Periodico Diagonal - El Hilo - 2015-12-19

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El hilo Publicado en Periódico Dia gonal (https: //www.diagonalperiodico.net)  El hilo Enviado por Anfigorey el Sáb, 12/19/2015 - 16:19  Nad a pu ed e esperar a con di ci ón de que cualq ui er cosa pueda ser in terrump id a. La urgenc ia no so lo nos impide hacer una lectura comprensiva del mundo, sino también relacionarnos con nosotros mismos. Estamos cada vez más solos gestionando nuestros perfiles públicos, a merced de la constante actualizacn que nos reclaman las redes sociales. Cada vez s dispersos. En la sociedad- red el nculo soc ial se ha tr ansformado. La vieja gi cadela pe rt enencia (que nos po nía en rela ci ón siempre con un grupo más grande: clase, pueblo, comunidad) hasido sustituida por la lógica de la conexión (lógica binaria que admite únicamente dos posiciones: conectado/desconectado) 1 . La amenaza de la muerte virtual ronda los perfiles que no se actualizan. La tiranía de la actividad de las Página 1 de 3

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Enviado por Anfigorey el Sáb, 12/19/2015 - 16:19 

Nada puede esperar a condición de que cualquier cosa pueda ser interrumpida. La urgencia no solonos impide hacer una lectura comprensiva del mundo, sino también relacionarnos con nosotrosmismos. Estamos cada vez más solos gestionando nuestros perfiles públicos, a merced de laconstante actualización que nos reclaman las redes sociales. Cada vez más dispersos. En la sociedad-red el vínculo social se ha transformado. La vieja lógica de la pertenencia (que nos ponía en relaciónsiempre con un grupo más grande: clase, pueblo, comunidad) ha sido sustituida por la lógica de laconexión (lógica binaria que admite únicamente dos posiciones: conectado/desconectado)1. Laamenaza de la muerte virtual ronda los perfiles que no se actualizan. La tiranía de la actividad de las

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redes sociales es el precio que debemos pagar por tener una existencia virtual. Al igual que sucedíaen el país de la Reina Roja, tenemos que correr todo cuanto podamos para permanecer en el mismositio.

Una de las críticas más severas que se hacen a las redes sociales apunta a sus resortes deautorreferencialidad y autoconfirmación. En un sentido muy literal podemos confeccionar un mundovirtual a nuestro gusto y conveniencia. En esto la televisión y la Red apenas se diferencian. Lavariada oferta de canales temáticos y la posibilidad de confeccionarlos a la carta que ofrecenalgunas plataformas de televisión privadas encuentran su correlato en el mundo virtual en laconfiguración de las redes basadas principalmente en la afinidad y preferencias personales. Detodos modos, el deseo de autoconfirmación no es exclusivo de la Red, en realidad subyace a ciertaconcepción de la libertad entendida como elección entre opciones. Tampoco la autorreferencialidady el ensimismamiento es mayor dentro de la Red que fuera de ella. En el mundo analógico a diario lalibertad de información y su independencia son cuestionadas por el hecho de que diferentes mediosde comunicación pertenecen a los mismos grupos empresariales. Y la mayoría de los lectores oespectadores de esos medios se mueven por algo quizás no tan diferente a un deseo deautoconfirmación. De un tiempo a esta parte lo que nos sorprende es la rapidez con la que lasempresas tecnológicas trasladan los mecanismos de simplificación y reducción propios de losmonopolios analógicos al mundo virtual, poniendo en peligro la capacidad liberadora que durante untiempo se ha atribuido a Internet, su importancia en la tarea de “educar en la cooperación condesconocidos y diferentes”2; dicho de otro modo, su resistencia a la lógica privatizadora delconocimiento y la existencia.

Los marcadores de visibilidad se están afianzando como criterio de validación de lo que hacemos. Eldesplazamiento de las viejas instancias de validación –la crítica a través de medios y ámbitosespecializados–, no es más que el movimiento de superficie de un cambio mucho más profundo. LaRed ha conseguido mercantilizar no solo las opiniones y las relaciones, más aún la intimidad. Lasempresas privadas a las que pertenecen los canales que alojan nuestros perfiles virtuales traducennuestra actividad a marcadores visibles (impresiones, interacciones, megustas, porcentajes) de unacifra oculta y variable –pero siempre una unidad económica, dinero- a la cual nunca tenemos acceso,a pesar de que somos cada uno, con nuestra actividad virtual diaria, quienes la generamos. Lamonetarización de nuestra intimidad en el espacio virtual coincide de este modo con nuestradesposesión de ella. Como consecuencia, la potencia política que podrían llegar a tener ciertosgestos –para los que necesitaríamos tener otra relación con nuestra intimidad– queda neutralizada.Comprendemos aquella afirmación de Jean-Luc Godard: «La experiencia interior está prohibida, porla sociedad en general y por el espectáculo.»

La tecnología no es neutral. Hace algunos meses el artículo  The Quiet Racism of Instagram Filters llamaba la atención sobre la falsa neutralidad de los filtros de Instagram, pues al clarear el tono de lapiel están eliminando –censurando– aquellos rasgos que se separan del modelo racial de referencia.Recientemente la actriz Inma Cuesta denunciaba la transformación a la que había sido sometida unade sus fotografías (que incluía el alargamiento del cuello y el recorte de un brazo) con una de lasherramientas habituales de edición de fotografía digital. Lo que entonces fue asumido como“excesivo retoque” por parte de la revista que había editado la imagen es, en realidad, un nuevorostro de la violencia que hace de la realidad un objeto susceptible de manipulación y edición sinlimitaciones. Son tan solo dos ejemplos. ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando acríticamente latecnología? La crítica en la era de la imagen debe adoptar nuevas estrategias y herramientas. Parahacer frente a las nuevas formas de control se requieren argumentos y prácticas políticas distintas.

Si quisiéramos llegar a otra parte tendríamos que correr por lo menos dos veces más rápido, decía laReina Roja a Alicia. Es una sensación ya conocida. Obligados a empezar constantemente algo nuevono conseguimos acabar nunca nada. Necesitamos pensar y solo podemos hacerlo entre laaceleración de un mundo en plena caída libre, en el que cada vez es más difícil estar juntos. ¿Conqué hilo conseguiremos tejer un nuevo vínculo social?

 

1Para un análisis más detallado sobre esta cuestión puede consultarse, entre otros, el artículo deMarina Garcés (2010): ¿Qué hacer? Intimidades de la crítica.

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