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Rev. Ciencias Sociales 157: 149-166 / 2017 (III) ISSN: 0482-5276 PERFILES SOCIALES DE LA POBLACIÓN ADULTA MAYOR EN EL ESTADO DE MÉXICO, 2015 1 SOCIAL PROFILES OF THE OLDER ADULT POPULATION IN THE STATE OF MEXICO, 2015 Yuliana Gabriela Román Sánchez * Sergio Cuauhtémoc Gaxiola Robles Linares ** Bernardino Jaciel Montoya Arce *** Daniel Lozano Keymolen **** RESUMEN El proceso de envejecimiento en la población de México se caracteriza por una serie de desigualdades relacionadas con factores sociales. El caso particular del Estado de México destaca pues se trata de la entidad con el mayor porcentaje de personas de 60 años o más. El objetivo de este artículo fue identificar perfiles sociales de la población de 60 años o más en el Estado de México con la finalidad de exponer la heterogeneidad de este grupo pobla- cional. Lo anterior se realizó con datos de la Encuesta Intercensal 2015 y por medio de la estimación del Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM). En los resultados se identifi- caron cinco grupos de adultos mayores; donde el sexo, el nivel de escolaridad y la jubilación fueron variables fundamentales para identificar cada grupo. PALABRAS CLAVE: MÉXICO * VEJEZ * PENSIÓN * DEMOGRAFÍA * ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO 1 El artículo que se presenta es resultado de las interrogantes surgidas de un proyecto mayor denominado: “Vulnerabilidad social y política pública para los adultos mayores en el Estado de México”. Proyecto registrado ante la Secretaría de Investigación de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). * Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (CIEAP) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). [email protected] ** Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (CIEAP) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). [email protected] *** Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (CIEAP) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). [email protected] **** Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (CIEAP) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). [email protected]/[email protected]

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Rev. Ciencias Sociales 157: 149-166 / 2017 (III)ISSN: 0482-5276

PERFILES SOCIALES DE LA POBLACIÓN ADULTA MAYOR EN EL ESTADO DE MÉXICO, 20151

SOCIAL PROFILES OF THE OLDER ADULT POPULATION IN THE STATE OF MEXICO, 2015

Yuliana Gabriela Román Sánchez*

Sergio Cuauhtémoc Gaxiola Robles Linares**

Bernardino Jaciel Montoya Arce***

Daniel Lozano Keymolen****

RESUMEN

El proceso de envejecimiento en la población de México se caracteriza por una serie de desigualdades relacionadas con factores sociales. El caso particular del Estado de México destaca pues se trata de la entidad con el mayor porcentaje de personas de 60 años o más. El objetivo de este artículo fue identificar perfiles sociales de la población de 60 años o más en el Estado de México con la finalidad de exponer la heterogeneidad de este grupo pobla-cional. Lo anterior se realizó con datos de la Encuesta Intercensal 2015 y por medio de la estimación del Análisis de Correspondencias Múltiples (acm). En los resultados se identifi-caron cinco grupos de adultos mayores; donde el sexo, el nivel de escolaridad y la jubilación fueron variables fundamentales para identificar cada grupo.

PALABRAS CLAVE: MÉXICO * VEJEZ * PENSIÓN * DEMOGRAFÍA * ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO

1 El artículo que se presenta es resultado de las interrogantes surgidas de un proyecto mayor denominado: “Vulnerabilidad social y política pública para los adultos mayores en el Estado de México”. Proyecto registrado ante la Secretaría de Investigación de la Universidad Autónoma del Estado de México (uaem).

* Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (cieap) de la Universidad Autónoma del Estado de México (uaem).

[email protected]

** Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (cieap) de la Universidad Autónoma del Estado de México (uaem).

[email protected]

*** Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (cieap) de la Universidad Autónoma del Estado de México (uaem).

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**** Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (cieap) de la Universidad Autónoma del Estado de México (uaem).

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ABSTRACT

The process of aging in the population of Mexico is characterized by a series of inequalities related to social factors. The particular case of the State of Mexico stands out because it is the entity with the highest percentage of population with 60 years and over. The objective of this article was to identify social profiles of the population of 60 years or more in the State of Mexico in order to expose the heterogeneity of this population group. This was done with data from the Intercensal Survey 2015 and by means of the estimation of Multiple Correspondence Analysis (acm). Five groups of older adults were identified in the results. Gender, schooling level and retirement were key variables to identify each group.

KEYWORDS: MÉXICO * OLD AGE * PENSIONS * DEMOGRAPHY * SOCIO-ECONOMIC ANALYSIS

más, tanto en términos absolutos como relati-vos; no obstante, este grupo de adultos mayores tiene diferentes trayectorias de vida que hacen de este un segmento heterogéneo. El interés por analizar a la población de la tercera edad surge por dos aspectos; en primer lugar, el ace-lerado crecimiento que ha tenido este grupo po-blacional en las últimas décadas y en segundo lugar, por la diversidad de situaciones sociales que existen en la entidad mexiquense.

En este sentido, el objetivo de este artículo fue identificar perfiles sociales de la población de 60 años o más en el Estado de México a través de cuatro vertientes: sociodemográfica, laboral, familiar y de vivienda3. Lo que se pre-tende es conocer la asociación de estos para for-mar grupos poblacionales de adultos mayores con características comunes.

Para lograr este objetivo se utilizó el Análisis de Correspondencias Múltiples (acm) que permite mostrar de manera gráfica, las di-ferencias sociales de los adultos mayores mexi-quenses para el año 2015. Una de las ventajas de esta técnica estadística radica en que la vi-sualización gráfica de las variables se puede expresar como las distancias sociales entre los individuos (Bourdieu, 2005).

El artículo está dividido en cinco aparta-dos. El primero expone el cambio que ha tenido

3 Si bien, el término “perfil social” puede incluir diversos elementos, en este artículo se considera que las vertientes sociodemográfica, laboral, familiar y de vivienda permiten identificar parte de la heterogeneidad entre los adultos mayores mexiquenses.

INTRODUCCIÓN

El Estado de México es una de las 32 enti-dades de la República Mexicana; se compone de 125 municipios, 58 de los cuales son parte de dos grandes urbes: la Zona Metropolitana de la Ciu-dad de México y la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, ambas ubicadas en el centro del país. La cercanía con la Ciudad de México, capital de la nación, permite que la entidad ostente un elevado dinamismo económico, incluso supe-rior al de otros países2.

En términos demográficos, el Estado de México es la entidad más poblada de la Repú-blica Mexicana. Hacia el año 2016, su población asciende a 17.1 millones, que representan 14% de la población del país. Actualmente, su es-tructura por edad se compone de 26,1% de per-sonas menores de 14 años, 63,9% de individuos entre 15 y 59 años (económicamente activos), 9,2% tienen 60 años o más. Este último grupo, denominado adultos mayores, configura el obje-to de estudio de la presente investigación.

El proceso de envejecimiento demográ-fico que se experimenta en el Estado de México denota el aumento de la población de 60 años o

2 En el año 2011, el Estado de México aportó cerca de 10% al Producto Interno Bruto (pib) nacional, solo por debajo del registrado por la Ciudad de México (inegi, 2014). Dicho porcentaje convertido en miles de millones de dólares estadounidenses equivale a 189.41, cifra superior a la registrada por El Salvador (45.9), Honduras (33.74), Nicaragua (24.2) o países a fr icanos como República Democrática del Congo (44.3), Níger (13.6), Yemen (88.5), entre otros (inegi, 2016).

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el concepto de vejez a través del tiempo. En el segundo, se describe la composición por edad y sexo de la población adulta mayor en el Estado de México. El tercero plantea los indicadores, su cálculo, la fuente de información utilizada y los fundamentos del Análisis de Correspondencias Múltiples (acm). En el cuarto se presenta el con-texto sociodemográfico de los adultos mayores mexiquenses para el año 2015. En el quinto se expone la identificación de los grupos de los adultos mayores generados por el acm. Por últi-mo, se presentan las conclusiones.

RECORRIDO CONCEPTUAL DE LA VEJEZ

En su concepción más amplia, la vejez es una etapa de la vida con características biológi-cas, sociales y culturales (Rodríguez, 1979). Las características físicas se reflejan en el deterioro de la piel, las enfermedades asociadas al enve-jecimiento, el detrimento de las capacidades funcionales y la discapacidad, entre otras (Ro-dríguez, 1979; Arber y Ginn, 1995).

En tanto, los aspectos sociales y cultu-rales se relacionan con la posición que ostenta un sujeto dentro de la sociedad, consecuencia de las responsabilidades, los privilegios y las actividades que desarrolla (Arber y Ginn, 1995). De ahí que la condición de personas de la ter-cera edad depende del contexto social, pues el estatus del individuo se encuentra determinado por la colectividad (Polo y Martínez, 2001). Es importante señalar que una característica de la vejez en los países en desarrollo es la hete-rogeneidad de este grupo poblacional que, en muchos casos, se vincula con el contexto so-cioeconómico en el que se desarrolla esta etapa de la vida (Barrientos, 2006; Van de Poel, Reza, Speybroeck, Van Ourti y Vega, 2008).

El concepto de vejez es una construcción social, cultural e histórica cuyo significado se modifica en concordancia con el entorno, el espacio y el tiempo en el cual se analice (Ro-dríguez, 1979; Redondo, 1990; Polo y Martínez, 2001). Al respecto, en las sociedades primitivas contemporáneas pocos individuos llegaban a los 50 años de edad, por ello, se les atribuía protecciones sobrenaturales, cumplían con la función oral del conocimiento; además se desempeñaban como curanderos, chamanes

y dominaban los rituales; estas personas gene-raban miedo y respeto; los ancianos en pueblos primitivos eran considerados como individuos llenos de vigor y sabiduría (Polo y Martínez, 2001). Lo mismo ocurría en las comunidades sedentarias agrícolas-ganadera, en donde el consejo de ancianos era una de las instituciones más veneradas y respetadas con un importante poder en el plano consultivo; no obstante, el papel de la mujer era marginal e inferior al os-tentado por los hombres ancianos.

En las sociedades antiguas (egipcia, grie-ga, romana) la vejez se asociaba con el mundo de lo sagrado, los adultos mayores tenían pues-tos privilegiados, eran excelentes consejeros, jefes absolutos con poder legislativo y judicial (Polo y Martínez, 2001). De acuerdo con estos últimos autores, en aquella época Platón fue el principal defensor de la vejez y su concepción responde a una descripción ideal: la vejez es la culminación de la vida, libera de las pasiones juveniles y se disfruta de los placeres del espí-ritu. Promulgaba la gerontocracia: los ancianos deben gobernar y legislar.

En las sociedades tradicionales y comu-nales los ancianos eran percibidos como auto-ridades naturales y respetados por la mayoría de las personas y dado que representaban expe-riencia, conocimiento y sabiduría se les percibía como autoridades naturales (Polo y Martínez, 2001; Rodríguez, 1979). De tal manera que en la antigüedad, la concepción de la vejez era po-sitiva, apoyada y respetada por la tradición oral y la costumbre; en esta los ancianos cumplían el papel de memoria colectiva, la experiencia denotaba prestigio, respeto, poder y sabidu-ría; además, la familia patriarcal jugaba una posición privilegiada. Sin embargo, con el de-sarrollo capitalista e industrial la concepción positiva de la vejez se desvanece. En palabras de Rodríguez (1979):

...la sociedad se urbaniza, tecnifica y dinamiza progresivamente; la experiencia deja de ser la principal fuente de conoci-miento; las familias se dispersan, y la pro-ducción se erige en valor dominante. En el marco de este nuevo sistema socioe-conómico, a los ancianos se les asigna

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un papel marginal y hasta se les cataloga de inútiles: ya no son productivos, han quedado ‘obsoletos’. La vejez, que es un estadio natural de la persona, queda iden-tificada con el ‘retiro’ o ‘jubilación’ —que es una invención social— (p.78).

Lo anterior se acentúo con el neolibe-ralismo, donde la gran mayoría de los adultos mayores representan una carga económica de-rivada de su escasa capacidad para producir o en su caso, se les otorga una posición de no tra-bajadores, jubilados, omitiendo su importancia como personas. En contraste, la población en edades productivas, suele percibirse como sinó-nimo de competitividad y no adversidad al ries-go debido a la fuerza física y a la capacidad para incentivar la producción (Rodríguez, 1979).

Roberto Ham (1999) señala que la vejez representa importantes demandas de manuten-ción y cuidado, con un claro retorno a la depen-dencia familiar en particular y hacia la sociedad en general. Tal deducción se encuentra cimen-tada en que el grupo poblacional de ancianos ha dejado de ser económicamente productivo, dependiente y son una carga debido a los cui-dados y los servicios de salud que requieren, por tanto, la sociedad moderna ha trastocado las valoraciones positivas hacia las negativas, desplazando y desprotegiendo a los adultos ma-yores (Barreto, 2001).

Al respecto, Simone de Beauvoir (1970) critica la cultura elitista del capitalismo, la cual propicia la “deshumanización de la vejez”, en la cual los viejos y los pobres son sinónimos; se describe la vida del anciano como vegetal y los últimos años de vida son considerados solo como un desecho y pérdida, prueba del fracaso de la civilización (Rodríguez, 1979).

En contraste con la postura “negativa” de la vejez, diversos Organismos Internacionales proponen una perspectiva alternativa median-te la denominación “Envejecimiento exitoso” (Baltes, 1997), “Envejecimiento funcional” (Gu-tiérrez, 1999) o “Vejez activa, productiva y salu-dable” (Naciones Unidas, 2002) con la finalidad de modificar la concepción de vejez como si-nónimo de improductividad. El punto de con-vergencia enfatiza que la vejez y el éxito no

son contradictorios (Castellano y De Miguel, 2010); por el contrario, las personas envejeci-das deben gozar de oportunidades para seguir contribuyendo a la sociedad. Además, es preci-so construir y consolidar sociedades interge-neracionales cimentadas en el mutuo respeto, la valoración recíproca y la equidad de género (Barreto, 2001; Naciones Unidas, 2002).

En síntesis, la dualidad de posiciones respecto a la vejez permite deducir que si bien, las condiciones de vida de un adulto mayor cambian radicalmente al llegar a un periodo de edad avanzada, esto no limita su pleno desarrollo. Sin embargo, el envejecimiento de-mográfico constituye un periodo de grandes retos para el Estado, la familia, la sociedad y los individuos.

LA VEJEZ COMO UNA ETAPA HETEROGÉNEA: EL CASO DEL ESTADO DE MÉXICO

La vejez, definida como los últimos años de vida, es una etapa distinta para los individuos (Ham, 1999) que no se puede ca-lificar como un periodo homogéneo, sino en etapas que dependen de la edad y las condicio-nes sociales (Zetina, 1999). La diversidad de los grupos poblacionales envejecidos se asocia con el contexto social y las trayectorias de vida de cada individuo. Por ejemplo, en cuanto al estado de salud y capacidad, algunas perso-nas adultas mayores poseen una condición de mayor dependencia con respecto a otras (Gu-tiérrez, 1999).

Dentro de esta heterogeneidad tam-bién se encuentran las condiciones sociales, económicas y el desarrollo de enfermedades (nutrición, estilos de vida y carencias en las primeras edades) que actúan desde edades tempranas y suelen profundizarse en la vejez (Gutiérrez, 1999; Moss, 2002; Pedrero, 1999). Lo anterior conduce, según Ham (1993), a distintas modalidades de obsolescencia, inca-pacidad y dependencia. Entonces, en la vejez se visualiza una gran heterogeneidad de situa-ciones (Reyes, 1999; Ham, 1999) vinculadas con elementos como la composición etaria, las condiciones de salud y económicas (cepal, 2006), así como del grupo social de pertenencia, del soporte o apoyo social, familiar y de género

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(Freixas, 1997; Rabell y Murillo, 2013; Rueda y Artazcoz, 2009).

Al respecto, Mercedes Pedrero (1999) ilustra la heterogeneidad de la población mayor de 60 años al enfatizar sobre las divergencias en la forma de vida, la edad de cada individuo, las diferencias de género, el lugar que ocupa en el hogar, la zona de residencia, así como, el grupo social al que pertenece. Particularmente, debe considerarse el género como parte de la vejez, pues las mujeres suelen vivir un número mayor de años que los hombres, lo que conduce a la ‘feminización del envejecimiento’ (Salgado de Snyder y Wong, 2007). En México, en 2010, la esperanza de vida en hombres fue de 73.1 años y 77.8 años en mujeres; se proyecta que en 2050 la esperanza de vida sea de 79.9 años para hom-bres y 83.9 años en mujeres (conapo, 2012).

A consecuencia de la no homogeneidad, Ham (1993) propone clasificar a los adultos mayores de acuerdo con rangos de edad y rela-cionarlos en concordancia al tipo de vejez que experimentan: a) periodo de transición hacia la vejez, si se encuentran entre los 60 a 64 años; b) vejez con oportunidades para una vida autó-noma y buena salud, cuando están entre los 65 a 74 años, c) vejez avanzada con pérdida de ca-pacidad y dependencias crecientes para la salud, el sostenimiento y cuidado, de 75 a 84 años, y d) periodo de decrepitud, dependencia total y pre-ludio de la muerte, si las personas tienen más de 85 años.

En correspondencia con la diversidad de las trayectorias que puede seguir la población adulta mayor, la vejez puede ser analizada desde diferentes enfoques: demográfico, biológico, social, económico, familiar y psicológico (Ham, 1999). Debido al alcance de este artículo, úni-camente se otorgará relevancia al enfoque so-cial con la intención de identificar patrones de

grupos entre el conjunto de adultos mayores a través de características individuales, familiares y de contexto.

En términos poblacionales, el aumento de personas de 60 años es un fenómeno de al-cance mundial. En México, según datos del Ins-tituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi) vivían 6.9 millones de adultos mayores en el año 2000, cifra que se incrementó a 10.1 millo-nes una década después (inegi, 2000 y 2010). De acuerdo con los datos del año 2016, habitan en el país 12.5 millones, los cuales representan un 10,2%. La expectativa es que para el 2030, este porcentaje aumente a 14,8% y en el año 2050 constituya 21,4% de la población nacional (conapo, 2012). Lo anterior implica que en un periodo de cinco décadas (2000-2050), la pobla-ción adulta mayor mexicana se triplicará y con ello, sus necesidades.

El caso particular del Estado de México es sobresaliente debido a que es la entidad con el mayor número de personas envejecidas. Para el año 2010, la población mexiquense de 60 años o más ascendió a 1.1 millones, que representan 7,6% de la población estatal. Para el año 2015, fueron 1.5 millones de personas y representaron 8,9% del total de población de la entidad. Las proyecciones indican que para el año 2030 habrá en el Estado de México 2.9 millones de adultos mayores que constituirán 14,7% de la población total mexiquense. Estas cifras muestran que casi se duplica la cantidad de personas mayores de 60 años, lo que expone un ritmo de crecimiento acelerado de este grupo poblacional.

A partir de lo antepuesto, la estructura por edad y sexo de la población mexiquense de 60 años o más ostenta día con día una mayor presencia. El gráfico 1 muestra la composición por grupos quinquenales de edad y sexo de este segmento poblacional.

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GRÁFICO 1ESTRUCTURA POR EDAD Y SEXO DE LA POBLACIÓN ADULTA MAYOR DEL ESTADO DE MÉXICO

2015

Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta Intercensal, 2015.

en contraposición con adultos mayores cuyas condiciones de vida son aceptables.

En el apartado siguiente se ahonda acer-ca de la descripción de los indicadores y la estrategia metodológica llevada a cabo para alcanzar el objetivo planteado.

FUENTE DE INFORMACIÓN Y METODOLOGÍA

El proceso de envejecimiento poblacio-nal puede ser analizado desde diferentes ver-tientes. En primer término, se encuentran las perspectivas relativas a aspectos biológicos y psicológicos; en segundo lugar, se hallan los enfoques relacionados con eventos culturales, sociales, económicos e incluso, demográficos. De la misma forma, este fenómeno puede ser examinado a partir de varios métodos comple-mentarios que abarcan cuestiones cualitativas y cuantitativas. En particular, para indagar la vejez en la población mexiquense, esta investi-gación optó por retomar el enfoque social uti-lizando un método cuantitativo. Es importante

Como es notable, el gráfico 1 ilustra que la base está representada por el grupo quinquenal de 60 a 64 años, el cual registra la mayor proporción de adultos mayores (16% corresponde a hombres y 18% a mujeres); a medida que aumenta la edad se observa una disminución de la participación de cada grupo quinquenal formando un triángulo. Igualmente, se puede apreciar una mayor proporción de mujeres adultas en contraste con los hombres de la misma edad para el conjunto de grupos quinquenales; por lo que corresponde un índice de masculinidad de 87 hombres por cada 100 mujeres en la población envejecida mexiquense.

Las distintas generaciones incluidas en la pirámide poblacional permiten identificar diversas trayectorias de vida, las cuales conducen a situaciones, problemáticas, contextos, clases y posiciones sociales que determinan grupos homogéneos y también segmentos radicalmente diferentes, palpados en adultos mayores bajo condiciones de pobreza

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señalar que este tipo de análisis tiene entre sus limitaciones mostrar solo una parte de las múl-tiples situaciones que enfrentan los adultos ma-yores mexiquenses.

Para este análisis se consideraron ver-tientes sociales que contienen doce varia-bles que son la base para la conformación de grupos poblacionales de adultos mayores (Esquema 1).

Como se observa en el Esquema 1, las variables sociodemográficas que se conside-raron fueron edad, sexo, nivel de escolaridad,

tamaño de localidad y pertenencia indígena. Estas permiten mostrar diferencias sociodemo-gráficas en la población envejecida del Estado de México. En la vertiente laboral se retomaron las siguientes variables: pensión o jubilación, condición de actividad y derechohabiencia. Los indicadores relacionados con estas permitie-ron indagar sobre la seguridad económica, la actividad de la población de 60 años o más y el acceso a servicios médicos, asimismo estas va-riables muestran el reconocimiento de derechos sociales y laborales.

ESQUEMA 1VERTIENTES SOCIALES DE LA POBLACIÓN ADULTA MAYOR DEL ESTADO DE MÉXICO

Fuente: Elaboración propia.

En lo que respecta al ámbito familiar se utilizaron los tipos de hogares que forman los adultos mayores y su estado conyugal. Estos indicadores son relevantes debido a que en la vejez, las redes familiares resultan fundamen-tales para mitigar las condiciones desfavorables

de los adultos mayores y en muchos casos, la familia funge como un elemento de ayuda, soporte y asistencia (Solís, 1999; Villagómez y Sánchez, 2014).

Por último, en las características de la vivienda se hace referencia a la infraestructura

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y el equipamiento con los que cuentan los hogares de la población de 60 años o más. El análisis del tipo de material de construcción de las viviendas de los adultos mayores, represen-ta un elemento clave para determinar el nivel de riesgo al que está expuesta la población en estudio. Asimismo, se analiza el número de bienes que tienen en su vivienda, debido a que son considerados componentes esenciales del desarrollo, ingreso, salud, confort, durabilidad y confianza (Garrocho, 2013), incluso se ha reconocido su accesibilidad como parte de los derechos humanos (who, 2006).

FUENTE DE INFORMACIÓN

Los indicadores se estimaron con datos de la Encuesta Intercensal 2015, cuyo objetivo es actualizar el volumen, la composición y la distribución de la población mexicana. Tal in-formación permitió renovar los indicadores so-cioeconómicos, culturales y las condiciones de las viviendas de la población mexicana en el periodo intercensal (2015). El tamaño de muestra fue 6.1 millones de viviendas, con representatividad a nivel nacional, entidad federativa, municipal y para cada una de las localidades con 50 mil o más habitantes. La muestra de los adultos mayores mexiquenses ascendió a 171 867 (inegi, 2015). Se eligió la Encuesta Intercensal 2015 para desarrollar esta investigación, debido a que cuenta con las variables de estudio y es la base de datos más reciente que contiene la información para

cumplir con el objetivo de esta investigación. No obstante, dentro de las limitaciones de esta fuente se encuentra la ausencia de informa-ción cualitativa que permita profundizar en las relaciones de apoyo social o comunitario de los adultos mayores.

METODOLOGÍA

Para esta investigación se estimó un Análisis de Correspondencias Múltiples (acm) que es una técnica de reducción de datos que busca la asociación entre los valores de múlti-ples variables para mostrarla de manera gráfica en un mapa perceptual. Asimismo, es una he-rramienta de análisis de interdependencia que permite trabajar con variables no métricas y estudiar relaciones no lineales.

De tal manera que el acm revela de forma gráfica el grado de asociación que tienen las variables; esquemáticamente los valores que tengan una relación fuerte aparecerán repre-sentados muy cercanos; mientras que aquellos que estén poco asociados se encontrarán más alejados. Así, con este método se podrán iden-tificar perfiles sociales de la población de 60 años o más en el Estado de México tomando en cuenta las vertientes sociodemográfica, laboral, familiar y de vivienda.

Uno de los requisitos para aplicar esta herramienta estadística es que las variables uti-lizadas en el estudio cumplan con los supuestos de ser mutuamente excluyentes y ser exhausti-vas, según se muestra en el Cuadro 1.

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CUADRO 1VARIABLES INCLUIDAS EN EL MODELO DE ANÁLISIS DE CORRESPONDENCIAS MÚLTIPLES

DIMENSIÓN VARIABLES CATEGORÍAS

Característicassociodemográficas

Edad0: 60 a 69 años

1: 70 y más

Sexo0: Mujer

1: Hombre

Nivel de escolaridad

0: Sin escolaridad

1: Básica

2: Medio superior

3: Superior y más

Pertenencia indígena0: No

1: Si

Tamaño de localidad

0: Rural

1: Urbano

2: Metropolitano

Aspectos laborales

Condición de actividad

0: No trabaja

1: Trabaja

2: Jubilado

3: Hogar

4: Otra actividad

Servicios médicos0: Sin derechohabiencia

1: Con derechohabiencia

Entorno familiar

Tipo de hogar

0:Nuclear

1: Ampliado

2: Otro hogar

Estado conyugal

0: Nunca unido

1: Alguna vez unido

3: Unido

Características de la vivienda

Infraestructura0: Infra. precaria

1: Infra. no precaria

Equipamiento0: Un bien o menos

1: Dos o más bienes

Fuente: Elaboración propia.

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Las variables incluidas y el procedimiento metodológico propuesto permitieron identificar diferentes perfiles sociales vinculados a las ca-racterísticas de los adultos mayores mexiquenses en el año 2015.

CONTEXTO SOCIAL EN LA POBLACIÓN ADULTA MAYOR DEL ESTADO DE MÉXICO EN EL AÑO 2015

Las vertientes sociales analizadas en esta investigación (sociodemográfica, laboral, fa-miliar y de vivienda) representan elementos fundamentales para indagar el marco de des-envolvimiento en las condiciones de vida de los adultos mayores del Estado de México.

CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS

En el año 2015, el Estado de México es la entidad con el mayor número de adultos mayores. De los 1.5 millones de personas de 60 años o más, 45,7% son hombres y 54,3% son mujeres, esta mayor presencia de población femenina se observa en todos los grupos quin-quenales. La diferencia por sexo de los adultos mayores puede tener múltiples efectos en el ámbito social, familiar e individual, debido a que las necesidades de hombres y mujeres ancianos son relativamente diferentes en las esferas de la vida.

Al respecto, los estudios de género des-tacan que las mujeres presentan una mayor desventaja que los varones debido a que tradi-cionalmente estaban enfocadas a los queha-ceres del hogar, así como, a la crianza y la educación de los hijos. Por lo anterior, las mu-jeres adultas mayores registran menores in-gresos, estudios, empleo, jubilación, cobertura social. En contraste, las mujeres reciben mayor apoyo en redes sociales y asistenciales para enfrentar los riesgos y cambios inesperados (Bueno y Rodríguez, 2008; Villagómez y Sán-chez, 2014). Aunado a esto, es de considerar que las mujeres tienen una mayor esperanza de vida y con ello una mayor desventaja, ya que vivirán más tiempo para enfrentar una serie de retos que garanticen su supervivencia en sus últimos años de vida (Welti, 2013).

Para estas generaciones, el nivel de es-colaridad es bajo, los resultados de la Encuesta

Intercensal 2015 muestran que el promedio de estudios alcanzado por las mujeres envejecidas del Estado de México es de 5.9 años, sexto de primaria, y es incluso más bajo que el registrado por la población total (9.1 años). Además, el nivel de analfabetismo es alto, 4% de los hom-bres no saben leer ni escribir un recado; propor-ción que se duplica para el caso de las mujeres (10,5%). Este hecho coloca a las mujeres enve-jecidas en situación de desventaja y desigualdad, situándolas en una posición vulnerable.

Respecto a la diversidad cultural, los resultados de la Encuesta Intercensal 2015 muestran que 5,8% de los adultos mayores mexiquenses hablan alguna lengua indígena, donde predominan el mazahua y el otomí como las más importantes con 36,2% y 33,8%, res-pectivamente. No obstante, 20% de toda la po-blación adulta mayor se autoadscribe indígena, donde las mujeres tienen mayor presencia. La pertenencia indígena hace tener usos y cos-tumbres propias de cada etnia, que constituyen elementos importantes para distinguir y dife-renciar a la población.

El tamaño de localidad de los adultos mayores mexiquenses muestra una concentra-ción en áreas urbanas, es decir, con residencia en municipios metropolitanos o cercanos a la Ciudad de México. De acuerdo a la Encuesta Intercensal 2015, 61,8% de los adultos mayores mexiquenses habita en lugares con alta densi-dad poblacional (más de 100 mil habitantes), 26,2% en localidades urbanas (de 2500 a menos de 100 mil habitantes) y 11,8% en áreas rurales (menos de 2500 habitantes).

En este sentido, la ubicación de los adul-tos mayores según área de residencia hace que este grupo poblacional tenga diferentes trayec-torias de vida. En las zonas urbanas al tener una mayor diversidad económica, laboral, so-cial, de salud y de vivienda, así como mayor acceso a las vías de comunicación, hace que esta población pueda desempeñar una variedad de actividades económicas, mayor acceso a los servicios de salud, más bienes y servicios en las viviendas, factores importantes para disminuir el nivel de vulnerabilidad social. Mientras que en las zonas rurales hay menor apertura econó-mica, mínimo acceso a empleos y limitadas vías

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de comunicación, aspectos que sugieren que los adultos mayores tienen un nivel de desprotec-ción más elevado.

ASPECTOS LABORALES

Los resultados de la Encuesta Intercensal 2015 muestran que al menos uno de cada dos adultos mayores mexiquenses se encuentra de-sarrollando algún tipo de actividad económica. Las cifras muestran que 26,5% trabajó mínimo una hora en la semana de referencia; mientras que un 34,8% se dedica a los quehaceres del hogar. En ambos casos sobresalen aquellos de 60 a 64 años como los de mayor participación.

Por su trayectoria laboral en el merca-do de trabajo, aproximadamente uno de cada cinco adultos mayores son pensionados o jubi-lados, destaca el grupo de 60 a 69 años como el de mayor presencia; mientras que 5,2% tie-nen alguna limitación física o mental, siendo los de 70 a 79 años los que más se encuentran en esta condición y, como tal, en una situación de dependencia social, económica y familiar, pues requieren de asistencia y cuidados, algu-nos especiales.

Ahora bien, centrando la atención en aquellos adultos mayores que trabajan, los re-sultados permiten observar que estos tienen una mayor participación en actividades con condiciones laborales precarias que en em-pleos estables y bien remunerados. En este sentido, lo preocupante de las cifras de la En-cuesta Intercensal hacen ver que existe una mayor participación de población adulta mayor en ocupaciones de menor calidad, menor pro-ductividad, menor ingreso y sin prestaciones laborales por estar relacionada más con ac-tividades de cuenta propia (49,8%) que como empleados u obreros (37,8%), situación que los coloca como un grupo de población de mayor riesgo en términos económicos y sociales. Cabe destacar que en ambos casos sobresalen aque-llos menores de 70 años de edad.

Lo anterior obliga a la población en estu-dio a depender de la familia en particular y de la sociedad en general, para poder cubrir sobre todo las demandas de manutención y cuidado que los coloca en situación de inseguridad fa-miliar (Villagómez y Sánchez, 2014).

Respecto a la cobertura o el derecho que tienen los adultos mayores de recibir atención médica, la información estadística muestra que 44,7% no tienen derecho a servicios médicos, siendo los más vulnerables aquellos mayores de 80 años; lo anterior podría deberse a que desa-rrollan actividades por cuenta propia.

Del total de la población adulta mayor del Estado de México, 40% tienen derecho a recibir atención médica en el Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), 7,2% en el Instituto de Se-guridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (issste), 2,3% en el Instituto de Se-guridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado a nivel Estatal (issste estatal), 2,4% en un seguro privado y 1,1% en Pemex, Defensa o Marina, siendo en todos los casos los adultos de 60 a 69 años de edad los que tienen más pre-sencia en este beneficio; este derecho proviene ya sea por haber trabajado como asalariado o por continuar trabajando4.

Así, las cifras anteriores reflejan una si-tuación de desprotección social para un parte importante de adultos mayores, debido a que no toda la población puede asegurar su bienestar a través del acceso a los servicios médicos y que están expuestos a una gran cantidad de situa-ciones perjudiciales que afectan su salud física y mental; de la misma forma no cuentan con todas las prestaciones que ayudan a mejorar el nivel de vida.

ENTORNO FAMILIAR

En lo que respecta al ámbito familiar, en el año 2015 según la Encuesta Intercen-sal, alrededor de 87,9% de los adultos mayores viven con otro familiar. Específicamente, 44,7% forma parte de una familia ampliada; mientras que 43,2 % tienen un hogar nuclear.

4 Para esta investigación no se consideraron a las personas que cuentan con seguro popular por dos razones: en primer lugar, el seguro popular es un programa gubernamental de asistencia social por lo que no se otorga por derechohabiencia. En segundo lugar, la calidad de servicios en las instituciones es diferentes; de ahí que contar con seguro popular no necesariamente cubre todas las necesidades de salud que puedan tener los adultos mayores.

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Una situación de desventaja grave se po-dría presentar cuando el adulto mayor vive solo; en esta situación están casi 140 000 mexiquen-ses. Esta condición puede manifestar rasgos de abandono, depresión o aislamiento. Además, incrementa el riesgo de que ocurra algún acci-dente y no se tenga ayuda cercana.

Respecto a la conformación familiar, los resultados permiten visualizar dos aspectos: el primero que una importante proporción de población de 60 años o más aún tiene la capaci-dad, la fuerza y el respeto para dirigir un hogar (61,1%); y el segundo, las marcadas diferencias de género, en las cuales los hombres casi en su totalidad son jefes de hogar y las mujeres son compañeras o esposas.

El estado civil es otra de las variables que se analizan del entorno familiar, los resultados muestran que en la entidad mexiquense alre-dedor de 61,8% viven en pareja, casados o en unión libre; 33,1% estuvieron alguna vez uni-dos, de los cuales 26,2% se encuentra en situa-ción de viudez y 6,9% separados o divorciados; mientras que 4,7% nunca se unieron. La infor-mación anterior expone una diversidad de si-tuaciones familiares de los adultos mayores que acentúan las diferencias entre esta población.

CARACTERÍSTICAS DE LAS VIVIENDAS

En las características de la vivienda es im-portante destacar las adversidades que enfrenta la población adulta mayor del Estado de México. Según los datos, alrededor de 7% de los ancianos vive entre paredes con materiales poco seguros y duraderos, 13,5% tiene techos poco favorables y 5,9% carece de un espacio para cocinar y vive en una sola habitación.

La situación anterior coloca a este grupo poblacional en situación de riesgo, tanto a ellos como a todos los integrantes del hogar, ya que las precarias condiciones de la vivienda impac-tan directamente en su salud y el nivel de vida.

Asimismo, la información estadística evidencia que una proporción considerable de adultos mayores del Estado de México carece de ciertos bienes en la vivienda. Los casos más preocupantes de la Encuesta Intercensal muestran que 40% no tiene refrigerador en su hogar, 5,5% cuenta con fogón de chimenea, 66,2% no cuenta con lavadora en casa. Estas carencias pueden generar enfermedades, de-teriorar su calidad de vida y en general, expo-nerlos a un mayor número de riesgos dentro de la vivienda.

El contexto social expuesto en líneas pre-cedentes muestra la heterogeneidad que experi-menta la población adulta mayor del Estado de México. En la sección subsecuente se identifi-can los perfiles sociales de los adultos mayores mexiquenses mediante el método de Análisis de Correspondencias Múltiple.

PERFILES SOCIALES DE LAS PERSONAS DE 60 AÑOS O MÁS EN EL ESTADO DE MÉXICO EN EL AÑO 2015

La información presentada anteriormen-te expone que el proceso de envejecimiento en el Estado de México es complejo y heterogé-neo; sin embargo, a partir de la aplicación del Análisis de Correspondencias Múltiples (acm) es posible identificar cinco grupos de adultos ma-yores. Los resultados del acm permiten observar que existe consistencia entre las doce variables incluidas en el modelo, debido a que agrupan a la población adulta mayor en categorías con ca-racterísticas similares y al mismo tiempo, con diferencias entre los grupos.

En el gráfico 2 es posible identificar a los cinco grupo de adultos mayores que se distri-buyen en los cuatro cuadrantes, en especial en el cuadrante i se identifica a los adultos mayo-res que presentan un nivel social alto; de lado opuesto, cuadrante iii, se ubica a la población adulta mayor en un nivel social muy bajo.

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GRÁFICO 2ANÁLISIS DE CORRESPONDENCIAS MÚLTIPLES

Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta Intercensal, 2015.

100 mil habitantes. Otra característica que comparte este grupo es el alto nivel educativo —medio superior, superior o posgrado (lo que equivale a 12 años o más de escolaridad)—, que para dichas gene-raciones se considera elevado, si se toma como referencia que el promedio nacional de escolaridad es de 9.1 años, que equivale a tercero de secundaria.

b) Grupo 2. Nivel medio: (ubicado en el centro del gráfico 2 con una tendencia hacia el cuadrante i), este grupo está for-mado por adultos mayores que acaban de entrar a la senectud o son menores de 70 años, es decir, se encuentran en la etapa

A continuación se describen los cinco grupos sociales de adultos mayores identifica-dos a partir de vertientes sociales (sociodemo-gráfica, laboral, familiar y de vivienda).

a) Grupo 1. Nivel alto: (ubicado en el cua-drante I con valores negativos en el pri-mer eje y positivos en el segundo), este grupo se forma por adultos mayores que tienen protección social amplia. Por un lado, tienen acceso a los servicios de salud y por otro, reciben una pensión o jubilación; residen principalmente en alguna de las dos zonas metropolitanas de la entidad mexiquense —Toluca o México— o en municipios con más de

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umbral del envejecimiento; además, son parte de familias ampliadas con la posi-bilidad de completar el ingreso del hogar con varios integrantes; sus viviendas son aceptables y están bien equipadas, lo que implica más comodidad y mejores condi-ciones de convivencia; residen principal-mente en zonas urbanas —entre 2500 y menos de 100 000 habitantes—; su estancia en las ciudades implica poca asociación a pertenecer a alguna etnia indígena. El nivel de escolaridad alcanza-do por este grupo es de educación básica, alrededor de 9 años, similar al registrado a nivel nacional.

c) Grupo 3. Nivel medio bajo: (localizado en el cuadrante iv con valores negativos en ambos ejes), en este grupo se sitúa a los hombres adultos mayores con nexos en el mercado laboral porque aún tra-bajan, están unidos y forman hogares nucleares. La condición de ocupados como actividad importante de este grupo sugiere diversos aspectos, entre los que sobresalen: por un lado, la necesidad de continuar en el ámbito laboral para obtener ingresos y satisfacer las condi-ciones de vida, situación que conduce a prolongar la jubilación y por otro lado, la inexistencia de esta prestación laboral —jubilación— lleva a que permanez-can ocupados mientras la salud se los permita. Como tercer punto, la decisión propia de permanecer ocupados por las buenas condiciones físicas y mentales de los adultos mayores.

d) Grupo 4. Nivel bajo: (ubicado en el

cuadrante ii con valores positivos en ambos ejes), en este grupo se encuen-tran las mujeres adultas mayores que se dedican a los quehaceres del hogar y que alguna vez estuvieron unidas. Este conjunto representaría a un sector vulnerable por dos razones: la primera porque las mujeres de estas generacio-nes tuvieron poca presencia en el mer-cado laboral, lo que se relaciona con una

desprotección social formal que podría estar vinculada con dedicarse a las activi-dades exclusivas del hogar, así como a las actividades de cuidado.

La segunda razón es por el estado de civil, la viudez es la situación conyugal más común cuando las mujeres adultas alguna vez estuvieron unidas; en este sentido, la viudez coloca en circunstan-cias de desventaja y vulnerabilidad a la población femenina al no contar con una pareja para el apoyo económico, social, psicológico y de compañía.

e) Grupo 5. Nivel muy bajo: (se localiza en el cuadrante iii con valores positivos en el primer eje y negativos en el segundo), en este grupo se encuentran los adultos mayores que viven en el contexto rural —localidades con menos de 2500 habitan-tes—, que tienen viviendas precarias y/o pocos bienes en el hogar, que no desar-rollan alguna actividad económica remu-nerada y con escasa protección social. Además, este conjunto de adultos mayores tiene una presencia importante en alguna etnia indígena; de las once lenguas en la entidad mexiquense, el grupo mazahua y el otomí son los dos más importantes. Respecto al nivel de escolaridad, este grupo es el de mayor desventaja social debido a que se registra nulo grado esco-lar; variable fundamental para la desigual-dad laboral, económica y de salud.

En el perfil social de los cinco grupos, anteriormente mencionados, es posible identi-ficar un aspecto fundamental que se asocia con el sexo, el nivel de escolaridad y la jubilación, ya que estas variables agudizan la desigualdad entre los adultos mayores. En el caso del sexo sobresalen las diferencias de género, debido a que las mujeres y los hombres adultos mayores se ubican en lados opuestos (Gráfico 2), esto implica importantes distancias sociales entre hombres y mujeres. En el nivel de escolaridad se identifica una marcada desigualdad entre los adultos mayores asociados al tamaño de la loca-lidad: sin escolaridad (ámbito rural), con nivel

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básico (ámbito urbano) y nivel medio superior, superior o posgrado (metropolitano). Asimismo, la jubilación o pensión colocó a los adultos ma-yores con el nivel social más alto, marcando así la desigualdad social entre los grupos.

Es importante señalar que el hecho de agrupar a la población adulta mayor bajo cier-tas particularidades no significa necesariamente que el conjunto de los adultos compartan todas las características o se aplique como regla ge-neral, sino que se trata de asociaciones que per-miten establecer rasgos poblacionales en cada uno de los grupos.

El Análisis de Correspondencias Múlti-ples confirma las distintas trayectorias seguidas por los adultos mayores, que dan pie a diversas situaciones, problemáticas y contextos. Para Rodríguez (1979), en el grupo de los adultos mayores se reproducen las diferencias estruc-turales y estratificaciones de la sociedad en la que se encuentran insertos: según sea su clase y posición social. Lo anterior conduce, según el autor, a que los ancianos perciban diferentes ingresos, vivan en distintos lugares y tengan acceso a diversas oportunidades y actividades. Según Ham (2014) “en todas partes la hetero-geneidad de la vejez no es solo en función de la edad, sino que depende de la posición social y económica” (p.25).

Asimismo, la evidencia empírica apoya lo que Ham (1993) y Pedrero (1999) mencionan respecto a la importancia que tiene la edad de la persona en los aspectos sociales y económi-cos. Al respecto, se puede observar que aquellos individuos de 60 a 69 años, como lo afirma Ham (1993), están en transición hacia la vejez con oportunidades aún laborales, autosuficien-tes y con buena salud, colocándose en buenas condiciones socioeconómicas. Mientras que aquellos ancianos mayores de 70 años, ya se encuentran en vejez avanzada, con dependen-cias crecientes para la salud, por lo tanto, con malas condiciones sociales y económicas.

El presente análisis muestra que el géne-ro, aproximado a través de la variable sexo, se asocia con el nivel social; por tanto, hombres y mujeres adultos mayores tienen características sociales diferentes.

Por otro lado, el nivel de escolaridad re-salta como variable que influye en el nivel de vida de esta población. En esa misma línea, la condición de jubilado o pensionado también re-sulta un aspecto determinante para los adultos mayores, debido a que los jubilados son las per-sonas que registran el nivel más alto, de ahí la importancia que tiene este derecho laboral en la población de 60 años o más. En este sentido, Pedrero (1999) menciona que “la única posibili-dad que tiene un viejo de sobrevivir dignamente es recibiendo la retribución justa por su contri-bución laboral en el pasado, esto es, a través de una pensión de retiro justa” (p.80).

CONCLUSIONES

Los resultados obtenidos respecto al per-fil social de los adultos mayores mexiquenses permiten establecer ciertas conclusiones sobre los efectos del sexo, el nivel educativo y la jubi-lación en el envejecimiento.

Concretamente, el sexo es un factor que produce y reproduce desigualdades de género, que se presentan desde tempranas edades hasta las últimas etapas de la vida. En lo que respecta a la escolaridad se asocia con una elevada vulne-rabilidad, debido a que impacta en la trayectoria laboral de la población; mientras que la variable de jubilación se relaciona con la desigualdad económica que repercute en el nivel de vida de las personas envejecidas mexiquenses.

Con base en lo anterior, los adultos ma-yores del Estado de México presentan múltiples desigualdades que agudizan las problemáticas sociales que tiene este grupo de población.

De esta manera, los resultados de la in-vestigación presentan dos aspectos centrales de los perfiles sociales de la población estudiada en el año 2015. Por un lado, la heterogeneidad de la población envejecida del Estado de México reflejada en la diversidad de grupos. Por el otro, la desigualdad entre perfiles sociales que se ma-nifiesta en las distancias del acm.

En este sentido, los adultos mayores del Estado de México en el año 2015 presentan una heterogeneidad vertical que refleja im-portantes diferencias que complejizan las in-teracciones sociales de este grupo poblacional. Lo anterior expone, que en el actual modelo

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neoliberal, la desigualdad atraviesa todas las etapas de la vida y que en los adultos mayores, esta característica social no es la excepción.

Por último, una de las líneas de inves-tigación que se podría generar a partir de este trabajo versa sobre las relaciones entre cada una de las interacciones sociales que se pre-sentan alrededor de la población envejecida, como es el caso de la desigualdad de género o el acceso a los sistemas de jubilación. La fina-lidad de realizar los análisis propuestos estaría relacionada con el diseño de políticas públicas integrales enfocadas a la atención de la hetero-geneidad entre perfiles sociales de los adultos mayores mexiquenses.

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