Periódico 38

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Órgano nformativo Asociación de Salas de Artes Escénicas de Medellín Edición No. 3 /201 10.000 jemplares i de la 8 - Mayo 5 - e - Distribución gratuita 120 años del nacimiento de Fernando González Teatriados Página 11 Notas en escena Página 15 Nuevo libro de Sandro Romero Rey Página 13 Diego Fernando Montoya Entrevista - Página 3 Teatro El Escondite Página 10 Especial - Página 8 Fernando González “La juventud es bella aunque no se bañe” ISSN 2339-4234

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Órgano nformativo Asociación de Salas de Artes Escénicas de Medellín Edición No. 3 /201 10.000 jemplares i de la 8 - Mayo 5 - e - Distribución gratuita

120 añosdel nacimiento de

Fernando González

TeatriadosPágina 11

Notasen escenaPágina 15

Nuevo libro deSandro Romero ReyPágina 13

Diego FernandoMontoyaEntrevista - Página 3

TeatroEl EsconditePágina 10

Especial - Página 8

FernandoGonzález

“La juventud es bella aunque no se bañe”

ISSN 2339-4234

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Medellín en Escena2

Después de nuestra asamblea ordinaria comprobamos que año tras año nuestra asociación se fortalece y visibiliza cada vez más, en el ámbito nacional e internacional. Desde sus veinte salas de artes escénicas entrega al público una variada programación en toda la ciudad con más de 3.000 eventos que dan cuenta del desarrollo cultural y teatral de este sector. En 2014, generamos importantes conexiones nacionales con las entidades que están encaminadas hacia nuestro mismo objetivo: formación de públicos, interlocución y resolución de problemáticas y necesidades del teatro, destacándonos desde el Ministerio de Cultura como una de las experiencias exitosas más importes del país de los últimos años. También conformamos, con algunos de los socios, lo que hemos llamado la Red Nacional de Salas Concertadas, espacio veedor y de conversación permanente entre las salas, el sector privado y el gobierno. En el año anterior el trabajo fue constante y proactivo, como se evidenció en la invitación de nuestro presidente, Jaiver Jurado, como asesor del Consejo Nacional de Teatro, donde se dieron discusiones claves sobre la implementación de la Ley de l Espec tácu lo Púb l i co , soc ia l i zac ión e implementación del proyecto de Ley 133 sobre la seguridad social del artista colombiano y el censo de los artistas del país, para poder entregar los recursos provenientes del porcentaje de la estampilla procultura. Medellín en Escena tiene como vocación fomentar espacios de participación local y su conectividad con lo regional , actualmente participamos del Consejo Departamental de Cultura, donde se trabajan temas como Portafolio de Estímulos Departamental e implementación de los planes sectoriales, la gestión desde la Red de Salas Antioquia en Escena del programa El Teatro va a la Escuela, que apoya doce salas de Antioquia. Actualmente se prepara con la Red Antioquia en Escena y con el aval del Consejo Departamental de Teatro, el proyecto Festival de Teatro de Antioquia 2015. Respecto a Medellín, contamos con la participación y presidencia del Consejo Municipal de Cultura y el Consejo Municipal de Artes Escénicas.

Espacios de participación política que han adelantado gestiones gremiales como la discusión y la revisión de las diversas convocatorias de salas, infraestructura, portafolio de estímulos, agenda, red, entre otras. Es importante destacar que hemos realizado nuestros aportes al Plan de Ordenamiento Territorial 2014-2027 en el tema de cultura y arte, además de aportes en la construcción del Observatorio Cultural de la ciudad. En cuanto a la asociación, Medellín en Escena ha gestionado la sostenibilidad de su periódico en 2014 y 2015; doce ediciones que son muestra de un resultado efectivo en cuanto a la producción periodística y la distribución, logrando para el 2015 un total de siete publicaciones que a partir de mayo serán de distribución mensual. Respec to a l a ce l eb rac ión de l D ía Internacional del Teatro, tanto en 2014 como en 2015, se cumplieron todas las expectativas, con más de ochenta presentaciones en toda la ciudad, a la par de eventos académicos y formativos, que tuvieron como denominador común trabajar de la mano del Consejo Municipal de Artes Escénicas y de grupos independientes. También contamos con un balance positivo de la Décima Fiesta de las Artes Escénicas, en la que participaron cinco grupos internacionales, quince nacionales y más de setenta locales-regionales, para un total de 180 presentaciones. Destacamos la gran comparsa inaugural, cuyo tema fue Mi hermano el cine, con 23 colectivos (1.200 artistas). Medellín en Escena viene trabajando a todo vapor en la organización y la ejecución de la Onceava Fiesta de las Artes Escénicas. En esta ocasión se trabajará en más de treinta escenarios de Medellín y Antioquia, donde la calle será un gran escenario para la fiesta y la verbena. Con la nueva sede, la propuesta de creación del fondo editorial de la asociación, los semilleros y una nueva dinámica, Medellín en Escena está lista para los nuevos retos y cambios que el país pide y necesita. Sin duda estaremos pendientes del nuevo ordenamiento territorial de nuestra ciudad, donde las salas de teatro de la ciudad seremos grandes protagonistas.

Asociados Casa Clown

CasaTeatro El PobladoColectivo Teatral MatacandelasCorporación Artística La PolillaCorporación Artística Ziruma

Corporación CarantoñaCorporación Caretas

Corporación Casa del TeatroCorporación Cultural Canchimalos

Corporación Cultural Nuestra GenteCorporación Cultural Vivapalabra

Corporación La FanfarriaElemental Teatro

El Teatrico de MedellínExfanfarria Teatro

Fundación Circo MedellínTeatro Barra del Silencio

Teatro El TruequeTeatro Oficina Central de los Sueños

Teatro Popular de Medellín

Junta DirectivaTeatro Oficina Central de los Sueños

Elemental TeatroIn-fusión Teatro

Corporación Artística La PolillaCorporación Caretas

Dirección AdministrativaAna Cecilia Hernández Gallego

Revisor fiscalDarío Calderón

Corrección de EstiloCatalina Trujillo

Consejo EditorialCristóbal Peláez

Iván ZapataJaiver Jurado

José Felix Londoño

Coordinación EditorialVerónica Madrid

Diagramación DH Diseño

Acompañamiento Planeación Localy Presupuesto Participativo

Olga JácomeSecretaría de Comunicaciones

Alcaldía de Medellín

ImpresiónLa Patria

[email protected]

www.medellinenescena.com

Medellín en EscenaCreer, crear, hacer

EditorialE D I T O R I A L

Gestión 2014 y lo que va de 2015

Publicación apoyada por el Ministerio de Cultura - Programa Nacional de Concertación Cultural

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3Asociación de Salas de Artes Escénicas

Por: Cristóbal Peláez GonzálezTranscripción: Karen J. Crespo E.

La literatura me envenenó el alma

EntrevistaE N T R E V I S T A

«Aprovecho esta ocasión para proponer seriamente a los editores que coloquen en las tapas de los libros de poesía un aviso destacado que diga: “Manténgase fuera del alcance de los niños”. Cuando un adulto se encuentra por primera vez con un libro de poesía no corre peligro, porque ya está vacunado. Dejar libros de poesía al alcance de los niños es una irresponsabilidad de los padres. Nunca dé a sus niños libros de poesía. Si quiere que su niño sea un hombre de verdad, obséquielo con una moto Harley-Davidson, y un disparador de rayos láser…

Yo tenía un sembrado, y en el sembrado tenía matas de maíz. No permita nunca que sus niños vean una mata de maíz, porque se enamoran de ella y se pueden volver poetas. También tuve un perro. Eso es fatal. Los perros convierten a los niños en poetas. Para colmo de males, me dejaban salir de noche

a ver las estrellas. Eso no se debe permitir. Las estrellas embrujan a los niños».

Jaime Jaramillo Escobar, Método fácil y rápido para ser poeta.

Diego Fernando Montoya, dramaturgo, director, novelista

Cali, capital cultural de Colombia en los años setenta; una mítica urbe reinventada como Caliwood en ese valle de «tierra verde, parejita, buena». La misma que albergó a Fanny Mikey, Enrique Buenaventura, Andrés Caicedo, Mayolo y Ospina; a Fernell Franco, Pedro Alcántara y Óscar Muñoz; a Ciudad Solar y a los crepitantes festivales internacionales de arte. Es la ciudad donde vive, crea y sufre el personaje de esta entrega. De allá no es, pero encontró, adolescente todavía, un lugar para buscar en

el escenario las fantasmagorías que lo atormentaron desde niño, cuando se enfrentó por primera vez a las páginas de un libro, dando vía libre al delirio de las criaturas y a los sucesos que marcarían su destino de hombre. Allí, a la Sultana, lo llevó el azar y, con el paso del tiempo, se ha ido forjando como un director destacado, con un repertorio de obras teatrales cuya línea base es un profundo interés por lo poético y lo literario, además de una constante exploración en las fronteras de la teatralidad, donde también combina

una buena dosis del pintoresco mundo infantil. En el indeciso camino entre el espacio escénico y el mundo de las letras, mientras guapea con esa maquinaria física y mental del teatro, Diego Fernando Montoya insiste en arrebatarle al «tareísmo» cotidiano, la tranquilidad corporal —y temporal— de escritor de novelas. La vara del volatinero continúa en equilibrio. Por ahora.

Fotografía: Juan David Correa

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Entrevista4 E N T R E V I S T AMedellín en Escena

Soldado romano

Yo, hermano, soy de Itagüí, y me engomé con esto así como empiezan muchos, haciendo teatro vocacional en el barrio, alrededor de la iglesia. Estaba en el grupo parroquial y tenía que participar por obligación en las procesiones de Semana Santa, donde hacía de soldado romano. Nunca pude ser Poncio Pilatos, el malvado. Ese era el personaje interesante, al que todo el mundo odiaba, pero el que a mí me gustaba. Ser soldado era una cosa medio ridícula porque había que estar todo el tiempo de pie, custodiando la tumba de Cristo. Cualquier día, a mis siete u ocho años, involucrado con esa cosa del teatro, tuve un accidente maravilloso. Subí al segundo piso de la sacristía, allí quedaba la biblioteca, pero yo no lo sabía hasta entonces. Quedé fascinado, sentí que aquello me cambió la vida. El sitio me pareció fantástico: esa cantidad de libros, el olor, la posibilidad de lectura de tantas cosas misteriosas. Era el mejor lugar del mundo. Había entrado solo y me puse a mirar los lomos de los libros y, de inmediato, un título me llamó la atención: Crimen y castigo. Quedé atrapado por el nombre, algo había de Poncio Pilatos allí. Tal vez ahí estaba mi criminal, el que estaba buscando; uno por encima de la vida porque, de algún modo, yo vivía en un entorno familiar muy complejo. Mi padre era un hombre al margen de la ley.

Crimen y castigo contra Marcial Lafuente Estefanía

El muchacho que manejaba la biblioteca, muy joven —creo que estudiaba Filosofía o Historia, no sé—, inmediatamente me vio con ese libro, se me acercó y me dijo:—No puedes leer ese libro.—¿Por qué?—Porque aún no estás preparado.—¿Cómo así?—Yo te voy a pasar otro libro y después, quizá, te permita leer este. Entonces me pasó Robinson Crusoe. Lacerante, maravilloso. Hasta esa parte de mi vida solo había tenido contacto con fascículos de vaqueros y lo que me parecía interesante es que los malos triunfaban. Yo todavía siento que soy un pillo, quizá más delincuente que mi papá, pero de otra manera. ¿En qué sentido? En que yo transformo toda esa mierda en arte, en literatura, en poesía, en teatro. Mi papá no lo pudo hacer, no tuvo esa fortuna. Tenía un don de pa lab ra enorme pa ra l a e s t a fa económica. Yo tengo un don de la

palabra para la estafa literaria; para la estafa estética que, en últimas, es lo que hacemos nosotros.

Dostoievski contrala Escuela de Robinsones

De esa literatura que empecé a leer, me llamaba mucho la atención que los escritores decían una cosa pero querían decir otra, es decir, que no necesariamente lo que escribían era lo que decían. Entonces pensaba que me estaban hablando en clave, que ellos escribían para que todos leyeran, pero para que muy pocos entendieran. Como si tuviesen una especie de ocultismo detrás de las palabras. Eso no pasaba con las historias de vaqueros, donde el lenguaje era directo. A golpes de lectura me fui dando cuenta de que lo mío era escribir, y de esta suerte escribí mi primer relato, que era un plagio absoluto de la novela de Defoe. Lo que sigue: volví donde el bibliotecario a pedirle otra novela y me entregó Escuela de Robinsones, de Julio Verne. Entonces lo increpé:—No, cómo así que robinsones. Yo no quiero leer más de lo mismo. El hombre accedió y me puso a Dostoievski.—Para leerte este libro tenés que leértelo conmigo. Vas leyendo y cada tanto tiempo comentamos. ¡Qué teso! ¿No te parece? Una vocación de maestro tremenda. Con él me volví antiacadémico. Con él entendí que la educación pasa por el diálogo, por la interacción, el descubrir juntos, el método platónico, lo de Estanislao Zuleta: lo de Fernando González, que descubrí años más tarde.

Teatro Rasca

Ya había tomado la decisión de lo que iba a hacer en mi vida: escribir. Y creí que el camino para llegar a la literatura era el teatro, porque yo quería escribir novelas, pero el aliento me daba apenas para algunos diálogos. Superé la etapa de soldado romano y ya nos atrevíamos a hacer c o s i t a s ; a q u e l l o q u e E n r i q u e Buenaventura llamaba Teatro Rasca, que es ese teatro de comedias, mojiganguero, popular; y nos íbamos por los pueblitos de Antioquia. Yo era muy mal actor, pésimo actor. Le tengo pánico a la gente, me cuesta mucho pararme en un escenario. Siempre fui un muchacho tímido y de niño era casi autista. Me gustaba estar detrás, en las sombras. Lo mío es la escritura y la dirección.

Albert Camus

Ya la biblioteca me había hecho el daño bien profundo; me había envenenado el alma y con un grupito de muchachos monté mi propia obra Un momento en el tiempo. Un monólogo-perorata, a la manera de Camus. Una diatriba curiosamente muy cercana al texto Infección, de Andrés Caicedo, que no había leído. Sentía que odiaba al mundo —todavía lo odio—. Hicimos dos o tres funciones y la gente salía aburrida: «¿Y esto qué es? Esto es una mierda, no es divertida, nadie se ríe, no pasa nada». Tenían toda la razón.

Pólvora & sangre

Ahí empieza esa época dura de Medellín con Pablo Escobar; ese infierno para toda mi generación. Estudiaba en el Liceo Concejo de Itagüí y muchos compañeros decidieron irse para ese lado: formar pandillas, hacer sicariato, robos. El deseo era graduarse y que las mamás les compraran una moto. Y el objetivo de tener una moto era atracar el carro de la leche, el carro de las cervezas, lo que fuera. Me invitaban pero yo me retraía; no por miedo, sino porque a mí no me asombra el hacer sino el pensar. Quiero decir, todas esas fechorías yo ya las hacía en los libros, en mis pensamientos. Me sentía más criminal que todos; una especie de autor intelectual. El hacer no me generaba adrenalina. Gradualmente los fueron matando. Alrededor del liceo había una gran extensión verde y era muy frecuente encontrar en esas mangas compañeros asesinados la noche anterior.

A la manera de Clint Eastwooden Los imperdonables

Mi papá se dedicaba al vicio. Lo suyo eran los negocios turbios con los esbirros de los narcos que mandaban (¿mandaban?) la parada en Itagüí. Yo sabía en lo que andaba y me generaba mucha vergüenza. Pero él nunca trató de arrastrarme a su mundo. Me admiraba. De algún modo sentía que yo era su obra buena. Ya se encontraba en estado de postración al bazuco. Los negocios que hacía eran cagadas grandísimas y empezaron a perseguirlo los tipos con los que trabajaba y hasta el F2; todo el mundo. A la casa llegaban a buscarlo p a r a m a t a r l o . U n a v e z , c o n ametralladoras, empezaron a darle bala a la casa. Era muy común que él llegara furtivo al rancho, todo «llevao», en una locura extrema, gritando: «Los voy a

matar a todos y voy a prender candela a esta hijueputa casa y me mato yo también».

Rumbo a Cali

Con la cosa tan complicada, le dije a mi mamá que teníamos que hacer preparativos al escondido y salir pitando de Itagüí. Así, una noche salimos los dos con mi hermanita de doce años.—¿Para dónde vamos? —me preguntó mi mamá.—Lejos, hasta donde nos alcance el pasaje, —le dije. Nos alcanzó hasta Cali.

El instante fechado

Llegamos a la terminal de Cali el 3 de Junio de 1987, como a las dos de la madrugada, con una mano delante y otra detrás. Le había mentido a mi mamá hablándole de un amigo en Cali. «Hagamos una cosa, espérenme ustedes dos acá en la terminal, yo voy a llamar a mi amigo y le pregunto qué puede hacer por nosotros». Me di una vuelta haciéndome el güevón y volví. «Mamá, ya hablé con mi amigo. Me dijo que fuera hasta su casa para cuadrar las cosas y que tales. Espérenme aquí que ahorita vuelvo por ustedes». Salí y me encontré un señor de esos que venden tintos y le dije:—Vea, me pasa esto —esto y lo otro—. Venimos de Medellín, no tenemos ni un peso. Déjeme yo le ayudo y usted me regala para el desayuno.—No, hermano… Yo con esto no me hago sino la comida del día. ¡Qué te voy a pagar a vos! A esta hora, hermano, la única cosa donde usted puede conseguir algo de dinero es en la plaza de mercado. Tírese pa allá, a ver qué consigue. Por aquí pasa un jeep que va pa'l mercado. Tenga yo le doy pa'l pasaje.

Diego Fernando bulteadory el Hotel Hucho

Efectivamente, me fui a la plaza de mercado. Busqué por todas esas bodegas, por los graneros, nada. H a s t a q u e v i u n a t r a c t o m u l a descargando papas y caí:—Oiga, señor, vea, yo le ayudo a descargar. Yo no soy bultero, pero le cargo y usted me tira una liga. Y me agarré a descargar papas a lo hijueputa. Volví como a las 8 a.m. a la terminal. Allá me estaban esperando sentaditas, pero ya tenía plata para el hotel de ese día y para la comida. Y así estuve un mes, descargando bultos.

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5Asociación de Salas de Artes Escénicas EntrevistaE N T R E V I S T A

Foto: Óscar Botero

¡Que a dónde fuimos! ¡Uy, hermano, por ahí, por el centro de Cali, a un hospedaje de esos locos, horribles!

Diego Fernando director

Logré reunir para alquilar una casita en un barrio muy popular, casi de invasión. Empecé a averiguar si existía por ahí algún grupo de teatro. Me dijeron que sí, que había un proyecto abandonado por Esquina Latina. Entonces caí al grupo, me contaron que estaban sin director. Fui contundente: —Yo vengo de Medellín y ya tienen director. Era un grupo muy curioso porque había estudiantes de todo y se entusiasmaron mucho conmigo. Les dije que había que empezar por montar obra y hacer gestión, porque yo también necesitaba plata. Allí empecé, por primera vez, a vivir del teatro. Ahí me daba como para un sueldo. Mi mamá también hacía por ahí algunas labores y mi hermanita empezó a estudiar.

Infaltable: Enrique Buenaventuray el Teatro Experimental de Cali

Mi idea era que Perfil Teatro —así se llamó mi grupo—, me sirviera de plataforma para integrarme al movimiento teatral de Cali, con proyectos más ambiciosos. Me dediqué en fino estudiar todo el teatro del entorno, su historia y su actualidad. Y mi gran aspiración, la de quién no, era conocer a Enrique Buenaventura. Ya había visto al TEC en Medellín de niño. Mi papá —que gustaba del tango, del jazz y del teatro—, me había llevado a ver Soldados. Fuimos en grupo al TEC a ver La estación , obra basada en el

maravilloso cuento El guardagujas, de J u a n J o s é A r r e o l a . S a l i m o s descrestados. Estaba allí esa gran actriz, Aída Fernández, y el TEC era todavía un poco el TEC. Me quedé en el foro y vi y oí a Enrique Buenaventura. No me lo podía creer; era como estar frente al mesías. Aguardé hasta tarde, para ver si podía saludarlo. Cuando vi que salió a tomarse un whisky por ahí, en una mesita, me acerqué a presentarme. Me temblaban las piernas, las manos me sudaban, era como estar en el cielo con Dios: «Ma… maestro, qué tal, yo… yo soy merengano y vengo de Me… Medellín, so... soy didi… director de t e … t e a t r o , y … s o … s o y dramaturgo…». ¡Ufff!. Al hombre le caí como en gracia; esa impertinencia, ese atrevimiento. Charlamos una o dos horas, tiempo durante el cual me dio una lección tremenda de teatro, como era habitual en él. Ya lo había conocido. Ahora tenía otra misión: matar al padre.

Pecado

Mi sueño, te lo advierto, no era estar en el TEC. Mi ambición era tener mi grupo con una estética propia y joder al TEC, a todo el mundillo teatral. Que se mearan, que se dieran cuenta de quiénes éramos. Reuní al grupo y hablé: «Muchachos, ya está marcado nuestro destino, tenemos que montar una obra que vaya en contra de todo lo que dice el TEC. Vamos a matar todo y nos tenemos que presentar en un teatro del centro de Cali, y vamos a convocar a todo el medio teatral y que chillen y sufran». Y montamos una vaina que se llamó Pecado, en el Teatro El Foro, hoy Cali Teatro. Los muchachos se pusieron supernerviosos de ver allí a todo el cotolengo teatral.

Fracaso total. El público salió espantado. «¿Qué es eso?» «Qué cosa tan terrible». Y yo salí furioso, echándole la culpa a los actores y a todo el mundo. Entonces Danilo Tenorio y Phanor Terán salieron de la obra y, sin opinar nada, me dijeron que fuera a visitarlos a su sede para que habláramos de Pecado.

Teatro Imaginario

Ellos dos habían montado con e l Te a t r o E p i d a u r o — l u e g o , Imaginario— una obra titulada La putería, curiosas maneras de amar. Un conjunto de piezas corticas sobre amor. Fui, en efecto, a hablar de la obra.Danilo: Ve, ¿quién escribió ese texto de Pecado?Yo: Yo —dije con orgullo—.Phanor: ¿Y vos qué pensás de ese texto?Yo —irreductible—: Yo pienso que ese texto es muy bueno.Danilo: ¿Y quién dice que es bueno?Yo: Yo.Phanor: ¿Y vos con qué criterio decís que es muy bueno?Yo: Pues con el criterio mío.Danilo: Pues a nosotros ese texto nos parece una mierda.Phanor: Ese es un pésimo texto teatral. Y la dirección es peor.Yo: —a punto de llorar—: No le voy a l lorar a este par de hijueputas, —pensé—.Phanor: Pasate por mi librería —él tenía La Iberoamericana de Teatro—, para que charlemos de teatro, para que leás, para que te fundamentés, ¿oís? Se encariñaron conmigo. Me daban charlitas informales, me daban punticas de dirección, punticas de dramaturgia, me sugerían libros. En ese

m o m e n t o a p a r e c i ó e l C o n s e j o Vallecaucano de Teatro. Allí me llevaron y, al cabo de un tiempo, me nombraron coordinador y luego jefe editorial de la revista Papel escena. Ya estaba en el Olimpo. Llega Fernando Vidal como director de la Escuela de Bellas Artes y me invita a ser profesor.

Diego Fernando profesor

Ocho años duré. No pude más, no aguanté. Renuncié. La docencia nunca me interesó porque sentía que el arte no podía enseñarse de aquella manera. Como profesor nombrado, me daba una gran estabilidad económica, pero me generaba una infelicidad tremenda. No era una etapa creativa. O sos profesor, o sos un creador. Pero las dos cosas no las podés ser. Mi angustia era pensar, «me va a pasar lo de todo el mundo, que entra con la idea de que esto les da estabilidad para crear y terminan haciendo nada, criando hijos y esperando una jubilación».

Cuatro Serpientes en el estanque

L u c h a n d o c o n t r a e s a formalidad, y todavía en Bellas Artes, fundé un nuevo grupo, Cuat ro Serpientes en el Estanque, con el cual monté dos escrituras mías: Asfaltario y Del capullo sale una hiena. Y también una versión de Las arpías, de Freidel. Nos iba muy bien.

El Camaleón Daltónico

Cuando salí de Bellas Artes, monté con Víctor Hugo Enríquez y un grupo de egresados , Camaleón Daltónico. Así se llamó el espacio que abrimos en San Antonio, una vieja casa

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6 Medellín en Escena

sin escenario, con un público en tránsito, que recorría las habitaciones en las que sucedía la obra. Ocho actores para solo siete espectadores, en una adaptación de textos de Milán Kundera: Malanoche, no me trates así. Un formato semejante a lo que muchos años después veríamos con José Domingo Garzón en La procesión va por dentro, pero que en ese momento era una novedad para nuestro teatro. El experimento funcionó muy bien, la obra era muy bella y la propuesta generó impacto. Pero solo duró un año. No era económicamente viable.

Antígona en mojiganga

A partir de la buena impresión que causó Malanoche, recibí la propuesta de Álvaro Arcos de dirigir en Cali Teatro. Propuse Antígona, y escribí una versión en tono de mojiganga. Llevé a Aída Fernández, Alberto Ocampo y un buen equipo de actores y músicos. Los buenos resultados me llevaron a realizar otros montajes con esa compañía: Generación X, a partir del texto de Germán Castro Caycedo que, viendo la obra, nos instó a que hiciéramos para teatro su libro La muerte de Giacomo Turra. Escribí y dirigí El Silencio, también con Aída y con Gabriel Uribe.

Rumbo a Dublín

En un Festival Iberoamericano de Teatro presentamos El silencio, en el Camarín del Cármen, una sala con un aforo para 500 espectadores. Y en una función a la que no fue casi nadie, póngale unas quince personas si mucho, apareció un productor inglés: «Me encanta, qué bueno que no vino gente porque esta obra, con esa soledad de la platea, da una sensación mucho más maravillosa. Tenemos que llevarla a Dublín y hacerla en un teatro grande con p o q u i t a g e n t e , p a r a c r e a r e s a sensación». Efectivamente nos llevó a Dublín y nos presentamos en un teatro pequeño con mucha gente. Por supuesto que la hicimos con subtítulos, y aquí viene la anécdota de Álvaro Arcos actuando. Hablaba y miraba los subtítulos; hablaba y miraba. De seguro le parecía muy curioso ver que todo lo que hablaba se convirtiera en letreros en inglés. Álvaro Arcos es de Pasto.

Pilando afrecho en Londres

El organizador local de la gira —no el productor inglés, impecable—, buscando fechas de promoción con tiquetes baratos, me engatusó con

artimañas comprándome un pasaje con regreso a los dos meses. Nos dejó tirados como a perros en Londres, sin un centavo. Resumo esa putada contándote que, de regreso por Dublín y París, me quedé varado en Londres sin un centavo, sin dónde dormir y con un pasaje de regreso para dentro de un mes. Me fui una tarde absolutamente deprimido a caminar por las orillas del Támesis, con hambre y sueño. Me senté e n u n a b a n q u i t a a r u m i a r l a desesperación. Alcancé a ver por allá un aviso que decía FREE, y era una exposición de fotografías sobre la guerra, en el City Hall, un edificio de vidrio grandísimo que es como una especie de espiral. Fui subiendo y en todas las paredes había fotografías de Bosnia, Sarajevo y, hacia el final, fotografías de Colombia. Y, de pronto, me llegó el sonido de una cumbia. ¡Una cumbia en Londres, hijueputa! ¡Esto es mágico! Era El pescador de Barú. Subí rápidamente… ¡Coctel! ¡Comida! No, hijueputa, de aquí yo no me muevo, aquí me quedo un rato.

Diego Fernando crítico de arte

Era la inauguración y solo había ingreso para gente de la prensa, críticos y gente especializada. Me hice pasar por crítico. Me puse a charlar con un tipo muy amable que se me presentó como corredor de la bolsa, me dije, «¿corredor de la bolsa? Estoy hecho», pero aclaró «corredor de la bolsa de la basura, hago el aseo aquí en el City Hall y soy de Pereira». Le conté mi situación. «No muchacho, vos varado no estás, aquí estoy yo». Me llevó para su casa, su familia me acogió durante veinte días, me hacían empanadas, sancocho, fr í joles , me daban Aguardiente Antioqueño, me pagaron la multa de pasaje para devolverme un poco antes y me pusieron platica para comprarme cositas en Londres. Es la reconocida familia Zapata, que lleva 25 años en Londres trabajando en «la bolsa». ¡Qué familia! ¡Qué tipo! Allí, en Londres, en esas tarde de estar varado junto al Támesis, empecé a escribir Negro; ya estaba impactado por una historia que había leído en Colombia pero no había podido encontrar el lenguaje, y ese abandono, ese desarraigo, fueron el detonante; una tarde escribí, mirando el río: «Lo sacaron a la brava, de pies y de manos, como a las vacas cuando las tiran al piso para marcarlas…». Llegué a Cali muerto de ira a pegarle la insultada más tenaz al organizador local, pero el hombre me recibió poniéndome en la cara una alta cuenta de cobro por concepto de visas,

trámites, seguros… Te digo que en ese momento pensé en… mejor me callo.

Del Presagio

Mis últimos diez años han sido con el Teatro Del Presagio. Empezó con un grupo de estudiantes de Bellas Artes que querían trabajar el Marqués de Sade. Elegimos Justine y escribí Breve episodio sobre los infortunios y desdichas de la bella Justine durante su paso por el club Sade, y la cosa funcionó muy bien. Se produjo con el grupo empatía del alma; brotó la chispa estética y espiritual. Continuamos con Estravagario, a partir de Harold Pinter. Luego, Edipo, y un amplio repertorio en el cual ocupa un papel muy destacado la franja infantil. Somos el grupo de mayor movimiento en Cali.

Trilogía

De lo último que he escrito y puesto en escena, Negro, primera de tres escrituras —Blanco y Azul—, a partir de la noticia de un desplazado aquí en Cali, hace muchos años, estoy hablando del 92. Un tipo del Cauca que había terminado en Cali con su familia —que eran como ocho integrantes—, después de múltiples desplazamientos. La Red de Solidaridad en Cali lo había acogido, dándole la ayuda que le da a los desplazados, cien mil pesos durante tres meses. A partir de ahí, ninguna ayuda. El tipo termina en la plaza de mercado de Santa Elena, vendiendo papas, pero eso no le funciona y, desesperado, con hijos en la calle muertos de hambre, decide recurrir de nuevo a la Red y no encontró respuesta nunca. Entonces decide un día meterse y encerrarlos gritando, mientras exhibía un cuchillito de esos de arreglar papas: «Yo no salgo de aquí y nadie sale de aquí hasta que no me atiendan». Se hizo un operativo militar como de ochenta hombres, la policía y el ejército. Tumbaron el techo, bajaron a rapel. Hacete de cuenta una película de Hollywood. Tiraron bombas de aturdimiento, bombas lacrimógenas y esos ochenta valientes agarraron al tipo y lo sacaron de pies y manos amarradas como una res. Lo acusaron de terrorismo y secuestro y le iban dar veinte años de cárcel.

Palmarés

En li teratura, novela, he obtenido dos premios internacionales. Uno con Revista Ñ, con Lolita y los pájaros; y el premio Gabriel Sijé en España. Gabriel, el hermano de Ramón, ¿te acordás?, el de «en Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto…» de

Miguel Hernández, con mi novela Ofelia Bergman murió esta noche. Y sigo escribiendo novelas, porque esa es la verdadera vocación.

Los imperdibles ylos secretos mejor guardados

Considero impotable la nueva generación de escritores colombianos. No los soporto. Franco, Gamboa, Mendoza, Vásquez, escriben novelas p e n s a n d o e n l a a d a p t a c i ó n cinematográfica o en la versión televisada. Se adoran entre ellos y se s e ñ a l a n u n o s a o t r o s c o m o «imperdibles». A mí me interesa mucho esa literatura que va más allá de la fábula y de la anécdota. Es decir, la literatura cuenta una historia, pero el objetivo no es la historia. Por eso me gustan tanto Joyce, y Kafka y Beckett. Por encima de cualquiera, Beckett. Me encanta Robert Musil y su novela inacabada El hombre sin atributos.

Y ya para irnos

Mi mamá está perfecta, mi hermanita muy bien, con dos hijos. Mi papá recluido en un asilo en Medellín, delicado de salud, producto de su desborde físico. A veces lo visito. Siempre supo de nuestros pasos, pero la culpa no le permitió acercarse. Yo me muevo mucho, dedicado completamente a leer, a escribir y a dirigir teatro. Es un milagro. Después de lo de Londres, llegué tan dañado que me dije «no quiero saber más de gente de teatro en mi puta vida. Esto es un nido de víboras». Entonces le dije a Diana, mi compañera: «he decidido por completo abandonar la práctica teatral. De ahora en adelante, solo escritura y, como eso no da un peso, montemos un negocio de cualquier cosa; pongamos un restaurante». Yo cocinaba y ella atendía y, entre empanada y empanada, escribía. Hasta que me harté y cerramos. Con los actores de Del Presagio recuperé mis fuerzas. Allí hemos hecho una tarea gigantesca de gestión y manteniendo con ello muy activa nuestra presencia teatral en el Valle.

¿Y cuándo te vas a casar con Diana?

No puedo, ella lo sabe. Yo ya estoy casado con la literatura. Sería bigamia y eso está prohibido en este país.

EntrevistaE N T R E V I S T A

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7Asociación de Salas de Artes Escénicas

A un artista se lo reconoce por su obra, nada más. Muéstrame lo que haces, olvidaré lo que dices. Seré el espectador tuyo de cada día, de este día. Lo que hiciste ayer hazlo válido hoy; tus triunfos ya parecen papeles amarillos, valen lo que vale la nostalgia. El teatro es el arte del presente absoluto, no admite retrospectivas, ni prospectivas, no se puede embotellar la emoción, ni almacenarla. El teatro, como el amor de los amantes, es una eterna lucha por rehacer los estremecimientos... qué digo rehacer: retornar al estremecimiento. No sirven de nada los conceptos si la obra no se sustenta por sí misma; muchos artistas actuales se me asemejan a abogados litigantes. Me pregunto: ¿Y cuando no estén allí para contarnos de qué va la cosa? Permíteme olvidar mañana lo q u e a p l a u d i e r o n h o y, p r e f i e r o sumergirme en lo desconocido, prefiero hacer aquello que ya no sé hacer o que nunca supe hacer. El teatro es la ciencia exacta de la duda, de lo irrepetible. Algunos siguen viviendo de aquello que hoy es polvo; es como si una momia siguiera gobernando a un pueblo. Consejo para el Estado: Hay que alimentar a los inquietos, no rendir homenaje a los muertos sino enaltecer a los vivos: es más fácil adornar una tumba que sustentar un corazón vibrante. Una sala de teatro no puede ser una estructura arquitectónica que se abre eventualmente para el beneficio económico de sus administradores, debe ser un hervidero, un espacio de creación permanente, un lugar con más entradas que salidas de emergencia. Una sala de teatro sin un grupo de teatro es como una casa sin niños.

Quiero espacios donde sucedan cosas, donde esas cosas estén vivas, que sean destinos finales y no espacios de tránsito, donde cada noche se invente y se asesine un nuevo día. Artista, te imagino obsesivo, mordaz, reflexivo. Incómodo para el poder, para una sociedad adormecida, anestesiada, embrutecida. Renuente al halago (los hombres le coquetean a las bestias para domarlas), humilde frente al «éxito», inteligente ante el fracaso. Te imagino sorprendido (que no se nos olvide la maravillosa complejidad de la sencillez), dispuesto, atento, amable, abierto al diálogo; te imagino profundo pero simple, crítico pero dulce, complejo pero no pretencioso. Artista, te imagino persistente. Te imagino bello, revelando el alma, entregando el cuerpo. Te imagino en el misterio del espíritu, en la poesía, intransigente frente a la causa, insobornable, descreído ante el dogma. Te imagino destruyendo, entendiendo, desarticulando, creando. Voraz lector del mundo. Generoso, desprendido, visionario. Te imagino resistiendo, transformando: las sociedades nunca han estado a la altura de sus verdaderos artistas, estos les pesan, les tallan, les recuerdan toda su mierda, lo hijodeputas que son. Artista, te imagino delirante, lúdico, coqueto: un guiño, un gesto vale más que mil decretos. Te imagino en las antípodas de la «verdad», en la brevedad, en el silencio, en la pausa, en lo simple.

EntrevistaE N T R E V I S T A

Diego Fernando MontoyaMe gusta/me gustaba/ no me gusta

Me gustan los troncos torcidos de los árboles, las cosas desvencijadas, el olor de los libros y el de la lluvia cuando hace rato no llueve.Me gustan Buster Keaton, Elvis cantando My Way, Bergman, Buñuel, Polanski en El inquilino y las películas de vaqueros.Me gusta no hacer nada, mirar al techo, quedarme quieto, mirar por la ventanilla del bus, pensar que estoy muerto, que nadie me ve.Me gusta no ir, quedarme en casa, ser aguafiestas.Me gustan los viejos cafés con grecas inmensas, un trago con los buenos amigos, escuchar lo que dicen.Me gustan los trenes, las maletas, los paraguas y algunos sueños.Me gusta escribir, estar solo, caminar acompañado y despacio.Me gustan Borges, Sábato, Vargas Llosa y Rulfo.Me gusta el jazz, los Rolling Stones, Eric Satie y Beethoven.Me gustan los perros.Me gustan las ciudades pequeñas, las calles empedradas, los senderos al lado de un río.Me gusta el viento en las tardes, el frío en las noches, los atardeceres y las montañas.Me gusta la física cuántica, los diccionarios, probar distintas cervezas, el olor del cilantro, las casas con solar.

***Me gustaba fumar, acostarme tres minutos antes de que saliera el sol.Me gustaban el boxeo, los paseos al campo, las enciclopedias.Me gustaban los museos, ir cada fin de semana a teatro.Me gustaba viajar por tierra, no pensar en el tiempo.Me gustaba no tener miedo, caminar a cualquier hora en cualquier lugar.Me gustaban la semiótica, el psicoanálisis, los lugares pequeños.Me gustaba no tomarme nada en serio.

***No me gusta el realismo mágico, ni el cine del realismo mágico, ni la gente que ve por todas partes realismo mágico.No me gusta la música andina, ni los que se ponen tres collares de cuentas, una camisa con tejidos y hablan de la Pachamama.No me gustan los actores que llegan tarde, los intrusos en los ensayos, ni los que se van en las «escenas de otros».No me gusta que pongan en ridículo a alguien para hacer reír al auditorio.No me gustan los aviones, ni las piscinas, ni la gente que no entiende que le tengo pánico a las piscinas, ni los que creen que este pescado no sabe a pescado y me gustará.No me gustan los ruidosos, las histéricas, los gritos, las voces agudas.No me gustan las señoras de la cultura, los funcionarios de la cultura, los lagartos de la cultura que se hacen llamar gestores.No me gustan las «novedades» artísticas, lo último en guaracha, lo que está pegando.No me gustan los gatos, las fiestas familiares, las normas de urbanidad.No me gustan los talleres de teatro, los encuentros literarios, los seminarios de gestión, las ruedas de negocios.

ANEXO

Fragmentos del Cuaderno de direcciónDiego Fernando Montoya Serna

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Todo es teatralidad en Fernando González: su caminar, su moverse, su método, el libro y su lectura; la naturaleza en su misterio; su forma de nombrarse, su incisiva y radical manera de observarse, desde un método estético que le es incitado o irritado por el Yo, en el que se realiza su obsesión. Nada es incidental aquí. Observemos los cinco países independizados por Simón Bolívar. Están poblados por gentes variadísimas: negros, mulatos, mestizos, zambos… Un teatro, una reunión cualquiera, una iglesia, una escuela, son aquí como una colcha de retazos. Y como sabe que el teatro del Yo, no puede serlo en su totalidad en sí mismo, entonces se relaciona con otros Yo, con necesaria turbación contradictoria: Lucas de Ochoa, Jacinto, Bolaños, etcétera. Para sacudirse de ellos en escandalosa teatralidad, al hacerlos suyos. Y queda entonces el Mí, en el que no duda en instalarse pero con ironía, con temblor indecible para que el Mí, lo destruya. Y al destruir el Yo de él, ante el Mí de Simón Bolívar, lo que hace es transformarse en uno y otro, o sea, hacer un teatro en el que está y no está ni el uno ni el otro, eso es, un Teatro del Gesto. Toda la escritura de González es gestual y, por ello mismo, teatral, como en August Strindberg cuando dice: «Todo cuanto sé —¡y es tan poco!— deriva del Yo, como punto central. El cultivo de ese Yo, pero no su culto, se impone, pues, como el fin supremo y último de la existencia. Mi respuesta, definitiva y perpetua, a sus objeciones, fue formulada así: la mortificación del Yo es un suicidio». Fernando González es el teatro del Mí y del Yo en contradicción inexorable.

Fragmentos de Mi Simón Bolívar

«Aquí estamos los mahatmas en medio de nosotros mismos. Para nosotros la soledad está en la compañía, pues lo que más despreciamos es el amojonamiento. Nada habla sino el hombre. Los árboles están sembrados y los mueve el viento, pero callan. Los animales no hablan, ni los minerales. Pero todo es consciente y se emociona. Indudablemente lo que más ha impedido al hombre, en cierto modo, el ascenso a la conciencia cósmica ha sido el lenguaje, que es limitador y separador de individualidades. Por eso los grandes conscientes que ha tenido la humanidad han percibido como una etapa próxima del hombre, la comunicación emotiva, sin necesidad del lenguaje articulado».

«Mi ángel negro: Llovió durante un mes y hoy hace un sol abrasador y el cielo es todo tentación. Pienso en cosas agradables.

Ayer crucé cerca al cadáver de un gato y me dije: Debe haber olores que no percibimos. El perro huele la liebre y los hombres no. Lo mismo respecto a los sonidos, sabores y luces. ¿Por qué, entonces, no podría haber otros seres que no vemos, ni oímos, ni sentimos, ni olemos...? Queda así comprobado, Negra, que es posible la existencia de seres ignotos. Aquí, a mi lado, puede haber otros seres; un mundo dentro de éste. Creemos que el sonido que no oímos, no existe. ¡Es curioso el antropomorfismo! ¡Cuántas maravillas y terrores habrá!».

«Dos litros, señores, es el término medio de la capacidad vital de nuestro pueblo, en individuos de veinte a veintinueve años. Esa capacidad en los Estados Unidos es de cinco litros. De aquí, señores, proviene el poco rendimiento de nuestros congresos. Indudablemente, esto comprueba la necesidad de importar jóvenes para nuestras mujeres y mujeres para nuestros hombres. Día por día será más reseco aquí el elemento humano...».

«¿Sabes tú qué es belleza, si no has visto y tocado la pelusa en las nucas impúberes? ¡Tan fresca la piel ahí!... ¡Tan viva y titilante la pelusa!

Hoy he sentido una emoción estática al contemplar esto, al atardecer, en un tranvía. Y es porque he visto a la divinidad en el pelo que se esbozaba lleno de vida en la nuca de una adolescente».

«Lo que llamamos civilización, buenas maneras, es el modo de disimular nuestra fealdad, nuestra falta de naturalidad. El hombre después de pecar, se tapó con hojas. ¡Qué símbolo tan bello!».

«¿Hay que enseñar al mono a querer a la madre? No. Solo al hombre que la quiere y a veces la asesina; que la besa y a veces la golpea. El hombre es el animal que investiga, que aprende, a quien se enseña hasta el amor a la madre, pues no sabe quién es, ni de qué es e ignora lo que debe o no debe hacer. ¡El hombre no sabe ni cómo orinar! Hasta en eso hay materia de pecado, hay un enredo».

«Esta mañana mientras defecaba miré al cielo hermoso y azul. Me pareció percibir, intuí a los seres espirituales que compadecían al ser encarnado, al que, mientras defeca, mira para lo alto en busca de Dios; al que se harta de carne y llora; al hombre, el que está en disciplina».

“Deseo que mi pensamiento sea comoel vuelo del gallinazo, sereno y movido”

A propósito de los 120 años del nacimiento de Fernando González,la Corporación Otraparte presentó una nueva edición de Mi Simón Bolívar.El profesor Óscar González nos envía una nota introductoria que destaca

un pequeño repertorio de fragmentos del libro que quieren incitar a su lectura.

Por: Óscar GonzálezMi Simón Bolívar de Fernando González y el teatro

EspecialE S P E C I A L

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EspecialE S P E C I A L

«Quiero estar solo, sin libros, aislado, para que mi alma tenga que manifestarse. Aprender a ocuparse en algo que no sea leer, moverse, soñar y pensar… ¿Qué es ello?: conciencia. Percibir el ser, la unidad cósmica, como la araña en el centro de la tela percibe todo su universo.

Leer es un vicio como cualquiera. En San Bartolomé dice que tienen los Reverendos Padres una librería como de cien metros por tres de alta. Si los leo ¿seré por ello más consciente? ¿Más hombre? ¿Más poderoso? San Ignacio no los leyó, y el padre bibliotecario los ha leído todos. ¿Cuál es o fue más poderoso? ¿En dónde está el valor?: por dentro, en lo esencial. Lo que importa es la conciencia. Entonces, ¿por qué cada me llevo a mi casa 20 libros por doce o quince pesos y ni los leo, sino que los hojeo…?

Oye, Ochoa: no busques eso, ello, lo, la ni en el océano apacible, inmenso, soberbio, iracundo; ni en la atmósfera misteriosa y elástica y vehículo de las influencias siderales y de las corrientes de energía vital; ni en el libro, molde de las ebulliciones de la intranquilidad humana; ni en las estrellas, ni en los infiernos… Búscalo en tu interior. Apacigua la intranquilidad de tu corazón y el bullicio de tu sangre, y apenas haya silencio lo verás».

«Tengo 35 años. Multiplicados por 12, igual a 420 meses. Multiplicados por 30, igual a 12.600 días. Ese tiempo hace que vivo aquí, entre mis conciudadanos, sin arte y sin grandeza. ¡Doce mil seiscientos días! Pero gozo y sufro y tiemblo ante todo lo grande: empresa, hombre o visión. Yo sufro porque no puedo libertar la India, sufro porque no descubrí el inalámbrico y sufro porque no acompañé a Colón».

«Al rayar el día examiné mis buenos propósitos: no enojarme y no exagerarme. La una. Voy mal: peleé con un chofer, mi corteza cerebral, si no la contengo, me llevará a extremos terribles. ¡Pero seré un hombre apacible!

Cada uno se crea un ambiente. Los sentimientos nos arrastran. ¡Qué feo disputar con un chofer! Me he rebajado. Tengo necesidad absoluta de irme de Colombia».

«Ochenta pesos colombianos para Berenguela, de cuelga. Hoy

cumple 31 años. Disminuye mi amor por el oro. La juventud, el amor, el honor, el saber, son mejores, y no se compran sino sus apariencias.

Juventud, don supremo, ¿por qué te conozco cuando dejo de poseerte? Porque no se puede conocer sino lo que es objeto, y el joven es sujeto; envejecido ya, la juventud se vuelve objeto de conocimiento. ¡Ay!, solo cuando te alejas, juventud, te conozco y te aprecio. Eres, ¿cómo definirte? Eres… ese cabello, esa pelusa del cuello de mi amada… Solo admito la vejez y la muerte si me es dado dormir allí la eternidad.

Como el rey David se enfriara de las extremidades en sus días últimos, le buscaron hermosa virgen para calentarlo. Si algún significado religioso tiene la juventud, es el de calentar a los viejos gloriosos».

«Querido amigo Fernando: Envíame dos hamacas, y, de los libros de mi biblioteca bolivariana, la autobiografía del general Páez y la Historia de la Gran Colombia por José Manuel Restrepo. No olvides los ciento cincuenta pesos que, según nuestro contrato, debes tú suministrar a Berenguela, por quincena. También me enviarás una cama amplia, como para que los amantes jueguen a la gallina ciega. La que me hiciste instalar aquí es un catre yanqui. En EE. UU. inventaron e impusieron los catres metálicos, angostos y que traquetean como osamenta de viejo. En ellos no cabe sino uno. ¿Qué puede ser allí el amor? No; envíame una cama latina y de madera de bosque colombiano; en ella estará jugueteando el amor. En el catre yanqui está la pasión perversa, o sea, ese instantáneo acto de fieras que han comido conservas: cajas Morton o Libby's. El amante yanqui dice: “¿Cómo es posible dormir juntos?”. En él son para el Libertador; una en el bosquecillo y otra en la casa. Los libros que te pida no debes tomarlos prestados; hay que anotarlos y poderlos borronar y descuadernar».

«Yo no soy uno, y de allí los remordimientos de conciencia. El 20% de mi ser es místico; el 10% peón; el 30% enamorado de la belleza y el resto bobo».

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10 Medellín en Escena

Medellín en EscenaCra 42 54-50 Centro - 239 81 [email protected] PolillaCalle 23 76-85 Belén - 343 36 [email protected] 126B 61A-71 San Cristóbal427 06 98 [email protected] FanfarriaCra 84 42C-54 La América250 92 30 [email protected] TruequeCra 40 50B-32 Centro - 217 26 [email protected]

ZirumaCalle 64 39-18 Villa Hermosa284 34 62 [email protected]ñaCra 75 24-47 Belén - 343 40 [email protected] 50B 39-36 Centro 217 83 64 [email protected] TeatroCra 42 44-46 Centro - 217 63 [email protected] TeatricoTransv 39B Circular 2-46 Laureles - 411 88 78 [email protected] GenteCalle 99 50C-38 Santa Cruz258 03 48 [email protected]

CanchimalosCalle 47 80-37 Floresta - 448 97 40 [email protected] 47 43-47 Centro - 215 10 [email protected] PalabraCalle 55 43-63 Centro - 239 61 [email protected] Popular de MedellínCalle 48 41-13 - Centro216 62 62 [email protected] ClownCra 44 69-71Manrique Central211 65 70 [email protected]

Barra del SilencioCalle 45C 75-151- Velódromo413 55 83 [email protected] Oficina Central de los SueñosCra 43 52-50 - Centro - 239 41 [email protected] El PobladoCra 47B 17B sur-30 - Poblado - 321 11 00 [email protected] MedellínCra 53 30A-155 Cerro Nutibara265 23 [email protected] del TeatroCalle 59 50A-25 Prado Centro254 03 [email protected]

Directorio

En Manizales, por los lados de Chipre Viejo, para ser más exactos, detrás de la Escuela Camilo Torres, Yolanda Arias Gómez, mujer de danza y teatro, y el poeta Uriel Giraldo, crearon una sala propia e independiente: El Escondite, un espacio que fomenta la creación, la investigación y la difusión en torno al arte y la cultura regional y nacional, es decir, «para que todo el que tenga un grito bien elaborado lo pueda pegar allí». Inspirados en el verso de Atahualpa Yupanqui: «esta es su casa, paisano, ¡aquí puede pegar el grito!». Cada semana El Escondite se «destapa» y cobra vida con obras de teatro, danza, música, conferencias literarias en una búsqueda incesante por la formación de públicos. La sala fue construida en 2012, con un área de 8,5 x 20 m., diseñada y construida con el propósito de «ofrecer a la ciudad un espacio para las artes escénicas que, a su vez, hiciera posible la representación y la exhibición de todo tipo de espectáculos culturales y artísticos (danza, música, conferencias, películas, exposiciones, actos públicos, etcétera)». Consta de una sala a la italiana con un aforo de 84 sillas en gradería y un escenario de 8,5 x 9 m y 4,2 m de altura. Dispone, además, de una sala múltiple de 7,5 x 11,75 m apta para la práctica de la danza y el teatro y la presentación de expresiones escénicas no convencionales, así como para la realización de conferencias y exposiciones. Los creadores del Escondite también cuentan con el grupo de danza A Cántaros Danza, que en sus inicios se formó con estudiantes de la Escuela Normal Superior de Caldas y ahora lo integra un grupo interdisciplinario e intergeneracional, que le apuesta a la danza-teatro y a otras formas contemporáneas de expresión artística con su proyecto bandera: Literatura en Escena. El Escondite es algo más que un lugar geográficamente oculto en el sector de Chipre Viejo, alude también al acto cómplice de esconderse, de hacer «una introspección para después exponer el ser interior por medio de la lúdica que permite el arte».

Teatro El Escondite: un lugar para encontrarsePor: Iván Zapata R.

NacionalN A C I O N A L

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11Asociación de Salas de Artes Escénicas

Embriagados, pero de teatro, así están estos dos hombres que, como el ave Fénix, renacieron de las «cenizas» del nombre de un grupo de teatro de Itagüí donde actuaron juntos y del cual decidieron teatriarse, —o retirarse—, para conformar lo que hoy conocemos como Teatriados y que funciona en una casa del barrio Prado hace aproximadamente siete años. Embriagados porque, como dice su director Diego Saldarriaga: «Si algunos están enamorados, otros ilusionados y muchos trastornados, nosotros estamos teatriados». Término que igualmente podría hablar de dos si dividimos la palabra: Teatria-Dos. Algo así como teatro de dos, porque aunque han pasado muchos por el grupo, siempre quedan dos, ellos dos. Felipe, Diego y… Luz Marina, o sea, tres. Volvamos a jugar con la palabra: Tea-Triados. Ahora es como decir trío de dos; porque Luz Marina, su secretaria, siempre ha estado con ellos en las buenas y en las malas, renunciando a un sueldo fijo —cosa que Diego y Felipe agradecen en el alma y no olvidan—. Creo que no me perdonarían no nombrarla en esta pequeña reseña,

así que aquí esta: gracias, Luz Marina, por dejarte teatriar y acolitar las locuras de estos dos enamorados del teatro a quienes se les ocurre tumbar un muro de la casa que tienen en arriendo para hacer una pequeña pero acogedora sala de teatro y poder realizar una temporada larga de su segunda obra Mujeres en el baño, ya que las salas de la ciudad les ofrecieron máximo dos fines de semana y ellos necesitaban más. Cosa que ocurre con los desbordados hacedores de teatro, o sea, los Teatriados, apasionados y necesitados de esta apacible droga de actuar. Ya tumbado el muro, compradas las luces, instalados los equipos, faltaba un pequeño detalle: las gradas y la función a las 7:30 p. m. Así que Felipe actúa de malvado y amenaza al irresponsable encargado del trabajo, quien se creyó el cuento y muerto del susto, no a las seis como se lo exigió su cliente, sino a las siete pasadas, apretaba tornillos bajo la mirada ofuscada de dos mujeres —Diego y Felipe—, a quienes les tocó actuar en el estreno, ya que las dos actrices abandonaron la obra faltando quince días para el estreno. Pero eso es otra historia, como

tantas en los grupos de teatro. Sigamos con nuestro irresponsable cerrajero... El tercer timbre está apunto de sonar. Las dos mujeres —los dos actores— despachan al irresponsable, no sin antes advertirle que si algún espectador se lesiona será su culpa. Y ahora sí, que empiece la función, que se abra la casa de estos berreantes —por la primera obra que estrenaron en La Casa del Teatro, dramaturgia del chileno Marco Antonio de la Parra—, a la que siguió Mujeres en el baño, con sede propia y donde nace Me mato el veinticuatro, seguida de La comedia salvaje, y muy pronto estará Las monjas. Eso sí, ya sin el peligro de que se ca iga n ingún espec tador, cosa que afortunadamente no ocurrió en el estreno de la primera temporada de Mujeres en el baño, cuando nuestro amigo el cerrajero parece que hizo un buen trabajo y templó los nervios de unos actores que estrenaban una obra y un nuevo teatro para Medellín, donde hay muchos teatriados y arriesgados que aún creen en una estética que solo se logra con la continuidad y la complicidad de todos los enamorados del teatro.

Por: José Félix LondoñoTeatriados

LOCALL O C A L

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12 Medellín en Escena

Agosto 21 al 29/2015

OnceavaFiesta de las Artes Escénicas

Convocatorias abiertas

Diseña la imagen de la fiesta

Fecha de cierre: Mayo 26

Convocatoria agrupos internacionales

Fecha de cierre: Mayo 30

Convocatoria agrupos nacionales

Fecha de cierre: Mayo 30

Convocatoria agrupos regionales y locales

Fecha de cierre: Junio 18

Toda la información en www.medellinenescena.com

Page 13: Periódico 38

13Asociación de Salas de Artes Escénicas

El incesante Sandro Romero Rey, que en sueños ha sido el escribidor de todos los libros del mundo, ataca de nuevo con dos voluminosos tomos de Género y destino. La tragedia griega en Colombia, en edición de Universidad Francisco José de Caldas, olor a libro nuevo, recién salido de las calderas, con el que obtuvo el Doctorado Cum Laude en la Universidad de Barcelona. A Sandro lo tendremos in extenso en agosto durante la Onceava Fiesta de las Artes Escénicas. Aparte de esta joya bibliográfica, presentará una nueva publicación sobre los Rolling Stones, Piedra sobre piedra —a Sandro no hay quién lo convenza de que no es Mick Jagger— y algunas sorpresas más.Como piscolabis literario para quienes lo seguimos y lo admiramos, hemos reunido unos fragmentos de su libro citado donde hace referencia a la tragedia griega en el ámbito local. Está loco.

Medellín: la ira de los dioses

Género y destinoLa tragedia griega en ColombiaSandro Romero Rey

Fragmentos

6.1.4 Medellín: la ira de los dioses

… cuando se comienza a investigar sobre la historia del teatro en la capital an t ioqueña , todos los caminos conducen hacia la figura de Gilberto Martínez. Médico de profesión, Martínez había combinado sus estudios científicos con el deporte, siendo campeón de natación y representante de Colombia en los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956. Pero el fantasma de la escena se atravesó en su camino y su mundo no volvió a ser el mismo. Ese mismo año, nació el primer grupo de aficionados que lideró con entusiasmo. E l g r u p o t u v o u n n o m b r e d e connotac iones geométr icas : E l Tr iángulo . Y con El Tr iángulo comenzaron sus aventuras sobre la escena. Curiosamente. Fue la tragedia griega la que le sirvió para consolidar sus primeras herramientas dentro del mundo del teatro. De nuevo, Edipo rey de Sófocles sería el texto fundacional del teatro en Medellín (al igual que en Bogotá y en Cali). No sería una puesta en escena integral, sino una lectura interpretada, donde distintos jóvenes ensayaban sus voces, acompañados por algún apoyo musical. Pero para Gilberto Martínez la experiencia resultaría fundamental…

……………………………………

...Rodrigo Saldarriaga quien, con un grupo de jóvenes y entusiastas militantes de la vida fundó, en 1975, el Pequeño Teatro de Medellín. Con un denominador común de cercanías políticas en otros lugares del país

(especialmente con el Teatro Libre de Bogotá y el Teatro Foro de Cali) el Pequeño Teatro ha combinado todas las formas de luchas estéticas, desde las obras influidas por las urgencias políticas latinoamericanas, hasta un variado repertorio que ha combinado los principales títulos del teatro universal (Moliere, Benavente, Beckett, Büchner, Albee, Shepard, Shakespeare, Buenaventura…) y donde la tragedia griega ha tenido un especialísimo lugar. No en balde, si se revisa la lista de montajes que comprende el repertorio del grupo, en el volumen consagrado a sus 35 años de actividades, se pueden contar varios títulos pertenecientes a los mitos antiguos, los cuáles han sido motivo de distintas versiones a lo largo de su existencia… … En 1985, Saldarriaga realizó una versión del drama que sub-titularon “Concierto experimental basado en la tragedia de Sófocles y en la música de Roberto Pineda Duque”. Se estrenó el 1 de noviembre de 1985 en el Teatro Pablo Tobón Uribe, una de las salas más importantes y de mayor tradición en la ciudad, acompañados por la Orquesta Sinfónica de Antioquia, bajo la dirección musical de Sergio Acevedo y la producción del Museo de Arte Moderno de Medellín. En esta ocasión se trataba de hacer un gran recital integral, donde el teatro se combinase con una obra orquestal de gran envergadura y que se dirigiese a todo tipo de públicos…

……………………………………

...en el Barrio Cristóbal, se encuentra otra casona convertida en espacio para el teatro. Se trata de la sede que acoge al grupo La Hora 25. Su director, Farley Velásquez, joven lobo de la escena, lo bautizó así en 1989, en homenaje a la novela de Constantin

Virgil Gheorghiu que marcaría su adolescencia. Desde esa época, Velásquez se ha empeñado tercamente en consolidar un espacio y en recuperar grandes textos clásicos del teatro, desde una perspectiva contemporánea y de correspondencias con lo local. De alguna manera, la propuesta de La Hora 25 nació de las urgencias sociales que se gestaron en Medellín durante la década del ochenta. Inmersos en un mundo donde la violencia del narcotráfico parecía devorárselo todo, los artistas de la ciudad debieron inventarse fórmulas para no morir en el intento y dejar de ser señalados como bestias pensantes. Algunos lo lograron. Otros, no corrieron con la misma suerte: el 28 de septiembre de 1990, el director del grupo la ExFanfarria, José Manuel Freidel, “salió de Catrú, compró cigarrillos en la avenida La Playa, cambió un cheque para el cambio de la taquilla del teatro, subió a un carro con un desconocido y su cadáver fue hallado en la carrera 36 con calle 50, con un tiro de pistola. Nadie se atribuyó el crimen”… … pareciera que el director de La Hora 25 no ha querido escaparse de los problemas que lo circundan. Al contrario: los enfrenta. Su teatro es contestatario, tropelero, de barrio popular. Pero sus títulos y su estética aspiran a una particular elegancia. Y ha querido balancearse entre Shakespeare (Ricardo III, Romeo y Julieta, El rey Lear, Macbeth/The New Gangsters B.F.A.) y Jean Genet, entre Andrés Caicedo y, cómo no, las tragedias griegas. En 2007, Velásquez puso en escena su propia versión de la Electra de Eurípides. Con este montaje, el Teatro La Hora 25 (o mejor, su director) se ganaría el Premio a la Mejor Puesta en Escena en Colombia durante ese año. Esta sería una de cuatro visitas que el director antioqueño haría a los temidos

paisajes de la tragedia griega. Junto al éxito de su Electra, Farley Velásquez siguió insistiendo en el género y ha realizado las siguientes puestas en escena: Etéocles, Antígona, Polinices y otros hermanos, a partir de textos de Sófocles y Eurípides, Hécuba y Las Troyanas de Eurípides y Medea, con textos de Heiner Müller, Eurípides y el mismo Farley Velásquez…

……………………………………

…Hasta ese momento, el Te a t r o M a t a c a n d e l a s s e h a b í a caracterizado por preferir textos de poéticas, narrativas y dramaturgias contemporáneas… …decidieron cambiar el rumbo y entregarse en los brazos de un director invitado: el italiano Luigi Maria Musati. Y con él, un espectáculo de alto riesgo: Medea de Lucio Anneo Séneca… …Musati decidió ponerlos a prueba con un texto aparentemente imposible. En realidad, el teatro de Séneca no se había representado en Colombia, salvo una versión muy poco difundida del Edipo dirigido por Ricardo Sarmiento en 1990, con el Teatro Libre de Bogotá. Tratando de romper la línea del “teatro estático” en el que se había movido el Matacandelas con gran seguridad (Pessoa, Maeterlinck), Musati decidió construir un ritual escénico muy distinto, optando, sin embargo, por el “teatro para ser leído” de Séneca. Las tragedias del dramaturgo latino, en muchas ocasiones, se consideran no aptas para la representación, a causa de sus largos y complicados textos de corte filosófico. Pero el grupo aceptó el riesgo y se encargó de consolidar un estilo, entre el lenguaje académico-libertario del italiano y la singular “dramaturgia de la puesta en escena” que ha caracterizado al grupo de Cristóbal Peláez.

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14 Medellín en Escena

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Asociación de Salas de Artes Escénicas 15NOTAS EN ESCENANOTAS EN ESCENA

III Títerefiesta

Mayo 22 al 31/2015Organiza: Asociación de Titiriteros de Colombia, Ático, Regional Antioquia

Los títeres convocan a la ternura y por eso le apostamos a la infancia.

Niños y niñas que gozaron de las ediciones anteriores de la Títerefiesta,

en esta oportunidad deseamos multiplicar sus sensaciones y por eso tendremos en escena obras llenas de imaginación, sentimientos, pasión y

dedicación al oficio titiritesco.

Exposición de títeres: dos exposiciones de títeres en homenaje a Gabriel Esquinas (1947-2009), insigne titiritero del grupo Biombo Latino de Bogotá. 1. 23 títeres de los grupos participantes, en el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, del 27 de marzo al 31 de mayo. 2. 15 títeres en la sede de Camaleón Urabá, en Apartadó, del 22 al 31 de mayo. La tercera edición de la Títirifiesta contará con: 34 funciones, con 14 grupos participantes: Édgar y sus Títeres, Orandantes, Sol y Luna, Camaleón, Alevín Títeres, Caretas, Camaleón Urabá, Cuarto Creciente (Turbo), Tecoc (Bello), La Carreta (La Ceja), y a nivel nacional estarán Arlequín (Cúcuta) y Mamarrachos Parlanchines (Cartagena). S a l a s p a r t i c i p a n t e s : Corporación Caretas (corregimiento de San Cr i s tóba l ) , Tecoc (Bel lo) , Corporación Camaleón (Apartadó), Grupo Cuarto Creciente y Teatro Ateneo Porfirio Barba Jacob; además del espacio alterno en Amarna Café Cultural, en Chigorodó, y en otras espacios de Medellín, El Carmen de Viboral y Caldas. Seis conferencias sobre el quehacer titiritesco: tres en Urabá y tres en el área metropolitana de Medellín. Los expositores: María Victoria Suaza,

Ricaurte Carmona, Néstor Gaibor, Rodolfo Gómez, William Hurtado y Edgar Serrano.

El libretoUniversidad de Antioquia,

Facultad de Artes

Libreto: Jesús Maria RiazaActuación: Javier Loaiza, Kristian Restrepo y Jesús María RiazaDirector: Jesús María Riaza Esta puesta en escena reafirma la figura del actor en el teatro, el actor dramaturgo, el actor personaje, el actor bailarín, el actor que se arriesga a mirar desde fuera la puesta en escena que se proyecta, director. Sustentándose en la comedia del arte, donde el actor asumía la construcción de su propio universo escénico y estético, donde se evidencian sus paisa jes , su búsqueda, sus preguntas, su vida en escena y tras escena, metateatro. Sin saturación de escenografía como lo plantea el maestro Jerzy Grotowsky: «El actor como la hoja de un libreto sobre la escena listo para ser leído».

Yuma, río amigoTeatro La Fanfarria

Dramaturgo y director: Jorge Luis Pérez ValenciaActores titiriteros: Jorge Luis Pérez Valencia, Ernesto Aguilar R. y Ana María Ochoa R.Música: Luis Fernando FrancoVestuario: Lucero Gómez

Técnico: Raúl Aristizabal. Una mirada al río Magdalena, testigo de nuestro mestizaje, de nuestra historia, del arte, de la ciencia, la política, las guerras y la literatura. Los invitamos a navegar por este río que fue llamado por los indígenas: río del país amigo. Desde las cumbres nevadas de los Andes, desde las alturas del águila y de la niebla, va el dulce río de la Magdalena al mar Caribe. Sus amigos de infancia, los indígenas, lo nombraron Yuma, río del país amigo. Y en el fuego fundador de las fogatas, vivieron libres las tribus de l a n a c i ó n P a n c h e , To c a i m a s , Anapoimas, Suitamas, Chamíes, Z e n u e s , Ta h a m í e s , M a l i b ú e s , Calamaríes, Siquines, Buit ines, Sutagros, Pantágoras, Yanaconas, Cimitarras, Opones, Gualíes, Palaguas, Guriguanaes y los bravos Caribes. «Oh majestuoso Magdalena. ¡Ay! Cuán indiferente lo he subido y después lo he bajado».

Estreno enExFanfarria Teatro

Obra: De la noche al albaHora: 8 p. m.Dramaturga: Paloma PedreroDirección: Beatriz E. Hernández El grupo de teatro Ayaneiba está cumpliendo quince años de trabajo e n l a s a r t e s e s c é n i c a s e n e l corregimiento de San Cristóbal. Para celebrarlo estrena Noches de amor efímero, de Paloma Pedrero. En montaje se encuentran: De la noche al alba, La noche dividida, La noche que ilumina, Solos esta noche; y se estrenarán paulatinamente en este orden. Son cuatro obras breves y actuales sobre la dificultad de ser y de encontrarse; cuatro miradas diferentes y bien significativas sobre el amor, la mujer, la diversidad sexual y la violencia de género; cuatro maneras de plantarse en un mundo fragmentado y mezquino, donde impera el «sálvese quien pueda». Cuatro escenas con la noche como espacio de representación

de los que ya nada tienen que perder. La noche de encuentros imprevistos, abrazos encendidos. Formas de hacerse el amor. Cuatro instantes efímeros que estimamos durarán para siempre. De la noche a l a lba se desarrolla al amanecer, delante de un club nocturno. Vanesa, una prostituta, tropieza allí con Mauro, un guardia del banco. En el transcurso de la acción se hace evidente que no es un encuentro casual, sino planeado por el hombre que confiesa estar enamorado de la chica. La conversación que entablan es algo diferente a lo que está acostumbrada Vanesa, habitualmente maltratada por su proxeneta y abusada por sus clientes. Aunque al principio la mujer se defiende de la intimidad que el hombre i n t e n t a f o r j a r e n t r e l o s d o s , sucesivamente le permite acercarse a e l l a y h a s t a l e c o n f i e s a « l o inconfesable», su verdadero nombre. S i n e m b a rg o , l a s e n s a c i ó n d e proximidad que se experimenta es aún más breve y fugaz que en los casos anteriores, porque se interrumpe bruscamente con la l legada del proxeneta y su reacción violenta.

Corazón de lana

Ángela Gómez, Gigio Giraldo y Gerónimo ChoperanaPúblico: FamiliarSala: Teatro Casa Clown La clown Mantequilla pone en escena la sensibilidad de una mujer embarazada que entre sueños, apuros, estrujones, tuercas sueltas, miedos e ilusiones, teje cómicos momentos que evocan profundos recuerdos de maternidad y de crianza. Corazón de lana es un homenaje a la vida, la maternidad y el amor; en esta obra la payasa viajará por situaciones que evocarán recuerdos maravillosos y típicos en nuestra cultura, pero también otros tediosos que invitarán a la reflexión frente a la maternidad y el compromiso que esta implica. La obra nos invita a tejer lazos fuertes entre familia y comunidad, a reflexionar acerca de la responsabilidad y la demanda de amor y tiempo que requiere un nuevo ser. Tejer como ritual de vida, entrega, paciencia y amor.

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