Perspectivas

28
Perspectivas Marzo / Abril 2012 Nro 50 Perspectivas y un recorrido al Museo de Arte de Tigre Intendente Ricardo Ubieto. Qué ver? Cómo llegar? Sus colecciones temporarias para estos dos meses y mucha más. Recorré el MAT Nueva sección. Comenzamos con las entrevistas a jóvenes promesas del Partido. En esta edición, Andrea Bendrich, esgrimista argentina de selección, quien nos contó también, su paso por la BPS. Jóvenes Promesas Tigre A 30 años de uno de los hechos más importantes de la historia de nuestro país, Perspectivas te lleva a revivir un día en las palabras del Com. Pablo M. Carballo y su libro “Halcones de Malvinas”. Malvinas, 30 años Foto: Sebastian Herrera

description

Revista de la biblioteca popular Sarmiento de la ciudad de Tigre, Buenos Aires, Argentina.

Transcript of Perspectivas

Page 1: Perspectivas

PerspectivasMarzo / Abril 2012 Nro 50

Perspectivas y un recorrido al Museo de Arte de Tigre Intendente Ricardo Ubieto. Qué ver? Cómo llegar? Sus colecciones temporarias para estos dos meses y mucha más.

Recorré el MAT Nueva sección. Comenzamos con las entrevistas a jóvenes promesas del Partido. En esta edición, Andrea Bendrich, esgrimista argentina de selección, quien nos contó también, su paso por la BPS.

Jóvenes Promesas TigreA 30 años de uno de los hechos más importantes de la historia de nuestro país, Perspectivas te lleva a revivir un día en las palabras del Com. Pablo M. Carballo y su libro “Halcones de Malvinas”.

Malvinas, 30 años

Foto: Sebastian Herrera

Page 2: Perspectivas
Page 3: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 3

EditorialQueremos mimarte, ofreciéndo-te más servicios: WIFI, Internet gratuita para los socios, cursos de idioma, talleres de títeres, abuelas narradoras, stand-up, teatro, cine, narrativa, poesía. Capacitarte para el mundo del trabajo a través de los cursos de la U.T.N, de analista contable, de asistente en administración de personal, en recursos huma-nos, o de liquidación de sueldos.En computación: operador de Windows, Word básico y avan- zado, Java, tableros de control, desarrollo de videojuegos, redes, modelado en 3D.Para relajar tu cuerpo y tu mente: yoga y ajedrez. Y, para los más pequeños, cine y maña-nas infantiles gratuitas e inclusi-vas, con talleres de arte y flores, como previa a los espectáculos.Sos muy importante para noso-tros, acercate a la Biblioteca o encontranos en:

Facebook Bpstigre Web: :www.bpstigre.org Mail: info @bpstigre.com.arTel: 4749-1973 / 5767

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

3. Editorial4. Mantenete conectado con la Biblioteca5. Invitación Perspectivas6. Cursos y Actividades9. Publicidad en Perspec-tivas10. Novedades Litera-rias11. Recomendaciones Literarias12. Mañanas Infantiles14. Halcones de Malvi-nas19. Publicity (Porto Seguro)21. Perspectivas en el MAT23. Jóvenes Promesas de Tigre (Andrea Ben-drich)25. El Recetario de Tais

- Completá la solicitud de ingreso- Fotocopia del DNI- Servicio para constatar domicilio (esté o no a nombre del solicitante)- Foto 4x4- Costo del Carnet: $2- Pago de 3 cuotas por adelantado$ 36 (aplicado a los tres meses siguientes)

Presentar todo en: Av. Libertador 440, Tigre Lunes a Viernes de 9 a 19 hs Sábados de 9 a 13 hs.

SUMARIO

Page 4: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 4

Mantenete conectado con la BibliotecaLa biblioteca cuenta ya casi con 3800 seguidores en Fa-cebook que, día a día, com-parten y siguen las activida-des que ofrecemos.

Hace un año, aproximadamente, la Biblioteca Popular Sarmiento se convirtió en uno de los primeros centros de archivos en tener Face-book oficial. Gracias a la continua actualización de la página, los casi 3800 seguidores pueden seguir a diario los cursos y activi-dades disponibles durante el mes, como también compartir sus inquietudes y consejos.Con más de 250 millones de usua-rios en el mundo, Facebook es la

comunidad internacional más importante. En la Argentina, cuenta con más de cinco millones de usua-rios, y registra un alza del 1000% con respecto a Julio de 2008. Estos numeros, ubican al país en el puesto once del mundo, en cuanto a cantidad de usuarios.Para crear una cuenta, sólo se debe ingresar en www.facebook.com y completar el pequeño formulario que aparece en la página de inicio, con nombre, apellido, correo

electrónico, fecha de nacimiento, y sexo.Una vez creada, para mantenerse en contacto con las actualizaciones de la biblioteca buscar “Bps Tigre”y hacer click en el ícono que dice “Me Gusta”.Sus comentarios, inquietudes y consejos nos sirven mucho. ¡Los esperamos!

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 5: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 5

Invitación PerspectivasLa revista busca personas con ganas de participar en la escritura y el armado. ¿Te gustaría colaborar?

Mini búsquedaEstamos buscando niños/as de entre 5 y 10 años para realizar reportajes para los próximos números de la revis-ta. Los entrevistados serán personas reconocidas del ambiente (actores, músicos, políticos y deportistas, entre otros).

Buscando renovar la cara de Perspectivas, se abrió la convoca- toria a personas de cualquier género y edad interesada en colaborar con las ediciones que habrá en el año.Existen diversas formas de partici-par: a través de un artículo, una entrevista, un cuento, una historia, un poema, o cualquier escrito. El material recibido se observará y, mediante un proceso de selección, algunos serán impresos en los

próximos numeros de la revista.También, se podrá tener presencia en la tapa. Por medio de fotogra-fías, dibujos o pinturas, que pasa-rán por el mismo proceso de selec-ción que los escritos, se elegirán obras que merezcan tener su lugar en las siguientes tapas de Perspectivas. ¿Qué esperás para participar? Contactate con noso-tros vía e-mail, Facebook o, inclu-so, dejando tu material personal-mente en la biblioteca.

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 6: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 6

Cursos y ActividadesUniversidad Tecnológica NacionalFacultad Regional GeneralPacheco

FORMACIÓN PARA EL TRABAJO

- ASISTENTE ADMINISTRACION CONTABLE PYME - ANALISTA CONTABLE - ASISTENTE DE ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL - ASISTENTE DE RECURSOS HUMANOS - LIQUIDACIÓN DE SUELDOS

- ASISTENTE ADMINISTRACION CONTABLE PYME - ANALISTA CONTABLE - ASISTENTE DE ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL

- ASISTENTE DE RECURSOS HUMANOS

- LIQUIDACIÓN DE SUELDOS

- POWER POINT - INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO INFORMÁTICO - CURSO C# - JAVA - TABLERO DE CONTROL: DES. DE WEB BÁSICO (PHP) - DESARROLLO DE VIDEOJUEGOS EN 2D - CURSO DE REDES I - CURSO DE MODELADO EN 3D

Biblioteca Popular Sarmiento (Av. Libertador 440, Tigre)Tel / fax: 4749-1973/5767 [email protected] / www.bpstigre.org

L a V de 9 a 19 hs y S de 9 a 13 hs.

TALLERES DE PAMI AGENDA SEMANAL - Taller de Computación- Estimulación de la Memoria- Danza Terapia- Teatro- Historia de los barrios- Cine para todos- Abuelas Narradoras

Biblioteca Popular Sarmiento Tel / fax: 4749-1973/5767

L a V de 9 a 19 hs y S de 9 a 13 hs.

Además, en este 2012Proyecto Titiriteros y Proyecto CoroRequisitos para anotarse:Fotocpia de DNI y de Carnet de PAMI

Lunes Inglés 15 Hs a 16 Hs Taller Literario 16 Hs a 18 Hs (Municipal) Liquidación de Sueldos 19 Hs a 22 Hs Martes Yoga 15 Hs a 16.30 Hs 18 Hs a 19.30 Hs Computación Adultos 17.30 Hs a 19 Hs Miércoles Yoga 9.30 Hs a 11 Hs Inglés 14.15 Hs a 15.15 Hs Jueves Dibujo y Pintura 13.30 Hs a 16 Hs (Municicpal) Viernes Taller de Narrativa 15 Hs a 16.30 Hs Yoga 15 Hs a 16.30 Hs 18 Hs a 19.30 Hs

Sabados Computación 9.30 Hs a 11 Hs Computación 11 Hs a 12.30 Hs. Portugués /Inglés 10.30 Hs a 12.30 Hs. Ajedrez 10 Hs a 12 Hs. (Municipal)

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 7: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 7

Cursos y ActividadesGUIA DE TURISMO DE TIGRE, SAN FERNANDO Y DELTA

“El Guía de Turismo Local vincula necesaria y naturalmente al visitante con el prestador de servicios, el atractivo a conocer, la actividad recreativa y, la comunidad residente en su conjunto”

• Curso ANUAL • Inicio de clases: Jueves 15 de marzo de 2012 • Finalización: Jueves 13 de diciembre de 2012 • Equivalencias con planes oficiales, calificación mínima 7 (Siete): � - Tecnicatura / Licenciatura : “Introducción al Turismo”� - Guía de Turismo : “Introducción al Turismo” y “Técnica de Guiado” • Sistema: Presencial con clases teóricas y actividades de campo. • Asistencia: 75 % de clases, visitas y prácticas. • Evaluación: Oral, individual. • Calificación Mínima: 7 (Siete). • Recuperatorios: al finalizar cada cuatrimestre. • Recuperatorio de Prácticas: fuera de las fechas previstas, arancelado. Monto a establecer según la carga horaria y cantidad de docentes participantes. • Exámenes: con asistencia cumplida o “recuperada” y cuota “al día” • Llamados: (máximo 3) Julio y Diciembre 2012, Marzo y Julio 2013, según fecha de cursada. A partir del segundo llamado, cada alumno deberá abonar $ 100 por derecho de examen. • Turno: Vespertino (Clases) y Diurno (Prácticas) • Clases: Martes y Jueves - Horario: de 17.30 a 20.30 hs. • Prácticas: Sábados alternados. Horarios: Mañana, tarde o jornada completa. • Matrícula de inscripción: $ 120 • Arancel mensual: $ 300 (en 10 cuotas consecutivas) • Prácticas: Costo operativo prorrateado entre los alumnos participantes. • Requisitos: Argentinos, mayores de 18 años, con título secundario legalizado. • El curso se abre con un mínimo de 35 alumnos inscriptos.

Segundo Cuatrimestre:- Técnicas de Guiado

- Historia de Tigre, San Fernando y Delta- Literatura de identidad local. Obras y autores.

- Patrimonio Natural Regional- Museos de Tigre, San Fernando y Delta- Coordinación y armado de proyectos

- Primeros Auxilios

Primer Cuatrimestre: - Técnicas de Guiado

- Historia de Tigre, San Fernando y Delta- Introducción al Turismo

- Geografía Regional- Arquitectura y Patrimonio Cultural

- Oratoria

Opción Complementaria:

Guía Bilingue de Turismo Local

Derecho de exámen: $ 100

Informes: 4749-1973 / 5767 Inscripciones: www.guiastigreydelta.com.ar

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 8: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 8

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

ADMINISTRACIÓNDE CONSORCIOS

Una Administración diferente

Nuestros servicios incluyen Servicios Juridicos

GESTORIA ADMINISTRATIVA

Tel.: 4890-1461/ 15-62461461

Fotos “San Cayetano” Fotografía y Video - Pant. Gigante

- Rev. DigitalCel: 155-636-5774 Local: 4731-2300 / 4897-6922Particular: 4749-6119 Miguel Angel Raúl BerónMail: [email protected]. Santa Maria 2748, Rincón, Tigre

Page 9: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 9

Publicidad en Perspectivas

La Revista Perspectivas se renueva y junto con ella, también su diagramación publicitaria.

- Formato novedoso y fácil para el lector- 3.000 ejemplares- Nuevo radio de circulación, que abarcará gran parte del Partido de Tigre- Ida y vuelta con la gente y a su vez mayor grado de participación- Nuevas secciones- Crecimiento en redes sociales con recomendaciones de auspiciantes en las mismas- Más convocatorias, cursos y actividades- Constantes recomendaciones literarias- Entrevistas Y mucho más…

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 10: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 10

Novedades y recomendacio-nes para este 2012, por parte de la Biblioteca Popular Sar-miento.

NovedadesLiterarias

Ferdydurke – Witold Gombrowicz.El castillo blanco – Orhan Pamuk.La trilogía de Nueva York – Paul Auster. Un juego escandaloso – Kathryn Smith.La profecía de Aztlán – Mario Escobar.El cuarto violeta – Silvia Plager.La princesa federal – María Rosa Lojo.Como un caballero – Kasey Michaels.Falsa inocencia – Anne Perry.La llave de Sarah – Tatiana de Rosnay.Lost Lake – Phillip Margolin.Cuerpo extraño – Robin Cook.Amor en minúscula – Francesc Miralles.La herencia de Eszter – Sándor Márai.La Srita. Smila y su especial percepción de la nieve – Peter Hoeg.La segunda vida de las flores – Jorge Fernández Díaz.Pequeños reinos – Steven Millhauser.El ghetto de las ocho puertas – Alejandro Parisi

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 11: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 11

RecomendacionesLiterarias

La segunda vida de las flores - Jorge Fernández Díaz En este Best Seller, Fernández le cuenta a un viejo amigo las vicisitudes sentimen-tales que le sucedieron desde que se separó y regresó al barrio de Palermo. Aparecen así una serie de mujeres inquietantes. La Colorada, que se enamora por Internet de un hombre que le miente. Lola Bianco, que se casa con el hombre ideal pero sin amarlo. Mora, una adicta al romance. Y finalmente, Milagros, la fotógrafa mexicana de la que Fernández se enamora perdidamente y con quien termina involucrado en un asesinato.

La herencia de Eszter – Sándor Márai Eszter es una mujer soltera que vive con la placidez y tranquilidad de quien ha logrado adaptarse a lo que la vida le ha deparado. Hasta que un día, inespera-damente, recibe un telegrama de Lajos, viejo amigo de la familia, anunciando su inminente visita. Canalla encantador y sin escrúpulos, Lajos no sólo había traicionado a Eszter, sino que también destruyó a su familia y les quitó todo lo que poseían. Ahora, tras una prolongada ausencia, Lajos regresa y Eszter se prepara para recibirlo conmovida por un torbellino de sentimientos contradicto-rios.

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 12: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 12

MañanasInfantiles

Vamos a hablar del futuro y no de nuestros cuatro años de trayectoria, en los que pasaron más de 450 chicos por la Casita de los Sueños. Lo incorporamos en la previa al espectáculo: ARTE INFANTIL Y UNA TÉCNICA JAPONESA DE TRABAJO CON FLORES, alternativamente una por sábado.Todo será expuesto en nuestras publicaciones, de manera que padres, abuelos y amigos, verán el trabajo de los niños en nuestra Revista Perspectivas.

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 13: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 13

Este calendario te indica las fechas de su realización

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 14: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 14

Halcones d e MalvinasEste capitulo es la narración de hechos ocurridos también en ese día 1 de mayo, del que me ocupo especialmente dada la importancia que tuvo en el principio de nuestra historia militar aérea en combate.

Día 1 de Mayo (por la tarde). - “Hoy es el día del trabajador y voy a morir” – pensé mientras subía la escalerilla hacia la cabina de mi A-4B para cumplir mi primera misión de combate.Até mis correajes mientras escucha-ba tronar en la cabecera de la pista, lanzando una lengua de fuego por sus toberas, a los dos Mirage III que por la mañana habían cumplido la misión narrada en el capítulo anterior, que salían a cubrirme. Salía en la segunda misión de guerra de los “Halcones”, con mi Escuadrilla compuesta por el Teniente Rinke, el 1er. Teniente Cachón y el Alférez Carmona.Objetivo: Los buques que se encon-traran en la zona de Puerto Argenti-no, el que estaba siendo sometido a un intenso cañoneo. Nuestro indica-tivo para esa misión era “Trueno”.De acuerdo a lo que teóricamente se sabía, era imposible acercarse a navíos de guerra tan sofisticados como los ingleses, con una probabi-lidad menor del 90% de ser derri-

bados antes de llegar al blanco, ya que contaban con misiles “Sea Dart”, “Sea Cat” y “Sea Wolf”, cañones de largo alcance maneja-dos por un sistema de radar en forma automática, granadas de fragmentación que formaban una pared de esquirlas, baterías, fusiles livianos, etc, o sea que disponían de armas mortíferas y eficaces. Por ello era que ese día pensábamos que íbamos a morir; pero no dudá-bamos en absoluto, pues sabíamos porque luchábamos y pensábamos dar la vida por algo muy grande; por amor a lo nuestro, por servir a la Patria, por ser fieles a nuestro juramento y a nuestros principios.Mientras realizaba los controles en tierra, notaba el temblor de mis manos y mis rodillas, lo que me molestaba, ya que no era esa la imagen que yo tenía de un soldado que sale a enfrentarse con dos tremendas verdades: la primera que ese día quizás fuera el último y la segunda, comprobar si se es un cobarde o un valiente; pese a lo cual mientras hacía las señas regla-mentarias a mis hombres, aparenta-ba una firmeza y seguridad que estaba muy lejos de sentir.En el pecho tintineaban tres medalli-tas y mi rosario, regalo del Teniente Juan “Turquito” Arrarás, (que luego

caería en combate), los que me protegieron durante toda la guerra.Los mecánicos que me despedían con un apretón de manos tenían lágrimas en los ojos, lo que no me dio tranquilidad, precisamente.Llegamos a cabecera, di motor seguido por mis Numerales y apenas despegué las ruedas del suelo sentí que me invadía esa tranquilidad y paz que tantas veces le había pedido a Dios, cuando rezaba en los días previos, cosa que luego supe le ocurrió a casi todos. A partir de allí, la excelente preparación que me había sido impartida comenzó a mostrar sus resultados y empecé a actuar auto-

máticamente, con una precisión mucho mayor a la de un vuelo habi-tual. Pienso que la adrenalina como ocurre siempre que estamos en peligro, actúa aumentando nuestros reflejos y exactitud.Volábamos sobre las nubes que cubrían totalmente el mar y las islas. Cuando llegó el momento del descenso, para evitar ser captados por el radar enemigo, reduje la potencia e incliné la nariz de mi avión, penetrando en ellas y descendí por altímetro hasta ver el mar con tan solo doscientos metros de altura. Adopté un vuelo bajo cómodo, mientras observaba lluvias aisladas que caían en algunos

sectores y que por momentos me cubrían totalmente el parabrisas.A lo lejos, vi el Cabo Belgrano que se encuentra en el extremo sur de la Gran Malvina y sentí una mezcla de temor y valor, pues por fin había llegado el momento de saber mi verdad y, al mismo tiempo, tomaba conciencia de la importancia históri-ca de los sucesos que sobreven-drían.- “Señor, creo que aun podemos descender un poco mas…”Asentí y coloqué mi avión muy cerca de un mar calmo y grisáceo, mientras veía a mi izquierda las estribaciones de la costa. Allí tuve mi primera enseñanza, en vuelo rasante es casi imposible distinguir los accidentes de la misma, por lo que es muy difícil ubicarse geográfi-camente.Por los espejos retrovisores me sorprendió ver a uno de mis Nume-rales, el Teniente Rinke, que volaba aun más bajo de lo que lo hacía yo, pese a que me parecía ir rozando la cresta de las olas.Cruzamos el Estrecho de San Carlos y continuamos bombardean-do la costa, a unos veinte kilómetros mar adentro.En un momento dado observé una masa de tierra a mi derecha y me desorienté totalmente, teóricamente

yo no tenía que ver tierra allí, pero enseguida me trajo tranquilidad la voz del Jefe de Sección, que me decía:- “Señor, es la Isla de Bounganville, continuemos hacia adelante que a la derecha, en un minuto, vamos a encontrar la salida”Traté de comunicarme con el rada-rista, pero no me escuchaba debido a mi vuelo bajo; yo sí lo escuchaba a él, de pronto comenzó a llamar con vos cada vez más urgente:- “Lana, Lana, conteste!, lo persi-guen los Harrier!, los tiene a treinta millas, y están acortando la distan-cia!, Lana, Lana, conteste!”A todo esto yo escuchaba como los pilotos realizaban controles radioeléctricos sin recibir la llama-da, por lo que me comuniqué con ellos. Les dije:- “Lana, escape que tiene aviones ingleses a su cola!”Y gracias a Dios me escucharon. El Capitán Jorge Garcia, que luego caería en cumplimiento del deber, Jefe de esa Escuadrilla dijo:- “Quién nos está hablando?”Y creo que fue el Alférez Isaac, que fue uno de los que luego tendría el honor de participar en el ataque a un portaaviones enemigo, el que contesto:- “Son los A-4B”

Inmediatamente el primero de ellos ordeno:- “Eyecten todas las cargas y sígan-me”Y enseguida escuché:- “Vamos Lana 4, no se quede atrás!”Después me enteré que lograron evadirlos y recibí su agradecimiento por el oportuno aviso.Posteriormente, y quizás contra esos mismos Harrier, se entabló la primer Batalla Aérea de esta guerra. La Sección del Capitán Gustavo Argentino Garcia Cuerva, entró contra ellos en la maniobra conoci-da como “tijera”, produciéndose una serie de cruces en el aire, lo que normalmente conocemos como “pelea de perros”. De acuerdo a las declaraciones del 1er. Teniente Perona, al darse vuelta vio a un Harrier muy próximo, detrás suyo, y a continuación escuchó un impacto en el fusilaje de su avión, quedán-dose posteriormente sin comandos, no pudiendo precisar si chocó con el otro avión o fue alcanzado por

un misil. Al no poder dominar su máquina, se eyectó. Luego de la explosión y las aceleraciones bruscas, observó a su avión en suave picada y, al mismo tiempo, algo grande que caía al mar, lo que también fue visto desde tierra. En el combate, el Capitán García Cuerva gastó más combustible del que necesitaba para regresar al conti-nente. Por ello decidió aterrizar en la pista de Puerto Argentina, la que

en ese momento estaba siendo sometida a un intenso ataque.Le ordenaron eyectarse, pero quiso salvar a su avión a toda costa, porque estaba intacto. Los cañones argentinos, manejados por radar, que no distinguen entre amigo o enemigo, a menos que se coordine con un número de antemano, lo abatieron en la aproximación final a la pista, brindando su vida, cumpliendo lo que Dios dijo cuando le preguntaron cuáles eran los dos mandamientos más importantes, “Ama a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.El número mencionado con anterio-ridad era prácticamente imposible de coordinar, debido a la cantidad de aviones y escuadrillas que se reunían sobre nuestras Malvinas. Esto se agravaba por la interferen-cia y la imposibilidad de comunicar-se que había muchas veces, tenien-do también la posibilidad de que fuera captado por el enemigo.Mientras esto ocurría, yo seguía

buscando la salida a la Isla de Bounganville, la que efectivamente encontré. Muy poco tiempo después, vi hacia el este, en la penumbra del atardecer recortán-dose en el horizonte, la imponente silueta de un barco. Era el primero que veía en mi vida navegando en aguas abiertas.Yo iba al frente, como guía; ciento cincuenta metros a la izquierda venía el Teniente Rinke (“Tala”) y a mi derecha el 1er. Teniente Cachón (“Coral”); El Alférez Carmona había regresado por problemas en su avión. Estábamos ante nuestra primera prueba, grité; “Viva la Patria!”, y llevé mi acelerador a la máxima posición adelante, colocando mi avión lo más cerca del agua posible.El barco se comenzó a agrandar en mi mira de tiro, mientras esperába-mos el momento en que nos comen-

zarían a tirar, cosa que no ocurrió. Cuando estuvo próximo, observé un armazón de hierro en forma de rectángulo, igual a la que habíamos visto en las fotos de los petroleros que – de acuerdo a lo que nos habían dicho en las exposiciones previas – acompañan a las corbe-tas rápidas que navegan con la mitad de la carga de combustible, para lograr mayor agilidad en el combate.Cuando estuve a distancia de tiro tomé altura, disparé mis bombas, haciendo lo mismo mis Numerales. Continué bordeando los islas hacia el este, pensando en regresar por el norte; minutos después me encontré en Puerto Argentino, cubierto de humo y pensando “Qué hago yo aquí sin bombas?”. Decidí volver por donde había venido.Teniendo en cuenta que ya había arrojado mi carga, realicé un viraje

rasante tan cerca del agua que por momentos temí que al tocarla, mi avión se desintegrara. Invertí mi rumbo y, luego de pocos minutos, a lo lejos, sobre el rojo del atardecer, descubrí nuevamente la silueta del barco que había atacado anterior-mente. Me sentí impotente ante la evidencia de no haber cumplido con mi misión, ya que aparentemen-te estaba intacto. Armé mis caño-nes, hice una ráfaga intimidatoria por encima de sus chimeneas para que sus tripulantes se tiraran cuerpo a tierra, pues no me interesaba matar hombres, sino destruir sus medios.Observaba como mi munición trazante, se introducía en los compartimientos y rebotaba hacia todos lados. Pasé sobre el mismo y puse proa al oeste, escuchando por la radio las expresiones de alegría de mis Numerales que comentaban

lo maravilloso que era estar volvien-do con vida.Cuando llegué a tierra no me sentía bien, primero porque el barco que ataqué no me había tirado, segun-do porque quizás había matado hombres y tercero porque el cansancio de dos horas y media de tensión continua, habían dejado mis músculos agotados.Al otro día llegó el Brigadier Cam-blor y nos dio el resultado de las misiones del día anterior. Nosotros habíamos tirado contra un barco nuestro, el “Formosa”, no produ-ciéndose víctimas solo por una serie de milagros (porque no fue uno solo) con que Dios nos mostró su bondad. La mala visibilidad, la lluvia, lo avanzado de la hora en esas latitudes en donde los días son cortos y las noches muy largas en el invierno; la tremenda velocidad de acercamiento al blanco, la poca

información de inteligencia sobre la ubicación de los barcos propios (nos había asegurado el Oficial de enlace naval que no había buques argentinos en mar abierto alrede-dor de las islas) y nuestra inexpe-riencia en este tipo de combate en el mar, produjeron un tremendo error.A partir de ese día siempre tuvimos la ubicación exacta de nuestra flota.En los días que siguieron me sentí realmente muy mal. Poco a poco fui comprendiendo que a cualquiera en mi lugar le hubiese ocurrido lo mismo y que además, en ese momento, yo tenía el total convenci-miento de que se trataba de un navío inglés.

En conmemoración de los 30 años de la Guerra de Islas Malvinas, aportamos un escrito del Comodoro Pablo M. Carballo, de su libro “Halcones de Malvinas”, recopilación de historias sucedidas en la etapa de la guerra por él y más ex combatientes. En este caso, el capítulo 13, intitulado “Si Dios Conmigo”.

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 15: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 15

Halcones d e MalvinasEste capitulo es la narración de hechos ocurridos también en ese día 1 de mayo, del que me ocupo especialmente dada la importancia que tuvo en el principio de nuestra historia militar aérea en combate.

Día 1 de Mayo (por la tarde). - “Hoy es el día del trabajador y voy a morir” – pensé mientras subía la escalerilla hacia la cabina de mi A-4B para cumplir mi primera misión de combate.Até mis correajes mientras escucha-ba tronar en la cabecera de la pista, lanzando una lengua de fuego por sus toberas, a los dos Mirage III que por la mañana habían cumplido la misión narrada en el capítulo anterior, que salían a cubrirme. Salía en la segunda misión de guerra de los “Halcones”, con mi Escuadrilla compuesta por el Teniente Rinke, el 1er. Teniente Cachón y el Alférez Carmona.Objetivo: Los buques que se encon-traran en la zona de Puerto Argenti-no, el que estaba siendo sometido a un intenso cañoneo. Nuestro indica-tivo para esa misión era “Trueno”.De acuerdo a lo que teóricamente se sabía, era imposible acercarse a navíos de guerra tan sofisticados como los ingleses, con una probabi-lidad menor del 90% de ser derri-

bados antes de llegar al blanco, ya que contaban con misiles “Sea Dart”, “Sea Cat” y “Sea Wolf”, cañones de largo alcance maneja-dos por un sistema de radar en forma automática, granadas de fragmentación que formaban una pared de esquirlas, baterías, fusiles livianos, etc, o sea que disponían de armas mortíferas y eficaces. Por ello era que ese día pensábamos que íbamos a morir; pero no dudá-bamos en absoluto, pues sabíamos porque luchábamos y pensábamos dar la vida por algo muy grande; por amor a lo nuestro, por servir a la Patria, por ser fieles a nuestro juramento y a nuestros principios.Mientras realizaba los controles en tierra, notaba el temblor de mis manos y mis rodillas, lo que me molestaba, ya que no era esa la imagen que yo tenía de un soldado que sale a enfrentarse con dos tremendas verdades: la primera que ese día quizás fuera el último y la segunda, comprobar si se es un cobarde o un valiente; pese a lo cual mientras hacía las señas regla-mentarias a mis hombres, aparenta-ba una firmeza y seguridad que estaba muy lejos de sentir.En el pecho tintineaban tres medalli-tas y mi rosario, regalo del Teniente Juan “Turquito” Arrarás, (que luego

caería en combate), los que me protegieron durante toda la guerra.Los mecánicos que me despedían con un apretón de manos tenían lágrimas en los ojos, lo que no me dio tranquilidad, precisamente.Llegamos a cabecera, di motor seguido por mis Numerales y apenas despegué las ruedas del suelo sentí que me invadía esa tranquilidad y paz que tantas veces le había pedido a Dios, cuando rezaba en los días previos, cosa que luego supe le ocurrió a casi todos. A partir de allí, la excelente preparación que me había sido impartida comenzó a mostrar sus resultados y empecé a actuar auto-

máticamente, con una precisión mucho mayor a la de un vuelo habi-tual. Pienso que la adrenalina como ocurre siempre que estamos en peligro, actúa aumentando nuestros reflejos y exactitud.Volábamos sobre las nubes que cubrían totalmente el mar y las islas. Cuando llegó el momento del descenso, para evitar ser captados por el radar enemigo, reduje la potencia e incliné la nariz de mi avión, penetrando en ellas y descendí por altímetro hasta ver el mar con tan solo doscientos metros de altura. Adopté un vuelo bajo cómodo, mientras observaba lluvias aisladas que caían en algunos

sectores y que por momentos me cubrían totalmente el parabrisas.A lo lejos, vi el Cabo Belgrano que se encuentra en el extremo sur de la Gran Malvina y sentí una mezcla de temor y valor, pues por fin había llegado el momento de saber mi verdad y, al mismo tiempo, tomaba conciencia de la importancia históri-ca de los sucesos que sobreven-drían.- “Señor, creo que aun podemos descender un poco mas…”Asentí y coloqué mi avión muy cerca de un mar calmo y grisáceo, mientras veía a mi izquierda las estribaciones de la costa. Allí tuve mi primera enseñanza, en vuelo rasante es casi imposible distinguir los accidentes de la misma, por lo que es muy difícil ubicarse geográfi-camente.Por los espejos retrovisores me sorprendió ver a uno de mis Nume-rales, el Teniente Rinke, que volaba aun más bajo de lo que lo hacía yo, pese a que me parecía ir rozando la cresta de las olas.Cruzamos el Estrecho de San Carlos y continuamos bombardean-do la costa, a unos veinte kilómetros mar adentro.En un momento dado observé una masa de tierra a mi derecha y me desorienté totalmente, teóricamente

yo no tenía que ver tierra allí, pero enseguida me trajo tranquilidad la voz del Jefe de Sección, que me decía:- “Señor, es la Isla de Bounganville, continuemos hacia adelante que a la derecha, en un minuto, vamos a encontrar la salida”Traté de comunicarme con el rada-rista, pero no me escuchaba debido a mi vuelo bajo; yo sí lo escuchaba a él, de pronto comenzó a llamar con vos cada vez más urgente:- “Lana, Lana, conteste!, lo persi-guen los Harrier!, los tiene a treinta millas, y están acortando la distan-cia!, Lana, Lana, conteste!”A todo esto yo escuchaba como los pilotos realizaban controles radioeléctricos sin recibir la llama-da, por lo que me comuniqué con ellos. Les dije:- “Lana, escape que tiene aviones ingleses a su cola!”Y gracias a Dios me escucharon. El Capitán Jorge Garcia, que luego caería en cumplimiento del deber, Jefe de esa Escuadrilla dijo:- “Quién nos está hablando?”Y creo que fue el Alférez Isaac, que fue uno de los que luego tendría el honor de participar en el ataque a un portaaviones enemigo, el que contesto:- “Son los A-4B”

Inmediatamente el primero de ellos ordeno:- “Eyecten todas las cargas y sígan-me”Y enseguida escuché:- “Vamos Lana 4, no se quede atrás!”Después me enteré que lograron evadirlos y recibí su agradecimiento por el oportuno aviso.Posteriormente, y quizás contra esos mismos Harrier, se entabló la primer Batalla Aérea de esta guerra. La Sección del Capitán Gustavo Argentino Garcia Cuerva, entró contra ellos en la maniobra conoci-da como “tijera”, produciéndose una serie de cruces en el aire, lo que normalmente conocemos como “pelea de perros”. De acuerdo a las declaraciones del 1er. Teniente Perona, al darse vuelta vio a un Harrier muy próximo, detrás suyo, y a continuación escuchó un impacto en el fusilaje de su avión, quedán-dose posteriormente sin comandos, no pudiendo precisar si chocó con el otro avión o fue alcanzado por

un misil. Al no poder dominar su máquina, se eyectó. Luego de la explosión y las aceleraciones bruscas, observó a su avión en suave picada y, al mismo tiempo, algo grande que caía al mar, lo que también fue visto desde tierra. En el combate, el Capitán García Cuerva gastó más combustible del que necesitaba para regresar al conti-nente. Por ello decidió aterrizar en la pista de Puerto Argentina, la que

en ese momento estaba siendo sometida a un intenso ataque.Le ordenaron eyectarse, pero quiso salvar a su avión a toda costa, porque estaba intacto. Los cañones argentinos, manejados por radar, que no distinguen entre amigo o enemigo, a menos que se coordine con un número de antemano, lo abatieron en la aproximación final a la pista, brindando su vida, cumpliendo lo que Dios dijo cuando le preguntaron cuáles eran los dos mandamientos más importantes, “Ama a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.El número mencionado con anterio-ridad era prácticamente imposible de coordinar, debido a la cantidad de aviones y escuadrillas que se reunían sobre nuestras Malvinas. Esto se agravaba por la interferen-cia y la imposibilidad de comunicar-se que había muchas veces, tenien-do también la posibilidad de que fuera captado por el enemigo.Mientras esto ocurría, yo seguía

buscando la salida a la Isla de Bounganville, la que efectivamente encontré. Muy poco tiempo después, vi hacia el este, en la penumbra del atardecer recortán-dose en el horizonte, la imponente silueta de un barco. Era el primero que veía en mi vida navegando en aguas abiertas.Yo iba al frente, como guía; ciento cincuenta metros a la izquierda venía el Teniente Rinke (“Tala”) y a mi derecha el 1er. Teniente Cachón (“Coral”); El Alférez Carmona había regresado por problemas en su avión. Estábamos ante nuestra primera prueba, grité; “Viva la Patria!”, y llevé mi acelerador a la máxima posición adelante, colocando mi avión lo más cerca del agua posible.El barco se comenzó a agrandar en mi mira de tiro, mientras esperába-mos el momento en que nos comen-

zarían a tirar, cosa que no ocurrió. Cuando estuvo próximo, observé un armazón de hierro en forma de rectángulo, igual a la que habíamos visto en las fotos de los petroleros que – de acuerdo a lo que nos habían dicho en las exposiciones previas – acompañan a las corbe-tas rápidas que navegan con la mitad de la carga de combustible, para lograr mayor agilidad en el combate.Cuando estuve a distancia de tiro tomé altura, disparé mis bombas, haciendo lo mismo mis Numerales. Continué bordeando los islas hacia el este, pensando en regresar por el norte; minutos después me encontré en Puerto Argentino, cubierto de humo y pensando “Qué hago yo aquí sin bombas?”. Decidí volver por donde había venido.Teniendo en cuenta que ya había arrojado mi carga, realicé un viraje

rasante tan cerca del agua que por momentos temí que al tocarla, mi avión se desintegrara. Invertí mi rumbo y, luego de pocos minutos, a lo lejos, sobre el rojo del atardecer, descubrí nuevamente la silueta del barco que había atacado anterior-mente. Me sentí impotente ante la evidencia de no haber cumplido con mi misión, ya que aparentemen-te estaba intacto. Armé mis caño-nes, hice una ráfaga intimidatoria por encima de sus chimeneas para que sus tripulantes se tiraran cuerpo a tierra, pues no me interesaba matar hombres, sino destruir sus medios.Observaba como mi munición trazante, se introducía en los compartimientos y rebotaba hacia todos lados. Pasé sobre el mismo y puse proa al oeste, escuchando por la radio las expresiones de alegría de mis Numerales que comentaban

lo maravilloso que era estar volvien-do con vida.Cuando llegué a tierra no me sentía bien, primero porque el barco que ataqué no me había tirado, segun-do porque quizás había matado hombres y tercero porque el cansancio de dos horas y media de tensión continua, habían dejado mis músculos agotados.Al otro día llegó el Brigadier Cam-blor y nos dio el resultado de las misiones del día anterior. Nosotros habíamos tirado contra un barco nuestro, el “Formosa”, no produ-ciéndose víctimas solo por una serie de milagros (porque no fue uno solo) con que Dios nos mostró su bondad. La mala visibilidad, la lluvia, lo avanzado de la hora en esas latitudes en donde los días son cortos y las noches muy largas en el invierno; la tremenda velocidad de acercamiento al blanco, la poca

información de inteligencia sobre la ubicación de los barcos propios (nos había asegurado el Oficial de enlace naval que no había buques argentinos en mar abierto alrede-dor de las islas) y nuestra inexpe-riencia en este tipo de combate en el mar, produjeron un tremendo error.A partir de ese día siempre tuvimos la ubicación exacta de nuestra flota.En los días que siguieron me sentí realmente muy mal. Poco a poco fui comprendiendo que a cualquiera en mi lugar le hubiese ocurrido lo mismo y que además, en ese momento, yo tenía el total convenci-miento de que se trataba de un navío inglés.

En conmemoración de los 30 años de la Guerra de Islas Malvinas, aportamos un escrito del Comodoro Pablo M. Carballo, de su libro “Halcones de Malvinas”, recopilación de historias sucedidas en la etapa de la guerra por él y más ex combatientes. En este caso, el capítulo 13, intitulado “Si Dios Conmigo”.

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 16: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 16

Este capitulo es la narración de hechos ocurridos también en ese día 1 de mayo, del que me ocupo especialmente dada la importancia que tuvo en el principio de nuestra historia militar aérea en combate.

Día 1 de Mayo (por la tarde). - “Hoy es el día del trabajador y voy a morir” – pensé mientras subía la escalerilla hacia la cabina de mi A-4B para cumplir mi primera misión de combate.Até mis correajes mientras escucha-ba tronar en la cabecera de la pista, lanzando una lengua de fuego por sus toberas, a los dos Mirage III que por la mañana habían cumplido la misión narrada en el capítulo anterior, que salían a cubrirme. Salía en la segunda misión de guerra de los “Halcones”, con mi Escuadrilla compuesta por el Teniente Rinke, el 1er. Teniente Cachón y el Alférez Carmona.Objetivo: Los buques que se encon-traran en la zona de Puerto Argenti-no, el que estaba siendo sometido a un intenso cañoneo. Nuestro indica-tivo para esa misión era “Trueno”.De acuerdo a lo que teóricamente se sabía, era imposible acercarse a navíos de guerra tan sofisticados como los ingleses, con una probabi-lidad menor del 90% de ser derri-

bados antes de llegar al blanco, ya que contaban con misiles “Sea Dart”, “Sea Cat” y “Sea Wolf”, cañones de largo alcance maneja-dos por un sistema de radar en forma automática, granadas de fragmentación que formaban una pared de esquirlas, baterías, fusiles livianos, etc, o sea que disponían de armas mortíferas y eficaces. Por ello era que ese día pensábamos que íbamos a morir; pero no dudá-bamos en absoluto, pues sabíamos porque luchábamos y pensábamos dar la vida por algo muy grande; por amor a lo nuestro, por servir a la Patria, por ser fieles a nuestro juramento y a nuestros principios.Mientras realizaba los controles en tierra, notaba el temblor de mis manos y mis rodillas, lo que me molestaba, ya que no era esa la imagen que yo tenía de un soldado que sale a enfrentarse con dos tremendas verdades: la primera que ese día quizás fuera el último y la segunda, comprobar si se es un cobarde o un valiente; pese a lo cual mientras hacía las señas regla-mentarias a mis hombres, aparenta-ba una firmeza y seguridad que estaba muy lejos de sentir.En el pecho tintineaban tres medalli-tas y mi rosario, regalo del Teniente Juan “Turquito” Arrarás, (que luego

caería en combate), los que me protegieron durante toda la guerra.Los mecánicos que me despedían con un apretón de manos tenían lágrimas en los ojos, lo que no me dio tranquilidad, precisamente.Llegamos a cabecera, di motor seguido por mis Numerales y apenas despegué las ruedas del suelo sentí que me invadía esa tranquilidad y paz que tantas veces le había pedido a Dios, cuando rezaba en los días previos, cosa que luego supe le ocurrió a casi todos. A partir de allí, la excelente preparación que me había sido impartida comenzó a mostrar sus resultados y empecé a actuar auto-

máticamente, con una precisión mucho mayor a la de un vuelo habi-tual. Pienso que la adrenalina como ocurre siempre que estamos en peligro, actúa aumentando nuestros reflejos y exactitud.Volábamos sobre las nubes que cubrían totalmente el mar y las islas. Cuando llegó el momento del descenso, para evitar ser captados por el radar enemigo, reduje la potencia e incliné la nariz de mi avión, penetrando en ellas y descendí por altímetro hasta ver el mar con tan solo doscientos metros de altura. Adopté un vuelo bajo cómodo, mientras observaba lluvias aisladas que caían en algunos

sectores y que por momentos me cubrían totalmente el parabrisas.A lo lejos, vi el Cabo Belgrano que se encuentra en el extremo sur de la Gran Malvina y sentí una mezcla de temor y valor, pues por fin había llegado el momento de saber mi verdad y, al mismo tiempo, tomaba conciencia de la importancia históri-ca de los sucesos que sobreven-drían.- “Señor, creo que aun podemos descender un poco mas…”Asentí y coloqué mi avión muy cerca de un mar calmo y grisáceo, mientras veía a mi izquierda las estribaciones de la costa. Allí tuve mi primera enseñanza, en vuelo rasante es casi imposible distinguir los accidentes de la misma, por lo que es muy difícil ubicarse geográfi-camente.Por los espejos retrovisores me sorprendió ver a uno de mis Nume-rales, el Teniente Rinke, que volaba aun más bajo de lo que lo hacía yo, pese a que me parecía ir rozando la cresta de las olas.Cruzamos el Estrecho de San Carlos y continuamos bombardean-do la costa, a unos veinte kilómetros mar adentro.En un momento dado observé una masa de tierra a mi derecha y me desorienté totalmente, teóricamente

yo no tenía que ver tierra allí, pero enseguida me trajo tranquilidad la voz del Jefe de Sección, que me decía:- “Señor, es la Isla de Bounganville, continuemos hacia adelante que a la derecha, en un minuto, vamos a encontrar la salida”Traté de comunicarme con el rada-rista, pero no me escuchaba debido a mi vuelo bajo; yo sí lo escuchaba a él, de pronto comenzó a llamar con vos cada vez más urgente:- “Lana, Lana, conteste!, lo persi-guen los Harrier!, los tiene a treinta millas, y están acortando la distan-cia!, Lana, Lana, conteste!”A todo esto yo escuchaba como los pilotos realizaban controles radioeléctricos sin recibir la llama-da, por lo que me comuniqué con ellos. Les dije:- “Lana, escape que tiene aviones ingleses a su cola!”Y gracias a Dios me escucharon. El Capitán Jorge Garcia, que luego caería en cumplimiento del deber, Jefe de esa Escuadrilla dijo:- “Quién nos está hablando?”Y creo que fue el Alférez Isaac, que fue uno de los que luego tendría el honor de participar en el ataque a un portaaviones enemigo, el que contesto:- “Son los A-4B”

Inmediatamente el primero de ellos ordeno:- “Eyecten todas las cargas y sígan-me”Y enseguida escuché:- “Vamos Lana 4, no se quede atrás!”Después me enteré que lograron evadirlos y recibí su agradecimiento por el oportuno aviso.Posteriormente, y quizás contra esos mismos Harrier, se entabló la primer Batalla Aérea de esta guerra. La Sección del Capitán Gustavo Argentino Garcia Cuerva, entró contra ellos en la maniobra conoci-da como “tijera”, produciéndose una serie de cruces en el aire, lo que normalmente conocemos como “pelea de perros”. De acuerdo a las declaraciones del 1er. Teniente Perona, al darse vuelta vio a un Harrier muy próximo, detrás suyo, y a continuación escuchó un impacto en el fusilaje de su avión, quedán-dose posteriormente sin comandos, no pudiendo precisar si chocó con el otro avión o fue alcanzado por

un misil. Al no poder dominar su máquina, se eyectó. Luego de la explosión y las aceleraciones bruscas, observó a su avión en suave picada y, al mismo tiempo, algo grande que caía al mar, lo que también fue visto desde tierra. En el combate, el Capitán García Cuerva gastó más combustible del que necesitaba para regresar al conti-nente. Por ello decidió aterrizar en la pista de Puerto Argentina, la que

en ese momento estaba siendo sometida a un intenso ataque.Le ordenaron eyectarse, pero quiso salvar a su avión a toda costa, porque estaba intacto. Los cañones argentinos, manejados por radar, que no distinguen entre amigo o enemigo, a menos que se coordine con un número de antemano, lo abatieron en la aproximación final a la pista, brindando su vida, cumpliendo lo que Dios dijo cuando le preguntaron cuáles eran los dos mandamientos más importantes, “Ama a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.El número mencionado con anterio-ridad era prácticamente imposible de coordinar, debido a la cantidad de aviones y escuadrillas que se reunían sobre nuestras Malvinas. Esto se agravaba por la interferen-cia y la imposibilidad de comunicar-se que había muchas veces, tenien-do también la posibilidad de que fuera captado por el enemigo.Mientras esto ocurría, yo seguía

buscando la salida a la Isla de Bounganville, la que efectivamente encontré. Muy poco tiempo después, vi hacia el este, en la penumbra del atardecer recortán-dose en el horizonte, la imponente silueta de un barco. Era el primero que veía en mi vida navegando en aguas abiertas.Yo iba al frente, como guía; ciento cincuenta metros a la izquierda venía el Teniente Rinke (“Tala”) y a mi derecha el 1er. Teniente Cachón (“Coral”); El Alférez Carmona había regresado por problemas en su avión. Estábamos ante nuestra primera prueba, grité; “Viva la Patria!”, y llevé mi acelerador a la máxima posición adelante, colocando mi avión lo más cerca del agua posible.El barco se comenzó a agrandar en mi mira de tiro, mientras esperába-mos el momento en que nos comen-

zarían a tirar, cosa que no ocurrió. Cuando estuvo próximo, observé un armazón de hierro en forma de rectángulo, igual a la que habíamos visto en las fotos de los petroleros que – de acuerdo a lo que nos habían dicho en las exposiciones previas – acompañan a las corbe-tas rápidas que navegan con la mitad de la carga de combustible, para lograr mayor agilidad en el combate.Cuando estuve a distancia de tiro tomé altura, disparé mis bombas, haciendo lo mismo mis Numerales. Continué bordeando los islas hacia el este, pensando en regresar por el norte; minutos después me encontré en Puerto Argentino, cubierto de humo y pensando “Qué hago yo aquí sin bombas?”. Decidí volver por donde había venido.Teniendo en cuenta que ya había arrojado mi carga, realicé un viraje

rasante tan cerca del agua que por momentos temí que al tocarla, mi avión se desintegrara. Invertí mi rumbo y, luego de pocos minutos, a lo lejos, sobre el rojo del atardecer, descubrí nuevamente la silueta del barco que había atacado anterior-mente. Me sentí impotente ante la evidencia de no haber cumplido con mi misión, ya que aparentemen-te estaba intacto. Armé mis caño-nes, hice una ráfaga intimidatoria por encima de sus chimeneas para que sus tripulantes se tiraran cuerpo a tierra, pues no me interesaba matar hombres, sino destruir sus medios.Observaba como mi munición trazante, se introducía en los compartimientos y rebotaba hacia todos lados. Pasé sobre el mismo y puse proa al oeste, escuchando por la radio las expresiones de alegría de mis Numerales que comentaban

lo maravilloso que era estar volvien-do con vida.Cuando llegué a tierra no me sentía bien, primero porque el barco que ataqué no me había tirado, segun-do porque quizás había matado hombres y tercero porque el cansancio de dos horas y media de tensión continua, habían dejado mis músculos agotados.Al otro día llegó el Brigadier Cam-blor y nos dio el resultado de las misiones del día anterior. Nosotros habíamos tirado contra un barco nuestro, el “Formosa”, no produ-ciéndose víctimas solo por una serie de milagros (porque no fue uno solo) con que Dios nos mostró su bondad. La mala visibilidad, la lluvia, lo avanzado de la hora en esas latitudes en donde los días son cortos y las noches muy largas en el invierno; la tremenda velocidad de acercamiento al blanco, la poca

información de inteligencia sobre la ubicación de los barcos propios (nos había asegurado el Oficial de enlace naval que no había buques argentinos en mar abierto alrede-dor de las islas) y nuestra inexpe-riencia en este tipo de combate en el mar, produjeron un tremendo error.A partir de ese día siempre tuvimos la ubicación exacta de nuestra flota.En los días que siguieron me sentí realmente muy mal. Poco a poco fui comprendiendo que a cualquiera en mi lugar le hubiese ocurrido lo mismo y que además, en ese momento, yo tenía el total convenci-miento de que se trataba de un navío inglés.

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 17: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 17

Este capitulo es la narración de hechos ocurridos también en ese día 1 de mayo, del que me ocupo especialmente dada la importancia que tuvo en el principio de nuestra historia militar aérea en combate.

Día 1 de Mayo (por la tarde). - “Hoy es el día del trabajador y voy a morir” – pensé mientras subía la escalerilla hacia la cabina de mi A-4B para cumplir mi primera misión de combate.Até mis correajes mientras escucha-ba tronar en la cabecera de la pista, lanzando una lengua de fuego por sus toberas, a los dos Mirage III que por la mañana habían cumplido la misión narrada en el capítulo anterior, que salían a cubrirme. Salía en la segunda misión de guerra de los “Halcones”, con mi Escuadrilla compuesta por el Teniente Rinke, el 1er. Teniente Cachón y el Alférez Carmona.Objetivo: Los buques que se encon-traran en la zona de Puerto Argenti-no, el que estaba siendo sometido a un intenso cañoneo. Nuestro indica-tivo para esa misión era “Trueno”.De acuerdo a lo que teóricamente se sabía, era imposible acercarse a navíos de guerra tan sofisticados como los ingleses, con una probabi-lidad menor del 90% de ser derri-

bados antes de llegar al blanco, ya que contaban con misiles “Sea Dart”, “Sea Cat” y “Sea Wolf”, cañones de largo alcance maneja-dos por un sistema de radar en forma automática, granadas de fragmentación que formaban una pared de esquirlas, baterías, fusiles livianos, etc, o sea que disponían de armas mortíferas y eficaces. Por ello era que ese día pensábamos que íbamos a morir; pero no dudá-bamos en absoluto, pues sabíamos porque luchábamos y pensábamos dar la vida por algo muy grande; por amor a lo nuestro, por servir a la Patria, por ser fieles a nuestro juramento y a nuestros principios.Mientras realizaba los controles en tierra, notaba el temblor de mis manos y mis rodillas, lo que me molestaba, ya que no era esa la imagen que yo tenía de un soldado que sale a enfrentarse con dos tremendas verdades: la primera que ese día quizás fuera el último y la segunda, comprobar si se es un cobarde o un valiente; pese a lo cual mientras hacía las señas regla-mentarias a mis hombres, aparenta-ba una firmeza y seguridad que estaba muy lejos de sentir.En el pecho tintineaban tres medalli-tas y mi rosario, regalo del Teniente Juan “Turquito” Arrarás, (que luego

caería en combate), los que me protegieron durante toda la guerra.Los mecánicos que me despedían con un apretón de manos tenían lágrimas en los ojos, lo que no me dio tranquilidad, precisamente.Llegamos a cabecera, di motor seguido por mis Numerales y apenas despegué las ruedas del suelo sentí que me invadía esa tranquilidad y paz que tantas veces le había pedido a Dios, cuando rezaba en los días previos, cosa que luego supe le ocurrió a casi todos. A partir de allí, la excelente preparación que me había sido impartida comenzó a mostrar sus resultados y empecé a actuar auto-

máticamente, con una precisión mucho mayor a la de un vuelo habi-tual. Pienso que la adrenalina como ocurre siempre que estamos en peligro, actúa aumentando nuestros reflejos y exactitud.Volábamos sobre las nubes que cubrían totalmente el mar y las islas. Cuando llegó el momento del descenso, para evitar ser captados por el radar enemigo, reduje la potencia e incliné la nariz de mi avión, penetrando en ellas y descendí por altímetro hasta ver el mar con tan solo doscientos metros de altura. Adopté un vuelo bajo cómodo, mientras observaba lluvias aisladas que caían en algunos

sectores y que por momentos me cubrían totalmente el parabrisas.A lo lejos, vi el Cabo Belgrano que se encuentra en el extremo sur de la Gran Malvina y sentí una mezcla de temor y valor, pues por fin había llegado el momento de saber mi verdad y, al mismo tiempo, tomaba conciencia de la importancia históri-ca de los sucesos que sobreven-drían.- “Señor, creo que aun podemos descender un poco mas…”Asentí y coloqué mi avión muy cerca de un mar calmo y grisáceo, mientras veía a mi izquierda las estribaciones de la costa. Allí tuve mi primera enseñanza, en vuelo rasante es casi imposible distinguir los accidentes de la misma, por lo que es muy difícil ubicarse geográfi-camente.Por los espejos retrovisores me sorprendió ver a uno de mis Nume-rales, el Teniente Rinke, que volaba aun más bajo de lo que lo hacía yo, pese a que me parecía ir rozando la cresta de las olas.Cruzamos el Estrecho de San Carlos y continuamos bombardean-do la costa, a unos veinte kilómetros mar adentro.En un momento dado observé una masa de tierra a mi derecha y me desorienté totalmente, teóricamente

yo no tenía que ver tierra allí, pero enseguida me trajo tranquilidad la voz del Jefe de Sección, que me decía:- “Señor, es la Isla de Bounganville, continuemos hacia adelante que a la derecha, en un minuto, vamos a encontrar la salida”Traté de comunicarme con el rada-rista, pero no me escuchaba debido a mi vuelo bajo; yo sí lo escuchaba a él, de pronto comenzó a llamar con vos cada vez más urgente:- “Lana, Lana, conteste!, lo persi-guen los Harrier!, los tiene a treinta millas, y están acortando la distan-cia!, Lana, Lana, conteste!”A todo esto yo escuchaba como los pilotos realizaban controles radioeléctricos sin recibir la llama-da, por lo que me comuniqué con ellos. Les dije:- “Lana, escape que tiene aviones ingleses a su cola!”Y gracias a Dios me escucharon. El Capitán Jorge Garcia, que luego caería en cumplimiento del deber, Jefe de esa Escuadrilla dijo:- “Quién nos está hablando?”Y creo que fue el Alférez Isaac, que fue uno de los que luego tendría el honor de participar en el ataque a un portaaviones enemigo, el que contesto:- “Son los A-4B”

Inmediatamente el primero de ellos ordeno:- “Eyecten todas las cargas y sígan-me”Y enseguida escuché:- “Vamos Lana 4, no se quede atrás!”Después me enteré que lograron evadirlos y recibí su agradecimiento por el oportuno aviso.Posteriormente, y quizás contra esos mismos Harrier, se entabló la primer Batalla Aérea de esta guerra. La Sección del Capitán Gustavo Argentino Garcia Cuerva, entró contra ellos en la maniobra conoci-da como “tijera”, produciéndose una serie de cruces en el aire, lo que normalmente conocemos como “pelea de perros”. De acuerdo a las declaraciones del 1er. Teniente Perona, al darse vuelta vio a un Harrier muy próximo, detrás suyo, y a continuación escuchó un impacto en el fusilaje de su avión, quedán-dose posteriormente sin comandos, no pudiendo precisar si chocó con el otro avión o fue alcanzado por

un misil. Al no poder dominar su máquina, se eyectó. Luego de la explosión y las aceleraciones bruscas, observó a su avión en suave picada y, al mismo tiempo, algo grande que caía al mar, lo que también fue visto desde tierra. En el combate, el Capitán García Cuerva gastó más combustible del que necesitaba para regresar al conti-nente. Por ello decidió aterrizar en la pista de Puerto Argentina, la que

en ese momento estaba siendo sometida a un intenso ataque.Le ordenaron eyectarse, pero quiso salvar a su avión a toda costa, porque estaba intacto. Los cañones argentinos, manejados por radar, que no distinguen entre amigo o enemigo, a menos que se coordine con un número de antemano, lo abatieron en la aproximación final a la pista, brindando su vida, cumpliendo lo que Dios dijo cuando le preguntaron cuáles eran los dos mandamientos más importantes, “Ama a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.El número mencionado con anterio-ridad era prácticamente imposible de coordinar, debido a la cantidad de aviones y escuadrillas que se reunían sobre nuestras Malvinas. Esto se agravaba por la interferen-cia y la imposibilidad de comunicar-se que había muchas veces, tenien-do también la posibilidad de que fuera captado por el enemigo.Mientras esto ocurría, yo seguía

buscando la salida a la Isla de Bounganville, la que efectivamente encontré. Muy poco tiempo después, vi hacia el este, en la penumbra del atardecer recortán-dose en el horizonte, la imponente silueta de un barco. Era el primero que veía en mi vida navegando en aguas abiertas.Yo iba al frente, como guía; ciento cincuenta metros a la izquierda venía el Teniente Rinke (“Tala”) y a mi derecha el 1er. Teniente Cachón (“Coral”); El Alférez Carmona había regresado por problemas en su avión. Estábamos ante nuestra primera prueba, grité; “Viva la Patria!”, y llevé mi acelerador a la máxima posición adelante, colocando mi avión lo más cerca del agua posible.El barco se comenzó a agrandar en mi mira de tiro, mientras esperába-mos el momento en que nos comen-

zarían a tirar, cosa que no ocurrió. Cuando estuvo próximo, observé un armazón de hierro en forma de rectángulo, igual a la que habíamos visto en las fotos de los petroleros que – de acuerdo a lo que nos habían dicho en las exposiciones previas – acompañan a las corbe-tas rápidas que navegan con la mitad de la carga de combustible, para lograr mayor agilidad en el combate.Cuando estuve a distancia de tiro tomé altura, disparé mis bombas, haciendo lo mismo mis Numerales. Continué bordeando los islas hacia el este, pensando en regresar por el norte; minutos después me encontré en Puerto Argentino, cubierto de humo y pensando “Qué hago yo aquí sin bombas?”. Decidí volver por donde había venido.Teniendo en cuenta que ya había arrojado mi carga, realicé un viraje

rasante tan cerca del agua que por momentos temí que al tocarla, mi avión se desintegrara. Invertí mi rumbo y, luego de pocos minutos, a lo lejos, sobre el rojo del atardecer, descubrí nuevamente la silueta del barco que había atacado anterior-mente. Me sentí impotente ante la evidencia de no haber cumplido con mi misión, ya que aparentemen-te estaba intacto. Armé mis caño-nes, hice una ráfaga intimidatoria por encima de sus chimeneas para que sus tripulantes se tiraran cuerpo a tierra, pues no me interesaba matar hombres, sino destruir sus medios.Observaba como mi munición trazante, se introducía en los compartimientos y rebotaba hacia todos lados. Pasé sobre el mismo y puse proa al oeste, escuchando por la radio las expresiones de alegría de mis Numerales que comentaban

lo maravilloso que era estar volvien-do con vida.Cuando llegué a tierra no me sentía bien, primero porque el barco que ataqué no me había tirado, segun-do porque quizás había matado hombres y tercero porque el cansancio de dos horas y media de tensión continua, habían dejado mis músculos agotados.Al otro día llegó el Brigadier Cam-blor y nos dio el resultado de las misiones del día anterior. Nosotros habíamos tirado contra un barco nuestro, el “Formosa”, no produ-ciéndose víctimas solo por una serie de milagros (porque no fue uno solo) con que Dios nos mostró su bondad. La mala visibilidad, la lluvia, lo avanzado de la hora en esas latitudes en donde los días son cortos y las noches muy largas en el invierno; la tremenda velocidad de acercamiento al blanco, la poca

información de inteligencia sobre la ubicación de los barcos propios (nos había asegurado el Oficial de enlace naval que no había buques argentinos en mar abierto alrede-dor de las islas) y nuestra inexpe-riencia en este tipo de combate en el mar, produjeron un tremendo error.A partir de ese día siempre tuvimos la ubicación exacta de nuestra flota.En los días que siguieron me sentí realmente muy mal. Poco a poco fui comprendiendo que a cualquiera en mi lugar le hubiese ocurrido lo mismo y que además, en ese momento, yo tenía el total convenci-miento de que se trataba de un navío inglés.

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

BIODANZA Es un sistema de integración y desarrollo humano a través de la música, el movimiento y la emoción.Es conexión con la alegría de estar vivo.Es una renovación de la manera de percibir la vida y disfrutarla. Es conectar con la propia identidad muchas veces adormecida.Es una puerta a mejorar nuestras relaciones, haciéndolas mas profun-das, satisfactorias y reales.

BIODANZA es conexión con la vida agradable, donde tomamos conciencia que nacimos para gozar, brillar, sonreír, ser livianos….

La Dinámica:Una clase consiste en una serie de danzas simples y accesibles a

todos, donde lo importante es conectar con el placer del movimiento.

<< No es necesario saber danzar >>

BIODANZAen Tigre

CLASES ABIERTAS

FACILITADORESCarlos Lavignia 155 666 6296

Claudia [email protected]

facebook: tigre tiene biodanza argentina

Page 18: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 18

DocumentalCon extractos e ideas tomadas del libro, “Hal-cones de Malvinas”, escrito por el Comodoro Pablo M. Carballo, Grupo Argentinidad (editor del libro), en con-junto con la Fuerza Aérea Argentina y ANTEOJO-films, se enuentra en la realización de un Docu-mental con vistas a ser lanzando a mediados de año para el centenario de la Fuerza Aérea.

Este capitulo es la narración de hechos ocurridos también en ese día 1 de mayo, del que me ocupo especialmente dada la importancia que tuvo en el principio de nuestra historia militar aérea en combate.

Día 1 de Mayo (por la tarde). - “Hoy es el día del trabajador y voy a morir” – pensé mientras subía la escalerilla hacia la cabina de mi A-4B para cumplir mi primera misión de combate.Até mis correajes mientras escucha-ba tronar en la cabecera de la pista, lanzando una lengua de fuego por sus toberas, a los dos Mirage III que por la mañana habían cumplido la misión narrada en el capítulo anterior, que salían a cubrirme. Salía en la segunda misión de guerra de los “Halcones”, con mi Escuadrilla compuesta por el Teniente Rinke, el 1er. Teniente Cachón y el Alférez Carmona.Objetivo: Los buques que se encon-traran en la zona de Puerto Argenti-no, el que estaba siendo sometido a un intenso cañoneo. Nuestro indica-tivo para esa misión era “Trueno”.De acuerdo a lo que teóricamente se sabía, era imposible acercarse a navíos de guerra tan sofisticados como los ingleses, con una probabi-lidad menor del 90% de ser derri-

bados antes de llegar al blanco, ya que contaban con misiles “Sea Dart”, “Sea Cat” y “Sea Wolf”, cañones de largo alcance maneja-dos por un sistema de radar en forma automática, granadas de fragmentación que formaban una pared de esquirlas, baterías, fusiles livianos, etc, o sea que disponían de armas mortíferas y eficaces. Por ello era que ese día pensábamos que íbamos a morir; pero no dudá-bamos en absoluto, pues sabíamos porque luchábamos y pensábamos dar la vida por algo muy grande; por amor a lo nuestro, por servir a la Patria, por ser fieles a nuestro juramento y a nuestros principios.Mientras realizaba los controles en tierra, notaba el temblor de mis manos y mis rodillas, lo que me molestaba, ya que no era esa la imagen que yo tenía de un soldado que sale a enfrentarse con dos tremendas verdades: la primera que ese día quizás fuera el último y la segunda, comprobar si se es un cobarde o un valiente; pese a lo cual mientras hacía las señas regla-mentarias a mis hombres, aparenta-ba una firmeza y seguridad que estaba muy lejos de sentir.En el pecho tintineaban tres medalli-tas y mi rosario, regalo del Teniente Juan “Turquito” Arrarás, (que luego

caería en combate), los que me protegieron durante toda la guerra.Los mecánicos que me despedían con un apretón de manos tenían lágrimas en los ojos, lo que no me dio tranquilidad, precisamente.Llegamos a cabecera, di motor seguido por mis Numerales y apenas despegué las ruedas del suelo sentí que me invadía esa tranquilidad y paz que tantas veces le había pedido a Dios, cuando rezaba en los días previos, cosa que luego supe le ocurrió a casi todos. A partir de allí, la excelente preparación que me había sido impartida comenzó a mostrar sus resultados y empecé a actuar auto-

máticamente, con una precisión mucho mayor a la de un vuelo habi-tual. Pienso que la adrenalina como ocurre siempre que estamos en peligro, actúa aumentando nuestros reflejos y exactitud.Volábamos sobre las nubes que cubrían totalmente el mar y las islas. Cuando llegó el momento del descenso, para evitar ser captados por el radar enemigo, reduje la potencia e incliné la nariz de mi avión, penetrando en ellas y descendí por altímetro hasta ver el mar con tan solo doscientos metros de altura. Adopté un vuelo bajo cómodo, mientras observaba lluvias aisladas que caían en algunos

sectores y que por momentos me cubrían totalmente el parabrisas.A lo lejos, vi el Cabo Belgrano que se encuentra en el extremo sur de la Gran Malvina y sentí una mezcla de temor y valor, pues por fin había llegado el momento de saber mi verdad y, al mismo tiempo, tomaba conciencia de la importancia históri-ca de los sucesos que sobreven-drían.- “Señor, creo que aun podemos descender un poco mas…”Asentí y coloqué mi avión muy cerca de un mar calmo y grisáceo, mientras veía a mi izquierda las estribaciones de la costa. Allí tuve mi primera enseñanza, en vuelo rasante es casi imposible distinguir los accidentes de la misma, por lo que es muy difícil ubicarse geográfi-camente.Por los espejos retrovisores me sorprendió ver a uno de mis Nume-rales, el Teniente Rinke, que volaba aun más bajo de lo que lo hacía yo, pese a que me parecía ir rozando la cresta de las olas.Cruzamos el Estrecho de San Carlos y continuamos bombardean-do la costa, a unos veinte kilómetros mar adentro.En un momento dado observé una masa de tierra a mi derecha y me desorienté totalmente, teóricamente

yo no tenía que ver tierra allí, pero enseguida me trajo tranquilidad la voz del Jefe de Sección, que me decía:- “Señor, es la Isla de Bounganville, continuemos hacia adelante que a la derecha, en un minuto, vamos a encontrar la salida”Traté de comunicarme con el rada-rista, pero no me escuchaba debido a mi vuelo bajo; yo sí lo escuchaba a él, de pronto comenzó a llamar con vos cada vez más urgente:- “Lana, Lana, conteste!, lo persi-guen los Harrier!, los tiene a treinta millas, y están acortando la distan-cia!, Lana, Lana, conteste!”A todo esto yo escuchaba como los pilotos realizaban controles radioeléctricos sin recibir la llama-da, por lo que me comuniqué con ellos. Les dije:- “Lana, escape que tiene aviones ingleses a su cola!”Y gracias a Dios me escucharon. El Capitán Jorge Garcia, que luego caería en cumplimiento del deber, Jefe de esa Escuadrilla dijo:- “Quién nos está hablando?”Y creo que fue el Alférez Isaac, que fue uno de los que luego tendría el honor de participar en el ataque a un portaaviones enemigo, el que contesto:- “Son los A-4B”

Inmediatamente el primero de ellos ordeno:- “Eyecten todas las cargas y sígan-me”Y enseguida escuché:- “Vamos Lana 4, no se quede atrás!”Después me enteré que lograron evadirlos y recibí su agradecimiento por el oportuno aviso.Posteriormente, y quizás contra esos mismos Harrier, se entabló la primer Batalla Aérea de esta guerra. La Sección del Capitán Gustavo Argentino Garcia Cuerva, entró contra ellos en la maniobra conoci-da como “tijera”, produciéndose una serie de cruces en el aire, lo que normalmente conocemos como “pelea de perros”. De acuerdo a las declaraciones del 1er. Teniente Perona, al darse vuelta vio a un Harrier muy próximo, detrás suyo, y a continuación escuchó un impacto en el fusilaje de su avión, quedán-dose posteriormente sin comandos, no pudiendo precisar si chocó con el otro avión o fue alcanzado por

un misil. Al no poder dominar su máquina, se eyectó. Luego de la explosión y las aceleraciones bruscas, observó a su avión en suave picada y, al mismo tiempo, algo grande que caía al mar, lo que también fue visto desde tierra. En el combate, el Capitán García Cuerva gastó más combustible del que necesitaba para regresar al conti-nente. Por ello decidió aterrizar en la pista de Puerto Argentina, la que

en ese momento estaba siendo sometida a un intenso ataque.Le ordenaron eyectarse, pero quiso salvar a su avión a toda costa, porque estaba intacto. Los cañones argentinos, manejados por radar, que no distinguen entre amigo o enemigo, a menos que se coordine con un número de antemano, lo abatieron en la aproximación final a la pista, brindando su vida, cumpliendo lo que Dios dijo cuando le preguntaron cuáles eran los dos mandamientos más importantes, “Ama a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.El número mencionado con anterio-ridad era prácticamente imposible de coordinar, debido a la cantidad de aviones y escuadrillas que se reunían sobre nuestras Malvinas. Esto se agravaba por la interferen-cia y la imposibilidad de comunicar-se que había muchas veces, tenien-do también la posibilidad de que fuera captado por el enemigo.Mientras esto ocurría, yo seguía

buscando la salida a la Isla de Bounganville, la que efectivamente encontré. Muy poco tiempo después, vi hacia el este, en la penumbra del atardecer recortán-dose en el horizonte, la imponente silueta de un barco. Era el primero que veía en mi vida navegando en aguas abiertas.Yo iba al frente, como guía; ciento cincuenta metros a la izquierda venía el Teniente Rinke (“Tala”) y a mi derecha el 1er. Teniente Cachón (“Coral”); El Alférez Carmona había regresado por problemas en su avión. Estábamos ante nuestra primera prueba, grité; “Viva la Patria!”, y llevé mi acelerador a la máxima posición adelante, colocando mi avión lo más cerca del agua posible.El barco se comenzó a agrandar en mi mira de tiro, mientras esperába-mos el momento en que nos comen-

zarían a tirar, cosa que no ocurrió. Cuando estuvo próximo, observé un armazón de hierro en forma de rectángulo, igual a la que habíamos visto en las fotos de los petroleros que – de acuerdo a lo que nos habían dicho en las exposiciones previas – acompañan a las corbe-tas rápidas que navegan con la mitad de la carga de combustible, para lograr mayor agilidad en el combate.Cuando estuve a distancia de tiro tomé altura, disparé mis bombas, haciendo lo mismo mis Numerales. Continué bordeando los islas hacia el este, pensando en regresar por el norte; minutos después me encontré en Puerto Argentino, cubierto de humo y pensando “Qué hago yo aquí sin bombas?”. Decidí volver por donde había venido.Teniendo en cuenta que ya había arrojado mi carga, realicé un viraje

rasante tan cerca del agua que por momentos temí que al tocarla, mi avión se desintegrara. Invertí mi rumbo y, luego de pocos minutos, a lo lejos, sobre el rojo del atardecer, descubrí nuevamente la silueta del barco que había atacado anterior-mente. Me sentí impotente ante la evidencia de no haber cumplido con mi misión, ya que aparentemen-te estaba intacto. Armé mis caño-nes, hice una ráfaga intimidatoria por encima de sus chimeneas para que sus tripulantes se tiraran cuerpo a tierra, pues no me interesaba matar hombres, sino destruir sus medios.Observaba como mi munición trazante, se introducía en los compartimientos y rebotaba hacia todos lados. Pasé sobre el mismo y puse proa al oeste, escuchando por la radio las expresiones de alegría de mis Numerales que comentaban

lo maravilloso que era estar volvien-do con vida.Cuando llegué a tierra no me sentía bien, primero porque el barco que ataqué no me había tirado, segun-do porque quizás había matado hombres y tercero porque el cansancio de dos horas y media de tensión continua, habían dejado mis músculos agotados.Al otro día llegó el Brigadier Cam-blor y nos dio el resultado de las misiones del día anterior. Nosotros habíamos tirado contra un barco nuestro, el “Formosa”, no produ-ciéndose víctimas solo por una serie de milagros (porque no fue uno solo) con que Dios nos mostró su bondad. La mala visibilidad, la lluvia, lo avanzado de la hora en esas latitudes en donde los días son cortos y las noches muy largas en el invierno; la tremenda velocidad de acercamiento al blanco, la poca

información de inteligencia sobre la ubicación de los barcos propios (nos había asegurado el Oficial de enlace naval que no había buques argentinos en mar abierto alrede-dor de las islas) y nuestra inexpe-riencia en este tipo de combate en el mar, produjeron un tremendo error.A partir de ese día siempre tuvimos la ubicación exacta de nuestra flota.En los días que siguieron me sentí realmente muy mal. Poco a poco fui comprendiendo que a cualquiera en mi lugar le hubiese ocurrido lo mismo y que además, en ese momento, yo tenía el total convenci-miento de que se trataba de un navío inglés.

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 19: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012PUBLICITY

Pág. 19

Hoy, uno de los lugares más visi-tados por los turistas de todo el mundo. Enterate las razones que hicieron de este, un destino obli-gado.

PortoSeguro

En el extremo sur del Estado de Bahía y al nordeste de Brasil se encuentra la ciudad de Porto Seguro, declarada oficialmente como punto de llegada de los portugueses a Brasil.Cuenta con un extenso litoral (cerca de 85 kilómetros) de playas de arena fina y blanca, característica de las playas de todo Brasil. El clima es siempre cálido, en verano con máximas de hasta 42ºC y en invierno con una media de 25ºC y mínimas de 15ºC.

Turistas de todas partes del mundo eligen pasar sus vacaciones en Porto Seguro porque es la ciudad de Brasil que tiene todo, desde playas increí-bles, hasta fiestas interminables, pasando por hoteles y alojamientos de primer nivel. Además, cuenta con un paraíso ecológico que coloca a la ciudad entre las biodiversidades más importantes del planeta, y un gran patrimonio histórico para visitar y conocer.Quienes aman la playa y el sol, pueden disfrutar desde la mañana

hasta la noche, ya que cada balnea-rio cuenta con equipamientos de entretenimiento y tiendas que sirven una gran variedad de comidas y bebidas, además de promover animadas fiestas. En algunas playas, como en Barramares, se pueden encontrar enormes escenarios y pistas de baile, donde los turistas se acercan a seguir las coreografías de los bailes de Brasil.Visitado por turistas de todo el mundo, Porto Seguro, te asegura una gran estadía.

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 20: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 20

VACACIONES EN PORTO SEGURO, BRASIL

TRANSPORTE: Ida y Vuelta en Avión DURACIÓN: 8 Días / 7 NochesHOTEL: La Torre Resort http://www.resortlatorre.com/RÉGIMEN EN DESTINO: All InclusiveEXCURSIONES: No IncluyeAsistencia Médica y Coordinador Permanente Durante la estadíaPRECIO POR PERSONA EN DOLARES BASE HABITACION DOBLE:8 días (7 noches) u$s 1380 (Recargo NO SOCIOS, u$s15)Menores: Hasta 2 años no cumplidos abonan u$s 270Tarifa final, con todos los impuestos y tasas incluidas, expresadas en Dólares, que se pueden abonar en Pesos Argentinos al cambio oficial.

SALIDA DE CONVIVENCIA DOCENTE 29 DE ABRIL

Un paraíso que ofrece excelentes playas, mucha historia, cultura, entretenimientos, deportes acuáti-cos, exuberante vegetación y una agitada vida nocturna. 90 kms de playas protegidas por arrecifes, ríos y arroyos. Muy cerca de diferentes atractivos para visitar: Trancoso, Arraial, Dajuda, Parque Acuático, Santo André, Recife de Fora, Cora Alta, etc.

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 21: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 21

Nos adentramos en un recorrido por el Museo de Arte de Tigre Ricardo Ubieto. Sus colecciones, sus exhibiciones tempora-rias, cómo llegar, qué ver y mucho más.

Perspectivasen el MAT

Foto: Sebastian Herrera

El arte, uno de los primeros y más importantes medios expresivos de la historia del hombre, nace para comunicar ideas, hechos y emocio-nes. Es por esto que la existencia de un museo de arte en Tigre, es algo invaluable.En 1990 comenzaron las obras de recuperación del edificio declarado como Patrimonio Histórico a princi-pios del Siglo XX, con el objetivo de convertirlo en la sede de lo que sería el Museo de Arte Tigre. Hoy, alberga una importante colección de arte argentino de los siglos XIX y

XX además de ser escenario de exposiciones temporarias de desta-cados artistas argentinos de la actualidad.Sus colecciones permanentes son varias:Figuras, donde podemos destacar obras de Antonio Álice, Raúl Soldi y Miguel Carlos Victorica, entre otros.

Sala Histórica, con obras de precur-sores en la pintura en nuestro país tales como Carlos Pellegrini o José Aguyari.Sin dejar de lado la sala de obras de Tigre y del Puerto, la de Paisajes, o mismo la de Naturaleza Muerta y la sección de Esculturas.El MAT, un paseo para disfrutar.

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 22: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 22

Información ÚtilExhibiciones TemporariasHorarios:Miércoles a Viernes de 9:00 a 19:00hsSábados a Domingos de 12:00 a 19:00hs

Valor de la entrada: $12

Visitas Guiadas para Público en General:Miércoles a Viernes a las 11 y a las 17hsSábados, Domingos y Feriados: 13- 15- 18hs

Visitas Grupales:Para programar una visita grupal deben llamar a la Dirección del Museo.Tel: 4512-4528 - Int. 101. - Día: Lunes a Viernes. Horarios: De 9 a 14hs

Dirección del Museo:Paseo Victorica 972 - Tigre - Provincia de Buenos Aires

Para Llegar:En auto: Acceso Norte, bajada Tigre.En tren: Línea Mitre hasta Estación Tigre. Abordar Bus Turístico, transporte que recorre los principales puntos turísticos de la ciudad, entre ellos, el MAT. En colectivo: línea 60 Pana C hasta Liniers y Pirovano

Entre el 3 de Marzo y el 8 de Abril se estará presentando la colección de Eduardo Iglesias Brickles intitulada “Los Siete Locos”.La exhibición está compuesta de 50 obras donde el autor retrata los personajes principa-les de la novela escrita por Roberto Arlt que lleva el mismo nombre que la colección. Los trabajos se denominan “xilopinturas”, una técni-ca que surge a partir de la tradicional práctica xilográfica. Iglesias Brickles utiliza como sopor-te la propia madera que comúnmente se emplea como matriz en la impresión de los grabados. Esta invención le permite hacer uso de las vetas y demás propiedades de la madera, que pasan a ser parte constitutiva de su obra, creando un estilo único.El pintor correntino dijo en la presentación de la colección: "Es una felicidad presentarme en Tigre. Primero por el entorno, este museo es una maravilla, y segundo porque este distrito es de los más lindos de Buenos Aires. Que este edificio se haya recuperado es una alegría para nosotros, los artistas”.

A partir del 14 de Abril llegará una colección proveniente de el Museo de Arte Latrinoameri-cano de Buenos Aires, más conocido como MALBA.

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 23: Perspectivas

Hablamos con Andrea Bendrich, esgri-mista argentina de selección quien nos cuenta un poco sobre el deporte, sus exigencias y su crecimiento en el país.

Argentina y oriunda del Partido de Tigre, Andrea Bendrich, se convir-tió en los últimos años en uno de los principales exponentes del Esgrima Femenino de nuestro país.Tiene en su haber tres medallas internacionales, y más de 50 a nivel local. Además, participó en el Mundial de Paris 2010.

- ¿A qué edad arrancaste con Esgrima y por qué?- Arranqué en 2005 con 16 años.La verdad, el porqué no tiene una razón particular. Tenía ganas de empezar a practicar algún depor-te. Me pareció algo distinto e interesante de aprender y me metí.- ¿Cómo fue ese principio?- Y, la verdad bueno. Yo en lo que hago trato siempre de dar lo mejor

de mí. Ese mismo año ya empecé a competir en Juveniles y estuve primera en el ranking mucho tiempo, hasta que pasé a mayores en el 2009. Sentí, además, mucho apoyo a nivel familiar, lo cual colaboró en que buscara seguir con ese crecimiento. Ojo, fue un esfuerzo constante, pero es como te dije antes: me gusta dar lo mejor de mi en todo lo que hago. Iba a entre-nar con sol, con nubes, con lluvia y hasta fui con nieve.- ¿Sentiste mucho el salto a Mayores?- En un principio tenía miedo. Acos-tumbrada a ser primera en Juveni-les, no quería saber nada con estar decimoquinta en Mayores. Mi entrenador me dijo que me lo tomara con calma, y que en un plan

de tres años buscara llegar al cuarto puesto. Ese mismo año estaba cuarta. Estar entre las cuatro primeras implicaba llegar al equipo.- ¿Cuándo conseguiste entrar, ¿trataste de bajar el ritmo o todo lo contrario?- Entrar al equipo implicó muchas responsabilidades. La Federación me pagaba el viaje a Colombia para competir fuera del país, que además era una competencia clasi-ficatoria para los Juegos Odesur del año siguiente. Tuve un torneo aceptable. Igual, recién ahora reco-nozco que fue aceptable, en su momento y con mis exigencias, no lo veía así. Clasifiqué a los Odesur como suplente y, como una de las titulares se lesionó entrenando, me

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 23

Jóvenes Promesasde Tigre

tocó a mi ser titular y conseguimos la Medalla de Plata por Equipos.- ¿La Federación se encarga de pagar todos los costos siempre?- Siempre que se puede, por lo menos lo intentan. A mi me tocó justo para una gira previa a los Odesur, en la que sólo le pagaban a las tres primeras. Era una gira por Europa con tres copas, una en Leganés, otra en Budapest y la última en una ciudad al sur de Italia. No bajé los brazos y le mandé una carta al municipio para buscar apoyo, y recibí una respues-ta rápida para ir a una reunión a presentar la idea. Llevé una carpeta con persupuesto completo y calen-dario de fechas, me llamaron a otra reunión más y me dijeron que me

iban a aportar $5.000 para ir. Al principio, me puse mal, porque pensé que no me alcanzaba, le conté a mi entrenador y me dijo que me alegrara porque era muy raro que un municipio hubiese aportado dinero, que no solía suceder. A los pocos días recibí un llamado de la Federación, diciéndome que iban a aportar dinero para los viajes dentro de Europa, y la estadía de los días de competición. Así que con eso, más algo de aporte familiar, pude viajar a la gira y ganar un poco de ritmo europeo, que es otra cosa.- ¿Por qué otra cosa?- Y, porque pensá que en algunos países de Europa, como Francia o Hungría, es deporte nacional. Así como ves acá una escuelita de

fútbol llena, allá pasa lo mismo pero con las de esgrima. Cuentan con apoyo constante, una historia, un público fijo, la gente se interiori-za. Acá no es así, tal vez tenga que ver con que el deporte no tiene tanta historia.Siempre tuve la duda de si el depor-te no es popular porque no es cono-cido, o si no es conocido porque no es popular.- Te saco un poco del deporte ¿Venías a la Biblioteca de chica?- Si, seguido. Para hacer trabajos prácticos con compañeros o a estudiar. El ambiente es otro, es más tranquilo. Lo recomiendo. Es bueno no perder la costumbre.

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Page 24: Perspectivas

Argentina y oriunda del Partido de Tigre, Andrea Bendrich, se convir-tió en los últimos años en uno de los principales exponentes del Esgrima Femenino de nuestro país.Tiene en su haber tres medallas internacionales, y más de 50 a nivel local. Además, participó en el Mundial de Paris 2010.

- ¿A qué edad arrancaste con Esgrima y por qué?- Arranqué en 2005 con 16 años.La verdad, el porqué no tiene una razón particular. Tenía ganas de empezar a practicar algún depor-te. Me pareció algo distinto e interesante de aprender y me metí.- ¿Cómo fue ese principio?- Y, la verdad bueno. Yo en lo que hago trato siempre de dar lo mejor

de mí. Ese mismo año ya empecé a competir en Juveniles y estuve primera en el ranking mucho tiempo, hasta que pasé a mayores en el 2009. Sentí, además, mucho apoyo a nivel familiar, lo cual colaboró en que buscara seguir con ese crecimiento. Ojo, fue un esfuerzo constante, pero es como te dije antes: me gusta dar lo mejor de mi en todo lo que hago. Iba a entre-nar con sol, con nubes, con lluvia y hasta fui con nieve.- ¿Sentiste mucho el salto a Mayores?- En un principio tenía miedo. Acos-tumbrada a ser primera en Juveni-les, no quería saber nada con estar decimoquinta en Mayores. Mi entrenador me dijo que me lo tomara con calma, y que en un plan

de tres años buscara llegar al cuarto puesto. Ese mismo año estaba cuarta. Estar entre las cuatro primeras implicaba llegar al equipo.- ¿Cuándo conseguiste entrar, ¿trataste de bajar el ritmo o todo lo contrario?- Entrar al equipo implicó muchas responsabilidades. La Federación me pagaba el viaje a Colombia para competir fuera del país, que además era una competencia clasi-ficatoria para los Juegos Odesur del año siguiente. Tuve un torneo aceptable. Igual, recién ahora reco-nozco que fue aceptable, en su momento y con mis exigencias, no lo veía así. Clasifiqué a los Odesur como suplente y, como una de las titulares se lesionó entrenando, me

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 24

tocó a mi ser titular y conseguimos la Medalla de Plata por Equipos.- ¿La Federación se encarga de pagar todos los costos siempre?- Siempre que se puede, por lo menos lo intentan. A mi me tocó justo para una gira previa a los Odesur, en la que sólo le pagaban a las tres primeras. Era una gira por Europa con tres copas, una en Leganés, otra en Budapest y la última en una ciudad al sur de Italia. No bajé los brazos y le mandé una carta al municipio para buscar apoyo, y recibí una respues-ta rápida para ir a una reunión a presentar la idea. Llevé una carpeta con persupuesto completo y calen-dario de fechas, me llamaron a otra reunión más y me dijeron que me

iban a aportar $5.000 para ir. Al principio, me puse mal, porque pensé que no me alcanzaba, le conté a mi entrenador y me dijo que me alegrara porque era muy raro que un municipio hubiese aportado dinero, que no solía suceder. A los pocos días recibí un llamado de la Federación, diciéndome que iban a aportar dinero para los viajes dentro de Europa, y la estadía de los días de competición. Así que con eso, más algo de aporte familiar, pude viajar a la gira y ganar un poco de ritmo europeo, que es otra cosa.- ¿Por qué otra cosa?- Y, porque pensá que en algunos países de Europa, como Francia o Hungría, es deporte nacional. Así como ves acá una escuelita de

fútbol llena, allá pasa lo mismo pero con las de esgrima. Cuentan con apoyo constante, una historia, un público fijo, la gente se interiori-za. Acá no es así, tal vez tenga que ver con que el deporte no tiene tanta historia.Siempre tuve la duda de si el depor-te no es popular porque no es cono-cido, o si no es conocido porque no es popular.- Te saco un poco del deporte ¿Venías a la Biblioteca de chica?- Si, seguido. Para hacer trabajos prácticos con compañeros o a estudiar. El ambiente es otro, es más tranquilo. Lo recomiendo. Es bueno no perder la costumbre.

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

Page 25: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 25

El Recetario de Tais

- Manteca 225 g- Azúcar 225 g- Harina 175 g- Polvo para Hornear 1 cda- Huevo 1 unidad- Pasas 115 g- Avena 130 g

VISITANOS EN: www.bpstigre.com.ar /bibliotecapsarmiento

Ingredientes

Todas las ediciones, de la mano de la Chef Tais Centomano, una receta fácil y rápida de preparar. En esta ocasión Cookies de Avena y Pasas.

Preparación:

1- Precalentar el horno a 180ªc.

2- Blanquear la manteca y el azúcar con una batidora. Luego agregar el huevo.

3- Tamizar harina junto al polvo de hornear y luego integrarlo a la preparacion anterior. No trabajar demasiado.

4- Agregar las pasas y la avena.

5- Envolver en papel film y refrige-rar.

6- Estirar la masa y, con la ayuda de un cortante, armar las cookies.

7- Disponer en una placa y cocinar por 15 mintos.

8- Servir.

¿Cómo...

Blanquear?En un recipiente colocar la mante-ca a temperatura normal, o sea sacarla con bastante tiempo de la heladera, y el azúcar.Batir hasta que el azúcar se disuelva totalmente y tome un color mucho más claro. Por eso se dice blanquear.

Tamizar?Pasar la harina por un tamiz (colador) para airearla.

Proximamente en Youtube, para que puedas ver todo “El Recetario de Tais”.

Page 26: Perspectivas

Perspectivas Marzo / Abril 2012 Pág. 26

CONTACTANOS: [email protected] Tel: 4749-1973 / 5767

HACEN PERSPECTIVAS

La redacción no se hace responsa-ble de las opiniones vertidas en los

textos firmados por sus autores

Ismael SzeinmanFlorencia RizziMarco FressoneFoto de Tapa: Sebastian HerreraImpresión: Imprenta Genesis

Solicitar Turno

Tel: 4506-4520 Cel: 155-884-2654 Mail: [email protected]

Page 27: Perspectivas
Page 28: Perspectivas