PERIÓDICO ALMA MATER N° 616 DICIEMBRE 2012

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Nº 616 Medellín, diciembre de 2012 SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • [email protected]ISSN 1657-4303 Página 6 Página 28 Páginas 10 y 11 La agridulce convocatoria de Colciencias ¿Por qué los clásicos? Así suena la última vocal Menos Caribe para Colombia Lugar común, el norte Foto Luis Javier Londoño Balbín

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PERIÓDICO ALMA MATER N° 616 DICIEMBRE 2012

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Nº 616 Medellín, diciembre de 2012 SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • [email protected] • ISSN 1657-4303

Página 6 Página 28Páginas 10 y 11

La agridulce convocatoria de Colciencias

¿Por qué los clásicos? Así suena la

última vocal

Menos Caribe para Colombia

Lugar común, el norte

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2Nº 616, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, diciembre de 2012

Recientemente, como es usual en Colombia, el gobierno del presiden-te Santos presentó al Congreso de la Repú-

blica un nuevo proyecto de refor-ma tributaria. Según el Gobierno, los dos objetivos principales de la reforma son la reducción de la desigualdad y la generación de empleo formal. Aunque el pro-yecto es susceptible de muchas críticas y deja varios interrogan-tes, en estas líneas solamente se abordaran estos dos objetivos.

El primer objetivo principal es la generación de empleo, la mé-dula de la nueva reforma y uno de los temas novedosos según el Gobierno: “quitarle cargas a los empleadores para que les salga más barato contratar mano de obra formal”. Se generarían entre 400 mil y un millón de nuevos empleos formales, de acuerdo con los cálculos del Gobierno. Solamente dos observaciones sobre este optimismo: de un lado, el análisis teórico de los impuestos a la nómina es ambi-guo en cuanto a sus efectos en los mercados laborales. Y, de otro lado, la evidencia internacional no es concluyente. En general, puede afirmarse que tiende a ser favorable a considerar que los efectos de los impuestos a la nó-mina sobre el empleo suelen ser modestos. Aún más, en algunos países donde se han reducido, no se han observado impactos importantes. De hecho, el Direc-tor de la DIAN afirmó que no se puede garantizar que la reforma tributaria genere más empleo y la cifra de un millón es más bien un deseo político del Gobierno, ciertamente loable.

En consecuencia, es conve-niente detenerse en lo que, según el mismo funcionario, está garan-tizado que sectores con enormes beneficios tributarios absurdos y malos van a pagar más impuestos. Las modificaciones al impuesto

Profesores universitarios, entre los más afectados

El proyecto de reforma tributaria: ¿equidad y generación de empleo?

FERNANDO TOBÓN B.

REMBERTO RHENALS M.

Facultad de Ciencias Económicas

de renta de las personas natura-les constituyen el eje central del segundo objetivo principal de la reforma (la reducción de las des-igualdades) y permitirá generar la recaudación que compense la reducción de los impuestos a la nómina bajo responsabilidad legal de los empresarios. Como efecto de la reforma, las personas naturales pagarán por concepto del impuesto a la renta $ 4,7 bi-llones más en 2013, aumentando hasta llegar a $10 billones en el 2023, según Minhacienda.

El proyecto define como em-pleados aquellos cuyos ingresos representen no menos del 80% de la prestación de servicios de manera personal por medio de la realización de una actividad económica por cuenta y riesgo de un empleador o contratante, mediante una vincu-lación laboral o de cualquier otra naturaleza, independientemente

de su denominación. De aprobarse, el impuesto de renta de los asala-riados tendrá un alza considerable.

Los empleados seguirán, ini-cialmente, determinando el im-puesto de renta por el sistema ordinario contemplado en el Estatuto Tributario. En este siste-ma, el contribuyente depura sus ingresos generadores de renta, restándole a los ingresos totales los no constitutivos de renta, las deducciones y las rentas exentas. En forma simultánea también se deberá liquidar el impuesto de renta con un sistema de depura-ción simplificado. A los ingresos brutos sólo se podrán restar, en la práctica, el valor de las coti-zaciones obligatorias para salud y pensiones, porque el resto de deducciones es bastante exótico en el caso de los empleados. Este nuevo sistema de liquidación recibe el nombre de Impuesto Mí-

nimo Alternativo Nacional (IMAN) y sustituye el impuesto de renta obtenido por el sistema ordinario siempre y cuando resulte mayor que este último.

El IMAN clasifica la renta lí-quida gravable del contribuyente en intervalos de Unidad de Valor Tributario (UVT) que, en 2012, equivale a $26.049. A cada uno de los intervalos le asigna el res-pectivo IMAN en UVT. El impuesto de renta en el sistema ordinario, en cambio, se determina en forma continua, de acuerdo con cuatro tarifas marginales más una base fija, dependiendo de la renta lí-quida gravable reducida a número de UVT. Sin embargo, para ingre-sos brutos inferiores 9.200 UVT ($240 millones en 2012) se podrá, voluntariamente, determinar el tributo por el sistema de Impues-to Mínimo Alternativo Simple (IMAS). Cuando esto ocurra, la declaración de renta quedará en firme con la presentación siempre que no exista prueba sumaria sobre la ocurrencia de fraude en los conceptos de ingresos, apor-tes a la seguridad social, pagos catastróficos y pérdidas por ca-lamidades, entre otros.

La comparación de las tarifas del impuesto a la renta de los sis-temas ordinario e IMAN muestra dos características importantes. De un lado, la tarifa del IMAN es menor que la correspondiente al sistema ordinario. De otro lado, la progresividad, entendida como el aumento de la tarifa a medida que crece la renta líquida gravable del contribuyente “persona natural” es mayor en el sistema ordinario que en el IMAN (gráfico 1). La se-paración de las curvas trae como consecuencia que las personas de más ingresos dispondrán de mayor espacio que los empleados de menores salarios para reducir los ingresos brutos con deduccio-nes y rentas exentas antes de de aplicar el IMAN.

Además de la comparación anterior, es necesario mostrar unos ejemplos bastante reales (dado que no disponemos de las cifras que tiene el Gobierno), con el objetivo de determinar el impacto final que producirá la reforma tributaria en los emplea-dos. Se tomarán tres ejemplos concretos de empleados con un determinado salario básico mensual construidos a partir de la tabla prevista en el IMAN para la Renta Líquida Gravable (RLG).

Nota: La tarifa de impuesto es el cociente entre el monto del impuesto y la renta líquida gravable. Cálculos propios.

Nota: La tarifa de impuesto es el cociente entre el monto del impuesto y el salario básico mensual. Cálculos propios.

Gráfico 1 Sistema ordinario versus IMAN

Gráfico 2 Empleado simple: Sistema ordinario versus IMAN

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1) Empleado del sector privado con derecho

únicamente a las prestaciones sociales

mínimas o legales. Para efectos tributarios, en el año

recibe solo rentas laborales (prima de servicios = 8,33% del salario e intereses a las cesantías = 12% * 8,33%). Los aportes personales para salud y pensiones equivalen al 8% del salario. En el sistema ordinario su RLG será: ingresos brutos menos intereses a las cesantías menos 25% de los ingresos laborales (sin incluir los intereses a las cesantías) y menos los aportes a la seguridad social. Efectuada la resta, la suma gravable equivale sólo al 63,92% del ingreso bruto obtenido durante el año. Por su parte, en el IMAN puede deducir, en este caso parti-cular, únicamente el 8% aportado al sistema de seguridad social. En el gráfico 2 se observa que la tarifa (como porcentaje del salario básico) que pagan los salarios más bajos es mayor en el IMAN que en el sistema ordinario, a diferencia de lo que pregona el Gobierno. En este caso simple, el empleado pa-gará impuesto de renta por IMAN hasta un salario básico mensual de $3,8 millones; porque, de ahí en adelante, el tributo lo determinará por el sistema ordinario dado que sus rentas exentas y deducciones especiales son muy pocas.

2) Empleado del sector privado con derecho a

las prestaciones sociales mínimas o legales y a

prestaciones extralegales consistentes en aguinal-do y prima de vacaciones equivalentes, ambas, a 15 días de salario básico, y que paga anualmente $5 millones en educación y

salud prepagada.En este caso, los ingresos totales

del empleado estarán dados por el salario más prima de servicios, intereses a las cesantías, aguinaldo y prima de vacaciones, beneficios que significan el 17,66% del salario, teniendo en cuenta que las presta-ciones extralegales forman parte del ingreso base de liquidación del auxilio de cesantías y, por consi-guiente, de sus intereses. El salario básico será igual a la RLG del IMAN dividida por 1,097%, una vez se sus-trae el aporte del 8% para seguridad social. El porcentaje descontable de

los ingresos por deducciones y ren-tas exentas asciende al 59,1%, de acuerdo con el Estatuto tributario para el Sistema Ordinario. Así las cosas, la tarifa del IMAN siempre supera el impuesto determinado por el sistema ordinario (gráfico 3).

3) Profesores de univer-sidades públicas cuyo salario y prestaciones

sociales están regidos por Decreto 1279 de 2002 y, además, gozan del bene-ficio de la exención del

50% del salario básico por considerarse como gas-

tos de representación. No sobra advertir que este

mismo beneficio cobija a los rectores de las mismas instituciones y a los jue-

ces, pero estos últimos en cuantía sólo del 25%. De

Nota: La tarifa de impuesto es el cociente entre el monto del impuesto y el salario básico mensual. Cálculos propios.

Gráfico 3 Empleado con prestaciones extralegales y

deducción por salud y educación Sistema ordinario versus IMAN

Nota: La tarifa de impuesto es el cociente entre el monto del impuesto y el salario básico mensual. Cálculos propios.

Gráfico 4 Profesores de universidades públicas:

Decreto 1279 de 2002Sistema ordinario versus IMAN

conformidad con el Decre-to indicado, las prestacio-nes sociales equivalen al 41,2% del salario básico,

incluidas cesantías. El salario básico del profesor

se encuentra dividiendo la RLG planteada para el IMAN por 1,223 puesto que al factor prestacional que recibe anualmente (30,5%) se le debe restar la cotización para pen-siones y salud, la cual incluye la Bo-nificación por Servicios Prestados (8,23%), y excluyendo el impuesto con destino al fondo de solidaridad pensional, al fondo de garantía de pensión mínima y otros conceptos contemplados en las normas pro-pias de la seguridad social.

A la base gravable en el sistema or-dinario se llega después de sustraerle a los ingresos totales, los ingresos no constitutivos de renta, las deduc-ciones y las rentas exentas. En estas condiciones, se podrá descontar el

61% del total de los ingresos brutos de este empleado. Por tanto, la renta líquida gravable será igual al 39% de los ingresos totales obtenidos en el respectivo período fiscal.

En conclusión, los profesores vinculados a las universidades públicas, cuando estén obligados a presentar la declaración de renta, tendrán que pagar el impuesto de renta por el sistema IMAN, dado que el tributo liquidado siempre estará por encima del sistema ordinario como consecuencia de los beneficios tributarios consagra-dos hoy en día para estos y otros empleados públicos y privados (gráfico 4). La eliminación de los beneficios se produciría por la puerta de atrás puesto que, en for-ma indirecta, se arrasan las prerro-gativas fiscales cuando se obliga a realizar dos declaraciones de renta con criterios bastante diferentes.

Un problema que requiere ser resaltado en el proyecto, indepen-dientemente de la redacción confusa e inconsistente, tiene que ver con el tratamiento que tendrán las cesan-tías. El IMAN elimina todas las rentas exentas. Cuando un empleado, por ejemplo, un profesor universitario, reciba las cesantías, su valor hará parte de los ingresos constitutivos de renta en el año particular. Si el profesor con $5 millones de salario recibiese un acumulado de $60 mi-llones por su ahorro de varios años, el impuesto de renta en el sistema ordinario sería $479.000 (porque esta prestación social es exenta), pero con el IMAN el impuesto llegaría a $12,5 millones.

Lo único que salva a los emplea-dos de ser afectados por el IMAN es que estén en la categoría de personas naturales no declarantes, la cual se consigue con una sola de las condiciones consagradas en el Estatuto Tributario: asalariados y trabajadores independientes con ingresos brutos hasta de 86 millo-nes en 2012 y el resto de personas naturales hasta 36 millones o un patrimonio bruto de hasta 117 mi-llones. Como puede observarse, la obligación de declarar se alcanza con bastante facilidad. Puesto que el proyecto también induce a declarar con el fin de solicitar la devolución de la retención en la fuente, esto llevará a muchas per-sonas a tener que cumplir con la obligación tributaria de presentar la declaración de renta.

* Las simulaciones que aparecen en este artículo están de conformidad con el texto original del proyecto.

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Aidé, Ilduara y Ángela Mejía son reconocidas como “Las Mejía” por los investigadores del área de la salud y de

ingeniería, debido a una mutación genética que las caracteriza: las tres tienen Parkinson, y conviven con él desde hace cuatro décadas. “Nos aceptamos como somos”, expresa Ángela, con un tono de voz un poco áspero.

“Aprendimos a vivir con él y hace parte de nuestra vida. Hemos crea-do incluso una jerga para sus mani-festaciones”, cuenta Ilduara con una sonrisa desdibujada en su rostro. Mientras que Aidé, que tiene movi-mientos involuntarios más notorios en sus pies, explica jocosamente: “Cuando nos movemos mucho, a eso le decimos ‘la bailarina’; si nos ponemos rígidas porque el efecto de la medicina ya pasó, es que ‘nos varamos’; cuando recurrimos a los medicamentos cada hora y media ‘nos tomamos la gasolina’; y como ‘el tumbao’, ‘el caminado del pin-güino’, o el ‘paso fino’ identificamos nuestro caminar”.

Ellas se ríen de sus anécdotas y de lo que han vivido con el Parkin-son, y a la vez agradecen el trabajo de investigadores del área de la salud y de ingeniería de la Univer-sidad de Antioquia para mejorar la calidad de vida de las personas que tienen la enfermedad.

Y es que integrantes de los grupos de investigación en Teleco-municaciones Aplicadas —Gita—, Sistemas embebidos e inteligencia computacional —Sistemic—, y Simulación de Comportamientos de Sistemas —Sicosis—, de la Facultad de Ingeniería; en conjunto con los del Grupo de Neurociencias de Antioquia, de la Facultad de Medicina, trabajan en un proyecto sobre la influencia de la voz en las personas con Parkinson.

El encuentro entre ingeniería y medicina se debe al interés del profesor Juan Rafael Orozco, del Grupo Gita, de hacer su doctorado en análisis de voz en pacientes con Parkinson. “Gracias a los antece-dentes de un trabajo realizado con pacientes de labio y paladar hen-dido”, dice. Se establecieron con-tactos con el Grupo Neurociencias, se les propuso el tema “y gracias a unos resultados interesantes en las voces de personas con Parkinson encontramos unas diferencias im-portantes, y nos invitaron a partici-

Por MAURICIO GALEANO QUIROZ

Mediante la voz investigadores intentan detectar el Parkinson

par en un proyecto de Colciencias”, cuenta el ingeniero Orozco.

Natalia Trujillo Orrego, Coordi-nadora general del proyecto, dice que “el proyecto se pensó como un trabajo interdisciplinario porque no podía ser resuelto desde un solo saber, requería talento humano con experiencia. Esto ha permitido un avance en el análisis y en el diseño de nuevas estrategias para modelar las señales obtenidas, para identifi-car marcadores biológicos a la luz de técnicas que requieran recursos de ingeniería muy complejos”.

El profesor Juan Rafael Orozco, explica: “El Grupo Neurociencias nos permitió hacer grabaciones en este proyecto que busca analizar diferentes tipos de marcadores preclínicos en la enfermedad de Parkinson. Es decir, ser capaces de detectar la enfermedad antes de que aparezca o cuando apenas empieza a manifestarse (cuando es muy difícil diagnosticarla)”.

El ingeniero Jesús Francisco Vargas Bonilla, del Grupo Sistemic y director de la Tesis del ingeniero Orozco, explica: “Nuestro objetivo es aportar en la etapa preclínica de los pacientes con Parkinson (en la que no se ha manifestado claramen-te la enfermedad) y lograr un desa-rrollo que sea una herramienta de apoyo para completar la evaluación neurológica y el diagnóstico a partir de los rasgos de la voz del paciente, un aspecto que los neurólogos no han tenido en cuenta como síntoma temprano sino como característica de la enfermedad”.

Esta explicación la refuerza el médico Carlos Andrés Villegas La-nau, del Grupo Neurociencias: “Me parece un estudio muy interesante, porque el trabajo que hacemos en Neurociencias es muy subjetivo. En el examen físico uno analiza aspectos como la marcha, la voz, la fuerza, los reflejos, entre otros, pero uno solo se limita a decir que la voz está alterada por el tono bajo”, explica.

En la justificación del proyecto se describe que “el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegene-rativa más frecuente en el mundo después del Alzheimer. Se estima que el 1% de las personas mayores de 65 años la tienen y que los costos de su tratamiento ascenderán a 50 billones de dólares en el año 2040. Para el caso de Colombia, la preva-lencia del Parkinson se encuentra alrededor de 172.4 casos por cada 100 mil habitantes.

Las pruebas se realizan en per-sonas con Parkinson idiopático (esporádico), y en las que tienen Parkinson genético, es decir las personas que se les encuentra una mutación genética —como a “Las Mejía”— y que pueden heredar la enfermedad. En Antioquia hay una mutación denominada Parkin (de origen francés), detectada hace unos 20 años por un grupo de investigadores encabezado por el doctor Francisco Lopera quien lidera el Grupo Neurociencias.

“Con las señales de voz se pue-den hacer diferentes análisis: el más

clásico es el acústico, para determi-nar cómo se deteriora la capacidad de articulación y fonación de las personas con Parkinson. Y el análisis de prosodia y entonación en la voz, dado que un rasgo característico de los pacientes es que su voz es monotónica, significa que no ex-presan nada sin importar que estén contentos, enojados o asustados”, describe el ingeniero Orozco.

En este proyecto también entra la ingeniería de sistemas, y es ahí donde participa el Grupo Sicosis. El profesor Julián David Arias Londo-ño tiene experiencia en el procesa-miento de voz, específicamente en el área de fonación y articulación para patologías laríngeas. Su grupo trabaja en la parte de inteligencia computacional y procesamiento de señales, enfocado al reconocimien-to de patrones. “En este caso los patrones son esos estados funcio-nales de la patología de Parkinson enmarcados en esa metodología que trabajamos”, indica.

Los profesionales visitan casas o asilos de pacientes que tienen una movilidad muy reducida. Hacen salidas técnicas con neurólogos, neurocirujanos, neuropsicólogos e ingenieros a pueblos de Antioquia en los que hay personas con la en-fermedad. Otros pacientes llegan a los laboratorios del Grupo Neuro-ciencias y se les hace la grabación, “y existe otra población que se reúne semanalmente en la Funda-ción Alianza Parkinson Colombia, en la iglesia de Santa Gema, en Medellín. A través de ellos invita-mos pacientes que se acercan a la Clínica Noel, donde hay una cabina de grabación sonoamortiguada”, explica el ingeniero Juan Rafael Orozco.

La Fundación es una idea de emprendimiento de “Las Mejía”, y participó en un concurso capital Semilla “porque nuestro propósito es que la gente con Parkinson se reconozca, sea útil, y que las fami-lias los acompañen pero no los re-leguen como un mueble viejo o los aíslen en una habitación. Somos personas capaces, activas y que tenemos mucho por hacer”, dice, con un semblante de satisfacción, Aidé Mejía.

A manera de conclusión, el pro-fesor Jesús Francisco Bonilla Vargas expresa: “Caracterizar la voz de una persona ayuda a determinar cuál puede ser el tratamiento a nivel de terapia y de ejercicio en la parte fonoaudiológica. La idea es que ellos estabilicen los efectos del Parkinson en su voz y manifiesten una mejor fonación”.Fo

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5Nº 616, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, diciembre de 2012

Por ELIZABETH CAÑAS RODRÍGUEZ

Por su condición de pureza, aislamiento del mundo exterior y la dificultad de acceso a sus habitantes, se podría decir que la Uni-versidad de Antioquia tiene su propio “convento”. Se trata del bio-terio, el único del país con estándares internacionales y modelo de desarrollo en este tipo de infraestructuras científicas no sólo para Colombia, sino para Latinoamérica.

El bioterio, que funciona en la Sede de Investiga-ción Universitaria, SIU, podría definirse como el sitio de mayor am-

biente monástico del Alma Máter. Al punto, que incluso el ruido o la música del mundo profano no llega debido a que puede estresar a sus habitantes. En este mundo ideal, se cuida a los animales destinados para la experimentación científica y ocurren los procesos de análisis de importantes investigaciones.

El sitio, primero en su género en el país, está blindado por el silencio; el aislamiento a través de muros, vidrios; de puertas que se controlan mediante claves y tarje-tas electrónicas de acceso por las que pasan unas veintena de per-sonas —que tienen un cuidadoso contacto con los animales que allí viven—. Sus habitantes y la infraes-tructura tecnológica representan la “joya de la corona de la SIU”.

Las especies en su mayoría llegan al bioterio después de importaciones desde otras latitudes internacionales y conservan su casta y linaje, gracias a las condiciones singulares en las que viven. Entre ellas: alimentación balanceada traída del extranjero para asegurar la calidad de sus compo-nentes; restricción del uso de apara-tos celulares, lociones y otro tipo de estímulos que puedan molestar a los animales por parte los investigado-res; exigentes medidas ambientales y de asepsia que incluyen ducha previa, e igualmente uso de cámaras de flujo laminar y ropa especial que limita el contacto directo con los humanos e impide que se enfermen de agentes patógenos.

La viruta que se usa como cama es de pino cernido; su cantidad y calidad, así como el tamaño es estandarizado y controlado. Res-pecto al manejo de residuos, se tiene el transporte de las excretas según los protocolos de biosegu-ridad. Los animales sacrificados humanitariamente (por métodos como sobredosis de anestesia, exposición a gases letales) son incinerados. Algunos residuos que no representan ningún peligro se usan para compostaje.

“El bioterio ofrece las condicio-nes óptimas de mantenimiento de estos animales, en cuanto a este-rilización, concentrado, materias primas, macro y micro ambientes, que garantizan la eliminación de variables que puedan afectar cada experimento. El animal presta el servicio y tiene que estar bien. La humedad, la temperatura y las garantías de calidad de vida son óptimas”, dice el médico veterina-rio José Ignacio Calle Posada, quien coordina el bioterio.

Por eso, se cuidan hasta los ho-rarios de vigilia, que terminan a las seis de la tarde, cuando se apagan

las luces, aunque varias especies mantienen actividad nocturna. Es un trabajo de 24 horas que se mo-nitorea desde un cuarto de control apoyado por cámaras de seguridad y tarjetas que facilitan el acceso autorizado de los científicos.

Puros y convencionalesDesde hace nueve años, cuan-

do fue inaugurada la SIU y luego el bioterio, se han alojado en el sitio varias especies destinadas al ser-vicio de los grupos de investiga-ción que hacen experimentación

con animales para luego aplicar los conocimientos en productos y servicios científicos.

La división del bioterio en zona de animales libres de patógenos específicos (SPF, por el nombre en inglés) y zona de animales conven-cionales, cumple con las normas de bioseguridad y establece la diferen-cia de los huéspedes. En la primera estancia, se ubican los animales “puros”: los ratones, cobayos, ratas y hámsters que se importan espe-cialmente. Estos animales están definidos microbiológica, sanita-

ria y genéticamente, condiciones ideales para poder experimentar sin riesgos de alteraciones que puedan afectar los resultados. En esta zona donde cada cuarto tiene su propio protocolo de bioseguri-dad, se tiene uno especialmente dedicado a la cría.

Separada por el área de descan-so y una terraza, que acoge en los ratos libres a los científicos, está la zona de animales convencionales; es decir aquellos que tienen muy buen manejo de bioseguridad, pero que no requieren las condiciones de micro aislamiento de los que viven en SPF. Se trata de conejos, galli-nas, caracoles, insectos, hámster y ratones derivados del bioterio SPF.

Entre otros procesos, se realiza el aprovechamiento de sangre de conejo, previa fijación de turnos y de acuerdo con las normas, los planes de rotación y el reglamento del Comité de Ética para la Expe-rimentación con Animales, CEEA, de la UdeA. De tal forma que el manejo sea no sólo eficiente y bio-seguro, sino acorde con los parámetros y condiciones para la investigación experimental.

Otra sección es el insectario. En ocho cuartos climatizados están los zancudos, que requieren condicio-nes de humedad relativa especial y temperatura elevada; el pito, transmisor de la enfermedad de Chagas y las Drosophila melanogaster o las moscas de fruta, entre otros animales. De acuerdo con la opinión de José Ignacio “la única diferencia con respecto a bioterios de Alema-nia o cualquier otro lugar de Europa y Estados Unidos, es el idioma”. De hecho, para la construcción del bio-terio SIU de la UdeA, se consultaron científicos nacionales y a expertos de otras latitudes.

De esta forma se construyeron unidades manejadoras de gases con sus reguladores de C0

2, de aire filtrado, de electricidad y de otras condiciones, para el manejo aislado de cada sección.

Es un sitio pensado para los animales y para garantizar su sa-lud. Por eso, desde la lavadora, la secadora hasta el autoclave por el que pasan todos los alimentos e instrumentos necesarios para la investigación, son cuidadosamente mantenidos. “Podrán decir los am-bientalistas que el entorno de los animales es difícil, pero su estadía es ideal para las condiciones que requieren, están encerrados pero se debe considerar que tenerlos en el bioterio obedece a un interés netamente científico”, afirma Calle.

En el bioterio no se cuidan mas-cotas, sino que se tratan responsa-blemente a animales destinados para la experimentación, fundamentales para la adquisición de conocimien-tos científicos y para generar benefi-cios en la salud y el bienestar social. Son seres puros y aunque no eligen estar en este “convento”, su misión es prestar un servicio especial, no para Dios, pero sí para la ciencia.

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El bioterio: la pureza al servicio de la ciencia

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6Nº 616, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, diciembre de 2012

El sabor agridulce de los resultados de la convocatoria 569 de Colciencias

Resultados principales instituciones

Composición de los proyectos UdeA (cifras en millones)

Informe de convocatoria de proyectos 569-2012

Situación País UdeA %

Proyectos avalados 1983 279 14,1%

Proyectos elegibles 591 123 20,8%

Proyectos financiables 124 29 23,4%

Institución %

UdeA 23,4%Nacional todas

las sedes 16,1%

Valle 4,0%

U. Cartagena 4,0%Fundación

Cardiovascular 4,0%

CIB 3,2%Uninorte 3,2%

UIS 2,4%Los Andes 2,4%

Total de proyectos Financiables: 124

Proyectos por institución

Programa N° proyectos

Valor solicitado a colciencias Valor total

SALUD 14 $ 4.668 $ 8.474

CIENCIAS BÁSICAS 4 $ 1.013 $ 2.207

ENERGÍA Y MINERÍA 3 $ 1.048 $ 1.522

AGROPECUARIA 2 $ 699 $ 1.202

MEDIO AMBIENTE 2 $ 694 $ 1.100

BIOTECNOLOGÍA 1 $ 349 $ 846

CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS 1 $ 317 $ 493DESARROLLO TECNOLÓGICO 1 $ 349 $ 611

ELECTRÓNICA Y TELEC. 1 $ 350 $ 799

Total general 29 $ 9.490 $ 17.257

Recientemente Colcien-cias publicó los resulta-dos de la convocatoria 569 para proyectos de investigación que por

primera vez se hizo en forma con-junta para todos los programas. A esta convocatoria se presentaron alrededor de 1830 propuestas de las cuales 279 eran de la Universidad de Antioquia, superada en número sólo por la Universidad Nacional que presentó un poco más de 300 proyectos. Después de la evaluación por “paneles de expertos”, a diferen-cia de la tradicional evaluación por pares y luego por los Consejos de Programa, se seleccionaron 591 pro-yectos como “elegibles” que fueron publicados en dos listas diferentes. Finalmente, el 31 de octubre se publicó una lista con 124 proyectos que serán financiados en la presente vigencia. Hasta aquí los resultados significan que una tercera parte de los proyectos aprobados tuvieron un puntaje superior al punto de corte establecido para considerarlos “elegibles”, pero solo un 7% de los proyectos lograrán recursos para su ejecución y 467 proyectos, bien eva-luados por los paneles, se quedarán sin financiación. Quienes estamos familiarizados con el proceso de preparar y presentar proyectos de investigación sabemos perfecta-mente el esfuerzo que significa ela-borar una propuesta en los aspectos científico-técnicos y administrativos, además de tramitar y conseguir los documentos de soporte y los avales necesarios; de tal manera que no financiar un número tan grande de proyectos “buenos” no deja de ser un gran desperdicio para un país que dice tener a la ciencia, la tecnología y la innovación como una de sus locomotoras para el desarrollo y el bienestar de sus ciudadanos. Sería una magnífica oportunidad para considerar cómo estos proyectos pudieran reorganizarse para ser con-siderados a una posible financiación con recursos de regalías y de paso dar un mensaje claro a la comuni-dad científica que estos recursos no solo se destinan a los temas que los mandatarios regionales de turno consideren como prioritarios.

Con respecto a los resultados de la Universidad de Antioquia hay que destacar que obtuvo 124 proyectos elegibles (21% del total nacional) y 29 financiados (23%), siendo la institución con el mayor número de proyectos en estas categorías. Igualmente, cabe destacar que de los 44 proyectos en salud, 14 (32%) fueron de la Universidad. Estos re-sultados confirman el liderazgo de la Universidad de Antioquia a nivel

nacional y la consolidan como la primera institución investigadora del país, particularmente en salud,

Por LUIS FERNANDO GARCÍA M.*

área en la cual de tiempo atrás ha logrado el mayor porcentaje de pro-yectos financiados. Sin embargo, no

es posible ignorar que 95 proyectos fueron considerados elegibles y no se incluyeron en la lista de financia-bles. Es predecible que muchos de estos proyectos estén siendo refor-mulados para ser presentados en la actual convocatoria del Comité para el Desarrollo de la Investigación, CODI, pero los montos a aprobar en las convocatorias internas son significativamente menores que los que aportaría Colciencias.

El título de esta nota apunta a señalar que en los resultados de esta convocatoria hay aspectos po-sitivos y negativos. En los positivos debo resaltar que por primera vez se haya hecho una convocatoria conjunta de todos los programas del tradicional Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, lo cual optimiza y organiza un poco la labor previa de los grupos e instituciones que participan y a Colciencias; aunque manejar simultáneamente esa can-tidad de proyectos le representa un esfuerzo enorme, puede servirle para ordenar sus procesos y su re-lación con la comunidad científica. Para la Universidad de Antioquia es indudablemente muy positivo consolidarse como la institución con mayor número de propuestas apro-badas, acercándonos a la meta fijada para la visión 2016 de ser la principal universidad de investigación del país y ratifica que la política institucional de apoyo a esta actividad misional ha sido acertada. En los aspectos negativos hay que recordar que el presupuesto de Colciencias para financiamiento de proyectos dis-minuyó en el presente año, lo cual explica el reducido porcentaje de propuestas que lograron la categoría de financiables. Es negativo también que esta reducción en los recursos para la financiación de proyectos esté disociada del aumento de los recursos para financiar becas doc-torales, cuando ambos programas deberían estar estrechamente liga-dos, bien sea mediante la inclusión de los recursos para la financiación de los estudiantes de doctorado en los presupuestos de los proyectos o por la asignación de estos recursos a los programas doctorales de las ins-tituciones donde se van a adelantar las respectivas investigaciones. Final-mente, sigo considerando altamente negativa la disociación evidente entre los recursos de Colciencias y los derivados de las regalías, tanto en los aspectos de trámite y de admi-nistración como en los conceptuales que circunscriben los proyectos de regalías a los intereses de las ad-ministraciones regionales, para las cuales la temporalidad y los réditos políticos son manifiestos.

Estos resultados confirman el liderazgo de la Universidad de Antioquia a nivel nacional y la consolidan como la primera institución in-vestigadora del país, particularmente en salud, área en la cual de tiempo atrás ha logrado el mayor porcentaje de proyectos financiados.

* Director Científico (e)Sede de Investigación Universitaria (SIU)

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7Nº 616, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, diciembre de 2012

Urge una política nacional en CT+I: comunidad científica

Los foros y la opinión calificada respecto del panorama poco pro-misorio de la investi-gación científica en el

país se multiplican y redundan en datos, hechos y escenarios poco halagüeños, y contrastan con el mutismo que ha observado el alto gobierno en la materia.

Así por ejemplo, en una re-ciente columna de opinión Rafael Orduz llamaba la atención sobre el hecho cierto según el cual si bien el país ha crecido, exporta y atrae inversión, a la vez sigue sin invertir mayor cosa en la calidad de la educación ni en rubros como investigación y desarrollo.

“Lo que hay detrás son realidades ineludibles”, decía, y señalaba que mientras el quintil más pobre de la población colombiana cuenta con seis años de escolaridad y el más rico con diez, y que mientras Corea registra 11,9 años de escolaridad por habitante, invierte en investigación y desarrollo el 3,8% del PIB y registra 133.000 solicitudes de patentes de parte de residentes, Colombia apenas invierte el 0,16% del PIB y registra 133 solicitudes de patentes.

“Colombia debe apuntarle a ser reconocida por innovadora. Si no es así, seguiremos a paso de mula”, sentenció (elespectador.com, 19 de noviembre de 2012).

InsostenibilidadSegún el profesor Moisés Was-

serman, los indicadores de la pro-ducción científica han seguido su-biendo pero el esfuerzo no ha sido sostenible porque el financiamien-to para proyectos de investigación está frenado, y aunque considera que los recursos provenientes de las regalías podrían en parte suplir el faltante, uno de los problemas es que están muy orientados a proyectos de término próximo, limitados regionalmente, lo cual, afirma “realmente no reemplaza a una política nacional activa de financiamiento de la ciencia”.

Política que reclama con insis-tencia y urgencia la comunidad científica del país cuanto más se acrecienta el desconcierto y la sen-sación de que las cosas no andan por buen camino en un momento en que se pensó que sí y que el impulso al desarrollo científico y tecnológico estaba despejado por la nueva legislación, la reorientación de Colciencias y la destinación del 10% de las regalías para esos rubros.

El desconcierto —explica el ex rector de la Universidad Nacional— puede que se origine en la novedad del mecanismo de las regalías, pero sobre todo con la forma como se diseñó el proyecto mismo, que sus defensores han promovido como una manera de buscar equidad.

El mecanismo de generación de proyectos de investigación por regalías tiene algún nivel de com-plejidad, observa Wasserman, pero lo que es muy evidente, advierte, “es que la capacidad decisoria de

los proyectos está sobre todo en los gobernadores, mucho más que en el campo científico, mucho más que en Colciencias”.

Wasserman, quien participó en el foro sobre políticas de ciencia, tec-nología e innovación que organizó en Medellín la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Natu-rales Capítulo Antioquia y la Sede de Investigación Universitaria, plantea que para enrutar el camino es ne-cesario que se reúnan los distintos sectores interesados y piensen “con apertura, con tranquilidad, con ge-nerosidad, en una política nacional mucho más que en resolver proble-mas de carácter puntual”.

De lo contrario, coincide en que la locomotora de la innovación proyectada por el Gobierno, que está directamente relacionada con la investigación, con la ciencia y la tecnología, se vendrá al traste con las aspiraciones de que se convierta

en estrategia de desarrollo econó-mico y de competitividad del país.

Pero, eso sí, espera de parte del Gobierno oídos abierto a las reflexiones y advertencias de la comunidad académica científica.

“Realmente creo que no ha habido interlocutores ilustrados en el alto Gobierno infortunada-mente, pero por algunas mani-festaciones del nuevo ministro de Hacienda pareciera ser que él tiene una sensibilidad importante por el tema y ojalá se convierta en un interlocutor ilustrado”, dice.

RecomendacionesContrario a lo que sostienen

algunos colegas, el profesor Nelson Porras, de la Universidad del Valle, afirma que el país necesita muchos más doctorados. Por lo mismo recomienda, como lo recomendó la Comisión de Sabios para la mo-dernización del país a principios

de los años 90, que el gobierno colombiano aumente el porcentaje del PIB para incentivar la ciencia, la tecnología y la innovación.

Tras haber obtenido su forma-ción doctoral en Brasil, sugiere que Colombia debe emular al coloso suramericano, que ostenta la mayor producción científica en Latinoamé-rica y se erige como una de las diez primeras economías del mundo.

“En Brasil crearon verdaderas ciudades universitarias, trajeron científicos de otras partes del mun-do, engancharon los mejores pro-fesionales graduados en las propias universidades de tal manera que se preparó en el tiempo para poder ser lo que es ahora”, dijo.

Al comparar lo que ha venido sucediendo en Colombia critica que hoy, con la ley de regalías, se quieran cosechar frutos sin haber sembrado, abonado y cuidado suficientemente el terreno.

En tal sentido, propuso que para mejorar los indicadores de inversión en ciencia, tecnología e innovación la ley de regalías debe reformularse y las comunidades científicas tie-nen que insistir en planteamientos serios que incidan en un cambio de visión del Gobierno.

“Debemos hacer conciencia en las sociedades científicas de la necesidad de participar en el desarrollo de la vida del país, no solo con nuestros aportes al cono-cimiento sino también con nuestra conciencia y voz permanente en la construcción de una política de Estado sobre ciencia, tecnología e innovación”, dice el profesor de la Universidad del Valle.

Al tiempo que planteó que el Gobierno tiene que garantizar la educación superior pública gratui-ta, Porras insistió en que la ley de regalías tiene que modificarse, para que Colciencias destine un porcen-taje con dedicación específica al desarrollo científico del país “basa-do en la proyección del crecimiento de programas de posgrados, en el aumento de la solicitud de becas de posgrado, así como el creci-miento del número de proyectos de investigación presentados en las diferentes convocatorias”.

Reiteró en que es preferible que el mayor número de estudiantes se doctoren en Colombia, con pasantías en el exterior, pero pa-sando el mayor tiempo en el país para ayudar a la consolidación de los laboratorios y de los grupos e institutos de investigación, pilares del desarrollo del capital humano científico y tecnológico.

“En los últimos años en nues-tro departamento de Física, 70 estudiantes que pudieron haber continuado su formación científica han emigrado al exterior por falta de recursos, por falta de becas para continuar con nosotros. Estos países a los que han emi-grado les ofrecen las condiciones de trabajo”, dijo el profesor de la Universidad del Valle.Fo

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La investigación pertinente: una reflexión

Desde hace ya varios años, los diferen-tes actores del Sistema

Nacional de Ciencia y Tec-nología reclaman a la uni-versidad desarrollar una investigación que sea perti-nente. Pero, ¿qué es investi-gación pertinente?, ¿cuáles son las implicaciones del uso de este término en la definición de las políticas de investigación universitaria?

Para el Diccionario de la RAE pertinente se entien-de como aquello que vie-ne a propósito; definición que puede asimilarse a la cualidad de guardar rela-ción de afinidad y validez con algo. En el contexto de la universidadpuede entenderse, entonces, que la investigación perti-nente es aquella afín a la misión de la universidad y al estado de desarrollo, económico, social y cultu-ral del país en un entorno de globalización.

Es de la esencia de la universidad crear conoci-miento de base y ayudar a resolver los problemas científicos e intelectuales de la humanidad. Sin em-bargo, la universidad del siglo XXI enfrenta nuevos retos que no eran tan evi-dentes hace unas décadas; esto es, contribuir a la solución de los problemas sociales, ideológicos, polí-ticos y económicos que en-frentan los países en donde se encuentran. Una buena estrategia para enfrentar ambos retos, el tradicional y el que hoy se evidencia, es combinar de manera adecuada el desarrollo de la investigación básica y de la investigación aplicada.

En el contexto colom-biano, que la actividad investigativa desarrollada por la universidad sea per-tinente requiere considerar además ciertas realidades: un país con escasa tradi-ción científica, en donde el desarrollo sistemático de la investigación es una realidad relativamente re-ciente; en donde existen pocas empresas con depar-tamentos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y con una clase política que poco sabe del

quehacer científico y sin presupuestos programáticos que articulen las necesidades de nación-región a largo plazo.

Dentro de este ámbito de incipiente actividad científica y poca ma-durez de los actores que la dinamizan aparecen algunas visiones que pesan en el momento de entender el término pertinencia.

Desde la universidad todavía hay un sector de la comunidad aca-démica que respaldado en las tradicionales visiones de autonomía universitaria y libertad de cátedra, ve todo punto de vista externo como intromisiones no deseadas en el rumbo de la actividad académica e investigativa. Esta concepción llevada al extremo ha dificultado la definición de agendas institucionales de investigación, provocando que cada investigador o cada grupo de investigación defina su propia carta de navegación sin mucho interés por acoplarla a la comunidad académica de su institución y mucho menos con el entorno regional y nacional. Es necesario reconocer que el dinamismo de una investigación basada en grupos disciplinares, si bien contribuyó en la fase inicial de implantación y ampliación del sistema de investigación universitario, también generó una federalización de prácticas que poco coadyuvan a la construcción de agendas institucionales de I+D+i.

Desde las empresas existe una fuerte tendencia a creer que la inves-tigación pertinente es aquella que resuelve problemas de corto plazo, cuya solución genera un incremento inmediato en su nivel de ingresos. A pesar de ser válida su preocupación por el día a día, es evidente que por la naturaleza de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación, ellos no están orientados a resolver este tipo de problemas. Para muchos de los empresarios son poco conocidas o no tienen el interés de participar por ejemplo en las modalidades de cofinanciación que hoy ofrece Col-ciencias. Es típico que los proyectos presentados a estas convocatorias

sean de transferencia tecnológica o de modernización de las prácticas productivas, pero poco tienen que ver con construir capacidades de largo aliento, lo que implicaría moverse en la incertidumbre ligada a cualquier proyecto de I+D+i y a la inversión de capital de riesgo.

Desde la política, la principal preocupación de quienes nos go-biernan es lograr a tiempo la ejecución presupuestal anual y cumplir promesas de campaña. De nuevo, la pertinencia está condicionada por preocupaciones en el corto plazo.

Desde la actividad institucional la dispersión es la constante. Cada institución del Estado, ente no gubernamental o gobernante de turno ela-bora su propio mapa de prioridades, que con frecuencia no coinciden con los de otros actores regionales y que finalmente se convierten en un obstáculo para el trabajo coordinado y concertado. Son escasas las experiencias en el país de proyectos de desarrollo regional liderados por el estado y convocando a los actores económicos, sociales y políticos para aunar esfuerzos en potenciar una región mediante un esfuerzo sis-temático y de varios años alrededor de un programa común de trabajo.

Surge entonces la pregunta, ¿cómo encontrar un significado común o por lo menos convergente al término investigación pertinente?

Experiencias de varias partes del mundo han mostrado que la in-novación y el incremento de la competividad van de la mano de una estrategia de formación de personal calificado y una intensa actividad de

JOHN FREDDY DUITAMA M. Profesor Facultad de Ingeniería

investigación y desarrollo liderada y articulada por el Estado, pero que involucre a todos los otros actores alrededor de un proyecto común; también es necesario que estas es-trategias de corte estructural no se definan en función de un periodo de gobierno.

En este marco de ideas, las empre-sas podrían desarrollar sus propios departamentos de investigación, desarrollo e innovación, o establecer alianzas de largo plazo con los cen-tros de investigación y universidades para desarrollar programas ligados a su visión de negocios.

Las universidades podrían asu-mir el compromiso de aumentar en número y en calidad los programas de posgrados de corte investigati-vo; y en un ejercicio de autonomía responsable, la comunidad acadé-mica universitaria podría construir colectivamente agendas institucio-nales de investigación básica y apli-cada, que sin entrar en contravía con la libertad de cátedra, orienten la definición de prioridades en el momento de invertir los escasos recursos disponibles.

En esta misma dirección, vale la pena anotar que la ley 1530 del 2012, que regula la organización y el funcionamiento del sistema general de regalías, tiene entre sus propósitos destinar recursos para incrementar la capacidad científica, tecnológica y de competitividad de las regiones. En principio esta es una buena oportunidad para tras-cender del inmediatismo y la dis-persión en propósitos y acciones.

En el caso particular de Antio-quia, existe una serie de iniciativas orientadas a incentivar acercamien-tos puntuales entre los agentes del sistema de ciencia, tecnología e innovación regional, aunque todavía estamos lejos de contar con una agenda que todos los actores res-palden, liderada desde del Estado y pensada como región.

La construcción de la agenda regional debe desarrollar estrategias diferenciadas por subregiones y para el área metropolitana; articular sectores claves como la minería, los recursos marítimos, la agroindustria, la salud, las TIC; articular los actores ya existentes, como es el caso de Tecnnova, los centros de excelen-cia, los cluster por sector econó-mico, la SIU, Ruta N, entre otros; así como financiar actividades que propendan por la consolidación de capacidades científicas de los diversos actores —universidades, industria, gobiernos regionales—; y concebir los fondos de capital de riesgo necesarios para dinamizar emprendimientos e ideas innovado-ras que resulten de todo el proceso.

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9Nº 616, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, diciembre de 2012

Un elemento relevante del foro sobre diplo-macia preventiva, reali-zado en la Universidad de Antioquia el pasado

2 de noviembre, fue la participación de los semilleros de investigación de la Alma Máter y Eafit, los cuales pre-sentaron ponencias sobre fronteras, conflicto y sociedad civil.

El foro hace parte del proyecto académico Retomando el capítulo

Semilleros de investigación indagan sobre paz, conflictos, fronteras y relaciones internacionales

sexto de la Carta de las Naciones Unidas, coordinado por el Centro de Información de las Naciones Unidas, CINU, y la Academia Diplo-mática San Carlos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, que involucra a 10 universidades del país y rescata la importancia de la academia como centro de reflexión, análisis, investigación y conocimiento, para enriquecer y aportar nuevas perspectivas a las discusiones nacionales sobre diplomacia preventiva, paz, con-flictos y relaciones internacionales.

En esa dirección trabajan los dos

semilleros de investigación de la Uni-versidad de Antioquia y el de Eafit:

El semillero de investigación en estudios internacionales de la UdeA tiene entre sus objetivos servir de foro de discusión y de análisis de problemas y fenómenos internacionales contemporáneos; además, fomentar la investigación sobre asuntos internacionales en los pregrados ofrecidos por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, desde una perspectiva interdisciplinaria.

Trabaja con base en tres líneas: Derecho Económico Internacio-nal, Gobernanza Global y Estu-dios Asiáticos.

Dos de sus integrantes, Jéssica Andrea Agudelo Vélez y Beatriz Elena López Ríos, presentaron en el Foro CINU la ponencia: Fronteras compartidas, problemáticas co-munes. Apuesta por un escenario de paz y desarrollo fronterizo para Colombia y sus vecinos.

El objeto de estudio del semille-ro de investigación en estudios de paz y conflictos armados internos, también de la UdeA, es el conflicto armado interno colombiano, los

procesos de paz vividos y los posi-bles escenarios de solución nego-ciada, posicionando el debate sobre la paz y generando opinión pública a su favor. Sus integrantes formulan proyectos de investigación sobre conflictos armados y paz, escriben artículos académicos publicables y participan en eventos académicos con ponencias u otras acciones.

El semillero de investigación en relaciones internacionales de Eafit es un espacio de discusión sobre los temas contemporáneos de las relaciones internacionales, que trabaja en la formación de un pensamiento crítico. Fue creado en 2007 y durante estos cinco años ha realizado proyectos como Sociedad civil global, El Estado y la multinacional, Libertad de expre-sión en China, Geopolítica de Co-lombia en el siglo XX y actualmente adelanta el proyecto Las relaciones internacionales de Colombia en el siglo XXI. Los estudiantes Laura González Ramírez y Jáider Salgado Álvarez participaron en el Foro CINU con la ponencia Institucio-nes, sociedad civil y diplomacia preventiva: la relación bilateral entre Colombia y Venezuela.

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Más vale prevenir que curar. Esa es una de las premisas que subyace en la estrategia de ‘di-plomacia preventiva’ que la Onu practica con el concurso de organizaciones no gubernamen-tales, universidades, Estados y la sociedad civil en procura de precaver conflictos en el mundo.Damián Cardona, director del centro de infor-mación de las Naciones Unidas —CINU— para Colombia, Ecuador y Venezuela, sostiene que la presencia disuasoria de la organización desde 1948 ha servido para evitar el escalamiento de conflictos en distintas latitudes.Según Cardona, el acceso al agua, la minería

legal e ilegal, los procesos electorales, el rol de la mujer y de la sociedad civil, las fronteras están en el centro de muchas confrontaciones en la actualidad, asuntos que hicieron parte del ciclo de foros CINU que desde septiem-bre fueron organizados en todo el país y que culminaron con el organizado entre la Universidad de Antioquia y la Universidad Eafit en octubre, con una significativa partici-pación de los jóvenes investigadores que integran semilleros en ambas instituciones.Para el director del CINU el papel de la universi-dad en la diplomacia preventiva es fundamental

por tratarse de instituciones abiertas, y por constituirse en espacios donde la gente tiene tiempo para pensar, intercambiar y dialogar, y para generar ideas.

Diplomacia preventiva

En primera fila, Jéssica Agudelo y Beatriz López, integrantes del semillero Estudios internacionales. Al lado, Pierre Hupet, coordinador de la cátedra Unesco sobre resolución pacífica de conflictos. Asistentes al foro CINU en el auditorio de la Facultad de Enfermería de la UdeA.

Integrantes del semillero de investigación en relaciones internacionales de Eafit.

Por LAURA GARCÍA RESTREPO

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El fallo de la Corte Internacional de Justicia, órgano supremo en materia de justicia de Naciones Unidas, es obligatorio, inme-diato e inapelable. Con él, Colombia cambia en su cartografía sobre el mar Caribe. Se tendrá menos Caribe patrimonial, económico, cultural y ambiental porque el fallo es una clara

muestra de una constante histórica del Estado colombiano durante casi doscientos años de vida republicana respecto a uno de sus bienes: el mar. Éste no se ha incorporado en las sensibilidades colectivas ni en los imaginarios colombianos de pertenencia e identidad. En un recorrido de larga duración es posible identificar la ausencia del Caribe, el Pacífico, la Orinoquía y la Amazonía en las representaciones mentales andinas del territorio de la nación colombiana.

En efecto, la construcción política de la sociedad y la nación en Colombia ha recargado más su impronta cultural y social hacia el ca-rácter andino que hacia el caribeño. Los procesos culturales y políticos colombianos desde la colonización española tuvieron una dirección de adentro hacia afuera, desde los centros coloniales andinos de poder hacia las costas. En otras palabras, puede decirse que el poblamiento territorial del país se hizo del centro a la periferia. Esta dirección de sus procesos más definitivos le imprimieron una dimensión consuetudinaria de apartamiento del mar y un carácter introvertido alrededor de las montañas; este encerramiento entre cordilleras moldeó una imagen de país promovida por unas clases dirigentes ubicadas en el centro andino de poder —Bogotá— y poco vinculadas cultural e históricamente con las regiones y territorios ubicados en los extremos: los mares, las islas y las fronteras.

Por ADOLFO LEÓN MAYA SALAZAR*

Durante estos doscientos años de vida republicana, las elites económicas y políticas hegemonizaron una representa-ción de país a espaldas del mar. Desde el mismo siglo XIX, el desarrollo del proyecto colectivo de nación se alejó del mar. El centro concentró los esfuerzos de “civilización y progreso” y se fue afianzando una especie de imagen rara y malsana de aquellos pobladores y territorios ubicados en los extremos de Bogotá. Terminó por imponerse una incomunicación entre las distintas latitudes del territorio y con ello una valoración directa-mente proporcional a la cercanía de la capital. Estar más cerca o más lejos del centro político administrativo era una cuestión de ser incluido o en su defecto excluido de los beneficios del desarrollo nacional. Histórica-mente, se impuso una visión de

La construcción política de la sociedad y la nación en Colombia ha recargado más su impronta cultural y social hacia el carácter andino que hacia el caribeño. Los procesos culturales y políticos colombianos desde la colonización española tuvieron una dirección de adentro hacia afuera, desde los centros coloniales andinos de poder hacia las costas.

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Menos Caribe para Colombia

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11Nº 616, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, diciembre de 2012

* Magíster en Ciencias Políticas, Uni-versidad de Antioquia. Profesor e in-vestigador de la Universidad EAFIT.

“los de tierra fría”, en la cual predominó una valoración extractiva de las zonas de “los de tierra caliente”. Esta visión centralista desarrolló una perspectiva alejada del mar, sus habitantes y sus potencialidades respecto a la vida nacional.

Ahora, esta desconexión bicentenaria entre los go-biernos central istas y el Caribe colombiano se mate-rializó de manera dramática con la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de la Haya el 12 de noviembre de 2012. La CIJ recordó lo marginal que ha sido el Cari-be a las dinámicas centralis-tas del poder. No obstante la larga historia y la extensión territorial y marítima sobre el mar Caribe, el sistema político colombiano no lo ha incluido de manera efectiva, productiva y cultural en sus políticas públicas nacionales e internacionales.

El dolor y la bronca que activó el fallo son represen-tativos de los errores graves cometidos por el Estado colombiano en los litigios que comprometieron al mar durante el siglo pasado. Los últi-mos gobiernos colombianos han sido extemporáneos a la hora de desconocer las competencias de las cortes internacionales, así, igualmente, han incurrido en estrategias equivocadas de de-fensa de las aguas marítimas de soberanía colombiana. El Estado y sus clases dirigentes han que-dado al desnudo frente al fallo de una Corte a la que gobiernos colombianos le reconocieron competencia previa.

El carácter inmediato e inape-lable del fallo privará al país de hacer efectiva una soberanía na-cional sobre una parte del Caribe que históricamente se ha mante-nido en una condición marginal. San Andrés y Providencia han sido la Colombia conectada con el Caribe anglófono, el Caribe hispano-parlante y el Caribe franco-parlante. En general, Co-lombia ha sido distante de sus archipiélagos y cayos, tanto en el Caribe como en el Pacífico. Colombia definió una dirección para su desarrollo hacia el país andino, el de las montañas, cor-

dilleras y tierras frías, y paralelamente distante hacia el Caribe, pero de igual manera hacia sus otros territorios alejados del centro: el Pacífico, la Orinoquía y la Amazonía.

Esta actitud política bicentenaria demuestra que el territorio de la nación ha excedido la capacidad gubernamental para administrarlo de manera democrática, incluyente y humana. La mutilación geográ-fica del territorio es proporcional a la incapacidad de sus dirigentes para ejercer soberanía de manera efectiva, progresista e incluyente.

En el pasado, comenzando el siglo XX, en noviembre de 1903 se “separó” Panamá. Menos Caribe para Colombia. Con esta “indepen-dencia” panameña, se alteró e hirió la integridad del territorio de la nación que se extendía hasta la costa oriental de lo que hoy son las repúblicas de Costa Rica y Nicaragua. En este evento, Jose Manuel Marroquín, presidente en ejercicio de la república de Colombia, ex-presó la incapacidad y debilidad del país ante la expansión imperial que lo despojó de un departamento estratégico para los intereses nacionales en el campo del comercio mundial; sin embargo, para entonces Panamá tenía una incorporación más nominal que real al ejercicio soberano de la República. Desde luego, en aquel momento se experimentó un efímero nacionalismo colombiano, nacionalismo raquítico y ligero. Fue la separación territorial la que activó y despertó la conciencia de lo perdido porque no existía un tejido social, polí-tico y cultural que se opusiera a la pérdida y asegurara la soberanía.

Hacia mediados del siglo XX, un segundo evento restó soberanía sobre el mar Caribe. Cumpliendo las funciones de presidente encarga-do, Roberto Urdaneta Arbeláez tomó la indelicada decisión política y jurídica de reconocerle la soberanía a Venezuela sobre el archipiélago de Los Monjes. En consecuencia con esa actitud, en 1952, Urdaneta Arbeláez resolvió reconocer la soberanía venezolana mediante una nota diplomática. Colombia declaró que no la objetaba y tampoco tenía reclamos sobre el ejercicio de dominio del país vecino. Estos dos

La mutilación geográfica del territorio es proporcional a la incapacidad de sus dirigentes para ejercer soberanía de manera efectiva, progresista e incluyente.

episodios hacen parte de la memoria de mutilaciones que ha experimentado el Caribe colombiano de las soberanías patrimoniales, culturales, económicas y ambientales que el Estado colombiano antes tuvo.

El fallo reciente de la Corte Internacional de Justicia nos remite a una expresa realidad: Colombia perdió derechos económi-cos sobre los mares que rodean las islas que cons-tituyen el Archipiélago de San Andrés y Providencia, Colombia cambió geo-gráficamente su territorio marítimo por una decisión de una Corte a la que ella le reconoció su potestad jurídica y por la angosta vi-sión de unas élites andinas ensimismadas en sus mon-tañas y en sus gramáticas greco latinas. Se tiene hoy un nuevo mapa del Caribe occidental que es el que decidió la CIJ. Ahora como antes, Colombia tiene me-nos Caribe. Este último ha revivido los anteriores golpes a la moral nacional, mostrando un país caribe-ño afectado y negado para

ejercer plena soberanía.Una vez más, salvo que en la

ocasión fue ante una corte in-ternacional, Colombia presentó sus argumentos “andinos”, cen-tralistas y de “tierra fría”, sin la presencia de los colombianos nativos o raizales del archipiéla-go, los portadores de contexto social, cultural, económico e his-tórico, además del conocimien-to, sentimiento y criterio sobre el lugar del mar en sus vidas y lo que éste representa en medio de la exclusión provocada por el nacionalismo oficial que no ha consultado su carácter ni su inteligencia. Otra vez se repitió la mutilación del Caribe, otra vez los colombianos tuvimos un evento para expresar un nacio-nalismo tardío, reactivo, visceral y ligero. De seguir así cada vez Colombia tendrá menos Caribe y menos azul en su representación simbólica de patria.

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12Nº 616, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, diciembre de 2012

Admitidos 2013: cifras que respaldan la vocación incluyente de la UdeA

Inscritos por género 2013-1

Inscritos 2013-1 por tipo de colegio

Admitidos 2013-1 por tipo de colegio

Admitidos por género 2013-1

Inscritos 2013-1 por estrato socieconómico

Admitidos 2013-1 por estrato socieconómico

Son más las mujeres que se inscriben, 57%, frente al 43% de hombres.

Referente al colegio de proce-dencia de los inscritos se obser-va que el 74% egresó de cole-gios oficiales frente a un 26% de colegios privados.

Referente al colegio de proce-dencia de los admitidos se ob-serva que el 70% egresó de co-legios oficiales frente a un 30% de colegios privados.

Son más los hombres que se admiten, 57%, frente al 43% de mujeres.

El 94,4% de los aspirantes pertenece a los estratos 1, 2 y 3, concentrándo-se en mayor medida en el estrato 2 con un 44%, seguido del estrato 3 con un 32.9% y el estrato 1 con el 17.5%.

El 92,2% de los admitidos pertenece a los estratos 1, 2 y 3, concentrándose en mayor medida en el estrato 2 con un 40.2%, seguido del estrato 3 con un 36.6% y el estrato 1 con el 15.4%.

PROGRAMA PUNTAJE DE CORTE

COMUNIC AUDIOV Y MULTIMED 76,132PERIODISMO 73,564INGENIERÍA CIVIL 72,562TRADUCCIÓN INGLÉS-FRANCÉS-ESPAÑOL 71,823INGENIERÍA DE SISTEMAS 70,171MEDICINA 69,522INGENIERÍA MECÁNICA 69,168INGENIERÍA INDUSTRIAL 69,049PSICOLOGÍA 68,371LICENCIATURA LENGUAS EXTRANJERAS 67,220INGENIERÍA ELECTRÓNICA 66,659CONTADURÍA 66,630

Programas organizados por puntaje de corte más alto

Tendencia de inscritos al proceso de admisión

En el proceso de admisión que culminó con el examen en octubre para seleccionar los estudiantes que se maticularán al primer semestre de 2013 se presentaron 44.203 aspirantes, 41.248 en Medellín y 2.955 en las regiones.

El total de admitidos sumó 5.166 en los programas académi-cos que la Universidad ofrece tanto en las sedes de Medellín como de las regiones —feron admitidos 4.650 en Medellín y 516 en las regiones—.

En relación con los inscritos, el porcentaje de admitidos fue de 11,27% en Medellín y de 17,46% en las sedes y seccionales.

De acuerdo con el análisis cuantitativo del proceso adelantado por el Departamento de Admisiones y Registro de la Vicerrectoría de Docencia, el reconocimiento de la Universidad de Antioquia en el ámbito regional y

INSCRITOS 2003-1 2004-1 2005-1 2006-1 2007-1 2008-1 2009-1 2010-1 2011-1 2012-1 2013-1

MEDELLIN 34.477 35.724 33.075 35.111 35.877 35.839 39.554 42.249 41.678 42.627 41.248

REGION 4.421 3.420 6.154 4.951 2.917 3.986 4.223 2.608 2.937 2.729 2.955

TOTAL 38.898 39.144 39.229 40.062 38.794 39.825 43.777 44.857 44.615 45.356 44.203

nacional, aunado al esfuerzo comunicacional para dar a conocer el calen-dario y el procedimiento de inscripción para admisión a través de diferentes medios (televisión, prensa, radio, hipermediales y multimediales), sumado a las iniciativas de la Secretaría de Educación para acercar a los bachilleres a la vida universitaria con diferentes eventos organizados en los Parques Bi-blioteca, Jardín Botánico, Palacio de Exposiciones, Plaza Mayor, entre otros, a través del Programa “Camino a la Universidad”, facilitaron la inscripción de los 44.203 aspirantes, de los cuales el 40.0% son residentes de Medellín, el 46.6% de los restantes municipios del Departamento de Antioquia y el 13.4% de diferentes poblaciones del país.

De los 5.166 admitidos en los programas académicos , el 38,9% son re-sidentes en Medellín, el 49,81% de los otros municipios de Antioquia y el 11,3% de diferentes lugares del país.

HOMBRES 43 %

PRIVADOS 26 % PRIVADOS

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OFICIALES 74 %

OFICIALES 70 %

HOMBRES 57 %

MUJERES 57 %

MUJERES 43 %

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“Nos hemos quedado gratamen-te impresionados con su univer-sidad”. Estas fueron las palabras de Ana Velazco Lozada, una de las tres pares académicas que visitó a finales de noviembre la Alma Máter para evaluar el área de educación continua, como parte del proceso de evaluación internacional que adelanta la institución de su Sis-tema Universitario de Extensión.

Velazco, quien se desempeña como directora del centro de edu-cación continua de la Pontifica Universidad del Perú, destacó en el informe de salida el pasado 23 de noviembre que los medios de comunicación, específicamente la radio, es una de las mayores forta-lezas que tiene la Universidad en el ámbito regional.

“Ninguna universidad en Latino-américa tiene esa fuerza que tienen ustedes; no captan lo fuerte que son y podrían sin ningún problema potenciarlo mucho más a nivel internacional”, dijo.

Por otra parte subrayó que hace falta internacionalización, es decir una mayor participación tanto virtual como presencial en foros e iniciativas internacionales con el fin de detectar las necesidades de la institución y a su vez incorporar proyectos.

“La ventaja de trabajar con redes internacionales es la cooperación porque permite compartir informa-ción académica y administrativa. La idea de aprender de los pares es no volver a cometer los mismos errores”, indicó.

La profesora universitaria insi-sitió en que, a pesar de que todas las facultades, centros e institutos realizan educación continua, la institución puede potenciar más ese frente de trabajo.

“La única debilidad que hemos visto —observó—, es que ustedes son muy tímidos, porque tienen un trabajo excelente pero no lo difun-den. En la región lo tienen copado, pero falta mayor difusión nacional e internacional”.

En este sentido, Velazco también dijo que falta interdisciplinariedad entre facultades, pues, dijo, “lo hacen bien, pero de manera aislada por cada facultad”.

María José García, otra de las pares que acompañó este proce-so, explicó que “si hay demasiada autonomía y no hay coordinación, existe el peligro de que algunas unidades vayan muy rápido y otras se queden rezagadas”.

Según García, quien se desempe-ña como profesora de la Universidad Nacional de educación a distancia de España, un aspecto que sobresale de la Universidad con respecto a otras es la amplia oferta dirigida a grupos de todas las edades.

“Mi universidad se centra en los adultos, otras presenciales en España en los jóvenes, pero la

Universidad de Antioquia en ini-ciativas como los semilleros etc., abarca realmente a todos los es-tratos sociales, desde niños hasta adultos”, dijo.

Expresó, además, que la Uni-versidad debe dar un paso hacia la cultura de la academia digital, ya que en el siglo XXI es la tendencia, que las universidades migren a modelos semi-presenciales.

“La Universidad de Antioquia se originó como universidad pre-sencial y entonces tiene que dar un paso más adelante, y debe, por tanto, integrar de una manera más natural lo que es una acade-mia digital, una apuesta clara por plataformas virtuales, y porque los docentes se formen en crear con-tenidos virtuales”, aseguró.

García argumentó que las ven-tajas de este modelo están en que los alumnos son más autónomos e independientes y los profesores mientras no están en el aula de clase pueden investigar.

En este sentido, reconoció que el programa de integración de tecnologías a la docencia de la Uni-versidad “está haciendo cosas muy válidas, pero tiene que hacer más”.

Finalmente, Ana Velazco des-tacó que el mayor intangible que tiene la Universidad es su credi-bilidad pero que es necesaria una mayor integración.

“La credibilidad de esta Univer-sidad está muy bien, lo único que tiene que hacer es integrarla al tejido productivo social para que la institución pueda salir mejor

fortalecida”, dijo, y agregó que la mayor fortaleza es la marca, la cual está muy consolidada en las regiones pero hay que trasladarla al plano latinoamericano.

Por su parte, la vicerrectora de Extensión, María Helena Vivas, expresó que “esta evaluación internacional de la extensión que nosotros voluntariamente hemos asumido, tiene una importancia muy alta para la Universidad por cuanto nos va a permitir hacer un mejoramiento con una visión no solamente nacional sino también internacional”.

Así mismo dijo que “la educación continua no solamente se resume en cursos, y diplomados, sino que la Universidad como institución educativa y cultural tiene una res-ponsabilidad con toda la sociedad”.

Con esta son cua-tro las visitas que cumplen los pares académicos. Ejes temáticos como la gestión tecno-lógica, la cultura y la responsabilidad social universitaria ya han sido valo-rados.

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Credibilidad institucional, el mayor intangible

Proceso de Acreditación

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A pesar de los esfuerzos de las autoridades de salud en Medellín, el dengue sigue siendo un problema grave de

salud pública en el país. A princi-pios de este año, en Colombia, se presentaron 30 mil casos de den-gue y se estima en cien el número de muertes por la enfermedad. Como parte de su misión, en los últimos siete años, el PECET ha trabajado fuertemente el tema.

Inicialmente el PECET realizó una investigación en un pro-yecto nacional que evaluaba la susceptibilidad y resistencia de los mosquitos –transmisores del dengue-- a los insecticidas. Este estudio pudo determinar que según la región del país, las cepas del mosquito Aedes aegypti varían en su susceptibilidad a los insecticidas.

De esta manera, se logró tener información para el Ministerio de Salud y secretarías departamen-tales y municipales de salud con el fin de que los controles del mosquito se hicieran con el in-secticida correspondiente según los resultados del estudio.

A finales de 2011 en compañía del DVI (Dengue Vaccine Initiati-ve) --una organización coreana sin ánimo de lucro-- se inició en la Comuna dos de Medellín un estudio sobre la real incidencia del dengue entre los 105 mil ha-

bitantes de esta zona endémica para la enfermedad, según lo muestran los registros oficiales de años anteriores.

Este proyecto se hizo con Me-trosalud, la Secretaría de Salud Municipal, los centros de salud y hospitales del sector, los líderes comunitarios, y con la aprobación de los comités de ética y de la Universidad de Antioquia. En caso de ser positivo, se les remi-tió al tratamiento.

Hasta la fecha 2000 volun-tarios han participado, además de las personas consultadas por fiebre a quienes se les tomó una muestra de sangre para saber si tienen anticuerpos contra el den-gue. Producto de este estudio se creó en la unidad intermedia del

sector, la Clínica de la Fiebre en donde a estas personas se les hará seguimiento cada seis meses durante tres años para determinar si se infectaron con el virus.

A través de encuestas realiza-das casa por casa se analizaron otros temas como los tiempos de incapacidad que genera y costos del tratamiento. “Este análisis será fundamental para determinar la relación costo beneficio en los programas de prevención empren-didos por el Estado”, argumenta Iván Darío Vélez, director del PECET y coordinador del estudio.

Para garantizar la cobertura del programa y la inclusión de todas las áreas del estudio, cada cuatro meses personal especialista en entomología del PECET visitará

los hogares buscando criaderos de mosquitos.

Con la realización de talleres, cursos, entrega de volantes, car-teleras y charlas educativas, el personal de salud del proyecto ha brindado a la comunidad la información necesaria para la prevención y control del vector, cómo evitar su transmisión y qué hacer en caso de tener el virus. De esta manera, aspectos como: incidencia, costos, presencia de criaderos y educación, son cu-biertos por el programa.

Para lograr un efectivo control se requiere una participación más activa de la comunidad. Según Vélez: “Se ha visto que la comunidad de la Universidad de Antioquia tiene unas carac-terísticas particulares; un alto porcentaje de ellos, alrededor de un 70% proviene de los estratos uno, dos y tres, los mismos en los que se ha detectado una alta inci-dencia del dengue. No obstante, el estrato seis no está exento de tenerla, sin embargo, se ha visto que los estratos bajos han sido fuertemente afectados”.

La dirección de Bienestar uni-versitario, la IPS Universitaria, la Escuela de Microbiología y el PECET, propusieron un programa de prevención del dengue en la Universidad. De esta manera si toda la comunidad universitaria dispone de información sobre el tema, va a poder replicarla. “Educar a la comunidad univer-sitaria sobre el dengue es clave para tener un mejor control de la enfermedad en la Universidad”, afirma Vélez Bernal.

A finales de 2010 la Universi-dad de Antioquia en su sede de oriente tuvo el privilegio de eva-luar la fase I de una nueva vacuna contra este virus. En noviembre de 2011 esta vacuna mostró que es segura y que estimula la inmu-nidad contra los cuatro serotipos del dengue. Los resultados fueron presentados en algunos foros internacionales y permitieron continuar con el estudio. Actual-mente, en Colombia, Puerto Rico, Tailandia y Singapur se hace el estudio de fase II de la vacuna en personas de diferentes edades, incluyendo niños que viven en ciudades donde hay transmisión como es el caso de Medellín.

Si la fase II muestra que la va-cuna es segura comienza la fase III en donde se pone al servicio de la humanidad una vacuna econó-mica y efectiva contra este virus.

Captación de voluntarios de la comuna 2- Santa Cruz

Estos proyectos bus-can fortalecer los programas de pre-vención y educación emprendidos por las autoridades munici-pales y departamenta-les de salud, además de generar concoci-meinto orientado al control del dengue, una enfermedad de salud pública.

Por ANA CRISTINA PATIÑO TABORDA

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Pasos para erradicar el dengue, por buen camino

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En su cumpleaños 54, mientras abre la con-cha de una ostra con un cuchillo y deposita la masa blanda y jugosa

sobre una bandeja metálica, el pes-cador Argemiro Gaviria se siente contento y confía en que las con-diciones de vida de su familia —la mujer y cinco hijos— mejorarán si el proyecto de cultivo y comercia-lización de ostras de mangle del Urabá antioqueño, en el que par-ticipa hace más de un año y en el que ha depositado sus esperanzas y energía, sigue adelante.

Argemiro estudió hasta octavo grado y fue criado como agricul-tor. Sembraba maíz, yuca y ñame en San Juan de Urabá, pero tuvo que trasladarse a Turbo, en donde la necesidad lo obligó a él y a sus hijos a convertirse en pescadores artesanales desde hace siete años.

“Aprendimos a pescar, luego conseguí una embarcación de ma-dera y un motor. Hacemos faenas de pesca hasta de tres días, pero no tenemos ingresos estables porque a veces nos va muy bien y otras no. En promedio la entrada al mes es un salario básico, con eso tenemos que bandearnos”, contó.

Ese es el panorama de los pesca-dores artesanales en el Urabá antio-queño, pero para algunas familias es peor. Con la pesca artesanal como principal actividad económica no alcanzan a satisfacer las necesidades básicas, y el acceso a servicios de sa-lud y de educación es precario. Ade-más, después de la faena semanal la mayoría no ejerce otra ocupación que le represente ingresos adicionales.

Sumado a esto, los recursos

Cultivar ostras, una opción

marinos han disminuido por la contaminación del agua con agro-químicos, la sedimentación de los ecosistemas marinos, la sobrepes-ca en los mismos lugares y la poca exploración de nuevas alternativas como jaibas, cangrejos y ostras.

De ahí que Argemiro se ani-mara a participar en el proyecto piloto “Desarrollo productivo en el golfo de Urabá, Colombia - Transferencia de buenas prácticas en pesca artesanal y en acuicul-tura”; para aprender a cultivar ostras como complemento a la actividad pesquera, mejorar sus condiciones de trabajo, proteger los recursos marinos y buscar otra

fuente de ingresos a través de la comercialización del producto.

Con 50 pescadores artesanales de Turbo y Necoclí se inició el proyecto en 2009, enmarcado en el Programa ERICA —España y sus regiones intercambian conocimien-to con Antioquia—, coordinado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de la Gobernación de Antioquia y la Universidad de Antioquia, con el acompañamien-

to técnico del Centro Tecnológico del Mar, CETMAR, España.

Por parte de la Universidad, las gestoras y ejecutoras de esta ini-ciativa fueron las profesoras Nelly Ospina de Barreneche y Luz Marina Carvajal de Pabón, del grupo de investigación Nutrición y Tecno-logía de Alimentos de la Facultad de Química Farmacéutica; y Judith Betancur Urhán, del grupo Gestión y Modelación Ambiental, GAIA, de la Facultad de Ingeniería.

Según Ospina, quien por más de 30 años ha trabajado en el área de procesamiento de car-nes, incluyendo peces, moluscos y crustáceos, la idea original era

replicar en Urabá la experiencia de los pescadores en Galicia, España, en cultivos de mejillones; pero en territorio colombiano era más fac-tible cultivar ostras, abundantes en las 6.993 hectáreas de manglares del golfo de Urabá, importantes por su aporte nutricional en proteína, fósforo, zinc y potasio.

El proceso de cultivo dura nueve meses desde que se colectan las semillas hasta que desarrollan un

buen tamaño. Durante este tiempo se monitorean permanentemente las condiciones para su superviven-cia, como la presencia de depreda-dores y especies competidoras, así como la salinidad, el PH, el oxígeno del agua y la presencia de residuos agroquímicos, bacterias de dese-chos sanitarios y bacterias patóge-nas; que pueden alterar la calidad del producto o representar un riesgo para la salud de los consumidores.

El desarrollo del proyecto no ha sido fácil. El primer cultivo pereció por las lluvias que cambiaron la salinidad de las aguas, su control debe hacerse dos veces por sema-na. Dichos cultivos están a más de una hora de distancia de las comu-nidades y sólo en combustible se requieren alrededor de 120 mil pe-sos por cada viaje. Al final, muchos pescadores perdieron la motivación al no ver resultados inmediatos.

Pero los logros saltan a la vista: hoy existen tres cultivos con más de diez mil ostras de buen tamaño, calidad y garantía de inocuidad. “Lo más importante es que muchos pesca-dores están firmes con el proyecto. Están capacitados para la ostricul-tura y la preparación de diferentes recetas de ostras. Además han adop-tado prácticas para una adecuada manipulación de alimentos”, afirmó la investigadora Nelly Ospina.

Ostras para todos los gustos

Mientras Argemiro y otros compa-ñeros abrían cerca de dos mil ostras seleccionadas para la Primera feria gastronómica del urabá antioque-ño, el 18 de noviembre, los demás preparaban, con la dirección de un chef del Sena, un menú de 12 pla-tos: ostras gratinadas, canapés con ostras, ostras al pesto en carambolo, brochetas de ostras tropicales, ca-nastillas de banano con calamar en salsa de coco, arroz mixto y ostras frescas con vinagreta de limón.

“Están deliciosas —se saboreó Tilson Robledo Martínez, Secreta-rio de Agricultura de Turbo, quien ha seguido de cerca el proyecto—. La ostricultura es una alternativa de empleo que aprovecha un producto abundante en el golfo. Queremos popularizar el consumo de ostras en la región y replicar esta experiencia en otros municipios”.

Con ese festival de ostras con-cluyó la primera fase del proyecto. El nuevo reto es darle continuidad e implementar la estrategia de comercialización del producto. Al respecto, la Vicerrectoría de Exten-sión, dependencia coordinadora de los proyectos de la Universidad en el Programa ERICA, anunció apoyo por los próximos meses para capacitar en emprendimiento a los pescadores y continuar con las actividades en los cultivos.

“Nosotros ya somos cultivadores de ostras. Creemos en el proyecto y esperamos que continúe. Pero necesitamos el acompañamiento de las entidades gubernamentales y académicas”, concluyó Argemiro.

En el proyecto también participaron Corpourabá y el Sena. Las inver-siones ascienden a más de 400 millones de pesos, con aportes de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo – AECID, la Gobernación de Antioquia y la Universidad de Antioquia.

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Por DIANA ISABEL RIVERA

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La multitud del norte

Por GISELA POSADA MEJÍA

Centro de Desarrollo Cultural de Moravia

A destajo la ciudad se abrió camino como un animal salvaje. Entre calles, casas y aveni-das sigue tejiendo una

arquitectura caprichosa de techos de zinc, asfalto y ladrillo macizo. Grupos del propio suelo y emi-grantes de otros lares continúan disputándose la epidermis de una ciudad que en su lado norte con-tiene una singular expresión de urbanismo y diversidad humana. La zona norte de Medellín prome-te una valiosa transformación en curso, esgrimiendo como derecho natural el uso del espacio público y la cultura como alimento del es-píritu. Un lugar de los ciudadanos y para los ciudadanos que busca hacer tangible que el todo es más que la suma de sus partes. Un asen-tamiento con dinámicas propias de reconocimiento, aun tímidas, pero con demostraciones de compro-miso traducidas en instituciones y comunidad dispuestas a decir, con hechos, que ese lugar, rodeado de comunas, con hervideros de espe-ranzas, es digno de identificarse como propiedad colectiva.

Lugares que en un inventario a mano alzada daría como resultado algo así como trece estaciones, con programaciones para todos, en particular para los habitantes de Aranjuez, Campo Valdés, Bra-silia, Chagualo, San Pedro, San Cayetano, Manrique, Moravia, Sevilla y Miranda, que reciben, al año, más de seis millones de per-sonas locales y extranjeras —una cifra que duplica la población de Medellín y su área metropolita-na—. Además, con una capacidad instalada de auditorios, aulas múltiples, salas de cine, museos y extensas zonas verdes. Allí Explora se erige como un parque que ha logrado ganar camino para hacer de la ciencia un asunto abierto y cercano. Por año recibe a más de seiscientos mil visitantes, al lado del Planetario que se une a la vitalidad de los cuatro vagones rojos repletos de niños y adultos que disfrutan mientras aprenden.

Esta zona, que abarca más de nueve mil metros cuadrados, con-tiene una masa crítica en la Sede de Investigación Universitaria y en Ruta N, que se erige entre las complejidades de la ciencia, el conocimiento y la innovación. Pa-ralelo, se pueden vivir experiencias sencillas como sentir la sombra de un árbol en el Jardín Botánico; contemplar el corrillo festivo de

jóvenes que asisten a un concierto en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia; caminar acompañado entre los árboles con olor a selva húmeda del campus universitario o disfrutar de la arquitectura del Hospital San Vicente y de la Fa-cultad de Medicina.

La línea que dibuja la ciudad en este vasto territorio es extensa y el sur se encuentra con el norte en una cima, donde reside la Casa de Pedro Nel Gómez, convertida en Museo y que en palabras de Álvaro Morales, su director, es un espacio que tiene valor no sólo por el inventario de su colección o por el metraje de su casa, sino por la pertinencia de sus contenidos.

“Revisando temáticamente la obra del artista —dice— uno en-cuentra que su preocupación onto-lógica y estética fue el hombre, pero el hombre de su entorno. Tiene mo-delos que son de su propio barrio, de su propia comunidad: hay obreros, hay tra-bajadores, hay gente de Mo-ravia, de Aran-juez, de muchas partes de Mede-llín, o sea que esos primeros impactos que uno tiene cuan-do la gente se reconoce en la vida y obra de Pedro Nel, en su plástica hace que ellos no solamente se reconozcan sino que se integren a los procesos creadores”.

Otro oasis de la zona es el Jardín Botá-nico, una enti-dad que se de-rivó del llamado Parque de la In-dependencia y que para Clara Restrepo, di-rectora de este pulmón verde significa “el gran parque de la ciu-dad, con ingreso gratuito y con un espacio público privilegiado por su belleza, por su arquitectura, por su biodiversidad y por su labor científica, aun desconocida”.

Puntos cardinales donde tam-bién se encuentra el Hospital San Vicente, referente de atención en salud para los sectores más bajos, y aunque la institución requiera de 250 mil millones de pesos al año para subsistir y responder a un

grupo humano de 300 médicos y 950 enfermeras, le presenta a la ciudad una iniciativa novedosa que Julio Ernesto Toro, director, expone con entusiasmo.

“Nuestra propuesta es mante-ner las instalaciones patrimonia-les del siglo pasado al servicio de la comunidad como áreas recreativas y culturales; el sueño es tener la parte asistencial den-tro de los mismos terrenos con instalaciones nuevas, porque las

exigencias de los espacios así lo ameritan. La meta es hacer una torre de ocho pisos sobre la ave-nida Barranquilla que involucre el Hospital Infantil y la consulta externa de Policlínica”, dice.

En un ángulo de su geografía se encuentra el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, un lugar fron-terizo entre la ciudad institucional y la ciudad comunitaria. Para su director, Carlos Uribe, la tarea ha sido recuperar el tiempo perdido:

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• Jardín Botánico de Medellín • Museo Cementerio San Pedro • Casa Museo Pedro Nel Gómez• Parque Explora • Planetario de Medellín • Parque de los Deseos • Casa de la Música • Parque Norte • Parque de la Vida • Ruta N• Universidad de Antioquia • Centro de Desarrollo Cultural de Moravia • Hospital Universitario San Vicente Fundación

Instituciones que integran Zona Norte

“llegar a una comunidad que luego de 55 años de vulnerabilidades y de habitar en un vertedero de basuras se encuentra con una iniciativa hecha realidad y que hace cinco años hace presencia e inversión de recursos y compromiso públicos y privados que buscan aportar a la identidad de una población con más de 160 mil habitantes”.

En ese contexto, Carlos Bedoya, líder comunitario, dice que Moravia es una población que se encuentra en un sitio estratégico de la ciudad. Su llamado a las entidades de la zona norte es enfático: “aunque algunas problemáticas subsisten como la dificultad para acceder a los espacios que se ofertan, o las necesidades básicas están insa-tisfechas, el anhelo es contar con más accesibilidad a la cultura y a la inclusión; tener mayor corres-ponsabilidad social de empresas y entidades con el deber de mirar con más apertura las comunidades vecinas; las edificaciones y sus pro-yectos deben tener más relación con las personas que aquí habita-mos, con el fin de ayudar a suplir las necesidades de conocimiento desde un ejercicio económico y de solidaridad. Asimismo, las relacio-nes tienen que ser más horizonta-les y participativas, con procesos que no ignoren los intereses de la comunidad, porque las decisiones que toman nos afecta”.

Sueños por hacerEn esta riqueza de contenidos

por metro cuadrado, tanto institu-ciones como comunidad coinciden en señalar algunas debilidades como la lucha por la sostenibilidad,

la asociación, los problemas de seguridad y de movilidad que aún persisten, pero anotan que la indi-ferencia institucional pública y pri-vada son el mayor flagelo. El sueño es avanzar en la ampliación de horarios, trabajar por economías de escala que permitan recursos compartidos y apoyar la iniciativa de peatonalizar el sector.

En retrospectiva, hace 44 años la Universidad de Antioquia solitaria se propuso llegar a este sector y construir un campus moderno al lado del llamado Parque de la In-dependencia y de una montaña de

basura habitada por personas. Llegó para romper las fronteras y hacer más incluyente una ciudad tras de-rribar los muros físicos y mentales. Una visión que parecía estar unida al sueño del maestro Pedro Nel de articular urbanísticamente la zona y de que existiera un corredor entre los cerros Volador y Nutibara.

“Él alcanzó a proponer un gran parque nacional hasta llegar a la Casa Museo Pedro Nel Gómez. Si estuviera vivo propondría una arti-culación vial, peatonal, paisajística que nos dijera que estamos juntos en este proceso de ciudad. Una ciudad verde, sostenible, obvia-mente con la suma de todos los contenidos que ya tiene el norte”, anota Morales, director del Museo.

Edificios consolidados, estra-tegias en curso y proyectos em-brionarios que buscan hacer de

Medellín una ciudad de conoci-miento, tal es el caso del distrito tecnológico de 14 hectáreas que comprendería los barrios de Sevilla, Chagualo, Jesús Nazareno y el cam-pus universitario, el cual pretende sentar las bases del desarrollo eco-nómico, atraer empresas de salud, energía y tic, tal como lo proyecta Ruta N; aires de transformación en un territorio estigmatizado.

Entre tanto, el pulso de millo-nes de personas se siente entre las arquitecturas de esta zona norte de Medellín; habitantes diurnos y residentes del sector invitan a los ciudadanos para que se apropien, con dignidad, de los espacios públicos, de las zonas verdes y de los sitios de encuentro con estéticas urbanas, en camino de fortalecerse, en una vocación dispuesta para la vida.

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Yófuerama Jemi, el profesor que enseña danzando

Descalzarse para sentir la tierra, saborear el ambil para la concen-tración y la memoria. Arriba Jitoma —dueño

del sol y la energía—, abajo Buinai-ma —el que cuida los ríos—, y for-mando un círculo con sus alumnos, con un canto en lengua m in ika, el profesor comienza la clase.

Selnich Vivas Hurtado, escritor, poeta, literato, ganador del Premio Nacional de Literatura, modalidad poesía, de la UdeA y doctor en lite-raturas alemanas y latinoamerica-nas de la Universidad de Friburgo (Alemania) enseña hoy el curso de lenguas indígenas, un curso— que a su pesar— no está avalado por ningún programa.

Entre cantos y danzas en al-guna zona verde del campus universitario transcurre la clase de Yófuerama Jemi (nombre es-piritual de Vivas, que significa el que enseña con la boca y busca al hermano). Este tulueño apasio-nado por las culturas indígenas cuenta con nostalgia y enojo, por qué hace 18 años se inquietó por el saber ancestral: “Me sentí terriblemente avergonzado de mí mismo porque yo era profesor de lenguas de acá y no tenía idea del mundo donde vivía”. En compañía de investigadores alemanes vivió durante un año con la comunidad m in ika (en el Amazonas) asu-miendo en su totalidad sus formas de vida. Fue allí donde sintió una gran frustración al no poder comu-nicarse como lo hubiera podido hacer fácilmente en inglés, fran-

cés, español o alemán. “No podía comunicarme con los ciudadanos de mi país”, dice indignado.

Selnich comienza entonces a enseñar la lengua m in ika por medio de cantos y danzas, método que utilizan los abuelos de esta comunidad en la selva y otras regiones del país. Explica que la enseñanza de la lengua no se puede reducir a explica-ciones gramaticales, sino que se trata de dar cuenta de cómo la lengua construye modelos de pensamiento. “Cuando asistes a un curso de lengua m in ika y descubres que los conceptos empleados en los cantos no son sólo datos sino construcciones de mundo y que estos te pueden transformar como ser humano entonces entiendes por qué esos conocimientos han sido recha-zados por el mundo capitalista, occidental, productivo”, dice.

Después de todo este proceso, Vivas cuestiona entonces los pa-trones modernos que miden las fa-cultades académicas: “Entre más idiomas europeos logremos hablar

se nos ve como más inteligentes. Instituciones gubernamentales nos exigen hablar a los profesores idiomas europeos como garante de nuestra sabiduría y nuestra formación, pero nadie nos exige hablar idiomas indígenas”, dice.

Sergio Castrillón, estudiante de filología y quien lleva ocho meses asistiendo al curso rescata que: “He encontrado muy valioso el hecho de ampliar mi visión de mundo”. Jiko —nombre espiritual de Sergio— define a Selnich como un hombre visionario, sensato y cosmopolita. Así mismo opina que sería positivo establecer este curso como obligatorio porque le daría la misma importancia a las culturas indígenas como se le da a la literatura griega, latina o del renacimiento italiano.

Juan Guillermo Gómez, colega y amigo de Selnich, dice: “Es un profesor, poeta y literato que con su conducta constituye un modelo ejemplar y moral dentro de la vida académica de nuestra universidad”. Así mismo recuerda con gracia las locuras de Yófuerama Jemi: “Por

fortuna Selnich fue más loco que yo, se presentaba a clase con una tanga a leer sus poemas. Lástima que ya perdió el hábito”. Pero estas “locuras” están fundamentadas en lo que Vivas llama “el asombro del conocimiento”. Él dice: “Para mí el conocimiento es un asombro y ese asombro me pasó a mí cuando descubrí que otros seres humanos hablaban otras lenguas”.

Indignado por la omisión de los saberes ancestrales, Vivas afirma que “si quien ejerce la docencia no tiene la disposición de reconocer otros saberes que no necesariamen-te provienen del mundo occidental entonces pone en entredicho su condición de profesor de una uni-versidad de América Latina”. Su re-lación con los indígenas estudiantes de la universidad ha sido en muchos casos conflictiva debido —según dice— a que aborda un asunto que involucra a estas comunidades: “Los asuntos con respecto a comunida-des marginadas históricamente no se pueden resolver de un tajo con un curso que es una anécdota de la universidad. El día que incorpore-mos esos saberes a la Universidad va a existir una relación diferente”. En este sentido también critica que la universidad quiera que más indí-genas ingresen pero “para formarlos en el pensamiento occidental, no para permitir que ellos nos enseñen sus conocimientos”.

Por su parte Jaime López, do-cente de la facultad de comunica-ciones, reconoce que iniciativas como estas deberían tener más apertura dentro de la Universidad: “Nos vamos a seguir quejando del desconocimiento de lo autóctono, y si este tipo de espacios no tienen el apoyo institucional esto no va a tener eco”. Así mismo resalta lo va-lioso de innovar en los métodos de enseñanza: “Si no les enseñamos esto a todos los profesores que están anquilosados, pasados de moda en métodos de aprendizaje, yo creo que no vamos a lograr una cosa que estamos pidiendo a gritos y es otra forma de educación”.

Vivas reconoce que a pesar de que la Universidad no quiere trans-formarse, ella “se inquieta, escucha y a veces también sonríe un poco con las locuras que le propongo”, y sin vacilar continúa con su misión pues está convencido de que “el artista tiene la obligación política, moral, ética y social de romper con los modelos anquilosados de la sociedad porque de lo contrario es un reproductor de valores”.

Todos los jueves a las cuatros de la tarde, mientras la vida uni-versitaria transcurre entre aulas, laboratorios y oficinas emerge ese Amazonas olvidado que alberga platanares y sabios indígenas. Aquel es evocado por las voces de estos jóvenes que en compa-ñía de Yófuerama Jemi danzan al ritmo de sus cantos.

Por SARA GIRALDO MAESTRE¿Qué mujer ser? La mujer de la yuca.¿Qué mujer ser? La mujer de la yuca.

En verdad, en tu palabra hemos crecido.En verdad, en tu palabra hemos crecido.

¿Qué mujer ser? La mujer del maní.¿Qué mujer ser? La mujer del maní.

En verdad, en tu palabra hemos crecido.En verdad, en tu palabra hemos crecido.

Minika ringo fareka ringoMinika ringo fareka ringo

Uamei uamei kai monayiUamei kai monayiUamei uamei kai monayi

Minika ringo mazaka ringoMinika ringo mazaka ringo

Uamei uamei kai monayiUamei kai monayiUamei uamei kai monayi

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Selnich Vivas danza con su grupo de estudiantes en la clase de lenguas indígenas.

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UdeA y Mc Gill, aliadas por la población vulnerable

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Cuando debió cursar el semestre de práctica de la maestría en cien-cias de la enfermería Rebecca Debruyn pen-

só en Malawi, sureste de África. Sin embargo se decidió por Colombia.

No fue una decisión azarosa, ni caprichosa por parte de la es-tudiante del Programa de Salud Global de la Universidad de McGill, Canadá. Esa determinación se de-bió en buena medida al lazo que se estableció entre esa prestigiosa institución y el Alma Máter, a par-tir de la pasantía que realizó este año la profesora de la Facultad de Enfermería Sandra Catalina Ochoa Marín, y que no sólo dejó sentadas las bases para una fructífera rela-ción sino que rindió en el curso re-sultados tangibles y significativos.

“Me siento muy feliz acá, me en-canta la gente, el país y la experien-cia”, dice Rebecca en un español que ha mejorado de manera ostensible en los tres meses que lleva en la ciudad.

Ella, que es bióloga y ahora candidata a maestría, durante su estadía se ha sorprendido de la amabilidad de la gente y del cli-ma, pero también de la similitud de las problemáticas en su país Canadá y el nuestro respecto de la enfermería basada en evidencia, la temática de su posgrado.

Eso lo ha podido corroborar en las tareas investigativas y clínicas que ha adelantado en las aulas de la Facultad de Enfermería y en los centros de atención en salud de Me-trosalud, en particular en el barrio Santa Cruz, comuna nororiental de Medellín, que le permiten concluir que “muchos de los problemas que abordo en el estudio son los mis-mos en todos los países”, señala.

Al tiempo que confiesa su pre-ferencia por el trabajo en campo, puesto que —observa— “el mundo allá en el barrio es un poco diferente al

del aula”, manifiesta su deseo de que en virtud de la alianza —la primera que la Facultad de Enfermería entabla con una universidad angloparlante— otras estudiantes canadienses como ella puedan vivir la experiencia que le ha brindado el intercambio y que estudiantes y profesores de nuestra Universidad vayan también a McGill.

“Es una oportunidad de abrir la mente a otras culturas y costum-bres y de aprender otras maneras de hacer las cosas”, afirma mien-tras expresa que quisiera volver si tuviera oportunidad de trabajar.

VínculosOtro de los resultados palpables

de la pasantía adelantada por la profesora Ochoa Marín es la alianza académica que las facultades de Enfermería de McGill y UdeA esta-blecieron para trabajar alrededor de las poblaciones vulnerables y

la atención en salud, en particular con la población en situación de desplazamiento en Colombia y con la población latinoamericana en situación de migración en Canadá.

De hecho, buena parte de la labor que desplegó la profesora Sandra Catalina como investigadora visi-tante este año en McGill tuvo que ver con la ejecución de proyectos de investigación en esa dirección, como el que adelantó con el profesor Jhon S. Sampalis de esta universidad situada en la ciudad de Montreal.

En el estudio los investigadores analizaron la percepción de vul-nerabilidad social y el riesgo ante las enfermedades de transmisión sexual VIH - SIDA en las mujeres latinas que emigran a Canadá.

Entre los resultados del estu-dio cualitativo realizado desde la perspectiva etnográfica a partir de entrevistas en profundidad a muje-

res latinoamericanas que llegaron a Canadá en los últimos 5 años, los investigadores pudieron constatar que las razones para la migración de la mayoría de las mujeres, resi-dentes unas y en espera de acepta-ción como refugiadas otras, están relacionadas con la situación de violencia por parte de sus parejas, por la violencia en general en el país de origen, y por la búsqueda de mejores oportunidades de vida.

“Cuando las mujeres llegan a Canadá —observan Ochoa y Sam-palis—, se someten a cambios drás-ticos en sus condiciones de vida y se enfrentan a la incertidumbre de no saber de su estatus de inmigración ya que cuando se solicita refugio deben esperar entre tres y cuatro años para saber si han sido o no aceptadas”.

Respecto a la salud sexual y reproductiva, el estudio evidenció que habían mujeres diagnosticadas con enfermedades de transmisión sexual en el tiempo de permanencia en Canadá, algunas embarazadas y unas pocas habían tenido abortos.

“La vulnerabilidad social y el riesgo de ITS / VIH / SIDA están de-terminadas por la trayectoria de vida y la historia de violencia de pareja, el contexto migratorio (la mayoría refugiadas, sin saber el idioma, y sin sistema de apoyo social) y barreras para acceder a los servicios de salud en especial a los métodos de planificación familiar”, afirman los investigadores, a lo cual agregan los sentimientos de discriminación, la tardanza en la atención y el des-conocimiento del sistema de salud.

Durante su pasantía Ochoa Marín dirigió dos tesis de maestría, parti-cipó como profesora invitada en la Maestría de Ciencias de la Enfermería con énfasis en salud global, participó en la red internacional del grupo de investigación “Reproductive outco-mes and migration”, de McGill; así mismo, fue coinvestigadora en un proyecto relacionado con acceso al cuidado perinatal de los migrantes, que fue presentado al Instituto Ca-nadiense de Investigación en Salud.

La profesora de la Facultad de Enfermería, además, contribuyó con la elaboración de la propuesta de investigación “Vulnerabilidad a embarazos no deseados e ITS/VIH/SIDA en adolescentes en situación de desplazamiento forzado”, con el concurso de dos profesoras de McGill, y con René Leyva y María Beatriz Duarte del Instituto Nacional de Salud Pública de México elaboró el proyecto de intercambio de in-vestigadores con México-Colombia. “La salud sexual y reproductiva de los adolescentes en situación de desplazamiento forzado: un desafío en la agenda internacional”, indicó.

Uno de los frutos derivados de la pasantía de la profesora Sandra Catalina Ochoa Marín fue la firma del primer convenio de intercambio aca-démico de la Facultad de Enfermería de la UdeA con una universidad de habla inglesa —McGill, Canadá—, para fortalecer los intercambios académicos de doble vía y los programas de posgrado y de investigación conjunta.

Sonia Semenic, de Mc-Gill, explica las posibili-dades de intercambio a docentes de Enfermería

Rebecca Debruyn, quien lleva cinco meses de pasantía en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, debe regresar en enero a su universidad de origen, Mc Gill, Montreal, para culminar sus estudios de maestría, pero espera regresar a Colombia a la primera oportunidad que se le presente.

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Del 5 al 9 de diciembre, Santa Fe de Antioquia celebra la edición XIII del festival de cine. El invitado principal es el cineasta Fernando Trueba.

La década prodigiosa del cine estadounidense

Está comprobado: cada vez que llega la segun-da semana de diciem-bre, la que fuera capital del departamento de

Antioquia hasta 1826 se convierte en el mejor lugar para ver y hablar de cine en Colombia. Miles de per-sonas, cinéfilos y no tan cinéfilos, se desplazan del Occidente, de Medellín y de muchas ciudades para congregarse en los parques y auditorios de la Ciudad Madre durante cinco días. Más de veinte largometrajes, una docena de char-las académicas, varias muestras alternas y una rigurosa selección de lo más reciente –y mejor, según reza la convocatoria– del audiovisual colombiano, constituyen el motivo por el cual se acude a Santa Fe de Antioquia. Eso, y un ambiente de fiesta en torno al cine.

El Festival ha dado la vuelta por doce temáticas distintas en sus ediciones anteriores: del cine so-bre la conquista y la colonia al del Oriente lejano; de la relación del cine con el poder al cine de las peri-ferias; de la Nueva Ola Francesa a la Transición española, pasando por África, el documental latinoameri-cano y la Revolución Mexicana... Y ahora, del 5 al 9 de diciembre, en la decimotercera edición, Santa Fe de Antioquia abordará como tema central el cine de Estados Unidos en los años setenta.

Iniciaron o consolidaron sus carreras en esos años directores, hoy maestros del cine mundial, como Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Woody Allen, para mencionar sólo a los más conocidos, que revitalizaron el

entonces decaído cine estadouni-dense a tal punto que para referirse a esa época la organización del Fes-tival ha dado en llamarla “la década prodigiosa”. Se ha preparado una muestra de películas representati-vas, la que se complementará con una serie de actividades académi-cas. Estas actividades permitirán al público ver, escuchar y dialogar con realizadores, actores y expertos en torno a lo que significó la década de los setenta para el cine de Estados Unidos y, por extensión, del mundo.

Pandora y otras muestrasPero aparte del tema principal, el

Festival de Santa Fe de Antioquia le ofrece al público una importante muestra del reciente audiovisual colombiano. Se trata de la sección Caja de Pandora, que se hace me-diante convocatoria nacional. Este año llegaron más de 180 trabajos de todo el país y de varias ciudades del exterior, de los que el equi-po de curadores seleccionó una muestra de 35 títulos, misma que se presentará durante dos noches del Festival en uno de los lugares

ya legendarios de la cinema-tografía nacio-nal: el parque del cementerio. Doce trabajos de ficción, doce documentales, siete videoclips y cuatro experimentales, provenien-tes de doce ciudades colombianas y una extranjera, conforman la se-lección Caja de Pandora de Santa Fe de Antioquia 2012.

Pandora ha llegado a convertirse en un referente indispensable de la joven movida cinematográfica de Colombia y es la sección que más público atrae en el Festival; como quien dice, aquí vienen los nuevos nombres del cine colombiano a mostrar sus primeras obras, a en-contrarse unos con otros y, sobre todo, a vivir la experiencia que todo artista anhela: el encuentro con el público. En Santa Fe de Antioquia, los nuevos realizadores tienen quien los vea.

Fuera de lo anterior, el Festival ofrece una muestra de cortos provenientes del Festival Latino-

americano de Video y Artes Audio-visuales de Rosario (Argentina) y del Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas, así como el estreno de varias pe-lículas colombianas. Se verá en primicia Lo azul del cielo, de Juan Uribe, el más reciente largometraje de ficción rodado en Medellín. El público podrá ver también los documentales Luis Alberto Álvarez, un espectador intensivo, de Rónal Castañeda; Enlazando querencias, de Talía Osorio; El sueño de la libélula, de Mauricio Gómez Acevedo; y Víctor Gaviria: recuerdo de los tréboles, de Santiago Andrés Gómez.

¿Y cómo hace el público para vivir esta experiencia? No hay que pagar, no hay que inscribirse. Sólo hay que llegar. En Santa Fe de Antioquia todos son bienvenidos.

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Algunas películas de la muestra centralTrampa 22 de Mike Nicholls (1970) • M.A.S.H., de Robert Altman (1970) • Harry, el sucio, de Donald Siegel (1971) • Mi pasado me condena, de Alan J. Pakula (1971) • La últi-ma película, de Peter Bogdanovich (1971) • Malas calles, de Martin Scorsese (1973) • Una mujer bajo influencia, de John Cassavetes (1974) • La conversación, de Francis Ford Coppola (1974) • Tarde de perros, de Sidney Lumet (1975) • El francotirador, de Michael Cimino (1978).

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Por NIDIA MONTOYA

La Emisora Cultural de la UdeA, pionera de la radio cultural del país, se apres-ta para celebrar el próxi-mo año ocho décadas de

incesante presencia en las ondas hertzianas y en frecuencia modulada, un buen pretexto para preguntarse ahora por los desafíos de la radio universitaria en el país, máxime cuando de tanto en tanto estudiosos y no estudiosos han pronosticado si no el fin, sí su desplazamiento en el amplio espectro de los medios de comunicación modernos.

Para el periodista y profesor de la Universidad de Hofstra, Mario Murillo, a la radio la metieron en el ataúd hace más de 60 años cuando surgió la televisión, y prácticamen-te la enterraron cuando hizo su arribo internet, pero para sorpresa de muchos, ocurrió lo contrario.

Hoy tenemos una radio que no sólo “esta vivita y coleando”, sino muy fortalecida. Con la adopción de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, la radio se reinventó y se convirtió en un producto multimedia, que ofrece múltiples posibilidades de generar contenidos y al mismo tiempo de difundirlos.

Según Murillo, lo más importan-te es tener en los medios personas con ideas y corazón para construir todos los días buena radio.

En esta misma línea el senador Eugenio Prieto Soto, quien ha lidera-do el debate en el Congreso de la Re-pública en defensa de los derechos de los usuarios de los servicios de telecomunicaciones, considera que la radio universitaria no sólo debe innovar desde el aspecto técnico y tecnológico, sino también en la for-ma como presenta los contenidos.

El presidente de la Comisión VI del Senado afirma que esta radio debe ser más arriesgada que la radio comercial, por su modelo económico, la libertad de creación y el recurso humano que posee.

Prieto Soto sostiene que la radio universitaria tiene como respon-sabilidad social comunicar para el desarrollo, y considera que el aporte de la Universidad de Antioquia desde 2005 con la creación de un sistema de radio educativa, ha favo-recido la articulación regional desde la divulgación del conocimiento, la cultura y la educación.

Por su parte, Daniel Alarcón, escritor e investigador peruano del Centro de Estudios Latinoamerica-nos de la Universidad de California y fundador del proyecto radial Radio Ambulante, desmitifica la creencia según la cual la llegada de la televisión e internet mandarían al ostracismo a la radio.

Alarcón sostiene que la radio se ha enriquecido con el uso de las nue-vas tecnologías que permiten, por

canzan las comunidades más remo-tas, y ahora con las tic su capacidad de llegar a más públicos aumenta. El reto está en la forma como captura y presenta sus contenidos.

Emisora CulturalBasta darle un breve recorrido

a la historia de la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia para entender el papel que ha jugado en la dinámica universitaria y regional.

Mientras en 1933 terminaba la hambruna soviética, en Esta-dos Unidos comenzaba la cons-trucción del Golden Gate y en Alemania los nazis iniciaban su persecución contra los judíos, en Colombia en un laboratorio de física los profesores José J. Sierra y Próspero Ruiz se unieron con un grupo de estudiantes y crearon una emisora casera de onda corta, un experimento artesanal que so-brepasó las fronteras y logró llegar a 18 países. Así fue como la Uni-versidad de Antioquia le entregó al país su primera emisora univer-sitaria, conocida desde entonces como “La voz de la Universidad”.

Más tarde, en los años 60, entró en funcionamiento la amplitud modulada. Con el paso de los años se creó la necesidad de ampliar su programación y contenidos de carácter académico y musical, y por eso en 1990 entró al aire la estación 101.9 FM.

Finalmente, como respuesta a la estrategia de regionalización que emprendió la Universidad de Antioquia, la Emisora Cultural creó en 2005 el Sistema de Radio Educativa, con lo cual sumó ocho estaciones, un hecho sin ante-cedentes conocidos en la radio internacional.

En la actualidad, en el país y en Latinoamérica se reconocen las políticas de archivo sonoro de la Emisora, mientras que día tras día en ella se materializa el trabajo en docencia, investigación y extensión de la Universidad de Antioquia con una programación apoyada por más de 80 colabo-radores, incluidas una docena de unidades académicas.

Hoy hablamos de una radio próxima a cumplir 80 años, ma-dura y que ha respondido histó-ricamente a los retos planteados por la sociedad. Igualmente este aniversario representa nuevos re-tos en función de los contenidos que hoy requieren sus audiencias en Medellín, las regiones de An-tioquia y el mundo. Una radio que hoy piensa en cómo fortale-cer la articulación del quehacer académico e investigativo de sus docentes, en generar sinergias con otras emisoras de su tipo y en aprovechar las posibilidades que las redes sociales le ofrecen al medio para interactuar de una manera más directa y efectiva con sus oyentes.

Sede de la Emisora en Andes

ejemplo, grabar un producto sonoro, re-emitirse y ser intercambiado en internet, bajo un modelo que reduce el costo de producción y fortalece el trabajo colaborativo y en red.

Otro aspecto que las tecnolo-gías le han aportado al medio es la ampliación de los canales de comunicación con su audiencia, lo cual ha creado un intercambio directo con los oyentes a través de espacios como las redes sociales, blogs, chats y demás mecanismos que posibilitan co-nocer y personalizar la relación del medio con sus oyentes.

Igualmente la convergencia de

medios permite mezclar audio e imagen y da la posibilidad de entregar historias mejor produci-das. Allí es donde internet no es competencia, sino complemento de un medio que algunos entien-den como ciego.

Los analistas coinciden en que las nuevas tecnologías enriquecen la radio, pero quien no esté prepa-rado para asumir el cambio tiene el riesgo de morir en el intento. Esto lo tiene claro el director de radio estaciones, productor musical y periodista Carlos Alberto Acosta, quien asegura que cada año las emisoras tradiciones están per-

diendo audiencia, ya que muchos oyentes están migrando a la web en busca de nue-vas propuestas y con el atractivo de poder di-señar y programar sus propios contenidos.

La radio es el medio de comunicación que históricamente ha teni-do mayor penetración en las audiencias. Las ondas hertzianas al-

Sede de la Emisora en Medellín

Desafíos de la radio universitaria

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GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO

Profesor, Instituto de Estudios Políticos, Universidad de Antioquia. Investigador, miembro de los grupos de investi-gación Hegemonía, guerras y conflictos y Microeconomía [email protected].

La sociedad civil: un actor plural en el proceso de paz

Por segunda ocasión se modifica el cronograma del proceso de negociación de la paz con las Farc. La primera fue justo al iniciar la segunda fase (se aplazó del 15 al 18 de octubre de 2012), debido a un retraso en el levantamiento de las órdenes de captura de las

personas que representarían a la guerrilla en las negociaciones y que les impedía su ingreso a Noruega. La segunda ocurre en noviembre, se pasó del 15 al 19, aplazamiento que se da en el marco de la primera reunión técnica entre las partes, adelantada los días 6 y 7 de noviembre en La Habana, Cuba. En esta ocasión la guerrilla y gobierno quisieron discutir los temas operacionales sobre la participación de la sociedad civil en el proceso de paz.

Con esta nueva modificación del cronograma quedó claro la importancia que tiene la sociedad civil como actor político en el proceso de paz. Sin sociedad civil es imposible hacer la paz. Se necesita su acompañamiento para legitimar el proceso, aportar con su experiencia en resolución de conflictos, elementos útiles para el actual proceso, incidir en las discusiones de la mesa sobre los temas de su interés, presionar para que se levante o mantenga las negociaciones y estar atenta para que se mejore y cumpla lo

pactado, entre otras muchas labores. Es decir, el papel de la sociedad civil en el proce-so es diverso y fundamental. En esto no hay duda.

Sin embargo, la invita-ción que hacen las partes de la negociación a la so-ciedad civil contiene gran-des retos que es necesario afrontar de manera priori-taria. El más importante es reconocerse como actor. El término de sociedad civil es abstracto y difuso, hay

que saberlo entender y utilizar. La sociedad civil es un espacio donde confluyen un conjunto heterogéneo de múltiples actores sociales, que de manera autónoma definen sus propios intere-ses; ella tiene sus propios canales de articulación y participan en la toma de decisiones públicas.

Allí tienen asiento una diversidad de agentes que componen el mercado, como grupos de interés, sindicatos, asociaciones gremiales, etc., también asociaciones voluntarias entre agentes autónomos, no necesariamente asociadas al interés económico, y el mundo de la opinión pública, por ello se incluye a los medios de comunicación y a otros actores. La sociedad civil es un actor plural, en una sociedad democrática, un espacio donde confluye un entramado de instituciones sociopolíticas que operan bajo el imperio de la ley, con el fin de influir en la sociedad política e indirectamente en la toma de decisiones.

Reconocer esta condición permitirá pensar permanentemente su actuación en el proceso de paz. Por ejemplo, reconocer que los esfuerzos que hoy se hacen en el Estado para que la sociedad civil opine sobre el proceso, desde las seis Mesas Regionales por la Paz dirigidas por el Senado o la utilización de medios elec-trónicos como los que propone el Gobierno, son valiosos, pero no suficientes. Es responsabilidad de la sociedad civil crear sus propios espacios y mecanismos de participación. Permitir que el Estado u otro agente diferente a ella establezcan estos asuntos es desconocer su autonomía e independencia como actor político.

La sociedad civil ya no debe ser considerada como aquella situación similar a la que hay entre un padre y su hijo, donde el primero trabaja y lucha para darle una buena vida al segundo, lo cual le permite actuar sin considerar la opinión del menor. Esta fue la posición que guerrilla y Estado asumieron en décadas pa-sadas frente a la participación de la sociedad civil en los procesos de paz: la paz era un regalo que un padre le daba a su hijo. Hoy la sociedad civil es otra, o al menos debe considerarse otra. Es un actor que se ha ganado un espacio en los procesos de paz. En el pasado ha presionado para que aparezca en la agenda pública la salida negociada al conflicto, por ejemplo a través del “Mandato Nacional por la Paz” en 1997; participando en las discusiones de los temas de la agenda como ocurrió en El Caguán y como

actor activo en la reinserción política, económica y social de los desmovilizados.

En síntesis, es necesario que la sociedad civil asuma su condición como espacio democrático, permitiendo la coexistencia de una variedad de ideologías, creencias y va-lores. La sociedad civil debe servir como escenario para la asociación, para la discusión y razonamiento de los intereses colectivos y para que desde allí se canalicen estos de manera efectiva que puedan influir en la sociedad política y en la toma de decisiones. Esta claridad per-mite asumir una posición más realista a la hora de hablar de participación de la sociedad civil en un proceso de paz y sobre todo aprovechar este momento para pensarse como actor.

Su reto más inmediato es trabajar en la revisión de los procedimientos democráticos que le permitan propiciar en-cuentros y confrontaciones entre diversos grupos con diver-sos intereses. Explorar y utilizar sus instituciones formales e informales, reconocidas por el Estado pero también aquellas que hacen parte de la cultura, de la informalidad de las orga-nizaciones de la sociedad civil. Conseguir que las múltiples voces sean escuchadas y teni-das en cuenta en el proceso de paz, dependerá de la capacidad que la sociedad civil tenga para diferenciar esa pluralidad de actores que la componen, de su capacidad de auto-organización y de la independencia que man-tenga frente a otros actores que participan en el proceso, como lo son el Estado, la guerrilla y la comunidad internacional.

La sociedad civil es un actor plural, en una sociedad democrática, un espacio donde confluye un entramado de instituciones so-ciopolíticas que operan bajo el imperio de la ley, con el fin de influir en la sociedad política e indirectamente en la toma de decisiones.

Es necesario que la sociedad civil asuma su condición como espacio democrático, permi-tiendo la coexistencia de una variedad de ideologías, creen-cias y valores. La sociedad civil debe servir como escenario para la asociación, para la discusión y razonamiento de los intereses colectivos y para que desde allí se canalicen estos de manera efectiva que puedan influir en la sociedad política y en la toma de decisiones.

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La cuestión agraria: debate central

Diálogos de paz

Embarcarse en un diálogo, con miras a una negociación, si bien le da a

cada actor la atribución legítima de defender sus puntos de vista, empezan-do por sus propios intere-ses políticos y económicos, también les plantea a uno y otro el mandato de orden ético y práctico de ponerse en el lugar de su interlocu-tor, no solo para el logro de sus propios objetivos sino también para el avance del proceso entre quienes han estado comunicándose durante décadas a través de las armas.

Esta consideración se inspira en recientes pro-nunciamientos del vocero gubernamental en las con-versaciones con las FARC, Humberto de la Calle Lom-bana, previo al inicio de las reuniones en La Habana el 19 de noviembre. Tales de-claraciones traslucen una postura que deja entrever un espíritu excesivamente pragmático —muy del estilo del presidente Juan Manuel Santos— en el tratamiento y solución del conflicto armado, y al mis-mo tiempo una actitud de ingenuidad —para utilizar una calificación genero-sa— frente a temas estruc-turales de la historia co-lombiana, algunos de los cuales ayudan a entender el surgimiento y desarrollo de grupos insurgentes de distinta orientación y en diferentes períodos de nuestro devenir social, económico y político.

El delegado ha senten-ciado, por ejemplo, al refe-rirse al primer punto de la agenda el 18 de noviembre,

que “el gobierno espera ventilar el tema agrario en meses y no en años […] esperamos acuerdos prácticos, posibles y que den resultados”. Ello es algo que puede estar en el plano de los deseos de un actor de la negociación, pero que no necesariamente corresponde a la dinámica propia del tema de discusión, comenzando por la magnitud del mismo y siguiendo con las particularidades de la contraparte. Es decir, la problemática agraria colombiana es, quizás, uno de los asuntos estructurales de lo que ha sido nuestra historia republicana, causal reiterada de diversas guerras, incluyendo la sistemática irrupción de organizaciones y movilizaciones campesinas reivindicando su derecho sobre la tierra, como también la emergencia de las guerrillas rurales de los años sesenta y setenta.

Por otro lado, ese espíritu gubernamental pragmático al abocar y querer resolver pronto el conflicto agrario, es además reflejo de una determinada concepción del tiempo, por lo cual choca de entrada con una noción cronológica propia de una guerrilla campesina como la de las Farc, la misma que no maneja afanes ni presiones de resultados inmediatos, sino que actúa movida por una suerte de tiempo bíblico, en donde “todas las cosas tienen su tiempo, todo lo que está debajo del sol tiene su hora”, tal como lo expresa el libro del Eclesiastés.

Dos factores adicionales se suman a nuestra mirada sobre la posición táctica y estratégica desde la cual el gobierno de Juan Manuel Santos piensa afrontar y resolver en la mesa de diálogo el tema de tierras: por un lado, la actitud abiertamente cerrada de los sectores económicos ligados a la propiedad sobre el agro y al modelo de producción que ha regido a este último, para propiciar no solo su democratización sino también su desarrollo integral. Algunas coyunturas históricas han mostrado cómo se han frustrado ciertos intentos de reforma agraria; todavía en el recuerdo está presente la famosa ley de tierras, de 1936, del entonces presidente liberal Alfonso López Pumarejo.

Por otra parte, asistimos actualmente a la reacción violenta en contra de la puesta en práctica de la ley de restitución de tierras –llevada al Congreso por el gobierno de Santos–, la cual se ha traducido en el asesinato de líderes campesinos y de varios de los labriegos beneficiarios de la medida.

Tengamos en cuenta que el estado de la cuestión agraria en Co-lombia, en lo referente a la propiedad sobre la tierra y a los usos de la misma, deja muy mal parada a la clase política y económica que ha gobernado este país durante décadas. El estudio del Programa de las Naciones para el Desarrollo, PNUD, realizado hace un año

GONZALO MEDINA P. Docente Facultad de Comunicaciones

bajo el título “Colombia rural, razones para la esperanza, 2011”, muestra a nuestro país como el segundo más desigual en tenen-cia sobre este recurso, superado solo por Brasil. Por otra parte, cerca del 40% de los predios no tienen títulos, o cuando los tie-nen no están registrados.

Respecto de los usos, y basados siempre en el trabajo del PNUD, nuestro país cuenta con 5 millones 800 mil hectáreas dedicadas a la minería, mucho más que a labores agrícolas y silvoagrícolas –unos 4 millones 900 mil–. Por otra parte, Colombia asigna 39 millones 200 mil hectáreas a pastos, rastrojos y malezas; de ellas hay 31 mil 600 hectáreas utilizadas en ganadería bovina. Como podemos deducir, el binomio poder agroindustrial y paramilitarismo habrá de constituir un factor determinante de entor-pecimiento a la hora de pensar, al menos, en el comienzo de un acuerdo gobierno-guerrilla.

Y a ello debemos agregar uno de los famosos inamovibles guberna-mentales, según el cual el modelo económico no estará en discu-sión. El interrogante que surge, en consecuencia, es contundente: ¿Podrá tener futuro un proceso entre dos actores armados que se han enfrentado a muerte durante décadas, si uno de ellos, al igual que la familia propietaria de un equipo de sonido en el barrio, no invita al baile a quienes carecen de él, y sí lo hace con los vecinos que disponen del propio y que no les provoca parrandear?

Coda. ¿Cuándo será que el co-mún de los periodistas, al cubrir los diálogos de paz, dejará de estar más pendiente de contar el número de ataques armados diarios cometidos por las FARC, que de entender y comunicar las complejidades de un proceso que día tras día pareciera discurrir por los caminos mágicos del macon-do impredecible?

La problemática agraria colombiana es, quizás, uno de los asuntos estructurales de lo que ha sido nuestra historia republicana, causal reiterada de diversas guerras, incluyendo la sistemá-tica irrupción de organizaciones y movilizaciones campesinas reivindicando su derecho sobre la tierra, como también la emergencia de las guerrillas rurales de los años sesenta y setenta.

Asistimos actualmente a la reacción violenta en contra de la puesta en práctica de la ley de restitución de tierras –llevada al Congreso por el gobierno de Santos–, la cual se ha traducido en el asesinato de líderes campesinos y de varios de los labriegos beneficiarios de la medida.

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Por LILIAM SUAZA J.

Las aulas virtuales, una pantalla real

Los profesores de la Universidad de Stan-ford Daphne Koller y Andrew Ng crearon, a principios de este año, la empresa de educación interactiva en línea Coursera.org. En este portal educativo participan

prestigiosas universidades; los cursos son gratuitos y en línea, lo único que requieren es un computador y acceso a internet. Al culminar el curso, se otorga un certificado, una vez superadas ciertas pruebas.

Esta iniciativa no es única: Harvard y MIT, por ejemplo, se unieron para ampliar sus programas educativos en línea, a través de la plataforma de código abierto edX. Aunque estás univer-sidades ya contaban con cursos en línea, la novedad de edX radica en que, para acceder a los cursos ofrecidos, se requieren tan solo, aparte del inglés, algunas nociones básicas de matemáticas y ciencias. Otra oferta educativa del mismo tenor es iTunes U.

Actualmente, Coursera ofrece más de 200 cur-sos en línea en áreas tan diversas como ciencias sociales y humanidades, biología, ingeniería, mú-sica, matemáticas, diseñados por profesores de Stanford, Princeton, Michigan, Toronto, Melbour-ne, École Polytechnique Fédérale de Lausanne, Edinburgh y otras universidades.

Según Koller, el objetivo es que “los estudiantes de todo el mundo, más allá de su país, circuns-tancias familiares o financieras tengan acceso a educación de calidad ya sea para ampliar sus co-nocimientos o aprender cosas valiosas”. El acceso gratuito al portal contribuiría a democratizar la educación y a disminuir las inequitativas diferen-cias de oportunidades. Por otro lado, el certificado que se otorga podría ayudar a la obtención de me-jores empleos; esto dependerá de la vinculación de los sectores productivos al proyecto.

He tenido la oportunidad de participar en uno de los cursos que ofrece Coursera y aunque tengo sentimientos encontrados frente a esta experien-cia me siento motivada por lo que he hallado. Es-tamos registrados 89.000 estudiantes de muchos países del mundo; semanalmente se introducen los temas en pequeños segmentos a través de videos que tienen una duración de entre 5 y 18 minutos. No se trata de exposiciones planas, sino que frecuentemente se abren espacios de reflexión mediante preguntas, lo que contribuye a que el estudiante interactúe con el material.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es la participación de esta enorme comunidad global en los foros y redes sociales donde convergen multitud de culturas, intereses, fortalezas y habilidades. Se percibe en las opinio-nes y en los diálogos, el esfuerzo y el entusiasmo por aprender, que, me atrevo a afirmar, van más allá del mero deseo de obtener el certificado.

Sin embargo, aún no es claro cómo se va a manejar la avalancha de información generada en los foros y redes sociales. ¿Qué hacer para que ni los profesores ni los estudiantes se sientan perdidos ante semejante caos informativo?

Algunas de las dificultades tienen que ver con las asesorías y el acompañamiento a grupos al-tamente heterogéneos, así como con el control de la identidad de los participantes. El problema mayor, sin embargo, es el de garantizar la efectiva formación en las competencias académicas y laborales que exige el mundo globalizado de hoy, como la capacidad para solucionar problemas, el trabajo en equipo, el desarrollo de un pensa-miento crítico y la innovación.

En nuestro país, desde hace más de una déca-da se han hecho esfuerzos importantes liderados por el Ministerio de Educación Nacional, MEN, para promover y desarrollar la educación virtual, entre ellos se destacan los siguientes: la trans-formación de cursos presenciales en virtuales, el Programa Nacional de Uso de Medios y TIC, la construcción de bancos de objetos de aprendi-zaje, y recientemente la estrategia de Recursos Educativos Digitales Abiertos, con el apoyo de la UNESCO. También se ha buscado fortalecer la capacidad de innovación educativa a través de las políticas definidas en el Plan Decenal de Educación (2006 – 2016) y el Plan Sectorial de Educación 2010 – 2014, donde se establecen compromisos para promover, desarrollar y fo-mentar el uso educativo de las tic.

Aunque estos esfuerzos han sido importantes, aún falta mucho por hacer y mucha parte de nuestra población por impactar con estos pro-gramas. Recientemente la Oficina de Innovación Educativa con Uso de Nuevas Tecnologías, con el apoyo de expertos nacionales e internacionales, determinó que “se deben revisar los esfuerzos de los años anteriores y proyectarlos hacia una mayor apropiación por parte de las Instituciones de Educación Superior, a los nuevos contextos y paradigmas...”. Razón por la cual suscribió un convenio con la Corporación Red Nacional Aca-démica de Tecnología Avanzada RENATA, para el fortalecimiento de dichas instituciones en la producción, gestión y uso de los contenidos educativos de acceso público.

La Universidad de Antioquia, a través del Programa de Integración de Tecnologías a la Docencia, ha realizado esfuerzos significativos en la formación de la comunidad universitaria para el uso de las tic, a través de servicios de capaci-tación, asesoría y acompañamiento. El MEN, en 2005, le otorgó a este programa cuatro premios en el concurso de méritos objetos virtuales de aprendizaje y, en 2009, le otorgó a la Universidad un reconocimiento especial por su compromiso en el uso de los medios y las tic en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

También se destaca el ofrecimiento de progra-mas virtuales que se ofrecen, desde la Facultad

de Ingeniería, a través del programa Ude@. Ac-tualmente tiene cuatro programas de pregrado en las ingenierías de Telecomunicaciones, Am-biental, Industrial y Sistemas y tres programas de posgrado: Maestría en Gestión Ambiental, Especialización en Ingeniería Ambiental y Es-pecialización en Pequeñas Especies. Según el Informe de Gestión y Resultados Sociales 2011 de la Universidad, el 31,5% de los cursos de pregrado que se ofrecen, es decir 1.258, están publicados en las plataformas de aprendeenlinea y ude@.

Sin embargo, subsisten en la comunidad académica fuertes inquietudes con respecto a los recursos, los procesos, los procedimientos y los resultados alcanzados, todo lo cual debe ser objeto de una evaluación permanente.

Estamos frente a una oportunidad sin prece-dentes para que nuestra comunidad académica se entere de la forma como las universidades más acreditadas del mundo se están preparando para llegar, a través de la web, a centenares de miles de estudiantes. Para ello es necesaria la participación activa en los cursos, la cual nos dará elementos de juicio adicionales que nos permitan responder preguntas fundamentales, como las siguientes: ¿Cómo mejorar el diseño de los cursos en la web? ¿Qué estrategias nuevas de aprendizaje plantear? ¿Cómo proponer la relación profesor alumno y entre alumnos? ¿Cuál es el uso que estamos haciendo de las tecnologías? ¿Cómo mejorar la evaluación? ¿Cómo motivar la investigación? ¿Qué papel deben jugar los foros y las redes sociales?

Este esfuerzo nos ayudará en el debate sobre nuestra propia realidad académica –lo que tene-mos y lo que estamos haciendo– y a mejorar o revaluar el diseño de los cursos tanto virtuales como presenciales, las estrategias de aprendizaje, la evaluación, el uso de herramientas tan familiares a las generaciones de hoy como internet, los telé-fonos inteligentes, facebook, la nube, etc. Otros beneficios tendrán que ver con la adquisición de nuevos elementos para el análisis de currículos y programas, la renovación del interés y motivación en profesores y estudiantes para ampliar sus co-nocimientos, el uso de nuevas herramientas en el proceso enseñanza-aprendizaje y el mejoramiento de la competencia en inglés, entre otros.

Más de 200 cursos han sido liberados por las universidades más prestigiosas del mundo

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“Contra la barbarie, educación”

Ciento noventa y cuatro kilómetros separan a los municipios de Santa Rosa de Osos y de Andes. El primero

está localizado en el Norte del De-partamento y el segundo en el Su-roeste antioqueño, pero el viernes 9 de noviembre los kilómetros no eran la única distancia que existía entre ambas localidades; ese día mientras la población del primero asistía en masa a despedir a diez campesinos asesinados a mansalva después de culminar su jornada laboral en una finca tomatera, el segundo celebraba el respeto a la vida y a la dignidad humana en una fiesta por la entrega de la amplia-ción de la Seccional que tiene la Universidad en esta región.

“Estar aquí en la Seccional del Su-roeste de la Universidad de Antioquia siempre será un alivio, porque contra la barbarie, contra la criminalidad, contra la corrupción, contra la ile-galidad es la educación la respuesta que nosotros tenemos que darle a este país”, puntualizó el Gobernador, quien llegaba de acompañar a las gentes de Santa Rosa de Osos.

Las palabras del Gobernador calaron hondo en el corazón de las cerca de trescientas personas que participaban en el acto, entre quienes se contaban decanos, pro-fesores, estudiantes y mandatarios locales, porque más allá de ampliar la capacidad para duplicar el número de estudiantes, está la apuesta por la vida y por la dignidad de muchas personas que, antes de la descen-tralización del Alma Máter, en las regiones no veían otra oportunidad de vida diferente a la de trabajar en fincas o migrar hacia la ciudad en busca de mejores oportunidades, la mayoría de las veces escasa.

Así lo ratifica el testimonio del alcalde de Andes, Elkin Darío Jara-millo Jaramillo: “En 1986 cuando terminé el bachillerato me fui a Medellín para poder cumplir ese sueño de tener educación superior, y normalmente con los hijos se iba toda la familia; era una migración a las ciudades. De mi generación yo soy el único que está aquí en Andes, de resto todos los que se graduaron conmigo están en Mede-llín, en Bogotá o fuera del país. El retorno era casi ninguno".

Y es que según estimativos, el 90% de los estudiantes de educa-ción superior en el departamento cursan sus carreras en Medellín, con una probabilidad mínima de regresar a los pueblos de origen.

Este proceso se logró revertir con la llegada de la educación

superior a las regiones. Ahora los jóvenes no tienen que pensar para dónde ir, o qué debe hacer la fa-milia para poder costear la carrera en una ciudad. Ya varias regiones cuentan con esa posibilidad, y este fue el punto de quiebre para que se empezara a generar un desarrollo mucho más significativo en los municipios de Antioquia.

La calidad de la educación que ofrece la Universidad en las seccionales permite que muchos egresados de las sedes regiona-les se queden en la comunidad y rompan el círculo que antes representaba migrar para poder estudiar y trabajar, con la conse-cuente pérdida de competitividad en las regiones.

"La idea y la invitación, y por eso hoy nos acompañan varios deca-

nos de las facultades académicas, es que empiecen a materializar la oferta para los jóvenes del Suroes-te. Esta es la apuesta de la Univer-sidad de Antioquia y les garantizo que no nos vamos a quedar cortos con ella", dijo Isabel Jabur, directora de la seccional, quien destacó no sólo la disposición de las nuevas y modernas aulas, sino también la construcción de la placa polidepor-tiva, el mejoramiento de la portería y apectos de urbanismo.

La remodelada estructura alber-gará también a los estudiantes del nuevo programa que se ofrecerá en el primer semestre de 2013, Comunicación Social - Periodismo, más las nuevas cohortes de Tecno-logía en Alimentos y Tecnología en Ecología y Turismo.

“La universidad siempre se apo-ya en las poblaciones donde tiene sus sedes para mirar la viabilidad de traer nuevos programas. Los nuevos obedecen al resultado de estudios que se han llevado a cabo en la Región”, puntualizó el Rector del Alma Máter.

El trabajo de infraestructura, que duró nueve meses y culminó en septiembre pasado, tuvo una inversión de 1.565 millones de pesos y empleó aproximadamente un 65% de mano de obra regional.

Al finalizar la tarde de ese vier-nes, la intensa actividad que des-plegaban en todos los rincones de la sede, estudiantes, profesores y personal administrativo, no daba lugar a dudas de que estábamos en un lugar de esperanza y oportu-nidades en donde el conocimiento y el intercambio libre de ideas con-tribuirá a que se le vayan cerrando espacios a la desigualdad, a la injusticia y a la violencia.

El Gobernador de Antioquia y el Rector del Alma Máter encabezaron el acto de entrega de las obras de ampliación de la sede en Andes.

En un año la sede también contará con dos nuevos laboratorios en ciencias básicas

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Una nueva panorámica de la sede

Por LILIANA OCAMPO A

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Sobre ceremonias de perdón y de degradación

El pasado 15 de octu-bre, la Ministra de Justicia y del Derecho estuvo en el municipio de Abejorral, Antioquia, presidiendo una ceremonia pública en la cual, a nombre del Estado colombiano, le pi-dió perdón público a Alba Lucía Rodríguez Cardona, quien había pasado seis años de su vida, privada de su libertad injustamente.

Probablemente muchos se extrañen de esta clase de ceremonias. En primer lugar, porque son poco comunes y sobre todo teniendo en cuenta que muchas personas en Co-lombia sufren detencio-nes y condenas injustas, sin que nadie les pida perdón, las indemnice o siquiera las recuerde. En segundo lugar, porque los hechos que dieron lugar a las sentencias que ahora “avergüenzan” al Estado colombiano ocurrieron hace tanto tiempo (quince años) que seguramente la mayoría de la gente no sabe quién es Alba Lucía Rodríguez Cardona y qué sucedió con ella.

Intentaré reconstruir muy esquemáticamente lo que ocurrió con Alba Lucía para hacer unas breves reflexiones sobre la cere-monia de perdón.

Alba Lucía es una cam-pesina que quedó embara-zada a raíz de una violación carnal. Ocultó el embarazo a su familia por temor a las reacciones que pudieran suscitar en unas personas campesinas, profundamen-te católicas, este hecho. Cuando llegó el momento del parto, tuvo que afron-tarlo sola, en el rústico “excusado” de su casa campesina en el municipio de Aberrojal. En el parto, la criatura murió y la madre fue acusada de su muerte1.

Lo que siguió para la vida de Alba Lucía y su familia, después del parto, es una tragedia sin límites. Llevada al hospital, debido al mal estado en que que-dó después de tener que afrontar, sola, un episodio tan riesgoso en condicio-nes tan precarias, desde un primer momento fue

señalada como asesina por la enfermera y el médico del hospital. A estos seña-lamientos siguieron los del inspector de policía que hizo el levantamiento del cadáver de la criatura, y siguieron el fiscal, el juez y los magistrados del Tribunal Su-perior de Antioquia, que no repararon en la irregularidades del proceso, no oyeron las razones de la sindicada, y pasando por alto los más elementales derechos de Alba Lucía la condenaron a cuarenta y dos años y medio de prisión (quinientos diez meses dice la sentencia) hasta cuan-do, finalmente, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia casó la sentencia, porque encontró graves violaciones a los principios del debido proceso, después de que la condenada llevaba seis años priva-da de su libertad. En ese momento era la sentencia más alta proferida en Colombia.

La ceremonia de perdón tiene como ob-jeto reconocer la terrible injusticia que se co-metió, pero habría que decir algo sobre ella.

El Estado colombiano fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a pedir perdón a Alba Lucía por los errores que se cometieron en su juzga-miento y por la injusticia de la sanción. Está bien que el Estado reconozca sus errores, pero cuál es la opinión de la víctima: ¿no es acaso la víctima la que tiene que perdonar y no el victimario? Esta ceremonia deja un cierto sabor amargo porque hoy el perdón se impone desde arriba, sin consultar la opinión de la víctima.

En segundo lugar, esta ceremonia de perdón y desagravio apenas pretende anular otras que ya habían ocurrido y que producen efectos irreversibles: las ceremonias de degradación que tuvieron

lugar con su captura, su sindicación, su juzgamien-to y su condena. Para una campesina que acaba de sufrir semejante tragedia, aún deben resonarle en sus oídos los gritos de asesina de sus paisanos.

De acuerdo con la de-finición del padre de la etnometodología, Harold Garfinkel, una “ceremonia de degradación de esta-tus” es “cualquier acción comunicativa entre per-sonas en que la identi-dad pública de un actor es transformada en algo visto como inferior en el esquema local de tipos sociales”2.

Una ceremonia de de-gradación es lo que ocurre todos los días cuando una persona es señalada pú-blicamente de delincuen-te, cuando es capturada, cuando es enjuiciada y cuando es condenada. Nos hemos acostumbrado a que esas ceremonias de degradación hagan parte del funcionamiento normal de la justicia penal. Pare-ce, inclusive, que la única manera de funcionar fuera esa: degradando y pro-duciendo dolor. Algunos dirán que es una amarga necesidad para una socie-dad de hombres imper-fectos. Pero la contracara de esa amarga necesidad, al parecer tan útil social-mente, es el terrible daño que produce a tantos seres inocentes, sin que muchos de ellos tengan siquiera una ceremonia de perdón, que parcialmente los res-tablezca. Porque después de un daño de estos y un encierro de seis años, la reparación será apenas muy parcial.

Alba Lucía es una campesi-na que quedó embarazada a raíz de una violación carnal. Ocultó el embarazo a su fa-milia por temor a las reaccio-nes que pudieran suscitar en unas personas campesinas, profundamente católicas...

El Estado colombiano fue con-denado por la Corte Interame-ricana de Derechos Humanos a pedir perdón a Alba Lucía por los errores que se cometie-ron en su juzgamiento y por la injusticia de la sanción.

JULIO GONZÁLEZ Z.

Profesor Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

(A raíz del caso de Alba Lucía Rodríguez Cardona)

1 Gran parte de la información sobre este proceso la he to-mado de: HERNÁNDEZ TO-RRES, Gloria Estela, BOTERO ESCOBAR, Judith, MARTÍNEZ OREA, María de los Ángeles, FERNÁNDEZ MORENO, Sara Janeth. ¡Alba Lucía libre! Por el derecho al derecho. Editorial Lealón, Medellín, 2005.

2 Garfinkel citado por Emilio Santoro en Cárcel y sociedad liberal. Editorial Temis S.A. Bo-gotá. 2008. Pág. 69

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cional. Los acuerdos, consensos y diferencias producidos en los encuentros nacionales, descien-den nuevamente al nivel regional e institucional y allí se nutren de nuevos aportes que retor-nan y se consolidan en el nivel nacional. Bajo esta dinámica, se han logrado producir dos textos orientadores para la construc-ción del articulado, el primero, denominado “Entramado políti-co”, recoge las relatorías de los encuentros nacionales realiza-dos en Santander, Manizales, Neiva y Bogotá y, el segundo, “Exposición de motivos de una nueva ley de educación para un país con soberanía, democracia y paz”, por su carácter deontológico se constituye en el marco filosófico para la construcción del articulado de la nueva ley de educación superior.

En ambos textos, cada palabra y cada enunciado es el resultado de un verdadero ejercicio de construcción colectiva, en la que han participado miles de estudiantes, un centenar de profesores de las diferentes instituciones de educación superior, principal-mente de universidades, padres de familia que en el seno de este movimiento han creado asociaciones (de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad de Antioquia) y miembros de la sociedad civil. Cada concepto y cada idea, allí expuestos, son la expresión de una lucha intelectual forjada desde esferas distintas del saber, desde diferentes organizaciones estudiantiles o profeso-rales, desde posturas políticas con matices diversos. Tal vez esto permita entender a los lectores las razones por las cuales ambos textos tienen un acento marcadamente político cuando se refieren a las categorías que dan sustento a la ley de educación superior o por qué la escritura, en algunos de sus apartes, no tiene aún la cohesión que se exige a todo texto escrito.

A pesar de ello, invitamos a todos los miembros de la comu-nidad universitaria y en especial a la sociedad civil, a ir más allá de las formas y hallar el sentido de las ideas que allí se exponen. Todas ellas son la expresión de los sueños por un mejor país que solo se hace viable a partir del proyecto de educación que necesitamos y que todos queremos.

Considerar la posibilidad de un ejercicio pleno de la sobe-ranía, la democracia y la paz en nuestro país implica disponer condiciones que hagan realizable un proyecto de sociedad más justa y equitativa, que garantice el ejercicio de los derechos, el desarrollo social y económico, la protección y la sostenibilidad ambiental, la inclusión de todos y todas en un país pluriétnico y multicultural. Sin embargo, tal realizabilidad depende en gran medida de un proyecto coherente de educación, compartido popularmente y que obedezca a principios democratizadores, basados en el bien común.

La MANE enfrenta en los siguientes meses una ardua tarea de construcción del articulado de una ley de educación superior que sea consecuente con los principios filosóficos propuestos en el texto de exposición de motivos. Este es un momento histórico en el que por primera vez la comunidad universitaria tiene la posibilidad de pensar una propuesta legislativa que es de toda nuestra incumbencia, por tanto los convocamos de manera solidaria a hacer sus mejores aportes en el seno de la comisión académica de la MAREA.

Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.

Hacia un proyecto alternativo de educación superior

MARTA LUZ RAMÍREZ FRANCO

Profesora de la Facultad de EducaciónVicepresidenta Asoprudea

En el mes de marzo del año en curso la Mesa Amplia Nacional Estu-diantil –MANE–

hizo pública la Cartilla meto-dológica para la construcción de la propuesta alternativa de ley de educación superior y planteó un apretado cronograma de seminarios regionales y de encuentros nacionales que se han venido desarrollando de manera rigurosa a largo del año. Estas actividades han sido lideradas por la comisión académica de la MANE de los niveles regional y nacional. El movimiento es-tudiantil se había propuesto hacer entrega a la sociedad civil de la versión final de ar-ticulado el 12 de octubre del presente año, sin embargo el proceso de construcción del proyecto de ley ha requerido discusiones más finas en el plano conceptual y mayores esfuerzos en la comprensión del sistema de educación superior y sus articulaciones internas y externas, por lo cual se ha extendido el crono-grama, probablemente hasta el primer trimestre de 2013.

La metodología de trabajo propuesta desde la MANE y que de manera juiciosa im-pulsa la Mesa Amplia Regio-nal Estudiantil de Antioquia, MAREA, busca promover la participación de la comuni-dad universitaria pertene-ciente a las instituciones de educación superior públicas, estatales y privadas, en los niveles local, regional y na-

Cada palabra y cada enun-ciado es el resultado de un verdadero ejercicio de cons-trucción colectiva, en la que han participado miles de estudiantes, un centenar de profesores de las diferentes instituciones de educación superior, padres de familia.

Considerar la posibilidad de un ejercicio pleno de la soberanía, la democracia y la paz en nuestro país implica disponer condicio-nes que hagan realizable un proyecto de sociedad más justa y equitativa, que garantice el ejercicio de los derechos, el desarrollo social y económico.

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¿Por qué los clásicos?

En el prólogo de su famosa Biblioteca per-sonal, Jorge Luis Borges expresaba una idea, recurrente en sus ensa-

yos y en sus conversaciones, que terminaría convirtiéndose en divi-sa: “Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el indi-ferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos. Ocurre entonces la emoción singular llamada belleza, ese misterio hermoso que no des-cifran ni la psicología ni la retórica. La rosa es sin porqué, dijo Angelus Silesius; siglos después, Whistler declararía: el arte sucede”.

La publicación de libros entraña, pues, la ocurrencia de eventos inte-lectuales, manuales, imaginativos y dialógicos. De ahí que, a su vez, la publicación de una serie de textos implica tanto un criterio mediana-mente claro sobre esa suerte de mapa que va configurándose con la colección misma, como una idea amplia sobre los ejercicios de lectura que se quieren suscitar con los libros que se entregan a los lectores, con la propuesta, por ende, del acto estético e intelectual que ocurre con la lectura.

Ya sobre los clásicos, sobre su sentido, pertinencia y usos se ha dicho bastante y bien, aunque no de modo taxativo o definitivo. Harto conocidas son las tesis de Ítalo Calvino, por ejemplo, sobre las características, contradictorias muchas de ellas, de los textos clási-cos. Queda claro, eso sí, el carácter de inacabada de la obra clásica, no por no finalizada o inconclusa, sino por su calidad de obra abierta: “Un

clásico nunca termina de decir lo que tiene que decir”.

Pero más allá de los parámetros canónicos y las posibles ortodo-xias que ello conlleve, vale para el proyecto editorial del que aquí vamos a hablar y para la propuesta de lectura en cualquier plan educa-tivo, airear el sentido del término clásico, en un intento por espantar la pesada sospecha y las enojosas asociaciones con lo acartonado, difícil y obligado. Valga señalar, de entrada, que tales asociaciones parecieran solo aplicar para el ámbito concreto de los libros, o si no, cabría preguntarse por qué en otros campos de la vida práctica el término puede ser, sin problema alguno, sinónimo de paradigmático y, en tal medida, ser casi epíteto reservado a aquello que está ya por fuera de discusión, aquello que cuenta con una aprobación y aceptación irrestrictas: en los campos de la música, la moda, los automóviles, el cine, la gastrono-mía, por citar sólo algunos.

En el terreno de los libros, por el contrario, y es la queja regular en el medio educativo, la invitación a la lectura de un clásico tiene reserva-do un bostezo gratuito, heredado, desconocedor a priori, o lo que puede ser un bostezo peor, la servil y repetida aceptación sin lectura.

No obstante lo anterior y sin ánimo de defender lo que con su sola permanencia, con su imbatible capacidad de reinvención, se ha venido defendiendo, anotamos dos observaciones que no sobran: el sentido etimológico de la palabra clásico alude, en una instancia primera a un período histórico pre-ciso, a lo modélico, a lo tradicional, incluso; pero, en un desarrollo lite-rario del sentido, se usó la expre-sión escritor clásico para referirse

a aquel “de lenguaje tan correcto, que podía considerarse ‘de primera clase’”. Mejor aun resulta el sentido que al parecer adquirió la expresión en siglo xvi, con la que se daba ca-rácter de autor clásico al que era leído y comentado en las escuelas.

Este último sentido, esa posibili-dad que se abre en términos forma-tivo y de lectura es justo la que pide el ensayista, crítico y maestro Geor-ges Steiner, quien esperanzado, dice a una profesora en una entrevista que la opción siempre recurrente para cualquier sistema educativo es proponer una “pedagogía de la exigencia y una disciplina del co-razón”. Una opción que sustenta, más aun cuando se llega al callejón de un sistema educativo decadente y problemático a escala global, en la lectura renovada de los clásicos: “(...) un clásico sobrevive a toda necedad, a la deconstrucción, al posestructuralismo, al feminismo, al posmodernismo y, como los perros de raza, se sacude, resopla y esboza una breve y demoníaca sonrisa al tiempo que asegura: ‘esas cosas ya

han muerto, pero yo sigo vivo’. Cuenta con un ins-tinto de supervivencia”. Tal vívida sugerencia entraña también un sentido ulterior de la educación, allende el sistema institucional: la posibilidad de la lectura como formación personal, como recurso para el tra-bajo personal con la ima-ginación, la sensibilidad y la inteligencia; ya lo había dicho el mismo Steiner en otro contexto: “Nuestras intimidades con un libro son completamente dialéc-ticas y recíprocas: leemos el libro, pero, quizá más profundamente, el libro nos lee a nosotros”.

Y es de clásicos, de enri-quecimiento de los proce-sos de formación y cultura y de apertura a los universos de la lectura que hablamos cuando aludimos al Progra-ma de Formación Lectora que sustenta la colección Biblioteca Clásica para Jó-

venes Lectores que emprendió la Editorial Universidad de Antioquia desde el año 2009. La realización de este Programa así como la publica-ción de esta Colección se inscriben, como es natural, en los planes regu-lares de una editorial universitaria, pero apuntan, de manera específica y singular, a la promoción de la lectura y a la conformación de la biblioteca personal de los estudian-tes. Tales propósitos se logran en la conjunción de varios elementos: el trabajo de consultoría con los asesores académicos que, en cada área, proponen y recomiendan obras y autores considerados clá-sicos y fundamentales; la tarea edi-torial en la que la estructuración de los contenidos y la implementación de los elementos técnicos y legales, propios de la edición, se orientan a la elaboración de libros hechos para ser leídos o releídos, y el desarrollo de un programa paralelo, como ya se dijo, de Formación Lectora, con el que entregamos a los participan-tes y a las bibliotecas de las sedes regionales y de la Universidad un total de unos seiscientos ejemplares de cada título publicado.

Desde el inicio a la fecha, son ya unas veintiséis presentaciones realizadas en los más diversos formatos: desde exposiciones académicas formales y conversa-ciones, hasta lecturas dramáticas y películas a las cuales han asistido cinco mil trescientas personas, la mayoría de ellos estudiantes, y son hasta el momento catorce autores tan disímiles y diversos como Twain, Da Vinci, Vitruvio, Montaigne, Voltaire, Shakespeare, Rilke, Kafka, Thoreau, Camps, De las Casas, Platón, y Borges.

Por DORIS ELENA AGUIRRE G. *

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* Editora de la colección Bibliote-ca Clásica para Jóvenes Lectores Editorial Universidad de Antioquia

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El indeleble canon ético de Cano

Yo creo que Guillermo era más que todo un enamorado de su pro-fesión, un enamorado del país y de su fami-lia. Hizo todo lo que pudo hasta morir por encontrar una mejor Colombia, porque sus hijos y sus nietos y todos los ciudadanos a los que siempre amó, por los que siempre se interesó, pudiéra-mos tener una mejor Colombia: Ana María Busquets

Los derechos humanos, la libertad de expresión y la lucha contra los enemi-gos del país que al final lo mataron hace 25 años

hacen parte del legado ético que dejó el periodista Guillermo Cano.

Lo dijo Ana María Busquets, su compañera de travesía afectiva e intelectual, pero no fue la única. También lo expresaron los pe-riodistas Mary Luz Vallejo, Carlos Mario Correa y Jorge Cardona, au-tores del libro Tinta indeleble, que evoca la vida y la obra del inmolado director de El Espectador en 1986.

A propósito de la presentación del texto y de la conversación guia-da por el también periodista y es-critor Juan José Hoyos a principios de noviembre en Medellín, doña Ana María y los autores expresaron sus reflexiones sobre el oficio del periodismo y sobre el hombre que denunció cómo, hace más de cinco lustros, el nacotráfico permeó la sociedad colombiana.

Para doña Ana María, quien no cree que ningún sacrificio de la vida de un ser humano vale la pena, y que cada cual tiene que poder expresar sus ideas y senti-mientos sin el miedo a que lo mate nadie, considera que el periodis-mo que se hace hoy en el país se puede ejercer con más libertad y con más tranquilidad.

“Lo que me da tristeza es que ahora la censura venga de la parte económica, por el miedo a que quiten el aviso, a que se me vuel-va enemigo el empresario al que estoy criticando”, dice.

No ostante, se muestra optimis-ta con las generaciones nuevas de

periodistas. “Siempre hay gente joven, mire no más el auditorio lleno de jévenes, son ellos los que están destinados a hacer un gran periodismo, moderno y que no tengan que tener miedo, y que no estén amenazados”, expresa.

Para Mary Luz Vallejo los prin-cipios que integran el canon ético periodístico de Cano son precisa-mente aquellos principios capitales que dejó por escrito a los periodis-tas de la redacción de El Especta-dor en 1952, relacionados con la imparcialidad, la responsabilidad, la independencia, la precisión, la bre-vedad, la claridad, la oportunidad y el principal de todos, la credibilidad.

“Y la credibilidad se logra con la independencia de criterio, con la defensa de un credo periodís-tico como lo hizo El Espectador en 1857, que parece tallado en piedra, porque hoy uno lee el periódico y siente que esos prin-cipios siguen vigentes, y se siguen respetando, ahora bajo la batuta de Fidel Cano, el bisnieto”, dice.

Según la profesora de perio-dismo, hoy existen otras formas de censura, más agazapadas. Tras afirmar que El Espectador fue un bastión de la democracia, Vallejo sostiene que los enemigos del periodismo, de la pluralidad, de la libre expresión son hoy los mis-

mos de otras épocas, los poderes económicos, políticos, e incluso religiosos, aunque ahora es más palpable la concentración de los medios en unas pocas manos.

Y recomienda a los estudiantes y jóvenes periodistas “que se pon-gan la mano en el corazón a ver si vibran, si se les mueve la aguja con la realidad, si son sensibles al diario acontecer, si se emocionan con una historia de la que son testigos; y si tienen vocación que sigan para adelante, porque uno no puede doblegar la vocación”.

Y la vocación es la característica que Carlos Mario Correa subraya como legado ético que dejó al periodismo don Guillermo, para quien, asegura, no había diferen-cia entre el periodismo y la vida.

“El periodismo sin esfuerzo, sin dedicación, sin caminar las ciudades, sin viajar para conocer, sin hablar con las personas es muy difícil que tenga ética, el perio-dismo a distancia, refugiados en la sala de redacción, o utilizando sólo la tecnología, es muy difícil que sea ético”, afirma.

Carlos Mario siente que hoy es más difícil hacer periodismo, porque hay mucho sofisma de distracción y porque se cree que el periodismo es la comunicación que permiten las redes sociales y la tecnología, y es el intercambio de ideas y datos.

En contraste, considera que el periodismo esencial “es el que cuenta historias con alma, y ese es difícil hacerlo hoy porque tam-bién hay mala preparación de los periodistas y se ha descuidado mucho fortalecer la parte voca-cional”, observa.

Para Jorge Cardona el legado más importante que le dejó al periodismo don Guillermo es entender que este se hace para representar la voz de los que no tie-nen voz, para defender a aquellas personas que están en inferioridad de condiciones.

“El periodismo —dice— siempre es el mismo, en todas las épocas, el problema es que el periodismo no se ejerce para uno mismo, se ejerce para las necesidades de los demás”.

Exhorta a que los estudiantes de hoy ausculten en la vida y obra de don Guillermo la consagración, la devoción por el oficio, “el hecho de que uno es periodista de tiempo completo, de festivos, de domin-gos, de horas de la noche y el día, que uno tiene que estar conectado y encima de la noticia. El periodista en pocas palabras es estar parado en el lugar de la historia”.

Señala que a la hora de formar periodistas lo más importante es enseñarles a los muchachos “que uno tiene que leer kilómetros para escribir milímetros y no al contra-rio”, y piensa que el peridosimo colombiano es bueno, pero lo que cambia ahora es la tecnología, pues los principios se mantienen.

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Los estudiantes siguieron atentos la clase de periodismo improvisada que propiciaron Mary Luz Vallejo, Jorge Cardona y Carlos Mario Correa, autores de Tinta indeleble.

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(Artículo 20. Constitución Política de Colombia) (Artículo 73. Constitución Política de Colombia)

Comité Editorial Profesores:

John Jairo Arboleda CéspedesLuquegi Gil Neira

Olga Castaño MartínezEufrasio Guzmán MesaFabio Giraldo Jiménez

Heiner Castañeda Bustamante

DirectorHeiner Castañeda Bustamante

Edición de contenidosLuis Javier Londoño Balbín

AuxiliarSara Giraldo Maestre

DiagramaciónJuan Camilo Vélez Rodríguez

SecretariaMaría Mercedes Morales Osorio

Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.

La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional.

Colaboraron en esta ediciónMauricio Galeano Quiroz•

Elizabeth Cañas Rodríguez • Laura García Restrepo • Ana

Cristina Patiño Taborda • Diana Isabel Rivera • Gisela Sofía Posada Mejía • Sara Giraldo

Maestre • Nidia Montoya • Li-liana Ocampo A. • Doris Elena Aguirre G. • Juan Pablo Muñoz

• Daniela M. Ramírez Ozuna

Su inquietud innovadora por el arte surgió en un ambiente tradicionalis-ta y escéptico frente a nuevos panoramas ar-

tísticos en el país. En 1942 viajó a los Estados Unidos y allí encontró su más fuerte influencia, la que dirigiría el curso de su desarrollo estético: el expresionismo abstracto de Jackson Pollock.

De regreso en Colombia, ya en 1951, mientras la escena local de artistas se ocupaba en pintar hor-tensias y rosas, Estrada se dedicó a la búsqueda y promoción de las transformaciones y novedades del arte contemporáneo.

A mediados del siglo pasado lu-chó contra la represión de las ideas y el costumbrismo a ultranza dando oportunidad al arte moderno de per-

Por JUAN PABLO MUÑOZ

mear una sociedad cerrada y oscurecida por la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla.

A partir de su incursión en la cerámica en 1956, su concepción moderna se caracterizó por la constante experimentación abierta a abordar todo tipo de temas y formas innovadoras del arte contemporáneo.

Desde la Secretaría de Edu-cación del Departamento im-pulsó la creación del Instituto de Artes Plásticas y Aplicadas y del Conservatorio Departa-mental de Música, convertidos hoy en departamentos de la Facultad de Artes de la Uni-versidad de Antioquia.

En la década de los se-senta escribió sobre los valores del arte moderno, el desarrollo de la educación artística y la necesidad de estimular la creatividad en la educación infantil. Para ese entonces Medellín se preparaba para su Primera Bienal de Arte, la cual tuvo lugar en 1968. En la década de los años setenta la

ciudad vio transcurrir dos bienales más, en 1980 se inaugura el Museo de Arte Moderno y en 1981 se ce-

lebra la cuarta bienal, donde Leonel Estrada asume como director artístico. Esta emer-gencia del arte promovió finalmente esta disciplina a un estatus profesional.

En 1997 Estrada se conso-lida como director artístico en un nuevo encuentro ar-tístico internacional, en esta oportunidad para el Festival Internacional de Arte Ciudad de Medellín. La crítica, ges-tión y promoción del arte urbano fue la tarea educativa desarrollada esta vez.

El 16 de febrero de 2012 la Universidad de Antioquia le otorgó el título Honoris Causa de Doctor en Artes.

Según el maestro Leonel Estrada, su intención nunca fue ser crítico del quehacer artístico, más bien, dijo mo-desto, su intención siempre fue divulgar la evolución y actualidad de los procesos artísticos. Su compromiso

con el arte propició que muchas personas pudieran acceder a una experiencia estética renovadora.

Ventana a la inconsciencia 1967. Arte nuevo para Medellín. Pintura sobre madera.

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El maestro Leonel Estrada Jaramillo (1921-2012) fue odontólogo y decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Antio-quia, presidente de la Sociedad de Antropología de la Universidad de Antioquia, Secretario de Educación de Antioquia, impulsor de la reforma del sistema de educación artística del Departamento, que dio origen a las instituciones que hoy conforman la Facultad de Artes. Artista, pintor y divulgador de nuevas técnicas y del conoci-miento del arte contemporáneo. Fue crítico de arte, gestor cultural, promotor y director de las Bienales de Arte de 1968, 1970, 1972 y 1981, y del Festival Internacional de Arte Ciudad de Medellín, en 1997. Fue poeta y promotor de la educación para la creatividad.

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La herencia de un artista de vanguardia y entusiasta promotor de la cultura

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Invitados: John Jairo Arboleda Céspedes, Vicerrector General • Fabio Giraldo Jiménez, Director de Posgrado • Jaime Ignacio Montoya Giraldo, Director de Desarrollo Institucional • María Carolina Laverde Velásquez, Directora de Relaciones Internacionales • Daryeny Parada Giraldo, Directora de Bienestar Universitario • Dora Nicolasa Gómez Cifuentes, Directora Programa de Regionalización • Liliana Marcela Ochoa Galeano, Directora Escuela de Microbiología • María Teresa Arbeláez Garcés, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • John Jairo Giraldo Ortiz, Director Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Iván Darío Uribe Pareja, Director Instituto de Educación Física y Deporte • Jaime Cardona Usquiano, Director Oficina de Asesoría Jurídica • Claudia María Rivera Osorio, Auditora Interna

Por DANIELA M. RAMÍREZ OZUNA

Cantando con el Alma

En mayo de 2006 Ser-gio Mosquera dejó sus datos para participar en la convocatoria en la que se escogerían a

los nuevos integrantes del Club de Estudiantes Cantores –CEC– de la Universidad de Antioquia, pero no asistió a la audición. Había decidi-do inscribirse junto a un amigo des-pués de ver un volante en el que se invitaba a estudiantes de pregrado a hacer parte de este grupo cultu-ral. Lo suyo era la danza, pensaba. Pero, luego de una llamada, decidió aventurarse y presentarse al Club. Quedó atrapado y a los dos meses, con el resto de compañeros, tuvo la primera presentación.

Por aquellos días Sergio de-bía cumplir con sus actividades académicas en la Facultad de Química Farmacéutica y con sus compromisos laborales, pero “es tanto el amor” que nunca pensó en abandonar lo que muchos en la Universidad llaman el coro. Hoy asegura que ha sido un relax para su vida; un espacio en el que apro-vecha su tiempo libre junto a per-sonas “muy bacanas” que se han convertido en sus amigos y con las que se identifica. Pero sobre todo, el CEC le ha brindado tranquilidad: “A uno siempre le falta algo en la vida y creo que ahí encontré parte de eso que me faltaba”.

Como Sergio, 30 personas, aproximadamente, entre estudian-tes y egresados de la Universidad, integran el grupo base, y cada tres meses se convoca a nuevos jóvenes para que hagan parte del coro. Por esta razón son miles de personas las que han pasado por el grupo cuya historia se remonta a la década del 60, con los espo-sos Alfred M. y Elsie Greenfield, becarios de Fulbright, quienes llegaron a Colombia para cumplir con un intercambio educativo. El primero fue director del Glee Club de New York University desde 1925

y su esposa fue profesora de inglés y cantante profesional.

En el país, los coros universita-rios, en un principio masculinos, se crearon formalmente en 1961. El primero, de la Universidad Nacional, fue fundado en marzo de ese mismo año y a partir de ahí nacieron cerca de 13 grupos que, según afirmó el musicólogo y folclorista Andrés Pardo Tovar en 1962, “hoy funcionan con mís-tica constructiva e indiscutible efectividad”. En ese año, el 13 de octubre, se realizó el Primer Festival y Concurso Nacional de Clubes de Estudiantes Cantores, en el coliseo cubierto de Medellín.

En la UdeA, el 11 de abril de 1962 nació el CEC, bajo la dirección del maestro Gustavo Rodríguez. Pero fue seis meses después, luego del Primer Festival, cuando el grupo se empezó a posicionar. Por eso la conmemoración de su cumpleaños número 50 se realizó el pasado octubre. Un mes en el que todos recordaron aquel momento en que el Club abrió el camino para que se crearan otros grupos culturales en la Alma Máter y sus pasos fuertes que, aun hoy, lo constituyen como un referente de la música coral en el departamento.

Junto al maestro Gustavo Ro-dríguez, seis directores más han construido esta historia: Artídoro Mora, Gustavo Yepes, Guillermo Rendón, Vivian Tabush, Marisol

Córdoba y el actual, José Ignacio Cano Muñoz quien ha dedicado 36 años de su vida al servicio del CEC. Su experiencia se inició en 1967 cuando ingresó al coro de la Universidad de Antioquia que toda-vía era masculino. Cano fue testigo de la llegada de mujeres en los 70, década en la que pasó a ser mixto.

Este grupo cultural está inte-grado por estudiantes de todos los programas académicos, que deben tener, ante todo, amor por el canto pero también afinación y disciplina, pues cuatro días a la semana dedican dos horas para entrenar la voz, aprender cancio-nes, revisar partituras y seguir las instrucciones de “Nacho”. Además, algunos días de descanso de su jornada académica viajan a otros lugares a mostrar todo su talento. “Es un placer cuando vamos a otra región del país a representar a la Universidad”, sostiene Mosquera.

Cada ensayo está provisto de sencillez y de un ambiente de compañerismo. Sin embargo, ante el público las cosas cam-bian. Todos, vestidos con togas azules turquíes y, acomodados ordenadamente, ante la señal del director, comienzan a interpretar piezas que van desde Estados Unidos hasta Israel, pasan por Suramérica y llegan a Colombia.

Para Ignacio es un honor guardar en la memoria a tantos estudiantes y saber que a su paso por el Club

se hacen buenos amigos. Además, lo llena de satisfacción poder decir que es uno de los pocos que, desde su creación, ha trabajado sin pausa en todo el departamento. De los jóvenes, asegura, toma la alegría y recibe la juventud. “Yo a la edad que tengo me siento muy joven porque estoy con gente joven”.

Y de la música piensa que nutre el cuerpo y vuelve a la gente más sociable. Por eso resalta que los muchachos también aprenden a manejar la voz y la respiración, un aporte para los futuros profesionales que deben enfrentarse a un público.

Lo mismo cree Katerine Reino-sa, estudiante de Licenciatura en Educación Especial quien lleva dos años en el grupo. Para ella el coro no solo la ha formado musicalmen-te sino que ha sido un espacio en el que a diario se tejen relaciones sociales y se hacen nuevos amigos.

Estos años de trabajo han per-mitido que el Club muestre la riqueza de la música coral no solo en la UdeA sino también en empre-sas públicas y privadas, escuelas, colegios, universidades, cárceles e instituciones de carácter benéfico y cultural. Además de la destacada participación en festivales regiona-les, nacionales e internacionales.

Mosquera resume todo en una palabra: pasión. Y el beneficio “es la tranquilidad y la paz que te ge-nera saber que estás haciendo lo que te gusta”, agrega.

Diez minutos antes de las seis de la tarde tanto Nacho como Katerine y sus demás compañeros llegan al aula de grupos culturales. A esa hora Ignacio termina de montar su piano y de organizar partituras y letras de canciones como Ce Moys de may, de Clement Jannequin, Ose Shalom, Curuzú Verá de Horacio Casas Ren-gifo, o Amo, un pasillo colombiano de Arnulfo Briceño. Y minutos des-pués se escuchan sopranos, contra altos, tenores y bajos. Voces que día a día siguen construyendo la historia del Club de Estudiantes Cantores de la Universidad de Antioquia.Fo

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Nodos y derivasDavid Posada. Arquitecturas fluctuantes II. Mixta. 2012

Fallo. Felipe Giraldo. Acrílico sobre madera. 2011

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Muestra de grado Facultad de Artes

L a exposición la integran 29 proyectos de estudiantes de los pregrados Ar-tes Plásticas y Licenciatura en Artes Plásticas de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia. En la

celebración de sus 70 años, el MUUA acoge la exposición que incluye 20 piezas procedentes de sus cuatro colecciones, para proponer diá-logos con respecto a la actualización de los medios y las temáticas en las prácticas artís-ticas de nuestros egresados. En este sentido, la curaduría se propuso identificar obras o elementos de diferentes épocas que reposan en el Museo, como líneas de cruce que apor-tan interferencias de orden histórico, formal o conceptual a los procesos desarrollados por los estudiantes que aspiran a titulación en el Departamento de Artes Visuales.

Curadores Fredy Alzate y Santiago Vélez

Daniel Rúa. La génesis de los ecos mudos. Instalación (dibujos, tinta, lámparas, cerámicos, resinas, madera, agua, metal). 2012

Oscar Ulloa. De la serie Heterotopías. Fotografía. 2012