Periódico VAS Nº 58

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Periódico Cultural Comunitario - Año X Nº 58 - Octubre de 2013 - Tel 4372 8830 - [email protected] - Distribución Gratuita - Tirada: 4000 ejemplares - ISSN: 2250-8759 Si no sabes adónde vas, vuelve para saber de dónde vienes Declarado de interés por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Declarado de Interés Cultural y Comunitario por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

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Periódico VAS Nº 58 - Octubre de 2013

Periódico Cultural Comunitario - Año X Nº 58 - Octubre de 2013 - Tel 4372 8830 - [email protected] - Distribución Gratuita - Tirada: 4000 ejemplares - ISSN: 2250-8759

Si no sabes adónde vas, vuelve para saber de dónde vienes

Declarado de interés por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Declarado de Interés Cultural y Comunitario por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

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24 de julio de 1647. El Cabildo en ple-no pide al gobernador Lariz que no viaje, “porque podrían entrar navíos enemigos a infectar esta provincia y, faltando su excelencia, no queda en este puerto quien entienda de milicia”. Lariz confirma el viaje, responde que debe visitar la provincia y dar cuenta al rey de lo que encuentre. Sin demoras, el 2 de agosto de 1647, el gobernador Lariz inicia una curiosa travesía: se embarca en Buenos Ayres para remon-tar el río Paraná en un buque artillado, lleva al contador Agustín Lavayén, al escribano Gregorio Martínez Campu-zano, al ensayador de oro Martín Vera, al especialista en medidas y fiel ejecu-tor Amador Báez Alpoin, y al indígena baquiano Juan Ventura. Lleva además una tropa bien elegida y pertrechada de cuarenta hombres (cuya falta habría sido muy notada por el Cabildo en el caso de la invasión temida). Y parte detrás del buque un bergantín con pro-visiones.Las naves llegan a Santa Fe el 21 de agosto. Allí se unen a la expedición el general Cristóbal Garay -nieto del fun-dador- y una tropa de veinte hombres. ¿A dónde va tanta tropa? ¿Irá contra los bandeirantes portugueses? ¿Irá a recu-perar la aldea Concepción del Berme-jo, tomada por las tribus insumisas del Gran Chaco?1

Nada de eso. Lariz quería descubrir las legendarias minas de oro explotadas secreta e ilegalmente por los jesuitas. La tropa era para vencer al ejército mi-sionero que, llegado el caso, defendería las minas.2 Tales conjeturas, la del oro jesuita y la del probable enfrentamien-to con el ejército misionero, muestran el endeble equilibrio político colonial. Jacinto Lariz quería transferir el su-puesto oro a la Corona, cobrar una tercera parte de comisión, y castigar a los jesuitas por el fraude. Semejante maniobra lo enriquecería, le daría ho-nor y prestigio, y además lo pondría en una posición superior frente a su peor enemigo: el obispo Cristóbal de la Mancha y Velasco.

Tantas ventajas podrían haber hecho alucinar a Lariz, contagiarle la fiebre de los conquistadores -como fue la búsqueda del Dorado o la del Cerro de Plata-, y hacerle tomar decisiones fan-tásticas e imprudentes. Sin embargo, pese a la violencia impulsiva de Lariz -mostrada en la crónica anterior-,3 esta expedición a las misiones fue planeada con tiempo, datos concretos, y muy ra-zonadamente.Lariz había cruzado correspondencia con el gobernador del Paraguay, Die-go Escobar Osorio, y con el obispo del Paraguay, el franciscano Bernardino Cárdenas, quien mantenía una honda rivalidad con los jesuitas y los acusaba de robar tributos a la Corona. Ambos ratificaron la existencia de las minas, aunque no habían podido llegar hasta ellas porque estaban en regiones im-penetrables, decían. Y porque había fortalezas muy artilladas y ocultas en el monte para fulminar a los ajenos, agregaba el obispo Cárdenas. Pero re-sultaba clara la existencia de oro, de-cían ambos, por el creciente número de misiones y estancias jesuitas, y por la prosperidad que éstas tenían.4 De modo que Lariz iba preparado, lleva-ba cañones, tropa bien elegida, ensa-yador de oro, especialista en medidas, contador, escribano para documentar el hallazgo. Y hasta había conseguido un baquiano, el indígena Juan Ventu-ra, que aseguraba haber estado en las minas.

El gobernador Jacinto Lariz no mues-tra sus intenciones. Le da a la expedi-ción un carácter administrativo: hace una suerte de censo indígena para co-nocer el número de su población, sa-ber si obedecen al rey, saber quienes están en condiciones de pagar tributo, y si son hábiles en el manejo de armas. Visita primero dos reducciones francis-

canas, hace los censos, y llega a la aldea de Co-

rrientes el 23 de

septiembre de 1647, donde se suman diez soldados más a la travesía.Lariz llega a la misión jesuítica guara-ní de Itapúa el 19 de octubre. Allí su-fre el primer traspié porque deserta su baquiano, el indígena Ventura. El go-bernador Lariz recorre las misiones de Candelaria, San Ignacio, Corpus, San-ta Ana, San Miguel, San José, Santo Tomé… Va haciendo censos, cabildos, pesquisas y exploraciones discretas hasta llegar a la gran misión de Con-cepción donde lo recibe el padre Fran-cisco Díaz Taño, fundador del ejército jesuita que derrotó a 450 bandeirantes en la batalla de Mbororé. Díaz Taño, un hábil diplomático que había estado en Roma y en la intrigante corte espa-ñola, para interceder por los guaraníes y armar un ejército, adivina las inten-ciones del Gobernador y lo invita a abandonar reparos. Lo invita a realizar una investigación abierta y completa en todas las misiones. Algo avergonza-do pero satisfecho, Lariz acepta y hace pregonar a los guaraníes que nombrará capitán a quien lo conduzca a las mi-nas de oro, que le dará uniforme y un premio de 200 pesos. Es una recom-pensa enorme. Difícil de resistir. Hay varios postulantes pero ningún hallaz-go. Desengaño del Gobernador. Para completar la investigación, Díaz Taño encuentra al desertor Ventura y se lo entrega a Lariz. Pero Ventura niega la existencia de minas. Asombrado y fu-rioso, Lariz ordena ponerlo en el potro para hacerlo confesar. Resiste el indíge-na. Y el Gobernador, en vez de matar-lo, decide darle 200 azotes en la plaza de armas -uno por cada peso ofrecido de recompensa- a modo de advertencia para los postulantes fantasiosos.

Detrás de la leyenda minera había un malestar, la cuestión contra los jesui-tas surgía por la autonomía política y el enorme poder desarrollado. Las mi-siones eran pueblos disciplinados, mís-ticos, casi independientes de las gober-naciones seglares, con ejército propio, y económicamente autosuficientes. Las misiones crecían como un impe-

rio religioso, fanático, austero, rígido y dominante, pero, sin los vicios de

la nobleza española. Y eran verdaderamente prósperas,

aunque al margen de la leyenda minera. En rea-

lidad, el oro de los jesuitas era el propio indígena. El conflicto de fondo entre gobernadores, curas y encomenderos sucedía por la posesión del indígena, quien daba su fuerza de trabajo, pagaba tributo y servía de soldado; todo, prác-ticamente a cambio de nada.

En su viaje de vuelta por el río Uru-guay, Lariz escribe un informe al rey: “Había 30.544 indios en las reduccio-nes, de los cuales 7.354 estaban en con-diciones de pagar tributo y eran hábiles en el manejo de armas”. Sugiere Lariz, que ese tributo podría ser de tres pesos anuales por cabeza, a pagar entre los dieciocho y cincuenta años. Y agrega que “no tenía fundamento la voz que había corrido sobre el mineral de oro en las reducciones”.Mientras tanto, en Buenos Ayres no sucedía la invasión temida por los ca-pitulares. La única conmoción en el Cabildo fue la demanda airada de Alonso Guerrero contra el portero Pedro García, que desató un escán-dalo entre vecinos. Alonso Guerrero, un rico mercader andaluz enriquecido con el contrabando de esclavos, pedía que se le embargara el salario al por-tero del Cabildo. Decía Guerrero, que García le debía cuarenta pesos por ropa que le había vendido para vestir a su mujer, “La Reinita” Rodríguez.5 Gue-rrero vivía a metros del Cabildo, en la esquina actual de Rivadavia y Bolívar, haciendo cruz con la Catedral y frente a la Plaza Mayor -considerar que no es-taba entonces la avenida Roque Sáenz Peña (Diagonal Norte) ni la avenida de Mayo-. Y ocurrió el escándalo cuando “La Reinita” fue con sus pupilas a la casa de Guerrero para devolver la ropa y protestar contra el mercader. El es-pectáculo de las señoritas desnudas y el desorden frente a la Catedral parecía perjudicar a García en vez de favore-cerlo. Sin embargo, el Cabildo decretó que no podía embargar al Portero por-que no se le debía nada.No hubo mayores incidentes durante la ausencia de Lariz. Bajó el precio del azúcar y el tabaco, crecía el comercio, se abrieron dos pulperías. El 4 de no-viembre de 1647, Pedro García pidió permiso al Cabildo para poner pulpe-ría; y se le dio la licencia con la fianza acostumbrada.

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PARTE IX B

LA OTRA HISTORIA DE BUENOS AIRES Segundo Libro: 1636 -1735

por Gabriel [email protected]

(Continuará...)

EL ORO DE LOS JESUITAS

1. En 1632, los hohomas, los tocaques y los co-lastinés se rebelaron contra los encomenderos y tomaron Concepción del Bermejo, aldea impor-tante y estratégica de la provincia. Hay una cró-nica del episodio en “La Otra Historia de Buenos Aires, 1536 - 1635”, Parte XXI.2. El ejército misionero, aunque era precario, ha-bía vencido a los bandeirantes en la famosa bata-lla de Mbororé en 1641. Hay una crónica de esta batalla en “La Otra Historia de Buenos Aires. Se-gundo Libro”, Parte V (C), Periódico VAS Nº 50. 3. Ver “La Otra Historia de Buenos Aires. Segun-do Libro”, Parte IX, Periódico VAS Nº 57.4. Había 27 misiones en la Mesopotamia y 5 es-tancias importantes en Córdoba en 1647.5. Sobre la economía de Pedro García y su mu-jer, Amalia Rodríguez, ver “La Otra Historia de Buenos Aires. Segundo Libro”, Parte VIII B, Pe-riódico VAS Nº 56.

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Periódico VAS Nº 58 - Octubre de 2013

La propuesta del Encuentro... fue intercambiar experiencias de creación comunitaria desde la Latinoamérica profunda, a través de espectáculos, talleres y conferencias.

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II Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente

E star juntos, relacionarse, tras-pasar fronteras con la memoria bien presente, proponer mira-das latinoamericanas han sido temas que sonaron fuerte en

esta segunda edición del Elti (Encuentro Latinoamericano de Teatro Independien-te). Llevado a cabo entre el martes 3 y el sábado 7 de septiembre, el Encuentro tuvo al Teatro Andamio´90 como sede central, además de La Carpintería Teatro y El Galpón de Catalinas. Las jornadas se sucedieron con mate en mano, un am-biente sumamente cálido y una perma-nente sensación de ida y vuelta que pre-tendió romper las fronteras entre países, pero también entre actores, espectado-res, estudiantes, investigadores teatrales y demás participantes que se dieron cita en cada una de las actividades propues-tas. Se dictaron talleres en La Carpintería Teatro, como “Dramaturgia de la pre-cariedad” a cargo de Santiago Roldós (Ecuador) y “La máscara andina” por el grupo Yuyachkani (Perú); conferencias dedicadas a dramaturgia, clown, teatro comunitario. Y espectáculos con grupos provenientes de diferentes latitudes lati-noamericanas: Karaoke (Orquesta Vacía) por Muégano Teatro (Ecuador), IMpací-fico por Maque Pereyra (Bolivia), Adiós Ayacucho del grupo Yuyachkani (Perú), y de nuestro país: La mirada en el agua por Equipo Llanura (Santa Fe) y las obras Carpa Quemada del Grupo Catalinas Sur y Arpán (Buenos Aires). Al culminar la función se realizaron charlas con los protagonistas, que permitieron conocer las historias, los procesos, las creaciones encerradas detrás de cada obra.

Apagar los celulares, la función va a comenzarAmenizó el frío del martes 3 de septiem-bre la cita en un Obelisco en hora pico, atestado de tránsito. Por unos momen-tos la gente pudo detener su andar ligero y sus rostros de preocupación cotidiana, para observar con mezcla de inquietud y alguna sonrisa dibujada al grupo de ac-tores que, con grandes lupas y trajes de-tectivescos, repartían los programas del inminente encuentro. La fiesta teatral se desplazó por la avenida Corrientes y sorprendió a una mujer que, con la mi-rada fija hacia adelante y los auriculares puestos, no alcanzó a darse cuenta de lo que estaba ocurriendo hasta que un programa del Elti se le apareció delante de la cara y uno de los actores, que trata-ba sin resultado de llamarle la atención, finalmente exclamó: “por favor, desen-chúfese por unos momentos del celular y vea la programación, el Encuentro de Teatro está por empezar”.

“¿Cómo comienza un comienzo?” arrancó narrando la Compañía Viable. Acompaña-do por la música en vivo, un actor-cuen-tista abrió un gran libro con imágenes que delicadamente fueron desplegando la imaginación de los espectadores que,

con la sala del Andamio´90 repleta, es-cuchaban atentamente el relato. Como si se tratara de aquellos cuentos leídos por alguna abuela en camisón, el breve relato mostraba cómo el recuerdo del pasado permitía afianzar el presente y anticipaba, de esta manera, alguna de las temáticas que recorrerían parte de la programación.Pasaron al frente los integrantes del gru-po organizador UmaMinga (palabra que-chua que significa Uma: cabeza y Minga: trabajo colectivo): Verónica López Oli-vera, Maite Velo, Gabriela Julis, Ignacio Masjuan y Florencia Bignoli. “La idea no es hacer El Encuentro, sino un encuentro más que genere otros encuentros”, se-ñalaron y sostuvieron que lo importante es el intercambio, una construcción que se va haciendo en forma colectiva: una “minga”. De allí la idea de reunir grupos teatrales latinoamericanos, la necesidad de recuperar la hermandad pensándo-nos como una gran región y de hacer de ello una verdadera fiesta.El investigador teatral Carlos Fos abrió el encuentro con un llamado a la necesi-dad de encontrarnos “¿Cómo es posible enhebrar un tejido social, si no están los cuerpos? Esto no lo podemos hacer por Facebook”, de allí que diferenció este evento, de los festivales que siguen lógi-cas donde se prioriza a los espectáculos y se tornan fetiches, olvidando la viven-cia real de las personas que participan. El investigador advirtió que el encuentro de los cuerpos, el trabajo colectivo, los espacios que promueven la horizontali-dad, son temas necesarios desde donde plantear una actividad como la teatral que nació comunitaria y debería perma-necer por siempre con ese espíritu. Un encuentro, finalizó, se advierte cuando se opone a los “cuerpos dóciles”, aque-llos cuerpos que están presentes, que comparten, que celebran.Así lo entendieron los chicos de Chumba Percusión, que le dieron ritmo a una sala que se contorneaba frente a un grupo que mostró una percusión con elemen-tos muy originales (tubería y tachos). Cargada de dramatización a través del baile, pero también la gestualidad ale-gre y alborotada le dio cuerpo a un es-pectáculo que desbordó de energía.La jornada siguiente continuó con tea-tro y dramaturgia. Mauricio Kartún y su conferencia “Dorso. El lado en sombras de la creación” fueron ovacionados y luego le siguió la obra La mirada en el agua, del Equipo Teatro Llanura de San-ta Fe. El grupo, con nada menos que 40 años de trabajo, ancló su relato en las inundaciones del litoral y esa necesidad de los artistas de ir un poco a contrama-no de la corriente.

Teatro comunitario, celebración de vecinos“Si no nos ponemos a pensar para quién hacemos teatro, estamos en problemas” fueron las palabras de Adhemar Bianchi,

director del Grupo Catalinas Sur, “¿Qué queremos contar como vecinos? Desde ese planteo comienza nuestra dramatur-gia y el proceso de creación colectiva”, reafirmaba Ricardo Talento, director del Circuito Cultural Barracas que, junto a Agustina Ruiz Barrea, coordinadora del Grupo Pompapetriyasos, formaron par-te de la jornada de teatro comunitario el jueves en el Galpón de Catalinas. Des-de la idea de un teatro de vecinos para vecinos, señalaron que el arte es un derecho humano esencial y no un ser-vicio, de allí la necesidad de desarrollar la creatividad del vecino, un ámbito que aparece mutilado en nuestra sociedad. El crecimiento continuo de los grupos de teatro comunitario y su permanencia a lo largo del tiempo hablan de “una nece-sidad real de espacios de encuentro, de lugares donde disfrutar” sostuvo Agus-tina Ruiz Barrea. Tal como manifestaron los directores, lejos de la segmentación propia del mercado, los grupos de tea-tro comunitario cuentan con elencos numerosos donde participan todas las generaciones juntas (desde chicos has-ta adultos mayores) y las obras suelen recorrer la memoria de la comunidad desde las propias vivencias, con un an-claje importante en el barrio: “se trata de ponerle una voz, no la voz, sino una voz posible a la comunidad” declaraba Bianchi. Tal como comentaron los coordinadores de estos grupos, hacer obras que hablen del barrio y ocupen los espacios públicos permite tener otro compromiso con ese territorio, incorporar al mundo teatral a mucha gente que nunca fue espectador de teatro, actuar y fomentar un teatro que no se concentre sólo en el centro de la ciudad. Las obras de teatro comunita-rio casi no cuentan con difusión mediáti-ca y sin embargo siempre tienen mucho público: “Hay algo del compartir que se pone en juego. El que está como espec-tador se siente invitado. Hay mucho tea-tro que deja a la gente afuera y aquí se sienten involucrados” sostenía Talento.Luego de una recorrida por este teatro gestionado por el Grupo Catalinas Sur y formar parte del ritual de la choriceada que se realiza previa a cada espectáculo, se dio comienzo a la última obra de este grupo pionero que este año cumple 30 años. Carpa quemada completa la trilogía histórica de dos obras que se han con-vertido en verdaderos clásicos del Gru-po Catalinas Sur: Venimos de muy lejos y El fulgor argentino. En la obra se re-crea de forma monumental el siglo XIX argentino, contado por payasos de un circo. Está basada en una historia real, la del payaso Frank Brown, que puso su carpa de circo en Florida y Córdoba en 1910, año del Centenario de la Patria, y como no daba “buena imagen” se la quemaron. La ficción comienza cuando los payasos un tanto chamuscados se

Orientación Vocacional para personas retiradas Taller coordinado por la Licenciada Lilian Suaya:¿Qué se deja tras la salida del mundo laboral?¿Qué prejuicios, mitos y creencias rodean a quienes se hallan en esta instancia de su vida?¿De qué modo es posible acomodarse a la nueva situa-ción vital que surge una vez que se deja de trabajar? ¿Qué hacer con el tiempo libre tras esta etapa tan in-tensa de la vida?La propuesta de este taller es reconstruir el tiempo vital tras el fin de la vida laboral, analizando las posi-bilidades de encontrar actividades productivas desde el placer y el entretenimiento; descubriendo las po-tencialidades y habilidades singulares susceptibles de ser plasmadas en nuevos espacios a crear; fundando nuevas áreas de intercambio y pertenencia donde desplegar nuestras capacidades y construir nuevos la-zos afectivos. La dinámica grupal propicia este reconocimiento a tra-vés de las intervenciones de los participantes, con la finalidad de enriquecer la autoimagen y la autoestima. Contribuyendo a la elaboración del pasaje del mundo laboral conocido hacia una nueva forma de vida que requiere de la construcción de un nuevo proyecto. Informes: Tel.: 4863 8523 - 4372 0347 mail: [email protected]

Milonga en Rojo en El Marabú El cabaret Marabú nació en un subsuelo de un pala-cio italiano de la calle Maipú 359, el mismo año que nació el Obelisco: 1935. Y si el Obelisco, como dijo el poeta, era “un trozo de tiza en el pizarrón de la no-che”, el Marabú fue el pizarrón. Allí se aprendía y se vivía el tango, los amores, el glamour, y también los desengaños. La iniciativa de crear el cabaret fue del español Jorge Sales, que supo captar la sensualidad y el misterio de una ciudad marcada por la soledad, la migración, y el tango. El nombre Marabú tiene un rasgo erótico: define a un ave africana y por extensión a sus plumas, muy usadas entonces para hacer la len-cería de las vedettes y esas boas de colores asociadas con las mujeres del charlestón y las muñecas bravas del tango. Los cabarets de los años 30, el Tabarís, Casanova, Chantecler, Amenoville… tenían inmensas pistas de baile rodeadas de mesas, barras, escenarios para dos orquestas: típica y de jazz. Y hacían varieté a la medianoche. No eran usualmente lugares para pa-rejas sino para grupos de hombres y mujeres solas, eran lugares de baile y encuentros, y si allí se formaba una pareja por lo general no volvía. El Marabú tenía 1000 m2, ambiente estilo art decó, y pisos en damero blanco y negro. Actuaba la orquesta de Aníbal Troilo con Piazzolla. La orquesta de Carlos Di Sarli. Ángel D’ Agostino. Había un portero con faldón y gorra con el nombre del lugar, entraban coperas risueñas con estrictos vestidos de satén y las consabidas boas de colores, llegaba un sonido de violín y bandoneón, y un cartel en la puerta decía: “Todo el mundo al Ma-rabú”.Sin la ostentación de entonces, tras treinta años de olvido y abandono, El Marabú reabrió sus puertas el 2 de septiembre, al compás de la bailarina Adriana Feb-broni con Milonga en Rojo. Baile de salón para concu-rrir de “elegante sport”.Informes y reservas: 15 4531 9977 – 4755 7620.

Por Celeste Choclin

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trasladan a la Boca a contar su propia versión de la historia del siglo XIX. Con acróbatas, muñecos, títeres, escenogra-fías variadas, personajes satíricos y la potencia del canto colectivo, el espectá-culo no se priva de cuestionar próceres afincados en sillones, inmortalizados en estatuas y vanagloriados con la “pluma y la palabra”, para narrar otra historia: la de los vencidos. De esta manera hacer tambalear el estatus de la “civilización” para que hable la “barbarie”, mientras de forma conmovedora resuena el can-to de los pueblos originarios, víctimas de uno de los mayores genocidios de la historia. Fiel a su estilo, la obra también cuenta con mucho humor, la alegría de la fiesta, la celebración y esa “desmesu-ra del teatro comunitario” de la que se jactan sus integrantes.

Postales de alienación, señales de libertadCon gran expectativa, el grupo Muégano Teatro de Ecuador, presentó el viernes Karaoke (Orquesta Vacía) en Andamio´ 90, en una sala que no cabía ni un alfi-ler. Como postales de alienación coti-diana, los tres actores en escena, con una plasticidad corporal majestuosa, in-terpretaron sujetos modernos que con movimientos mecanizados como los de un PACMAN devoran los productos y las promesas de felicidad de la sociedad de consumo. Una fuerte crítica a la cultura imperante donde los personajes, desde la corporalidad, el gesto y parlamentos que se expresan a borbotones como cataratas de palabras desesperadas, muestran la necesidad de “revolucionar en su origen todas las relaciones socia-les”. En la charla posterior a la obra, Pilar Aranda (actriz) y Santiago Roldós (actor y director) comentaron que en la escuela teatral que dirigen en Guayaquil procuran generar un espacio de auto-conocimiento corporal en un ámbito donde los cuerpos de los jóvenes que se acercan se muestran cercenados, con-finados a un esquema corporal rígido y lo que quieren, relataban los actores, es convencerlos para que se abran y pue-dan “defender su propio deseo”.Le siguió la presentación de IMpacífico, que sorprendió con la expresión descar-nada de Maque Pereyra, que hizo de la danza contemporánea un himno al reco-

nocimiento de su Bolivia natal. La obra expresa en su propio cuerpo, recreado con imágenes del mundial de fútbol y las guerras que padeció este país, el sentir de un pueblo que apenas conquistó un triunfo efímero en el mundial de 1994, y las paradojas de encontrar el lugar de la victoria en un espectáculo que privile-gia la rivalidad entre países. En conver-sación posterior al espectáculo puso en palabras esa tensión dramática que sos-tuvo sola en el escenario: “Es una bata-lla interna, un palpitar constante. Siem-pre me enseñaron que lo extranjero era mejor y yo soñaba con la idea de irme a estudiar afuera, pero luego pensé: ¿por qué me tengo que ir?…y la Pachamama me hizo quedar aquí”, declaró con una voz quebrada por la emoción, mientras los aplausos resonaban en la sala.

Con la memoria presenteEl último día se presentó Arpan. Donde la memoria, la alienación y la pregunta por la identidad (¿quién soy?, ¿qué elijo ser?) recorrieron un relato mágico para chicos y también para los grandes. Por problemas meteorológicos, el cie-rre previsto en la Plaza de Mayo debió pasarse a la sala del Andamio´90. Allí Femina que puso melodía al encuentro, desplegó su música de estilo rap-fusión cargada de juegos de palabras, poesía y mucha fiesta. El evento programado del Libro Liberado no se pudo llevar a cabo en la vía pública como era previs-to, sin embargo Luli Cirelli, impulsora de este movimiento que tiene por ob-jetivo compartir libros, pasarlos de unos a otros “para que no se quemen como en la ficción de Fahrenheit 451”, colocó libros donados entre otros por Argen-tores y el Instituto Nacional del Teatro debajo de las butacas para obsequio de los presentes. Pero el verdadero regalo de la jornada lo dio el grupo Yuyachkani, que con Adiós Ayacucho caló fuerte en los corazones de los espectadores. Se trata de un joven que, en el marco de la terrible represión en Perú de los años 80, donde murieron y desaparecieron más de 69.000 personas, cuenta cómo fue despedazado y viajó con su cuerpo mutilado desde un pueblo de la sie-rra hasta Lima para pedir al presidente que le restituyan sus partes y así poder

darle sepultura. Con una interpretación magnífica y un ambiente cautivante que recuerda los rituales sagrados, el grupo Yuyachkani (su nombre en quechua sig-nifica “estoy pensando, estoy meditan-do”) que cuenta con 40 años de trayec-toria, supo dar vida a una historia que, como comentaron luego sus protagonis-tas, en el marco de una comisión creada por la memoria en Perú, se presentó en distintos pueblos víctimas de esa gran represión para que los sobrevivientes se animaran a hablar. Como la de nuestros desaparecidos, la historia resulta común en muchos puntos de nuestra extensa geografía latinoamericana, por eso se había planeado su presentación en un lugar emblemático como la Plaza de Mayo. Pero a mal tiempo buena cara y la representación en el espacio intimista que proporciona la sala teatral creo tal clima que hizo deslizar un lagrimón a más de un espectador. El cierre murguero con Le puse Cuca Murga cerró un encuentro donde los participantes se reunieron, aplaudieron al unísono, se emocionaron, se identifi-caron con lenguajes que, pese a las dis-tancias de nuestro extenso continente, resultan muy cercanos porque forman parte de nuestras voces, de nuestros saberes. Y de una memoria, a veces acallada, a veces olvidada que es nece-sario compartir para hacer presente. Así lo canta el Grupo Catalinas Sur al final de su espectáculo: “Hoy estuvo el fue-go en esta carpa/Ese fuego prepotente y vanidoso/Que pretende borrarnos de la historia./Fuego contra fuego apaga el fuego/Le opusimos otro fuego/¡La me-moria!/Es un frágil fuego/¡Hay que cui-darlo!/Desde abajo/Desde la pista de un circo/Desde un escenario/Desde la pla-za, la calle/Desde el barrio/Alimentarlo, apantallarlo, soplarlo/Desde abajo”.(Grupo Catalinas Sur, Carpa Quemada)

Adios a Délfor, el Chaplin porteñoDélfor Amaranto Dicásolo llegó a Buenos Aires, desde su Chivilcoy natal, a los 20 años con una maleta llena de sueños. Entre ellos, jugar en la primera de Boca Junior. Pero otra fue su suerte. En 1941 comenzó a trabajar en radio como imitador solista en La mati-née de Juan Manuel, y se hizo conocido como Dél-for, el fantasista de la voz. Luego, adquirió renombre con el programa Teledisloque donde se parodiaba a los periodistas radiales. El hito de su carrera lo mar-có en 1956 con La Revista Dislocada, en su versión televisiva, teatral y gráfica, a través de un suplemen-to semanal que editaba el diario Crónica. Délfor se desempeñó como libretista, publicista, locutor, actor, y dibujante. Cultor de los juegos de palabras, acuñó términos que formaron parte del imaginario social. Como, por ejemplo, la palabra “gorila”, usada para designar a los antiperonistas. En 1973, durante el go-bierno del general Lanusse, Délfor sufrió la censura. En 1978 debió emigrar a Perú, después fue a México. Cuando regresó, al promediar la década del 80, otro era el país que lo recibió y pocas las puertas que se le abrieron. El 13 de septiembre pasado, a la edad de 93 años, Délfor falleció en la pobreza y la indiferencia de los medios que se enriquecieron gracias a su ingenio. No tenía propiedades y vivía en la casa de su único nieto. Hasta principios de este año, editó la versión gráfica de la Revista Dislocada con el apoyo de comerciantes y amigos. La publicidad de la revista y una magra jubi-lación eran su único sustento económico. Délfor, no cedió un tranco a la indolencia y dió batalla a la adversidad con el mismo entusiasmo que encaró todos sus proyectos. En abril de 2010 publicó un libro autobiográfico que tituló: La vuelta al mundo en 90 años. Ese mismo año, la Legislatura porteña lo decla-ró Ciudadano Ilustre. Reconocimiento que recibió el 13 de abril de 2011.Este septiembre, sus fuerzas dijeron basta y, en un silencio de radio, se nos fue Délfor: el dueño de una singular forma de hacer humor inteligente, el mentor de grandes humoristas, el Chaplin porteño.

Y el ELTI continúaEl 19 y 20 de noviem-bre se realizará el Elti Extensión. Dos jornadas de teatro con entrada

libre y gratuita en el Cen-tro Cultural Haroldo Conti

(ex Esma). Allí se presentarán las obras del dramaturgo argentino Arístides Vargas: Ins-trucciones para abrazar el aire, basada en la vida de Chicha Mariani -quien estará pre-sente y recibirá un homenaje por sus años de lucha- y La razón blindada dedicada a la experiencia del hermano del autor, Chicho Vargas, y sus compañeros detenidos en la cárcel de Rawson durante la última dictadu-ra cívico-militar. Luego de la obra habrá una charla debate con el dramaturgo.Sede: Centro Cultural Haroldo Conti (ex Esma), Libertador 8151.Informes: [email protected]; www.elti.com.

Arte de TapaLa tapa de este número de Periódico VAS es un fotomotaje realizado sobre una ima-gen de la obra Carpa Quemada del grupo de teatro comunitario Catalinas Sur.

Foro Social de Revistas Culturales IndependientesEntre el 11 y el 14 de octubre se reedita el Foro Social de Revistas Culturales Independientes en la Manza-na de las Luces. Allí estarán representadas todas las voces de la diversidad cultural del país. Que, a través de mesas redondas, encuentros, paneles y talleres, intercambiarán experiencias y bregarán por la pronta sanción de Ley Nacional de fomento a la producción independiente y autogestiva de comunicación cultural por medios gráficos e Internet, que ingresó al Parla-mento nacional el 14 de mayo pasado. Los editores nucleados en la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina (AReCIA), reclamamos, con esta Ley, políticas públicas destina-das a fortalecer el sector de la producción de comu-nicación cultural autogestiva: fomentándolo, prote-giéndolo, impulsándolo. Aspiramos que se declare de utilidad colectiva e interés nacional la producción autogestiva de comunicación cultural independiente. Y exigimos un tratamiento impositivo más justo con el sector.

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U n montón de chapas puestas a modo de valla muestra el ingreso a la nada misma. Si hubiese que comparar al CE-SAC de calle Viamonte 1747

con el estado de salud de un paciente, podría decirse que está cerca de la des-conexión.El esqueleto de una obra parada es la úni-ca y dolorosa respuesta a las más de dos mil firmas que juntaron los vecinos de la Comuna 1 para pedir la finalización del Centro de Salud y Atención Comunitaria (CESAC) de la calle Viamonte. Paradójico, uno de los puntos neurálgicos de la capi-tal no cuenta con ningún hospital ni tam-poco con un centro de atención primaria. La esperanza de salud que representa un CESAC, no sólo para quienes habitan allí sino para las tantísimas personas que a diario circulan por esa zona, por ahora tiene puesto el botón de stop.

La obra estaba votada por los vecinos desde el 2003, dentro de los postulados del Presupuesto Participativo. Diez años pasaron y hasta ahora, esas intenciones solo quedaron puestas en un voto que nadie parece registrar. Pese al abando-no visible, lo que debería ser el CESAC ha recibido cuantiosos créditos para que sea terminado. A saber: un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo por 2.149.288 de pesos y otro de 1.817.853; que llegó a través del “Fondo de Infraes-tructura Social (FOISO).

El barrio de San Nicolás -también conoci-do como Centro- es el más concurrido de la Ciudad pero no hay asistencia pública. Por ahora subsiste allí el mercado de San Nicolás, lindero al predio donde debería alzarse el CESAC. En el gobierno de Aníbal Ibarra, la obra se adjudicó a la empresa Ecma SRL, que el 11 de octubre de 2005 comenzó la obra y tras 7 meses quedó paralizada. En marzo de 2007 se reactivó,

pero en octubre del mismo año volvió a

detenerse y la ejecución no llegaba ni al 15 por ciento.Ya bajo la gestión de Macri, a este pe-riódico se le había informado a modo de promesa: “que por orden expresa del ingeniero Macri, antes de que termine 2008, el Centro estaría listo”. Sin embar-go la obra sigue abandonada y esto au-menta su deterioro y vandalización. Mara Lavalle, juntista comunal de la Comuna 1 (Partido Socialista–Unen) le dijo a Pe-riódico Vas que “Macri había dicho que iban a estar los fondos, luego nos llegó el comentario de que el Ejecutivo no quiere avanzar en esto porque el freno está allí (sic). Montenegro negó que se destine el predio a la Policía Metropolitana o a co-locar allí la morgue de la policía, como se

había dicho en un momento”.

“Es una obra prioritaria que está parada, sin mayores explicaciones”, resume La-valle a Periódico VAS, quién asegura que son “una incógnita” los motivos de por qué no se finaliza el CESAC.

Pola, puestera histórica del Mercado San Nicolás, vio desde su comercio las distin-tas etapas de la obra inconclusa. Ella for-ma parte de la comisión directiva de la cooperadora del Mercado y el panorama que pinta no es para nada esperanzador. “Luchemos para que esto no quede en la nada”, pide al ser consultada por Periódi-co VAS y detalla: “los baños que habían empezado a hacer los sacaron y la última empresa que estuvo, ya se fue, está todo parado”.

“¡100 millones de pesos vale ese terreno!, nos están corriendo a todos, no quieren hacer el CESAC y además quieren echar a los puesteros, ya nos están cobrando dos mil pesos por puesto”, dice Pola, conven-cida de que la especulación inmobiliaria es el freno que tanto pesa sobre esta obra prioritaria. Los puesteros hasta pagan el agua de la totalidad del predio, que osci-la en los 1200 pesos bimestrales. “El go-bierno no viene a mantener ni a limpiar el predio y además alquila el frente tapiado del centro de salud para publicidad, pero no se sabe dónde va la plata”, agrega Pola indignada.

Gracias a una gestión de la ex legisladora porteña Silvina Pedreira (PJ), alertada por este periódico, el Gobierno de la Ciudad contestó que “el monto de $1.817.853, asignado a través del FOISO, había sido en principio restringido y finalmente anu-lado, por la Contaduría General”, enton-ces “la obra ya no contaba con los fondos necesarios”, dijo Pedreira. Además, el ex ministro de Salud, Jorge Lemus, había restituido el predio a la Dirección Gene-ral de Bienes. Ya no estaba el dinero, ni tampoco la intención de terminar la obra pese a que él mismo había prometido: “un Centro de Salud de nivel tres, una posta sanitaria del SAME, un centro de adicciones, y también algo sobre discapa-cidad” (sic).

Las respuestas desde el oficialismo siem-pre fueron confusas, erradas o a medias, y a un año de que el Gobierno retiró el cartel de obra, nada parece mostrar que la construcción del CESAC de calle Via-monte 1747 se esté por reactivar. “Espero que en un tiempo no veamos por aquí un flor de Shopping o una torre de departa-mentos”, desliza Pola, convencida de que la mano inmobiliaria está detrás de tanta negativa absurda.

CESAC cerca de la desconexiónpor Clarisa Ercolano

Ciudad

La salud pública en el Centro de la ciudad de Buenos Aires

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Periódico VAS Nº 58 - Octubre de 2013

Salir a encontrarla, tal vez sea la causa profunda de este viaje. Salir supone alejarse de la no cultura. Diferenciar. Mirar el camino, los espacios nuevos.

Oír otra gente. Encontrar. Hacer puentes entre lo que se produce en los márgenes y en las grietas del sistema dominante. Capital de Santiago del Estero, jueves 16 de mayo, 20 horas.Entrevista con Elsa Trejo, profesora de Lingüística, Sociolingüística y Política, en la Universidad de Santiago. “Desde la antropología se dice que siempre se pro-duce cultura; ahora, lo que no sucede es la legitimación de determinadas culturas o productos culturales, el uso o mal uso que se hace del patrimonio cultural de los sectores llamados subalternos. Mu-chas veces, se lo aprovecha y tergiversa en función de los intereses del mercado de consumo capitalista, García Canclini es un autor que trabaja al respecto”, dice Elsa Trejo. ¿Puedo aplicar lo que decís al Centro Cultural del Bicentenario (CCB)?, le pregunto a Trejo. Recién llego del CCB y me dio la sensación de estar en un Sho-pping, en un no lugar. “Precisamente: el CCB está tercerizado”, responde Elsa Trejo. “Sé que han hecho salas en donde exponen cosas llevadas de distintos mu-seos: el Arqueológico, el de Bellas Artes,

el Histórico. Eso no gustó a muchos por-que aquello que es patrimonio del Estado se convierte en negocio privado”. Suele creerse que la cultura nace en las ciuda-des con ese tipo de negocios, le digo. Es un error confundir los grandes espectá-culos de entretenimiento y la tecnología, con la cultura. “Coincido con vos, por eso creo que los sectores dominantes legiti-man y presentan como cultura aquello que se hace en los grandes centros urba-nos, o si vuelven sus ojos hacia el Interior es para presentar el quehacer cultural como algo exótico, ajeno o llamativo, con la mirada que tenían los grandes centros colonialistas sobre lo oriental en el siglo XIX, por ejemplo”. Y debería ser distinto, le digo, porque la cultura surge de la vida social y no hay mucha vida social en el centro de las ciudades. Sí hay grandes es-pectáculos catárticos que sirven de nego-cio a las corporaciones, y de contención y manipulación a los políticos. Pero eso no cuenta como cultura. “Si toda acción social se considera cultura, debería con-tar”, tercia M. “Lo que hay que conside-rar es la diferencia entre cultura popular y cultura dominante”, explica. Son enti-dades opuestas que se distribuyen en el territorio, pienso, que tienen efectos distintos, pero que también se mezclan. Cuando llegamos a Santiago desde Santa

Fe notamos un cambio en la toponimia. Los nombres de los pueblos en Santa Fe honran a colonizadores, terratenientes, mujeres de la elite criolla. Y en Santia-go aparecen nombres impersonales que describen el lugar, a veces en quichua. Pueblos como Añatuya, Telares, Atamis-qui, Suncho Corral, Brea Pozo… Respecto de la sociedad santiagueña y la lengua quichua, ¿cuál es la interacción cultural que destacarías? ¿Hay prácticas bilin-gües en las escuelas? ¿Hay una relación cultural honda en el folclore? ¿Hay una cultura viva con presencia de pueblos originarios? “Aquí hay una población bilingüe quichua-castellano muy impor-tante, especialmente en la zona rural. La lengua quichua se transmite aunque los adultos quieran evitarlo. Los niños de los parajes rurales monte adentro la aprenden y la practican entre ellos, pero la educación formal le da muy poco es-pacio y valor a este saber. Aunque la Ley Nacional de Educación, promulgada en 2006, instaura la Educación Intercultural Bilingüe (EIB): ‘para garantizar el derecho constitucional de los pueblos indígenas a preservar su lengua, su cosmovisión e identidad étnica; y promover un diálogo mutuamente enriquecedor de conoci-mientos y valores entre los pueblos in-dígenas y poblaciones étnica, lingüística y culturalmente diferentes’. Y aunque una Ley provincial hace alusión, ponde-ra y establece la EIB”, continúa Elsa Tre-jo, “porque: ‘asegura el derecho de los Pueblos Originarios y comunidades mi-grantes a fortalecer y recrear sus pautas culturales, sus lenguas, sus cosmovisio-nes, sus tradiciones, identidades étnicas’ y etcétera, etcétera... Lo cierto es que, efectivamente, se hizo muy poco. El qui-chua sólo se enseña en un par de escue-las del interior de la provincia”. Hicimos un silencio elocuente. “¡Sin embargo! La poesía en lengua quichua se vuelve can-to en boca de referentes del folclore”, se anima Elsa. “Hay una trayectoria de composiciones de hondo sentido poético escritas en esta lengua; aunque algunas posturas reduccionistas las releguen al costumbrismo localista o las mitifiquen”. Silencio. “¡Ah!, y con respecto a las et-nias en la provincia, en los últimos años hubo un autorreconocimiento identita-rio y la constitución de grupos originarios

como los tonokotés, por ejemplo, que de este modo, se convierten en sujetos de derecho. No obstante, tanto para los gru-pos étnicos como para el campesinado, siguen sin resolverse muchas situaciones de despojo y carencias, como el tema de la tenencia de la tierra, el agua o el ingreso a fuentes laborales genuinas y no tener que migrar a trabajar para las compañías agrícolas multinacionales”. ¿Crees que la supervivencia de la lengua quichua sea un rasgo de resistencia a la cultura dominante? “Sí, aunque no haya verdadera conciencia de eso; es decir, la gente que habla quichua lo hace más allá de las imposiciones hegemónicas, no lo hace como respuesta a una situa-ción de conflicto lingüístico. Recordemos que una ideología homogeneizadora en lo lingüístico y en lo cultural, impartida principalmente por el aparato escolar, dominó al sistema educativo argentino y relegó a las lenguas nativas al ámbito pri-vado o familiar. La diglosia marcó a fuego a muchas generaciones y el resultado de que aún se hablen estas lenguas es un signo de resistencia muy claro”.

Muy descansados, dejamos el hotel de Santiago a las 09 horas del viernes 17 de mayo. Tomamos la calle Libertad, suena un disco de Los Carabajal en la camione-ta, pasamos por el Parque Aguirre, de eucaliptos, lapachos, fuentes, palmeras y una estatua de la mujer-pájaro Kakuy -personaje legendario de los Pueblos Originarios-. Ahora cruzamos el río Dulce -Mishky mayu, en quichua- por el Puen-te Carretero y entramos a la ciudad de La Banda, considerada cuna del folclore santiagueño, donde viven Los Carabajal. ¡Y suena precisamente en la compacte-ra!: “Mi pueblo es un cantor que canta la chacarera. No ha de cantar lo que muy dentro no sienta. Cuando lo quiera escu-char entre a mi pago sin golpear”, vivaz y hermosa chacarera de Carlos Carabajal. Divierte la coincidencia pero, además, la letra con invitación remite a lo hablado ayer: La verdadera cultura la hace el pue-blo; surge de la vida social abierta y no de la vida encerrada en departamentos o casas, enchufada a la televisión, al celu-lar o Internet; esa vida triste, con miedo al otro, que genera el sistema dominan-te. “¡Entre a mi pago sin golpear!”.

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Periódico VAS es una publicación cultural de carácter comunitario y distribución gratuita, orientada a la difusión de la Historia y actividades barriales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Integra del Registro de Medios Vecinales de la C.A.B.A.

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Año IX - Nº 57Tirada: 4000 ejemplares

director propietario: Rafael Arnaldo Gómezeditora: Mariane Pécoradiseño: MRPcorrección: Rodolfo Meyercolaboradores: Hugo Finkel. Arnaldo Rieznik. Celeste Choclin. Clarisa Ercolano. Gabriel Luna.

Continuará

Crónica

Parte 3por Rafael Gómez

¿El pueblo hace la cultura, o son las corporaciones y las elites de turno? En Argentina, las elites criollas han reproducido las relaciones coloniales ocupando el lugar del conquistador. Y las corporaciones han ocupado el lugar de los galeones y la Corona. Entonces la “cultura” de las elites y corporaciones, compuesta por la educación, la economía, y el espectáculo, sirve para sos-tener esos puestos de poder. No libera, ata. ¿Puede considerarse cultura un sistema de dominación? No. Se entiende por verda-dera cultura un sistema que libera y sirve al crecimiento indivi-dual y colectivo de los ciudadanos. Entonces, ¿dónde se produce la verdadera cultura? La verdadera cultura la produce el pueblo en los márgenes y en las grietas del sistema dominante. Hay que salir a encontrarla.

VAS a Bolivia

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Periódico VAS Nº 58 - Octubre de 2013

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