Flores perfilan roles opositores.Hacen apariciones diarias.

06-07 noviembreEscándalo desatado por declaraciones de abogado Echaíz,respecto a sus vinculaciones con Vladimiro Montesinos yanuncios apresurados de ministros Olivera, Rospigliosi yWaisman. Provoca destitución del Comandante General dela Marina, vicealmirante AP Alfredo Palacios Dongo. Loreemplaza el vicealmirante AP Ricardo Arboccó Licetti.

15 noviembrePiden interpelación de ministros Olivera, Rospigliosi yWaisman. Es por caso Echaíz. Se recuerda que no hubointerpelación desde mayo de 1991, cuando el Congreso lla-mó al entonces ministro Carlos Torres y Torres Lara.

La aprobación presidencial sigue descendiendo. Está enun 32%.

19 noviembreConcertación. Acuden a Palacio de Gobierno, por separa-do, Alan García (PAP), Valentín Paniagua (AP) y AnteroFlores-Araoz (PPC).

21 noviembreEl APRA se pronuncia:

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- APRA respeta la figura presidencial.

- El plazo presidencial culmina el 2006.

- Debe llegarse a un acuerdo de concertación abierto y pú-blico.

El presidente Toledo propone:

- Pacto de gobernabilidad de 20 años, firmado por todoslos partidos políticos.

- Agenda mínima de ocho puntos.

26 noviembreArzobispo Juan Luis Cipriani acusa que «alguien cercanoal Presidente» lo denunció en el Vaticano, utilizando trescartas falsas. Todas las miradas se dirigen hacia el ministroFernando Olivera.

28 noviembrePucallpazo. Paro general convocado por el Comité de Lu-cha por la Defensa de los Intereses de Ucayali.

Exigen:

- Construcción de puerto fluvial.

- Asfaltado de carretera Federico Basadre.

- Suspensión de proyecto CORAH.

Aprobación presidencial en 30%.

3 diciembreSupuestos senderistas de facción Proseguir derriban torrede alta tensión en Chosica.

3, 4, 5 diciembreInterpelación de los ministros Olivera, Rospigliosi yWaisman. Finalmente no hay censura ni voto de confianza.

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73Eduardo Toche

10 diciembreComisión de Constitución del Congreso acuerda inicio dereforma constitucional. El 15 de diciembre el Pleno delCongreso aprueba dictámen.

16 diciembrePeriodista Gustavo Gorriti denuncia en su programa de tele-

visión chuponeo telefónico a líderes apristas Jorge del Cas-tillo y Alan García.

AÑO 2002

Primera quincena de eneroCrecientes rumores sobre salida de ministro de Defensa,David Waisman, del gabinete.

Evidentes presiones sobre el premier Roberto Dañino paraque ceda más presencia a Perú Posible en el Ejecutivo.

Ministro de Economía, Pedro Pablo Kuczynski no es apo-yado por Perú Posible en el Congreso, en el tema de desagiotributario.

17 eneroPartido Aprista presenta su plataforma para la concertación.Son 65 puntos, entre los que destacan:

- Desarrollar negociaciones para mejorar el perfil de la deu-da pública peruana.

- Reducción de tasas de interés.

- Funcionamiento inmediato de Banco Agrario.

- Reducción arancelaria para insumos y bienes de capital.

- Programa de compras estatales.

- Mejoras en la regulación de tarifas de servicios públicos.

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Cronología de un largo y ardiente bienio74

- Restablecimiento de educación gratuita.

- Disminución de precios de medicamentos.

- Racionalización de sueldos de la burocracia estatal.

- Desactivación del Ministerio de la Presidencia.

Segunda quincena de eneroEl perfilamiento de grupos en Perú Posible, como antesalaal congreso partidario, provoca agudas tensiones propen-sas a la violencia. Luis Solari y Carlos Bruce disputan lasecretaría general.

17 eneroDavid Waisman deja el ministerio de Defensa. Luego deacumular una serie de errores, el detonante fue las decla-raciones desafiantes que hizo contra el premier Dañino. Elreemplazante es Aurelio Loret de Mola. Apenas instaladoen el cargo se conoce que Chile ha adquirido 10 aviones F-16, con lo cual la propuesta peruana de reducir comprasde armas en la región se liquida.

Sale cuestionadísima ministra Doris Sánchez dePROMUDEH y entra Cecilia Blondet.

Sale Luis Solari del Ministerio de Salud y es reemplazadopor Fernando Carbone. Luis Solari fortalece sus posicio-nes dentro de Perú Posible.

La aprobación hacia el Presidente es del 30%.

26 eneroEn Bolivia, el presidente Toledo hace afirmaciones imper-tinentes sobre la mediterraneidad de ese país.

Se desata polémica en torno al asesor presidencial chilenoEsteban Silva.

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75Eduardo Toche

Primera semana de febreroLa pugna en Perú Posible se vuelve intensa. El presidenteToledo trata de imponer la unidad.

Carlos Bruce renuncia a ser candidato por secretaría gene-ral. Luego reconsideraría su decisión.

4 febreroLuis Vargas Valdivia reemplaza a José Ugaz como Procu-rador ad hoc para casos de corrupción.

8 febreroParo regional en Chimbote.

Violenta manifestación de trabajadores despedidos delMinisterio de Transportes.

El ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, acusa alAPRA de estar detrás de los desórdenes.

11 febreroSenderistas presos inician huelga de hambre simultáneaen varios penales. El hecho reactiva debate sobre violenciapolítica.

14 febreroGobierno inicia «tercera etapa» del proceso de concertación.Será conducida por el premier Roberto Dañino.

Segunda quincena de febreroViolencia social. Huelga de agricultores en el Sur Chico,marchas de la CGTP y paro de transportistas.

Según Apoyo, la popularidad presidencial está en el 27%.Las causas de tan baja aprobación son:

- Incumplimiento de promesas.

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Cronología de un largo y ardiente bienio76

- Conflictos en Perú Posible.

- Sensación de falta de liderazgo.

- Desempleo.

Los aspectos positivos del gobierno son:

- Relanzamiento del programa Mivivienda.

- Inicio del programa A Trabajar.

- Creación de Agrobanco.

26 febreroUnidad Nacional presenta plan de reactivación económica«Reordenamiento productivo para atraer inversión priva-da y generar empleo». Los ejes son la industria y el turis-mo.

12 marzoSe reúne Foro de Gobernabilidad. Alan García no asistió yel presidente Toledo se hizo presente sólo por cinco minu-tos.

12 marzoLuis Solari es derrotado por David Waisman en disputapor la presidencia de bancada congresal de Perú Posible.

Sigue aumentando la desaprobación hacia el Presidente dela República.

Causas:

- Sueldo presidencial.

- Nepotismo. Sobrina contratada en el Congreso y sueldode sobrino Jorge Toledo.

- Asesores chilenos.

- Pugna Solari-Bruce.

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77Eduardo Toche

- Venta de aviones Tucano sin aprobación del Gabinete.

- Compra de helicóptero presidencial.

- Viaje de Eliane Karp y comitiva a Francia.

15 marzoUnidad Nacional presenta plan agrario, pecuario y fores-tal. En abril presentará plan educativo y en mayo plan parala descentralización y regionalización.

19 marzoEl presidente Toledo acude al Congreso de la República.Intenta mejorar las relaciones entre el Ejecutivo y este po-der del Estado, luego de declaraciones del ministroRospigliosi contra Carlos Ferrero, presidente del Legislati-vo, y de los ministros Kuczynski y Villarán contra la Co-misión de Trabajo que, según este último, «está infestadade sindicalistas».

20 marzoAtentado terrorista en Centro Comercial El Polo.

23 marzoLlega presidente de los Estados Unidos, George Bush, envisita oficial de 17 horas.

9 abrilCongreso de Perú Posible elige a Carlos Bruce como suprimer secretario general. Jesús Alvarado y David Waismanquedaron como secretarios colegiados.

Mes de abrilCGTP, CITE y SUTEP convocan frecuentes movilizacionescontra el gobierno.

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Cronología de un largo y ardiente bienio78

Manifestaciones y paros regionales en el Sur contra lasprivatizaciones.

Conflicto Congreso-Ejecutivo por venta de aviones Tucano.

APRA enfila contra la Comisión de la Verdad.

Los resultados del congreso de Perú Posible influyen enlas correlaciones para la elección de la Mesa Directiva delCongreso de la República. Henry Pease queda fuera decarrera y se fortalece la reelección de Carlos Ferrero, te-niendo como vicepresidente a Jesús Alvarado.

Surgen presiones para que Carlos Bruce deje Ministerio dela Presidencia.

3 mayoLas crecientes protestas en el Sur contra las privatizacionesconducen a un intento de conciliación entre el gobierno ylos representantes regionales. Fracasa por falta de una ade-cuada estrategia gubernamental.

11 mayoJueza anticorrupción Cecilia Pollack ordena detención decomandos que participaron en la operación Chavín deHuántar. Ministro Loret de Mola protesta.

12 mayoMensaje a la Nación del presidente Toledo. Para el presi-dente de la República el paro convocado en el sur contralas privatizaciones va contra el diálogo y la democracia. Elmandatario aseguró que su gobierno no impide la protes-ta, pero que ésta debe ser pacífica. Manifestó que su go-bierno «jamás cederá al chantaje». «Déjenme trabajar, ¡porDios!», expresó.

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79Eduardo Toche

14 mayoParo regional en Arequipa contra las privatizaciones. Sesuman los frentes regionales de Cusco, Moquegua, Ancash,Cajamarca, Puno, Huanuco, Loreto, entre otros. Aunqueen Arequipa fue exitoso, en el resto del país los resultadosno fueron los esperados por sus organizadores.

SUTEP exige renuncia del ministro Kuczynski.

Las encuestas muestran insatisfacción con la democracia.El ex presidente Fujimori tiene una aprobación del 31.5%entre los limeños, mientras que el presidente Toledo alcan-za apenas en 25.4%.

Aún así, el Ejecutivo siente que tiene fuerza política:

- APRA no pudo interpelar a ministro Kuczynski.

- Propuesta de Lourdes Flores para darle mayores prerro-gativas a premier Dañino no prosperó.

- Paro nacional de frentes regionales fracasó.

- De esta manera, asume un «duro» 23% de respaldo quese dispone a no perderlo para no verse en grandes pro-blemas.

Última semana de mayoSale Pedro Francke de FONCODES y es reemplazado porun militante de Perú Posible.

Rumores de crisis ministerial. Perú Posible desea más pre-sencia.

Presidente Toledo ratifica gabinete.

Muere Fernando Belaunde Terry.

3 junioDirigentes del Frente Amplio Cívico de Arequipa inicia-ron huelga de hambre.

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Cronología de un largo y ardiente bienio80

4 junioParo de médicos y enfermeras del sector Salud.

11 junioPresidente Toledo se reúne con Alan García, Lourdes Flores,Valentín Paniagua y Alberto Andrade. Se proponen relan-zar acuerdo de «30 puntos» y reforzar el Acuerdo Nacional.

13 junioMovilizaciones de la Coordinadora de Frentes Regionales.

14 junioSe anuncia que TRACTEBEL será el nuevo dueño deEGASA, iniciándose una oleada de violentas y masivasprotestas en Arequipa. El gabinete ministerial se declaraen sesión permanente. Se declara el estado de emergencia.El saldo de los enfrentamientos en Arequipa fue de dosmuertos y 150 heridos.

15 junioMovilizaciones de los transportistas contra el SOAT.

18 junioSituación delicada. Alan García es convocado a Palacio deGobierno.

19 junioSe firma Declaración de Arequipa, poniendo fin a la re-vuelta escenificada durante los últimos días.

21 junioRenuncia el ministro del Interior, Fernando Rospigliosi,como consecuencia de la crisis de Arequipa. Es reemplaza-do por Gino Costa.

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81Eduardo Toche

Acercamiento de Luis Solari al entorno presidencial. Secomenta que puede ser el próximo Primer Ministro. Otrosnombres que se barajan para el cargo son: Carlos Bruce,Antero Flores-Araoz y Luis Bedoya Reyes.

25 junioTurba asalta depósito de madera decomisada y le prendefuego, en Puerto Maldonado.

26 junioRafael Roncagliolo, secretario técnico del Acuerdo Nacio-nal, recibe carta suscrita por dirigentes apristas Jorge delCastillo y Mercedes Cabanillas, en la que piden postergarla firma del Acuerdo Nacional.

27, 28 junioParo nacional agrario.

2 julioAlan García afirma que la mejor salida a la crisis sería for-mar un Gabinete aceptado por toda la clase política nacio-nal. Jorge del Castillo sostiene que cambios de ministrosdeben realizarse inmediatamente y no en noviembre.

Gabinete Ministerial pone sus cargos a disposición.

Jueza Carmen Kcomt señala el 7 de agosto como día límitepara que el presidente Toledo se haga la prueba de ADN.

3 julioLuego de sugerir su retiro, el APRA vuelve al AcuerdoNacional.

Se evalúa que el Presidente de la República no llegaría ajulio del 2003. Esta probabilidad complica la elección delPresidente del Congreso.

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Cronología de un largo y ardiente bienio82

El caso Zaraí adquiere cada vez más importancia.

8 julioRenuncia Diego García Sayán al Ministerio de RelacionesExteriores. Luego de una acumulación de maltratos, lasconsultas presidenciales con Allan Wagner fueron el deto-nante.

12 julioNuevo gabinete ministerial. Se crean nuevos ministerios yse eliminan otros. Entre los primeros están el Ministerio dela Producción (una fusión del Ministerio de Pesquería y elVice Ministerio de Industrias), el Ministerio de ComercioExterior y Turismo y el Ministerio de Vivienda. Desapare-cen los ministerios de Industria, Pesquería y de la Presi-dencia.

Luis Solari es Primer Ministro, en lugar de Roberto Dañi-no.

Edduardo Iriarte (FIM) es el nuevo ministro de la Produc-ción.

Allan Wagner reemplaza a Diego García Sayán en la Can-cillería.

Pedro Pablo Kuczynski es reemplazado por Javier SilvaRuete en el Ministerio de Economía.

Gerardo Ayzanoa entra en el Ministerio de Educación su-cediendo a Nicolás Lynch.

Sale Cecilia Blondet del PROMUDEH y la reemplaza AnaMaría Romero.

Los ministros que siguen en sus puestos son:

Gino Costa Santolalla, en la cartera del Interior.

Fernando Olivera en Justicia.

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83Eduardo Toche

Fernando Carbone del Campo en Salud.

Aurelio Loret de Mola Böhme en Defensa.

Alvaro Quijandría Salmón en Agricultura.

Fernando Villarán de la Puente en Trabajo y Promocióndel Empleo.

Jaime Quijandría Salmón en Energía y Minas.

Javier Reátegui Roselló, que ocupó el despacho de Pesque-ría, ahora asumirá Transportes y Comunicaciones.Raúl Diez Canseco Terry tomó las riendas del nuevo Mi-nisterio de Comercio Exterior y Turismo.

Carlos Bruce Montes de Oca, ex ministro de la Presiden-cia, pasó al Ministerio de Vivienda, Construcción y Sanea-miento.

Las encuestas otorgan una aprobación del 18% a la gestiónpresidencial.

22 julioSe firma el Acuerdo Nacional.

20 julioEn Palacio de Gobierno, y en presencia de los congresistasde Perú Posible, el presidente Toledo solicita que CarlosFerrero postule a la reelección como Presidente del Con-greso. De esta manera, Anel Townsend es desplazada yToledo pide que se firme un compromiso para que sea lacandidata de Perú Posible en el 2003.

25 julioHuelga de agricultores arroceros en el Norte.

28 julioEstallan protestas en Tarapoto.

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Cronología de un largo y ardiente bienio84

28 julioMensaje presidencial. Se esperaba un relanzamiento delgobierno.

Balance:

- Dio impresión de falta de precisión y desorden.

- No señaló nada sobre hija Zaraí.

- Demasiado optimismo con ATPA respecto a empleo.

- Pidió al Congreso aprobar Ley de Reforma de Poder Ju-dicial cuando ésta se encontraba en el Despacho Presi-dencial para su firma.

- No habló sobre deuda externa.

- No dijo nada sobre privatizaciones.

Sale Fernando Olivera del Ministerio de Justicia y entraFausto Alvarado.

2 agostoMinistro de Defensa, Aurelio Loret de Mola, anuncia in-cremento en presupuesto militar, para adquisiciones y re-novación de material.

9 agostoPresentación del gabinete Solari en el Congreso.

Principales puntos expuestos:

- Asignación de recursos dentro del proceso de descentra-lización.

- Paz social con crecimiento en índices de empleo.

- Fomento del empleo.

- Incentivos en el marco del ATPA.

- Defensa Nacional: repotenciar a la FAP, ley de reorgani-zación del Ministerio de Defensa.

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85Eduardo Toche

- Estrategia privatizadora.

21 agostoEl presidente Toledo conforma un gabinete de crisis. Susintegrantes son Luis Solari, Aurelio Loret de Mola, Fernan-do Villarán, Gustavo Pacheco, Henry Pease, Carlos Bruce,Juan Sheput, Nicolás Lynch y Guillermo Gonzales Arica.Este comité, según el premier Solari, forma parte del siste-ma de gerencia política que se ha rediseñado desde su in-greso a la Presidencia del Consejo de Ministros.

22 agostoEl arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, propone crearuna comisión para estudiar los excesos de la luchaanticorrupción. Debe formarse «una comisión ad hoc paraestudiar excesos en la lucha anticorrupción, que eventual-mente tramite indultos para aquellas personas que lleva-das por su ingenuidad fueron involucradas en la red decorrupción dirigida por el ex asesor de inteligencia,Vladimiro Montesinos», afirmó.

Dicho grupo de trabajo podría estar integrado «por perso-najes de comprobada probidad como Jorge Santistevan deNoriega, Hubert Lanssiers o Alfonso de los Heros». «Estacomisión, con las debidas facultades, puede estudiar losexpedientes y decir los casos en los cuales está claro queno hay una intención de delito por lo que no amerita unasanción como la que se está haciendo», añadió. Según elarzobispo de Lima, «el país debe prestar menos atención alo que digan Vladimiro Montesinos y Matilde Pinchi Pinchio Alberto Venero (vinculados al ex asesor de Inteligencia)y dé paso al perdón y la reconciliación nacional».

Recordó que «él mismo perdonó, pese a que se intentó man-cillar su honra con documentos falsos», en alusión a una

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Cronología de un largo y ardiente bienio86

acusación del ex ministro de Justicia Fernando Olivera, quienel año pasado intentó vincularlo con Vladimiro Montesinos.

Fines de agostoCierre de inscripciones para elecciones municipales.

3 setiembreSecuestro de la esposa de Adam Pollack, Mariana Farkas.

9 setiembreDeclaraciones de Eliane Karp contra partidos políticos:«partiduchos tradicionales pretenden hacer un golpe deEstado dentro del Congreso no sólo para tirarse al cholosino a todo el parlamento».

20 setiembreCongreso demoró diez horas para aprobar el primer artí-culo de nueva Constitución Política.

8 octubreSonora pifiadera a presidente Toledo en acto conmemorati-vo a combate de Angamos, en el Callao. En su discurso, elPresidente enfiló contra la corrupción del régimen pasado.

12 octubreSe revela que Vocal supremo José Silva Vallejo, que habíaresuelto queja a favor del presidente Toledo en prueba deADN ordenado por jueza Kcomt; Silva había acudido enforma impropia al domicilio del Presidente.

Mediados de octubrePresidente Toledo sondea la posibilidad de formar un ga-binete de «ancha base», proyectando resultados electora-les de noviembre. Lo fomenta una supuesta ala «dañinista»

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87Eduardo Toche

entre los ministros, a la que se estarían oponiendo los de-nominados «solaristas».

7 noviembreDebate entre candidatos a la alcaldía de Lima. MientrasAlberto Andrade baja en las encuestas, Luis Castañeda suberápidamente en la intención de voto.

11 noviembrePrefectura de Lima registró 24 marchas durante este día. Sedebate considerar el centro de la ciudad como zona rígida.

Entre enero y noviembre la Prefectura de Lima autorizó802 marchas. Otras 500 se habrían realizado sin permiso nigarantías. En noviembre hubo 235 marchas.

Los principales manifestantes son: CGTP, CITE, Sitramun,Construcción Civil. También obstetrices, despedidos,mototaxistas, microbuseros y campesinos.

16 noviembreHuelga en el Poder Judicial.

17 noviembreElecciones municipales y regionales. Luis Castañeda (UN)gana las elecciones municipales en Lima. El APRA ganólas elecciones regionales en doce departamentos.

Estos resultados, especialmente los regionales, replanteala correlación entre el gobierno y la oposición. También tie-ne efectos importantes dentro del Partido Aprista.

29 noviembreMarcha de estudiantes universitarios para exigir mayorpresupuesto a universidades públicas. Hubo manifestacio-nes de violencia.

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Cronología de un largo y ardiente bienio88

Fines de noviembreEl debate sobre el presupuesto público del 2003 se desa-rrolla en medio de enrarecido clima político. La estrechezfiscal se complica con las demandas de los gobiernos re-gionales. Sobre este asunto, hay tres dictámenes en mino-ría, presentados por el APRA, Unidad Nacional y la UPD.

AÑO 2003 (ENERO A JUNIO)

7 eneroEl presidente Toledo afirma que Abimael Guzmán «nuncaserá liberado». Fue luego que el Tribunal Constitucionaldeclarara la inconstitucionalidad de cinco decretos legisla-tivos promulgados por Fujimori luego del 5 de abril.

Por otro lado, solicita facultades legislativas al Congresopara normas sobre terrorismo y seguridad ciudadana ycreación de la Sala Nacional Antiterrorista en el Poder Ju-dicial.

Aseguró que el Consejo de Ministros brindará apoyo eco-nómico y seguridad a jueces antiterroristas. Asimismo,señaló que creará un grupo técnico adscrito a la Presiden-cia y al Ministerio de Justicia, conformado por juristas, paraenfrentar al terrorismo.

7 eneroDebate en el Tribunal Constitucional sobre validez de lareforma a la Constitución de 1993.

En octubre del 2002, Tika Luizar, decana del Colegio deAbogados del Cusco, presentó ante el Tribunal Constitu-cional una acción de inconstitucionalidad contra la Ley27600, que concedía al Congreso la facultad de reformar laConstitución de 1993.

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89Eduardo Toche

En todo esto se considera la existencia de factores de ines-tabilidad. Se plantea la elección de una Asamblea Consti-tuyente que tendría mayor jerarquía que el Congreso ypodría conducir a la disolución de éste último.

20 eneroAlcalde Luis Castañeda declara zona rígida el centro deLima.

27 eneroRenuncia Gino Costa al Ministerio del Interior. Condicio-nó su permanencia al retiro del general PNP José Tisoc,director general de la PNP. En los días previos se conocióque le habían propuesto la cartera a Alberto Andrade. Asu-me el cargo Luis Sanabria, cuyos antecedentes preocupana la opinión pública.

28 eneroMarcha de seis mil obreros de Construcción Civil ocasio-naron desórdenes y violencia en Lima.

4 febreroEl CEN del Perú Posible se reúne con el presidente Toledo.No asisten Carlos Ferrero ni David Waisman, éste últimopor encontrarse enfermo. En los días previos se había pe-dido la separación de los congresistas Luis Guerrero, JorgeChávez Sibina, Ronnie Jurado, Edgar Villanueva y AnelTownsend. El conflicto surgió por las acusaciones mutuasque se lanzaron públicamente los «anelistas» y los«posibilistas» sobre el caso Mantilla.

Inicios de febreroSale Fernando Rospigliosi de la presidencia de la CentralNacional de Inteligencia. Es reemplazado por César

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Cronología de un largo y ardiente bienio90

Almeyda, amigo del presidente Toledo, lo que renueva lascríticas sobre amiguismo en los altos cargos públicos.

En los últimos dos años la CNI ha tenido cuatro presiden-tes: coronel EP Luis Rodríguez Silva, general EP Juan Cam-pos Luque, vicealmirante AP (r) Alfonso Panizo, Juan VelitGranda y Fernando Rospigliosi.

10-11 febreroLuis Solari y Carlos Bruce responden a las exigencias delAPRA de relanzar el Acuerdo Nacional.

Según Solari, «el Acuerdo Nacional no fue construido nisuscrito para convertirse en instrumento de mercadeo so-cial. Tampoco para servir de cortina de humo. Si alguienno tiene agenda política, entonces que descanse …».

Para Bruce, «no hay nada que relanzar».

Los dirigentes de Perú Posible suponen que es una tácticaaprista para esconder las denuncias que el ex director depenales, Armando Castrillón, formuló contra AgustínMantilla.

Fines de febreroConflictivos cambios en la conducción de empresastelevisivas. Se acusa de interferencias del Ejecutivo. Sobretodo en el caso de Panamericana Televisión.

18 febreroInicio de huelga y protestas de campesinos cocaleros enAguaytía. El 21 de febrero se agudizó la violencia y el 22 seapresó al dirigente Nelson Palomino. Los empleados deDEVIDA en dicho lugar estuvieron cercados durante cua-tro días por los manifestantes.

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91Eduardo Toche

17 marzoPopularidad presidencial cae al 21% (siete puntos menosque el mes anterior). Ante esta situación, el gobierno reac-ciona: da «ultimátum» a Telefónica del Perú sobre asuntode tarifas. Advierte que debe aceptar renegociar contratopues de lo contrario el Ejecutivo actuará unilateralmente.Propone ocho puntos.

Campana interna en el PPC, para elegir presidente delpartido. Lourdes Flores y Javier Bedoya de Vivanco sonlos candidatos. Antero Flores-Araoz diseña estrategia paratentar presidencia del Congreso en julio próximo.

25 marzoEl Consejo Nacional de Descentralización se reúne paraprecisar cronograma de transferencia hacia las regiones.Se anunció oficialmente el 31 de marzo.

10 abrilPedro Arbulú, ex presidente del directorio de Panamerica-na Televisión, afirmó ante la Comisión de Fiscalización delCongreso que hubo un presunto arreglo extrajudicial, ma-nipulado desde Palacio de Gobierno, para comprar canal 5.El presidente Toledo no sale a refutar estas afirmaciones.

21 abrilMarcha de sacrificio de campesinos cocaleros llega a Lima.Es conducida por Nancy Obregón.

25 abrilSe lleva a cabo el denominado «plantón anticorrupción»,para apoyar a ex procurador José Ugaz, ante las denunciasque hizo en su contra el congresista de Perú Posible JorgeMufarech.

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25 abrilCésar Almeyda renuncia a la presidencia de la CentralNacional de Inteligencia, debido al escándalo desatado porsupuesto «chuponeo» telefónico. Este hecho pone en evi-dencia el descalabro de los sistemas de inteligencia del país.Lo reemplaza el vicealmirante AP (r) Alfonso Panizo, quienvuelve a asumir el cargo.

28 abrilPerú Posible zanja con posición sospechosa de JorgeMufarech, quien había insistido en días pasados en de-nunciar a ex procurador José Ugaz. Sin embargo, no esapartado del partido, a pesar de que el presidente Toledoinvita a Ugaz a Palacio de Gobierno, como muestra dedesagravio.

Fines de abrilRumores de cambios ministeriales y de renuncia de RichardWebb a la presidencia del Banco Central de Reserva.

Primera semana de mayoParo nacional de transportistas amenaza con generardesabastecimiento en Lima.

3 mayoExpulsan a Víctor Valdez de Perú Posible. Amonestan aAnel Townsend, Santos Jaimes y Jorge Mufarech. Fue porventilar públicamente sus diferencias.

10 mayoSe acuerda solución negociada con transportistas.CONFIEP considera que ésta es inconstitucional y plan-teará acción de amparo ante el Poder Judicial.

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93Eduardo Toche

13 mayoSe inicia huelga nacional del SUTEP. Se quiebran las nego-ciaciones iniciales.

Se preanuncia una huelga nacional agraria a partir del 29de mayo y huelga policial en junio.

23, 24, 25 mayoSe lleva a cabo la XVII Reunión de la Cumbre de Río, enCusco. Hubo amenazas de sabotajes por parte de huelguis-tas del SUTEP. Por otra parte, facciones de este sindicatodirimen diferencias con agresiones físicas mutuas.

27 mayoMensaje presidencial de cinco minutos. El presidenteToledo anunció la declaratoria del estado de emergenciaen todo el país. Previamente, se había convocado a loslíderes políticos a Palacio de Gobierno. Alan García noasistió.

Se corta todo nivel de negociación con gremios en huelga.Se insiste sobre la presencia de senderistas infiltrados en-tre los huelguistas.

Hay bloqueos de carreteras en 64 puntos del país.

Se suspende el paro agrario.

29 mayoProtestas en Puno fueron reprimidas por el ejército. Unestudiante universitario resultó muerto. El hecho impactasobre el ministro de Defensa, Aurelio Loret de Mola, quiendefendió acción de las fuerzas del orden.

2 junioEl tema del sueldo presidencial, traído a colación debidoa las exigencias salariales de los maestros en huelga, es

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debatido en el Consejo de Ministros. Hay consenso paraque sea rebajado. Se bosqueja un programa de austeri-dad.

En el Ministerio de Economía se buscan salidas para la si-tuación crítica de la caja fiscal.

La popularidad del Presidente cae por debajo del 15%.

6 junioEmpiezan disputas en Perú Posible por presidencia delCongreso. Se propone a Jesús Alvarado. El presidenteToledo prefiere a Henry Pease. Anel Townsend exige elcumplimiento del acuerdo firmado el año anterior en quese garantizaba su postulación.

9 junioUn grupo supuestamente de Sendero Luminoso atacó elcampamento de la empresa Techint en Tocatte, provinciade La Mar, Ayacucho, secuestrando a 71 trabajadores. Pos-teriormente los liberó, al parecer, luego de haberse pagadoun rescate.

El anuncio presidencial acerca de una supuesta liberacióna cargo de las fuerzas del orden fue desmentida, aumen-tando los problemas para el gobierno.

El hecho vuelve a plantear el tema del «rebrote» terroristay renueva los cuestionamientos sobre la política contra-subversiva que estaría ejecutando el gobierno.

10 junioLa Comisión de la Verdad inicia sus sesiones públicascon los actores institucionales. Además de la interven-ción de los ex presidentes Alan García y ValentínPaniagua, se mostraron videos con declaraciones de losprincipales líderes terroristas que se hallan en prisión.

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95Eduardo Toche

Previamente, declaraciones de la comisionada SofíaMacher, refiriéndose a Sendero como partido político,motivaron reacciones destempladas por parte de algu-nos políticos. Asimismo, lo ocurrido en el campamentode Techint es usado para intentar desprestigiar la laborde la CVR.

13 junioPese a la delicada situación política, el presidente Toledoviaja a los Estados Unidos para asistir a un evento de launiversidad de Stanford. Es una decisión muy cuestionada.

16 junioEl ministro de Economía Javier Silva Ruete anuncia «pa-quete» tributario para paliar angustias fiscales. Se genera-liza la opinión de que es un golpe contra la economía de laclase media.

Las encuestas presentan una aprobación a la gestión presi-dencial del 11%.

Última semana de junioLuego de anunciar un «punto de quiebre» en su gobierno,el presidente Toledo se quedó sin gabinete. Durante seisdías una serie de personas fueron propuestas para el cargode Primer Ministro pero finalmente no aceptaron el encar-go. De otro lado, desde Perú Posible se propone la desig-nación de Carlos Ferrero.

Fuertes presiones para que el presidente Toledo «se haga aun lado».

28 junioEl presidente Toledo designa a Beatriz Merino como Presi-denta del Consejo de Ministros.

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Cronología de un largo y ardiente bienio96

Nuevos ministros

Ministra de la Mujer, Anel Townsend.

Ministro de Educación, Carlos Malpica.

Ministro de Salud, Alvaro Vidal.

Ministro de Agricultura, Francisco Gonzales.

Ministro de Trabajo, Jesús Alvarado.

Ministros ratificados

Relaciones Exteriores, Allan Wagner.

Defensa, Aurelio Loret de Mola.

Energía y Minas, Jaime Quijandría.

Vivienda, Construcción y Saneamiento, Carlos Bruce.

Interior, Alberto Sanabria.

Justicia, Fausto Alvarado.

Comercio Exterior y Turismo, Raúl Diez Canseco.

La popularidad presidencial se ubica en un 13%.

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97Javier Azpur

Luces y sombras

de una posibilidad democratizadora

Javier Azpur*

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Luces y sombras de una posibilidad democratizadora98

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99Javier Azpur

La descentralización es un viejo y, hasta ahora, siemprefrustrado proyecto de amplios sectores democráticos del paísque, especialmente luego de la crisis del régimen oligárquico,se han movilizado demandando una reforma descentralistadel Estado que aporte a la consolidación de la democracia yacabe con ese constante flagelo de nuestra historia que es elautoritarismo. Al igual que en la experiencia regionalista delos ochenta, el actual proceso de reforma es parte de un nuevointento por hacer realidad una democracia estable y consoli-dada.

El carácter hipercentralista del régimen fujimorista acabóo distorsionó los avances alcanzados en términos de descen-tralización durante los ochenta, destruyó la institucionalidaddemocrática, debilitó aún más el sistema de partidos y llevó aextremos una forma de relación clientelista con la sociedad,sobre todo con los sectores populares. En este contexto, mar-cado por una herencia nefasta del fujimorismo y un régimendemocrático precario, llevar a buen puerto la reformadescentralista es un desafío de gran envergadura.

* Coordinador Ejecutivo Grupo Propuesta Ciudadana.

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Luces y sombras de una posibilidad democratizadora100

El resurgimiento de los movimientos descentralistas, la con-tinuidad y persistencia de los espacios participativos deconcertación, así como el protagonismo regional en la luchapor la democracia, generaron desde fines de los noventa unconsenso ciudadano que explica el reinicio del proceso de re-forma descentralista, luego de la frustrada experiencia de losochenta. Se trata de un nuevo intento, impulsado por las co-rrientes democráticas del país, que busca dar una salida via-ble a lo que es ya una constatación: la incapacidad del Estadocentralista y autoritario para conducir procesos de desarrolloque respondan a las exigencias de integración e inclusión delas mayorías nacionales, requisito imprescindible para darsostenibilidad a la democracia en nuestro país.

Es necesario reconocer, sin embargo, que este consenso ini-cial tuvo lugar en un marco general con una notoria ausenciade propuestas estratégicas claras sobre el sentido y los alcan-ces de la reforma. En la confrontación electoral del 2001, todoslos sectores señalaban su compromiso con la descentraliza-ción, pero ninguna fuerza política que aspiraba a gobernar elpaís precisaba sus posiciones y planteamientos al respecto. Éstees un aspecto particularmente crítico, ya que este vacío de pro-yectos ha bloqueado hasta hoy la posibilidad de construir unacuerdo político y social favorable a la descentralización.

Si bien es cierto que el diseño legislativo del procesodescentralista se inició hace dos años con el primer mensajepresidencial del actual gobierno, su implementación tienemenos de siete meses. Estamos, pues, en una fase inicial, porlo que es prematuro proponernos arribar a posiciones definiti-vas sobre lo avanzado. Sin embargo, consideramos necesariohacer una lectura crítica de lo realizado y del contexto en elcual se desenvuelve; de tal manera de dar seguimiento a unproceso por definición dinámico, identificando sus posibilida-des y sus límites. En este breve artículo queremos aportar al-

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gunas ideas generales sobre temas que nos parecen de parti-cular importancia para el futuro de la descentralización.

Del consenso al conflicto

En la construcción e implementación del proceso se estánponiendo de manifiesto los temores y las resistencias de di-versos sectores políticos, económicos e institucionales conser-vadores, los cuales no pusieron en debate sus posiciones ex-plícitamente durante la campaña electoral ni durante la pri-mera etapa del debate legislativo. El consenso inicial, expresa-do en la reforma constitucional y en la aprobación de la ley debases, se fue transformando en un escenario de tensiones yconflictos en sus distintas dimensiones y momentos.

Un aspecto que explica esta situación es que la descentra-lización tiene un contenido fundamentalmente político, ya queestá en discusión, en última instancia, la forma en la cual sedistribuye y se ejerce el poder en el país. La resistencia de losgrandes y pequeños grupos que sustentan su poder en unaestructura centralista del Estado es un hecho no sólo explica-ble sino una constante que deberán enfrentar las corrientesdescentralistas y democratizadoras. No sólo son los gobernan-tes sino también los funcionarios y gran parte del sistema departidos los que se verán afectados si se implementa una realy sustantiva descentralización del país. No es posible preten-der una transformación de la envergadura de la descentrali-zación al margen de tensiones y conflictos.

El cambio del consenso inicial al surgimiento de preocu-pantes señales de entrampamiento se explica también por laevolución del propio proceso de transición. Lo que se iniciócon una gran expectativa de fortalecimiento de las institucio-nes democráticas, que abrió espacios a la concertación y la par-ticipación ciudadana, está sufriendo un creciente deterioro. Si

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bien la precariedad que caracteriza al proceso tiene que ver conlos graves errores del gobierno en la conducción política delproceso, por encima de todo responde a la ausencia de ajustessustantivos a un modelo económico que bloquea toda posibili-dad de responder de manera efectiva a las crecientes deman-das sociales. Se ha producido una clara ruptura del gobiernocon amplios sectores sociales y políticos democráticos y po-pulares que contribuyeron de manera significativa al inicio dela transición y a la propia elección del actual gobierno.

Marco normativo

Con todos sus límites, el proceso que se ha iniciado se puedecaracterizar como descentralista, ya que abre la posibilidad dehacer realidad una efectiva redistribución del poder políticoentre el gobierno central y las instancias subnacionales y loca-les, así como la modificación de una lógica claramente centra-lista en la organización del territorio. Se trata de un procesoque enfrenta grandes riesgos y desafíos, entre los cuales quizáel más relevante es la ausencia de un proyecto claro de refor-ma descentralista. Es evidente, asimismo, que existen vacíosy errores muy grandes en su diseño, al igual que poderosascorrientes e intereses que buscan limitar al máximo suprofundización y desarrollo.

El inicial consenso político permitió definir el marco nor-mativo básico para la elección de los gobiernos regionales ylocales, así como para el inicio del proceso de transferencia delas competencias y recursos. La modificación de la Constitu-ción de 1993 en este tema, la Ley de Bases de la Descentraliza-ción, así como la Ley Orgánica de Regiones y la de Municipa-lidades son parte de este primer paquete legislativo.

Es importante resaltar que en este diseño general de ladescentralización se define como objetivo final del proceso

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la construcción una nueva forma de organización del Estadobasada en la autonomía administrativa, política, normativay económica de las instancias regionales y locales de gobier-no. Para hacer realidad este mandato se requiere ir muchomás allá de un mero proceso de desconcentración adminis-trativa y se abre el camino hacia una redistribución democrá-tica del poder.

A pesar de lo avanzado están pendientes leyes fundamen-tales de la arquitectura legislativa descentralista. Temas comola descentralización fiscal, la promoción de espaciosmacrorregionales, la participación ciudadana y la promociónde la inversión privada no han sido normados. En el Congre-so se pone de manifiesto una creciente resistencia a culminareste imprescindible marco legislativo y, desde el Ejecutivo, secarece de la voluntad política necesaria para jugar un rol proactivo en este terreno. La ausencia de una propuesta de leyque defina los alcances de la reforma del poder ejecutivo esotro tema fundamental para culminar con el diseño legislati-vo de la descentralización.

De los departamentos a las regiones

Una constante de nuestra historia ha sido la organizacióncentralista del territorio, cuya lógica se ha dirigido a reforzarla concentración de poder político y económico en Lima, ori-ginando una forma distorsionada y desequilibrada de ocupa-ción del territorio. La descentralización ha sido definida comoun proceso integral que abarca las múltiples dimensiones dela dinámica social, económica y política. Se propone, por tan-to, responder a las diversas exigencias que plantea la promo-ción del desarrollo de los espacios locales y las regiones. Bajoesta perspectiva se le asignan roles vinculados a la planifica-ción del desarrollo, la distribución de los recursos públicos, la

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promoción de la economía y la producción regional, así comola gestión de los programas y los sectores sociales.

Si bien es cierto el proceso se ha iniciado a partir de la de-marcación de los actuales departamentos —con lo cual se haevitado cometer el error de la frustrada regionalización, deimponer una demarcación arbitraria—, se asume también quese trata de una primera etapa de la descentralización. El obje-tivo declarado en el marco legislativo es construir regionesmás amplias sobre la base de territorios contiguos integradoshistórica, cultural y económicamente. Se trata, pues, no sólode un proyecto de transformación del Estado sino también deun proceso que, por lo menos en lo normativo, busca una nuevaforma de organizar el territorio.

El tema central para la construcción de estos espaciosmacrorregionales no es definir una demarcación sino gene-rar políticas y estrategias que promuevan proyectos e inicia-tivas conjuntas entre las regiones, las cuales, en su desarro-llo, vayan creando las condiciones para su integración. Enesta perspectiva es poco lo avanzado y, dado el plazo de unaño planteado en la Ley de Bases para iniciar la integraciónregional, existe poca claridad sobre la dimensión de este obje-tivo, así como sobre las dificultades que deberá enfrentar, en-tre las que se cuenta la resistencia de los pequeños poderesdepartamentales.

Descentralizacióncomo parte de la reforma del Estado

Al definirse tres tipos de competencias —las exclusivas,las compartidas y las delegadas— se plantea la posibilidad dediseñar un sistema de relaciones entre los tres niveles de go-bierno que permita un adecuado equilibrio entre el carácterunitario y el descentralizado que define al Estado peruano.

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Son las competencias compartidas las que pueden marcar laruta que permita definir un marco institucional favorable a lapromoción de relaciones de colaboración y complementariedadentre los distintos niveles de gobierno.

Constatamos una revaloración de la planificación como unrol fundamental del Estado, al establecerse la obligatoriedadde formular planes de desarrollo concertados. Asimismo sedestaca la importancia de la inversión pública en las regionesy se asume una visión territorial del desarrollo, al vincularseplanes con recursos y financiamiento. El diseño de la descen-tralización señala con claridad que estos sistemas de planifi-cación territorial deben ser parte de un sistema nacional deplanificación, abriendo así un marco de referencia distinto parael debate programático sobre el rol del Estado. Se supera laimposición del discurso hegemónico neoliberal que, desde unaperspectiva puramente ideológica, pretende negar toda pro-puesta que señale que el Estado debe tener un rol activo enuna estrategia de desarrollo nacional y descentralizado.

No existe un diseño hegemónico claro acerca del sentido ylos alcances de la reforma descentralista, que se ubique en elmarco de un proceso de reforma integral del Estado. Esto seexpresa en la ausencia de un enfoque estratégico claro y existeuna evidente tensión entre quienes la entienden sólo como unmecanismo para hacer más eficiente el gasto público y quie-nes la asumen como un proceso de cambios que abarca lasdistintas dimensiones del desarrollo. La imprecisión en la dis-tribución de las competencias, así como las indefiniciones enlas formas de relación entre los distintos niveles de gobiernoson un reflejo de este problema.

La descentralización debe ser parte de un proceso de re-forma integral del Estado que oriente sus objetivos en tres di-mensiones: la profundización de la democracia mediante laparticipación y la concertación; la generación de estrategias

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de desarrollo territorial en el marco de un proceso nacional decambio en este terreno; y la construcción de una maquinariaestatal más eficiente y transparente. Sólo desde esta perspecti-va podemos hablar de un proceso de transformación del Esta-do que fortalezca la democracia. En este aspecto, considera-mos que el Acuerdo Nacional es, lamentablemente, un instru-mento insuficiente y marginal en las estrategias y las formasde actuación de los principales actores sociales y políticos.

Conducción del proceso

En el diseño e implementación del proceso de parte delgobierno central no se ha logrado consolidar una instanciade conducción estratégica. Si bien fue adecuada la propuestade generar un mecanismo formado por representantes delejecutivo, de los presidentes regionales y de las autoridadesmunicipales, el actual Consejo Nacional de Descentralizacióntiene vacíos muy significativos que limitan su capacidad deser un efectivo eje articulador y orientador del proceso dereforma.

Existe un marcado divorcio entre la amplitud de las fun-ciones que se le otorgan en su reglamento de organización yel limitado poder efectivo del que dispone y los limitadosrecursos con los que cuenta para cumplirlas. Éste no es untema menor si constatamos que estamos frente a un procesosumamente complejo y que estará marcado por grandes ydiversas tensiones. A esta realidad institucional se suma ladebilidad de esta instancia para definir las prioridades y li-derar un proceso que es fundamentalmente político antes quetécnico.

Un factor que contribuye a tensar el funcionamiento deesta instancia es la preeminencia del poder ejecutivo en el Con-sejo Nacional de Descentralización, CND, sin que existan me-

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canismos claros que fuercen el consenso. Son evidentes, ade-más, los problemas de representatividad, sobre todo en la di-mensión municipal, lo cual contribuye a debilitar este referen-te como eje de una conducción concertada del proceso. Porello es fundamental fortalecer y rediseñar el actual CND.

El problema de conducción no se limita al plano central.La conformación de los gobiernos regionales es un cambio im-portante en la estructura del Estado y estas instancias han co-menzado a asumir responsabilidades construyendo las basespara su autonomía. Sin embargo existen limitaciones muymarcadas en lo que se refiere a la capacidad de gestión de losgobiernos regionales y locales. La continuidad de la crisis delsistema de partidos no sólo se ha reflejado en la fragmenta-ción del voto regional y local, sino también en la dificultadque tienen los nuevos gobiernos para consolidar su legitimi-dad y representatividad ante la sociedad regional.

Igualmente constatamos que existe una marcada debili-dad en términos de una visión programática de desarrollo delas regiones, la cual se refleja en la dificultad existente paraformular proyectos sólidos que orienten la inversión pública,así como para diseñar políticas de promoción de la inversiónprivada que vayan más allá del discurso privatizador delneoliberalismo, todo ello en el marco de estrategias más am-plias de desarrollo. Con muy pocas excepciones predominauna actitud reivindicativa antes que propositiva yconcertadora, junto con una persistente resistencia a la parti-cipación ciudadana.

Es fundamental crear condiciones que garanticen lagobernabilidad de las regiones, cuya precariedad se refleja enque, en algunas de ellas, está en la agenda política el tema dela revocatoria del mandato. Es urgente la construcción de pro-yectos regionales que comprometan a los sectores sociales es-tratégicos, así como al sistema de partidos.

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La participación ciudadana

Una característica significativa de la descentralización esla participación ciudadana. Se han definido —y, en gran partedel país, implementado— los Consejos de Coordinación Re-gional, CCR. Está en agenda la creación y puesta en marchade los Consejos de Coordinación Local, CCL. Si bien estas ins-tancias tienen un carácter consultivo han sido definidas comoparte de la estructura de gobierno y tienen protagonismo enaspectos sustantivos de la gestión pública, como son la plani-ficación del desarrollo, la asignación de los recursos públicosy el seguimiento de la gestión gubernamental.

No es casual que el proceso descentralista incorpore elcomponente participativo en su diseño. La modificación dela forma de distribución del poder lo acerca a la población ya sus organizaciones sociales y abre la posibilidad para unejercicio efectivo de la participación en la gestión pública. Lasexperiencias de concertación local y departamental, acumu-ladas a lo largo de los noventa y en esta etapa de transición,han sido el punto de apoyo que permite hoy pensar con serie-dad en la posibilidad de institucionalizar este mecanismodemocratizador como un componente central del funciona-miento del sistema político.

A pesar del significado que tiene esta posibilidad deinstitucionalizar la participación, es también cierto que ha-cer de ella el punto de apoyo de una visión concertadora ydialogante de la política encuentra serias limitaciones. Es-tán las imprecisiones y generalidades del diseño normati-vo, así como también la resistencia del sistema de partidos,que la ven como una amenaza antes que como una posibili-dad para reconstruir y renovar sus formas de relación con lasociedad a fin de generar nuevas condiciones de legitimidad yrepresentatividad.

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La descentralización y su carácter participativo han abier-to en el país el debate sobre las formas de relación que debenexistir entre la democracia representativa y la participación,así como entre el Estado, la sociedad civil y el sistema de par-tidos. Los CCR y los CCL, como mecanismos de institu-cionalización de la participación, son fundamentales en unescenario marcado por la precariedad y la inestabilidad. Sonla base desde la cual es posible construir proyectos comparti-dos que vinculen la dimensión territorial con la nacional. Com-prometer a actores claves como los gremios y los empresariosen estas dinámicas de diálogo y concertación puede abrir unnuevo escenario para reducir las tradicionales prácticas delcabildeo a espaldas de la institucionalidad, así como la viejacultura de la confrontación como único camino de expresión ydefensa de los intereses sociales y económicos.

La participación ciudadana en la gestión pública es un me-canismo imprescindible para construir condiciones degobernabilidad regional y local. No sólo involucra a la socie-dad en las decisiones del Estado sino que también permite laconstrucción de un proyecto de futuro compartido y la nego-ciación de los diversos intereses en aras de arribar apriorizaciones compartidas. Para ello es fundamental que lasinstancias de gobierno asuman que se debe ir más allá del merocumplimiento de la formalidad de instalar las instancias deconcertación, y que la sociedad civil fortalezca su capacidadde propuesta, diálogo y vigilancia.

La descentralización presupuestal

Para este año, los gobiernos regionales tienen asignadosrecursos equivalentes a los CTAR y han decrecido en generallos recursos de inversión. Es decir que, en lo que se refiere a laresponsabilidad en el gasto público, la descentralización tiene

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como punto de partida un nivel que está por debajo de lascompetencias y responsabilidades que tenían los funcionariosdesignados desde el gobierno central. Esta realidad refleja unainterpretación sumamente conservadora de la gradualidad delproceso y amenaza incluso las posibilidades de avanzar demanera efectiva en la transferencia de competencias y recur-sos. Esta característica se expresa igualmente en que la trans-ferencia a las regiones para el 2003 es un monto poco significa-tivo, 128 millones de soles, de los cuales sólo 24 correspondena recursos ordinarios. El saldo está sujeto a la continuidad delproceso de privatización.

A este inicio excesivamente conservador se suma el hechode no existir una voluntad política clara para llevar adelanteuna reforma fiscal integral que permita mejorar laredistribución de los recursos. En general, se puede afirmarque no se ha logrado establecer un adecuado sistema definanciamiento de los gobiernos regionales y éstos quedansujetos a la eventualidad de las privatizaciones o de la elimi-nación de las exoneraciones. Se mantiene un alto nivel dediscrecionalidad del Ministerio de Economía y Finanzas en laasignación de los recursos y se carece de una propuesta dedescentralización del sistema fiscal.

La departamentalización del presupuesto y su carácterparticipativo son aspectos positivos, pero no han logradomodificar la distribución de responsabilidades en la gestióndel gasto y evidencian grandes limitaciones para vincularla inversión pública con estrategias de desarrollo de media-no y largo plazo. En la mayoría de casos, los presupuestosreflejan un listado de demandas y no un enfoque integral dedesarrollo.

Es fundamental un nuevo pacto fiscal, la profundizaciónde la organización territorial del presupuesto, así como el in-cremento sostenido de la descentralización de los recursos y

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el incremento de la capacidad de recaudación del Estado enlos distintos niveles. Para ello es fundamental un replantea-miento del presupuesto público que abarque dimensionescomo la deuda, la lucha contra la corrupción y la austeridadfiscal.

Una reflexión final

La reforma descentralista está estrechamente ligada a laconsolidación de la democracia que, a su vez, necesita de ellapara su profundización. Hemos iniciado un proceso que abreposibilidades para hacer realidad instancias autónomas degobierno que se conviertan en palancas efectivas del desarro-llo territorial y nacional. Pero existen riesgos y límites que esnecesario enfrentar a partir de una amplia y democrática vo-luntad social y política descentralista y democratizadora. Setrata de un proceso con luces y sombras en el que el factorcentral para su continuidad y consolidación descansa en el rolactivo que tengan las corrientes sociales y políticasdescentralistas.

Lima, julio del 2003

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Introducción

Nuevamente se habla de la eventualidad de la vacancia dela Presidencia de la República, al gobierno lo sacude una crisisque algunos califican de terminal pero que, según el oficialismo,sería sólo una crisis de comunicación. Las movilizaciones delSUTEP arrancaron un simbólico aumento de 100 nuevos solespara el magisterio. El gobierno en su desesperación por restau-rar un orden que se le escapaba de las manos declaró el Estadode emergencia, encargando la tarea de recuperación del princi-pio de autoridad al ejército; el resultado fue que hubo un estu-diante muerto y más de 20 heridos de bala en Puno. SenderoLuminoso acaba de notificar a todo el país de que todavía exis-te. El grave malestar que aqueja a la población obligó al Presi-dente a rebajarse su sueldo en un 30%1 y al Ejecutivo a pre-sentar un proyecto de reducción de los altos salarios del sectorpúblico. Arrastrado por el torbellino de la crisis, el GabineteSolari se encontraba prácticamente paralizado por la incerti-dumbre de los cambios ministeriales hasta que luego de unadifícil búsqueda, con muchas invitaciones no aceptadas, se ha

1 No se trata de una segunda reducción como muchos señalan, pues la llamadaprimera rebaja constituyó sólo el compromiso de donación de un tercio del sueldomensual que el mismo presidente había fijado en 18 mil dólares.

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nombrado un nuevo gabinete que mantiene lo esencial del an-terior. En este contexto el país asiste perplejo a las luchas intes-tinas del partido de gobierno por ver a quién colocar en la pre-sidencia del Congreso. Se especulaba sobre una serie de perso-nalidades que hubieran tenido como misión ya no salvar sola-mente al gobierno sino también a todo el régimen democrático.

El presidente Toledo ha perdido toda credibilidad, pero hayuna oferta que si está cumpliendo, es la que hiciera en su cam-paña presidencial de construir el segundo piso de la supuestacasa de la que Fujimori habría construido el primero. En efec-to, el modelo económico liberal aplicado por el actual gobier-no es básicamente el mismo que implementó el fujimorismo.El problema es que se trata de un modelo que está mostrandosus límites tanto en el extranjero como en el país, el cual seencuentra con los mismos índices de pobreza que en los co-mienzos de los años 90 a pesar de haberse vendido la mayoríade las empresas públicas2.

Luego de casi 4 años de recesión la economía ha vuelto aencontrar la senda del crecimiento, aun cuando los más re-cientes indicadores estadísticos dejan entrever algunos nu-barrones que oscurecen las perspectivas de crecimiento paraeste año. Sin embargo, el gobierno se ufana de las cifrasmacroeconómicas, exaltando los récords de recaudacióntributaria, etc.; pero el pueblo no la ve, no chorrea. A ello hayque agregar los dislates del Presidente y de su entorno, quemuestran una proclividad al despilfarro y al aprovechamien-to3. No es de extrañar entonces que la imagen del Presidente

2 Los defensores del modelo neoliberal consideran, al contrario, que este retraso enel desarrollo se debe a que desde las postrimerías del régimen fujimorista se habríadejado de lado la ortodoxia laboral. Cf. La Reforma Inconclusa. IPE.

3 El viaje a Stanford, utilizando fondos y equipo públicos para fines privados, las«consultorías» de la primera dama, etc.

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Toledo esté peor que nunca, contando con un irrisorio índicede aprobación de sólo 11%4 , y no se necesita tener una natura-leza particularmente escéptica para no creer que el señor Pre-sidente pueda dejar la frivolidad que lo caracteriza.

«El Estado canalla»

Noam Chomsky5 retoma el término de Estados Canallasque utilizaba el Departamento de Estado norteamericano alreferirse a los países que según los Estados Unidos deNorteamérica sostenían6 al terrorismo internacional, para uti-lizarlo contra los mismos EEUU de NA. Pero un Estado pue-de ser canalla no sólo con otras naciones extranjeras sino quetambién con su propia nación. Y este parece ser el caso delEstado peruano.

LOS FUNDAMENTOS DEL ESTADO

El hombre es un ser social. El instinto de conservación dela especie empuja al hombre a vivir en sociedad y, dado queningún hombre tiene alguna autoridad natural sobre los otroshombres, pues la naturaleza no produce ningún derecho, sehacen necesarios los convenios o Contratos Sociales, comofundamento del Estado7 . O, desde otra perspectiva, como las

4 Encuesta del IECOS de la Facultad de Ingeniería Económica y Ciencias Sociales dela UNI, realizada antes del proyecto de paquete de Silva Ruete.

5 Rogue States: the rule of force in world affairs, South End Press, 2000.

6 Se trata de siete países: Corea del Norte, Cuba, Irak, Irán, Libia, Siria y Sudán. LosEstados Unidos de Norteamérica se reservan el derecho de imponerles sancionesunilaterales por supuesto.

7 Rousseau, Jean Jacques. El Contrato Social.

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tendencias agresivas de los hombres entre ellos mismos losempujan a la autodestrucción, se hace indispensable la exis-tencia de un organismo que se encuentre por encima de lasociedad civil, el Estado8 .

La organización social no puede sustentarse en la ley delmás fuerte, pues entonces la fuerza sería la fuente de legitimi-dad, lo que puede dar lugar a que aquel que eventualmente sevuelva el más fuerte desobedezca impunemente y así se esta-ría legitimando la desobediencia. Para existir, el Estado debelegitimarse, para ello tiene que sustentar su existencia no en lafuerza sino en el derecho.

La libertad es uno de los derechos fundamentales del hom-bre. Libertad, igualdad y fraternidad fue la divisa de la Revo-lución francesa cuyas ideas liberales fueron diseminadas porEuropa por la Grande Armée y constituyen los fundamentosde la República Democrática. La victoria francesa sobre losprusianos en la batalla de Jena en 1806 constituyó a los ojos deHegel el Fin de la Historia, en el sentido de que ya la humani-dad habría alcanzado por fin un Estado, el liberal, en el cual segarantizarían los derechos naturales del hombre: el derecho ala vida y a los medios para sustentarla, es decir, el derecho a lapropiedad; y a la libertad9 .

Sin embargo, la libertad no puede ser una mera abstrac-ción, ella debe ser concreta. Y en su concreción, la libertadimplica la superación de la necesidad. Lo político se junta conlo económico. Así, mientras más productiva sea una sociedad(economía) mayor sería la libertad de la cual se encontraría encondiciones de gozar (política).

La constitución política constituye la ley fundamental delEstado. Ella emana del soberano (el pueblo) sin embargo éste

8 Hobbes. El Leviatán.

9 Fukuyama, Francis. El fin de la historia.

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no puede modificarla a su antojo pues de hacerlo se estaríasaliendo del Estado de derecho ya que se estaría instaurandoun ambiente de inestabilidad que es la negación de todo siste-ma jurídico. Así por ejemplo la reciente intervención del Con-greso presentando un proyecto de ley modificando el contra-to con la Telefónica constituiría un caso de escuela en el senti-do de que el Congreso es el representante del pueblo y por lotanto se constituye en expresión de su voluntad. Esta volun-tad se encuentra por encima de todo el ordenamiento jurídicopues es ella quien lo genera y le da legitimidad; sin embargo,ella no puede erigirse contra sí misma (principio de la estabi-lidad jurídica), sin respetar los procedimientos que ella mis-ma ha previsto.

Este mismo principio conduce el análisis a la conclusiónde que la Constitución de 1979 es válida y la llamada Consti-tución de 1993 no lo es a pesar de que fue promulgada porun Congreso Constituyente que traducía un mandato expre-so del soberano. Esta invalidez de la llamada Constitucióndel 93 no se está basando sobre el cuestionamiento, legítimopor cierto, de la limpieza del proceso electoral. Sino en laaplicación del artículo 307 de la constitución de 1979 que es-tipula que es un deber de todos los ciudadanos peruanosluchar por la restauración del Estado de Derecho y que sonculpables de crimen contra el Estado no solamente losgolpistas sino también los funcionarios de los gobiernos su-cesivos que no hubiesen buscado regresar a la Constitución(lo que no debe confundirse con el derecho de insurgenciaque también se contempla en la misma constitución). De allítambién que problemas como los suscitados con Telefónicatendrían una solución legal relativamente simple, pues esoscontratos estarían sujetos a una revisión y, eventualmente, auna modificación, o a una aprobación por el Congreso de-mocrático.

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ESTADO Y RÉGIMEN POLÍTICO

Diversas encuestas de opinión pública muestran que losciudadanos peruanos perciben una desarticulación entre ellosy el Estado, que se supone los representa. La mayoría de losciudadanos no confía en las instituciones públicas, el Con-greso de la República proyecta una pésima imagen, se per-cibe a la mayoría de los políticos como corruptos, etc. Estadesarticulación se manifiesta además por medio de las di-versas formas de protesta que adoptan las diferentes catego-rías de la población, como son las marchas y huelgas. En unpaís con una población mayoritariamente pobre —en efecto,el 54.8% de los peruanos viven en condiciones de insatisfac-ción de sus necesidades básicas— no parece coherente, des-de el punto de vista económico (la famosa curva de Kuznetz,que sustentaba la idea de la desigualdad como premisa delcrecimiento ha sido desmentida por importantes estudiosempíricos10 ), el que los altos funcionarios públicos tanto losde carrera como también, y sobre todo, los políticos se atri-buyan a sí mismos ingresos totalmente desproporcionadoscon el contexto de gran pobreza que es el rasgo principal dela sociedad peruana. Esta situación de inequidad extrematampoco es aceptable, evidentemente, desde una perspecti-va ética.

Esta desarticulación entre Estado y sociedad hace apa-recer al primero como un objeto de codicia del cual hayaque apropiarse para poder resolver problemas económi-cos individuales y no como un espacio desde el cual sepueda servir a la sociedad inclusive sacrificando tempo-ralmente la satisfacción de intereses económicos perso-

10 Cf. Deininger, K., y Squire, L., A new data set measuring income inequality. 1996.

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nales11 . Esta actitud, de la clase política como un todo, creaun caldo de cultivo para la corrupción y tiene como efecto in-mediato un disfuncionamiento del Estado. Lo cual, a su vez,agrava la desarticulación Estado–Sociedad. En estas condicio-nes es normal que las preocupaciones del corto plazo despla-cen por completo a las cuestiones de largo plazo.

La famosa frase: «para mis amigos todo, para mis enemi-gos la ley», que tranquilamente ha podido ser pronunciadapor cualquiera de los tantos presidentes, sean electos por víademocrática o dictadores, que han asolado la historia nacio-nal, es una frase emblemática de la idea que la clase políticaperuana se hace sobre el Estado. Simultáneamente, ella reve-laría que el Estado peruano estaría faltando a su rol primor-dial que es el de establecer reglas de juego claras.

Un Estado con dichas características aparece más cercanoa un Estado colonial que a un Estado nacional, se trataría deun Estado semi-colonial. Dicho Estado estaría por naturalezaincapacitado para conducir a la economía nacional por la sen-da del desarrollo ya que sólo goza de una representación for-mal más no real de los ciudadanos. Asimismo, hablar de unproceso de redemocratización en esas condiciones carece desentido, ya que sin un desarrollo sostenido es inviable la de-mocracia.

La oposición entre mercado y Estado en la asignación derecursos para la obtención de máximo bienestar económico,es decir la determinación de rol del Estado en la economía,constituye una de las principales líneas de demarcación entrelas diferentes escuelas de pensamiento económico. Algunascorrientes liberales considerarán que el mercado es autosu-

11 Entre los antiguos griegos se tenía que designar a los funcionarios públicos porsorteo porque el servicio público implicaba descuidar la economía en el sentidoetimológico-aristotélico.

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ficiente y que, en consecuencia, es inútil la intervención esta-tal; otras, como las escuelas de inspiración keynesiana, postu-larán que el Estado debe intervenir ante la insuficiencia de lademanda agregada que resulta del libre juego de las fuerzasdel mercado.

Sin embargo, no existe prácticamente controversia algunasobre el rol fundamental del Estado en tanto que expresión,bajo diversas formas, de la voluntad general de los ciudada-nos que lo inviste de las capacidad de dar leyes (poder legisla-tivo), de hacerlas cumplir (poder ejecutivo) y de sancionar losincumplimientos de las mismas (poder judicial). En otras pa-labras, es ampliamente aceptado el hecho de que el Estadodebe establecer las reglas de juego sin las cuales reina la anar-quía, el desorden, la corrupción y la arbitrariedad. Situaciónen la cual algunos pocos pueden verse favorecidos pero cier-tamente no la sociedad.

Tanto la función económica, que se presta a la controver-sia, como la función política, que es consensual, se encuentrandeterminadas por las necesidades de supervivencia del hom-bre como individuo y como especie que exigen una organiza-ción social (paso del estado de naturaleza al Estado de dere-cho), y por las condiciones materiales de existencia que nece-sitan de un marco institucional que garantice su perennidad.

La función hace al órgano. Los factores que determinan lasfunciones del Estado determinan entonces la naturaleza delmismo. Esto significa que al sistema capitalista le correspondeun Estado que tendrá como función, dada su naturaleza capi-talista, garantizar la acumulación del capital.

Para poder cumplir su función fundamental de garantizarla perennidad del sistema capitalista, el Estado capitalista tieneque situarse por encima de los intereses de los capitales. El Es-tado adquiere entonces necesariamente una autonomía relativacon respecto a los capitales individuales y dado un régimen

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político determinado, que es la forma fenomenal del Estado,una autonomía relativa con respecto a las clases sociales12 .

Si la esencia de la intervención estatal es la preservacióndel sistema, la forma como lo hace de manera concreta con-cierne al régimen político. Ella se inscribe en la dialéctica re-presión–legitimación de la intervención pública.

La naturaleza misma del Estado capitalista implica quenecesariamente la intervención del Estado buscará la genera-ción de las condiciones favorables para la acumulación de capi-tal, lo cual exige la utilización de mecanismos represivos quepueden tener como consecuencia la desestabilización del régi-men político. La existencia misma del Estado implica enton-ces la necesidad de su legitimación.

El Estado como instrumento de dominación de clases y lafuerte identificación del Estado con el modo de acumulaciónque aparece nítidamente en el análisis marxiano13 convergencon lo expuesto más arriba en el sentido de que la naturalezadel Estado le impide irse contra el sistema económico que leda vida. Sin embargo esta concepción instrumentalista delEstado puede impedir ver que los regímenes políticos puedendisponer de un cierto margen de maniobra gracias a su auto-nomía relativa con respecto a las clases sociales.

Según la mitología griega si para vivir en sociedad los hom-bres pueden tener distintas habilidades en mayor o menorgrado, es sin embargo indispensable que todos tengan por igualel sentido del pudor y la justicia14 . En el plano jurídico dichossentimientos son formalizados en la Constitución Política, lacual constituye el acto fundacional de la cosa pública en el

12 Mathias, G. Y Salama P., L´Etat surdeveloppé. Ed. Maspero. 1986.

13 Bobbio, Norberto. Ni con Marx ni contra Marx.

14 Protágoras en Diálogos de Platón.

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sentido de su institucionalización. El respeto a la Constituciónsignifica la primacía de los principios sobre lo práctico. La Cons-titución debe emanar de la voluntad general, es decir de la vo-luntad del soberano (el pueblo en una democracia). Pero ello nosignifica que el soberano pueda modificarla o derogarla a suantojo. Es decir que se da la situación paradójica de que lainstitucionalidad se encuentra por encima y por debajo del so-berano. Encima, porque el soberano no puede modificarla a suantojo y debajo, porque el soberano es el único que puede mo-dificarla. La contradicción se resuelve por medio del respeto delos procedimientos que la misma institucionalidad contempla.

BUROCRACIA DORADA, CORRUPCIÓN Y SUBDESARROLLO

La primera medida que tomó el actual régimen fue fijar,simbólicamente, en 18 mil dólares la remuneración mensualdel Presidente de la República. Allí empezó el divorcio entreel gobierno y la nación. Tanto el gobierno de transición deldoctor Paniagua como el del doctor Toledo se escudaron de-trás del argumento, real por cierto, de que ellos encontraronun pandemonio en la estructura de las escalas de remunera-ciones del Estado que se traduce en que a igual calificación y aigual escala remunerativa se encuentren remuneraciones muydisímiles. Sin embargo, nada se hizo para poner el orden ne-cesario. El problema se agravó cuando los recientemente ele-gidos presidentes regionales se auto fijaron sueldos de alrede-dor de 8 mil dólares mensuales.

La crisis política acaba de obligar al presidente Toledo arebajarse el sueldo en 30% y a proponer una serie de reduccio-nes marginales a los sueldos por encima de 10 mil soles. Pordeclaraciones del propio ministro de Economía, dichas reduc-ciones concernirían a alrededor de 1,000 altos funcionarios yrepresentarían un ahorro de apenas unos 6 millones de soles

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al año. Eso significa una reducción promedio de 500 solesmensuales para cada uno de dichos funcionarios públicos, locual no puede calificarse de significativo.

El ex-presidente del Banco Central de Reserva, el doctorJorge Chávez15 , señala que el Virrey Abascal, representante deun Estado Colonial, ganaba 40 mil ducados por mes lo queequivaldría a 14,4 mil dólares actuales; indica, además, que elpromedio histórico de las remuneraciones de los Presidentesde la República Peruana tanto en el siglo XIX como en el XXno ha pasado de los 2,2 mil dólares de hoy. Como se puedeconstatar el Presidente Toledo, que se supone es el represen-tante de una nación republicana, se auto fija una remunera-ción muy por encima de la que percibía el representante deuna metrópoli extranjera como era el Virrey Abascal; y dicharemuneración no tiene ninguna comparación con lo que reci-bían sus antecesores republicanos.

El peso real de la burocracia dorada es un secreto de Esta-do. Las especulaciones difieren fuertemente. Así por ejemplo,se informó desde el Congreso que los bonos de productividadde los funcionarios de las empresas públicas ascendían a 570millones de soles, suma que fue desmentida por la Directoraejecutiva del FONAFE, quien indicó que el monto verdaderoera de sólo 14.7 millones. Por otro lado el congresista PedroMorales indicó que los fondos administrados por el PNUDpor cuenta del Estado peruano sumaban alrededor de 75 mi-llones de soles, y como esta suma representa la comisión de3.5% que el gobierno paga a dicha entidad, ello implicaría quelas remuneraciones pagadas por el PNUD serían del orden delos 2,142 millones de soles. Para tener una idea eso es lo quecostaría duplicar el sueldo a los maestros. A los excepcionalessalarios se agrega el despilfarro, acompañado muchas veces

15 Alerta Económica del 5 de marzo del 2003.

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de escándalos, con que los altos funcionarios públicos mane-jan los fondos del país16.

La existencia real del Estado requiere de un sistema detributación. En efecto, la política tributaria es, ontológicamente,la manera como la sociedad, por intermedio de sus gobernan-tes, decide financiar su aparato estatal. Se hace necesaria, en-tonces, la discusión sobre las funciones económicas que debecumplir el Estado.

Básicamente el Estado, según la concepción de AdamSmith, puede cumplir las siguientes funciones: la defensa y laseguridad ciudadana, la administración de justicia y los gran-des trabajos de infraestructura y servicios públicos.

Desde otra perspectiva, más amplia por cierto, el Estadopuede además ocuparse de los efectos externos de la produc-ción o del consumo, puede estimular la utilización de bienespreferentes, puede promover la estabilidad económica yredistribuir los ingresos.

Para cumplir con dichas funciones el Estado se sirve dediversos mecanismos como son el gasto público (compras debienes y servicios, y transferencias), los impuestos, la regula-ción y las empresas públicas.

Estos mecanismos hacen parte del presupuesto público.Por el lado de los egresos, se tiene el gasto público y la regula-ción, en la medida que dicha actividad implica un costo, y, lamayor parte de las veces, a las empresas públicas. Por el ladode los ingresos, se encuentran los impuestos.

Cada uno de estos mecanismos tiene consecuencias direc-tas sobre la economía nacional. Así, por ejemplo, los gastoscorrientes, uno de los grandes componentes del gasto públi-co, implican un desvío de recursos de su eventual utilizaciónen el sector privado hacia el sector público (lo cual, según David

16 Escándalos como los del PRONAA o más recientemente de PetroPerú, etc.

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Ricardo, es en sí negativo pues el Estado sostiene a trabajado-res improductivos mientras que el sector privado utiliza elcapital con trabajadores productivos)17 .

El otro componente del gasto público, las transferencias,operan una redistribución de los ingresos que modifica el con-sumo. La regulación, al tratar de corregir los efectos económi-cos externos, o al morigerar el poder de los monopolios, buscauna mejora del bienestar económico de la población. Las em-presas públicas implican en sí mismas, para bien o para mal,una participación directa en la economía.

El cuadro 1 permite apreciar que el nivel del gasto corrien-te del gobierno central es bastante más alto en los países desa-rrollados, con excepción de los Estados Unidos deNorteamérica, que en los países latinoamericanos. Estas dife-rencias en los niveles de gastos van a reflejarse, indudable-mente, en la calidad de los servicios que ofrece el sector públi-co de las dos categorías de países.

De una manera general la presión fiscal en los países desa-rrollados es poco más del doble (38%) que en los países po-bres (18%)18. Los impuestos ejercen su influencia sobre la acti-vidad productiva a través de la disminución del ingreso dis-ponible en manos de los agentes económicos. Pero tambiénpueden ejercer un efecto, más pernicioso en este caso, si, envez de disminuir los ingresos, disminuyeran el stock de capi-tal de la economía, tal como lo señala David Ricardo.

Los impuestos pueden ser directos e indirectos. La prime-ra diferencia entre los dos tipos de impuestos consiste en quelos impuestos directos son pagados por el mismo contribu-yente mientras que los impuestos indirectos no. La segunda

17 Ricardo, David. Principes d´Economie Politique et des impots. Flammarion.

18 Tanzi, Vito y Howell, Zee. Une pólitique fiscale pour les pays en développement. FMI.2001.

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diferencia se refiere a la repercusión de los impuestos sobrelos precios, los indirectos repercuten en los precios mientrasque los directos no. En general, se considera que los impues-tos directos son más equitativos que los impuestos indirectospues son susceptibles de tomar en cuenta la situación perso-nal del contribuyente. Así, se puede constatar que, en general,en los países con una distribución más equitativa de los ingre-sos, como es el caso de los países ricos, los impuestos directostienen una mayor importancia que los impuestos indirectos,tal como se puede apreciar en el cuadro 2.

El cuadro 3 muestra que en el caso del Perú, y en generalpara toda América Latina, los impuestos indirectos son los másimportantes, lo cual deja presagiar una estructura poco equi-tativa.

Cuadro 1Gobierno Nacional Central

Gasto Corriente como porcentaje del PIB (%)

1994 1995 1996 1997 1998 1999

Argentina 14.3 14.6 14.1 14.1 14.1 n.d

Chile 17.6 16.7 17.6 17.7 18.8 20.0

Colombia 9.6 10.0 11.4 11.9 13.3 14.8

Costa Rica 21.6 20.8 21.3 20.3 19.8 19.9

México 12.7 13.9 13.5 14.3 12.9 n.d

Perú 15.1 15.7 15.2 14.6 15.1 15.1

Venezuela 18.1 15.7 14.6 17.1 16.5 15.3

Alemania 32.3 32.1 32.3 31.9 31.2 n.d

Estados Unidos 20.9 20.7 20.2 19.6 18.9 18.3

Noruega 39.2 37.0 35.2 33.7 35.2 n.d

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alaCuadro 2

Presión tributaria en países industrializadosPromedio 1995-1999 1/

Presión Impuesto al ingreso Impuesto al Ratio A/B

Tributaria y ganancia valor agregado(A) (B)

Canadá 14.6 10.8 3.5 3.1

Reino Unido 27.7 13.7 6.8 2

Francia 23.6 7.5 7.9 0.9

Alemania 16.4 4.7 3.4 1.4

Italia 28.4 14.4 5.7 2.5

Promedio Simple 22.1 10.2 5.5 2.0

1/ Promedio simple sin considerar los ingresos por seguridad social.

Fuente: FMI.

Política Tributaria. Macroconsult.

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Cuadro 3

América Latina grava más el consumo que los ingresos(Recaudación como porcentaje del PBI-periodo 1998-2000) 1/

Impuesto al Impuesto

ingreso y al valor

ganancia agregado Ratio (A) (B) A/B

Brasil 2/ 4.8 8.4 0.6

Chile 4.2 8.9 0.5

Argentina 2/ 3.4 7.4 0.5

Bolivia 1.3 6.0 0.2

Perú 3/ 2.8 5.8 0.5

Colombia 4.4 4.9 0.9

México 4.6 3.2 1.4

Ecuador 2.3 4.2 0.6

Promedio simple 3.5 6.1 0.6

1/ Promedio simple sin considerar los ingresos por seguridad social.

2/ Promedio 98-99.

3/ Promedio 98-01.

Fuente: Bancos Centrales y Recaudadoras de tributos.

Política Tributaria Macroconsu lt.

La equidad no sólo es un imperativo ético, en realidad esuna exigencia económica pues gracias a ella se pueden obte-ner condiciones más favorables para el crecimiento económi-co, ya que una mayor equidad significa un menor desperdicio

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de recursos en un aparato represivo; significa, además, unarepartición más igualitaria de los activos que se manifiestanen un aumento del nivel de calificación de la mano de obra y,por ende, en una mejora de la productividad, etc.

La política tributaria no debe tener como única meta la re-caudación de impuestos sino también una repartición equita-tiva de la carga tributaria. Ello implica que los impuestos de-ben ser progresivos, es decir que graven más a los que másganan y menos a los más desfavorecidos e incluso que se pue-dan distribuir subsidios a ciertas categorías particulares de lapoblación. Para obtener esta progresividad es necesario, engeneral, que la estructura de los impuestos sea de tal maneraque los impuestos directos sean más importantes que los im-puestos indirectos. Se requiere, además, que no haya discri-minación con respecto a las grandes empresas sean éstas na-cionales o extranjeras. Se necesita también revisar las condi-ciones de las exoneraciones tributarias que pueden estar sien-do desviadas de los objetivos para los cuales fueron creadas.

La política tributaria tiene que encontrar un difícil puntomedio entre un exceso de presión tributaria y un Estado exá-nime por falta de recursos. Su meta no puede ser únicamenterecaudatoria pues en ese caso se estaría cayendo en una polí-tica confiscatoria, que deslegitimaría al Estado. Los impuestosencuentran su legitimidad en los objetivos reales del Estado,lo que implica distinguir entre los objetivos explícitos de losimplícitos, lo que permite avizorar la verdadera naturaleza delEstado.

Cuesta abajo

Todas las encuestadoras coinciden en señalar una peligro-sa rodada cuesta abajo de la aprobación no solamente de lagestión del Presidente sino también de los otros poderes del

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Estado, lo cual configura una crisis grave del sistema que pue-de poner en peligro el proceso de democratización. Los resul-tados de las encuestas, lejos de generar en el gobierno un sen-timiento de alerta para iniciar cambios indispensables (paraser justos tampoco se observa ninguna intención seria de ha-cerlos entre los partidos de la oposición), han irritado aloficialismo quien acusa a las encuestadoras de ser poco me-nos que instrumentos de la mafia fujimontesinista.

DEUDA Y POLÍTICA ECONÓMICA

El reciente paquete Silva Ruete, que luego de ciertas vicisi-tudes que hicieron pensar en su encarpetamiento parcial, pa-rece recuperar alguna posibilidad de ser aceptado por el Con-greso, ha tenido al menos el mérito de interesar a la opiniónpública en la cuestión del presupuesto de la República.

El paquete se da luego de que el gobierno haya aceptado aregañadientes ir cumpliendo la promesa presidencial de du-plicar el sueldo de los maestros, y para financiar además losaumentos en los ranchos de las tropas del ejército y de la poli-cía. El mensaje es doble. Primeramente, se muestra un manejodisciplinado en el sentido de que no se financia el gasto excep-cional con emisión inorgánica o con deuda, sino que se buscaincrementar los ingresos (402 millones de soles) y disminuirlos gastos (350 millones de soles)19 . Más soterrado, el segundomensaje consiste en ligar estrechamente toda reivindicacióneconómica a paquetes tributarios de modo que todo futuro

19 El gobierno ha propuesto una reducción de 5% en la compra de bienes y serviciosque realiza el Estado y una disminución mal de los salarios de los altosfuncionariospúblicos. También propone la eliminación de las exoneraciones a lasactividades a las actividades artísticas. Por el lado de los ingresos, se busca aumentarel ISC a los combustibles, cigarrillos y cerveza, además de crear un impuesto al consumopor encima de los 100 soles en telefonía fija y celular, y para el cable.

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133Ulises Humala

movimiento de reclamo no pueda contar con el apoyo de laopinión pública pues al final toda mejora salarial será pagadapor los bolsillos de todos los peruanos.

Adicionalmente, el paquete ha desnudado la patética si-tuación de las finanzas públicas. Los récords de recaudacióntributaria que tan orgulloso mostraba el gobierno no han sidosuficientes para mejorar la caja fiscal. Pese a que la recauda-ción ha aumentado en 12,4% en los últimos 12 meses20 , y hasignificado un excedente excepcional de 2,700 millones de so-les cuyo destino no ha explicado todavía el gobierno.

La cuestión de la deuda pública tanto externa como inter-na comienza a recobrar una presencia importante en el debatesobre la política económica del país. El cuadro 4 muestra queel país se ha incrementado su endeudamiento tanto en térmi-nos absolutos (en miles de millones de dólares) como en tér-minos relativos (en relación al PIB).

En las proyecciones que hace el MEF para el año 2003, elrubro correspondiente al servicio de la deuda externa aumen-ta en 241 millones de dólares (alrededor de 843 millones desoles) como resultado de vencimiento de deudas concertadasen las postrimerías del régimen fujimorista, alcanzando la sumade 2,179 millones de dólares (unos 7,626 millones de soles).Por su lado, el servicio de la deuda interna aumenta en pocomás de 900 millones de soles llegando a cerca de 2,000 millo-nes de soles. El servicio total de la deuda pública asciende a lanada despreciable suma de cerca de 10 mil millones de soles.El cuadro 5 muestra que el servicio de la deuda pública va aaumentar fuertemente en los años que vienen, llegando a 3mil millones de dólares en el 2004 y a los 3.5 mil millones dedólares en los dos años que siguen.

20 Jorge Chávez. Alerta Económica del 20 de junio del 2003.

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Toledo Año II134

El pago de la deuda y la exigencia del FMI en el sentido deno ahondar el déficit fiscal, todo ello en un contexto de esca-sez de fuentes de financiamiento, impiden una política fiscalverdaderamente anticíclica. La austeridad pregonada peropoco practicada en las altas esferas del gobierno. Así, por ejem-plo, el presupuesto del Congreso para el 2003 aumenta en 16millones de dólares con relación al año 2002, lo cual significaun incremento de casi 18%!, alcanzando a 106.3 millones dedólares (y lo aumenta en 18 veces en comparación con el del92, año en el cual el presupuesto fue del orden de 5.7 millonesde dólares). Los altos ingresos (25 mil soles un congresista oun vice-ministro, 8 mil un asesor de congresista, 3,900 unasecretaria del Congreso, la asignación mensual de 650 por ali-mentos a los funcionarios de dicha institución, los 16 salariosanuales, por no dar más que algunos ejemplos) que se paganlos jerarcas del Estado, ellos mismos, frente a un 55% de pe-ruanos por debajo de la línea de pobreza, es decir con un in-greso per cápita inferior a 210 soles mensuales, constituyenuna prueba de la fractura social que se está viviendo en lasociedad peruana y que no tiene ninguna justificación ética nieconómica. Según cifras del Ministro de Trabajo, la remunera-

Cuadro 4

Miles de Millones de Dólares % PIB

2001 2002 2003 2001 2002 2003

Deuda Pública 24.8 26.5 27.4 45.7 46.6 45.3

Deuda Pública Externa 19 20.7 21.8

Deuda Pública Interna 5.8 5.8 5.6

Fuente: BCR.

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135U

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alaCuadro 5

(Millones de U.S. Dólares)

SERVICIO DE LA DEUDA EXTERNA SERVICIO DE LA DEUDA INTERNA 1/ SERVICIO

Amortización Intereses Total Amortización Intereses Total Total

2002 936 1002 1938 138 168 306 2244

2003 1106 1073 2179 367 202 569 2748

2004 1238 1240 2478 354 169 523 3000

2005 1304 1376 2680 648 212 861 3541

2006 1373 1467 2840 501 223 724 3564

2007 1468 1479 2947 658 208 867 3814

2008 2027 1558 3585 548 189 737 4322

2009 1625 1568 3193 457 145 602 3795

2010 1618 1558 3176 405 115 520 3696

2011 1754 1532 3286 212 86 298 3584

2012 3238 1445 4684 287 67 354 5038

2013 1829 1455 3284 136 50 186 3470

1/ Incluye bonos de reconocimiento.

Fuente: MEF.

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ción promedio de un capitán de empresa de tamaño medio(10 a 50 trabajadores) es de alrededor de 4,500 soles, muy lejosde las percibidas por nuestros burócratas dorados, lo cual es atodas luces injusto. La señal es clara, es más rentable tratar deentrar a servirse del Estado que ganar honradamente su vidacomo empresario.

Desde el punto de vista ético es completamente cuestio-nable que, en un país tan pobre, los que se supone debieranservirlo estén utilizando sus puestos en el Estado para re-solver sus problemas económicos personales. Desde el puntode vista económico, tiene que haber una correspondenciaentre la productividad del trabajador y su remuneración, yes evidente que la productividad de la burocracia doradaestá desfasada con relación a sus ingentes emolumentos.Pero este disloque porta en sí mismo una razón adicionalpara condenarlo: el evidente desfase entre los niveles devida de los gobernantes con la de sus gobernados no sóloles pone un cierto velo que les impide comprender la reali-dad cotidiana de la gente sino que también los deslegitima.De alguna manera el Estado peruano se está comportandocomo un Estado neocolonial, cuyo principal problema espreservar los privilegios de sus jerarcas. En el país se esta-ría viviendo una suerte de apartheid económico a la vez des-piadado y cínico.

POBREZA Y EMBALSE DE EXPECTATIVAS

El Perú es un país pobre con un producto por habitante de2,130 dólares, muy por debajo del promedio mundial que sesitúa en los 5,020 dólares. El nivel de pobreza es tal que en el2001 el 54.8% de la población nacional era pobre, un nivel bas-tante cercano al de 1991 en el cual el 55.3% de los peruanosvivían sin poder satisfacer sus necesidades fundamentales.

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137Ulises Humala

Luego de una década de neoliberalismo extremo21 , se llegaprácticamente a los mismos niveles que al comienzo, pero lue-go de haber pasado por una ligera mejora en 1997, año en elcual según cifras del Banco Mundial, la pobreza retrocedióhasta el 49%. Sin embargo en ningún momento se regresó alos niveles de 1985 en donde la pobreza era la suerte cotidianadel 41.6 de los peruanos.

El producto per cápita actual es similar al de 196822 , en elcaso del Perú se puede hablar de 35 años perdidos. El gráfico1 muestra que mientras países como México, Chile, Corea delSur y Singapur comenzaron un despegue en los años 60, quese convirtió en un vuelo para los dos últimos, el Perú se man-tuvo estancado. Resulta, además, interesante constatar quehasta mediados de los 80 el nivel de vida peruano era todavíaequivalente al nivel de vida chileno, hoy el producto per cápitachileno es más del doble que el peruano.

Estos datos estadísticos reflejan la base objetiva sobre lacual reposa el sentimiento de desencanto que embarga a losperuanos. De alguna manera el pueblo peruano tiene un em-balse de expectativas de 35 años. Algunos analistas conside-ran que la actual crisis política es una muestra más de lo difí-ciles que son las transiciones democráticas en el país23 . Todoesto no quiere decir que se deba restar responsabilidad en elembalse de expectativas a las exageradas promesas electora-les del entonces candidato presidencial Alejandro Toledo enlos últimos comicios.

21 González de Olarte, Efraín. Neoliberalismo a la peruana.

22 En el 2001 el producto por habitante es de 4,519 nuevos soles de 1994, mientras queen 1968 fue de 4,522.5 nuevos soles.

23 Julio Cotler, por ejemplo.

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Toledo Año II138

La CEPAL se refiere al periodo 98-02 como un lustro perdi-do para América Latina. El Perú tuvo, a pesar de ese contextodesfavorable, un fuerte crecimiento del orden del 5.3% en el2002, y el gobierno espera un crecimiento de 4% para este año.La tasa de crecimiento se ha mantenido fuerte en el primertrimestre de este año, sin embargo en el mes de abril comen-zaron a sentirse algunos signos de desaceleración24. Por otrolado, la inflación se ha tornado negativa por tercer mes conse-cutivo, lo cual podría estar prefigurando una deflación. El con-texto internacional es incierto, con una economía mundial que

Gráfico 1

Fuente: MMM 2004-06. MEF.

24 Según el BCRP las tasas de crecimiento del producto fueron de 4.8%, 5.2%, 5.5% y2.5% para los meses de enero, febrero, marzo y abril del 2003, respectivamente.

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139Ulises Humala

parece dirigirse hacia una situación deflacionista, que pondríaen serios aprietos a la economía nacional25.

LA PÉRDIDA DE LEGITIMIDAD

El informe de la Comisión para la Verdad y la Reconci-liación sobre la guerra anti–subversiva que ensangrentó alpaís durante los 80 y parte de los 90 parece ir en el sentidode que alrededor de 60 mil peruanos perdieron la vida enesta guerra contra subversiva, legítima para la defensa dela democracia, pero que en muchas ocasiones se realizó comouna guerra de ocupación26 . No se respetaron, en muchoscasos, los derechos humanos. La forma como el ejército re-primió recientemente a los estudiantes en Puno, que tuvocomo resultado un muerto y más de 20 heridos de bala,muestra desgraciadamente la misma actitud. El Estado pe-ruano no logra incorporar a todos los peruanos en tantoque ciudadanos con igualdad de derechos reales, no sola-mente formales.

La dicotomía económica formalidad–informalidad se ex-tiende a los planos político y social. Y así como la mayoría dela PEA trabaja en el sector informal, los eventos políticos másimportantes se están realizando fuera del ámbito de la políticaformal. Los partidos políticos se están desenganchando delpueblo. Y, este cada vez mayor distanciamiento les está ha-ciendo correr el riesgo de convertirse en pequeños clubes denotables que tienen como principal objetivo apoderarse delEstado para servir sus propios intereses, y no para servir losintereses de la Nación.

25 Rogoff, Kenneth. Deflation: determinants, risks, and policy options. FMI, 2003.

26 75% de las víctimas habrían sido quechua hablantes.

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Toledo Año II140

En efecto la clase política, oficialista y de oposición, consi-dera en la práctica que no hay ninguna incoherencia en queuna nación de pobres sustente los altísimos sueldos de algu-nos altos funcionarios, niveles salariales que no existen mu-chas veces ni en los Estados de los países ricos27.

Se argumenta que para atraer a los mejores técnicos hayque pagarles lo que ellos ganarían en el sector privado, lo cualsignificaría que dichos técnicos no tendrían ninguna vocaciónde servicio. De ser así, en verdad no debieran trabajar en laadministración pública. Otro argumento consiste en sostenerque si se quiere evitar la corrupción hay que pagar bien, loque significa afirmar implícitamente que la honestidad no se-ría una virtud sino una mercancía que tendría un precio.

La pérdida de legitimidad se constata cotidianamente enlos resultados de las encuestas. Las cuales muestran que másde la mitad de la población piensa que el Presidente Toledodebiera renunciar. La desaprobación a su gestión esabrumadoramente mayoritaria. Pero el Presidente no está solo,lo acompaña el Congreso de la República y el Poder Judicial.Es evidente la existencia de una crisis institucional.

A manera de conclusión

La incipiente Democracia que se vive en el país ha recibi-do, entre otras cosas, una pesada herencia de pobreza, discri-minación, frustraciones y corrupción. La situación se ve agra-vada por la falta de visión de largo plazo que caracteriza a laclase política peruana. Desde esta óptica, los yerros groserosdel Presidente Toledo no son más que un factor agravante.Las causas de la crisis son mucho más profundas.

27 El sueldo del Presidente es uno de los más altos del mundo. El Presidente chilenogana poco más de 2 mil dólares y el argentino sólo mil, por ejemplo.

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141Ulises Humala

La democracia es incompatible con los niveles de pobrezay de desigualdad que vive el país. Si no se hacen cambios ra-dicales, si no se llega a una mejor redistribución de los ingre-sos que signifique un alivio para las mayorías nacionales, ago-biadas por la pobreza y la falta de oportunidades, entonces elsistema puede explotar.

La economía se encuentra estabilizada desde hace muchotiempo, sin embargo no chorrea. Las crisis políticas tienen re-percusiones económicas inmediatas, por ejemplo la recientecrisis ha hecho subir el riesgo país. La esencia de toda demo-cracia representativa es que el gobierno represente a las ma-yorías, si eso deja de suceder se entra en una crisis degobernabilidad que puede conducir a una salida autoritaria.Si se quiere una democracia sostenible tiene que chorrear.

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Toledo Año II142

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145Cynthia Zavalla

Impuestos y Equidad:

A propósito de las últimas medidas tributarias

Cynthia Zavalla

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias146

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147Cynthia Zavalla

Introducción

La campaña electoral del Dr. Alejandro Toledo giró entorno a anuncios de generación de empleo, incrementode salarios, reducciones progresivas en impuestos y com-bate a la pobreza. Anuncios que no guardaban relaciónalguna con la situación en que se encontraban las cuen-tas fiscales.

Una vez en el gobierno, el Ejecutivo enfrentó una disyun-tiva en su manejo económico: mantener una disciplina fiscal yasumir un choque negativo en el nivel de actividad o, por elcontrario, impulsar la reactivación económica a través de unapolítica fiscal y monetaria expansivas. El gobierno optó por lasegunda alternativa.

Desde entonces, el equipo económico del gobierno se hamovido en la cornisa, expandiendo el gasto fiscal tanto comoha podido sin dejar de cumplir las metas pactadas con el Fon-do Monetario. Este impulso fiscal apoyado por una inicial re-cuperación del consumo y la inversión privada, posteriormen-te, ha logrado, a la fecha, 18 meses de crecimiento económico.En los primeros meses del año el discurso oficial revelaba untriunfalismo económico que anunciaba que la tasa de creci-miento económico del Perú superaba con creces la de los paí-ses vecinos y destacaba importantes avances en la lucha con-

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias148

tra la pobreza1 . Anuncios que poco o ningún significado te-nían para las familias, las cuales no sentían ninguna mejoraen sus ajustadas economías.

Sin embargo, ese triunfalismo económico debe haber exa-cerbado expectativas y provocado el malestar de los diferen-tes sectores sociales, quienes arremetieron con una ola de huel-gas y reclamos económicos enfrentando al Gobierno de PerúPosible a una crisis política. Para atender este cúmulo de de-mandas sociales, el Ejecutivo, en lugar de presentarnos la anun-ciada reforma tributaria, nos sorprende con un conjunto demedidas tributarias haciéndonos sentir que regresamos a lostiempos de los «paquetazos» de épocas ya superadas.

La pregunta que todos se hacen es ¿no había otra forma degenerar los ingresos necesarios para satisfacer esas deman-das? En un contexto de privatizaciones paralizadas, que ade-más son ingresos extraordinarios —por una sola vez—, al paísno le quedan muchas alternativas sino recurrir a sus recursospropios y estos provienen esencialmente de los tributos. Deeso no cabe duda, pero lo que se critica es la forma arbitraria ycortoplacista como el gobierno pretende dar solución a susproblemas de caja fiscal. Una reforma tributaria, en cambio,orientada a generar fuentes de recaudación permanentes, tra-tando en lo posible que dicha tributación sea neutral, hubierasido mejor recibida por la población.

Para terminar, queremos señalar que la política tributariaque adopta un país adquiere un rol sustancial, no sólo en laestabilidad macroeconómica que se procura mantener, sinotambién en la estrategia de crecimiento que se busque adop-tar. El diseño que se elija debe respetar ciertos principios yaconocidos, pero además debe reflejar una estructura sosteni-

1 Ver «Pobreza y Desigualdad: Los Promedios No Bastan». Raúl Mauro, en esta mismaedición de Perú Hoy.

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149Cynthia Zavalla

ble en el largo plazo. Este artículo intenta contribuir al análisisde la política tributaria como herramienta redistributiva esen-cial para ordenar el sistema económico.

Marco teórico: los conceptos tributarios básicosExiste hoy en día un consenso generalizado acerca de que

un sistema tributario debe observar los principios de eficien-cia, equidad y simplicidad (FMI 1995). Estos conceptos aun-que fáciles de sustentar teóricamente encuentran dificultadesprácticas para su implementación.

Las consideraciones de equidad en un sistema tributariopueden ser abordadas desde varios enfoques. El primero, con-siste en ver la equidad en dos dimensiones complementarias:la equidad horizontal y la equidad vertical. La primera se re-fiere a un tratamiento tributario igualitario para individuos ensimilares condiciones de ingresos; y la segunda, a una cargaimpositiva diferente para individuos con diferentes niveles deingreso.

Este concepto se complementa con dos principios que sonbastante utilizados para examinar la equidad de un sistematributario, estos son el principio del beneficio y el principiode la capacidad de pago. El primero establece que los indivi-duos deben ser gravados de acuerdo a los beneficios que cadauno recibe de los programas de gasto públicos que son fi-nanciados con ingresos tributarios. Este principio es consis-tente con el anterior —el de la equidad horizontal y verti-cal— ya que los individuos que reciben el mismo (o diferen-te) beneficio serán igualmente (o desigualmente) gravados.La limitación de este principio está no sólo en la dificultad demedir los beneficios del gasto público, sino que además suaplicación reduce la política tributaria exclusivamente a lapolítica de gasto.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias150

El principio de la capacidad de pago, que es una alternati-va al anterior, establece que los individuos deben ser grava-dos de acuerdo a su capacidad para afrontar la carga tributaria.Este principio también es consistente con el de la equidad ho-rizontal y vertical; sin embargo, su utilidad depende de haceroperativo el concepto de capacidad de pago.

Finalmente, se puede entender la equidad como redis-tribución (de ingreso, riqueza, u otras variables). Así, un im-puesto es equitativo si el grado de desigualdad en la distribu-ción de una variable relevante (ingresos, por ejemplo) en la si-tuación post-impuesto es menor que en la situación pre-impues-to. Para darle aplicación práctica a este contenido es necesariorecurrir a algún índice para medir el grado de desigualdad.

El concepto de eficiencia se refiere a la pérdida de bienes-tar que ocasiona la imposición de un impuesto sobre un indi-viduo, que tiene dos formas: una consiste en la transferenciade recursos desde el individuo hacia el gobierno, que afectadirectamente a los ingresos; y la otra opera a través de un cam-bio en los precios relativos (incremento en el precio del biengravado en relación a los precios de los bienes no gravados),que afecta de manera indirecta a los ingresos. La pérdida deeficiencia de un impuesto se refiere al grado en que la reduc-ción en el bienestar del individuo supera la pérdida de ingre-so debida al pago del impuesto.

Aunque aquí han sido analizados de manera separada, laequidad y la eficiencia son dos aspectos íntimamente relacio-nados, cuya evaluación explícita o implícita no puede evitarseen la formulación de una política tributaria. De hecho, unapolítica tributaria siempre tiene que optar por dar prioridad auno de estos aspectos.

En cuanto a la simplicidad de los impuestos, así como delsistema tributario en general, es esencial a fin de hacer másefectivo el trabajo de la administración tributaria. Un sistema

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151Cynthia Zavalla

tributario con demasiados impuestos, tasas variadas, múlti-ples deducciones y exoneraciones dificulta las tareas de fisca-lización y monitoreo por parte de la administración y más bienda lugar a la evasión por parte de los contribuyentes.

De hecho, la política tributaria está intrínsecamente rela-cionada a la administración tributaria (FMI 1995). El éxito deuna política tributaria depende, en parte, de las restriccionesque enfrenta la administración; por ello, las medidas que setomen en mejora de la administración ayudarán a hacer másefectiva la implementación de la política. Para ponerlo en po-cas palabras, una política tributaria ideal puede ser demasia-do complicada de administrar, mientras que una administra-ción tributaria carente de personal entrenado y recursos mate-riales puede socavar un sistema tributario.

Los impuestos en otros países

Existe evidencia empírica de que la presión tributaria au-menta con el grado de desarrollo de un país. El promedio depresión tributaria (incluyendo contribuciones a la seguridadsocial) para los países desarrollados es de 37.0%, mientras queen América Latina es de 16%. En el Cuadro Nº 1 se presentauna comparación por países en base a la clasificación interna-cional aplicada por la Organización para la Cooperación y el De-sarrollo Económico (OCDE).

Como se observa en el Cuadro, la diferencia en los siste-mas tributarios entre los países desarrollados y los de Améri-ca Latina no sólo está en el nivel de presión tributaria, sinotambién en la estructura tributaria. En efecto, la estructuratributaria latinoamericana está basada principalmente en losimpuestos sobre el consumo, mientras que en los países desa-rrollados lo que predominan son los impuestos sobre los in-gresos.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias152

La evidencia empírica sugiere que la proporción del consu-mo en el gasto de una familia se reduce al aumentar el nivel deingresos del hogar. Dado que la estructura tributaria en Améri-ca Latina está basada en los impuestos sobre el consumo, esregresiva, es decir, los contribuyentes de menores ingresos pa-gan proporcionalmente más que los de ingresos elevados.

Esta sub-utilización de los impuestos a los ingresos en lospaíses latinoamericanos es consecuencia de una combinaciónde factores (Parthasarathi 1999), incluyendo deficiencias estruc-turales como preponderancia de exoneraciones, y deduccionesque erosionan la base tributaria. Otra práctica tributaria que tien-den a exacerbar la baja participación de los impuestos a los in-gresos comparados con los impuestos al consumo, es el uso deregímenes simplificados donde a los pequeños contribuyentes,definidos así por la administración tributaria según sus nivelesde recaudación, ventas, activos y/u otras variables, se les per-mite pagar todos los impuestos —a los ingresos, ventas, acti-vos— en base a un denominador común que pueden ser lasventas o las utilidades netas. Las administraciones tributariasrecurren a esquemas de este tipo para simplificar sus operacio-nes y hacer más efectiva su labor, con sus limitados recursos.

El sistema tributario en el Perú

El sistema tributario vigente hasta agosto de 1990 estabaconformado por más de 200 tributos considerando impues-tos, contribuciones especiales y recursos destinados. Al mis-mo tiempo existían múltiples beneficios y exoneracionestributarias que se otorgaban a casi todas las zonas geográficasdel país, a los sectores económicos considerados más impor-tantes y a las empresas industriales, dependiendo del volu-men de su inversión. Esta situación generó un sistema tribu-

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153Cynthia Zavalla

Cuadro Nº 1

Presión TributariaRecaudación como porcentaje del PBI

País Recaudación Renta, ConsumoTotal/1. Utilidades de Bienes

y Ganancias y Serviciosde Capital

Países de la OCDESuecia 52.0 21.2 4.2

Francia 45.2 10.5 4.1

Italia 42.7 13.9 4.3

Canadá 37.4 18.2 3.4

Reino Unido 37.2 14.3 4.9

Alemania 37.0 10.9 3.3

Nueva Zelanda 35.2 20.2 3.1

Suiza 35.1 13.3 2.4

EEUU 28.7 9.4 1.4

Japón 28.4 9.1 2.2

América LatinaBrasil 34.4 6.6 9.6

Argentina 21.0 4.0 8.5

Chile 19.9 4.7 10.4

Colombia 17.0 5.7 6.8

México 16.0 4.9 4.9

Perú 14.3 2.6 7.5

1/. Incluye Seguridad Social.Fuente: Government Finance Statistics Yearbook, IMF, 1997.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias154

tario ineficaz y difícil de administrar y fiscalizar, repercutien-do en el deterioro de los ingresos fiscales.

Entre agosto de 1990 y diciembre de 1993 se llevó a caboun profundo proceso de simplificación tributaria que consis-tió en la eliminación de la mayoría de exoneraciones y demásbeneficios tributarios, lo que permitiría contar con un sistemaimpositivo moderno, ágil y de más fácil administración.

En la actualidad el sistema tributario del gobierno central sesustenta en sólo cuatro impuestos: el Impuesto a la Renta (IR),el Impuesto General a las Ventas (IGV), el Impuesto Selectivo alConsumo (ISC) y los derechos arancelarios a las importaciones.

Esta primera aproximación del sistema tributario perua-no, nos muestra una estructura que se aproxima a la ideal,pues descansa en pocos impuestos cuyo carácter es, en princi-pio, universal. Asimismo, aparece nítida la importancia fiscalde los impuestos indirectos (72% correspondientes a IGV, ISCe importaciones) en contraposición a los directos (22%), única-mente representados por el impuesto a la renta. Finalmente,dentro de los impuestos indirectos, destacan los aplicados al

Gráfico Nº 1

Estructura porcentual de los ingresos tributarios: 2003

IMP.RENTA22%

IMP. IMPORT.9%

IGV47%

ISC16%

OTROS6%

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155Cynthia Zavalla

9.8

-5.6

14.4 12.4 14.5

9.8

23.9

6.7

26.3

40

6.8

-10

-5

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Jun Jul Ago S et Oct Nov Dic E ne F eb Mar Abr

consumo doméstico de bienes y servicios; el IGV representa el47% de la recaudación en tanto que el ISC el 16%.

RECAUDACIÓN

La recaudación de tributos internos, excluida la de las con-tribuciones sociales, ascendió, en el año 2002, a S/.18.734 mi-llones, monto que representa un crecimiento de 3.5% en tér-minos reales respecto de 2001. A mayo de 2003, esta cifra re-gistró S/. 1.782 millones, con un aumento de 21.7% en rela-ción a similar mes del año anterior.

Como se observa en el gráfico, desde el segundo semestredel año pasado, se aprecia un crecimiento de la recaudación, ysi bien se registran algunos altibajos, la tendencia es creciente.Este comportamiento de la recaudación se explica por el ma-yor dinamismo de la actividad económica, el efecto positivode las medidas administrativas y las acciones de fiscalizaciónimplementadas por la SUNAT.

Gráfico Nº 2

Recaudación por tributos internos: 2002 - 2003(Var. % respecto al año anterior)

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias156

Otro rasgo importante de nuestro sistema tributario es laalarmante concentración de la recaudación en un reducidonúmero de contribuyentes. En efecto, sólo 54 contribuyentesexplican el 40% de la recaudación. Este grupo de principalescontribuyentes es denominado los Megas; le siguen en im-portancia por montos recaudados los Top 200, conformado por200 de los principales contribuyentes. Entre los Megas y losTop 200, es decir, solo 254 contribuyentes2 explican el 55% delos ingresos recaudados. Contrasta con ello la situación de losindependientes, que representa alrededor del 65% de los con-tribuyentes3 y apenas explica el 3% de la recaudación.

Si bien es cierto que esta concentración no hace sino refle-jar la desigual distribución de ingresos de nuestro país; tam-bién es cierto que la concentración de la recaudación se ve exa-cerbada por el propio diseño de las normas tributarias, así comopor las estrategias de fiscalización que se aplican. Por ejem-plo, las cifras mostradas son bastante sugerentes respecto a larealidad tributaria de los independientes, en donde cabría iden-tificar segmentos con mayor capacidad de aporte al fisco (Díaz2001).

Finalmente, no podemos dejar de mencionar los fraccio-namientos tributarios, que no son otra cosa que una facilidado refinanciamiento de deudas tributarias que aprueban losgobiernos con diferentes propósitos. En el 2002, los ingresosrecaudados por fraccionamientos ascendieron a S/. 497 millo-nes (2.7% del total de la recaudación), monto similar a lo que

2 Los Principales Contribuyentes —PRICOS— son cerca de 15 mil y aportan el 85%de la recaudación. El grupo de PRICOS está conformado por los Mega, los Top 200, laIntendencia Nacional de Principales Contribuyentes, la Intendencia Regional Lima yel resto de Principales Contribuyentes; según la Nota Tributaria de SUNAT.

3 El número total de contribuyentes inscritos es de 2.4 millones a marzo del 2003,según Nota Tributaria de SUNAT.

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157Cynthia Zavalla

se recaudó por Impuesto a las Acciones del Estado (S/. 472millones) —recientemente eliminado por el Congreso de laRepública4 — y por el Impuesto Extraordinario de Solidaridad(S/. 455 millones).

Este tema es ampliamente discutible en varios sentidos.Por un lado, el repetido uso de estos esquemas podría dar se-ñales incorrectas al deudor tributario al mostrarle que siempreserá una buena alternativa dejar de pagar los impuestos por-que surgirán mecanismos de auxilio para regularizar. Pero, porotro lado, los fraccionamientos dotan a la administracióntributaria de liquidez y además le permiten cobrar al menosuna parte de la deuda que de otra forma no cobrarían. Vistodesde esta perspectiva, los fraccionamientos tributarios no sontan malos, a pesar de que son los grandes contribuyentes los másfavorecidos por el simple hecho de que son los que más deben.

PRESIÓN TRIBUTARIA

En los últimos años, la presión tributaria en el Perú se hasituado alrededor del 12%, ubicándose por debajo de paísesincluso del propio ámbito latinoamericano como son Chile(18.5%), Colombia (14.7%) o Argentina (14.6%)5 .

La reforma tributaria implementada a inicios de los añosnoventa fue exitosa en lo que se refiere a recaudación puespermitió que esta se incrementara paulatinamente. Pasó derepresentar 6.7% del PBI en 1989 a 14.1% del PBI en 1997 (verGráfico Nº 3), el nivel más elevado alcanzado en los últimos

4 A fines de abril de 2003, el Congreso aprobó el proyecto de ley presentado por elEjecutivo que elimina el Impuesto a las Acciones del Estado (IAE). Este impuesto entróen vigencia el 1 de enero del 2001, con una tasa equivalente al 5%, aplicable a lasempresas cuyo capital, de manera directa o indirecta, pertenece íntegramente al Estado.

5 Cifras de presión tributaria sin incluir contribuciones sociales.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias158

6.7

10.811.1

12 12.2

13.1 13.413.9 14.1 13.8

12.6 12.1 12.312

0

2

4

6

8

10

12

14

16

1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

20 años. No obstante, a partir de 1998 la recaudación empiezaa disminuir debido tanto a la pérdida de eficiencia de la SUNAT,asociada a una menor fiscalización, como al incremento deexoneraciones y beneficios tributarios específicos.

Está claro que el nivel de presión tributaria en el Perú esinsuficiente para aspirar a una provisión eficiente de servi-cios. La limitada recaudación tributaria puede ser explicadapor factores como los altos niveles de informalidad en la eco-nomía, el refuerzo de la cultura del no pago fomentada poralgunas leyes, los gastos y concesiones tributarias, etc.

GASTOS TRIBUTARIOS

En general, gasto tributario es todo tipo de tratamientopreferencial y diferenciado que representa una desviación delsistema tributario base; es decir, se designa al monto de ingre-

Gráfico Nº 3Presión tributaria

(Ingresos tributarios/PBI)

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159Cynthia Zavalla

sos que el fisco deja de percibir al otorgar un tratamiento im-positivo que se aparta del establecido con carácter general enla legislación tributaria.

En principio, todas aquellas deducciones o modificacionesque se hacen a la esencia del tributo no son gastos tributarios,pero las que constituyen un tratamiento preferencial que be-neficia a un sector, rama, región o grupo de contribuyentes, sílo son.

Los gastos tributarios son otorgados por los gobiernos conel objetivo de lograr un supuesto efecto positivo sobre la in-versión, a costa de afectar el potencial para recaudar del siste-ma tributario. La consecuencia del uso de estos instrumentoses el intercambio de una pérdida cierta de recaudación poruna ganancia incierta en la actividad económica, con el agre-gado de que el monitoreo de los resultados económicos de laconcesión tributaria no es realizado de manera certera por al-guna entidad determinada.

Los tipos de gastos tributarios más usados en el Perú (San-ta María 2003) son:

• Exoneraciones de pago de impuestos.

• Reducciones en las tasas.

• Créditos Tributarios.

• Devoluciones.

• Diferimiento del pago del impuesto.

• Depreciación acelerada para gastos de capital u otroscostos.

MEDICIÓN DE LOS GASTOS TRIBUTARIOS

De acuerdo a información preparada por SUNAT, los gas-tos tributarios estimados para el 2003 equivalen a S/. 4,047.5millones y 1.91% del PBI. En el Cuadro Nº 2 se muestran los

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias160

principales gastos tributarios que se estiman para el 2003 se-gún tipo de impuesto6 :

• Impuesto General a las Ventas (IGV), que representa el80.9% de los gastos tributarios y equivale a 1.55% del PBI.Los mayores gastos por este concepto se deben a la exone-ración de los bienes agrícolas comprendidos en el apéndi-ce 1 de la Ley del IGV (43.90%), Amazonía —Exoneraciónen Loreto, San Martín, Ucayali, Madre de Dios y Amazo-nas (12.61%)—, y la diferencia se debe a la exoneración alas instituciones educativas, culturales o deportivas, a laconstrucción en la Amazonía, a las empresas que otorguenservicios de crédito, a la devolución por recuperación anti-cipada, entre otros, que en conjunto suman 43.49% del to-tal de gastos tributarios por IGV.

• Impuesto a la Renta, representa el 10.12% del total de gas-tos tributarios. Destacan en este impuesto las exoneracionesa los intereses por depósitos en el sistema financiero, ladepreciación acelerada, las devoluciones por donacionesdel exterior y las exoneraciones a productos agrarios.

• Impuesto Selectivo al Consumo, los gastos por este con-cepto ascienden a 8.75% de los gastos tributarios totalespara el 2003, equivalente al 0.17% del PBI; siendo los másimportantes las exoneraciones a vehículos usados yreacondicionados en CETICOS y la exoneración aplicablea la venta de combustibles en la Amazonía.

• El ad valorem y otros impuestos representan el 0.24% de losGastos Tributarios, e incluye ad valorem exonerado a lasinstituciones educativas, culturales, ad valorem por impor-tación de bienes e insumos requeridos en las actividadesde exploración y explotación, y el crédito tributario en laventa intermedia de bienes de capital.

6 En el Anexo Nº 1 ver Gastos tributarios 2003 por sector económico.

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161Cynthia Zavalla

Cuadro Nº 2

Gastos tributarios 2003 por tipo de impuesto

Tributo Tipo de Gasto Costo Anual %

(mill. soles)

IGV Exoneración 2,795.5

Devoluciones 281.3

Crédito 161.6Tasa Reducida 34.9

Total IGV 3,273.6 80.88

Renta Exoneración 242.4

Diferimiento 124.8

Tasa Reducida 40.1Crédito 2.9

Total Renta 410.2 10.12

ISC Tasa Reducida 193.7Exoneración 160.6

Total ISC 354.3 8.75

Otros Exoneración 6.4

Devolución 3.0

Total Otros 9.4 0.24

Total Exoneración 3,205.3

Devolución 284.3

Crédito 164.5Tasa Reducida 268.7

Diferimiento 124.8

TOTAL GASTOS TRIBUTARIOS 4,047.5 100%

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EXONERACIONES TRIBUTARIAS

Las exoneraciones son implementadas con el objetivo depropiciar un mayor desarrollo de ciertos sectores de la econo-mía, bajo diversos criterios, como el aislamiento geográfico, laprioridad en atracción de inversiones, las medidas dereactivación económica, entre otros. Indudablemente la ma-yoría de estas exoneraciones tiene un carácter político y po-dría propiciar un comportamiento rentista entre los agenteseconómicos, quienes pueden destinar recursos a persuadir alas autoridades competentes de la necesidad de aprobación,ampliación o prórroga de las exoneraciones tributarias.

Se deriva del Cuadro anterior que las exoneracionestributarias (IGV, renta, ISC) constituyen el tipo de gasto tribu-tario más utilizado en el Perú, representando cerca del 80%del total (S/. 3.205 millones) de gastos tributarios potencialespara el 2003.

Asimismo, dentro de este monto (S/. 3.205 millones), elrubro de gasto más importante corresponde a las exoneracionesen IGV que llegan a casi S/. 2.800 millones, cifra que represen-ta más de un tercio de la recaudación anual de origen internoque actualmente se obtiene por este concepto.

De acuerdo a un reciente estudio elaborado por ApoyoConsultoría titulado «Exoneraciones e Incentivos Tributarios»se estima que hay 208 exoneraciones, entre las cuales el sectorfinanciero posee alrededor de 35 exoneraciones, la Amazonía,cerca de 24, educación, cultura y deportes, alrededor de 23;hidrocarburos 15; agricultura 13; CETICOS 12; turismo 13;minería 9; construcción 5; industria 4; energía 2; otros sectores11; y de aplicación general alrededor de 42.

En lo que se refiere a las exoneraciones en la selva, comode tasas reducidas del IR, exoneración del IES, exoneracióndel IGV a las ventas internas de combustible, entre otras, el

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163Cynthia Zavalla

0 10 20 30 40 50

estudio de Apoyo sostiene que no han mejorado las condicio-nes de vida puesto que mientras la tasa de pobreza seincrementó en 20% entre los año 1997 y 2000 en la selva, anivel nacional sólo se incrementó en un 10%. Tampoco se halogrado una reducción de la canasta básica en la Amazoníapuesto que la evolución del IPC (Índice de Precios al Consu-midor) ha sido similar en Lima que en los departamentos dela Selva.

Gráfico Nº 4Número de exoneraciones

según sector o región

Energía

Manufactura

Construcción

Minería

Otros sect.

CETICOS

Agropecuario

Turismo

Hidrocarburos

Educación

Amazonía

Financiero

Aplic. Grl.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias164

En el caso agrícola, las exoneraciones agrarias como del IR eIGV a ventas menores de 50 UIT, a los documentos cancelatoriosy la recuperación anticipada del IGV no han llevado a que au-menten las inversiones en el sector, sino más bien se ha regis-trado una tendencia decreciente desde 1975, según el estudiode Apoyo Consultoría. Las exoneraciones agrarias más bien hanllevado a que los pequeños agricultores tengan mayores difi-cultades de tecnificación, porque son los que tienen menos asis-tencia técnica y menos uso de semillas mejoradas.

Por último, el costo de otorgar beneficios tributarios al sec-tor minero es de S/. 50 millones en el 2003, de los cuales S/. 44millones corresponden al diferimiento del impuesto a la rentapor el mecanismo de depreciación acelerada. Habría que pre-guntarse, por qué las compañías mineras, varias de las cualesestán explotando yacimientos altamente rentables, también sebenefician de menores pagos sobre sus utilidades netas. En elcaso del sector hidrocarburos, éste se ve beneficiado por el sis-tema de devolución definitiva del IGV en la etapa de explora-ción. El argumento que sustenta este beneficio es el alto riesgode la actividad exploratoria y la competencia tributaria en estesector que existe con el resto de países de la región. Cabe preci-sar que este régimen de devolución del IGV no está condiciona-do al éxito de la exploración. Fracase o no la empresa explora-dora, la devolución del IGV en esta etapa está garantizada. Apesar de la importancia del sector hidrocarburos, toda inver-sión tiene algún grado de riesgo, por lo que no está claro quedeban existir incentivos tributarios para quienes se dediquen aesta actividad.

Estaría quedando claro que estos beneficios tributarios nosólo no conducirían al objetivo de promover el desarrollo delos diferentes sectores económicos, sino que, además, estaríanintroduciendo distorsiones en la asignación de recursos de laeconomía. El Estado decide qué sector privilegiar y le da un

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165Cynthia Zavalla

trato discriminatorio respecto a los demás sectores, dándoleuna rentabilidad artificial. A partir de ese momento, además,la estructura tributaria sufre un deterioro inducido por el mis-mo Estado y genera una presión constante de los demás sec-tores para obtener similares privilegios.

Análisis de los principales impuestos

A continuación se hará un análisis de las principales carac-terísticas de los impuestos vigentes en el Perú, aunque se de-jará de lado los aranceles, o impuestos a las importaciones,debido a que su análisis corresponde más bien al campo de lapolítica comercial.

IMPUESTO A LA RENTA

Según se ha evidenciado los impuestos a los ingresos en elPerú tienen muy poca relevancia, restándole a la políticatributaria su mejor herramienta para asegurar la existencia deequidad en la carga tributaria. En efecto, en el 2002 se recau-daron S/. 6.011 millones por este concepto, lo que escasamen-te representa el 3% del PBI. En mayo del 2003 los ingresos porimpuesto a la renta sumaron S/. 676.2 millones, aumentando54.5% respecto a similar mes del año anterior.

Como se sabe, para la aplicación del impuesto a la renta enel Perú, las rentas se clasifican en:

• Primera Categoría: rentas producidas por arrendamientos.

• Segunda Categoría: rentas de otros capitales.

• Tercera Categoría: rentas del comercio, la industria y otrasexpresamente consideradas por la ley.

• Cuarta Categoría: rentas del trabajo independiente.

• Quinta Categoría: rentas del trabajo dependiente.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias166

En cuanto a la participación de cada una de estas rentas enel total recaudado por impuesto a la renta, llama fuertementela atención que los pagos de las empresas (rentas de terceracategoría: 43% del total) sean sólo un poco mayores a lo que serecauda por el impuesto sobre las planillas (rentas de quintacategoría: 30%). He aquí un evidente rasgo de inequidad encuanto a carga tributaria. El tema de la equidad del impuestoa la renta se analiza en profundidad más adelante.

Pasemos ahora a revisar las tasas del impuesto. En lo quese refiere al Impuesto a la Renta de las Personas Jurídicas (IRPJ),en el ejercicio 2001, la tasa de IR aplicable era del 30% de lautilidad del ejercicio. Si la empresa reinvertía el 10% de susutilidades, se le aplicaba una tasa del 20% sobre la renta neta.A partir del ejercicio 2002, la tasa es del 27% sobre la rentaneta, mientras que si la empresa distribuye total o parcialmente

Gráfico Nº 5

Impuesto a la renta: 2002 - 2003(variación porcentual)

-40

-20

0

20

40

60

80

100

Ene-02

Mar May Jul S et Nov Ene-03

Mar

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167Cynthia Zavalla

sus utilidades, se le aplicará una tasa adicional del 4.1% sobreel monto a distribuir7 .

En cuanto al Impuesto a la Renta de las Personas Naturales(IRPN), desde la reforma tributaria de 1993, hasta el año 2000inclusive, el contribuyente definido como persona natural seencontraba afecto con las tasas del 15% (para aquellas perso-nas que no excedieran de 54 UIT ya deducidas las 7 UIT) y30% (aplicable a rentas que excedieran las 54 UIT). Posterior-mente, en el 2001, se estableció que sólo hasta 27 UIT se apli-caba la tasa del 15%, incluyéndose un nuevo tramo afecto conla tasa de 21% para aquellas rentas que fueran desde 27 UIThasta 54 UIT, y se fijó, además, la tasa de 27% para las rentasque excedieran de 54 UIT. La última modificación en las tasasdel IR de las personas naturales se dio a principios del 2003cuando se restableció la tasa de 30% para las rentas superioresa 54 UIT (S/. 172.800 anuales). Ver Cuadro Nº 3.

Volviendo al tema de la equidad, como se mencionó en elmarco teórico, hay que analizar dos dimensiones. La inequidad

Gráfico Nº 6

Estructura del Impuesto a la renta

P rimera3%

S egunda0%

T ercera43%

Cuarta5%

Quinta30%

Otras rentas19%

7 En el Anexo Nº 2 ver Evolución de las escalas de los principales impuestos.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias168

horizontal del impuesto a la renta se evidencia en dos aspec-tos. Por un lado, se tiene que los puestos de trabajo están exce-sivamente gravados; en particular, el trabajo dependiente quegenera rentas de quinta categoría, las cuales explican el 30%del total recaudado por IR (ver Gráfico Nº 6). La participaciónde las rentas de cuarta categoría es del 5% aunque existen evi-dencias de que un buen número de profesionales y trabajado-res independientes no cumplen con sus obligacionestributarias. Por su parte, las rentas de primera (alquileres) ysegunda categoría (intereses por ejemplo) —aunque están enbuena parte exonerados— tienen una escasa participación.

Por otro lado, las personas naturales o las familias comoinstitución resultan perjudicadas fiscalmente con relación altratamiento tributario que reciben las personas jurídicas(Gildemeister 2002). Ello debido a que de acuerdo con el artí-culo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta, los contribuyentesque obtienen rentas de tercera categoría (que por lo general loconstituyen las empresas o personas jurídicas) pueden dedu-

Cuadro Nº 3

Escalas del impuesto a la renta de personas naturales:1993 – 2003

1993 –2000 2001 2003

Hasta 54 UIT 15% - -

Por el exceso de 54 UIT 30% - -

Hasta 27 UIT - 15% 15%

Por el exceso de 27 UIT - 21% 21%hasta 54 UIT

Por el exceso de 54 UIT - 27% 30%

Page 164: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

169Cynthia Zavalla

cir de su renta bruta cualquier gasto «necesario» para produ-cir la renta y «mantener su fuente». Adicionalmente, el mismoartículo establece todo un listado de diversos conceptos quepueden ser deducibles de la renta bruta.

Como se puede apreciar, mientras que las empresas o per-sonas jurídicas deducen como gasto cualquier concepto queconsideren necesario para el giro del negocio, la persona natu-ral se encuentra limitada a la deducción de 20% de la UIT8 conun límite de 24 UIT si se está en cuarta categoría, o 7 UIT si seencuentran en quinta categoría, para referirnos sólo a estasdos categorías. Cabe mencionar que si se perciben ambas cla-ses de renta, la norma permite deducir las 7 UIT por una solavez.

De otro lado, dentro de las mismas personas naturales,nuestra legislación tributaria viola nuevamente el principio deequidad al darle un tratamiento similar en cuanto a deduccio-nes, a la persona natural casada y a la soltera. Efectivamente,el tratamiento es igual para una persona soltera, que no tieneque mantener familia y por lo tanto no tiene gastos familiares(esposo, esposa, hijos, educación, salud, vivienda, alimenta-ción, vestido, etc.) que para el casado.

En cuanto a la equidad vertical debemos reconocer querecién en el presente año se han hecho modificaciones en laley que mejoran la escala progresiva a la persona natural. Comoya se mencionó en líneas anteriores, hasta el año 2000 las per-sonas naturales estaban gravadas con tasas del 15% y 30% conlo cual se constituían dos tramos de afectación en las que cier-tamente no había mucha progresividad (Gildemeister 2002).Posteriormente, en el 2001, se incluyó un nuevo tramo afectocon la tasa de 21% (rentas entre 27 y 54 UIT) y se fijó además la

8 UIT son las siglas de Unidad Impositiva Tributaria. Para el año 2002, la UnidadImpositiva Tributaria (UIT) equivalía a S/. 3.100, para el 2003 es de S/. 3.200.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias170

tasa de 27% para las rentas que excedieran de 54 UIT. Con estareforma se afectaba más a los que menos ganan y se beneficia-ba con una reducción de tres puntos, esto es de 30% a 27%, alos que más ganan. Recientemente se ha reestablecido la tasadel 30% para las rentas mayores a las 54 UIT con lo cual semejora la progresividad del impuesto.

De lo anterior podemos concluir que el impuesto a la rentaen el Perú revela claros rasgos de inequidad horizontal debi-do a la existencia de múltiples cargas sobre las planillas y altratamiento tributario desigual que se da a las empresas y fa-milias y, dentro de éstas, a las personas casadas y a las solte-ras. La equidad vertical ha mejorado recientemente alincrementarse la progresividad del impuesto.

Sin embargo, desde otro punto de vista la legislación delimpuesto a la renta, al eliminar el mínimo no imponible y lasdeducciones por esposa, hijos, primas de seguros de salud,intereses por créditos hipotecarios, créditos automotrices y deotras índoles, busca por un lado facilitar y hacer más efectivala administración del sistema y, por el otro, evita erosionar elpotencial de recaudación del impuesto. Pero en la búsquedade estos objetivos, se va perdiendo la equidad del sistema.Como se dijo en el marco teórico, aunque fáciles de sustentarteóricamente, los conceptos de eficiencia, equidad y simplici-dad, suelen entrar en conflicto en la implementación práctica.

IMPUESTO GENERAL A LAS VENTAS (IGV)

La imposición al valor agregado es una técnica que gravael valor añadido en todas y cada una de las fases de produc-ción o distribución de los bienes y servicios y que es traslada-da sucesivamente hasta incidir sobre el consumo final. Ennuestro país se aplica un impuesto general al consumo querecibe el nombre de Impuesto General a las Ventas.

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171Cynthia Zavalla

-10

-5

0

5

10

15

20

25

30

Ene-02

Mar May Jul S et Nov Ene-03

Mar

El Impuesto General a las Ventas (IGV) grava con una tasaúnica de 18%9 los siguientes conceptos: la venta en el país debienes muebles ubicados en el territorio nacional, la presta-ción de servicios, los contratos de construcción, la primeraventa de inmuebles y la importación de bienes. Esta tasa legalestá vigente desde 1992.

Actualmente este impuesto es, técnicamente, la forma deimposición indirecta más perfeccionada, no sólo por su neu-tralidad, tanto en el comercio interno, como en el comercioexterior, sino también por su gran capacidad recaudatoria. Enel 2002, los ingresos por IGV fueron de S/. 12.609 millones(6.3% del PBI) y el 47% de los ingresos tributarios. En mayodel 2003, la recaudación por este impuesto alcanzó los S/. 1.109millones, lo que supuso un incremento de 9.6% respecto almismo mes del año anterior.

Gráfico Nº 7IGV interno: 2002 - 2003

(variación porcentual)

9 La tasa del 18% comprende un 16% que corresponde al IGV y un 2% que correspondeal Impuesto de Promoción Municipal.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias172

Cabe señalar que, a pesar de la importancia de los ingre-sos provenientes de este tributo, también origina los mayoresgastos tributarios. En efecto, los gastos tributarios estimadospor el MEF, por concepto de IGV, para el 2003 ascienden aS/. 3.274 millones, el 85% de los cuales (S/. 2.795 millones)corresponden a exoneraciones en el pago del impuesto. Estacifra representa más de un tercio (37%) de la recaudación anualde origen interno que se obtiene por este concepto y poco másde la quinta parte de los ingresos totales anuales por IGV (ori-gen interno más importaciones).

Otra de las grandes perforaciones que afecta la recauda-ción por IGV es la evasión. Esta se explica, en parte, por el altogrado de informalidad que existe en la economía peruana (el59.5% del empleo en el Perú urbano es informal10 ) así comotambién por la presencia de determinados factores. De acuer-do a los enfoques teóricos de evasión de impuestos, los moti-vos que determinan un comportamiento evasor pueden sermúltiples aunque se reconoce que los principales son la faltade conciencia tributaria en la población, la complejidad de lalegislación tributaria y la vigencia de regímenes de fomento oincentivos, entre ellos, las mismas exoneraciones tributarias.

Según el estudio preliminar de Rubén Lema (Lema 2002),la tasa de evasión del IGV en el país en 1999 y 2000 fue del40% (ver Gráfico Nº 8), cifra que se considera bastante elevadafrente a los estándares internacionales que fluctúan entre 10%y 15% (Macroconsult 2002). No obstante, a inicios de la déca-da de los 90, la situación era mucho más alarmante pues sealcanzaron tasas superiores al 60%. El autor explica que la re-ducción de la evasión hacia fines de la década tiene correlatocon la reforma tributaria implementada a partir de 1991, lacual, entre otras medidas, contemplaba la simplificación del

10 Cifra de Panorama Laboral, OIT.

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173Cynthia Zavalla

sistema tributario, reduciendo el número de tributos, tasas yexoneraciones.

Sin embargo, el incremento en el nivel de evasión en 3puntos porcentuales en los dos últimos años de la serie estu-diada (1999 y 2000), podría tener relación con el aumento delas exoneraciones a la Amazonía, que fue promulgado por Ley27037 —Ley de Promoción de la Inversión en la Amazonía,del 30 de diciembre de 1998— y que extendieron los benefi-cios a una mayor zona geográfica y ampliaron la exoneracióndel IGV, así como otorgaron mayores beneficios tributarios.

El Sistema de Detracciones

La SUNAT ha logrado identificar qué productos presen-tan altos índices de informalidad y, por consiguiente, un altogrado de incumplimiento. Este es el caso del azúcar, arroz,

Gráfico Nº 8

Evasión del IGV

(En porcentajes)

63 65

55

4238 40

37 3740 40

0

10

20

30

40

50

60

70

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias174

maíz amarillo duro11 y alcohol etílico que si bien tienen unproceso industrial concentrado, su producción ycomercialización presenta grandes niveles de informalidad.En consecuencia, la recaudación proveniente de operacionescon dichos productos no tiene correspondencia con el nivelde actividad en la economía.

Con el objetivo de reducir esta evasión, el 1º de julio de2002 entró en vigencia el Sistema de Pago de ObligacionesTributarias, o también llamado Sistema de Detracciones, queestá dirigido justamente a asegurar el pago de las obligacio-nes tributarias, mediante las detracciones (descuentos) quedeberán hacer los compradores de arroz, azúcar y alcohol etílicoa sus proveedores. Posteriormente, en enero de 2003 el siste-ma empezó a operar para el caso de la pesca.

El sistema consiste en que el comprador o adquirientede estos productos, antes de su traslado, debe restar (de-traer) el 10% del precio de venta (incluido el IGV) o de lasuma total que queda obligado a pagar al proveedor (ven-dedor), y depositarlo en una cuenta especial habilitada porel Banco de la Nación a nombre de este último. El montodepositado constituye la detracción (descuento y desvío deuna parte) que hace el comprador del monto que debe pa-gar al proveedor12 .

Sin ánimos de desmerecer los esfuerzos de la administra-ción tributaria por reducir la evasión, hay que resaltar que elSistema de Detracciones es una medida de fiscalización y comotal su impacto en términos de recaudación es bajo. En febrerodel 2003 se recaudaron por este sistema S/. 12.2 millones, lo

11 A fines de mayo se aprobó la suspensión por 90 días del Sistema de Detraccionespara el arroz y maíz amarillo duro.

12 Para mayor información respecto del Sistema de Detracciones consultarTributemos, Año 10, Nº 106, junio 2002. Revista de SUNAT.

Page 170: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

175Cynthia Zavalla

que escasamente representó el 1.9% del total recaudado por elIGV en ese mismo mes.

IMPUESTO SELECTIVO AL CONSUMO (ISC)

En contraposición a los impuestos «generales» al consu-mo existen otros de naturaleza «específica» que gravan sólouna de las etapas del proceso de producción y distribución;éstos son conocidos como «impuestos específicos o selectivosal consumo». En el Perú, el tributo que responde a estas carac-terísticas se denomina «Impuesto Selectivo al Consumo».

El Impuesto Selectivo al Consumo grava la venta en el paísa nivel de productor y la importación de combustibles, aguasminerales, licores (incluida la cerveza), vehículos automoto-res y cigarros u otros productos que contiene tabaco. Asimis-mo, grava los juegos de azar y apuestas, tales como loterías,bingos, rifas, sorteos y eventos hípicos. En el Perú, existen dosformas de aplicación de este impuesto: por un monto fijo porcantidad adquirida; o ad valorem, esto es, la aplicación de unatasa impositiva proporcional al precio de venta.

Gráfico Nº 9

Impuesto Selectivo al Consumo: 2003

Cervezas21%

Gas eos as6%

Combus tibles69%

Cigarrillos3%

Otros1%

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias176

(va riación porcentua l)

-40

-20

0

20

40

60

80

3725

7

Feb

Mar

Abr

May Jun

Jul

Ago Set

Oct

Nov

Dic

3762

2

Feb

Mar

Abr

Combustibles Total

En el primer caso, se encuentran gravados los combusti-bles (como la hulla, gasolinas, kerosene, gasoils y gas licuadode petróleo) y la cerveza. En el segundo régimen, diversosbienes están afectos a distintas tasas, que van desde el 17%para aguas minerales y gaseadas hasta 125% para cigarrillosde tabaco negros y rubios. Asimismo, se encuentran gravadoscon 10% las loterías, bingos, rifas y sorteos y con 2% los even-tos hípicos.

En el 2002, los ingresos por Impuesto Selectivo al Consu-mo fueron de S/. 3.444 millones (16% de los recursos tributa-rios y 2.1% del PBI); de los cuales el 69%, es decir, 1.5% del PBIprovinieron del impuesto aplicado a los combustibles. En mayodel 2003, la recaudación por ISC alcanzó los S/. 303 millones,incrementándose 13.1% respecto al 2002.

Gráfico Nº 10

Impuesto Selectivo al Consumo: 2002 - 2003

(Variación porcentual)

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177Cynthia Zavalla

Impuesto Selectivo al Consumo a los combustibles

La estructura impositiva que afecta actualmente los pre-cios de los combustibles ha hecho que éste sea un tema crucialcada vez que se producen incrementos en sus precios. Loscombustibles son gravados con tres impuestos: el selectivo alconsumo (ISC), el general a las ventas (IGV) y el impuesto alrodaje. Mientras que el IGV es uniforme para todos (18%), elimpuesto al rodaje se aplica solamente a las gasolinas y el ISCestablece montos fijos para cada tipo de combustible13 . Conello los precios del Gas Licuado (GLP) tienen una cargatributaria total que representa el 27% de su precio ex-planta,los de las gasolinas de 97, 95 y 90 octanos un 57%, para lagasolina de 84% es de 53%, para el kerosene es de 40% y paralos petróleos industriales, la carga es del 15%. En el caso delDiesel 2, que es el combustible usado por el sector empresarialy el que tiene mayor incidencia en la economía nacional —susventas representan el 40% del total de las ventas internas— lacarga impositiva es del 46%.

En lo que se refiere a la participación de los impuestos alos combustibles en los ingresos tributarios, también conocidacomo la «petrolización» del presupuesto, las cifras revelan queha ido disminuyendo en los últimos diez años. En efecto, en1990 el ISC a los combustibles representaba cerca del 25% delos ingresos tributarios, en el 2002 esta cifra es del 10.8%.

Aunque no es el tema del presente artículo, no se puededejar de comentar lo que ha acontecido en los últimos mesesen el mercado de combustibles. En efecto, desde inicios delaño, el tema de los precios y los impuestos a los combustiblesha estado en el centro de la discusión política y económica.

13 A partir del 12 de marzo de 1997 (D.S. Nº 025-97-EF), el ISC a los combustibles pasóde un sistema ad valorem a un sistema de impuesto específico, estableciéndose montosfijos de impuestos para cada tipo de combustible.

Page 173: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Impuestos y E

quidad

: A propósito de las últim

as medidas tributarias

178Gráfico Nº 11

Estructura porcentual del precio ex-planta de los combustibles

Page 174: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

179Cynthia Zavalla

24.425.7

18.1

11.69.6 8.8 8.0 8.2 8.1 8.7 8.4 8.8

10.8

0

5

10

15

20

25

30

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

Como se ha visto, en promedio, un 50% del precio final de loscombustibles son impuestos, que responden a decisiones po-líticas. El otro 50% es el precio ex-planta que lo fija cada em-presa según el precio del crudo de petróleo en el mercado in-ternacional y el margen de comercialización.

Entre enero y marzo los precios externos del petróleo seincrementaron producto, principalmente, de los enfrenta-mientos entre Estados Unidos e Irak; ello originó tres incre-mentos en el precio interno de los combustibles. A fines demarzo los precios internacionales iniciaron una tendencia a labaja que se mantuvo en el mes de abril; rebaja que se estádemorando en sentirse en los grifos locales por un tema destocks comprados a precios más elevados, según las declara-ciones de los Ministros de Economía y Energía y Minas, perono se puede descartar, en un mercado de libre competenciacomo el de hidrocarburos, que las empresas no hayan aprove-chado esta rebaja para «ganarse alguito» y hayan incrementadosus márgenes de comercialización, al menos por unos días.

Gráfico Nº 12

Participacion del ISC a los combustibles dentro de los ingresostributarios

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias180

También el Gobierno ha aprovechado la rebaja de preciosexternos para beneficio de la caja fiscal. En efecto, por un ladoel Presidente Toledo anuncia que quiere que los precios delmercado nacional se igualen lo más pronto posible a los de laparidad internacional y para tal efecto instruye al organismoregulador de las tarifas —OSINERG— la publicación de losprecios de paridad internacional a fin de dotar de transparen-cia al mercado de hidrocarburos. Por otro lado, el gobiernoaprovechó para incrementar el ISC al diesel14 , según el Minis-tro, para no afectar las metas fiscales. Esto significa que de losS/. 0.30 de reducción en el precio ex planta, solamente se va atransferir al público S/. 0.20 a nivel de venta de minorista,porque S/. 0.10 se quedarán en el Tesoro.

Gráfico Nº 13

Cotización del Petróleo WTI

(US$ por barril)

14 Cuyas ventas representan el 40% del consumo interno de combustibles.

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Ago-02

Set Oct Nov Dic Ene-03

Feb Mar Abr

Page 176: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

181Cynthia Zavalla

Reseña histórica: evolución de la estructuratributaria

LOS 70: ESTRUCTURA TRIBUTARIA ESTABLE

Durante la mayor parte de los años setenta los ingresoscorrientes del gobierno central tuvieron cierta estabilidad fluc-tuando entre 12% y 14% del PBI. A finales de esa década yprincipios de la siguiente los ingresos empezaron a repuntar,registrándose un pico en 1980 cuando los ingresos tributariosaumentaron a 17% del PBI, en buena parte por una coyunturafavorable de los precios internacionales de los minerales, quefavoreció el valor de las exportaciones mineras.

LOS 80: RECAUDACIÓN EN CAÍDA

A partir de 1980 se producen algunos cambios en el sistematributario. El nuevo gobierno adoptó una política económicaneoliberal, la cual tropezó con una coyuntura internacional ad-versa, al producirse una recesión bastante fuerte en los paísesindustrializados entre 1981 y 1983. En este último año, la crisisse agravó al producirse una serie de desastres naturales quecausaron una recesión severa de la actividad productiva.

Como consecuencia de lo anterior, entre 1981 y 1983, lapresión tributaria registró caídas consecutivas llegando a unnivel de 10.80% en ese último año después de haber alcanza-do 17% en 1980. En la primera mitad de los ochenta fue signi-ficativa la caída en la recaudación de impuestos a la renta ydel IGV, fenómeno asociado al paulatino deterioro de la admi-nistración tributaria, que empezaba a ser notoria. El primeropasó de una participación de 20.5% en 1981 a 12.9% en 1985;en el segundo caso esta caída fue más grave, al pasar de 27.6%a 17.8% en el mismo periodo.

Page 177: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias182

En 1983 las fuentes de recaudación provenían básicamen-te de seis impuestos con la siguiente estructura: el impuesto ala renta de personas naturales y jurídicas representaba el 14%del ingreso tributario. Los impuestos al patrimonio estabanen 3%; los impuestos sobre la importación llegaban al 15%; losimpuestos que afectaban a la exportación el 2%; el impuesto alas ventas (IGV) el 41% y el selectivo al consumo el 53% de losingresos. El resto de los tributos constituía apenas el 3% deltotal.

A fines de 1983, al profundizarse la crisis fiscal, el gobiernose vio en la necesidad de establecer un nuevo paquete tributa-rio que fue incorporado en el financiamiento del presupuestode 1984.

Entre las principales disposiciones tributarias de la Ley23740 de diciembre de 1983 —o Ley del Financiamiento del

Gráfico Nº 14

Presión tributaria en los 80

(En porcentajes)17.00

13.10 13.00

10.8011.50

13.10

11.40

8.60 8.60

6.70

0.00

2.00

4.00

6.00

8.00

10.00

12.00

14.00

16.00

18.00

1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989

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183Cynthia Zavalla

Presupuesto de 1984— merecen resaltarse: el establecimientode un impuesto a la compra y venta de moneda extranjerapara la exportación e importación de bienes y servicios por elsistema financiero, el establecimiento de un impuesto a lospropietarios de vehículos nacionales e importados que hubie-ran sido adquiridos después del 1º de enero de 1980, y la ele-vación de las tasas del Impuesto Selectivo al Consumo y delImpuesto General a las Ventas de 16% a 18%. También sufrie-ron modificaciones en forma progresiva las tasas del Impues-to a las Remuneraciones por servicios personales y se estable-ció un Impuesto Único a las Ventas de aguas y bebidas gaseo-sas, licores y bebidas alcohólicas.

La presión tributaria se incrementó en forma consecutivaen 1984 y 1985 en virtud de las disposiciones mencionadas,principalmente.

Con el gobierno de García se dieron también una serie demodificaciones en el régimen impositivo. Inicialmente, éstas

Gráfico Nº 15

Estructura porcentual de los ingresos tributarios:

1983

IGV41%

ISC22%

OTROS3%

IMP. PATRIM.3%

IMP. EXPORT.2%

IMP.IMPORT.15%

IMP.RENTA14%

Page 179: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias184

estuvieron orientadas a disminuir el precio de venta de losbienes y a aumentar el ingresos disponible de la población,con el objeto de conseguir un crecimiento de la economía im-pulsado por la demanda (o más concretamente, el gasto).

Entre las principales medidas en materia tributaria desta-caron la reducción de la tasa del IGV y la eliminación del Im-puesto a los Intereses y Comisiones Bancarias establecido en1984. En 1986 se siguió con la política de reducción de im-puestos indirectos al reducirse el IGV de 11% a 6% y reducirsela base gravable del ISC a los combustibles, mientras que pa-ralelamente aumentó la tasa del Impuesto al Patrimonio Em-presarial y se suprimieron algunas exoneraciones que benefi-ciaban a la pequeña y mediana minería.

Sin embargo, esto no impidió que la presión tributaria seredujera. Esta se redujo de 11.4% en 1986 a 8.6% en 1987 y1988, al disminuir fuertemente los ingresos por concepto derecaudación del Impuesto a la Renta y a los combustibles. Larecaudación a través del Impuesto a las Exportaciones tam-bién disminuyó, al reducirse el valor de las ventas al exterior yestablecerse algunas exoneraciones tributarias.

LOS 90: LA REFORMA TRIBUTARIA DE 1993

Diagnóstico del sistema tributario antes de la reforma

La reforma del sistema tributario peruano se inició en uncontexto en el cual el país atravesaba por una severa crisiseconómica.

En 1989, y durante la primera mitad de 1990, la economíaperuana presentó una elevadísima tasa de inflación, una dis-torsión de precios relativos y una severa caída en el nivel deproducción. Así, la inflación en 1990 alcanzó el 7.650%, en tan-to que el PBI per cápita descendió a un nivel similar al de1960. Desde 1986 los niveles de presión tributaria eran cada

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185Cynthia Zavalla

vez menores. En el primer semestre de 1990 la presión tributariafue 5.4%. Este nivel de presión fue el más bajo desde 1980.

Al producirse el cambio de gobierno se puso en marcha unprograma de estabilización, cuyo sustento fue el mantenimien-to de una estricta disciplina fiscal y monetaria. En este senti-do, la política fiscal se orientó a reducir significativamente eldéficit del sector público, priorizando el incremento de los in-gresos tributarios.

Durante 1991 se buscó consolidar el proceso de estabiliza-ción y definir un marco apropiado para la realización de unaserie de reformas estructurales. Para que estas reformas fue-ran sostenibles en el mediano plazo, era imprescindible unareforma del sistema y de la administración tributaria.

Antes de revisar el proceso de reforma, es conveniente hacerun diagnóstico de la situación del sistema tributario en 1990.Para Luis Alberto Arias (Arias 1990) las debilidades del siste-ma a esa fecha eran fundamentalmente cinco. La primera erala fragilidad de la base tributaria, debida a la existencia demúltiples exoneraciones y regímenes especiales. Las activida-des agrícola, pesquera y minera estaban exoneradas del pagode varios impuestos; habían incentivos y beneficios a lareinversión, — sobre todo en mercados de capitales—; sólo el30% de las ventas estaban gravadas; y sólo el 50% del valoragregado estaba afecto al impuesto a la renta. La segunda de-bilidad del sistema era la existencia de un excesivo número deimpuestos y de tasas, algunas de las cuales eran demasiadoaltas (ver Anexo Nº 2). La tercera era la inestabilidad de lasreglas de juego, pues las tasas y las exoneraciones cambiabancontinuamente.

La cuarta debilidad del sistema tributario, consecuencia delo anterior, era la concentración de la recaudación en pocoscontribuyentes. Por ejemplo, el 60% del total del impuesto a larenta que pagaban las empresas era cubierto por sólo 50 em-

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presas; en el caso de las personas naturales, 200 personas pa-gaban más de la tercera parte del total. De hecho, la concen-tración era exagerada.

La última y quizás la más importante debilidad, era la si-tuación de la administración tributaria. La de aquel entonces,en términos de su utilidad al país, era como si no existiese.Por ejemplo, el número y la asignación de auditores era tanineficiente que la probabilidad que una empresa sea auditadaera prácticamente nula. Más aún, no existía un padrón actuali-zado de los contribuyentes. El padrón existente contaba conmás de cinco millones de libretas tributarias, documento quese había convertido en documento de identidad (Arista 1993).

En lo relacionado a la administración de los contribuyen-tes muchas de las tareas que son propias de un Área de Re-caudación, como por ejemplo, fraccionamiento, cobranza coac-tiva, entre otras, eran llevadas a cabo por organismos ajenosal ente administrador. Entonces, no existía en el país una ad-ministración, sino varios organismos encargados de adminis-trar los impuestos.

De otro lado, en lo referente a la posición de la SUNATdentro del organigrama del Estado, si bien ésta era una Insti-tución Pública Descentralizada, su autonomía no era más queformal; ni siquiera contaba con autonomía administrativa, puessus directivos estaban normalmente sujetos a los vaivenes dela inestabilidad política.

Cabe recordar que hasta 1988 la Administración Tributariaera un órgano de línea del Ministerio de Economía y Finanzas(MEF); la antigua Dirección General de Contribuciones depen-día del Vice-Ministro de Hacienda, al igual que las Aduanas ylas Direcciones de Presupuesto, Tesoro y Crédito Público. Lagestión de los recursos presupuestales y financieros, así comola política de recursos humanos, dependía enteramente delMinisterio, en la medida que el presupuesto era aprobado y

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ejecutado en función de las prioridades establecidas por laOficina General de Administración del MEF.

Ese año la situación cambia al obtenerse la autonomía for-mal, creándose la Superintendencia Nacional de Administra-ción Tributaria (SUNAT), como institución pública descentra-lizada del Sector Economía y Finanzas, contando con su pro-pio patrimonio y teniendo como ingresos el 2% de los tributosque administra.

Este cambio fue más bien de forma que de fondo, inclusi-ve no se cumplió el proceso de evaluación del personal que lanorma de creación de la nueva institución establecía, comorequisito para incorporarse a la SUNAT. La administracióntributaria continuaba compartiendo las mismas instalacionesdel MEF, los recursos continuaban administrándoseinadecuadamente y la corrupción era un fenómeno extendi-do. Si bien la nueva ley le asignaba a la SUNAT recursos pro-pios, las normas presupuestales de gasto limitaban una ges-tión eficiente; asimismo, la SUNAT tampoco tenía autonomíaen el diseño y aplicación de la política salarial. Las limitacio-nes en la ejecución del presupuesto determinaban que única-mente se gastaba la tercera parte del presupuesto asignado.

Sin embargo, la importancia de este cambio formal era quese iniciaba un reconocimiento, por parte de las autoridades yde la opinión pública, de la necesidad de dotar de autonomíade gestión a la administración tributaria.

EL PROCESO DE REFORMA DE 1991

El gobierno del Ing. Alberto Fujimori, que entró en funcio-nes en julio de 1990, decidió corregir las distorsiones económi-cas que el país enfrentaba. En este contexto se le asignó un rolprioritario a la reducción del déficit fiscal, a través del aumen-to de la recaudación, lo cual debía llevarse a cabo a través de

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias188

una simplificación del sistema tributario y una ampliación dela base tributaria.

En marzo de 1991 se puso en marcha la reforma. Ella con-llevó el paso de la autonomía formal a la autonomía efectiva (Este-la 1993) de la administración tributaria. Dos elementos concu-rrieron para lograr la autonomía efectiva: de un lado el apoyopolítico, el cual se dio en las más altas esferas del gobierno,apoyo que era compartido por la mayor parte de partidospolíticos y por la opinión pública; de otro lado, la conforma-ción de un equipo de profesionales que debía asumir la con-ducción de la institución.

En efecto, como primer paso de la reforma se optó por eva-luar de forma integral al personal existente. Como resultadode este proceso, el número de trabajadores disminuyó en másdel 70%, reduciéndose de 3.089 a 800 empleados. Paralela-mente, se adecuó el marco legal a fin de otorgar a los trabaja-dores de la SUNAT un marco laboral y remunerativo consis-tente con las responsabilidades del caso.

Al mismo tiempo, como parte de la estrategia de reformade la SUNAT, se cambió de ubicación el local principal, a finde evitar efectos colaterales o posibles represalias de los de-más trabajadores del Ministerio de Economía y Finanzas.

PRINCIPALES MEDIDAS DE LA REFORMA TRIBUTARIA

Entre las medidas de mediano plazo que se dieron paraconsolidar la reforma tributaria tenemos:

a) Cambio en el marco legal

- Eliminación de impuestos considerados antitécnicos: porejemplo, se dejaron sin efecto el impuesto a los débitos,el impuesto al patrimonio personal y el impuesto a lasexportaciones.

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189Cynthia Zavalla

- Simplificación Tributaria: en setiembre y diciembre de1992 se publicaron el D.L. Nº 25702 y el D.L. Nº 25988sancionando la racionalización y simplificación de lostributos, así como la eliminación de privilegios ysobrecostos, reduciendo el número de tributos adminis-trados por SUNAT de 53 a 5.

- Nuevo Código Tributario: para que los esfuerzos de laadministración en fomentar el autocumplimiento le per-mitan alcanzar su objetivo, era necesario dar un nuevoCódigo Tributario basado en los mismos criterios.

b) Desarrollo del Registro Unico de Contribuyente (RUC):mediante el D.L. Nº 25734 se autorizó el reemplazo de loscinco millones de libretas tributarias por un nuevo sistemaque sólo permite la inscripción de aquellos sujetos alcan-zados realmente por las normas tributarias.

c) Desarrollo del Sistema de Comprobantes de Pago: medianteel D.L. Nº 25632 de julio de 1992 se dispuso establecer unnuevo régimen de emisión de comprobantes de pago.

d) Desarrollo del sistema de recaudación: para fines adminis-trativos los contribuyentes fueron divididos en dos gru-pos. El primero denominado «principales contribuyen-tes»15 , tenía a la fecha de la reforma un monto mínimo depago mensual mayor a US$1.800. El segundo grupo, de-nominado «resto de contribuyentes», superaba los 500 milinscritos en 1993, y actualmente son más de dos millonesde contribuyentes.

e) Programa de capacitación y adiestramiento: después delprograma de selección del personal existente, llevado a cabo

15 En 1993 los «principales contribuyentes» o PRICOS llegaban a seis mil; en 2003 elgrupo consta de quince mil contribuyentes.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias190

a mediados de 1992, la SUNAT contaba con aproximada-mente 800 personas; en la actualidad cuenta con unos 3.000empleados. El nuevo personal fue captado de las mejoresuniversidades del país en base a un estricto programa deselección. Complementariamente, la SUNAT, a través delInstituto de Administración Tributaria (IAT), continuamen-te desarrolla programas de capacitación, orientados no so-lamente en técnicas de administración tributaria, sino tam-bién de ética y moral.

RESULTADOS DE LA REFORMA

La reforma tributaria de 1993 fue exitosa en términos derecaudación. La presión tributaria pasó de representar 6.7%del PBI en 1989 a 14.1% en 1997. Sin embargo, desde entoncesla recaudación empezó a declinar debido tanto a la pérdida de

10.8 11.112 12.2

13.1 13.4 13.9 14.1 13.812.6

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Gráfico Nº 16

Presión Tributaria en los 90

(En porcentajes)

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191Cynthia Zavalla

eficiencia de la SUNAT, asociada con una menor fiscalización,como al incremento de exoneraciones y beneficios tributariosespecíficos.

Asimismo, se dio una ampliación de la base tributaria, seredujo el número de impuestos de 53 a 5; se dio un cambiosustancial en la estructura impositiva, en la medida que la re-caudación se volvió menos dependiente de impuestos al co-mercio exterior y a los combustibles, y se han dado importan-tes avances en un sistema basado en el IGV y el impuesto a larenta.

Después de la reforma el sistema tributario del gobiernocentral, sin incluir los de carácter municipal, quedó constitui-do por cinco impuestos: Renta, IGV, ISC, Impuesto al Patri-monio y Aranceles o impuestos al comercio exterior; con lassiguientes participaciones en el total de ingresos tributarios:

IS C20%

OT R OS5%

IMP . P AT R IM.3%

IMP . IMP OR T .12%

IGV43%

IMP .R ENT A17%

Gráfico Nº 17

Estructura porcentual de los ingresos tributarios:

1993

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La estructura tributaria y sus efectos sobre ladistribución de ingresos

El régimen tributario, como fuente principal de ingresos delgobierno central, tiene una fuerte incidencia en la distribuciónde ingresos. En el Perú, se dice que el sistema tributario es re-gresivo, es decir, que genera una mayor carga fiscal en los máspobres con lo cual empeora la desigualdad económica. A conti-nuación revisaremos cuál es el sustento de dicha afirmación.

Para empezar, la estructura tributaria revela unapredominancia de impuestos indirectos (alrededor del 70%) enrelación con los impuestos directos. Esta sería la primera razónpor la cual se afirma que el sistema es regresivo: los impuestosindirectos —especialmente los que recaen sobre el consumomasivo— afectan más a los más pobres, quienes dirigen lamayor parte de sus recursos al consumo y no al ahorro, por loque soportan comparativamente una mayor carga fiscal.

Esta situación se ha agravado en los últimos 20 años. En1980 los impuestos indirectos tenían una participación un pocomenor (65% aproximadamente), pero lo que es más impor-tante es que en aquel entonces, además del impuesto a la ren-ta —que es el único impuesto directo vigente desde 1994—,existía el impuesto al patrimonio que, conceptualmente, cons-tituye un medio para corregir la distribución desigual de lariqueza. Aunque, como se verá más adelante, su capacidad nofue totalmente aprovechada (Figueroa 1991). El otro impuestodirecto que existía en los ochenta, era el impuesto a las expor-taciones.

La participación del impuesto al patrimonio en el total deingresos tributarios fue siempre pequeña (3–4%), aunque en1990 experimentó un aumento (7.8% del total). La estructuralegal del mismo fue progresiva en los ochenta, tanto para laspersonas naturales como para las jurídicas. Entre 1991–93 se

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193Cynthia Zavalla

estableció una tasa única del 2% al valor neto del patrimonio yposteriormente, en 1994, fue derogado.

El impuesto a la renta en el Perú, tanto para las personasnaturales (IRPN) como jurídicas (IRPJ), es ahora mucho me-nos progresivo que antes. A principios de los ochenta, el IRPNtenía una escala de 13 tasas de impuesto que iban desde 2%hasta 65%. Este rango se ha ido reduciendo en el período deanálisis, hasta la situación actual en que sólo hay 3 tasas (15%,21% y 30%). El IRPJ ha seguido la misma tendencia, al pasarde una escala de 4 tasas en 1982 a una tasa única del 35% des-de el año 1987 y del 30% desde 1991. Como ya se mencionó, alreducir la progresividad del impuesto, la ley busca facilitar yhacer más efectiva la administración del impuesto, pero se afec-tan los objetivos distributivos.

Los impuestos indirectos están conformados por el impues-to a las importaciones, el IGV y el ISC. El IGV y el ISC gravanla producción y el consumo de bienes y servicios. El IGV es unimpuesto de tasa única desde los ochenta (16% hasta 1983 ydesde entonces la tasa es de 18%), que siempre ha sido critica-do en el sentido de que la carga tributaria que genera es ma-yor para las clases más pobres que para las clases pudientes.

Este efecto es originado por los hábitos de consumo enfunción a los ingresos de las familias; es decir, las clases máspobres dirigen la mayor parte de sus recursos al consumo yno al ahorro, por lo que soportan comparativamente una ma-yor carga fiscal. Un mecanismo para compensar este efecto loconstituyen las devoluciones, exoneraciones, tasas reducidas,etc. El espectro de exoneraciones y demás regímenes especia-les vigentes en la actualidad es bastante complejo y se modifi-ca día a día, por lo que resulta difícil verificar si, en efecto,dichos mecanismos hacen que el IGV sea menos regresivo.

Finalmente, se tiene el ISC, que está estructurado sobre labase de la asignación de tasas nominales diferenciadas para

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los diversos bienes y servicios. Sin embargo, la frecuencia delos cambios en las tasas y en la cobertura de los bienes y servi-cios nos hace pensar que su incidencia distributiva habría sidovariable. En cualquier caso, este impuesto no es de gran im-portancia en la estructura tributaria cuando se le excluye elimpuesto a los combustibles.

El impuesto al consumo de combustibles es claramenteregresivo, aunque hay que precisar que su efecto no debe ver-se sólo a través de su impacto en el consumo directo de gaso-lina. Los efectos más significativos son los indirectos (Figueroa1991), especialmente los costos de transporte. En el caso delpasaje urbano, por ejemplo, es evidente que el impacto sobrelos grupos de bajos ingresos es significativo. El gasto en pasa-jes de un obrero que gana el sueldo mínimo podría represen-tar entre un cuarto o un tercio de ese salario. Difícilmente sepuede esperar estas proporciones en el gasto en gasolina enlos grupos de ingresos altos.

El paquete tributariodel Ministerio de Economía

Agobiado por las demandas económicas de los diferentessectores sociales, el actual gobierno se vio en la necesidad deanunciar un paquete de medidas orientado a obtener recursosque le permitan atender esas demandas. El conjunto de medi-das permitirían financiar el aumento del gasto en lo que restadel año 2003 por S/. 752 millones e incrementar ingresos tri-butarios por S/. 2.400 millones para el 2004 (ver Cuadro Nº 4).Estos recursos se destinarían a atender el pago de docentes, laconstrucción de carreteras, el financiamiento del programa ATrabajar Urbano y las actividades de los ministerios del Inte-rior y de Defensa.

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195Cynthia Zavalla

Cuadro Nº 4

Aumento en ingresos esperados por el MEF(En millones de S/.)

Medidas 2003 2004

Austeridad en el Sector Público 350 309- Recorte de 5% en bienes y servicios 260- Otros 93

Tributarias 25 1.131- Regionales 656- Nacionales 475

ISC y administrativas 377 960

Total 752 2.400

Fuente: MEF.

El paquete incluyó tres clases de medidas: las orientadasa racionalizar los gastos del sector público, las que aumenta-rán la recaudación tributaria y las que buscan ordenar el sis-tema de pensiones. Aquí nos centraremos en analizar lasmedidas dadas para aumentar la recaudación y la presióntributaria.

Una primera aproximación a estas medidas revela clara-mente que se trata de medidas de corto plazo. El paquetazotributario sería un paliativo financiero orientado a «hacer caja»rápidamente con el fin de cumplir las metas de déficit fiscalpactadas con el Fondo Monetario Internacional. Las propues-tas en materia tributaria estarían muy lejos de generar fuentesde recaudación permanentes, lo cual requería de una verda-dera reforma tributaria.

En segundo lugar, el paquete incorpora un conjunto demedidas que tendrían un efecto negativo sobre el consumo.

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Nos referimos a aquellas orientadas a incrementar el ISC a loscombustibles, a la cerveza y a los cigarrillos. Inicialmente, lapropuesta también incluía la aplicación de ese impuesto a laprestación de servicios (cable, telefonía celular, larga distanciay telefonía fija); sin embargo, fue descartada por el Congreso.

En relación con el incremento del ISC a los citados produc-tos queremos mencionar que los más afectados con esta medi-da serían los sectores medios de la población, que son los quecomparativamente soportan una mayor carga fiscal. Este plan-teamiento se contradice con lo que semanas atrás declaró elPresidente Toledo en cuanto a que se había propuesto recons-truir la clase media que había sido pulverizada por gobiernosanteriores. Otra razón por la que es criticable el incremento delos impuestos al consumo es que se alienta la evasión y elcontrabando que en nuestro país alcanza cifras alarmantes.

En cambio, la propuesta de aplicar el impuesto a la renta alos intereses de las cuentas de ahorro y a las ganancias de ca-pital es saludable, ya que se trata de impuestos directos queabonan en dirección a la equidad vertical y a que todos lossectores tengan igualdad de trato. A la fecha de elaboración deeste artículo, el Congreso aún no había decidido la aprobaciónde estos impuestos.

Por otro lado, es cuestionable el propósito redistributivodel paquete destacado por el titular del MEF, por varias razo-nes. Primero, una mejora de la redistribución de ingresos sóloes posible a través de mayores impuestos directos, y el paque-te más bien incide en incrementar los impuestos indirectosque ya son bastante pesados (más del 65%) en la estructuratributaria peruana.

Segundo, la extracción de recursos se estaría haciendo des-de la clase media y no desde las grandes empresas. «Incluir aestos sectores en el paquete tributario hubiera significado queel gobierno daba a la ciudadanía una señal de equidad en el

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197Cynthia Zavalla

cobro de impuestos. Lo cual es fundamental en un momentopolítico como el actual»16 .

Campodónico agrega que el aporte de las empresas en larecaudación ha disminuido en un 50% desde 1997, lo que equi-vale a un 0.9% del PBI, es decir S/. 1.800 millones. Esto sedebe a que la legislación del régimen anterior privilegió la re-lación con las grandes empresas en materia tributaria otor-gándoles, mediante el DS 120-94-EF, el privilegio de la dobledepreciación, contenida en los contratos de estabilidadtributaria. A pesar de que esta norma fue derogada en 1998,muchas empresas seguirían aplicándolo.

De acuerdo a un informe elaborado por la SUNAT, las pérdi-das en la recaudación ocasionadas por la doble depreciación queaplicaron las empresas (tanto las que contaban con convenios deestabilidad como aquellas que no tenían este beneficio) durante1994–1998 —período en el que estuvo vigente este beneficio paratodos los contribuyentes— se estiman en S/. 339 millones.

¿QUÉ ALTERNATIVAS HABRÍAN PARA INCREMENTAR LOS

INGRESOS FISCALES?

Dado que la Comisión de Economía del Congreso archivóalgunas de las medidas presentadas por el Ejecutivo (la elimi-nación de la exoneración del impuesto a la renta a las ganan-cias de capital y a los intereses por depósitos de ahorros, asícomo la aplicación del ISC a la telefonía y televisión por cable)el debate ha girado en los últimos días alrededor de las medi-das alternativas para generar mayores ingresos fiscales.

En un contexto en el cual las privatizaciones y concesiones es-tán estancadas casi las únicas alternativas que le quedan al gobier-

16 «¿Qué le falta al paquete?». Humberto Campodónico en la columna Cristal de Miradel diario La República del 18 de junio de 2003.

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no para generar recursos son los impuestos y el control del gastode las empresas públicas. Cabe agregar que la recaudación porprivatizaciones y concesiones, en este año asciende a poco más deUS$ 1 millón; es decir, apenas el 0.3% de los US$400 millonesque el gobierno esperaba recaudar este año por este concepto17 .

En la última semana el Ejecutivo presentó al Congreso tresproyectos. Uno de ellos proponía el incremento del IGV enmedio o un punto porcentual hasta el año 2004. El segundoproyecto era el impuesto a las transacciones bancarias y el ter-cero el que grava con impuestos a la importación de vehículosusados, exceptuando aquellos de uso popular.

Con el voto de 12 legisladores de Perú Posible y del FIM,la Comisión Permanente del Congreso aprobó ayer (10 de ju-lio) el proyecto para aumentar la tasa del IGV en un puntoporcentual. De esta manera, el IGV pasaría de 18% a 19% y lanueva tasa empezará a regir a partir del próximo mes de agostohasta diciembre del 2004. Esta medida, señaló el Ministro Sil-va Ruete, permitirá una recaudación de S/. 285 millones en loque resta del presente año.

Incremento del IGV al 19%

Queremos manifestar nuestro absoluto rechazo a esta me-dida por varias razones. La primera, porque el IGV es un im-puesto regresivo que perjudica más a los que menos ingresostienen. En segundo lugar, la subida de la tasa tendrá un im-pacto en los precios (se estima un impacto de entre 0.5 – 0.7puntos porcentuales en la inflación anual) y por ende en elconsumo, por lo que se trata de una medida recesiva. Final-mente, la medida alienta la evasión y el contrabando.

17 Gestión, 23 de junio de 2003.

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199Cynthia Zavalla

A continuación haremos una breve comparación de la si-tuación del IGV o Impuesto al Valor Agregado (IVA) en el Perúcon relación a países de la misma región:

Fuente: INDES Consultores.

Cuadro Nº 5

• Perú tiene la tasa más alta de IVA dentro de la región,sólo inferior a las tasas de Brasil y Argentina. El pro-medio de la región es de 14%.

• La recaudación efectiva (tasa efectiva/tasa nominal)del IVA en el Perú es de sólo 35%, inferior al de Ecua-dor y Bolivia.

• La participación de los impuestos indirectos (IGV +ISC), que en el Perú es superior al 65%, es la más altade los países de la CAN.

14.916

12

18

16

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

Bolivia Colombia Ecuador Perú Venezuela

Gráfico Nº 18

Tasa nominal del IVA (%)

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias200

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201C

ynthia Zavalla

Gráfico Nº 20

Tasa efectiva/tasa nominal IVA:

1999 - 2001 (%)

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias202

Algunas propuestas alternativas

Queremos cerrar este artículo señalando que las propues-tas para incrementar los recursos del presupuesto público(faltarían S/. 190 millones este año y S/. 590 millones en el2004) dependen de cuál es el propósito de la política fiscal.Es decir, si la política fiscal del gobierno apunta a una mejo-ra de la redistribución de ingresos y de la equidad, enton-ces las medidas deberían estar en el ámbito de los impues-tos directos, que como hemos visto en este estudio en elPerú están totalmente relegados. Si este es el caso, se trata-ría de crear nuevos impuestos directos; algunas propuestasserían:

• Aplicar un impuesto a las exportaciones mineras.

• Evaluar la conveniencia de restituir el impuesto al patri-monio personal y empresarial18 que existió en el Perúhasta 1992.

• Mejorar la fiscalización por parte de la SUNAT del im-puesto a la renta pagado por las empresas.

En cambio, si el propósito de la política fiscal es «hacercaja», es decir lograr un rápido incremento en la recaudacióntributaria con el fin de cumplir las metas fiscales pactadas conel FMI, entonces el camino fácil es acudir a incrementar losimpuestos indirectos (IGV e ISC principalmente) o crear nue-

18 El Impuesto al Patrimonio Personal gravaba el patrimonio constituido por predios,vehículos, aeronaves, embarcaciones de recreo y deportivas, créditos en monedanacional o extranjera, obras de arte y joyas, en tanto el valor total de patrimonioexcediera la suma de 10 UIT. Por el ejercicio gravable de 1992 se aplicaron las tasas de1% y 1.5%.

En el caso del Impuesto al Patrimonio Empresarial, el impuesto se aplicaba sobre elpatrimonio neto de las empresas determinado al final del ejercicio gravable. La tasaera del 2%.

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203Cynthia Zavalla

vos impuestos. Estos impuestos son de fácil recaudación aun-que, como hemos visto, tienen un impacto negativo sobre ladistribución de ingresos y la equidad.

En cualquier caso, la población sigue a la espera de la anun-ciada reforma tributaria —orientada a crear una estructuraimpositiva equitativa— y de la reforma del Estado, que con-tribuya a hacer de este un Estado fuerte y eficiente pero redu-cido, al servicio de los ciudadanos.

Apuntes finales

Desde el inicio de su gobierno, el Presidente Toledo y suequipo económico anunciaron que se llevaría a cabo una re-forma tributaria orientada a incrementar la presión tributariamediante la eliminación gradual de exoneraciones y otras pre-ferencias tributarias.

Desde entonces, la reforma tributaria no sólo había estadoen boca de todo el mundo, sino que parecía haberse converti-do en la panacea de todos nuestros problemas. En efecto, porun lado, los políticos señalaban que la reforma, al generarmayores recursos, permitiría incrementar el gasto en infraes-tructura y servicios sociales; la población esperaba que elloredunde en mejoras en sus economías familiares; los gremiosempresariales tenían la expectativa de que se eliminaran im-puestos antitécnicos que incrementan sus costos castigando lacompetitividad y la generación de empleo; etc.

Lejos de implementar la anunciada reforma, el gobiernonos sorprende con un conjunto de propuestas en materiaimpositiva dando la impresión de un retorno a los tiempos delos «paquetazos» de épocas ya superadas. Medidas que, comohemos visto, no sólo son cortoplacistas por lo que no resuel-ven el problema de fondo sino que, además, tendrán repercu-siones importantes en la economía.

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias204

Nuestra realidad tributaria no sólo es compleja sino queademás denota importantes rigideces que generan omagnifican las distorsiones. Ello implica que cualquier inten-to de incrementar la presión tributaria requiere de una refor-ma tributaria integral que aborde los siguientes aspectos:

1. La recaudación está concentrada en un pequeño núme-ro de contribuyentes.

2. La presión tributaria es considerada baja para estándarescomparables.

3. La estructura tributaria es regresiva, ya que la mayorparte de la recaudación se obtiene de impuestos indirec-tos.

4. Hay una elevada evasión tributaria.

Finalmente, es un hecho que la presión tributaria en el Perúes muy baja y que con una reforma tributaria bien orientadase podría recaudar mucho más, generando recursosinvalorables para atender las necesidades sociales. Esto nonecesariamente implica que deban pagarlos los sectores másvulnerables.

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205Cynthia Zavalla

Anexo Nº 1

Gastos tributarios por sector económico 2003

Gastos tributarios 2003.(En millones de nuevos soles)

Sector Tipo de gasto Tributo Costo anual % PBI

Crédito IGV 146.5 0.07

Exoneración IGV 1437.4 0.68

Agrario Exoneración IGV 62.6 0.03

Exoneración Renta 17.6 0.01

Tasa Reducida Renta 20.2 0.01

Diferimiento Renta 33.8 0.02

Sub Total 1718.1 0.82

Exoneración IGV 412.8 0.19

Exoneración IGV 225.5 0.11

Exoneración IGV 29 0.01

Amazonía ISC 140.6 0.07

Devoluciones IGV 82.9 0.04

Crédito IGV 15.1 0.01

Tasa Reducida Renta 19.9 0.01

Crédito Renta 0.03 0

Sub Total 925.83 0.44

Exoneración IGV 243.2 0.11Educación Ad-valorem 4.8 0

Crédito Renta 2.8 0

Sub Total 250.8 0.11

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Impuestos y Equidad: A propósito de las últimas medidas tributarias206

Sector Tipo de gasto Tributo Costo anual % PBI

Exoneración IGV 20 0.01

Energía ISC 3.6 0

Sub Total 23.6 0.01

Exoneración IGV 63.3 0.03

Exoneración IGV 215.7 0.1

Financiero Renta 34.3 0.02

Exoneración IGV 100.3 0.05

Renta 5.2 0

Sub Total 418.8 0.2

Manufactura Devoluciones Otros 3 0

Sub Total 3 0

Tasa Reducida Isc 193.7 0.09

CETICOS IGV 34.9 0.02

Sub Total 228.6 0.11

Exoneración IGV 2.7 0

Minería Ad-valorem 1.8 0

Diferimiento Renta 44.4 0.02

Sub Total 48.9 0.02

Turismo Diferimiento Renta 6.6 0

Sub Total 6.6 0

De Aplicación Devoluciones IGV 198.4 0.09

General Diferimiento Renta 40 0.02

Exoneración Renta 184.9 0.09

Sub Total 423.3 0.2

Total 4047.53 1.91

Fuente: SUNAT.

Page 202: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

207C

ynthia Zavalla

Anexo Nº 2*

Escalas del Impuesto a la renta de personas naturales: 1982 - 2003

Hasta 1 UIT

Hasta 2 UIT

Hasta 3 UIT

Hasta 5 UIT

Hasta 7 UIT

Hasta 10 UIT

Hasta 14 UIT

Hasta 19 UIT

Hasta 26 UIT

Hasta 36 UIT

Hasta 51 UIT

Hasta 73 UIT

Hasta 104 UIT

Sobre 104 UIT

0%

2%

4%

8%

13%

18%

26%

34%

41%

50%

55%

59%

63%

65%

Hasta 15 UIT

Hasta 20 UIT

Hasta 25 UIT

Hasta 33 UIT

Hasta 41 UIT

Hasta 50 UIT

Hasta 60 UIT

Hasta 72 UIT

Sobre 72 UIT

8%

10%

12%

16%

20%

25%

31%

38%

45%

Hasta 5.5 UIT

Hasta 15 UIT

Hasta 25 UIT

Hasta 35 UIT

Sobre 35 UIT

6%

10%

20%

30%

37%

Hasta 54 UIT

Sobre 54 UIT

1982 – 1984 1987 – 1990 1992 – 1993 1994 – 2000 2001 – 2002 2003

15%

30%

Hasta 27 UIT

De 27 a 54 UIT

Sobre 54 UIT

15%

21%

27%

Hasta 27 UIT

De 27 a 54 UIT

Sobre 54 UIT

15%

21%

30%

(*) No se han incluido las escalas del ISC debido a que la lista de bienes gravados es demasiado extensa. En cualquier caso, consultar lafuente.

Page 203: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Impuestos y E

quidad

: A propósito de las últim

as medidas tributarias

208

Escalas del impuesto a la renta de personas jurídicas: 1982 - 2003

1982 –1985 1986 1987 – 1990 1991 – 2001 2002 – 2003

Hasta 150 UIT

Hasta 1500 UIT

Hasta 3000 UIT

Sobre 3000 UIT

Hasta 75 UIT

Sobre 75 UIT

Tasa Única de 35% Tasa Única de 30% Tasa Única de 27% 30%

40%

50%

55%

20%

40%

Page 204: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

209C

ynthia Zavalla

Escalas del impuesto al patrimonio empresarial: 1982 - 2003

1982 –1984 1985 - 1987 1988 – 1990 1991 – 1993 1994 – 1995

Hasta 9 UIT

Hasta 29 UIT

Sobre 29 UIT

Hasta 15 UIT

Sobre 15 UIT

Hasta 15 UIT 1.5%

Sobre 15 UIT 1.5%

Tasa Única de 2% Derogado a partir de

de 1994

1.50%

1.8%

2.5%

1.0%

2.5%

Page 205: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Impuestos y E

quidad

: A propósito de las últim

as medidas tributarias

210

Evolución de la tasa del impuesto general a las ventas: 1982 – 2003

IMPUESTOS 1982 1984 1985 1986 1988 1990 1991 1992(Tasa Vigente)

General a las Ventas 16.0% 18.0% 10.0% 5.0% 13.5% 15.0% 12.0% 16.0%

Promoción Municipal 0.0% 0.0% 1.0% 1.0% 1.5% 2.0% 2.0% 2.0%

Fondo Universitario 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0%

TOTAL IMPUESTO 16.0% 18.0% 11.0% 6.0% 15.0% 17.0% 14.0% 18.0%

Fuente: BCRP. Resumen del Sistema Tributario Peruano 1990 – 1995.

Page 206: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

211Cynthia Zavalla

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–98

Page 208: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

213Raúl Mauro

Pobreza y desigualdad en el Perú:

Los promedios no bastan1

Raúl Mauro

Page 209: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan214

Page 210: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

215Raúl Mauro

Introducción

El presente trabajo intenta mostrar, a partir de un análisisde las Encuestas Nacionales de Hogares 1997-2001, cómo al-gunos resultados globales sobre la evolución de los niveles devida no bastan para explicar la conexión entre el desempeñodel crecimiento económico y los principales indicadores pro-medio de la pobreza y la desigualdad. En concreto, la pregun-ta que intentamos responder es por qué la mayor parte de lapoblación parece no beneficiarse del crecimiento económico, apesar que los resultados macroeconómicos son positivos.

En general, pocas respuestas han sido ensayadas. Y den-tro de las que se han realizado o son demasiado sofisticadascomo para que puedan ser discutidas en el plano académicocientífico que ya está algo alejado de la actual realidadsocioeconómica; o son demasiado livianas como para apare-cer en artículos de bajo calibre o en notas periodísticas.

De hecho, es en este último espacio —el periodístico, yasea impreso o en la red— donde buena parte de la poblaciónaccede a la discusión de los políticos y tecnócratas asistiendo aun concierto de explicaciones que pueden aparecer muy difu-sas. Esperamos haber ordenado y explicado satisfactoriamen-

1 Raúl Mauro, investigador de Desco.

Page 211: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan216

te la discusión sobre el tópico ya presentado en las siguientessecciones.

Evaluando los niveles de vida, 1997-2001

NIVELES DE VIDA:¿EL PBI PER CÁPITA O EL INGRESO PER CÁPITA?

El Producto Bruto Interno per cápita es quizá el indicadormás utilizado para tener una idea del ingreso promedio del quegoza una persona en una determinada nación. Este indicadorresulta de dividir el PBI global entre el número de ciudadanosdel país en cuestión. De lejos, este resulta muy cuestionablecomo medida del bienestar puesto que se asume que todas laspersonas tienen la misma capacidad de ingreso o gasto. Noobstante, todavía sigue siendo utilizado por el Banco Mundialpara clasificar a los países en su reporte mundial, donde seclasifica al Perú como un país de ingresos medios bajos2 .

Paralelo a este indicador, el gasto per cápita es utilizadocomo una variable proxy del PBI pc, y por extensión del nivelde vida promedio de una determinada población. Varias inves-tigaciones lo han utilizado en este sentido, entre ellos, el polé-mico «El crecimiento es bueno para los pobres»3 , así como tam-bién «Componentes, crecimiento y redistribución de los cam-bios en las medidas de pobreza»4 .

Aunque por lo general se habla de ingreso per cápita, lavariable que se ha popularizado en el análisis de los niveles

2 Informe del Banco Mundial, varios años.

3 Dollar y Kraay (2000) Growth is good for the poor. The World Bank.

4 Datt, Gaurav y M. Ravallion (1992) Growth and redistribution components of changesin poverty measures. Journal of Development Economics, N° 38.

Page 212: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

217Raúl Mauro

de vida es el gasto per cápita. Diversas razones metodológicasse han mostrado para tal efecto, no obstante, en el fondo am-bos indicadores tienen igual número de ventajas y desventa-jas y, en última instancia, escoger entre uno o el otro depende-rá de los objetivos del investigador.

Sin mayor sorpresa, el gasto per cápita muestra nivelesmuy diferentes que el PBI per cápita. De hecho, para amboscasos las fuentes y metodologías de cálculo son muy distintasy por ello las discrepancias. Llama la atención, sin embargo,que las diferencias entre uno y otro indicador se hayanincrementado con el transcurrir de los años.

Cuadro N° 1PBI y Gasto per cápita mensual peruano, 1997-2001

Año PBI pc mensual Consumo mensual Diferenciareal 1994 real pc1994

1997 395.4 204.7 93%

1998 386.7 208.0 86%

1999 383.9 197.6 94%

2000 389.6 177.7 119%

2001 385.7 171.0 126%

Fuentes: BCRP, ENAHOs.

Las diferencias no sólo se manifiestan en los niveles obser-vados de ambos indicadores, sino también en su evolución.En los últimos cuatro años, dos periodos muestran comporta-mientos muy distintos (Véase el gráfico a continuación). En elprimer caso, entre 1997–1998, mientras que el PBI per cápitareal caía en -2.2%, el gasto promedio mostraba un ligero incre-

Page 213: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan218

-2.2%

1.5%1.6%

-5.0%

-10.1%

-3.8%

-0.7% -1.0%

-12%

-7%

-2%

3%

1998-1997 1999-1998 2000-1999 2001-2000

PBI pc real

Gasto pc real

mento de 1.6%. En el segundo caso sucede todo lo contrario,mientras que el PBI per cápita mostraba un ligero incrementode 1.5%, el gasto per cápita caía en un poco más del 10%.

Gráfico N° 1

Evolución del PBI y gasto per cápita 1997-2001

Fuentes: BCRP, ENAHOs.

¿Cómo explicar este contrapunto de escenarios resumidosen dos indicadores igualmente válidos para aproximar elbienestar promedio de la población? Esta pregunta ha sidoabordada por Saavedra y Díaz5 comparando las cifras obteni-

5 Saavedra, J. y J. J. Díaz (1999) Desigualdad del ingreso y del gasto en el Perú antes ydespués de las reformas estructurales. LC/L 1225, Serie Reformas Económicas 34, CEPAL.

Page 214: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

219Raúl Mauro

das de la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV) conlas cuentas nacionales (PBI e Ingreso nacional), llegando a laconclusión de que en realidad las encuestas (como las ENAHOo las ENNIV) no son un buen instrumento para recoger la in-formación de los ingresos de quienes son los dueños del capi-tal.

De acuerdo con esta perspectiva, los niveles de desigual-dad estarían subestimados precisamente por problemas desubreporte de los ingresos de los dueños del capital y, en esesentido, es necesario realizar ajustes técnicos antes, durante ydespués de la aplicación de una encuesta de modo que estosproblemas puedan ser remediados. Quizá el ProgramaMECOVI pueda destinar recursos para una mejor captaciónde la información de los ingresos en ese sentido y hablar conpropiedad acerca de los cambios distributivos en el Perú.

EMPATES TÉCNICOS EN EL RATING DE LA POBREZA

Hace sólo unas pocas semanas, diversos diarios6 de nues-tro medio informaron sobre las estimaciones preliminares dela pobreza a nivel departamental correspondientes al año 2002.El entonces primer ministro Solari, quien fuera el que presen-tara las cifras en una breve conferencia de prensa, destacó queen apenas quince meses de gobierno democrático se logródetener el avance de la pobreza haciendo caer su tasa globalen un 2% respecto al 2001. Asimismo, se mostraron los resul-tados positivos en materia de lucha contra la pobreza en almenos la mitad de los departamentos del Perú.

Al margen de intentar cuestionar los posibles factores que

6 El Comercio, La República, Síntesis y El Peruano; 11 de abril de 2003.

7 Entre ellos: «…el cambio en el gasto corriente y de capital; el incremento de lasexportaciones y la curva de generación de puestos de trabajo.»

Page 215: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan220

hayan ocasionado este resultado7 , en esta sección se pretendeseñalar cómo algunos aspectos técnicos básicos han sido deja-dos de lado por el apresurado anuncio oficialista, que dehaberlos tenido en cuenta habrían matizado el triunfalismoinfundado del ex premier y sus acompañantes.

En primer lugar, el cambio porcentual observado en el pe-riodo en cuestión no habría sido del 0.2% sino más bien de0.4%. Aparentemente la confusión ha tenido origen en el cál-culo del cambio absoluto entre los valores (54.8 - 54.6= -0.2),en vez de tomar su cambio relativo (54.6/54.8 - 1= -0.4%). Esdecir, el porcentaje de pobreza nacional cayó en cero puntocuatro por ciento.

En segundo lugar, el cambio observado —al contrario delo que aseguró el ex Primer Ministro— no es significativo des-de el punto de vista estadístico y de seguro tampoco lo serádesde el punto de vista de la población. La presencia del Jefedel INEI, el Sr. Farid Matuk, implicaba que la presentación delos datos se hacía con la asesoría técnica suficiente como paraenarbolar con propiedad dichos resultados positivos. Al pare-cer entonces, el interés de la presentación de tales datos eralograr un impacto político positivo que lograra elevar la ali-caída popularidad del Presidente. De hecho, esto se antepo-nía a informar con veracidad que los resultados de la gestióndel actual gobierno en materia de lucha contra la pobreza sontodavía nulos.

En tercer lugar, no puede hablarse de una perfectacomparabilidad de los datos a nivel nacional dado que no setiene información en el 2002 para el departamento de Madrede Dios.

A continuación, mostraremos las razones por las cuales loscambios en los niveles de pobreza todavía son nulos y por lotanto no puede hablarse aún de un efecto positivo de la actualgestión gubernamental.

Page 216: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

221Raúl Mauro

Una breve nota técnica sobre los intervalos de confianza

Todas las estimaciones de la pobreza que realiza el INEI sebasan en muestras tomadas de una determinada población.Por ejemplo, de los más de 5 millones y medio de hogares queexisten en el Perú, sólo fueron entrevistadas alrededor de 6mil familias durante la Encuesta Nacional de Hogares 1997.La selección de esta muestra implicaba que la estimación de lapobreza obtenida de ella contenga algún nivel de error espe-rado bajo un nivel de confianza estadístico previamente selec-cionado (95%). Ello significa que el valor estimado de la po-breza a partir de la muestra es en realidad una imagen proba-ble dentro de un rango de valores con determinadaconfiabilidad estadística que contendrían el verdadero porcen-taje de pobreza del país.

Esto tiene consecuencias prácticas contundentes. Si tene-mos dos porcentajes de pobreza que corresponden a años dis-tintos que difieren en una cantidad tal que no llega a sobrepa-sar los límites de confianza que la contienen estaríamos anteuna situación en la que no se puede asegurar que existan cam-bios significativos en uno u otro sentido. Esto se verá con mayorclaridad al observar las gráficas en la siguiente sección al apli-carse este tipo de análisis8 .

8 Un supuesto importante que se ha tenido que considerar a la hora de aplicar elanálisis sugerido es con respecto al intervalo de confianza de las estimaciones del 2002.Dado que este intervalo se ha ido reduciendo principalmente por efecto del incrementodel tamaño muestral (de 3600 hogares en el año 2000 a casi 19000 hogares en el 2001) ypor lo tanto incrementando la precisión de las estimaciones; se ha considerado mantenerel último intervalo porque se tiene referencias de que el tamaño muestral del 2002 hasido similar al del 2001.

Page 217: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan222

Cambios en la pobreza a nivel nacional y Lima Metropolitana

Puede observarse con claridad, que entre los años 1997 y1998 la reducción de la pobreza en apenas 0.3 puntos porcen-tuales no fue significativo, dado que los intervalos de confian-za de ambas estimaciones contemplaban una amplitud de casi5 puntos porcentuales para tales variaciones en las estimacio-nes. Lo mismo puede decirse cuando se toman los pares 1999–2000 y 2001–2002: las variaciones observadas no sobrepasanlos límites esperados entre uno y otro año tomado por par. Esdecir que en los pares de años seleccionados, la pobreza notuvo cambios significativos.

Sin embargo, al comparar entre 1998 y 1999, o el 2000 conel 2001 puede observarse que los cambios sí fueron significati-vos, aunque lamentablemente en el sentido de un continuocrecimiento de la pobreza. Esto daría lugar a pensar que la

Gráfico N° 2

Estimaciones de la pobreza en el Perú e intervalos de confianza

Fuente: INEI.

Page 218: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

223Raúl Mauro

pobreza se ha incrementado por shocks de distinta naturalezaen dichos periodos. Aunque también pueden existir proble-mas derivados del cambio del tamaño muestral.

Por su parte, al aplicarse este análisis para Lima Metropo-litana puede observarse que las variaciones han sido más im-portantes (al menos a partir de 1998) y han tendido a sobrepa-sar los límites de una estimación previa. Con ello se tendríanrazones más que suficientes para asegurar que los niveles devida de la población en Lima Metropolitana se han ido dete-riorando considerablemente año tras año.

Gráfico N° 3

Estimación de la pobreza para Lima Metropolitana e intervalos deconfianza

Fuente: INEI.

Page 219: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan224

Los cambios a nivel departamental

Hecha ya la acotación sobre el supuesto de los intervalosde confianza fijos entre el 2001 y el 2002 pudo observarse losiguiente:

• En los departamentos donde hubo una reducción de lapobreza: únicamente en los departamentos de San Martín,Cusco y Arequipa los niveles de vida habrían mejoradosignificativamente impactando en una disminución delporcentaje de pobres. En el resto de departamentos, el pasode un porcentaje mayor de pobreza (parte más oscura delos rectángulos) a un porcentaje menor (parte mas clara)está contenido en el rango de error esperado y por lo tantoes un cambio poco o nada significativo.

• En los departamentos donde hubo un incremento de lapobreza: los departamentos que presentaron una variaciónsignificativa en sus porcentajes de pobreza son Lima, Juníny Huánuco. El resto de departamentos tuvieron un cam-bio que no excedió el límite máximo previamente estable-cido por el anterior cálculo de la pobreza.

Breve discusión

Al parecer, el sencillo análisis aplicado en esta sección hapermitido destacar que la pobreza ha tenido un comportamien-to estacionario por momentos y ha dado saltos significativosen otros. Esto es así cuando observamos el problema a nivelglobal, pero lo que verdaderamente preocupa es el comporta-miento de la pobreza en el ámbito de Lima Metropolitana. Enefecto, el hecho de que no solo se observe que los niveles devida tengan una tendencia cada vez más negativa, sino que ala vez, estos cambios sean decididamente significativos añotras año indicarían que las políticas económicas y de ayuda

Page 220: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

225R

aúl Mauro

Gráfico N° 4

Estimación de la pobreza en los departamentos donde ésta se redujo, 2001-2002

Fuente: INEI.

Page 221: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desiguald

ad en el Perú: Los prom

edios no bastan226Gráfico N° 5

Estimación de la pobreza en los departamentos donde ésta se incrementó, 2001-2002

Fuente: INEI

Page 222: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

227Raúl Mauro

social que está aplicando el gobierno en este ámbito se en-cuentran completamente desenfocadas.

Una primera reflexión nos llevaría a destacar que po-demos tener muchos diagnósticos acertados del problemade la pobreza en Lima y que incluso se tengan claros cuá-les serían los programas y políticas que la combatirían peroque, sin embargo, no se están aplicando o se están apli-cando mal.

Una segunda reflexión linda con la paradoja que encierrael hecho de que gran parte del presupuesto nacional, de losfondos de compensación social, de las políticas aplicadas engeneral para la lucha contra la pobreza se aplican en Lima, ysin embargo no están dando resultado. Análisis en torno a lacalidad del gasto y la forma como esta se filtra o regresionahacen mucha falta.

Finalmente, con respecto a la evolución de la pobreza enel resto de departamentos se puede observar que las variacio-nes significativas se dan en realidad en muy pocos de ellos.Habría entonces que preguntarse qué otros indicadores oevidencias contundentes representan efectivamente los cam-bios en los niveles de vida de la población, sino vamos atener serias limitaciones en el acercamiento a la solución deeste problema.

Algunas conclusiones preliminares

La reducción de la pobreza a nivel nacional no ha sido sig-nificativa. No puede establecerse con certeza si los niveles devida de la población han sido favorecidos por la administra-ción económica, política y social del actual gobierno.

La pobreza en Lima Metropolitana se ha ido incrementandosignificativamente durante el periodo de 1997 al 2000, y esteproblema no ha podido ser frenado entre el 2001 al 2002.

Page 223: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan228

Los cambios favorables en los niveles de vida han sido sig-nificativos en sólo 3 de los 11 departamentos en los que se haregistrado una tendencia a la baja en sus respectivos índicesde pobreza.

De los 12 departamentos que han registrado una tenden-cia a un mayor deterioro de sus niveles de vida, sólo 3 regis-tran que este cambio ha sido significativo y precisamente unode ellos es el que contiene a aproximadamente la tercera partede la población nacional: Lima Metropolitana.

EMPOBRECIMIENTO SIN POBREZA

El fenómeno del empobrecimiento sin pobreza es aquel quesucede cuando buena parte de la población no pobre ve dis-minuir sus ingresos (o su consumo) a tal punto que no llegacruzar la línea de la pobreza y sin embargo su posición finalha empeorado respecto al anterior. Paralelamente, no existencambios importantes en el porcentaje de pobreza global esti-mado durante dicho periodo, o en todo caso este se reduce.

Una primera aproximación a esta idea fue ensayada porGamero9 sobre la base de una metodología de la CEPAL10 ,donde encontró que entre 1994 y 1997 mientras que el porcen-taje de pobreza disminuyó, la cuota de familias que se agru-paban en el rango de 1 a 2 veces la canasta de pobreza crecióde 28.9% a 32.7%. En palabras del mismo autor, más impor-tante que la reducción de la pobreza en el Perú habría sido elproceso de empobrecimiento de la población del país. En estaoportunidad nos encontramos en la posibilidad de trazar estaidea en un periodo continuo de 5 años; no obstante, en vez de

9 Gamero, J. (2000). Crecimiento económico y pobreza en Lima Metropolitana y el resto delpaís. Programa MECOVI-Perú, Documento de trabajo, Lima: INEI.

10 CEPAL. (1999) Panorama Social, 1998, Santiago de Chile.

Page 224: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

229R

aúl Mauro

Cuadro N° 2

Empobrecimiento sin pobreza en el Perú, 1997-2001

Intervalos de ingreso 1997 1998 1999 2000 2001 medio 1997

0.0-0.5 40.5% 39.1% 37.8% 29.6% 33.6%

0.5-1.0 33.0% 32.7% 33.7% 37.1% 33.8%

1.0-1.5 13.5% 13.8% 14.2% 17.4% 16.2%

1.5-2.0 5.5% 5.8% 5.1% 6.9% 7.0%

2.0-3.0 4.3% 4.7% 4.5% 5.8% 5.2%

3.0 a mas 3.1% 3.9% 4.7% 3.2% 4.1%

Total 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

Población total 24 511 330 25 145 606 25 609 840 26 019 762 26 660 483

Elaboración propia a partir de las ENAHOs 1997-2001.

Page 225: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan230

utilizar una línea de canasta de pobreza —para evitar discu-siones sobre la conveniencia de una canasta única o regio-nal—, utilizamos el ing reso medio real del año de 1997 (iguala S/. 315.2).

Como se habrá podido apreciar, la población concentradaen el intervalo correspondiente de media a 1 veces el ingresomedio real de 1997 junto con la población concentrada en elintervalo de 3 a más veces el ingreso medio real de 1997 sonlos únicos que han permanecido estables en el periodo anali-zado. En contraste, el resto de intervalos van concentrando,con el tiempo, proporciones crecientes de una población queestá empobreciéndose. Este panorama descrito sucede en tan-to que la pobreza se encuentra también en franco proceso deincremento, lo que configura finalmente un panorama muynegativo en términos de la evaluación de los niveles de vidade la población peruana.

En conclusión, este tipo de análisis nos ayuda a tenerun panorama más amplio del análisis situacional de la po-breza, puesto que no enfocamos únicamente a un grupopoblacional, sino a la totalidad de un país que, al fin y alcabo, no deben ser olvidados por los hacedores de política.Esto tiene consecuencias prácticas en las recomendacionesde política: no sólo hay que pensar en programas de luchacontra la pobreza más eficientes o eficaces, sino también hayque ejecutar políticas que promuevan el empleo digno y elbienestar.

EL PERÚ ES BUENO GENERANDO POBRES

Una de las ramas de la investigación socioeconómica quese ha desarrollado vertiginosamente en los últimos años ennuestro país ha sido la dinámica de la pobreza. Javier Herrera,actual consultor del INEI, ha realizado una buena trayectoria

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231Raúl Mauro

de análisis sobre ese tema. No obstante, han habido otras in-vestigaciones que le precedieron11 .

Entre las principales ventajas de este tipo de análisis sedestaca la capacidad de rastrear los cambios en los niveles devida a través de un mismo grupo de familias y descubrir conello que para una familia dada los estados pobre versus nopobre no son estáticos de un año para otro. Es decir, uno pue-de encontrar que para un periodo dado mucha gente ha esca-pado de la pobreza, pero a la vez otros han caído en ella; demodo tal que el porcentaje global de pobreza no se ha movi-do. Este tipo de análisis es posible porque esta metodologíarequiere trabajar con bases de datos panel en las que un mis-mo grupo de familias es entrevistado año tras año de maneracontinua12 .

Así por ejemplo, el análisis estático nos lleva a describirlos incrementos y decrementos en el porcentaje global de lapobreza de los últimos 5 años en el Perú. En general, pode-mos apreciar que el porcentaje de pobreza ha ido aumentandopaulatinamente. Sin embargo, puntos menos o más, el por-centaje de pobres siempre ha estado bordeando el 50%. Encontraste, el análisis dinámico de la pobreza nos permite cons-truir una herramienta muy útil para apreciar los flujos de en-trada y de salida poblacional en el estado de la pobreza llama-

11 BCRP-AID (1991) Análisis comparativo de los niveles de vida en Lima Metropolitana1985-1990, Lima, BCRP. Y Glewve & Hall (1995) Who is most Vulnerable to MacroeconomicShocks? : Hypotheses Tests using Panel Data from Peru, LSMS Working Paper No. 117.Washington DC: Banco Mundial.

12 Hasta la fecha, se cuenta con alrededor de 1033 familias que forman parte del panelde las ENAHO 1998-2001 sobre el tema de la pobreza, las que son utilizadas en estetexto. Esta base de datos se encuentra disponible libremente en la web del INEI. Hubierasido interesante obtener el panel a partir de 1997, puesto que desde esa fecha se disponede esa característica en las ENAHO IV trimestre pero este periodo ha sido pasado poralto.

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan232

da la matriz de transiciones de la pobreza13 que mostramos acontinuación.

A primera vista, puede apreciarse que existe un importan-te flujo poblacional entre los estados pobre versus no pobreaño tras año. Concretamente, si observamos aquellos que lo-gran escapar de la pobreza estos bordean un porcentaje pro-medio de 22.1%. Por el contrario, los que caen en el estado depobreza muestran un porcentaje promedio de 26.5%14 . Esteresultado permite constatar la idea de que en nuestro país esmás probable caer en la pobreza que escapar de ella.

Por otro lado, al observar a aquellos que se mantienen enuno u otro estado de un periodo a otro, se destaca que elporcentaje promedio de personas que permanecen en pobre-za es del 78%. En contraste, quienes se mantienen no pobresde un año a otro es en promedio aproximadamente el 73%.De acuerdo con estos datos, es más probable que una perso-na permanezca en la pobreza que uno que permanezca en lano pobreza.

Una forma de resumir estas dos ideas descritas es crear unpar de indicadores que hemos denominado «Efectividad parareducir la pobreza» y el otro «Sostenibilidad de la no pobre-za». El primero de ellos resulta de dividir el número de perso-nas que escapó de la pobreza entre el número de personas quecayó en esa situación, y sirve para medir la capacidad quetiene la política económica y social de un país para generar nopobres. El segundo, resulta de dividir el número de personas

13 Herrera, J. (2003) «Perú–Madagascar: Dinámica de la pobreza urbana» en Pobrezay desigualdad en el área andina: elementos para un nuevo paradigma, Bulletin de l’ InstitutFrançais d’ Études Andines, tome 31/3, Colombie-Équateur-Pérou-Bolivie.

14 Nótese para este caso que el promedio está formado por un porcentaje creciente dequienes caen en pobreza, que va de 21.77% en el periodo de 1998–1999 a 34.98% parael 2000–2001.

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233Raúl Mauro

Cuadro N° 3

Matrices de transición de la pobreza, 1998 - 2001

1998 1999 TotalPobre No pobre

Pobre 78.53 21.47 100.00

No pobre 21.77 78.23 100.00

Total 46.58 53.42 100.00

1999 2000 TotalPobre No pobre

Pobre 75.94 24.06 100.00

No pobre 22.83 77.17 100.00

Total 47.57 52.43 100.00

2000 2001 TotalPobre No pobre

Pobre 79.32 20.68 100.00

No pobre 34.98 65.02 100.00

Total 56.07 43.93 100.00

1998 2001 TotalPobre No pobre

Pobre 79.64 20.36 100.00

No pobre 37.77 62.23 100.00

Total 56.07 43.93 100.00

Elaboración propia a partir de panel de hogares ENAHOs 1998-2001.

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan234

que permanecen no pobres entre el número de personas quepermanece en la pobreza, y sirve para medir la capacidad quetiene un país para mantener el estado de no pobreza. A conti-nuación el cuadro que muestra el comportamiento de ambosindicadores.

Cuadro N° 4

Evolución de los indicadores de efectividad para reducir la pobrezay de la sostenibilidad de la no pobreza, 1998-2001

Ratios 1998-1999 1999-2000 2000-2001 1998-2001

Efectividad para

reducir la pobreza 0.766 0.919 0.536 0.419

Sostenibilidad

de la no pobreza 1.283 1.165 0.903 1.006

Elaboración propia a partir del panel de hogares ENAHO 1998-2001.

Como se puede apreciar, el primer indicador —la efectivi-dad para reducir la pobreza— siempre es menor que la uni-dad. De acuerdo con ello, a la economía peruana le resultamás fácil generar pobres que no pobres. Una característica pocodeseable para cualquier persona que perciba este termómetroy quizá por ello se explique el alto y creciente número demigrantes al exterior en búsqueda de un mejor nivel de vida.Respecto al segundo indicador, la sostenibilidad de la no po-breza, este muestra un deterioro de la capacidad que tienenuestra economía para permanecer en la no pobreza. Lo quemás preocupa respecto al comportamiento de este indicadores que este resulta de un incremento sostenido de aquellosque permanecen en la pobreza, y paralelamente un paulatinodecrecimiento de quienes permanecen en la no pobreza.

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235Raúl Mauro

En conclusión, podemos señalar que el análisis dinámicode la pobreza nos ha permitido apreciar que consecuentemen-te con el análisis estático de ella, los niveles de vida de nuestrapoblación se están deteriorando decididamente. La capacidadde nuestra de economía, contra todo resultado esperado, esmás efectiva para generar pobres antes que no pobres.Complementariamente, los datos también nos indican que esmás probable que una persona permanezca en la situación depobreza que en la no pobreza.

El diagnóstico realizado nos permite recomendar ponerespecial atención en los factores de riesgo que hacen que unapersona o familia caiga o permanezca en la pobreza; y, a lapar, identificar los factores que fortalezcan la capacidad de unperuano para no caer en la pobreza o para permanecer en lano pobreza. De hecho, no basta con identificarlos puesto quemuchas investigaciones ya la han hecho, sino establecer accio-nes concretas para que a través de ellos pueda hacerse de lano pobreza un estado alcanzable por todos los peruanos; y nosólo esto, sino que una vez alcanzado pueda disfrutarse deuna permanencia en él a través del tiempo.

CUANDO LOS INGRESOS POR TRABAJO PIERDEN IMPORTANCIA

El análisis de los componentes del ingreso (o, en su defec-to, el gasto per cápita) permite apreciar de manera precisa cómodiversos factores afectan el desempeño de la variable agrega-da. Los componentes más usuales, para el caso del ingreso,son: los ingresos por trabajo (dependiente o independiente,primario o secundario), los ingresos por autosuministro (oautoconsumo en el área rural), los ingresos por rentas y alqui-leres, y finalmente los «otros ingresos» que incluyen lasdonaciones privadas o públicas, junto con los ingresos extraor-dinarios y las remesas del exterior.

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan236

Este último componente, algo gaseoso por la mixtura apre-ciada, no ha sido desagregado en los subcomponentes men-cionados puesto que para los fines de este artículo nos intere-sa saber que estos ingresos pueden formar parte de la catego-ría redistributiva del ingreso per cápita15 . En contraste, los in-gresos por trabajo, autosuministro y rentas pueden catalogar-se en la categoría crecimiento económico del ingreso per cápita.Esta definición operativa es explicada a continuación.

El concepto de la distribución del ingreso como resultadode dos rondas de transacción entre agentes de la economía fueexpuesta por primera vez por Okun en 1975. Londoño16 reali-za una breve explicación de la misma, según la cual la primeraronda de transacciones cubre el flujo del ingreso nacional ge-nerado desde la producción hacia el pago de los factores queen ella participan: remuneraciones, retornos al capital, y ren-tas a la tierra. En la segunda ronda, el sector externo y el Esta-do ejecutan una redistribución del ingreso (a través de la polí-tica fiscal y la política social) entre los diversos agentes con locual la distribución final neta puede ser distinta a la distribu-ción primaria. Nótese que en esta visión ambos componentestienen por naturaleza un resultado distributivo, en contrastecon la mayoría de investigaciones actuales que conceptualizanal componente crecimiento como neutralmente distributivo17 .

Operacionalizando estos dos componentes para el perio-do 1997–2001, podemos apreciar lo siguiente: en primer lugar,

15 Por otra parte, estos subcomponentes necesitan ajustes de representatividadestadística que no forman parte del objetivo de este texto.

16 Londoño, J. (1997) «La dinámica de cambio de la distribución del ingreso y lapobreza en Colombia en las últimas décadas». En: Empleo y distribución del ingreso enAmérica Latina ¿Hemos avanzado? Santa Fe de Bogotá: TM Editores; Fedesarrollo; CIID;Colciencias.

17 Por ejemplo, Datt, Gaurav y M. Ravallion (1992). Ob. Cit.

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237Raúl Mauro

el componente crecimiento ha ido perdiendo importancia re-lativa en el ingreso per cápita mientras que paralelamente elcomponente redistribución ha compensado esta pérdida departicipación (Ver gráfico N° 6). En segundo lugar, observan-do el comportamiento de estas variables en sus niveles reales,el componente crecimiento ha caído a una tasa anual prome-dio del 2.97%, y para intentar compensar esta caída el compo-nente redistribución ha crecido a una tasa anual promedio de9.55%. El resultado final, sin embargo, fue que el ingreso percápita cayó a una tasa anual promedio de 1.14% (Véase elCuadro N°5).

Gráfico N° 6

Componentes crecimiento y redistribución del ingreso per cápita,1997-2001

Elaboración propia a partir de las ENAHOs 1997-2001.

87.5% 83.9% 82.7% 82.1% 81.2%

12.5% 16.1% 17.3% 17.9% 18.8%

0%

20%

40%

60%

80%

100%

1997 1998 1999 2000 2001

Crecimiento Redistribución

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan238

Cuadro N° 5

Comportamiento de los componentes crecimiento y redistribucióndel Ingreso real pc, 1997–2001

Año Crecimiento Redistribución Ingreso real pc

1997 295.2 42.0 337.3

1998 311.8 59.8 371.6

1999 297.2 62.2 359.4

2000 261.9 57.2 319.1

2001 261.7 60.5 322.1

* Real 100 = Dic 2001.

Elaboración propia a partir de las ENAHOs 1997–2001.

18 Mauro, Raúl (2002) Cambios en la pobreza del Perú: 1991-1998. Investigaciones brevesN° 19, Lima: CIES-DESCO. y Mauro, Raúl (2002) Dinámica de la pobreza y la desigualdada fines de los noventa, tesis de grado, Lima, FIECS-UNI.

Existe poca literatura local que se haya dedicado al estu-dio de los componentes del ingreso per cápita18 . No obstante,existe amplia bibliografía extranjera respecto a este punto, in-clusive en la propia página web del Banco Mundial. En gene-ral, estas señalan la importancia de los ingresos por trabajo enla explicación de los niveles de desigualdad del ingreso, asícomo de su evolución (Punto que será analizado en detalle enel próximo apartado). Precisamente, este es nuestro caso: elprincipal subcomponente que explica el comportamiento delcomponente crecimiento del ingreso per cápita es el trabajo.En el caso peruano éste explica el 80% del componente creci-miento, y representa el 66% del ingreso per cápita global. Re-sulta dramático constatar que los ingresos devenidos por el

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239Raúl Mauro

factor trabajo han decrecido constantemente desde 1997 a unatasa promedio anual de 2.75%, lo que configura el problemacentral de la discusión de este texto: la pobreza ha cambiadono sólo en su nivel sino también en su composición factorial.

En efecto, queda explícito que el incremento de la impor-tancia del componente redistribución ha sido una suerte desalvavidas para la caída permanente de los ingresos por tra-bajo. En ese sentido, descubrimos que la pobreza del peruanova más allá de observar los incrementos o decrementos en elpromedio global de su ingreso o gasto medio per cápita. Elproblema de fondo es que cada vez menos el trabajo es sufi-ciente para que un peruano viva dignamente. Ello es así por-que el estilo de crecimiento económico estaría dejando de ladoel principal canal de distribución de los beneficios potencialesdel mismo hacia la población: el trabajo. Por el contrario, elperuano necesita cada vez más de las donaciones privadas oestatales, de los ingresos extraordinarios, o de las remesas del

Cuadro N° 6

Importancia del sub componente trabajo en el componentecrecimiento del ingreso real per cápita

Año Trabajo Autoconsumo Componentey rentas Crecimiento

1997 239.2 56.1 295.2

1998 241.5 70.3 311.8

1999 235.2 62.0 297.2

2000 211.4 50.5 261.9

2001 214.0 47.7 261.6

* Real 100=Dic 2001.

Elaboración propia a partir de las ENAHOs 1997-2001.

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan240

exterior. ¿Es éste el tipo de bienestar que deseamos como país?¿Es ésta la forma como pretendemos lograr el desarrollo eco-nómico y social del Perú? De seguro que no. Sin embargo, losdatos nos advierten de una forma de pobreza que va más alláde observar el comportamiento agregado del ingreso per cápita,ya que ésta pretende mantenerse estable por las transferen-cias antes que por la generación de riqueza a partir del em-pleo. A este tipo de pobreza puede denominarse la pobrezafactorial del trabajo.

La reflexión presentada involucra poner especial atencióna las condiciones en que se desenvuelve el factor trabajo porparte de todos los actores y transformadores de realidad na-cional. Implica también identificar cuáles son los medios queexisten para hacer que el factor trabajo vuelva a ser la princi-pal vía de transmisión de los frutos del crecimiento económi-co. Una vez identificados, establecer las correcciones que elcaso amerite para lograr un auténtico crecimiento económicopro pobre.

¿CONTRIBUYEN LAS DONACIONES A UNA MENOR

DESIGUALDAD?

La discusión sobre la contribución de los componentes delingreso a la desigualdad ha podido realizarse gracias al artí-culo pionero de Shorrocks aparecido en 1982 en el boletínEconométrica19 . De acuerdo con el referido investigador, exis-te una regla de descomposición exacta de la desigualdad glo-bal observada en el ingreso per cápita determinada por el coefi-ciente de correlación de cada factor del ingreso respecto del

19 Shorrocks, A.F. (1982). Inequality Decomposition by Factor Components En:Econométrica, 50, pp. 193-212.

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241Raúl Mauro

ingreso per cápita global20 . Debido a una afinidad matemáticade esta regla de descomposición de la desigualdad, se utiliza-rá como medida de la desigualdad al coeficiente de variaciónen vez del usual índice de Gini. Esta herramienta permite apre-ciar la contribución que cada componente del ingreso realiza ala desigualdad global del ingreso per cápita.

Una de las hipótesis más benignas respecto al comporta-miento de las donaciones es que éstas sean progresivas, esdecir que se repartan de manera más que proporcional a quie-nes más lo necesitan. No obstante, no contamos con el subcomponente «donaciones» en este artículo. Por ello utilizamosa la variable «Otros ingresos» como un aproximado del efectoredistributivo que debería tener este componente.

Cuadro N° 7

Contribución de la desigualdad según componentes del ingreso percápita, 1997-2001

Componentes 1997 1998 1999 2000 2001

Trabajo 73.09 53.03 70.54 66.98 66.95

Autosuministro -0.07 -0.18 -0.26 -0.27 0.65

Rentas 21.26 35.64 13.43 16.16 13.13

Otros ingresos 5.72 11.50 16.29 17.13 19.28

Total 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00

Coef. de variación 1.6131 1.7933 1.6257 1.2222 1.6758

Elaboración propia a partir de las ENAHOs 1997-2001.

20 La formulación matemática precisa de esta idea es como sigue:donde rk es la correlación entre el factor k y el ingreso per cápita, y σκ es la desviaciónestándar del factor k, y σκ es la desviación estándar del ingreso per cápita.

ykkks σσρ /*=

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan242

Un breve examen de los componentes arriba mostradosnos dará cuenta de que el factor trabajo explica en mas del50% la desigualdad total del ingreso. Por su parte, las rentashan ido reduciendo su importancia relativa para explicar ladesigualdad estableciéndose alrededor del 13% hacia el año2001. Finalmente, en lo que respecta a nuestra hipótesis inicialpodemos observar que no encontramos evidencia a favor deella a partir del comportamiento del componente «Otros in-gresos». Por el contrario su contribución es creciente y a favorde una mayor desigualdad. En contraste, el componenteautosuministro (o autoconsumo en las zonas rurales) es el únicoque comporta a favor de una menor desigualdad. Sólo en el2001 contribuyó a la desigualdad, pero en todo caso fue elmenos regresivo de todos los componentes.

La constatación de estos hechos, que el componenteredistributivo en realidad sea regresivo mientras que elautosuministro sea el único factor que contribuye a una me-nor desigualdad, indica que las iniciativas redistributivas pú-blicas o privadas no tienen un impacto determinante sobre lamedida global de la desigualdad. En todo caso, el factor que«lleva la batuta» en la determinación de la desigualdad globales el trabajo. ¿Un mayor acceso de las grandes mayorías a laeducación superior (universitaria o no universitaria) reducirálos niveles de desigualdad por los ingresos percibidos por eltrabajo? Puede ser. Pero quizá existan otras alternativas queno han sido estudiadas y que pueden ser igualmente ventajo-sas para la equidad de tomarse en las opciones de políticaaplicada.

Lo interesante de toda esta discusión es que puede apre-ciarse en su real magnitud el desempeño de cada uno de loscomponentes del ingreso en la explicación de los niveles devida de la población peruana. Esperamos, después de todo,que el ingreso per cápita calculado a partir de las Encuestas de

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243Raúl Mauro

Hogares no sea pasado por alto por futuros estudios socioeco-nómicos, ya que —como hemos podido apreciar— ha permi-tido instrumentalizar de una manera sencilla y directa el aná-lisis del vínculo entre el crecimiento económico, la desigual-dad y la pobreza.

LA DESIGUALDAD ES BUENA PARA LOS RICOS

Uno de los documentos más polémicos sobre el tema de larelación entre la pobreza, desigualdad y el crecimiento ha sidola investigación realizada por Dollar y Kraay21 . Ellos postula-ron en tal ocasión que existe, independientemente de si tratede un país industrializado o no, una relación de uno a unoentre el crecimiento económico y el incremento de los ingre-sos de los más pobres (aproximado por el quintil más pobrede casi 80 países cubriendo un periodo de tiempo de casi 4décadas). La relación utilizada para probar dicha hipótesis fuela siguiente:

mp yGy += γ

Donde: yp es el logaritmo del ingreso medio del quintilmás pobre de un país, γ es una constante igual a 0.036, G es elíndice de Gini, mientras que ym es el logaritmo del ingresomedio de la población total.

De acuerdo con lo ya discutido en el apartado sobre lasdivergencias entre el PBI per cápita y el gasto per cápita, laaproximación del crecimiento económico a través del ingresomedio no pudo ser más desafortunada. Existe cierto nivel decorrelación implícita en la aplicación del modelo al considerar

21 Dollar & Kraay (2000). Ob. Cit.

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan244

el ingreso medio como predictor del ingreso medio per cápitade los más pobres y por lo tanto se debió haber «limpiado» deeste componente.

Aunque no contamos con un conjunto aceptable de datospara aventurar una regresión econométrica del modelo arribaseñalado, cabe reconocer que los resultados obtenidos con lainformación disponible son interesantes. En efecto, el coefi-ciente de correlación múltiple es del orden del 72.5%, mien-tras que el coeficiente de determinación alcanza el 53%. Loscoeficientes obtenidos denotan que g es -3.649 y no 0.036 y unsorprendente 0.9877 es el coeficiente de la variable ingresomedio per cápita. De acuerdo con este último resultado, la elas-ticidad del ingreso medio de los más pobres respecto al ingre-so medio per cápita es uno (es decir del proxy del crecimientoeconómico) y este valor es significativo al 5%.

Antes de esbozar algún apoyo a la hipótesis de Dollar &Kraay, habría que recordar al lector (e invitarle a comprobar)que el estadístico general de prueba del modelo no es signifi-cativo. Es decir, el modelo no contiene información contun-dente para aseverar alguna conclusión. No obstante, al aplicarel mismo modelo para el decil más rico obtenemos los siguien-tes resultados que contrastamos con los ya obtenidos para conel decil más pobre.

Los resultados permiten señalar las siguientesconstataciones: En primer lugar, el coeficiente de determina-ción se incrementa poderosamente para el caso del decilpoblacional más rico en contraste con el nivel de ajuste mos-trado para el decil más pobre. En segundo lugar, la prueba Farroja alguna sombra de duda para la relación esbozada parael caso de los pobres, mientras que en el caso de los ricos larelación tiene soporte estadístico. En tercer lugar, el indicadorde sensibilidad al ingreso medio (en la interpretación comúnla sensibilidad al crecimiento económico) es igual tanto para

Page 240: Perú Hoy: La economía bajo presión de la democracia

245Raúl Mauro

los pobres como para los ricos, y para ambos casos es signifi-cativo. Finalmente, el coeficiente del indicador del Gini mues-tra un cambio de signo importante en nuestra interpretación,punto que será discutido en el siguiente párrafo.

En efecto, mientras que el coeficiente para el Gini en elmodelo aplicado a los pobres muestra un signo negativo; parael caso de los ricos, muestra un denodado signo positivo. ¿Quéinterpretación podemos obtener de este importante resulta-do? Mientras la desigualdad es mala para los pobres (penali-za los beneficios del crecimiento económico), la misma es bue-na para los ricos y de hecho los premia.

Como corolario de esta constatación, puede verse que másallá de intentar establecer relaciones positivas (en nuestra opi-nión, insuficientes y parcializadas relaciones positivas) a fa-vor de los pobres, quizá dejemos de advertir y estudiar queotras relaciones son aventajadamente más positivas para losricos.

La moraleja de esta sección puede resumirse en lo siguien-te: si el crecimiento es bueno tanto para los pobres como paralos ricos, la desigualdad es mala para los pobres pero es buena

Cuadro N° 8Resultados de las regresiones

Indicador Decil más pobre Decil más rico

Coeficiente de determinación 52.6% 99.3%

Prueba F 0.375574 0.004391*

Coeficiente para Gini -3.649 2.537*

Coeficiente para Gasto promedio 0.988* 1.017*

* Significativo al 5%.

Elaboración propia.

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Pobreza y desigualdad en el Perú: Los promedios no bastan246

para los ricos. Ello permite ubicar al tema de la desigualdaden el foco de atención de los hacedores de política, en vez deseguir declarando a los cuatro vientos que todo lo que se ne-cesita hacer es crecer económicamente.

Conclusiones

Los hechos estilizados mostrados en este artículo acercade la pobreza y la desigualdad en el Perú en los últimos añosindican que:

• Examinar la evolución de la pobreza a través de los ingre-sos o gastos medios agregados puede llevarnos a satisfac-ciones apresuradas, si es que el «nos» se refiere a los hace-dores de política. Más allá de las incompatibilidades en lascifras agregadas del PBI pc con el ingreso o gasto per cápitapara evaluar el desempeño de los niveles de vida del Perú,los fenómenos de empobrecimiento sin pobreza así comola pobreza factorial del trabajo permiten arrojar mayor luzsobre el real deterioro de los niveles de vida de la pobla-ción, aun cuando aparentemente los indicadores agrega-dos indiquen que el país marcha en la dirección correcta.

• Complementariamente, el análisis de la dinámica de lapobreza a partir de las encuestas panel puede mostrar evi-dencia suficiente para evaluar la efectividad de la luchacontra la pobreza de la política económica y social, y, sobretodo, verificar la sostenibilidad de la no pobreza. De acuer-do con esta perspectiva, el Perú demuestra que puede ge-nerar más pobres de los que logran escapar de ella, y quecada vez es más difícil mantenerse como no pobres y, a lavez, es más fácil mantenerse en la pobreza.

• En cuanto a la desigualdad, el análisis de los componentesdel ingreso per cápita ha permitido constatar que el com-

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247Raúl Mauro

ponente redistributivo no demuestra progresividad. Porel contrario, este se ha vuelto más regresivo al transcurrirlos años, a pesar que este componente haya incrementadosu participación en el ingreso per cápita, como parte de lacompensación de la pérdida de ingresos por cuenta delfactor trabajo.

• Adicionalmente, aunque con información insuficiente, seha podido sustentar que la desigualdad premia al decil másrico de la población peruana mientras que, paralelamente,penaliza el ingreso de los más pobres. Ello es así, indepen-dientemente de que el crecimiento sea bueno para ambosgrupos en un factor igual a la unidad.

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249Julio Gamero

Modelo económico y empleo:Los límites de la inercia neoliberal1

Julio Gamero

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal250

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251Julio Gamero

Las diversas encuestas de opinión revelan que la principalpreocupación de la población es actualmente el empleo. Alrespecto, el 80.8% de las opiniones de un sondeo de opinión2,apenas iniciada la gestión de la Premier Beatriz Merino consi-deraba al desempleo como el tema prioritario a ser encarado.Esta fuerte inquietud no parece ser coherente con las tasas dedesempleo que no se muestran excesivamente elevadas conrelación a las tasas históricas del país ni de compararlas conpaíses de la región.

La preocupación de la población no es una percepción pe-simista de la realidad cotidiana, sino que traduce el marcado yprolongado deterioro del mercado ocupacional y, por ende,de las condiciones de vida en el último cuarto de siglo. En unaeconomía subdesarrollada como la peruana, el estado del mer-cado laboral no puede ser aprehendido solamente por el indi-cador concebido para hacerlo: la tasa de desempleo. Esta es-pecificidad obliga a la utilización de otros indicadores, como

1 En la redacción de este artículo se ha tomado como referencia a Gamero y Humala(2002) La microempresa en Lima metropolitana: entre el desempleo y la sobrevivencia, DESCO,Lima.

2 Universidad de Lima, Encuesta de opinión del 30 de junio del 2003.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal252

Cuadro Nº 1

¿Cuáles son los temas más importantes que deberá tratar la nuevaPresidenta del Consejo de Ministros, Beatriz Merino? (Respuesta

Asistida) (Respuesta Múltiple)

%

Desempleo 80.8

Pobreza 55.8

Corrupción 29.6

Educación 24.8

Terrorismo 16.0

Descentralización 8.1

Acuerdo Nacional 7.4

Inestabilidad Política 6.7

Otros 1.5

No Sabe / No opina 3.0

Fuente: Universidad de Lima del 30 de Junio del 2003.

por ejemplo, el subempleo y la economía informal que, en con-junto, ayudan a entender mejor la precariedad del mercadolaboral.

La oferta laboral —es decir, la Población EconómicamenteActiva (PEA)— creció en el período 1990-96 en aproximada-mente 927 mil personas. En el mismo lapso la PEA ocupadaaumentó en 919 mil personas3. Casi la totalidad de los reciénllegados al mercado laboral habrían encontrado un puesto

3 Ver Cuadro 4. Aranaga, D. (1998) Deterioro y escasa retribución al factor trabajo en elPerú 1990-97, UNI, Lima, Perú.

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253Julio Gamero

de trabajo. El aumento del empleo en el sector informal4

—microempresas y trabajo autónomo— compensó la dismi-nución del empleo asalariado en las empresas medianas y gran-des. Esto explicaría la estabilidad de la tasa de desempleo5. Enel periodo 1996-99, la PEA aumentó en promedio en 247 milpersonas por año según el INEI, mientras que la PEA ocupa-da lo hizo a un nivel ligeramente inferior: en 239 mil trabaja-dores. Entre 1999 y el 2001 la PEA tuvo un incremento de 218mil personas por año según el MTPE-INEI, en tanto que la ocu-pación creció en 204 mil6, si bien concentrada mayoritariamen-te —al igual que en los años noventa— en el sector informal,pero sin el dinamismo de mediados de los noventa. Se apre-ció, tímidamente, una recuperación en el empleo formal.

Una persona es considerada como adecuadamente emplea-da si trabaja al menos 35 horas semanales y si su remunera-ción es por lo menos igual al ingreso mínimo referencial7. Eldesempleado es aquel que busca trabajar de manera activapero no encuentra un puesto de trabajo. Una persona está ensituación de subempleo por ingresos cuando, al estar traba-jando a tiempo completo o en jornada normal, su remunera-ción es inferior al ingreso mínimo referencial. En situación desubempleo por horas cuando trabaja menos de 35 horas se-manales y desea hacerlo por más tiempo.

4 OIT, Panorama Laboral 1997, Lima.

5 Esta estabilidad de la tasa de desempleo es explicada también por la reducción,bien que ligera, de la tasa de actividad.

6 Este aumento de la ocupación no dice nada respecto a la calidad de ella. En dichascifras están considerados los subempleados, el sector informal y el empleo adecuado.Este último se redujo en 4 puntos de la PEA entre 1999 y el 2001.

7 El ingreso mínimo referencial resulta de dividir el monto de la Canasta Mínima deConsumo evaluada por el INEI entre el número de miembros promedio de un hogar(en general 5, considerándose 2 de ellos como perceptores del referido hogar). Para elaño 2003 este valor ascendía a la cifra de 610 nuevos soles, aproximadamente.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal254

Por su parte, la PEA es definida como aquella porción dela población en edad de trabajar que lo está haciendo o estábuscando empleo, es decir, está conformada por los ocupadosy por los desocupados. La PEA constituye la oferta laboral. Sudefinición nos indica que ella varía, no solamente en respues-ta a los cambios demográficos, sino también en función al de-seo de las personas en edad de trabajar, de participar en elmercado laboral. Este último aspecto se mide a través de latasa de actividad8. Lo anterior implica que la tasa de desem-pleo puede disminuir incluso cuando el empleo disminuye si,por ejemplo, la tasa de actividad baja; esto es, si voluntaria-mente un número importante de miembros de la PEA decidedejar de buscar trabajo y pasa a la condición de inactividad, esdecir se retira del mercado de trabajo.

EL DESEMPLEO EN EL PERÚ

Ni siquiera en los peores años de crisis económica en elPerú el desempleo9 como tal ha alcanzado proporciones alar-mantes. Una explicación podría ser que la insuficiente protec-ción social y, en especial, la inexistencia de un seguro de desem-pleo inducen a todos a buscar alguna ocupación que genererentas. Es decir, el problema no es ya tanto encontrar un em-pleo adecuado, sino una ocupación que garantice por lo me-nos un ingreso de supervivencia.

8 La tasa de actividad se calcula dividendo la población económicamente activa(ocupados más desocupados) entre la población total. En contraste, la tasa deinactividad se calcula dividendo la población que no pertenece a la PEA entre lapoblación total.

9 Cuando hablamos de desempleo nos referimos al desempleo abierto. Cuandoqueramos referirnos al desempleo oculto —que es la otra forma de desempleo, peroque es más difícil de medir y, por lo tanto, más sujeto a controversia—, lo haremos demanera explícita.

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255Julio Gamero

No siempre el desempleo ha alcanzado los niveles de losúltimos años. En los setenta y en los ochenta la tasa de desem-pleo tuvo un comportamiento similar, situándose en prome-dio en 7.5%, registrando tasas cercanas al 10% en los mo-mentos más álgidos del ciclo recesivo (1985) y tasas entre el5% y el 6.5% durante el pico expansivo (1987 y 1976, respec-tivamente).

En los noventa el panorama cambiaría. En 1991, la tasa dedesempleo desciende de manera sustancial para ubicarse enun reducido 5.9%, lo que se explica por un aumento del desem-pleo oculto como resultado de la recesión (recuérdese que latasa de crecimiento del PBI fue de -12.9% en 1989 y de -5.4%en 1990) de los años precedentes, que habría desalentado amuchos en la búsqueda de un puesto de trabajo, hasta el pun-to de hacerlos salir del mercado laboral10. En 1990 el desem-pleo oculto aumentó fuertemente y, a partir de entonces, se hamantenido relativamente estable. Esta elevación del desem-pleo oculto constituye una primera explicación de la modera-da tasa de desempleo en el contexto de la implementación deun drástico programa de ajuste estructural, pues un desocu-pado que deja de buscar trabajo, sea cual fuere el motivo, salede la PEA y, por lo tanto, en las estadísticas oficiales sencilla-mente deja de ser desempleado.

En 1992 la contracción del PBI fue de -0.4% y la tasa dedesempleo aumentó drásticamente respecto al año anterior,situándose en 9.4%. A partir de ese año y durante toda la dé-cada de los noventa la tasa del desempleo va a estabilizarse,con algunos altibajos, entre 8 y 10%. El nuevo siglo no marca-ría un cambio de este indicador, la tasa de desempleo se mantie-ne en las fronteras del 10%. Es decir, en términos generales, la

10 Ese año la tasa de actividad fue de sólo 57.2%, la tasa más baja en los últimos años.Véase CEPAL, Estudio Económico 1997-98, p. 296.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal256

tasa de desempleo se sitúa en un nivel más alto que el corres-pondiente a las décadas precedentes. Cabe señalar que los añosochenta se caracterizaron por el retraimiento de la produccióny por la rigidez del mercado laboral, situación que se reverti-ría completamente en los noventa. Sin embargo, la tasa dedesempleo creció11 sensiblemente, no obstante la reforma la-boral liberal que debía generar un mercado laboral más com-petitivo y por ende, de ajuste automático.

11 Durante el periodo 1981-90 el crecimiento anual fue -1.2%, mientras que la tasa decrecimiento del PBI en el periodo 1991-97 fue de 5.5% anual. Véase Cuadro IV.1, página60 en CEPAL, Ibid.

Gráfico Nº1

Fuente: INEI, Compendio Estadístico 2002.MTPE, Informes mensuales de empleo

4

5

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7

8

9

10

11

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13

Desempleo PBI percápita Polinómica (Desempleo)

1977

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1993

1990

Desempleo PBI per cápita Polinómica (Desempleo)

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257Julio Gamero

LA LEY DE OKUN PARA LIMA METROPOLITANA12

Una de las más consistentes relaciones consideradas en lapolítica macroeconómica de una nación es la supuesta rela-ción negativa existente entre la tasa de crecimiento del pro-ducto y el cambio en la tasa de desempleo. De acuerdo conello, se han realizado diversas formulaciones econométricasencontrándose entre las más importantes a la identificada einterpretada por el economista Arthur Okun, conocida en laactualidad como la Ley de Okun13 .

En aquella oportunidad, Okun encontró que la disminu-ción de la tasa de desempleo de 1% de la fuerza laboral de losEstados Unidos se asociaba con gran regularidad al aumentodel Producto Nacional Bruto de 3% por encima de su tasa decrecimiento tendencial. Con ello, el análisis realizado demos-tró que cuando la economía sale de una recesión, la produc-ción aumenta en una proporción mayor que el empleo14, ycuando entra en una recesión, la producción disminuye enuna proporción mayor que aquella en la que disminuye elempleo.

Para el caso de Lima Metropolitana se halló el siguienteresultado de la ecuación de Okun, que dando forma a los tér-minos encontrados en la regresión, se tiene:

12 Versión resumida del texto publicado por Raúl Mauro en Microempresa y empleo:entre el desempleo y la sobrevivencia, DESCO, 2002

13 Okun, Arthur M. (1962) Potential GNP: Its Measurement and Significance. Proceedingof the Business and Economics Statistics Section, American Statistical Association (WashingtonD.C., American Statistical Association), pp. 98-103. Reimpreso en Okun, Arthur M.(1983) Economics for Policymaking, MIT Press, Mass, pp. 145-158.

14 Para la actual coyuntura económica del país, este hecho sería perfectamenteaplicable. Estamos saliendo de una recesión prolongada y, en ese contexto de acuerdocon Okun, cabe esperar que el empleo venga creciendo a un ritmo menor que el delempleo.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal258

∆µ = -0.1175 x (yt -0.0234)

Identificando los parámetros:

P = -0.1175 ó 11.75%

C = 0.0234 ó 2.34%

15 Saavedra, Jaime (1999) Empleo, productividad e ingresos en el Perú, 1990-1996, OIT.Lima, Perú.

Es interesante poder especular la relevancia del valor Challado, recordando por supuesto la acotación hecha más arribasobre la relativa baja significancia estadística del mismo. Senecesitaría por lo menos un crecimiento del 2.34% para podermantener el nivel de desempleo en su tasa ‘natural’ disipandoasí las presiones de oferta poblacional que podrían incremen-tar su magnitud. Según Saavedra15 la tasa de crecimiento de laoferta laboral en Lima entre 1990-1995 fue de 2.9% promedioanual. Mientras que la tasa de crecimiento anual en ese mis-mo periodo del PBI de Lima fue de 4.0%, o sea casi el doble dela tasa mínima necesaria para mantener el desempleo ‘intac-to’ en ese lapso de tiempo. Los resultados no hacen sino corro-borar que precisamente en ese período se tuvo un pico en latasa de desempleo de 9.9% en 1993 que luego fue reducidapaulatinamente a 8.2% (habiendo comenzado la serie en 8.3%en 1990); siempre que se pudo mantener una tasa de creci-miento promedio anual mayor que el 2.3%, lo que aseguróque la tasa de desempleo se mantenga casi inamovible. El ex-ceso se tradujo en el descenso del punto decimal en la tasa dedesempleo.

Por otro lado, el valor P calculado nos confirmaría la fuer-te reticencia a la creación de puestos de trabajo (o a su deman-da) por parte de la economía en su conjunto. Apenas un 12%

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259Julio Gamero

del exceso de crecimiento del PBI por sobre la tasa «natural»encontrada se traduciría en un incremento del empleo. Esto seencuentra prácticamente en consonancia con el pobre rol queha cumplido el aparato productivo como agente demandantede mano de obra, que puede ser explicado por el sesgoreprimarizador de la política económica de los noventa.

Primero, tal como lo señala Saavedra16, las rigidicesinstitucionales prevalecientes durante los años setenta y ochen-ta referentes a la contratación y despido de la mano de obrapueden haber tenido efectos sobre la velocidad de ajuste delempleo a sus niveles óptimos y finalmente, también habríantenido efectos sobre la estructura del empleo, en tanto queincentivaron la contratación informal o la contratación tem-poral. Por lo tanto, para periodos de crecimiento del produc-to, el empleo crecería en una menor proporción, en particularsi no existe certidumbre acerca de si tal expansión es perma-nente o no.

En segundo lugar, consideramos el período de los noven-ta, en el que las anteriores rigidices institucionales del merca-do de trabajo han sido eliminadas (altos costos de despido,estabilidad laboral, sindicalismo, etc.) con el supuesto de quetales cambios tendrían un efecto positivo sobre la rotación delempleo y su ajuste ante las variaciones del producto. Sin em-bargo esto no se dio así.

También hay que considerar el hecho de que el sector in-formal y/o microempresarial fue la ‘válvula’ de escape parala absorción de la mano de obra que no lograba o no deseabainsertarse en el aparato productivo «moderno». Este hecho,junto con la práctica generalizada de contrataciones tempora-les iniciadas en los ochenta, facilitada a partir de los noventa,

16 Saavedra, Jaime (2000) Estabilidad laboral e indemnización: Efectos de los costos de despidosobre el funcionamiento del mercado laboral peruano, Grade-CIE. Lima, Perú.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal260

presionó a favor de que el empleo se mantuviese en tasas lige-ramente bajas.

Por último, asumamos que efectivamente a partir de losnoventa ningún empleo ‘adecuado’ fue creado en la conside-rada «gran empresa», y que en la actualidad la tasa de desem-pleo se concentra principalmente en la pequeña y microem-presa. Por todas estas evidencias empíricas podemos finalmen-te concluir que la reticencia del aparato productivo a contratarmano de obra está bien representada por el coeficiente ? calcu-lado.

Si observamos los valores reales y predichos por el mode-lo en el Gráfico Nº 2 podemos notar que la tasa de desempleopresenta un comportamiento errático en la banda de ± 0.02puntos porcentuales que apenas puede ser predicho en el pe-riodo comprendido entre 1970 hasta más o menos 1980. A par-tir de entonces el modelo parece comportarse muy bien, ex-ceptuando los valores pico, que en todo caso demuestran quela realidad «es más dramática» que lo que puede modelar lamatemática; además de presentar fluctuaciones más fuertescon respecto al período anterior a los ochenta de aproximada-mente ± 0.05.

Estos «errores» de predicción de corto plazo en el modeloocurren precisamente por las mismas razones que hacen quela relación entre el desempleo y el crecimiento no permanezcaconstante en el largo plazo. Tal como lo señala David Altig17,la tasa de desempleo captura sólo imperfectamente los cam-bios producidos en la tasa de crecimiento del PBI que depen-de fundamentalmente del nivel y de la tasa de cambio de lautilización del factor trabajo.

17 Altig, David y otros (1997) Okun’s Law Revisited: Should We Worry about LowUnemployment? Economic Commentary Series, Federal Reserve Bank of Cleveland.

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261Julio Gamero

Es posible que no se pueda determinar con exactitud lacontundencia con la que un incremento en el PBI aparejará,cualquiera que sea el argumento técnico o conceptual, un in-cremento en los niveles del empleo.

Por lo general, se puede pensar que un incremento en elPBI para el caso peruano no merezca una mayor demanda detrabajo, ya que en definitiva se viene arrastrando años de re-traso en los niveles del mismo. Así, frente a un contexto deuna economía de apertura para los años ochenta con un ajusteliberal para los noventa, podemos conjeturar que las empre-sas se han visto paulatinamente forzadas a ser más eficientesen el uso de sus factores de producción, y en este caso especialal trabajo. Desafortunadamente esto trajo como consecuenciaun mayor premio sobre los ingresos de mano de obra califica-da antes que la no calificada, lo que en términos sociales signi-fica una agudización de la desigualdad del ingreso. Los secto-res tradicionales, de los cuales depende una gran parte de lafuerza laboral peruana (como la agricultura, por ejemplo),puede que nunca sean beneficiados del mayor dinamismo eco-nómico porque posiblemente sea muy costoso de lograr eseobjetivo a valores de mercado. Así, la PEA urbana calificada esla que encontraría una mayor probabilidad de ‘ganar’ en losbeneficios del crecimiento, con las limitaciones que tal genera-lización teórica implica a la hora de ‘ejecutar’.

Como ya se ha mencionado, si el objetivo es determinaruna relación que pueda ayudarnos a determinar una meta depolítica económica, entonces puede interesarnos saber cuál esla tasa necesaria de crecimiento del PBI para asegurar una dis-minución, o incremento de la demanda por mano de obra,reflejado a través de una disminución de la tasa de desem-pleo.

Sin embargo, lo opuesto también puede ser posible, paraefectos de conseguir un objetivo de la política económica. Si se

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal262

Grá

fico

2:

Res

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dos

de la

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resi

ón

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263Julio Gamero

desea conseguir una tasa de crecimiento del PBI del tanto porciento, ¿qué niveles de empleo necesito asegurar o a qué rit-mos debería crecer este? Por supuesto que esto nos llevaría aterrenos distintos de los que nos tiene acostumbrada la lógicadel mercado. Esta sería una verdadera política de creación deempleo por parte del Estado, en el que se buscaría adecuar losrequerimientos de recursos humanos con el capital humanoóptimo que pudiesen asegurar rendimientos económicos ma-yores que los esperados o con una mayor eficiencia de los quese tendría si es que no se interviene. Sin embargo, esto no tie-ne por qué ser una política de intervención, en tanto que selogren reforzar los canales de información que permitan ade-cuar de mejor manera la mano de obra calificada, producto deuna política educativa o de mejoras de retornos sociales y eco-nómicos, las que posibilitarían que efectivamente se tenganganancias para todos.

EL SECTOR INFORMAL URBANO

A diferencia de los primeros siete años de los noventa, enque el sector informal urbano logró absorber mayormente a laPEA que quedó en situación de excedente luego de los proce-sos de reconversión laboral en el sector privado y de lasprivatizaciones de las empresas públicas, en el último quin-quenio (1998 en adelante) pareciera que se estaría colmandosu capacidad de absorción laboral, bien si lo consideramoscomo sector de «refugio» como de «primera opción».

El vertiginoso crecimiento que le cupo al sector informalurbano en los noventa cuestionó la visión que veía el creci-miento de este sector propio de los periodos de recesión eco-nómica, acentuando su condición de «refugio transitorio» dela mano de obra que resulta expulsada del sector asalariadoformal y que luego lo abandona cuando se recupera la econo-

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal264

mía y aumenta la demanda de empleo en el sector moderno.En los noventa, junto con el crecimiento de la economía se dioun aumento sin precedentes en el sector informal urbano. Crecedesde un 51.8% a comienzos de los noventa hasta un 59.3% en1997.

Dicho crecimiento del sector informal urbano fue coinci-dente con la recuperación del aparato productivo en un con-texto de fuertes recortes en el empleo asalariado formal. Elcrecimiento del sector fue alentado por políticas públicas quevieron en él el «seguro de desempleo» que operó como unamortiguador del desempleo formal que el ajuste estructuralprovocó. De «refugio transitorio» en los ochenta pasó a la ca-tegoría de «refugio permanente» en los noventa. Aparecía comola única opción de generación de ingresos de sobrevivenciapara los cesantes.

La prolongada recesión que se inició en 1998 ya no habríahallado «sitio» en el sector informal urbano, ahora asediadono sólo por el desempleo proveniente del sector formal sinodel propio sector informal. El desempleo formal aumentó acerca del 10%, tasa que sería mayor de no haberse retiradoparte de la PEA a la condición de inactiva y de no haber me-diado la emigración laboral a países vecinos.

Entre 1997 y el 2001, la participación del sector informalurbano oscilaría entre el 59.2% y el 59.5% de la PEA no agrí-cola. Dejó su condición de «sector refugio» a las crisis econó-micas y habría agotado el dinamismo que le cupo durante larecuperación económica de mediados de los noventa. Aldesempleado, formal o informal, sólo le estaría quedandola opción de la emigración como vía para la generación deingresos.

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265Julio Gamero

LA RELACIÓN EMPLEO–PRODUCTO

No es necesario entrar en la discusión sobre la dinámica dela relación empleo–producto, o producto–empleo, para indi-car que existe un nexo contable entre ambas variables, quetoma en cuenta la productividad, como se muestra a conti-nuación: si la producción sube más rápido que la productivi-dad o si baja más rápido que ella, entonces tanto el empleocomo el producto variarán en el mismo sentido. El Cuadrosiguiente muestra las elasticidades producto–empleo para elperíodo 1961-2003, las cuales indican el porcentaje en que cam-bia el empleo frente a una variación del 1% del producto.

35

40

45

50

55

60

65

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 2000 2001

S. Informal S. Formal

Gráfico Nº 3Evolución % del empleo no agrícola

(1990 - 2001)

Fuente: OIT, Panorama Laboral 1997, 2000 y 2002.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal266

Se puede constatar que la elasticidad empleo–productobaja, dramáticamente, desde los inicios de los ochenta hastalos primeros años de la década siguiente, de 0.75 a 0.19. Estosignifica que por cada punto porcentual de variación en el pro-ducto, el empleo aumentaba en 0.75% en los años setenta,mientras que a comienzos de los noventa, por los drásticosefectos del plan de estabilización, cada punto porcentual decrecimiento del PBI sólo generaba un aumento en el empleode 0.19%.

En el período 1992–97, esta elasticidad aumenta, situándo-se en un nivel de 0.53. Esta relación no nos revela, empero, el

Cuadro Nº 2 Perú Urbano: Elasticidades empleo–producto, 1961-2003

Período Var. % Var. % Elasticidad

Empleo (*) PBI Empleo/Producto

1961/1940 1.8 5.3 0.34

1972/1961 2.8 5.3 0.52

1981/1972 2.9 3.8 0.75

1984/1981 -1.5 -4.3 0.35

1990/1986 -1.4 -6.5 0.22

1992/1990 0.3 1.3 0.19

1997/1992 4.2 7.9 0.53

2001/1998 -3.2 1.5 -2.16

2003(**)/2001 0.5 2.6 0.21

(*) Se ha considerado series de empleo asalariado urbano.

(**) Promedio de últimos doce meses hasta abril 2003.

Fuente: Para el periodo 1961 – 1997, MTPS (1998) «Hacia una interpretación delproblema del empleo en el Perú». Boletín de Economía Laboral, Año 2, N° 8, Lima,Perú. Para el periodo 1998 en adelante , INEI (2003) Informes de empleo.

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267Julio Gamero

tipo o la calidad del empleo generado, asunto que es de im-portancia crucial. Casi en su totalidad, el nuevo empleo priva-do generado en los noventa recayó en los ámbitos de lamicroempresa de sobrevivencia y del autoempleo mayormentevinculado al comercio ambulatorio18. Dada la baja productivi-dad propia de dichos sectores, la calidad del empleo genera-do, las condiciones laborales prevalecientes y los ingresos la-borales configuraron un panorama de subempleo y trabajosde pobreza, en la medida que los ingresos pagados o conse-guidos en dichos sectores no guardaban correlación con el ca-pital humano presente en sus actividades y no alcanzaban asuperar el costo de la canasta de pobreza.

Hay dos tipos de crecimiento. El crecimiento pro–pobre yel crecimiento no pro–pobre19. En el primer caso, la pobrezadisminuye como consecuencia de la progresión de los secto-res productivos más dinámicos, que son precisamente aque-llos en los cuales laboran los más pobres, de modo que éstosencuentran más trabajo, incluso con mejores remuneraciones.En el segundo caso, eso no ocurre, los sectores de mayor im-portancia en la actividad económica generan poco empleo, yno favorecen a los pobres. En escenarios como este, se podríaaliviar la pobreza extrema, pero tendría que hacerse poniendoen pie mecanismos redistributivos a partir del gasto social yno recurriendo a los mecanismos propios de los mercados la-borales.

Esta clasificación del crecimiento no sólo se hace en fun-ción de la variable pobreza, también se toma en cuenta el asuntodel empleo. Desde ese punto de vista, una condición necesa-

18 Gamero y Humala, Op Cit.

19 The World Bank (1998) Perú: Poverty comparisons. Tambien véase: Patnaik, Prabhat(1997) A note on the redistributive implications of macroeconomic policy, SEDEP/UNDP,Jawaharlal Nehru University.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal268

ria, pero no suficiente, para que un crecimiento sea pro–pobrees que la elasticidad empleo–producto sea elevada. En ese sen-tido, el tipo de crecimiento del periodo 1992-97 se presentababajo mejores auspicios que los de la década precedente20. Em-pero, no se debe olvidar el sesgo creado por el subempleo, yaque los subempleados —con ingresos por debajo de la líneade pobreza— también son considerados dentro de la PEA ocu-pada y, por lo tanto, son contabilizados al momento de esti-mar el incremento del empleo.

LA RELACIÓN POBREZA–PRODUCTO

La CEPAL21, de otro lado, ha estimado el impacto del au-mento en el PBI per cápita sobre la disminución de la pobrezaen los países de la región. Los coeficientes de dicha elasticidad—pobreza/PBI per cápita— indican el impacto diferenciadodel crecimiento económico en atención a la naturaleza internadel mismo. No resulta lo mismo, en términos de su impactosobre la generación de empleo, un crecimiento económicoliderado por los sectores primario exportadores que otroliderado por la agro industria, la manufactura y la actividadde servicios de alto valor agregado.

El aumento del empleo como secuela de la expansión de laactividad interna tiene una repercusión directa sobre la dismi-nución de la pobreza dependiendo de su calidad. Es así que si

20 Las cifras del INEI muestran una disminución de la pobreza en dicho periodo queno se condice con las elevadas tasas de expansión del PBI como bien se señala en másadelante. Por otro lado, si se toma en cuenta la variable empobrecimiento, se observaque la población que se acerca a la línea de pobreza sin llegar a ser pobres aumenta.Gamero, Humala, Mauro (2000) Crecimiento y pobreza un comportamiento diferenciado,INEI. Lima, Perú.

21 CEPAL, Panorama Social 2000-2001. Santiago de Chile.

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269Julio Gamero

hay un aumento de empleos de buena calidad, de mayor pro-ductividad y pagadores de mejores ingresos, habrá un correlatode mayor disminución en las tasas de pobreza.

Para el Perú, en el periodo 1991–2000, se ha estimado uncoeficiente de elasticidad pobreza/PBI per cápita en un rangoque se ubica de 0.17 a 0.3422. Esto supone que por cada puntoporcentual de aumento en la producción per cápita, la pobre-za disminuirá entre 0.17% y 0.34%. Este último coeficiente, enel contexto de la región, resulta de los menos favorables. Suexplicación debe residir en las características del modelo pri-mario exportador incentivado en los noventa.

El Cuadro No. 4 nos muestra que hasta comienzos de losochenta el mercado de trabajo se encontraba prácticamenteequilibrado, con desempleo estructural que se mantenía alre-dedor del 7%. La tasa de crecimiento de la demanda era muysimilar a la tasa de crecimiento de la oferta, aun cuando desdecomienzos de los sesenta, esta última presenta un salto en sucrecimiento a causa de una serie de factores, como la disminu-ción de la tasa de mortalidad, la migración del campo a la ciu-dad, la mayor participación femenina en el mercado laboral,entre otros factores. Este aumento en la oferta de trabajo fuecompensado con un aumento casi similar en la demanda detrabajo, debido al proceso de industrialización y a la mayorparticipación del Estado como generador de empleo.

22 Esta significativa diferencia tiene su explicación en la fuente utilizada. En el primercaso la cifra de 0.17 se origina en que el Instituto Cuánto encontraba, para 1991, unatasa de pobreza más alta a la del Rio Poverty Group. Para el año 2000 no hay diferencia.Es por ello que al tomar como referencia un valor más alto la variación porcentual salemenor que en el otro caso.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal270

Cuadro Nº 3Elasticidades pobreza/PBI per cápita

Coeficiente de elasticidad

País Periodo (P) (I)/PBI per cápita /PBI per cápita

Argentina 1990-1990 -0.21 -0.23

Brasil 1990-1999 -2.45 -5.03

Chile 1990-2000 -0.85 -1.01

Colombia 1991-1999 -0.41 0.51

Costa Rica 1990-1999 -0.95 -0.87

Ecuador b/ 1990-1999 -0.49 -4.27

El Salvador 1995-1999 -1.81 0.21

Guatemala 1989-1998 -0.90 -1.33

Honduras 1990-1999 - -

México 1989-1998 -0.13 -0.11

Nicaragua 1993-1998 - -

Panamá 1991-1999 -1.41 -2.12

Perú* 1991-2000 -0.171 -1.591

-0.342 -1.852

Uruguay b/ 1990-1999 -1.74 -1.74

Venezuela 1990-1999 - -

América Latina 1990-1999 -0.69 -1.31

(P) Pobreza e (I) Indigencia.

* Para el año 2000, en ambos casos, la fuente es el Instituto Cuánto, 2000.1 Para la cifra de pobreza del año 1991, Yamada y Ruiz, Pobreza y Reformas Estructu-rales, Perú 1991-1994, Universidad del Pacífico, CIES, 1996.2 Para la cifra de pobreza del año 1991, Rio Poverty Group.

Fuente: CEPAL, Op. cit.

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271Julio Gamero

Gráfico 4Elasticidad pobreza producto (1990 - 2000)

Cifras anualizadasA

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-1.50

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-0.50

0.00

0.50

1.00

1.50

P E R U-0.34

Fuente: CEPAL, Panorama social 2000.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal272

También se puede apreciar que, aun cuando la tasa de cre-cimiento de la oferta laboral decae a partir de los ochenta, lacrisis económica origina que la capacidad de absorción de manode obra decaiga más, llegando incluso a tener tasas de creci-miento negativas, razón por la cual el balance entre el creci-miento de la oferta y el de la demanda se desequilibra dramá-ticamente hasta comienzos de los noventa, creando la necesi-dad del desarrollo de actividades informales para asegurar lasupervivencia de vastos sectores de la población, pues se ca-rece de un adecuado sistema de protección social. Y, si alguno

Cuadro Nº 4Perú Urbano:Estimación de las tasas de crecimiento de la oferta y

demanda de trabajo, 1961-2001

Años Tasa de Crecimiento Tasa de Crecimiento Diferenciaanual de la anual de la Anual de

Oferta laboral Demanda laboral (*) Crecimiento

1961/1940 1.8 1.8 0.0 (**)

1972/1961 2.9 2.8 0.1

1981/1972 3.2 2.9 0.3

1984/1981 2.8 -1.5 4.3

1990/1986 2.3 -1.4 3.7

1992/1990 2.5 0.3 2.2

1997/1992 4.1 4.2 -0.1

2001/1998 3.2 -3.2 6.4

(*) Estimada por la tasa de crecimiento observada en el empleo asalariado.

(**) La cifra de 0.04 ha sido redondeada a un decimal.

Fuente: Para el periodo 1961 – 1997, MTPS (1998) Hacia una interpretación del proble-ma del empleo en el Perú. Boletín de Economía Laboral, Año 2, N° 8, Lima, Perú. Parael periodo 1998 en adelante, INEI (2003) Informes de empleo.

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273Julio Gamero

existe, éste se revela tremendamente insuficiente frente a lasexigencias de la desocupación23.

Para el periodo de la última recesión, 1998–2001, si bien laPEA crece a un ritmo menor que en el periodo previo, la caídaen la demanda de trabajo —de igual magnitud pero de signocontrario al aumento de la oferta laboral, -3.2%— genera unaumento del desempleo que ya no habría encontrado «refu-gio» plenamente en el sector informal urbano como lo hicieraanteriormente.

La salida de la recesión, que aconteció en el primer semes-tre del 2002, como lo señala Okun, viene acompañada de uncrecimiento del producto mucho mayor que la demanda detrabajo. La elasticidad empleo–producto hallada para el perio-do 2001-2003, 0.21, estaría corroborando tal apreciación. Paraque la absorción de empleo empiece a «sentirse» se requiereno sólo que se mantenga una elevada tasa de crecimiento enel PBI sino que dicho crecimiento descanse en los sectores másvinculados al mercado interno o a los sectores con mayor va-lor agregado. Igualmente, para que sea sostenible el crecimien-to económico se requiere que el impulso del consumo se acom-pañe de un aumento de la tasa de inversión.

LOS INGRESOS DE LA PEA

El problema del mercado de trabajo en el Perú es más quenada un problema de bajos ingresos, lo cual se ve reflejado enlos altos niveles de subempleo tanto por horas, como por in-

23 Algunos autores, Yamada entre ellos, consideran a la CTS como una forma de segurode desempleo. Sin embargo en los países europeos, en donde hay seguro de desempleo,existe también la indemnización por el despido. En todo caso esa forma alterna deseguro de desempleo se muestra insuficiente, además que ella beneficia sólo a unaminoría de la PEA.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal274

0

100

200

300

400

500

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994

100

Estatales Empleados Obreros

1981 1986

1991

1999

2003

gresos. Así, la tasa de subempleo fluctuaba en Lima entre el 20y el 30% en los años setenta aumentando entre el 30 y el 40%en casi toda la década de los ochenta. Pero, prácticamente seduplicó a raíz de la hiperinflación de fines de dicha década24.

Con la nueva metodología de medición aplicada a partirde 1995, se redujo estadísticamente la tasa de subempleo por

24 Bernedo, J. (2000) El problema del empleo en el Perú. CEDAL, Lima, Perú.

Gráfico Nº 51994 =100

Evolución de las remuneraciones reales (1981 - 2003)

Fuente: INEI, Compendios Estadísticos, 1994- 2002.

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275Julio Gamero

25 Según explica el INEI, hasta 1994, el subempleo invisible se calculaba tomandocomo ingreso mínimo referencial, el salario mínimo legal de enero de 1967, indexadopor la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Sin embargo, debido alfuerte proceso inflacionario que vivió el país entre 1987 y 1990, se sobredimensionó elmonto del ingreso referencial, llevándolo a US$ 412. En tanto que en Ecuador era deUS$ 90, en Chile de US$ 122 y en Paraguay de US$ 140, determinando para el Perú unatasa de subempleo invisible del 73.5%, mientras que en Ecuador era de 6.3%, en Chilede 8.2%, y en Paraguay de 11.8%. En consecuencia se determinó tomar un ingresomínimo de referencia.

26 La República, 29 de mayo 2003.

ingresos25. Pero, aún así, casi la mitad de la PEA se encuentraen una de estas formas de subempleo.

Si bien, y como secuela del final de la hiperinflación, losingresos reales dejaron de perder capacidad adquisitiva, larecuperación salarial que acompañó la recuperación de la acti-vidad económica hasta 1997 no permitió alcanzar los nivelesde ingreso real previos a la hiperinflación. Hoy en día, paratodo efecto, los ingresos salariales están ligeramente por enci-ma del nivel adquisitivo de 1994.

¿Todo tiempo pasado fue mejor? A tenor del gráfico pre-sentado parece que sí. Pero no el pasado inmediato de los no-venta, sino uno más lejano, el de comienzos de los ochenta, enel coletazo del periodo de políticas orientadas hacia el merca-do interno y la sustitución de importaciones. Hoy los nivelesremunerativos de los empleados públicos tendrían que multi-plicarse por 5, el de los empleados del sector privado por 3 yel de los obreros por 2 para recuperar esa historia salarial quela hiperinflación y el ajuste estructural están colocando en eldiván de los recuerdos26.

La drástica disminución del número de trabajadoressindicalizados, la irrupción de un marco institucional adversoa los derechos del trabajador y el aumento vertiginoso de lainformalidad generaron un entorno poco propicio para un

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal276

proceso más acelerado de recuperación salarial. Por otro lado,la apertura comercial y los procesos de reorganización indus-trial demandaron en mayor medida mano de obra más califi-cada (nuestro recurso escaso) que la de baja calificación (nues-tro recurso abundante, relativamente). Si a los elementos an-teriores, le añadimos la presencia de una política social que sefinanció a partir de los ingresos de los trabajadores formalesen un proceso perverso de redistribución del ingreso —de losestratos medios a los más pobres, dejando incólumes al estra-to de mayores ingresos— tenemos el panorama laboral com-pleto.

En ese escenario no es de sorprender que la distribuciónde los ingresos laborales se haya deteriorado drásticamenteentre 1991 y el 2001 (Ministerio de Trabajo, 2002). La reformalaboral liberal, lejos de disminuir el desempleo habría ocasio-nado una mayor inequidad, hoy visible.

Vinculado con lo anterior está el tema de los bajos nivelessalariales. Para Lima Metropolitana, que es el mercado quepaga mayores remuneraciones; el informe al mes de abril delINEI encuentra un promedio de ingresos mensuales que noexcede los 900 soles. Por lo demás, es sabido que este prome-dio esconde una tremenda dispersión de los ingresos salaria-les: en la cota inferior, un salario mínimo de 410 soles (ojo: queno se mueve desde hace tres años) y en el extremo superior,ingresos de los funcionarios públicos y privados que están enestándares internacionales.

¿MEJORARÁN EL EMPLEO Y LOS SALARIOS? 27

En julio de este año se cumplirán dos años del gobiernodel Presidente Toledo. Con cifras macroeconómicas que resal-

27 IDL, Revista ideele, Nº 154, mayo 2003.

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277Julio G

amero

Gráfico Nº 6Lima metropolitana: Curva de Lorenz de obreros y empleados en empresas de más de 10 trabajadores,

junio de 1991 y junio de 2001

Fuente: MTPE, Boletín de Economía Laboral Nº 22.

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Modelo económico y empleo: los límites de la inercia neoliberal278

tan en medio de las turbulencias de la región, la población aúnno percibe mejoras a nivel del empleo y de sus ingresos. Losbuenos vientos de la macroeconomía están llegando a térmi-no y, pasado el empuje del consumo —que en el 2002 impulsóla demanda interna y el PBI— la economía entraría en un pro-ceso de desaceleramiento de no mediar un aumento significa-tivo de la inversión. Lo ha dicho el propio Viceministro deHacienda.

Si bien hay que reconocer que la política económica actualtiene rasgos distintos a la del fujimorismo —revalorización delmercado interno, políticas sectoriales (aún tímidas), cambiosen la política monetaria, rol anticíclico de la política fiscal eindicios de incorporar mayor equidad en la recaudación fis-cal—, aún se mantiene la preeminencia de los rasgosreprimarizadores y pro especulativos del manejo económicode la pasada década28. Falta mayor apoyo a los sectores pro-ductivos y generadores de valor agregado, no obstante que larecuperación de la actividad económica viene descansando enel sector no primario, en cierta recuperación del consumo ydel mercado interno.

A estas alturas, ni los bancos de inversión cuestionan queel crecimiento esté garantizado para este año y el próximo yque esos factores —consumo y demanda interna— continua-rían alentando la recuperación del PBI, a pesar del desencantode los neoliberales que sólo veían posibilidades de crecimien-to si continuaban las privatizaciones y se aplicaba más del yadesacreditado «Consenso de Washington».

Acá es donde la política económica tiene que hacer un cla-ro deslinde: apostar por la producción sobre la especulación y

28 Al momento de redactar el presente artículo resulta aún incierta la suerte delimpuesto a las ganancias de capital, propuesto por el MEF. El lobby del capital financieroaduce que se trata de una «industria naciente» y que por tal razón necesita de incentivos.

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279Julio Gamero

rentismo (finanzas y recursos primarios), lo cual no significasino impulsar políticas que incentiven procesos de transfor-mación, de incorporación de valor agregado en tales sectores.Mientras esto no ocurra, las mejoras en la producción no setraducirán en un mayor bienestar de la población. Si aumentael PBI es de esperar que disminuya la pobreza. Pero el com-portamiento de la economía peruana en los noventa no ha sidoun buen ejemplo de esta práctica. De acuerdo con la CEPAL,si bien el Perú ha sido uno de los países con mayor crecimien-to per cápita, este no se reflejó en una disminución de los ni-veles de pobreza. Crecimos en 20 puntos pero al final de ladécada pasada la población bajo la línea de pobreza era muysimilar a la que hubo al final de la hiperinflación.

El ex-Premier Solari pretendió, en las postrimerías de sugestión, presentar como un logro de la política económica quela pobreza —a nivel nacional— habría descendido en 0.2 entreel 2001 y el 2002. Sin embargo como el margen de error de laencuesta de hogares es de +/- 2.5%, dicha aseveración no esnada concluyente29. En todo caso, que el PBI per cápita hayacrecido en más del 3% para que la pobreza sólo baje en 0.2, noharía sino ratificar la débil asociación del crecimiento con lareducción de la pobreza.

Que la pobreza no haya disminuido no es sino un reflejode lo ocurre en el mercado de trabajo y en áreas urbanas comoLima Metropolitana. En esta última, por ejemplo, el INEI con-signa un aumento de la pobreza.

29 Ver en este mismo libro el artículo de Raúl Mauro.

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Mod

elo económico y em

pleo: los límites de la inercia neoliberal

280Gráfico Nº 7PBI y empleo urbanoOctubre 1997 = 100

Fuente: INEI, Informes de indicadores económicos y de empleo.

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281Julio Gamero

Las cifras de empleo, por su parte, nos están indicandoque la economía aún no es capaz de absorber todo el desem-pleo generado durante la recesión y, más aún, que se está lejosde la situación que había 5 años atrás. Por lo demás, este com-portamiento del empleo, que crece con rezago frente al pro-ducto ya lo ha señalado Okun para el caso de las economíasque están dejando, precisamente, la recesión (ver la ley de Okunen este mismo texto).

Aparentemente se está estabilizando el nivel de empleourbano pero en condiciones todavía muy precarias, como loseñala la aún baja elasticidad empleo–producto. Si bien la re-cuperación del consumo y del mercado interno han permitidoque los niveles de asalaramiento estén aumentando, no va aser fácil revertir una década en la cual lo que primó fue elautoempleo y el micro empleo pero de muy baja calidad yproductividad: por ende, incapaz de remunerar adecuadamen-te a los trabajadores. Y esto no es un defecto intrínseco a lamicroempresa. El problema es la ausencia de un contexto macroeconómico e institucional que aliente el desarrollo de lamicroempresa productiva, que le permita encadenarse a lasempresas más dinámicas, que le permitan acumular y que dejede encubrir el subempleo masivo. Mientras esto no ocurra nopuede pretenderse que la microempresa resuelva los proble-mas de empleo que son responsabilidad de la política econó-mica.

En resumen. La recesión ya acabó. En ello tiene mérito loscambios en la política económica pero ¿cuándo se traduciráesa mejora en menor pobreza, más empleos y mejores ingre-sos? Ya van dos años...